TEMA 21: REPUBLICANISMO Y MOVIMIENTO OBRERO

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REPUBLICANISMO Y MOVIMIENTO OBRERO
1.- INTRODUCCIÓN.
2.- EL REPUBLICANISMO.
3.- EL MOVIMIENTO OBRERO.
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1.- INTRODUCCIÓN.
Tras la caída de la I República, se desarrolla el régimen de la
Restauración. Un régimen ideado por Cánovas del Castillo que se basaba en el
turno pacífico en el gobierno de dos grandes partidos, el Conservador y el
Liberal. Un régimen en apariencia democrático, se había instaurado el sufragio
universal en 1890, pero totalmente falseado por el fraude electoral y el
desarrollo del caciquismo. Un régimen, por tanto, oligárquico que dio el poder a
una elite, a un reducido grupo formado por los políticos profesionales y los
grandes empresarios y terratenientes de la alta burguesía.
El desastre del 98 puso de manifiesto los numerosos y graves problemas
que tenía planteados el régimen de la Restauración a principios del Siglo XX.
Se habla, entonces, de la España de los problemas: del problema político,
militar, religioso, social, económico, regionalista…etc.
Para tratar de solucionar los problemas surgió el movimiento
regeneracionista, cuyo objetivo fue regenerar el país a través de la superación
de estos problemas. Hubo un regeneracionismo desde dentro del poder,
practicado por los partidos dinásticos, Conservador y Liberal, que terminará
fracasando. Sin embargo, al mismo tiempo, surgió otro regeneracionismo
defendido por los partidos antidinásticos, representado por las propuestas del
movimiento republicano, del movimiento obrero y de los nacionalismos
periféricos.
La imposibilidad de estos partidos de acceder al poder ya que, aunque
participan en las elecciones (excepto los anarquistas), saben que nunca
obtendrán la mayoría de votos debido al fraude electoral, hará que vayan
radicalizando sus posturas y, al final, provocarán, junto a la descomposición de
los partidos dinásticos, la caída de la Restauración.
En este tema analizaremos la evolución a lo largo de la Restauración de
dos de las principales fuerzas antidinásticas: el republicanismo y el movimiento
obrero.
2.- EL REPUBLICANISMO.
Tras el fracaso de la I República, el movimiento republicano entró en una
profunda crisis y división de la que comienza a recuperarse a principios del
Siglo XX. Entre esta fecha y la proclamación de la II República, el
republicanismo fue la principal fuerza de la oposición política. Constituyó de
manera permanente la minoría parlamentaria de oposición más numerosa fuera
del turno de partidos: el porcentaje de diputados republicanos osciló entre el
7% en 1916 y el 9% en 1910. Cota tan bajas se explican por no ser uno de los
partidos del turno y, por tanto, tener vedado el acceso al poder debido al fraude
electoral.
En el ámbito extraparlamentario, el republicanismo actuó como centro
aglutinante de la oposición política e intelectual. Al ofrecer soluciones menos
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radicales y revolucionarias que el socialismo y anarquismo, gozó del apoyo de
amplias capas sociales y atrajo a intelectuales como Ortega, Galdós, Azcárate
o Ramón y Cajal, que le prestaron su apoyo a menudo.
En el período que estudiamos se produce la transformación del
republicanismo histórico en otro nuevo. Pierden su importancia los partidos
republicanos del Siglo XIX, como el federal de Pi y Margall o el de Ruiz Zorrilla
y aparecen nuevos partidos republicanos como el Radical o el Reformista. El
nuevo republicanismo de estos partidos se caracteriza por: 1) Ser un amplio
movimiento social que acoge desde sectores de la burguesía mercantil e
industrial a obreros y campesinos. 2) Su carácter reformista, no revolucionario.
3) Su defensa de la idea de progreso, de la enseñanza y de la ciencia. 4) Su
anticlericalismo.
El nuevo republicanismo intentó seriamente la modernización del
régimen de la Restauración mediante la transparencia del sistema (no fraude
electoral), una amplia participación social y el desarrollo de una política de
reformas que solucionaran los problemas. Su gran problema fue su división
interna en multitud de facciones y grupos.
