LA RELACIÓN ENTRE ANTÍGONA Y LA HOJARASCA, PREOCUPACIONES E INTERESES COMUNES. Leonardo Corchuelo. Todo entendimiento sobre la literatura es secundario, antes el lector se enfrenta al placer de leerla y acomodar su lectura a la voz de quien la escribió. Entender la expresión del espíritu, -en este caso la literatura- muchas veces no aparece cuando se lee, se quiere leer o ya se ha dejado –no terminado- de leerlo. A medida que recurrimos, como ejercicio constante, a otras lecturas, si tenemos suerte, en (pequeñas) algunas partes de otra o varias obras, entendemos la que habíamos ya leído y creíamos, luego de terminar su lectura, entendido. Esta sensación la podemos entender si se quiere como una lectura de lo mismo, y es siempre diferente. Recuerdo, una frase que dice algo así como la historia universal esta en unas cuantas metáforas. Así librándonos de todo sentido original de la creación humana, teniendo ya un sentido de finitud artística, la crítica de toda obra de arte se plasma ante el lector con múltiples formas, y es así como emprendemos un camino más “consiente” de las obras literarias. Esa primera obra de la que se mencionó arriba pasa de sensación a entendimiento, y permanece en el mejor de los casos como sensación antes que como entendimiento si es que no se pondera la critica por el gusto, es aquí cuando diferenciamos a aquel que se inclina por la creación y a ese otro que busca en la crítica entender mejor su ya muy repasada primera lectura. Pero se puede objetar, que el buen creador siempre es buen crítico y a la inversa y que esta relación siempre se presentará cuando se encuentra uno ante un buen escritor o critico, resultado, no hay ninguna diferencia entre los dos. ¿Cómo sucede que entre los tantos Universales Clásicos existan aún un mayor número de personas detrás intentando capturar su narrativa propia? Podemos decir aquí que sí hay diferencia. El buen escritor en tanto que crítico a diferencia del buen critico en tanto que escritor, busca figurar más adelante en los espacios más grandes de las páginas, el segundo aparecerá en las paginas antecedidos por un número o referencia en la parte de debajo de la página con letra más pequeña, por el simple hecho de que el primero está pensando en decir de otra forma esas nuevas metáforas, su sentido de critica está enfocado desde el principio en la creación, el segundo en la interpretación, pues siempre el gusto va a abrir el apetito creativo y si se quiere ser creativo el gusto importa más que la lectura más consciente y erudita de un autor específico, al final al escritor le importa menos si son endecasílabos, monólogos, primera, segunda o tercera persona que la actitud constante por cómo manifestar la voz propia que nutre con las lecturas que pueden ser saberse no criticas en el sentido profundo de la palabra. La lectura en él es una herramienta que afina sus destrezas, sus capacidades creadoras. Explicación del título Preocupaciones e intereses comunes Cuando hablo de preocupaciones aludo a que tan posible o relacionada son las similitudes de los personajes de estas dos obras (Antígona y La Hojarasca) y en cuanto a los intereses hago referencia a la relación de los autores, Sófocles y García Márquez. PREOCUPACIONES Compromiso con los muertos Todo hombre tiene el compromiso de enterrar a sus muertos, de solventar la necesidad, de un lugar que guarde un cuerpo al que se le llore o visite, no importa, aunque para algunos no haya nada más después de que el cuerpo deje de expresarse cuando es afectado por los sentidos, la tranquilidad de saber dónde quedan sus restos mortales crea la relación que todo hombre necesita tener con aquella persona con la que compartió parte de su vida, es un compromiso con los momentos que compartió y lo que significó. El cuerpo muerto es lo más vulnerable y debe ser tratado deslindado de todo hecho realizado cuando estaba vivo. Es quizás esta la idea de los personajes literarios de Sófocles y García Márquez, de Antígona y el coronel en la Hojarasca. Antígona tiene un compromiso y un fundamento más fuerte para hacer lo que hace, pues es a su hermano Polinices quien Creonte no quiere dejar sepultar. El Coronel de la