1. HACIA UNA SINTESIS ENTRE RACIONALISMO Y EMPIRISMO. LA IMPORTANCIA DE NEWTON. INMANUEL KANT Nació en Königsberg (hoy llamada kaliningrado), ciudad de Prusia Oriental (actualmente en la Rusia Europea), en 1724. Murió en la misma ciudad en 1804. Es el pensador que culmina el período histórico llamado "Ilustración" (que abarca todo el siglo XVIII), en que la "luz" de la Razón pretende imponerse a las tinieblas de la superstición y la ignorancia, como decían en dicha época. 1. HACIA UNA SINTESIS ENTRE RACIONALISMO Y EMPIRISMO. LA IMPORTANCIA DE NEWTON. La Filosofía de Kant, que se conoce con el nombre de IDEALISMO TRANSCENDENTAL, es un intento de superar el "escepticismo" (que dice que no hay ningún conocimiento necesario y seguro), pero sin recaer en el "dogmatismo" (que defiende "acríticamente" la existencia de un "orden universal, necesario y eterno" más allá de la Experiencia Humana). Kant pretende, en último término, salvaguardar la racionalidad en el conocimiento (evitando el ESCEPTICISMO), pero reconocer que no es posible un Conocimiento "más allá de lo experienciable" o de la "experiencia posible" (evitando el Dogmatismo). Tanto el Escepticismo como el Dogmatismo llevan a un conformismo (el primero presupone que no se puede saber nada con seguridad y el segundo presupone que se sabe todo, luego )para qué molestarse en cambiar la realidad?). Kant se opone a este "conformismo" y nos dice que nos atrevamos a saber: sapere aude (sapere:saber, aude: atrévete; atrévete a saber para salir de la ignorancia y la superstición, tanto del que ni siquiera lo intenta, porque todo le da igual, como del que no cambia nada, porque cree que todo está bien como está). La Filosofía de Descartes, aunque reconoce el papel del sujeto en el proceso del conocimiento, sin embargo es propensa al dogmatismo racionalista, a ir más allá de la experiencia de forma "acrítica", postulando Principios que pretendían ser "necesarios" (racionales), pero que no estaban "confirmados" por la Experiencia, es decir, cuyo "contenido" o "materia" no era experimentable científicamente (aún su física no es científica, por lo que su filosofía parte de supuestos erróneos). Descartes apela a Dios como Comunicador de la Sustancia Pensante y la Sustancia Extensa, y partiendo de las Matemáticas como un saber Racional puro ("innato", según él) pretende que las cosas Corporales empíricas del "mundo externo" son isomorfas (se corresponden punto a punto) con dicho saber. De esta forma su Física Mecanicista y "plenista" se olvida de estructurar o determinar factores tan importantes como la Fuerza, la aceleración, el peso, etc.. De esta manera las leyes de su física son "puramente especulativas", resultado de una Razón excesivamente "imaginativa" que no se atiene a lo "dado" en la experiencia, o a lo experimentable, de tal forma que dichas leyes no eran confirmadas por la experiencia, pues no habían sido "conformadas" teniendo en cuenta a dicha experiencia. Fue Hume, según el propio Kant, quien despertó a éste del "sueño Dogmático" de una Razón Absoluta. Es decir, Hume, con su crítica a la noción de Sustancia y a una presunta "objetividad en−sí" (más allá de lo experimentable) desengañó a Kant de la posibilidad de un Conocimiento absoluto de la Realidad. Kant vió las limitaciones de la filosofía Racionalista (de Descartes, Leibniz, Wolf, etc.). Pero Kant no se conformaba con las explicaciones que daba Hume sobre la Fundamentación del 1 Conocimiento Humano (aunque en ciertos aspectos Kant sigue a Hume más de lo que él mismo cree). Kant percibe que así como el Racionalismo (Dogmático), como ya vió Hume, corre el peligro de llevar al escepticismo, así también el Fenomenismo Humeano podía llevar al Escepticismo (que en el fondo es otro dogmatismo), del que escapa Hume apelando al "sentimiento de Creencia" (belief) propio de la Naturaleza Humana. Quizá el principal error de Hume consiste en presuponer que las "impresiones inmediatas", que son el origen del conocimiento, se dan como "simples" y "sin forma", es decir, sin ninguna estructuración espacio−temporal. Así, cada impresión, por sí misma, es Absoluta, independiente de cualquier otra, descontextualizada. Hume introduce posteriormente el espacio y el tiempo como nexos subjetivos (asociativos) de las distintas impresiones. Así es como hay "conjunción constante" y "sucesión" de perceptos. Pero para explicar los fenómenos causales aún precisaba de un principio que nos hiciese ir más allá de lo puramente inmediato o del "pasado", y que nos permitiese "predecir" acontecimientos. Aquí apela al "sentimiento de creencia", basado en la imaginación, que nos hace "esperar" para el futuro lo que ya ha ocurrido en el pasado. Así toda realidad empírica se reduce a principios psicológicos, sin conexión con principios lógico−necesarios como los matemáticos. Pero en este despertar del sueño dogmático también influyó de forma decisiva la Nueva Ciencia Físico−matemática construida por Newton. Newton llegó a establecer leyes que, según Kant, a la vez que eran NECESARIAS, también eran Empíricas. Se trataba de Leyes Objetivas (el concepto "objetivo" significa para Kant, ante todo, legalidad necesaria y empírica del tipo de las Leyes de Newton). Las Leyes de Newtón eran Racionales, Necesarias (como pretendía Descartes y en contra, en parte, de Hume), pero también eran Empíricas (como pretendía Hume y en contra de las leyes físicas de Descartes que no eran contrastables con la experiencia). Se trataba de leyes expresadas en JUICIOS SINTETICOS A PRIORI que, como veremos, no son puros juicios analíticos o A priori, ni tampoco son meros juicios sintéticos o empíricos, es decir, A posteriori. Se trata de Juicios que sintetizan o componen a la vez Necesidad y Empíria, como la Filosofía de Kant que sintetiza Racionalismo y Empirismo. De esta forma Kant propone como fundamental el siguiente enunciado: Todo conocimiento se origina con la experiencia, pero no se reduce a la experiencia (<<Pero, aunque todo nuestro conocimiento empiece con la experiencia, no por eso procede todo él de la experiencia. En efecto, podría ocurrir que nuestro mismo conocimiento empírico fuera una composición de lo que recibimos mediante las impresiones y de lo que nuestra propia facultad de conocer produce (simplemente motivada por las impresiones) a partir de sí misma >>(K.R.V., Ed. cast. Alfaguara, Pedro Ribas, p. 42)). Se diría que Kant da la vuelta (Giro copernicano) a la concepción clásica del conocimiento (sobre todo la descripcionista) que creía que el sujeto era un mero espejo pasivo que reflejaba la realidad objetiva exterior, en la medida en que no estaba "velada" por factores distorsionadores (imágenes engañosas...). Así Kant propondrá suponer que es el sujeto, y no el objeto el que "pone" las estructuras racionales de todo saber objetivable (las "formas") Hay otros dos enunciados que, como veremos, son equivalentes al anterior, aunque son más determinantes: Las intuiciones sensibles sin conceptos son ciegas Los conceptos sin intuiciones sensibles son vacíos Estos enunciados permitirán a Kant conjugar los aspectos necesarios con los empíricos, la Forma con la Materia del conocimiento, la generalidad (universalidad) del entendimiento con la particularidad de la sensibilidad. «Se ha supuesto hasta ahora que todo nuestro conocer debe regirse por los objetos ((la verdad como "reflejo" de "lo dado en sí")). Sin embargo, todos los intentos realizados bajo tal supuesto con vistas a establecer a 2 priori (necesariamente), mediante conceptos, algo sobre dichos objetos −algo que ampliara nuestro conocimiento − (que, a la vez, fuera "sintético") desembocaban en el fracaso. Intentemos, pues, por una vez, si no adelantaremos más en las tareas de la metafísica suponiendo que los objetos deben conformarse a nuestro conocimiento, cosa que concuerda ya mejor con la deseada posibilidad de un conocimiento a priori de dichos objetos, un conocimiento que pretende establecer algo sobre éstos antes de que nos sean dados. Ocurre aquí como los primeros pensamientos de Copérnico. Éste, viendo que no conseguía explicar los movimientos celestes si aceptaba que todo el ejército de estrellas giraba alrededor del espectador, probó si no obtendría mejores resultados haciendo girar al espectador y dejando las estrellas en reposo. En la Metafísica se puede hacer el mismo ensayo, en lo que atañe a la intuición de los objetos>> (K.R.V., p. 20) Lo anterior lo resume Kant diciendo: <<...sólo conocemos a priori de las cosas lo que nosotros mismos ponemos en ellas>>, es decir, dado que el Dogmatismo supone una Objetividad (legalidad racional) más allá de lo "experiementalble" y se ve envuelto en contradicciones, y dado que si admitimos escépticamente que sólo se conoce "lo dado a los sentidos", sin poder justificarse su verdad necesariamente, será menester considerar que el "Conocimiento" (tanto a nivel sensorial, como a nivel conceptual) es Necesario porque dicha "necesidad" la "pone" el Sujeto, siendo una necesidad no puramente psicológica, sino racional. La Estructura de "lo conocido" (objetivamente) es la misma estructura del "conocimiento" (objetivo) de lo conocido (objetos −en general−). No hay Objeto conocido sin Sujeto conocedor, pues lo que haya de necesidad (de "objetividad") en aquél, depende de la constitución del propio Sujeto. En la "Crítica de la Razón Pura" Kant se plantea averiguar cuáles son los limites del conocimiento, y cuáles son los "elementos" que hacen posible el conocimiento objetivo (necesario y empírico), y su contestación será la conocida "revolución copernicana" de la concepción del Conocimiento (Metafísica del Conocimiento): la estructura ("formas a priori") del conocimiento no es algo que pertenezca al "objeto" (en cuanto "cosa en sí" independiente del sujeto), sino que son parte del mismo sujeto (conforman la propia subjetividad racional). A nivel de la sensibilidad esas formas son el Espacio y el Tiempo. A nivel del entendimiento lo son las Categorías. Por tanto Kant parte del hecho indiscutible de que hay saberes que nos dan conocimientos sintéticos (empíricos) y a priori (necesarios, que no se reducen a la presunta facticidad bruta de las impresiones de Hume asociadas simplemente por la "imaginación−hábirto"). Y en este "factum" (hecho) científico es indiscutible el papel que juega la mediación humana (que Kant expresará en términos de "forma": la constitución del sujeto será el componente formal de todo saber, y la materia sensible será ofrecida por la "cosa en sí"). Así, dado que hay "juicios sintéticos apriori" tanto en la Matemática como en la Física (Ciencia Natural newtoniana), kant se preguntará, en la Crítica de la Razón Pura, las siguientes cuestiones: 1. ¿Cómo son posibles los juicios sintéticos apriori en las matemáticas? 2. ¿Cómo son posibles los juicios sintéticos apriori en la Física? 