marcohuaco.com MANUS HOEC INIMICA TYRANNIS Lo bueno, lo malo y lo feo de la ley de libertad religiosa: Texto íntegro de la ley y comentario En esta página web siempre me he propuesto difundir cuestiones actuales que interesan al Estado laico, la libertad religiosa y ciertos derechos humanos particularmente polémicos atendiendo a la doble necesidad de ser suficientemente informativo y preciso (para servir a un amplio público no especializado en derecho) y al mismo tiempo no técnico ni oscuro como suelen ser los análisis académicos para un reducido público especializado (a pesar de tratarse de cuestiones jurídicas). No siempre creo conseguirlo. Aquí intentaré nuevamente hacer ese balance al enumerar simplificadamente los aspectos buenos, malos y feos de la nueva ley de libertad religiosa – diríamos- “perpetrada” por el Congreso de la República. El día jueves 16 de diciembre fue votada por segunda vez y ratificada. El momento para hacer detenidos y elaborados aportes académicos es otro. Actualmente la Presidencia de la República tiene 15 días para presentar observaciones a la norma y nos parece más útil generar opinión pública en torno a ella que dedicarnos a un análisis más detenido. El momento es político. Aquí mi contribución a ese momento. De todos modos, mi primer libro doctrinal jurídico trata sobre este tema de manera bastante amplia (“Derecho de la Religión. El principio y derecho de libertad religiosa en el ordenamiento jurídico peruano”. 2005, 398 páginas) libro basado en mi tesis de licenciatura de 547 páginas. A continuación presento el texto íntegro de la ley de libertad religiosa aprobada por el Congreso de la República intercalada con breves comentarios que no tienen la pretensión de ser exhaustivos ni doctrinales pues tienen una finalidad divulgadora. EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA; Ha dado la Ley siguiente: LEY DE LIBERTAD RELIGIOSA Artículo 1º.- Libertad de religión El Estado garantiza el derecho fundamental de toda persona a la libertad de religión reconocido y amparado por la Constitución Política del Perú y por los tratados internacionales ratificados por el Estado peruano. El ejercicio público y privado de este derecho es libre y tiene como único límite tanto la protección del derecho de los demás al ejercicio de sus libertades públicas y derechos fundamentales como la protección del orden, la salud y moral públicos. Comentario: Artículo inútil pues repite lo ya previsto en la Constitución. Pero además es impertinente pues una ley no podría establecer otros límites al ejercicio de los derechos fundamentales que los ya enumerados en la Constitución. Artículo 2º.- Igualdad ante la ley Toda persona natural es igual ante la ley. Se prohíbe toda acción u omisión que discrimine a una persona en razón de sus creencias religiosas. El Estado reconoce la diversidad de las entidades religiosas. En igualdad de condiciones, gozan de los mismos derechos, obligaciones y beneficios. Comentario: “Toda persona natural es igual ante la ley”. Enunciado engañoso. Y el texto que viene después de él resulta una contradicción. La primera vez que escuché esta extraña idea fue al asesor legal de la Conferencia Episcopal Peruana, y en el contexto de un debate jurídico en el seno de una comisión de expertos convocada por el Ministerio de Justicia. ¿Que las personas naturales sí son iguales ante la ley pero no lo son las personas morales (o sea las personas jurídicas como son las iglesias)?. Vaya concepto. En ese momento me percaté de que esa pretendería ser la “base legal” para luego argumentar que no podría haber igualdad de las confesiones religiosas ante la ley debido a sus supuestas diferencias inherentes. Evidentemente rechacé la idea, tal y como la rechazo ahora cuando la leo en el artículo 3 de la ley aprobada por el Congreso. No resiste ningún análisis legal: tanto las personas naturales como las jurídicas son iguales ante la ley, sean nacionales o extranjeras, religiosas o seculares, y punto. Que sean diferentes en los hechos es una cosa, pero que sean desiguales ante la ley es otra. ¿Qué tipo de igualdad religiosa es ésta, señor pastor Miguel Bardales, señor asesor parlamentario Tomás Gutiérrez, señora Congresista Mirta Lazo y señor propagandista Jorge Márquez?. Este artículo es inconstitucional. Artículo 3º.