Entre dos mundos: La aventura de la innovación y la creación de empresas en Andalucía 1 Índice Prefacio 1. La innovación mueve el mundo 2. En el reino de lo nano 3. Andaluces con ciencia y con ideas 4. De lo imaginado posible a lo palpablemente real 5. La hora de verdad 6. Conclusión: Una aventura que vale la pena Bibliografía 2 Prefacio ¿Se imaginan a un afamado científico montando su propia empresa? Toda la ciencia acumulada en su cerebro y materializada en un producto (bien o servicio) listo para ser lanzado al mercado. Es lo que hacen algunos valientes académicos emprendiendo las llamadas spin-offs, esas empresas surgidas del mundo académico en torno a algún resultado de investigación que introducen en el mercado un alto conocimiento científico largamente gestado entre las paredes de universidades y centros de investigación. Los protagonistas de la historia que les vamos a relatar son algunos de estos intrépidos personajes: creadores de ideas, exploradores de oportunidades, navegantes de la novedad, fervientes convencidos del potencial de su saber, audaces empresarios, pioneros de nuevos caminos... Todos ellos provienen de Andalucía y, a pesar de ser pocos y pequeños, su repercusión en el proceso de innovación (el proceso, también llamado I+D+i, que va desde tener una idea novedosa a desarrollarla y comercializarla en el mercado en forma de un producto innovador) puede ser extraordinaria. Podríamos comparar el potencial de las spin-offs con lo que ocurre en una escala nanométrica con las propiedades de algunos materiales: una variación en su configuración en esta escala puede alterar profundamente las propiedades de los materiales, pudiendo incluso dar lugar a materiales esencialmente nuevos. Del mismo modo, los productos que las spin-offs introducen en el mercado, si bien pueden ser vistos como diminutos en términos de cantidad y cuota de mercado, éstos son tan rabiosamente innovadores, que pueden alterar sustancialmente el proceso de innovación, dando 3 lugar en el mismo a la aparición de propiedades y fenómenos genuinamente nuevos. A lo largo de estas páginas, descubriremos qué fue lo que empujó a estos aventureros científicos a embarcarse en la aventura de gestar una empresa del conocimiento (spin-offs). Para comprender el alcance y dimensión de su aventura, repasaremos antes algunas cuestiones básicas sobre ciencia e innovación (capítulo 1) y sobre el fenómeno de las spinoffs (capítulo 2). Posteriormente veremos cómo percibieron en una idea científica una oportunidad de negocio (capítulo 3), qué armas utilizaron para materializarla en un producto por el que otros están dispuestos a pagar (capítulo 4) y qué desafíos tuvieron que hacer frente para finalmente montar un negocio a partir de tan innovador producto (capítulo 5), recogiendo en último lugar, todas las enseñanzas que habremos ido entresacando a lo largo de este sugerente viaje (capítulo 6). Los ejemplos y datos utilizados como base de este trabajo se apoyan en proyectos de investigación previos sobre el sistema de I+D+i de la Comunidad Autónoma de Andalucía. En particular, se acude a varios estudios realizados por los autores que recaban datos y diagnósticos sobre el llamado sistema de innovación regional. Principalmente se utiliza información de un proyecto titulado “Transferencia de conocimiento y creación de empresas en el sistema de I+D de Andalucía”, realizado en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados de Andalucía del CSIC. Las observaciones se han basado en una encuesta realizada a las spin-offs andaluzas que representa con bastante fidelidad a la población de empresas de este tipo en ésta comunidad autónoma. También se han utilizado una serie de estudios de caso que reflejan las historias reales de un grupo de audaces andaluces provenientes de 4 universidades y centros de investigación que decidieron montar su propia spin-off, iniciando desde entonces una vida entre dos mundos: el académico y el empresarial. Las empresas spin-offs constituyen un lugar estratégico para estudiar la innovación en Andalucía, ya que éstas reúnen tres aspectos esenciales del proceso innovador: la generación de conocimiento científico, el desarrollo de nuevas tecnologías y productos, y la creación de empresas para darles salida comercial. En el contexto actual (andaluz, español, europeo, ¡mundial!), donde el conocimiento y la innovación se imponen como los elementos clave para ser productivos y competitivos, la historia que vamos a narrarles tiene sin duda una especial relevancia. Tenemos la esperanza de que este relato pueda ser interesante para las personas interesadas en promocionar los procesos de innovación y, sobre todo, esperamos que la historia que vamos a narrarles sirva como ejemplo a potenciales emprendedores para adentrarse en esta aventura entre dos mundos. 5 1. La innovación mueve el mundo “Innovation, not love, makes the world go round” (“la innovación, no el amor, hace girar al mundo”), dijo recientemente John Dryden, director adjunto de la División de Ciencia, Tecnología e Industria de la OCDE1. El Señor Dryden hizo estas declaraciones ante el estupefacto periodista que lo entrevistaba, por dos razones principalmente (a su vez relacionadas entre sí): porque vivimos en un mundo basado en el conocimiento y porque vivimos en un mundo globalizado. “Porque vivimos en un mundo basado en el conocimiento” Piénsese en el descubrimiento del fuego o en la invención de la rueda: un cambio en el conocimiento que poseen las personas puede provocar verdaderas revoluciones, y de hecho el conocimiento ha estado desde siempre en la raíz de la evolución de economías y sociedades. Y es que el hombre es el único habitante de la Tierra capaz, no sólo de “conocer”, sino también de “imaginar y crear”. Como señala el filósofo Leonardo Polo (1991), de todos los seres vivientes que se han enfrentado a un incendio, el único que ha descubierto oportunidades en el fuego ha sido el hombre (por ejemplo, para asarse un buen chuletón). La utilización del conocimiento en la creación de un producto o proceso nuevo (o mejorado) es lo que llamamos innovación2. Tales novedades, surgidas 1 The Economist, 11 de octubre de 2007 “Something new under the sun”. 2 Según el Manual de Oslo (2006), una guía metodológica que sugiere definiciones en materia de innovación y tecnología armonizadas internacionalmente, la innovación es 6 del conocimiento, son las que cambian el mundo “desde dentro” (Schumpeter, 1942). Esto, que se ha cumplido desde que el hombre es hombre, se da aún con mayor intensidad en el mundo actual, en el que el alcance y el ritmo en la creación, acumulación, transmisión y depreciación del nuevo conocimiento no ha tenido precedentes (David y Foray, 2002). Por ejemplo, observamos que cada vez son más los trabajos que requieren una formación especializada, más los sectores intensivos en conocimiento, por no hablar del enorme desarrollo que han experimentado las tecnologías de la información y la comunicación (Shapiro y Varian, 1998). Por la creciente importancia del conocimiento en el mundo actual, ahora más que nunca, la innovación es el germen esencial del devenir económico. “Porque vivimos en un mundo globalizado” Precisamente por el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (las llamadas TICs), las fronteras entre países se han traspasado y nos encontramos inmersos en un mercado global. En este nuevo escenario, la innovación se ha convertido en el factor por excelencia para lograr ser competitivos: como los países desarrollados (entre los que se encuentra España) ya no pueden competir por precio, porque si lo hacen se topan con los bajos costes de mano de obra que otros países menos desarrollados (por ejemplo, los asiáticos), éstos deben buscar vías alternativas para competir, como por ejemplo, ofreciendo unos productos de mayor calidad, más originales o que la introducción de un producto (bien o servicio), de un proceso o de un método (de organización o comercialización) nuevo o significativamente mejorado 7 tengan alguna característica que los haga diferentes a los demás. La competencia basada en los “precios” ha dado paso así a la competencia basada en el “ingenio”. El quid de la cuestión De lo dicho podemos deducir que si conociéramos los entresijos de la innovación, poseeríamos el secreto mismo de la productividad y la competitividad y tendríamos en nuestras manos el germen del crecimiento económico y bienestar social. El quid de la cuestión radicaría entonces en saber “cómo se genera la innovación”. Ante este enigma, en un primer momento (en los años sesenta, cuando se empezó a pensar seriamente sobre estas cuestiones) se creyó que la innovación era como una “máquina obediente” a la que uno pudiera decirle “quiero que salgas” y saliera. Décadas más tarde, sin embargo, se ha visto que contrariamente a lo que se pensó en un inicio, la innovación se comporta más bien como “la diosa fortuna”, sorprendente y caprichosa. La innovación como una “máquina obediente”: el Modelo Lineal de Innovación Sería una auténtica gozada tener un mecanismo en el que, al igual que en una máquina expendedora de refrescos, uno introdujera una moneda, pulsara un botón rojo y automáticamente saliera una cosa llamada innovación. Es esto lo que en los años sesenta se pensó de la innovación, concibiéndola como un proceso lineal formado por cuatro etapas (Figura 1): la investigación o “ciencia básica” (etapa 1) produce conocimiento que se dirige a la “ciencia aplicada” (etapa 2) para el desarrollo de 8 tecnología (etapa 3), la cual es utilizada a su vez para producir nuevos productos y comercializarlos en los mercados (etapa 4). Así de fácil. 