Entre dos mundos - digital

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Entre dos mundos:
La aventura de la innovación y la creación de
empresas en Andalucía
1
Índice
Prefacio
1. La innovación mueve el mundo
2. En el reino de lo nano
3. Andaluces con ciencia y con ideas
4. De lo imaginado posible a lo palpablemente real
5. La hora de verdad
6. Conclusión: Una aventura que vale la pena
Bibliografía
2
Prefacio
¿Se imaginan a un afamado científico montando su propia empresa?
Toda la ciencia acumulada en su cerebro y materializada en un producto
(bien o servicio) listo para ser lanzado al mercado. Es lo que hacen
algunos valientes académicos emprendiendo las llamadas spin-offs, esas
empresas surgidas del mundo académico en torno a algún resultado de
investigación que introducen en el mercado un alto conocimiento
científico largamente gestado entre las paredes de universidades y
centros de investigación.
Los protagonistas de la historia que les vamos a relatar son algunos de
estos intrépidos personajes: creadores de ideas, exploradores de
oportunidades, navegantes de la novedad, fervientes convencidos del
potencial de su saber, audaces empresarios, pioneros de nuevos
caminos... Todos ellos provienen de Andalucía y, a pesar de ser pocos y
pequeños, su repercusión en el proceso de innovación (el proceso,
también llamado I+D+i, que va desde tener una idea novedosa a
desarrollarla y comercializarla en el mercado en forma de un producto
innovador) puede ser extraordinaria. Podríamos comparar el potencial de
las spin-offs con lo que ocurre en una escala nanométrica con las
propiedades de algunos materiales: una variación en su configuración en
esta escala puede alterar profundamente las propiedades de los
materiales, pudiendo incluso dar lugar a materiales esencialmente
nuevos. Del mismo modo, los productos que las spin-offs introducen en
el mercado, si bien pueden ser vistos como diminutos en términos de
cantidad y cuota de mercado, éstos son tan rabiosamente innovadores,
que pueden alterar sustancialmente el proceso de innovación, dando
3
lugar en el mismo a la aparición de propiedades y fenómenos
genuinamente nuevos.
A lo largo de estas páginas, descubriremos qué fue lo que empujó a estos
aventureros científicos a embarcarse en la aventura de gestar una
empresa del conocimiento (spin-offs). Para comprender el alcance y
dimensión de su aventura, repasaremos antes algunas cuestiones básicas
sobre ciencia e innovación (capítulo 1) y sobre el fenómeno de las spinoffs (capítulo 2). Posteriormente veremos cómo percibieron en una idea
científica una oportunidad de negocio (capítulo 3), qué armas utilizaron
para materializarla en un producto por el que otros están dispuestos a
pagar (capítulo 4) y qué desafíos tuvieron que hacer frente para
finalmente montar un negocio a partir de tan innovador producto
(capítulo 5), recogiendo en último lugar, todas las enseñanzas que
habremos ido entresacando a lo largo de este sugerente viaje (capítulo
6).
Los ejemplos y datos utilizados como base de este trabajo se apoyan en
proyectos de investigación previos sobre el sistema de I+D+i de la
Comunidad Autónoma de Andalucía. En particular, se acude a varios
estudios realizados por los autores que recaban datos y diagnósticos
sobre el llamado sistema de innovación regional. Principalmente se
utiliza información de un proyecto titulado “Transferencia de
conocimiento y creación de empresas en el sistema de I+D de
Andalucía”, realizado en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados de
Andalucía del CSIC. Las observaciones se han basado en una encuesta
realizada a las spin-offs andaluzas que representa con bastante fidelidad
a la población de empresas de este tipo en ésta comunidad autónoma.
También se han utilizado una serie de estudios de caso que reflejan las
historias reales de un grupo de audaces andaluces provenientes de
4
universidades y centros de investigación
que decidieron montar su
propia spin-off, iniciando desde entonces una vida entre dos mundos: el
académico y el empresarial.
Las empresas spin-offs constituyen un lugar estratégico para estudiar la
innovación en Andalucía, ya que éstas reúnen tres aspectos esenciales
del proceso innovador: la generación de conocimiento científico, el
desarrollo de nuevas tecnologías y productos, y la creación de empresas
para darles salida comercial. En el contexto actual (andaluz, español,
europeo, ¡mundial!), donde el conocimiento y la innovación se imponen
como los elementos clave para ser productivos y competitivos, la
historia que vamos a narrarles tiene sin duda una especial relevancia.
Tenemos la esperanza de que este relato pueda ser interesante para las
personas interesadas en promocionar los procesos de innovación y, sobre
todo, esperamos que la historia que vamos a narrarles sirva como
ejemplo a potenciales emprendedores para adentrarse en esta aventura
entre dos mundos.
5
1. La innovación mueve el mundo
“Innovation, not love, makes the world go round” (“la innovación, no el
amor, hace girar al mundo”), dijo recientemente John Dryden, director
adjunto de la División de Ciencia, Tecnología e Industria de la OCDE1.
El Señor Dryden hizo estas declaraciones ante el estupefacto periodista
que lo entrevistaba, por dos razones principalmente (a su vez
relacionadas entre sí): porque vivimos en un mundo basado en el
conocimiento y porque vivimos en un mundo globalizado.
“Porque vivimos en un mundo basado en el conocimiento”
Piénsese en el descubrimiento del fuego o en la invención de la rueda:
un cambio en el conocimiento que poseen las personas puede provocar
verdaderas revoluciones, y de hecho el conocimiento ha estado desde
siempre en la raíz de la evolución de economías y sociedades. Y es que
el hombre es el único habitante de la Tierra capaz, no sólo de “conocer”,
sino también de “imaginar y crear”. Como señala el filósofo Leonardo
Polo (1991), de todos los seres vivientes que se han enfrentado a un
incendio, el único que ha descubierto oportunidades en el fuego ha sido
el hombre (por ejemplo, para asarse un buen chuletón). La utilización
del conocimiento en la creación de un producto o proceso nuevo (o
mejorado) es lo que llamamos innovación2. Tales novedades, surgidas
1
The Economist, 11 de octubre de 2007 “Something new under the sun”.
2
Según el Manual de Oslo (2006), una guía metodológica que sugiere definiciones en
materia de innovación y tecnología armonizadas internacionalmente, la innovación es
6
del conocimiento, son las que cambian el mundo “desde dentro”
(Schumpeter, 1942).
Esto, que se ha cumplido desde que el hombre es hombre, se da aún con
mayor intensidad en el mundo actual, en el que el alcance y el ritmo en
la creación, acumulación, transmisión y depreciación del nuevo
conocimiento no ha tenido precedentes (David y Foray, 2002). Por
ejemplo, observamos que cada vez son más los trabajos que requieren
una
formación
especializada,
más
los
sectores
intensivos
en
conocimiento, por no hablar del enorme desarrollo que han
experimentado las tecnologías de la información y la comunicación
(Shapiro y Varian, 1998). Por la creciente importancia del conocimiento
en el mundo actual, ahora más que nunca, la innovación es el germen
esencial del devenir económico.
“Porque vivimos en un mundo globalizado”
Precisamente por el desarrollo de las tecnologías de la información y la
comunicación (las llamadas TICs), las fronteras entre países se han
traspasado y nos encontramos inmersos en un mercado global. En este
nuevo escenario, la innovación se ha convertido en el factor por
excelencia para lograr ser competitivos: como los países desarrollados
(entre los que se encuentra España) ya no pueden competir por precio,
porque si lo hacen se topan con los bajos costes de mano de obra que
otros países menos desarrollados (por ejemplo, los asiáticos), éstos
deben buscar vías alternativas para competir, como por ejemplo,
ofreciendo unos productos de mayor calidad, más originales o que
la introducción de un producto (bien o servicio), de un proceso o de un método (de
organización o comercialización) nuevo o significativamente mejorado
7
tengan alguna característica que los haga diferentes a los demás. La
competencia basada en los “precios” ha dado paso así a la competencia
basada en el “ingenio”.
El quid de la cuestión
De lo dicho podemos deducir que si conociéramos los entresijos de la
innovación, poseeríamos el secreto mismo de la productividad y la
competitividad y tendríamos en nuestras manos el germen del
crecimiento económico y bienestar social. El quid de la cuestión
radicaría entonces en saber “cómo se genera la innovación”. Ante este
enigma, en un primer momento (en los años sesenta, cuando se empezó a
pensar seriamente sobre estas cuestiones) se creyó que la innovación era
como una “máquina obediente” a la que uno pudiera decirle “quiero que
salgas” y saliera. Décadas más tarde, sin embargo, se ha visto que
contrariamente a lo que se pensó en un inicio, la innovación se comporta
más bien como “la diosa fortuna”, sorprendente y caprichosa.
La innovación como una “máquina obediente”: el Modelo Lineal de
Innovación
Sería una auténtica gozada tener un mecanismo en el que, al igual que en
una máquina expendedora de refrescos, uno introdujera una moneda,
pulsara un botón rojo y automáticamente saliera una cosa llamada
innovación. Es esto lo que en los años sesenta se pensó de la innovación,
concibiéndola como un proceso lineal formado por cuatro etapas (Figura
1): la investigación o “ciencia básica” (etapa 1) produce conocimiento
que se dirige a la “ciencia aplicada” (etapa 2) para el desarrollo de
8
tecnología (etapa 3), la cual es utilizada a su vez para producir nuevos
productos y comercializarlos en los mercados (etapa 4). Así de fácil.
9
Figura 1. El Modelo Lineal de Innovación
Ciencia Básica
(investigación)
Ciencia
Aplicada
(desarrollo
)
Tecnología
Fuente: Elaboración propia basado en Kline y Rosenberg (1986)
10
Comercialización
Se trata de una cadena perfecta en la que cada eslabón desempeña
obedientemente su papel: la investigación básica obtiene nuevos
conocimientos científicos sin preocuparse de encontrarles una utilidad
determinada, y sus resultados salen principalmente en forma de
publicaciones; la investigación aplicada dirige estos conocimientos hacia
un objetivo práctico específico, saliendo sus resultados, entre otras, en
forma de patentes; la tecnología surge de aplicar todo este conocimiento
a la producción, y la innovación, de introducir todas estas novedades en
el mercado. Todo funciona como un mecanismo sencillo en el que cada
uno de los agentes desempeña una labor determinada.
En esta particular máquina expendedora de innovaciones, la inversión
pública en I+D (investigación y desarrollo) es la moneda que se
introduce en la ranura y pone en marcha el proceso descrito.
