pensamiento ontológico: la teoría de las ideas

Anuncio
PENSAMIENTO ONTOLÓGICO: LA TEORÍA DE LAS IDEAS
La teoría de las Ideas de Platón es una teoría ontológica, es decir, una teoría que intenta
explicar cómo es la Realidad, su estructura y composición. Por eso, esta teoría constituye la
doctrina central del pensamiento platónico. Pero esto no debe inducir a error. Platón fue, antes
que nada, un pensador político. Es cierto que sus teorías gnoseológicas, psicológicas o
políticas sólo son comprensibles desde la teoría de las Ideas, pero esto no significa que
estemos ante un autor “metafísico”, preocupado principalmente por cuestiones ontológicas,
abstractas y alejadas de las preocupaciones vitales cotidianas. Si trató sobre ellas fue con la
vista siempre puesta en el terreno de la política. Hoy en día se acepta esta interpretación del
pensamiento de nuestro autor, pero durante mucho tiempo (hasta finales del siglo XIX y
principios del XX) su estudio se centraba en las cuestiones ontológicas, dejando de lado o en
un plano muy secundario sus intereses ético-políticos, lo cual impedía comprender de manera
correcta la filosofía platónica.
La teoría de las Ideas está íntimamente relacionada con la visión platónica del universo, es
decir, con el pensamiento cosmológico. Platón, al igual que Aristóteles, se opuso a la doctrina
del atomismo, último gran sistema cosmológico de la filosofía presocrática, que defendía la
tesis de que el orden o armonía del universo se derivaba, en última instancia, del azar que
dominaba los movimientos de los átomos en el vacío.
Platón estructura su doctrina cosmológica en base a tres principios fundamentales:
1. La existencia de una inteligencia ordenadora, denominada Demiurgo.
2. La existencia de una materia eterna de naturaleza caótica
3. La existencia de unas entidades inmateriales, absolutas, inmutables y
universales denominadas Ideas (también Formas).
En el Timeo, diálogo de la etapa de vejez, Platón expuso con detalle su teoría sobre el
origen y la composición de la Realidad, relacionando los tres principios citados.
El Demiurgo habría actuado sobre la materia eterna, amorfa y caótica dándole forma y
orden, al plasmar en ella las Ideas (la Idea de Bien, de Justicia, de Belleza…). Así pues, si en
el mundo sensible o material (el que percibimos a través de los sentidos) existen, por ejemplo,
cosas buenas o bellas es gracias a esa labor ordenadora del Demiurgo.
Para comprender rectamente estas tesis platónicas, es necesario tener presente que:
1. El Demiurgo es una inteligencia ordenadora, pero no creadora. Por eso, hay
que evitar identificarle con la imagen cristiana de Dios, que sí es creador y
ordenador.
2. Las Ideas son eternas, por lo tanto, existían antes de la acción ordenadora del
Demiurgo, éste no las creó. Al contrario, deben considerarse como los modelos
o arquetipos que aquél tuvo en cuenta a la hora de dotar al universo de una
legalidad u orden.
Dada la importancia que las Ideas desempeñan en el pensamiento cosmológicoontológico de Platón, es necesario explicar con detenimiento qué entendía él con el término
1
Idea o, con otras palabras, en qué consiste la habitualmente llamada teoría de las Ideas
platónica.
La teoría de las Ideas formulada de forma breve y categórica, viene a decir lo siguiente:
Existen entidades eternas, inmateriales, absolutas, inmutables y universales
independientemente del mundo físico, es decir, de los objetos empíricos. Tales entidades
son las Ideas.
