s1-gen04 el trabajo doméstico y la construcción de la identidad

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TRABAJO DOMÉSTICO Y VIDA COTIDIANA.
Dra. María de Jesús León Zermeño
Facultad de Psicología de la BUAP
Maestría en Psicología Social
3 oriente 403 Edif. Anexo
Tel./Fax 2-32-31-86
Tel. particular 2-28-68-00
Correo electrónico: [email protected]
Currículo vitae:
Lic. en Psicología, Facultad de Psicología de la BUAP.
Maestría en Ciencias Sociales, Facultad de Filosofía y Letras de la BUAP.
Doctorado en Sociología, Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la BUAP.
Línea de Investigación: Estudios sobre la mujer, vida cotidiana, trabajo doméstico, identidad
femenina, y salud pública.
Resumen:
Trabajo doméstico y vida cotidiana.
El hacer cotidiano como actividad forma parte de la vida de todo ser humano, desde que nace el
hombre y la mujer se habitúan a un sinnúmero de actividades que al estar incorporadas en su
vida se aceptan como actos inmutables a los que se les otorga de manera consciente o
inconsciente atributos y normas que guían el comportamiento , sin embargo, cuando nos
adentramos al estudio de los grupos y los ubicamos en un tiempo determinado, comparando,
analizando distintos momentos y épocas se puede confirmar que se han producido cambios aún
en aquellos actos que parecían inmutables, en la forma de pensar y de verse a sí mismos tanto
los hombres y las mujeres; cambios en nuestra manera de relacionarnos, de organizarnos en la
vida cotidiana.Por ello nos planteamos como un factor importante investigar el trabajo doméstico,
que es desde nuestro punto de vista una actividad imprescindible de la vida cotidiana, que si bien,
hasta el momento se piensa como obligación exclusivamente femenina, ésta ha sufrido una serie
de modificaciones que han generado cambios no sólo en la organización familiar sino también en
las relaciones interpersonales.¿Pero en qué momento y bajo qué condiciones se inicia ese
cambio? y ¿cuáles son los efectos producidos?. Es a través del estudio de la vida cotidiana de
mujeres de un determinado sector de la población que podemos responder a estas interrogantes;
apoyadas en distintas corrientes de las Ciencias Sociales, con el fin de proporcionar enfoques
novedosos, en la búsqueda de explicaciones sobre el comportamiento de nuestra sociedad.
EL
TRABAJO
DOMÉSTICO
Y
SU
RELACIÓN
EN
LA
CONSTRUCCIÓN DE LA IDENTIDAD FEMENINA.
La investigación realizada sobre la construcción de
la identidad femenina en un grupo de mujeres de la ciudad
de Puebla, que habitan las colonias populares, centró su
interés en el cómo y el porqué las mujeres de este estudio
construyeron una forma de vivir, de sentir y de actuar
formando y formándose una identidad, y en el cómo se ha ido
transformando en las generaciones actuales; para ello se
aplicaron
hábito,
los
conceptos
costumbre,
de
cotidianidad,
tradición,
sentido
enmarcados
en
las
común,
bases
teóricas de género, subjetividad y representación social.
Hablar de la identidad femenina es abordar el terreno
de la subjetividad, producto de un proceso continuo basado
en la interacción con los otros y con el mundo. De este
modo, la subjetividad es producto no de ideas, valores o
condiciones materiales, sino del compromiso individual con
las prácticas, los discursos y las instituciones que dan
significado a los sucesos del mundo; es por consiguiente un
producto histórico de la relación que se establece entre
los procesos sociales macro y micro.1
Es pertinente resaltar que los cambios ocurridos en
el ámbito de las mentalidades se consideran cambios que se
verifican
solamente
después
de
pasar
un
largo
periodo.
Primero se producen cambios económicos, luego sociales y
subsecuentemente en la representación social.
