2152546 LA ENCOMIENDA La encomienda en las indias comienza en el año 1503 en la isla la Española. Esta comprendía un cierto número de indios que se le daban a un conquistador para su USUFRUCTO, lo cual significaba que trabajarán las tierras y pagarán un tributo, y no como PROPIEDAD, como muchos lo entendieron, ni menos aún como esclavitud. No sólo los indios tenían deberes y obligaciones, sino que los encomenderos también, tales como el servicio militar, reparar caminos, educar a los indios en la fe cristiana, darles protección, cuidarlos y sustentarlos. Este concepto fue evolucionando con el tiempo y derivando en otro, en el cual el usufructo cambió a propiedad y muchos, aunque no todos, se olvidaron de sus deberes para con los indios, como la evangelización y protección, y terminaron imponiéndoles el trabajo. Aunque no todo fue tan negativo. Los españoles basaban sus derechos a disponer de los indios en la Donación Papal de la Bula Inter Caetera y también por una misión evangelizadora, ya que los indígenas no habían aceptado pacíficamente la autoridad de los reyes ni el cristianismo por lo que debían imponerles, si era necesario con la fuerza, la encomienda. Inicialmente con una perspectiva económica a la cual luego se entrecruzaron otros intereses como fueron el problema del trabajo de las tierras, el interés fiscal y también uso espiritual y político; la cual si bien en un principio la corona aceptó, lo hizo con ciertas restricciones, ya que para ellos los indios eran vasallos libres y, por tanto, debían respetarlos y tratarlos con cierta igualdad. La encomienda tuvo diferentes evoluciones y desarrollos según lo que tocaba vivir en las diferentes partes de América, como en el caso de Chile donde no fue fácil imponer la encomienda, debido al bajo grado de desarrollo cultural de los indios, ya que no entendían que debían trabajar para pagar tributos, por lo que se tuvo que usar la fuerza para hacerlos trabajar y también para mantenerlos en orden, debido a que eran muy propensos a las rebeliones; es por ésto que en Chile terminó implantándose el trabajo forzado, el cual prevaleció sobre el concepto de encomienda como pago de tributo. Las Leyes y Disposiciones Reales o se cumplían a medias o simplemente no se cumplían y en algunos casos los indígenas eran tratados inhumanamente; fue por esto que tuvieron que dictarse las mismas leyes reiteradamente. Las autoridades muchas veces no exigían el cumplimiento de éstas a lo que se le agregaba la ignorancia de los indígenas para hacer ejercer sus derechos , los cuales no conocían. Todo esto derivó en el uso de mujeres y niños en los mismos trabajos que los hombres, el uso de ellos como transporte de carga y también el arriendo de indígenas. Además, muchos encomenderos se olvidaron de sus deberes de protección, mantenimiento y evangelización de los indígenas. Todo ésto, además de otros factores como el mestizaje y las pestes entre otros, produjeron una fuerte disminución de la población indígena. Fue debido a ésto que los Reyes, especialmete Isabel la Católica y también clérigos como Fray Antonio de Montecinos, Fray Bartolomé de las Casas, lucharon durante la existencia de la encomienda por regularla y muchas veces anularla; aunque, por un lado, la veían económicamente beneficiosa y hubiera sido más fácil para ellos no haber luchado contra ella, debido a la fuerza que ésta tenía en América; no se aceptaron los abusos cometidos y más aun la corona dictó numerosas leyes como las de 1512−13, 1523, 1525, 1526, 1528, 1529 y 1542, donde se trató de abolir la encomienda, prohibir más encomiendas de las que ya habían, etc. Dentro de estos intentos de regular e incluso abolir la encomienda cabe destacar dos ordenanzas de gran importancia: las de 1512−13 y las de 1542. En las LEYES DE BURGOS, de 1512, se notaba mucho la preocupación de los Reyes por los indígenas y fue por ésto que trataron de regir sus vidas de una manera en que tuvieran un mayor contacto con los españoles radicados en las Indias, para que así este contacto terminara con muchos de los males que afectaban a los 1 indios, como eran el ocio y los vicios. Esto se lograría a través del trabajo y la fe que recibirían de la enseñanza de los españoles, además de que ellos y debían preocuparse de alimentar, vestir y dar un lugar para vivir a los indígenas, garantizándoles así, las mínimas condiciones para subsistir; además todo ésto debía ser de buena manera y con buen trato a los indios, y nunca usando la violencia. Así mismo se consideraba de mucha importancia que los indios fuesen instruidos en la fe cristiana y que esto fuera hecho con mucho amor y dulzura y por esto buscaban las mejores formas para que los españoles lo hicieran, como también se le daba importancia a la asistencia a misa por parte de los indígenas, por lo que para facilitarlo, ésto también se encontraba regulado. La Corona veía a los indígenas como vasallos libres y es por esto que había una igualdad ante la