9 Figura 1. El Modelo Lineal de Innovación Ciencia Básica (investigación) Ciencia Aplicada (desarrollo ) Tecnología Fuente: Elaboración propia basado en Kline y Rosenberg (1986) 10 Comercialización Se trata de una cadena perfecta en la que cada eslabón desempeña obedientemente su papel: la investigación básica obtiene nuevos conocimientos científicos sin preocuparse de encontrarles una utilidad determinada, y sus resultados salen principalmente en forma de publicaciones; la investigación aplicada dirige estos conocimientos hacia un objetivo práctico específico, saliendo sus resultados, entre otras, en forma de patentes; la tecnología surge de aplicar todo este conocimiento a la producción, y la innovación, de introducir todas estas novedades en el mercado. Todo funciona como un mecanismo sencillo en el que cada uno de los agentes desempeña una labor determinada. En esta particular máquina expendedora de innovaciones, la inversión pública en I+D (investigación y desarrollo) es la moneda que se introduce en la ranura y pone en marcha el proceso descrito. Corresponde a los poderes públicos destinar partidas presupuestarias al fomento de la ciencia y la investigación llegando incluso a establecer líneas prioritarias de fomento de la ciencia y la investigación. Algunos economistas (como Nelson, 1959 y Arrow, 1962) justifican esta inversión pública en ciencia e investigación bajo el argumento de que éstas tienen la naturaleza de un “bien público”. Se dice que un bien es público cuando cumple las propiedades de “no rivalidad” y “no exclusión”: la propiedad de no rivalidad supone que el bien en cuestión puede usarse cuantas veces se quiera y sin disminuir la capacidad de uso de otros; mientras que la propiedad de no exclusión significa que es imposible excluir del beneficio que reporta el uso de dicho bien a individuos ajenos a su producción (por ejemplo, el alumbrado de las calles). Por su carácter de bien público, se asume que los individuos particulares invertirán en su producción del conocimiento científico por debajo del nivel socialmente deseable correspondiendo, por ello, a los poderes públicos invertir en ello. La capacidad de la ciencia y la 11 investigación para generar nuevas tecnologías e innovaciones había sido demostrada en la Segunda Guerra Mundial, principalmente a través del Proyecto Manhattan. Una vez finalizada ésta, Vannevar Bush (1945), iniciador y destacado miembro de dicho proyecto, lideró la iniciativa que reivindicaba la canalización del esfuerzo realizado con fines militares hacia la sociedad civil para incrementar el bienestar económico y social. Como resultado, especialmente a partir de la Segunda Guerra Mundial, los gobiernos comienzan a inyectar fuertes sumas de dinero público a la investigación científica, erigiéndose el Estado desde entonces en el principal garante de la actividad científica e investigadora. En este modelo la ciencia es la fuente principal de innovación por lo que se piensa que más inversión en ella generará, al final de la cadena, impepinablemente más productos innovadores. Recae sobre las universidades y centros de investigación la labor de generar conocimiento científico y a las empresas su desarrollo aplicado, transformando este conocimiento en tecnología, y su comercialización hacia los clientes y usuarios, concebidos como el último eslabón de la cadena. La innovación como “la diosa fortuna” Un modelo teórico es como un mapa: ambos son representaciones de la realidad, y funcionan en la medida en que explican un fenómeno, en el caso de los modelos teóricos, y guían hasta punto geográfico concreto, en el caso de los mapas. Los modelos teóricos, al igual que los mapas, se deben ir adaptando a la realidad que tratan de captar bien porque esta cambia o porque lo hace el conocimiento que tenemos de ella. Se puede decir que, en su momento, el Modelo Lineal de Innovación “funcionó”. Sin embargo, la emergencia de nuevos competidores en el escenario 12 mundial y el propio desarrollo del proceso innovador, hicieron del mismo un proceso mucho más complejo en el que la idea del proceso de innovación como una “máquina obediente” comenzó a flaquear siendo necesario un nuevo modelo que ayudase a comprender el nuevo proceso de innovación. La emergencia de nuevos competidores generó la necesidad de la búsqueda de mayor eficiencia en el sistema de innovación. Mientras que el propio desarrollo del proceso de innovación desembocó en una mayor colaboración entre los agentes tradicionales del proceso de innovación (poderes públicos, universidades y centros de investigación y empresas) y el surgimiento de nuevos actores, algunos de los cuales, encargados de facilitar esa colaboración, iniciativas y espacios de interacción. Los nuevos modelos3 que explican el proceso de innovación pasan a ser más complejos para recoger estas nuevas relaciones y agentes y, así, poder entender y mejorar el proceso de innovación. Así, los nuevos modelos dan cabida a los tres agentes principales del proceso innovador (las Administraciones Públicas, la Universidad y la Empresa) pero éstos dejan de relacionarse de una manera secuencial “lineal” para hacerlo de una manera “interactiva” (“no lineal”) y con constantes retroalimentaciones entre unos y otros (Figura 2). Los nuevos modelos permiten explicar la importancia de la interacción de los agentes de innovación en las distintas fases del desarrollo de innovación. 3 Los nuevos modelos van desde modelos más cerrados que inciden en la importancia de un determinado componente como el “market pull” (Freeman, 1974), en el que se empiezan a destacar el rol del mercado en la demanda de innovación, a modelos más integrados, en los que destacan los factores colaborativos como el “modelo interctivo” (Porter, 1980), o abiertos, en los que se destacan aspectos estratégicos o interactivos, como el de la Triple hélix (Etzkowitz y Leydesdorff, 2000). 13 Figura 2. El Modelo Interactivo de Innovación I+D y Diseño Generación de Ideas I+D y Diseño Sociedad y Mercado I+D y Diseño Prototipo Producción y ventas Tecnología y Producción Fuente: Porter (1980) 14 Marketing y Ventas Mercado La mayor interacción entre los distintos actores del sistema de innovación hace que los actores tradicionales comienzan a desempeñar roles que antes correspondían a los otros (ver Tabla 1), comienzan a “superponerse” (Sánchez, 2008: 172) y que surjan nuevos actores, iniciativas y espacios de interacción. Por ejemplo, las universidades refuerzan lo que se denomina “Tercera Misión” que añade a la docencia y la investigación la labor de transferir los conocimientos con el tejido productivo y social. La mayor interacción hace que algunos de los nuevos actores surja para encargarse de los nuevos roles adquiridos por los agentes tradicionales. Por ejemplo, las Oficinas de Transferencia Tecnológica (OTT) u Oficinas de Transferencia de Resultados de Investigación (OTRIs) surgen dentro de las universidades y centros de investigación para facilitar parte de la tercera misión adquirida o reforzada por las universidades. La mayor interacción también provoca que surjan iniciativas nuevas entre actores tradicionales. Por ejemplo, las alianzas estratégicas universidad-empresa. La mayor interacción también provoca que surjan espacios específicos para facilitar la colaboración entre ellos. Por ejemplo, los Parques Tecnológicos, superficies destinadas a congregar en la misma ubicación a los mencionados agentes del conocimiento y la innovación para incentivar y aprovechar las capacidades y sinergias susceptibles de generarse entre ellos, de tal forma que florezca un gran torbellino de ideas. La mayor interacción hace más complejo es proceso de innovación al tiempo que facilita la generación y difusión del conocimiento social y económicamente útil. En este nuevo contexto de diversidad de agentes, interacciones y sinergias, la innovación no es ya un recurso del que podamos disponer a nuestro antojo ni el resultado de una receta o fórmula preestablecida. Por el contrario, es un proceso por naturaleza más impredecible, que 15 proviene de múltiples fuentes (y no exclusivamente de la ciencia), que surge por la interacción de agentes diversos (individuos, empresas, organizaciones) y que está más asociado a un contexto, a un entorno, a unas personas y a unas circunstancias concretas. La mera aglomeración de componentes, unos junto a otros, no implica necesariamente que surja la magia entre ellos. En el proceso de interacción también se desarrollan trayectorias innovadoras particulares y acumulativas en el tiempo que encauzan el desenvolvimiento económico de un país, región o sector4 por una determinada senda (Pavitt, 1984; Dosi, 1988; Nelson, 1993). Ahora, la innovación, como la diosa fortuna, es sorprendente y caprichosa. Sin embargo, entender sus entramados facilita enormemente que nos ganemos su suerte y que descubramos la importancia y el potencial de nuevos fenómenos en los sistemas de innovación. Parece, pues, que el Señor John Dryden de la OCDE no estaba en absoluto descaminado al afirmar que la innovación, y no el amor, es lo que hace girar al mundo. La creciente importancia del conocimiento y la globalización otorga mayor importancia al proceso de innovación para el desarrollo económico y social de las sociedades, especialmente para los países desarrollados. Entender el proceso de innovación, la generación y transmisión del conocimiento, debe pues formar parte de la estrategia de los países para poder aprovechar las ventajas sociales y económicas que ofrece y mejorarlo para que siga produciéndolas Así, parafraseando al Señor John Dryden, será el amor por la innovación lo que permita a determinados países beneficiarse de las ventajas que ésta otorga. Entre los nuevos fenómenos destacados del proceso de innovación se 4 El concepto de Sistema de Innovación (Fisher et al., 2001) se aplica a distintos ámbitos: al nacional bajo el nombre de Sistema Nacional de Innovación (Freeman, 1987; Lundvall, 1992), al regional con el nombre de Sistema Regional de Innovación (Howells, 1999) y al sectorial bajo la denominación de Sistema Sectorial de Innovación (Malerba, 2002). 16 encuentran los emprendedores académicos que ponen en marcha spinoffs, empresas que emergen del ámbito académico (universidades o centros públicos de investigación) en torno a algún resultado de investigación con el fin de explotarlo comercialmente. Por el lugar que ocupan en el sistema de innovación, los emprendedores académicos y las spin-offs albergan un alto potencial para revolucionar el proceso de innovación. 17 Tabla 1. Agentes de I+D+i y sus funciones principales AGENTES FUNCIÓN PRINCIPAL Son los generadores por excelencia del Universidades y centros de investigación conocimiento científico Se Empresas encargan del desarrollo y comercialización del bienes y servicios Administraciones Públicas Fomento e inversión del I+D+i Facilitar la difusión y colaboración de los Centros de transferencias, OTTs u OTRIS agentes de innovación Incentivar y aprovechar capacidades y Parques científicos-tecnológicos sinergias entre los agentes de innovación Desarrollo y comercialización de bienes y Spin-offs servicios de alto contenido en I+D+i Fuente: Elaboración propia 18 2. En el reino de lo nano En un proceso de innovación en el que las conexiones con distintos agentes de investigación son cada vez más relevantes, los emprendedores académicos y las spin-offs adquieren un papel más determinante. Los emprendedores académicos, por su cercanía con el conocimiento científico poseen capacidades especiales para crear nuevas innovaciones sus spin-offs son los vehículos para desarrollar y comercializar estos productos innovadores. Las spin-offs de los emprendedores académicos pueden albergar la capacidad de alterar el proceso de innovación al ser un híbrido entre los agentes tradicionales de la innovación, universidades y centros de investigación y empresa, alterando la manera en que éstos interactúan y se relacionan con el conocimiento científico. Emprendedores académicos: los herederos del conocimiento En el proceso de innovación hay inventos e inventores de distinto tipo. En uno de los extremos de la esta tipología se sitúan los inventos que podemos denominar “inventos fregona”. Frente a los “inventos fregona” uno siente una especie de reverencia ante la sencillez en la innovación del producto y, de forma instantánea, uno tiene la inercia de pensar “cómo no se me ocurrió a mí”. En el otro extremo de la