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CONTENIDO
Dialéctica integral o cuántica
Es conveniente superar la tradicional dialéctica analítica de la
filosofía occidental basada en la contradicción de los contrarios, es
decir, en la elección entre él SI y el NO, como los ordenadores, y
en el funcionamiento del hemisferio izquierdo del cerebro. En
efecto, es conveniente recordar que la física cuántica está basada
en la dialéctica que permite la unidad de los contrarios, como la
filosofía oriental y la simultaneidad de la inteligencia analítica del
hemisferio izquierdo del cerebro, con la inteligencia analógica y
global del hemisferio derecho..
La aplicación complementaria de la dialéctica oriental, cuántica
o integral aplicada a la Economía, permite:
.- la doble y simultánea consideración de la Economía como
materialista o lucrativa y como ética de precios y salarios justos.
Ello nos permite hablar de la Economía integral o armonismo
.- la consideración científica simultánea de la Economía
capitalista financiera, con la Economía de las necesidades o de
creación de riqueza. Por tanto, la Economía como Ciencia no solo
es lucro, sino también equidad. Sigue (Capítulo I).
Naturaleza humanista de la actividad empresarial.
La actividad empresarial es creativa porque crea riqueza o
Valor añadido bruto (VAB), gracias a las mejoras de métodos y
tecnologías. Por tanto, como solamente es creativa la actividad
humana, la actividad empresarial generadora de riqueza o VAB,
es una actividad humana. En consecuencia la actividad
empresarial, y en general, la actividad económica, tiene un
componente ético que justifica el que inicialmente se estudiase
dentro de la Filosofía.
Por tanto, la actividad empresarial como actividad económica y
financiera, no solo estudia la rentabilidad y el lucro, sino también la
productividad y la equidad en el reparto del VAB generado entre
los agentes productores: trabajadores y empresas. En resumen, la
actividad empresarial es una actividad humana, que incluye una
exigencia ética de equidad. Sigue Capítulo II
Dinámica del pensamiento político y económico.
El pensamiento griego clásico era humanista y laico, y
se situaba la Economía dentro de la Filosofía. Posteriormente
el pensamiento evoluciona en torno a la religiosidad, pasando
de un fundamentalismo espiritual y religioso (Alta Edad
media) a un fundamentalismo materialista y agnóstico (Siglo
XVIII). Así, tras una economía humanista basada en precios y
salarios justos, se pasa a una economía lucrativa. Sin
embargo, según la dialéctica integral o cuántica citada
anteriormente,
ambos
tipos
de
economías
son
complementarios.
Actualmente
estamos
en
la
plenitud
del
fundamentalismo materialista y agnóstico, tanto con la
globalizaciòn financiera como con la alternativa de los
movimientos “antiglobalización”. Ello realza la importancia de
la búsqueda de un nuevo concepto de la economía más
integral y armónico, ya la posibilidad de que resurjan
exigencias éticas, como derechos humanos fundamentales.
Sigue Capítulo III
Economía integral o armónica.
Hoy día, prevalece la hipertrofia de la economía materialista
iniciada con ADAM SMITH, que mantenía vinculaciones éticas, ya
que era moralista. La actual hipertrofia produce los excesos del
fundamentalismo materialista y agnóstico que agrava las
diferencias sociales y económicos entre ciudadanos y pueblos.
La propuesta del “armonismo” fue la solución del krausista
PIERNAS HURTADO frente a los excesos del liberalismo y
socialismo. Sin embargo, con la dialéctica analítica tradicional, la
economía integral o armónica no podía desarrollarse. Por eso es
necesario divulgar la dialéctica cuántica o integral anteriormente
expuesta.
En estas circunstancias es posible y necesario estudiar una
Economía basada en la creación de riqueza (productividad) y en el
reparto equitativo de la riqueza generada entre trabajadores y
empresas. Este reparto no es uniforme sino variable, en función
del nivel de productividad territorial, sectorial y/o de empresa.
Ello requiere la consideración de trabajadores y empresas (no
capitales) como agentes productores. Sus derechos respectivos
pueden medirse en productividad y en Activos afectos a la
actividad empresarial prescindiendo de quien sea el titular de
dichos activos.
En sentido contrario hay que resaltar el carácter instrumental
y coadyuvante del Capital, ya que los intereses o remuneración
del capital, no son creación de riqueza o VAB, sino meras
transferencias monetarias. Sigue Capítulo IV
EL MODELO ECONÓMICO DE LA EQUIDAD Y DE
LA PRODUCTIVIDAD.
Su punto de partida es la determinación de la unidad de
productividad que sirve para calcular con criterio objetivo los
niveles de productividad, desde que la Humanidad se organiza
para la supervivencia. Es decir, desde el neolítico, cuando con la
aparición de la agricultura, y ganadería la unidad de productividad
coincide con la unidad de supervivencia. A estos efectos, la
producción de trigo se utiliza como paradigma.
El modelo contempla 12 niveles de productividad. Hasta el
nivel 6 los incrementos de Activos afectos a las empresas eran
decrecientes. Con la elevación de la productividad y desde el nivel
6, gracias a las mejores tecnologías, los incrementos de
productividad se aceleran. Actualmente los países más
desarrollados superan el nivel 11. El modelo de productividad de
MARTIN SANZ está referido a 1974 en el que España había
alcanzado el nivel 8,46. Hoy día supera el nivel 10. Sigue Capítulo V
1º
Seguidamente interesa
calcular aproximadamente los
porcentajes de reparto del VAB entre trabajadores y empresas en
función del nivel de productividad. Para ello es necesario
establecer los criterios para determinar los derechos de los
trabajadores y de las empresas entre los que se repartirá el VAB
generado. Los derechos de los Trabajadores se calculan respecto
la productividad y las horas trabajadas; los derechos de las
Empresas, por los Activos afectos a la actividad empresarial,
prescindiendo de la titularidad de los mismos.
Según el modelo de MARTIN SANZ, se observa que, el
porcentaje de los derechos de los trabajadores disminuye hasta el
nivel 6, a causa del incremento decreciente de la productividad
con los incrementos de los Activos afectos a la actividad
empresarial. Por el contrario, desde el nivel 6, se elevan
rápidamente la aproductividad, por la creciente importancia de la
formación laboral como Activo no contabilizado. Sigue Capítulo V 2º
Finalmente podremos determinar las relaciones entre los
parámetros económicos básicos, en función del nivel de
productividad. Sigue Capítulo V 3º.
