www.equidad.com CONTENIDO Dialéctica integral o cuántica Es conveniente superar la tradicional dialéctica analítica de la filosofía occidental basada en la contradicción de los contrarios, es decir, en la elección entre él SI y el NO, como los ordenadores, y en el funcionamiento del hemisferio izquierdo del cerebro. En efecto, es conveniente recordar que la física cuántica está basada en la dialéctica que permite la unidad de los contrarios, como la filosofía oriental y la simultaneidad de la inteligencia analítica del hemisferio izquierdo del cerebro, con la inteligencia analógica y global del hemisferio derecho.. La aplicación complementaria de la dialéctica oriental, cuántica o integral aplicada a la Economía, permite: .- la doble y simultánea consideración de la Economía como materialista o lucrativa y como ética de precios y salarios justos. Ello nos permite hablar de la Economía integral o armonismo .- la consideración científica simultánea de la Economía capitalista financiera, con la Economía de las necesidades o de creación de riqueza. Por tanto, la Economía como Ciencia no solo es lucro, sino también equidad. Sigue (Capítulo I). Naturaleza humanista de la actividad empresarial. La actividad empresarial es creativa porque crea riqueza o Valor añadido bruto (VAB), gracias a las mejoras de métodos y tecnologías. Por tanto, como solamente es creativa la actividad humana, la actividad empresarial generadora de riqueza o VAB, es una actividad humana. En consecuencia la actividad empresarial, y en general, la actividad económica, tiene un componente ético que justifica el que inicialmente se estudiase dentro de la Filosofía. Por tanto, la actividad empresarial como actividad económica y financiera, no solo estudia la rentabilidad y el lucro, sino también la productividad y la equidad en el reparto del VAB generado entre los agentes productores: trabajadores y empresas. En resumen, la actividad empresarial es una actividad humana, que incluye una exigencia ética de equidad. Sigue Capítulo II Dinámica del pensamiento político y económico. El pensamiento griego clásico era humanista y laico, y se situaba la Economía dentro de la Filosofía. Posteriormente el pensamiento evoluciona en torno a la religiosidad, pasando de un fundamentalismo espiritual y religioso (Alta Edad media) a un fundamentalismo materialista y agnóstico (Siglo XVIII). Así, tras una economía humanista basada en precios y salarios justos, se pasa a una economía lucrativa. Sin embargo, según la dialéctica integral o cuántica citada anteriormente, ambos tipos de economías son complementarios. Actualmente estamos en la plenitud del fundamentalismo materialista y agnóstico, tanto con la globalizaciòn financiera como con la alternativa de los movimientos “antiglobalización”. Ello realza la importancia de la búsqueda de un nuevo concepto de la economía más integral y armónico, ya la posibilidad de que resurjan exigencias éticas, como derechos humanos fundamentales. Sigue Capítulo III Economía integral o armónica. Hoy día, prevalece la hipertrofia de la economía materialista iniciada con ADAM SMITH, que mantenía vinculaciones éticas, ya que era moralista. La actual hipertrofia produce los excesos del fundamentalismo materialista y agnóstico que agrava las diferencias sociales y económicos entre ciudadanos y pueblos. La propuesta del “armonismo” fue la solución del krausista PIERNAS HURTADO frente a los excesos del liberalismo y socialismo. Sin embargo, con la dialéctica analítica tradicional, la economía integral o armónica no podía desarrollarse. Por eso es necesario divulgar la dialéctica cuántica o integral anteriormente expuesta. En estas circunstancias es posible y necesario estudiar una Economía basada en la creación de riqueza (productividad) y en el reparto equitativo de la riqueza generada entre trabajadores y empresas. Este reparto no es uniforme sino variable, en función del nivel de productividad territorial, sectorial y/o de empresa. Ello requiere la consideración de trabajadores y empresas (no capitales) como agentes productores. Sus derechos respectivos pueden medirse en productividad y en Activos afectos a la actividad empresarial prescindiendo de quien sea el titular de dichos activos. En sentido contrario hay que resaltar el carácter instrumental y coadyuvante del Capital, ya que los intereses o remuneración del capital, no son creación de riqueza o VAB, sino meras transferencias monetarias. Sigue Capítulo IV EL MODELO ECONÓMICO DE LA EQUIDAD Y DE LA PRODUCTIVIDAD. Su punto de partida es la determinación de la unidad de productividad que sirve para calcular con criterio objetivo los niveles de productividad, desde que la Humanidad se organiza para la supervivencia. Es decir, desde el neolítico, cuando con la aparición de la agricultura, y ganadería la unidad de productividad coincide con la unidad de supervivencia. A estos efectos, la producción de trigo se utiliza como paradigma. El modelo contempla 12 niveles de productividad. Hasta el nivel 6 los incrementos de Activos afectos a las empresas eran decrecientes. Con la elevación de la productividad y desde el nivel 6, gracias a las mejores tecnologías, los incrementos de productividad se aceleran. Actualmente los países más desarrollados superan el nivel 11. El modelo de productividad de MARTIN SANZ está referido a 1974 en el que España había alcanzado el nivel 8,46. Hoy día supera el nivel 10. Sigue Capítulo V 1º Seguidamente interesa calcular aproximadamente los porcentajes de reparto del VAB entre trabajadores y empresas en función del nivel de productividad. Para ello es necesario establecer los criterios para determinar los derechos de los trabajadores y de las empresas entre los que se repartirá el VAB generado. Los derechos de los Trabajadores se calculan respecto la productividad y las horas trabajadas; los derechos de las Empresas, por los Activos afectos a la actividad empresarial, prescindiendo de la titularidad de los mismos. Según el modelo de MARTIN SANZ, se observa que, el porcentaje de los derechos de los trabajadores disminuye hasta el nivel 6, a causa del incremento decreciente de la productividad con los incrementos de los Activos afectos a la actividad empresarial. Por el contrario, desde el nivel 6, se elevan rápidamente la aproductividad, por la creciente importancia de la formación laboral como Activo no contabilizado. Sigue Capítulo V 2º Finalmente podremos determinar las relaciones entre los parámetros económicos básicos, en función del nivel de productividad. Sigue Capítulo V 3º. Conclusiones Bibliografía Sigue Capítulo VI Sigue RAFAEL BARRIL DOSSET e-mail [email protected] CAPITULO I.