3. ¿Son posibles los juicios sintéticos a priori en la Metafísica? Como podemos observar en las dos primeras preguntas presupone que ya hay saberes objetivos y necesarios en la Matemática y la Física, y sólo se pregunta cómo es posible dicho saber, es decir, qué elementos intervienen para la constitución de dichos conocimientos. Sin embargo en la tercera pregunta no da por hecho que existan saberes necesarios y empíricos en la Metafísica, sino que lo que hace es preguntar si son posibles (Kant llama Metafísica, ante todo, a aquellos presuntos saberes que van más allá de lo objetivable −de las ciencias− sin analizar ni siquiera si sus presuntos "objetos" son "posibles" −necesarios y experimentables) 3 La palabra "Crítica", tan querida por Kant, hace hincapié en el hecho de que no se puede saber qué conocemos, sin estudiar previamente cómo conocemos, es decir, cuáles con las condiciones de posibilidad del mismo conocimiento. Porque, según Kant −y en esto consite su llamada "Revolución copernicana" de la Teoría del conocimiento− «las condiciones de posibilidad del conocimiento de los objetos son las mismas condiciones de posibilidad de lo objetivable>> Es decir, los "objetos" no se nos dan como son en−sí (nouménicamente), sino que lo que sea "objetivable" está mediado por la constitución del propio sujeto. De esta manera no sabremos lo que es objetivo hasta que no sepamos cómo se constituye, por nuestra mediación, lo objetivo. Y como no hay una presencia directa e inmediata de las cosas tal como fuesen en sí (a través de una presunta "intuición intelectual" que sólo un ser infinito poseería, pues además de ser Inmediata sería Universal y Necesaria), podemos decir con seguridad que sólo tenemos un conocimiento "Fenoménico" de las cosas. El Conocimiento objetivo no será ni Inmanente (como si todo saber surgiera de la mente subjetiva, como pensaba Hume cayendo casi en el solipsismo) ni Transcendente (como si todo saber nos fuera impuesto de forma acabada por las cosas, de forma que el sujeto lo único que hiciese fuese copiar o reflejar fielmente dichas cosas −como pensaba el "realismo" tradicional), sino TRANSCENDENTAL. La utilidad de la Crítica es , en principio, puramente negativa: <<Nos advierte que jamás nos aventuremos a traspasar los límites de la experiencia con la razón especulativa>>+ (K.r.v., P. 24). La principal preocupación de Kant, como ya veíamos en parte en Descartes, no es tanto "ampliar" el conocimiento, como evitar el Error y la superstición, que ya es bastante adelantar. Lo transcendental son aquellas condiciones de posibilidad del conocimiento objetivo que son, a la vez, condiciones de posibilidad del mismo objeto (conocido) Es decir, lo que constituye al sujeto para conocer objetivamente, constituye al mismo objeto conocido. El llamado Argumento Transcendental kantiano (en el que basa la Deducción Transcendental del Espacio y el Tiempo y las Categorías), está en lo que hemos llamado Giro Copernicano: presuponer que sólo se puede explicar el conocimiento objetivo si suponemos que lo que tiene de "necesario" está puesto por el mismo Sujeto, es decir, que lo que constituye la Objetividad constituye al mismo tiempo la Subjetividad. Dicha necesidad viene dada por la Forma del conocimiento (el Espacio y el Tiempo en la Sensibilidad, y las Categorías en el Entendimiento). Por poner un ejemplo (inadecuado por ser empírico) que nos puede aclarar lo que pretendía decir Kant: Imaginemos una persona que al nacer poseyese unas gafas especiales, con cristal de color rojo y cuadriculado, que filtrase todo lo que se le apareciese (dicho ejemplo podría extenderse a cualquier "sentido": oido −con un audífono especial− , gusto, tacto, etc.−). Pues bien, dicho sujeto no podría nunca percibir las cosas "tal como fuesen en−sí" (como ya vió hume al criticar el concepto de sustancia externa). Todo lo que viese estaría enrojecido y cuadriculado, por lo que las "condiciones de posibilidad" de lo "objetivable" (de todos los objetos que se le pudieran aparecer) serían las mismas "condiciones que posibilitan" el conocimiento de dichos objetos (la rojez y la cuadriculación). Esas gafas serían una especie de "estructura" o Forma constitutiva de toda objetividad, de todo fenómeno; que por eso serían "fenómenos", porque dichas gafas impiden que veamos las cosas tal como son "en−sí" o "nouménicamente". 2. LA CRITICA DE LA RAZON PURA (especulativa o teórica) Ya hemos visto que según kant puede haber 4 tipos de conocimientos, expresados en cuatro tipos de juicios: 4 juicios ANALÍTICOS SINTÉTICOS A PRIORI Analíticos a priori Sintéticos a priori A POSTERIORI Analíticos a posteriori Sintéticos a posteriori Según Kant, ateniéndose a la Lógica aristotélica, todo juicio se puede expresar según la siguiente estructura: "S es P" , es decir el sujeto es determinado por el predicado, p.e.: "La casa es grande", o "Este triángulo es isósceles", etc. Pues bien, según Kant, los JUICIOS ANALITICOS no nos aportan nada nuevo, es decir, el Predicado no determina con ninguna característica nueva al Sujeto (se limitan a expresar lo ya contenido en el sujeto, p.e. en "el hombre es humano", pues "humano" no dice nada nuevo, no amplía nuestro conocimiento (ya suministrado por el sujeto). Los Juicios SINTÉTICOS son aquellos en que el predicado sí afirma algo nuevo sobre el sujeto (sintetizan, ponen algo nuevo). Por ejemplo, "este hombre es alto", o "la suma de ángulos de un triángulo da 180 grados". Además los juicios pueden ser A PRIORI o A POSTERIORI. Una proposición es a priori cuando *es independiente de (no se reduce a) la experiencia y de toda expresión sensible+. Un juicio es A priori cuando es "necesario", cuando se da Universalmente, no con una falsa "universalidad" inductiva (habitual) de tipo humeano. A estos conocimientos "a priori" se oponen los conocimientos puramente empíricos, que no sólo se originan en la experiencia, sino que se reducen a ella. Se trata de conocimientos A POSTERIORI, que sólo se adquieren "directamente" por los "sentidos" ((de todas formas hay que advertir que esta división es muy genérica y abstracta, y que lo que busca Kant es relacionar "necesidad" (aprioridad) y "empiricidad" (síntesis), pues el mismo Kant dice que todo "análisis" presupone una síntesis −por lo menos la síntesis aperceptiva que unifica lo diverso de la sensibilidad−. Dicho en otros términos, hay que presuponer una síntesis esquemática que permita identificar "esta" casa como perteneciendo a la clase "casa")). Kant intenta deslindar claramente el conocimiento "puro" (a priori) del conocimiento empírico (que se reduce a la experiencia). «La experiencia nos enseña que algo tiene éstas u otras características, pero no que no pueda ser de otro modo (como ya vió Hume). En consecuencia, si se encuentra, en primer lugar, una proposición que, al ser pensada, es simultáneamente necesaria, tenemos un juicio a priori. Si, además, no deriva de otra que no sea válida, como proposición necesaria, entonces es una proposición absolutamente a priori. En segundo lugar, la experiencia nunca otorga a sus juicios una universalidad verdadera o estricta, sino simplemente supuesta o comparativa (inducción), de tal manera que debe decirse propiamente: de acuerdo con lo que hasta ahora hemos observado, no se encuentra excepción alguna en esta o aquella regla (como entendía Hume la necesidad causal: psicológicamente). Por consiguiente, si se piensa un juicio con estricta universalidad, es decir, de modo que no admita ninguna posible excepción, no deriva de la experiencia, sino que es válido absolutamente a priori. La universalidad empírica no es, pues, más que una arbitraria extensión de la validez: se pasa desde la validez en la mayoría de los casos a la validez en todos los casos+ (K.r.v., 43). Así, por ejemplo, en la proposición "Todos los cisnes son blancos" se pasa de "algunos cisnes son blancos", cosa que nos dice la experiencia, a "todos los cisnes son blancos" (se extiende inductivamente la cantidad de "algunos" a "todos", sin haber ninguna fuente de conocimiento que nos asegure a priori tal generalización. Por tanto se trata de una falsa "ley" o "regularidad"). Sin embargo en las proposiciones matemáticas y físicas sí hay una Universalidad legal estricta, por lo que su "necesidad" no se reduce a la experiencia. La cuestión principal sería saber si hay "juicios sintéticos a priori" y cómo son posibles (para quien, como Kant, los admite como algo evidente en las Matemáticas y la Física. La Lógica Formal también es una ciencia, pero de la forma del pensar, sin contenido "objetivo") 5 Así, los juicios de las matemáticas está claro que son "necesarios" (a priori), pero )Son sintéticos? )nos aportan novedades o son puramente analíticos o "tautológicos"? Para Hume los juicios matemáticos eran "necesarios" y "novedosos" (sintéticos), pero no nos decían nada necesario acerca del mundo empírico. Eran un puro juego imaginativo desconectado de la realidad empírica (eran relaciones de ideas absolutamente separadas de las cuestiones de hecho). Así la Geometría y la Aritmética no estaban implícitas, como estructura o forma, en las mismas "impresiones inmediatas", como sí lo están para Kant. Según Kant, si no percibiésemos los objetos estructurados espacio−temporalmente, no podríamos luego establecer leyes necesarias (pero empíricas) como las de la Física de Newton ((en términos sustancialistas y "realistas" viene a decir algo parecido Platón, cuando nos habla de Ideas Universales y Necesarias que son necesarias para explicar la misma experiencia sensible)). Para una corriente de filosofía del siglo XX, llamada POSITIVISMO LOGICO, (y en la base de la cual está Wittgenstein, autor que trataremos), los juicios matemáticos son puramente "analíticos". Así establecieron que sólo podia haber "juicios sintéticos a posteriori", entre los cuales incluían los de la Física, y "juicios analíticos a priori", entre los cuales incluían los juicios matemáticos, como si no tuvieran nada que ver con la experiencia sensible, y reduciendo los teoremas matemáticos a puras "tautologías" vacías (en este sentido son más ingénuos que Hume). Para Kant las proposiciones matemáticas son siempre juicios a priori, es decir, necesarios, que no se reducen a la experiencia sensible. Pero también son "sintéticos" o "informativos": «Se podría en verdad creer a primera vista que la proposición "7+5 = 12" es puramente analítica, que procede, según el principio de contradicción, del concepto de suma de siete y cinco ((aquí habría que discutir si este mismo principio de la Lógica es o no analítico, y el mismo Kant sugiere que no, pues "todo análisis −representado− presupone una síntesis −ejercida−)). Pero si se la considera con más atención, se halla que el concepto de suma de siete y cinco no contiene más que la unión de los dos números en uno solo, lo que no hace que se piense cuál sea ese número único que comprende (sintetiza) a los otros dos. El concepto de doce no es en modo alguno percibido por sólo pensar la unión de cinco y siete, y puedo descomponer todo mi concepto de esa suma tanto como quiera, sin que por eso encuentre el número doce. Es preciso, pues, ir más allá de estos conceptos y recurrir a la intuición que corresponda a uno de los dos, quizá a los cinco dedos de la mano o a cinco puntos, y añadir al concepto siete, sucesivamente, las cinco unidades dadas en la intuición. En efecto, tomo primeramente