Todos – Atención en oficinas Derecho de turno por igualdad de trato Resumen: El tratamiento siempre preferencial o siempre adverso, individual o generalizado u ocasional o permanente, puede ser discriminatorio si no se identifican razones que lo expliquen o le den sentido. Análisis del Defensor: .- … los cajeros solo atienden o tramitan tres consignaciones para darle paso a otras personas y repetir con ustedes, por tantas veces como sea necesario, el mismo procedimiento y así sucesivamente… 2º.- El banco analizó su caso, nos envió parte de los documentos que le pedimos y nos puso de presente que (i) el gerente de la oficina … ya ha tenido ocasión de analizar con ustedes esta experiencia; (ii) que, por otra parte, ustedes no son clientes del banco sino coordinadores de las diligencias que algunos habitantes de municipios circunvecinos deben cumplir en la ciudad; (iii) que la oficina timbra entre seis y ocho operaciones por turno para agilizar el servicio y descongestionar las colas; y, (iv) que el banco les ha sugerido que se acerquen en horas de la mañana o en horas de la tarde para atenderlos en momentos que no coincidan con las horas pico, propuesta que ustedes no han aceptado. Esta Defensoría ha insistido en que las entidades que prestan servicios al público respeten el derecho a la igualdad de trato, que es la causa y razón del que hemos denominado derecho al turno, el que a veces colisiona con los derechos de los minusválidos, de las señoras en estado de gestación o de las personas de la tercera edad, o, como sucede en este caso con los derechos de los clientes comunes que deben ser atendidos con la celeridad y dentro del orden que el banco diseñe para lograr un mejor servicio para todos los que concurren sus oficinas, imponiendo en esos casos soluciones que concilien los diversos intereses porque el derecho al turno no es rígido, no es absoluto y obedece a las reglas de la “teoría de las colas” y a las razones gerenciales, reglas y decisiones que son válidas en la medida en que obedezcan a la razón y que no necesitan de leyes o circulares para legitimarse. Sobre este asunto conviene tener en cuenta las siguientes consideraciones: .- En cierto que el postulado de la autonomía de la voluntad privada inspira cuanto se relaciona con las diversas etapas que se identifican en la dinámica de los contratos bancarios, como la precontractual, la de vigencia del contrato y la etapa de terminación y liquidación de esas relaciones. Sin embargo, la libertad del banco no es tan amplia como la que se admitiría si se tratara de negocios ordinarios en los que no influyen los criterios relacionados con los servicios públicos, como son: la igualdad de condiciones para el acceso al servicio, la igualdad de trato, la no discriminación y la terminación por causa razonable. La Corte Constitucional ha entendido que es imposible sostener la tesis según la cual las entidades financieras tienen absoluta libertad para decidir las condiciones relacionadas con el acceso “de los usuarios a dicho sector, pues ello equivaldría a negar el carácter de interés público que ostenta la actividad bancaria y de paso, conllevaría al desconocimiento de los derechos fundamentales de los usuarios de la industria financiera” (Cfr. Sentencia T-468 de 2.003: M.P. Rodrigo Escobar Gil). Lo dicho no significa que en estos casos sea razonable el acceso indiscriminado de cuantas personas soliciten los servicios de los bancos porque ello, lo dice la misma Corte Constitucional, vulneraría la libertad contractual y la autonomía de la voluntad privada de la banca nacional y comprometería, además, “el interés público que subyace en la salvaguardia de la solvencia y liquidez del sector financiero” (Cfr. Sentencia T-468 de 2.003: M.P. Rodrigo Escobar Gil.) . Ocasionalmente se ve que algunas entidades financieras -o más bien algunos funcionarios operativos y a veces los gerentes o directores de oficinas bancariasolvidan que esas instituciones, sin descuidar la gestión de los riesgos inherentes a los contratos que celebran, en la medida de lo posible deben resolver bajo reglas y con comportamientos análogos y decisiones funcionalmente igualitarias las necesidades de servicios financieros de quienes buscan su atención porque de ello depende el desarrollo de las diversas actividades y empresas lícitas en las que están interesados los trabajadores, los proveedores de materias primas, los consumidores y el Estado, actuando siempre, sin excepción, bajo reglas de valoración homogéneas y sometidos, a pesar del inmenso poder que les dan sus investiduras, al principio de igualdad de trato al que varias veces se ha referido esta Defensoría. En términos muy simples o ingenuos podría decirse que existe un derecho al turno o derecho a que se respete la cola, pero con un criterio más amplio se puede reconocer que existe el derecho a la igualdad de trato, que comprende el derecho al turno, el derecho a no ser sometido a tratamiento discriminatorio o desigual, el derecho a rechazar las prácticas que se traduzcan en el bloqueo financiero injustificado de personas, actividades o sectores, y otras expresiones particulares de ese derecho de amplio espectro y excepcional importancia. .- Los bancos deben evitar las prácticas que se traduzcan en discriminación de personas, actividades o sectores. (Cfr. Corte Constitucional SU-157 e 1999; SU166 de 1999; y, T-468 de 2.003) sin embargo, los casos y los clientes especiales (diferentes) como ustedes mismos, los discapacitados o las señoras en embarazo pueden ser tratados de manera diferente para lograr que sus particulares circunstancias no los excluyan de los servicios y para lograr, al mismo tiempo, que ellos no interfieran -en menoscabo de los derechos de los clientes comunes- la rutina o normalidad que en consideración a los recursos disponibles, los horarios, las horas pico, los costos, las frecuencias y los riesgos son exigibles al banco. En otras palabras, el banco no está obligado a diseñar respuestas extraordinarias para clientes extraordinarios sino a ofrecer soluciones razonables para todos sus clientes o usuraos. Concepto: .- En este orden de ideas, el tratamiento siempre preferencial o siempre adverso, individual o generalizado u ocasional o permanente, puede ser discriminatorio si no se identifican razones que lo expliquen o le den sentido, porque restringen un servicio público, vulneran la iniciativa privada, la personalidad jurídica y el derecho a la igualdad de los afectados con ese comportamiento. (Cfr. sentencias de unificación SU-157, SU-166 y SU-167 de 1999). .- La simple ruptura injustificada del derecho a la igualdad de condiciones para acceder al servicio público bancario o el desconocimiento o inaplicación del derecho a ser tratado bajo reglas de igualdad, como ya se dijo, sin preferencia y sin desventaja, amenazan la pulcritud de los funcionarios porque anima los halagos y las corruptelas. En este caso el banco diseñó un mecanismo que trata de racionalizar los derechos de todos y por ese motivo no se puede hablar de discriminación ni de privilegio y, en consecuencia, nada se le puede censurar al banco.