Ramón P. Muñoz Soler LA CONCIENCIA DEL HOMBRE FUTURO Trabajo presentado en Sociedad Argentina Asesora En Salud Mental Argentina Año 1972 LA CONCIENCIA DEL HOMBRE FUTURO 1.- La conciencia que adviene En la raíz de las transformaciones sociales de nuestro tiempo se advierte la necesidad de desarrollar una nueva cualidad de la conciencia humana(1). Diversos autores que han señalado dicha necesidad, han mostrado, al mismo tiempo, los caminos que, al parecer, orientan hacia esa activación de la conciencia. Charles Reich, en su libro The Greening of America (“El Reverdecer de América”)(2), sintetiza su pensamiento en estas pocas palabras: “Está surgiendo una revolución. No será como las revoluciones del pasado. Tendrá su origen en el individuo y en la cultura, y cambiará la estructura política sólo como su acto final. No requerirá violencia para triunfar y no podrá ser eficazmente resistida por la violencia. Esta es la revolución de la nueva generación”. El valor de la tesis de Reich, a mi entender, está en que saca la problemática del hombre del campo restringido de las revoluciones políticas y de las luchas sociales, para centrarla en un problema de “Conciencia”: “revolution by consciousness”. Herbert Marcuse, al examinar en “El fin de la utopía”(3) el proceso de transformación de la sociedad, hace una crítica al marxismo por el acento puesto exclusivamente en el juego de las fuerzas materiales de la producción, y destaca el hecho de que en la evolución de estas fuerzas productivas se ha llegado a una etapa en que “es posible el salto de la cantidad a la cualidad”. “Lo que está en juego -dice- es la idea de una nueva antropología, y no sólo como teoría, sino también existencialmente: el origen y desarrollo de necesidades vitales de libertad…. Estas nuevas necesidades vitales harán posible, como fuerza productiva social, una transformación técnica total del mundo y de la vida”. Y más adelante agrega: “Considero que el desarrollo de la conciencia es hoy una de las tareas principales del materialismo”. Esta necesidad subjetiva de destacar nuevas cualidades de la conciencia -que en Marcuse está íntimamente vinculada al proceso revolucionario-, subyace como necesidad de “expandir la conciencia” en todos los movimientos juveniles fundados en experiencias psicodélicas. Si dejamos a un lado todo el desviacionismo y la patología que implica el abuso de las psicodrogas, y vamos a la raíz de la experiencia -en cuanto a experiencia misma-, nos encontramos con un fenómeno de “expansión de conciencia”. Roszak dice al respecto: “Si aceptamos la proposición de que la contracultura es, esencialmente, una exploración de la política de la conciencia, entonces la experiencia psicodélica ocupa su lugar como uno, pero solamente uno, de los métodos posibles para ascender a esa exploración. Se convierte en un limitado medio químico hacia una finalidad psíquica más amplia, es decir, la reformulación de la personalidad, sobre la cual se basan últimamente tanto la ideología social como la cultura”(4). Alan Watts, por su parte, al examinar en su libro “Psychotherapy East and West” (Psicoterapia de Oriente y Occidente)(5), los puntos de contacto entre los métodos psicoterapéuticos occidentales y las técnicas de algunas filosofías orientales tales como el Budismo, Vedanta, Taoismo, Yoga, etc., llega a la conclusión de que ambos tipos de disciplinas tienen por finalidad producir ciertos “cambios de conciencia”. 2.- La conciencia del hombre cósmico Nosotros hemos anunciado en “Gérmenes de Futuro en el Hombre”(6) el nacimiento de una conciencia expansiva y participante, que tiene un carácter germinal en el hombre de nuestro tiempo pero que coloca al ser humano de hoy en las avanzadas del futuro. Esta nueva conciencia emergente que calificamos como “Egoencia” es una realidad existencial que no puede ser explicada en términos de una dialéctica histórica, de un fenómeno psíquico o de una “experiencia liberadora”; no es un producto de una reacción al sistema social vigente -por lo menos no lo es de modo esencial, aunque pueda serlo de modo accidental-, tampoco puede comprenderse como continuidad del tipo de conciencia habitualmente imperante en la sociedad -que es una conciencia colectiva organizada-; ni es una conciencia individual reflejada subjetivamente sobre sí misma. Egoencia del ser es el modo de conciencia del hombre cósmico que nace, entendiendo por “hombre cósmico” un tipo humano cuya conciencia individual trasciende los modos habituales de una conciencia lineal para 2 transformarse en una conciencia expansiva y participante. No hay puente racional para comprender este nuevo fenómeno: es necesario para ello utilizar un nuevo método de descubrimiento por similitud. Estamos ante un “vacío” existencial. Entre nuestra conciencia individual y la conciencia cósmica hay un “abismo” tremendo; y entre nuestro mundo personal y el universo de que formamos parte hay una “barrera” que parece insalvable. 