En la evolución del republicanismo durante esta etapa destacan los
siguientes hechos:
1) La aparición de nuevos partidos republicanos, que sustituyen a los
ya gastados del Siglo XIX. Dos serán los nuevos partidos republicanos que
aparecen como más importantes:
a) El Partido Radical. Su líder fue Alejandro Lerroux. Su base estuvo en
Barcelona y se extendería por toda España desde 1910. Fue un partido
radicalmente anticlerical, defensor de las autonomías en lo político y socialista
en lo social, que logró un importante respaldo popular. En Cataluña creó una
amplia red de centros político-asistenciales a los que recurrieron muchos
obreros. Ello no supone que fuera un partido de clase obrera, pues también
contó con el apoyo de la clase baja burguesa. Desde 1910, el partido radical
fue perdiendo fuerza en Cataluña por la competencia del catalanismo de
izquierdas y el anarcosindicalismo, por lo que trasladó su base a Madrid con el
objetivo de actuar como alternativa de gobierno.
b) El Partido Reformista. Sus líderes fueron Melquíades Álvarez y
Gumersindo Azcárate. Intentó actualizar las propuestas republicanas
abandonando el radicalismo y el método revolucionario y ofreciendo una
alternativa moderada al régimen. Por eso, llegó incluso a aceptar a la
Monarquía si se adoptaban formas democráticas y una política social. La
democratización del sistema político y la culturización del pueblo fueron las
bases desde donde el partido reformista pretendía modernizar y regenerar a
España. Nunca tuvo gran apoyo social, quizá porque sus propuestas eran
demasiado avanzadas para la alta y media burguesía y demasiado
conservadoras para obreros y campesinos. A partir de 1913, tras la entrevista
de sus líderes con el rey, inició el camino para integrarse dentro del sistema,
algo que se hizo efectivo tras la huelga general de 1917.
2) Los intentos de unificación del movimiento. El primer intento fue la
creación en 1903 de la Unión Nacional Republicana presidida por Nicolás
Salmerón, que pretendió unir a todos los sectores republicanos. El partido se
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presentó con un programa regeneracionista, defendiendo una República
democrática a la que debía llegarse por la vía parlamentaria y no por una
revolución. En las elecciones a Cortes de 1903 obtuvo un considerable éxito al
conseguir 36 diputados, sin embargo el declive empezó muy pronto por las
divisiones en su seno: los seguidores de Lerroux lo abandonaron al negarse
Salmerón a apoyar un pronunciamiento que impusiera la República.
Posteriormente, en 1906 la Unión se incluyó dentro de Solidaritat Catalana
(creada para protestar por los sucesos del Cu-Cut y la promulgación de la Ley
de Jurisdicciones) lo que provoca más disidencias y luchas entre los partidarios
a integrarse y los no partidarios de la alianza con el nacionalismo catalán. Al
final, la Unión termina disolviéndose.
El segundo intento se formaliza en 1909, tras los sucesos de la Semana
Trágica. Esta vez no sólo se unieron casi todos los grupos republicanos, sino
que, además, se aliaron con los socialistas formándose la Conjunción
Republicano-Socialista. Esta unión fue la que logró integrar al socialismo en el
Parlamento y la que obtuvo los mejores resultados electorales: 37 escaños en
las elecciones de 1910, uno de los cuáles fue para Pablo Iglesias, con lo que
entraba un socialista en la Cortes españolas por primera vez. Sin embargo, las
diferencias internas provocarían su falta de operatividad y su disolución.
Aunque con menos protagonismo que otros movimientos debido a la
división interna, también participaron los republicanos en la Asamblea de
Parlamentarios de 1917. Un movimiento que sólo tenía en común dos cosas: a)
Que estuvo formado por partidos que estaban excluidos del sistema al no
participar en el turno (nacionalistas, republicanos, mauristas, socialistas). b)
Que aspiraba a una profunda reforma del sistema.
El movimiento estuvo liderado por Melquíades Álvarez, del partido
reformista, y, sobre todo, por Cambó de la LLiga. Ambos convocaron una
reunión ilegal de diputados y senadores en Barcelona ante la negativa del
presidente del gobierno, Eduardo Dato, de reabrir las Cortes. Lo revolucionario
de la Asamblea es que anunció que se convertiría en Cortes constituyentes que
darían una nueva constitución al país. La Asamblea fue un movimiento con
poca fuerza que terminó disolviéndose. Entre sus causas están los distintos
intereses de las fuerzas que la formaban: Los catalanistas aspiraban a obtener
una amplia autonomía para Cataluña dentro de un sistema que seguiría siendo
monárquico, republicanos y socialistas, por el contrario, aspiraban a un cambio
total del sistema que incluía la proclamación de la República.
A partir de la crisis de 1917, el movimiento republicano cae en una
etapa de crisis y profunda desunión como lo demuestran los resultados
electorales de la época, los más bajos alcanzados por los republicanos en toda
la etapa. Habría que esperar a la dictadura de Primo de Rivera para que el
movimiento republicano se recuperara.
3.- EL MOVIMIENTO OBRERO.
