Introducción al estudio de los mercados

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XIII. Introducción al estudio de los mercados
351
XIII. INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LOS MERCADOS1
“Situado en alguna
nebulosa lejana hago lo que hago,
para que el universal equilibrio de
que soy parte no pierda el equilibrio.”
(Antonio Porchia – Voces)
1. Precio y cantidad de equilibrio
Ahora combinaremos lo que sabemos de las curvas de demanda y oferta y el concepto de
comercio ya analizados, a fin de comprender cómo quedan determinados precios y cantidades.
En el capítulo III aprendimos a deducir una curva de demanda del comportamiento individual, que
es una relación entre el precio al que podría ser comprado un bien y la cantidad que desearía
comprar el individuo. En la mayoría de los mercados, los compradores pagan aproximadamente el
mismo precio, de modo que podemos hablar de un mercado con un único precio y una única curva
de demanda, que expresa la cantidad total demandada por todos los consumidores por ese bien
como función de su precio. La curva de demanda del mercado es simplemente, entonces, la suma
horizontal de las curvas individuales de demanda
(Fig. 7-1).
Una curva de demanda puede presentar
discontinuidades, por el hecho de que no
representa el comportamiento de una variable
continua. No es lo mismo hablar de masitas que de
automóviles. Para éstos una pequeña rebaja del
precio puede hacer que varios consumidores
decidan comprar un auto en lugar de no hacerlo.
Asimismo se vio cómo obtener las curvas de oferta
de las empresas. La curva de la industria es
también la suma horizontal de las curvas de oferta
de las empresas. Ahora estamos en condiciones de
poner a ambas curvas de oferta y demanda juntas.
La Figura 7-2ª muestra las curvas de oferta y demanda por algún bien hipotético consumido
mayormente por los autores de libros de texto como Silvia Portnoy, David Friedman, y Enrique
Bour entre otros. (Sabemos que podemos llamar curvas a líneas que incluso sean rectas.)
El eje vertical del gráfico es el precio, y el horizontal la cantidad del bien. Cualquier punto del
gráfico como A representa una cantidad y un precio (QA y PA). La pregunta del millón es: ¿cuál
será el precio de mercado y cuál la cantidad producida y consumida a ese precio?
Ustedes ya lo pueden haber adivinado, son el precio y la cantidad que corresponden al punto E.
Pero en realidad la pregunta del millón es saber por qué. Supongan que el precio fuera P1. A ese
precio las empresas desean producir y vender una cantidad Q1, en tanto que los consumidores
solamente desean una cantidad menor (Q’1). Algunos productores se quedarán con un stock del
bien que no pudo ser vendido. Para deshacerse de ese stock, están dispuestos a bajar el precio
que piden. Lo seguirán haciendo mientras que la cantidad total ofrecida sea superior a la cantidad
1
V. Friedman D., Intermediate Price Theory, ch. 7; R. Wigle, “Partial Equilibrium Analysis: A Primer”, Apr.
2000, rev. Jan. 2004. Los gráficos, en general, han sido extraídos del libro de Friedman; Wikipedia,
“Parameter Identification Problem”; “Market Structure”.
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XIII. Introducción al estudio de los mercados
total demandada. Si, en su lugar, el precio fuera P2, los productores desearían producir Q2 que es
bastante menos que lo que desearían adquirir los consumidores (Q’2). Los consumidores no
podrán adquirir toda la cantidad deseada a ese precio, y, al ser incapaces de comprar el producto
deseado, estarán dispuestos a pagar un precio más elevado, pujando entre ellos. La Figura 7-2b
muestra lo que está pasando con la curva de valor marginal de uno de estos consumidores
insatisfechos. A un precio P2 querría comprar q2’ pero se encuentra con que solamente puede
comprar q2. Para esta cantidad, su valor marginal es P’> P2, y por consiguiente estará dispuesto a
empujar el precio hasta P’ para tener otra unidad. Luego el precio tenderá a aumentar.
El precio PE es el precio de
equilibrio, porque los planes de los
oferentes y de los demandantes a
ese precio son consistentes entre
sí; lo que significa que si fuera más
bajo, sería empujado hacia arriba, y
si fuera más alto sería arrastrado a
la baja.
Tratamiento matemático
Para obtener la solución del precio
de equilibrio, se debe o bien
graficar las curvas de oferta y
demanda, o bien resolver ambas ecuaciones de manera de conseguir su igualdad. Los casos más
complejos que podrían terminar en precios o cantidades negativas serán tratados más adelante,
donde veremos que estas formas de cómputo del equilibrio no son satisfactorias.
Por ejemplo:
Qs=124 + 1.5 .P
Qd= 189 – 2.25 . P
Qs = Qd
de donde por sustitución:
124 + 1.5 . P = 189 – 2.25 . P
(1.5+2.25) . P = (189 –124)
P = (189 – 124) / (1.5+2.25) = 65 / 3.75 = 17.33 pesos por unidad.
Considérese por ejemplo la tabla siguiente:
Precio ($)
Cantidad demandada
Cantidad ofrecida
8.00
7.00
6.00
5.00
4.00
3.00
2.00
1.00
6,000
8,000
10,000
12,000
14,000
16,000
18,000
20,000
18,000
16,000
14,000
12,000
10,000
8,000
6,000
4,000
XIII. Introducción al estudio de los mercados
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El precio de equilibrio del mercado es $5.00 al cual la demanda y la oferta son iguales a 12,000
unidades. Si el precio actual fuera $3.00 existiría un exceso de demanda de 8,000 unidades,
dando lugar así a escasez del bien. Si, por otra parte, el precio actual fuera $8.00 existiría un
exceso de oferta de 12,000 unidades del bien. Bajo condiciones de escasez de un bien, se
observa que el precio se incrementará hasta $5.00, disminuyendo así la cantidad demandada y
aumentando la cantidad ofrecida, y, mediante esta doble vía, logrando el equilibrio en el mercado.
En caso de que haya una sobreoferta del bien, como cuando el precio está por arriba de $6.00, se
observa que los productores tratarán de bajar el precio a efectos de aumentar sus ventas via
incremento de la cantidad demandada, eliminando el exceso de oferta y llevando el mercado a
una situación de equilibrio.
2. Estabilidad del mercado
¿Qué podemos decir de la estabilidad de la posición de equilibrio E? Los economistas suelen
distinguir entre equilibrios estables que se verifican cuando, si se produce algún cambio de una
variable que afecta en forma leve al sistema, se ponen en marcha fuerzas que lo conducen de
nuevo al equilibrio; y equilibrios inestables, cuando un cambio que desplaza levemente al sistema
de su posición de equilibrio inicial da lugar a fuerzas
que tienden a alejarlo aún más del equilibrio inicial.
Como ejemplo podemos dar el de sostener a un lápiz
por la punta, con la goma de borrar colgando hacia
abajo. Inicialmente está en equilibrio estable – si
alguien les da un codazo, la goma se balanceará hasta
alcanzar la posición inicial.
Supongan ahora que están sosteniendo el lápiz de
punta con un dedo. En este caso se halla en equilibrio
inestable – con un codazo, se caerá. También se suele hablar de equilibrios metaestables
ejemplificados en la figura de la derecha con una bola que se desplaza por una superficie curvada
(sistema metaestable con un estado débilmente estable (1), un estado de transición inestable (2) y
un estado fuertemente estable (3).)
Las posiciones de equilibrio ilustradas en la Figura 7-2ª
y también en la 7-3 son estables, porque cualquier
desplazamiento del precio y de la cantidad a partir de E
pone en movimiento fuerzas que restablecen la
posición inicial. En la zona I la cantidad ofrecida es
menor que la cantidad demandada, haciendo subir al
precio; en la zona III ocurre lo contrario, con una
cantidad ofrecida mayor que la cantidad demandada;
en la zona II la cantidad producida sería mayor que la
deseada por los productores, por lo que reducen la
cantidad producida; lo contrario ocurre en la zona IV,
donde por un motivo similar, aumentan la cantidad
producida. Las fuerzas actuantes están representadas
por las flechas de la Figura 7-3.
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XIII. Introducción al estudio de los mercados
La Figura 7-3b es un diagrama parecido pero menos plausible en el cual la curva de oferta es
decreciente en lugar de creciente. El resultado es un equilibrio inestable: a un precio superior a P*,
la cantidad demandada es mayor que la cantidad ofrecida, lo que hace aumentar todavía más el
precio. En forma similar, si el precio estuviera por debajo de P* la cantidad demandada resultaría
inferior a la cantidad producida, lo que arrojaría al precio aún más abajo.