Corresponde a los poderes públicos destinar partidas presupuestarias al
fomento de la ciencia y la investigación llegando incluso a establecer
líneas prioritarias de fomento de la ciencia y la investigación. Algunos
economistas (como Nelson, 1959 y Arrow, 1962) justifican esta
inversión pública en ciencia e investigación bajo el argumento de que
éstas tienen la naturaleza de un “bien público”. Se dice que un bien es
público cuando cumple las propiedades de “no rivalidad” y “no
exclusión”: la propiedad de no rivalidad supone que el bien en cuestión
puede usarse cuantas veces se quiera y sin disminuir la capacidad de uso
de otros; mientras que la propiedad de no exclusión significa que es
imposible excluir del beneficio que reporta el uso de dicho bien a
individuos ajenos a su producción (por ejemplo, el alumbrado de las
calles). Por su carácter de bien público, se asume que los individuos
particulares invertirán en su producción del conocimiento científico por
debajo del nivel socialmente deseable correspondiendo, por ello, a los
poderes públicos invertir en ello. La capacidad de la ciencia y la
11
investigación para generar nuevas tecnologías e innovaciones había sido
demostrada en la Segunda Guerra Mundial, principalmente a través del
Proyecto Manhattan. Una vez finalizada ésta, Vannevar Bush (1945),
iniciador y destacado miembro de dicho proyecto, lideró la iniciativa que
reivindicaba la canalización del esfuerzo realizado con fines militares
hacia la sociedad civil para incrementar el bienestar económico y social.
Como resultado, especialmente a partir de la Segunda Guerra Mundial,
los gobiernos comienzan a inyectar fuertes sumas de dinero público a la
investigación científica, erigiéndose el Estado desde entonces en el
principal garante de la actividad científica e investigadora.
En este modelo la ciencia es la fuente principal de innovación por lo que
se piensa que más inversión en ella generará, al final de la cadena,
impepinablemente más productos innovadores. Recae sobre las
universidades y centros de investigación la labor de generar
conocimiento científico y a las empresas su desarrollo aplicado,
transformando este conocimiento en tecnología, y su comercialización
hacia los clientes y usuarios, concebidos como el último eslabón de la
cadena.
La innovación como “la diosa fortuna”
Un modelo teórico es como un mapa: ambos son representaciones de la
realidad, y funcionan en la medida en que explican un fenómeno, en el
caso de los modelos teóricos, y guían hasta punto geográfico concreto,
en el caso de los mapas. Los modelos teóricos, al igual que los mapas, se
deben ir adaptando a la realidad que tratan de captar bien porque esta
cambia o porque lo hace el conocimiento que tenemos de ella. Se puede
decir que, en su momento, el Modelo Lineal de Innovación “funcionó”.
Sin embargo, la emergencia de nuevos competidores en el escenario
12
mundial y el propio desarrollo del proceso innovador, hicieron del
mismo un proceso mucho más complejo en el que la idea del proceso de
innovación como una “máquina obediente” comenzó a flaquear siendo
necesario un nuevo modelo que ayudase a comprender el nuevo proceso
de innovación. La emergencia de nuevos competidores generó la
necesidad de la búsqueda de mayor eficiencia en el sistema de
innovación. Mientras que el propio desarrollo del proceso de innovación
desembocó en una mayor colaboración entre los agentes tradicionales
del proceso de innovación (poderes públicos, universidades y centros de
investigación y empresas) y el surgimiento de nuevos actores, algunos
de los cuales, encargados de facilitar esa colaboración, iniciativas y
espacios de interacción.
Los nuevos modelos3 que explican el proceso de innovación pasan a ser
más complejos para recoger estas nuevas relaciones y agentes y, así,
poder entender y mejorar el proceso de innovación. Así, los nuevos
modelos dan cabida a los tres agentes principales del proceso innovador
(las Administraciones Públicas, la Universidad y la Empresa) pero éstos
dejan de relacionarse de una manera secuencial “lineal” para hacerlo de
una
manera
“interactiva”
(“no
lineal”)
y
con
constantes
retroalimentaciones entre unos y otros (Figura 2). Los nuevos modelos
permiten explicar la importancia de la interacción de los agentes de
innovación en las distintas fases del desarrollo de innovación.
3
Los nuevos modelos van desde modelos más cerrados que inciden en la importancia
de un determinado componente como el “market pull” (Freeman, 1974), en el que se
empiezan a destacar el rol del mercado en la demanda de innovación, a modelos más
integrados, en los que destacan los factores colaborativos como el “modelo interctivo”
(Porter, 1980), o abiertos, en los que se destacan aspectos estratégicos o interactivos,
como el de la Triple hélix (Etzkowitz y Leydesdorff, 2000).
13
Figura 2. El Modelo Interactivo de Innovación
I+D
y
Diseño
Generación
de
Ideas
I+D
y
Diseño
Sociedad y Mercado
I+D
y
Diseño
Prototipo
Producción
y ventas
Tecnología y Producción
Fuente: Porter (1980)
14
Marketing
y
Ventas
Mercado
La mayor interacción entre los distintos actores del sistema de
innovación hace que los actores tradicionales comienzan a desempeñar
roles que antes correspondían a los otros (ver Tabla 1), comienzan a
“superponerse”
(Sánchez, 2008: 172) y que surjan nuevos actores,
iniciativas y espacios de interacción. Por ejemplo, las universidades
refuerzan lo que se denomina “Tercera Misión” que añade a la docencia
y la investigación la labor de transferir los conocimientos con el tejido
productivo y social. La mayor interacción hace que algunos de los
nuevos actores surja para encargarse de los nuevos roles adquiridos por
los agentes tradicionales. Por ejemplo, las Oficinas de Transferencia
Tecnológica (OTT) u Oficinas de Transferencia de Resultados de
Investigación (OTRIs) surgen dentro de las universidades y centros de
investigación para facilitar parte de la tercera misión adquirida o
reforzada por las universidades. La mayor interacción también provoca
que surjan iniciativas nuevas entre actores tradicionales. Por ejemplo, las
alianzas estratégicas universidad-empresa. La mayor interacción también
provoca que surjan espacios específicos para facilitar la colaboración
entre ellos. Por ejemplo,
los Parques Tecnológicos, superficies
destinadas a congregar en la misma ubicación a los mencionados agentes
del conocimiento y la innovación para incentivar y aprovechar las
capacidades y sinergias susceptibles de generarse entre ellos, de tal
forma que florezca un gran torbellino de ideas. La mayor interacción
hace más complejo es proceso de innovación al tiempo que facilita la
generación y difusión del conocimiento social y económicamente útil.
En este nuevo contexto de diversidad de agentes, interacciones y
sinergias, la innovación no es ya un recurso del que podamos disponer a
nuestro antojo ni el resultado de una receta o fórmula preestablecida. Por
el contrario, es un proceso por naturaleza más impredecible, que
15
proviene de múltiples fuentes (y no exclusivamente de la ciencia), que
surge por la interacción de agentes diversos (individuos, empresas,
organizaciones) y que está más asociado a un contexto, a un entorno, a
unas personas y a unas circunstancias concretas. La mera aglomeración
de componentes, unos junto a otros, no implica necesariamente que surja
la magia entre ellos. En el proceso de interacción también se desarrollan
trayectorias innovadoras particulares y acumulativas en el tiempo que
encauzan el desenvolvimiento económico de un país, región o sector4
por una determinada senda (Pavitt, 1984; Dosi, 1988; Nelson, 1993).
Ahora, la innovación, como la diosa fortuna, es sorprendente y
caprichosa. Sin embargo, entender sus entramados facilita enormemente
que nos ganemos su suerte y que descubramos la importancia y el
potencial de nuevos fenómenos en los sistemas de innovación.
Parece, pues, que el Señor John Dryden de la OCDE no estaba en
absoluto descaminado al afirmar que la innovación, y no el amor, es lo
que hace girar al mundo. La creciente importancia del conocimiento y la
globalización otorga mayor importancia al proceso de innovación para el
desarrollo económico y social de las sociedades, especialmente para los
países desarrollados. Entender el proceso de innovación, la generación y
transmisión del conocimiento, debe pues formar parte de la estrategia de
los países para poder aprovechar las ventajas sociales y económicas que
ofrece y mejorarlo para que siga produciéndolas Así, parafraseando al
Señor John Dryden, será el amor por la innovación lo que permita a
determinados países beneficiarse de las ventajas que ésta otorga. Entre
los nuevos fenómenos destacados del proceso de innovación se
4
El concepto de Sistema de Innovación (Fisher et al., 2001) se aplica a distintos
ámbitos: al nacional bajo el nombre de Sistema Nacional de Innovación (Freeman,
1987; Lundvall, 1992), al regional con el nombre de Sistema Regional de Innovación
(Howells, 1999) y al sectorial bajo la denominación de Sistema Sectorial de Innovación
(Malerba, 2002).
16
encuentran los emprendedores académicos que ponen en marcha spinoffs, empresas que emergen del ámbito académico (universidades o
centros públicos de investigación) en torno a algún resultado de
investigación con el fin de explotarlo comercialmente. Por el lugar que
ocupan en el sistema de innovación, los emprendedores académicos y las
spin-offs albergan un alto potencial para revolucionar el proceso de
innovación.
17
Tabla 1. Agentes de I+D+i y sus funciones principales
AGENTES
FUNCIÓN PRINCIPAL
Son los generadores por excelencia del
Universidades y centros de investigación
conocimiento científico
Se
Empresas
encargan
del
desarrollo
y
comercialización del bienes y servicios
Administraciones Públicas
Fomento e inversión del I+D+i
Facilitar la difusión y colaboración de los
Centros de transferencias, OTTs u OTRIS
agentes de innovación
Incentivar y aprovechar capacidades y
Parques científicos-tecnológicos
sinergias entre los agentes de innovación
Desarrollo y comercialización de bienes y
Spin-offs
servicios de alto contenido en I+D+i
Fuente: Elaboración propia
18
2. En el reino de lo nano
En un proceso de innovación en el que las conexiones con distintos
agentes
de
investigación
son
cada
vez
más
relevantes,
los
emprendedores académicos y las spin-offs adquieren un papel más
determinante. Los emprendedores académicos, por su cercanía con el
conocimiento científico poseen capacidades especiales para crear nuevas
innovaciones sus spin-offs son los vehículos para desarrollar y
comercializar estos productos innovadores. Las spin-offs de los
emprendedores académicos pueden albergar la capacidad de alterar el
proceso de innovación al ser un híbrido entre los agentes tradicionales de
la innovación, universidades y centros de investigación y empresa,
alterando la manera en que éstos interactúan y se relacionan con el
conocimiento científico.
Emprendedores académicos: los herederos del conocimiento
En el proceso de innovación hay inventos e inventores de distinto tipo.