- Ejercicio individual de la libertad de religión La libertad de religión comprende, entre otros, el ejercicio de los siguientes derechos: a. Profesar la creencia religiosa que libremente se elija y cambiar o abandonar la que se tenga en cualquier momento, conforme al procedimiento propio de cada iglesia, confesión o comunidad religiosa. En todo caso, se respeta la libertad religiosa individual. Comentario: Absurdo del tamaño de la Catedral de Lima. El cambiar de creencias religiosas (adoptar nuevas o abandonarlas) es un acto libre que jamás puede estar condicionado a ningún procedimiento de iglesia alguna. Es libre y punto, no está supeditada a nada. Materia distinta es la disciplina de cada iglesia al respecto, que es asunto privado y no debe ser objeto de esta ley. La aclaración final del párrafo es otra contradicción. Un artículo atentatorio contra la libertad religiosa. Es inconstitucional. Artículo 3º.- Ejercicio individual de la libertad de religión La libertad de religión comprende, entre otros, el ejercicio de los siguientes derechos: b. Practicar de forma individual o colectiva, en público o en privado, los preceptos religiosos de su confesión, sus ritos y actos de culto. Comentario: Ya está previsto en la Constitución. Artículo 3º.- Ejercicio individual de la libertad de religión La libertad de religión comprende, entre otros, el ejercicio de los siguientes derechos: c. Recibir asistencia religiosa por su confesión. Las instituciones públicas competentes adoptan las medidas y normas necesarias para facilitar la asistencia religiosa en el ámbito de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú, en las prisiones, en los centros públicos hospitalarios, asistenciales y otros bajo su dependencia. Comentario: Inciso positivo (parcialmente ya desarrollado en el Código de Ejecución Penal). Por otro lado muy anhelado por los pastores evangélicos y otros para hacer proselitismo religioso dentro de cuarteles, hospitales, prisiones y otros lugares de especial sujeción. En todo caso, el artículo trata sobre “asistencia religiosa” y ello supone que es un servicio religioso para beneficio de quienes ya son parte de la respectiva confesión religiosa y no para hacer prosélitos (lo cual es objeto de otro derecho, no de la asistencia religiosa). Por otro lado es un servicio religioso a cargo de las confesiones y no financiado por el Estado, pero sí facilitado por él lo cual es una obligación positiva. Pero lo más probable es que en el Reglamento de la Ley o en los acuerdos entre iglesias y Estado se intente interpretar la expresión “para facilitar” a fin de justificar que el Estado les pague el sueldo a los capellanes no católicos que dan este servicio dentro de los cuarteles, hospitales, etc. lo cual contradeciría el principio de laicidad. Artículo 3º.- Ejercicio individual de la libertad de religión La libertad de religión comprende, entre otros, el ejercicio de los siguientes derechos: d. Elegir para sí o para los menores o los incapaces sujetos a su patria potestad, dentro y fuera del ámbito escolar, la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones. Comentario. Es positivo aunque su contenido ya está recogido en diversas normas legales del ordenamiento. Artículo 3º.- Ejercicio individual de la libertad de religión La libertad de religión comprende, entre otros, el ejercicio de los siguientes derechos: e. Reunirse o manifestarse públicamente con fines religiosos y asociarse para desarrollar comunitariamente sus actividades religiosas. Comentario: Ya está previsto en la Constitución como parte del derecho de reunión. Artículo 3º.- Ejercicio individual de la libertad de religión La libertad de religión comprende, entre otros, el ejercicio de los siguientes derechos: f. Conmemorar las festividades y guardar el día de descanso que se considere sagrado en su religión, debiéndose armonizar los derechos de los trabajadores con los de la empresa o administración pública para la que labore, y de los estudiantes con las instituciones educativas, conforme al reglamento de la presente Ley. Comentario: Inciso positivo, sobre todo para los Adventistas del Séptimo Día, pero ya veremos cómo se reglamenta. En todo caso, es un derecho ya reconocido por una sentencia del Tribunal Constitucional y en el derecho internacional pero resulta positivo que ahora se plasme en una ley interna. Y no se puede sostener que no se puede ejercer este derecho mientras no se dicte un reglamento, pues ya está reconocido antes de esta ley. Se ha corregido la anterior redacción que era perjudicial tal como ya lo critiqué en un artículo anterior. Artículo 3º.