Conclusiones
Bibliografía
Sigue Capítulo VI
Sigue
RAFAEL BARRIL DOSSET
e-mail [email protected]
CAPITULO I.- Dialéctica integral o cuántica.
Resulta sorprendente que en los siglos VII y VI antes de Cristo
surgieron los principios del pensamiento filosófico, simultáneamente
con los primeros filósofos de Grecia, con los profetas de Israel,
Zoroastro en Persia, los Upanishad y Buda en la India, y Confucio y
Lao Tse en China.
En estas líneas deseamos diferenciar; el
pensamiento occidental, que razona con criterio analítico sobre la base
de la contradicción de los contrarios, (aunque excepcionalmente
admita la paradoja), y el pensamiento oriental, que razona con criterio
analógico sobre la base de la unidad de los contrarios
Tanto en el Antiguo Régimen de la Edad Moderna, como en el
Nuevo Régimen de la Edad Contemporánea, la dialéctica del
pensamiento occidental, tiende a la visión unipolar, frente a la
dialéctica bipolar de la filosofía oriental, de compatibilidad de los
contrarios en una misma unidad. En consecuencia, la dialéctica
occidental tiende al Pensamiento único y la dialéctica oriental a la
Tolerancia o Pensamiento global.
Además, no es solamente la filosofía oriental, también debemos
recordar la diferente función de los hemisferios izquierdo y derecho del
cerebro, y la dialéctica de la física cuántica.
a) Desde un punto de vista fisiológico, se ha observado que la
dialéctica occidental corresponde a la funcionalidad analítica del
hemisferio izquierdo del cerebro, mientras que el hemisferio derecho
del cerebro, tiende a una percepción más analógica y global. Son
funciones que corresponden con el YIN y el YAN del taoismo, como
manifestaciones del ser humano, al que contempla en su integridad,
aunque con funciones diferenciadas. Por tanto, la visión global del
cerebro, es bipolar. Dicho de forma más vulgar: el propio Aristóteles,
que filosofaba analíticamente con el hemisferio izquierdo de su
cerebro, también tenía un hemisferio derecho en su cerebro, que
funcionaba con razonamiento analógico y global.
b) Este criterio fisiológico y bipolar del cerebro humano y de la
filosofía oriental, ha sido respaldado por la física cuántica, desde que
PLANCK, comprobó, -ante el tradicional dilema de los físicos, sobre si
la luz era movimiento ondulatorio o corpuscular-, que era las dos
cosas a la vez. Esta observación, que confirma la unidad de los
contrarios de la filosofía oriental, fue revolucionaria, porque la
dialéctica unipolar imperante, basada en la incompatibilidad de los
contrarios, consideraba imposible la unidad de los contrarios.
Por eso, es lógico, que poco después del descubrimiento de
PLANCK, apareciese desde la misma física cuántica, el principio de la
complementariedad, que transforman el tradicional dilema en binomio.
Así se normaliza la paradoja que antes solo se comprendía como una
excepción. La importancia de este cambio dialéctico la resalta
VINTILA HORIA, cuando nos advierte que la única revolución posible
hoy día, estará basada en el conocimiento cuántico. Por tanto,
añadimos nosotros, supondrá la superación del Pensamiento único por
el pensamiento bipolar que induce a la Tolerancia.
c) Podemos añadir, que incluso la pretensión racionalista a un
conocimiento científico cierto, es sustituida en la física cuántica, por el
principio de la indeterminación, cuyo origen encontramos en la
escolástica. Esto supone la crisis del racionalismo y el retorno a la
doctrina escolástica del probabilismo.
d) En cierto sentido nos encontramos ante una reformulación de
una nueva dialéctica hegeliana, que ante dos proposiciones
contradictorias obtiene la síntesis. Sin embargo, la síntesis de la nueva
dialéctica integral o cuántica, no anula tesis y antítesis. Ambas son
compatibles entre sí, porque la nueva síntesis, es una visión global, y
simultánea de tesis y antítesis. Una visión bipolar que es a la vez
unitaria, por la aceptación del principio de la unidad de los contrarios.
e) Podemos resumir lo dicho, sugiriendo una modernización de
la dialéctica con un criterio más universal y científico. Un criterio que
permita superar el maniqueismo del Pensamiento único, con la
normalización de la paradoja y el Pensamiento global.
En concreto, se aspira a la modernización de la dialéctica
económica con la aceptación del principio de la complementariedad de
ideas aparentemente contrapuestas. Por ejemplo, hoy día es difícil de
admitir la complementariedad entre la equidad del salario y justo
precio de los escolásticos con el lucro. Se observa que, superada la
“mano invisible” que vislumbraba el moralista ADAM SMIT, y a causa
del predominio de monopolios, el lucro capitalista y la libertad de
mercado de la economía clásica, son ajenos a la equidad y justicia
distributiva y social.
f) Durante la Edad Contemporánea hemos conocido dos
Revoluciones: la francesa y la rusa. Ambas arrancan del racionalismo
científico de la segunda mitad de la Edad Moderna y suponen la
evolución de un proceso de secularización iniciado con el
Renacimiento. Este proceso de secularización, representa el colapso
del Antiguo Régimen, en el que los Reyes gobernaban “por la gracia
de Dios”, y además, resalta los valores materiales sobre los
espirituales.
El común denominador de ambas revoluciones es su
materialismo, que en lo económico, se concreta en un capitalismo,
inicialmente liberal. Sin embargo, en reacción por las injusticias y
abusos del liberalismo, evolucionó primero hacia un capitalismo
colectivo dirigido por el Estado buscando la justicia social, y después,
hacia un capitalismo social, intermedio entre liberalismo y estatismo.
En todo caso, se renuncia al humanismo de griegos y escolásticos,
que complementaba lo material con lo espiritual.
g) Por eso la nueva dialéctica que se propone, al simultanear
el razonamiento analítico con el analógico y la contradicción de
los contrarios con la unidad de los contrarios, debe simultanear
lo espiritual con lo material, lo humano con lo financiero, la
equidad con el lucro.
