En memoria de Paulina; Adolfo Bioy Casares

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Biografía del autor:
Adolfo Bioy Casares
(1914 − 1999)
Adolfo Bioy Casares nació y murió en Buenos Aires. Fue uno de los primeros narradores contemporáneos. Su
obra se distingue por su característica a la vez imaginativa y fría, y tal vez hasta pudorosa. Así es como se
descubre alguna broma o escena grotesca intercalada entre párrafos sentimentales con la sola intención de
reducir la emoción romántica. Hay tres aspectos constantes en su obra: Fantasía, amor, ironía.
No es un autor al que se pueda leer precipitadamente: sólo una lenta lectura permite saborear los minúsculos
detalles y las continuas sutilezas de su estilo.
A los once años escribió su primera novela, Iris y Margarita, para una prima de la que estaba perdidamente
enamorado. A los catorce, Vanidad o Una aventura terrorífica, cuento fantástico y policial.
En 1932 conoció, en casa de Victoria Ocampo, a quien fue su amigo y colaborador: Jorge Luis Borges.
Mantuvo con Borges una fecunda amistad, de la cual nacieron obras literarias tales como: Seis problemas para
don Isidro Parodi, Libro del Cielo y del Infierno, Crónicas de Bustos Domecq, − H. Bustos Domecq es el
famoso seudónimo con el cual solían firmar cuando formaban este dúo creativo− y Un modelo para la muerte,
firmado bajo el seudónimo de B. Suárez Lynch. Para Borges y Bioy Casares el papel más importante de sus
obras lo desempeña la fantasía. La soledad también es contemplada pero su papel es menos preponderante.
Sin embargo lo que los une es: la obsesión metafísica.
En 1934 conoció a Silvina Ocampo, con quien se casó en 1940. El ese mismo año publicó La invención de
Morel. En colaboración con su esposa, escribió una novela policíaca: Los que aman odian. Aquí se presenta la
paulatina revelación de un enigma nunca aclarado del todo.
En 1954 nació su única hija Marta, y publicó El sueño de los héroes, donde mezcla sueños, realidad y
fatalidad. (Un hombre sueña, quiere averiguar si lo soñado es verdad, lo busca en la realidad y lo encuentra:
muere acuchillado.)
En 1969 apareció Diario de la guerra del cerdo, llevada posteriormente al cine por Leopoldo Torre Nilsson.
En La trama celeste (1948) − también conocida como En memoria de Paulina − y en Plan de evasión utilizó
recursos tales como: la telepatía, los trucos de la memoria, la doble identidad, los mundos simultáneos y las
máquinas prodigiosas.
Entre otros premios y galardones, recibió en 1975 el Gran Premio de Honor de la SADE, fue nombrado
Miembro de la Legión de Honor de Francia en 1981, Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en
1986 y fue galardonado en 1990 con el Premio Cervantes.
Considerado por Jorge L. Borges como uno de los mayores escritores argentinos de ficción, Bioy Casares es
dueño de una vasta obra en donde la fantasía y la realidad se superponen con una armonía magistral. La
impecable construcción de sus relatos es, quizá, la característica que con mayor frecuencia ha destacado la
crítica con respecto a su obra.
Después de atravesar por vanidades y apresuramientos característicos en sus primeras obras, logró su pequeña
gran creación literaria con La invención de Morel (1940) En ella Bioy Casares borró cualquier rasgo del
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pasado para presentar una obra de la más alta calidad producida en la Argentina, representativa e invaluable.
Insatisfecho por toda la producción anterior a esta novela, Bioy casares siempre prefirió considerar a ésta
como su ópera prima. Según el mismo autor, La invención de Morel es el inicio de la escritura pura y
perfecta. Resultado del arduo trabajo, libre de errores, inmaculado, producto del esmero de un modesto
perfeccionista reconocido por sus alcances y su vasta actuación en el campo literario, no sólo argentino sino
también hispanoamericano.
La invención de Morel: Es la historia de un prófugo condenado a cadena perpetua que inventa un aparato que
logra captar las apariencias de la realidad, para luego ser reproducidas en un proyector. Así es como se
enamora de una mujer con la que solo puede tener contacto dentro de la proyección de la realidad que él ha
inventado.
El protagonista suple la realidad con la fantasía para buscar la inmortalidad del amor. Las pretensiones de
Morel fueron tan desbordadas y peligrosas que por querer perpetuar la presencia de la mujer a su lado, se
equivoca en el manejo del aparato, éste falla y le produce la muerte. Mediante un paralelismo que se da en la
historia en el plano de la realidad y en el de la fantasía trabaja la angustiosa búsqueda del amor y la dificultad
para llevarlo a cabo cuando parece haberse encontrado. Las limitaciones, las pocas alternativas de elección, la
necesidad de la compañía de otra persona y la libertad son otros temas tratados en esta historia que fluye a
través de una trama coherente y rigurosa.
Adolfo Bioy Casares nació el 15 de septiembre de 1914 y murió en la Ciudad de Buenos Aires el 8 de marzo
de 1999.
Su Obra:
Novelas:
La invención de Morel (1940) (con Prólogo de J.L.Borges)
Plan de evasión (1945)
El sueño de los héroes (1954)
Diario de la guerra del cerdo (1969)
Dormir al Sol (1973)
La aventura de un fotógrafo en La Plata (1985)
Un campeón desparejo (1993)
De un mundo a otro (1997) (Capítulos I,II,II)
Cuentos:
Prólogo (1929)
17 disparos contra lo porvenir (1933)
La estatua casera (1936)
Luis Greve, muerto (1937)
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La trama celeste (1948) o En memoria de Paulina
Las vísperas de Fausto (1949)
Historia prodigiosa (1956)
Guirnalda con amores (1959)
El lado de la sombra (1962)
El gran serafín (1967)
El héroe de las mujeres (1978)
Historia desaforadas (1986) o Nóumeno
En viaje (1996) cartas a Silvina o algunas cartas
Obras en colaboración:
Seis problemas para don Isidro Parodi (1942), con J.L.Borges
Dos Fantasías memorables (1946), con J.L.Borges
Los que aman, odian (1946), con Silvina Ocampo
Un modelo para la muerte (1946), con J.L.Borges
Crónicas de Bustos Domecq (1967), con J.L.Borges
Nuevos cuentos de Bustos Domecq (1977), con J.L.Borges
Fuentes:
Resumen realizado en base a material proporcionado por la Biblioteca popular de Haedo:
Diccionario Zamora de Literatura Universal : 200 años de literatura : Consultor bibliográfico A−Z − − 2ª.ed.
