Intercambio comercial con los países de la ALADI

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CHILE
COMPORTAMIENTO DEL COMERCIO
EXTERIOR GLOBAL DURANTE1998
ALADI/SEC/di 1222
25 de junio de 1999
Entorno del comercio mundial y regional
En 1998 el comercio exterior de Chile se desarrolló en un ámbito internacional
desfavorable, afectado por las fuertes perturbaciones derivadas de la crisis financiera
originada durante el año anterior en los países del sudeste asiático, lo cual repercutió
en una moderación del crecimiento chileno, tras completar casi quince años de
acelerada expansión.
El fuerte descenso del desarrollo económico de la región asiática y la recesión en
Japón, contribuyeron a la depresión de los mercados de productos básicos con
considerables caídas de los precios internacionales de esas mercancías acompañadas
de una baja menor de los precios de los bienes manufacturados. La notable
contracción de la cotización del cobre, a la que se sumó la deprimida demanda de los
mercados asiáticos, fue la causa principal de la merma del valor de las ventas
externas globales chilenas que fue bastante más acelerada que la del promedio de las
exportaciones globales del conjunto de los países de la ALADI.
El valor de las exportaciones al mercado asiático, incluidos Japón, países de la
ANASO (Asociación de Naciones del Asia Sudoriental), del Acuerdo de Bangkok y del
resto de Asia, que cubrió más del 43% del monto de las ventas externas chilenas al
resto del mundo en 1997, tuvo una drástica caída, superior al 30%, causando un fuerte
impacto al crecimiento económico de Chile y a la evolución del sector externo durante
1998.
El menor ritmo de crecimiento de la economía y la debilidad de la demanda
doméstica se reflejaron en las disminuciones de los montos de las internaciones de
bienes de capital (-7%), de productos intermedios (-5%) y de bienes de consumo (-6%)
que ocasionaron una moderada caída del valor de las importaciones globales (-6%), la
primera que se registra desde 1985.
El más acelerado descenso del valor de las exportaciones determinó una nueva y
fuerte ampliación del saldo negativo de la balanza comercial de bienes, el más elevado
del pasado trienio.
En contraste con lo ocurrido con el comportamiento de las ventas al resto del
mundo, durante 1998 el valor de las exportaciones chilenas a los demás países de la
ALADI tuvo un muy leve repunte que contribuyó a que Chile pasara a ocupar el tercer
puesto, tras Brasil y Argentina, entre los principales abastecedores en el ámbito de la
región. Asimismo, no obstante la significativa disminución de sus compras, el país
trasandino siguió siendo el tercer mercado de destino de los suministros
intrarregionales. Las distintas evoluciones de las corrientes comerciales de salida y
entrada de mercancías permitieron un fuerte abatimiento del saldo negativo del
intercambio con la región en 1998.
Intercambio comercial con el resto del mundo
La Unión Europea, los países de Asia y Estados Unidos fueron, durante el año
pasado, las principales áreas de colocación de los embarques chilenos cubriendo el
37, el 35 y el 21 por ciento, respectivamente, del agregado de los valores de los
suministros fuera de la región.
Las subas de las ventas de minerales y metales, básicamente cátodos y
secciones de cátodos de cobre, destinados principalmente al Reino Unido, Alemania,
Italia y Países Bajos, de alimentos, suministrados a Alemania, Italia y España y de
materias primas de origen agrícola enviadas a Bélgica, Francia, Reino Unido e Italia,
en parte contrarrestadas por las contracciones de los suministros de manufacturas y
de otros bienes, explican el leve incremento de las colocaciones en la Unión Europea.
La fuerte caída de la demanda de los mercados asiáticos, incluyendo Japón,
originada en la crisis financiera iniciada a mediados del año anterior en esa región, a la
que se agregó la drástica merma de los precios internacionales de los productos
básicos, acompañada de una baja menor de las cotizaciones de las manufacturas,
ocasionaron las considerables contracciones de los valores de las exportaciones
chilenas a esos destinos, particularmente a los países más afectados por la crisis.
El monto de las exportaciones a los países de la ANASO1 se redujo a menos de la
mitad en 1998, caída que se concentró en las notables contracciones de las ventas de
cobre refinado y de minerales de cobre y sus concentrados, especialmente de las
destinadas a Tailandia, Malasia y Singapur aunque también sufrieron fuertes caídas
las colocaciones de alimentos y de materias primas de origen agrícola. A su vez, el
monto de los suministros a los países del Acuerdo de Bangkok2 cayó en más de un
50% en 1998. El mayor impulso a la baja provino también de la drástica merma del
valor de los abastecimientos de cobre refinado, especialmente a Corea del Sur,
principal destino de las colocaciones chilenas en la subregión.