tipología están los “inventos caja negra”. Frente a ellos uno se siente igualmente maravillado pero difícilmente alcanza a comprender qué hay en ellos, cómo funcionan. Para la mayoría de la gente, bastaría una bombilla o un microondas para crear esta sensación. Ante los “inventos caja negra”, es 19 difícil que uno se sienta protagonista más allá de activar el dispositivo que los pone en funcionamiento y, como mucho, uno podría pensar “a quién se le habrá ocurrido esto”. Sin embargo, para un experto el efecto de un “invento caja negra” cercano a su especialidad es casi el mismo que el que le producen los “inventos fregona”. Un ingeniero o un estudiante de ingeniería puede imaginarse igualmente protagonista de la invención del microondas o de la fregona: “esto pudo habérseme ocurrido a mí”. Así, la gente que está cerca del conocimiento tiene la posibilidad de encontrarse con más inventos ante los que otros puedan sentirse maravillados. Las universidades y los centros de investigación poseen conocimiento fruto de sus investigaciones y ello les convierte en protagonistas de los procesos de innovación. El personal de las universidades, los centros de investigación o laboratorios, desde profesores, jóvenes investigadores a estudiantes de carrera o master tienen el potencial para ver más ideas y acelerar el proceso de invención de una idea más común. Si el personal del las universidades está tan cerca del conocimiento y la investigación, cabría plantearse por qué no deciden con mayor frecuencia aprovecharse de esta cercanía y convertirla en un negocio. Porqué no hay más emprendedores académicos. Porqué el personal y los estudiantes de determinados países no dan con tantas nuevas ideas, no las convierten en un producto o servicio y no montan un negocio con ellas. El personal de las universidades y centros de investigación y los estudiantes tienen más capacidad para convertirse en emprendedores pero, a su vez, tienen más oportunidades para ser contratados por cuenta ajena. En algunos países, los poseedores del conocimiento tienden con mayor frecuencia a aprovecharlo comercialmente y convertirse en emprendedor. Si se le pregunta a un estudiante de Harvard qué quiere 20 hacer en el futuro, las posibilidades de que conteste que quiere montar su propio negocio son bastante altas. Si se hace esa misma pregunta en España5, con una posibilidad igualmente alta éste responderá que quiere ser funcionario o trabajar por otra forma de cuenta ajena. Para tener empresas líderes en sectores punteros, para empezar hay que querer tenerlas, que los que pueden crear este tipo de empresas sean conscientes de sus oportunidades y quieran aprovecharlas en este sentido. España y toda Europa están inmersas en un mundo globalizado y tienen el privilegio de luchar por mantener una posición de liderazgo económico y social por medio de la innovación. Sabemos que la batalla por aumentar la productividad disminuyendo los costes de mano de obra está perdida de antemano. España se benefició durante un tiempo de esa estrategia para recibir empresas de otros países pero ese tiempo, afortunadamente, parece haber pasado. Y hay que ser conscientes de que esto no es un problema sino un privilegio. Por mucho que nos sorprendan los progresos de China, la situación de un ciudadano medio de este país dista mucho de la de un europeo. Europa y España están afortunadamente abocadas a apostar por la innovación para mantener su posición y empiezan a ser conscientes de que, mantener este liderazgo pasa por cultivar la cultura emprendedora. Los países más desarrollados parten con la ventaja de mantener una posición de liderazgo también en el proceso de creación y difusión del conocimiento (proceso de innovación) (I+D+i). Son los países que más invierten en I+D+i, que más investigadores tienen y que más publicaciones y patentes producen. Esta posición de liderazgo otorga ciertas ventajas ya que cuentan con una estructura y una capacidad que Según el segundo barómetro Universidad – Sociedad, elaborado por el Consejo Social de la Universidad Complutense de Madrid (2011) 5 21 no poseen los países menos avanzados. Sin embargo, para mantener esa capacidad de liderazgo hay que preocuparse por renovar estas estructuras y capacidades, que sean flexibles y sean capaces de responder a los cambios que demanda un mundo globalizado. La innovación requiere ser especialmente exigente es esta capacidad de respuesta y flexibilización. Así, los países que tienen una posición de liderazgo en I+D+i tienen una mayor necesidad por hacer más eficiente su sistemas de producción y difusión del conocimiento. Kirzner (1979) sostiene que el progreso económico se produce como consecuencia de un constante descubrimiento de nuevas conexiones mediante el ejercicio de lo que él denomina la empresarialidad. Ésta es definida como un “estado de alerta” que lleva a los individuos a descubrir oportunidades de beneficio que permanecen sin explotar en los mercados. Fomentar el emprendimiento académico es pues una manera de mejorar el funcionamiento del sistema de I+D+i y de obtener progreso económico y social. Spin-offs: el reino de los emprendedores académicos El carbón y el diamante son muy similares en una escala atómica pero esa similitud se desvanece a una escala mayor y pocos dudarían con cual quedarse en una escala real (ver Figura 3). Tanto el carbón como el diamante están compuestos de átomos de carbono con pequeñas variaciones en su configuración atómica. Las propiedades de los materiales dependen de la ordenación de los átomos que los constituyen. Si modificamos la materia a escala muy pequeña en teoría unos materiales podrían dar lugar a otros, preferiblemente el carbón podría dar lugar a diamante. Trabajando en esa misma escala también podríamos modificar las propiedades de un mismo material. Son los 22 efectos cuánticos. Por ejemplo, el oro no es soluble en agua pero, basta una modificación a una escala muy pequeña, para convertirlo en soluble. En esa pequeña escala es en la que se mueve la nanotecnología, una billonésima parte, o 10-9, de un metro. Trabajando en esa pequeña escala, la nanotecnología se ha convertido en una de las áreas más prometedoras en generación de conocimientos y grandes innovaciones. 23 Figura 3. Imágenes del carbón (izquierda) y diamante (derecha) Carbón Diamante 24 Muchas veces tendríamos que irnos a una escala nanométrica para descubrir el porqué nos sorprenden propiedades de la materia a escala visual al ojo humano. La hoja de la flor de loto es superhidrofóbica, repele de una manera extraordinaria el agua, prácticamente no se moja. Por ello, cuando vemos una gota de agua sobre su superficie aparece con forma redonda (figura 4). La col verde también tiene esa propiedad (figura 4). Repeler el agua les sirve a las plantas que tienen esta característica para permanecer más tiempo frescas, las coles verdes se conservan mejor comparadas con otros vegetales. Una parte de la nanotecnología se dedica a estudiar la estructura de los materiales para analizar porqué presentan estas propiedades y sean superhidróficos. Una vez descubierto el mecanismo que otorga esta propiedad, se plantea la posibilidad de modificar estos u otros materiales para que éstos también tengan la propiedad que se busca. Es fácil imaginarse la utilidad de este conocimiento para, por ejemplo, diseñar chubasqueros más eficientes, diseñar envoltorios que haga que los alimentos se conserven mejor, crear fachadas de casas que no se humedezcan o aplicarlo a superficies como los parabrisas de los coches para que éstas se ensucien menos. Las coles verdes no sólo se conservan mejor que otros vegetales sino que permanecen más limpias al repeler la suciedad. No son pocas las spinsoffs que están desarrollando este tipo de investigación y conocimiento para poder diseñar productos con propiedades adquiridas a escala nanométrica. 25 Figura 4. Gotas de agua sobre hoja de flor de loto (izquierda) y col verde (derecha) Gotas de agua en loto Gotas de agua en col verde 26 Las spin-off puede considerarse que funcionan a una escala nanométrica en el proceso de innovación. Son pequeños cambios que se introducen en el sistema y proceso de conocimiento e innovación pero que alteran sustancialmente este proceso y, como tal, pueden dar lugar a propiedades y fenómenos nuevos en el mismo. Las spin-offs suponen una alteración en el proceso de conocimiento e innovación porque son un híbrido entre los tradicionales creadores de conocimiento -universidades y centros de investigación- y los encargados de desarrollar y comercializar productos o servicios -empresas. Como híbridos, las spin-offs comparten características de ambos pero, también como tales, se comportan de una manera completamente distinta a ellos. Las spin-offs comparten con las universidades y centros de investigación su necesidad de crear investigación y el conocimiento. Necesitan desarrollar investigación puntera o estar en contacto estrecho con ella para poder desarrollar los productos y servicios que, como empresas, tienen que vender. Como empresas tiene que vender pero sin descuidar su parte no comercial que les otorga su valor y diferencia. La hibridación entre el científico y el mercader que presentan las spin-off es una mezcla tan poderosa como inestable. No es fácil responder a demandas tan diferentes. Sin embargo, si las spin-offs logran alcanzar la estructura adecuada y lograr estabilidad y éxito, su potencial innovador es enorme. El comportamiento de las spin-offs como agente de innovación es diferente como también lo es el comportamiento con respecto a lo que producen -conocimiento e innovación, productos o servicios. Las spinoffs necesitan la investigación y el conocimiento, tal y como lo necesitan 27 las universidades y los centros de investigación, pero éste tiene que ser de un tipo determinado. El conocimiento y la investigación que buscan y desarrollan éstas tienen que tener un alto potencial para ser aplicado y transformado en un producto o servicio. Las spin-offs, como las empresas, necesitan productos y servicios para ser vendidos pero éstos tiene que tener un carácter innovador muy alto para diferenciarse de los que ofrecen las empresas. Este comportamiento diferenciado como agentes de innovación y con respecto a lo que producen hace que puedan dar lugar tanto a conocimientos y productos, como a relaciones diferentes con otros agentes de innovación y con su entorno. Los emprendedores académicos tienen un papel de creciente importancia en el proceso de innovación, ya que como académicos y creadores de conocimiento que son, poseen un tremendo potencial para ver su aplicación en nuevos inventos, acelerando así el proceso de innovación. Sin embargo, no son muchos los académicos que son conscientes de esas oportunidades y deciden aprovecharlas para montar una spin-off. Su incremento resulta sin duda un importante desafío, ya que el entorno actual de demanda constante por mejorar el proceso de innovación, hace que los emprendedores académicos y las spin-offs sean más relevantes. Las spin-offs son híbridos entre los creadores de conocimiento – universidades y centros de investigación- y los encargados de desarrollar y comercializar un producto – empresas. Comparten características de ambos pero tienen que comportarse de una manera diferente para mantener su diferencia. Estabilizarse en esta frontera es difícil pero de conseguirlo, su un potencial innovador es muy grande al alterar el modo en el que se comportan otros agentes y abordan la labor que les caracteriza. 