www.fbbva.es DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN NOTA DE PRENSA Interviene hoy en el Ciclo de Conferencias sobre Astrofísica y Cosmología de la Fundación BBVA, en Madrid “El enigma de la materia oscura se resolverá en esta década”, pronostica el astrofísico Konrad Kuijken Kuijken es director científico del Observatorio de Leiden, en Holanda, y lidera uno de los más ambiciosos programas de investigación sobre materia y energía oscuras, de reciente creación La materia y la energía oscuras son dos de los principales misterios de la ciencia actual: constituyen el 95% de todo lo que hay en el universo, pero simplemente no se sabe lo que son Kuijken utiliza lupas gravitatorias naturales, un fenómeno predicho por Einstein, para intentar desentrañar el enigma 14 de diciembre de 2011.- “Nuestra falta de conocimiento es muy incómoda”, afirma Konrad Kuijken, director científico del Observatorio de Leiden, en Holanda. Se refiere a “dos de los principales retos de la física y de la cosmología hoy en día”: desvelar la naturaleza de la materia oscura y de la energía oscura. Pese a sus nombres de ciencia ficción, la materia y la energía oscuras son muy reales. Juntas constituyen el 95% de todo lo que hay en el universo, y simplemente no se sabe lo que son. De ahí la incomodidad de Kuijken, que explica hoy en la Fundación BBVA, en Madrid, cómo los investigadores de este lado oscuro del universo dedican todo su ingenio a interpretar las pistas disponibles y a buscar otras nuevas. Kuijken, director de una de las más ambiciosas campañas de observación en marcha para resolver los enigmas de la materia y la energía oscuras, habla desde la primera línea de ataque al problema. Su conferencia describe la estrategia de investigación astrofísica más prometedora hoy día en esta área, que se basa en el fenómeno -predicho por Einstein- de las lentes gravitacionales. “La mayor parte de la materia y la energía que hay en el universo es oscura: no emite radiación electromagnética [luz] de ninguna clase”, explica Kuijken. “La materia oscura rodea las galaxias, formando halos oscuros que contienen entre seis y diez veces más materia de la que podemos ver. La energía oscura es aún más misteriosa; sólo sabemos de ella que es la causa de que el universo se esté expandiendo cada vez más rápido, en lugar de estar decelerándose por efecto de la gravedad, como se esperaría”. Materia oscura versus energía oscura Que la expansión del universo se está acelerando por la presencia de energía oscura se sabe desde hace una década y es el hallazgo que ha sido reconocido este año con el premio Nobel de Física. El misterio de la materia oscura es más antiguo. Ya en los años treinta del siglo pasado los astrónomos constataron, por observaciones del movimiento de las galaxias, que hay gran cantidad de materia que no se ve, pero que ejerce atracción gravitatoria. Es más, ahora se sabe que es precisamente esta materia oculta la que ha dirigido la formación de las galaxias y de las aglomeraciones de galaxias a lo largo de la evolución del universo –los cálculos indican que la gravedad que ejerce la materia que emite luz no basta para mantener unidas las estrellas en las galaxias-. Pero sigue sin saberse qué partícula elemental constituye la materia oscura. Los físicos han llegado a establecer diversos tipos de partículas candidatas, y varios experimentos han presentado recientemente resultados; su interpretación está no obstante en pleno debate, y aún no hay ninguna detección confirmada. “Sí, el cerco en torno a la materia oscura se está cerrando poco a poco, pero los experimentos de física de partículas que tratan de detectar materia oscura aún no han obtenido resultados convincentes”, dice Kuijken. “Detectar partículas de materia oscura en el laboratorio demostraría su existencia, determinaría sus propiedades y abriría un área nueva para la física de partículas; no detectarlas, en cambio, puede significar bien que realmente no existe la materia oscura, y que por tanto estamos todos equivocados, o bien que no hemos buscado con el cuidado y la sensibilidad necesarias”. En el caso de la energía oscura la situación es más compleja. “La energía oscura realmente parece no encajar en absoluto con lo que sabemos. Podría ser una completa sorpresa, en el sentido de que su explicación podría muy bien ser algo que nadie ha pensado todavía”, señala Kuijken. Las armas de un astrofísico En esta situación, ¿cómo se ataca el problema desde la astrofísica? “Como astrónomo trato de caracterizar cada vez mejor las propiedades tanto de la materia como de la energía oscuras, a la vez que estudio cómo dieron lugar a la distribución a gran escala las galaxias que hoy observamos, y a las propias galaxias”, responde Kuijken. Esto se logra con observaciones astronómicas orientadas a buscar, por ejemplo, la huella gravitatoria de las galaxias oscuras en el movimiento de sus galaxias vecinas. Las observaciones también pueden dar información sobre si la energía oscura ha existido desde siempre; sobre si es la misma en