LAS NORMAS DE COMPORTAMIENTO Una de las responsabilidades de los padres es enseñar normas a los niños, mostrarles lo que está bien y lo que está mal, e intentar educarles lo mejor posible. Por supuesto el aprendizaje va en función de la edad del niño, en la infancia van unas etapas evolutivas en función de su desarrollo cognitivo, motor y emocional. Es necesario que existan unas reglas, necesitamos proponerlas y hacer que se cumplan de una forma básica. Podemos distinguir tres etapas, anomía (sin reglas), heteronomía (perciben reglas con un claro origen externo de los padres, profesores… lo correcto es lo que ellos dictan y acatar las normas y consideran los actos como buenos o malos dependiendo si obtienen premio o castigo.) Hasta los diez años responderán para obtener premios o evitar castigos. La última etapa es la autonomía en la que el niño ya supera el egocentrismo infantil y es capaz de considerar los derechos propios y ajenos. No merece la pena gastar tiempo en explicar el porqué de la norma si no que debemos dar una serie de reglas claras con sus correspondientes consecuencias de manera que lo entiendan, nos interesan que las normas sean pocas y muy claras, siendo cariñosos y firmes. Sin límites ellos sufren confusión e inseguridad, pérdida de autoestima y miedos. Los niños necesitan firmeza y autoridad para ser felices, la disciplina es fundamental en la educación. Algunas pautas para enseñar normas a los niños son: No gritar ni hablar desde otras habitaciones, mejor acercarse al niño y hablarle a su altura en un tono de voz normal. El lenguaje corporal es importante, mantén contacto visual, se expresivo con sonrisas frente a lo bueno y fruncir el ceño o seriedad frente a lo malo. Muéstrate seguro, con frases breves y simples, fáciles de entender. No muestres ansiedad, siempre estate tranquilo y no pierdas la calma. Evita emplear etiquetas personales ni comparaciones con otros niños. No cedas ni cambies de estrategias. No escatimes los elogios ni la atención. Los niños que crecen sin normas se sentirán confusos, perdidos e inseguros, se mostrarán desafiantes, tendrán rabietas y necesitarán llamar más la atención. IMPORTANCIA DE LAS NORMAS Son imprescindibles para la vida en sociedad. Si no fuera por ellas, viviríamos en la ley de la selva. Nosotros conocemos su importancia, pero a los niños se la tenemos que enseñar. Las normas se pueden enseñar y aprender. Nadie nace sabiendo; los niños no pueden adivinar las normas que rigen una sociedad. Los niños no nacen sabiendo lo que está bien y lo que está mal, ni cuándo deben obedecer, ni cuáles son las normas que deben cumplir. Somos nosotros los que debemos ir enseñándoles poco a poco cuáles son los comportamientos adecuados, y debemos hacerlo: Adaptándonos a su nivel y posibilidades. Explicándoles lo que esperamos que hagan. Dando ejemplo. Para que nuestros hijos vayan aprendiendo las normas que van a facilitar su integración en la sociedad ¿QUÉ PODEMOS HACER LOS PADRES? Enseñarle que cada comportamiento tiene unas consecuencias Ayuda al niño a comprender las consecuencias de su comportamiento, sea positivo o negativo. Hazle saber que te alegras cuando sus comportamientos son adecuados. No le evites las consecuencias negativas de sus comportamientos. Ofrécele un modelo estable Ofrécele un buen modelo. Los niños aprenden más por lo que ven que por lo que les decimos: si no quieres que tu hijo grite, no grites tú; si no quieres que insulte, no insultes, si no quieres que mienta, no mientas... Dar importancia a las conductas adecuadas. Las conductas correctas merecen tantos comentarios como las incorrectas. Pocas normas Considerad que es un esfuerzo para el niño aceptar muchas normas a la vez. Introducid pocas e id ampliándolas con la edad. Normas claras Debemos tener unas normas claras y procurar no contradecirnos: si quieres que tu hijo aprenda y cumpla las normas no le exijas unas veces unas cosas y otras veces otras. Pueden producirse en la vida cotidiana “situaciones excepcionales”; cuando esto suceda, explícales el porqué. ¿QUÉ NO DEBEMOS HACER? Repetir muchas veces