- Dialéctica integral o cuántica. Resulta sorprendente que en los siglos VII y VI antes de Cristo surgieron los principios del pensamiento filosófico, simultáneamente con los primeros filósofos de Grecia, con los profetas de Israel, Zoroastro en Persia, los Upanishad y Buda en la India, y Confucio y Lao Tse en China. En estas líneas deseamos diferenciar; el pensamiento occidental, que razona con criterio analítico sobre la base de la contradicción de los contrarios, (aunque excepcionalmente admita la paradoja), y el pensamiento oriental, que razona con criterio analógico sobre la base de la unidad de los contrarios Tanto en el Antiguo Régimen de la Edad Moderna, como en el Nuevo Régimen de la Edad Contemporánea, la dialéctica del pensamiento occidental, tiende a la visión unipolar, frente a la dialéctica bipolar de la filosofía oriental, de compatibilidad de los contrarios en una misma unidad. En consecuencia, la dialéctica occidental tiende al Pensamiento único y la dialéctica oriental a la Tolerancia o Pensamiento global. Además, no es solamente la filosofía oriental, también debemos recordar la diferente función de los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro, y la dialéctica de la física cuántica. a) Desde un punto de vista fisiológico, se ha observado que la dialéctica occidental corresponde a la funcionalidad analítica del hemisferio izquierdo del cerebro, mientras que el hemisferio derecho del cerebro, tiende a una percepción más analógica y global. Son funciones que corresponden con el YIN y el YAN del taoismo, como manifestaciones del ser humano, al que contempla en su integridad, aunque con funciones diferenciadas. Por tanto, la visión global del cerebro, es bipolar. Dicho de forma más vulgar: el propio Aristóteles, que filosofaba analíticamente con el hemisferio izquierdo de su cerebro, también tenía un hemisferio derecho en su cerebro, que funcionaba con razonamiento analógico y global. b) Este criterio fisiológico y bipolar del cerebro humano y de la filosofía oriental, ha sido respaldado por la física cuántica, desde que PLANCK, comprobó, -ante el tradicional dilema de los físicos, sobre si la luz era movimiento ondulatorio o corpuscular-, que era las dos cosas a la vez. Esta observación, que confirma la unidad de los contrarios de la filosofía oriental, fue revolucionaria, porque la dialéctica unipolar imperante, basada en la incompatibilidad de los contrarios, consideraba imposible la unidad de los contrarios. Por eso, es lógico, que poco después del descubrimiento de PLANCK, apareciese desde la misma física cuántica, el principio de la complementariedad, que transforman el tradicional dilema en binomio. Así se normaliza la paradoja que antes solo se comprendía como una excepción. La importancia de este cambio dialéctico la resalta VINTILA HORIA, cuando nos advierte que la única revolución posible hoy día, estará basada en el conocimiento cuántico. Por tanto, añadimos nosotros, supondrá la superación del Pensamiento único por el pensamiento bipolar que induce a la Tolerancia. c) Podemos añadir, que incluso la pretensión racionalista a un conocimiento científico cierto, es sustituida en la física cuántica, por el principio de la indeterminación, cuyo origen encontramos en la escolástica. Esto supone la crisis del racionalismo y el retorno a la doctrina escolástica del probabilismo. d) En cierto sentido nos encontramos ante una reformulación de una nueva dialéctica hegeliana, que ante dos proposiciones contradictorias obtiene la síntesis. Sin embargo, la síntesis de la nueva dialéctica integral o cuántica, no anula tesis y antítesis. Ambas son compatibles entre sí, porque la nueva síntesis, es una visión global, y simultánea de tesis y antítesis. Una visión bipolar que es a la vez unitaria, por la aceptación del principio de la unidad de los contrarios. e) Podemos resumir lo dicho, sugiriendo una modernización de la dialéctica con un criterio más universal y científico. Un criterio que permita superar el maniqueismo del Pensamiento único, con la normalización de la paradoja y el Pensamiento global. En concreto, se aspira a la modernización de la dialéctica económica con la aceptación del principio de la complementariedad de ideas aparentemente contrapuestas. Por ejemplo, hoy día es difícil de admitir la complementariedad entre la equidad del salario y justo precio de los escolásticos con el lucro. Se observa que, superada la “mano invisible” que vislumbraba el moralista ADAM SMIT, y a causa del predominio de monopolios, el lucro capitalista y la libertad de mercado de la economía clásica, son ajenos a la equidad y justicia distributiva y social. f) Durante la Edad Contemporánea hemos conocido dos Revoluciones: la francesa y la rusa. Ambas arrancan del racionalismo científico de la segunda mitad de la Edad Moderna y suponen la evolución de un proceso de secularización iniciado con el Renacimiento. Este proceso de secularización, representa el colapso del Antiguo Régimen, en el que los Reyes gobernaban “por la gracia de Dios”, y además, resalta los valores materiales sobre los espirituales. El común denominador de ambas revoluciones es su materialismo, que en lo económico, se concreta en un capitalismo, inicialmente liberal. Sin embargo, en reacción por las injusticias y abusos del liberalismo, evolucionó primero hacia un capitalismo colectivo dirigido por el Estado buscando la justicia social, y después, hacia un capitalismo social, intermedio entre liberalismo y estatismo. En todo caso, se renuncia al humanismo de griegos y escolásticos, que complementaba lo material con lo espiritual. g) Por eso la nueva dialéctica que se propone, al simultanear el razonamiento analítico con el analógico y la contradicción de los contrarios con la unidad de los contrarios, debe simultanear lo espiritual con lo material, lo humano con lo financiero, la equidad con el lucro. CAPITULO empresarial. II. Naturaleza humanista de la Actividad 1. Creatividad y humanismo. La Economía es una Ciencia de naturaleza humanística que inicialmente, como