CAPITULO
empresarial.
II.
Naturaleza
humanista
de
la
Actividad
1. Creatividad y humanismo.
La Economía es una Ciencia de naturaleza humanística que
inicialmente, como otras, estaba incluida dentro de la Filosofía. Su
naturaleza humana es debida a que la actividad económica es
primordialmente una actividad creadora de riqueza o Valor añadido
bruto y toda actividad creadora, es genuinamente humana.
En efecto, hay que tener en cuenta un hecho sabido y que se
recuerda poco: el Hombre es el único ser que racionalmente modifica
sus métodos de trabajo. Con ello crea riqueza, porque con los nuevos
métodos de trabajo, aumenta la productividad por hora y por tanto el
valor añadido bruto.
Hoy día, tiende a confundirse la Economía, con las Finanzas que
solo es parte de la Economía; se tiende a olvidar que la actividad
económica, es primordialmente producción y creación de riqueza. Por
el contrario, la actividad financiera solo incluye transferencias de
rentas (impuestos e intereses de prestamos). En consecuencia,
impuestos e intereses son detracciones del Valor añadido generado
por la actividad económica, que disminuyen la participación del
Trabajo y de las Empresas en la riqueza generada. por ambos agentes
productivos. Por su detracción del VAB, los impuestos e intereses, en
principio deben ser mínimos, para no mermar demasiado el VAB que
deben repartirse entre trabajadores y empresas que lo han generado.
El reparto del VAB generado entre sus protagonistas, por ser
consecuencia
de
una
actividad
humana,
debe
retribuir
simultáneamente la motivación egoísta del lucro (capitalismo), y
atender al interés general, mediante la equidad de precios y salarios
justos (escolástica). Aquí reside la dificultad del Pensamiento global y
bipolar de la economía integral, basado en una dialéctica más
moderna y universal que permite compatibilizar lucro y equidad.
Por el contrario, resulta más fácil, aunque más injusto, admitir la
oposición de los contrarios, según la tradicional dialéctica aristotélica.
Esta dialéctica analítica, es la preferida tanto por el Poder sigiloso de
los financieros, como por el Poder revolucionario de la lucha de clases.
También es la preferida por los políticos, que tras el crepúsculo de las
ideologías democráticas, advertido por los sociólogos en la década de
los 60, aspiran al Poder a través de partidos políticos, que si bien
pueden alentar ideologías tradicionales, en la práctica, funcionan como
plataformas electorales.
. La cultura del capitalismo liberal fomenta el incremento de los
intereses y la cultura del capitalismo estatal, fomenta el incremento de
los impuestos. Sin embargo, recordemos que ninguno de los dos se
computa es VAB, y por tanto, no se computan como VAB, ni PIB en la
Contabilidad Nacional. Por ello, la propensión a una cultura financiera
(prioridad a impuestos e intereses) es perversa, y su perversidad
aumenta con una política simultánea de altos intereses e impuestos.
El fundamento de la economía, es la creación de VAB, que es el
resultado de la actividad empresarial de naturaleza económicofinanciera, en la que coexiste la creación económica del VAB con las
transferencias financieras. Por eso, la economía integral que se
preconiza en estas líneas, realza la prioridad de la actividad
empresarial. Y dicha actividad empresarial incluye simultaneamente, la
economía creativa o productiva, con la economía financiera o de
transferencias; es decir, la equidad con el lucro.
Dicho de otro modo: La actividad empresarial es una actividad
bipolar y mixta, porque es a la vez:
.- actividad productiva y por tanto, creadora de riqueza, que
posteriormente se reparten entre los trabajadores y la empresa, y
.- actividad financiera (mera transferencia de intereses e
impuestos a los prestamistas y AAPP).
Doctrinalmente, la Ciencia de la Economía siempre se ha movido
entre dos polos contrapuestos: el humanista y el lucrativo, que
corresponden respectivamente a la actividad económica o productiva,
y a la actividad financiera. Inicialmente, con la filosofía griega,
prevalecía el concepto humanista, que por considerar al Hombre como
Persona, tenía un componente espiritual y no solo material. En la Edad
Media se potencia el aspecto espiritual por la religiosidad. En la Edad
Moderna, tras el Renacimiento se inicia un ciclo de secularización y
materialismo.
Según Aristóteles, (que ya reconocía la importancia de la
división del trabajo para aumentar la calidad de los productos
obtenidos y facilitar la exportación), la economía estaba orientada a la
satisfacción de las necesidades humanas. Sin embargo, admitía que
los comerciantes, -que vendían los productos artesanales de Atenas a
las colonias sitas en Asía Menor, lo mismo que los exportadores e
importadores-, buscasen el lucro. Quizá estos comerciantes, no
merecían la especial consideración de los filósofos `porque el
comercio no era la actividad habitual de los ciudadanos griegos, sino
de libertos y esclavos liberados.
En la Edad Media por el creciente influjo de la Religión Católica,
la economía humanista de los filósofos griegos se espiritualizó, con
una perspectiva religiosa que hoy día denominaríamos
fundamentalista o integrista. La actividad económica debía regirse por
obligaciones éticas y morales, que no se cuantificaban. En todo caso,
la Economía humanista de precios y salarios justos, coexistía con el
mercado y lucro, por los motivos que se justificaban.
Este criterio de preferencia de los escolásticos por la dignidad
humana y la justicia en las relaciones económicas, alcanzó su apogeo
doctrinal en España durante los Siglos XVI y XVII, principalmente con
la Escuela de Salamanca. Esta circunstancia influyó en la decadencia
económica y científica de España, y continuó hasta 1960, porque en
estas fechas se inicia en Europa un desarrollo económico en torno a la
economía clásica del mercado libre. Por eso, hoy día, ante los excesos
del fundamentalismo materialista y agnóstico, España puede ser punto
de partida de un nuevo Renacimiento humanista en búsqueda de la
equidad y justicia social, sin abandonar el necesario motor del lucro
financiero.
El Renacimiento del Siglo XV inicia un periodo de secularización
con el mayor influjo de los pensadores griegos, cuyo humanismo no
era religioso, aunque siguieran prevaleciendo preceptos éticos y
morales. Por eso no debe extrañar que fuera el moralista ADAM
SMITH quien sentara las pautas de la Economía clásica basada en la
libertad de mercado. Según este moralista/economista, existe una
“Mano invisible”, que en un régimen de competencia perfecta,
transforma los efectos del egoísmo individual en beneficio para todos.