las normas No repitas muchas veces al niño lo que tiene que hacer; las repeticiones hacen que el niño se evada de cumplir la orden. Echarle sermones. Si quieres que cumpla la norma, debes dársela de forma clara y concisa. Evita los sermones y moralinas en el momento de cumplir la norma. No sirven de nada y además el niño “desconecta”. Intentar razonar excesivamente. Hasta los tres o cuatro años no es necesario dar muchas explicaciones; es mejor dar consignas claras (esto sí y esto no), que intentar justificarlas con razonamientos largos que el niño no comprenderían. Utilizar el castigo como sistema. Aunque el niño debe aprender las consecuencias negativas de no cumplir la norma, no utilices el castigo continuamente. El castigo aplicado de forma continua y como único sistema pierde su efecto y es negativo para el niño. El niño debe conocer de antemano las consecuencias negativas de sus conductas inadecuadas, de modo que el castigo sea una consecuencia de esas conductas y no del estado anímico de los padres. El castigo ha de ser siempre inmediato a la conducta inadecuada, debe ser corto y después de cumplido debemos volver a la normalidad (no conviene insistir en recordar situaciones pasadas: el castigo era para una acción concreta, no para todo el día). Amenazar con castigos que luego no se cumplen. Las amenazas de castigo que no se cumplen no sirven más que para que el niño no nos haga ningún caso, ya que sabe que no las vamos a cumplir. No imponer los castigos cuando estamos nerviosos, para evitar que sean desproporcionados y difíciles de cumplir. Manifestar discrepancias o peleas entre los padres. ES IMPORTANTE... RECORDAR QUE LOS NIÑOS SON NIÑOS Y NO ADULTOS DESOBEDIENTES Están aprendiendo a obedecer las normas y esto requiere tiempo. Debemos ser pacientes ante sus enfados y rabietas, manteniendo las órdenes con firmeza, pero no con enfado. No dejar que nos descontrolen. Cuando un niño no quiere hacer algo que debe hacer, debemos manifestarle que le entendemos, pero no permitirle no hacerlo: Ej.:”Ya sé que te gustaría.........., pero no puede ser por.........” Debemos facilitar el cumplimiento de las normas con estrategias, como: -mantener fuera del alcance del niño lo que no daba tocar -preparar la situación de antemano para evitar problemas (ej., si tenemos que salir de casa con él, no le saquemos un juego apetecible un momento antes; si es casi la hora de acostarse, no juguemos con ellos a juegos que los exciten mucho, ya que entonces les costará mucho volver a calmarse). CÓMO DEBEMOS DAR LAS ÓRDENES 1. Las órdenes deben ser claras. Tienen que ser muy concretas: “Recoge los juguetes” (NO “A ver si dejas este cuarto decente”); “Lávate los dientes” (NO “Ya sabes lo que tienes que hacer antes de irte a la cama”). 2. Deben ser comprensibles para los niños. Tenemos que expresarlas en un lenguaje sencillo y con palabras que ellos entiendan. Incluso puede ser conveniente enseñarle cómo hacerlas de forma práctica. 3. Deben ser cortas. No tenemos que dar excesivas explicaciones del porqué de la norma u orden, ya que ello puede servir para confundir al niño. A la hora de pedirle que haga algo, decírselo sin más; si es necesario, ya le daremos explicaciones en otro momento y con tranquilidad. 4. Deben ser coherentes y no contradictorias. No deben entrar en contradicción unas con otras 5. Deben ser pocas, pero mantenidas. No debemos caer en la excesiva normatividad. Pero es muy importante que se mantengan siempre las mismas y que cuando se introduzca algún cambio, se hable previamente con el niño. 6. Deben darse de una en una. El niño a veces no puede cumplir las normas porque los mayores fallamos a la hora de formularlas: nos ponemos nerviosos y le pedimos que haga varias cosas a la vez. 7. Pueden ir acompañadas de contacto físico. Cuando pedimos al niño que cumpla una norma, podemos invitarle a cumplirla con un contacto físico suave. Las normas en educación infantil: Recursos y actividades para la clase y para casa Las normas de la clase es el elemento más importante para el buen funcionamiento de la dinámica del aula y en