NOTA DE PRENSA www.fbbva.es DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN Y RELACIONES INSTITUCIONALES La astrónoma que midió la edad del universo participa hoy en el ciclo de conferencias de cosmología y astrofísica de la Fundación BBVA Wendy Freedman: “El universo apenas se parece a la idea que teníamos de él hace solo unas décadas” Esta astrónoma estadounidense lideró el equipo que en 2001 concluyó que el universo tiene 13.700 millones de años, una medida buscada desde el primer tercio del siglo XX Esta edición del ciclo “La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos” incluye a investigadores en áreas de plena actualidad, como John M. Kovac, responsable del experimento que el pasado año anunció la posible detección de ondas gravitatorias procedentes del big bang Todas las conferencias de las ediciones anteriores del ciclo están en la página web de la Fundación BBVA en versión original y subtitulada Madrid, 14 de mayo de 2015.- Con poco más de treinta años la astrónoma Wendy Freedman se enfrentó a uno de los mayores problemas de la cosmología: medir la velocidad de expansión del universo, un parámetro del que se deduce nada menos que la edad del cosmos. Freedman, y el equipo de treinta astrónomos que lideraba, publicaron su resultado tras más de una década de mediciones y dura competencia con otros grupos. Pero para entonces ya se había planteado un problema aún mayor, derivado de un descubrimiento que es, para Freedman, “el más sorprendente” de la astronomía moderna: el universo no solo se expande, sino que lo hace cada vez más rápido. De este intenso episodio de la ciencia habla Freedman esta tarde en la Fundación BBVA, en Madrid. Wendy Freedman, actualmente catedrática de la Universidad de Chicago, interviene en el ciclo La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos, del que se celebra este año la cuarta edición. Su conferencia se titula El universo, una constante sorpresa. 1 La velocidad de expansión del universo es una de las medidas más buscadas de la astronomía, desde que en los años veinte del pasado siglo el astrónomo estadounidense Edwin Hubble descubriera, en primer lugar, que las nebulosas que mostraban los telescopios eran en realidad galaxias muy lejanas; y, en segundo, que esas galaxias se están alejando de nosotros. Es más, cuanto más lejos están, más rápido se alejan. Eso significa que basta conocer la distancia a la que están las galaxias, y la velocidad a la que se alejan, para determinar el ritmo de expansión del universo, un número técnicamente llamado constante de Hubble. Considerando tiempo cero el momento en que un universo comprimido, muy denso y caliente, empezó a expandirse, conocer la velocidad de expansión del universo equivale a conocer su edad. Por supuesto es más fácil decirlo que hacerlo. Freedman y su equipo midieron varias decenas de galaxias con el telescopio espacial Hubble, empleando diversos métodos. En 2001 publicaron su resultado: unos 13.700 millones de años, con un margen de error del 10 por ciento. Un gran avance teniendo en cuenta que antes de su trabajo solo se sabía que el dato estaba entre 10.000 y 20.000 millones de años. Lo explica Freedman: “Sí, realmente la determinación de la constante de Hubble dio lugar a debate muy encendidos de los años noventa. Por entonces las estimaciones de la edad del universo oscilaban entre los 10.000 y los 20.000 millones de años. Nuestras primeras medidas con el telescopio Hubble dieron como resultado un universo muy joven, más joven, de hecho, que la edad de algunas estrellas de nuestra propia galaxia. Lo que es una paradoja”. Paradoja resuelta con un misterio aún mayor Fue precisamente el descubrimiento de la expansión acelerada del universo lo que resolvió la paradoja. Pero esto fue una sorpresa para todos. Dos grupos se habían lanzado a medir la velocidad de expansión en el pasado, pensando que sería mayor que la actual -esperaban que la atracción gravitatoria de la materia presente en el universo, de sentido opuesto a la expansión, tuviera un efecto de frenado-. Pero encontraron lo contrario. “Creo que uno de los descubrimientos más sorprendentes son las evidencias halladas a favor de que existe algo que Einstein llamó constante cosmológica, en su predicción original en 1915”, señala Freedman. Pero Einstein no sabía que el universo se expandía de forma acelerada -ni siquiera sabía que se expandía- cuando inventó la constante cosmológica, y de hecho posteriormente renegó de ella. “Eventualmente Einstein llegó a considerarla [la constante cosmológica] su mayor error”, prosigue Freedman. “Pero después de todo parece que es real, y está haciendo que el universo acelere su expansión. Es el componente dominante del universo”. Lo que nadie sabe por ahora es qué explica esta constante, a qué se debe la expansión acelerada. A falta de más datos los científicos le han dado el nombre 2 de energía oscura. “Por el