Intentemos con un ejemplo aclarar la definición anterior. Según esta teoría, debe existir
la Justicia en sí, el Hombre en sí, la Virtud en sí etc... Cojamos la idea de Justicia. Según
Platón, la Justicia sería algo eterno (por lo tanto, no creado, sin origen en el tiempo),
inmaterial (no empírico, no captable a través de los sentidos), algo absoluto (no relativo, no
dependiente de las circunstancias), algo inmutable (es decir, no cambiante, sino siempre
igual) y algo universal (válido para todo ser humano sin excepción). ¿Cómo podemos saber
que existe algo así?, ¿Cómo podemos conocerlo?. Aunque volveremos sobre estas preguntas,
ya podemos adelantar que las Ideas son las esencias, que buscaba Sócrates cuando iniciaba la
Mayeútica preguntando: ¿Qué es...?. La definición que se buscaba contendría la esencia de lo
investigado (por ejemplo, la Justicia). Esa esencia universal, inmaterial, eterna... es a lo que su
discípulo Platón denominará Idea, pero otorgándole una existencia real, separada de las cosas
empíricas concretas.
El término Idea no es por lo tanto usado por Platón en un sentido “moderno” (como por
ejemplo, lo entenderá Descartes). No se refiere a conceptos o contenidos de conciencia,
construcciones mentales internas a un sujeto, sino que aluden a las realidades antes descritas.
Las Ideas tienen una existencia real, independiente del hombre y, en general, del mundo
empírico.
Dicho lo anterior, se nos presenta otra cuestión fundamental: Sí las Ideas existen,
¿Dónde se hallan?, ¿ Dónde podemos encontrar entidades semejantes?. Evidentemente, no en
el mundo empírico. En éste percibimos, por ejemplo, cosas bellas (una persona, un animal, un
monumento...), pero no percibimos la Belleza en sí. Esas cosas bellas son materiales, pueden
cambiar y ser relativas. Sin embargo, la Belleza en sí no lo es. De esta forma, Platón se vio
obligado a postular su famoso dualismo cosmológico, su imagen dualista de la Realidad (ya
anticipada en el pensamiento de Parménides):
Existen dos mundos. El Mundo de las Ideas y el Mundo de los Sentidos o Empírico1. Los
dos tienen caracteres opuestos. El primero es el mundo de lo inmaterial, de lo inmutable,
eterno etc..., mientras que el segundo es el mundo de lo material, del cambio, de lo
1
Estas expresiones hay que entenderlas en un sentido metafórico. No se trata de que Platón concibiera un espacio físico para
el Mundo de las Ideas ( en el cielo, en los espacios interestelares...). Con esta distinción sólo pretendía remarcar la oposición
entre las Ideas y las cosas empíricas, entre lo universal y lo concreto. Así, cuando habla de llegar al conocimiento de las Ideas
( por ejemplo, en la Dialéctica) no se trata de que los hombres deban abandonar físicamente el mundo empírico, sino de que
se sobrepongan y superen el nivel del relativismo o de lo concreto y singular.
2
perecedero...
Platón no sólo escindió la Realidad en estos dos mundos opuestos, sino que tomó
claramente partido por el Mundo de las Ideas. Sólo este constituye la Verdadera Realidad,
mientras que el Mundo Empírico es una Realidad Aparente, el mundo del error y la falsedad
(tal y como se deja claro en el Mito de la Caverna). Lógicamente, como luego veremos esta
escisión de la Realidad tuvo sus consecuencias epistemológicas y psicológicas. El
conocimiento racional, unido al alma, se presenta como el único capaz de ponernos en
contacto con las Ideas, el empírico, ligado al cuerpo, nos lleva al error o a la apariencia.
2. PROBLEMAS DERIVADOS DE LA TEORÍA DE LAS IDEAS
La Teoría de las Ideas, cuyo último objetivo era superar el relativismo de los sofistas,
suscitó de inmediato importantes dudas o interrogantes. Algunos fueron resueltos
satisfactoriamente por Platón, otros no tanto. Pueden destacarse tres grandes problemas:
1. ¿Dónde están las Ideas?
2. ¿Cómo pueden conocerse las Ideas?
3. ¿Cuál es la relación entre las Ideas y las cosas empíricas?
4. ¿Cuantas Ideas hay?, ¿Son todas iguales?