Es decir, ADAM SMITH, admite una economía integral, por la
coexistencia del lucro individual y el interés general, que solo puede
justificar invocando a una “mano invisible”.
Desde ADAM SMITH, la economía y el humanismo evolucionan
hacia el materialismo prescindiendo de los valores espirituales del
Hombre, que se “cosifica”. Así aparece el capitalismo liberal, y en
reacción a sus injusticias y correlativa lucha de clases, surge el
capitalismo colectivo o estatal (marxismo).
2. - Justicia social.
Más tarde, para paliar los defectos del capitalismo liberal y sin
aceptar el capitalismo estatal, aparece el capitalismo social que
pretende resolver los problemas de la redistribución, con el Estado del
Bienestar. A estos efectos, el Estado del Bienestar compensa
parcialmente los desequilibrios del reparto del Valor añadido entre
trabajadores y empresas, garantizando a los ciudadanos gratuitamente
o a precios políticos, las infraestructuras y servicios socio-culturales y
comunitarios. Sin embargo, las medidas redistributivas de justicia
social, no se adoptan por motivos éticos como consecuencia de un
humanismo integral, sino por pragmatismo, para garantizar la paz
social.
La justicia social, debe ser consecuencia de un humanismo
integral, es decir, la justicia social, o es moral, o no es justicia. Por
tanto, para restablecer la moral y la justicia social, es insuficiente la
redistribución pragmática o pactista que se efectúa mediante el Estado
del Bienestar. La justicia social humanista, requiere una revolución de
la espiritualidad que supere el fundamentalismo materialista del
capitalismo, tanto sea capitalismo liberal, capitalismo estatal o la
llamada tercera vía del capitalismo social.
.
CAPITULO III. Dinámica del pensamiento político y
económico.
El propio KEYNES, que diferenciaba la economía lucrativa y la
humanista, consideraba que hasta que no se traspase el túnel de la
necesidad, la avaricia y la usura serían los valores dominantes. Según
KEYNES, una vez se haya traspasado el túnel de la necesidad, se
volverían a las virtudes tradicionales y al Sermón de la Montaña,
aunque para ello, añadía, faltaban cien años.
Actualmente, a consecuencia de la diferente dinámica de la
productividad, han aumentado las diferencias entre los pueblos, y
mientras unos ya han traspasado el túnel de la necesidad, otros se
mantienen en los umbrales de la pobreza. Sin embargo, el dogma del
libre mercado de la globalización financiera, dificulta la reaparición de
las virtudes humanistas tradicionales en los países más desarrollados
económicamente, y que por tanto, ya han rebasado ampliamente el
“túnel de la necesidad”.
Tras la caída del telón de acero, se consuma el anunciado
crepúsculo de las ideologías que se produciría con el incremento de
nuevas tecnologías y en especial mediante las telecomunicaciones
informáticas. Así aparece la globalización financiera, que se ha
introducido como pensamiento único, con el pretexto de una mayor
libertad. Por ello, la globalización financiera, puede calificarse como
fundamentalismo agnóstico y materialista.
Es interesante añadir, que así como el fundamentalismo religioso
de la Edad Media se desarrollaba en torno a la Iglesia Católica, el
fundamentalismo agnóstico de la globalización financiera, se
desarrolla a través de organizaciones secularizantes. Hoy día, estas
organizaciones agnósticas del capitalismo financiero, se sitúan en el
entorno de la Comisión Trilateral, que son incluidas dentro de la
Masonería invisible, por el historiador Ricardo de la Cierva.
La globalización, es en general una dinámica imparable, no
discutible y sin alternativa, aunque su materialismo deba ser discutido.
Por ello es necesario diferenciar la globalización financiera, que según
la mayoría de los economistas, genera mayores diferencias
económicas y socioculturales entre diferentes pueblos, y entre los
propios ciudadanos de un mismo Estado.
Es cierto que surge un complejo y heterogéneo movimiento
antiglobalizador, que se mantiene dentro del materialismo, y
prescindiendo de algunas recetas, (como el impuesto Tobbin), aunque
se presentan como otra alternativa, nada aportan doctrinalmente.
Ambos movimientos (globalizacion y antiglobalización) se apoyan en
los mismos criterios materialistas, que “cosifican” al Hombre con
pretextos progresistas. Por tanto, ambos se mueven dentro de la
misma órbita materialista y financiera del capitalismo, con olvido de la
naturaleza creativa y por tanto, humanista de la Economía.
Recordamos, que el concepto humanista de la economía se mantenía
en el pensamiento griego y en la escolástica,
respectivamente, pensamientos filosóficos y religiosos.
que
eran
Por ello tiene interés recordar, que ERICH FROMM, desde
un humanismo socialista, pero con visión integradora y
superadora del materialismo, -posiblemente por influencias del
judaísmo y del zen-, propone la “Ciudad del ser”. Según
FROMM, junto a la tesis obsoleta y religiosa de la “Ciudad de
Dios”, también considera fracasada la antítesis materialista de la
“Ciudad del Progreso”, porque el consumismo crea una sociedad
enferma. Por eso, propone como síntesis de ambas, la “ Ciudad
del Ser” que viene a ser “la Ciudad del Ciudadano”, entendido
como Persona y no solo como individuo.
Según la nueva dialéctica de la complementariedad que se
propone, la nueva síntesis de la economía, no es una
proposición diferente a la economía humanista y la del lucro, sino
la unidad compleja de ambas, porque presenta una visión bipolar
espiritual y material. Por tanto, no anula, ni la tesis, ni la
antítesis, (como la dialéctica hegeliana), sino que las integra o
armoniza en una misma unidad, manteniendo simultáneamente
los puntos de vista espirituales y los del progreso material. En
este sentido, y volviendo a utilizar la terminología de ERICH
FROMM, la “Ciudad del ser”, sería la aceptación simultánea de la
Ciudad de Dios y la Ciudad del Progreso; es decir, el
Pensamiento global de la dialéctica cuántica.