- Ejercicio individual de la libertad de religión La libertad de religión comprende, entre otros, el ejercicio de los siguientes derechos: g. Prestar juramento según sus propias convicciones religiosas o abstenerse de hacerlo, pudiendo acogerse a la alternativa promisoria. Comentario: Es un punto positivo. La Constitución de 1979 preveía una exención al juramento para aquella persona que no tuviera creencias religiosas, exención que sin embargo no protegía a los ciudadanos que, teniéndolas, se negaran a prestar dicho juramento. La Constitución de 1993 no menciona nada al respecto, aunque ciertas previsiones ya existen en normas legales para facilitar la alternativa promisoria (es decir, la promesa sin juramento). Artículo 3º.- Ejercicio individual de la libertad de religión La libertad de religión comprende, entre otros, el ejercicio de los siguientes derechos: h. Recibir sepultura de acuerdo con las tradiciones y ritos de la propia confesión religiosa, respetando en todo caso las normas vigentes sobre salud e higiene públicas. Comentario: Inciso bueno pero un tanto anacrónico. Su respeto ya está ampliamente confirmado en la práctica y no había necesidad de asegurarlo mediante esta ley. En todo caso no deja de ser positivo. Artículo 4º.- Objeción de conciencia La objeción de conciencia es la oposición de un individuo al cumplimiento de un deber legal, en razón de sus convicciones morales o religiosas. Se ejerce la objeción de conciencia cuando alguien se ve imposibilitado de cumplir una obligación legal por causa de un imperativo, moral o religioso, grave o ineludible, reconocido por la entidad religiosa a la que pertenece. Comentario: Errónea y sectaria definición de la objeción de conciencia. Primero, ésta no puede oponerse solamente ante un deber u obligación legal sino también frente a un deber constitucional. La fórmula debió ser: “deber u obligación jurídica”. Por otro lado es un artículo sectario pues hay objeciones de conciencia que no se basan en convicciones religiosas sino en objeciones humanistas o filosóficas, pero este artículo dice que el imperativo moral o religioso “debe estar reconocido por la entidad religiosa”.¿Es que sólo se puede objetar por razones religiosas?. Esta es una definición discriminatoria contra los no creyentes. Tampoco se establece la obligación para el objetor de conciencia de realizar una prestación sustitutoria. Este artículo puede ser letra muerta si en la ley no se incluye una obligación de los poderes públicos de reglamentar su ejercicio. Y finalmente algo peligroso: no se especifica que la objeción de conciencia no puede ejercerse en casos que ponga en peligro la vida y la salud de terceros cuando no haya quien pueda reemplazar al objetante en el cumplimiento del deber que rechaza cumplir (por ejemplo cualquier profesional de la salud que no desee practicar un aborto lícito por razones de conciencia religiosa y no haya profesional que pueda reemplazarlo para salvar la vida de la gestante). Tal como ya lo expresé en mi último artículo, es una lástima que las ONGs laicas de derechos humanos (especialmente las promotoras de derechos sexuales y reproductivos) se hayan puesto de espaldas a la discusión de esta ley que también afectará los derechos que defienden cotidianamente. Artículo 5º.- Entidad religiosa Se entienden como entidades religiosas a las iglesias, confesiones o comunidades religiosas integradas por personas naturales que profesan, practican, enseñan y difunden una determinada fe. Estas entidades cuentan con credo, escrituras sagradas, doctrina moral, culto, organización y ministerio propios. Las entidades religiosas no tienen finalidad de lucro. No se consideran religiosos los fines o actividades relacionados con fenómenos astrofísicos, sicológicos, parasicológicos, adivinación, astrología, espiritismo, difusión de ideas o valores puramente filosóficos, humanísticos, espiritualistas u otro tipo de actividades análogas. Las entidades dedicadas al desarrollo de ritos maléficos, cultos satánicos o análogos se encuentran al margen de la presente Ley. El Estado respeta y garantiza las expresiones religiosas de los pueblos andinos, amazónicos y afroperuanos, así como su derecho de ejercerlas de manera individual o colectiva. Comentario: Es un artículo manifiestamente inconstitucional. Los artículos que definen lo que son “entidades religiosas” son prácticamente el corazón de cualquier ley de libertad religiosa. Y en el caso peruano esta ley nace prácticamente muerta, abortada por la ignorancia injustificable de sus impulsores. Se dice que es entidad religiosa aquellas que tienen “credo, escrituras sagradas, doctrina moral, culto, organización y ministerio propios.”