1
Véase Lamas 1986, Salles, 1992, Hital, 1992, Riquer, 1992, Zemelman, 1997
2
Se
podría
decir
actualmente
económica es central para la
que
la
dimensión
explicación del
cambio de
comportamientos de los grupos sociales en la medida que
éstos repercuten en la vida familiar y en la posición de la
mujer, pero no podemos afirmar que solamente a partir de la
mayor incorporación de la mujer a la esfera productiva se
estén generando los cambios, sino que debemos considerar la
existencia de otros múltiples condicionantes que se gestan
en
diferentes
ámbitos
y
niveles
de
la
realidad,
y
que
corresponde analizarlo con un enfoque diferente, con una
perspectiva novedosa que se adentre
en el estudio de lo
subjetivo,
compartido
un
campo
actualmente
por
la
Psicología Social y la Sociología.
Una de las técnicas que últimamente ha proporcionado
un mejor medio de comprensión de los fenómenos estudiados
es la que se centra en las formas de comunicación que se
producen
entre
los
sujetos
sociales,
los
actos,
los
símbolos, el lenguaje verbal y corporal, lo que se dice y
lo que no se dice, y también las diferencias entre lo que
se dice y lo que se hace, en cuanto cada una de estas
formas de manifestarse del ser humano lleva impresa en sí
misma la historia de su grupo social; este método diferente
de investigar implica desarrollar formas de comprensión y
explicación de los actuales comportamientos humanos, de la
acción social,
como un fenómeno propio de
las
Ciencias
Sociales.
Para operacionalizar el concepto de vida cotidiana,
se
evaluaron
realidad
los
modos
inmediata,
de
vida
propia,
3
donde
que
definimos
intervienen,
como
la
producen,
transforman
y
se
relacionan
los
actores
sociales.
Una
realidad donde rutinariamente actúan, realizan un sin fin
de actividades y formas específicas de convivencia. Nos
adentramos
en
los
hogares
y
en
la
forma
particular
de
organización del trabajo doméstico, es en este ámbito donde
pensamos se originan las bases del comportamiento femenino
y masculino.
Pese a las nuevas propuestas señaladas que sustentan
que
las
diferencias
femenino”,
no
culturales,
son
del,
tanto
adquiridas
“mundo
biológicas
como
parte
masculino”
cuanto
del
“mundo
esencialmente
conocimiento
del
mundo que comparte el grupo, persisten algunos sociólogos e
incluso los propios afectados, es decir, hombres y mujeres,
en explicar la organización y las relaciones a partir de un
elemento constitutivo basado en las diferencias biológicas
entre
hombres
rasgos
del
ocasiones
y
mujeres,
carácter
a
la
o
diferencias
de
la
capacidad
que
sexualidad
intelectual),
aluden
a
(incluso
argumento
los
en
que
justifica que el papel de la mujer se centra en el ámbito
doméstico.
Bajo
este
marco
se
inició
propusimos conocer qué cambios
la
investigación;
nos
se están operando y qué
permanece de los modelos tradicionales femeninos, tomando
como elemento fundamental de la misma el trabajo doméstico,
por
ser
este
trabajo
considerado
como
la
actividad
“natural” y función exclusiva de las mujeres.
Partimos del supuesto que el aprendizaje del trabajo
doméstico hasta
hace poco
establecía las bases para la
formación de la identidad femenina, por lo que nos interesó
4
buscar los eventuales cambios que se han producido en la
transmisión
de
este
aprendizaje,
que
a
su
vez
estamos
seguras incide en una representación diferente de identidad
tanto femenina como masculina.
El trabajo empírico se realizó con el análisis de un
grupo de mujeres que viven actualmente en la ciudad de
Puebla,
que
pertenecen
a
dos
generaciones
y
que
se
encuentran ubicadas en las clases populares, definidas por
el lugar donde habitan, por el monto de los ingresos y por
la
clasificación
formal
de
incorporación
a
la
esfera
productiva (eventuales, sin contrato, por cuenta propia,
tiempo parcial, etc).