Así aparecen armónicamente integradas la economía
humanista de la productividad o valor añadido generado, y la
economía del mercado, lucro y rentabilidad. Frente a la
polarización de una economía humanista orientada a la creación
de riqueza basada en estudios de productividad, coexiste la
economía materialista basada en el libre mercado, lucro y
rentabilidad de capitales. Es decir, con estas líneas, se sugiere
una nueva visión bipolar, integral o armónica de la economía,
que es simultáneamente humana, creativa, financiera y social.
CAPITULO IV. Economía integral o armónica.-
1. Nuevo concepto de la Economía.
La Economía que se propone, integra los criterios humanistas y
lucrativos en un concepto unitario más complejo. Este concepto, no es
una novedad. El krausista PIERNAS HURTADO, hace más de un
siglo, proponía el sistema económico del “armonismo” como superador
del liberalismo y socialismo, de quienes decía, solo tenían razón
cuando se combatían. Sin embargo, el armonismo no es equidistante
entre el liberalismo y el socialismo, porque no es materialista. La
armonía se obtiene por elevación, admitiendo un concepto espiritual y
ético, aunque no sea necesariamente religioso. Por ello, el krausismo,
fue considerado peligroso por la Iglesia Católica, que incluyó su libro
más representativo, en el Indice de libros prohibidos.. Entonces fue
considerado próximo al panteismo, aunque quizá hoy día, se sitúe más
próximo al ecologismo.
La Economía de mercado y del lucro lleva desarrollándose
doctrinal y prácticamente desde hace tres siglos, y por el contrario, la
Economía de la equidad, con su aspiración al precio y salario justo,
que defendieron los escolásticos españoles de los siglos XVI y XVII,
está siendo cada vez más olvidada por los economistas. Ante esta
realidad, y por el creciente desinterés científico de los economistas por
la equidad, parece necesario un esfuerzo doctrinal que aspire a
investigar unos criterios aproximativos hacia la equidad, en el reparto
del VAB generado, entre los derechos de la Empresa y los derechos
de los trabajadores.
Hoy día, los economistas no buscan la equidad, porque se
considera, que la equidad es incompatible con el libre mercado y la
prioridad al lucro. Con este prejuicio científico de los economistas,que limita doctrinalmente el desarrollo de la economía y la política
integral y armónica-, surgió el fatalismo de la lucha de clases. Ante
esta presunta realidad, la Teoría económica olvida la equidad, que
solamente se buscan dentro de la Política económica y social. Así
surgen paliativos pactistas entre el Capital y el Trabajo, o la
intervención del Estado, o incluso consideraciones éticas desolidaridad
que se consideran ajenas a la economía y mas próximas a la moral o
a la religión. Sin embargo, desde un punto de vista de la economía
integral o armónica debería admitirse la equidad, como resultado de
un reparto porcentual del VAB o riqueza generada, entre los derechos
de la Empresa y de los Trabajadores.
La verdadera dificultad, radica en cómo determinar los derechos
de la Empresa y de los Trabajadores. Anticipemos que la Economía
integral diferencia los derechos del Capital (los intereses), de los
derechos de la Empresa (el beneficio empresarial). En consecuencia,
el reparto del VAB o riqueza generada, no se produce entre Trabajo y
Capital, como en las economías capitalistas, sino entre el Trabajo
(salarios) y la Empresa (beneficio empresarial bruto, o diferencia entre
el VAB y los salarios). Recordemos que los intereses del capital, lo
mismo que los impuestos, son simples transferencias que se detraen
del VAB.
2. Necesidad de admitir la dialéctica cuántica..
En todo caso, también surge la dificultad o presunta
imposibilidad dialéctica, de compatibilizar la equidad con el lucro y el
libre mercado. La dificultad, es una realidad, si nos mantenemos en la
dialéctica aristotélica de la contradicción de los contrarios. Sin
embargo, la dificultad puede superarse con la dialéctica cuántica o
bipolar de la filosofía oriental y del diferente funcionamiento de los
hemisferios cerebrales del Hombre.
Sin embargo, esta moderna y vieja dialéctica, -moderna por la
física cuántica y vieja por la filosofía oriental- nos lleva a la aceptación
de la revolución cuántica propuesta por VINTILA HORIA, y que hoy día
se silencia de forma sospechosamente sistemática. En efecto, tras el
crepúsculo de las ideologías con dialéctica aristotélica, se impondría la
búsqueda de una nueva orientación política y económica, más global y
menos maniquea. Al parecer, no interesa la renovación y
modernización de los idearios políticos hacia una mayor tolerancia y
populismo, ni la compatibilidad económica entre lucro y equidad..
En cuanto a la presunta imposibilidad dialéctica de compatibilizar
la equidad con el lucro y libre mercado, es un prejuicio y argumento
decisivo para rehuir el esfuerzo de intentar aproximarnos a una
determinación aproximada y porcentual de la equidad, en el reparto de
la riqueza o VAB generado. En modo alguno negamos la dificultad,
que se realza por el hecho de que desde nuestro punto de vista, la
equidad no es unitaria sino triple.
En efecto, según el modelo de productividad que utilizamos para
determinar la equidad, los porcentajes de equidad deberían
determinarse en el ámbito macroeconómico, y en el microeconómico,
y en una triple vertiente (territorial, de rama y de empresa).
El problema se agrava, cuando en cada uno de los tres ámbitos
de la equidad, (territorial, de rama y de empresa), se consideran las
diferencias entre equidad y mercado. En estas circunstancias, es
totalmente necesaria la universalización de una dialéctica global, en
vez de la dialéctica del Pensamiento único, sea de derechas o de
izquierdas.
3.- Necesidad de estudiar la Economía de la equidad.
Reconocida la dificultad de admitir la dialéctica cuántica, lo
primero que se debería hacer es intentar cubrir el actual vacío
doctrinal sobre la cuantificación de la equidad en el reparto del VAB
entre los agentes productores (Trabajadores y empresas), con criterios
matemáticos. Para ello, es necesario buscar los criterios racionales y
aproximados que nos sirvan para determinar los derechos del trabajo y
de la empresa.
El vacío doctrinal existente en la economía para obtener la
equidad en el reparto de la renta generada, ha sido inicialmente
cubierto por DIONISIO MARTIN SANZ Ingeniero agrónomo,
empresario y sindicalista, con su “Ensayo de Economía Política
espacial”. Su investigación, basada en su experiencia, estudios en
productividad agrícola y en la negociación de Convenios sindicales,
con ayuda de la productividad, fue editada por el propio autor y
publicada en 1981.