− − Bogotá : Zamora editores, 1997.
35 Cuentos breves argentinos / Compilación y notas biobibliográficas por Fernando Sorrentino − − 8ª ed. − −
Buenos Aires : Plus Ultra (Siglo XX), 1979.
y por el siguiente sitio de internet se actualizaron datos:
WWW.LITERATURA.ORG
Análisis literario de la obra:
La Historia
En memoria de Paulina es un relato casi de tipo policial, donde el narrador lleva al lector por un camino
tortuoso de indicios, averiguaciones, informaciones −y fundamentalmente− a lo largo de obsesivas y rigurosas
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reflexiones intelectuales, hasta descubrir el motivo desencadenante de toda su desgracia.
Los núcleos narrativos: La secuencia de hechos del contenido argumental sería la siguiente:
1 −El protagonista se casará con Paulina cuando él se doctore.
2 −El protagonista recibe a Montero en una entrevista y lo invita a la fiesta que dará al día siguiente.
3 −En la fiesta Paulina conoce a Montero y entabla una relación amistosa.
4 −Una semana más tarde el protagonista se doctora.
5 −Esa misma tarde Paulina lo visita en la casa.
6 −Le comunica que se enamoró de Montero y que va a casarse con él.
7 −El protagonista acepta una beca en Londres por dos años.
8 −Paulina va a despedirse furtivamente.
9 −Cuando Paulina se va del edificio, el protagonista descubre a Montero espiando desde el jardín.
10 −Al día siguiente el protagonista parte a Londres.
11 −Durante dos años el protagonista evita enterarse de cualquier cosa que sucediera en Bs. As.
12 −Logra olvidar a Paulina casi totalmente.
13 −Cuando regresa a Bs. As. recuerda nuevamente a Paulina.
14 −Paulina lo visita y tienen un encuentro amoroso.
15 −Paulina se va de la casa apresuradamente.
16 −El protagonista busca a Paulina.
17 −Se entera que Montero asesinó a Paulina la noche de su viaje a Europa.
18 −Supone que Paulina lo visitó desde la muerte por amor, para unir las almas.
19 −Nota una serie de detalles incongruentes al recordar su encuentro con Paulina.
20 −Advierte que su encuentro con Paulina fue una proyección de los celos de Montero.
21 −Reconoce que Paulina nunca vino a visitarlo desde la muerte.
22 −Acepta que Paulina nunca lo amó.
La secuencia del relato:
Estado de equilibrio:
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La situación inicial establece que el protagonista está seguro de que su destino es casarse con Paulina. La
introducción se extiende en consideraciones acerca de lo inevitable que era la consumación de su matrimonio:
La vida fue una dulce costumbre que nos llevó a esperar, como natural y cierto, nuestro futuro matrimonio.
(pag.13) O bien: Muchas veces nosotros imaginábamos un ordenado porvenir, con tiempo suficiente para
trabajar, para viajar y para querernos.(pag.14) También detalla los proyectos en común frente a una
posibilidad cierta de una beca en Londres: De pronto creímos en un inmediato casamiento, en el viaje, en
nuestra vida en Inglaterra... (pags. 15 y 16)
Ruptura del estado de equilibrio:
El conflicto se inicia cuando Paulina le anuncia su casamiento con Montero. El protagonista narra el
momento, su sorpresa y su pena: Oí de pronto: − Esa primera tarde ya estábamos perdidamente enamorados.
(pag.18) Y continúa: Me pregunté quiénes estaban enamorados. (Pag.18) Luego describe su incredulidad y su
dolor: No sabía si Paulina hablaba en broma o en serio.(pag.18) No sabía lo desgarradora que era mi
congoja. (pag.18) Y finalmente la confirmación del casamiento con otro hombre: Casi con desprecio le
pregunté: −¿Van a casarse? Y continúa: No recuerdo qué me contestó. Creo que me invitó a su casamiento
(pag.19)
Equilibrio restituido:
Cuando el protagonista advierte la verdad y confirma que Paulina nunca lo amó. El protagonista admite:
Quisiera descubrir ahora que me equivoco de nuevo. (pag.28) Es la convicción de que Paulina no volvió
porque estuviera desengañada de su amor. Es la convicción de que nunca fui su amor. (pag.29.)
Conflicto de fuerzas:
Se observa en este primer análisis que el protagonista cree haber encontrado la verdad, pero vive dentro de
una fantasía, dentro de una ficción que él, como literato e intelectual supo crear y que acepta como real.
Confunde realidad y fantasía al punto de encontrar la verdad y el amor en su ficción, mas con la aparición de
Montero, se ponen en evidencia las fallas del argumento, forzándolo finalmente a aceptar la verdadera
historia.
El protagonista realiza construcciones mentales precisas para no aceptar realidad, se escapa mediante una
construcción lógica, que establece que si él se identifica tanto con alguien que no necesitan preguntarse
mutuamente nada acerca del otro para saber del otro, entonces las suyas eran almas gemelas y su destino era
unir sus almas. Eso era el amor, la verdad y la felicidad:
yo comprendí que mi felicidad había empezado, porque en esas preferencias podía identificarme con Paulina.
(pag.13)
Entiende expresiones de Paulina como de correspondencia equivalente al amor que él le prodiga:
Nos parecíamos tan milagrosamente que en un libro sobre la final reunión de las almas en el alma del
mundo, mi amiga escribió al margen : Las nuestras ya se reunieron. Nuestras , en aquel tiempo, significaba
la de ella y la mía. (pag.13)
En un pasaje Paulina expresa: Cómo nos conocemos,! No necesito hablar para que sepas lo que siento
Entonces él expresa lo siguiente: Nada me conmovía tanto como la admisión, por parte de Paulina de la
entrañable conformidad de nuestras almas. (pag.18)
Además refuerza esa fantasía con el argumento del tiempo transcurrido a su lado:
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La vida fue una dulce costumbre que nos llevó a esperar, como natural y cierto, nuestro futuro matrimonio.
