El Cid II- El Cantar, el poema más perfecto del Medievo

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El Cid II- El Cantar, el poema más perfecto del Medievo
La celebración de los 800 años de la redacción del Cantar de mio Cid de Per Abat
servirá para poner en valor una ruta turística y cultural diseñada en torno al Poema
María Martín/ ICAL. Oculto bajo llave y a buen recaudo en la Biblioteca Nacional de
Madrid, en condiciones idóneas para impedir que avance su ya acusado deterioro, se
conserva el Cantar de mio Cid. No se trata de la copia original, que los estudiosos
fechan en torno al año 1140, ni siquiera de la redactada por Per Abat en 1207, sino de
un manuscrito que toma ésta como modelo y cuyo origen se sitúa entre los siglos XIII o
XIV. En cualquier caso, la importancia del códice guardado en la Biblioteca Nacional es
enorme, ya que gracias a él ha llegado hasta nuestros días una obra cumbre de la
literatura universal de la Edad Media, que hizo del Cid un personaje mítico y legendario
más allá de las fronteras españolas.
Lo cierto es que, hasta la fecha, los especialistas no se han puesto de acuerdo en torno a
la autoría de esta obra. Si bien son muchos los que defienden que fue el propio Per Abat
el responsable único del primer Cantar, entre los especialistas se considera que esta
atribución es errónea. Así lo explica Alberto Montaner, catedrático de la Universidad de
Zaragoza y estudioso número uno del Poema a nivel mundial, que alude a los versos
que aparecen al final del Cantar para defender sus argumentos: "Quien escrivió este
libro dél' Dios paraíso, ¡amén! / Per Abbat le escrivió en el mes de mayo / en era de mill
e dozientos cuaraenta e cinco años" (de la era hispánica, equivalente al 1207 de la
cristiana).
Según aclara Montaner, "en la Edad Media 'escrivir' significaba básicamente el acto
material de trazar las letras, sólo en la segunda mitad del siglo XIII comienza a tener el
sentido de 'componer una obra', para el que previamente se empleaba sólo el verbo
'fazer'. Por otro lado, la comparación con otros manuscritos medievales permite advertir
que estamos ante la típica suscripción de un copista que pide una recompensa espiritual
por su labor, da su nombre y la fecha de terminación de su trabajo. Por lo tanto, Per
Abbat fue el copista del manuscrito, no el autor del Poema". Por su parte, desde los
municipios sorianos de San Esteban de Gormaz y Medinaceli se promueve la teoría de
que el autor original fue un juglar que procedía de una de estas localidades.
<b>Avatares de la obra</b>
Sea como sea, la obra que encumbró la figura mítica del Cid gozó de bastante difusión
en su época, promoviendo la creación de otras composiciones épicas como el Poema de
Fernán González e incluso la secuela 'Las mocedades de Rodrigo', a finales del siglo
XIII. También, en torno a 1270, en la época de Alfonso X, se compiló una versión en
prosa del Cantar en la obra 'Estoria de España', lo que provocó que los lectores se
olvidaran de la original en verso. Durante siglos fue ignorado por el gran público hasta
que en 1779 fue editado por primera vez. "Al principio despertó sólo el interés de los
estudiosos, pero poco a poco, y gracias a al influencia del romanticismo y su
revalorización del estética medieval, la obra fue ganando en aprecio y en difusión, y a
finales del siglo XIX era considerada ya una de las obras cumbre de la literatura
medieval española". Posteriormente, la aparición de la edición de Menéndez Pidal en
1913 puso esta obra verdaderamente al alcance de cualquier lector interesado.
Para Alberto Montaner, existen razones históricas y estéticas que explican la
importancia del Cantar. Así, por un lado, se trata de "uno de los primeros textos
extensos conservados en una lengua romance peninsular, y un hito en la formación del
mito literario del Cid". Además, estéticamente, "es uno de los más perfectos y a la vez
más originales poemas épicos del período". En ese sentido, continúa el catedrático, "se
da la paradoja de que el Cantar es en unos aspectos un excelente representante de lo más
característico del género épico, y en otros presenta una serie de innovaciones muy
marcadas respecto de las convenciones del género. Sin duda, esa equilibrada mezcla de
tradición y originalidad es una de las razones para considerarlo un clásico de nuestra
literatura".
<b>La imaginación del autor</b>
De lo que ningún experto duda es de la escasez de datos históricos en el relato que hace
el Poema de las correrías de Rodrigo Díaz de Vivar. De hecho, algunos de los pasajes
más populares, como el matrimonio de las hijas del Cid con los infantes de Carrión y la
Afrenta de Corpes, son pura fantasía del autor, que deja volar su imaginación
ahondando en las cualidades del héroe retratado, inventando episodios e incluso
modificando el sentido de algunos acontecimientos. Según recuerda el profesor de
Historia Medieval de la Universidad de Burgos Javier Peña, en torno a los destierros,
"mientras la historia nos delata una culpabilidad manifiesta de Rodrigo en este asunto,
el Cantar resalta la inocencia de su protagonista y la injusticia subsiguiente de los
castigos aplicados al mismo".
También, continúa Javier Peña, "se trastoca el sentido de la estancia del Caballero de
Vivar en tierras levantinas", ya que en el Cantar "se describen como actuaciones
derivadas de la conciencia acendrada de Rodrigo de estar obligado a servir a su señor en
todo momento y en las situaciones más adversas, de ser y actuar como un buen vasallo,
en suma. En la realidad, la trayectoria del Cid en Levante, tras el segundo destierro, no
es sino una carrera linealmente orientada a conseguir la soberanía personal y efectiva
sobre tierras valencianas".