28 Podríamos decir que el proceso de emprender se reduce a tres pasos simples: 1. Tener una idea. 2. Convertir esa idea en un producto o servicio 3. Convertir ese producto o servicio en un negocio. Sin embargo, a pesar de que estos pasos parecen sencillos, no lo son y es por ello por lo que no son muchos los académicos que se lanzan en este proceso. En los próximos capítulos, seguiremos el proceso de emprendimiento académico para un muestra representativa de spin-offs en Andalucía, ilustrándolo con las historias reales de varios emprendedores académicos andaluces que han creado sus propias spinoffs. El estudio detectó una población de 157 spin-offs andaluzas en el año 2008-2010, de las cuales 121 contestaron a la encuesta (77,07%). Asimismo se realizaron varios estudios de caso con entrevistas en profundidad, de los que exponemos sus resultados bajo nombres ficticios para preservar su identidad. De ese modo podremos entender tanto la importancia de las spin-offs, desde su nacimiento a su desarrollo, como el por qué no hay más emprendedores académicos, y poder, así orientar acciones encaminadas a incentivar este tipo de emprendimiento e innovación. 29 3. Andaluces con ciencia y con ideas El panorama de la innovación está evolucionando hacia una mayor colaboración entre los agentes de la innovación. Dentro de éstos, los emprendedores académicos y las spin-offs adquieren relevancia por su carácter híbrido, entre creadores de conocimiento y desarrolladores y comercializadores de producto, y por su potencial para renovar la manera de entender y llevar a cabo el proceso de innovación. Para comprender el modo en que los emprendedores académicos y sus spinoffs operan dentro de un sistema de innovación como el andaluz es útil entender quiénes son estos emprendedores académicos, cuáles son las oportunidades que propician la génesis de sus spin-offs (demandas empresariales de un nuevo tipo de investigación, resultados de investigación, conexiones internacionales u otras oportunidades más generales), así como las motivaciones que les impulsan a crearlas. Los emprendedores académicos andaluces y sus spin-offs Biotecnología azul, Micorrizas, nanopartículas, coralbots. Para la mayoría de la gente, estas palabras no dicen mucho. Una parte más pequeña de gente podría intuir su significado. Mientras que otra más pequeña podría dar una definición precisa. Podíamos denominar a los grupos anteriores respectivamente como “ciudadanos alejados de la ciencia”, que participan de ella pero no de forma consciente, “ciudadanos con curiosidad científica” y “ciudadanos con cultura científica” (ver Figura 5). Hay sin embargo un pequeño grupo de gente que podrían hablar horas sobre estos conceptos porque que basan sus 30 investigaciones en ellos, son “expertos”, ”académicos” si su labor se lleva a cabo en la academia. Este último pequeño grupo, todavía puede reducirse más si nos limitamos a de los que han visto en ese conocimiento una oportunidad de negocio (“proto-emprendedores académicos”). Y, todavía más, si nos limitamos de, entre ellos, quedarnos con los que de ese conocimiento no sólo han visto la oportunidad de negocio sino que se han lanzado a llevarlo a cabo. Este pequeño y exclusivo grupo lo comprenden los “emprendedores académicos” que han fundado spin-offs académicas con el conocimiento en biotecnología azul, micorrizas, nanopartículas y coralbots. 31 Figura 5. Representación del grado del conocimiento científico (*) (*) Fuente: Elaboración propia Gráfico ilustrativo. No muestra proporciones reales sobre ratios de los distintos grupos representados 32 Los hermanos Morales, Ruth y Javier, Juan y Manuel y el grupo de “los cinco” son “emprendedores académicos” y han creado sus spin-offs basadas en la biotecnología azul micorrizas, las nanopartículas y los coralbots; PISCIS, PARTINANO, HONGUS, ARQUEO (Tabla 2). Saben perfectamente qué son estos términos. Son expertos, han basado sus investigaciones en ello, han estado en contacto con universidades internacionales para desarrollar sus investigaciones, han publicado en revistas especializadas punteras, como Science, han patentado... Contaban con una prometedora carrera profesional en investigación y podían haberse conformado con ello pero no lo han hecho. Han decidido utilizar su conocimiento y la visión de una oportunidad de negocio para montar el suyo propio. 33 Tabla 2. Guía de casos: área de conocimiento, fundadores y spin-off AREA CONOCIMIENTO- FUNDADORES SPIN-OFF INVESTIGACIÓN Biotecnología azul Hermanos Morales PISCIS Nanopartículas Juan y Manuel PARTINANO Micorrizas Ruth y Javier HONGUS Coralbots “Los cinco” ARQUEO 34 Los hermanos Morales, Ruth y Javier, Juan y Manuel y el grupo de “los cinco” forman parte de ese pequeño grupo de “emprendedores académicos” andaluzes que han creado una spin-off. Los emprendedores académicos andaluces son en su mayoría hombres (79%) de 36 años de edad media. Con un nivel de educación alto, desde un 42,35% con una licenciatura hasta un 39% con un doctorado como nivel educativo más alto. En el momento de crear la empresa, un porcentaje nada desdeñable desarrollaba su actividad en el mundo de la docencia universitaria y de la investigación como profesor o investigador titular (30,27%) o contratado (13,50%), como becario predoctoral (8,59%) o posdoctoral (2,04%) o como estudiante (13,91%). Los emprendedores son hombres, de mediana edad, con nivel educativo alto y con vínculos formativos o laborales en la universidad. Génesis de las spin-offs En la génesis de las spin-offs se encuentran oportunidades de distinto tipo entre las que se incluyen satisfacer una demanda de un nuevo tipo de investigación fruto de las colaboraciones entre universidades y empresas, explotar unos resultados de investigación e incorporar técnicas desarrolladas en otros países u explotar oportunidades más generales. Spin-offs como fruto de las nuevas necesidades de la colaboración entre universidades y empresas Las universidades y los centros de investigación colaboran con las empresas. Hacen investigación conjunta o las empresas subcontratan investigación a las universidades y los centros. Estas colaboraciones han 35 aumentado en los últimos tiempos, y como fruto de esas colaboraciones, algunos estudiantes de doctorado hacen sus tesis en investigaciones en las cuales están involucradas las empresas. Estos estudiantes e investigadores entran en contacto con las empresas y, por ello, son más conscientes del tipo de investigación y servicios que éstas requieren. Los hermanos Morales, tres biólogos, dos de ellos miembros de grupo de investigación de una universidad andaluza, forman parte de estos investigadores que han entrado en una mayor colaboración con las empresas. De este modo, se dieron cuenta de que los servicios de investigación que ofrecen las universidades y los centros de investigación podrían adaptarse mejor a las necesidades de las empresas. Los hermanos Morales se dieron cuenta de que las empresas necesitaban una investigación más adaptada a sus necesidades, que las universidades y los centros de investigación proveían una investigación en estado “más bruto”, mientras que las empresas necesitaban una investigación con “valor añadido”, y junto a ello, necesitaban también asesoramiento y continuidad en la misma. Los hermanos Morales se dieron cuenta también de que las universidades y los centros de investigación no tienen la suficiente capacidad para captar clientes y darles este servicio adaptado. Así, aunque las universidades y los centros de investigación colaboran con las empresas cada vez más, existe todavía una demanda por parte de éstas de una investigación más adaptada, un asesoramiento más específico y una mayor continuidad. Los hermanos Morales hicieron sus tesis sobre genómica estructural y funcional en peces marinos y terminaron montando una spin-off (PISCIS) “con capacidad científica y técnica para generar y proporcionar servicios a la acuicultura a partir de resultados científicos novedosos”. Con su empresa cubren la “creciente demanda de conocimiento científico y técnico sobre biología de las especies cultivadas” y su 36 campo de servicio cubre la genética, biología molecular, microbiología, nutrición, fisiología e histología, zootecnia, nutrición, estudios de impacto ambiental y asesoramiento en I+D+i. Spin-offs como fruto de un resultado de investigación Las colaboraciones entre las universidades y las empresas son una fuente de ideas para generar nuevos productos que den lugar a nuevas iniciativas empresariales, pero las spin-offs también surgen para desarrollar los resultados de una investigación interna con un producto más específico, que en algunos casos está materializado y protegido con una patente. Éste es el caso de Juan y Manuel, profesor y antiguo alumno en el campo de la generación de nanopartículas. La investigación básica en su campo había dado señales prometedoras para la generación de nanopartículas y su posible aplicación. De sus investigaciones surgió una “técnica para generar nanopartículas con estructura núcleo-corteza que podía tener una variedad de aplicaciones”. Con el desarrollo de esta técnica lograron una gran visibilidad internacional, ya que ésta suponía un avance en comparación con las técnicas existentes. La generación de nanopartículas requiere de un proceso largo y tedioso que, con su técnica, se simplificaba en una sola etapa. Sus hallazgos tuvieron eco internacional, se publicaron en la prestigiosa revista Science y consiguieron publicar una patente en EEUU con la aplicación de esta tecnología en el campo alimentario. La venta de la patente a una reconocida empresa internacional de productos alimentarios demostraba la rentabilidad de sus hallazgos, y fue el acicate para montar su propia spin-off (PARTINANO), para aplicar los resultados a nuevos campos fuera del agroalimentario y desarrollar nuevos productos. 