COLEGIO GIMNASIO DOMINGO SAVIO INTRODUCCIÓN ESTUDIANTE:

Anuncio
COLEGIO GIMNASIO DOMINGO SAVIO
“En Unión y Compromiso Formamos al Joven Emprendedor Dominguino” ®
Pág.1 de 4
GUÍA DE ESTUDIO
ESTUDIANTE: __________________________________________________________
ASIGNATURA: FILOSOFÍA. LECTURA CRÍTICA
____________ GRADO: ___11º___
FECHA: _________________________ PERIODO: PRIMERO
GUIA No:
__2___
PROFESOR (A): JORGE RICARDO PINILLA TOSCANO____________________________
INTRODUCCIÓN
Al iniciar la Filosofía Moderna, decíamos, que ésta, antes que reflexionar sobre cualquier otro tema, centra su interés en el
"problema del conocimiento". Ante este problema, los racionalistas afirmaban que la razón era suficiente para alcanzar el
conocimiento verdadero, por su parte, los empiristas afirmaban que la experiencia era la única fuente del conocimiento.
Frente a estas corrientes antagónicas, Kant se propone hacer una crítica al problema del conocimiento. Advierte que las dos
corrientes conciben el conocimiento como algo propio del sujeto, del hombre que conoce, pero que todavía centran su
atención en el "objeto". Para los racionalistas, el objeto es la idea, para los empiristas el objeto son las sensaciones.
Kant da "un giro copernicano" al problema del conocimiento, invirtiendo los términos, si antes el centro del conocimiento
se fijaba en el objeto, Kant lo centra en el sujeto cognoscente. Para él, el hombre es el ordenador de la experiencia
cognoscitiva haciendo que los objetos (las cosas, el mundo, etc.) giren alrededor del sujeto. El sujeto es el elemento activo
en el conocimiento que aporta su modo de ser al objeto, éste sólo es conocido en cuanto que el sujeto es capaz de
integrarlo a su sistema cognoscitivo. La perspectiva cambia radicalmente. No es que las cosas y sus relaciones coincidan
con nuestras ideas, sino que el orden y la relación entre las cosas son formados y regulados por nuestras ideas. Según
esto, el pensamiento humano impone sus propias leyes en el conocimiento.
CRITICA DE LA RAZÓN PRÁCTICA
La negación de la metafísica como ciencia nos muestra que la razón posee límites de actuación en el terreno del
conocimiento, es decir, no nos puede proporcionar un conocimiento objetivo. Pero el hombre no sólo se mueve en el ámbito
del conocimiento, también se mueve en el ámbito de la acción, de la aspiración; no sólo se pregunta ¿qué puede conocer?
sino también ¿qué debo hacer? Esto abre la posibilidad de que la razón, además de tener una dimensión teórica
(cognoscitiva) tenga otra dimensión "práctica", es decir, usar la razón para alcanzar determinados fines.
La moralidad
Hemos dicho que la Crítica de la razón práctica trata de responder a la pregunta ¿qué debo hacer? ¿Cómo debe ser mi
conducta como hombre? Trata de analizar la razón en su dimensión práctica, es decir, como fundamento de la acción
humana En ella Kant sigue el mismo esquema de trabajo similar al de la Crítica de la razón pura. Kant analiza el
comportamiento humano y descubre que el hombre no realiza sus acciones al azar, sino que las realiza de acuerdo a unos
principios que posee (=conciencia moral) a los que ajusta su conducta y en función de los cuales emite juicios morales sobre
sí mismo y sobre los demás. Y si en la Crítica de la razón pura se plantea la validez de los juicios científicos, en la Crítica de
la razón práctica se plantea la validez de los juicios morales, es decir, las condiciones de validez de los mismos, y, puesto
que dichos juicios se apoyan en principios, lo que interesa es indagar la validez de tales principios.
