Universidad Técnica de Manabí

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Boletín # 136 - Portoviejo, 26 de octubre de 2011
La Audiencia Nacional De España
Y Su Competencia En Materia Penal
Comentarios sobre la ponencia de Angel Juanes Peces
Resumen de la Ponencia
1. La Audiencia Nacional es un tribunalcentralizado y especializado con sede en Madrid
y que tiene jurisdicción en todo el territorio de España.
2. La Audiencia Nacional fue creada en el año 1977 principalmente para dar respuesta a
los crímenes cometidos por el terrorismo.
3. La Audiencia Nacional resulta necesaria, porque ocupa el espacio donde no pueden
actuar el resto de Tribunales, territorialmente delimitados, ni el Tribunal Supremo por
su naturaleza de juez último.
4. Antes de la creación de la Audiencia Nacional, el enjuiciamiento de los delitos de
terrorismo correspondía a jurisdicción militar.
5. Algunos sectores sociales argumentan que con la creación de la Audiencia Nacional se
sustraen las competencias de los Tribunales del lugar de la comisión de los hechos (los
jueces naturales).
6. En consecuencia, la razón de la creación de la Audiencia Nacional se debió a la
necesidad de crear órganos especializados para conocer de delitos específicos,
concretamente, el crimen organizado.
7. En definitiva, desde la perspectiva penal, la Audiencia Nacional se creó a fin de dar
respuesta a la aparición de una nueva y compleja delincuencia.
8. Dada la estructura autonómica de España, la Audiencia Nacional realiza funciones de
lo que en los Estados Federales (USA) realizan los Tribunales federales en
contraposición con los Tribunales estatales.
9. La Ley Orgánica estructura a la Audiencia Nacional del siguiente modo:la Sala de lo
Penal y la Sala de Apelación, un Juzgado Central de lo Penal y varios Juzgados
Centrales de Instrucción, la Sala de lo Contencioso-Administrativo, yla Sala de lo
Social; no cuenta con sala de lo civil al no poseer competencias en este orden.
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10. En 2009 se produjo un importante incremento de acusaciones presentadas por delitos
de terrorismo con 177 acusados. Las cifras de personas acusadas son notablemente
superiores a las del año 2008, en todas las manifestaciones terroristas (59 más que en
2008).
11. La Audiencia Nacional conocerá, entre otras materias, del delito de tráfico de drogas o
estupefacientes, fraudes alimentarios y de sustancias farmacéuticas y medicinales,
siempre que sean cometidos por bandas o grupos organizados y produzcan efectos en
lugares pertenecientes a distintas Audiencias.
12. En consecuencia, la Sala de lo Penal conoce de los delitos de tráfico de drogas o
estupefacientes cuando concurran acumulativamente dos requisitos:
Que hayan sido cometidos por grupos organizados, de ahí la importancia de
fijar el concepto de organización no sólo a efectos penales sino también
procesales.
Que produzcan efectos en lugares pertenecientes a distintas Audiencias.
13. Hay que tener en cuenta que es frecuente que estas circunstancias no aparezcan claras e
indubitadas desde el principio, siendo no poco habitual que existan perfiles difusos o
confusos acerca de la competencia objetiva, a los efectos de instrucción.
14. Se define el subtipo de pertenencia a una organización, cuando tuviese como finalidad
difundir las sustancias toxicas, aún de modo ocasional, en que los autores hayan
actuado dentro de una estructura caracterizada por un centro de decisiones y diversos
niveles jerárquicos, con posibilidades de sustitución de unos a otros mediante una red
de reemplazos (que asegura la supervivencia del proyecto criminal con cierta
independencia de las personas integrantes de la organización), y que dificulten de
manera extraordinaria la persecución de los delitos cometidos, aumentando al mismo
tiempo el daño causado.
15. Lo decisivo es, precisamente, esta posibilidad de desarrollo del plan delictivo de
manera independiente de las personas individuales, pues ello es lo que permite hablar
de una empresa criminal; el Tribunal Supremo insiste en las ideas expuestas, en
sentencias,sintetiza los elementos que integran las notas de organización en los
siguientes términos: A) La existencia de una estructura más o menos formalizada y
establecida; B) Empleo de medios de comunicación no habituales; C) Pluralidad de
personas previamente concertadas; D) Distribución diferenciada de tareas o reparto de
funciones, y finalmente E) Existencia de una coordinación.
16. En su consecuencia, de conformidad con la exposición de motivos el Código Penal
reformado distingue entre organizaciones de una parte y grupos criminales de otra,
entendiéndose por organización criminal la agrupación formada por más de dos
personas con carácter estable o por tiempo indefinido, que de manera concertada y
coordinada se repartan diversas tareas o funciones con el fin de cometer delitos, así
como de llevar a cabo la perpetración reiterada de faltas. Por el contrario, por grupo
criminal se entiende la unión de más de dos personas que, sin reunir alguna o algunas
de las características de la organización criminal definida, tengan por finalidad o por
objeto, la perpetración concertada de delitos o la comisión concertada y reiterada de
falta. En conclusión el criterio de distinción entre las organizaciones y grupos
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criminales radica básicamente en el carácter estable o no de la agrupación formada en
todo caso por más de dos personas.