todas partes; o sobre cómo ha cambiado a lo largo de la historia del universo. Una de estas campañas de observación acaba de comenzar. Los investigadores del programa KiDs (Kilo-Degree Survey), coordinados por Kuijken, observarán una 2 vasta región del cielo con los telescopios del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile, estudiando cómo está distribuida la materia oscura. Y para ello usarán en su provecho la fuerza de la gravedad, en concreto las lentes gravitacionales. Las ‘lupas’ de Einstein Tal como indica la teoría general de la relatividad, las grandes acumulaciones de materia –oscura o visible- deforman el espacio-tiempo. Una de las consecuencias de este fenómeno es que la luz que recorre el espacio-tiempo deformado también describe una trayectoria curva, lo que se traduce en que el observador ve una imagen distorsionada. Las grandes agrupaciones de materia funcionan así como lentes, que amplían, distorsionan o incluso duplican la imagen de los objetos astronómicos. Los astrofísicos sacan partido del fenómeno estimando cuánta materia integra la lente, y cómo está distribuida, según el grado de deformación de la imagen. “Dado que la energía y la materia oscuras no parecen interaccionar con la luz ni con las partículas que conocemos, la mejor forma de estudiarlas es medir su gravedad”, explica Kuijken. “Una de las maneras más prometedoras de hacerlo es estudiar cómo se curvan los rayos de luz en los campos gravitatorios, tal como predijo Einstein”. Hasta ahora la investigación astrofísica de la materia oscura se ha centrado en su efecto sobre el movimiento de estrellas y galaxias. El análisis basado en lentes gravitacionales proporciona una instantánea directa de la distribución de materia oscura, y permite estudiar sus posibles cambios a lo largo del tiempo. El programa KiDS no es el único que emplea esta técnica; el satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA), Euclid, que se lanzará en 2019, aprovechará igualmente las lentes gravitacionales. La investigación de la energía oscura también se beneficia esta estrategia. “La energía oscura afecta la velocidad a que se expande el universo, lo que a su vez influye en la rapidez con que crecen las grandes acumulaciones de materia”, explica Kuijken. “Las lentes gravitacionales nos permiten medir la masa de estas estructuras y estudiar su evolución en las distintas épocas del universo; eso nos da información sobre el ritmo al que éste se expande y, por tanto, sobre su contenido en energía oscura”. Un cambio de paradigma ¿Cuándo cree Kuijken que se descubrirá lo que son la materia y la energía oscuras? “Espero que el problema de la materia oscura se resuelva en esta década; en cambio creo que la explicación de la energía oscura requiere avances teóricos extraordinarios, además de observaciones mejores. Estimar cuánto falta para eso… es pura especulación”. Disponer de las respuestas, poder explicar de qué está hecho el 95% del cosmos, supondría un auténtico cambio de paradigma: “¿Adónde nos llevará la física fundamental? Es una cuestión fascinante. ¿Quién hubiera predicho –por ejemplo- el impacto del descubrimiento del electrón?”, dice Kuijken. 3 Konrad Kuijken, catedrático de Astronomía en la Universidad de Leiden, en Holanda, ha observado con los principales telescopios basados en tierra, en observatorios en Australia, Hawai, Arizona, Chile y La Palma, así como con el telescopio espacial Hubble. Se doctoró en Cambridge en 1988 y trabajó en el Instituto Canadiense de Astrofísica Teórica (CITA) y en Harvard. En 1994 se incorporó a la Universidad de Groningen, en Holanda, convirtiéndose en 1999 en uno de los catedráticos de Astronomía más jóvenes del país. En 2002 se trasladó a Leiden, ciudad cuyo observatorio dirige desde 2007. Ciclo ‘La ciencia y el cosmos’ La conferencia de Konrad Kuijken cierra el ciclo La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos, que ha abordado las cuestiones más candentes de la investigación astrofísica actual de la mano de científicos de gran prestigio. Los conferenciantes han sido el catedrático emérito de Física Teórica en la Universidad de Caltech (EEUU) Kip Thorne; el premio Nobel de Física James Cronin; el cosmólogo de la Universidad de Princeton (EEUU) David Spergel; la experta en cosmoquímica y en formación de planetas Ewine Van Dishoeck, de la Universidad de Leiden (Holanda); Martin Asplund, director del Instituto Max Planck de Astrofísica; y Gerard ‘t Hooft, premio Nobel de Física. En las conferencias se ha analizado el cosmos como objeto de investigación por sí mismo, pero también como laboratorio en el que experimentar fenómenos físicos en condiciones imposibles de reproducir en la Tierra. La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos, ha estado coordinado por Ana Achúcarro, catedrática de Física Teórica de la Universidad de Leiden (Holanda) y de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de Comunicación de la Fundación BBVA (91 374 52 10 y 91 537 37 69 ó [email protected]) o consultar en la web www.fbbva.es 4