Conviene aclarar que la extraña titulación del libro (espacial), es
debida a que presupone la existencia de tres parámetros que se
correlacionan entre sí con una representación espacial de geometría
descriptiva. Los tres parámetros básicos son la productividad por hora
de trabajo, el Activo afecto a la Empresa por trabajador y las Horas de
la jornada laboral.
Para ello determinó una doble medida de la productividad
(estática o por unidades de productividad, y dinámica o por niveles de
duplicación de la productividad). En todo caso, su inquietud era la
búsqueda de la Justicia social. Por eso, el objetivo principal de su
“Ensayo”, fue el de obtener criterios racionales que permitiesen
aproximarse hacia el reparto equitativo de la riqueza generada entre la
Empresa y los trabajadores. Con ello pretendía superar racionalmente
el dogma político de la lucha de clases, sin confiar la solución ni al
mercado, ni al Estado, ni a la caridad.
Desde nuestro punto de vista, su aportación podría calificarse,
atendiendo al objetivo, como un modelo económico de la equidad,
aunque por su método, pueda considerarse como un modelo
económico de la productividad. En todo caso, sus planteamientos de
equidad y productividad pueden superarse con mejores datos
estadísticos.
CAPITULO V- El modelo económico de la equidad y de la
productividad.
1. La medida de la productividad.
1.1.Unidades de medida de la productividad: estática y dinámica.
MARTIN SANZ estableció dos medidas de la productividad: la
estática y la dinámica. La unidad de productividad como una medida
estática, objetiva y de aplicación universal, correspondía a la
producción de trigo por hora de trabajo que cubría las necesidades de
subsistencia en el neolítico, es decir, cuando aparece la agricultura. La
unidad de productividad correspondía a la unidad de supervivencia.
Desde entonces, tanto la productividad del trigo, como la de los
demás alimentos y utensilios aumenta continuamente, aunque con
diferente dinámica. Según el modelo de la economía de la
productividad, los incrementos de la productividad se computan por
duplicación, y cada duplicación es un nuevo nivel de productividad.
Por tanto, llamando “x” al nivel de productividad, la productividad
(P´) en unidades de productividad estáticas, se representará por la
potencia 2x=P´. Si se tratara de productividades en unidades
monetarias nos referiríamos a P, en vez de a P´, pero la productividad
monetaria de cada país, en un momento dado, no es representativa
para estudios objetivos, intertemporales e internacionales. Por tanto,
es necesaria su transformación en unidades objetivas de
productividad, según se expresa.
.
1.2.Productividad final y productividad del VAB.
Además de la productividad en general, entendida como
producto final por hora (P´), hay que valorar la productividad neta o
valor añadido por hora de trabajo (PN´), que se obtiene deduciendo los
consumos intermedios del producto final. Si se tratara de productividad
neta en unidades monetarias nos referiríamos a PN, pero estas no son
representativas para estudios objetivos, intertemporales e
internacionales. Por eso preferimos referirnos a PN´ que está
expresado en unidades de productividad.
El modelo establece unas relaciones aproximadas en el ámbito
macroeconómico entre ambas productividades (P´ y PN´) expresadas
en unidades de productividad, (no en unidades monetarias). Estas
relaciones, son imposibles por Rama o Actividad y menos por
Empresa, sin embargo, a juicio de MARTIN SANZ son posibles en el
ámbito macroeconómico nacional. La correlaciòn entre productividad
(P´=2x) y productividad neta (PN´=2y) según dicho autor, se obtiene
con la presunción de que y=x-x/10 - 0,2.
Reiteramos la provisionalidad de las estimaciones de MARTIN
SANZ y nuestro convencimiento de que pueden mejorarse con
mejores datos estadísticos. Sin embargo, el camino metolológico ya
está señalado.
1.3. Metodología para la medida de la productividad y
aplicaciones.
La metodología para la determinación de la unidad de
productividad y la medida de los niveles de productividad, la
expusimos en una Comunicación al Congreso Nacional de
Economistas de 1999 que está publicada en la documentación del
citado Congreso. En dicha Comunicación efectuamos aplicaciones de
la medida de la productividad a estadísticas internacionales aportadas
por MADDISON y publicadas por la OCDE.. Algunas de las
estadísticas son de 1860.
No parece necesario dar más explicaciones de momento, sobre
dicha metodología, sobre todo, porque como se ha resaltado, la
medida de la productividad solo es un medio para conseguir un fin: la
distribución equitativa del Valor añadido generado entre las
aportaciones o derechos del Trabajo y la Empresa. Y este es el
aspecto que deseamos resaltar.
Solo añadiremos que:
.- el modelo de MARTIN SANZ contempla desde el nivel 0 (20 =1
unidad de productividad) hasta el nivel 12 de productividad (P12=4096
unidades de productividad)
.- que a principios del siglo XX, los países más desarrollados
alcanzaban el nivel 6 (26= 64), que es el nivel dónde se inicia el
desarrollo económico
.- que en 1974, fecha en la que la unidad de productividad
coincide con la unidad monetaria de España, nuestro nivel promedio
de productividad era 8´46 y el de países más desarrollados, nos
superaban en un nivel más (doble productividad).
.- que actualmente hemos superado el nivel 10 de productividad
(en parte por la excesiva disminución de la jornada laboral), y los
países más desarrollados sobrepasan el nivel 11, y
.- que en nuestra opinión, lo mismo que a partir del nivel 6 se
produce, por la revolución industrial, un cambio en la dinámica de los
parámetros económicos, lo mismo sucede a partir del nivel 12. El
nuevo motivo se produce por las exigencias de la ecología, y de la
solidaridad internacional para evitar desigualdades. A partir del nivel
12 aumentan la dinámica de los consumos intermedios, con una
dinámica todavía no determinada.
.
En todo caso, los niveles promedios de productividad nacional
coexisten con niveles diferenciados por Ramas de productividad, que
en España pueden calcularse con datos de la Contabilidad Nacional.
