1 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" En la ciudad de La Plata a los trece días del mes de abril de dos mil cuatro, siendo las ........ hs., se reúnen en acuerdo ordinario los señores Jueces de la Sala Primera del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires, doctores Horacio Daniel Piombo, Benjamín Ramón María Sal Llargués y Carlos Angel Natiello, bajo la presidencia del primero de los nombrados, para resolver en causa Nº 1661 de este Tribunal, caratulada "M. M. D. s/ recurso de Casación". Practicado el sorteo de ley, resultó que en la votación debe observarse el orden siguiente: PIOMBO — NATIELLO - SAL LLARGUES, procediendo los nombrados magistrados al estudio de los siguientes: ANTECEDENTES I. El Tribunal en lo Criminal Nº 2 del Departamento Judicial Morón condenó, en lo que interesa destacar a M. D. M. a la pena de quince años de prisión, accesorias legales y costas, con declaración de reincidencia, por resultar coautor responsable de los delitos de robo agravado por el uso de armas —dos hechos-, privación ilegal de la libertad agravada por amenazas y privación ilegal de la libertad agravada por tortura, y autor responsable del de tenencia ilegal de arma de guerra, todos en concurso material entre sí. II. Contra dicho decisorio interpone recurso de Casación el Defensor a cargo de la Unidad Funcional de Defensa Nº 4 2 departamental, reclamando, en abogado primer Eduardo término, Héctor la nulidad Bermejo, de los reconocimientos fotográficos y de cosas practicados a fs. 150 y 152 del principal (causa Nº 4) y de fs. 32 de la causa Nº 5, respectivamente, por cuanto implican flagrante violación a lo dispuesto por los artículos 261 y 262 del C.P.P. En cuanto al hecho en el que resultara damnificado Mastandrea, señala que el Tribunal realizó una errónea interpretación de las piezas procesales, en particular al no evacuar las citas que el imputado formulara en su declaración en la oportunidad del artículo 308 del rito. Cuestiona igualmente la valoración del "a quo" de la aclaración efectuada por la víctima al practicar el reconocimiento en rueda. Dirige también su ataque a las particularidades que a su juicio tuvo la persecución de su pupilo. Reproduce luego los argumentos reseñados precedentemente respecto del "factum" que tuviera por víctima a Caratti sosteniendo que, en el caso, el único elemento cargoso con que se contaba era la denuncia del damnificado, por lo que pide igualmente la absolución de M. respecto de este hecho. Subsidiariamente, entiende que la calificación legal debiera ser la de robo agravado por el uso de armas puesto que, a su criterio, la privación ilegal de la libertad quedaría subsumida dentro del delito contra la propiedad y no sería un ilícito independiente. Expresa luego que en el hecho que damnificara a Caratti no se ha probado 3 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" fehacientemente que el arma estuviese apta para el disparo en el momento de ocurrir el acontecer, máxime cuando éste ocurrió el 16 de octubre y el arma fue incautada y periciada el 3 de noviembre. Cuestiona, finalmente, el encuadramiento del delito contra la libertad, el que debió calificarse —según su pensamiento- en los términos del art. 142 inc. 1º del Código Penal. III. A fs. 34 es decretada la admisibilidad liminar del remedio por Presidencia, convocándose a posteriori a la audiencia donde toca a las partes informar en derecho. En dicho acto procesal, el entonces Adjunto del Defensor de Casación, doctor Gustavo Herbel, afirma sostener en todos sus términos el recurso planteado. Agrega que no puede agravar el robo cometido con armas por ser éstas de fuego y condenar simultáneamente por un delito que no se configura a menos que se posea una arma considerada especialmente peligrosa por su poder vulnerante. Solicita se absuelva a su asistido por haberse incurrido en arbitraria ponderación de la prueba y por la ilegítima incorporación de prueba. Subsidiariamente, se recalifique como robo agravado por el uso de armas (en dos oportunidades), en concurso real con tenencia de arma de guerra. A su turno el Fiscal