Representantes de colectivos e investigadoras feministas afirman que las leyes... aborto en cualquiera de sus manifestaciones no han sido efectivas,...

Nicaragua: Persiguen a mujeres por abortar
Martes, 11 de Junio de 2013 14:49
Representantes de colectivos e investigadoras feministas afirman que las leyes que prohíben el
aborto en cualquiera de sus manifestaciones no han sido efectivas, sino que el acceso a la
práctica del mismo es un problema de justicia social.
Por Confidencial 
Desde que la Asamblea Nacional aprobó el nuevo Código Penal de Nicaragua, instrumento que
penaliza la figura del aborto terapéutico a partir de noviembre de 2007, 132 personas fueron
perseguidas, detenidas o denunciadas por interrumpir embarazos entre 2008 y 2011, revela un
estudio de Fundación Sí Mujer, organización que basó su investigación en datos ofrecidos por
la Policía Nacional.
Aunque la Fundación no logró conocer si las autoridades abrieron procesos judiciales en contra
de este centenar de ciudadanos, los datos que la institución compartió hasta hace dos años les
permitieron hacer un perfil de los implicados. Noventa y cuatro de los mismos eran mujeres con
bajo nivel de escolaridad que no contaban con oportunidades laborales y vivían en pobreza o
pobreza extrema. El resto, 38 hombres, participaron en interrupciones de embarazos.
Según explican en el documento, al dividir las denuncias por tipo de delito las
estadísticas de la Policía Nacional y la Comisaría de la Mujer y la Niñez señalaron que
65% de los casos correspondían a abortos, 19% a abortos sin consentimiento, 11% a
abortos imprudentes, 4% a lesiones imprudentes al no nacido y un 2% a lesiones al no
nacido.
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Representantes de colectivos e investigadoras feministas consultadas por Confidencial afirman
que estas cifras no sólo demuestran que las leyes que prohíben el aborto en cualquiera de sus
manifestaciones no han sido efectivas, sino que el acceso a la práctica del mismo es un
problema de justicia social, pues quienes no tienen posibilidades económicas para salir del país
o de practicarlo en un lugar seguro deben optar por opciones que atentan contra su salud.
Mujeres siguen practicándose abortos
El estudio de Sí Mujer, titulado "Diagnóstico Nacional (1994-2012)", el cual hace un detallado
análisis de los últimos cuatro gobiernos del país en materia de Derechos Humanos de las
mujeres, no es el único que aborda las consecuencias de la prohibición del aborto en
Nicaragua. Una encuesta realizada por el Colectivo de Mujeres de Matagalpa entre 2003 y
2009 evidenció que el 66% de 3,918 mujeres consultadas en este departamento dijeron
haberse practicado un aborto satisfactoriamente.
"Lo que demuestra que cuando una mujer está decidida a practicarse un aborto no hay
nada que la detenga", manifestó Soraida Torres, miembro de la organización y enlace
nacional de la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe (RSMLAC).
Cuatro años más tarde, con el nuevo Código Penal vigente, este colectivo continúa registrando
abortos. Torres explicó que el año pasado condujeron una encuesta con 369 mujeres de zonas
urbanas y rurales de Matagalpa. De ellas, un 67% admitió habérselo practicado. La
representante de la organización explicó también que 60 de las consultadas eran mayores de
18 años, 222 tenían entre 19 y 20 años, y 87 eran mayores de 31 años.
"No queremos que el tema se siga tapando. El aborto sigue siendo un mito, se habla de
él de una manera muy negativa, pero tenemos que hablar de esto. No queremos seguir
callando y diciendo que no sucede. Pasa y va a seguir existiendo, aunque las leyes lo
prohíban", aseguró Torres.
Opinión pública pide revisión de leyes
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Hace tres años, el Grupo Parlamentario Pro Objetivos de Desarrollo del Milenio realizó una
encuesta sobre la necesidad de interrumpir el embarazo para preservar la vida y salud de la
mujer. En esa consulta, el 85% de los encuestados alegó que la decisión de interrumpir el
embarazo correspondía a las mujeres y apenas un 3% dijo que el tema le competía al Estado.
De igual manera, en marzo de 2012 la firma M&R Consultores realizó otra encuesta cuyo foco
era descubrir qué opinión tenían los nicaragüenses del aborto, investigación encargada por el
Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM). La pesquisa reveló que el 76% de la población
consideraba que las leyes que prohíben el aborto deberían revisarse.