otras, estaba incluida dentro de la Filosofía. Su naturaleza humana es debida a que la actividad económica es primordialmente una actividad creadora de riqueza o Valor añadido bruto y toda actividad creadora, es genuinamente humana. En efecto, hay que tener en cuenta un hecho sabido y que se recuerda poco: el Hombre es el único ser que racionalmente modifica sus métodos de trabajo. Con ello crea riqueza, porque con los nuevos métodos de trabajo, aumenta la productividad por hora y por tanto el valor añadido bruto. Hoy día, tiende a confundirse la Economía, con las Finanzas que solo es parte de la Economía; se tiende a olvidar que la actividad económica, es primordialmente producción y creación de riqueza. Por el contrario, la actividad financiera solo incluye transferencias de rentas (impuestos e intereses de prestamos). En consecuencia, impuestos e intereses son detracciones del Valor añadido generado por la actividad económica, que disminuyen la participación del Trabajo y de las Empresas en la riqueza generada. por ambos agentes productivos. Por su detracción del VAB, los impuestos e intereses, en principio deben ser mínimos, para no mermar demasiado el VAB que deben repartirse entre trabajadores y empresas que lo han generado. El reparto del VAB generado entre sus protagonistas, por ser consecuencia de una actividad humana, debe retribuir simultáneamente la motivación egoísta del lucro (capitalismo), y atender al interés general, mediante la equidad de precios y salarios justos (escolástica). Aquí reside la dificultad del Pensamiento global y bipolar de la economía integral, basado en una dialéctica más moderna y universal que permite compatibilizar lucro y equidad. Por el contrario, resulta más fácil, aunque más injusto, admitir la oposición de los contrarios, según la tradicional dialéctica aristotélica. Esta dialéctica analítica, es la preferida tanto por el Poder sigiloso de los financieros, como por el Poder revolucionario de la lucha de clases. También es la preferida por los políticos, que tras el crepúsculo de las ideologías democráticas, advertido por los sociólogos en la década de los 60, aspiran al Poder a través de partidos políticos, que si bien pueden alentar ideologías tradicionales, en la práctica, funcionan como plataformas electorales. . La cultura del capitalismo liberal fomenta el incremento de los intereses y la cultura del capitalismo estatal, fomenta el incremento de los impuestos. Sin embargo, recordemos que ninguno de los dos se computa es VAB, y por tanto, no se computan como VAB, ni PIB en la Contabilidad Nacional. Por ello, la propensión a una cultura financiera (prioridad a impuestos e intereses) es perversa, y su perversidad aumenta con una política simultánea de altos intereses e impuestos. El fundamento de la economía, es la creación de VAB, que es el resultado de la actividad empresarial de naturaleza económicofinanciera, en la que coexiste la creación económica del VAB con las transferencias financieras. Por eso, la economía integral que se preconiza en estas líneas, realza la prioridad de la actividad empresarial. Y dicha actividad empresarial incluye simultaneamente, la economía creativa o productiva, con la economía financiera o de transferencias; es decir, la equidad con el lucro. Dicho de otro modo: La actividad empresarial es una actividad bipolar y mixta, porque es a la vez: .- actividad productiva y por tanto, creadora de riqueza, que posteriormente se reparten entre los trabajadores y la empresa, y .- actividad financiera (mera transferencia de intereses e impuestos a los prestamistas y AAPP). Doctrinalmente, la Ciencia de la Economía siempre se ha movido entre dos polos contrapuestos: el humanista y el lucrativo, que corresponden respectivamente a la actividad económica o productiva, y a la actividad financiera. Inicialmente, con la filosofía griega, prevalecía el concepto humanista, que por considerar al Hombre como Persona, tenía un componente espiritual y no solo material. En la Edad Media se potencia el aspecto espiritual por la religiosidad. En la Edad Moderna, tras el Renacimiento se inicia un ciclo de secularización y materialismo. Según Aristóteles, (que ya reconocía la importancia de la división del trabajo para aumentar la calidad de los productos obtenidos y facilitar la exportación), la economía estaba orientada a la satisfacción de las necesidades humanas. Sin embargo, admitía que los comerciantes, -que vendían los productos artesanales de Atenas a las colonias sitas en Asía Menor, lo mismo que los exportadores e importadores-, buscasen el lucro. Quizá estos comerciantes, no merecían la especial consideración de los filósofos `porque el comercio no era la actividad habitual de los ciudadanos griegos, sino de libertos y esclavos liberados. En la Edad Media por el creciente influjo de la Religión Católica, la economía humanista de los filósofos griegos se espiritualizó, con una perspectiva religiosa que hoy día denominaríamos fundamentalista o integrista. La actividad económica debía regirse por obligaciones éticas y morales, que no se cuantificaban. En todo caso, la Economía humanista de precios y salarios justos, coexistía con el mercado y lucro, por los motivos que se justificaban. Este criterio de preferencia de los escolásticos por la dignidad humana y la justicia en las relaciones económicas, alcanzó su apogeo doctrinal en España durante los Siglos XVI y XVII, principalmente con la Escuela de Salamanca. Esta circunstancia influyó en la decadencia económica y científica de España, y continuó hasta 1960, porque en estas fechas se inicia en Europa un desarrollo económico en torno a la economía clásica del mercado libre. Por eso, hoy día, ante los excesos del fundamentalismo materialista y agnóstico, España puede ser punto de partida de un nuevo Renacimiento humanista en búsqueda de la equidad y justicia social, sin abandonar el necesario motor del lucro financiero. El Renacimiento del Siglo XV inicia un periodo de secularización con el mayor influjo de los pensadores griegos, cuyo humanismo no era religioso, aunque siguieran prevaleciendo preceptos éticos y morales. Por eso no debe extrañar que fuera el moralista ADAM SMITH quien sentara las pautas de la Economía clásica basada en la libertad de mercado. Según este moralista/economista, existe una “Mano invisible”, que en un régimen de competencia perfecta, transforma los efectos del egoísmo individual en beneficio para todos. Es decir, ADAM SMITH, admite una economía integral, por la coexistencia del lucro individual y el interés general, que solo puede justificar invocando a una “mano invisible”. Desde ADAM SMITH, la economía y el humanismo evolucionan hacia el materialismo prescindiendo de los valores espirituales del Hombre, que se “cosifica”. Así aparece el capitalismo liberal, y en reacción a sus injusticias y correlativa lucha de clases, surge el capitalismo colectivo o estatal (marxismo). 