Link: Revista Ñ - IDEAS Sábado 23 de Febrero de 2008 http://archivohector.blogspot.com/2008_02_01_archive.html Entrevista con Claude Giraud. Teoría del secreto Por Héctor Pavon El secreto no corresponde exactamente a la mentira, aclara con una sonrisa a flor de labios el sociólogo francés Claude Giraud. Habla del secreto en el Estado justamente en una oficina de la Subsecretaría de la Gestión Pública, donde vino a dictar un seminario, frente a la Casa Rosada. Ha venido para hablar de su libro Acerca del secreto y para dar conferencias en lugares donde esa práctica es moneda corriente. Su libro forma parte de una trilogía que editorial Biblos publicará y que se completa con Lógicas sociales de la indiferencia y el deseo y Acerca de la esperanza. El secreto es una práctica que puede resultar necesaria en determinado momentosimplemente para retrasar, ganar tiempo, postergar una serie de informaciones, explica Giraud. "Pero todas las informaciones serán conocidas tarde o temprano. Incluso cuando se trata de una historia familiar sórdida", advierte. --¿Se puede decir que siempre estuvo presente el secreto en la historia de los gobiernos? --Sí, absolutamente. No hay ningún momento en que no haya existido el secreto. Quienes nos gobiernan piensan que los ciudadanos somos seres menores y que es necesario protegernos de esa información. Pero, por otro lado es necesario para gobernar. Hay secretos que son indispensables porque de hecho hay momentos en que no se pueden decir ciertas cosas. Es una lógica estratégica. --¿Podemos decir que en Estados Unidos se hace del secreto una práctica religiosa? --Sí, totalmente. Estados Unidos se caracteriza por poseer un conjunto de instituciones religiosas considerable e instituciones de manipulación del secreto. Como las instituciones más importantes del Estado-nación fueron las iglesias, existe una dimensión religiosa del secreto que implica una sumisión a la autoridad, a algo superior que no podemos comprender. --Y también puede decirse que el secreto provoca la sospecha permanente... --Por supuesto. Creo que ése es uno de los grandes puntos débiles de la utilización sistemática del secreto. En Francia, hubo una reforma profunda de todas las instituciones de información militar o referida al terrorismo, etcétera. Hay dos aspectos: por un lado hay que protegerse y cuanto más al tanto están los terroristas de nuestro modo de organización menos eficaces somos, pero por otro, esa auto-protección desemboca en un uso inmoderado, diría, de las prácticas del secreto que se vuelve autónomo. Pero, cuando un gobierno abusa del secreto, se vuelve menos creíble. --¿Y la vida privada de Sarkozy, de Kirchner se constituyen como secretos? --La construcción vida pública-vida privada es relativamente reciente. ¿Toda la vida privada de quienes se proclaman hombres públicos debe ser escondida? Creo que no. Pienso que hay que conocer sus capitales, los movimientos de fondos más importantes. En cambio, saber si Sarkozy tiene una amante o no, francamente... Sé que en Estados Unidos es una cuestión sensible pero en Francia no lo es. No creo que si exista esa amante se convierta en una situación tal que pueda desestabilizar el poder. Saber qué usa de ropa interior la primera dama de Francia o Cristina Kirchner no tiene el menor interés. --¿Y la desclasificación de documentos sirve para reducir la cantidad de secretos? En Estados Unidos, por ejemplo, esto no le interesa a personas comunes. --Sí, así es. Creo que el secreto interesa sobre todo a los intelectuales, a la gente que cuestiona la autoridad política, pero no al común de la gente. Pero una vez que el secreto se revela, su contenido tiene una vida que es relativamente débil. Se utiliza para ganar tiempo con respecto a ciertas circunstancias, pero las circunstancias cambian y efectivamente se olvida el secreto. Hay una espiral, de hecho, en la utilización de los secretos. Lo importante es saber si en el caso de un secreto, se miente o no. Se puede desclasificar y decir: esto se mantuvo en secreto por tal y cual razón pero si una mentira se agrega a eso o a la puesta en secreto, es otra historia. Lo que se condena en el secreto es la idea de que el secreto sea una mentira. Pero el secreto puede ser una idea no dicha. Y puede ser también una especie de desviación, un obstáculo al que hay que sortear. --A veces la sociedad agradece que existan secretos: hay cosas que no quiere saber, tal vez, para reducir el nivel de angustia... --Absolutamente. Después de la Segunda Guerra Mundial cuando los judíos volvieron de los campos de concentración había una especie de omertá absoluta sobre lo que allí había sucedido. Nadie quería saber realmente qué había pasado en los campos. De hecho, se olfateaba qué había podido pasar pero al mismo tiempo no se querían saber las cosas y se consideraba por ejemplo cuándo mostrar fotos de fosas comunes en campos de concentración, ya que eran insoportables. Pero de hecho lo insoportable era que había existido, no mostrarlo. Pero para ellos era preferible mantenerlo secreto. Esto coincide con los textos de Primo Levi sobre lo imposible, es decir la incapacidad de decir lo que pasó. Por eso la práctica del secreto puede ser a la vez una pequeña práctica de teatro burgués hasta lo trágico. El filósofo Vincent des Combles decía: el secreto es algo que puedo decir pero que no puedo decir. Puedo decirlo en determinado momento, en otro no. Pero al mismo tiempo el secreto es una forma de lo impensado. No puedo en realidad llegar a imaginar que eso pasó. O que existió como tal. Es una actitud social, una práctica corriente, rutinizada, banal, etc. y al mismo tiempo, en función de algunas