En uno de los extremos de la esta tipología se sitúan los inventos que
podemos denominar “inventos fregona”. Frente a los “inventos fregona”
uno siente una especie de reverencia ante la sencillez en la innovación
del producto y, de forma instantánea, uno tiene la inercia de pensar
“cómo no se me ocurrió a mí”. En el otro extremo de la tipología están
los “inventos caja negra”. Frente a ellos uno se siente igualmente
maravillado pero difícilmente alcanza a comprender qué hay en ellos,
cómo funcionan. Para la mayoría de la gente, bastaría una bombilla o un
microondas para crear esta sensación. Ante los “inventos caja negra”, es
19
difícil que uno se sienta protagonista más allá de activar el dispositivo
que los pone en funcionamiento y, como mucho, uno podría pensar “a
quién se le habrá ocurrido esto”. Sin embargo, para un experto el efecto
de un “invento caja negra” cercano a su especialidad es casi el mismo
que el que le producen los “inventos fregona”. Un ingeniero o un
estudiante de ingeniería puede imaginarse igualmente protagonista de la
invención del microondas o de la fregona: “esto pudo habérseme
ocurrido a mí”. Así, la gente que está cerca del conocimiento tiene la
posibilidad de encontrarse con más inventos ante los que otros puedan
sentirse maravillados.
Las universidades y los centros de investigación poseen conocimiento
fruto de sus investigaciones y ello les convierte en protagonistas de los
procesos de innovación. El personal de las universidades, los centros de
investigación o laboratorios, desde profesores, jóvenes investigadores a
estudiantes de carrera o master tienen el potencial para ver más ideas y
acelerar el proceso de invención de una idea más común. Si el personal
del las universidades está tan cerca del conocimiento y la investigación,
cabría plantearse por qué no deciden con mayor frecuencia aprovecharse
de esta cercanía y convertirla en un negocio. Porqué no hay más
emprendedores académicos. Porqué el personal y los estudiantes de
determinados países no dan con tantas nuevas ideas, no las convierten en
un producto o servicio y no montan un negocio con ellas.
El personal de las universidades y centros de investigación y los
estudiantes tienen más capacidad para convertirse en emprendedores
pero, a su vez, tienen más oportunidades para ser contratados por cuenta
ajena. En algunos países, los poseedores del conocimiento tienden con
mayor frecuencia a aprovecharlo comercialmente y convertirse en
emprendedor. Si se le pregunta a un estudiante de Harvard qué quiere
20
hacer en el futuro, las posibilidades de que conteste que quiere montar su
propio negocio son bastante altas. Si se hace esa misma pregunta en
España5, con una posibilidad igualmente alta éste responderá que quiere
ser funcionario o trabajar por otra forma de cuenta ajena. Para tener
empresas líderes en sectores punteros, para empezar hay que querer
tenerlas, que los que pueden crear este tipo de empresas sean conscientes
de sus oportunidades y quieran aprovecharlas en este sentido.
España y toda Europa están inmersas en un mundo globalizado y tienen
el privilegio de luchar por mantener una posición de liderazgo
económico y social por medio de la innovación. Sabemos que la batalla
por aumentar la productividad disminuyendo los costes de mano de obra
está perdida de antemano. España se benefició durante un tiempo de esa
estrategia para recibir empresas de otros países pero ese tiempo,
afortunadamente, parece haber pasado. Y hay que ser conscientes de que
esto no es un problema sino un privilegio. Por mucho que nos
sorprendan los progresos de China, la situación de un ciudadano medio
de este país dista mucho de la de un europeo. Europa y España están
afortunadamente abocadas a apostar por la innovación para mantener su
posición y empiezan a ser conscientes de que, mantener este liderazgo
pasa por cultivar la cultura emprendedora.
Los países más desarrollados parten con la ventaja de mantener una
posición de liderazgo también en el proceso de creación y difusión del
conocimiento (proceso de innovación) (I+D+i). Son los países que más
invierten en I+D+i, que más investigadores tienen y que más
publicaciones y patentes producen. Esta posición de liderazgo otorga
ciertas ventajas ya que cuentan con una estructura y una capacidad que
Según el segundo barómetro Universidad – Sociedad, elaborado por el Consejo Social
de la Universidad Complutense de Madrid (2011)
5
21
no poseen los países menos avanzados. Sin embargo, para mantener esa
capacidad de liderazgo hay que preocuparse por renovar estas estructuras
y capacidades, que sean flexibles y sean capaces de responder a los
cambios que demanda un mundo globalizado. La innovación requiere ser
especialmente exigente es esta capacidad de respuesta y flexibilización.
Así, los países que tienen una posición de liderazgo en I+D+i tienen una
mayor necesidad por hacer más eficiente su sistemas de producción y
difusión del conocimiento. Kirzner (1979) sostiene que el progreso
económico
se
produce
como
consecuencia
de
un
constante
descubrimiento de nuevas conexiones mediante el ejercicio de lo que él
denomina la empresarialidad. Ésta es definida como un “estado de
alerta” que lleva a los individuos a descubrir oportunidades de beneficio
que permanecen sin explotar en los mercados.
Fomentar el
emprendimiento académico es pues una manera de mejorar el
funcionamiento del sistema de I+D+i y de obtener progreso económico y
social.
Spin-offs: el reino de los emprendedores académicos
El carbón y el diamante son muy similares en una escala atómica pero
esa similitud se desvanece a una escala mayor y pocos dudarían con cual
quedarse en una escala real (ver Figura 3). Tanto el carbón como el
diamante están compuestos de átomos de carbono con pequeñas
variaciones en su configuración atómica. Las propiedades de los
materiales dependen de la ordenación de los átomos que los constituyen.
Si modificamos la materia a escala muy pequeña en teoría unos
materiales podrían dar lugar a otros, preferiblemente el carbón podría
dar lugar a diamante. Trabajando en esa misma escala también
podríamos modificar las propiedades de un mismo material. Son los
22
efectos cuánticos. Por ejemplo, el oro no es soluble en agua pero, basta
una modificación a una escala muy pequeña, para convertirlo en soluble.
En esa pequeña escala es en la que se mueve la nanotecnología, una
billonésima parte, o 10-9, de un metro. Trabajando en esa pequeña
escala, la nanotecnología se ha convertido en una de las áreas más
prometedoras en generación de conocimientos y grandes innovaciones.
23
Figura 3. Imágenes del carbón (izquierda) y diamante (derecha)
Carbón
Diamante
24
Muchas veces tendríamos que irnos a una escala nanométrica para
descubrir el porqué nos sorprenden propiedades de la materia a escala
visual al ojo humano. La hoja de la flor de loto es superhidrofóbica,
repele de una manera extraordinaria el agua, prácticamente no se moja.
Por ello, cuando vemos una gota de agua sobre su superficie aparece con
forma redonda (figura 4). La col verde también tiene esa propiedad
(figura 4). Repeler el agua les sirve a las plantas que tienen esta
característica para permanecer más tiempo frescas, las coles verdes se
conservan mejor comparadas con otros vegetales. Una parte de la
nanotecnología se dedica a estudiar la estructura de los materiales para
analizar porqué presentan estas propiedades y sean superhidróficos. Una
vez descubierto el mecanismo que otorga esta propiedad, se plantea la
posibilidad de modificar estos u otros materiales para que éstos también
tengan la propiedad que se busca. Es fácil imaginarse la utilidad de este
conocimiento para, por ejemplo, diseñar chubasqueros más eficientes,
diseñar envoltorios que haga que los alimentos se conserven mejor, crear
fachadas de casas que no se humedezcan o aplicarlo a superficies como
los parabrisas de los coches para que éstas se ensucien menos. Las coles
verdes no sólo se conservan mejor que otros vegetales sino que
permanecen más limpias al repeler la suciedad. No son pocas las spinsoffs que están desarrollando este tipo de investigación y conocimiento
para poder diseñar productos con propiedades adquiridas a escala
nanométrica.
25
Figura 4. Gotas de agua sobre hoja de flor de loto (izquierda) y col verde (derecha)
Gotas de agua en loto
Gotas de agua en col verde
26
Las spin-off puede considerarse que funcionan a una escala nanométrica
en el proceso de innovación. Son pequeños cambios que se introducen
en el sistema y proceso de conocimiento e innovación pero que alteran
sustancialmente este proceso y, como tal, pueden dar lugar a propiedades
y fenómenos nuevos en el mismo. Las spin-offs suponen una alteración
en el proceso de conocimiento e innovación porque son un híbrido entre
los tradicionales creadores de conocimiento -universidades y centros de
investigación- y los encargados de desarrollar y comercializar productos
o servicios -empresas.
Como híbridos, las spin-offs comparten características de ambos pero,
también como tales, se comportan de una manera completamente distinta
a ellos. Las spin-offs comparten con las universidades y centros de
investigación su necesidad de crear investigación y el conocimiento.
Necesitan desarrollar investigación puntera o estar en contacto estrecho
con ella para poder desarrollar los productos y servicios que, como
empresas, tienen que vender. Como empresas tiene que vender pero sin
descuidar su parte no comercial que les otorga su valor y diferencia. La
hibridación entre el científico y el mercader que presentan las spin-off es
una mezcla tan poderosa como inestable. No es fácil responder a
demandas tan diferentes. Sin embargo, si las spin-offs logran alcanzar la
estructura adecuada y lograr estabilidad y éxito, su potencial innovador
es enorme.
El comportamiento de las spin-offs como agente de innovación es
diferente como también lo es el comportamiento con respecto a lo que
producen -conocimiento e innovación, productos o servicios. Las spinoffs necesitan la investigación y el conocimiento, tal y como lo necesitan
27
las universidades y los centros de investigación, pero éste tiene que ser
de un tipo determinado. El conocimiento y la investigación que buscan y
desarrollan éstas tienen que tener un alto potencial para ser aplicado y
transformado en un producto o servicio. Las spin-offs, como las
empresas, necesitan productos y servicios para ser vendidos pero éstos
tiene que tener un carácter innovador muy alto para diferenciarse de los
que ofrecen las empresas. Este comportamiento diferenciado como
agentes de innovación y con respecto a lo que producen hace que puedan
dar lugar tanto a conocimientos y productos, como a relaciones
diferentes con otros agentes de innovación y con su entorno.
Los emprendedores académicos tienen un papel de creciente importancia
en el proceso de innovación, ya que como académicos y creadores de
conocimiento que son, poseen un tremendo potencial para ver su
aplicación en nuevos inventos, acelerando así el proceso de innovación.
Sin embargo, no son muchos los académicos que son conscientes de esas
oportunidades y deciden aprovecharlas para montar una spin-off. Su
incremento resulta sin duda un importante desafío, ya que el entorno
actual de demanda constante por mejorar el proceso de innovación, hace
que los emprendedores académicos y las spin-offs sean más relevantes.