2. - Justicia social. Más tarde, para paliar los defectos del capitalismo liberal y sin aceptar el capitalismo estatal, aparece el capitalismo social que pretende resolver los problemas de la redistribución, con el Estado del Bienestar. A estos efectos, el Estado del Bienestar compensa parcialmente los desequilibrios del reparto del Valor añadido entre trabajadores y empresas, garantizando a los ciudadanos gratuitamente o a precios políticos, las infraestructuras y servicios socio-culturales y comunitarios. Sin embargo, las medidas redistributivas de justicia social, no se adoptan por motivos éticos como consecuencia de un humanismo integral, sino por pragmatismo, para garantizar la paz social. La justicia social, debe ser consecuencia de un humanismo integral, es decir, la justicia social, o es moral, o no es justicia. Por tanto, para restablecer la moral y la justicia social, es insuficiente la redistribución pragmática o pactista que se efectúa mediante el Estado del Bienestar. La justicia social humanista, requiere una revolución de la espiritualidad que supere el fundamentalismo materialista del capitalismo, tanto sea capitalismo liberal, capitalismo estatal o la llamada tercera vía del capitalismo social. . CAPITULO III. Dinámica del pensamiento político y económico. El propio KEYNES, que diferenciaba la economía lucrativa y la humanista, consideraba que hasta que no se traspase el túnel de la necesidad, la avaricia y la usura serían los valores dominantes. Según KEYNES, una vez se haya traspasado el túnel de la necesidad, se volverían a las virtudes tradicionales y al Sermón de la Montaña, aunque para ello, añadía, faltaban cien años. Actualmente, a consecuencia de la diferente dinámica de la productividad, han aumentado las diferencias entre los pueblos, y mientras unos ya han traspasado el túnel de la necesidad, otros se mantienen en los umbrales de la pobreza. Sin embargo, el dogma del libre mercado de la globalización financiera, dificulta la reaparición de las virtudes humanistas tradicionales en los países más desarrollados económicamente, y que por tanto, ya han rebasado ampliamente el “túnel de la necesidad”. Tras la caída del telón de acero, se consuma el anunciado crepúsculo de las ideologías que se produciría con el incremento de nuevas tecnologías y en especial mediante las telecomunicaciones informáticas. Así aparece la globalización financiera, que se ha introducido como pensamiento único, con el pretexto de una mayor libertad. Por ello, la globalización financiera, puede calificarse como fundamentalismo agnóstico y materialista. Es interesante añadir, que así como el fundamentalismo religioso de la Edad Media se desarrollaba en torno a la Iglesia Católica, el fundamentalismo agnóstico de la globalización financiera, se desarrolla a través de organizaciones secularizantes. Hoy día, estas organizaciones agnósticas del capitalismo financiero, se sitúan en el entorno de la Comisión Trilateral, que son incluidas dentro de la Masonería invisible, por el historiador Ricardo de la Cierva. La globalización, es en general una dinámica imparable, no discutible y sin alternativa, aunque su materialismo deba ser discutido. Por ello es necesario diferenciar la globalización financiera, que según la mayoría de los economistas, genera mayores diferencias económicas y socioculturales entre diferentes pueblos, y entre los propios ciudadanos de un mismo Estado. Es cierto que surge un complejo y heterogéneo movimiento antiglobalizador, que se mantiene dentro del materialismo, y prescindiendo de algunas recetas, (como el impuesto Tobbin), aunque se presentan como otra alternativa, nada aportan doctrinalmente. Ambos movimientos (globalizacion y antiglobalización) se apoyan en los mismos criterios materialistas, que “cosifican” al Hombre con pretextos progresistas. Por tanto, ambos se mueven dentro de la misma órbita materialista y financiera del capitalismo, con olvido de la naturaleza creativa y por tanto, humanista de la Economía. Recordamos, que el concepto humanista de la economía se mantenía en el pensamiento griego y en la escolástica, respectivamente, pensamientos filosóficos y religiosos. que eran Por ello tiene interés recordar, que ERICH FROMM, desde un humanismo socialista, pero con visión integradora y superadora del materialismo, -posiblemente por influencias del judaísmo y del zen-, propone la “Ciudad del ser”. Según FROMM, junto a la tesis obsoleta y religiosa de la “Ciudad de Dios”, también considera fracasada la antítesis materialista de la “Ciudad del Progreso”, porque el consumismo crea una sociedad enferma. Por eso, propone como síntesis de ambas, la “ Ciudad del Ser” que viene a ser “la Ciudad del Ciudadano”, entendido como Persona y no solo como individuo. Según la nueva dialéctica de la complementariedad que se propone, la nueva síntesis de la economía, no es una proposición diferente a la economía humanista y la del lucro, sino la unidad compleja de ambas, porque presenta una visión bipolar espiritual y material. Por tanto, no anula, ni la tesis, ni la antítesis, (como la dialéctica hegeliana), sino que las integra o armoniza en una misma unidad, manteniendo simultáneamente los puntos de vista espirituales y los del progreso material. En este sentido, y volviendo a utilizar la terminología de ERICH FROMM, la “Ciudad del ser”, sería la aceptación simultánea de la Ciudad de Dios y la Ciudad del Progreso; es decir, el Pensamiento global de la dialéctica cuántica. Así aparecen armónicamente integradas la economía humanista de la productividad o valor añadido generado, y la economía del mercado, lucro y rentabilidad. Frente a la polarización de una economía humanista orientada a la creación de riqueza basada en estudios de productividad, coexiste la economía materialista basada en el libre mercado, lucro y rentabilidad de capitales. Es decir, con estas líneas, se sugiere una nueva visión bipolar, integral o armónica de la economía, que es simultáneamente humana, creativa, financiera y social. CAPITULO IV. Economía integral o armónica.