Frente al peligro de estancamiento de los avances en materia de... cabe preguntarse por qué las mujeres no condicionamos nuestro apoyo a...

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Las condiciones del género
Viernes, 16 de Enero de 2009 14:37
Frente al peligro de estancamiento de los avances en materia de equidad de género,
cabe preguntarse por qué las mujeres no condicionamos nuestro apoyo a aquellas
candidaturas que se hagan cargo de la discriminación, así como de nuestros anhelos
de autonomía y reconocimiento
Las condiciones del género
Como un balde de agua fría cayeron los resultados de las últimas elecciones
municipales en el mundo femenino concertacionista. Si bien era iluso pensar que se
produciría un aumento de electas como resultado automático del impulso paritario, no
resultaba descabellado imaginar que la opción por las dos listas abriría más espacios.
El Observatorio de Género y Equidad ha demostrado que esto no se reflejó
en la cantidad de mujeres candidatas, que sólo alcanzó al 15,2%, siendo superado por
la Alianza y Juntos Podemos. Según un monitoreo electoral de la
Fundación Chile 21
, se estancó el porcentaje de alcaldesas electas (19,5%, en 2004 y 19,7% en 2008) y
bajó su tasa de reelección.
Corporación Humanas
previene que, a este ritmo, sólo en 180 años se alcanzará la igualdad de género en los
gobiernos locales. Generar los espacios es sólo el primer paso. Se requiere apostar por
la viabilidad de las candidaturas femeninas.
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Las condiciones del género
Viernes, 16 de Enero de 2009 14:37
Un estudio exploratorio de las Fundaciones Chile 21 y Ebert , para el año 2004, da
cuenta que el apoyo que los partidos entregan es dispar y hasta antieconómico. Se
suministra folletería a candidatas en distritos pequeños, donde el tipo de campaña no
los requiere mientras que se apoya de manera insuficiente a candidatas de distritos más
grandes.
Proyectos de ley como el de igualdad salarial, el que modifica la sociedad conyugal o el
de participación política equilibrada no reciben la urgencia parlamentaria que se
requiere. La crisis económica entregará, sin duda, la excusa perfecta a los partidarios
de postponer estos asuntos.
Antes de finalizar el 2008, Insulza reivindicó las cuotas de género y el ex
subsecretario Harboe criticó la discriminación a las mujeres en créditos bancarios y
cobertura de las isapres. Si ellos volcasen estas inquietudes en sus partidos, de seguro
serán más escuchados ya que las feministas, por lo general, son vistas como
molestosas. Por otra parte, en algún recodo del camino se nos extravió la llamada
“bancada transversal”, compuesta por diputados concertacionistas que ofrecieron su
apoyo a la agenda presidencial de género.
Los tiempos electorales no son sólo para promesas sino también para condiciones.
Frente al peligro de estancamiento de los avances en materia de equidad de género,
cabe preguntarse por qué las mujeres no condicionamos nuestro apoyo a aquellas
candidaturas que se hagan cargo de la discriminación de género, así como de nuestros
anhelos de autonomía y reconocimiento
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