Fig. 7–3
D
Fig. 7–3
D
b
c
S
P1
P*
P2
S
Q*
La Figura 7-3c corresponde también a una situación poco probable, que tiene como resultado una
cantidad igual a Q* y un precio comprendido entre P1 y P2. A lo largo del curso hemos encontrado
que las curvas de demanda son decrecientes (con la excepción de los bienes inferiores) y las
curvas de oferta crecientes (no-decrecientes), hipótesis que mantendremos en esta introducción.
3. Elasticidad
La elasticidad es la razón formada entre el cambio proporcional de una variable con respecto al
cambio proporcional de otra variable. Cuando hablamos de elasticidad-precio, nos referimos a la
sensibilidad de la cantidad demandada u ofrecida a los cambios en los precios. Si bien la
elasticidad se usa con frecuencia respecto a la relación precio-demanda y a la relación preciooferta, la aplicabilidad de este concepto no está restringida a estos casos sino que es más amplia
ya que la elasticidad puede medir numerosas relaciones entre dos variables.
Si el cambio porcentual del precio viene representado matemáticamente por (∆p/p).100 – donde
hemos tomado, como es habitual en la definición, al precio p inicial como el precio base – y el
cambio porcentual de la cantidad demandada es (∆Qd/Qd).100 – en este caso hemos tomado
como cantidad base también a la cantidad inicial demandada Qd, la elasticidad-precio de la
demanda resulta del cociente
∈Qd,p = (∆Qd/Qd).100 / (∆p/p).100 = (∆Qd/Qd) / (∆p/p)
que, si se trata de un bien normal, nos proporciona un coeficiente ∈Qd,p negativo. Si un 1% de
aumento del precio conduce a que los consumidores reduzcan su consumo también en un 1%,
tendremos que ∈Qd,p = -1, aunque es habitual tratar a la elasticidad-precio de la demanda en
términos absolutos, en cuyo caso decimos que el bien tiene elasticidad unitaria. Para la oferta
aplicamos una definición similar. La elasticidad-precio de la oferta vendría dada por
∈S,p = (∆S/S).100 / (∆p/p).100 = (∆S/S) / (∆p/p)
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También podemos definir la elasticidad-ingreso (m) de la demanda mediante:
∈Qd,M = (∆Qd/Qd).100 / (∆M/M).100 = (∆Qd/Qd) / (∆m/m).
Tipos de Demanda
Demanda Inelástica La cantidad demandada es
relativamente insensible a las variaciones del
precio; en consecuencia el gasto total en el
producto aumenta cuando sube el precio, es decir
los cambios del precio dan lugar a cambios
proporcionalmente menores en la cantidad
demandada. Cuando la demanda es inelástica ó
relativamente inelástica el producto tiene pocos
sustitutos. La ∈Qd,p asume valores mayores a -1
pero menores que cero.
Por ejemplo, el pan de harina de trigo es un
producto típicamente inelástico en la cultura
occidental, ya que es considerado un artículo de
primera necesidad, de tal manera que, aunque el
precio del mismo subiera drásticamente, la demanda no se modificaría en la misma medida
(duplicar el precio de un kg. de pan no provoca que la demanda baje a la mitad), mientras que
bajar su precio no supondría un aumento de la demanda (que el kg. de pan baje su precio a la
mitad no provocará que consumamos el doble de pan).
Demanda Perfectamente Inelástica La cantidad demandada es insensible a las variaciones del
precio, y es denominada también demanda rígida, con el valor de la elasticidad cero (∈Qd,p =0).
Demanda Elástica La cantidad demanda es
relativamente sensible a las variaciones del
precio, luego el gasto total en el producto
disminuye cuando sube el precio, la elasticidad
precio toma valor mayores a -∞ pero menores a
–1. Luego la demanda elástica o relativamente
elástica suele tener muchos sustitutos.
Demanda perfectamente elástica La cantidad
demandada es extremadamente sensible a las
variaciones del precio, y la elasticidad adquiere
un valor negativo muy grande (∈Qd,p=-∞). Ver
figura en página 352.
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XIII. Introducción al estudio de los mercados
Demanda de Elasticidad Unitaria Se presenta
cuando el cambio porceptual de la cantidad
demandada es igual al cambio porcentual del
precio, es decir, los cambios en el precio
ocasionan cambios similares en la cantidad
demandada. La elasticidad toma el valor de
∈Qd,p=-1. En tal caso, ∆%Q= ∆%P en valor
absoluto.
Lo anterior es muy importante, porque si el bien
es de demanda inelástica, cuando aumente su
precio, el ingreso total del productor aumentará, y
a la inversa. Si la demanda del bien es elástica,
cuando aumente su precio el ingreso total del
productor caerá, y a la inversa. El caso
intermedio de un bien de elasticidad unitaria
reflejará constancia del ingreso del productor
ante aumentos o reducciones de su precio. Todo
esto se aprecia en el gráfico anterior.
Este gráfico significa que en algún punto de la
línea recta de demanda es alcanzada la
elasticidad unitaria. En una curva de demanda
en línea recta, la elasticidad disminuye al bajar el
precio y aumentar la cantidad demandada; la
demanda tiene elasticidad unitaria en algún
punto intermedio de la curva; por encima del
punto intermedio, la demanda será elástica (la
elasticidad es mayor que uno), por debajo del
punto intermedio la demanda será inelástica (la
elasticidad es menor que uno). ¿Existe alguna
curva de demanda que tenga elasticidad unitaria
en todos sus puntos? Sí existe, es una curva
que requiere que el efecto precio (color azul) de
una baja del precio sea exactamente
compensado por el efecto cantidad (color
rosado) de un aumento de la cantidad. Esa
curva es denominada hipérbola equilátera y
responde a la ecuación formal:
Qd = A/p donde A es una constante.
En la figura siguiente tenemos representada su forma general. La ecuación de la hipérbola
equilátera es la ecuación de la proporcionalidad inversa (dos variables son inversamente
XIII. Introducción al estudio de los mercados
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proporcionales cuando si dividimos una de ellas por una cantidad, la otra se mulitplica por la
misma cantidad. Supongamos la ecuación xy = 80, esto quiere decir que si x = 20, y = 4, si
dividimos x por 10, y se tiene que multiplicar por 10, para que se siga manteniendo la igualdad).
La hipérbola equilátera tiene otra propiedad notable: si
calculamos el área comprendida entre la hipérbola, el
eje x y las verticales levantadas en dos puntos
cualesquiera (a y b en el dibujo) y el área comprendida
entre la hipérbola, el eje x y dos puntos situados n veces
los anteriores (3a y 3b en el dibujo) veremos que son
iguales.
Conocer si nos encontramos ante un producto de alta o
baja elasticidad es muy importante a la hora de tomar
decisiones relativas a precios. Si se encuentran con un
producto de demanda inelástica, saben que ante una
reducción de la oferta hay un amplio margen de alza de precios, y que una reducción de precios
no tendría un efecto apreciable. Con una curva de demanda elástica, una reducción de precios
disparará la cantidad demandada, en tanto que el alza del precio de un producto de demanda
elástica puede suponer una caída súbita en las ventas.
Elasticidad - Arco de la Demanda
Es la elasticidad calculada a lo largo de un
intervalo de precios: en lugar de elegir el precio
inicial o final se utiliza una medida de los dos que
es el promedio (P), en el caso de la cantidad
demandada también es utilizado el promedio Q,
por lo tanto la elasticidad – arco de la demanda
viene dada, para un desplazamiento de la
combinación precio-cantidad desde A hasta B por:
∆Q P
∆ Q (P1+P2)/2
Ep,AB = —— — = —— . ————
∆P Q
∆ P (Q1+Q2)/2
Un gráfico ilustrativo de este cálculo puede ser apreciado adjunto a este párrafo. Al usarse el
precio promedio y la cantidad promedio se evita tener dos valores de la elasticidad de la demanda
que dependen de si el precio aumenta o disminuye.