Con la Restauración la situación de obreros y campesinos apenas
cambió. Seguían siendo la gran mayoría de la población española, la llamada
clase baja, y sus condiciones de vida eran deplorables: Cobraban salarios muy
bajos, gran parte estaba en el paro, las jornadas laborales eran muy amplias, la
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gran mayoría era analfabeta, vivían hacinados en barrios de viviendas que no
tenían las mínimas condiciones de habitabilidad…etc.
Para tratar de solucionar estos problemas y, a la vez, cambiar
radicalmente la organización política, social y económica que había impuesto el
Liberalismo habían surgido desde mitad del Siglo XIX dos movimientos
revolucionarios, el Socialismo y el Anarquismo. Durante los años 70, ambos
movimientos llegaron a España difundiendo sus ideas, las del socialismo por
Lafargue, las del anarquismo por Fanelli. En 1882, las Cortes españolas
decidieron prohibir ambos movimientos y hasta 1887 tuvieron que actuar en la
clandestinidad, pese a lo cual siguieron creciendo y organizándose. De manera
general, las características que presenta el movimiento obrero a lo largo del
período de la Restauración:
1. El fuerte aumento de afiliados que registran, tanto los partidos
políticos: el PSOE, como los sindicatos UGT y CNT, además de la creación de
otros partidos y sindicatos.
2. El aumento de la conflictividad social. El aumento de afiliados dio gran
fuerza a partidos y sindicatos que pudieron iniciar la lucha por sus objetivos.
Así, la conflictividad social, es decir, las huelgas, revueltas, atentados…etc
serán una constante a lo largo de todo el período.
La capacidad de movilización convirtió al movimiento obrero en una
fuerza con la que hubo que contar. Así, movimiento obrero, junto al
republicanismo y los nacionalismos periféricos serán la principal oposición al
régimen de la Restauración y sus ataques provocarán su caída.
3. A pesar de que sindicatos y partidos se difunden por toda España, hay
tres áreas donde el movimiento obrero adquiere gran fuerza y donde
protagoniza los hechos más importantes: Cataluña, Andalucía y la zona norte,
sobre todo en el País Vasco y Asturias.
a. El Anarquismo.
El movimiento anarquistas, difundido por Fanelli, había alcanzado un
desarrollo muy superior al del socialismo marxista. Prohibido desde 1872 hasta
1887, vio como se cerraban sus locales y periódicos y tuvo que suspender sus
reuniones y mítines. A pesar de ello, desde la clandestinidad, el anarquismo
sigue expandiéndose. Las dos zonas de máxima expansión fueron Andalucía y
Cataluña.
El Anarquismo, por su misma esencia, fue un movimiento muy poco
organizado y con variadas tendencias, que le dan esa falta de unidad y
cohesión característica.
En 1881, se constituye en Barcelona la Federación de Trabajadores de
la Región Española, FTRE, que pretende dirigir y unificar las acciones del
anarquismo español y que pronto cae en decadencia. Decadencia provocada
por la división en su seno entre los anarquistas catalanes, partidarios de la
lucha laboral pacífica a través de manifestaciones y huelgas y los anarquistas
andaluces, partidarios de las acciones violentas y de la revolución. También
contribuye a su decadencia los sucesos relacionados con La Mano Negra, una
sociedad secreta anarquista que en Andalucía se dedicó a provocar todo tipo
de acciones violentas y revueltas. La represión del gobierno fue muy dura,
acabando en 1883 con sus líderes condenados a muerte o condenados a
trabajos forzados, represión que se generalizó contra todos los anarquistas.
Como consecuencia, la FTRE se disuelve en 1888.
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Durante estos años (hasta la década de los 90), el anarquismo español
se caracteriza por ser muy utópico. Está tan convencido de la verdad de sus
ideas, que no duda de que al final toda la humanidad acabará apoyándolas,
incluso la burguesía porque, aunque perderá riqueza, ganará en felicidad. Sus
activistas viajaban de pueblo en pueblo, viviendo de limosnas y predicando sus
ideas: Todo se reduce a una revolución que haga desaparecer al Estado, la
Iglesia o el Ejército, males de la sociedad. Tras ella, la sociedad, buena por
naturaleza, practicará una vida honesta, sencilla, en la que todos son iguales.
La simplicidad de sus teorías explica que haya prendido tanto entre las masas
campesinas de Andalucía.
A partir de los años 90, los anarquistas fueron tomando conciencia de
que sus doctrinas eran utópicas y de que no prendían en la totalidad de la
sociedad, sobre todo entre la clase dirigente. En consecuencia, sin renunciar a
ellas, van a cambiar de táctica. Se impuso lo que llamaron la “propaganda por
el hecho”, cuya manifestación más importante es el recurso al terrorismo.