Otro elemento de interés para el presente estudio es
el
concepto
de
autoridad,
aunque
sobre
este
concepto
existen numerosos niveles de análisis, para la situación
específica del ama de casa planteamos lo siguiente: [...]
un individuo tiene autoridad de habilidad porque conoce más
acerca de algo y se le considera poseedor de capacidades y
controles especiales. (Newbold, 1983, p. 50,51)
Desde
nuestro
punto
de
vista,
dentro
de
las
relaciones jerárquicas familiares, al ama de casa se le
otorga autoridad, precisamente por la habilidad adquirida a
través de la experiencia como poseedora de las capacidades
necesarias para realizar las tareas dentro del hogar y para
controlar su ámbito doméstico, este control se refiere no
sólo a las actividades físicas tales como: limpiar, hacer
las compras, lavar o planchar, sino también establecer las
relaciones que rigen entre los miembros, en muchos casos
incluido
el
marido(tu
tienes
5
que
mantener),
vigila
las
relaciones
hacia
el
exterior
como
representantes
de
la
unidad doméstica(debes comportarte bien, qué van a decir,
que no sabemos comportarnos), ahí es, donde en gran parte,
al
socializar,
genera
los
modelos
de
conducta
social,
asigna el rol que corresponde a cada miembro, es decir, las
tareas domésticas físicas y las tareas de socialización,
educación, normas, valores, todo ello implica hacer que
funcione correctamente el hogar. En este ámbito el ama de
casa, la madre (todos han tenido esta experiencia) utiliza
la amenaza en la búsqueda de la permanencia de ese orden.
Así
como
pensamos
existen
existen
diferentes
diferentes
ejercicios
ejercicios
de
de
poder,
autoridad,
dependiendo de la cultura y de la historia particular de
los
individuos.
sustancial
alternada
de
con
Desde
la
la
nuestra
autoridad
amenaza
y
perspectiva,
materna
que
esta
es
la
el
elemento
persuasión
autoridad
ha
sido
otorgada voluntariamente por el otro.
Las primeras relaciones sociales que establecen los
individuos son las relaciones familiares; es aquí donde
empezamos a aprender el significado de la autoridad, y a
manejar las relaciones de poder. Se ha observado que las
relaciones que se establecen a partir de la organización
del trabajo doméstico actualmente generan conflicto; en una
familia
se
encuentran
delimitados
determinados
ámbitos
específicos de autoridad y de poder para el hombre y para
la mujer.
Si la mujer ama de casa realiza otras actividades, ya
sean como estudiante o laborales, y al mismo tiempo se
cuestiona si el mantenimiento del orden, el cuidado, la
6
limpieza y el abastecimiento de la casa son responsabilidad
exclusiva de ella, se generan expectativas implícitas o
explícitas que normalmente no se cumplen, en la medida en
que, como se ha mencionado, el grupo y la sociedad han
establecido como norma que dichas obligaciones le competen.
Ahora bien, en el momento en que la mujer inicia este
cuestionamiento, se produce un cambio en la norma, y se ha
constatado
suficientemente
que
todo
cambio
genera
particularmente en su inicio, resistencias y conflictos, en
especial
cuando
el
cambio
atañe
a
la
organización
del
trabajo doméstico, en cuanto implica una afectación de las
relaciones
interpersonales
familiares
(en
términos
generales la casa simboliza el lugar de descanso, refugio
que
produce
tranquilidad,
siempre
y
cuando
los
que
se
refugian en ella tengan todo resuelto), por lo que estos
cambios
provocan
situaciones
trabajo
doméstico
contiene
de
tensión,
simultáneamente
dado
que
el
niveles
de
subjetividad y de expresión anímica mucho mayores que otros
ámbitos,
como
el
laboral,
puesto
que
la
convivencia
familiar o de pareja se fundamenta en la emoción (amor) más
que en el raciocinio, en tanto que las relaciones laborales
se fundamentan en otro tipo de intereses y los afectivos
son relativamente secundarios.