. El budismo, una de las grandes religiones mundiales, no entraría dentro de esta definición pues no tiene ni credo, ni escrituras sagradas, ni ministros. La comunidad judía tampoco sería una “entidad religiosa” pues dicha comunidad no está interesada en “difundir” su fe como exige este artículo 5, no es una religión proselitista. La pregunta es: ¿podrán inscribirse en el “renovado” registro de entidades religiosas que se crea más adelante?. Este artículo es un texto lleno de prejuicios ideológicos y claramente hecho sólo para las iglesias católica y evangélica. Además: ¿qué es un “rito maléfico”?, ¿qué es un culto satánico?. ¿Ahora el Estado fungirá de teólogo, de inquisidor o de extirpador de idolatrías?. ¿Y cómo es posible que mi Iglesia, la Iglesia Adventista, pueda estar satisfecha con esta ley si durante toda su historia ella ha rechazado dotarse de un credo fijo? (sus actuales 28 creencias fundamentales no son uno). ¿Acaso sus asesores ignoran que los fundadores de la iglesia adventista evitaron siempre dotarse de un credo para no anquilosar su doctrina y conservar la libertad religiosa al interior de la iglesia?. Lo positivo y original de este artículo, aunque insuficiente, es el reconocimiento de las expresiones religiosas andinas, amazónicas y afroperuanas. Pero es un texto nebuloso carente de efecto práctico pues no dice nada al respecto del acceso de los pueblos indígenas a sus sitios sagrados, muchas veces codiciados por las empresas petroleras y mineras. Prefiero el Convenio 169 de la OIT y la Declaración de Pueblos Indígenas de Naciones Unidas. Artículo 6º.- Dimensión colectiva de las entidades religiosas Son derechos colectivos de las entidades religiosas debidamente inscritas, entre otros, los siguientes: Comentario: Su título es erróneo: debió decir: “dimensión colectiva de la libertad religiosa” y no “de las entidades religiosas”. ¡Toda entidad religiosa tiene dimensión colectiva y no puede tenerla individual!. Artículo 6º.- Dimensión colectiva de las entidades religiosas Son derechos colectivos de las entidades religiosas debidamente inscritas, entre otros, los siguientes: a. Gozar de personería jurídica civil, así como de plena autonomía y libertad en asuntos religiosos, pudiendo establecer sus propias normas de organización, régimen interno y disposiciones para sus miembros, sin perjuicio de los derechos y libertades reconocidos en la Constitución Política del Perú. Comentario: Es lamentable que las confesiones no tengan igualdad ante la ley para poder organizarse según sus propias creencias. Pareciera que esta ley continúa imponiéndoles la forma de Asociaciones sin fines de Lucro al hacer referencia a la “personería jurídica civil” de las entidades religiosas. Aún los asesores legales de la Conferencia Episcopal manifestaban su acuerdo en que esto sería inconstitucional (la iglesia católica sí goza del derecho de organizarse conforme a sus propias creencias). Artículo 6º.- Dimensión colectiva de las entidades religiosas Son derechos colectivos de las entidades religiosas debidamente inscritas, entre otros, los siguientes: b. Crear fundaciones y asociaciones para fines religiosos, educacionales y de asistencia social conforme a la legislación nacional. c. Formar, designar o elegir libremente a sus ministros de culto, dirigentes religiosos y establecer su propia jerarquía, según sus normas internas. La condición de ministro de culto se acredita con documento auténtico expedido por la autoridad competente de la entidad religiosa. d. Ejercer libremente su ministerio, practicar su culto, celebrar reuniones relacionadas con su religión y establecer lugares de culto o de reunión con fines religiosos. e. Divulgar y propagar su propio credo. f. Solicitar, recibir y otorgar todo tipo de contribuciones voluntarias. g. Mantener relaciones con sus propias organizaciones o con otras entidades religiosas, sea en territorio nacional o extranjero. Comentario: Puntos positivos, muchas veces ya existentes en normas legales anteriores. Esto ratifica lo que sostuve hace muchos años: era necesario en primer lugar aprobar una ley de libertad religiosa y luego dictar las normas reglamentarias y administrativas. En el Perú se ha hecho al revés. Artículo 7º.