- 1. Nuevo concepto de la Economía. La Economía que se propone, integra los criterios humanistas y lucrativos en un concepto unitario más complejo. Este concepto, no es una novedad. El krausista PIERNAS HURTADO, hace más de un siglo, proponía el sistema económico del “armonismo” como superador del liberalismo y socialismo, de quienes decía, solo tenían razón cuando se combatían. Sin embargo, el armonismo no es equidistante entre el liberalismo y el socialismo, porque no es materialista. La armonía se obtiene por elevación, admitiendo un concepto espiritual y ético, aunque no sea necesariamente religioso. Por ello, el krausismo, fue considerado peligroso por la Iglesia Católica, que incluyó su libro más representativo, en el Indice de libros prohibidos.. Entonces fue considerado próximo al panteismo, aunque quizá hoy día, se sitúe más próximo al ecologismo. La Economía de mercado y del lucro lleva desarrollándose doctrinal y prácticamente desde hace tres siglos, y por el contrario, la Economía de la equidad, con su aspiración al precio y salario justo, que defendieron los escolásticos españoles de los siglos XVI y XVII, está siendo cada vez más olvidada por los economistas. Ante esta realidad, y por el creciente desinterés científico de los economistas por la equidad, parece necesario un esfuerzo doctrinal que aspire a investigar unos criterios aproximativos hacia la equidad, en el reparto del VAB generado, entre los derechos de la Empresa y los derechos de los trabajadores. Hoy día, los economistas no buscan la equidad, porque se considera, que la equidad es incompatible con el libre mercado y la prioridad al lucro. Con este prejuicio científico de los economistas,que limita doctrinalmente el desarrollo de la economía y la política integral y armónica-, surgió el fatalismo de la lucha de clases. Ante esta presunta realidad, la Teoría económica olvida la equidad, que solamente se buscan dentro de la Política económica y social. Así surgen paliativos pactistas entre el Capital y el Trabajo, o la intervención del Estado, o incluso consideraciones éticas desolidaridad que se consideran ajenas a la economía y mas próximas a la moral o a la religión. Sin embargo, desde un punto de vista de la economía integral o armónica debería admitirse la equidad, como resultado de un reparto porcentual del VAB o riqueza generada, entre los derechos de la Empresa y de los Trabajadores. La verdadera dificultad, radica en cómo determinar los derechos de la Empresa y de los Trabajadores. Anticipemos que la Economía integral diferencia los derechos del Capital (los intereses), de los derechos de la Empresa (el beneficio empresarial). En consecuencia, el reparto del VAB o riqueza generada, no se produce entre Trabajo y Capital, como en las economías capitalistas, sino entre el Trabajo (salarios) y la Empresa (beneficio empresarial bruto, o diferencia entre el VAB y los salarios). Recordemos que los intereses del capital, lo mismo que los impuestos, son simples transferencias que se detraen del VAB. 2. Necesidad de admitir la dialéctica cuántica.. En todo caso, también surge la dificultad o presunta imposibilidad dialéctica, de compatibilizar la equidad con el lucro y el libre mercado. La dificultad, es una realidad, si nos mantenemos en la dialéctica aristotélica de la contradicción de los contrarios. Sin embargo, la dificultad puede superarse con la dialéctica cuántica o bipolar de la filosofía oriental y del diferente funcionamiento de los hemisferios cerebrales del Hombre. Sin embargo, esta moderna y vieja dialéctica, -moderna por la física cuántica y vieja por la filosofía oriental- nos lleva a la aceptación de la revolución cuántica propuesta por VINTILA HORIA, y que hoy día se silencia de forma sospechosamente sistemática. En efecto, tras el crepúsculo de las ideologías con dialéctica aristotélica, se impondría la búsqueda de una nueva orientación política y económica, más global y menos maniquea. Al parecer, no interesa la renovación y modernización de los idearios políticos hacia una mayor tolerancia y populismo, ni la compatibilidad económica entre lucro y equidad.. En cuanto a la presunta imposibilidad dialéctica de compatibilizar la equidad con el lucro y libre mercado, es un prejuicio y argumento decisivo para rehuir el esfuerzo de intentar aproximarnos a una determinación aproximada y porcentual de la equidad, en el reparto de la riqueza o VAB generado. En modo alguno negamos la dificultad, que se realza por el hecho de que desde nuestro punto de vista, la equidad no es unitaria sino triple. En efecto, según el modelo de productividad que utilizamos para determinar la equidad, los porcentajes de equidad deberían determinarse en el ámbito macroeconómico, y en el microeconómico, y en una triple vertiente (territorial, de rama y de empresa). El problema se agrava, cuando en cada uno de los tres ámbitos de la equidad, (territorial, de rama y de empresa), se consideran las diferencias entre equidad y mercado. En estas circunstancias, es totalmente necesaria la universalización de una dialéctica global, en vez de la dialéctica del Pensamiento único, sea de derechas o de izquierdas. 3.