Si
femenino
además
(con
sabemos
todas
que
las
este
trabajo
connotaciones
se
considera
señaladas)
y
el
hombre es el jefe de casa, se crean resistencias en cuanto
el modo de valorar la imagen masculina tanto en su grupo
familiar como en el social.
7
La autoridad masculina no es necesariamente definida
por la dinámica interna de la familia, sino por la relación
de
ésta
con
intermedia
el
mundo
entre
la
externo.
familia
y
El
la
hombre
esfera
es
la
pública.
figura
Por
lo
tanto, la autoridad masculina se basa en una representación
social de los géneros que identifica al hombre como autoridad
legítima... El hombre corporeiza la idea de autoridad. Él es
la autoridad en última instancia. Él es el responsable de la
imagen
externa
de
la
familia.
Como
padre
y
marido,
debe
garantizar la respetabilidad de la familia[...] (Sarti. 1993.
p. 67)
Dentro de la lógica que normaba, la conducta y las
expectativas, en
la cultura
mexicana, siempre
se le ha
otorgado al hombre la autoridad por ser éste el responsable
de la manutención de la familia, aunque en principio es la
autoridad en cuanto amparador y sustentante de la familia,
después esta autoridad empieza a deslizarse hacia el poder
en cuanto que da o no da permisos, dinero y ostenta su
poder con el ejercicio de la fuerza o el castigo; este
poder se relaciona con el dinero, “el que paga, manda”,
expresión común dentro de nuestra sociedad. Por lo tanto,
si la autoridad se aplica a alguien dotado de poder -y en
el sistema en que vivimos éste normalmente se confiere al
hombre-,
¿qué
sucede
desde
el
momento
en
que
se
han
modificado las condiciones bajo las cuales antes normábamos
nuestra
conducta?.
Es
decir,
qué
sucede
con
la
incorporación de la mujer al mercado laboral, que la sitúa
como “la que paga”, que la sitúa a un nivel de igualdad
efectiva
en
obligación
cuanto
del
manejo
de
mantenimiento;
dinero;
si
esta
de
quién
es
la
obligación
se
comparte, la designación del poder y de la autoridad deberá
sujetarse a otros determinantes, ¿será que el que aporta
más el que manda?.
8
Actualmente los ingresos femeninos se convierten en
un aporte crucial a los presupuestos familiares, hecho que
sugiere que a partir de esto comienza a adquirir poder en
detrimento de la autoridad, o se empieza a reconocer que la
mujer, ahora, tiene poder y autoridad, que antaño formaban
parte de los atributos del
El
control
sobre
hombre.
la
familia,
ahora
¿sobre
quién
recae?; puede que el poder se comparta, de hecho así se
observa en algunos aspectos familiares, pero en el caso de
la
autoridad
masculina,
pareciera
que
ésta
se
va
desdibujando, se diría que, al acceder la mujer al poder
económico,
se
desequilibra
el
poder
masculino,
al
no
responder el hombre a las expectativas del grupo doméstico
como proveedor exclusivo, su autoridad se verá seriamente
cuestionada o disminuirá.
La problemática que se plantea no resulta fácil de
explicar,
a
intervienen;
causa
el
de
la
aporte
diversidad
femenino
al
de
factores
ingreso
que
familiar
constituye un elemento relevante, pero no el único ni el
determinante
en
las
relaciones
de
poder
y
en
los
comportamientos familiares; intervienen aspectos subjetivos
sustentados en los valores de la cultura y de la clase y en
la forma de procesar la información que llega del exterior.
Una vez plantados los ejes teóricos y los conceptos
orientadores, y determinado el grupo particular en dónde
realizar el estudio; planteamos las siguientes hipótesis:
9
Las familias de las clases populares, a causa de sus
bajos ingresos, se han visto constreñidas a implementar
estrategias
particular
para
aumentar
mediante
la
los
ingresos
incorporación
de
familiares,
en
las
al
mujeres
mercado laboral; la necesidad de adecuar su vida a los
cambios
que
imprime
la
actualidad
encuentra
una
menor
resistencia (por la misma necesidad) a la ruptura de los
patrones establecidos, aunque suponemos que estas mujeres
fueron
educadas
para
repetir
los
patrones
culturales
aprendidos.
