No se trata de amenazar, sino que se trata de... la dictadura militar y sus aliados políticos debe ser cambiado....

¿Otra vez “junten rabia chilenos”?
Lunes, 28 de Julio de 2008 09:11
No se trata de amenazar, sino que se trata de hacer visible que el orden heredado de
la dictadura militar y sus aliados políticos debe ser cambiado. El camino republicano es
el de las elecciones.
Columna publicada 22/07/2008
Diario La Nación
Lo más sorprendente es que, en vez de apuntar hacia quienes son responsables
principales, se termina agrediendo a una ministra de Estado, en vez de buscar
caminos que permitan hacer valer la voluntad mayoritaria ante la minoría de
derecha.
Cuando se exacerban los
ánimos y se pretende polarizar a la ciudadanía a partir de verdaderas campañas
de desinformación sobre los conflictos que enfrentamos, quienes vivimos las
confrontaciones del período 1970-1973 y luchamos arduamente durante 17 años
con el propósito de reconstruir la democracia y la convivencia nacional, no
podemos sino alarmarnos y recordar aquellos llamados que decían: "junten
rabia chilenos".
Algunos actores son los mismos de entonces, otros son nuevos, en especial
aquellos jóvenes que no saben cómo fue que llegamos a dividirnos al punto de
quebrar decenios de tradición democrática con los costos de pérdidas humanas,
violaciones de los derechos humanos por todos conocidos. Es cierto, estamos
llegando a un impasse difícil: la mayoría ciudadana, la opinión pública, desea
avanzar hacia una sociedad más igualitaria y participativa y remover los
obstáculos para que ello sea así. Sin embargo, nos encontramos atados,
amarrados por una institucionalidad que No elegimos, con un sistema electoral
binominal que privilegia a la minoría, que excluye a importantes sectores políticos
y ciudadanos e impide construir las mayorías necesarias para avanzar en las
reformas constitucionales y legales necesarias.
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Desde 1991, los gobiernos de la Concertación vienen presentando al Congreso
Nacional propuestas de reformas, en algunas oportunidades apoyados en las
promesas de Sebastián Piñera y otros líderes de la derecha y confiando en su
espíritu democrático. Cada vez ha chocado con la negativa de los parlamentarios
de la UDI y de Renovación Nacional, a pesar de los compromisos de esos
dirigentes.
La frustración se ha acumulado y se produce el espejismo de que la
responsabilidad está en los gobiernos de la Concertación. Desgraciadamente, el
gesto republicano de respetar las instituciones democráticas y dejar que ellas
funcionen que han reiterado dichos gobernantes, se estrella contra la creciente
ilegitimidad de los amarres que aún perduran en un Constitución impuesta en
1980 por la dictadura militar y sus aliados políticos.
La discusión de la Ley General de Educación en el Parlamento, que no recoge lo
que el propio Consejo Asesor Presidencial para la Calidad de la Educación
recomendó, porque la UDI y Renovación Nacional se negaron a acoger dichas
propuestas, se encuentra llevando esa frustración a un límite cuyas
consecuencias son difíciles de prever. Lo más sorprendente es que, en vez de
apuntar hacia quienes son responsables principales de este impasse, se termina
agrediendo a una ministra de Estado, hurgando en el pasado para descalificarla,
en vez de buscar caminos que permitan hacer valer la voluntad mayoritaria ante
la minoría de derecha.
No se trata de juntar rabia, no se trata de amenazar, sino que se trata de hacer
visible que el orden heredado de la dictadura militar y sus aliados políticos debe
ser cambiado. El camino republicano es el de las elecciones. Que los partidos
políticos se comprometan desde ya, en sus programas para las elecciones
municipales, con un respaldo decidido a cambiar el sistema binominal y los
amarres antidemocráticos. Que las y los jóvenes se inscriban en los registros
electorales. Que votemos de forma masiva por quienes efectivamente desean
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cambiar este orden de cosas, constituyendo así una nueva mayoría democrática.
De todos depende reponer el debate y la responsabilidad democráticos.
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