- Necesidad de estudiar la Economía de la equidad. Reconocida la dificultad de admitir la dialéctica cuántica, lo primero que se debería hacer es intentar cubrir el actual vacío doctrinal sobre la cuantificación de la equidad en el reparto del VAB entre los agentes productores (Trabajadores y empresas), con criterios matemáticos. Para ello, es necesario buscar los criterios racionales y aproximados que nos sirvan para determinar los derechos del trabajo y de la empresa. El vacío doctrinal existente en la economía para obtener la equidad en el reparto de la renta generada, ha sido inicialmente cubierto por DIONISIO MARTIN SANZ Ingeniero agrónomo, empresario y sindicalista, con su “Ensayo de Economía Política espacial”. Su investigación, basada en su experiencia, estudios en productividad agrícola y en la negociación de Convenios sindicales, con ayuda de la productividad, fue editada por el propio autor y publicada en 1981. Conviene aclarar que la extraña titulación del libro (espacial), es debida a que presupone la existencia de tres parámetros que se correlacionan entre sí con una representación espacial de geometría descriptiva. Los tres parámetros básicos son la productividad por hora de trabajo, el Activo afecto a la Empresa por trabajador y las Horas de la jornada laboral. Para ello determinó una doble medida de la productividad (estática o por unidades de productividad, y dinámica o por niveles de duplicación de la productividad). En todo caso, su inquietud era la búsqueda de la Justicia social. Por eso, el objetivo principal de su “Ensayo”, fue el de obtener criterios racionales que permitiesen aproximarse hacia el reparto equitativo de la riqueza generada entre la Empresa y los trabajadores. Con ello pretendía superar racionalmente el dogma político de la lucha de clases, sin confiar la solución ni al mercado, ni al Estado, ni a la caridad. Desde nuestro punto de vista, su aportación podría calificarse, atendiendo al objetivo, como un modelo económico de la equidad, aunque por su método, pueda considerarse como un modelo económico de la productividad. En todo caso, sus planteamientos de equidad y productividad pueden superarse con mejores datos estadísticos. CAPITULO V- El modelo económico de la equidad y de la productividad. 1. La medida de la productividad. 1.1.Unidades de medida de la productividad: estática y dinámica. MARTIN SANZ estableció dos medidas de la productividad: la estática y la dinámica. La unidad de productividad como una medida estática, objetiva y de aplicación universal, correspondía a la producción de trigo por hora de trabajo que cubría las necesidades de subsistencia en el neolítico, es decir, cuando aparece la agricultura. La unidad de productividad correspondía a la unidad de supervivencia. Desde entonces, tanto la productividad del trigo, como la de los demás alimentos y utensilios aumenta continuamente, aunque con diferente dinámica. Según el modelo de la economía de la productividad, los incrementos de la productividad se computan por duplicación, y cada duplicación es un nuevo nivel de productividad. Por tanto, llamando “x” al nivel de productividad, la productividad (P´) en unidades de productividad estáticas, se representará por la potencia 2x=P´. Si se tratara de productividades en unidades monetarias nos referiríamos a P, en vez de a P´, pero la productividad monetaria de cada país, en un momento dado, no es representativa para estudios objetivos, intertemporales e internacionales. Por tanto, es necesaria su transformación en unidades objetivas de productividad, según se expresa. . 1.2.Productividad final y productividad del VAB. Además de la productividad en general, entendida como producto final por hora (P´), hay que valorar la productividad neta o valor añadido por hora de trabajo (PN´), que se obtiene deduciendo los consumos intermedios del producto final. Si se tratara de productividad neta en unidades monetarias nos referiríamos a PN, pero estas no son representativas para estudios objetivos, intertemporales e internacionales. Por eso preferimos referirnos a PN´ que está expresado en unidades de productividad. El modelo establece unas relaciones aproximadas en el ámbito macroeconómico entre ambas productividades (P´ y PN´) expresadas en unidades de productividad, (no en unidades monetarias). Estas relaciones, son imposibles por Rama o Actividad y menos por Empresa, sin embargo, a juicio de MARTIN SANZ son posibles en el ámbito macroeconómico nacional. La correlaciòn entre productividad (P´=2x) y productividad neta (PN´=2y) según dicho autor, se obtiene con la presunción de que y=x-x/10 - 0,2. Reiteramos la provisionalidad de las estimaciones de MARTIN SANZ y nuestro convencimiento de que pueden mejorarse con mejores datos estadísticos. Sin embargo, el camino metolológico ya está señalado. 1.3. Metodología para la medida de la productividad y aplicaciones. La metodología para la determinación de la unidad de productividad y la medida de los niveles de productividad, la expusimos en una Comunicación al Congreso Nacional de Economistas de 1999 que está publicada en la documentación del citado Congreso. En dicha Comunicación efectuamos aplicaciones de la medida de la productividad a estadísticas internacionales aportadas por MADDISON y publicadas por la OCDE.. Algunas de las estadísticas son de 1860. No parece necesario dar más explicaciones de momento, sobre dicha metodología, sobre todo, porque como se ha resaltado, la medida de la productividad solo es un medio para conseguir un fin: la distribución equitativa del Valor añadido generado entre las aportaciones o derechos del Trabajo y la Empresa. Y este es el aspecto que deseamos resaltar. Solo añadiremos que: .- el modelo de MARTIN SANZ contempla desde el nivel 0 (20 =1 unidad de productividad) hasta el nivel 12 de productividad (P12=4096 unidades de productividad) .- que a principios del siglo XX, los países más desarrollados alcanzaban el nivel 6 (26= 64), que es el nivel dónde se inicia el desarrollo económico .- que en 1974, fecha en la que la unidad de productividad coincide con la unidad monetaria de España, nuestro nivel promedio de productividad era 8´46 y el de países más desarrollados, nos superaban en un nivel más (doble productividad). .- que actualmente hemos superado el nivel 10 de productividad (en parte por la excesiva disminución de la jornada laboral), y los países más desarrollados sobrepasan el nivel 11, y .- que en nuestra opinión, lo mismo que a partir del nivel 6 se produce, por la revolución industrial, un cambio en la dinámica de los parámetros económicos, lo mismo sucede a partir del nivel 12. El nuevo motivo se produce por las exigencias de la ecología, y de la solidaridad internacional para evitar desigualdades. A partir del nivel 12 aumentan la dinámica de los consumos intermedios, con una dinámica todavía no determinada. . En todo caso, los niveles promedios de productividad nacional coexisten con niveles diferenciados por Ramas de productividad, que en España pueden calcularse con datos de la Contabilidad Nacional. Según nuestros estudios los niveles de productividad por rama, presentan diferencias de 1´5 nivel inferior al nivel promedio nacional, porque los salarios mínimos, impide la existencia de actividades con niveles inferiores. Por supuesto, también existen Ramas con promedios de productividad muy superiores, especialmente en la energía. En todo caso, la unidad de productividad del modelo, expresa la unidad monetaria de España cuando coincidía la productividad del trigo, con la productividad promedio nacional. Esta coincidencia se produjo en 1974 y por eso MARTIN SANZ utilizó la peseta de 1974, como valor de la unidad de productividad. En efecto, en aquel momento, el nivel de la productividad promedio nacional era 8´46 porque la productividad media nacional era 28´46=352 pesetas de 1974. Además en ese mismo año: .