4. Desplazamiento de las curvas
La Figura 7-4ª muestra un diagrama de oferta-demanda con un desplazamiento de la curva de
demanda desde D1 hasta D2. Supongamos que se trata del mercado de carnes rojas. Este
aumento de la demanda (fíjense que decimos aumento de la demanda y no aumento de la
cantidad demandada, porque a cada precio los consumidores están dispuestos a comprar más
carnes rojas que antes) podría resultar de un cambio de las preferencias de los consumidores
(que ahora prefieren consumir más carnes rojas que antes), de un cambio de estación (en invierno
estamos predispuestos a ingerir alimentos con más calorías), de un cambio del precio de otros
bienes (las carnes rojas son un bien sustitutivo de las carnes blancas, que registraron un aumento
de precios), de un aumento del ingreso del consumidor, de un cambio de las expectativas sobre
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XIII. Introducción al estudio de los mercados
los precios futuros de las carnes rojas (los consumidores piensan que serán más caras el año
próximo, cuando los exportadores de carnes comiencen a embarcar carnes con destino al
mercado europeo, y esta razón los lleva a aprovechar el precio de la carne relativamente bajo que
rige actualmente), o de lo que ustedes quieran. Esto tiene como resultado que el punto de
equilibrio se desplace de E1 hasta E2. Aumentan tanto el precio como las cantidades de equilibrio.
En la Figura 7-4b la que se desplaza (aumentando) es la curva de oferta. Por ejemplo, esto puede
deberse a que el alimento para el ganado se ha vuelto más barato, o tal vez a que hay un proceso
de desincentivo a la retención de vientres (la retención de vientres consiste en la ampliación del
pie de cría, reduciendo la oferta de estos animales en el mercado y permitiendo así ampliar a
futuro el crecimiento de la producción ganadera).
Como la oferta de carnes aumentó,
se tiene como resultado un aumento
de la cantidad y una disminución del
precio. En la Figura 7-4c se ha
producido una disminución de la
demanda y un aumento de la oferta
que conducen a un precio más
elevado pero tal que la cantidad
producida y comerciada de carnes
rojas no experimentan variantes.
Finalmente, la Figura 7-4d muestra
una situación con disminución de la
demanda, manteniéndose constante
la oferta, lo que conduce a una
disminución tanto del precio como
de la cantidad comerciada de carnes
rojas. Ustedes podrán realizar otros
ejercicios gráficos con estas mismas
curvas2.
Figura 7-4
2
De paso, vale la pena mencionar brevemente la introducción de un estudio reciente del INTA de Balcarce
(Agosto, 2004): “Los cambios presentados en la producción agropecuaria durante la última década, y
particularmente luego de la salida de la convertibilidad, determinaron un desplazamiento de la superficie
ocupada por la ganadería para ser utilizada por la agricultura. En las explotaciones mixtas, la superficie
ganadera se concentró en los suelos de poca o nula aptitud agrícola, produciéndose además una
transferencia de animales hacia zonas típicamente ganaderas. A esto se suma que, en estas zonas
tradicionalmente criadoras, se está tendiendo a una recría y/o invernada de la propia producción, lo que
ocasiona un mayor aumento de la carga, donde los mejores potreros se destinan a la recría e invernada y el
porcentaje de destete cae. Dado que el stock vacuno no se ha reducido, sí lo ha hecho la superficie
destinada a la actividad cría, lo que determinó una alta concentración de vientres. La consecuencia
esperable de persistir esta situación (sin cambios del nivel tecnológico) es la caída de la productividad de los
rodeos, resultado de una carga excesiva que privilegia la tenencia y no la producción. La ganadería
argentina, en el corto o mediano plazo deberá competir con una demanda internacional de carnes que está
en aumento, saliendo de una dependencia casi total del consumo interno. Un stock grande pero poco
productivo determinará una oferta de ganado limitada, lo que dificultará poder responder a las perspectivas
de incremento de demanda exportadora. No faltan vientres, lo que falta son vacas que produzcan más
terneros, principal cuello de botella para incrementar la producción, además del aumento del peso de
faena.”
359
XIII. Introducción al estudio de los mercados
La distinción entre cambio de una curva y cambio de cantidad es esencial para resolver paradojas
que suelen presentarse, como la que plantea la siguiente afirmación: “Si la demanda se deprime,
tirando hacia abajo el precio, esto a su vez deprimirá a la oferta, lo que restablecerá nuevamente
el precio hacia arriba.” Si ustedes observan con detenimiento la Figura 7-4d encontrarán la
solución a este falso problema.
La Figura 7-5 muestra algunos casos extremos. En 7-5ª y 7-5b las curvas de oferta son
perfectamente elásticas. En (a) la industria producirá cualquier cantidad que se desee producir a
un precio P (se trata de una industria de costos medios constantes). Cambios de la demanda no
tienen efecto sobre el precio. El único resultado es una cantidad mayor al mismo precio que antes
del desplazamiento de la demanda. En (b) si la oferta se trasladó de S1 a S2 el precio cambia por
el impacto pleno del traslado de la oferta y la cantidad lo hace por el efecto de un precio más
elevado sobre la demanda.
En 7-5c y 7-5d es la demanda la que resulta perfectamente elástica. En (c) el traslado de la oferta
no afecta al precio pero cambia a la cantidad por el impacto pleno del traslado de la oferta. En (d)
el aumento de la demanda eleva el precio por el impacto pleno del incremento de la demanda y
afecta a la cantidad por el efecto del precio sobre la cantidad ofrecida.
En 7-5e la curva de oferta es perfectamente inelástica, dado que la cantidad ofrecida no depende
del precio. A veces se cita a la tierra libre de mejoras como un factor de oferta perfectamente
inelástica, dado que sobre la superficie terrestre no hay más que un cierto número dado de
kilómetros cuadrados y ninguno más. Si uno incluye la parte del tiempo disponible que se destina
al ocio, también la oferta de trabajo es
perfectamente inelástica (24 hrs. por
día multiplicadas por la población).
Está fija, por lo menos a corto plazo.
Lo que se llama usualmente oferta de
trabajo es esta cantidad de horas
menos la demanda que hacen de su
propio trabajo sus propietarios. Si es
la demanda la que es perfectamente
inelástica (7-5f) una traslación de la
oferta tiene el efecto similar que en 75e.
5. Impuestos y control de precios:
traslación e incidencia
Pregunta: supongan que el gobierno
establece un impuesto a pagar por
determinado bien, entonces ¿quién lo
paga? ¿los que producen el bien
reduciendo sus beneficios? ¿o
terminan
trasladándolo
a
los
consumidores a través de precios
más elevados?
Figura 7-5
Supongan que el impuesto es una suma fija de $1 por pantalón vendido (un tipo de producto
usado tanto por Silvia Portnoy, como David Friedman y Enrique Bour). Luego el productor – que
XIII. Introducción al estudio de los mercados
360
supondremos que también es el que vende el pantalón – debe pagar al gobierno $1 por pantalón
vendido. Para analizar este caso, veamos la figura siguiente.
La curva de oferta se desplaza hacia arriba, verticalmente por $1, desde S1 a S2. Como es natural,
al productor del pantalón le interesa lo que obtiene él por pantalón vendido, no lo que debe pagar
el consumidor del pantalón. A un precio de $6 con el impuesto incorporado el productor obtiene el
mismo monto por pantalón vendido que a un precio de $5 excluyendo el impuesto. Por lo tanto,
producirá la misma cantidad de pantalones a $6 luego de que se ha incorporado el impuesto que
lo que hubiera producido a $5 sin el impuesto, y lo mismo para los precios restantes. La curva de
oferta se traslada hacia arriba en $1, porque cada cantidad de la nueva curva de oferta
corresponde a un precio que es $1 más alto que el anterior en la “Old Supply Curve”.
Lo cual no significa que el precio del pantalón
aumentará en $1. Si así fuese, el productor
produciría la misma cantidad que producía
antes del impuesto; los consumidores, al
precio más elevado, consumirían menos
pantalones que antes, luego habría un
desequilibrio entre la cantidad de pantalones
ofrecidos y los demandados (siendo aquélla
superior a ésta). Por otra parte, si el precio de
los
pantalones
no
aumentara,
los
consumidores seguirían comprando la misma
cantidad que adquirían antes del impuesto,
pero los productores fabricarían menos
pantalones (porque obtendrían un peso menos
por pantalón vendido), con lo cual habría otra
vez un desequilibrio entre cantidad ofrecida y
cantidad demandada (siendo aquélla inferior a ésta). Pero como se puede apreciar en el gráfico, el
precio de cada pantalón aumentará en menos de $1. Todo el impuesto es “pagado” por el
productor en el sentido literal de que es quien allega al gobierno el dinero, pero de hecho el precio
pagado por el consumidor aumentó en una cuantía igual a a y el precio recibido por el vendedor
disminuyó en la cuantía b. Estas magnitudes surgen de:
P3 – P2 = (P1 + $1) – (P1 + a) = $1 – a = b.