Hojarasca se lo ha prometido al doctor Francés después de que él le ayudo en el accidente de su pierna, cuando le pregunta el coronel por la deuda él dice: “Usted no me debe nada, coronel. Pero si quiere hacerme un favor, écheme encima un poco de tierra cuando amanezca tieso. Es lo único que necesito para que no me coman los gallinazos” pero el coronel le responde “usted me conoce y debía saber que yo lo habría enterrado por encima de la cabeza de todo el mundo, aunque no le debiera la vida.” Diferenciemos los dos argumentos, Polinices es el hermano de Antígona y el Doctor es un amigo del Coronel, Antígona quiere sepultar a su hermano, el coronel a un amigo, y quizás al final lo que nos dicen es que no importa el vínculo mismo con el muerto sino el compromiso con los muertos mismos, tal vez porque en las similitudes del hombre la muerte es la más común, es el más espejo de nuestros espejos en donde todos somos iguales. Como dice Ignacio Errandonea hablando del drama de Antígona que “todo gira sobre una acción y un deseo y un derecho humano y familiar y un deber sagrado de carácter universal: el de sustraer los restos mortales de nuestros deudos a las garras de las aves y los dientes de los chacales”, o Como le dice el coronel al padre Ángel en La Hojarasca: “enterrar a los muertos como está escrito es una obra de misericordia”. Las sentencias: argumento similar es el de los decretos que impiden la sepultura de los dos cuerpos. En ambas obras saben los personajes que está prohibido este hecho. En Antígona es Creonte el que expide el decreto y en la Hojarasca es el pueblo el que ha proferido esa sentencia por medio de maldiciones, de la palabra viva, no hay necesidad de escribirla en papel el pueblo la ha tallado en su memoria. Este aspecto al igual que el del muerto insepulto es el que hace dinamizar las dos obras. Podemos ver, entonces en La Hojarasca una obra de carácter Trágico, trágico entendido como la denominación de Hegel en las que se encuentran dos potencias igualmente válidas pero que no logran una síntesis. Antígona, como lo dice Hegel, busca sepultar a su hermano por leyes del amor, familiar, es su hermano. Y está la relación con las leyes hechas por Creonte, por mantener inquebrantable dichas leyes. Un “conflicto entre tesis (derecho de Estado, Creonte) y antítesis (derecho de la familia), superable en una síntesis que congruye los contrarios y compone inconveniencias” [1986:78]. De igual forma en la Hojarasca, conflicto entre tesis (derecho de estado, personas de Macondo) y antítesis (derecho humano de amigos) en Antígona Sófocles describe las desgracias, en La Hojarasca, quizás pasen, no lo sabemos, sólo lo anuncia, describiendo el ambiente: “Es como si Dios hubiera declarado innecesario a Macondo y lo hubiera echado al rincón donde están los pueblos que han dejado de prestar servicio a la creación” o si extendemos la relación a otra obra como Edipo Rey podemos hacer más certera las desgracias que ocurrirán en las páginas no escritas de la Hojarasca, (García Marquez y su relación con Sófocles) Edipo luego de enterarse de lo que ha ocurrido con respecto a su padre (es él quien lo ha asesinado) se arranca los ojos y divagará desterrado voluntariamente de Tebas con su hija Antígona como lazarillo. Esta imagen de Edipo ciego es quizás la imagen que da García Márquez cuando nombra a los alcaravanes, pues en la costa colombiana se tiene la creencia que estos animales dan la hora precisa y que además le arrancan los ojos a las personas. Como lo menciona en su cuento “La noche de los alcaravanes”. Así en la Hojarasca al final se insinúa ese posible hecho, los personajes quedarán inmersos ante una desgracia, enceguecidos por la desgracia que ha dejado la Hojarasca en Macondo. Los hermanos Polinices, Eteocles y el Cachorro (Cura) y el doctor francés En cuanto a Polinices y Eteocles no hay nada que decir, ambos son hermanos, Eteocles el sepulto y Polinices el insepulto, con respecto al Cachorro –al cura- y al doctor francés, cuando están uno ante el otro, el coronel dice: “Esta vez me di cuenta […] del extraordinario parecido de esos dos hombres. No eran exactos, pero parecían hermanos. El uno era varios