Según nuestros estudios los niveles de productividad por rama,
presentan diferencias de 1´5 nivel inferior al nivel promedio nacional,
porque los salarios mínimos, impide la existencia de actividades con
niveles inferiores. Por supuesto, también existen Ramas con
promedios de productividad muy superiores, especialmente en la
energía.
En todo caso, la unidad de productividad del modelo, expresa la
unidad monetaria de España cuando coincidía la productividad del
trigo, con la productividad promedio nacional. Esta coincidencia se
produjo en 1974 y por eso MARTIN SANZ utilizó la peseta de 1974,
como valor de la unidad de productividad. En efecto, en aquel
momento, el nivel de la productividad promedio nacional era 8´46
porque la productividad media nacional era 28´46=352 pesetas de 1974.
Además en ese mismo año:
.- la productividad media del trigo se había establecido en 43
kilos que al precio de 8,192 pesetas kilo representaba las mismas 352
pesetas hora, y
.- la productividad física del trigo por hora que se supone era
0.122 kilos por hora en el nivel 0, al aumentarse a 43 kilos hora,
también se había incrementado en 352 veces. El modelo supone que
en el nivel de productividad 0, la producción de trigo por trabajador era
de 500 kilos y la jornada laboral 4096 horas, por tanto la productividad
del trigo era 500/4096=0,122 kgs/hora.
CAPITULO V- El modelo económico de la equidad y de la
productividad.
2º. Determinación de la equidad.
Según nuestros conocimientos, la aportación de MARTIN SANZ
formulando criterios racionales y matemáticos para conocer la equidad
en el reparto de la riqueza generada, no es la mejor de las existentes;
es la única.
Agradeceremos cualquier información en sentido contrario.
Porque no conocemos ningún criterio de aplicación práctica, que
pretenda resolver el problema de repartir la riqueza generada entre
Trabajo y Empresa. Quizá por dicho motivo, hemos observado un
prejuicio contra la Economía de la equidad, porque relativiza el dogma
de la lucha de clases, al pretender calcular los derechos porcentuales
sobre el VAB del Trabajador al año y los correlativos derechos de la
Empresa.
Los derechos del trabajo o aportaciones del trabajo por
trabajador y año (DT), se evalúan en función del valor añadido
generado. Por tanto, los derechos del Trabajador al año, se obtienen
multiplicando la productividad (valor añadido por hora), por la jornada
laboral (Horas de trabajo al año).
Los correlativos derechos de la Empresa (DE), no se establecen
con criterio financiero sobre los capitales, sino con criterio económico,
sobre los Activos afectos a la Empresa, prescindiendo de quien sea su
titular. Por tanto, se incluyen los Activos arrendados, en concesión, o
en cualquier otra forma de posesión o uso.
Por tanto, si se pudieran conocer los derechos del Trabajo y de
la Empresa, resultaría fácil deducir que, el porcentaje de la riqueza
generada que corresponde al Trabajo sería
%DT= 100*DT/(DT+DE)
Aunque según la fórmula de la equidad, no es necesario
conocer el nivel de productividad, en la práctica, y según se verá, es
necesario evaluarlos con un criterio homogéneo en unidades y niveles
de productividad. La transformación se efectúa según las siguientes
hipótesis racionales y razonadas de la dinámica de ambos parámetros.
a) Horas trabajadas al año (HTA).
Las horas de trabajador/año en el nivel de productividad 0, es
decir, cuando se iniciaba la agricultura en el neolítico se estimaba eran
212=4096=HTA0. Recordemos que en dicho nivel de productividad, la
productividad era 1 porque 20=1.
A medida que aumenta la productividad (P´) se produce una
disminución de las horas trabajadas al año, (HTA) por la mejora de
calidad de vida inherente a los incrementos de productividad. La
hipótesis de MARTIN SANZ para reflejar dicha dinámica de las HTA,
basada en su experiencia personal, era la de reducir el exponente 12
en la décima parte del nivel de productividad. Es decir:
HTAx=212-x/10.
Según hemos comprobado, dicho criterio resultaba aproximado
en la década de los 60 con jornadas laborales elevadas. En efecto,
con la aplicación del criterio de jornada laboral de MARTIN SANZ, en
el nivel de productividad 10, -que hoy día superan todos los países
desarrollados-, las horas de la jornada laboral todavía se mantendrían
en 2.048 HORAS, (212-x/10=212-10/10= 211=2048 horas). La realidad
económica nacional e internacional, posterior a los estudios de
MARTIN SANZ de 1980, nos demuestra que dicha jornada laboral es
excesiva.
Por ello, en vez de reducir del exponente 12 la décima parte del
nivel de productividad, se obtiene una jornada laboral más aproximada
reduciendo de 12, la novena parte del nivel de productividad. Ello nos
permite reducir la jornada laboral a 1.896 horas, que si bien todavía
son excesivas para España, pueden admitirse en EEUU, Alemania y
Japón, al parecer, con jornadas laborales más elevadas.
b) Activos afectos por trabajador.
Los valores de los activos afectos por trabajador, aumentan con
el nivel de productividad, pero su dinámica no se ha podido expresar
mediante una fórmula. Por ello, el autor del modelo efectuó una
estimación puntual del valor de los Activos, según datos que había
conocido en empresas con niveles de productividad del 6 al 11. Por
tanto, repetimos, es una estimación mejorable.
En todo caso, interesa resaltar, que según la hipótesis básica del
modelo, la dinámica del incremento de los Activos respecto del nivel
de productividad, que era decreciente hasta el nivel 6, se transforma
en creciente desde dicho nivel. En consecuencia, los porcentajes de
los derechos del Trabajo que eran decrecientes hasta el nivel 6, son
crecientes desde dicho nivel y permiten la aparición del impuesto
sobre el trabajo personal. Todo ello sin perjuicio de que, los derechos
del trabajo (salario bruto hora), sea siempre creciente con la
productividad.
CAPITULO V- El modelo económico de la equidad y de la
productividad.
3º. Otros indicadores económicos.
Con el punto de apoyo de las anteriores variables básicas podían
obtenerse importantes indicadores que expresan relaciones
económicas importantes, como la dinámica decreciente del tipo de
interés y del beneficio empresarial, que facilitan la programación de las
magnitudes macroeconómicas.