Observen que si el precio de mercado hubiera aumentado en la cuantía plena del impuesto,
habría alcanzado P3 = P1 + $1. El ingreso de cada productor todavía sería de $ P1 por pantalón
después de pagar el impuesto, igual que antes de que se introdujera el impuesto. Como el precio
sólo sube hasta P2 = P1 + a, el ingreso que le queda al productor después de pagar el impuesto
cae en b, que es la diferencia entre P3 y P2.
Lo anterior puede quedar más claro si llamamos Pd al precio pagado por los consumidores (precio
de demanda) con lo cual el precio percibido por los productores Ps (precio de oferta) tendrá que
ser igual a Ps = Pd – 1. ¿Qué ocurre si el gobierno establece el impuesto sobre los consumidores
del bien? En tal caso, si el precio de oferta es Ps, el precio de demanda será Pd = Ps + 1. La
condición de equilibrio del mercado será: Pd(Q) = Ps(Q) +1, donde ponemos explícitamente que el
precio exigido por los productores depende de la cantidad de pantalones (Q) que lleven al
mercado (via costo marginal de producir 1 pantalón), y que el precio que están dispuestos a pagar
los consumidores también depende de la cantidad de pantalones que desean adquirir (vía valor
marginal de consumir 1 pantalón). Luego, tanto la cantidad como el precio de equilibrio son
XIII. Introducción al estudio de los mercados
361
independientes de cuál sea el sujeto gravado – oferente o demandante. Éste es un hecho
aparentemente incomprendido por la mayoría de los legisladores.
Como vemos en la Figura 7-6, la carga del impuesto se dividirá entre consumidores y productores
de acuerdo con las pendientes de las curvas de oferta y demanda. En materia tributaria, se suele
considerar percusión de los impuestos, cuando golpean la economía particular y el sujeto de iure
resulta efectivamente golpeado por la carga económica que el tributo representa. El Legislador
determinó que el sujeto de iure sea quien pague, en nuestro ejemplo el productor de pantalones.
Los impuestos son pagados por los sujetos a quienes las leyes imponen las obligaciones
correspondientes. Este hecho no tiene solamente un significado jurídico, ya que el pago del
impuesto impone al sujeto la necesidad de disponer de las cantidades líquidas para efectuarlo lo
que, a veces, involucra también la necesidad de acudir al crédito en sus diversas formas. Todo
ello trae consigo consecuencias en la conducta económica del contribuyente y alteraciones en el
mercado.
Esta figura muestra la relevancia de medir correctamente la elasticidad de ambas curvas, ya que
la carga del impuesto sobre los consumidores y los productores dependerá de la pendiente de sus
curvas de demanda y oferta. En las Figuras 7-7ª y 7-7b tenemos dos casos extremos. En 7-7ª la
curva de oferta es perfectamente inelástica; no podemos apreciar la traslación de una recta
vertical a su largo. Cantidad y precio siguen siendo los mismos que antes. En consecuencia, son
los propietarios los que tienen que aguantar toda la carga tributaria. A veces se da como ejemplo
el caso del impuesto a la tierra libre de mejoras3. En 7-7b la curva de demanda es perfectamente
inelástica y el precio aumenta por el monto pleno del impuesto. En consecuencia, la carga
tributaria queda totalmente en cabeza de los consumidores.
Cabe notar que se habla de la transferencia
o traslación del impuesto, que se da cuando
el sujeto de iure, es decir aquel sujeto
obligado por la ley al pago del impuesto,
traslada a un tercero (sujeto de facto)
mediante la elevación del precio, la cuantía
del tributo, de modo que se resarce de la
carga del impuesto. Éste es un efecto
económico y no jurídico, porque se traslada
la carga económica pero no la obligación
tributaria: El estado, a quien coaccionará para cobrarle, será al sujeto de iure y no al de facto, con
quien no tiene ningún vínculo. Finalmente, la incidencia del impuesto es el efecto por el que un
impuesto acaba recayendo sobre un contribuyente que no tiene medio de trasladarlo a otros. Por
ejemplo, en el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA) de tipo consumo4, el impuesto recae sobre
el consumidor final.
La legislación en general establece a quién debe ser cobrado el impuesto. En varios países, los
impuestos son cobrados a las empresas (como los impuestos corporativos o porciones de los
3
Henry George (1839-1897) fue un economista estadounidense y el representante más influyente de los
defensores del Single Tax (impuesto único o impuesto simple) a la tierra.
4
Se aplica en las transferencias a título oneroso de bienes y prestaciones de servicios, y quien soporta el
impuesto (la carga fiscal) son los usuarios finales o consumidores. Cada actor en la cadena de valor
agregado paga a su antecesor en la cadena el IVA correspondiente al precio facturado por éste, y a su vez
percibe de su sucesor en la cadena el monto correspondiente al impuesto asociado al precio que facturó.
Cada actor (excepto el consumidor final) es responsable ante la autoridad tributaria por liquidar y pagar la
diferencia entre el IVA pagado (crédito fiscal) y el IVA cobrado (débito fiscal).
XIII. Introducción al estudio de los mercados
362
impuestos a la nómina salarial). Sin embargo, quien paga en última instancia (la “carga” tributaria)
se determina en el mercado porque los impuestos son incorporados entre los costos de
producción. Como hemos visto, son las elasticidades de oferta y demanda las que determinan si
un impuesto puede ser absorbido por el vendedor (aceptando precios netos de impuesto más
reducidos) o por el comprador (bajo la forma de precios más impuestos que resultan en precios
más elevados). Si la elasticidad de oferta es reducida, la mayor parte del impuesto será pagada
por el productor. Lo será por el consumidor si la elasticidad de demanda es reducida. Y
recíprocamente en aquellos casos donde hay elasticidades elevadas. Si el vendedor es una
empresa competitiva, la carga tributaria recaerá sobre sus factores de producción según sean sus
elasticidades de oferta, lo que incluye a los trabajadores (salarios más reducidos), inversores
(pérdidas para los accionistas), propietarios de terrenos (que tendrán una renta más reducida) y
empresariado (bajo la forma de renta más reducida por el tiempo y el esfuerzo).
6. Elusión y evasión de impuestos
La elusión tributaria es una figura consistente en no pagar determinados impuestos que
aparentemente el obligado debería abonar, amparándose en subterfugios o resquicios legales, no
previstos por el legislador al momento de redactar la ley. Esta situación puede resultar como
consecuencia de deficiencias en la redacción de la ley o bien porque sus autores no han previsto
efectos no deseados al entrar en juego con el resto de las normas tributarias. Se caracteriza
principalmente por el empleo de medios lícitos que buscan evitar el nacimiento del hecho gravado
o disminuir su monto. Se diferencia de la evasión tributaria porque no se viola la letra de la ley de
modo que no implica infracción alguna. El uso de argucias y tecnicismos legales para no pagar
impuestos no es jurídicamente reprochable, aún cuando moralmente -según algunos tratadistaspodrían ser reprochables en vista de que los actos que tienden a evadir impuestos no se emplean
buscando fin económico alguno sino la disminución o desaparición de la obligación tributaria. No
siempre es clara la distinción entre una y otra calificación dada la frondosidad y complejidad de las
normas tributarias. La elusión tributaria es una consecuencia del principio de legalidad del tributo,
ya que como el impuesto debe venir establecido por la ley, entonces no puede cobrarse un
impuesto si la ley no lo ha establecido, lo que abre el flanco para aprovechar los puntos débiles
que la ley ha dejado. "Hecha la ley, hecha la trampa". Algunas posibles técnicas de elusión
tributaria son las siguientes:
Darle a una situación jurídica determinada el status de otra distinta, aprovechando alguna
clase de conceptualización defectuosa, para aplicarle una ley tributaria más benigna.
Ampararse en una exención tributaria que por defectuosa técnica legislativa, no había sido
prevista
para
el
caso
particular en cuestión.