Así, se defiende que la estructura social sólo puede cambiarse mediante
una revolución, que puede estallar provocando un acto terrorista significativo
contra la Iglesia, Ejército o los políticos. Este acto puede actuar como
detonador para el estallido de la revolución. El terrorismo anarquista español
hay que enmarcarlo en un contexto europeo en el que el Anarquismo provocará
importantes atentados terroristas con el mismo fin.
Los atentados son acciones individuales asumidas públicamente por sus
autores. En España, la ola de atentados comienza en 1891, con el estallido de
una bomba en el edificio de la patronal en Madrid; En 1892, se producen
violentos atentados en Jerez; En 1893, tiene lugar el atentado contra el general
Martínez Campos en Barcelona durante un desfile, del que sale ileso.
Con cada atentado, la represión policial contra los anarquistas se va
haciendo más fuerte e indiscriminada. En represalia por el atentado de
Martínez Campos, un anarquista será ejecutado a los pocos días. Se va
entrando en una espiral de terror: a la represión policial, responden los
anarquistas con nuevos atentados, lo que aumentan la represión y los actos
terroristas. Así, en 1893, en venganza por la ejecución de su compañero,
estalla una bomba en el Liceo de Barcelona, que provoca 16 muertos.
Reacciona el gobierno, aumentando la represión y aprobando una Ley
antiterrorista muy dura. En 1896, estalla otra bomba durante la procesión del
Corpus en Barcelona, lo que provoca una segunda ley antiterrorista todavía
más dura, por la que varios anarquistas fueron ejecutados por el atentado del
Corpus. Por último, en 1897, un anarquista italiano, Angiolillo, vengó la muerte
de sus camaradas con el asesinato de Cánovas del Castillo en una calle de
Madrid, provocando una importante crisis en el sistema de la Restauración.
Desde principios del Siglo XX, tras la crisis del 98, el anarquismo vuelve
a cambiar sus tácticas al comprobar que muchos de sus objetivos no se
cumplían y que no lograba el apoyo de la mayoría de la sociedad. En
consecuencia, se fue abriendo paso la idea de la sindicación, de lo que se
conoce como el anarcosindicalismo. En ello, influyen dos hechos básicos: 1) La
influencia de las ideas de Kropotkin, el otro líder del anarquismo junto a
Bakunin, que defendía la necesidad de organizarse en sindicatos para tener
una mayor efectividad a la hora de lograr los objetivos. 2) El ejemplo de los
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socialistas, férreamente organizados en torno al PSOE y la UGT, que habían
pasado de ser un movimiento minoritario a tener una gran cantidad de afiliados.
Como consecuencia, teniendo como centro Barcelona, el anarquismo
comenzó a organizarse, aunque no por ello abandona la táctica del terrorismo.
Así, en 1904 se funda en Barcelona un sindicato anarquista: Solidaridad
Obrera. El sindicato creció y se extendió por toda Cataluña gracias al tandem
formado por sus dos líderes: Ángel Pestaña, un hombre seco y duro, poco
capacitado para arrastrar a las masas, pero un gran organizador. Pestaña
encontró el complemento ideal en Salvador Seguí, menos culto y disciplinado,
pero gran orador y agitador que sabía atraerse fácilmente a las masas. Al
mismo tiempo, otro anarquista, Ferrer Guardia fundaba sus escuelas por toda
Cataluña y aparecía el periódico anarquista Tierra y Libertad.
El éxito de Solidaridad Obrera lleva a los anarquistas a plantearse la
formación de un sindicato a nivel nacional. Así, en octubre de 1910, en un
congreso celebrado en Barcelona nace la Confederación Nacional de
Trabajadores, la CNT, sindicato anarquista encargado de dirigir el movimiento.
Un sindicato que carecía de órganos de dirección y de mandos propiamente
dichos, cuyas decisiones se tomaban en asambleas locales, regionales o
nacionales. Se negaría siempre a cualquier pacto o alianza con partidos no
obreros y a participar en cualquier tipo de elecciones. También mantuvo el
recurso al terrorismo. A su frente estuvieron Pestaña y Seguí. Entre los
principales hechos protagonizados por el anarquismo entre 1900 y 1923,
podemos destacar:
1) En 1909, antes de la creación de la CNT, participan en la Semana
Trágica de Barcelona. La decisión de Maura de enviar tropas a Marruecos
provoca un gran descontento popular. Socialistas y anarquistas convocan una
huelga general en todo el país. En Barcelona, las masas tomaron las calles y
durante una semana fue una ciudad sin control, si bien se acepta por la
mayoría de historiadores que en los sucesos no hubo una dirección, sino que
fue una actuación pasional y primaria de la masa. La represión del gobierno fue
muy dura, uno de los ejecutados fue el anarquista Ferrer Guardia, lo que
provoca una fuerte reacción internacional y la unión de todas las fuerzas
políticas contra Maura, provocando su caída.