el número siete, y auxiliándome de mis dedos como intuición para el concepto cinco, añado sucesivamente al número siete las unidades que hube de reunir para formar el cinco, y así veo producirse el número doce. En el concepto de una suma 7+5 = 12 he pensado, es verdad, que tiene que agregarse siete a cinco; pero no que esta suma sea igual al número doce. La proposición aritmética, es pues, siempre sintética: lo que se comprende aún más claramente si se toman números mayores, pues entonces es evidente que por muchas vueltas que demos a nuestro concepto, nunca podremos hallar la suma mediante la simple descomposición de nuestros conceptos y sin el auxilio de la intuición+ (Kritik der Reinen Vernunft −Crítica de la Razón Pura− Ed. Cast. Alfaguara, p. 52). Una vez que Kant ve la facticidad de tales juicios (tanto en la Matemática, como en la Física) tratará de analizar, como hemos dicho ya, cuáles son los elementos del conocimiento que hacen posible tal saber. Según Kant existen *dos troncos (fuentes, facultades) del conocimiento humano, los cuales proceden acaso de una raíz común, pero desconocida para nosotros: la sensibilidad y el entendimiento. A través de la primera se nos dan los objetos. A través de la segunda los pensamos+ . Las condiciones en las que se nos dan los objetos preceden a las condiciones en que son pensados. En la SENSIBILIDAD se nos dan los objetos. En el 6 ENTENDIMIENTO los pensamos (los combinamos y reglamos. Pero sólo cuando el "pensamiento" se aplica a los "sentidos" es cuando se produce "conocimiento" objetivo, de lo contrario se producen pensamientos que no tienen la garantía de la existencia necesaria). Un esquema aproximado de lo que quiere decir Kant, sería como sigue: La Sensibilidad tiene una Materia (las cualidades sensibles), pero que no se da de forma bruta, sino ya "conformada" a través de una Forma (constitutiva del sujeto que conoce). La sensibilidad sólo "intuye" inmediatamente lo que se le presenta. ((La sensibilidad equivaldría a lo que Hume llamaba nivel de las "impresiones", de lo que se nos da de forma inmediata y no genérica, pero, con la diferencia de que según Kant no hay "datos brutos", pues lo "impreso", o sentido, ya se nos da estructurado o "conformado" espacio−temporalmente. Por tanto el "objeto inmediato y particular que pueda conocerse sensiblemente es un objeto Fenoménico, no "en−sí" o "nouménico". Lo que la "cosa" sea "en sí" nos está vedado en la razón teórica o especulativa (ya veremos lo que ocurre en la Razón Práctica, en la Moral). Las Formas de la sensibilidad son el espacio y el tiempo (formas a priori de la Sensibilidad, o "intuiciones puras") El Entendimiento también posee una Materia (que toma de la sensibilidad) que son los "objetos paticulares" −ya conoformados espacio−temporalmente por la Sensibilidad−, y estructura, a través de distintas síntesis (uniones de lo diverso de la sensibilidad), dichos objetos en "leyes" universales y necesarias. Pero para que dichas reglas o leyes sean establecidas es preciso que el sujeto "conforme" dichos objetos a través de las Categorías del Entendimiento. Así se puede dar un conocimiento "a priori" (que no se reduzca a lo dado empíricamente) y a la vez "sintético" (que nos informe novedosamente sobre el mundo de los "hechos"). En la Sensibilidad el sujeto se muestra pasivo (aunque lo recibido tenga una forma puesta por el sujeto). Sólo son posibles intuiciones en dicha facultad. La intuiciones sólo pueden ser "sensibles" (no intelectuales), es decir "inmediatas" y "concretas". Pero dichas intuiciones pueden ser "empíricas" o "puras". Las intuiciones puras son las correspondientes a la Matemática pura, es decir, las que captan el espacio y el tiempo en su puridad, sin mezcla de otras cualidades (color, peso, etc.). O lo que es lo mismo, son intuiciones de la Forma de la sensibilidad. Las intuiciones empíricas presuponen dicha forma, "conformando" espacio−temporalemente los objetos sensibles (con sus colores, sabores, etc.). Como vemos, Kant traslada el espacio y el tiempo a la Intuición (facultad de la Sensibilidad). Descartes veía el espacio como "externo" a la sustancia pensante temporal, y Hume veía genéricamente a ambos en el "pensamiento", sin diferenciar "intuiciones" de la sensibilidad y "conceptos" del entendimiento (un concepto −como "hombre", "sustancia", "fuerza", "cuerpo"− implica una Pluralidad de objetos concretos ya estructurados espacio−temporalmente (Juan, Pedro, Andrés, etc.) que deben ser Unificados en el entendimiento. La regla de esa Unificación o Generalización es llamada por Kant Categoría. Las categorías son la Forma del Entendimiento (como el espacio y el tiempo lo eran de la Sensibilidad). Todos los conceptos generales y las leyes generales están categorizadas. Sensibilidad (objeto particular) (Intuiciones) Entendimiento (objetos en gral.) (Conceptos) Materia (sensaciones) Forma (Espacio y Tiempo) Materia (objetos partic.) PROGRESIVA TOTALIZACIÓN ! (uso teðrico o especulativo) FENÓMENO Forma (Categorías) 7 CIENCIA NOUMENO Razón (Filosofía) FILOSOFÍA (Ideas) (metafísica) (uso prðctico) LIBERTAD 2.1. La Estética Transcendental *La ciencia (Kant llama "ciencia" a lo que, en realidad, es filosofía, o "saber de segundo grado") de todos los principios de la sensibilidad a priori la llamo estética transcendental ("estética" viene de "aisthesis" o "sensibilidad")+ (Id. p. 66) Kant, como hemos dicho, separa las "intuiciones" (de la sensibilidad) de los "conceptos" (del entendimiento), de los que se ocupa la Lógica transcendental −cuando estos conceptos se aplican a las intuiciones sensibles, no a lo "nouménico" de forma imaginativa−). El ESPACIO y el TIEMPO son las "formas a priori" de todo lo sensible. La Estética Transcendental se llama así ("Transcendental", no "empírica") por ocuparse de investigar cuáles son las condiciones "a priori" de posibilidad de todos los fenómenos sensibles (equivalente a las "percepciones" de Hume aproximadamente). Y descubre que el Espacio es *una necesaria representación a priori que sirve de base a todas las intuiciones externas+ (id. p. 68). En todo lo sensible representado como "exterior" ("esta casa", esta mesa, etc.) hay que Suponer un Espacio que estructura dichos objetos. Dicho Espacio no es a su vez algo que esté en el objeto como una "cosa en−sí externa", sino que es una condición de nuestro psiquismo "humano". Así, según Kant, «Sólo nuestra explicación hace comprensible la posibilidad de la geometría como conocimiento sintético a priori (a través de "juicios sintéticos a priori)+ A su vez, el Tiempo es la condición de posibilidad de todo lo sensible interno (y también externo). *El tiempo no es un concepto empírico extraído de alguna experiencia. En efecto, tanto la coexistencia como la sucesión no serían siquiera percibidas si la representación del tiempo no les sirviera de base a priori. Sólo presuponiéndolo puede uno representarse que algo existe al mismo tiempo (simultáneamente) o en tiempos diferentes (sucesivamente). El tiempo es "condición de posibilidad" de los conocimientos aritméticos. Espacio y Tiempo constituyen la Geometría Analítica. El tiempo es una representación necesaria que sirve de base a todas las intuiciones (externas o internas)+ (Id. p. 74) El mismo cambio, o el "movimiento" (cambio de lugar), sólo son posibles suponiendo el tiempo como forma a priori de dichas intuiciones sensibles (así la Física, que se ocupa de lo movible, presupone las matemáticas). Todo percepto, externo o interno, es originariamente "temporal", "sucesivo". 8 2.2. La Lógica Transcendental. Al igual que la Estética Transcendental se ocupaba de estudiar las condiciones de posibilidad según las cuales "intuimos" los objetos concretos (y los estructuramos espacio−temporalmente), la Lógica Transcendental se ocupa de averiguar cuáles son las condiciones de posibilidad bajo las cuales "pensamos" los objetos "en general" (es decir, no "en concreto"). El Entendimiento es la facultad por la que "pensamos" los objetos, por la que "generalizamos" a priori los objetos de la experiencia. Pero aquí se corre un peligro típico del pensamiento Dogmático. Cuando el Entendimiento (o, más bien, la Razón) no establece "leyes" a priori (o Generalizaciones a priori) a partir de objetos sensibles, sino que "juega imaginativamente" con sus propias capacidades "reguladoras", se cae en "ilusiones" (que, por otra parte, como veremos, son "necesarias" −en el sentido de "inevitables"− para la Razón Práctica). Es decir, *Los pensamientos (conceptos) sin contenido (sensible) son vacíos+ (cosa que ya advertía Hume cuando decía que "Todo conocimiento surge de la experiencia"), pero también *las intuiciones sin conceptos son ciegas+ (que es lo que añadiría Kant, y por lo que se diferencia de Hume, recogiendo el universalismo del racionalismo)(Id. p. 93). *Por ello es tan necesario hacer sensibles los conceptos −es decir, añadirles el objeto de la intuición− como hacer inteligibles las intuiciones −es decir, someterlas a conceptos−. Las dos facultades o capacidades no pueden intercambiar sus funciones. Ni el entendimiento puede intuir nada, ni los sentidos pueden pensar nada. EL CONOCIMIENTO ÚNICAMENTE PUEDE SURGIR DE LA UNIÓN DE AMBOS. Mas no por ello hay que confundir su contribución respectiva. Al contrario, son muchas las razones para separar y distinguir cuidadosamente una de otra. Por ello distinguimos la ciencia de las reglas de la sensibilidad en general, es decir, la estética, respecto de la ciencia de las reglas del entendimiento en general, es decir, de la lógica+ (Ibid.) Así pues, lo que Kant llama Conocimiento, en sentido estricto, es aquello que se expresa en "juicios sintéticos a priori" (y que es tanto el conocimiento matemático −surgido de la sensibilidad, en cuanto que reglada por el entendimiento−, como el conocimiento de la Física de Newton −surgido del entendimiento, en cuanto referido a intuiciones sensibles−). Todo aquél presunto "conocimiento" (razonar) que no combine Sensibilidad y Entendimiento, es decir, que no estructure "conceptualmente" las intuiciones, y que no aplique o refiera los conceptos a intuiciones sensibles, no será verdadero Conocimiento. Sólo la Lógica Transcendental se ocupa de averiguar las condiciones de posibilidad de aplicación de los Conceptos puros del Entendimiento a las Intuiciones de la sensibilidad. Sin embargo, la llamada por Kant "Lógica General" a veces pretende "ir más allá de lo experienciable" (ir más allá de la "experiencia posible", es decir, de la aplicación de los conceptos a intuiciones sensibles) y pretende dar "existencia real" (empírica) a lo que no son sino "conceptos vacíos". Dicho de otra forma: La lógica General, que estudia las reglas necesarias de todo "pensar" (ateniéndose a la pura Forma, sin considerar el contenido), cuando no aplica dichas "reglas" (o categorías) a "intuiciones sensibles", sino que simplemente combina las reglas mismas, sin atenerse a ningún contenido concreto, entonces no establece verdaderos "conocimientos", sino puras "ilusiones". Esto es, según Kant, lo que ocurre en la filosofía clásica con los conceptos de Dios, Alma o Mundo, cuando son pensados como "sustancias" independientes o "más allá" de lo "experienciable" (Sería una imaginación desbocada, que incluso Hume limita con la idea de uniformidad de la Naturaleza humana). Dichos conceptos son "vacíos", no poseen contenido empírico. ((ocurre algo similar a cuando se toman las reglas de la lógica formal y, partiendo de unos conceptos no "referidos" a experiencias sensibles −p.e. "Todo hombre es divino" y "todo dios es omnipotente"− se concluyen enunciados vacíos de significación empírica real −"Todo hombre es omnipotente"−. Aquí hemos pretendido llegar al Concepto de "hombre omnipotente" porque nos hemos atenido a unas Formas. Pero al vacíar de contenido dichas formas, es decir, al no aplicarlas o referirlas a 9 "intuiciones sensibles concretas", concluimos conceptos que son puramente "ilusorios", imaginativos. No son "juicios sintéticos a priori" o Conocimiento Necesario y Empírico )). La Metafísica clásica no establece, por tanto, "juicios sintéticos a priori", por lo que hay que contestar negativamente a la tercera pregunta vista anteriormente: «¿Son posibles los juicios sintéticos a priori en la Metafísica?