Las spin-offs son híbridos entre los creadores de conocimiento –
universidades y centros de investigación- y los encargados de desarrollar
y comercializar un producto – empresas. Comparten características de
ambos pero tienen que comportarse de una manera diferente para
mantener su diferencia. Estabilizarse en esta frontera es difícil pero de
conseguirlo, su un potencial innovador es muy grande al alterar el modo
en el que se comportan otros agentes y abordan la labor que les
caracteriza.
28
Podríamos decir que el proceso de emprender se reduce a tres pasos
simples:
1. Tener una idea.
2. Convertir esa idea en un producto o servicio
3. Convertir ese producto o servicio en un negocio.
Sin embargo, a pesar de que estos pasos parecen sencillos, no lo son y es
por ello por lo que no son muchos los académicos que se lanzan en este
proceso. En los próximos capítulos, seguiremos el proceso de
emprendimiento académico para un muestra representativa de spin-offs
en Andalucía, ilustrándolo con las historias reales de varios
emprendedores académicos andaluces que han creado sus propias spinoffs. El estudio detectó una población de 157 spin-offs andaluzas en el
año 2008-2010, de las cuales 121 contestaron a la encuesta (77,07%).
Asimismo se realizaron varios estudios de caso con entrevistas en
profundidad, de los que exponemos sus resultados bajo nombres ficticios
para preservar su identidad. De ese modo podremos entender tanto la
importancia de las spin-offs, desde su nacimiento a su desarrollo, como
el por qué no hay más emprendedores académicos, y poder, así orientar
acciones encaminadas a incentivar este tipo de emprendimiento e
innovación.
29
3. Andaluces con ciencia y con ideas
El panorama de la innovación está evolucionando hacia una mayor
colaboración entre los agentes de la innovación. Dentro de éstos, los
emprendedores académicos y las spin-offs adquieren relevancia por su
carácter híbrido, entre creadores de conocimiento y desarrolladores y
comercializadores de producto, y por su potencial para renovar la
manera de entender y llevar a cabo el proceso de innovación. Para
comprender el modo en que los emprendedores académicos y sus spinoffs operan dentro de un sistema de innovación como el andaluz es útil
entender quiénes son estos emprendedores académicos, cuáles son las
oportunidades que propician la génesis de sus spin-offs (demandas
empresariales de un nuevo tipo de investigación, resultados de
investigación, conexiones internacionales u otras oportunidades más
generales), así como las motivaciones que les impulsan a crearlas.
Los emprendedores académicos andaluces y sus spin-offs
Biotecnología azul, Micorrizas, nanopartículas, coralbots. Para la
mayoría de la gente, estas palabras no dicen mucho. Una parte más
pequeña de gente podría intuir su significado. Mientras que otra más
pequeña podría dar una definición precisa. Podíamos denominar a los
grupos anteriores respectivamente como “ciudadanos alejados de la
ciencia”, que participan de ella pero no de forma consciente,
“ciudadanos con curiosidad científica” y “ciudadanos con cultura
científica” (ver Figura 5). Hay sin embargo un pequeño grupo de gente
que podrían hablar horas sobre estos conceptos porque que basan sus
30
investigaciones en ellos, son “expertos”, ”académicos” si su labor se
lleva a cabo en la academia. Este último pequeño grupo, todavía puede
reducirse más si nos limitamos a de los que han visto en ese
conocimiento una oportunidad de negocio (“proto-emprendedores
académicos”). Y, todavía más, si nos limitamos de, entre
ellos,
quedarnos con los que de ese conocimiento no sólo han visto la
oportunidad de negocio sino que se han lanzado a llevarlo a cabo. Este
pequeño y exclusivo grupo lo comprenden los “emprendedores
académicos” que han fundado spin-offs académicas con el conocimiento
en biotecnología azul, micorrizas, nanopartículas y coralbots.
31
Figura 5. Representación del grado del conocimiento científico (*)
(*)
Fuente: Elaboración propia
Gráfico ilustrativo. No muestra proporciones reales sobre ratios de los distintos grupos representados
32
Los hermanos Morales, Ruth y Javier, Juan y Manuel y el grupo de “los
cinco” son “emprendedores académicos” y han creado sus spin-offs
basadas en la biotecnología azul micorrizas, las nanopartículas y los
coralbots; PISCIS, PARTINANO, HONGUS, ARQUEO (Tabla 2).
Saben perfectamente qué son estos términos. Son expertos, han basado
sus investigaciones en ello, han estado en contacto con universidades
internacionales para desarrollar sus investigaciones, han publicado en
revistas especializadas punteras, como Science, han patentado...
Contaban con una prometedora carrera profesional en investigación y
podían haberse conformado con ello pero no lo han hecho. Han decidido
utilizar su conocimiento y la visión de una oportunidad de negocio para
montar el suyo propio.
33
Tabla 2. Guía de casos: área de conocimiento, fundadores y spin-off
AREA
CONOCIMIENTO-
FUNDADORES
SPIN-OFF
INVESTIGACIÓN
Biotecnología azul
Hermanos Morales
PISCIS
Nanopartículas
Juan y Manuel
PARTINANO
Micorrizas
Ruth y Javier
HONGUS
Coralbots
“Los cinco”
ARQUEO
34
Los hermanos Morales, Ruth y Javier, Juan y Manuel y el grupo de “los
cinco” forman parte de ese pequeño grupo de “emprendedores
académicos” andaluzes que han creado una spin-off. Los emprendedores
académicos andaluces son en su mayoría hombres (79%) de 36 años de
edad media. Con un nivel de educación alto, desde un 42,35% con una
licenciatura hasta un 39% con un doctorado como nivel educativo más
alto. En el momento de crear la empresa, un porcentaje nada desdeñable
desarrollaba su actividad en el mundo de la docencia universitaria y de la
investigación como profesor o investigador titular (30,27%) o contratado
(13,50%), como becario predoctoral (8,59%) o posdoctoral (2,04%) o
como estudiante (13,91%). Los emprendedores son hombres, de
mediana edad, con nivel educativo alto y con vínculos formativos o
laborales en la universidad.
Génesis de las spin-offs
En la génesis de las spin-offs se encuentran oportunidades de distinto
tipo entre las que se incluyen satisfacer una demanda de un nuevo tipo
de investigación fruto de las colaboraciones entre universidades y
empresas, explotar unos resultados de investigación e incorporar
técnicas desarrolladas en otros países u explotar oportunidades más
generales.
Spin-offs como fruto de las nuevas necesidades de la colaboración entre
universidades y empresas
Las universidades y los centros de investigación colaboran con las
empresas. Hacen investigación conjunta o las empresas subcontratan
investigación a las universidades y los centros. Estas colaboraciones han
35
aumentado en los últimos tiempos, y como fruto de esas colaboraciones,
algunos estudiantes de doctorado hacen sus tesis en investigaciones en
las cuales están involucradas las empresas. Estos estudiantes e
investigadores entran en contacto con las empresas y, por ello, son más
conscientes del tipo de investigación y servicios que éstas requieren. Los
hermanos Morales, tres biólogos, dos de ellos miembros de grupo de
investigación de una universidad andaluza, forman parte de estos
investigadores que han entrado en una mayor colaboración con las
empresas. De este modo, se dieron cuenta de que los servicios de
investigación que ofrecen las universidades y los centros de
investigación podrían adaptarse mejor a las necesidades de las empresas.
Los hermanos Morales se dieron cuenta de que las empresas necesitaban
una investigación más adaptada a sus necesidades, que las universidades
y los centros de investigación proveían una investigación en estado “más
bruto”, mientras que las empresas necesitaban una investigación con
“valor añadido”, y junto a ello, necesitaban también asesoramiento y
continuidad en la misma. Los hermanos Morales se dieron cuenta
también de que las universidades y los centros de investigación no tienen
la suficiente capacidad para captar clientes y darles este
servicio
adaptado. Así, aunque las universidades y los centros de investigación
colaboran con las empresas cada vez más, existe todavía una demanda
por parte de éstas de una investigación más adaptada, un asesoramiento
más específico y una mayor continuidad.
Los hermanos Morales hicieron sus tesis sobre genómica estructural y
funcional en peces marinos y terminaron montando una spin-off
(PISCIS) “con capacidad científica y técnica para generar y proporcionar
servicios a la acuicultura a partir de resultados científicos novedosos”.
Con su empresa cubren la “creciente demanda de conocimiento
científico y técnico sobre biología de las especies cultivadas” y su
36
campo de servicio cubre la genética, biología molecular, microbiología,
nutrición, fisiología e histología, zootecnia, nutrición, estudios de
impacto ambiental y asesoramiento en I+D+i.
Spin-offs como fruto de un resultado de investigación
Las colaboraciones entre las universidades y las empresas son una fuente
de ideas para generar nuevos productos que den lugar a nuevas
iniciativas empresariales, pero las spin-offs también surgen para
desarrollar los resultados de una investigación interna con un producto
más específico, que en algunos casos está materializado y protegido con
una patente. Éste es el caso de Juan y Manuel, profesor y antiguo
alumno en el campo de la generación de nanopartículas. La
investigación básica en su campo había dado señales prometedoras para
la generación de nanopartículas y su posible aplicación. De sus
investigaciones surgió una “técnica para generar nanopartículas con
estructura núcleo-corteza que podía tener una variedad de aplicaciones”.
Con el desarrollo de esta técnica lograron una gran visibilidad
internacional, ya que ésta suponía un avance en comparación con las
técnicas existentes. La generación de nanopartículas requiere de un
proceso largo y tedioso que, con su técnica, se simplificaba en una sola
etapa. Sus hallazgos tuvieron eco internacional, se publicaron en la
prestigiosa revista Science y consiguieron publicar una patente en EEUU
con la aplicación de esta tecnología en el campo alimentario. La venta de
la patente a una reconocida empresa internacional de productos
alimentarios demostraba la rentabilidad de sus hallazgos, y fue el acicate
para montar su propia spin-off (PARTINANO), para aplicar los
resultados a nuevos campos fuera del agroalimentario y desarrollar
nuevos productos.
37
Spin-offs y la internacionalización
La investigación y la ciencia tienen un marcado carácter internacional.
Los investigadores trabajan en grupos internacionales y pasan
temporadas en universidades de otros países, en estancias cortas o
temporadas más largas a través de contratos postdoctorales o laborales.