ante esta sede manifiesta en primer lugar que el recurso exhibe defectos de forma que lo descalifican "in limine". En el caso no existen constancias de haberse formulado la protesta a 4 que hace mención el recurrente. Asimismo, en esta sede no demostró la contraparte arbitrariedad en el an lisis ni absurdo. Acompaña a la defensa en cambio en cuanto la violación de los arts. 40 y 41 del Código Penal señalando que en el empleo de arma de guerra el poder vulnerante no agrava la pena. IV. En uso de la facultad conferida por el art. 458 in fine del C.P.P., el Defensor antes mencionado, presentó nota sobre los puntos debatidos en la audiencia de informe oral. V. Hallándose en consecuencia la causa en estado de fallar, los magistrados de referencia en el inicio de esta relación decidieron plantear y votar las siguientes: CUESTIONES 1ra.) ¿Es admisible el recurso traído? 2da.) ¿Corresponde declarar la nulidad impetrada? 3ra.) ¿Se verifican las violaciones legales de orden procesal? 4ta.) ¿Se ajusta a derecho la calificación impresa a la conducta juzgada? 5ta.) ¿Es adecuada la evaluación de atenuantes y agravantes producida en la sentencia? y, en su consecuencia y también para el caso de que se hubiese modificado el encuadramiento legal ¿qué sanción corresponde en derecho? 6ta.) ¿Qué pronunciamiento corresponde dictar? 5 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" A la primera cuestión planteada el señor Juez, doctor Piombo, dijo: Tiene dicho esta sede que resulta formalmente admisible el recurso que además de la deducción en tiempo y forma vertida en soporte documental ajustado a las exigencias de la ley de rito, añade la mención de las normas supuestamente quebrantadas por el órgano jurisdiccional "a quo" (Sala I, sent. del 15/2/01 en causa 2685 "Romero") así como la solución que se pretende de este Tribunal. En el presente caso, los motivos de casación convergen en una sentencia definitiva que reúne esas características, lo cual debe epilogar en una respuesta afirmativa al interrogante planteado. Empero, no puede dejarse de lado que el recurrente ha incumplido parcialmente la carga de aportación de los elementos de juicio (vgr.: omisión de traer el acta de debate como de acercar el texto de la protesta), situación que si bien a esta altura del desarrollo procesal no puede epilogar en una sentencia de rechazo, habida cuenta la presencia del principal en esta sede, perjudica la comprensión del libelo impugnatorio. Con la salvedad apuntada, voto por la afirmativa. A la misma primera cuestión planteada el señor Juez, doctor Natiello, dijo: 6 Adhiero al voto del doctor Piombo en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la afirmativa. A la misma primera cuestión planteada el señor Juez, doctor Sal Llargués, dijo: Adhiero al voto de los distinguidos colegas preopinantes en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la afirmativa. A la segunda cuestión planteada el Juez, doctor Piombo, dijo: 1. Con relación a la petición de nulidad que da base al interrogante planteado debo expresar, como lo he hecho en otras especies en circulación, que la esforzada labor de los defensores oficiales muchas veces acude a un recurso técnico erróneo en función de la ley vigente, aunque haya sido válido respecto del procedimiento derogado. Consiste en hacer hincapié en presuntas fallas del procedimiento para lograr así la caída del todo el juicio (empleada esta expresión en sentido lato o constitucional) o, cuando menos, la desarticulación de la sentencia condenatoria con las miras puestas en un posible pronunciamiento absolutorio por insuficiencia probatoria. 