momento no tenemos ninguna teoría”, dice Freedman, que investiga el problema buscando aún más medidas, y más precisas, del ritmo de expansión presente y pasado. En concreto, ella es la investigadora principal de un nuevo programa que usará el telescopio espacial Spitzer para medir la constante de Hubble con una precisión del 3 por ciento. Todos estos hallazgos han transformado la imagen que los cosmólogos tenían del universo: “Apenas se parece a la idea que sobre él se tenía hace unas décadas”, dice Freedman. “Está lleno de materia oscura que no es visible y de energía que llena todo el espacio, lo que hace que su expansión se acelere con el tiempo. También se están descubriendo miles de planetas más allá de nuestro sistema solar. Y nuevos telescopios gigantes proyectados para la próxima década revelarán probablemente más sorpresas”. Un telescopio de 25 metros Esta visión amplia de la investigación astronómica se traslada también a la actual agenda de Freedman. Ahora, el problema al que más tiempo dedica no es la velocidad de expansión, sino “un nuevo proyecto para estudiar cómo se forman las estrellas y si este proceso es distinto en diferentes partes del universo”. Freedman lidera además el proyecto de construcción del Telescopio Gigante de Magallanes (GMT), un telescopio óptico de 25 metros de diámetro cuya primera luz está prevista para el año 2021 en Chile. “Los principales objetivos científicos del GMT son el estudio de las primeras galaxias y los primeros agujeros negros que se formaron; la investigación de la naturaleza de la energía oscura y la materia oscura; y la búsqueda de indicios de vida en planetas de masa similar a la Tierra en otros sistemas planetarios”, dice Freedman. “Y nuestro principal desafío sigue siendo garantizar toda la financiación necesaria”. Biografía de Wendy Freedman Wendy Freedman (Toronto, 1957) es uno de los siete Catedráticos de la Universidad de Chicago nombrados por el rector de dicha institución. Se doctoró en Astronomía y Astrofísica por la universidad de su ciudad en 1984. Ese mismo año recibió una beca Carnegie y se trasladó a los Observatorios Carnegie de Pasadena, California, donde permaneció hasta 2014 -desde 2003 como directora-. Es miembro electo de la Academia Americana de las Artes y las Ciencias desde el año 2000. En 1994 le fue concedida la Cátedra y Premio Marc Aaronson, en 2000 el Premio McGovern y en 2002 el Magellanic Premium de la Sociedad Filosófica Americana. En 2003 entró a formar parte de la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos y en 2007 de la Sociedad Filosófica Americana. En 3 2009 fue uno de los tres galardonados con el Premio Gruber de Cosmología. En 2012 fue elegida miembro de la Sociedad Americana de Física. Sobre La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos Desde su comienzo en marzo de 2011, el ciclo de conferencias La ciencia del cosmos, la ciencia en el cosmos, dirigido por Ana Achúcarro, catedrática de Física Teórica de la Universidad de Leiden (Holanda) y de la Universidad del País Vasco UPV-EHU, ha abordado los problemas más candentes de la astrofísica moderna. Expertos en la primera línea de la ciencia internacional han hablado sobre el origen del universo, la búsqueda de vida en otros planetas, la formación de elementos químicos en el corazón de las estrellas, o la materia y la energía oscuras. Los vídeos de todas las conferencias del ciclo, todas ellas de un gran éxito en cuanto a la asistencia de público, están disponibles en la web www.fbbva.es Tras la intervención esta tarde de Wendy Freedman el ciclo prosigue con Roger Blandford, director del Instituto Kavli de Astrofísica de Partículas y Cosmología (KIPAC) de la Universidad de Stanford (EE. UU.), hablará de los fenómenos más energéticos en el universo: las explosiones de rayos gamma, los agujeros negros, las estrellas de neutrones. Son procesos en que se alcanza un rango de energías que jamás podría conseguirse en la Tierra, ni siquiera en los más potentes aceleradores de partículas. (1 de junio). John M. Kovac, de la Universidad de Harvard (EE. UU.), investiga la radiación de fondo cósmica con telescopios basados en el Polo Sur -lugar que ha visitado 24 veces desde 1990-. Es el responsable del proyecto BICEP-2, y codirige también, entre otros experimentos, BICEP-3. (14 de septiembre). Elena Aprile, catedrática de Física en la Universidad de Columbia (EE. UU.),es fundadora y portavoz del experimento XENON, una de las búsquedas directas de materia oscura más sensibles hoy en el mundo. Ha sido pionera en el desarrollo de la tecnología del detector de imágenes con xenón líquido, utilizada en XENON y en otros experimentos similares. (15 de octubre). Para más información, póngase en contacto con el Departamento de Comunicación y Relaciones Institucionales de la Fundación BBVA (91 374 52 10; 91 537 37 69 y 91 374 81 73 o [email protected]) o consultar en la web www.fbbva.es 4