- Dimensión educativa de las entidades religiosas Las entidades religiosas, inscritas en el registro al que se refieren los artículos 13º y 14º, pueden crear y dirigir autónomamente sus propios centros de formación para el ministerio religioso y para estudios teológicos. El reconocimiento oficial de los títulos académicos expedidos por estos centros puede ser objeto de convenio entre el Estado, a través del Ministerio de Educación, y la correspondiente entidad religiosa, siempre que esta cumpla con los requisitos académicos establecidos por la Ley núm. 29394, Ley de Institutos y Escuelas de Educación Superior. Asimismo, aquellas que cumplen con los requisitos de la Ley núm. 23733, Ley Universitaria, pueden acceder a entregar dichos títulos. Comentario: Es inconstitucional y contradice tratados internacionales. No puede ser que solamente un grupo de entidades religiosas tenga el derecho de crear los centros de formación para sus ministros religiosos. El derecho de libertad religiosa incluye el derecho a transmitir las propias creencias y eso requiere del derecho a formar a los propios dirigentes religiosos. Este derecho le pertenece a la comunidad religiosa más pequeña o nueva que pueda existir. Este artículo 7 es otra norma que debería herir definitivamente de muerte a esta ley de libertad religiosa: es toda una ley de discriminación religiosa. Materia distinta al derecho de crear centros de formación religiosa es si los títulos que otorgan éstos son expedidos a nombre de la Nación. Aquí no se entiende la necesidad de que se firmen “Convenios” si dichos centros cumplen con las leyes de la materia. Esto, sin entrar ya en la polémica de si el Estado laico puede expedir títulos de teología a nombre de la Nación…En Francia, sólo en la Universidad de Estrasburgo se otorgan títulos de teología católica a nombre de la Santa Sede y de la República francesa… Cosas de la laïcité a la francesa. Artículo 8º.- Exoneración del curso de religión Las instituciones educativas, en todos sus niveles y modalidades, respetan el derecho de los alumnos a exonerarse de los cursos de religión por motivos de conciencia o en razón de sus convicciones religiosas sin verse afectado su promedio académico. En los casos de los menores de edad, la exoneración procede siempre y cuando así lo expresen los padres o quien tenga la tutela de los mismos. Comentario: Este es un artículo que sólo puede ser superado –eliminado- al mediano o largo plazo. Lo ideal es que no se enseñe religión de manera obligatoria en ninguna escuela pública ni con el presupuesto del Estado, cuente o no la calificación para el promedio académico, haya o no haya exoneración para el alumno. La enseñanza y el aprendizaje de la religión no puede ser una materia impuesta a través de la escuela estatal. Es obra de familias y de iglesias. Artículo 9º.- Protección del ejercicio de la libertad religiosa El Estado garantiza a las personas, de manera individual o asociada, que desarrollen libremente sus creencias y actividades religiosas, en público o en privado. No hay persecución por razón de ideas o creencias religiosas, debiéndose garantizar lo siguiente: Comentario: Su primer y segundo párrafos son ociosos, ya están consagrados en la Constitución. Artículo 9º.- Protección del ejercicio de la libertad religiosa (…) a. Nadie puede ser obligado a manifestar su convicción religiosa. Comentario: Ya está previsto en la Constitución. No añade nada nuevo. Artículo 9º.- Protección del ejercicio de la libertad religiosa (…) b. Los ministros de culto tienen derecho a guardar el secreto sacramental, ministerial o religioso. Ninguna autoridad o funcionario público puede obligar a revelarlo. c. Nadie puede ser obligado a participar en actos de culto, a recibir asistencia religiosa o a prestar contribuciones económicas o en especie a entidades religiosas. Comentario: Me parece incompleto pues ningún derecho es absoluto. Tómese el caso de un terrorista que declara ante un sacerdote confesor que detonará un arma nuclear en Lima. Según la ley el confesor no estaría obligado a revelarlo a las autoridades ni sería responsable legal por callarlo. Artículo 10º.