(pag.13)
Toda la infancia la pasamos juntos... (pag.14)
Sin embargo, aunque él entiende que el vínculo que los une es el amor, no lo expresa abiertamente:
Hablar de nuestro casamiento no nos inducía a tratarnos como novios. (pag.14)
No me atrevía a encarnar el papel de enamorado y a decirle, en tono solemne: Te quiero.(pag.14)
En realidad, la relación entre ellos era más un juego de niños, una fantasía infantil que no madura hacia un
afecto adulto, hacia al amor de pareja:
...seguía habiendo entre nosotros una pudorosa amistad de niños. (pag. 14)
A Paulina le agradaba que yo recibiera amigos. Preparaba todo, atendía a los invitados y, secretamente,
jugaba a ser dueña de la casa. (pag.14)
Él en un momento, entrevé el riesgo de continuar con ese juego de sobreentendidos cuando observa a Paulina
conversar con Montero en la fiesta:
Tomé la firme resolución de abandonar esa misma noche mi pueril y absurda vergüenza de hablarle de amor.
(pag.16)
Cuando la ve hablar con Montero intuye el peligro, pero lo niega:
Cuando la miré, levantó los ojos e inclinó hacia adelante su cara perfecta. Sentí que en la ternura de Paulina
había un refugio inviolable en donde estábamos solos. (pag. 16)
Confía en una comunicación casi telepática: Si ahora pudiera (suspiré) comunicarle mi pensamiento.
refiriéndose a manifestarle finalmente su amor, y continúa: En su mirada palpitó una generosa, alegre y
sorprendida gratitud (pag.16)
Y la tarde de la cruel revelación reconoce que debió haberse dado cuenta que Paulina había caído en brazos de
Montero:
Paulina contestó con naturalidad: −Julio Montero. La respuesta no podía sorprenderme... (pag.19)
...descubrí que muchas veces yo había entrevisto la espantosa verdad. (pag.19)
Sus construcciones intelectuales lo llevan a confundir realidad con fantasía, por lo tanto, como él vive en una
ficción, cuando se presenta la realidad, él resuelve recordar sólo la ruptura, como modo de investigar dónde se
encuentra la falla de su argumento: Durante años la recordé y cómo prefería los dolorosos momentos de la
ruptura [...]los recorría y los examinaba minuciosamente y volvía a vivirlos. En esa angustiada cavilación
creía descubrir nuevas interpretaciones a los hechos. (pag.19) Una búsqueda desesperada por seguir
confirmando su fantasía indefectiblemente rota, aunque finalmente, en honor a su inteligencia debe aceptar su
derrota: ...en la voz de Paulina declarándome el nombre de su amado, sorprendí una ternura que, al
principio, me emocionó. Luego, recapacitando, deduje que esa ternura no era para mí sino para el nombre
pronunciado.(pag.19)
Posteriormente, su evasión es más concreta: acepta la beca en Londres, evita enterarse de cualquier cosa que
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suceda en Bs. As. y finalmente logra olvidar a Paulina casi totalmente. Huye de la realidad. Se va a vivir otra
realidad:
En mis dos años en Inglaterra evité cuanto pudiera recordármela, desde el encuentro con argentinos hasta
los pocos telegramas de Buenos Aires que publicaban los diarios. (pag.21)
Eludí obstinadamente su recuerdo. Hacia el fin del primer año, logré excluirla de mis noches, y casi,
olvidarla. (pag.21)
A su regreso a Buenos Aires y posteriormente al reencuentro con Paulina, se dificulta cada vez más la tarea de
distinguir verdad de ficción y comienza a considerar lo ciego de su propuesta y la confusión es más evidente:
¿O todo había sido un engaño? ¿Yo estaba enamorado de una ciega proyección de mis preferencias y
repulsiones? ¿Nunca había conocido a Paulina? (pag.24)
Entonces, se sostiene que el protagonista crea una obra de ficción con un final predeterminado para sí mismo
y un rol especial para Paulina. Es de esta manera como él entiende el significado de su vida. Cuando
sobreviene la ruptura, el protagonista sigue peleando por encontrar la verdad en su ficción, ya sea abjurando
de su historia, (su viaje a Londres y su intento de olvido) o bien, a su regreso, creyendo que Paulina vino a
visitarlo desengañada del amor de Montero. A pesar de la consumada muerte de Paulina el protagonista
intenta reconstruir su ficción nuevamente:
Volvió desde la muerte, para completar su destino, nuestro destino (pag.28)
Paulina me había perdonado. Nunca nos habíamos querido tanto. Nunca estuvimos tan cerca (pag.28)
El protagonista insiste en ver la verdad en su fantasía:
Murió sabiendo que el matrimonio con Montero había sido una equivocación, [...] y que nosotros éramos la
verdad. (pag.28)
La verdad triunfa frente a la construcción fantasiosa porque la necesidad intelectual del protagonista de que no
aparecieran problemas argumentales, anacronismos o incoherencias lo lleva a seguir jugando con las
diferentes posibilidades y finalmente tiene que elegir entre un argumento mediocre que alivia su dolor y su
soledad o aceptar la fuerza argumental de la verdad que aclara los hechos y confirman que Paulina nunca lo
amó:
Por desgracia cuando surge la verdad, mi horrible explicación aclara los hechos que parecían misteriosos.
Éstos por su parte la confirman. (pag.28)
Finalmente: A lo largo del relato el protagonista opone su fantasía −su creación casi literaria, el poderío de su
argumento− a la realidad, cuya argumentación está provista por la verdad. Pero él vive esta fantasía como
realidad, de manera que le resulta muy difícil distinguir entre una y otra si no fuera gracias a su capacidad y a
su honestidad intelectual, que lo llevan a depurar tanto su argumento que finalmente no puede hacer otra cosa
que aceptar la verdad por dolorosa que ésta sea. La fantasía deja zanjas abiertas que le hacen sospechar de la
solidez de la construcción intelectual. La verdad cierra todas las brechas. Por lo tanto podemos decir que el
conflicto de fuerzas pasa por:
Personaje vs. La Verdad
Fantasía vs. realidad
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El tema: El tormento del ser humano para distinguir a la fantasía de la realidad, para reconocer a la verdad.
Los personajes: Esquemas actanciales:
Sujeto: Protagonista principal. Sujeto: Paulina
Objeto: Unir su alma a la de Paulina. Objeto: Casarse.
Destinador: Liberarse de sus defectos y alcanzar la perfección. Destinador: Ocuparse de una casa.
Destinatario: El mismo. Destinatario: Ella misma.
Ayudante: Su intelecto, su espiritualidad. Ayudante: Su inocencia, su belleza.
Oponentes: La verdad y los celos de Montero. Oponentes: Los celos de Montero.
Sujeto: Montero.
Objeto: Que Paulina sea su mujer.
Destinador: Su deseo.
Destinatario: El mismo.
Ayudantes: Su aspecto físico viril.
Oponente: El protagonista principal.
