625 La conciencia suya Robert E. Surgenor, Cleveland, Estados Unidos Da ganas de reír cuando personas aparentemente inteligentes procuran decirnos que sus investigaciones han demostrado que evolucionamos a través de varias especies hasta lo que somos ahora. Han tragado completico la doctrina darwiniana de que éramos monos ¡pero ahora somos hombres! Por supuesto, quienes propagan la teoría de la evolución contradicen de plano las enseñanzas del Señor Jesús y las verdades de la Santa Biblia. El Señor mismo preguntó, “¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo?” Mateo 19.4. ¡Él ratifica el relato de Génesis capítulos 1 y 2 acerca de la creación! Pero los intelectuales rechazan tal cosa -1 Corintios 2.14- y hacen mentiroso al Hijo de Dios. Surge la pregunta de por qué algunos persisten en propagar la evolución. Diré por qué. Si la raza nuestra evolucionó de una microscópica masa nuclear de protoplasma, hasta lo que somos ahora, no hay Creador, no hay Dios a quien enfrentar, y si es así, podemos vivir como nos da la gana, morir, y se acaba la cuestión. ¿Pero es verídico todo este pensamiento ridículo? ¡No! Una lectura cuidadosa de 1 Corintios 15.39 hace ver que el cuerpo del hombre difiere muchísimo del de las bestias, peces y aves. La raza humana comenzó cuando “Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”, Génesis 2.7. Dios lo dice, Cristo lo enseñó y yo lo creo. ¿Y usted? Usted es un ser de tres componentes: espíritu, alma y cuerpo, 1 Tesalonicenses 5.23. La eternidad está impresa allí adentro, y usted tendrá que encontrarse con Dios. La conciencia definida Otra cosa convincente es que el hombre tiene una conciencia, algo que ninguna bestia, pez o ave tiene. Usted es un ser complejo con por lo menos siete facultades: 1. Su mente produce pensamientos. 2. Su memoria retiene pensamientos. 3. Su alma comprende pensamientos. 4. Su espíritu analiza pensamientos. 5. Su corazón aprecia pensamientos. 6. Su voluntad energiza pensamientos. 7. Su conciencia convence de pensamientos. ¡Dios le ha dotado de conciencia! Es el vínculo que le ata a Él. Es como un perro guardián que ladra ante la tentación y el pecado. Es la protesta divina, y clama cuando usted peca. La palabra conciencia se divide en dos partes: con significa “en relación a” y ciencia “conocimiento”. Funciona así: 1. He pecado. 2. Sé que he pecado. 3. Dios sabe que he pecado. 4. Yo sé que Dios sabe que he pecado. 5. Dios sabe que yo sé que Él sabe que he pecado. Una conciencia acusadora En Juan 8.1 a 11 vemos la conciencia funcionando. Líderes religiosos hipócritas habían llevado ante Jesús a una mujer sorprendida en adulterio, diciendo, “Nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?” Ellos nunca tuvieron un trato personal con Dios, pero procuraban tapar su propia maldad condenando a otros. Contemplando a cada uno, Él dijo, “El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”. La conciencia no tiene poder para salvar, pero tiene poder para clamar y acusar, y esto es exactamente lo que sucedió en los corazones y las mentes de sus acusadores. “Al oir esto, acusados por su propia conciencia, salían uno a uno”. Sí, todos los acusadores salieron. ¿Por qué? Porque su conciencia les dijo que ellos, también, habían pecado. ¡La Palabra de Dios toca nuestra conciencia y nos convence de que somos pecadores! ¿Quién puede decir que nunca ha pecado? Si la conciencia está activa, no lo permitirá. Todos han pecado, Romanos 3.23. Una conciencia corrompida ¡La conciencia puede ser aquietada, abusada y callada! Dios dice de algunos que “su mente y su conciencia están corrompidas. Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto a toda buena obra”, Tito 1.15,16. Ellos dicen, “Soy cristiano”, pero no tienen un verdadero amor para el Señor Jesús. Aman las distracciones y los placeres del mundo. Su posición ante Dios no les intranquiliza, porque su conciencia ha perdido la voz; ha sido corrompida. Si su conciencia y su memoria están funcionando, estoy seguro de que ha tenido pensamientos acerca de sus pecados del pasado. ¿Usted ha considerado cómo será encontrarse con un Dios santo en la eternidad? Dice Apocalipsis 20.12,15, “Vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras ... Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego”. Es el fin trágico de aquellos que descuidaron los clamores de su conciencia y por esto murieron en sus pecados. ¿Hay escapatoria de este juicio por venir, y del castigo eterno? ¡Sí! Dios proclama, “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores”, 1 Timoteo 1.15. “Cristo murió por nuestros pecados”, 1 Corintios 15.3. “La sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”, 1 Juan 1.7. “El que en Él cree, no es condenado”, Juan 3.18. Que Dios le ayude a ver su necesidad del Salvador. Amigo, sea honesto consigo mismo, y sea honesto ante Dios. Tome el lugar de un pecador necesitado de salvación, y confíe en Jesucristo como su Redentor, ¡y será salvo por la eternidad!