- Patrimonio de las entidades religiosas El patrimonio de las entidades religiosas se encuentra constituido por los bienes adquiridos conforme a ley. Asimismo, por el patrimonio histórico, artístico y cultural que se haya creado, adquirido o esté bajo su posesión legítima, en la forma y con las garantías establecidas por el ordenamiento jurídico. En todo caso se respeta su prevalente función de servicio al culto sagrado. El Estado, a través de las instituciones públicas competentes, puede prestar cooperación técnica y/o económica para el mantenimiento y conservación del patrimonio histórico, artístico y cultural de las entidades religiosas. Comentario: Es un buen artículo y redactado con buena técnica: tanto que parece sugerido por los asesores legales de la Conferencia Episcopal, la cual de hecho tiene mucho patrimonio histórico, artístico y cultural por proteger y gran experiencia histórica y jurídica en lograrlo. Artículo 11º.- Donaciones y beneficios tributarios Las entidades religiosas gozan de las donaciones y beneficios tributarios existentes siempre que cumplan con los requisitos previstos en el ordenamiento jurídico nacional. Artículo 12º.- Destino del patrimonio en caso de disolución En caso de disolución de una entidad religiosa, por acuerdo interno o por mandato de la ley, su máxima autoridad acuerda a qué entidad, de fines similares, es destinado el patrimonio resultante. En caso de omisión, lo determina el Ministerio de Justicia. Comentario: No crean beneficios tributarios adicionales sino mantiene los existentes. Regula correctamente lo relativo al fin del patrimonio religioso cuando se disuelve una entidad religiosa. Pero no nos equivoquemos: esos nuevos beneficios tributarios tendrán la vía abierta mediante el artículo 15 de la ley. Artículo 13º.- Registro de Entidades Religiosas A partir de la vigencia de la presente Ley, el registro creado en el Ministerio de Justicia por Decreto Supremo núm. 003-2003-JUS pasa a denominarse Registro de Entidades Religiosas y tiene como finalidad principal el reconocimiento de la personería jurídica civil de las entidades religiosas, así como facilitar sus relaciones con el Estado. La inscripción en el mencionado registro es voluntaria. Las entidades religiosas inscritas son personas jurídicas de derecho privado sin fines de lucro. Su organización, funciones, atribuciones y representación se rigen por esta Ley y su reglamento, así como por sus propias normas y estatutos. Las entidades religiosas no inscritas en el registro continúan como asociaciones civiles. Comentario: Ojalá que la “personería jurídica civil” de las entidades religiosas no sea, como pensamos, una referencia a la organización bajo la forma de “asociación civil sin fines de lucro” que siempre se le impone a las confesiones en el Perú sino una forma realmente “autónoma” de organización y gobierno de carácter civil, cuestión diferente. Pero soy pesimista: no hay razón para esperar tal audacia de los creadores de esta ley. Artículo 14º.- Requisitos para inscripción de entidades religiosas Para inscribirse en el Registro de Entidades Religiosas, se presenta una solicitud en la que consta fehacientemente lo siguiente: a. Su fundación o establecimiento en el Perú, con indicación del número de fieles mayores de edad, lugares de culto y cuantos datos se consideren relevantes a efectos de poner de manifiesto su implantación. b. Su denominación y demás datos de identificación, los estatutos donde se señalen sus bases de fe, actividades religiosas, régimen de funcionamiento, esquema de organización y órganos representativos con expresión de sus facultades y de los requisitos para su válida designación. Tienen acceso al registro aquellas entidades religiosas que, por su trayectoria, ámbito, número de creyentes y/o desarrollo de actividades benéfico-asistenciales o educativas, ofrecen garantías de estabilidad y permanencia. La inscripción requiere prueba, por cualquier medio admitido en derecho, del ejercicio constante de actividades religiosas propias, que determine la creación, fundación y presencia activa de la confesión en el Perú, por un período no menor de siete (7) años, así como de un número de fieles, mayores de edad, no inferior a lo que determine el reglamento. La inscripción en el registro conlleva el reconocimiento de la personería jurídica, que se otorga cuando se acreditan debidamente los requisitos exigidos y no se vulnera algunos de los preceptos de la presente Ley o del ordenamiento jurídico general. La denegación de la inscripción no impide su actuación en el marco de las libertades reconocidas en la Constitución Política del Perú ni el ejercicio de los derechos que se reconocen en la presente Ley. La cancelación de los asientos relativos a una determinada entidad religiosa solo puede llevarse a cabo a petición de sus representantes