Caracterización de personajes:
El protagonista, Paulina y Montero
No se conoce el nombre del personaje principal, ni su aspecto físico al que no refiere excepto en una sola
ocasión − casi pudorosamente y no a los efectos de describir al personaje físicamente −:
Formulé entonces una reflexión vergonzosa y, a la luz de lo que averiguaría después patética. Si no me
duermo pronto, pensé, mañana no le gustaré a Paulina. (pag.25)
Se sospecha que su aspecto debe ser enjuto y físicamente vulnerable, más que nada por la oposición a
Montero a quién si describe:
Consideré la incongruencia que había entre su vigor físico y su debilidad literaria. (pág.17)
Miré con odio sus ojos despiertos, su bigote hirsuto, su pescuezo fornido. (pág.17−18)
Su autoestima se alimenta del autorreconocimiento de su capacidad intelectual y su sensibilidad espiritual. El
se define a sí mismo como torpe, negligente, y vanidoso −defectos que corregirá a medida que se parezca cada
vez más a Paulina− y actúa poniendo la prioridad en las cuestiones intelectuales:
Aquella semana casi no vi a Paulina. Estudié mucho. Después del último examen, la llamé por teléfono.
(pág.18)
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Cuando siente alguna pulsión viril, trata de menospreciarla. Cuando nos despedimos de Paulina, insistió en
acompañarme hasta casa. [refiriéndose a Montero] En el trayecto habló de literatura , probablemente con
sinceridad y con fervor. Me dije: El es literato; yo soy un hombre cansado, frívolamente preocupado con una
mujer. (pág.17) Resulta sorprendente hasta la manera que encuentra de menoscabar aquellos sentimientos
menos sublimes ya que él desprecia a Montero profundamente justamente porque no lo considera un
intelectual de buen nivel: Reconocí la característica pesadez de las frases; reconocí las ingenuas y trabajosas
tentativas de encontrar el término exacto; reconocí, todavía apuntando vergonzosamente, la inconfundible
vulgaridad. (pag.22)
En realidad, el protagonista busca la sublimación su amor: poseer el amor de Paulina significa unir su alma a
la de ella. No tiene intenciones más carnales, más humanas. Eso sería transformar su amor en algo bajo o
abyecto. Su búsqueda es la superación intelectual y espiritual, y lo conseguirá si y sólo si Paulina une su alma
a la de él:
En lo que me parezca a Paulina estoy a salvo, Veía (y aún hoy veo) la identificación con Paulina como la
mejor posibilidad de mi ser, como refugio en donde me libraría de mis defectos naturales, de la torpeza, de la
negligencia, de la vanidad. (pág.13)
El se ve como un ambicioso aspirante a la perfección: Construye un paralelo con Dios, la Poesía y con
Paulina, cuyos correspondientes borradores son : las cosas, los poemas, él mismo:
Para explicarme este parecido argumenté que yo era un apresurado y remoto borrador de Paulina. Recuerdo
que anoté en mi cuaderno: Todo poema es un borrador de la Poesía y en cada cosa hay una prefiguración de
Dios.(pág.13)
Para el protagonista la belleza de Paulina radica en su pureza y perfección, y sus encuentros están pletóricos
de espiritualidad: Nos miramos en los ojos en un éxtasis de beatitud. (pag.18)
Paulina es sin duda una mujer físicamente hermosa, pero el protagonista no la describe abundantemente en su
aspecto físico. El nos brinda una imagen velada por un halo de pureza, de ingenuidad que nos remite a una
mujer− niña y su única referencia física es el rostro:
Cuando la miré levantó sus ojos e inclinó hacia mí su cara perfecta. (pág.16)
Miré el rostro, la sonrisa, los ojos. Ahí estaba Paulina, intrínseca y perfecta. (pag.23)
Sólo encontramos a la mujer más adulta y más sensual en la proyección que hace Montero de la escena de
amor de Paulina con el protagonista principal:
Fue como si descubriera otra versión de Paulina, como si la viera de un modo nuevo. Di gracias por la
separación, que me había interrumpido el hábito de verla, pero que me la devolvía más hermosa. (pág.23)
Montero − un torpe intelectual a los ojos del protagonista − elabora una ficción repleta de errores, sin los más
elementales cuidados de elaboración, llevada a cabo sólo por la prepotencia de sus celos, de su impulso carnal.
Pero con una cualidad demoníaca anticipada en el cuento que Montero lleva para que el protagonista corrija:
La capacidad de crear almas y de proyectarlas en el éter:
El héroe del cuento fabricaba una máquina para producir almas. [...] Después el héroe moría. Velaban y
enterraban el cadáver, pero él estaba secretamente vivo en el bastidor. Hacia el último párrafo, el bastidor
aparecía , junto a un etetoscopio y un tripode con un piedra de galena, en el cuarto donde había muerto una
señorita. (pág.15)
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Si Paulina representa la perfección, la pureza, lo elevado, Montero es lo monstruoso, lo sucio, lo bajo:
...la abominable aparición de Montero. (Pag.24)
Me dije que la cara de Montero sugería otros monstruos: los peces deformados por la presión del agua, que
habitan el fondo del mar. (pag.20−21)
Los vínculos del triángulo amoroso
El protagonista establece los vínculos entre él y los otros dos personajes − Paulina, Montero − ; como si
fueran un todo con él y ese todo fuera compensando su peso en los extremos gracias a la presencia de la virtud
o del defecto opuesto. Es decir: el personaje principal entiende la autenticidad de las cosas por su distancia
con lo terrenal y su cercanía al ideal. Entiende los vínculos dialécticamente, platónicamente. Cuanto más
potencia menos virtud, cuanto más virtud menos potencia. No pueden darse ambas, la presencia de una
compensa a la otra. Pero este equilibrio no es estático, tiene un movimiento de ganancia o de pérdida. Puede
sufrir un movimiento en un sentido u en otro: El protagonista, por ejemplo, es más intelecto y menos
cualidad física, pero siente que al aumentar su interés por sus aptitudes físicas puede perder su preciado valor
intelectual:
Me dije: El es literato; yo soy un hombre cansado, frívolamente preocupado con una mujer. (pág.17)
Siente que pone en riesgo la comunión que los une −que para el protagonista significa la sinrazón de la
pregunta o aún más, de las palabras− al formular una pregunta a Paulina, ya que a más preguntas menos
comunión de las almas:
−¿Quién?− Pregunté.