Incluir
bienes
en
categorías cuya enumeración
no está contemplada por la
ley tributaria, y por tanto su
inclusión dentro del hecho
tributario es dudosa, para
eximirlos de impuestos.
A diferencia de la evasión
tributaria, que por su carácter
infraccional y delictiva puede perseguirse mediante una adecuada fiscalización, la persecución de
la elusión tributaria es enormemente difícil, ya que en el fondo se trata de situaciones enmarcadas
dentro de la misma ley. Las maneras de perseguir estas situaciones son básicamente dos:
363
XIII. Introducción al estudio de los mercados
Interpretación por vía administrativa. En casos de aplicación dudosa de la ley tributaria, los
servicios encargados de la recaudación del impuesto pueden emitir decretos y reglamentos de
carácter administrativo, que por vía de interpretación incluyan o excluyan deliberadamente ciertas
situaciones, para de esa manera tapar los resquicios dejados por la ley.
Modificaciones legales. Es el
propio legislador el que toma a su
cargo evitar que se produzcan
estas situaciones, estableciendo
nuevas leyes que tiendan a corregir
estas situaciones. Esto genera una
suerte de disputa entre el legislador
por ampliar las situaciones en que
Oferta (con impuesto)
p2
Oferta (sin impuesto)
B
p1
se cobra impuesto, y los abogados
p3
C
A
t
y contadores por disminuir las
mismas, que le confieren a la
legislación tributaria en definitiva la
enorme complejidad y carácter
técnico y detallista que le son característicos.
q2
q1
7. Efectos de los impuestos
La Figura 7-8 de la página anterior muestra dos formas de representar el efecto de un impuesto de
$ 1 sobre un bien. En (a) el impuesto se recauda de los consumidores, desplazando hacia abajo la
curva de demanda desde D1 a D2. En (b) la curva de demanda es función del precio pagado
(precio de mercado más cualquier impuesto que grava a los consumidores), y la curva de oferta es
función del precio recibido (precio de mercado menos cualquier impuesto que grave a los
productores). Si comparan a las Figuras 7-8ª con la 7-6, verán que se trata esencialmente de la
misma figura, con b=b’ y a=a’. La Figura 7-8ª es sencillamente la figura 7-6 con las curvas
desplazadas hacia abajo en $ 1. El motivo es que en 7-6, el precio mostrado en el eje de
ordenadas es el precio con impuesto, ya que es el precio pagado por el productor. En 7-8ª se trata
del precio excluyendo el impuesto, que se supone pagado por el consumidor. La diferencia entre
el precio con el impuesto y el precio sin el impuesto es precisamente el monto del impuesto: $ 1.
En ambos casos, la cantidad ofrecida queda determinada por el precio recibido por el productor, la
cantidad demandada por el precio pagado por el consumidor, y el efecto del impuesto es que el
precio pagado por el consumidor sea $1 más elevado que el precio recibido por el productor. La
Figura 7-8b describe la misma situación de otra manera. La oferta se muestra como función del
precio recibido, y la demanda como función del precio pagado. Antes del impuesto, el equilibrio de
mercado tenía lugar a una cantidad igual a Q1 para la cual el precio recibido era igual al precio
pagado. Luego del impuesto, tiene lugar en Q2 para la cual el precio recibido es $ 1 menos que el
precio pagado, y la diferencia va a parar a manos del gobierno. Las Figuras 7-6, 7-8ª y 7-8b son
similares; la única diferencia es lo que está representado en el eje vertical. Todas describen la
misma situación. Y vemos claramente que poner la obligación de darle el dinero al gobierno en
manos de uno o de otro no altera la “carga de la deuda”.
XIII. Introducción al estudio de los mercados
364
Los impuestos transfieren riqueza desde las familias o las empresas al gobierno. Para un no
economista, un impuesto no es un tema particularmente interesante, porque lo trata como si fuera
un pago de transferencia de familias y empresas al gobierno. Al final de cuentas, 1 $ que yo pago
no se pierde en el camino porque lo recibe el gobierno. Pero no es así. Aunque el gobierno me
devuelva el peso que pagué en impuestos, veremos ahora que se produce una pérdida
irrecuperable de una parte de ese peso. Un tema importante de la microeconomía es el referido a
los efectos colaterales de los impuestos, que han dado lugar a diversas teorías acerca de cómo
reducir las pérdidas económicas que imponen los impuestos. La segunda figura de la página
anterior ilustra el desplazamiento vertical de la oferta originado por el impuesto de $ 1.
En el punto A tenemos la intersección de las curvas de Oferta (sin impuesto) y Demanda, que
determina un precio de equilibrio p1 y una cantidad de equilibrio q1. La introducción de un impuesto
t al consumo específico de este bien, pagadero por las empresas que lo venden, traslada la curva
de oferta hacia arriba en un monto t. En la nueva situación de equilibrio del mercado, las
empresas venden q2 unidades a un precio de mercado p2, recibiendo un precio (después de
pagado el impuesto) p3=(p2-t). En el punto de equilibrio A el valor marginal de la cantidad
consumida es igual al costo marginal de producción. El impuesto introduce una brecha entre el
valor marginal y el costo marginal. Para una cantidad q2 los consumidores están dispuestos a
pagar cualquier monto hasta p2 por unidades adicionales del bien, y los oferentes podrían ofrecer
unidades adicionales del bien a cualquier precio mayor que p3 – pero ello es imposible, y estas
transacciones no tendrán lugar como resultado de la brecha impositiva. La pérdida asociada con
la transacción no realizada de una sola unidad en q2 es p2 – p3=t. Sumando las diferencias entre
los precios que los consumidores estarían dispuestos a pagar, y los precios a los que los
oferentes ofrecerían el bien, para todas las unidades comprendidas entre q2 y q1, permite estimar
la pérdida de bienestar causada por el impuesto al consumo específico de este bien, y está
representada por el “triángulo de Harberger” ABC. En este caso, la altura del triángulo de
Harberger es la tasa del impuesto, la base es la cantidad en la que caen las ventas en reacción al
impuesto, y su área una medida del costo de eficiencia, o “costo de pérdida de peso muerto”
asociada al impuesto.
Pero al precio máximo fijado no podrá consumir más que la cantidad que los productores lleven al
mercado. Hubiera estado dispuesto a pagar un precio superior por una cantidad adicional del bien,
pero el precio máximo lo impide. El costo de peso muerto es entonces la suma de un costo
impuesto a los productores más uno impuesto a los consumidores – ¡que son aquellos a quienes
la medida debía supuestamente beneficiar!
De la misma manera, después de introducir un impuesto, el precio recibido por el vendedor es
menor que el costo pagado por el comprador. Lo que significa que habrá menos cantidad
comerciada y que los individuos y empresas involucrados ganarán menos por participar en el
mercado. Esto constituye una destrucción de valor, de ahí la denominación de “costo de pérdida
de peso muerto de los impuestos”5.
8. Aplicación: Locadores y Locatarios
5
La mayoría de los impuestos — incluyendo el impuesto al ingreso y los impuestos a las ventas — pueden
tener un costo de pérdida de peso muerto significativo. La única manera de evitar este costo en una
economía competitiva es aplicar impuestos que no alteren los incentivos económicos, tales como el
impuesto al valor de la tierra sin mejoras, donde el impuesto es aplicado a un bien con oferta
completamente inelástica, o un impuesto de suma fija, que puede ser bastante difícil de hallar. La
aproximación más estrecha sería un impuesto por habitante pagado por todos los adultos sin tener en
cuenta lo que elijan comprar o hacer, o un impuesto a las ganancias totalmente inesperadas y que por tanto
no pueden tener influencia sobre las decisiones.
XIII. Introducción al estudio de los mercados
365
Supongan que el gobierno de un país ha decidido que, como los propietarios de inmuebles son
mala gente y los inquilinos son buena gente, cada locador debe pagarle a cada uno de sus
locatarios $ 10 por mes. En el corto plazo, esta medida beneficia a los locatarios y perjudica a los
locadores, porque los alquileres han sido estipulados mediante contratos que duran habitualmente
alrededor de 24 meses si se trata de casa de familia y 36 meses si se alquila con fines
comerciales. Como el locatario tiene que pagar el mismo alquiler que antes y recibirá $ 10
adicionales, estará mejor que antes. Empero, en el largo plazo, las curvas de oferta y demanda
por las propiedades se trasladarán por efecto de esta medida, cambiando el alquiler de equilibrio.