La recesión de la economía en Japón, reflejada en una menor demanda asociada
a la baja de los precios internacionales del cobre, dio como resultado una contracción
de los importes de los embarques de minerales, sus concentrados y cobre refinado
que ocasionó una significativa caída del valor de las exportaciones a ese mercado.
La disminución del valor de las exportaciones al resto de Asia no alcanzó a todos
los destinos. Mientras descendieron en una cuarta parte los montos de los envíos de
cobre refinado a Taiwán y también fueron menores los montos de los embarques a
Hong Kong contribuyendo, esas caídas, a la contracción de los respectivos valores
totales de 1998, aumentaron las colocaciones en China debido al fuerte incremento de
las ventas de alimentos y de materias primas agrícolas, lo cual fue acompañado de
leves aumentos en las ventas de cobre refinado y de sus minerales y concentrados.
Las alzas en los valores de los abastecimientos de diversas manufacturas, de
alimentos, principalmente salmones, y de materias primas de origen agrícola no fueron
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Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur, Tailandia y Viet Nam.
Bangladesh, Corea del Sur, India, Laos y Sri Lanka.
suficientes para evitar el mayor peso de las contracciones de las ventas de cobre y de
productos diversos dirigidas a Estados Unidos, situación que provocó una leve baja en
el valor de las respectivas exportaciones totales, la primera del último quinquenio.
Principalmente las caídas de los valores de las importaciones procedentes de
Estados Unidos, la Unión Europea, países de África y de Asia, en parte compensadas
por las subas de los montos de los suministros destinados a Canadá, resto de Europa
y Medio Oriente, explican el moderado descenso de las internaciones chilenas de
1998 originarias del resto del mundo.
La moderada contracción de las compras en Estados Unidos tuvo, como principal
origen, la merma de los montos de las internaciones de bienes manufacturados,
aunque también se contrajeron los de combustibles y productos alimenticios.
También la disminución del valor de las importaciones de manufacturas, que se
extendió a la mayoría de los mercados de origen de la Unión Europea, en parte
compensada por las mayores compras de alimentos, ocasionó la contracción del
monto de los embarques de esa procedencia. Asimismo, las menores compras de
manufacturas en los países asiáticos, salvo en China, determinaron la leve baja del
valor de las importaciones originarias de Asia.
La suba de los valores de las internaciones procedentes de Canadá, del resto de
Europa y del Medio Oriente obedeció, especialmente, a la expansión de las compras
de bienes manufacturados a la que se agregó, en la última región mencionada, el
incremento de las internaciones de combustibles.
Intercambio comercial con los países de la ALADI
El valor de las exportaciones chilenas al conjunto de los países de la ALADI, tras
recuperar en 1997 buena parte del dinamismo que caracterizó esta corriente en el
período 1991 – 1995, tuvo, en 1998, un muy modesto ascenso que, sin embargo, fue
suficiente para que el respectivo monto llegara al máximo nivel histórico. El virtual
estancamiento del año pasado no refleja el heterogéneo comportamiento que se
registró en la evolución de las ventas a los distintos países de la región: mientras
aumentó significativamente el monto de las colocaciones en México y, en menor
grado, en Ecuador, Venezuela, Bolivia y Perú, disminuyó el valor de los suministros a
los restantes países, en especial de los correspondientes a Brasil y a Argentina.
Después de crecer acelerada y permanentemente desde 1990 y tras duplicarse
con creces entre 1993 y 1997, el valor de las internaciones procedentes de la región
tuvo una caída cercana al 10% que se explica, principalmente, por las contracciones
de las compras originarias de México, Brasil y Ecuador aunque también disminuyeron
las compras en Venezuela, Bolivia y Colombia. Las mermas mencionadas resultaron
en parte compensadas por los aumentos en los montos de las importaciones desde los
otros países de la ALADI.
El tradicional saldo negativo del intercambio chileno con la región tuvo, en 1998,
una fuerte caída que se explica, en su mayor parte, por los menores déficit con México
y con Venezuela y por el cambio de signo del saldo del intercambio con Ecuador, tras
el considerable déficit del año anterior.