Sin embargo, ni estas dos consultas ni los pronunciamientos que comités de Derechos
Humanos como los realizados a finales de 2006 por la Organización de las Naciones Unidas
(ONU) o la Federación Latinoamericana de Obstetricia y Ginecología (FLASOG) lograron
reabrir una discusión sobre las leyes que prohíben el aborto terapéutico. No se logró al final del
mandato de Enrique Bolaños ni actualmente, con el gobierno de Ortega.
"El Estado no escucha a la ciudadanía. Los diputados no actúan en base a su libre
albedrío (...) La sociedad civil no espera que los diputados sean expertos en todo. Si se
dejaran asesorar, si escucharan muchas voces y si actuaran en representación de la
ciudadanía ellos tendrían un gran caudal de argumentos que les permitirían fundamentar
sus decisiones", expresó Ana María Pizarro, investigadora feminista y ginecóloga argentina
que reside en Nicaragua desde hace tres décadas.
Médicos entre la espada y la pared
Entre las mayores consecuencias de la derogación del aborto terapéutico está el dilema ético al
que son expuestos los profesionales de la medicina. Según el informe de Sí Mujer, los médicos
son más vulnerables a penas de cárcel al momento de atender a una mujer en cualquier etapa
del embarazo.
En realidad, este dilema se remonta a Septiembre de 2006, dos meses después de que el
gobierno de Bolaños eliminara esta figura. En aquel entonces, el Ministerio de Salud (MINSA)
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ordenó la utilización de Normas y Protocolos para la Atención de Complicaciones Obstétricas,
publicadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
En el estudio de Sí Mujer alegan que al pedir a los doctores manejar un aborto inminente, del
huevo muerto retenido, una Pre Eclampsia grave, entre otros peligros del embarazo, la
institución contradice lo estipulado por el artículo 143 del Código Penal, el cual informa que
quien practique un aborto con el consentimiento de una mujer será sancionado con uno a tres
años de prisión, además de la inhabilitación para ejercer la profesión (de 2 a cinco años).
"Si los médicos están bien enterados de la legislación saben que por encima del Código
Penal sólo está la Constitución y no un protocolo del MINSA. A ellos les han dejado sólo
una vía, que es ir a la cárcel. Las mujeres tienen dos posibilidades: ir a la cárcel o morir.
Eso no es cristiano, no es socialista ni es solidario", afirmó Ana María Pizarro.
La salida legal de Beatriz
La discusión sobre la penalización del aborto terapéutico abrió un intenso debate en El
Salvador desde que en marzo pasado, una joven de 22 años que padece lupus, fallas renales y
anemia, solicitara el Estado que le permitiese practicarse un aborto de esta índole, pues
también estaba embarazada con un bebé anencefálico.
El 29 de mayo, tres de los cuatro magistrados de la Corte Suprema de El Salvador rechazaron
un recurso de amparo que miembros de la Agrupación Ciudadana para la Despenalización del
Aborto Terapéutico presentaron ante este poder del Estado, alegando que la prohibición del
procedimiento vulneraba el derecho a la vida y a la salud, establecido en los artículos 2 y 65 de
la Constitución.
En su fallo, la Corte determinó que Beatriz, nombre ficticio de la joven, no corría peligro alguno,
a pesar de que el director del Hospital de Maternidad, Roberto Sánchez Ochoa, explicara que
debían interrumpir el embarazo por el cuadro clínico que presentó durante su primera
gestación, durante el cual sufrió de crisis hipertensivas.
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En una resolución histórica, La Corte Interamericana de Derechos Humanos exigió a las
autoridades salvadoreñas aplicar las medidas necesarias para que los médicos evitaran daños
irreparables en la vida de "Beatriz. Dicho pronunciamiento es el primero que el órgano judicial
de la Unión de Estados Americanos (OEA) establece en un caso de aborto, lo que podría
sentar un precedente en el istmo centroamericano.
La salida legal que María Isabel Rodríguez, ministra de Salud de El Salvador, presentó en este
caso fue el de inducir el parto si la salud de la joven se complicaba. En una entrevista
concedida al diario español El País, la ministra dijo que harían todo lo posible para preservar la
vida de la salvadoreña.
"No estamos trabajando para la destrucción del feto, pero sus condiciones se han
demostrado incompatibles con la vida", afirmó Rodríguez.
El pasado 4 de Junio, la joven dio a luz a una niña por medio de una cesárea inducida. Pero la
bebé, que era anencefálica, murió horas después, según informó la organización proaborto que
la acompañó durante todo el proceso. 'Beatriz' fue operada por médicos del Hospital de
Maternidad de San Salvador, donde se encontraba desde varias semanas atrás.
Esta fue la única salida en una de las seis naciones que prohíben el aborto terapéutico en el
mundo, entre las cuales figuran Nicaragua, República Dominicana, Chile, El Salvador y
Honduras.
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