Esto lo apreciamos en la Figura 7-11ª.
Desde el punto de vista del locador el requerimiento representa un impuesto de $10 por mes
sobre cada departamento alquilado. Lo que le interesa al locador es decidir al alquilar un
departamento (en lugar de ocuparlo él, o de convertirlo en un condominio6, o de abandonarlo, o
cualquier otra alternativa que se les ocurra) es con cuánto dinero se quedará él, no cuánto dinero
le paga inicialmente el locatario. Como tiene que devolverle $ 10 al locatario, se queda con el
monto del alquiler menos $ 10. Por consiguiente la curva de oferta se traslada hacia arriba en $
10; con un alquiler pactado de $ 510 por mes, la cantidad de departamentos ofrecidos en alquiler
es la misma que hubiera tenido lugar antes con un alquiler de $500 por mes.
Desde el punto de vista del locatario, $10 es un subsidio – es decir, un impuesto negativo. Su
efecto es desplazar hacia arriba a la curva de demanda en $ 10. Porque sea cual fuere la cantidad
de vivienda que un inquilino hubiera elegido alquilar a un costo de $500 por mes (en lugar de
comprar una casa, compartir un departamento con un amigo o trasladarse a otra ciudad) ésa es la
cantidad que ahora decidirá alquilar si el alquiler es $ 510, que representa para él un costo neto de
$ 500.
6
En este caso es aplicable la ley de propiedad horizontal o copropiedad inmobiliaria, cuyo concepto jurídico
hace alusión a un tipo de propiedad caracterizado por extenderse de manera privativa sobre un piso o local
de una edificación, y además, sobre una cuota de propiedad de los elementos comunes de todo el edificio.
XIII. Introducción al estudio de los mercados
366
El resultado final está en la Figura 7-11ª. Para simplificar, trataremos a la vivienda como si fuera
un bien continuo sencillo como la leche, y definiremos el precio y la cantidad en términos de un
departamento de dimensiones estándar. El nuevo alquiler de equilibrio es $ 10 superior al anterior,
porque tanto las curvas de oferta del locador y del locatario se desplazaron en forma vertical en
$10 hacia arriba. Conclusión: ¡la ley no ha perjudicado al inquilino ni dañado al propietario! Hay un
motivo muy simple para ello: si cada vez que el inquilino debe pagar la renta el propietario debe
sacar $10 de su bolsillo, y dárselo al inquilino que se lo devuelve en el mismo acto, no hay
ninguna razón evidente para que la exigencia legal cambie el monto que paga el inquilino y el
monto recibido por el locador. El resultado es diferente si la ley hubiera impuesto un alquiler
máximo dentro del mercado, que habría entrañado una reducción de las unidades puestas en
alquiler, un deterioro de la calidad promedio, etc.
En este contexto vale la pena extractar parte de un informe contenido en la revista “Reporte Inmobiliario” del
10/7/2006 escrito por Micaela Kulesz:
“Aquí el fin consiste, como bien dice su nombre, en brindar ayuda a los inquilinos para que sigan alquilando,
o a quienes no accedan a un alquiler, que puedan. No se trata de devenir en dueño de la vivienda, sino
únicamente en habitante legal de la misma. Habitualmente, este “programa” toma la forma de techo en el
precio anual de los alquileres, aunque puede ocurrir que derive en decretos de prórroga de los contratos
vigentes. Dada esta introducción, continuaremos con la exposición de lo que un control de alquileres (CA)
implicaría en Argentina hoy en día.
El CA se introdujo aquí por primera vez durante el primer gobierno de Perón, a fines de la década de 1940.
En este entonces, mientras una parte del mundo discutía las formas de llevar a cabo las reconstrucciones
de posguerra, en Argentina la preocupación giraba en torno al populismo, la industria y la “tercera posición”.
Ahora bien, sostener semejante estructura política y cumplir con sus metas industriales, imponía la
necesidad de “poblar” la ciudad, y para ello era necesario tener muchos techos disponibles. Así la población
urbana creció exponencialmente.
Hoy en día la realidad es otra que a fines de los 40: “la ciudad no tiene más lugar “ (a menos que se
construya en altura), la industria funciona cerca de su capacidad máxima instalada y en su mayor parte
FUERA de los límites de la ciudad o por lo menos lejos de los usos de suelo residenciales. En este sentido,
el CA se presentaría hoy, ya no como una alternativa para los “sin techo”, sino como una medida
redistributiva dentro de los muros de la ciudad, que derivaría en una transferencia de recursos del dueño al
inquilino. Veamos en qué términos esto se realizaría.
Inversión y finanzas
A) Quienes pretenden esta medida sugieren por una parte, que los rentistas obtienen rentas extraordinarias,
y por la otra, que los precios de venta están tan altos, que hay una gran demanda de vivienda insatisfecha.
El primer caso es fácilmente refutable: los rentistas hoy no reciben más que un 5 a 6% de retorno anual
bruto sobre su inversión y esta renta asciende a sólo el 3 a 4% neto si se descuentan costos y gastos de
mantenimiento de la unidad, dando cuenta de que no reciben rentas extraordinarias, sino un retorno similar
o menor al de por ejemplo los bonos del tesoro americano -hoy giran en torno al 5% anual- y sensiblemente
menores al de los bonos argentinos denominados en dólares. A igual costo de oportunidad, un cambio en
las rentas genera una reubicación de la inversión en otros activos de mayor liquidez, como los recién
mencionados. Considerando que el mercado inmobiliario es quien absorbe las consecuencias de estas
fugas de capital, podemos afirmar que a corto plazo podrían bajar los precios de venta.
En cuanto al segundo caso, debemos mencionar que parte importante de esta demanda corresponde a
desarrolladores e inversores que jamás invertirían en un mercado que está transitando un CA -o bien un
mercado “a la baja”- pues verían sus beneficios ciertamente disminuidos. Las consecuencias de esto la
absorbe en un principio el mercado de la construcción, que se frenaría de inmediato, y luego el mercado
laboral. En este sentido, lo que comenzó como una forma de dar vivienda a sectores que no acceden a
XIII. Introducción al estudio de los mercados
367
éstas, deriva rápidamente en mercados estancados, salarios depreciados, y desempleo. Por otro lado se
restringiría el actual crecimiento de la oferta de alquileres que viene dado por el fuerte impulso en la
construcción, impulso que está inyectando unidades de vivienda que en un alto porcentaje son volcadas al
alquiler, hecho que equilibrará los valores que solicitan los propietarios naturalmente en un futuro cercano.
En lo que al mercado de renta respecta, debemos recordar que la oferta de vivienda es elástica en el largo
plazo, lo que significa que una pequeña reducción en la renta conllevaría a una más que proporcional
reducción en la cantidad de vivienda ofrecida, generando un efecto claramente adverso al esperado: los
rentistas se retirarían del mercado lo antes posible. En otras palabras, CA = ni compras ni alquileres.
Política urbana
B) El CA es una medida que alcanza únicamente a aquellos inquilinos que tenían un contrato firmado al
momento en que éste se decretare. Como dijimos anteriormente, un CA repercute rápidamente en la
composición de la cartera de inversión de los rentistas hacia lugares que no mejoran ni mantienen los
servicios de sus viviendas de renta. Es sabido y conocido que un cese en el flujo de inversión nunca es
gratuito. Sumado a esto, en toda economía existen males que están esperando el momento óptimo de salir
a la escena. Cuando (aparecen) controles de precios, aparece inmediatamente el mercado negro, o
contrabando, cobrando existencia. En el mercado de renta suele profundizarse, fuera de los vínculos
contractuales, los sub-alquileres en primero y segundo y hasta tercer grado, con la consecuente
degradación de la unidad habitacional que esto implica. Por otro lado es muy probable que los propietarios
encuentren la manera de sacar su propiedad del mercado de alquiler reduciéndose aún más la oferta actual
ocasionando un serio problema al inquilino, quien no encontrará vivienda para habitar.
La reciente exposición pretende dar cuenta de lo que un CA significaría en la Argentina de hoy. Nada se dijo
de experiencias exitosas del CA, como por ejemplo en el Nueva York de los años 80, pues las condiciones
necesarias para su implementación no están aún presentes en la Argentina. Nos referimos aquí a Controles
de Alquiler acompañados por políticas crediticias que permitan a aquellas personas ávidas de una vivienda
propia, alquilar a la vez que incrementan sus ahorros, de manera de lograr en el mediano plazo el mínimo
necesario para acceder a un crédito. Para lograr esto, los salarios reales no pueden deprimirse, ni la
construcción estancarse. Esto nos deja pensando acerca de cuáles serán los fines que se encuentran
detrás de una propuesta de CA en la Argentina actual...”