2) El asesinato de Canalejas en 1912, a pesar de que su labor había
contribuido a mejorar las condiciones de trabajo, reduciendo la conflictividad
social: Jornada laboral de 9 horas en las minas, regulación del trabajo de la
mujer, supresión del impuesto de consumos, modificación del servicio
militar..etc. Otro presidente del gobierno que moriría por un atentado terrorista
sería Eduardo Dato en 1921.
3) Entre 1914 y 1916 provoca frecuentes huelgas y revueltas que
aumentan la conflictividad social, causadas por el alza de los precios y la falta
de productos básicos en los mercados como consecuencia de la I Guerra
Mundial (los productos se exportaban a los países beligerantes que pagaban
más).
4) La huelga revolucionaria de 1917. Fue el acontecimiento más
importante protagonizado por el movimiento obrero en esta etapa.
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Entre las causas, destacan: a) El aumento del malestar entre las clases
bajas por la carestía de los productos y su falta en los mercados, al ser
vendidos a los países beligerantes en la I Guerra Mundial. b) Coincidiendo con
el estallido de la guerra en 1914, se da un gran aumento de afiliados a los
partidos y sindicatos obreros que les da gran fuerza. A finales de 1916, los
sindicatos convocan una huelga general que fue un éxito y obliga al gobierno a
recibir a los líderes sindicales que les entregan sus peticiones. El gobierno
promete estudiarlas, pero no hace nada en concreto, lo que alimenta el
descontento entre los obreros. c) La inestabilidad política del país provocada
por las Juntas Militares de Defensa y la Asamblea de Parlamentarios.
Asamblea que contaba con la participación de los socialistas y el apoyo de los
anarquistas. d) El atraso económico de España y la toma de conciencia entre el
proletariado de que la clase política no iba a hacer nada para solucionar sus
problemas.
En Marzo de 1917, la UGT y la CNT firmaban un acuerdo y realizaba un
manifiesto en el que se convocaba a una huelga general a todos los
trabajadores. Una huelga pacífica e indefinida con el objetivo de formar un
gobierno provisional y unas Cortes constituyentes que impusieran un nuevo
régimen en España, objetivos muy parecidos a los de la Asamblea de
Parlamentarios.
Sin embargo, pronto aparecen divergencias entre los organizadores: 1)
La CNT quería que la huelga se convocara cuanto antes, confiando en que la
huelga de todo el proletariado daría lugar a una auténtica revolución social.
Recelaban, por el contrario, del apoyo que los republicanos estaban dando a la
UGT Y PSOE, pues los veían como burgueses y enemigos de clase. 2) PSOE
y UGT, por el contrario, preferían retrasar la convocatoria hasta no tener
seguridad del éxito de la huelga. Decían no estar preparados y consideraban
más apropiado utilizar su poder de convocatoria en apoyar a la Asamblea de
Parlamentarios, que tenía los mismos fines. En el fondo, ni los republicanos, ni
los catalanistas, ni los socialistas, deseaban una huelga revolucionaria
inminente, cuyas consecuencias no podían preverse.
Al final, todo se precipita por una huelga de ferroviarios en Valencia,
duramente contestada por el gobierno y la patronal con despidos sin posibilidad
de readmisión. En solidaridad, las huelgas se extienden por todo el país y todas
las ramas de la producción, por lo que la UGT y el PSOE se vieron obligados,
con escaso entusiasmo, a sumarse a la convocatoria de huelga general de la
CNT para el día 13 de Agosto.
La huelga fue planteada en términos pacíficos por el PSOE y la UGT,
mientras que la actitud de la CNT fue mucho más radical y violenta. Tuvo una
incidencia muy desigual, no contó con el campesinado y tuvo sus principales
focos en Madrid, Barcelona, País Vasco y Asturias. En Asturias, los
enfrentamientos entre el ejército y los mineros fueron muy violentos, la
represión del ejército contra los mineros fue muy dura que, sin embargo,
lograron resistir varias semanas.
La huelga resultó un fracaso por varios factores: 1) La actitud del
ejército, incluidas las Juntas Militares, que decidieron apoyar al gobierno y
mantener el orden público. 2) La rápida reacción del gobierno, que declaró el
estado de guerra y detuvo rápidamente a los miembros del comité director de la
huelga. 3) La negativa de republicanos y nacionalistas a apoyarla. 4) La dura
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represión de carácter laboral que llevaron a cabo los patronos contra los
huelguistas y sus simpatizantes. 5) La no participación del campesinado.