Estas estancias facilitan las colaboraciones internacionales que permiten
avanzar a la ciencia al mismo tiempo que posibilitan las aplicaciones
locales de avances científicos globales. Los investigadores no sólo
desarrollan sus estudios en comunidades internacionales, sino que
también presentan sus resultados en entornos internacionales como
congresos o publicaciones internacionales. Así, el conocimiento
científico se ratifica en comunidades internacionales que, a su vez, ayuda
a generar nuevas ideas y colaboraciones. El carácter internacional y
abierto de la investigación y la ciencia facilita la colaboración y la
generación de ideas que resultan muy útiles para descubrir nuevas
oportunidades para la ciencia y la innovación. La spin-off de Ruth y
Javier, HONGUS, también vino impulsada por el desarrollo de una
patente que surgió después de una estancia postdoctoral de uno de los
promotores en una universidad extranjera. Ruth y Javier formaban parte
de un grupo de investigación de un centro de investigación que llevaba
décadas especializado en el desarrollo del conocimiento básico sobre las
micorrizas, unos microorganismos con capacidad para regenerar el
suelo. El grupo de investigación era consciente del potencial de la
micorriza para recuperar zonas degradadas o hacer un uso más eficiente
del agua que se utiliza en los suelos pero las micorrizas tenían un
problema para su aplicación: no podían producirse a gran escala
(cultivarse) y utilizarse abono. El grupo supo que en Canadá se había
38
inventado una forma in Vitro para el cultivo de la microrrizas. Javier fue
a esta universidad canadiense con una beca postdoctoral y aprendió la
técnica. A su vuelta, se reincorporó al grupo de investigación donde
transmitió lo aprendido. En el grupo convivían los intereses tradicionales
por la investigación básica en micorrizas con los más aplicados, entre los
que se encontraba Javier. Éste, con la ayuda de Ruth, insistieron en la vía
de la aplicación de la micorriza ya que la nueva técnica permitía
reproducir la micorriza y romper así las barreras hasta el momento
existentes para su comercialización. Al tiempo, sus investigaciones
dieron lugar a una patente con la que crearon la spin-off para
comercializarla.
Spin-offs de oportunidades más generales
Las ideas para la creación de una spin-off pueden ser fruto de una
demanda insatisfecha, como por ejemplo la necesidad de las empresas de
una investigación más adaptada a sus necesidades, del conocimiento
materializado en una patente o de oportunidades más generales. Cinco
estudiantes de arqueología encontraron una oportunidad de este tipo
mientras hacían las prácticas de la carrera en el teatro romano de una
ciudad andaluza portuaria. Durante las largas jornadas de excavación
junto al mar, se dieron cuenta de que la mayor parte de la labor
arqueológica se lleva a cabo en superficie, mientras que los grandes
restos arqueológicos subacuáticos permanecerían alejados de la labor
arqueológica. Tras confirmar con sus profesores esta intuición, se
dedicaron, con ellos, a analizar la situación del mudo de la investigación
arqueológica subacuática y su potencial comercial. Sus indagaciones
ratificaron su intuición y se lanzaron a montar una empresa dedicada a la
arquología subacuática, ARQUEO.
39
Las motivaciones de los emprendedores académicos
Abandonar un entorno conocido, el académico, para adentrarse en uno
desconocido, el de la empresa, es una decisión arriesgada y audaz. Estos
emprendedores, debido a su procedencia académica, han desarrollado
unas habilidades que les permite desenvolverse con facilidad en el
mundo académico. Al crear una spin-off, los emprendedores académicos
se adentran en un mundo desconocido, el empresarial, y para
desenvolverse en él van a tener que utilizar y, en la mayor parte de los
casos, adquirir nuevas habilidades. Los emprendedores académicos son
un ejemplo de los llamados “emprendedores de oportunidad”. A
diferencia de los “emprendedores por necesidad”, que montan su
empresa con el principal objetivo de insertarse en el mercado laboral
ante la ausencia de otras oportunidades, los emprendedores académicos
han tomado la decisión de crear una spin-off al ver una oportunidad de
negocio clara. Así, a pesar de que en muchos casos los emprendedores
académicos saben que cuentan con un futuro profesional más seguro si
permanecen en el mundo académico, deciden sin embargo “arriesgarlo”
al crear sus spin-offs. ¿Qué impulsa a los emprendedores académicos a
arriesgarse y dejar un mundo conocido por otro desconocido y montar
sus spin-offs?
Los hermanos Morales, Ruth y Javier, Juan y Manuel y el grupo de “los
cinco”, como el resto de emprendedores académicos andaluces, crearon
sus spin-offs, PISCIS, PARTINANO, HONGUS Y ARQUEO, por
diversas razones principales más o menos ligadas a motivos de
conocimiento,
empresariales
o
laborales.
Los
emprendedores
académicos andaluces aluden como razón primordial, a la hora de
40
explicar qué les empujó a crear su empresa, al deseo de comercializar un
conocimiento generado en un proyecto de investigación (para un 24,8%
de ellos), la aspiración de desarrollar con autonomía una idea de negocio
(para un 22,3%); la búsqueda de una salida laboral a doctorandos o
becarios de investigación alternativa a la Academia y el interés por
implicarse en un nuevo reto profesional (ambas para un 10,7% de los
encuestados). En un puesto más secundario, sin embargo, sitúan al
ánimo de lucro (sólo un 5% la señaló como primera razón). Los
emprendedores de spin-offs son emprendedores “de oportunidad” que
buscan desarrollar la aplicación del conocimiento y un negocio de forma
autónoma y, aunque algunos también desean labrarse un futuro laboral
fuera de la empresa y abordar nuevos retos profesionales, el ánimo de
lucro no es su prioridad.
Los académicos, emprendedores o no, están en un lugar privilegiado
para identificar las potencialidades futuras de tan productos innovadores
que pueden “revolucionar los mercados”, marcando la línea de demanda
de productos nuevos. Los académicos que se deciden a dar el salto a la
actividad empresarial son conscientes de tener en sus manos un
conocimiento altamente innovador, de enorme potencial práctico. Están
convencidos del gran valor de su idea porque se dan cuenta de que
tienen ante sí un campo cuajado de oportunidades de mercado: su
producto es tan novedoso que literalmente no hay prácticamente “nadie
más” ofertándolo (casi toda la muestra analizada en nuestro estudio [más
del 90%] dice ofrecer un producto competitivo y con un gran potencial
de crecimiento en el mercado que satisface una necesidad que hasta
entonces no había estado cubierta). Esta perspectiva genera en los
emprendedores académicos una tremenda excitación, y precisamente
serán el entusiasmo y el optimismo lo que les dé el impulso para
decidirse a correr el riesgo de creación de su empresa. Los
41
emprendedores académicos son conscientes de las oportunidades de
mercado que tienen sus ideas y, además, deciden probar suerte y lanzar
estas ideas al mercado. Para Ruth y Javier, la euforia e ilusión iniciales
equilibraron la balanza de los elevados riesgos que tuvieron que correr
con la puesta en marcha de su spin-off. En su caso, predominaron dos
motivaciones principales para levantar la empresa: la primera fue su afán
de sacar “a la luz unas investigaciones que llevaban más de cuarenta
años guardadas en un cajón” y, cuando vieron la posibilidad de resolver
el problema de aplicación de las micorrizas, surgió la segunda y sencilla
motivación para fundar la empresa: ganar dinero. El entusiasmo por
“embarcarse en algo novedoso” fue lo que impulsó a los cinco jóvenes
arqueólogos de nuestra historia a fundar su empresa. En España no había
prácticamente “nadie” realizando excavando bajo el mar y se
encontraron con un mercado completamente abierto en el que
zambullirse. La posibilidad de volcar todos sus afanes profesionales en
algo que les despertaba verdadero interés científico, unido al deseo de
encontrar una salida laboral novedosa para su especialidad, terminaron
por animarles en su empeño. Los emprendedores académicos, al estar
cerca del conocimiento, son conscientes del potencial de los productos
que ofrecen y en su decisión de montar una spin-off se guían por el
entusiasmo de las tremendas oportunidades de negocio que albergan sus
productos.
Los emprendedores académicos destacan, entre otras características
personales, por su alto nivel educativo y el contacto con la academia,
deciden emprender su negocio (spin-off) por una diversidad de
oportunidades, como la de satisfacer demandas de un tipo de
investigación más adaptada a las necesidades empresariales, explotar un
resultado de investigación (internacionalización) o aprovechar una
oportunidad más general, son “emprendedores de oportunidad” para los
42
cuales el ánimo de lucro no suele formar parte de sus prioridades. Sin
embargo, tener una idea, una oportunidad, es sólo el primer paso que
tiene dar lugar a otros que permitan materializar esta idea en un producto
para, posteriormente, poder dar cabida al lucro necesario para poder
convertir esa idea en un producto y éste en un negocio viable.
43
4. De lo imaginado posible a lo palpablemente real
Si tener una idea brillante es la condición sine qua non para emprender
una spin-off, su transformación en un bien o servicio específico resulta
ser un segundo paso imprescindible. Pero ¿cómo materializar esa idea?,
¿cómo pasar de lo abstracto a lo concreto?, ¿cómo encerrar una genial
ocurrencia entre los marcados límites de un producto que ofrecer a la
sociedad y que los clientes estén dispuestos a pagar por ello? En
particular, los emprendedores académicos destacan tres aspectos
fundamentales para la realización de sus spin-offs: la cohesión interna de
la empresa a través del equipo fundador; los apoyos institucionales
externos de diverso tipo y la colaboración con otros agentes del sistema
de I+D+i, universidades y centros de investigación y empresas. Los
hermanos Morales, Juan y Manuel, Ruth y Javier y el “grupo de los
cinco” esgrimieron estas tres armas estratégicas: armas que les
permitieron convertir una idea imaginada como posible, en un producto
palpablemente real.
El equipo fundador: la fuerza de la unión
“La unión hace la fuerza” – reza un conocido refrán español – y su
enseñanza no desmerece en el caso que nos ocupa, ya que el “trabajo en
equipo” es un común denominador para los emprendedores académicos
y el núcleo fundamental de su pequeña empresa. Por ello, resulta
fundamental la configuración del equipo fundador.
44
El equipo fundador se forja de relaciones previas labradas en distintos
ámbitos. En ellas son más frecuentes las que surgieron en el seno de un
grupo de investigación o por medio de otras colaboraciones científicas
anteriores (45,5%). Éste es el caso de Ruth y Javier, miembros de mismo
grupo de investigación sobre las micorrizas; o de los hermanos Morales,
que además de compartir la misma sangre, compartían también los
mismos intereses científicos, y dos de ellos, el mismo grupo de
investigación. Juan y Manuel, por ejemplo, se conocieron desde que uno
fuera profesor del otro en la universidad. Tras la estancia posdoctoral
que Manuel realizó en la prestigiosa Universidad de Yale (Estados
Unidos), ambos empezaron a colaborar, y de la fuerza de su unión surgió
el primer impulso que les permitió pasar de la idea al producto. Con
menor frecuencia, los fundadores habían sido compañeros de estudio
(16,5%), como les ocurrió por ejemplo al “grupo de los cinco”, el cual
surgió de realizar codo con codo las fatigosas prácticas de carrera en
excavaciones arqueológicas, ora bajo la lluvia, ora bajo el ígneo sol
andaluz. En otros casos, los fundadores de la spin-off habían trabajado
juntos previamente en una misma empresa (10,7%). También se dan
relaciones previas que provienen, en menor medida, de círculos de
amistad (9,1%) o otro tipo de relación previa (9%). El equipo fundador
de las spin-offs se forma a través de relaciones previas que provienen
principalmente de relaciones académicas anteriores aunque también se
dan, con mucha menor frecuencia, las surgidas en ámbitos relacionados
con la empresa o simples círculos de amistad.