5. ¿Cuál es el origen de las Ideas?, ¿de dónde proceden?
a)
Al hablar de dos mundos tan diferentes, realmente opuestos, era difícil
imaginar cómo podían entrar en relación. Platón dio diferentes respuestas en sus diálogos,
pero la más defendida consiste en afirmar que se da una relación de participación o imitación.
Según esto, las cosas empíricas (un cuadro bello, un caballo bello, una mujer bella...) son
copias o imitaciones de la Idea ( la idea de Belleza). Al ser meras copias son imperfectas,
pues ninguna copia puede ser exactamente igual que un original. Las Ideas son anteriores a las
cosas concretas, éstas existen porque previamente existen aquellas...
b) Platón defendió un pluralismo de ideas. El problema, como le objeto
Parménides, es que sí de cada cosa existente en el mundo empírico debe haber una Idea, que
sea su causa, entonces debemos admitir la existencia de Ideas de cosas ridículas ( la Idea de
cabello, de barro, de polvo...). Para evitar que su teoría pareciera ridícula, Platón defendió
claramente la idea de tres tipos de entidades: a) Los objetos matemáticos (semejanza,
pluralidad)
b) Ideas de valores (Bien, Belleza, Virtud)
c) Ideas de cosas sensibles “valiosas” (Idea
de Hombre, de Agua etc...).
En cualquier caso, el tema no queda aclarado. Sí todo lo que existe en el mundo
empírico es una copia del mundo de las Ideas, entonces ¿Cuál es el origen de aquellas cosas,
de las cuales no existen Ideas?...
3
Respecto a sí todas las Ideas son iguales, Platón contentó afirmando a la vez que sí y que
no. Son iguales desde un punto de vista formal, pues todas son Ideas. Es decir, comparten las
mismas características o atributos: eternidad, inmovilidad, universalidad... Pero no todas son
igual de importantes. El mundo de las Ideas es un mundo jerarquizado. En su cúspide, como
idea más importante, estaría la idea de Bien (que Platón identifica con el Sol en su Mito de la
Caverna). De esta forma, nuestro autor mostraba su fundamental interés por las cuestiones
ético-políticas...
c) Por último, Platón mantuvo siempre la teoría de que las Ideas eras eternas, es
decir, existen desde siempre, no han sido creadas. Esta posición debe entenderse teniendo en
cuenta la lucha contra el relativismo. Aceptar que las ideas hubieran sido creadas en algún
momento de la historia, poner en el hombre su fundamento, supondría abrir la puerta al
relativismo... Platón recurrió a la figura del Demiurgo, divinidad que se habría encargado de
ordenar el mundo de las Ideas, pero no de crearlo (de ahí la diferencia con el Dios cristiano).
En resumen, con su teoría de las Ideas Platón intentó conseguir tres objetivos
fundamentales:
1º) Objetivo ético: Siguiendo el camino iniciado por Sócrates, intenta
vencer el relativismo de los Sofistas. Las Ideas universales (de Bien, de Justicia...) impiden
mantener aquella teoría hasta el final.
2º) Objetivo político: Los gobernantes deben ser personas que
conozcan las Ideas, es decir, que sepan que no todo es relativo, sino que existen principios
trascendentes e inmutables. De esta forma, se lograría restaurar la unión entre la ética y la
política ( ciudadano = hombre virtuoso).
3º) Objetivo gnoseológico: Tampoco vale el relativismo en el campo
del conocimiento. Sí aceptamos la existencia de las Ideas, entonces, dado su carácter universal
e inmutable, su conocimiento será igualmente universal. De esta forma, se reserva un lugar
para el conocimiento científico, que versa sobre lo universal y necesario, a diferencia del
conocimiento empírico...
En cualquier caso, como es fácil de comprender, estos tres objetivos, especialmente los dos
primeros, van íntimamente unidos. Forman las dos caras de una única moneda. No debe
olvidarse que Platón fue, ante todo, un autor preocupado por la situación política de la Atenas
de su época...
4
5
Descargar