Por
lo
que
suponemos
que:
a)actualmente
se
están
produciendo cambios en la identidad femenina, b)las mujeres
empiezan a considerar que el trabajo doméstico no es una
responsabilidad exclusivamente femenina, c)lo cual genera
modificaciones: en su vida cotidiana, d)en su relación con
los otros, e)en la forma de percibirse, f)en su manera de
comunicarse y definirse, es decir, g)se está creando una
nueva identidad en las mujeres, h)una nueva representación
social.
Se entrevistaron a un grupo de 40 mujeres, 20 mujeres
definidas como “madres”, con edades comprendidas entre 67 a
47 años, que denominamos “primera generación”, y 20 mujeres
formado
por
las
oscilan
entre
37
“hijas”
a
17
de
estas
años,
madres,
definidas
cuyas
como
edades
“segunda
generación”.
Un
aspecto
importante
y
complementario
de
este
trabajo, fue entrevistar a hombres pertenecientes al mismo
grupo
socioeconómico
de
estas
10
mujeres
y
realizar
un
análisis comparativo del contenido del lenguaje en relación
con su percepción de la feminidad y masculinidad.
Resultados de la investigación:
El grupo de mujeres de la primera generación formaron
familias numerosas, en ellas imperaba la idea de “los hijos
que Dios me dé”, el uso de anticonceptivo era desconocido o
fuertemente censurado por la sociedad por la religión y por
supuesto por el esposo, los niveles escolares son nulos o
bajos
en
relación
con
las
hijas,
las
mujeres
siempre
trabajaron para aumentar el ingreso familiar, vendiendo y
fabricando dulces, comida, ropa u otro tipo de artículos,
además del asumir como responsabilidad natural el quehacer
de la casa. En sus relatos se detecta como factor constante
el sufrimiento vivido la mayoría de la veces en silencio,
estas
mujeres
no
externaban
sus
opiniones,
no
tenían
validez.
-
La
primera
generación
sienta
las
bases
para
el
cambio y ruptura del modelo tradicional de mujerama de casa al enviar a sus hijas a la escuela:
“que sus hijas se preparen”; infieren que a través
de la enseñanza escolarizada sus hijas lograrán
igualdad
de
oportunidades
en
el
mundo
laboral;
este acto produjo un cambio mucho más amplio y
profundo
de
lo
que
su
discurso
significaba,
no
planeado de manera consciente; es decir, al eximir
a
las
hijas
doméstico
de
para
obligaciones
la
que
responsabilidad
ellas
escolares,
cambios:
11
del
cumplieran
generaron
los
trabajo
con
sus
siguientes
-
Rechazo
a
asumir
como
obligación
exclusivamente
femenina el trabajo doméstico.
-
Independencia del poder económico masculino.
-
Cuestionaron
su
papel
como
reproductoras
de
la
especie.
Los factores que sobresalieron en este estudio y que
intervinieron en la ruptura y la creación de una nueva
imagen son:
- En cuanto a la primera generación, se manifiesta un
modelo de madre sufrida, dependiente, subordinada y
constantemente descalificada en sus actos.
-
Ésta primera generación inicia el cambio, porque
proyecta la inconformidad del modelo recibido por
ellas;
además
de:
impulsar,
fomentar
y
en
su
momento ayudar –dependiendo de las circunstancias,a sus hijas en este proceso innovador.
-
La segunda generación, aprendió lo que “debe ser
la mujer” de manera visual y conductual, más que
verbal.
-
En este proceso inician un rechazo a la imagen de
madre
y
al
modelo
de
subordinación
ante
la
autoridad masculina.