Por su lado, la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA) produjo en agosto de 2006 la siguiente información: “ La
Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA) y Federación Inmobiliaria de la República Argentina (FIRA) han venido
manteniendo a lo largo de estos últimos quince días varias reuniones con el Secretario de Comercio Interior,
Lic. Guillermo Moreno, con el propósito de analizar las distintas alternativas de solución al grave problema
que afrontan hoy miles de argentinos al momento de efectuar la renovación de sus contratos de alquiler.
Como se recordará, en un primer momento cargado de mucha excitación y confusión, una vez más se
empezaron a escuchar voces que desde distintas áreas del gobierno nacional así como de los diferentes
medios periodísticos, proponían viejas medidas de resultado ya conocido, tal como fijar un control de
precios sobre las locaciones, o implementar desde la AFIP un registro de los nuevos contratos de alquiler
para verificar que no se establezcan indexaciones a lo largo del mismo, o la supervisión de todos los
contratos por parte de una ignota Asociación de Inquilinos, etc. etc. Toda una batería de propuestas,
algunas delirantes y otras simplemente de efecto contrario al fin perseguido.
La CIA y la FIRA que rápidamente fueron identificadas como las genuinas instituciones representativas del
sector inmobiliario, pero por sobre todo, apreciadas como los únicos garantes del equilibrio entre locadores
y locatarios, inmediatamente le expresaron a las autoridades gubernamentales lo inapropiado de cualquier
medida que involucre al estado en el mercado de los alquileres, así como el inmediato efecto contrario que
produciría cualquier tipo de control o fiscalización de los nuevos contratos de locación. Así quedó entendido
y desde entonces quedó establecido un canal de diálogo que se mantiene hasta la fecha durante el cual se
acordaron las siguientes pautas y medidas de acción inmediata:
1.- Quedó totalmente descartada la intervención del estado en la regulación del precio de los alquileres.
XIII. Introducción al estudio de los mercados
368
2.- Quedó totalmente descartada la creación de cualquier tipo de registro por parte de la AFIP para
supervisar montos de alquileres o indexaciones.
3.- La CIA y la FIRA asumirán el formal compromiso de transmitirle a todos los colegas inmobiliarios del país
la importancia de bajar las expectativas inflacionarias que los propietarios de vivienda manejan para las
actuales renovaciones.
4.- Asimismo, que exhortamos a todos los colegas inmobiliarios del país a que sugieran a sus clientes
locadores que los nuevos contratos estén contenidos dentro de la pauta inflacionaria proyectada para el
2006 que no superaría el 10% y aún la posibilidad de cerrar en un solo dígito, estableciendo contratos
escalonados solo a un año con valores que no superen el 8 al 10% anual.
5.- Que los inmobiliarios deberán ser persuasivos a la hora de negociar estos nuevos contratos, haciendo
especial hincapié en que la renta del locador es neta, ya que los mayores costos están generalmente en las
expensas y éstas junto con los impuestos, normalmente se pactan a cargo del locatario.
6.- Del mismo modo, invitamos a todos los inmobiliarios a ser mesurados a la hora de facturar sus
honorarios y mantenerse dentro de los valores históricos para viviendas del 5% del contrato o el equivalente
a un mes y medio del alquiler aproximadamente, teniendo en cuenta la especial situación que muchos
compatriotas están atravesando en esta ocasión.
7.- Que el Ministerio de Economía girará a la Asociación de Bancos Argentinos una propuesta para que
estudie nuevos mecanismos que faciliten el acceso al crédito hipotecario a un mayor número de personas,
disminuyendo requisitos, a fin de incrementar la venta de propiedades que descomprimirían la demanda
locativa.
Esta es en apretada síntesis, el máximo resultado que fue posible lograr como consecuencia de las
gestiones llevadas a cabo hasta la fecha, en el marco de las alternativas avaladas por las autoridades de
gobierno y que por cierto sólo constituyen medidas de coyuntura que no resuelven el problema de fondo
que, consideramos, sería un plan nacional de construcción de viviendas de carácter social con financiación
a largo plazo acorde a los ingresos de los asalariados, bajas tasas de interés y flexibilización en los
requisitos de acceso al plan.
Consejo Directivo CIA”
Ahora veamos otro tipo de ley que puede parecer menos arbitraria. El gobierno ha decidido que es
injusto que los locadores “obliguen” a los inquilinos a firmar contratos de arrendamiento
“sesgados” a favor de los locadores, por lo cual decide poner en marcha una ley que exige a los
locadores otorgar a los inquilinos un preaviso de seis meses antes de desalojarlos, aún si los
inquilinos suscribieron un contrato estipulando un plazo menor. También supondremos que esta
ley tiene efecto luego de que ha pasado tiempo suficiente como para que los alquileres hayan
alcanzado su nuevo equilibrio compatible con el desplazamiento de las curvas de oferta y
demanda.
Hacemos la hipótesis de que todos los locadores son idénticos. La exigencia de preaviso de 6
meses aumenta sus costos operativos, porque hace más difícil desalojar a los inquilinos
indeseables. Desde su punto de vista es lo mismo que un impuesto, supongamos de $ 10. En
otras palabras, los locadores están indiferentes entre otorgar a cada locatario un preaviso de 6
meses y tener que pagar un impuesto de $10 por cada departamento, como en la Figura 7-11b.
Desde el punto de vista del locatario (también suponemos que son todos iguales) la exigencia de
seguridad adicional por 6 meses algo vale: supongamos que es equivalente a un subsidio de $ 5
por mes. Como en el caso anterior, se desplaza la curva de demanda; el mismo locatario que
estaba dispuesto a pagar $500 por mes por un departamento sin tener ninguna necesidad de
XIII. Introducción al estudio de los mercados
369
preaviso ahora está dispuesto a pagar $ 505 por mes teniendo en cuenta la seguridad adicional
que brinda el preaviso. La curva se traslada hacia arriba en $5.
Fíjense que el nuevo precio está comprendido entre el precio anterior más $5 pero menos que
$10. El precio exacto dependerá de la pendiente de las curvas, y su aumento será mayor que el
desplazamiento menor, y menor que el desplazamiento mayor. Como la ley incrementa los costos
de los locadores en una cantidad superior al crecimiento del alquiler, resulta en una situación peor.
Pero también están peor los locatarios, porque aumenta el valor del departamento para ellos en
menor medida que el aumento del alquiler!
Hemos demostrado dos teoremas: 1) no es relevante que un impuesto percuta sobre los
productores o los consumidores; 2) restricciones sobre los contratos de arrendamiento de los
locatarios y de los locadores en realidad pueden perjudicar a ambas partes.
9. Oferta y Demanda
Mecanismo versus equilibrio A menudo hay dos maneras distintas de aproximarse a un problema
– uno analizando una serie de cambios (serie que podría ser infinita) o fijarse en cómo debería ser
la situación cuando todos los cambios tuvieron lugar. Este segundo procedimiento es el de la
“estática comparativa”: propósito expreso de Hicks y Samuelson era deducir “leyes” a partir de los
comportamientos maximizadores, racionales, de los individuos. Pero, ¿qué se entiende por “ley”?
En general una relación casual. Así, según la “ley de la demanda”, toda alza de precios “causa”,
es acompañada por una baja en la cantidad demandada.
En realidad la gran mayoría de los razonamientos en economía, sólo para hablar de ellos, son del
tipo de causa-efecto; por ejemplo es usual decir que la disminución de la cantidad de un bien en el
mercado “provoca” el alza de su precio, que la baja de la tasa de interés “estimula” la inversión,
que una creación “muy importante” de dinero es “fuente” de inflación etc. Empleamos las comillas
para los términos que evocan causalidad ya que no hay unanimidad -incluso sería mejor decir que
existen grandes diferencias de opinión- entre los economistas a este respecto, cualquiera sea el
caso examinado. Adicionalmente, los procesos por los cuales se genera la causalidad son
generalmente muy complejos.