Principio o móvil de la acción moral o moralidad
Analizando los juicios morales, descubre que el término "bueno o malo", en sentido moral no se le puede aplicar a las cosas,
sino a la propia "acción humana"; y dado que la acción humana proviene de la "voluntad", será a ella a la que se le atribuirán
dichos términos. Interesa averiguar cuál es el "móvil" de la acción humana o aquello que determina la voluntad.
Kant hace una crítica a las teorías sobre la moralidad o (éticas) anteriores a él como la ética de virtudes de Aristóteles, la
ética cristiana de San Agustín, y la ética epicúrea de Epicuro. A estas éticas las llama "éticas materiales", pues la bondad o
maldad de la conducta humana dependen de "algo" que el hombre lo considera "bien supremo", que cada una de ellas lo
identifica con: la felicidad. Dios, placer.
“Dominguinos siempre alegres, Dominguinos siempre amables”
COLEGIO GIMNASIO DOMINGO SAVIO
“En Unión y Compromiso Formamos al Joven Emprendedor Dominguino” ®
Pág.2 de 4
Según Kant estas éticas son empíricas, pues provienen de las experiencias o vivencias, son hipotéticas, pues sus juicios
dependen de condiciones y circunstancias; son heterónomas, pues el bien supremo que quieren alcanzar está fuera del
hombre. Frente a ellas, Kant propone una ética:
— A priori: es decir, universal y necesaria para todos los hombres.
— Categórica: es decir, que sus juicios sean absolutos, sin condiciones.
— Autónoma: es decir, que sea el sujeto el que se determine a obrar, sin imposiciones externas.
Esta ética es una ética formal, libre de contenidos. Esto supone una revolución copernicana, frente a las éticas
tradicionales, pues no es el "bien supremo" quien determina a mi conciencia moral, sino al revés. Kant propone una moral
que tenga como "móvil o principio" de la acción humana, una voluntad autónoma independiente de cualquier contenido o
determinación exterior. En la moral kantiana el origen de la determinación de la voluntad se encuentra en la razón, en su uso
práctico, es decir, en la capacidad de establecer leyes morales. Es pues. la ley emanada de la razón práctica la que
determina la voluntad. La voluntad es la razón en su uso práctico. Sin embargo, no es suficiente saber que hay una
determinación de la voluntad sino que hay que especificar, ajuicio de Kant, ¿cómo se realiza el cumplimiento de esa
determinación? ¿Cuál es la norma de moralidad?
Norma de moralidad
Según Kant. la voluntad solo debe obrar "por respeto al deber", o "el deber por el deber" es la norma de moralidad. Esto
quiere decir que cualquiera que sea la ley, no basta con que el acto este de acuerdo con lo mandado por la ley o que el
deseo coincida con lo que manda la ley, sino que la actuación ha de regirse por el estricto respeto por la ley, "por reverencia
a la ley". Esto es lo que hace que la voluntad sea realmente voluntad buena, es decir, algo bueno en si mismo. Sólo así se
supera el cumplimiento de un mandato como mera legalidad para adentrarse en el terreno de la moralidad propiamente
dicha. En conclusión: para Kant el respeto a la ley, el sentido del deber por el deber es la norma de moralidad.
Imperativo categórico
La presencia de la ley y el deber en la voluntad se manifiesta a través de la experiencia de "obligación", que se plasma
en los "imperativos" o mandatos que expresan "el deber por el deber". Estos imperativos son "constructivos", es decir,
impositivos para la voluntad de forma que hay que obrar ateniéndose a ellos.
Por lo tanto el imperativo representa el mandato objetivo que recibe la voluntad. En este sentido los imperativos son
leyes que afectan a "toda voluntad" (al igual que las ideas afectaban a todo el entendimiento).
Frente a ellos existen las "máximas", es decir, los principios subjetivos a los que se ajusta el comportamiento de esta o
aquella voluntad.
Al analizar los distintos tipos de mandatos imperativos, distinguen dos formas:
— Imperativos hipotéticos: ordenan lo que debe hacerse para alcanzar una determinada meta. Ejemplo: si quieres aprobar,
tienes que estudiar.