7 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" 2. En verdad, articulándose el procedimiento de la ley 11.921 en el debate plenario, al que configura como eje central y medular del proceso, no inciden en su resultado las fallas anteriores de una I. P. P. que elabora una de las partes, en la medida que las diligencias sean reproducibles y que las irreproducibles no afecten la defensa en juicio. En esa inteligencia —reiteradamente afirmada por esta Sala al cumplir el cometido que le confía el art. 4 de la ley 11.982 (vgr.: Sala I, sent. del 25/4/00 en causa 706, "Igía", doctrina de la mayoría; ídem del 28/8/01 en causa 1680, "Chamorro Pacheco")-, no gravitan los defectos en los reconocimientos en rueda de personas, cualquiera sea la forma de su realización, en la medida que se trata de extensiones de la declaración testimonial, la cual obviamente puede ser reiteradas todas las veces que el órgano jurisdiccional crea necesario y la razonabilidad la autorice (Sala I, sent. del 9/11/99 en causa 232, "Gonz lez"; ídem del 18/10/00 en causa 801, "Recurso fiscal en causa nro. 2041 del Departamento Judicial de Necochea). 3. Centrándonos en el caso, el ataque de la defensa resulta ineficaz no sólo por haberse desentendido de realizar una crítica a lo decidido por el órgano de juicio (Sala I, sent. del 24/5/99 en causa 69, "Andueza"; ídem del 2/3/00 en causa 576, "Alonso"), sino porque los elementos de que se trata no han sido decisivos en la formación de la convicción 8 del órgano jurisdiccional de grado que, por otra parte, se basa predominantemente en elementos adquiridos directamente en la audiencia de debate. Voto por la negativa. A la misma segunda cuestión planteada el señor Juez, doctor Natiello, dijo: En nuestro nuevo ritual sólo resultan nulos los actos procesales en los que se hubiesen inobservado disposiciones expresamente prescriptas bajo sanción de nulidad (conf. art. 201 del C.P.P.), de modo que las denunciadas infracciones de las normas referidas al reconocimiento en rueda de personas y al reconocimiento de cosas (que no prevén la nulidad) resultan ineficaces para fundar la nulidad que se pretende, máxime cuando nuestra ley recepta expresamente el principio de libertad probatoria por el que se autoriza a acreditar los hechos objeto de proceso por cualquier medio con la sola condición de que no supriman garantías constitucionales ni afecten el sistema institucional (art. 209 del ritual), nada de lo cual viene demostrado por quien se agravia. Por ello y lo expresado por el Dr. Piombo en el punto 3 de su voto, inclino mi parecer por la negativa. Es mi voto. 9 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" A la misma segunda cuestión planteada el señor Juez, doctor Sal Llargués, dijo: Adhiero al voto del Dr. Natiello en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la negativa. A la tercera cuestión planteada el señor Juez, doctor Piombo, dijo: 1. La contestación de este interrogante implica, a su vez, responder a los ataques que hacen en punto a: a) el error interpretativo que se habría originado en la omisión de evacuar citas del inculpado; b) la valoración de la declaración de Mastandrea al practicar el reconocimiento en rueda; c) la parvedad de elementos comprobatorios utilizados para acriminar en el hecho que victimizara a Caratti. Paso puntualmente a ocuparme de tales temas. 2. La circunstancia apuntada en segundo lugar al contestar la cuestión inmediata anterior despeja el camino a la respuesta: la falla consistente en omitir evacuar citas o en una deficiente evacuación de las mismas, resulta irrelevante en la medida que la defensa tuvo oportunidades sobradas en el período intermedio o directamente en el debate para producir toda la prueba que su estrategia aconsejara realiza, esto es, a través de la instrucción suplementaria previa o la 10 coetánea (arts. 338 y 344 del ritual), o la comparecencia de posibles testigos en la audiencia de la vista de causa. Y esto quita significación a eventuales lesiones al art. 18 de la Constitución nacional. 3. En otro orden de ideas observo que la convicción del "a quo" se basa predominantemente en testimoniales cuya apreciación no sólo es propia de los jueces de los hechos sino que debe ejercerse en el momento propio, esto es, al tomar contacto directo con las declaraciones en la etapa plenaria del proceso (Sala I, sent. del 8/9/99 en causa 185, "Benítez"; ídem del 6/7/00 en causa en causa 781, "Herrera"; ídem del 7/12/00 en causa 3097, "Pan"; ídem del 8/2/01 en causa 196, "Galván"). Y esto es lo que ocurrió en el sub-lite, en que el Tribunal de grado se interiorizó de las fallas denunciadas por la defensa examinando el testigo para apreciar "de visu" y "de auditu" si su talante, actitud, poder de persuasión, estado anímico y memoria permitían asignarle el valor que a la postre le atribuyó. A esto se suma que el único modo de conmover esa apreciación, la alegación y demostración del absurdo, no ha ocurrido en la especie (Sala I, res. del 24/8/00 en causa 387, "Ibarra", entre muchas). 