5) El anarquismo entre 1918 y 1923. El fracaso de la huelga general
desarticuló momentáneamente al movimiento obrero. Pero pronto se rehizo y
se inicia una etapa de gran conflictividad social provocada por: 1) La actitud de
dureza de muchos empresarios ante la crisis económica que se da tras la
finalización de la I Guerra Mundial. 2) La influencia del triunfo de la revolución
en Rusia, que inyectó grandes dosis de entusiasmo entre el proletariado
español. 3) El crecimiento en la afiliación de los sindicatos. 1920 es el año que
se señala como el de mayor afiliación, calculándose que la UGT alcanzaba los
250.000 afiliados y la CNT los 500.000. 4) La radicalización de los sindicatos
obreros, en los que los viejos cuadros dirigentes serán reemplazados por una
nueva generación mucho más combativa. Como consecuencia se inicia una
etapa de constantes huelgas, revueltas, atentados …etc, que ponen de
manifiesto la importancia que el problema social va tomando en España. Los
hechos más importantes protagonizados por el anarquismo en estos años son:
a) En Andalucía se desarrolla el llamado “Trienio Bolchevique”. La
miseria en que vivían la mayoría de los jornaleros, el aumento de los precios de
los productos y la influencia de la victoria de los soviets en Rusia, da lugar a
una amplia movilización del campesinado andaluz guiado por la CNT y, en
menor medida, por la UGT. En el verano de 1918, se convoca una huelga
general en Córdoba y de ahí se extiende por toda la zona. A partir de aquí, se
suceden la quema de cosechas, la ocupación de fincas, el reparto de
propiedades entre los jornaleros y muchos municipios fueron controlados por
comités de huelga. La declaración del estado de guerra por el gobierno, una
dura represión por parte de las fuerzas de orden público, la clausura de los
sindicatos y la detención de los líderes pondrían fin a las revueltas en
Andalucía en 1920, tras tres años de luchas.
b) En Cataluña, el progreso de la CNT fue imparable. Pese al fracaso de
la huelga de 1917, los anarquistas siguieron sumando afiliados y su
reorganización culmina con el Congreso de Sants en 1918. Un congreso muy
importante pues en él se decide el abandono de los sindicatos por oficio y se
imponen los sindicatos únicos, que reunían a todos los oficios de una zona y
que mejoraban mucho la unidad de acción.
Otro tema que hubo de solucionar el anarquismo español fue la cuestión
de la III Internacional que se había fundado en Rusia. Una internacional
enteramente comunista, formada por la fusión de dos tendencias: a) Los
ortodoxos, fieles seguidores de las ideas de Marx. b) Los revolucionarios, que
defendían la revolución como método para alcanzar el poder y no aceptaban la
participación en las elecciones. Sería la seguida por los partidos comunistas.
Esta internacional marginaba a una parte del socialismo que se había
formado de la unión de otras dos tendencias: a) La revisionista, seguidora de
las ideas de Berstein, que critica algunas de las ideas de Marx y propone otras
nuevas. b) La reformista, partidaria de alcanzar el poder pacíficamente
participando en las elecciones y , una vez en él, realizar la revolución socialista.
Sería la seguida por los partidos socialistas o socialdemócratas.
En el Congreso de la Comedia de 1919, la CNT decidió unirse a la
Internacional Comunista. Sin embargo, posteriormente, la postura contraria de
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líderes como Pestaña o Leal hizo que en el Congreso de Logroño de 1922, la
CNT se apartara de la Internacional comunista y de la influencia soviética.
Otro hecho importante fue la huelga de La Canadiense de 1919. Era la
compañía que suministraba luz y energía a Barcelona. Con motivo del despido
de varios trabajadores, el resto se declara en huelga. Días más tarde fueron
apoyados por los obreros textiles, los de los ferrocarriles y los tranvías. En el
fondo, los anarquistas estaban probando la fuerza de los Sindicatos Únicos
creados en Sants. Fue un éxito, durante 44 días paró el 70% de la industria de
la provincia de Barcelona y las autoridades tuvieron que acceder a las
peticiones de los huelguistas. Sin embargo, días después se decidió convocar
otra huelga para que se concediera la libertad a aquellos obreros que ya
habían sido juzgados por los tribunales. Esta vez fue un fracaso, hubo una
fuerte represión del gobierno y los líderes sindicales fueron encarcelados.