>>. Se trata de una "lógica de la apariencia", de la que se ocupará la Dialéctica transcendental (p.99). La Lógica Transcendental se divide en Analítica (que se ocupa de averiguar las condiciones de posibilidad de aplicación (o uso) de los conceptos a intuiciones sensibles) y Dialética Transcendental (que no restringe el uso de dichos conceptos a Intuiciones empíricas, sino que, como hehos visto al mencionar la Lógica General, hace un uso abusivo de los principios y leyes del entendimiento. La "Crítica de la Razón Pura" se ocupa, ante todo, de desenmascarar ese uso abusivo de la Razón, en descubrir «la falsa apariencia de las infundadas pretensiones del entendimiento y reducir su ambición de inventar y de ampliar −efectos que pretende conseguir a base de meros principios transcendentales−, rebajando tales pretensiones al rango de simple juicio y al de defensa del entendimiento puro frente a los artificios sofísticos>> (P.101). 2.2.1. Analítica Transcendental. La Analítica de los conceptos. *Por analítica de los conceptos no entiendo el análisis de los mismos o el procedimiento corriente en las investigaciones filosóficas consistente en descomponer, según su contenido, los conceptos que se presentan y en clarificarlos. Entiendo, por el contrario, la descomposición −poco practicada todavía− de la capacidad misma del entendimiento, a fin de investigar la posibilidad de los conceptos a priori a base de buscarlos sólo en el entendimiento como su lugar de procedencia y a base de analizar su uso puro en general+ (id. p. 103). Para descubrir cuáles son los conceptos a priori del Entendimiento (la Forma del entendimiento) Kant se vale de la Tabla de Juicios de la Lógica Aristotélica. Esto es así, porque el entendimiento es una facultad cuya función principal es juzgar. Juzgar consiste en una función en la que se ordenan varias representaciones (de objetos) bajo una sóla representación. Es decir, el Juicio es *una representación de unas representaciones de objetos+, por tanto, no se refiere "inmediatamente" a los objetos (como la "intuición sensible"), sino que se refiere mediatamente a ellos (pues ya recibe dichos objetos estructuramos por las Formas a priori de la sensibilidad: espacio y tiempo). Así, *existe la posibilidad de hallar todas las funciones del entendimiento (categorías) si podemos representar exhaustivamente las funciones de unidad en los juicios+ (Id. p.106). Kant da mucha importancia a que se obtenga una Tabla Completa y Sistemática de todos las funciones del entendimiento, expresadas en los juicios. Así, la Tabla de los juicios será una GUIA para saber cuáles son las funciones del Pensamiento o Entendimiento, es decir, para saber cuáles son los Conceptos puros del Entendimiento o CATEGORIAS. Las Categorías, por tanto son la Forma del entendimiento. Pero dicha Forma sólo dará como resultado un Conocimiento Objetivo cuando restrinja su uso a Objetos sensibles, es decir, a datos de la Intuición sensible. Así, la Tabla de los juicios, y su paralela de Categorías, según su Cantidad, Cualidad, Relación y Modalidad, es la siguiente: Tabla de Juicios Tabla de Categorías I. Según la Cantidad 10 −Generales −Unidad −Particulares −Pluralidad −Singulares −Totalidad II. Según la Cualidad −Afirmativos −Realidad (afirmación positiva) −Negativos −Negación −Indefinidos −Limitación III. Según la Relación −Categóricos −Inherencia y subsistencia (Substancia et accidens) −Hipotéticos −Causalidad y dependencia (causa y efecto) −Disyuntivos −Comunidad (Reciprocidad entre agente y paciente) IV. Según la Modalidad −Problemáticos − Posibilidad / Imposibilidad −Asertóricos − Existencia / No existencia −Apodícticos − Necesidad / Contingencia La categoría no es algo que añadamos a los Objetos, sino que es la misma Condición para que podamos Pensar conjuntamente varios objetos. Más aún es la Condición que posibilita que Reconozcamos a tales objetos. Un Objeto no lo es si no "pertenece" a una Clase (recuérdese a Platón). Esta mesa sólo es una mesa porque pertenece a la Clase de las Mesas. La Tarea principal de la Analítica Transcendental es la DEDUCCION TRANSCENDENTAL DE LAS CATEGORIAS, es decir, averiguar cómo las Categorías, siendo conceptos puros del entendimiento (cuya Necesidad no se reduce a la experiencia), pueden referirse a priori a los objetos de la experiencia, y saber de dónde les viene su validez a priori. «David Hume reconoció que, para poder llegar a esto último ((llegar a conocimientos necesarios que no se reduzcan a la experiencia)), hacía falta que esos conceptos tuvieran un origen a priori. Pero él no podía explicarse cómo era posible que el entendimiento tuviese que concebir necesariamente ligados en un objeto conceptos (perceptos) que, considerados en sí mismos, no se hallaban ligados en el entendimiento 11 ((recuérdese que para Hume, si nos atenemos a un análisis puramente racional, cada "percepción" subsiste por sí separada de cualquier otra)), ni tampoco advirtió que el mismo entendimiento podría quizá, a través de esos conceptos, ser autor de la experiencia en la que se hallan sus objetos ((es decir, una experiencia "estructurada". Aunque Kant apela al Entendimiento, en otras ocasiones habla de la Imaginación como fuente del "enlace" o "nexo" de lo diverso)). Por ello, apremiado por la necesidad, derivó dichos conceptos de la experiencia, es decir, de una necesidad subjetiva que surge de la experiencia por una reiterada asociación y que llega, al final, a ser tenida −falsamente− por objetiva (cuando es meramente psicológica): es la costumbre. Pero después fue muy consecuente al declarar que no era posible ir más allá de los límites de la experiencia (posible), ni con esos conceptos, ni con los principios que ellos originan. La derivación (deducción) empírica ideada por ambos autores (Locke y Hume) no es compatible con la realidad de los conocimientos científicos a priori que poseemos, a saber, la matemática pura y la ciencia general de la naturaleza ((la Física de Newton)), lo cual refuta tal derivación >>+ (Id. pp. 127−8). Por esto Kant intentará una Deducción transcendental, no empírica, de las categorías. En esta se tratará de combinar Necesidad y Empiria, como ya hemos visto. La posibilidad de Deducir tanscendentalmente las Categorías, es decir, de explicar cómo siendo "puras" (y a priori −dando Necesidad−) son, a la vez, aplicables a datos de la Intuición sensible (por lo que permiten conocimientos sintéticos, informativos), se basa fundamentalmente en el concepto de SINTESIS (En realidad Kant habla de una Triple síntesis −aprehensión, reproducción y reconocimiento−, cuyo origen es la Imaginación Transcendental que permite la combinación de un elemento "receptivo", o pasivo, como la intuición, con otro elemento "espontáneo", o activo, como el concepto. Esto lo trata en un apartado llamado Esquematismo Transcendental. Así pretende solucionar el problema de ")Cómo son posibles los juicios sintéticos a priori?", pues, en tal esquematismo se propicia la combinación de Sensibilidad y Entendimiento, de "síntesis empírica" y "necesidad"). Así el Principio de la Síntesis es «el principio más elevado de todo conocimiento humano+. El Conocimiento humano consiste fundamentalmente en una progresiva "sintetización" (desde el grado más ínfimo de la sensación hasta los más elevados pensamientos racionales). Y todas esas síntesis son posibles, a su vez, por una síntesis originaria: por la SINTESIS DE LA APERCEPCION TRANSCENDENTAL. «No pueden darse en nosotros conocimientos, como tampoco vinculación (nexos) ni unidad entre los mismos, sin una unidad de conciencia que preceda a todos los datos de las intuiciones+. (p.136) «Para poder conocer cualquier cosa en el espacio, una línea, por ejemplo, es preciso que yo la trace (ejercicio), que efectúe sintéticamente un enlace (nexo) determinado de la diversidad dada, de tal suerte que la unidad de tal acción sea al mismo tiempo la unidad de la conciencia −en el concepto de una línea− y que por esto conozca un objeto −un espacio determinado−. La unidad sintética de la conciencia (que no se trata de un yo sustancial "en sí", sino de la condición suprema de posibilidad de la misma experiencia objetiva, según Kant) es, pues, una condición objetiva de todo conocimiento, de la cual necesito no solamente para el conocimiento de un objeto, sino que bajo ella debe estar toda intuición para que pueda convertirse para mí en un objeto; porque de otro modo, sin esta síntesis lo diverso no se reuniría en una misma conciencia+ (es decir, todo sería un caos de sensaciones "diversas"). Para que observemos cómo explica "constructivistamente" el concepto de Causalidad, veamos el siguiente texto: «Cuando observo la congelación del agua, aprehendo dos estados (líquido y sólido) que están, como tales, respectivamente en una relación temporal (sucesión). Pero en el tiempo que yo, como intuición interna, pongo por fundamento al fenómeno, me represento necesariamente la unidad sintética de la diversidad, sin la cual esta relación no podría ser dada en una intuición. Es la categoría de causa, mediante la cual determino, aplicándola a la sensibilidad, todo lo que sucede según su relación con el tiempo+ (No se diferencia mucho 12 esta explicación a la que pudiéramos dar hoy día. Pues para que haya "causalidad" debe haber una "interrupción" o Rotura de un "esquema de indentidad" −que siempre es sintético−, de forma que, por ejemplo, la fuerza es la causa de la rotura de la "identidad sintética" que supone la "inercia" de una partícula. La aceleración sería el "efecto" de dicha rotura de identidad). 