4. Respecto a la objeción, propia de un pensamiento enraizado en el sistema escriturario y de prueba tasada, de que no podría probarse el ilícito con un único testimonio, cabe traer a colación que este Tribunal ha dicho que una solitaria 11 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" declaración puede conducir, en consonancia con otros elementos, a un coherente cuadro acerca de la reconstrucción histórica de lo ocurrido, más aún cuando no existen en la causa otros elementos que permitan demostrar que el razonamiento empleado por el sentenciante resulta falaz, o que la valoración hubiera reposado en apreciaciones puramente subjetivas (Sala I, sent. del 13/4/00 en causa 456, "Ruíz"). Y este es el caso de autos. Voto por la negativa A la misma tercera cuestión planteada el señor Juez, doctor Natiello, dijo: Adhiero al voto del doctor Piombo en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la negativa. A la misma tercera cuestión planteada el señor Juez, doctor Sal Llargués, dijo: Adhiero al voto de los distinguidos colegas preopinantes en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la negativa. A la cuarta cuestión planteada el señor Juez, doctor Piombo, dijo: 12 1. El abordaje del interrogante propuesto impone recalar en dos temas: a) la subsunción del hecho en la privación ilegal de la libertad; b) la falta de aptitud del arma utilizada para el disparo. 2. No asiste razón al recurrente en relación al primer ítem. En efecto, la descripción del "factum" criminoso efectuada al contestar la cuestión primera, firme en esta sede, puntualiza que la privación de libertad se prolongó más allá del despojo del codemando del rodado y de la concurrencia a las terminales bancarias mecanizadas para intentar así extraer el dinero mediante el uso de las tarjetas magnéticas que portaba la víctima. De ahí que deba permanecer firme en esta sede el encuadramiento legal efectuado por el órgano de grado. 3. Anoto que esta "opinio juris" la tengo tomada desde la época en que como juez de segundo instancia integré la Sala II de la Cámara 3ra. de La Plata, habiendo contribuido a mantener como doctrina del cuerpo que "corresponde subsumir el hecho en el delito de robo calificado en concurso ideal con privación ilegítima de la libertad, cuando la coerción sobre la víctima excedió con creces el tiempo necesario para consumar los desapoderamientos, y sólo finalizó a causa de la intervención policial (72108 RSD-52-88 S 10-6-88, "F., J. R. 13 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" -. C., J. C. s/ Robo agravado y privación ilegal de la libertad"). También es el criterio de otros tribunales bonaerenses, vgr., la Cámara de la circunscripción judicial de Azul, la que sentó que "las privaciones de la libertad que se prolongan en el tiempo y en el espacio, más allá de lo necesario para lograr la consumación del apoderamiento e impedir la persecución, deben ser considerados delitos independientes de los robos" (P 8449 RSD-159-86 S 9-10-86, "R. M. A. y. o. s/ Robo califreit.-Priv.ilegal lib.Calif-reit."). Esto, dicho con relación al primero de los hechos es, con mayor razón, aplicable al segundo, dado que allí el despojo estaba plenamente consumado y la puesta en riesgo de la vida de la víctima, encerrada en un baúl que en la hipótesis de cualquier principio de incendio a causa de choque o enfrentamiento con fuerzas policiales le impedía escapar, resultaba innecesaria y demostrativa de una alta dosis de peligrosidad en la realización del designio criminoso. 