legales, debidamente facultados, o mediante resolución judicial. Comentario: Este artículo y el siguiente es el verdadero corazón de la ley que no debió denominarse “de libertad religiosa” sino de “clientelismo religioso” pues los derechos reconocidos en esta ley son coartada para tratar al meollo de la pretensión de la derecha religiosa. En la cuestión de la finalidad de la creación de un registro de entidades religiosas se juega toda la filosofía de la política del Estado al respecto. ¿Para qué se crea un registro y quiénes se inscriben en él?. No es para gozar de la libertad religiosa que es un derecho para todos. ¿Es para reconocerles a unas iglesias más derechos que a otras?. Tampoco podría ser para eso pues el principio de igualdad ante la ley lo impide. Las dictaduras y regímenes autoritarios establecen tales Registros para controlar las actividades de las confesiones religiosas que pudieran oponérseles. Las democracias, depende: bien para discriminarlas dándoles a unas más derechos –y privilegios- que a otras en base a criterios injustos, o bien para establecer una colaboración con aquellas que colaboran con los fines de la sociedad y del Estado. En el caso de esta ley, el Registro sirve para otorgar privilegios a las confesiones que “dan garantías de estabilidad y permanencia” y para reconocer derechos que deberían pertenecer a todas (como fundar centros de formación religiosa, artículo 7). Lo apropiado hubiera sido que el Registro se establezca para inscribir sólo a aquellas confesiones que desarrollan significativas actividades de apoyo a los fines del Estado: de desarrollo, asistenciales, educativas, culturales, etc.. En ese caso, colaborando con la sociedad, merecen de ésta también una colaboración estatal bajo la forma de beneficios tal como sucede bajo el régimen de las ONGs y de las asociaciones civiles sin fines de lucro en general que reciben esa misma colaboración. Pero no es así. El artículo 14 establece que “Tienen acceso al registro aquellas entidades religiosas que, por su trayectoria, ámbito, número de creyentes y/o desarrollo de actividades benéfico-asistenciales o educativas, ofrecen garantías de estabilidad y permanencia.” Entonces, que colaboren con el Estado es un punto más entre otros, siendo el principal el ser confesiones arraigadas. El criterio es discriminatorio. La cantidad de tiempo de existencia de una entidad religiosa no la debería hacer más merecedora que otras para recibir colaboración estatal, sino su efectivo aporte a la sociedad peruana. Sólo este criterio puede justificar la existencia de un registro especial para entidades religiosas. Lo demás es establecer un Estado pluriconfesional, que favorece sólo a un pequeño “club” de iglesias, y no un Estado igualitario. Esta ley no es de igualdad ante la ley de libertad religiosa, sino de discriminación religiosa. Artículo 15º.- Convenios de colaboración El Estado peruano, en el ámbito nacional, dentro de sus competencias, amparado en el artículo 50º de la Constitución Política del Perú, puede suscribir convenios de colaboración sobre temas de interés común, de carácter legal, con aquellas entidades religiosas que, estando inscritas en el registro a que se refieren los artículos precedentes, hayan adquirido notorio arraigo con dimensión nacional y ofrezcan garantías de estabilidad y permanencia por su número de miembros y actividades. Los convenios, para ser aprobados como norma legal, deben tener el informe favorable del Ministerio de Justicia y del Ministerio de Economía y Finanzas. Comentario: Este artículo crea la figura de los “convenios de colaboración” entre el Estado y las entidades religiosas inscritas en el Registro mencionado. Esta figura es el corolario y punto de máximo interés para las iglesias deseosas de prebendas patrimoniales y de privilegios legales de parte del Estado. Mediante dichos convenios, (figura imitada del derecho español, italiano y alemán) el Estado otorgará especiales beneficios tributarios y económicos, ciertos privilegios y derechos adicionales sólo al grupo de confesiones que hayan demostrado tener “notorio arraigo” en la sociedad. Es decir, lejos de la tan cacareada igualdad religiosa tendremos un mayor despliegue de la discriminación religiosa: ya no existirán “las otras” o “las demás” confesiones religiosas diferentes a la católica sino que ahora existirán “las entidades no católicas con Convenio” y “las entidades no católicas sin Convenio”. Este es el concepto de igualdad religiosa de los fundamentalistas evangélicos agrupados en torno al “Culto de Acción de Gracias”: mayores privilegios parecidos a los gozados por la Iglesia católica y sólo para ellos. PRIMERA.