2.2.2. Dialéctica transcendental La dinámica interna del Entendimiento hace que éste genere un empleo peligroso de las categorías (como ya hemos visto), al no "referirlas" o aplicarlas a una intuición sensible. Así los conceptos pueden enlazarse de forma que vayan más allá de la experiencia posible, de lo Fenoménico, y se vean impelidos a aplicarse al Noumeno (que es un concepto, límite, negativo de "nous" −inteligencia− si tuviéramos una "intuición intelectviva" de lo concreto en su universalidad y necesidad). La Dialéctica transcendental es producto de la Razón (más que del entendimiento, que Kant lo limita al uso transcendental −aplicado a las intuiciones sensibles− de las categorías). Esta dialéctica es una "lógica de la ilusión", a la cual nos vemos abocados de forma irresistible y necesaria. La razón es la facultad de unidad de las reglas (categorías) del entendimiento según principios, de forma que intenta llegar a principios últimos que engloben y totalicen toda la realidad (es el conocimiento más totalizante y general). Así, llega un momento en que sobrepasa los límites de la "experiencia posible", de lo fenoménico "condicionado" transcendentalmente, para adentrarse en el terreno de lo nouménico, de lo incondicionado, de lo Absoluto (luego Hegel partirá de aquí). La Razón, en su labor, trabaja con IDEAS que son conceptos máximamente generales, y que surgen necesariamente, pero para los cuales no puede darse una aplicación empírica. Es decir, son conceptos que no estructuran ningún "objeto posible" (perceptible experiencialmente), sino que estructuran "relaciones límite" (Contradictorias teóricamente) no experienciables, pero ineludibles (al menos "prácticamente", en que se pretende diluir la contradicción). La razón constituye un Sistema de Ideas, que se pueden reducir a tres (ya conocidas): Yo, Mundo y Dios. −Yo (de la que surgen los Paralogismos sobre la Inmortalidad del Alma), que contiene la absoluta unidad del sujeto pensante. Es la Psicología la encargada de su análisis. El alma pretende se una totalización incondicionada, absoluta, de los fenómenos internos. Teóricamente lleva a Paralogismos (es simple y compuesta, Inmortal y mortal), pero Prácticamente, según Kant, se disuelven tales paralogismos. Tema propio de la Crítica de la Razón Práctica −Mundo (de la que surgen las Antinomias sobre Determinismo/Libertad, según Kant −que no ve el aspecto circular, no cosmológico, como el más fundamental). De estas ideas se ocupa la Cosmología. Es una Totalización absoluta de todos los fenómenos externos. Tema propio de la Crítica de la Razón Pura (Teórica) −Dios (de la que surgen los Ideales de la Razón Pura, y el problema de la Demostración de la existencia de Dios). De esto se ocupa la Teología. Es la Totalización Absoluta de cualquier pensamiento en general (teórico o práctico, mecánico o finalístico). Es el tema propio de la Crítica del Juicio. Estas Ideas Transcendentales son como Marcos de Referencia (negativos en principio) sobre los que Orientarnos en nuestra vida. Tienen una función Heurística (orientativa). Así, la idea de Alma pide la absoluta unidad del sujeto pensante (pide la identidad del Sujeto, más allá de la identidad fenoménica). La idea de Mundo pide la absoluta unidad de la serie de condiciones del fenómeno (llendo más allá de la regularidad 13 fenoménica hallada por el Entendimiento). La idea de Dios pide la absoluta unidad de todos los objetos del "pensamiento", llendo más allá del Sistema de principios (relaciones fenoménicas) logrado por el Entendimiento. Pedir la existencia de Dios es pedir un conocimiento absoluto de todo. Mas estas Ideas no tienen un "correlato" empírico. Son puros conceptos orientativos (las Sustancias "en sí" no son "experimentables") «Todos nuestros raciocionios que pretenden llevarnos más allá del campo de la experiencia posible son falaces y carecen de fundamento..., y que la razón humana tiene en este caso una propensión natural a rebasar estos límites. Que las ideas transcendentales son para ella tan naturales como son para el entendimiento las categorías, aunque con la diferencia de que mientras las últimas conducen a la verdad, o sea, a la concordancia de nuestros conceptos con el objeto, las primeras provocan una mera ilusión aunque irresistible, a cuyo engaño apenas con la crítica más severa puede ponerse coto>> «Por consiguiente, todo conocimiento humano comienza con intuiciones, pasa de ellas a conceptos y termina con ideas. A pesar de que todos esos elementos tengan fuentes de conocimiento a priori, que a primera vista parecen desdeñar los límites de toda experiencia, una crítica completa convence de que toda razón en el uso especulativo no puede ir nunca con estos elementos más allá del campo de la experiencia posible y de que la genuina distinción de esta suprema facultad de conocimiento es servirse de todos los métodos y sus principios con el sólo propósito de explorar la naturaleza hasta su más íntima entraña, según todos los principios de unidad posibles, siendo el más importante de ellos el de la unidad de fines, pero sin rebasar nunca sus límites, fuera de los cuales no hay para nosotros más que espacio vacío>> Como vemos, según Kant, el hombre tiende de forma natural e irresistible a Sistematizar Unitariamente (totalizantemente) su conocimiento. Así las intuiciones no encuentran sentido si no están estructuradas "conceptualmente" (Categorías y Principios del Entendimiento), y las leyes categóricas del entendimiento no encuentran su último sentido si no estan unificadas "idealmente" (a través de las tres ideas fundamentales −siendo la Idea de Dios la más resaltada posteriormente por Hegel, pues identificará con ella al Espíritu Absoluto que engloba al Yo y al Mundo−). Y la finalidad última, lo que da "sentido" definitivo al Conocimiento Teórico o Especulativo, es un Interés Práctico, vital: el sentido de la propia vida del Hombre. «Todo el interés de la razón (el especulativo lo mismo que el práctico) se concentra en las tres siguientes preguntas: 1º ¿Qué puedo saber? (relacionado con la idea de Mundo? (Crítica R. Pura Teórica) 2º ¿Qué puedo hacer? (relacionado con la idea de Alma? (Crítica de la R. Pura Práctica) 3º ¿Qué puedo esperar? (relacionado con la idea de Dios) (Id. p. 630) Pero estas tres preguntas se resumen en la siguiente: − ¿Qué es el hombre? «el ascenso transcendental de nuestro conocimiento racional no sería causa, sino efecto, de la conveniencia práctica que la razón pura nos impone>> Así pues, el hecho de que el hombre se pregunte por lo "incondicionado" (nouménico) es una consecuencia de su "interés práctico" por la vida. Todo el saber "especulativo" no tiene "sentido" si no es con vistas en lo 14 "práctico" (moral, política,...) 3. La Crítica de la Razón Práctica. Esta crítica está toda ella fundamentada sobre la idea de Libertad (que retomará Hegel para explicar el Sentido de la Historia Universal). Ya en la Crítica de la Razón Pura Teórica), como hemos visto, había justificado Kant la apelación a la Libertad. Esta Idea compete ante todo a la Voluntad Humana, a su Práctica. Por tanto todo saber es en último término "práctico". La Ley fundamental de la Razón Pura Práctica es: «Obra de tal modo, que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre, al mismo tiempo, como principio de una legislación universa>> (Crítica de la Razón Práctica, Ed. Austral, p. 50) Es decir: obra de tal forma que la regla que tú sigues para obrar (máxima), pueda convertirse en una regla para todo el mundo (ley universal). Pretende Kant que todo sujeto racional (más allá de los hombres incluso) sólo será "moral" cuando se atenga a ese principio que hace necesario (objetivo) lo que en principio pudiera ser "subjetivo" (ligado a algún interés concreto sensible). Por eso en otra formulación dirá que el hombre sólo será moral en cuanto no se atenga en su conducta a otro fin que el de la misma racionalidad formal propia de los sujetos "racionales" (pertenecientes a un "reino de fines", en que todo sujeto es considerado como un fín en sí mismo, no como un medio (sólo). Según Kant esta regla es <<absoluta, o sea representada como proposición práctica categórica a priori, mediante la cual la voluntad se determina objetivamente de modo absoluto y directo>> Así, esta Regla (que en la medida en que valga para todo el mundo es "Ley" de la Naturaleza Racional −Humana−, sin reducir dicha "naturaleza" a condicionalntes empíricos, a intereses o motivos sensibles) es "a priori", es decir, "no se reduce a condiciones empíricas", pero además es Categórica (no hipotética), es decir, no es un supuesto de otra legalidad. El principio de la moralidad expresa un "juicio sintético a priori", según Kant (a pesar de que en la crítica de la razón teórica cuestionó esta posibilidad). Es sintético porque, a lo que quiere mi voluntad afectada por inclinaciones del mundo sensible (comida, placer, etc.) se "añade" la "idea" de esa misma voluntad como perteneciente a un "mundo inteligible" (de seres racionales puros). Acaba diciendo que esto es "inconcebible", aunque necesario "suponerlo". Y es a priori porque el enlace de entre ambas voluntades (la contingente o guiada por motivos sensibles y la "necesaria" (categórica) o racional pura, guiada por la pura regla formal sin motivaciones empríricas) es universal (para todo sujeto racional), independiente de cualquier instancia empírica. (Metafísica de las costumbres, cap. 3). (((Se diría, desde nuestro punto de vista, que Kant, después de la "Inversión Teolótica", lo que hace es llevar al límite la noción de racionalidad (humana) asumiendo las "cualidades" divinas de la tradición escolástica (necesidad, inteligibilidad, etc.). Es decir, presupone la Universalidad moral como algo "previo" (a priori) y no como algo resultante de la concatenación histórica de las relaciones humanas. Aunque salva a la Persona del subjetivismo "inmanentista", sin embargo parte de un concepto de "transcendentalidad" como ya dado, cuando la propia "humanidad" no es algo acabado (ver Transcendental positivo en Diccionario de www.filosofia.org) . Además Kant se mantiene en una concepción del sujeto solipsista del racinalismo cartesiano (o del empirismo inglés: del capitalismo protestante, individualista), y no ve el lado "comunal" del sujeto humano, como sí lo vieron los escolásticos españoles, y que por eso no dieron por resuelto el problema de la "formación de la universalidad humana", pues al entenderla de una manera atributiva también (sinalógica) se dieron cuenta de que no todos los "intereses" (que nunca son puros) son compatibles, ni dentro de un grupo determinado, ni entre grupos de distinto nivel. Sólo en el ámbito ético cabe una mayor abstracción universalista, pero la ética está conjugada con distintas morales, sin las que no cabe marcar proyectos políticos eutáxicos, etc.))) 15 Dicho de otra forma, según Kant cuando actuamos "moralmente" no lo hacemos "obedeciendo" a "condiciones subjetivas" de actuación (como puedan ser el "placer", la "felicidad", etc.), sino que lo hacemos por puro DEBER (formal, no por someterse a nada ni nadie: autónomamente). Los "motivos" (fuerzas prácticas) que nos "mueven" a actuar "moralmente" no son motivos "empíricos condicionados", sino un motivo puramente racional e incondicionado: el puro deber. De otra forma, según Kant, no podríamos ser "libres" (pues actuaríamos por "necesidades psicológico−empíricas": placer, dinero, felicidad, etc..). La única manera que ve Kant de explicar la posibilidad de