En seguida temí − como si nada hubiera ocurrido− que Paulina descubriera que yo era un impostor y que
nuestras almas no estaban tan juntas. (pág.18−19)
Paulina lo había comprendido. Por eso casi no hablamos. (Hablar, hacer preguntas hubiera sido, en cierto
modo, diferenciarnos.) (pag.23)
Esta dinámica queda claramente expresada después que Paulina confiesa su amor por Montero:
Después me encontré solo. Todo era absurdo. No había una persona más incompatible con Paulina (y
conmigo) que Montero. ¿O me equivocaba? Si Paulina quería a ese hombre, tal vez nunca se había parecido
a mí. (pag.19)
La presencia de Mefistófeles
Cuando Paulina le confiesa su amor por Montero, el protagonista sufre. El, a su llegada, la encuentra
cambiada. El estaba leyendo un libro sobre los Faustos de Müller y Lessing. De alguna manera, ella viene en
busca de su alma, el alma que él había puesto a sus pies. El se siente solo y despojado:
Al estirar una mano, encontré el libro que había leído un rato antes. Lo arrojé lejos de mí, con asco (pag.19)
Para el protagonista, Paulina es impura sólo por la influencia demoníaca del monstruo de Montero:
Por momentos, cuando ella hablaba yo tenía la ingrata impresión de oír a mi rival. (pag.22)
....Montero había contaminado la conversación de Paulina. (pag.22)
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Paulina, en otros tiempos, no hubiera traicionado a nadie. (pag.23)
Luis Alberto Morgan
Es un conocido con cierto grado de lealtad hacia el protagonista, no es su confidente, pero se inclina a
apoyarlo cuando el personaje principal lo necesita. Morgan no es literato, es músico, es pianista. Tampoco lo
conocemos por su aspecto físico. Pertenece a su mismo círculo social de intelectuales y artistas,
probablemente con alguna comodidad económica. Su vínculo se establece mediante códigos protocolares
pre−establecidos, que señalan la correcta distancia entre ambos:
Decidí hablar con Luis Alberto Morgan. Antes de las once no podía presentarme en su casa. (pag.26)
Aparece en el cuento mostrando sensibilidad hacia el estado emocional del protagonista:
Luis Alberto Morgan el pianista, debió de notar mi ansiedad, porque me dijo:
−Paulina está mostrando la casa a Montero. (pag.17)
Toma decisiones que no se atreve a pedir el protagonista:
Oblicuamente vi a Morgan entrando en mi cuarto. Pensé: Va a llamarla. En seguida reapareció con Paulina
y con Montero. (pag.17)
Es el encargado de poner luz cada vez que el protagonista pretende ignorar lo que está sucediendo. Morgan le
cuenta lo sucedido con Paulina y Montero la noche que el protagonista parte hacia Londres:
−Montero está preso− contestó. (pag.26)
Imaginó , sin duda que yo ignoraba solamente ese detalle pero por el gusto de hablar, refirio todo lo
ocurrido. (pag.26)
Morgan es un informante que muestra sin remilgos la realidad cada vez que tiene la oportunidad de hacerlo.
Jerarquización de los personajes:
Protagonista principal
(el intelecto)
Paulina − Montero
(el ángel) (el demonio)
Luis A. Morgan
(el informante)
Las paradojas:
Para finalizar, se apunta que en la historia se dan algunas paradojas, a partir de las ficciones que pretenden
sostener los personajes masculinos y a través de las cuales se baten a duelo por el amor de Paulina:
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a− El personaje principal −que nunca dudó de la sinceridad del amor de Paulina − jamás fue amado del modo
que él esperaba, en tanto que Montero− que mató a Paulina porque pensó que ella lo había engañado− era el
depositario del sincero amor de la muchacha.
Gracias a su burda elucubración, Montero pone en evidencia la verdad:
b−La absurda elaboración de Montero colabora con la verdad para poner en evidencia cuál era la realidad.
El protagonista gana la pelea intelectual contra su rival, puesto que descubre los problemas argumentales de
la ficción de Montero. Pero:
c− Ambos pierden ya que viven atormentados: Uno, por obsesionarse con una fantasía que lo lastima, el otro
por tener que aceptar una verdad que le duele:
Lo imaginé en su cárcel, cavilando sobre esa visita, representándosela con la cruel obstinación delos celos.
(pag.29)
Urdir esa fantasía es el tormento de Montero. El mío es más real. [...] Es la convicción de que nunca fui su
amor. [de Paulina] (pag.29)
Espacio y tiempo representados:
La historia transcurre en un barrio residencial de un Buenos Aires contemporáneo al autor.
El protagonista hace referencias directas a Buenos Aires, sobre todo cuando decide no enterarse de nada en
Londres:...desde los encuentros con argentinos hasta los pocos telegramas de Buenos Aires que publicaban
los diarios.(pág.21) y a su regreso de Europa: ...me conmovía la enfática luz que entraba por la ventana, la
luz de Buenos Aires. (pag.21)
Se entiende que vive en un barrio residencial − tal vez Palermo o Recoleta − un poco por la procedencia del
autor a quien suponemos consustanciado con el personaje en cuanto a la pertenencia a un círculo social más o
menos selecto y reducido. Pero con seguridad no vive el centro o en zona de oficinas o comerciales. Los
indicios construyen vagamente un barrio tranquilo:Salí a caminar. En una esquina miré una calesita. (pag.19)
El edificio en el que habita tiene un jardín al frente: Cuando Salimos del ascensor , Montero descubrió el
jardín que hay en el patio. (pag.15)
Menciona una plaza, probablemente tranquila: Recuerdo que en la Plaza Independencia una mujer, con los
zapatos en una mano y un libro en la otra, se paseaba descalza por el pasto húmedo. (pag.26)En cuanto al
tiempo hay una referencia clave: el protagonista viaja a Londres en barco: Al otro día a la mañana me
embarqué. Durante el viaje, casi no salí del camarote. (pag.21) Si se tiene en cuenta que este cuento fue
escrito a mediados del siglo pasado (1948), se entiende que no fueran comunes los viajes transatlánticos
aéreo−comerciales, y mucho menos si no se contaba con la holgura económica que lo hiciera posible. Si bien
el protagonista frecuenta un círculo selecto de intelectuales y ofrece fiestas en su casa, es evidente que no
posee una excéntrica comodidad económica que le permita viajar en avión por aquellas épocas. Es por eso que
se sostiene que el cuento es contemporáneo al autor.