- Sanción por impedir el ejercicio de la libertad religiosa La persona natural o jurídica que, por acción u omisión, impida el ejercicio de la libertad religiosa en los términos recogidos en esta Ley o en los tratados o acuerdos internacionales ratificados por el Perú es sancionada según las normas penales o administrativas vigentes. Comentario: Al fin, no establece nada nuevo porque las “normas penales y administrativas vigentes” no cuentan con sanciones para castigar los atentados contra el ejercicio de la libertad religiosa. Existe cierta provisión penal sobre el delito de discriminación que incluye una referencia a la discriminación religiosa pero jamás ha sido implementada. SEGUNDA.- Sobre el tratado aprobado por Decreto Ley núm. 23211, que aprueba Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú La presente Ley, su reglamento y cualquier otra norma complementaria no afectan lo dispuesto en el tratado aprobado por el Decreto Ley núm. 23211, que aprueba Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú, y las normas, protocolos o notas que se deriven del mismo. La personería y capacidad jurídica de la Iglesia Católica y las entidades religiosas erigidas o que se erijan conforme a lo establecido en el Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú, de 19 de julio de 1980, se regulan por lo establecido en el citado tratado. Comentario: El “Concordato” es un tratado pre-constitucional, dictatorial y semi-clandestino. Es un instrumento propio de una iglesia de aires monárquicos y antidemocráticos que continúa pretendiendo estar más allá de la ley y sin control del Estado. Esta disposición es tan provocadora como inútil pues siendo parte de una ley no ratifica jurídicamente a un tratado internacional como es aquél “concordato”. Pero su inclusión en la ley significa una ratificación política impropia de un Estado laico. Las iglesias evangélicas que han aceptado esta segunda disposición con tal de beneficiarse de esta ley pluriconfesional, están haciéndose a la imagen de la iglesia católica institucional pues buscan sus mismos privilegios y hegemonía sobre la sociedad y el Estado (de allí que buscan acceder a más cargos públicos y copar los espacios de decisión política). Estando familiarizado con las denuncias políticas y teológicas del libro bíblico del Apocalipsis no puedo dejar de sentir que ya he visto este panorama en alguno de sus pasajes. Aquí otras disposiciones que no me merecen mayor comentario por ahora: TERCERA.- Seminario Evangélico de Lima y Seminario Bíblico Andino El Seminario Evangélico de Lima, fundado en 1933 y reconocido por el Decreto Supremo 04885-ED, y el Seminario Bíblico Andino, fundado en 1935 y reconocido por Decreto Supremo 001-90-ED, se gobiernan por su propio estatuto; tienen la autonomía, los derechos y los deberes de las universidades y pertenecen al sistema universitario. Los grados y títulos que expidan deben ser inscritos en el Registro Nacional de Grados y Títulos de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) para los fines pertinentes, bajo responsabilidad del director general o de quien haga sus veces. CUARTA.- Reglamento El Poder Ejecutivo reglamenta la presente Ley en un plazo no mayor de noventa (90) días útiles. DISPOSICIÓN COMPLEMENTARIA TRANSITORIA ÚNICA.- Plazo para reinscripción en el Registro En un plazo de trescientos sesenta (360) días útiles, las entidades religiosas inscritas en el Registro de Confesiones Distintas a la Católica deben reinscribirse en el registro al que hace referencia el artículo 13º. El incumplimiento de esta disposición da lugar a la cancelación de su inscripción. La cancelación de la inscripción no impide el ejercicio de los derechos constitucionales correspondientes, conforme al párrafo último del artículo 13º. Comuníquese al señor Presidente de la República para su promulgación. En Lima, a los dieciséis días del mes de diciembre de dos mil diez. CÉSAR ZUMAETA FLORES Presidente del Congreso de la República ALDA LAZO RÍOS DE HORNUNG Segunda Vicepresidenta del Congreso de la República AL SEÑOR PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LA REPÚBLICA En este artículo no menciono aquellos puntos importantes que están ausentes de esta ley de “libertad religiosa”. Quizás sea materia de una próxima contribución.