4. En lo concerniente al encuadramiento específico de la apuntada privación de libertad, comparto lo dicho por el doctor Natiello, cuyo pensamiento he conocido en el breve cambio de ideas que antecedió al presente acuerdo. De ahí que en consenso me uno a la postulada subsunción en el art. 142, inc. 1, del C.P. En cuanto al arma, la circunstancia de hallarse cargada al momento de su secuestro implica una presunción que, en 14 conjunción con otros elementos, es valedera para crear en el tribunal un convencimiento de que también lo estaba al momento de cometerse el hecho. Y esto no puede ser censurado en esta sede sin previa demostración, como se dijo m s arriba, del absurdo o del desvío patente de la logicidad del razonamiento. Voto parcialmente por la afirmativa. A la misma cuarta cuestión planteada el señor Juez, doctor Natiello, dijo: Adhiero por sus fundamentos a todo lo expresado por el Dr. Piombo. Estimo sin embargo que la queja relacionada con la errónea aplicación del art. 144 tercero inciso 1º (privación de la libertad agravada por tortura) merece ser acogida. Es que con independencia de la cuestión referida a si el hecho es o no lo suficientemente grave en vistas al inciso 3º del art. 144 ter (exigencia que en el caso no parece del todo definida mediante la referencia a la declarada motivación de los autores -utilización como escudo frente a un eventual enfrentamiento- ni tampoco en base al tiempo -varias horas- y al espacio en el que se llevó a cabo la privación ilegítima de la libertad -baúl de un automóvil-); lo cierto es que el tipo en cuestión sólo resulta aplicable cuando la víctima se encuentre 15 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" a disposición de un funcionario público, y este no es el supuesto de autos. En efecto, con total prescindencia de la calidad que revista el sujeto que imponga torturas, el art. 144 tercero inciso primero requiere siempre de una víctima que, privada de la libertad, se encuentre -jurídicamente o de hechosometida o a cargo de la autoridad. Aunque parece obvio señalarlo, mientras el primer párrafo del inciso primero del artículo en cuestión reclama que un funcionario público imponga torturas a una persona que se encuentra privada de su libertad y bajo el poder de hecho o jurídico de la autoridad pública, el segundo párrafo extiende la punición a los particulares que cometiesen ese mismo e idéntico hecho, es decir, que impongan torturas a una persona que se encuentra privada de su libertad y bajo el poder de hecho o jurídico de la autoridad pública. Y ello que surge claramente de la ley, puede también inferirse de la referencia a la legitimidad o ilegitimidad de la privación de la libertad, "...la última vinculada con el art. 144 bis inc. 1º (conf. Creus, Tomo I, pag. 307), distinción que no cabría cuando el que priva de la libertad es un particular..." (conf. causa nº 5710/II "Luna...", del 18/07/02), supuesto en el que la tipicidad debe desplazarse hacia otras figuras de delitos contra la libertad o las personas. 16 No cualquier privación de la libertad convierte a la persona en víctima del delito, sino la que tiene su origen en una relación funcional, sea por haber procedido de la orden de un funcionario o por haber sido ejecutada por funcionarios. Y si alguna duda podía plantear sobre ésto el proyecto del Poder Ejecutivo, al tratar la situación del particular en un inciso aparte, ella desaparece en la actual estructura de la ley, en la que la integración del párrafo al mismo inciso y con expresa remisión al parr. 1º, ata la punibilidad del particular a todas las características que el delito asume en dicho párrafo (conf. Creus, T. I, pag. 308). En el mismo sentido, debe recordarse que la Convención contra la tortura, expresamente incorporada a nuestra Carta Magna en el año 1994 (art. 75 inc. 22º), define en su artículo primero que por "tortura" debe entenderse "...todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves....cuando los mismos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia..." Cerrando el punto, cabe también traer a colación la fundamentación de la ley 23.097 -que reemplazó la sistemática de la ley 14.616-, contenida en el diario de sesiones de la Cámara de Senadores, en la que, según explica Solzona (Delitos contra la