Análisis literario de la obra:
El discurso
El narrador y el modo del relato:
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El único narrador de la historia es el mismo protagonista, emplea la primera persona y su punto de vista
es interior a la historia. Emplea tiempos pretéritos, ya que toda la obra en sí es un racconto de algo que
sucedió:
Dormí la siesta, me bañé lentamente y esperé a Paulina hojeando un libro sobre los Faustos de Müller y de
Lessing. (pag.18)
Analiza los acontecimientos desde el interior. En este caso la figura del narrador pareciera casi desaparecer ya
que el héroe cuenta su propia historia desapareciendo la mirada externa de los sucesos. Se reduce mucho la
distancia narrativa. Ni siquiera le permite, en ocasiones, a los otros personajes narrar la historia por sí
mismos. Por ejemplo, cuando Luis Alberto Morgan le revela los horribles sucesos de la noche anterior a su
partida a Londres, lo censura y luego narra él mismo los hechos: Morgan me comunicó lo siguiente:
Sospechando que Paulina me visitaría, Montero se ocultó en el jardín de casa... (pag.27) A veces se atreve a
interpretar lo que él supone que Paulina comparte con él, pero solamente en los momentos en los que se siente
parte de un todo con ella:De pronto creímos en un inmediato casamiento... (pag.15)
Sólo intenta poner cierta distancia imitando el discurso de los personajes cuando los momentos de tensión
son muy fuertes. Cuando necesita dramatizar el momento, recrea las presencias de los personajes mediante
escenas dialogadas:
Volví a casa. Me crucé, en la entrada, con el portero. Afectando indiferencia, le pregunté:
−¿Sabe que murió la señorita Paulina?
−¿Cómo no voy a saberlo? − respondió− . Todos los diarios hablaron del asesinato y yo acabé declarando
en la policía.
El hombre me miró inquisitivamente.
−¿Le ocurre algo?−dijo, acercándose mucho−. ¿Quiere que lo acompañe? (pag.27)
El percibe todo lo que él mismo siente, pero no conoce las vivencias de los demás. Es un relato de
focalización interna. Es un narrador con el personaje principal:
Empezaron a llegar los invitados. Yo no me sentía feliz. (pag.16)
Es un narrador altamente subjetivo, conocemos la parte de la historia que estrictamente le tocó vivir a él.
Sólo entrevemos la mirada de la misma historia por parte de Montero a partir de la interpretación y difusos
recuerdos que tiene el protagonista luego de haber experimentado el fantástico encuentro con Paulina. Este
encuentro se da dentro de la proyección de la historia de Montero. De manera que la perspectiva de Montero
con respecto al encuentro del protagonista y Paulina, la conocemos muy indirectamente:
Montero, que [había estado] en el jardín, la sintió [la lluvia] directamente sobre su cuerpo. Al imaginarnos,
creyó que la habíamos oído. Por eso anoche oí llover. (pag.29)
No me reconocí en el espejo porque Montero no me imaginó claramente. (pag.29)
El narratario:
El narratario está implícito en la historia, no hay referencias específicas hacia un lector u oyente
determinado.
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El manejo del tiempo:
Orden:
En términos generales, la obra plantea un orden de los sucesos paralelo al orden de la historia. Toda la obra
en sí es un racconto y se inicia aludiendo a los albores de la relación entre él y Paulina. Se retrotrae tanto en
el tiempo que no queda claro cuándo sucedió:
Siempre quise a Paulina. En uno de mis primeros recuerdos, Paulina y yo estamos ocultos en una oscura
glorieta de laureles, en un jardín con dos leones de piedra. (pag.13)
El narrador− protagonista, harto conoce la historia, por eso es que a veces se deja llevar por su ansiedad de
relatar los sucesos más dolorosos o más felices realizando anticipaciones, seguidas de una retrospección
minuciosa de lo que finalmente sucedió. Por ejemplo, cuando recibe la sorpresiva visita de Paulina a su
llegada de Europa: Como en un sueño pasé de una afable y ecuánime indiferencia a la emoción, a la locura,
que me produjo la aparición de Paulina. Al verla caí de rodillas, hundí la cara entre sus manos y lloré por
primera vez todo el dolor de haberla perdido. (pag.22) (flash−forward) A continuación realiza un racconto
pormenorizado: Su llegada ocurrió así: tres golpes resonaron en la puerta; me pregunté quién sería el
intruso; pensé que por su culpa se enfriaría el café; abrí distraídamente... (pag.22)
Como el relato es en sí una retrospección, sería muy monótono si no aparecieran en determinados momentos
rupturas en el orden como las que se ejemplifican. Estas anacronías otorgan dinamismo al relato. Un ejemplo
similar se da cuando Morgan le cuenta cómo sucedió el asesinato de Paulina: ...refirió todo lo ocurrido. Creí
perder el conocimiento, caer en un repentino precipicio; ahí también llegaba la voz ceremoniosa, implacable
y nítida, que relataba hechos incomprensibles, con la monstruosa y persuasiva convicción de que eran
familiares. (flash−forward) Morgan me comunicó lo siguiente: Sospechando que Paulina me visitaría...
(racconto)(pag.27) De esta manera logra además, cargar la escena de la angustia y emoción que provoca la
inevitable fatalidad que sobrevendrá (y que el lector todavía no conoce).
Duración:
A lo largo del relato se varía la velocidad según la necesidad del narrador de hacer conocer los sucesos a los
que se refiere, y la necesidad estética del autor de imprimir el dinamismo adecuado a la vivencia que se quiere
transmitir.
Emplea relatos sumarios para que conozcamos rápidamente determinados hechos, pero a veces detiene
moderadamente el relato incluyendo breves escenas dialogadas:
Después hablamos poco. Yo estaba muy resentido y fingí tener prisa. La acompañé en el ascensor. Al abrir la
puerta retumbó, inmediata la lluvia.
− Buscaré un taxímetro −dije.
Con una súbita emoción en la voz, Paulina me gritó:
−Adiós, querido.
Cruzó corriendo la calle y desapareció a lo lejos. (pag.20)
El tiempo que Paulina permaneció en la casa del personaje principal se reduce a una corta frase, pero se
detiene en el terrible momento de la despedida, como para retenerla, nos da a conocer las últimas palabras que
Paulina le dirigió esa tarde. Con estos recursos, estimula la emoción del lector sobre los momentos más tensos
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y dramáticos, dándoles permiso a los personajes a actuar por si mismos.
Otro ejemplo sobre el empleo de las escenas dialogadas es el momento en el que por primera vez el
protagonista se enfrenta a Montero por el amor de Paulina:
Entonces como lo temí, exclamó Paulina:
−Es muy tarde. Me voy.
Montero intervino rápidamente:
−Si me permite, la acompañaré hasta su casa.