La contracción del valor de los suministros de minerales de cobre y, en bastante
menor grado, de cobre refinado, así como la baja del monto de los abastecimientos de
alcohol metílico, entre otros bienes manufacturados, fueron los factores determinantes
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de la caída de las ventas a Brasil. La merma de las importaciones chilenas de esa
procedencia se produjo, casi exclusivamente, por los menores importes de las
internaciones de manufacturas, en parte compensados por más compras de productos
alimenticios.
La moderada disminución de las exportaciones destinadas a Argentina, después
del significativo crecimiento del valor de esta corriente comercial en el bienio anterior,
se originó en las menores colocaciones de cobre refinado y de diversas manufacturas
como cajas de cambio para automotores y máquinas de sondeo y perforación,
acompañadas por las bajas de los suministros de productos no clasificados y de
materias primas de origen agrícola, contracciones en buena medida contrarrestadas
por las mayores colocaciones de productos alimenticios. Por su parte, el valor de las
importaciones originarias del mercado argentino tuvo, durante el último año, un leve
incremento cuyo mayor impulso provino del aumento de las compras de manufacturas.
El fuerte crecimiento de las ventas a México se basó en las significativas subas de
los valores de las exportaciones de minerales y metales, que se expandieron en más
de la mitad del valor del año anterior, de manufacturas, que aumentaron en casi una
tercera parte, y de productos alimenticios que tuvieron un incremento cercano al 25%.
Entre los minerales y metales, la fuerte caída de las colocaciones de minerales de
cobre y sus concentrados fue largamente compensada por espectaculares
crecimientos de los suministros de cobre para el afino y de cátodos y secciones de
cátodos del metal. La considerable contracción de las importaciones originarias del
mercado mexicano se debió, casi íntegramente, a la abultada merma del monto de los
abastecimientos de manufacturas.
Los aumentos en los montos de las colocaciones de diversos bienes
manufacturados, de minerales de cobre y sus concentrados y de productos
alimenticios como manzanas frescas, entre otros, generaron el moderado incremento
de las exportaciones a Perú del último año. Las importaciones desde este mercado
tuvieron, a su vez, un incremento que se basó en la expansión de las compras de
manufacturas y en la contracción, de menor magnitud, de las internaciones de
minerales y metales.
La mejora de las ventas de manufacturas, alimentos – principalmente
preparaciones compuestas no alcohólicas para la fabricación de bebidas – y
combustibles, ocasionó el aumento del valor de los suministros destinados a Bolivia,
mercado del que Chile importó, en 1998, mercancías por un valor total sensiblemente
inferior al del año precedente, caída casi totalmente originada en las menores compras
de productos alimenticios.
La contracción del monto de los suministros a Colombia en buena medida se
explica por la merma de los importes de los principales productos destinados a ese
mercado tales como frutas frescas, pasta química de madera, vehículos para
transportes especiales y textiles. La caída de las importaciones de ese origen se
concentró en las menores compras de bienes manufacturados y productos
alimenticios.
Los mayores valores registrados en las ventas de alimentos, especialmente de
preparaciones compuestas no alcohólicas para la fabricación de bebidas y manzanas
frescas, y de manufacturas, determinaron el aumento del valor de las exportaciones a
Ecuador. En cambio, las importaciones desde ese origen sufrieron un fuerte deterioro
que tuvo, como única causa, la espectacular contracción del monto de las
internaciones de petróleo crudo.
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El valor de las exportaciones destinadas a Venezuela tuvo un ascenso cuyo
impulso más relevante provino de las subas de los montos de las colocaciones de
productos alimenticios como manzanas, purés y jugos de tomate mientras que las
respectivas importaciones cayeron por las contracciones en las adquisiciones de
productos manufacturados y combustibles.
La baja del monto de las ventas a Paraguay, debida a la merma del valor de los
abastecimientos de minerales y metales, fue acompañada de un aumento de las
correspondientes internaciones, alza originada en la expansión de las compras de
alimentos.
Mientras el valor de las exportaciones destinadas a Uruguay experimentó una
caída que obedeció principalmente a contracciones registradas en las ventas de
alimentos, manufacturas y bienes no clasificados, el monto de las importaciones
chilenas desde ese origen tuvo un incremento que se debió, en su mayor parte, al
crecimiento de las adquisiciones de alimentos.
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