3.- La nueva síntesis y la crisis del pensamiento sistemático Para unir esos dos mundos hace falta una nueva síntesis. Pero debemos darnos cuenta de que ya no es suficiente una síntesis especulativa, bajo la forma de sistemas cosmológicos, teológicos o filosóficos; ni una síntesis científica, como la que hoy se pretende en el campo interdisciplinario entre las ciencias particulares; ni siquiera una síntesis religiosa, si por tal entendiéramos un sistema de creencias fundamentales. Todos estos medios en la medida en que sean construcciones sistemáticas del pensamiento, son insuficientes para crear una síntesis porque la estructura misma del pensamiento es un medio de división y no un medio de unión. Uno de los hombres que ha expresado con mayor claridad esta idea, en los últimos tiempos, es el filósofo alemán Martin Heidegger. El viejo Heidegger, al cumplir sus 80 años, accede por primera vez a una entrevista televisiva con el joven profesor de la Universidad de Maguncia, Richard Wisser. Este diálogo, que resume el pensamiento del tardío Heidegger, fue difundido por el canal oficial de la TV alemana, publicado en un pequeño libro(7) y comentado en diversos artículos(8), (9). En el curso de la entrevista Heidegger denuncia el hecho de que el pensamiento humano, desde los griegos, se ha desarrollado al margen del ser, se ha sustraído (Entzug) del ser, para ocuparse sólo del ente; lo que significa que tanto la ciencia como la metafísica y la técnica sólo pueden dar una visión parcial referida a sus respectivos objetos particulares, pero no tienen acceso al ser total: “Sólo el pensar tiene acceso al ser”. Indudablemente, todos partimos del supuesto de que poseemos esta función de pensar; pero no es esa la opinión de Heidegger, quien intuye el pensar como una “actividad” mas simple que la actividad del intelecto y que requiere el “retorno al contenido original del lenguaje”. Con respecto a este futuro del pensar se declara un mero precursor de alguien venidero y a quien se refiere citando palabras de Heinrich von Kleist: “Me aparto ante alguien que aún no existe, y, ya un milenio antes, me inclino ante su espíritu”. 4.- En el umbral de una nueva mística El pensamiento, mientras sea un medio de relación indirecta entre la conciencia psicológica y la conciencia del ser, aparece como insuficiente para salvar el abismo existencial del hombre: lo que hace falta no es un medio de relación sino un medio de unión. Este medio se está creando en el interior del hombre nuevo a través de una mística, no una mística como creencia sino como función integrativa del hombre que haga posible el desarrollo de la conciencia total del ser. Esta conciencia unificada y armónica es el nuevo medio interior que todo hombre necesita para desarrollarse como ser humano. 3 Ponencia presentada en el año 1972 por el Dr. Ramón P. Muñoz Soler ante la Sociedad Asesora de Salud Mental, Argentina, siendo entonces Presidente: Dr. Eduardo A. Barbagelata, Paraná, Provincia de Entre Ríos Secretario General; Dr. Andrés P. Borlenghi, Capital Federal Secretario Científico: Dr. Omar Lazarte, Mendoza, Provincia de Mendoza Secretario de Relaciones Públicas: Dr. José Oubiña, Rosario, Provincia de Santa Fe Secretario de Hacienda: Dr. José Luis Locci, Rosario, Provincia de Santa Fe Miembros Titulares: Dr. Diego A. Block, La Plata, Provincia de Buenos Aires; Dr. Héctor Fontanarossa, Capital Federal; Dr. José Catri, id. ant.; Dr. David Ghelman, id, ant.; y Dra. Susana I. Curto de García, id. ant.; Miembros Suplentes: Dr. Alberto Mitelman, Capital Federal; Dra. Mercedes D. de Block, La Plata, Provincia de Buenos Aires; Dra. Nora A. Caruso, Corrientes, Provincia de Corrientes; y Dr. Jaime Waismann, Paraná, Provincia de Entre Ríos. Bibliografía 1- MUÑOZ SOLER, Ramón P. Temática para el futuro, Ediciones ADCEA, Bs.As., 1971 2.- REICH, Charles The Greening of America, (New York, Random House, 1970, pág. 4) 3.- MARCUSE, Herbert El fin de la utopía, (México, siglo XXI, 1969), página 6 4.- ROSZAK, Theodore The Making of a Counter Culture, (Garden City, New York, Doubleday and Company, Inc., 1969). 5.- WATTS, Alan W. Psychotherapy East and West, New York, Ballantine Books, 1970). 6.- MUÑOZ SOLER, Ramón P. Gérmenes de Futuro en el Hombre, (Bs.As., 2ª Ed., 1970). 7.- WISSER, Richard Heidegger im Gespräch, (Freiburg-München, Verlag K.A. 1970). 8.- MALIANDI, Ricardo El “develamiento de Heidegger“, en La Nación, Bs.As. 19/4/70 9.- PRESAS, Mario A. Un encuentro con Heidegger, En: Rev. De Filosofía La Plata, Nº22 4