libertad, pag. 45), se 17 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" "...aludía a que nadie podría justificar la tortura como método de la justicia para averiguar la verdad, citándose a tal fin las palabras de Pablo VI cuando dijo que las torturas, es decir, los métodos policíacos crueles e inhumanos usados para arrancar confesiones de los labios de los prisioneros, deben ser condenados absolutamente: No son admisibles ni siquiera con el fin de ejercer la justicia ni defender el orden público..." (conf. causa 5710 antes citada). Estimo entonces que la aplicación de la punibilidad establecida en el art. 144 tercero inc. 1º del C.P. a los supuestos en los que la víctima fue secuestrada por particulares configura una indebida extensión del tipo penal violatoria del principio legalidad contenido en el art. 19 de la C.N. La calificante debe ceder, subsumiéndose la privación de la libertad padecida por Hugo Caratti en los términos del art. 142 inc. 1º del C.P. Voto por la afirmativa. A la misma cuarta cuestión planteada el señor Juez, doctor Sal Llargués, dijo: Adhiero al voto de los distinguidos colegas preopinantes en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la afirmativa. 18 A la quinta cuestión planteada el señor Juez, doctor Piombo, dijo: 1. Tiene dicho este Tribunal que los motivos de casación deben ser propuestos, conforme lo prescribe el art. 451 del C. P. P., al deducir el respectivo recurso (Sala I, sent. del 22/3/00 en causa 712, "Burgos"; ídem del 7/10/99 en causa 126, "Rey"; ídem del 10/5/00 en causa 649, "Surt"). Empero, se ha hecho salvedad de aquellos que contienen argumentos colindantes, subsecuentes o lógicamente relacionados con los motivos originariamente traídos (Sala I, sent. del 2/5/00 en causa 351, "López"), o que resultan presupuesto o derivación necesaria de los expuestos en el recurso que operó la apertura de la instancia (Sala I, sent. del 27/9/00 en causa 799, "Gutiérrez"). Y esta es, precisamente, la hipótesis, toda vez que el tema calificatorio estaba propuesto y se trata en el caso de la invocación del agravante de utilización de armas cuando, al propio tiempo, se condena por robo con armas. Aquí la razón acompaña a la defensa, conforme lo indican precedentes de este Tribunal, toda vez que se tiene dicho que si bien un determinado tipo de arma de extraordinario poder ofensivo -por ejemplo: automáticas de uso bélico-, indudablemente suma un plus a la violencia moral y al peligro de perder la vida sufridos por las víctimas en la hipótesis delictiva encuadrada en el art. 166, inc. 2, del 19 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" Código Penal, esto no ocurre por la mera utilización de un arma de uso civil en la medida que el riesgo experimentado por la víctima no fue más allá del que hubiera corrido de emplearse un cuchillo de normales dimensiones. De ahí entonces que no corresponda aditar una agravante por tal mera utilización a la hora de fijar la sanción con encuadramiento asentado en el mencionado tipo penal (Sala I, sent. del 5/4/01 en causa 1214, "Gómez y Yalet"). Todo esto que digo se halla enmarcado por la irretroactividad que tiene, en función del art. 2 del Código Penal, lo dispuesto en el art. 41 bis del mismo ordenamiento sustantivo (ley 25.297) 2. En atención a lo señalado lo inmediato antecedente, propongo modificar la sentencia y fijar la pena privativa de prisión impuesta en doce años de prisión, con accesorias legales y costas, dejando intangibles las demás declaraciones efectuadas en el decisorio que limitadamente se modifica. Voto por la afirmativa. A la misma quinta cuestión planteada el señor Juez, doctor Natiello, dijo: No advierto de qué modo puede considerarse que los argumentos del Dr. Herbel relacionados con las pautas para la determinación de la pena puedan tener vinculación alguna con los motivos de agravio originariamente planteados si 20 éstos se refieren en forma exclusiva a la autoría y a la calificación legal de los hechos. Este Tribunal carece de competencia para revisar la legitimidad del fallo en todos sus aspectos, debiendo ceñirse en su consideración a