Ayudas institucionales: el apoyo externo
En sus comienzos, una empresa es muy parecida a un bebé: es como un
diminuto y frágil ser que requiere de mil cuidados para crecer y
45
convertirse en alguien autosuficiente. En el caso de las spin-offs, y a
pesar del entusiasmo inicial de los fundadores y de la aportación de sus
propios ahorros para conformar su capital, éstos suelen tener que recurrir
al apoyo institucional para hacer realidad el proyecto. El papel de las
políticas públicas en materia de innovación consiste en crear y proteger
las condiciones adecuadas que estimulen dinámicas innovadoras, de
manera que el apoyo a la creación y consolidación de spin-offs entra de
lleno en sus competencias. En Andalucía, las políticas autonómicas de
I+D+i comienzan en los años ochenta con los Planes Andaluces de
Investigación. Éstos, si bien inicialmente estuvieron dirigidos a
fortalecer la investigación del sector universitario, a partir del 2000
comenzaron gradualmente a ocuparse también del desarrollo tecnológico
industrial y la innovación empresarial. Los poderes públicos han seguido
así la tendencia de los modelos interactivos de innovación que
predominan en los países más avanzados, pretendiendo involucrar a las
universidades y organismos públicos con las empresas (ver capítulo 1
para refrescar la memoria sobre estos modelos). Las spin-offs requieren
de apoyo institucional para establecer un adecuado desarrollo y las
políticas públicas andaluzas han desarrollado iniciativas cada vez más
específicas para el fomento de la innovación.
En este escenario, las políticas públicas andaluzas recientes han
establecido numerosas iniciativas de carácter interactivo, dentro de las
cuales se integran las dirigidas a la creación de spin-offs6. En estas
6
Otras iniciativas de este tipo han sido la creación de una red de oficinas de
transferencia de las universidades, los parques científicos y tecnológicos y la red de
oficinas para promocionar la innovación en las comarcas y ciudades, apoyos públicos y
partenariados público-privados para promocionar la colaboración y la transferencia de
conocimiento, que incluyen ayudas públicas para proyectos conjuntos, movilidad de
personal y subvenciones para innovación. Un actor relevante en las iniciativas públicoprivadas es la CTA, que reúne al gobierno andaluz y las universidades con numerosas
46
últimas se enmarca el “Programa Campus”, un programa de incentivos
puesto en marcha por la Consejería de Innovación Ciencia y Empresa (a
través de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía) para
fomentar la creación y el desarrollo de empresas de base tecnológica
mediante la concesión de un préstamo bajo condiciones favorables7. Una
muestra de la importancia que suponen este tipo de ayudas para la
creación de spin-offs se refleja en el 72,7% de los fundadores de spinoffs en Andalucía recibió algún tipo de ayuda económica o subvención
para crearla, y que de éstos, el 57,9% recibió ayudas del Programa
Campus. En una valoración de este último programa, los encuestados
reportan que esta ayuda fue “bastante” o “muy importe” (91,5%) para la
creación de su spin-off 8. Los hermanos Morales, Juan y Manuel, Ruth y
Javier, y el “grupo de los cinco” recibieron todos ellos ayudas del
Programa Campus, y según nos contaron, éstas fueron fundamentales
para materializar las ideas. Las ayudas económicas para la creación de
spin-offs en Andalucía son frecuentes y fundamentales para los
emprendedores académicos andaluces.
Sin embargo, como se suele decir, “el dinero no lo es todo”, y aunque las
ayudas económicas son ciertamente importantes para pasar “del dicho al
empresas, creando un fondo conjunto con el objetivo de financiar proyectos de
cooperación entre empresas que atraigan también a la universidad) .
7
Dicho préstamos se concede a través de Invercaria, la primera sociedad de capital
riego pública participada al 100% de su capital por la Agencia IDEA, de un préstamo
participativo de hasta 200.000 euros, con la obligación de los promotores de aportar, al
menos, una financiación propia de un 30% del capital. La devolución de este préstamo,
así como de los intereses que genere, estará en función de los resultados que obtenga el
proyecto. Se pueden conceder a 15 años con los dos primeros de cadencia).
8
Un 31,4% de ellos recibió una ayuda de entre 60 y 120 miles de euros; un 9,9%
recibió 121 miles de euros o más; un 7,4%, entre 1 y 29 miles de euros y un 5,8%, entre
30 y 59 miles de euros).
47
hecho”, no son las únicas: el apoyo no pecuniario institucional de las
universidades, oficinas de transferencia y otros organismos públicos
juega también un valioso papel en este cometido. Tal apoyo se concreta,
por ejemplo, en:
 Concesión de ayudas de tipo material, como el uso de
instalaciones, laboratorios y otros materiales. Juan y Manuel
afirman que, de no ser por la generosidad en este sentido de sus
respectivas universidades, su
spin-off sencillamente “no
existiría”. En su caso fue la propia universidad, más que ellos
mismos, “la que se empeñó” en la creación de su empresa,
permitiéndoles utilizar instalaciones, laboratorios y materiales.
 Apoyo de tipo administrativo. Por ejemplo, lo que Ruth y Javier
más agradecen a la Oficina de Transferencia de Tecnología de
su centro de investigación, fue la ayuda que les brindó para
solventar el grave problema sobre la compatibilización de sus
cargos públicos con sus ocupaciones privadas (de lo que
hablaremos algo más detenidamente en el siguiente capítulo).
 Asesoramiento y formación. De manera particular, los hermanos
Morales
y
los
“arqueólogos
submarinos”
destacan
el
asesoramiento fiscal y la formación en gestión empresarial que
recibieron del Centro de Apoyo al Desarrollo Empresarial
(CADE). Existen más de 200 de estos centros repartidos por
toda Andalucía. En ellos, un cualificado equipo de especialistas
en todas las materias empresariales, asesora a las personas que,
como los hermanos Morales o el “grupo de los cinco”, así lo
solicitan.
48
Además de los apoyos económicos, otro tipo de apoyos institucionales,
que se concretan en ayudas materiales, administrativas y de
asesoramiento y formación, resultan también decisivos.
Lazos y vinculaciones con otros organismos
Las spin-offs son unos organismos híbridos entre el mundo académico y
el mundo empresarial. Comparten cosas de los dos y a la vez difieren de
cada uno de ellos en diversos puntos. Se podría decir que viven en una
“tierra de nadie” en la que, precisamente por su ambigüedad y mezcla, es
difícil mantener el equilibrio. Por ello, una tercera arma de importancia
capital para las spin-offs es la red de vínculos y relaciones de
cooperación que mantienen con otros organismos pertenecientes a cada
uno de los dos mundos (sector académico y sector empresarial), y que
les otorga un valor primordial y les permite, al mismo tiempo,
constituirse y desarrollarse. De hecho, casi un 80% de las spin-offs
reconoce que estas relaciones de cooperación han sido relevantes para su
creación (84%) y supervivencia (64%), así como para sus resultados de
I+D+i y productividad (85%). La naturaleza híbrida de las spin-offs hace
que sus relaciones con universidades, centros de investigación y
empresas se conviertan en un arma fundamental para nacer y
desarrollarse; relaciones que son de doble sentido convirtiendo a las
spin-offs en puentes entre el mundo académico y empresarial.
La posición de las spin-offs entre el mundo académico y el empresarial
les confiere un papel destacado en la creación de sinergias y
retroalimentaciones entre el conocimiento generado por universidades y
centros de investigación y el demandado por las empresas. En un
49
sentido, las spin-offs suponen un impulso al tejido productivo
transfiriendo conocimiento de la Academia al mercado y generando
innovaciones. La spin-off de los hermanos Morales, por ejemplo, ha
generado innovaciones significativas en alimentos para la acuicultura y
ha desarrollado un biorreactor para la producción de unos pigmentos de
una bacteria. En el sentido inverso, su estrecha vinculación con las
empresas les lleva a detectar nuevas líneas de investigación y
oportunidades de negocio. Siguiendo con el ejemplo de los hermanos
Morales, si bien su empresa comenzó su andadura en la línea de la
genómica de peces, las propias fuerzas del mercado la han ido
empujando hacia la biotecnología azul de organismos marinos. Juan: “si
hay muchos resultados de investigación y de calidad habrá muchas spinoffs + cerrar párrafo. La situación de las spin-offs entre el mundo
académico y el empresarial las convierte en creadoras de sinergias
mejorando el proceso de transmisión del conocimiento al tejido
empresarial y detectando nuevas líneas de investigación y oportunidades
de negocio.
Vinculación con el sector académico: la conexión a la corriente
científica
Es fácil entender que una lámpara alumbra si está enchufada a la
corriente eléctrica. Sin conexión a esta corriente, por más que la
bombilla sea de bajo consumo, de ésta no saldrá ni el más mínimo haz
de luz. Lo mismo podría decirse de las spin-offs con la corriente
científica: éstas necesitan estar enchufadas al flujo de conocimiento que
emerge de universidades y centros de investigación, puesto que el
producto que ofrecen se nutre directamente de este conocimiento.
50
Las relaciones entre las spin-offs y el sector académico son diversas.
Nuestro estudio encuentra que el 78,5% de las spin-offs andaluzas
mantiene relaciones informales de cooperación con alguna universidad y
centro de investigación, y que el 66% ha realizado algún proyecto de
investigación conjunto con ellas. Los hermanos Morales, por ejemplo,
siguen vinculados a su anterior grupo de investigación, presentando
algunos proyectos de investigación en colaboración, y dos de ellos
continúan dando clases en la universidad. Los vínculos existentes entre
las spin-offs y el sector académico se concretan también en la
contratación de personal científico-técnico proveniente de universidades
y centros de investigación (69,4%). Es el caso de la empresa de Juan y
Manuel, la cual cuenta con 5 empleados procedentes de las Escuelas de
Ingenieros de Málaga y Sevilla. Los lazos de colaboración entre las spinoffs y las universidades y centros de investigación incluyen
cooperaciones que pueden ser más informales o formalizadas en
proyectos conjuntos de investigación, así como relaciones que pasan por
la contratación de personal científico-técnico.