El último hecho destacable dentro del anarquismo por estos años es que
entre 1918 y 1919 se fue radicalizando el movimiento, de manera que frente a
la tendencia sindicalista de líderes antiguos como Pestaña, que apostaban por
la negociación, se fue imponiendo una tendencia proclive a los actos violentos,
al terrorismo, mucho más combativa, representada por una nueva generación
liderada por Durruti. Se impuso, entonces, la estrategia de la “acción directa”,
que da lugar a constantes choques, enfrentamientos armados y todo tipo de
actos terroristas. A ello, responden con dureza el gobierno que envía a
Cataluña al general Martínez Anido y al jefe de policía Arlegui, que no dudan en
poner en práctica un verdadero terrorismo de estado (Ley de Fugas). Además,
también respondieron los empresarios que crean los llamados Sindicatos
Libres, verdaderos bandas armadas para combatir a los anarquistas. Todo ello
provoca una gran conflictividad social en Cataluña hasta la llegada de la
dictadura de Primo de Rivera, con innumerables atentados, sabotajes y
asesinatos como el del líder anarquista Salvador Seguí.
b.- El Socialismo.
El éxito y desarrollo del anarquismo hizo que el socialismo tuviera
escaso desarrollo en los primeros años, quedando reducido a una serie de
grupos minoritarios en Cataluña y, sobre todo, en Madrid en torno al gremio de
los tipógrafos.
En 1879, el más activo de estos tipógrafos, Pablo Iglesias funda el
PSOE, integrado por 25 compañeros. Al igual que el anarquismo, los primeros
pasos se desarrollan en la clandestinidad, hasta 1882 en que por la Ley de
Asociaciones será legalizado.
Entonces, Pablo Iglesias quiso hacer una demostración de fuerza y
organizó una huelga de imprenta. Fueron pocos los huelguistas, pero sus
resultados se hicieron notar al no salir los periódicos a la calle. Entonces
Sagasta hizo encarcelar a varios de sus líderes y se despidió a otros, que
tuvieron que buscar trabajo en otros lugares de España. Esta dispersión servirá
para difundir las ideas socialistas por toda España, siendo muy apoyadas en
las provincias del Norte.
A pesar de los esfuerzos, los progresos del socialismo en España fueron
muy lentos. Dos motivos aducen la mayoría de los historiadores: 1) Su “fe
parlamentaria”, es decir, su programa de alcanzar el poder mediante la lucha
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política, participando pacíficamente en las elecciones. Para la mayoría de
obreros y campesinos españoles la política corrompía, así creyeron que una
vez los socialistas estuvieran en el Congreso les abandonarían, como habían
hecho todos los partidos políticos a lo largo del siglo. 2) Su disciplina. Pablo
Iglesias fue un hombre muy exigente consigo mismo y con los miembros de su
partido. No toleraba las disidencias, ni conductas relajadas, prohibiendo el uso
del alcohol y el tabaco, por ejemplo. Exigía, así, una serie de cualidades muy
contrarias a la espontaneidad y la forma de ser del obrero o campesino
español.
En 1886 se funda el Socialista, primero semanario y luego periódico
diario. En las bases fundacionales del periódico se establecen los siguientes
objetivos (que son los del partido): Defensa y difusión del programa del partido;
apoyo a las huelgas convocadas; propagar el principio de asociación entre los
obreros; proclamar la independencia del partido, que nunca pactará con un
partido burgués, lo que implica la imposibilidad de llegar a acuerdos politicoelectorales con otros partidos afines, como los republicanos.
En 1888, en un congreso en Barcelona, se funda la UGT, sindicato filial
del partido que, muy lentamente, iría creciendo en el número de sus afiliados.
Sus dos objetivos eran los de reunir en su seno a la mayor cantidad de
trabajadores y crear nuevas asociaciones o sindicatos en aquellos oficios que
aún no los tenían. Por otra parte, se establecía que la UGT llevaría una línea
de acción paralela a la del PSOE, aunque siempre manteniendo su identidad e
independencia.
En 1890, se adoptan dos importantes decisiones de acuerdo con las
directrices establecidas por la II Internacional: 1) Celebración del 1 de Mayo
como día de los trabajadores. Una celebración pacífica, mediante
manifestaciones en las que se pusiera de relieve las reivindicaciones de los
obreros. No tienen nada que ver, por tanto, con la concepción que del 1 de
Mayo tienen los anarquistas, que se inclinan por la huelga general
revolucionaria para este día, con todo tipo de actos violentos. 2) La fundación
por toda España de La Casa del Pueblo, como centros que servirían tanto para
educar a los obreros, como para difundir las ideas del socialismo entre ellos.
Desde principios de los años 90, el partido socialista jugaría con un
doble programa de objetivos: Por una parte, aspiraba a la revolución y
sustitución de la burguesía por el proletariado como clase dominante y a la
socialización de los medios de producción; Por otra, aceptaba participar en el
juego político, en la lucha parlamentaria, defendiendo desde allí las mayores
mejoras posibles para clase obrera. Esta dualidad pudo ser más perjudicial que
beneficiosa para el socialismo, ya que la mayoría de los obreros desconfiaban
de la política y los partidos políticos no estaban dispuestos a admitir en la lucha
parlamentaria a un partido que confesaba que su objetivo, una vez en el poder,
era eliminarlos a todos.