una Moralidad Racional (no guiada por los puros instintos empíricos o psicológicos: placer, deseo, pasión) y verdaderamente Libre es presuponer que actuamos moralmente cuando nos "movemos" (motivamos) por la pura Forma de la Ley Moral (por el puro "deber" −por la simple norma de actuar sin buscar ningún interés personal). Sólo guíándose por lo "incondicionado" empíricamente (por lo que no tiene condicionantes sensibles: pasiones, deseos, etc) cree posible mantener que el Hombre es Libre y Racional al actuar Prácticamente (moralmente). Si se guiase por "condicionantes" empíricos sería un simple "esclavo" de sus pasiones, según Kant. En la Crítica de la Razón Práctica (Pura −no empírica− ) nos dice Kant *tuve que suprimir el saber para dejar sitio a la fe+, es decir, tuvo que dar de lado a las condiciones de posibilidad de lo experimentable, para adentrarse en el mundo de lo incondicionado, de lo nouménico, pues, según él, así lo pide una Voluntad Libre, Categórica, o Incondicionada ((Para ello Kant se quedó con la pura "forma" de la Ley moral, cosa que nos parece totalmente incorrecta, pues no hay "forma" sin "materia" o contenido −Este principio es básico para un "materialismo transcendental" como el que aquí defendemos−. Aunque, en el fondo, más allá de cómo Kant se "representaba" su filosofía, podemos advertir una fuerte dosis de "materialismo" "ejercido" en su filosofía −pero también de Idealismo, que es la contrafigura del materialismo−, aunque "contraria sunt circa aedem"). Kant entiende el "futuro" y el "deber ser" (lo que se debe hacer, no lo que se hace −ser−) de una manera puramente "formal", abstracta, por eso ve la Libertad como contradictoria con la Determinación empírica de la Voluntad (no percibe que la misma Libertad precisa de "determinantes" psicológicos −no sólo físicos−, y que es "contradictoria" ella misma. Esto es lo que tiene de "idealismo", al menos en sus "autorrepresentaciones", Kant)). Así, el concepto que rige el Imperativo Categórico es la Libertad (entendida como voluntad libre, que se "mueve" por "puro deber", no por intereses "empíricos"): Libertad <<de la cual la ley moral, que no necesita razones que la justifiquen demuestra no sólo la posibilidad, sino la realidad en entes que reconocen esta ley como obligatoria para ellos. La ley moral es en realidad una ley de causalidad mediante libertad...>> (ver libertad en Diccionario). Así, la Bondad o la Maldad de una acción moral (su Valor moral) *sólo debe consistir en que la acción se haga por deber, es decir, solamente por amor (respeto) a la ley+ Como vemos la Moral kantiana es una moral que se atiene única y exclusivamente a la forma de la "ley" o "norma" moral, rechazando cualquier "contenido", pues éste sólo puede ser empírico (mejor dicho: pretende que el "contenido" de la ley es su pura "forma"). A esta moral se la conoce como MORAL FORMALISTA (((y si se analiza a fondo es bastante inconsistente tal cual (pues daría paso a que ciertas accines, por aberrantes que fuesen, se justificasen siempre que se hiciesen "por deber" y se quisiesen universalizar a todo el mundo. Así, por ejemplo, un miembro extremista de alguna religión podría pensar que esta vida es una miseria y un castigo de los dioses. De tal forma vería como un Deber Universal (para todos) el "suicidio" colectivo, con lo que se acabaría con la raza Humana por Deber −cuando la ética y la moral deben partir del principio de la "supervivencia" de la especie). En este plano Kant cae en la misma trampa que Hume caía al analizar la "Relaciones de Ideas" −que por eso veía como desconectadas del mundo empírico−, que consiste en pensar la Forma separada de la Materia o contenido, cuando, en realidad, toda Forma −sea cual sea− es siempre material (las normas morales no deben intentar suplantar el "deber ser" por el "ser" −es decir caer en 16 la "falacia naturalista" que pretende que algo "debe ser" porque ya "es"−pero no hay un único "deber ser" −conjunto de Normas morales−, sino que son muchos enfrentados dialécticamente. La moral no debe presuponer −en contra de Hume y, en parte, de Kant− que hay un "deber ser" natural al Hombre −ya sea esta naturaleza puramente psico−biológica, como en Hume, o "racional formal" , como en Kant− pues el mismo Hombre no es algo "acabado" (o presupuesto) sino que los hombres pertenecen a distintas culturas muchas veces enfrentadas dilécticamente −incluso con la guerra− La Libertad se desenvuelve, ante todo, en el "eje circular" (en el enfrentamiento entre distintos hombres y grupos de hombres), no en el eje radial (frente a la Naturaleza) . Así encontrar un "deber ser" es una tarea dialéctica, que debe superar contradicciones y oposiciones, y que sólo se puede presentar Universalmente −igual para todos− como Resultado de la propia Historia, no como presupuesto. Esto no significa pedir que alguna vez todos lleguemos a obedecer a unos mismos principios Morales, pues cuando se sabe que la Realidad es contradictoria e inabarcable −cosa que el Noumeno kantiano podría representar bastante bien− no se "esperan" soluciones Universales Absolutas −cosa que, un tanto ingénuamente, espera Kant en su Crítica de la Razón Práctica, y en su libro "La Paz Perpetua". Pero buscar la Felicidad Racional de Todos los hombres es un pecado admirable de la época Ilustrada, siempre que no se caiga en el utopismo vacío)). Así la ley moral es sagrada (de "santos")y considera al hombre como <<un fin en sí mismo>>, no como un mero medio para otros fines (con esto se prohibe, de una forma un tanto genérica y abstracta, que se pueda utilizar a un hombre como un mero "instrumento" sin importancia para otros fines "empíricos", por ejemplo para satisfacer el placer de otro. Esto se lo tomó al pié de la letra Marx cuando criticó el Sistema Capitalista como un sistema que considera al obrero como un mero medio para la Producción de bienes; bienes que sólo satisfacen al capitalista, que posee los "medios de Producción" −entre los cuales está la fuerza de trabajo del obrero−). Según Kant, <<el hombre −y con él todo ente racional− es fin en sí, es decir, jamás puede ser usado por nadie −ni siquiera por Dios− como medio sin ser al mismo tiempo fin>> ((como en el pasaje de Abrahan cuando es obligado a matar a Isaac, su hijo, como "medio" para mostrar su fidelidad)). (Aquí se plantearía el problema de si los Animales son "racionales" o no. Ya hoy día hay una "Declaración de los Derechos de los Animales". La relación Hombre−animal está muy próxima a las relaciones "éticas" −no morales− entre los hombres). Por tanto, según Kant son "buenos" los actos que no tienen ninguna restricción o condicionamiento "empírico", y que se ejecutan por puro "deber", por puro respeto a la ley, en cuanto "forma moral" pura. Sólo así puede haber una buena voluntad. Sólo cuando se actúa siguiendo un mandato o Imperativo categórico se es moralmente bueno. Si uno se somete a un imperativo hipotético (empírico) no se actúa libremente, por lo que ni siquiera se es "moral" (bueno o malo), sino que se es una pura "bestia" (por decirlo con palabras fuertes). Así, la pretensión de Kant es fundar una comunidad de hombres racionales dentro de un "reino de fines"; y al estar todos estos seres racionales sometidos a una misma ley moral surge *una asociación sistemática de seres racionales unidos por leyes objetivas comunes, es decir ,un reino que, puesto que estas leyes persiguen precisamente como fin la realización de esos seres entre sí como fines y medios, puede llamarse un reino de fines −aunque claro está que sólamente en cuanto idea−+ Así, la pretensión de Kant es fundar una Sociedad de Estados Unidos (naciones unidas) que garantice la moralidad entre los hombres. Como vemos, muchas de estas ideas han tomado hoy cuerpo real (O.N.U.), al menos como "institución" que empieza a tener cierto peso político. <<...pues el establecimiento de una organización rigurosamente democrática y republicana en cuanto a su espíritu, en el interior, ofrece también en el exterior la garantía de que irán debilitándose cada vez más las 17 intenciones encaminadas a la opresión antijurídica de unos pueblos por otros, a la par que serán menos los medios de que se disponga para realizar esas intenciones, con lo cual también en la historia de los pueblos será posible ir acercándose paulatina y progresivamente al estado del cosmopolitismo>>. La Libertad es la meta final de la Historia. 4. CONCLUSION. Podemos concluir que la idea fundamental para el tratamiento del texto ((1997−8)) es la siguiente: 1. La noción de "revolución copernicana" en Gnoseología (teoría del conocimiento): "lo objetivable" (en cuanto necesario y empírico) depende de nuestra propia constitución, no de lo que sea una presunta "cosa en sí". Sólo, suponiendo esto, se resuelve, según Kant, la contradicción entre la necesidad práctica de "pensar" lo incondicionado (pedir una serie total de las condiciones de lo real, al modo en que Aristóteles pedía una causa primera), y la imposibilidad especulativa de "determinarlo objetivamente". Si se supusiese que "lo incondicionado" es "en sí" y, a la vez, supusiésemos que el "conocimiento objetivo" (empírico y necesario) se rige por el Objeto (como algo en−sí), sería absurdo (contradictorio) pretender pensarlo, pues como principio se ha establecido una separación tajante entre Sujeto y Objeto como "sutancias en−sí" (subsistentes por sí). Pero si se supone que lo que "condiciona" al Objeto es lo mismo que condiciona al Sujeto (constitutivamente) (Es decir, si se piensa al Sujeto y al Objeto no como Entes separados y Enterizos, sino "en relación" el uno con el otro), entonces se podrá "pensar" (con la Razón) lo "incondicionado" como "lo no objetivable", lo que hace que no lleguemos a conocer la totalidad de las condiciones de lo objetivo. Sólo así "lo incondicionado" será "pensable" sin intención de "conocerlo" objetivamente (necesaria y empíricamente). Lo incondicionado (noumeno) será un Concepto límite, negativo para la Razón Teórica que no puede pretender conocerlo como "existente sustancialmente", en contra de lo que pretenden los Dogmáticos. Pero aquí es donde Kant nos dice que, aunque sea un concepto límite, imposible de conocerse "objetivamente" (pues no es experientable), sin embargo se convierte en acicate "positivo" para la Razón Práctica ((podríamos retraducirlo materialistamente diciendo que lo incondicionado es la contradicción misma, es un concepto límite que nos muestra que los distintos saberes categoriales (objetivos) no son totalemnte "conmensurables" entre sí −recuérdese la idea de Symploké−, de forma que esta misma contradicción nos mueve a seguir buscando: si conociéramos todo, no buscaríamos nada. Si conociéramos todo lo que nos condiciona seríamos como el Dios de Aristótoles que "se piensa a sí mismo" −de este hilo tirará Hegel−, como ya veremos). De este modo Kant pretende demostrar que el hecho de que el hombre sienta la irrenunciable necesidad de preguntarse por lo "incondicionado" prueba que su división gnoseológica entre Fenómeno y Noumeno es correcta, y que sólo son "objetivables" los Fenómenos. Por tanto el "saber" práctico