años mayor, más delgado y escuálido. Pero había entre ellos, la comunidad de rasgos que existe entre dos hermanos, aunque el uno se parezca al padre y el otro a la madre” recordemos también que ellos dos llegan el mismo día al pueblo, el cura había sido militar, coronel a los diecisiete años y el doctor quizás fue un militar o ejerció algún oficio, porque llega a Macondo recomendado por el general Aureliano Buen día. A Eteocles como al Cachorro, son sepultados sin ningún problema, ambos obedecían las “leyes” del pueblo. En cuanto a Polinices y el doctor corren el mismo destino de un cuerpo insepulto. Su relación dentro del drama es el mismo, con los diferentes matices que hacen posible que no se confundan los personajes entre sí, García Márquez, le añade una característica fundamental y es la del carácter religioso (que veremos más adelante), Polinices y el Doctor son los que producen la desgracia de los otros personajes. No por culpa de ellos sino por culpa del pueblo de Macondo y del tirano Eteocles, al asumir una postura radical en sus comportamientos. El Coronel y Antígona. Creonte y el pueblo Como se mencionó anteriormente, el coronel tiene la misma función dentro del drama que el que tiene Antígona, ambos personajes están interesados porque los cuerpos de aquellos “condenados” a permanecer insepultos lo sean, ambos cargan un peso enorme por hacer que esto se cumpla, y es lo que los mismos muertos han cometido y aún sobre los oposiciones se pronuncian. Cuando el padre Ángel le dice al coronel “Dios lo vería con buenos ojos si se abstiene de llevar a cabo lo que no sería una obra de misericordia, sino un pecado de rebeldía […] y continúa. No permitiré que sepulte a un hombre que se ahorca después de haber vivido sesenta años fuera de Dios” entonces el coronel responde: “Enterrar a los muertos, como está escrito, es una obra de misericordia”. O cuando Antígona conversa con Ismene y le dice que ella va a enterrar a Polinices e Ismene le dice: “¿Es que proyectas enterrarlo, siendo algo prohibido para la ciudad? Antígona le contesta: Pero es mi hermano y el tuyo, aunque tú no quieras. […], Ismene le dice: ¿A pesar de que lo ha prohibido Creonte? Y Antígona contesta: no le es posible separarme de los míos.” Podemos deducir entonces un mismo carácter, una misma preocupación, tanto por el muerto como por las consecuencias que ambos puedan después enfrentar. En lo que se refiere a Creonte y el pueblo de la Hojarasca, como se ha anunciado anteriormente, guardan una misma relación porque estos dos “personajes” son la contraparte del coronel y Antígona, sobre ellos es que luchan para que puedan sepultar a sus muertos condenados a no serlo. Ellos son los que han hecho la prohibición. Creonte ejerce esta prohibición como tirano y el pueblo de Macondo como resentimiento, rechazo y odio sobre una persona que se negó a prestarles ayuda. Su diferencia es, Creonte como tirano y el pueblo quienes comportan un sentimiento en común; el odio. Alcalde y Coro El alcalde y el coro tienen la misma función, en Antígona el coro tiene un carácter diferente que en las otras obras de Sófocles, aquí el coro está a favor de Antígona, como no lo hace ver Ignacio Errandonea, diciendo que el coro reconoce su valor y mérito, no ven mal en principio, la violación del decreto por sepultar a Polinices, de que quizás es una obra de los dioses, y que el coro se retracta por miedo al tirano, “¿dónde hubiera podido obtener yo más gloriosa fama que depositando a mi propio hermano en una sepultura? Se podría decir que esto complace a todos los presentes, si el temor no les tuviera paralizada la lengua” lo dice Antígona refiriéndose al coro, y sólo deja de tener miedo cuando el tirano está ya decaído y le dice a Creonte “¡Ay, demasiado tarde pareces conocer el castigo!”