Así Samuelson y Hicks evitan el problema reseñado por tales procesos -cuya existencia no deja
de tener efectos de importancia en el resultado final del análisis considerado- adoptando el punto
de vista de la estática comparativa que consiste en comparar el estado del sistema -demanda,
niveles de precios, etc.- antes y después de que la causa -el “choque” o la perturbación- haya
actuado. Su procedimiento analítico es estático ya que no aborda el problema del paso “dinámico”
de un estado a otro, que pertenece más bien al primer tipo de análisis. Para entender mejor el
asunto efectuemos una analogía con la física. Supongamos que una esfera está en equilibrio en el
borde de una taza de café y que un golpe cualquiera la hace caer al interior; a causa de la fricción
al cabo de un cierto tiempo la esfera encuentra un nuevo equilibrio al fondo del recipiente.
Un procedimiento del tipo de la estática comparativa consiste pues en comparar las características
del equilibrio inicial, al borde de la taza, con las del equilibrio final en el fondo, sin preocuparse
cómo se ha efectuado el paso de uno a otro. Este ejemplo nos permite entrever los límites de este
procedimiento en la medida en que teóricamente se puede aplicar en “el otro sentido”, es decir,
cuando el estado inicial fuera el fondo de la taza y el final el borde; ahora: ¿qué significado
tendría un “choque” sobre la esfera en el fondo referido, cuando la probabilidad es prácticamente
nula de hacer que la esfera llegue en este caso al borde y allí se quede? No tener en cuenta
XIII. Introducción al estudio de los mercados
370
procesos puede conducir a comparaciones absurdas y a deducir “relaciones causales” que no lo
son.
A pesar de estas reservas, la estática comparativa ocupa siempre un lugar preponderante en el
razonamiento de los economistas -en particular de los microeconomistas- a causa esencialmente
de su relativa simplicidad. En resumen, el programa de investigación de Hicks y Samuelson en el
cual se inscribe la microeconomía actual, se propone deducir leyes en el sentido de la estática
comparativa, partiendo de un número restringido de hipótesis y de “principios” -esencialmente el
de la maximización-- y empleando considerablemente las matemáticas. Es por ello que tal
programa es del tipo hipotético-deductivo. Modernamente, es usual trabajar con métodos de
dinámica comparativa – como hicimos en el cap. XII.
10. Observabilidad
Reparen ustedes que en el mundo real nunca “observamos” ni podremos hacerlo, una curva de
demanda o de oferta. Lo que en realidad observamos son precios y cantidades. Lo que sabemos
de las curvas de demanda ha sido deducido en buena parte de tales observaciones. Las curvas
de oferta y demanda son instrumentos analíticos o mecanismos para entender cómo son
determinados los precios en un mercado. Las curvas en sí no son observables. Supongan que
este año observamos una cierta extensión de tierra sembrada de trigo que es vendida a un cierto
precio. Lo vamos observando año tras año, por unos cuantos más. ¿Podríamos unir todos esos
puntos y llamarlos una curva de oferta (a un precio de $1, la oferta fue de 4 millones de quintales;
cuando el precio fue...)? No. Si la curva de oferta no se hubiera movido año tras año, precio y
cantidad se hubieran mantenido constantes. Como no lo hicieron, al menos una de las curvas
cambió, y tal vez ambas. Si la curva de demanda se mantuvo constante y la curva de oferta tuvo
desplazamientos (sabemos que el clima afecta a la oferta de trigo, por ejemplo), entonces los
puntos observados trazarán una curva de demanda (Figura 7-12ª), pero si fue la demanda la que
se trasladó, luego obtendremos un gráfico de la curva de oferta (7-12b). Si ambas se desplazaron,
el gráfico obtenido no corresponde a ninguna de ellas (7-12c). Este problema es conocido en
econometría como el problema de identificación de los parámetros, que aparece en modelos multiecuacionales donde las distintas ecuaciones tienen variables en común. Más generalmente, el
término puede usarse para referirse a una situación donde el modelo estadístico tiene más de un
conjunto de parámetros que dan lugar a la misma distribución de observaciones.
En la figura 7-12, la oferta (línea roja, con pendiente positiva) depende del precio, mientras que la
demanda (líneas de color negro, con pendiente negativa) dependen del precio y además de
alguna variable adicional Z, por ejemplo el ingreso, con un mayor ingreso desplazando la curva de
XIII. Introducción al estudio de los mercados
371
demanda hacia fuera. Lo cual se representa simbólicamente mediante los valores 1, 2 3 y 4
adosados a las curvas de demanda. Los desplazamientos de la curva de oferta de trigo pueden
estar asociados, por su parte, a cuatro situaciones climáticas distintas.
Cuando oferta y demanda son iguales, las observaciones sobre las cantidades y el precio son los
cuatro puntos blancos en el gráfico: en (b) revelan a la curva de oferta. Luego el efecto de Z sobre
la demanda permite identificar la pendiente (positiva) de la ecuación de oferta. En este caso la
pendiente (negativa) de la demanda no puede ser identificada. En otros términos, los parámetros
de una ecuación pueden ser identificados si existe algún parámetro que no interviene en esa
ecuación, mientras que sí interviene en la otra ecuación. En fórmulas, podríamos tener lo
siguiente:
[1]
[2]
Oferta: Q=aS + bS P + cX
Demanda: Q=aD + bD P + d Z
con bS>0 y bD<0. En este caso, si c tanto como d son distintos de cero, ambas ecuaciones están
identificadas, ya que Z interviene en la demanda, pero no en la oferta, y X interviene en la oferta,
pero no en la demanda. Observen que el sistema [1]-[2] corresponde a la forma estructural del
modelo, que indica las relaciones en Q y P. La forma reducida, sin embargo, puede ser fácilmente
identificada7.
¿Demanda u Oferta? Uno de los intríngulis iniciales de la economía consistió en saber si los
precios eran determinados por el valor para el comprador (demanda) o por el costo de producción
(oferta). Ahora ustedes ya se encuentran en condiciones de responder a esta pregunta sin
dificultades. Si la curva de oferta es horizontal a un precio P, éste será el precio de mercado
independientemente de la demanda – claro, a menos que la cantidad demandada a ese precio
sea cero, en cuyo caso no se vende nada y no existe precio de mercado. Otro tanto puede
afirmarse si la curva de demanda es horizontal.
El enunciado de que el “Precio es determinado tanto por el valor para el consumidor como por el
costo de producción” es verdadero aún cuando se tenga el caso extremo de una curva de oferta
horizontal. Ello es así porque el precio es igual al costo – no porque el costo determine el precio
sino porque el precio al que el bien puede ser vendido determina la cantidad (que es producida) la
cual determina a su vez el costo (marginal). A nivel del total de la industria, las curvas de demanda
y de oferta determinan en forma conjunta el precio y la cantidad; la cantidad (además de las
curvas de demanda y de oferta) determina el valor marginal y el costo marginal.
11. Estructura de los mercados
En los capítulos siguientes, entraremos a analizar la estructura de los mercados – también
conocida como morfología de los mercados – que tiende a describir el estado de un mercado con
respecto a la competencia:
• La competencia perfecta, cuando el mercado consiste de un gran número de empresas que
producen un producto homogéneo;
7
Este es un término usado en econometría: la forma reducida de un sistema de ecuaciones resulta de
resolver al sistema en términos de las variables endógenas, lo que permite expresarlas como función de las
variables exógenas, si las hay.
XIII. Introducción al estudio de los mercados
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• La competencia monopolística, que también suele ser llamado un mercado competitivo, que
consta de un amplio número de empresas independientes, cada una de las cuales tiene una
reducida participación en el mercado;
• El oligopolio, que se trata de un mercado dominado por un pequeño número de empresas
propietarias de una porción significativa (usualmente, más del 40%) de la participación en el
mercado;
• El oligopsonio, que consiste de un mercado dominado por pocos vendedores y pocos
compradores;
• El monopolio, en el cual hay un solo proveedor de un producto o servicio;
• El monopolio natural, que es un monopolio donde las economías de escala implican que la
eficiencia aumente con el tamaño de la empresa;
• El monopsonio, cuando hay sólo un comprador en el mercado;
Una estructura imperfectamente competitiva es idéntica a condiciones de mercado con algunos
competidores monopolísticos, algunos monopolistas, oligopolistas y duopolistas que existen
dominando las transacciones de mercado. Gran parte de esta porción de la microeconomía es
analizada mediante la Teoría de los Juegos, según veremos más adelante.
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