casa. Lo que os comento ahora no lo he sacado de ningún libro (aunque más de uno he leído sobre el tema) sino que es el resumen de lo que he aprendido en mi trabajo después de equivocarme, reflexionar y corregir mis acciones, así que espero que os sirva para reflexionar. Aunque los ejemplos están dirigidos principalmente a la clase son perfectamente aplicables en la familia adaptándolas a las características de la nuestra y su funcionamiento. ¿Por qué son tan importantes las normas? Es la Hora de pensar. Esto es así porque forman el marco de movimiento de los niños y niñas, regula sus interacciones y también las nuestras, sus movimientos y el tipo de convivencia que queremos. Los peques traen sus propias reglas implícitas desde casa. La mayoría de las familias no escribe en un papel las normas de casa pero ellos las van absorbiendo e interiorizándolas de modo que cuando llegan a la clase actúan como se les ha enseñado a actuar. La cuestión es que las maestras y maestros también tenemos nuestras normas implícitas: el modelo de funcionamiento de clase que queremos, pero para que los peques los vayan asumiendo tenemos que: Sopesar hasta qué punto mi clase puede seguir ese modelo. Darle forma clara y explícita, a través de frases, imágenes o símbolos, para que ellos lo vayan interiorizando. Si no realizamos este proceso no podemos exigir a nuestros alumnos que sigan unas normas que o bien no entienden o bien no están claras. Pero las normas no solo deben abordar temas como: "Me como el desayuno sentado/a" o "Levanto la mano para hablar". En las normas también se regulan las relaciones entre compañeros y con la maestra. Si queremos una clase en la que haya relaciones de cuidado y buen trato, desde las normas deben regularse las situaciones para que ello ocurra. Por otra parte este marco les dará seguridad, sobre todo a medida que las vayan asumiendo hasta constituirse en hábitos que a su vez favorecerán el desarrollo de la autonomía individual. Características de las Normas de la Clase Las normas, ya sea en Casa o en Clase, deben cumplir las 5C (Claridad, concreción, coherencia, consecuencia y colaboración) y la P (Positivación) y la F (Flexibilidad): 1. CLARIDAD: las normas deben de entenderse fácilmente y estar en un lenguaje cercano al de los niños y niñas (no por eso infantilizado, hay que llamar a las cosas por su nombre). 2. CONCRECIÓN (CORTAS): el mensaje debe ser concreto y con pocas palabras, para que no se pierdan. Se trata de que sepan concretamente lo que deben hacer según el caso. 3. COHERENCIA: las normas deben ser cumplidas por todos las personas de la clase, incluido el profesorado. Nosotros somos los espejos de nuestro alumnado. Por otra parte no podemos poner una norma si continuamente nos la estamos saltando. Una norma que no sirve es mejor cambiarla o quitarla. 4. CONSECUENCIA: Lo mismo pasa con los castigos y recompensas: no podemos amenazar con algo que luego no vamos a hacer (el hecho de amenazar es en sí desagradable), en cualquier caso tengamos claras las consecuencias tanto de cumplir las normas como de no cumplirlas para que vayan entendiendo que eso es así "siempre". 5. COLABORACIÓN: La participación de las familias es básica en esta cuestión. No podremos contar con que todas entiendan las normas (tema espinoso éste) pero si podemos explicarles lo que pretendemos hacer y pedir su colaboración. De hecho desde el primer día la familia tiene sus normas (sobre el desayuno, la ropa, la hora de llegada...) y éste es el punto de partida de la colaboración. Luego eso se puede extender a otras cuestiones porque la realidad es que muchas familias desean saber cómo poner las normas en casa y nosotras podemos echarle una manita. 6. POSITIVACIÓN: Las normas deben estar descritas en positivo. Para mí este punto es uno de los más importantes. A menudo me encuentro poe r ahí normas que solo dicen lo que el peque no debe hacer pero no aclara que es lo que sí debe hacer. Por ejemplo, si yo digo: no se pega, ¿implica eso que sí se puede insultar o empujar, quizá ignorar y hacer el vacío? Esa frase no aclara a los peques casi nada. Por el contrario si la norma es: "Somos amigos y amigas por eso nos tratamos bien". Esto deja claro que todo lo que hagamos que dañe al compañero o compañera no está permitido y en el día a día se va aclarando y hablando. 