. En la Hojarasca se muestra al Alcalde como una persona cobarde, que comparte los rencores del pueblo. Hace todo lo posible dificultando el proceso para que se expida una orden de defunción. El coronel dice “se le conoce la cobardía en esa manera de moverse sin dirección precisa. Una cobardía doble y contradictoria: para impedir la ceremonia y ordenarla.” La función del alcalde es la misma del coro sólo que cambia su actitud porque él no es el tirano como alcalde sino en la medida que es el pueblo el que ejerce presión sobre él. Claro está, el alcalde tiene una diferencia radical con el coro, pues la función del coro, por ser una tragedia representada al público tiene rasgos diferentes al Alcalde, cuyo personaje si es propio dentro de la obra. Pero dejando a un lado la característica del coro en tanto que pieza teatral, se puede relacionar con dicho personaje de la hojarasca en la medida en que su función está condicionada, se le ejerce una presión de poder, del tirano al coro en Antígona y del pueblo al alcalde en la hojarasca. La utilización de los mismos personajes en las obras Tanto en Sófocles como en García Márquez vemos la utilización de los mismos personajes. En Sófocles en las obras Edipo Rey, Edipo en Colono y Antígona, donde se pueden leer como la continuación de una obra o como dramas separados. De la misma forma que en las obras de García Márquez, como La Hojarasca, Isabel viendo llover en Macondo, el Coronel no tiene quien le escriba, etc., y que después condensará en una sola obra, Cien años de soledad. Es la misma técnica que utiliza por ejemplo Verne, en veinte mil leguas de viaje submarino y la isla misteriosa… o en Balzac, en El contrato del Matrimonio, Memoria de dos recién casadas, etc. A pesar que en García Marquéz como lo señala Vargas Llosa, en cien años… estas primeras obras alcanzan su culminación […] las reduce a una condición de anuncios, de partes de una totalidad. Y aunque la característica innovadora de Sófocles en la tragedia sea la de eliminar las trilogías tan utilizadas por Esquilo, entre otras muchas, cuando él habla de la familia se le presentan opciones para su continuación siendo a la vez diferentes e iguales, y en García Márquez vemos es una pretensión recolectora, unificadora de historias sueltas. Sin dejar a un lado que no se puedan leer por separado. La familia arruinada En las dos obras se muestra como la familia se descompone, en Antígona desde Edipo rey, pasando por Edipo en colono y la culminación de la familia en Antígona, y en la Hojarasca con el padre que desaparece y deja a Isabel y su hijo abandonados, sumado a esto, la descripción desoladora y solitaria que tendrán los personajes después del entierro, cuando se ha llevado todo la hojarasca. O en el destino profético de la estirpe de los Buendía condenados a vivir esos cien años de soledad, a una familia arruinada, o el desamparo del coronel una familia ya arruinada, en la que su vida depende de una carta y un gallo. La familia o el personaje arruinado son sus temas frecuentes, Santiago Nasar, los Buendía, Ayax, Edipo, etc. Quizás sea porque desde Edipo se ha cometido incesto, él ha tenido hijos que son a la vez hermanos e hijos. Aunque a esto el oráculo tenga responsabilidad. O la relación de primos entre José Arcadio y Úrsula Iguarán. Y es está relación tan cercana entre unos y otros familiarmente lo que hace que se produzcan esas desgracias. Todo lo cercano se ha de separar si no, se destruye. El carácter de destino como algo que ya está escrito En la tragedia griega se sabe de antemano que el destino de los personajes va a terminar en desgracia. La vida de los griegos trágicos está orientada, dirigida, manejada por los dioses, ellos no son propietarios muchas veces de sus acciones, sino que son los dioses los que los han impulsado a hacer lo que han hecho. Por otro lado ellos obedecen a los oráculos, los oráculos son los que dibujan su destino, son en últimas si se quieren los rectores de sus posiciones morales. Un ejemplo de esto es en el carácter griego se ve en Las traquinias, cuando Deyanira comienza la tragedia así: “Hay una máxima que surgió entre los hombres desde hace tiempo, según la cual no se puede conocer completamente el destino de los mortales, ni se fue feliz o desgraciado para uno, hasta que muera. Sin embargo, yo sé, aún antes de llegar al Hades, que el mío es infortunado y triste.” Después nos encontramos con el argumento que sustenta esas palabras, remontándose a acontecimientos pasados que hacen que su futuro esté ya escrito. En lo concerniente a La Hojarasca, Isabel dice: “Pero mi castigo estaba escrito desde antes de mi nacimiento y había permanecido oculto, reprimido, hasta este año mortal bisiesto en que fuera a cumplir treinta años de mi nacimiento y mi padre me dijera: <<tiene que acompañarme.