El Gobierno desoye a sus aliados y rechaza abrir el debate de la

Anuncio
El Gobierno desoye a sus aliados y
rechaza abrir el debate de la eutanasia
Los socialistas consideran que aún no hay suficiente respaldo social para
la iniciativa
Á. DE C. / E. DE B. - Madrid - 19/01/2007
Programa electoral del PSOE para esta legislatura: "Eutanasia. Promoveremos la
creación de una comisión en el Congreso de los Diputados que permita debatir sobre el
derecho a la eutanasia y a una muerte digna, los aspectos relativos a su despenalización
y el derecho a recibir cuidados paliativos". Casi tres años después de aquella promesa
no hay rastro de esa comisión, que ha sido solicitada varias veces por los dos principales
aliados del Gobierno, IU-Iniciativa per Catalunya Verds y Esquerra Republicana. Según
l
os socialistas, el tema todavía no tiene el suficiente respaldo social para que sea tratado.
Los intentos de IU-Iniciativa per Catalunya Verds (IU-ICV) y Esquerra Republicana,
por legalizarla o generar un debate sobre el tema que comenzase en el Congreso han
sido rechazados. El PSOE reconoce que la promesa electoral no se ha cumplido ni se
cumplirá y fuentes del Gobierno explican que prefieren dejar el tema para la próxima
legislatura.
Ése es el principal reproche que le hacen sus aliados. "El incumplimiento del PSOE es
doble. Por un lado han olvidado su promesa y, por otro, no han hecho caso a su
compromiso con nosotros", señala Carme García (IU-ICV). La diputada se refiere al
compromiso socialista de presentar una proposición no de ley que inste al Congreso a
crear una comisión que estudie el tema. El PSOE no lo hizo, y será IU-ICV el que
presente la proposición en febrero, subraya la diputada de la coalición de izquierdas.
Los socialistas creen que es demasiado pronto para llevar el debate a la cámara. "No es
el momento adecuado. El PP está en una línea muy contraria a la legalización y
consideramos que el debate no está lo suficientemente maduro en la sociedad", asegura
un portavoz.
Si hubiera debate, las posturas de los partidos están muy claras y fijadas. IU-ICV y
Esquerra, que vio rechazada una proposición de ley en 2004 para legalizar la eutanasia,
están por la despenalización y por la regulación según las experiencias de Holanda y
Bélgica.
La posición del PP es claramente contraria. Mario Mingo, portavoz de Sanidad en el
Congreso, declara que su partido jamás estará a favor de la eutanasia: "La defensa de la
vida es un valor prioritario. Defendemos los cuidados paliativos para evitar el dolor.
Estamos a favor de una muerte digna pero por encima está la defensa de la vida.
Primero la vida y después la libertad".
EL PNV se muestra a favor del debate y de desarrollar los cuidados paliativos. "La
postura de mi partido es que cada uno tiene libertad de conciencia. Hay gente que está
en contra de la regulación, pero mi postura es favorable", afirmó la diputada Margarita
Uría.
Este periódico trató, sin éxito, de conocer la opinión de CiU.
El debate sobre la actuación de Madeleine Z. y los voluntarios de la asociación Derecho
a Morir Dignamente (DMD) se ha trasladado a los expertos españoles en bioética. La
postura más tajante en contra es la de María Dolores Espejo, presidenta de la Fundación
Bioética. "¿Por qué una persona decide que no quiere seguir viviendo? Lo que nos
preocupa, más que hablar de eutanasia, es que otros en lugar de ayudarla a seguir
manteniendo el tesoro de su vida le ayuden a quitársela", afirmó. "Habría que ayudarle a
tener su vida", añadió Espejo, quien se manifestó contraria a la regulación de la
eutanasia o el suicidio asistido.
Ester Busquets, del Instituto Borja de Bioética, afirma que "hay algunos casos
restringidos en los que debería despenalizarse la eutanasia", pero cree que el caso de
Madeleine es un suicidio. "Si lo hubiera hecho sin compañía, el caso habría sido
archivado", indica. Para Busquets, "el debate que se abre es si podemos decidir sobre la
manera de morir".
La bioética Marga Iraburu, autora del libro Con voz propia, afirma que iniciar el debate
sobre la regulación de la eutanasia o el suicidio asistido es "prematuro". "Lo que
importa es que la gente sepa que puede renunciar a un tratamiento cuando quiera, y que
esa voluntad se respete. Hay mucho que trabajar en el marco de la legalidad actual".
Pablo Simón, de la Escuela Andaluza de Salud, no ve nada reprobable en la actuación
de Madeleine o la DMD. "Es un caso claro de suicidio", afirma. "No es una eutanasia",
pero el caso "abre un debate que la sociedad española debe tener y los responsables
políticos no pueden hurtar". La solución sería "despenalizar" tanto la eutanasia como el
suicidio asistido, opina Simón, quien añade que en este caso "la actitud del PSOE es
bastante decepcionante".
"Actitud decepcionante"
La bioética -y concejala por el PSOE en Madrid- Carmen Sánchez-Carazo, afirma que
"la ética mínima está de acuerdo en que una persona sea capaz de decidir sobre su vida,
y nuestros legisladores no se deciden a tomar la iniciativa para regular la toma de
decisiones libres". Otra cosa es que pueda considerarse que una persona, "en la
situación de Madeleine sea realmente libre", añade.
La directora de la cátedra de Bioética de la Unesco, María Dolores Vila-Coro, prefiere
centrarse en los motivos que pudo tener la mujer para quitarse la vida. "El ser humano
para arrostrar una enfermedad precisa un estímulo", como "concluir un proyecto,
profundizar en una idea o sentirse necesitado por alguien". En este caso, Vila-Coro
afirma que "Madeleine no estaba muy unida a su hijo y a sus nietos: para ella su vida no
tenía sentido".
Descargar