religión, lo que se ve reflejado en la importancia de que ellos fueran sepultados de la misma forma y con la misma preocupación que la de un peninsular, y también se reflejaba en la importancia dada al bautismo. A su vez estas leyes también regularon el trato que tenían los encomenderos con los indígenas durante el trabajo, por lo que se prohibió el uso de éstos para la carga y se les dieron 40 días de descanso luego del tiempo de trabajo en las minas. Además se les exige un buen trabajo para con ellos y una mínima alimentación, vestimenta y vivienda; también se regula el trabajo de la mujer y los niños y se penan los abusos y golpes a los indios y se prohiben cualquier nombre o sobrenombre para burlarse de ellos. Para evitar cualquier incumplimiento de estas disposiciones se constituyen los VISITADORES. Sin embargo, debido al incumplimiento de estas leyes en América, se continuó con el abuso de indígenas. Es aquí donde surge la persona de Fray Bartolomé de las Casas quien describió en su obra Bravísima Relación de la Destrucción de las Indias, las horribles muertes y abusos del que fueron víctimas los indios, lo que influyó de manera importante en el monarca Carlos V, además de la desconfianza que éste ya tenía en el Consejo de Indias que defendía la encomienda, el cual había sido acusado de aceptar sobornos; todo esto provocó que el 20 de noviembre de 1542, Carlos V promulgara las conflictivas LEYES NUEVAS, en las cuales incluía disposiciones sobre procedimientos para el Consejo de Indias y ordenanzas sobre los indios. Dentro de estas últimas caben destacar las ordenanzas que prohibían la esclavitud de un indio bajo cualquier causa, incluso la de guerra y que ordenaban el trato de los indios como el de cualquier vasallo de la corona, tal como ellos eran considerados por ésta. Sin embargo, lo que produjo mayor controversia y malestar fueron las ordenanzas relativas de las encomiendas en las cuales se prohibía toda futura concesión de indios y que disponía que cuando muriesen los actuales poseedores de ellas, los indios volverían a la Corona (Ley N° 35). Debido al prejuicio que traían estas leyes para los conquistadores, se produjo una respuesta negativa en la mayor parte de América en forma de revueltas y rebeliones en puertos de gran importancia como lo eran México y Perú, donde incluso se decapitó al virrey. Esto provocó que se enviaran informantes y representantes especiales a España para que con su testimonio solicitaran y convencieran al Rey de la urgente necesidad de suspender las Leyes Nuevas y de perpetuar las encomiendas. Fue así como finalmente los consejeros reales cambiaron su opinión sobre las Leyes Nuevas y en conjunto con la presión de los representantes de México, en 1545, el Rey Carlos V revocó la Ley N° 35 y se reestableció el derecho de sucesión de las viudas e hijos. Así, poco a poco las Leyes Nuevas referentes a las encomiendas fueron perdiendo efecto y validez hasta que, finalmente, se reestableció el sistema de encomiendas, que en realidad nunca llegó a suprimirse, a pesar de los intentos de la corona. Esto se debió principalmente a que la Corona no pudo ignorar al pueblo, espacialmente después de la rebelión en Perú y los desórdenes en México, además de que la Iglesia también tenía intereses económicos en la encomienda, por lo que la presión de los conquistadores y además eclesiásticos fue muy fuerte y la Corona deseaba por sobre todo tranquilizar los ánimos y mantener la paz en las Indias. La encomienda, que es una institución muy criticada y cuestionada, no fue meramente abuso y maltrato, ya que cabe destacar los grandes esfuerzos realizados por la Corona, en un principio por mantener el concepto inicia junto con un fin evangelizador y de mantenerla regulada, sin embargo, debido a la ambición de los encomenderos que buscaban más poder, al cual , en España no estaban acostumbrados y que luego en América a una parte de ellos los cegó y los llevó a abusar y maltratar a los indígenas; lo que llevó a la Corona 2 a buscar ponerle fin a esta institución lo cual, a pesar de sus esfuerzos no se pudo lograr debido a la gran fuerza con la cual de radicó la encomienda desde un principio en las Indias. En teoría, la encomienda tenía principalmente un fin económico que también se acompañaba de un civilizador y un evangelizador y que no era un servicio personal para cualquier español, sino que un sistema de tributos para los españoles que se lo merecieran por sus méritos en la conquista; sin embargo, en la práctica la encomienda mayoritariamente tuvo un fin lucrativo, por el cual la ambición de los encomenderos muchas veces fue mayor que el afán evangelizador y en vez de tratar a los indios como iguales y vasallos libres, les impusieron el trabajo y muchas veces los maltrataron; y el gran problema radicó en que, en teoría, la encomienda no llegó a ser lo mismo que en la práctica, lo que hizo aún más difícil los intentos de la Corona para sanear la encomienda. 3