aquellos que constituyen los motivos de agravio, y si bien excepcionalmente puede ir "más allá" de lo pedido (art. 435 del C.P.P.) sólo puede hacerlo cuando ello no importe conocer en un motivo distinto a los primitivamente planteados (art. 451 tercer párrafo del C.P.P.). No mediando causales de nulidad absoluta que autoricen la intervención de oficio, el Tribunal no podría considerar otras cuestiones que las contenidas en el agravio. Tal como lo ha señalado la Sala II de éste Tribunal (causa 5691, caratulada "Maidana"), en nuestro nuevo código de procedimientos la instancia recursiva constituye un tramo eventual del juicio que depende en forma exclusiva de la voluntad de las partes. Y así como resulta inaceptable que un Tribunal de Alzada se avoque al conocimiento de decisiones consentidas por las partes, es igualmente inadmisible la revisión oficiosa de aquellos puntos del fallo que merecieron la conformidad del interesado al no haber sido incluidos como motivo del recurso. En materia de impugnaciones debe prevalecer el principio dispositivo y ello hace que las facultades del 21 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" Tribunal de Alzada en principio queden restringidas a la medida del agravio, sin el cual no hay recurso ni competencia del órgano revisor. De ahí que nuestro ritual hable de "pretensión" (art. 451) y admita el "desestimiento" (arts. 432, 456, seg. párr. y 485) y la "deserción" (art. 445). La limitación del Tribunal a los motivos de agravio asegura además el contradictorio, que resulta esencial en la etapa recursiva, según se desprende de la sola lectura de los arts. 437 -vista antes de resolver la reposición-, 446 audiencia en la apelación-. 458 -audiencia oral en casación- y 487 -eventual dictamen del Procurador y memoria de las partes-. Debe asimismo notarse que en nuestro actual código de formas se cambió la redacción que tenía el antiguo art. 342 del C.P.P. ley 3589 y no se habla ya de "puntos no incluidos" en el recurso, sino del conocimiento "más allá de los motivos" de agravio, lo cual sólo autoriza a extender los agravios primitivos hacia aspectos del fallo que deriven de la consideración de los mismos y nunca respecto de otros no incluidos en la presentación originaria ni directamente vinculados a los agravios que ella contiene. Sostener que el Tribunal puede por vía del art. 435 conocer de puntos no cuestionados siempre que ello beneficie al imputado, implicaría además aceptar que el sistema de los arts. 434 y 435 se reduce a una sola regla 22 referida a la prohibición de reformatio in peius, fuera de lo cual el Tribunal no tendría límite alguno. Tampoco hay razón lógica o jurídica que permita entender que el Tribunal puede pronunciarse respecto de puntos sobre los que ni las propias partes se pueden explayar una vez vencido el plazo recursivo (conf. art. 451 párr. 3º del C.P.P.), o para suponer que aquello que se le prohibe a la defensa en la oportunidad del art. 458 puede luego hacerlo de oficio el Tribunal sin posibilidad alguna de requerimiento o contradicción de los interesados. Si bien son propias del recurso casatorio las funciones normofiláctica, uniformadora y dikelógica, en nuestro nuevo ritual ellas se encuentran subordinadas al principio dispositivo y a los de igualdad y contradicción y sólo resultan operativas en el marco que la ley fija para la competencia del Tribunal. Si en la especie el recurrente no cuestionó las pautas para la determinación de la pena, ellas deben reputarse firmes y no pueden ser revisadas ni modificadas por éste Tribunal. Tan es así que -con acierto y salvo una excepción- el voto precedente omite pronunciarse respecto de la totalidad de las agravantes cuestionadas por el Dr. Herbel pese a que ello configuraría omisión de cuestión esencial si se niega que los argumentos introducidos en la audiencia del art. 458 del 23 C.P.P. constituyen un nuevo Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" motivo de agravio extemporáneamente deducido. Por lo demás, tampoco advierto infracción legal alguna por haberse considerado como agravante genérica del robo delito al cual