Supervivencia y Recuperación Amy Jensen en su folleto “Curando el pesar” proporciona quince guías indicativas que ayudan a atravesar como luces por el camino oscuro del dolor ante la experiencia de la muerte. 1°- Acepte su dolor: no trate de ser “valiente”. Llore, abiertamente, si así lo siente. Esto debe aplicarse también a los hombres, ya que los hombres, aunque sean fuertes, pueden llorar. Exprese con palabras su dolor. Comparta su experiencia en familia, sin protegerla a base del silencio. 2°- Converse con un buen amigo: alguien que le pueda escuchar sin que le juzgue. Cuando sea posible, encuentre a alguien que haya experimentado un pesar parecido al suyo. Hable a menudo. Si ese amigo le recomienda que deje “eso”, búsquese otro amigo para desahogarse. 3°- Manténgase ocupado: ocúpese en algo que requiera concentración total, pero evite toda actividad frenética. 4°- Cuide su salud: la aflicción, a veces, puede afectar la salud. Al principio, sentirá que no le importa nada. Pero habrá de cambiar. Usted es importante. Su vida tiene valor: cuídela! 5°- Aliméntese: en estos momentos de desgaste físico y emocional, el cuerpo necesita más que nunca una buena alimentación. Si usted no come apenas más que bocados, tome vitaminas, pero acuérdese que eso no será suficiente. Trate bien a su cuerpo. 6°-Haga ejercicios con regularidad: vuelva a su rutina de ejercicios o comience a hacerlos, lo más pronto que pueda. El ejercicio puede, en cierta forma, aminorar la depresión nerviosa. Además dormirá mejor. El caminar por lo menos una hora todos los días, es ideal para muchas personas. 7°- Deshágase de la culpa imaginaria: piense que usted hizo todo lo que podía hacer en aquel momento. Si por casualidad cometió errores, acepte la imperfección nuestra, ya que somos seres humanos. Si está convencido de que usted es verdaderamente culpable, consulte a un consejero profesional o espiritual. Si usted cree en Dios, un sacerdote o un pastor le convencerá del perdón Divino. 8°- Acepte su entendimiento de la muerte, por el momento: probablemente se habrá preguntado ¿por qué? Innumerables veces. Y se dará cuenta que no hay una respuesta aceptable a esa pregunta. Sin embargo, probablemente, usted tenga un grado pequeño de entendimiento. Básese en él hasta que pueda llegar a un entendimiento más amplio. 9°- Reúnase con otras personas que atraviesan por su misma situación: puede que sus amigos cambien, pero aunque no sea así, usted necesitará nuevos amigos que hayan atravesado por esa experiencia. Algunas veces, hay grupos de personas que comparten su pesar, como si fueran viejos amigos. 10°- Reúnase también con sus amigos: esto puede ser difícil ya que algunos, quizás, puedan sentirse avergonzados ante usted, pero pronto se les pasará. Hable y actúe con naturalidad y no evite mencionar su pérdida. 11°- No tome decisiones de gran importancia en este momento: por ejemplo, espere antes de decidir vender la casa o cambiar de empleo. 12°- Escriba sus pensamientos si tiene inclinación por la escritura: el sacar del corazón lo que siente le puede ayudar; también llevará un registro de su progreso emocional. 13°- Convierta su pesar en energía creativa: busque la manera de ayudar a otros. El ayudar a otros con su carga emocional, hará disminuir la suya. Si tiene habilidades de escritor, escriba. Muchas obras se han escrito como tributo a alguien muy querido y perdido a la vez. 14°- Participe más asiduamente en las actividades de su iglesia: si se ha alejado en los asuntos de la fe, éste puede ser el momento preciso para integrarse de nuevo a la religión. El Evangelio nos habla mucho acerca del dolor a causa de la muerte. Con el tiempo, se dará cuenta de que no está enojado con Dios. El contacto con Dios, a través de la oración, resulta de particular ayuda. 15°- Si es necesario consulte a un profesional: no permita que la pesadumbre le convierta en un ser inactivo. Hay un momento para el llanto, pero la vida debe continuar. A veces, unas pocas sesiones con un consejero profesional o un psicólogo, le ayudará a resolver su cólera, sentimientos de culpa y desesperación, que le impiden funcionar normalmente.