A juicio de Alberto Montaner, "el grado de coincidencia entre la biografía real del
Campeador y lo que cuenta el Cantar, aunque mucho mayor que en la mayoría de los
poemas épicos medievales, tampoco es tan grande como a menudo se ha dicho, pues en
realidad se retienen tan sólo algunos aspectos básicos, y el resto es libre invención del
poeta".
<b>Tres Cantares</b>
El Poema de mio Cid se divide en tres partes, que narran los episodios del destierro, las
bodas de las hijas con los infantes de Carrión y la afrenta de Corpes, a través de 3.733
versos. Del primer Cantar sólo son datos históricos con seguridad el destierro del Cid
(aunque los detalles de su salida de Castilla son ficticios) y la batalla de Tévar (1090),
en la que el Cid derrota y hace prisionero al conde de Barcelona, en la que fue una de
las más grandes victorias del de Vivar frente a un ejército cristiano. El conde Berenguer
Ramón, derrotado, entregó a Rodrigo su espada Colada, la segunda en valor, después de
la Tizona, ganada en Valencia al rey Búcar de Marruecos. Esta última se conserva en el
Museo del Ejército de Madrid, actualmente en proceso de traslado al Alcázar de Toledo.
En cuanto al Cantar de las bodas, narra las conquistas levantinas del Cid, aunque el
orden de las batallas y sus detalles no corresponden necesariamente a la realidad. "La
batalla contra Yúcef, tras la conquista de Valencia, refleja la histórica batalla de Cuarte
(1094), pero la previa batalla contra el rey de Sevilla es ficticia. Posiblemente tenga
razón el Cantar al suponer que la familia del Cid se reunió con él al poco de la conquista
de Valencia (en 1094), pero no tenemos pruebas de ello. El resto de lo que cuentan el
segundo y el tercer cantar es ficticio", detalla Alberto Montaner.
<b>Un juglar del siglo XXI</b>
Junto a los estudios de los historiadores sobre esta obra, para su promoción es esencial
también el arduo trabajo del cantautor madrileño Emiliano Valdeolivas, un enamorado
del Cantar que hace ya más de 30 años se propuso dar a conocer este texto a través de la
música. "Es el primer documento de nuestra lengua hecho por juglares y es algo que hay
que comunicar. Es un cantar de gestas que los juglares cantaban, de modo que se tiene
que seguir cantando porque si no, se pierde", admite, al tiempo que reconoce cómo
desde que descubrió el Poema, se convirtió en una "pasión" y una "obsesión". Tenía, por
tanto, que transmitirlo al gran público pero "quitándole un poco el dramatismo".
De este modo, si bien en la Edad Media el Poema se recitaba completo (más de 3.700
versos) con música de fondo, Emiliano decidió abreviar el texto hasta los 442 versos
con los que conformó 14 canciones, que narran los momentos más importantes y
populares del Cantar. Desde que estrenó este disco, con un concierto en Medinaceli
(Soria) en 1984, esta música le ha proporcionado multitud de satisfacciones. No en
vano, es el único cantautor que ha versionado de esta forma el poema medieval, al que
ha puesto música "actual" compuesta por él mismo.
Aunque reconoce que en Castilla y León y fundamentalmente en Burgos el público
siente el Cantar como algo "muy cercano", confiesa que en ocasiones se ha llevado
"grandes sorpresas en lugares muy lejanos", como Zaragoza, Madrid e incluso
Toulouse, en Francia. "La gente se sorprende, porque se dan cuenta de que estás
cantando el origen del castellano. Y se emociona, porque entienden un texto de la Edad
Media". Emiliano reconoce que hasta ahora la obra "ha quedado muy relegada" al
ámbito de la cultura y "no se ha llevado a la calle", algo que considera necesario porque
"lejos de banalizar el Cantar, tomará mucha más fuerza". Incluso la compara con El
Quijote, en el sentido de que la obra cumbre de Cervantes "se vende como algo más
fácil de leer, pero el Cantar se entiende perfectamente", sostiene.
<b>Un Camino con futuro</b>
De momento, el cantautor está poniendo su granito de arena para la promoción del
Poema de mio Cid ofreciendo conciertos en distintos puntos del Camino del Cid, un
itinerario diseñado en base al texto medieval por un Consorcio formado por las
diputaciones de Burgos, Soria, Guadalajara, Zaragoza, Teruel, Castellón, Valencia y
Alicante, las ocho provincias por las que discurre la ruta, y que une, a través de un gran
'pasillo verde', el Camino de Santiago a su paso por Burgos con la Vía Augusta de la
Comunidad Valenciana.
Este Camino nace en Vivar del Cid (Burgos), localidad natal de Rodrigo Díaz, y muere
en Valencia, donde falleció el caballero castellano, atravesando a lo largo de 1.239
kilómetros un nutrido número de poblaciones, en su mayoría citadas en el Cantar,
aunque otras se han incluido debido a su importancia cultural o turística. Además, a esta
estructura, más o menos lineal, se añaden cinco anillos temáticos, de trazado circular, y
cuatro ramales que diversifican la ruta principal. Durante el próximo 2007, el Consorcio
se esforzará en la promoción de este itinerario, mediante su señalización completa y su
difusión a través de diversos medios.
Según explica el gerente del Consorcio, Alberto Luque, "el Camino del Cid es un
itinerario turístico-cultural que, a través de una serie de rutas, une los lugares citados en
esta obra literaria. La mejor guía para lanzarse al Camino es el Cantar de mio Cid: para
nosotros es como una 'Guía Michelín' de la Edad Media".
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