claramente se refieren los sentenciantes- la utilización de un arma de fuego, puesto que su mayor poder intimidante y ofensivo respecto de otras armas que también abastecen las exigencias básicas del art. 166 inc. 2º del C.P. constituye un plus que permite agravar el reproche sin que ello importe la doble punición de una misma circunstancia. Aclaro, por último, que tampoco parece aplicable al caso la doctrina sentada -por mayoría y con mi disidencia- en la causa nº 1214 "Gómez y Chalet" puesto que aquí no se trata de un arma de fuego de uso civil sino de una pistola Bersa 380 catalogada como de guerra. Propongo entonces el rechazo de los agravios extemporáneamente introducidos por la Defensa Oficial de Casación. Voto por la negativa. A la misma quinta cuestión planteada el Juez, doctor Sal Llargués, dijo: Adhiero al voto del doctor Piombo en igual sentido y por los mismos fundamentos. Voto por la afirmativa. 24 A la sexta cuestión planteada el señor Juez, doctor Piombo, dijo: De conformidad con el resultado de los pareceres vertidos, corresponde: 1) por unanimidad, declarar admisible el recurso de Casación interpuesto a favor de M. D. M., no obstante sus fallas en orden al cumplimiento del principio de completividad; 2) por los fundamentos dados, no hacer lugar al planteo de nulidad deducido; 3) por los fundamentos dados, casar parcialmente el fallo, modificar el encuadramiento legal en punto al ilícito de privación ilegal de libertad, en cuya mbito se declara mal aplicado el art. 144 ter inc. 1 del Código sustantivo y aplicable el 142 de ese texto fondal, en su primer inciso; por mayoría, suprimir la incidencia del agravante de uso de armas y también por mayoría, determinar la sanción por aplicar en doce años de prisión, dejando incólumes las demás declaraciones contenidas en el fallo modificado, sin costas en el presente (arts. 40, 41, 142 inciso 1 del C.P. y 448, 450, 451, 456, 461; 530 y 532 del C.P.P.). Así lo voto. A la misma sexta cuestión planteada el Juez, doctor Natiello, dijo: 25 Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" Dejando a salvo la opinión vertida retro, adhiero por sus fundamentos al voto del Dr. Piombo, reafirmando mi parecer contrario a fijar pena en esta sede, privando a las partes de una instancia legalmente prevista. Es mi voto. A la misma sexta cuestión planteada el Juez, doctor Sal Llargués, dijo: Adhiero al voto del doctor Piombo en igual sentido y por los mismos fundamentos. Así lo voto. Con lo que se dio por terminado el Acuerdo dictándose la siguiente SENTENCIA Por lo expuesto en el Acuerdo que antecede, el Tribunal resuelve: I.- Por unanimidad, declarar admisible el recurso de Casación interpuesto por el Defensor a cargo de la Unidad Funcional de Defensa Nº 4 del Departamento Judicial Morón, abogado Eduardo Héctor Bermejo en favor de su asistido M. D. M., no obstante sus fallas en orden al cumplimiento del principio de completividad. II.- Por los fundamentos dados, no hacer lugar al planteo de nulidad deducido. 26 III.- Por los fundamentos dados, casar parcialmente el fallo dictado por el T.O.C. Nº 2 departamental de fecha 03/9/99 en causa 4 y modificar el encuadramiento legal en punto al ilícito de privación ilegal de libertad, en cuyo ámbito se declara mal aplicado el art. 144 ter inc. 1 del Código sustantivo y aplicable el 142 de ese texto fondal, en su primer inciso. IV.- Por mayoría, suprimir la incidencia del agravante de uso de armas. V.- Por mayoría, determinar la sanción por aplicar en doce años de prisión, dejando incólumes las demás declaraciones contenidas en el fallo modificado, sin costas en el presente proceso. Arts. 40, 41, 142 inciso 1 del C.P. y 448, 450, 451, 456, 461; 530 y 532 del C.P.P. Regístrese. Notifíquese. Remítanse los autos principales (causa Nº 4 en 3 cuerpos, con sus agregados e incidentes) con copia certificada de lo aquí resuelto al Tribunal Criminal Nº 2 del Departamento Judicial Morón. Oportunamente archívese. 27 FIRMADO: HORACIO DANIEL Causa 1661 "M., M. D. s/ recurso de Casaci¢n" PIOMBO, BENJAMIN RAMON SAL LLARGUES, CARLOS ANGEL NATIELLO. Ante mí: CRISTINA PLACHE