-
Cuestionan cada uno de los elementos que forman
esta
imagen
(culturalmente
aceptada
por
ambos
géneros), originada en el sufrimiento y asociada
al
exceso
de
trabajo
doméstico,
al
número
hijos, y a la descalificación de sus actos.
12
de
Este
aquello
cuestionamiento
que
hasta
ahora
replantea
se
de
manera
consideraba
como
directa
atributos
femeninos:
-Mujer-ama de casa
-madre-trabajadora doméstica
-sin conocimientos-sin opinión
Por ello, en esta segunda generación, la asociación
mujer-trabajo
doméstico
ha
dejado
de
ser
un
atributo
femenino, como también mujer-reproductora; actualmente no
es prioritario en ellas casarse para que las mantengan y
tener hijos para sentir que cumplen con el papel femenino;
por
lo
que
se
observa
como
tendencia
que
estos
actos
dejarán de ser inherentes o concomitantes.
El cambio en esta segunda generación se objetiva en:
-
Expresión de sus opiniones y de su inconformidad.
-
Rechazo
a
asumir
como
obligación
exclusivamente
femenina el trabajo doméstico.
-
Incorporación de los hombres, esposo e hijos, a
esta actividad, pero no como “ayuda”, sino como
parte de las responsabilidades de todos.
Otro factor relevante es la contribución de la mujer
al sostenimiento del hogar; si bien, esta contribución no
es reciente, el
cambio fundamental consiste en que tal
aportación no se califica como “ayuda”, ni se asume desde
la posición secundaria de género; ahora estas mujeres se
valoran
como
proveedoras
al
igual
que
los
hombres,
modificando sustancialmente la condición de su género.
13
En este proceso de construcción de la representación
social de la imagen femenina, se plantea como objetivo la
igualdad, en cuanto a los derechos y obligaciones, lo cual
ha repercutido y se ha expresado en distintos niveles:
Individuales
-
Actitudes
ambivalentes
presencia
del
ante
conflicto
el
cambio,
que
por
genera
en
la
las
relaciones familiares, tanto en la pareja como en
los hijos.
-
Resistencia
del
género
masculino
a
cambiar
los
patrones establecidos.
Sociales
-
Resistencia
de
los
establecidos
en
cuanto
inferioridad
cual
se
femenina
evidencia
modelos
a:
creencias
superioridad
en
los
socialmente
masculina,
ámbitos
laboral
de
lo
y
familiar.
-
Re-elaboración
de
lo
aprendido
como
género,
se
cuestiona el papel “natural” de la mujer.
-
Establecimiento
trabajo
estas
En
esta
de
doméstico,
una
y
nueva
una
representación
nueva
distribución
del
de
actividades.
investigación
corroboramos
las
hipótesis
planteadas respecto a los cambios en la identidad femenina,
lo
que
significa
“ser
mujer”,
femenino.
14
lo
atribuido
al
género
Finalmente podemos afirmar que es evidente que nos
encontramos
imagen
ante
femenina
una
y
nueva
ante
un
representación
concepto
social
diferente
de
la
sobre
el
género femenino y masculino.
En
este
helénicos”2
actualmente
mundo
de
establecidos
resultan
transformado; es
cambios
para
la
utópicos)
donde
los
vida
se
“preceptos
conyugal
han
(que
modificando,
en el hacer cotidiano donde
hombres y
mujeres crean y producen su vida; es sin lugar a dudas en
la
cotidianidad
donde
el
individuo,
va
adecuando, acorde a las circunstancias; por ello
cambiando,
se puede
afirmar que, en el decir de las propias mujeres, como seres
conscientes y actuando a veces de manera inconscientes,
éstas han iniciado una evaluación de su vida como opresiva
y represiva por ello deducimos, que la voluntad de ser y de
poder(como verbo), reiteramos, por las circunstancias, las
ha llevado a una actividad reflexiva, crítica, iniciando
con esto la voluntad de saber.
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