Vinculación con el sector empresarial
Las colaboraciones de las spin-offs con otras empresas de su sector son
también fundamentales para su nacimiento y desarrollo. Un 71, 9% de
las spin-offs andaluzas ha mantenido relaciones informales de
cooperación con otras empresas, y un 52,1% de las mismas ha realizado
algún proyecto de investigación con ellas. Además, también bastante
frecuentemente, aunque en menor medida, las spin-offs buscan en otras
empresas asesoramiento tecnológico (36,4%) y formación específica de
su personal (33,1%). No obstante, aunque la colaboración con otras
empresas resulta fundamental para el nacimiento y adecuado desarrollo
51
de una spin-off muchas de ellas encuentran problemas para encontrar
colaboraciones con el tejido empresarial. Este problema puede provenir,
en parte, por el hecho de ofrecer un producto con altamente innovador,
por desconocimiento de medio empresarial o por tratarse de un mercado
incipiente. Las colaboraciones de las spin-offs con las empresas son
esenciales ya sean más informales o materializadas en la realización
conjunta de un proyecto de investigación, aunque también incluyen, con
menor frecuencia, el asesoramiento tecnológico y formación del
personal de las spin-offs.
La idea brillante de un emprendedor académico debe convertirse en un
producto que ofrecer a la sociedad. Tal producto es poco común, ya que
incorpora un conocimiento de altísimo nivel científico y está destinado a
satisfacer unas necesidades sin cubrir
hasta entonces. Estas
características tan especiales hacen que, a pesar de su pequeño tamaño y
de sus pocos años de vida, la mayor parte de las spin-offs de nuestro
estudio tengan clientes ubicados, no sólo en su misma provincia (81%) y
comunidad autónoma (86,8%), sino también en el resto de España
(77,7%) y ¡hasta fuera de nuestras fronteras! (81%). Los demandantes
del producto de las spin-offs son especialmente otras empresas (71,1%),
aunque también tienen clientes como universidades (5,8%), centros de
investigación (8,3) u otros (13,2%). Así por ejemplo, en el caso de Ruth
y Javier, los principales destinatarios de su micorriza son pequeños
agricultores, mientras que para la spin-off de nuestros arqueólogos
submarinos, las Administraciones Públicas son sus clientes mayoritarios.
El producto que ofrecen las spin-offs, por ser tan novedoso y exclusivo,
encuentra pues clientes de todo tipo localizados en los más variados
puntos del Planeta.
52
5. La hora de verdad
Montar un negocio no es fácil. Montar un negocio basado en la ciencia y
el conocimiento (una spin-off), lo es todavía menos. Cuando uno
emprende un negocio, especialmente si es la primera vez que lo hace,
desconoce muchas cosas: qué trámites administrativos tiene que hacer,
cómo dar forma empresarial a su idea de negocio -el plan de negocio o
business plan-, cómo buscar colaboradores y clientes o cómo aumentar
sus aún insuficientes recursos de capital. Aparte de estos desafíos,
comunes a todos los empresarios primerizos, el emprendedor académico
tiene además que enfrentarse a otros retos derivados del propio objeto en
el que se basa su negocio (el conocimiento científico) y de su actividad
híbrida entre la ciencia y la empresa (la vida entre dos mundos); retos
que convierten el montaje de la empresa en una verdadera aventura.
Desafíos empresariales surgidos del conocimiento científico
Una actividad de alto riesgo
Hacer negocio del conocimiento científico cuenta con el riesgo añadido
de la incertidumbre. La materialización del conocimiento científico en el
que los emprendedores académicos son expertos acarrea un alto
desconocimiento sobre su desarrollo futuro. Para hacernos una idea de
las incertidumbres de las innovaciones basadas en ciencia, podemos
utilizar el ejemplo del proceso necesario para comercializar un nuevo
medicamento, desde la investigación a la farmacia. Para que un
medicamento llegue al mercado es necesario un proceso de entre 8 o 12
53
años: es necesario dar con el ingrediente activo, obtener la sustancia
activa, realizar pruebas de compatibilidad (de la molécula a la medicina),
pasar las evaluaciones, conseguir la aprobación oficial y lanzarlo al
mercado.
El proceso de innovación en ciencia se asemeja a encontrar una llave
para un candado extraño y desconocido. Primero hay que estudiar el
candado, hay que idear una llave que pueda abrirlo, es necesario
asegurarse de que esa llave no se romperá dentro del candado o que no
abrirá otros candados indeseados. En segundo lugar, hay que hacer un
prototipo de la llave que puede ser o no patentada (sólo 12/10000 pasan
esta fase); luego hay que hacer un prototipo real de la misma (5/10.000
llegan a este punto); probar que esa llave no es dañina para los seres
humanos (1/5 pasan esa fase) y finalmente comercializarla. Ciertamente,
hacer negocio del conocimiento científico es una actividad de alto
riesgo.
Caminante no hay camino, se hace camino al andar
A lo anterior se le une una peculiar paradoja: si bien por un lado la
novedad del producto que los académicos emprendedores ofrecen, les
abre las puertas a mercados completamente inexplotados y sin apenas
competidores, por otro lado es precisamente esa novedad la que hace que
la comercialización del producto se convierta en un cometido mucho
más arduo al del común de los empresarios. En efecto, tal producto es
tan nuevo en el mercado, que el emprendedor académico debe asumir
literalmente el “papel de explorador” e ir abriendo camino por sí mismo,
sin poder disponer de ninguna información de referencia o sin poder
apoyarse en ninguna red de empresas similares. Tal fue el caso del grupo
de los cinco arqueólogos. La actividad de su recién creada empresa era
54
tan poco común (excavar bajo el mar), que tuvieron que enfrentarse a un
mercado muy desconocido y adoleciente incluso de vacíos legales, sin
poder disponer apenas de experiencias previas en las que basarse. Hacer
negocio del conocimiento científico parece ser una aventura digna del
mismísimo Doctor Livingstone al basarse en un producto en estado de
desarrollo incipiente y con mercados también incipientes.
Desafíos empresariales surgidos de la vida entre dos mundos
Los personajes de nuestra historia viven entre dos mundos: de un lado, el
mundo académico, caracterizado por los largos tiempos empleados en
producir conocimiento, por la rigurosidad de sus resultados y por
sustentarse
sobre
unas
estructuras
organizativas
creadas
para
salvaguardar la práctica de la investigación pero que muchas veces
pueden resultar rígidas y lentas para adaptarse a los cambios que el
proceso de innovación requiere. De otro lado, el mundo empresarial,
conocido por el ritmo vertiginoso de cambios al que está expuesto, por el
dinamismo que impone en la satisfacción de las necesidades del cliente
sin pararse a pensar en más disquisiciones y por la presión constante por
ser más eficiente. Muchos de nuestros protagonistas han crecido al
abrigo de las aulas y los microscopios, de las bibliotecas y de las batas
blancas, pero han decidido dejar allí un pie y poner el otro en un suelo
arriesgado y turbulento, de salvaje lucha por la supervivencia, donde
impera con cruel y desnuda frialdad la ley del más fuerte: han decidido
vivir entre dos mundos.
Incompatibilidad laboral
55
Esta vida híbrida entre la ciencia y la empresa no está exenta de
obstáculos. Sin duda, uno de los más grandes es el de la
incompatibilidad laboral. Para el personal dedicado al servicio de las
Administraciones Públicas (como son los profesores universitarios de
plantilla o los investigadores funcionarios de los organismos públicos de
investigación), existe una ley que regula la compatibilización del trabajo
en la Administración Pública con un segundo puesto de trabajo. En
concreto, ésta limita la participación de los empleados de la universidad
y OPIs a tiempo completo en el capital social de las spin-offs al 10% de
ese capital, y si el investigador desea implicarse directamente en la
nueva empresa, éste debe solicitar previamente la excedencia voluntaria.
Ruth y Javier barajaron seriamente la posibilidad de pedir una
excedencia
para
crear
su
spin-off.
Para
ellos,
investigadores
funcionarios, la cuestión de la incompatibilidad laboral fue uno de los
problemas más graves a los que tuvieron que enfrentarse. Finalmente, su
Oficina de Transferencia de Tecnología les buscó una solución
alternativa, proporcionándoles una nueva vinculación en forma de
contrato de I+D+i. A este respecto, nuestro estudio encuentra que hay un
6,6% de los casos en los que las personas a las que se les ocurre la idea
de la spin-off, no son luego las que finalmente la crean, y esto se debe
precisamente al incómodo y rígido obstáculo de la mencionada
incompatibilidad laboral.
Si son pocos los académicos que perciben una oportunidad de negocio
en el conocimiento que poseen, y menos aún los que se lanzan a llevarla
a cabo (véase Figura 5), la Ley de Incompatibilidad Laboral reduce este
colectivo todavía más, y a los supervivientes les crea grandes
dificultades añadidas a las propias de su actividad. En economías
basadas en el conocimiento como las actuales, donde la diversidad y la
56
mezcla de ámbitos y funciones son uno de sus rasgos característicos,
cabría preguntarse si esta Ley no queda algo trasnochada y no debiera
adaptarse a los tiempos que corren. Europa, y más concretamente,
España, y aún más concretamente, Andalucía, necesitan de estructuras
nuevas que generen riqueza y crecimiento, y las spin-offs son sin duda
una de ellas. Toda medida encaminada a allanarles el terreno debiera
pues ponerse en marcha sin demora.
El reto del bilingüismo
La vida entre dos mundos que los emprendedores académicos han
elegido para sí, les impone también el reto del bilingüismo: deben ser
capaces de hablar con fluidez tanto el lenguaje académico como el
empresarial. Las habilidades necesarias para hacer investigación son
muy diferentes a las requeridas para llevar un negocio. Sin embargo, los
emprendedores académicos, al ser un híbrido entre el científico y el
comercial, deben saber conjugar ambos grupos de habilidades, teniendo
que abandonar parcialmente una carrera típica en investigación y
debiendo aprender mucho para convertirse en un nuevo tipo de
empresarios. Sólo así serán capaces de abrir y ampliar nuevos horizontes
comerciales a su idea.
Sin embargo, frente a la necesidad del mencionado “bilingüismo
académico-empresarial”,
nuestro
estudio
detecta,
no
ya
que
prácticamente la mitad de los emprendedores académicos encuestados
(un 51,8%) carece de experiencia previa en gestión empresarial en el
sector privado (lo cual no consideramos que sea intrínsecamente
negativo, puesto que para todo hay una primera vez), sino que a un
importante porcentaje de los mismos, en el momento de crear su spin-
57
off, les faltaba información sobre aspectos burocráticos y normativos
(52,9%), capacidades para la gestión (44,6%) y para desarrollar y
mejorar su producto (20,7%), así como recursos humanos especializados
(del 39,7%). La cultura empresarial de estos académicos parecía dejar
mucho que desear.