37 Spin-offs y la internacionalización La investigación y la ciencia tienen un marcado carácter internacional. Los investigadores trabajan en grupos internacionales y pasan temporadas en universidades de otros países, en estancias cortas o temporadas más largas a través de contratos postdoctorales o laborales. Estas estancias facilitan las colaboraciones internacionales que permiten avanzar a la ciencia al mismo tiempo que posibilitan las aplicaciones locales de avances científicos globales. Los investigadores no sólo desarrollan sus estudios en comunidades internacionales, sino que también presentan sus resultados en entornos internacionales como congresos o publicaciones internacionales. Así, el conocimiento científico se ratifica en comunidades internacionales que, a su vez, ayuda a generar nuevas ideas y colaboraciones. El carácter internacional y abierto de la investigación y la ciencia facilita la colaboración y la generación de ideas que resultan muy útiles para descubrir nuevas oportunidades para la ciencia y la innovación. La spin-off de Ruth y Javier, HONGUS, también vino impulsada por el desarrollo de una patente que surgió después de una estancia postdoctoral de uno de los promotores en una universidad extranjera. Ruth y Javier formaban parte de un grupo de investigación de un centro de investigación que llevaba décadas especializado en el desarrollo del conocimiento básico sobre las micorrizas, unos microorganismos con capacidad para regenerar el suelo. El grupo de investigación era consciente del potencial de la micorriza para recuperar zonas degradadas o hacer un uso más eficiente del agua que se utiliza en los suelos pero las micorrizas tenían un problema para su aplicación: no podían producirse a gran escala (cultivarse) y utilizarse abono. El grupo supo que en Canadá se había 38 inventado una forma in Vitro para el cultivo de la microrrizas. Javier fue a esta universidad canadiense con una beca postdoctoral y aprendió la técnica. A su vuelta, se reincorporó al grupo de investigación donde transmitió lo aprendido. En el grupo convivían los intereses tradicionales por la investigación básica en micorrizas con los más aplicados, entre los que se encontraba Javier. Éste, con la ayuda de Ruth, insistieron en la vía de la aplicación de la micorriza ya que la nueva técnica permitía reproducir la micorriza y romper así las barreras hasta el momento existentes para su comercialización. Al tiempo, sus investigaciones dieron lugar a una patente con la que crearon la spin-off para comercializarla. Spin-offs de oportunidades más generales Las ideas para la creación de una spin-off pueden ser fruto de una demanda insatisfecha, como por ejemplo la necesidad de las empresas de una investigación más adaptada a sus necesidades, del conocimiento materializado en una patente o de oportunidades más generales. Cinco estudiantes de arqueología encontraron una oportunidad de este tipo mientras hacían las prácticas de la carrera en el teatro romano de una ciudad andaluza portuaria. Durante las largas jornadas de excavación junto al mar, se dieron cuenta de que la mayor parte de la labor arqueológica se lleva a cabo en superficie, mientras que los grandes restos arqueológicos subacuáticos permanecerían alejados de la labor arqueológica. Tras confirmar con sus profesores esta intuición, se dedicaron, con ellos, a analizar la situación del mudo de la investigación arqueológica subacuática y su potencial comercial. Sus indagaciones ratificaron su intuición y se lanzaron a montar una empresa dedicada a la arquología subacuática, ARQUEO. 39 Las motivaciones de los emprendedores académicos Abandonar un entorno conocido, el académico, para adentrarse en uno desconocido, el de la empresa, es una decisión arriesgada y audaz. Estos emprendedores, debido a su procedencia académica, han desarrollado unas habilidades que les permite desenvolverse con facilidad en el mundo académico. Al crear una spin-off, los emprendedores académicos se adentran en un mundo desconocido, el empresarial, y para desenvolverse en él van a tener que utilizar y, en la mayor parte de los casos, adquirir nuevas habilidades. Los emprendedores académicos son un ejemplo de los llamados “emprendedores de oportunidad”. A diferencia de los “emprendedores por necesidad”, que montan su empresa con el principal objetivo de insertarse en el mercado laboral ante la ausencia de otras oportunidades, los emprendedores académicos han tomado la decisión de crear una spin-off al ver una oportunidad de negocio clara. Así, a pesar de que en muchos casos los emprendedores académicos saben que cuentan con un futuro profesional más seguro si permanecen en el mundo académico, deciden sin embargo “arriesgarlo” al crear sus spin-offs. ¿Qué impulsa a los emprendedores académicos a arriesgarse y dejar un mundo conocido por otro desconocido y montar sus spin-offs? Los hermanos Morales, Ruth y Javier, Juan y Manuel y el grupo de “los cinco”, como el resto de emprendedores académicos andaluces, crearon sus spin-offs, PISCIS, PARTINANO, HONGUS Y ARQUEO, por diversas razones principales más o menos ligadas a motivos de conocimiento, empresariales o laborales. Los emprendedores académicos andaluces aluden como razón primordial, a la hora de 40 explicar qué les empujó a crear su empresa, al deseo de comercializar un conocimiento generado en un proyecto de investigación (para un 24,8% de ellos), la aspiración de desarrollar con autonomía una idea de negocio (para un 22,3%); la búsqueda de una salida laboral a doctorandos o becarios de investigación alternativa a la Academia y el interés por implicarse en un nuevo reto profesional (ambas para un 10,7% de los encuestados). En un puesto más secundario, sin embargo, sitúan al ánimo de lucro (sólo un 5% la señaló como primera razón). Los emprendedores de spin-offs son emprendedores “de oportunidad” que buscan desarrollar la aplicación del conocimiento y un negocio de forma autónoma y, aunque algunos también desean labrarse un futuro laboral fuera de la empresa y abordar nuevos retos profesionales, el ánimo de lucro no es su prioridad. Los académicos, emprendedores o no, están en un lugar privilegiado para identificar las potencialidades futuras de tan productos innovadores que pueden “revolucionar los mercados”, marcando la línea de demanda de productos nuevos. Los académicos que se deciden a dar el salto a la actividad empresarial son conscientes de tener en sus manos un conocimiento altamente innovador, de enorme potencial práctico. Están convencidos del gran valor de su idea porque se dan cuenta de que tienen ante sí un campo cuajado de oportunidades de mercado: su producto es tan novedoso que literalmente no hay prácticamente “nadie más” ofertándolo (casi toda la muestra analizada en nuestro estudio [más del 90%] dice ofrecer un producto competitivo y con un gran potencial de crecimiento en el mercado que satisface una necesidad que hasta entonces no había estado cubierta). Esta perspectiva genera en los emprendedores académicos una tremenda excitación, y precisamente serán el entusiasmo y el optimismo lo que les dé el impulso para decidirse a correr el riesgo de creación de su empresa. Los 41 emprendedores académicos son conscientes de las oportunidades de mercado que tienen sus ideas y, además, deciden probar suerte y lanzar estas ideas al mercado. Para Ruth y Javier, la euforia e ilusión iniciales equilibraron la balanza de los elevados riesgos que tuvieron que correr con la puesta en marcha de su spin-off. En su caso, predominaron dos motivaciones principales para levantar la empresa: la primera fue su afán de sacar “a la luz unas investigaciones que llevaban más de cuarenta años guardadas en un cajón” y, cuando vieron la posibilidad de resolver el problema de aplicación de las micorrizas, surgió la segunda y sencilla motivación para fundar la empresa: ganar dinero. El entusiasmo por “embarcarse en algo novedoso” fue lo que impulsó a los cinco jóvenes arqueólogos de nuestra historia a fundar su empresa. En España no había prácticamente “nadie” realizando excavando bajo el mar y se encontraron con un mercado completamente abierto en el que zambullirse. La posibilidad de volcar todos sus afanes profesionales en algo que les despertaba verdadero interés científico, unido al deseo de encontrar una salida laboral novedosa para su especialidad, terminaron por animarles en su empeño. Los emprendedores académicos, al estar cerca del conocimiento, son conscientes del potencial de los productos que ofrecen y en su decisión de montar una spin-off se guían por el entusiasmo de las tremendas oportunidades de negocio que albergan sus productos. Los emprendedores académicos destacan, entre otras características personales, por su alto nivel educativo y el contacto con la academia, deciden emprender su negocio (spin-off) por una diversidad de oportunidades, como la de satisfacer demandas de un tipo de investigación más adaptada a las necesidades empresariales, explotar un resultado de investigación (internacionalización) o aprovechar una oportunidad más general, son “emprendedores de oportunidad” para los 42 cuales el ánimo de lucro no suele formar parte de sus prioridades. Sin embargo, tener una idea, una oportunidad, es sólo el primer paso que tiene dar lugar a otros que permitan materializar esta idea en un producto para, posteriormente, poder dar cabida al lucro necesario para poder convertir esa idea en un producto y éste en un negocio viable. 43 4. De lo imaginado posible a lo palpablemente real Si tener una idea brillante es la condición sine qua non para emprender una spin-off, su transformación en un bien o servicio específico resulta ser un segundo paso imprescindible. Pero ¿cómo materializar esa idea?, ¿cómo pasar de lo abstracto a lo concreto?, ¿cómo encerrar una genial ocurrencia entre los marcados límites de un producto que ofrecer a la sociedad y que los clientes estén dispuestos a pagar por ello? En particular, los emprendedores académicos destacan tres aspectos fundamentales para la realización de sus spin-offs: la cohesión interna de la empresa a través del equipo fundador; los apoyos institucionales externos de diverso tipo y la colaboración con otros agentes del sistema de I+D+i, universidades y centros de investigación y empresas. Los hermanos Morales, Juan y Manuel, Ruth y Javier y el “grupo de los cinco” esgrimieron estas tres armas estratégicas: armas que les permitieron convertir una idea imaginada como posible, en un producto palpablemente real. El equipo fundador: la fuerza de la unión “La unión hace la fuerza” – reza un conocido refrán español – y su enseñanza no desmerece en el caso que nos ocupa, ya que el “trabajo en equipo” es un común denominador para los emprendedores académicos y el núcleo fundamental de su pequeña empresa. Por ello, resulta fundamental la configuración del equipo fundador. 