−yo también te acompañaré −respondí.
Le hablé a Paulina, pero miré a Montero. (pag.17)
También utiliza elipsis, como recurso estético para aligerar al máximo el relato en aquellos períodos de
tiempo donde nada de lo que ha sucedido merece detalle −desde el punto de vista del narrador−. Una elipsis
importante es la que hace sobre el segundo año que permaneció en Europa. Acerca del primer año hace un
breve relato sumario con respecto a su voluntad puesta en favor de olvidar a Paulina. Inmediatamente, se
refiere a su regreso a Buenos Aires:
Eludí obstinadamente su recuerdo. Hacia el fin del primer año, logré excluirla de mis noches, y, casi,
olvidarla.
La tarde que llegué de Europa volví a pensar en Paulina. (pag.21)
Sin embargo, en algunas situaciones necesita realizar pausas descriptivas, especialmente cuando trata de
reconstruir su onírico reencuentro con Paulina. Estas pausas no son puramente descriptivas, se entremezclan
con raccontos detallados de cómo sucedieron los hechos y sobretodo con las impresiones personales que tiene
el narrador respecto de todos estos elementos, ya que el protagonista tiene una excesiva tendencia a realizar
introspecciones: Aterrado, quise mirar de nuevo esos recuerdos. El espejo reapareció, rodeado de ángeles y
de guirnaldas de madera, con Paulina en el centro y el caballito a la derecha. Yo no estaba seguro de que
reflejara la habitación. Tal vez la reflejaba, pero de un modo vago y sumario. En cambio el caballito se
encabritaba nítidamente en el estante de la biblioteca. La biblioteca abarcaba todo el fondo y en la oscuridad
lateral rondaba un nuevo personaje que no reconocí en el primer momento. Luego, con escaso interés, noté
que ese personaje era yo (pag.25) Este recurso se emplea para cargar estéticamente con la duración propia de
una larga noche de insomnio y ansiedad. El protagonista no puede dormir, y la pausa detiene el tiempo, los
minutos corren lentamente.
También realiza pausas cuando debe describir un momento muy incómodo para él y necesita justificar la
forma que encuentra para eludirlo: Paulina me preguntó en qué poema un hombre se aleja tanto de una mujer
que no la saluda cuando la encuentra en el cielo. Yo sabía que el poema era de Browning y vagamente
recordaba los versos. Pasé el resto de la tarde buscándolos en la edición de Oxford. Si no me dejaban con
Paulina, buscar algo para ella era preferible a conversar con otras personas; pero estaba singularmente
ofuscado y me pregunté si la imposibilidad de encontrar el poema no entrañaba un presagio. (pag.16−17)
Una situación similar se da cuando inicia la búsqueda de Paulina y piensa en llamar a los padres de ella para
obtener datos sobre su paradero; o cuando su vagabundeo por las calles antes de recalar en lo de Morgan. De
esta manera, logra acentuar la lentitud en la resolución de tales situaciones.
Es interesante la pausa descriptiva que emplea para ocuparse del cuento que Montero llevó para que el
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protagonista hiciera una crítica literaria. Aquí el tiempo se detiene en un indicio que anticipa el trágico final.
Evidentemente, más allá del estilo y la capacidad literaria de Julio Montero, la historia generó especial
inquietud en el protagonista:
En lo que se refiere al cuento que me leyó −Montero me había encarecido que le dijera con toda sinceridad si
el impacto de su amargura resultaba demasiado fuerte−, acaso fuera notable porque revelaba un vago
propósito de imitar a escritores positivamente diversos. La idea central procedía del probable sofisma: si una
determinada melodía surge de una relación entre el violín y los movimientos del violinista, de una
determinada relación entre movimiento y materia surgía el alma de cada persona. El héroe del cuento
fabricaba una máquina para producir almas (una suerte de bastidor, con maderas y piolines ).Después el
héroe moría. Velaban y enterraban el cadáver; pero él estaba secretamente vivo en el bastidor. Hacia el
último párrafo, el bastidor aparecía, junto a un estetoscopio y un trípode con una piedra de galena, en el
cuarto donde había muerto una señorita. (pag.14−15)
También utiliza una breve pausa descriptiva para el caballito verde que luego le regalará a Paulina, debido a
que más tarde se transformará en un indicio clave para descubrir la verdad. El lector debe construir una
imagen acabada de la estatuita para evocarla luego con claridad en el juego de la memoria que propone el
narrador.
Frecuencia:
En la primer parte del cuento, esto es hasta la ruptura con Paulina, la vida del personaje principal es más
pautada, más previsible. Más serena. Es por eso que en esa parte aparecen referencias puntuales a hechos
que suceden siempre. Como son un hábito, nadie espera que cambien. No son hechos inquietantes, son
contenedores. Marcan un ritmo parejo y monótono:
La vida fue una dulce costumbre que nos llevó a esperar, como natural y cierto, nuestro futuro matrimonio.
(pag.13)
A Paulina le agradaba que yo recibiera amigos. Preparaba todo, atendía a los invitados y, secretamente
jugaba a ser dueña de casa. (pag.14)
Muchas veces nosotros imaginábamos un ordenado porvenir... (pag.14)
Este tipo de referencias −que en la primera parte del cuento colaboran en la construcción del ambiente cálido
e íntimo que compartían Paulina y el protagonista− se vuelven melancólicas su vuelta de Europa ya que
refuerzan la tristeza del bien perdido; las cosas ya no son como siempre:
Después de estas amabilidades le pedí, tímido y resignado, medio kilo de pan. Me preguntó como siempre:
−¿Tostado o blanco?
Le contesté como siempre:
−Blanco. (pag.21)
Mientras preparaba el café pensé en Paulina. Hacia el fin de la tarde solíamos tomar una taza de café negro.
(pag.22)
También emplea el recurso de citar puntualmente algo que sucedió una sola vez, para poner en evidencia el
profundo significado de la escena:Dormí la siesta, me bañé lentamente y esperé a Paulina hojeando un libro
sobre los Faustos de Müller y de Lessing. (pag.18) Refuerza la tranquilidad y confianza en sí mismo que
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contrasta con lo que sucederá a continuación.
Salí a caminar. En una esquina miré una calesita. Me parecía Imposible seguir viviendo esa tarde. (pag.19)
Refuerza, de este modo, la sensación de desasosiego posterior a la ruptura.