Es cierto que a través del llamado learning by doing (o “aprender
haciendo”), tales habilidades se van adquiriendo a lo largo del desarrollo
de la propia actividad empresarial (los porcentajes en las carencias
anteriores se reducen al 33,9%; 25,6%; 8,3% y 31,4%, respectivamente,
pasados unos años desde el inicio de la spin-off). Asimismo, muchos
recurren a cursos de formación empresarial para asimilar conocimientos
desconocidos hasta entonces. Ése fue el caso de los hermanos Morales,
para quienes el deficiente conocimiento empresarial que tenían
constituyó un importante problema para el desarrollo de su empresa. En
su opinión, aunque los temas de gestión los lleve una asesoría, resulta
básico “saber de números”, y por ello tuvieron que formarse a posteriori
en tales capacidades. En este sentido, son alabadas todas las ayudas que
los distintos organismos públicos andaluces (Junta de Andalucía, IDEA,
CADE, universidades y OTRIs, entre otros) proporcionan en materia de
asesoramiento y formación empresarial, como ya mencionamos en su
momento.
Llama la atención, sin embargo, que personas tan versadas en una
especialidad científica de alto nivel sean al mismo tiempo unas
completas ignorantes en lo que a asuntos administrativos y de gestión
empresarial se refiere y tengan que formarse a posteriori a tal efecto. No
se trata de haberles hecho beber, en los años de su formación
universitaria, la pócima del emprendedor innato de Kirzner (1979), entre
otras cosas porque tal pócima no existe y porque tampoco parece ser
58
imprescindible tener ninguna característica especial como emprendedor
para crear una spin-off (“menos que yo es imposible”- dice Juan
esbozando una media sonrisa). Lo que sí cabría cuestionarse es si la
formación actual de nuestros universitarios en cultura empresarial no es
insuficiente cuando no brilla por su ausencia.
Los jóvenes investigadores y los estudiantes de carrera o master tienen el
potencial de “ver” unas ideas y oportunidades de negocio que otros más
alejados de su conocimiento ni siquiera se pueden llegar a imaginar. Una
formación universitaria en cultura empresarial, estimulante y práctica, en
todas las ramas del saber, llevaría muy probablemente a aumentar de
modo considerable el número de académicos que se lanzara a
comercializar sus ideas montando su propio negocio (incluso en carreras
“de letras”), y a acelerar y promover de ese modo nuevos procesos de
innovación. El papel que pueden jugar las universidades en este sentido
(proporcionando a sus estudiantes tal formación empresarial) parece
pues tan crucial como relativamente sencillo de implementar. Además,
su acogida por parte de los estudiantes, siempre deseosos de encontrar
una aplicación práctica a la teoría que se acumula en sus apuntes, se
adivina altamente prometedora.
Emprender una spin-off no resulta una tarea fácil. Los académicos
emprendedores deben hacen frente a más obstáculos que el resto de los
emprendedores comunes debido a las especiales características del
producto que se lanzan a comercializar y a su peculiar posición a medio
camino entre el mundo académico y el empresarial. De un lado, estos
académicos deben enfrentarse al una alta incertidumbre sobre el
desarrollo de su producto, derivada del largo proceso que requiere su
producción exitosa. De otro, los emprendedores de spin-offs se
encuentran con un mercado incipiente y escasamente desarrollado para
59
acoger el producto tan innovador que ellos están preparados para lanzar.
Además, la regulación existente en nuestro país en torno a la
compatibilización de su puesto de trabajo público con sus ocupaciones
privadas,
lejos
de
favorecerles,
les
crea
grandes
dificultades
administrativas y burocráticas, cuando no les anima a dejar de lado su
proyecto empresarial. Por último, la insuficiente cultural empresarial de
la que muchos de ellos adolecen, termina por complicar su tediosa
empresa. Ruth, Javier, Manuel, Juan, los hermanos Morales y el grupo
de los cinco tuvieron que enfrentarse a todos estos desafíos
mencionados, y sin embargo, a pesar de ello, todos valoran la
experiencia como algo que “merece la pena”, algo que “volverían a
hacer”, y en fin, como una “aventura grandiosa y excitante”: es la cara
amable y satisfactoria de la vida entre dos mundos.
60
6. Conclusión: Una aventura que vale la pena
Si bien es cierto que desde que el hombre es hombre, el conocimiento y
la innovación han sido fuentes de cambio y evolución de economías y
sociedades, en el mundo actual, su papel es si cabe más relevante todavía
por cuanto se han convertido en los elementos fundamentales para ser
competitivos y generar crecimiento y bienestar. En este contexto, las
spin-offs, unas empresas montadas por profesionales y estudiantes del
mundo académico en torno a algún conocimiento científico, se erigen en
agentes con un alto potencial para crear innovaciones, ya que el producto
que ofrecen es absolutamente novedoso y va destinado a cubrir unas
necesidades de una forma totalmente nueva.
Sin embargo, son pocos los académicos que se deciden a abandonar una
carrera puramente académica, a pesar de las oportunidades que les
brinda su cercanía al conocimiento, para lanzarse a una aventura
empresarial. Seguir los sencillos tres pasos del emprendimiento
académico no es fácil: (1) tener una idea, (2) convertir esa idea en un
producto y (3) convertir ese producto en un negocio. Al seguir la
trayectoria los emprendedores académicos andaluces hemos podido
entender la importancia de los mismos y de las spin-offs, comprender el
nacimiento y desarrollo de estas últimas y entrever por qué no hay más
emprendedores académicos. Este ejercicio nos ha permitido esbozar
ideas encaminadas a incentivar este tipo de emprendimiento e
innovación (ver Tabla 3).
Andalucía se encuentra involucrada en este reto de la innovación y en
este relato hemos seguido el proceso de emprendimiento académico con
61
un muestra representativa de emprendedores académicos andaluces y sus
spin-offs y hemos ilustrado el mismo con las historias reales de varios de
ellos: Ruth, Javier, Juan, Manuel, los hermanos Morales y un grupo de
cinco amigos y sus spin-offs, PISCIS, PARTINANO, HONGUS y
ARQUEO. A lo largo de este recorrido, hemos ido viendo cómo éstos
han ido solventando cada una de las tres etapas:
1. Tener una idea resume la importancia de que los individuos que
están cerca del conocimiento decidan aprovecharlo para buscar
oportunidades en la aplicación del mismo, en el desarrollo de
bienes y servicios y en la búsqueda de negocio. Los académicos
que emprenden destacan fundamentalmente por su alto nivel
educativo y el contacto con la academia. Son “emprendedores de
oportunidad” ya que deciden emprender su negocio (spin-off)
con una ocasión clara que aparece al identificar demandas de un
tipo de investigación
más adaptado a las necesidades
empresariales, explotar un resultado de investigación o
aprovechar una oportunidad más general. Los emprendedores
académicos no lo son por necesidad, ni el ánimo de lucro tiende a
formar parte de sus prioridades.
2. Convertir esa idea en producto señala el potencial y el riesgo que
entraña la plasmación de una idea en un producto de alto
contenido innovador e identifica tres de las herramientas
estratégicas que permiten afrontar estos riesgos y garantizar la
creación y primeros desarrollos de una spin-off. Estas tres
herramientas estratégicas son:
62
 La configuración del equipo fundador, y que se basa
mayoritariamente en relaciones previas forjadas en el
seno de un grupo de investigación.
 El apoyo institucional tanto monetario como de tipo
material, de asesoramiento y de formación.
 El establecimiento de relaciones de colaboración con el
sector académico y el empresarial.
3. Convertir el producto en negocio identifica los cuatro retos
fundamentales a los que se enfrentan los emprendedores
académicos en el desarrollo y consolidación de sus spin-offs:
 La incertidumbre en el desarrollo de productos
innovadores.
 El enfrentarse a unos mercados incipientes que
complican la labor de comercialización de productos
innovadores.
 Las regulaciones sobre incompatibilidades laborales que
obstaculizan el emprendimiento académico y que
suponen una carga añadida a las incertidumbres asociadas
a este tipo de iniciativas empresariales

La
insuficiente
cultura
empresarial
en
las
universidades y los centros de investigación y en los
propios emprendedores académicos que complica todas
las fases de desarrollo de una spin-off.
Los emprendedores académicos y las spin-offs son especies poco
numerosas y raras (tienen un alto potencial para generar ideas, productos
y negocios innovadores), requieren de un entorno adecuado que facilite
su nacimiento y desarrollo (equipo fundador, apoyo institucional y
63
colaboraciones académico-empresariales) y que les permita afrontar los
riesgos
más
relevantes
(incertidumbre,
mercados
incipientes,
incompatibilidades y falta de cultura empresarial). Los emprendedores
académicos y las spin-offs son especies poco numerosas y raras pero
están destinados a cambiar el panorama de la innovación porque se
mueven entre el mundo académico y el empresarial y están llamadas a
cambiar la manera en que se relacionan los agentes tradicionales de la
innovación y la manera en que se enfrentan a sus funciones de producir,
desarrollar y comercializar productos innovadores. Los emprendedores
académicos son pocos y se enfrentan a muchos retos en la creación de
sus spin-offs. Sin embargo, de forma generalizada los emprendedores
académicos señalan que la constitución de sus spin-offs es una
experiencia que “merece la pena”, una “aventura grandiosa y excitante”
que, sin ninguna duda, “volverían a repetir”.
64
Tabla 3. Enseñanzas
ENSEÑAZAS:
IMPORTANCIA DE LAS SPIN-OFFS
Las empresas y las universidades y centros de investigación necesitan interlocutores
para mejorar la transmisión de conocimiento y la demanda de necesidades de
investigación. Las spin.offs pueden ser interlocutores destacados.
Esta mejora en la transmisión de conocimiento y demanda de investigación es en sí
una oportunidad de negocio que pueden aprovechar las spin-offs
La apertura y e internacionalización de las comunidades científicas puede ser
aprovechado por las spin-offs para potenciar un proceso de innovación más flexible
y con mejor capacidad de adaptación al cambio
Los emprendedores académicos son emprendedores de “oportunidad”
FOMENTO DE LAS SPIN-OFFS
Mayor cultura emprendedora que fomente el emprendimiento académico
Mayor formación en gestión empresarial en los estudios universitarios
Flexibilización del régimen de incompatibilidades académicas especialmente en las
etapas iniciales de las spin-offs
Apoyos a la comercialización de productos innovadores
PARA LAS SPIN-OFFS
Mayor formación y cultura empresarial
Equipos fundadores más interdisciplinares y con experiencia comercial
65
66
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