no es un saber "objetivo", siempre condicionado por el Espacio, el Tiempo y las Categorías −que constituyen al objeto por ser condiciones del Conocimiento−, sino que es un Sistema Necesario de Creencias Racionales sobre lo incondicionado (Hume recordamos que apelaba a la creencia, pero no a que fueran racionales). Dichas Creencias son "racionales", en oposición a Hume, porque no desprecian "las condiciones" que se van determinando a través del Entendimiento. Kant no apela a una Creencia natural, pero indeterminada, "vacía". Su Sistema de Creencias pretende verlo como una Necesidad pedida por el previo sistema de Condiciones establecidas por las distintas ciencias. Es necesario ir más allá de las distintas ciencias empíricas, pero teniéndolas en cuenta, pues su estructura nos puede orientar sobre lo que las condiciona. Sólo así se puede mantener cierta racionalidad sobre lo "desconocido", pues , de otra forma, "todo sería posible", y cualquier superstición tendría derecho a mantenerse como necesaria (conclusión a la que llevaría el sistema "escéptico moderado" de Hume). El problema de la filosofía de Kant es que es Idealista. Esto es así porque se atiene, por lo menos 18 explícitamente, demasiado a la Forma de los procesos racionales, sin ver que toda forma es material. Así, en el terreno de la Razón Práctica cae en una Ética y Moral Formalista, que corre el peligro de admitir contrasentidos éticos, como el del suicidio colectivo visto anteriormente. Su Razón formal a veces le lleva al irracionalismo. Podríamos decir, desde nuestro punto de vista, que la ética y moral kantiana (y hasta su política) pretende ser una propuesta limite de una Humanidad "divinizada", sin necesidad de acudir a la Prudencia, al cálculo racional en cada situación concreta para intentar llegar al resultado más adecuado, teniendo en cuenta que "no hay" un modelo de "adecuación" previo. Es decir, la moral kantiana pretende que el hombre no tenga que molestarse en pensar en cad situación, porque presupone una racionalidad previa (transcendental) ya constituida en todos los hombres (distributivamente −éticamente sobre todo−). Pero tal racionalidad no está dada. La humanidad está "in fieri", haciéndose. Y no caben recetas mágicas y "sin excepciones" como pretende Kant. Pues en el campo de la moral no están dadas las reglas o normas "universales" de forma previa y definitiva, y, además son "múltiples" y hasta incompatibles. La influencia de Rousseau ( y del eticismo de Bartolomé de las Casas con su "buen salvaje") se aprecia en la filosofía de Kant, y en toda la corriente humanitarista e "igualitarista" de la modernidad. En la ética, la política, o las Ciencias "humanas" no cabe la "objetividad" como en las "ciencias duras", pues no cabe neutralizar las operaciones o los intereses de los sujetos sin más, y muchas veces los proyectos son incompatibles. Un ejemplo de Pedagogía y otro de Política: En pedagogía caben reglas, pero las excepciones "confirman" la regla (frente a otras reglas contrarias) sólo si se sabe aplicar "con prudencia". Kant pretendería una normatividad "sin excepciones", "a−prudencial" (que por eso puede ser la más imprudente). La regla "sé firme en las decisiones frente a los hijos (menores sobre todo)" no puede tomarse como una "máxima universalizable" sin más, pues cada circunstancia puede requerir una conducta distinta. Así si a la hora de desayunar se le exige al niño ponerse el babero (a los 4 años por ejemplo) porque se sabe que se ha manchado y se puede manchar, pero el niño se "hace el mayor", o se resiste, y se niega, entonces el adulto debe actuar teniendo en cuenta el pasado del niño, su grado de razón, las circunstancias, etc. Incluso habría que tener en cuenta la funcionalidad cultural de la norma. Pero la prudencia es la que permite salvar la regla (si se muestra como racional y mejor frente a otras o a su dejación) utilizando los medios más adecuados (que no lleguen a traumatizar al niño ni por permisividad ni por rigidez ciega). No cabe "enseñar" a ser "educador" (reglador de conductas). No caben "reglas universales" a priori. En política (cortical, internacional) no se puede atener a la regla, como algunos pacifistas humanitaristas pretenden, "no a la guerra" nunca. Pues el análisis de la "justificación" (justeza) o no de la guerra es imprescindible ya que no hay un solo "proyecto político" para toda la humanidad, y muchas veces los enfrentamientos políticos sólo son resolubles en el campo de batalla (ver II Guerra mundial frente al proyecto nazi, p.e., o el enfrentamiento entre Carlos V de España y Francismo I de Francia, que llegó a aliarse con el turco (el enemigo de la Cristiandad, con el beneplácito del mismo Papa) para que Carlos V no llevase a cabo el "ortograma" hispánico. Para mal, pero también para bien (pues si fuésemos angelitos o dioses la vida no tendría sentido, por estár "prefijada" y ser "eterna"), siempre es precisa la "prudencia", como ya vió Platón y Aristóteles, y la escolástica. Kant lleva la "inversión Teológica" a un límite en que pretende salvar dicha necesidad de ser "prudente", de razonar en cada situación concreta atendiendo a las vicisitudes "repetibles" (nomotéticas) de la historia, pero teniendo también en cuenta su carácter irrepetible (idiográfico). Por eso no hay una manera "universal" de ser "ciudadano". E incluso de un solo Estado (si se alcanza) no habría una sóla moral, etc., y los enfrentamientos de clase pervivirían (raza, sexo, oficio, generación, etc.), no sólo los "económicos" (clase social "marxista"). 5. GUIA DEL COMENTARIO (1997−8) (las páginas mencionadas no se corresponden con las de este año) 19 Lo primero que se plantea Kant es que la Filosofía o Metafísica (la "obra de la Razón" dice) está lejos de *haber entrado en la segura senda de la ciencia+. Kant es el primer autor que diferencia con claridad Ciencia y Filosofía. La primera es un saber que se expresa en "juicios sintéticos a priori". La segunda, por ser más abierta y genérica, no es tan estricta como la primera. Lo que pretende Kant es superar los Dogmatismos y Escepticismos, de manera que la Filosofía sea lo máximamente racional (y Kant lo expresa diciendo que debe "entrar por el camino seguro de la ciencia"). La Metafísica no se expresará en "juicios sintéticos a priori", sino que analiza los distintos Principios conseguidos por el Conocimiento Objetivo (combinación de Entendimiento y Sensibilidad). Para que la filosofía no caiga en el Dogmatismo, ni en el Escepticismo, debe ser Crítica, y analizar su Poder. Por ello deberá dar de lado conceptos que muchos habían adquirido sin "reflexión" sobre sus posibilidades (a nivel teórico), lo cual se agradecerá, según Kant, en la Práctica. La Lógica Formal "aristotélica" es una disciplina "científica", pero no es "objetiva" (empírica), pues sólo se ocupa de *las reglas formales de todo pensar+. Así será una disciplina "propedeútica" (introductoria, preparatoria) para aprender a razonar lógico−foirmalmente, pero no nos dice nada sobre el mundo de la experiencia. Mas la Razón (en general) se ocupa también de "objetos", no sólo de la "forma" del pensar. Por este motivo las Ciencias Objetivas (Matemáticas, y sobre todo la Física) han tenido más problemas para establecer conocimientos "necesarios" (como los lógicos), pero a la vez empíricos (cosa que la lógica no hace). El *verdadero conocimiento+ es, por excelencia, el de las Matemáticas y el de la Física. Estas Ciencias tienen de Necesario lo que tienen de Razón. Pero sólo desarrollan una parte de la Razón, la parte Teórica o "determinativa", no la parte Práctica o "realizativa", que es propia de la Moral y la Política. Mas el Análisis de estas ciencias, que establecen "juicios sintéticos y a priori", será conveniente para ver si la Razón (como facultad que va más allá de la Sensibilidad y del Entendimiento, es decir, como Metafísica o filosofía) es capaz de tomar su mismo camino, es decir, el camino de la Seguridad racional. Sólo de esta forma se evitará, según Kant, que la Filosofía dé bandazos de un lado para otro y esté constantemente reformulándose, con el perjuicio que eso conlleva para la Moral y la Política. Así, la Matemática desde Tales de Mileto (ver el Teorema de principio de curso) ha entrado por las vías seguras de la Ciencia, pues ha establecido Teoremas que son "necesarios" y "objetivos". Esto lo expresa Kant diciendo que las Matemáticas se convirtieron en un verdadera Ciencia (dejando de ser una pura "técnica empírica", como en Egipto) cuando Tales "construyó" el primer teorema, es decir, cuando en vez de guiarse por la experiencia (como pretendía Hume), hizo que la Experiencia se sometiese a sus construcciones (que contestase a sus "preguntas" previamente pensadas). Sólo así se podría conseguir un Conocimiento que, a la vez que empírico, fuera también "necesario" ("a priori"). La Física tardó bastante más en Constituirse como ciencia estricta. Bacon fue el iniciador de este proceso. Pero sólo Newton con su Dinámica lo culmina, siendo Galileo el principal valuarte de la Mecánica y Torricelli de la Hidrostática (respecto a Stahl hay que decir que inicia la constitución autónoma de la Química, que culmina con Dalton y Proust, pero en tiempos de Kant la Química aún era un técnica que se englobaba dentro de la Física). El caso de Galileo, y de Newton, es paradigmático para ver cómo la Ciencia no es una mera generalización pasiva de experiencias "empíricas", sino que es una Costrucción en que el papel del sujeto es imprescindible (vid. lo que dimos de Galileo y Newton). Cuando galileo estableció la Ley (categorial) de la Caida de los Graves, no se limitó a medir los tiempos y el recorrido "empírico−real" de las bolas que dejaba caer por el 20 plano inclinado, sino que suponía que el rozamiento de la madera con la bola era nulo (sólo así podía "pasar al límite" los resultados, como si fueran producto exclusivo del peso −luego Fuerza de la Gravedad−). Cuando Newton estableció el Principio de la Inercia definitivamente, tampoco hizo caso exclusivo a los "datos de la experiencia" (a lo "empírico"), sino que supuso (paso al límite Constructivo, Racional) que el rozamiento era nulo. Sólo así se podía enunciar que *todo móvil se mueve rectilínea y uniformemente o permanece en reposo+ (en la "realidad empírica" sólo vemos objetos que tras ser empujados se paran. Y los planetas se mueven elípticamente, como consecuencia de una "aceleración" provocada por la Fuerza de la Gravedad). Por tanto el papel de la Razón en la Construcción científica es imprescindible. Sólo se explicará cómo son posibles los "juicios sintéticos y a priori" en las ciencias, si se tiene en cuenta el papel mediador del sujeto (en términos kantianos: si se supone que lo que hay de "necesario" en las leyes científicas está puesto por el sujeto −por sus Formas constituyentes− , no por una supuesta "cosa en sí"). Así se podrá explicar cómo es que hay Conocimientos que son "empíricos" (como pretendía el Empirista Hume), pero además "necesarios" (como pretendían los Racionalistas). Sólo con este nuevo enfoque será comprensible la realidad. Sólo así la Filosofía, que