¿Sin los diestros el mundo sería perfecto

Anuncio
TABASCO HOY
7 SEP 08
¿Sin los diestros el mundo sería perfecto?
[email protected]
“¿Quién es Laila Yunes?”, me preguntará usted (como yo lo hice cuando vi escrito su nombre en un mail que llegó a mi
correo electrónico). ¿O acaso usted no se ha hecho esta pregunta porque sí la conoce o ha oído hablar de ella? Bueno, eso
a fin de cuentas podría ser lo de menos.
Lo que me hace ocuparme de ella es que al presentarse cibernéticamente conmigo se identificara como “precursora del
concepto zurdo en México”. Ni más ni menos, aunque al enterarme pasé de la sorpresa --y del gusto de recibir su
correspondencia-- a la pregunta de “¿y qué es eso?”.
Laila Yunes me escribió después de haber leído la columna que el domingo anterior me publicó Tabasco Hoy bajo el título
“Si los zurdos fueran mayoría el mundo sería al revés”. Ahí me dijo que leyó mi texto, así como que considera que debemos
unir fuerzas para que no sea una minoría velada y para evitar que la sigan discriminando, invitándome de paso a conocer su
website (lo que yo hago extensivo a usted y a usted), proporcionándome su domicilio en la ciudad de México.
Grata sorpresa para mí el encuentro con Laila, no solamente porque me leyó y escribió, sino por la serie de datos y
conceptos que me aportó y que yo podré utilizar --aunque ya al escribir por segunda vez de los zurdos me hubiera dejado la
sensación de estar cometiendo un exceso-- para volver a referirme a ellos, de los que sin duda hay tanto de que hablar. Me
sentí tan afortunado cuando recibí su mail que no pude menos que exclamar un “¡hoy me levanté con el pie derecho!” y no
con el izquierdo (en alusión a la buena suerte que implica hacerlo por el lado “correcto”).
En ese mail Laila Yunes me refiere que Huitzilopochtli --que usted y yo sabemos quién es, o si no cuando menos
deberíamos de saberlo-- fue llamado así por ser el “colibrí zurdo”; que una de cada diez personas es zurda (y que serían
más si la lateralidad no hubiese sido reprimida); que la zurdera se considera un signo de mala suerte o locura; que en el
cristianismo se bendice con la mano derecha y que algunos refieren que en el juicio final se colocarán a los benditos a la
diestra del Padre y a los malditos a la izquierda; que en el Islam lo que provenga de la mano izquierda se considera impuro;
que en la Edad Media los zurdos eran considerados sirvientes del demonio y las mujeres zurdas eran tildadas de brujas y
que a más de una mujer la quemaron viva por usar la mano izquierda; que en Japón las mujeres zurdas debían disimular su
lateralidad porque ningún hombre al saberlo se casaría con ellas; que Pitágoras recomendaba entrar a los lugares sagrados
siempre por el lado derecho y decía que era disoluto entrar por el lado izquierdo; que para Aristóteles lo bueno está a la
derecha y lo malo a la izquierda; y que la superstición popular asegura que conocer a un zurdo en cualquier día de la
semana, con excepción del martes, trae muy mala suerte (esto, apunta, porque el martes es el único momento donde los
siniestros pueden permitirse la destreza de ser más o mejores).
¿Qué le parece a usted, lector, lectora, todo esto? ¿A poco no está por demás interesante y bien que justifica una columna
en Tabasco Hoy alusiva a ello? Está sensacional, ¿o no? ¿Pero qué me dice de esto otro?: Nail Armstrong pisó por primera
vez la luna con el pie izquierdo; la fuente emblemática de la ciudad de Bruselas tiene la figura de un niño tocando su
miembro con la mano izquierda al momento de orinar; la primera imagen de rayos equis es sobre la mano izquierda (y más
detalles todavía a este respecto).
¿Y qué le parece a usted, lector, lectora, ese concepto de que “Dios creó a personas perfectas; el resto son diestros”, que
me envió Laila en su mail? Cómo que no es para tanto, ¿verdad? Y otra cosa que me dice es la de los productos que vende
la “zurdo-boutique”, y que van desde cucharas, abrelatas, pela papas, tazas, tenedores, cuchillos, tijeras, saca corchos,
cepillos de dientes, cinta métrica, barajas, reloj (masculino y femenino) de pulso, llaveros, zapatos con agujetas,
computadoras con teclado invertido, y quién sabe cuántas cosas más, entre las que se cuenta una señal de tránsito para
colocarse en el automóvil especificando que un zurdo va a bordo.
Pues gracias a Laila Yunes por darme material para escribir esta semana aunque nuevamente haya sido sobre los zurdos
(de los que ofrezco no volverme a ocupar por un largo tiempo, no sea que eso me vaya a traer mala suerte, cumpliéndose
en mí alguna de esas supercherías que pesan sobre los de mano siniestra o, dicho de una manera más moderna, de
lateralidad diferente).
Buen domingo y buena semana próxima para usted.
P.D. ¿Y cómo ve usted que el presidente Calderón, zurdísimo por nacimiento y derechísimo por convicción, se haya
fracturado su hombro izquierdo --y no el derecho-- al caer de su bicicleta, de cuyo manejo siempre ha presumido él ser tan
diestro?.
Descargar