A pesar de todo, el socialismo fue creciendo y organizándose
sólidamente, de manera que a principios el Siglo XX comenzará a conocer una
gran expansión, dejando de ser un partido minoritario.
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Todo cambiará desde principios del Siglo XX. Por una parte, el PSOE y
la UGT van a conocer una gran expansión, creciendo mucho el número de
afiliados. Por otra, tras un intenso debate interno, el partido se irá decantando
hacia el parlamentarismo, abandonando el radicalismo de sus posiciones
iniciales. Surgen, también, nuevos líderes como Indalecio Prieto, Largo
Caballero, Fernando de los Ríos o Julián Besteiro.
El problema más importante al que tuvo que enfrentarse el socialismo
español durante esta etapa fue el de su unión o no a la III internacional. Como
hemos visto, se trataba de decidirse entre adoptar la postura de los partidos
comunistas, encabezados por el PCUS de la URSS, de tendencia ortodoxa y
revolucionaria y la de los partidos socialistas o socialdemócratas de tendencia
revisionista y reformista.
Los debates en el seno del PSOE fueron muy intensos y se
desarrollaron a lo largo de tres Congresos Extraordinarios. En todos, hay una
fuerte confrontación entre el bloque a favor de la integración, llamados los
terceristas, con líderes como Anguiano, García Quejido o Virginia González y
los contrarios a la integración entre los que están los líderes con más peso:
Pablo Iglesias, Besteiro, Largo Caballero.
Mientras se celebran estos congresos, de manera sorprendente, en un
Congreso Extraordinario, las Juventudes Socialistas deciden integrarse en la III
Internacional y separarse del partido socialista, fundando su propio partido: el
Partido Comunista Español (PCE) en 1920. En el Congreso de 1921, el PSOE
decide no integrarse en la Internacional, sin embargo, los terceristas decidieron
separarse del partido y fundar uno propio, el Partido Comunista Obrero
Español. Posteriormente, ambos partidos comunistas se fusionan fundando el
definitivo PCE (Partido Comunista de España), partido minoritario y sin mucha
influencia hasta la Guerra Civil, durante la que se convertirá en el principal
partido de izquierdas de España.
Entre los hechos más importantes protagonizados por el socialismo
español entre 1900 y 1923, destacan:
1.- En 1910, tras los sucesos de la Semana Trágica, se presentan a las
elecciones formando una coalición con los republicanos, la Conjunción
republicano-socialista, que obtiene un importante éxito. Pablo Iglesias obtiene
un escaño, siendo la primera vez que un socialista entra en el parlamento
español.
2.- La participación en los sucesos revolucionarios de 1917. Por una
parte, los socialistas participan en la Asamblea de Parlamentarios, cuya
finalidad era dar una nueva Constitución al país que cambiara totalmente el
régimen que tenía. La Asamblea terminaría fracasando por la desunión entre
los grupos que la formaban: nacionalistas catalanes, republicanos y socialistas,
por la sólida actitud tomada por el gobierno de Dato y por la huelga general
planteada por los obreros en agosto de 1917.
Por otra, participaron, como hemos visto ya, en la huelga general de
1917 junto a los anarquistas.
c.- El Sindicalismo Católico.
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La doctrina preconizada por el Papa León XIII supuso una renovación de
los planteamientos de la iglesia con respecto a la lucha obrera. Desde
entonces, los medios católicos trataron de atraerse a la masa obrera con la
creación de círculos católicos que les ofrecían asistencia médica, ayuda
económica, facilidades de empleo…etc, con fondos que procedían de cuotas
pagadas por los obreros y, sobre todo, de los ricos socios honorarios.
En España, la figura que desarrolló el sindicalismo católico fue el padre
Vicent, que creó su primer círculo católico en Manresa en 1864. La influencia
de los círculos católicos en las zonas industriales fue prácticamente nula,
mientras que en las zonas agrícolas fueron asentándose lentamente. Las
zonas de expansión mayor del sindicalismo católico fueron aquellas en las que
predominaba la pequeña propiedad: Navarra, Castilla-León y Cataluña. Desde
principios del Siglo XX, además de los círculos, aparecen los Sindicatos
Católicos Libres. El más importante fue el creado en el País Vasco, el sindicato
Solidaridad de Trabajadores Vascos (STV), estrechamente unido al PNV, que
se va a convertir en el sindicato más importante del País Vasco.
En general, a pesar de los esfuerzos, el sindicalismo católico quedaría
reducido a muy pocas zonas del país y contaría con un número muy bajo de
afiliados siempre.
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