44 El equipo fundador se forja de relaciones previas labradas en distintos ámbitos. En ellas son más frecuentes las que surgieron en el seno de un grupo de investigación o por medio de otras colaboraciones científicas anteriores (45,5%). Éste es el caso de Ruth y Javier, miembros de mismo grupo de investigación sobre las micorrizas; o de los hermanos Morales, que además de compartir la misma sangre, compartían también los mismos intereses científicos, y dos de ellos, el mismo grupo de investigación. Juan y Manuel, por ejemplo, se conocieron desde que uno fuera profesor del otro en la universidad. Tras la estancia posdoctoral que Manuel realizó en la prestigiosa Universidad de Yale (Estados Unidos), ambos empezaron a colaborar, y de la fuerza de su unión surgió el primer impulso que les permitió pasar de la idea al producto. Con menor frecuencia, los fundadores habían sido compañeros de estudio (16,5%), como les ocurrió por ejemplo al “grupo de los cinco”, el cual surgió de realizar codo con codo las fatigosas prácticas de carrera en excavaciones arqueológicas, ora bajo la lluvia, ora bajo el ígneo sol andaluz. En otros casos, los fundadores de la spin-off habían trabajado juntos previamente en una misma empresa (10,7%). También se dan relaciones previas que provienen, en menor medida, de círculos de amistad (9,1%) o otro tipo de relación previa (9%). El equipo fundador de las spin-offs se forma a través de relaciones previas que provienen principalmente de relaciones académicas anteriores aunque también se dan, con mucha menor frecuencia, las surgidas en ámbitos relacionados con la empresa o simples círculos de amistad. Ayudas institucionales: el apoyo externo En sus comienzos, una empresa es muy parecida a un bebé: es como un diminuto y frágil ser que requiere de mil cuidados para crecer y 45 convertirse en alguien autosuficiente. En el caso de las spin-offs, y a pesar del entusiasmo inicial de los fundadores y de la aportación de sus propios ahorros para conformar su capital, éstos suelen tener que recurrir al apoyo institucional para hacer realidad el proyecto. El papel de las políticas públicas en materia de innovación consiste en crear y proteger las condiciones adecuadas que estimulen dinámicas innovadoras, de manera que el apoyo a la creación y consolidación de spin-offs entra de lleno en sus competencias. En Andalucía, las políticas autonómicas de I+D+i comienzan en los años ochenta con los Planes Andaluces de Investigación. Éstos, si bien inicialmente estuvieron dirigidos a fortalecer la investigación del sector universitario, a partir del 2000 comenzaron gradualmente a ocuparse también del desarrollo tecnológico industrial y la innovación empresarial. Los poderes públicos han seguido así la tendencia de los modelos interactivos de innovación que predominan en los países más avanzados, pretendiendo involucrar a las universidades y organismos públicos con las empresas (ver capítulo 1 para refrescar la memoria sobre estos modelos). Las spin-offs requieren de apoyo institucional para establecer un adecuado desarrollo y las políticas públicas andaluzas han desarrollado iniciativas cada vez más específicas para el fomento de la innovación. En este escenario, las políticas públicas andaluzas recientes han establecido numerosas iniciativas de carácter interactivo, dentro de las cuales se integran las dirigidas a la creación de spin-offs6. En estas 6 Otras iniciativas de este tipo han sido la creación de una red de oficinas de transferencia de las universidades, los parques científicos y tecnológicos y la red de oficinas para promocionar la innovación en las comarcas y ciudades, apoyos públicos y partenariados público-privados para promocionar la colaboración y la transferencia de conocimiento, que incluyen ayudas públicas para proyectos conjuntos, movilidad de personal y subvenciones para innovación. Un actor relevante en las iniciativas públicoprivadas es la CTA, que reúne al gobierno andaluz y las universidades con numerosas 46 últimas se enmarca el “Programa Campus”, un programa de incentivos puesto en marcha por la Consejería de Innovación Ciencia y Empresa (a través de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía) para fomentar la creación y el desarrollo de empresas de base tecnológica mediante la concesión de un préstamo bajo condiciones favorables7. Una muestra de la importancia que suponen este tipo de ayudas para la creación de spin-offs se refleja en el 72,7% de los fundadores de spinoffs en Andalucía recibió algún tipo de ayuda económica o subvención para crearla, y que de éstos, el 57,9% recibió ayudas del Programa Campus. En una valoración de este último programa, los encuestados reportan que esta ayuda fue “bastante” o “muy importe” (91,5%) para la creación de su spin-off 8. Los hermanos Morales, Juan y Manuel, Ruth y Javier, y el “grupo de los cinco” recibieron todos ellos ayudas del Programa Campus, y según nos contaron, éstas fueron fundamentales para materializar las ideas. Las ayudas económicas para la creación de spin-offs en Andalucía son frecuentes y fundamentales para los emprendedores académicos andaluces. Sin embargo, como se suele decir, “el dinero no lo es todo”, y aunque las ayudas económicas son ciertamente importantes para pasar “del dicho al empresas, creando un fondo conjunto con el objetivo de financiar proyectos de cooperación entre empresas que atraigan también a la universidad) . 7 Dicho préstamos se concede a través de Invercaria, la primera sociedad de capital riego pública participada al 100% de su capital por la Agencia IDEA, de un préstamo participativo de hasta 200.000 euros, con la obligación de los promotores de aportar, al menos, una financiación propia de un 30% del capital. La devolución de este préstamo, así como de los intereses que genere, estará en función de los resultados que obtenga el proyecto. Se pueden conceder a 15 años con los dos primeros de cadencia). 8 Un 31,4% de ellos recibió una ayuda de entre 60 y 120 miles de euros; un 9,9% recibió 121 miles de euros o más; un 7,4%, entre 1 y 29 miles de euros y un 5,8%, entre 30 y 59 miles de euros). 47 hecho”, no son las únicas: el apoyo no pecuniario institucional de las universidades, oficinas de transferencia y otros organismos públicos juega también un valioso papel en este cometido. Tal apoyo se concreta, por ejemplo, en: Concesión de ayudas de tipo material, como el uso de instalaciones, laboratorios y otros materiales. Juan y Manuel afirman que, de no ser por la generosidad en este sentido de sus respectivas universidades, su spin-off sencillamente “no existiría”. En su caso fue la propia universidad, más que ellos mismos, “la que se empeñó” en la creación de su empresa, permitiéndoles utilizar instalaciones, laboratorios y materiales. Apoyo de tipo administrativo. Por ejemplo, lo que Ruth y Javier más agradecen a la Oficina de Transferencia de Tecnología de su centro de investigación, fue la ayuda que les brindó para solventar el grave problema sobre la compatibilización de sus cargos públicos con sus ocupaciones privadas (de lo que hablaremos algo más detenidamente en el siguiente capítulo). Asesoramiento y formación. De manera particular, los hermanos Morales y los “arqueólogos submarinos” destacan el asesoramiento fiscal y la formación en gestión empresarial que recibieron del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial (CADE). Existen más de 200 de estos centros repartidos por toda Andalucía. En ellos, un cualificado equipo de especialistas en todas las materias empresariales, asesora a las personas que, como los hermanos Morales o el “grupo de los cinco”, así lo solicitan. 48 Además de los apoyos económicos, otro tipo de apoyos institucionales, que se concretan en ayudas materiales, administrativas y de asesoramiento y formación, resultan también decisivos. Lazos y vinculaciones con otros organismos Las spin-offs son unos organismos híbridos entre el mundo académico y el mundo empresarial. Comparten cosas de los dos y a la vez difieren de cada uno de ellos en diversos puntos. Se podría decir que viven en una “tierra de nadie” en la que, precisamente por su ambigüedad y mezcla, es difícil mantener el equilibrio. Por ello, una tercera arma de importancia capital para las spin-offs es la red de vínculos y relaciones de cooperación que mantienen con otros organismos pertenecientes a cada uno de los dos mundos (sector académico y sector empresarial), y que les otorga un valor primordial y les permite, al mismo tiempo, constituirse y desarrollarse. De hecho, casi un 80% de las spin-offs reconoce que estas relaciones de cooperación han sido relevantes para su creación (84%) y supervivencia (64%), así como para sus resultados de I+D+i y productividad (85%). La naturaleza híbrida de las spin-offs hace que sus relaciones con universidades, centros de investigación y empresas se conviertan en un arma fundamental para nacer y desarrollarse; relaciones que son de doble sentido convirtiendo a las spin-offs en puentes entre el mundo académico y empresarial. La posición de las spin-offs entre el mundo académico y el empresarial les confiere un papel destacado en la creación de sinergias y retroalimentaciones entre el conocimiento generado por universidades y centros de investigación y el demandado por las empresas. En un 49 sentido, las spin-offs suponen un impulso al tejido productivo transfiriendo conocimiento de la Academia al mercado y generando innovaciones. La spin-off de los hermanos Morales, por ejemplo, ha generado innovaciones significativas en alimentos para la acuicultura y ha desarrollado un biorreactor para la producción de unos pigmentos de una bacteria. En el sentido inverso, su estrecha vinculación con las empresas les lleva a detectar nuevas líneas de investigación y oportunidades de negocio. Siguiendo con el ejemplo de los hermanos Morales, si bien su empresa comenzó su andadura en la línea de la genómica de peces, las propias fuerzas del mercado la han ido empujando hacia la biotecnología azul de organismos marinos. Juan: “si hay muchos resultados de investigación y de calidad habrá muchas spinoffs + cerrar párrafo. La situación de las spin-offs entre el mundo académico y el empresarial las convierte en creadoras de sinergias mejorando el proceso de transmisión del conocimiento al tejido empresarial y detectando nuevas líneas de investigación y oportunidades de negocio. Vinculación con el sector académico: la conexión a la corriente científica Es fácil entender que una lámpara alumbra si está enchufada a la corriente eléctrica. Sin conexión a esta corriente, por más que la bombilla sea de bajo consumo, de ésta no saldrá ni el más mínimo haz de luz. Lo mismo podría decirse de las spin-offs con la corriente científica: éstas necesitan estar enchufadas al flujo de conocimiento que emerge de universidades y centros de investigación, puesto que el producto que ofrecen se nutre directamente de este conocimiento. 