- la productividad media del trigo se había establecido en 43 kilos que al precio de 8,192 pesetas kilo representaba las mismas 352 pesetas hora, y .- la productividad física del trigo por hora que se supone era 0.122 kilos por hora en el nivel 0, al aumentarse a 43 kilos hora, también se había incrementado en 352 veces. El modelo supone que en el nivel de productividad 0, la producción de trigo por trabajador era de 500 kilos y la jornada laboral 4096 horas, por tanto la productividad del trigo era 500/4096=0,122 kgs/hora. CAPITULO V- El modelo económico de la equidad y de la productividad. 2º. Determinación de la equidad. Según nuestros conocimientos, la aportación de MARTIN SANZ formulando criterios racionales y matemáticos para conocer la equidad en el reparto de la riqueza generada, no es la mejor de las existentes; es la única. Agradeceremos cualquier información en sentido contrario. Porque no conocemos ningún criterio de aplicación práctica, que pretenda resolver el problema de repartir la riqueza generada entre Trabajo y Empresa. Quizá por dicho motivo, hemos observado un prejuicio contra la Economía de la equidad, porque relativiza el dogma de la lucha de clases, al pretender calcular los derechos porcentuales sobre el VAB del Trabajador al año y los correlativos derechos de la Empresa. Los derechos del trabajo o aportaciones del trabajo por trabajador y año (DT), se evalúan en función del valor añadido generado. Por tanto, los derechos del Trabajador al año, se obtienen multiplicando la productividad (valor añadido por hora), por la jornada laboral (Horas de trabajo al año). Los correlativos derechos de la Empresa (DE), no se establecen con criterio financiero sobre los capitales, sino con criterio económico, sobre los Activos afectos a la Empresa, prescindiendo de quien sea su titular. Por tanto, se incluyen los Activos arrendados, en concesión, o en cualquier otra forma de posesión o uso. Por tanto, si se pudieran conocer los derechos del Trabajo y de la Empresa, resultaría fácil deducir que, el porcentaje de la riqueza generada que corresponde al Trabajo sería %DT= 100*DT/(DT+DE) Aunque según la fórmula de la equidad, no es necesario conocer el nivel de productividad, en la práctica, y según se verá, es necesario evaluarlos con un criterio homogéneo en unidades y niveles de productividad. La transformación se efectúa según las siguientes hipótesis racionales y razonadas de la dinámica de ambos parámetros. a) Horas trabajadas al año (HTA). Las horas de trabajador/año en el nivel de productividad 0, es decir, cuando se iniciaba la agricultura en el neolítico se estimaba eran 212=4096=HTA0. Recordemos que en dicho nivel de productividad, la productividad era 1 porque 20=1. A medida que aumenta la productividad (P´) se produce una disminución de las horas trabajadas al año, (HTA) por la mejora de calidad de vida inherente a los incrementos de productividad. La hipótesis de MARTIN SANZ para reflejar dicha dinámica de las HTA, basada en su experiencia personal, era la de reducir el exponente 12 en la décima parte del nivel de productividad. Es decir: HTAx=212-x/10. Según hemos comprobado, dicho criterio resultaba aproximado en la década de los 60 con jornadas laborales elevadas. En efecto, con la aplicación del criterio de jornada laboral de MARTIN SANZ, en el nivel de productividad 10, -que hoy día superan todos los países desarrollados-, las horas de la jornada laboral todavía se mantendrían en 2.048 HORAS, (212-x/10=212-10/10= 211=2048 horas). La realidad económica nacional e internacional, posterior a los estudios de MARTIN SANZ de 1980, nos demuestra que dicha jornada laboral es excesiva. Por ello, en vez de reducir del exponente 12 la décima parte del nivel de productividad, se obtiene una jornada laboral más aproximada reduciendo de 12, la novena parte del nivel de productividad. Ello nos permite reducir la jornada laboral a 1.896 horas, que si bien todavía son excesivas para España, pueden admitirse en EEUU, Alemania y Japón, al parecer, con jornadas laborales más elevadas. b) Activos afectos por trabajador. Los valores de los activos afectos por trabajador, aumentan con el nivel de productividad, pero su dinámica no se ha podido expresar mediante una fórmula. Por ello, el autor del modelo efectuó una estimación puntual del valor de los Activos, según datos que había conocido en empresas con niveles de productividad del 6 al 11. Por tanto, repetimos, es una estimación mejorable. En todo caso, interesa resaltar, que según la hipótesis básica del modelo, la dinámica del incremento de los Activos respecto del nivel de productividad, que era decreciente hasta el nivel 6, se transforma en creciente desde dicho nivel. En consecuencia, los porcentajes de los derechos del Trabajo que eran decrecientes hasta el nivel 6, son crecientes desde dicho nivel y permiten la aparición del impuesto sobre el trabajo personal. Todo ello sin perjuicio de que, los derechos del trabajo (salario bruto hora), sea siempre creciente con la productividad. CAPITULO V- El modelo económico de la equidad y de la productividad. 