es la encargada de analizar los procesos Gnoseológicos y Ontológicos, podrá explicar dichos procesos sin caer en Dogmatismos ni Escepticismos. Este es el sentido de la Revolución Copernicana en el terreno de la Filosofía, de la Metafísica. La Metafísica no debe construir por su cuenta (como si se tratase de un juego) Entidades sustanciales que vayan más allá de la Experiencia, sin tener en cuenta lo establecido por la ciencias Empíricas. El "porqué" la Razón tiende a "pensar" lo "nouménico", aunque no pueda "conocerlo" (científicamente), sólo se explica apelando al papel del sujeto en la Construcción de los Objetos. Lo que el Objeto tiene de "en sí" (noumeno) sólo se puede Pensar, pero no Conocer −en contra de los Dogmáticos−. Lo que el Objeto tiene de Fenómeno sí se puede "conocer", pero debemos ser conscientes de que dicho "objeto" no es "en sí", sino que está REGLADO *por la naturaleza de nuestra facultad intuitiva (y por el entendimiento)+. El Verdadero Conocimiento sólo surge como complementación de Sensibilidad y Entendimiento (de intuiciones y Conceptos, de los cuales son su Forma, puesta por el sujeto, el Espacio y el tiempo, y las Categorías). Sólo teniendo en cuenta este Análisis de la Razón Teórica, llevado a cabo en la Crítica de la Razón Pura (Teórica), puede, según Kant, dar paso a una Razón Práctica que intente ir más allá de lo experimentable. La Razón Teórica, en un intento de Totalizar todos los saberes, había "pensado" (no "conocido") lo Nouménico como contradictorio. Es decir, superado el nivel de los Principios del Entendimiento (de la Ciencia), se llegaba a Ideas que intentan conjugar los aspectos "empírico−necesarios" (fenoménicos) condicionados, y los aspectos "nouménicos" incondicionados. Pero la Razón teórica no puede hacer nada sino reconocer esta imposibilidad de "conocer" dichas ideas como totalizaciones de los fenómenos. Así, en lo referente a la Idea de Mundo, se presentan las siguientes ANTINOMIAS (CONTRADICCIONES) entre principios. Tanto la Tesis como la Antítesis son "pensables", pero se contradicen: A) Tesis: el mundo tiene un principio en el tiempo y unos límites en el espacio. Antítesis: el mundo es infinito tanto temporal como espacialmente. B) Tesis: lo compuesto consta de partes simples, y sólo hay lo compuesto y lo simple. Antítesis: lo compuesto no tiene partes, no hay nada simple. C) Tesis: tiene que existir una causalidad no regida por leyes naturales. 21 Antítesis: todo obedece a leyes naturales (científicas). D) Tesis: hay algo que es necesario por sí mismo (Sustancial). Antítesis: por sí mismo no hay nada que sea necesario. La Razón Especulativa ha "pensado" lo nouménico, pero sin darle un Contenido Empírico existente. Sólo la Razón Práctica, según Kant, podrá llenar dicho vacío (pero esto lo llevará a cabo dando de lado todo lo "empírico" de las "acciones morales", con lo que dicho "relleno" será puramente "formal"). La Metafísica es Sistemática y, como tal, intenta conectar todos los aspectos de la realidad, de forma que *nil actum reputans, si quid superesset agendum+ (No da nada por hecho mientras quede algo por hacer). En la p. 112 (de la Edición de Madrid, Ed. Coloquio) explicita los valores negativos y positivos de la Crítica de la Razón Pura. Su valor negativo es que evita Dogmatismos en el terreno de la razón Teórica, pues no se puede Conocer sino lo "experimentable", no lo nouménico (aunque sí se pueda "pensar" vacíamente). Su papel positivo es que deja el campo de lo Nouménico para la Razón Práctica, y se puede explicar por qué la Razón Humana siempre tiene a ir más allá de los límites de la Sensibilidad (de lo Empírico). Ahora lo Objetivo se entenderá como Fenómeno y como Noumeno, siendo "conocimiento" lo que se aplica al fenómeno exclusivamente, no lo que se aplica al noumeno, que sólo puede ser pensado desde la Razón Teórica. Así se deslinda el terreno de lo Causal Necesario (fenoménico) y el campo de lo Libre (Nouménico: auque Kant, dada su Moral Formalista, tendrá que apelar de una forma un tanto oscura a una "causalidad por la libertad", después de haber negado su conexión. Así ocurre en la tercera Antinomia vista). Sólo así, según Kant, podrá entenderse que estemos Determinados causalmente en nuestros actos (en cuanto Fenómenos que somos del Mundo), pero que, a la vez, tengamos una Voluntad libre (en cuanto que la voluntad es incondicionada causal o empíricamente). Kant piensa la Universalidad de la Voluntad (de sus principios), negando la sensibilidad. Sólo así cree poder explicar la Libertad y Universalidad de la Voluntad sin oponerla a la Necesidad empírica, pues, según él, se trata de dos Planos de la Realidad totalmente distintos, aunque simultáneos. Mas esto no es algo que se "conozca", como hemos dicho, sino que es algo que se Cree racionalmente (con lo cual se rellena el vacío dejado por el "pensamiento" de la razón teórica). Sólo por su interés práctico adquieren sentido las Ideas de Alma Inmortal, Libertad (más allá de la causalidad necesaria empírica del mundo de los fenómenos) y Dios (como totalización de lo teórico y lo práctico) (p.116). La crítica de Kant se propone romper con el Dogmatismo acrítico, no con el sistematismo (que siempre debe establecer principios, dogmas). Va contra aquellos a los que se les puede aplicar el dicho siguiente: *quod mecum nescit, solus vult scire videri+ (lo que ignora conmigo, pretende aparentar saberlo el solo). Aquellos que no analizan los límites de lo cognoscible teóricamente no puede saber cuál es el campo propio de la moral, de la práctica. Sólo la Crítica permite establecer los límites de la Razón y su poder, sin pretender "conocer" lo que sólo se puede Creer racionalmente (p.117). De esta forma se evitará que se convierta el *trabajo en juego (de conceptos vacios con pretensión de "conocimiento empírico necesario"), la certeza en opinión y la Filosofía en Filodoxia (amor a la "doxa", al engaño)+ (p.118). Con este prólogo a la segunda Edición Kant pretende hacer frente a las malas interpretacones que ha habido de su obra (Crítica de la Razón Pura), y advierte que es mayor pecado el no comprender que el refutar (p. 120), pues quien refuta ha comprendido previamente, pero cuando no se comprende algo a fondo, no se tiene la capacidad de negarlo. 22 Para Kant el "filósofo" académico, o profesional, es un "artista" (un Sistematizador) de la Razón, pero el verdadero "legislador" de dicha Razón Humana es el pueblo (p. 121). Por eso confía en que sean más comprensivos con su obra aquellos filósofos "populares" que se den cuenta de que la Razón no es cosa de unos pocos "genios" encerrados en sí mismos, sino que es cosa de todos los hombres (aunque para sistematizar el "saber de una época" sea imprescindible cierto academicismo, cierta tradición histórica). La cuestión es que las formas están conjugadas con la materia, son su interrelación. Además el conocimiento no se debe plantear Gnoseológicamente como una relación entre un Sujeto y un Objeto. Y la verdad no es ni del sujeto ni del objeto, sino de un género interconectado (M3). Lo objetivo se da por "neutralización" de operaciones subjetivas, no como algo "a priori", pues la necesidad no está dada de antemano en el sujeto..., sino que se da en la propia constitución del mundo fenoménico en el que se desenvuelve el sujeto con referentes físicalistas. Ver Gnoseología de G. Bueno. Es como separar las sensciones que se tienen de un tren que se acerca (color, figura, vibraciones, tamaño, etc....). No podríamos "percibir" como un objeto (enclasado) al tren si no "univicamos" las sensaciones en un objeto (concepto) global que dé sentido a lo que vemos. Las intuiciones sensibles sin conceptos son ciegas, caóticas... Con los conceptos ocurre algo similar. Como diría Aristóteles (aproximadamente), el perro "clase" (concepto) no pdría significar nada (sería vacío) si no existiera una sustancia concreta (primera) individual y "sensible" (con color, dureza, figura, etc.) que lo ejemplarizara. Pero el mismo Aristóteles vió que el "conocimiento" no se reduce a dicha percepción individual. El mismo objeto percibido no tendría significación si no estuviera enclasado y en correlación con otros objetos enclasados.... El contraste de sensaciones no expresan nada si no se van configurando en objetos.clase. Los organismos más simples "recuercdan" lo ya experimentado por ese enclasamiento que se expresa en la memoria. Por cierto, los peces no puede ser cierto, como algunos dicen, que tengan una memoria de tres segundos (no recordarían o identificarían los peligros ya vividos...), sino que es posible que sólo puedan fijar su atención durante 3 segundos (seguramente por funcionalidad para vigilar otros estímulos que pudieran ser peligrosos una vez que lo visto no les afecta....). Se trata de un "antes" ontológico, no genético o psicológico. Kant haba de una "anterioridad" esencial parecida a la que tiene la "forma" aristotélica sobre la "materia" (el Hombre es "anterior" al niño) Los elementos "necesarios" del conocimiento serán el E y T en la Sensibilidad (que posibilidan los Juicios matemáticos) y las Categorías en el Entendimiento (que posibilitan los Juicios de la Fisica). Al Espacio y al Tiempo los llama Kant "intuiciones puras", es decir, intuiciones que no tienen carga "empírica" (están libres de "impurezas" sensibles"), son la "estructura" de la misma sensibilidad (Formas a priori de la Sensibilidad). Lo mismo se puede decir de las Categorías respecto al Entendimiento. Muchas categorías se podrían expresar a través de la lógica de relaciones. La causalidad implica asimetría y transitividad, la comunidad no la implica, pero exige conexividad, etc. Sobre el concepto de Existencia hay que decir que Kant no cree que sea un predicado que "añada" algo esencialmente al Sujeto. Más bien el sujeto ya presupone la existencia. La Existencia es algo que se "pone" con el sujeto, y no añade ninguna propiedad a éste. Si decimos "Juan existe" estamos indicando lo mismo que si dijésemos sólo "Juan". Al decir "Juan es Alto" estamos añadiendo alguna novedad a la esencia de Juan (la "altura"), pero si decimos "Juan existe" no decimos más de lo que ya sabíamos en la misma combinación de intuiciones y categorías sobre el "objeto" descrito. Por tanto, para Kant son inválidas las pruebas de la demostración de la Existencia de Dios, tanto las "a priori" (basadas en la esencia para demostrar la existencia) −pues la "existencia" no es ninguna propiedad derivable de ningún predicado esencial, como el de "perfección"−, como las "a posteriori" (basadas en un "regressus" a partir del mundo), pues, como decía Hume, no se puede percibir nada de Dios. Dios para Kant sería un concepto límite que simbolizaría la Totalidad racional de los pensamientos. Pero dicho concepto es una "ilusión transcendental", no es un 23 "conocimiento transcendental", pues no hay ninguna posible verificación empírica de su existencia (aplicación empírica de las categorías). DE forma inevitable tendemos a Pensar en Dios, pero no podemos Conocerle (ni demostrar su existencia). En el Catoblepas 12 hay una aproximación a estas ideas. 55 24