— Imperativos categóricos: ordenan la conformidad con la ley en general, mandan la acción en sí misma, sin referirla a
ningún fin. Ejemplo: sé sincero.
Para Kant, sólo estos últimos tienen valor moral, ya que el imperativo categórico es el único que expresa la ley práctica y los
demás imperativos deben llamarse "principios", pero no leyes de la voluntad, pues carecen de la universalidad necesaria al
variar de acuerdo al fin buscado. Es pues el imperativo categórico donde se encuentra la universalidad que requiere la
moralidad, porque el imperativo no expresa más que la obligación de que la máxima que dirige el comportamiento individual
se ajuste a lo mandado sin ninguna condición. Ejemplo: "Obra de tal modo que la norma que te impongas a ti pueda
convertirse en ley universal" o dicho de otro modo: "Obra de tal modo que uses a la humanidad siempre como un fin y no
meramente como un medio".
Al no tener ningún contenido el imperativo categórico expresa sólo la forma de la ley y es único porque la ley se enuncia
únicamente como mandato. Representa una "proposición sintética a priori" (expresado en leyes) al igual que los conceptos o
categorías del entendimiento facilitan las proposiciones sintéticas a priori.
Postulados de la razón práctica
En la Crítica de la razón pura, Kant afirmaba que la razón tiende a unificar los conocimientos buscando lo absoluto o
incondicionado", de manera que llega a atribuir existencia a las tres ideas trascendentales (alma, mundo. Dios) que son
puros ideales En la Crítica de la razón práctica, ve también un proceso de unificación cuya meta es el "bien supremo", como
objeto absoluto de la razón. El "bien supremo", por lo tanto, se da en el mundo de la moral, no como determinante de la
“Dominguinos siempre alegres, Dominguinos siempre amables”
COLEGIO GIMNASIO DOMINGO SAVIO
“En Unión y Compromiso Formamos al Joven Emprendedor Dominguino” ®
Pág.3 de 4
voluntad sino como meta de sus aspiraciones. El bien supremo es la culminación del proceso de unificación y no el
determinante del proceso de unificación. .
Kant afirma que para alcanzar el "bien supremo", la razón práctica ha de suponer, "postular", tres principios que lo hagan
posible, y son. "la libertad, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios". A estos principios los llama "postulados de la
razón práctica".
Para comprender lo que significan estos postulados conviene recordar el concepto de postulado. Postulados son
proposiciones que no son evidentes < no son axiomas), que no son demostrables (no son teoremas), pero que hay que
admitirlos porque si no sena imposible algo. Según él. los postulados de la razón práctica, antes enunciados, no son
evidentes, no son demostrables, pero hay que admitirlos para alcanzar el "bien supremo"
— La libertad
La libertad no pertenece al mundo empírico y, por ello, no puede "conocerse" sino que tiene que ser admitida por la razón, si
cree que hay seres que actúan según dictados (leyes) de la voluntad. Para Kant, la libertad es algo necesario de la voluntad
determinable por la ley para alcanzar el bien supremo.
— La inmoralidad del alma
El llegar al bien supremo supone llegar a la santidad mediante un proceso al infinito hasta la perfecta conformidad entre la
voluntad y la ley moral. Esto solo es posible suponiendo la inmortalidad del alma como postulado de la razón práctica.
— La existencia de Dios
Además, el alcanzar el bien supremo supone también llegar a la "felicidad" adecuada a la moralidad, o lo que es lo mismo,
adecuar el "ser con el deber ser". pero esto no se consigue en este mundo, luego se hace necesario admitir la existencia de
Dios donde se identifican estas dos realidades: felicidad-moralidad (ser = deber ser).
Los tres postulados de la razón práctica no dan conocimiento ni de la naturaleza del alma ni del mundo ni de Dios por no ser
objetos de intuición sensible, pero son ideas que dan al conocimiento una base por medio de la cual, a partir de la ley moral,
se convienen en realidades objetivas.