También emplea este recurso para indicar la ansiedad del protagonista frente al lento paso de las horas:
Miré el reloj. Eran las cinco... (pag.26)
Me levanté a las siete y media, tomé un largo baño y me vestí despacio. (pag.26)
A partir del momento en que advierte la presencia del caballito verde en sus recuerdos, menciona
reiteradamente su misteriosa aparición, que sospechosa y fatal lo conducirá a descubrir la verdad:
De pronto hice un descubrimiento, como en el borde oscuro de un abismo, en un ángulo del espejo, a la
derecha de Paulina, apareció el caballito de piedra verde. (pag.25)
...sólo después de unos minutos recordé que la estatuita ni estaba en casa. (pag.25)
Me dije que se trataba de una superposición de recuerdos anacrónicos (el más antiguo, del caballito; el más
reciente de Paulina). (pag.25)
Al rato advertí que mi recuerdo de la estatuita en el espejo del dormitorio no era justificable. (pag.25)
El espejo reapareció , rodeado de ángeles y de guirnaldas de madera, con Paulina en el centro y el caballito
a la derecha. (pag.25)
En cambio el caballito se encabritaba nítidamente en el estante de la biblioteca. (pag.25)
La aparición de la imagen sucedió una sola vez pero es tan inquietante, que se obsesiona por comprender su
presencia y encontrar una justificación coherente. También utiliza este recurso iterativo con los cambios en
la forma de proceder de Paulina y su actitud. Se obsesiona con el rostro, lo menciona una y otra vez tratando
de minimizar su significado. Ambos son un indicio de la revelación final. Por otra parte ambas imágenes están
asociadas a la imagen del espejo rodeado de ángeles oscuros y a los sucesivos reflejos de Paulina en su luna.
Crea un ambiente irreal, onírico, sombrío, con una mirada que desde diferentes puntos siempre termina
llegando al mismo lugar, buscando una respuesta.
Uso del lenguaje:
Este es un cuento contemporáneo, de trama narrativa y función literaria, es por eso que en él se combinan
diferentes tramas con el objetivo de enriquecerla estéticamente. El relato se organiza alrededor del modo en
que se va revelando un misterio, una realidad oculta al comienzo.
El narrador necesita que conozcamos acabadamente los hechos así es que hace uso de párrafos informativos,
casi biográficos:
Los padres de Paulina, insensibles al prestigio literario prematuramente alcanzado, y perdido, por mí
prometieron dar el consentimiento cuando me doctorara (pag.13−14).
Por otra parte, al narrador−protagonista le interesa que nos pongamos de su lado, así es como se vale de
argumentaciones que le permitan sostener su postura:
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Seguiría queriendo el rostro de Paulina aun si encontraba en sus actos algo extraño y hostil que me alejaba
de ella. El rostro era el de siempre, el puro y maravilloso que me había querido antes de la abominable
aparición de Montero. Me dije: Hay una fidelidad en las caras, que las almas quizá no comparten. (pag.24)
Pero como también es un personaje muy introspectivo, muchas veces emplea un lenguaje más expresivo,
donde revela sus sentimientos y reacciones frente a los hechos:
Estaba muy triste, pero no creo que sintiera celos (pag.19)
Sin embargo, todo esto no impide que sea un relato altamente poético, repleto de imágenes y significaciones
segundas. Una de las metáforas más intensas es la que describe su unión con Paulina:
Nos miramos en los ojos y, como dos ríos confluentes, nuestras almas también se unieron (pag.22) El
Una metonimia interesante es la presencia de Montero en la escena gracias a la manera contaminada de hablar
de Paulina: Reconocí la característica pesadez de las frases; reconocí las ingenuas y trabajosas tentativas de
encontrar el término exacto... (pag.22) Aparece sólo una sutil parte de Montero, pero es como si su persona
estuviera en el dormitorio mismo, espiando.
El título es altamente metafórico ya que refiere a la expresión lapidaria In memorian...; pero también en cierta
forma, alude a todos los juegos y trampas de la memoria a las que hace mención a lo largo del relato:La
fantasía y la memoria son facultades caprichosas. (pag.24) Todo esto sin olvidar la larga noche que el
protagonista pasa tratando de recordar la intensa tarde vivida con Paulina. Así mismo, esa Paulina no es más
que una creación pos−mortem que habita como un fantasma en la memoria de ambos hombres.
En cuanto a las variaciones del código o niveles de lengua, los personajes comparten la procedencia
geográfica, pertenecen al mismo círculo social y cultural (tal vez Montero pretenda acceder a este grupo
teniendo una procedencia distinta pero no sabemos exactamente cuál es la distancia) y, desde luego, todos
forman parte de una misma generación.
Es por eso que hasta donde podemos ver, el idiolecto de cada uno es fácilmente interpretado por el otro, más
allá de las diferencias de sexo, personales etc.Paulina y el protagonista adoptan entre sí un registro íntimo y
familiar; con Montero el registro se enfría −lo trata de usted− no sólo porque no se conocen sino porque lo
desprecia (El protagonista siente un fuerte rechazo hacia la manera de expresarse de Montero). Cuando se
diriqe a Morgan − y viceversa− adopta un registro amistoso: se tutean respetuosamente.
Conclusión:
En memoria de Paulina es un relato con una historia sorprendente y un discurso muy rico en recursos
narrativos y estéticos. En este relato la fatalidad se va dejando mostrar lentamente a partir de indicios tales
como el caballito de piedra verde y el cuento de Montero. Incorpora elementos muy atractivos como las
comunicaciones telepáticas, las premoniciones, el destino, las almas gemelas que resultan argumentos de fácil
adopción por parte del lector. Sumado a todo esto, se encuentran las caracterizaciones psicológicas de cada
uno de los personajes que redoblan la verosimilitud del relato.
La fantasía toma dos posturas, una blanca, iluminada: la consumación del destino que espera el protagonista
para sí mismo y la otra, oscura, agónica, onírica: la urdida por Julio Montero, que se contrapone a la primera
como jugando en un claroscuro que da paso a la verdad.
La variación en el ritmo del relato, la abundancia de información, imágenes y emociones estimulan al lector a
realizar elaboraciones paralelas al las de narrador− protagonista.
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Cada secuencia, cada frase, contiene más de un significado disparando la imaginación hacia diferentes puntos
en el relato y también hacia experiencias de vida propias del lector... y a dejar una inquietud filosófica que
angustia al hombre desde la grecia antigua: ¿Cuánto de fantasía y cuánto de realidad hay en cada una de mis
certezas?
&En adelante, las frases subrayadas indicarán los puntos en común de otras obras del autor con la obra
analizada en esta oportunidad.
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