3º. Otros indicadores económicos. Con el punto de apoyo de las anteriores variables básicas podían obtenerse importantes indicadores que expresan relaciones económicas importantes, como la dinámica decreciente del tipo de interés y del beneficio empresarial, que facilitan la programación de las magnitudes macroeconómicas. El desarrollo de estos estudios constituye un Manual para la medida de la productividad, que está prácticamente redactado. Sin embargo, no parece oportuno terminarlo, ni intentar publicarlo, mientras no se divulgue previamente el concepto integral de la actividad económica, que se propone en estas líneas. Ello requiere que previamente sea admitida la dialéctica cuántica, según la cual puede racionalmente coexistir la economía materialista del mercado y lucro, con la economía humanista de la equidad. Los estudios previos los realizamos en la década de los años 80 siendo Jefe de Investigación y Asistencia del Instituto de Estudios de Administración local (IEAL). Por el interés de dichos estudios, el INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACION PUBLICA (INAP) que absorbió al IEAL, convocó en 1988 un Concurso entre equipos de economistas que hiciera una valoración del método utilizado. El resultado, - no podía ser otra cosa- fue apreciar existían ideas y conceptos interesantes, pero era necesario contar con una mayor experiencia. Tras mi jubilación en 1990, cesaron los estudios en el INAP, personalmente me dedique a una Empresa particular. Vendida esta, he decido reanudar los estudios ante la falta de una doctrina antiglobalización, frente al fundamentalismo materialista de la globalización financiera. Considero necesario exponer una doctrina económica, política y social con una dialéctica científica y universal, no solo aristotélica, que compatibilice lucro y equidad. Ello requiere volver a buscar el precio y salario justo de los escolásticos, pero dentro de una economía moderna, es decir, con libre mercado y estudio de la productividad. CAPITULO VI. Conclusiones Tradicionalmente, y en principio, el objetivo de la actividad empresarial es una actividad económica o productiva y una actividad financiera o de transferencia, que se concretan en: . crear riqueza (incremento de productividad), para satisfacer las necesidades y obtener una adecuada distribución de la misma entre los agentes productores (Trabajadores y empresas) y .-obtener globalmente un lucro creciente (incremento de rentabilidad global de capitales), aunque con tipos de interés a los capitales invertidos o prestados decrecientes o estacionarios. El lucro es y debe ser el motor de la actividad económica, pero no debe silenciarse que es una actividad genuinamente humana. Recordemos que el hombre es el único ser capaz de mejorar racionalmente los métodos de trabajo, aumentando la productividad o valor añadido por hora de trabajo y con ello creando riqueza. Por eso se ha dicho, que el Hombre es creativo, a imagen y semejanza de Dios. La actividad económica, estimulada por el lucro materialista, debe complementarse con exigencias éticas, como corresponde a una actividad esencialmente humana, porque solamente los hombres son capaces de mejorar los métodos y crear riqueza. En consecuencia, junto con el materialismo financiero del lucro, deben coexistir las exigencias éticas o morales de equidad en el reparto de la riqueza creada. Estas exigencias, se aprecian tanto en la distribución del VAB en cada Empresa, en un territorio, o entre los diferentes pueblos de la Humanidad. En términos filosóficos, es necesario superar la dialéctica aristotélica de contradicción entre contrarios y admitir la paradoja, que es la dialéctica de la física cuántica, de la filosofía oriental de la unidad de los contrarios y del funcionamiento conjunto de los hemisferios cerebrales izquierdo y derecho. Dicho de otra forma, es necesario pasar de la alternativa unipolar del dilema, a la unidad bipolar del binomio o incluso plinomio Ello requiere un revolucionario cambio de rumbo del pensamiento occidental, que paulatinamente había desespiritualizado e hipertrofiado su materialismo con pretexto de secularización progresista. Además, en términos dialécticos, es necesario, admitir la paradoja como normal; es necesario complementar la dialéctica aristotélica de contradicción entre contrarios, con la dialéctica de la unidad de los contrarios de la física cuántica y la filosofía oriental, La globalización financiera representa la máxima exaltación del pensamiento único y materialista del lucro y de la secularización, con olvido de los valores espirituales, que también son valores humanos. Por tanto, y ya que algunos pueblos han salido del “tunel de la necesidad”, es cada vez más necesario un nuevo Renacimiento de los valores humanistas, que divulguen sociológicamente los criterios del Sermón de la Montaña, como profetizaba Keynes. Teniendo en cuenta los avances de la Ciencia económica, es necesario que se superen las simples aspiraciones morales al precio y salario justo de los escolásticos, y se efectúen estudios, a ser posible matemáticos, que coadyuven a su determinación. No se trata de sustituir el libre mercado por nuevos criterios matemáticos de la equidad en el reparto de la riqueza creada, sino de contemplar los salarios y precios, simultáneamente desde el libre mercado y desde la equidad. No se trata de imponer un intervencionismo estatal de los criterios matemáticos de la equidad, sino de que estos criterios racionales y sus resultados, sean conocidos por los empresarios, economistas y políticos. El Hombre, compuesto de cuerpo material y alma espiritual, no debe actuar esquizofrénicamente solo desde un punto de vista, porque ello representaría su desintegración. Por eso, su actividad empresarial debe simultáneamente orientarse al lucro y la equidad, aunquer aparentemente sea más fácil buscar solamente el lucro. Para ello es necesario en primer lugar divulgar el moderno concepto racional bipolar, integral y armónico de la economía en su doble vertiente de lucro y equidad. En este sentido, sería conveniente organizar foros y debates sobre esta cuestión, e interesar también a los políticos de forma, que integre los idearios de los modernos partidos políticos y represente la simbiosis de la civilización occidental y oriental Solo después de admitirse que la actividad económica, debe incluir componentes humanísticos y por tanto, éticos de equidad, será posible interesar a los economistas y políticos en una economía basada en la medida de la productividad y sus relaciones con los parámetros económicos básicos. Mientras la comunidad científica económica y la comunidad política, no admitan racional y dialécticamente la simultaneidad del lucro y la equidad, la economía de la productividad y equidad no tiene futuro. Por el contrario, una vez admitida la racional simultaneidad del lucro y la equidad, la actividad económica será una actividad humana, y no inhumana y desintegradora , como hasta ahora. 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