situaciones esa práctica social corriente, hecha rutina y banal puede caer hacia el lado del teatro burgués, de alcoba donde hay amantes, etc., o coincidir con la dimensión más trágica del hombre y las relaciones que mantiene con los otros. --Y el secreto también puede ser utilizado como herramienta para el control social. --Sí. Un medio de control social, asombroso. Sé por ejemplo que ustedes aquí no tienen muchas sectas, pero sí hay muchas en Estados Unidos y en Europa. Y cuando miramos las organizaciones sectarias o también las organizaciones que apuntan efectivamente a que los individuos que ingresaron no puedan salir, el secreto es un medio de control social absolutamente notable. En Francia esas organizaciones sectarias son hiper-racionalizadas. Instrumentalizan a la persona: si se trata de una mujer que entra en la secta, es instrumentalizada en sus relaciones sexuales, instrumentalizada en la contribución financiera, es instrumentalizada por el trabajo, pero al mismo tiempo, todas las acciones y pensamientos son controlados a través de esa idea de tener en común un secreto. --¿Y cuándo se rompe el secreto? --Se dan diferentes situaciones. El hecho de que, quién o quienes tienen el secreto decidan liberar su palabra puede introducir relaciones de ruptura de los lazos sociales entre los que lo comparten. Es un juego social porque desde el momento que se oculta algo, se intenta descubrirlo. Creo que de todos modos, hay un momento de cansancio respecto de lo que se guardó como secreto. Quien ha guardado secretas cierto número de informaciones tendría ganas de hacer saber que las posee. Da señales que permiten a otros entrar en esas informaciones. Estas señales que da a veces son inconscientes. La mayoría de las veces es razonado, da elementos de información que permiten a un tercero participar sin que se rompa la lealtad entre quienes guardan el secreto. Es decir, hago intervenir a alguien de afuera, le doy informaciones y al mismo tiempo yo sigo estando limpio en mi lealtad, pero al mismo tiempo el secreto tiene que difundirse porque uno está harto de conservarlo. De esa forma se libera su palabra a través de los otros. --¿El secreto se rompe y se quiebra la complicidad, la fraternidad? --Sí. Pero entre los masones, por ejemplo, el secreto no es para nada guardarlo. El secreto de la masonería consiste justamente en hacer que la gente esté en una actitud de búsqueda de lo secreto. Todo secreto es la actitud de búsqueda, y es hacer creer que hay uno que sería otro que la actitud de búsqueda. Cuando en realidad el único secreto verdadero es la iniciación. Es un juego muy sutil de desplazamiento del contenido del secreto. El contenido del secreto está en el método. Es el método mismo el que conlleva el vínculo social y la solidaridad. Pero no hay objeto para el secreto. --También hay secretos personales, familiares y entonces aparecen las preguntas por el origen... --El origen de uno mismo. Es un problema de identidad. Es el problema de la relación entre la identidad y el secreto que tiene una familia. Ahí entramos en una categoría: son los secretos de familia que la mayoría de las veces son secretos sumamente dolorosos. Son dolorosos, pero no totalmente o no solamente en un plano de racionalidad. Se trata de una incapacidad prácticamente para decir las cosas porque nos avergonzamos. Hay un elemento de vergüenza muy importante sobre algo que sucedió en la vida anterior y no se puede transmitir eso. La cadena que reúne a un padre y una madre, a sus hijos, está cortada. Y toda la dificultad para un niño es recomponer esa cadena. Pero cuando se la recompone se debe asumir la vergüenza. En otras palabras, no puede haber identidad sin un acceso violento a esa identidad. --Y hasta la mafia necesita el secreto para continuar viva. --Absolutamente. Es una organización muy racional que instrumentaliza absolutamente a todos los individuos que la componen en una relación de dominación social y de autoridad que es extraordinariamente violenta. Y en ese contexto el secreto es la vida o la muerte. Hay consecuencias que no son las mismas en función de las circunstancias en que cada uno se encuentra, y en función de la rutina de la forma en que el secreto pasa a ser una práctica esencial. Es una institucionalización del secreto. Por otro lado, está el caso de la medicina. Los médicos hasta ahora habían ejercido un secreto médico absoluto, uno no tenía acceso a la ficha clínica, y ahora ellos están obligados a transmitir el legajo médico. El discurso de los médicos era simple: la gente no soportará lo que vamos a decirle y entonces estamos obligados a callar las informaciones. Pero el nivel social de la gente evolucionó y lo peor para un médico es tener a alguien con su mismo nivel porque entonces se verá obligado a darle explicaciones. Legislar las prácticas del secreto de una serie de cuerpos profesionales es esencial. Pero, ¿hasta dónde llegar? ¿Puedo legislar sobre la práctica de secreto de los periodistas? Si legislo sobre esas prácticas de secreto entonces torno imposible su trabajo. Por lo tanto es necesario encontrar un equilibrio entre lo que es esencial a la actividad y lo periférico. Y ustedes, los periodistas en particular, protegen sus fuentes. Saber guardar en secreto cierta información es idoneidad profesional. --Alguien dijo que un periodista no puede saber más que sus lectores. --Ja, ja. Yo creo que tiene que saber claramente más porque de lo contrario es incapaz de darle sentido al secreto. El periodista forzosamente debe saber más que el lector sobre tal o cual información. De lo contrario la comunicación no funciona. Publicado en Ñ, Clarín, 23/2/2008 Héctor Pavón