7. FLEXIBILIDAD: hay excepciones en las que nos seguimos la norma porque el tiempo no lo permite, porque ocurre algo especial, porque el peque en cuestión lo necesita... en cualquier caso en las excepciones es importante aclarar lo que ha pasado al resto de la clase para que entiendan que no es una "incoherencia" sino que hay razones para que no se cumpla esa norma. Aunque sean pequeños saben comprender y aceptar estas cosas y además les enseña a ser ellos mismos "flexibles" con el comportamiento de los demás y aprender que hay excepciones para todo. ¿Cómo las introducimos en la clase? Las normas están vigentes desde el primer día aunque aún no las hayamos presentado oficialmente. Nosotras somos el fiel reflejo de ellas y las vamos nombrando en cada cosa que hacemos para que entiendan por qué se hace o no cada cosa y las vayan interiorizando. Independientemente de esto es importante que la lista de normas tenga un lugar fijo y visible en la clase para que recurramos a él cuando necesitemos hacer referencia explícita a una norma. Por ejemplo, si la clase está muy desordenada podemos señalar la norma "Mantenemos la clase ordenada y limpia". Según la edad de los peques tendremos que presentarlas una a una a principio de curso (en 3 años) o recordarlas entre todos (4 años), incluso, con los de 5 años, es fácil crear en clase nuestras propias normas (evidentemente por detrás está la labor de la maestra "sugiriendo" sutilmente para que estén todas las que sabemos que tienen que estar). Para ir aprendiéndolas se pueden hacer juegos: adivinar la norma por el dibujo, haciendo mímica ("¿Qué norma estoy representando?"), haciendo un concurso a ver quién se las sabe o cantando una canción. Yo canto una que dice: "Todo el mundo en esta clase nos queremos divertir. Si aprendemos nuestras normas seré mucho más feliz: levanto la mano para hablar...". Posteriormente hay que ir recordándolas en la asamblea y cada vez que sea necesario, antes de empezar cada actividad, cuando vayamos a hacer algo diferente... pero es más importante la coherencia que ser "machacones" recitándolas, porque los peques aprenden por lo que viven y las palabras "se las lleva el viento". Modos de representar las normas Iconos o imágenes: con o sin mensaje escrito. Representando cada una de las normas de modo que, con un golpe de vista, sepan a qué nos referimos. Esta es útil sobre todo para los más pequeños. Puede ser que: Usemos imágenes ya diseñadas y plastificadas. Si son los peques los que han "decidido" las normas lo justo es que ellos mismos hagan los dibujos de las mismas (incluso escribiendo ellos el contenido). Este es un trabajo que se puede hacer en pareja y da muy buenos resultados. Luego se presentan en la asamblea de clase y se cuelgan: aunque las imágenes no sean muy claras todos sabrán a qué van referidas. Lista de normas: Igualmente podemos ser nosotros los que hagamos un cartel escribiendo las normas (es bueno numerarlas para que sepan a qué número nos referimos porque les ayuda a situarse en el cartel) o ser ellos mismos los que las escriban "a su manera". Aunque sea un cartel sin dibujos la referencia a él tiene la misma fuerza que cuando hay imágenes y de este modo también trabajamos la lectoescritura. Este tipo de norma, no obstante, en mi opinión son más adecuadas a partir de los 4 y sobre todo a los 5 años. Recursos para reforzar las normas A veces cuesta mucho que las normas se instauren. Primero tenemos que revisar nuestra parte del trabajo y sopesar si las normas que hemos puesto cumplen las 5C, la F y la P que antes comenté, si no son un número excesivo de normas y si hay otro problema. Si vemos que el problema persiste es el momento de hacer algún tipo de acción en clase. Se trata de reforzar, hacer visible, lo que hacen bien, de modo que los buenos comportamientos tiendan a repetirse y los malos se vayan