>> y después, antes de que yo tuviera tiempo de preguntar, golpeando el piso con el bastón: <<hay que salir de esta como sea, hija. El doctor se ahorcó esta madrugada>>” o cuando habla el Coronel “pero algo me indicaba que era impotente ante el curso que iban tomando los acontecimientos. No era yo quien disponía las cosas en mi hogar, sino otra fuerza misteriosa, que ordenaba el curso de nuestra existencia y de la cual no éramos otra cosa que un dócil e insignificante instrumento. Todo parecía obedecer entonces al natural y eslabonado cumplimiento de una profecía.” O cuando recibe la autorización del entierro “De todos modos, lo que suceda tenía que suceder. Es como si lo hubiera anunciado el almanaque.”, los personajes saben que eso ya está escrito, bien sea en lo divino en lo religioso, o en el destino de cada ser humano. El cachorro y la religión, Abraham y la hora nona La muerte del doctor simbolisa el periodo en que empieza la hojarasca La voz del niño la primera generación que crece con lo que ha dejado la hojarasca Ismene y Adelaida INTERESES Sófocles, en Antígona desarrolla lo que se ha mencionado anteriormente, la relación entre estado y familia y tirano y persona particular que busca un derecho humano. Está interesado en cómo podemos crear leyes que sean flexibles que puedan modificarse después y que no afecten a una comunidad y no sólo sean capricho de los que las hacen. Quiere caracterizar el aspecto del tirano en su posición como dirigente y al hombre “ciudadano” en su actitud contestataria ante el parecer de una ley que cree inadecuada para un bien común. No hay que dejar a un lado que Sófocles tenía una vida política activa, activa no en cuanto a que haya sido Político reconocido, sino que él hacía parte de esa creación política de todo griego, era una persona comprometida con su valor como hombre libre y como hombre libre artístico y así excluir ese carácter de hombre interesado por los bienes comunes de la ciudad griega no sería sino una simple afirmación en contra de su pensamiento propio. Por otro lado, Sófocles tiene una relación muy tensa con la historia, era un gran conocedor de ella, y podemos ver en sus obras ese matiz histórico a la hora de abordar sus tragedias. En la Hojarasca de García Márquez encontramos más explicito esta preocupación por el tipo de lugar y acontecimientos que ocurren a donde pertenecemos. La palabra hojarasca no nos dice mucho pero en esas líneas que escribe antes de empezar el relato propiamente de la obra, nos la define como una hojarasca, revuelta alborotada, formada por los desperdicios humanos y materiales de los otros pueblos; rastrojos de una guerra civil que cada vez parecía más remota e inverosímil. Podemos ver, entonces el planteamiento de G. M. sobre lo que dejó y nos dejan las guerras injustificadas que se han dado en Colombia, es una descomposición social. Es un argumento “sociológico” de lo que ha formado la guerra en nuestra sociedad y cuando termina dice algo así como que sufre un proceso de fermentación y se incorpora a los gérmenes de la tierra. Esto entendido como un acontecimiento que ha permanecido en nuestra sociedad, la guerra se nos convirtió en un proceso que ha determinado nuestra actitud ante la vida, todos estos años la hemos vivido, y pareciera como si no pudiéramos zafarnos de ella. Por último, el intento por mostrar esta relación es, mostrar la estrecha relación entre los dos autores en el momento de leer estas dos obras, y el de evidenciar cómo ellos tiene un punto de vista desde la literatura en los procesos del tiempo al que pertenecen. La hojarasca Por qué Sófocles toma Antígona El soborno del alcalde El destierro como castigo Las leyes inquebrantables, la tirania, la familia La guerra. Que deja la guerra. Desaparición de los cuerpos Adelaida diciéndole al coronel <<has hechado a los cerdos lo mejor de tus creencias>> y él como siempre: -también de eso te darás cuenta algún día.