El desarrollo de estos estudios constituye un Manual para la
medida de la productividad, que está prácticamente redactado. Sin
embargo, no parece oportuno terminarlo, ni intentar publicarlo,
mientras no se divulgue previamente el concepto integral de la
actividad económica, que se propone en estas líneas. Ello requiere
que previamente sea admitida la dialéctica cuántica, según la cual
puede racionalmente coexistir la economía materialista del mercado y
lucro, con la economía humanista de la equidad.
Los estudios previos los realizamos en la década de los años 80
siendo Jefe de Investigación y Asistencia del Instituto de Estudios de
Administración local (IEAL). Por el interés de dichos estudios, el
INSTITUTO NACIONAL DE ADMINISTRACION PUBLICA (INAP) que
absorbió al IEAL, convocó en 1988 un Concurso entre equipos de
economistas que hiciera una valoración del método utilizado. El
resultado, - no podía ser otra cosa- fue apreciar existían ideas y
conceptos interesantes, pero era necesario contar con una mayor
experiencia.
Tras mi jubilación en 1990, cesaron los estudios en el INAP,
personalmente me dedique a una Empresa particular. Vendida esta,
he decido reanudar los estudios ante la falta de una doctrina
antiglobalización, frente al fundamentalismo materialista de la
globalización financiera. Considero necesario exponer una doctrina
económica, política y social con una dialéctica científica y universal, no
solo aristotélica, que compatibilice lucro y equidad. Ello requiere volver
a buscar el precio y salario justo de los escolásticos, pero dentro de
una economía moderna, es decir, con libre mercado y estudio de la
productividad.
CAPITULO VI. Conclusiones
Tradicionalmente, y en principio, el objetivo de la actividad
empresarial es una actividad económica o productiva y una actividad
financiera o de transferencia, que se concretan en:
. crear riqueza (incremento de productividad),
para
satisfacer las necesidades y obtener una adecuada distribución
de la misma entre los agentes productores (Trabajadores y
empresas) y
.-obtener globalmente un lucro creciente (incremento de
rentabilidad global de capitales), aunque con tipos de interés a
los capitales invertidos o prestados decrecientes o estacionarios.
El lucro es y debe ser el motor de la actividad económica, pero
no debe silenciarse que es una actividad genuinamente humana.
Recordemos que el hombre es el único ser capaz de mejorar
racionalmente los métodos de trabajo, aumentando la productividad o
valor añadido por hora de trabajo y con ello creando riqueza. Por eso
se ha dicho, que el Hombre es creativo, a imagen y semejanza de
Dios.
La actividad económica, estimulada por el lucro materialista,
debe complementarse con exigencias éticas, como corresponde a una
actividad esencialmente humana, porque solamente los hombres son
capaces de mejorar los métodos y crear riqueza. En consecuencia,
junto con el materialismo financiero del lucro, deben coexistir las
exigencias éticas o morales de equidad en el reparto de la riqueza
creada.
Estas exigencias, se aprecian tanto en la distribución del VAB en
cada Empresa, en un territorio, o entre los diferentes pueblos de la
Humanidad. En términos filosóficos, es necesario superar la dialéctica
aristotélica de contradicción entre contrarios y admitir la paradoja, que
es la dialéctica de la física cuántica, de la filosofía oriental de la unidad
de los contrarios y del funcionamiento conjunto de los hemisferios
cerebrales izquierdo y derecho. Dicho de otra forma, es necesario
pasar de la alternativa unipolar del dilema, a la unidad bipolar del
binomio o incluso plinomio
Ello requiere un revolucionario cambio de rumbo del
pensamiento occidental, que paulatinamente había desespiritualizado
e hipertrofiado su materialismo con pretexto de secularización
progresista. Además, en términos dialécticos, es necesario, admitir la
paradoja como normal; es necesario complementar la dialéctica
aristotélica de contradicción entre contrarios, con la dialéctica de la
unidad de los contrarios de la física cuántica y la filosofía oriental,
La globalización financiera representa la máxima exaltación del
pensamiento único y materialista del lucro y de la secularización, con
olvido de los valores espirituales, que también son valores humanos.
Por tanto, y ya que algunos pueblos han salido del “tunel de la
necesidad”, es cada vez más necesario un nuevo Renacimiento de los
valores humanistas, que divulguen sociológicamente los criterios del
Sermón de la Montaña, como profetizaba Keynes.
Teniendo en cuenta los avances de la Ciencia económica, es
necesario que se superen las simples aspiraciones morales al precio y
salario justo de los escolásticos, y se efectúen estudios, a ser posible
matemáticos, que coadyuven a su determinación.
No se trata de sustituir el libre mercado por nuevos criterios
matemáticos de la equidad en el reparto de la riqueza creada, sino de
contemplar los salarios y precios, simultáneamente desde el libre
mercado y desde la equidad. No se trata de imponer un
intervencionismo estatal de los criterios matemáticos de la equidad,
sino de que estos criterios racionales y sus resultados, sean conocidos
por los empresarios, economistas y políticos. El Hombre, compuesto
de cuerpo material y alma espiritual, no debe actuar
esquizofrénicamente solo desde un punto de vista, porque ello
representaría su desintegración. Por eso, su actividad empresarial
debe simultáneamente orientarse al lucro y la equidad, aunquer
aparentemente sea más fácil buscar solamente el lucro.
Para ello es necesario en primer lugar divulgar el moderno
concepto racional bipolar, integral y armónico de la economía en su
doble vertiente de lucro y equidad. En este sentido, sería conveniente
organizar foros y debates sobre esta cuestión, e interesar también a
los políticos de forma, que integre los idearios de los modernos
partidos políticos y represente la simbiosis de la civilización occidental
y oriental
Solo después de admitirse que la actividad económica, debe
incluir componentes humanísticos y por tanto, éticos de equidad, será
posible interesar a los economistas y políticos en una economía
basada en la medida de la productividad y sus relaciones con los
parámetros económicos básicos. Mientras la comunidad científica
económica y la comunidad política, no admitan racional y
dialécticamente la simultaneidad del lucro y la equidad, la economía
de la productividad y equidad no tiene futuro. Por el contrario, una vez
admitida la racional simultaneidad del lucro y la equidad, la actividad
económica será una actividad humana, y no inhumana y
desintegradora , como hasta ahora.
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