acabando. Yo lo que suelo hacer es: El Club de los Buenos Compis. En realidad es un contrato de contingencia. Se trata de presentar una tabla grande y bien visible con todos los nombre en un lado. En la asamblea final de clase todos los peques que hayan cumplido las normas ponen una pegatina en su nombre. Se acuerda que el que tenga cierto número (5, 10, 15... depende de la edad) tiene un premio: una medallita de cartulina, un diploma,... En esto hay que ser un poco flexibles con algunos niños y niñas que intentan cumplir las normas pero sus nervios no se lo permiten. A éstos hay que ayudarles y guiarles, colaborando en lo posible con sus familias, para que aprendan a regular su comportamiento. Lo que no podemos es pedirle por ejemplo a un niño hiperactivo que esté todo el día quieto; es evidente que hay que adaptarse. Otro recurso que he probado es el "Álbum de las normas", una cartulina con espacio para pegar los iconos o nombres de normas que ya cumplan (al final también hay diploma). Este tipo de recurso necesita que los niños tengan bastante autonomía si no el álbum se pierde entre sus papeles. Se puede hacer algo parecido pero en vez de álbumes individuales en un gran panel con una tabla. Es importante darles a ellos la oportunidad de reflexionar sobre si cumplen o no las normas y para eso utilizo fichas como ésta que hacen conmigo y de cara a su grupo: Otra forma de abordar las normas es convertirlo en un "reto de la clase", o sea, proponer todos los días ciertas normas para cumplir y que luego, en la asamblea final, evaluemos si, como clase, se han cumplido las normas, porque sí o por que no. Yo lo hice con una clase de 5 años y este panel de normas al que poníamos “caritas” contentas (verdes) o tristes (rojas); hoy lo plantearía de otra manera pero el ejemplo sirve y seguro que se os ocurren otros más "artísticos". La foto está borrosa, pero es que normalmente no voy haciendo fotos de todo lo que hago y tengo que capturarlas de imágenes más grandes. Otro recurso muy sencillo es el sellito "Cumple normas": al salir de la clase se le pone un sellito con tienta en la mano a los peques que han cumplido las normas (también se puede usar una pegatina). Éstos salen radiantes y los que no lo tienen deben reflexionar sobre su comportamiento. También se les puede pedir a ellos que consideren si se merecen tener el sellito o no, para que vayan aprendiendo a autorregularse. Este método debe usarse con cuidado porque si las familias entienden que no llevar el sello es malo se convierte en un castigo y no es esa la intención. Todos necesitamos ratitos para reflexionar Cuando hay un peque que insistentemente incumple una norma yo lo mando a la silla de pensar (que es diferente al Rincón de la Amistad en la que van para hacer las paces o estar tranquilos). No se trata de que se aburran (que no sirve para nada) ni de castigar sino de que tengan un tiempo tranquilo en el que deben pensar en la norma que está incumpliendo y sacar alguna conclusión. Las sillas de pensar tienen un icono pegado y pueden ir allí por propia voluntad o por orden de la maestra. Y no olvidemos nunca que la asamblea de la clase tiene mucha fuerza. Cuando alguien tiene que dar explicaciones o pedir perdón al grupo por incumplir las normas y éste decide qué debe hacer estamos enseñando a los peques a tomar decisiones, a reflexionar y que las acciones tienen consecuencias. En cualquier caso reforzar las normas es un trabajo que tendremos todo el año. Lo queramos o no el entorno social, la tele, los tiempos... no ayudan mucho. Pero ¡No hay que desanimarse! Siempre hay recompensas cuando somos perseverantes. Colaboración Familia-Escuela Sobre este punto hay mucho que decir y se pueden realizar diferentes actividades tanto grupales como individuales, porque hay niños y niñas que necesitan un tratamiento individualizado para adaptarse a las normas y en esos casos es importante reunirse con la familia y proponer un plan. Algunos sistemas de colaboración son: Escuela de familias Los Cupones de la Escuela y el Hogar Contratos de contingencia (sobre todo para casos concretos)