50 Las relaciones entre las spin-offs y el sector académico son diversas. Nuestro estudio encuentra que el 78,5% de las spin-offs andaluzas mantiene relaciones informales de cooperación con alguna universidad y centro de investigación, y que el 66% ha realizado algún proyecto de investigación conjunto con ellas. Los hermanos Morales, por ejemplo, siguen vinculados a su anterior grupo de investigación, presentando algunos proyectos de investigación en colaboración, y dos de ellos continúan dando clases en la universidad. Los vínculos existentes entre las spin-offs y el sector académico se concretan también en la contratación de personal científico-técnico proveniente de universidades y centros de investigación (69,4%). Es el caso de la empresa de Juan y Manuel, la cual cuenta con 5 empleados procedentes de las Escuelas de Ingenieros de Málaga y Sevilla. Los lazos de colaboración entre las spinoffs y las universidades y centros de investigación incluyen cooperaciones que pueden ser más informales o formalizadas en proyectos conjuntos de investigación, así como relaciones que pasan por la contratación de personal científico-técnico. Vinculación con el sector empresarial Las colaboraciones de las spin-offs con otras empresas de su sector son también fundamentales para su nacimiento y desarrollo. Un 71, 9% de las spin-offs andaluzas ha mantenido relaciones informales de cooperación con otras empresas, y un 52,1% de las mismas ha realizado algún proyecto de investigación con ellas. Además, también bastante frecuentemente, aunque en menor medida, las spin-offs buscan en otras empresas asesoramiento tecnológico (36,4%) y formación específica de su personal (33,1%). No obstante, aunque la colaboración con otras empresas resulta fundamental para el nacimiento y adecuado desarrollo 51 de una spin-off muchas de ellas encuentran problemas para encontrar colaboraciones con el tejido empresarial. Este problema puede provenir, en parte, por el hecho de ofrecer un producto con altamente innovador, por desconocimiento de medio empresarial o por tratarse de un mercado incipiente. Las colaboraciones de las spin-offs con las empresas son esenciales ya sean más informales o materializadas en la realización conjunta de un proyecto de investigación, aunque también incluyen, con menor frecuencia, el asesoramiento tecnológico y formación del personal de las spin-offs. La idea brillante de un emprendedor académico debe convertirse en un producto que ofrecer a la sociedad. Tal producto es poco común, ya que incorpora un conocimiento de altísimo nivel científico y está destinado a satisfacer unas necesidades sin cubrir hasta entonces. Estas características tan especiales hacen que, a pesar de su pequeño tamaño y de sus pocos años de vida, la mayor parte de las spin-offs de nuestro estudio tengan clientes ubicados, no sólo en su misma provincia (81%) y comunidad autónoma (86,8%), sino también en el resto de España (77,7%) y ¡hasta fuera de nuestras fronteras! (81%). Los demandantes del producto de las spin-offs son especialmente otras empresas (71,1%), aunque también tienen clientes como universidades (5,8%), centros de investigación (8,3) u otros (13,2%). Así por ejemplo, en el caso de Ruth y Javier, los principales destinatarios de su micorriza son pequeños agricultores, mientras que para la spin-off de nuestros arqueólogos submarinos, las Administraciones Públicas son sus clientes mayoritarios. El producto que ofrecen las spin-offs, por ser tan novedoso y exclusivo, encuentra pues clientes de todo tipo localizados en los más variados puntos del Planeta. 52 5. La hora de verdad Montar un negocio no es fácil. Montar un negocio basado en la ciencia y el conocimiento (una spin-off), lo es todavía menos. Cuando uno emprende un negocio, especialmente si es la primera vez que lo hace, desconoce muchas cosas: qué trámites administrativos tiene que hacer, cómo dar forma empresarial a su idea de negocio -el plan de negocio o business plan-, cómo buscar colaboradores y clientes o cómo aumentar sus aún insuficientes recursos de capital. Aparte de estos desafíos, comunes a todos los empresarios primerizos, el emprendedor académico tiene además que enfrentarse a otros retos derivados del propio objeto en el que se basa su negocio (el conocimiento científico) y de su actividad híbrida entre la ciencia y la empresa (la vida entre dos mundos); retos que convierten el montaje de la empresa en una verdadera aventura. Desafíos empresariales surgidos del conocimiento científico Una actividad de alto riesgo Hacer negocio del conocimiento científico cuenta con el riesgo añadido de la incertidumbre. La materialización del conocimiento científico en el que los emprendedores académicos son expertos acarrea un alto desconocimiento sobre su desarrollo futuro. Para hacernos una idea de las incertidumbres de las innovaciones basadas en ciencia, podemos utilizar el ejemplo del proceso necesario para comercializar un nuevo medicamento, desde la investigación a la farmacia. Para que un medicamento llegue al mercado es necesario un proceso de entre 8 o 12 53 años: es necesario dar con el ingrediente activo, obtener la sustancia activa, realizar pruebas de compatibilidad (de la molécula a la medicina), pasar las evaluaciones, conseguir la aprobación oficial y lanzarlo al mercado. El proceso de innovación en ciencia se asemeja a encontrar una llave para un candado extraño y desconocido. Primero hay que estudiar el candado, hay que idear una llave que pueda abrirlo, es necesario asegurarse de que esa llave no se romperá dentro del candado o que no abrirá otros candados indeseados. En segundo lugar, hay que hacer un prototipo de la llave que puede ser o no patentada (sólo 12/10000 pasan esta fase); luego hay que hacer un prototipo real de la misma (5/10.000 llegan a este punto); probar que esa llave no es dañina para los seres humanos (1/5 pasan esa fase) y finalmente comercializarla. Ciertamente, hacer negocio del conocimiento científico es una actividad de alto riesgo. Caminante no hay camino, se hace camino al andar A lo anterior se le une una peculiar paradoja: si bien por un lado la novedad del producto que los académicos emprendedores ofrecen, les abre las puertas a mercados completamente inexplotados y sin apenas competidores, por otro lado es precisamente esa novedad la que hace que la comercialización del producto se convierta en un cometido mucho más arduo al del común de los empresarios. En efecto, tal producto es tan nuevo en el mercado, que el emprendedor académico debe asumir literalmente el “papel de explorador” e ir abriendo camino por sí mismo, sin poder disponer de ninguna información de referencia o sin poder apoyarse en ninguna red de empresas similares. Tal fue el caso del grupo de los cinco arqueólogos. La actividad de su recién creada empresa era 54 tan poco común (excavar bajo el mar), que tuvieron que enfrentarse a un mercado muy desconocido y adoleciente incluso de vacíos legales, sin poder disponer apenas de experiencias previas en las que basarse. Hacer negocio del conocimiento científico parece ser una aventura digna del mismísimo Doctor Livingstone al basarse en un producto en estado de desarrollo incipiente y con mercados también incipientes. Desafíos empresariales surgidos de la vida entre dos mundos Los personajes de nuestra historia viven entre dos mundos: de un lado, el mundo académico, caracterizado por los largos tiempos empleados en producir conocimiento, por la rigurosidad de sus resultados y por sustentarse sobre unas estructuras organizativas creadas para salvaguardar la práctica de la investigación pero que muchas veces pueden resultar rígidas y lentas para adaptarse a los cambios que el proceso de innovación requiere. De otro lado, el mundo empresarial, conocido por el ritmo vertiginoso de cambios al que está expuesto, por el dinamismo que impone en la satisfacción de las necesidades del cliente sin pararse a pensar en más disquisiciones y por la presión constante por ser más eficiente. Muchos de nuestros protagonistas han crecido al abrigo de las aulas y los microscopios, de las bibliotecas y de las batas blancas, pero han decidido dejar allí un pie y poner el otro en un suelo arriesgado y turbulento, de salvaje lucha por la supervivencia, donde impera con cruel y desnuda frialdad la ley del más fuerte: han decidido vivir entre dos mundos. Incompatibilidad laboral 55 Esta vida híbrida entre la ciencia y la empresa no está exenta de obstáculos. Sin duda, uno de los más grandes es el de la incompatibilidad laboral. Para el personal dedicado al servicio de las Administraciones Públicas (como son los profesores universitarios de plantilla o los investigadores funcionarios de los organismos públicos de investigación), existe una ley que regula la compatibilización del trabajo en la Administración Pública con un segundo puesto de trabajo. En concreto, ésta limita la participación de los empleados de la universidad y OPIs a tiempo completo en el capital social de las spin-offs al 10% de ese capital, y si el investigador desea implicarse directamente en la nueva empresa, éste debe solicitar previamente la excedencia voluntaria. Ruth y Javier barajaron seriamente la posibilidad de pedir una excedencia para crear su spin-off. Para ellos, investigadores funcionarios, la cuestión de la incompatibilidad laboral fue uno de los problemas más graves a los que tuvieron que enfrentarse. Finalmente, su Oficina de Transferencia de Tecnología les buscó una solución alternativa, proporcionándoles una nueva vinculación en forma de contrato de I+D+i. A este respecto, nuestro estudio encuentra que hay un 6,6% de los casos en los que las personas a las que se les ocurre la idea de la spin-off, no son luego las que finalmente la crean, y esto se debe precisamente al incómodo y rígido obstáculo de la mencionada incompatibilidad laboral. Si son pocos los académicos que perciben una oportunidad de negocio en el conocimiento que poseen, y menos aún los que se lanzan a llevarla a cabo (véase Figura 5), la Ley de Incompatibilidad Laboral reduce este colectivo todavía más, y a los supervivientes les crea grandes dificultades añadidas a las propias de su actividad. En economías basadas en el conocimiento como las actuales, donde la diversidad y la 56 mezcla de ámbitos y funciones son uno de sus rasgos característicos, cabría preguntarse si esta Ley no queda algo trasnochada y no debiera adaptarse a los tiempos que corren. Europa, y más concretamente, España, y aún más concretamente, Andalucía, necesitan de estructuras nuevas que generen riqueza y crecimiento, y las spin-offs son sin duda una de ellas. Toda medida encaminada a allanarles el terreno debiera pues ponerse en marcha sin demora. El reto del bilingüismo La vida entre dos mundos que los emprendedores académicos han elegido para sí, les impone también el reto del bilingüismo: deben ser capaces de hablar con fluidez tanto el lenguaje académico como el empresarial. Las habilidades necesarias para hacer investigación son muy diferentes a las requeridas para llevar un negocio. Sin embargo, los emprendedores académicos, al ser un híbrido entre el científico y el comercial, deben saber conjugar ambos grupos de habilidades, teniendo que abandonar parcialmente una carrera típica en investigación y debiendo aprender mucho para convertirse en un nuevo tipo de empresarios. Sólo así serán capaces de abrir y ampliar nuevos horizontes comerciales a su idea. Sin embargo, frente a la necesidad del mencionado “bilingüismo académico-empresarial”, nuestro estudio detecta, no ya que prácticamente la mitad de los emprendedores académicos encuestados (un 51,8%) carece de experiencia previa en gestión empresarial en el sector privado (lo cual no consideramos que sea intrínsecamente negativo, puesto que para todo hay una primera vez), sino que a un importante porcentaje de los mismos, en el momento de crear su spin- 57 off, les faltaba información sobre aspectos burocráticos y normativos (52,9%), capacidades para la gestión (44,6%) y para desarrollar y mejorar su producto (20,7%), así como recursos humanos especializados (del 39,7%). La cultura empresarial de estos académicos parecía dejar mucho que desear. Es cierto que a través del llamado learning by doing (o “aprender haciendo”), tales habilidades se van adquiriendo a lo largo del desarrollo de la propia actividad empresarial (los porcentajes en las carencias anteriores se reducen al 33,9%; 25,6%; 8,3% y 31,4%, respectivamente, pasados unos años desde el inicio de la spin-off). Asimismo, muchos recurren a cursos de formación empresarial para asimilar conocimientos desconocidos hasta entonces. Ése fue el caso de los hermanos Morales, para quienes el deficiente conocimiento empresarial que tenían constituyó un importante problema para el desarrollo de su empresa. En su opinión, aunque los temas de gestión los lleve una asesoría, resulta básico “saber de números”, y por ello tuvieron que formarse a posteriori en tales capacidades. En este sentido, son alabadas todas las ayudas que los distintos organismos públicos andaluces (Junta de Andalucía, IDEA, CADE, universidades y OTRIs, entre otros) proporcionan en materia de asesoramiento y formación empresarial, como ya mencionamos en su momento. Llama la atención, sin embargo, que personas tan versadas en una especialidad científica de alto nivel sean al mismo tiempo unas completas ignorantes en lo que a asuntos administrativos y de gestión empresarial se refiere y tengan que formarse a posteriori a tal efecto. No se trata de haberles hecho beber, en los años de su formación universitaria, la pócima del emprendedor innato de Kirzner (1979), entre otras cosas porque tal pócima no existe y porque tampoco parece ser 58 imprescindible tener ninguna característica especial como emprendedor para crear una spin-off (“menos que yo es imposible”- dice Juan esbozando una media sonrisa). Lo que sí cabría cuestionarse es si la formación actual de nuestros universitarios en cultura empresarial no es insuficiente cuando no brilla por su ausencia. Los jóvenes investigadores y los estudiantes de carrera o master tienen el potencial de “ver” unas ideas y oportunidades de negocio que otros más alejados de su conocimiento ni siquiera se pueden llegar a imaginar. Una formación universitaria en cultura empresarial, estimulante y práctica, en todas las ramas del saber, llevaría muy probablemente a aumentar de modo considerable el número de académicos que se lanzara a comercializar sus ideas montando su propio negocio (incluso en carreras “de letras”), y a acelerar y promover de ese modo nuevos procesos de innovación. El papel que pueden jugar las universidades en este sentido (proporcionando a sus estudiantes tal formación empresarial) parece pues tan crucial como relativamente sencillo de implementar. Además, su acogida por parte de los estudiantes, siempre deseosos de encontrar una aplicación práctica a la teoría que se acumula en sus apuntes, se adivina altamente prometedora. Emprender una spin-off no resulta una tarea fácil. Los académicos emprendedores deben hacen frente a más obstáculos que el resto de los emprendedores comunes debido a las especiales características del producto que se lanzan a comercializar y a su peculiar posición a medio camino entre el mundo académico y el empresarial. De un lado, estos académicos deben enfrentarse al una alta incertidumbre sobre el desarrollo de su producto, derivada del largo proceso que requiere su producción exitosa. De otro, los emprendedores de spin-offs se encuentran con un mercado incipiente y escasamente desarrollado para 59 acoger el producto tan innovador que ellos están preparados para lanzar. Además, la regulación existente en nuestro país en torno a la compatibilización de su puesto de trabajo público con sus ocupaciones privadas, lejos de favorecerles, les crea grandes dificultades administrativas y burocráticas, cuando no les anima a dejar de lado su proyecto empresarial. Por último, la insuficiente cultural empresarial de la que muchos de ellos adolecen, termina por complicar su tediosa empresa. Ruth, Javier, Manuel, Juan, los hermanos Morales y el grupo de los cinco tuvieron que enfrentarse a todos estos desafíos mencionados, y sin embargo, a pesar de ello, todos valoran la experiencia como algo que “merece la pena”, algo que “volverían a hacer”, y en fin, como una “aventura grandiosa y excitante”: es la cara amable y satisfactoria de la vida entre dos mundos. 60 6. Conclusión: Una aventura que vale la pena Si bien es cierto que desde que el hombre es hombre, el conocimiento y la innovación han sido fuentes de cambio y evolución de economías y sociedades, en el mundo actual, su papel es si cabe más relevante todavía por cuanto se han convertido en los elementos fundamentales para ser competitivos y generar crecimiento y bienestar. En este contexto, las spin-offs, unas empresas montadas por profesionales y estudiantes del mundo académico en torno a algún conocimiento científico, se erigen en agentes con un alto potencial para crear innovaciones, ya que el producto que ofrecen es absolutamente novedoso y va destinado a cubrir unas necesidades de una forma totalmente nueva. Sin embargo, son pocos los académicos que se deciden a abandonar una carrera puramente académica, a pesar de las oportunidades que les brinda su cercanía al conocimiento, para lanzarse a una aventura empresarial. Seguir los sencillos tres pasos del emprendimiento académico no es fácil: (1) tener una idea, (2) convertir esa idea en un producto y (3) convertir ese producto en un negocio. Al seguir la trayectoria los emprendedores académicos andaluces hemos podido entender la importancia de los mismos y de las spin-offs, comprender el nacimiento y desarrollo de estas últimas y entrever por qué no hay más emprendedores académicos. Este ejercicio nos ha permitido esbozar ideas encaminadas a incentivar este tipo de emprendimiento e innovación (ver Tabla 3). Andalucía se encuentra involucrada en este reto de la innovación y en este relato hemos seguido el proceso de emprendimiento académico con 61 un muestra representativa de emprendedores académicos andaluces y sus spin-offs y hemos ilustrado el mismo con las historias reales de varios de ellos: Ruth, Javier, Juan, Manuel, los hermanos Morales y un grupo de cinco amigos y sus spin-offs, PISCIS, PARTINANO, HONGUS y ARQUEO. A lo largo de este recorrido, hemos ido viendo cómo éstos han ido solventando cada una de las tres etapas: 1. Tener una idea resume la importancia de que los individuos que están cerca del conocimiento decidan aprovecharlo para buscar oportunidades en la aplicación del mismo, en el desarrollo de bienes y servicios y en la búsqueda de negocio. Los académicos que emprenden destacan fundamentalmente por su alto nivel educativo y el contacto con la academia. Son “emprendedores de oportunidad” ya que deciden emprender su negocio (spin-off) con una ocasión clara que aparece al identificar demandas de un tipo de investigación más adaptado a las necesidades empresariales, explotar un resultado de investigación o aprovechar una oportunidad más general. Los emprendedores académicos no lo son por necesidad, ni el ánimo de lucro tiende a formar parte de sus prioridades. 2. Convertir esa idea en producto señala el potencial y el riesgo que entraña la plasmación de una idea en un producto de alto contenido innovador e identifica tres de las herramientas estratégicas que permiten afrontar estos riesgos y garantizar la creación y primeros desarrollos de una spin-off. Estas tres herramientas estratégicas son: 62 La configuración del equipo fundador, y que se basa mayoritariamente en relaciones previas forjadas en el seno de un grupo de investigación. El apoyo institucional tanto monetario como de tipo material, de asesoramiento y de formación. El establecimiento de relaciones de colaboración con el sector académico y el empresarial. 3. Convertir el producto en negocio identifica los cuatro retos fundamentales a los que se enfrentan los emprendedores académicos en el desarrollo y consolidación de sus spin-offs: La incertidumbre en el desarrollo de productos innovadores. El enfrentarse a unos mercados incipientes que complican la labor de comercialización de productos innovadores. Las regulaciones sobre incompatibilidades laborales que obstaculizan el emprendimiento académico y que suponen una carga añadida a las incertidumbres asociadas a este tipo de iniciativas empresariales La insuficiente cultura empresarial en las universidades y los centros de investigación y en los propios emprendedores académicos que complica todas las fases de desarrollo de una spin-off. Los emprendedores académicos y las spin-offs son especies poco numerosas y raras (tienen un alto potencial para generar ideas, productos y negocios innovadores), requieren de un entorno adecuado que facilite su nacimiento y desarrollo (equipo fundador, apoyo institucional y 63 colaboraciones académico-empresariales) y que les permita afrontar los riesgos más relevantes (incertidumbre, mercados incipientes, incompatibilidades y falta de cultura empresarial). Los emprendedores académicos y las spin-offs son especies poco numerosas y raras pero están destinados a cambiar el panorama de la innovación porque se mueven entre el mundo académico y el empresarial y están llamadas a cambiar la manera en que se relacionan los agentes tradicionales de la innovación y la manera en que se enfrentan a sus funciones de producir, desarrollar y comercializar productos innovadores. Los emprendedores académicos son pocos y se enfrentan a muchos retos en la creación de sus spin-offs. Sin embargo, de forma generalizada los emprendedores académicos señalan que la constitución de sus spin-offs es una experiencia que “merece la pena”, una “aventura grandiosa y excitante” que, sin ninguna duda, “volverían a repetir”. 64 Tabla 3. Enseñanzas ENSEÑAZAS: IMPORTANCIA DE LAS SPIN-OFFS Las empresas y las universidades y centros de investigación necesitan interlocutores para mejorar la transmisión de conocimiento y la demanda de necesidades de investigación. Las spin.offs pueden ser interlocutores destacados. Esta mejora en la transmisión de conocimiento y demanda de investigación es en sí una oportunidad de negocio que pueden aprovechar las spin-offs La apertura y e internacionalización de las comunidades científicas puede ser aprovechado por las spin-offs para potenciar un proceso de innovación más flexible y con mejor capacidad de adaptación al cambio Los emprendedores académicos son emprendedores de “oportunidad” FOMENTO DE LAS SPIN-OFFS Mayor cultura emprendedora que fomente el emprendimiento académico Mayor formación en gestión empresarial en los estudios universitarios Flexibilización del régimen de incompatibilidades académicas especialmente en las etapas iniciales de las spin-offs Apoyos a la comercialización de productos innovadores PARA LAS SPIN-OFFS Mayor formación y cultura empresarial Equipos fundadores más interdisciplinares y con experiencia comercial 65 66 Bibliografía Arrow, K. J. 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