CRITICA DE LA RAZÓN PRACTICA
Punto de partida
Comportamientos humanos
Sujeto
Principio
Conciencia
moral
Voluntad
autónoma
Razón
práctica
Postulados
Libertad
Inmortalidad del alma
Existencia de Dios
Norma
Expresión —».
El deber
Imperativo
por el deber Categórico
Fin último
Bien supremo
Felicidad
ACTIVIDAD DE COMPRENSIÓN
Una vez leído el texto, contesta las siguientes preguntas:
1. Resume el contenido.
2. Explica qué entiende Kant por imperativo, ley práctica, máxima, categórico e hipotético.
Texto III
Toda ley práctica representa una acción posible como buena y, por tanto, como necesaria para un sujeto capaz
de determinarse prácticamente por la razón. Resulta, pues, que todos los imperativos son fórmulas de la
“Dominguinos siempre alegres, Dominguinos siempre amables”
COLEGIO GIMNASIO DOMINGO SAVIO
“En Unión y Compromiso Formamos al Joven Emprendedor Dominguino” ®
Pág.4 de 4
determinación de la acción, que es necesaria según el principio de una voluntad buena en algún modo. Ahora
bien, si la acción es buena sólo como medio para alguna otra cosa, entonces es el imperativo hipotético; pero si
la acción es representada como buena en si, esto es, como necesaria en una voluntad conforme en sí con la
razón, como un principio de tal voluntad, entonces es el imperativo categórico.
El imperativo dice, pues, qué acción posible por mí, es buena, y representa la regla práctica en relación con
una voluntad que no hace una acción sólo porque ésta sea buena, porque el sujeto no siempre sabe que es
buena, y también porque, aun cuando lo supiera, pudieran sus máximas ser contrarias a los principios objetivos
de una razón práctica.
El imperativo hipotético dice solamente que la acción es buena para algún propósito posible o real. En el
primer caso es un principio problemática-práctico; en el segundo caso es un principio asertórico-práctico. El
imperativo categórico que. sin referencia a propósito alguno, es decir, sin ningún otro fin, declara la acción
objetivamente necesaria en si, tiene el valor de un principio apodíctico-práctico.
I. KANT: Fundamentado» de la metafísica de las costumbres, pág. 62
Después de leer el texto, contesta:
1. ¿Qué dice Kant de la Revolución Francesa? Aspecto negativo y positivo.
2. ¿Qué derechos da la revolución?
3. ¿Qué deberes impone la revolución?
Texto IV
Esta revolución de un pueblo lleno de espíritu, que estamos presenciando en nuestros días. puede triunfar o
fracasar, puede acumular tal cantidad de miseria y de crueldad que un hombre honrado, si tuviera la posibilidad
de Llevarla a cabo una segunda vez con éxito, jamás se decidiría a repetir el experimento tan costoso, y. sin
embargo, esta revolución, digo yo, encuentra en el ánimo de todos los espectadores (que no están
complicados en el juego) una participación de su deseo, rayana en el entusiasmo, cuya manifestación, que
lleva aparejado un riesgo, no puede reconocer otra causa que una disposición moral del género humano.
Esta causa que afluye moralmente ofrece un doble aspecto, primero, el del derecho, que ningún pueblo debe
ser impedido para que se dé a sí mismo la constitución que bien le parezca, segundo, el del fin (que es. al
mismo tiempo, deber), ya que sólo aquella constitución de un pueblo será en sí misma justa y moralmente
buena que, por su índole, tienda a evitar, según principios, la guerra agresiva -constitución que no puede ser
otra, por lo menos en idea, que la republicana-, y a entrar en aquella condición que acabará con las guerras
(fuente de todos los males y de toda corrupción de las costumbres) y, de este modo, se podrá asegurar
negativamente al género humano, a pesar de su fragilidad, el progreso hacia mejor, de suerte que, por lo
menos, no sea perturbado en él.
I. KANT: Filosofía de la historia, págs. 105-106
“Dominguinos siempre alegres, Dominguinos siempre amables”
Descargar