17. En cuanto al requisito de que los efectos del delito se produzcan en el ámbito de las
distintas Audiencias el Tribunal Supremo en un reiterado cuerpo de doctrina,dice que
lo que importa a los efectos de competencia no es el carácter nacional o internacional
de la banda que ha cometido delito, ni el domicilio de sus miembros, ni los
desplazamientos que estos realicen para la planificación y ejecución de la operación
delictiva, sino la eventual difusión de los efectos del tráfico en territorios
pertenecientes a distintas audiencias, sin que sea bastante en este sentido tener en
cuenta como único dato la cantidad de sustancia intervenida.
18. El sistema orgánico procesal español al atribuir la competencia de determinados
hechos delictivos a tribunales distintos de aquellos a los que en principio son llamados
a conocer de lo mismo, ha de ser interpretado restrictivamente porque los principios
generales de competencia tienen una proyección de generalidad que solo cede cuando
la ley establece de manera expresa lo contrario.
19. En los delitos de fraudes alimentarios y de sustancias farmacéuticas o medicinales que
sean cometidos por bandas o grupos organizados y produzcan efectos en lugares
pertenecientes a distintas Audiencias, para que estos deban ser conocidos por la
Audiencia Nacional, se requiere además de la comisión de cualquiera de los
enumerados, que concurran alguno de estos tres:
Grave repercusión en la Economía Nacional, que tendrá lugar cuando se altere
la actividad ordinaria del sistema de mercados.
Grave repercusión en la seguridad del tráfico mercantil lo que supone alarma en
términos financieros, con desconfianza en los mecanismos de cambio
establecidos legalmente.
Perjuicio patrimonial a una generalidad de personas, siendo este tercer supuesto
el más determinante de la competencia de la Audiencia Nacional.
20. Con respecto a aquellas conductas constitutivas de fraudes alimentarios y de sustancias
farmacéuticas o medicinales, de nuevo se plantea la delimitación del concepto de
“bandas o grupos organizados”, ya que será elemento determinante de la competencia
de la Audiencia Nacional que la autoría de estas conductas sea imputable a uno de
estos grupos o bandas organizadas, aparte de que los efectos de tales delitos hayan de
producir efectos en lugares pertenecientes a distintas Audiencias.
21. Esta competencia tiene lugar en virtud de protección real de intereses, conforme al cual
el Estado español es competente para conocer con independencia del lugar de comisión
de los hechos de aquellos delitos que pueden afectar gravemente a intereses nacionales.
22. Por tanto, de conformidad con lo establecido en los artículos anteriores, la Audiencia
Nacional es competente para conocer de los delitos anteriormente enumerados,
cualquiera que sea el lugar de comisión de los hechos, porque los bienes jurídicos
protegidos así lo aconsejan en función de la naturaleza o gravedad de los mismos que
implican los mayores crímenes contra la humanidad. Esto es precisamente lo que ha
hecho la Audiencia Nacional en casos tan conocidos como el de Pinochet, Guatemala y
varios más.
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23. La extensión de esta competencia dio lugar a severas críticas dentro y fuera de España
al considerar que la Audiencia Nacional se estaba convirtiendo de facto en una especie
de Tribunal penal internacional, dando lugar a injerencias en las políticas nacionales,
ya que se juzgaban hechos cometidos en otros países que, al haberse aprobado una
amnistía, no obstante, podían ser juzgados por la Audiencia Nacional. Estas críticas
han sido consideradas por el legislador español, que ha limitado la jurisdicción de la
Audiencia Nacional sobre los delitos enumerados.
24. La competencia de la Audiencia Nacional, en los casos que anteriormente hemos
relacionado, requiere un requisito más, de enorme importancia, como es que en otro
país competente o en el seno de un Tribunal internacional no se hubiera iniciado
procedimiento.
Algunas reflexiones
1.
Es relevante el hecho de que la Audiencia Nacional se creó para gestionar los casos
que antes eran conocidos por la jurisdicción militar.
2. Funcionalmente la Audiencia Nacional se homologa con los Tribunales Federales
(USA).
3. La competencia de la Audiencia Nacional se define por dos parámetros, uno de medio
y otro de efecto: 1) Delito cometido por una organización criminal; 2) Afectación del
delito, real o potencial, sobre más de una jurisdicción territorial.
4. Existe dificultad en definir y aplicar el concepto de “organización criminal”.
5. El concepto fundamental debería concentrarse únicamente en valorar los efectos de la
actuación criminal, indistintamente de que fueron impulsados por una persona o una
organización criminal.
6. Al parecer, la Audiencia Nacional cumple la función práctica de expropiar los casos
criminales relevantes, para así evitarles a las judicaturas territoriales menores soportar
la presión de la que pudieran ser objeto.
7. También se presume que la Audiencia Nacional gestionará los casos de modo
autónomo e incorruptible.
8. Sin embargo, no debería considerarse a la Audiencia Nacional como un instrumento de
persecución contra el crimen organizado;ninguna judicatura lo es. Las estadísticas
demuestran el crecimiento de las acciones criminales, pese a la existencia de la
Audiencia Nacional.
9. Las competencias relativas a crímenes de lesa humanidad obligan a armonizar la
legislación penal de los países de la región.
10. El debate todavía no queda resuelto, pues lleva consigo un problema de decisión en
cuanto al modelo de gestión de la justicia: los niveles de desconcentración.
Autor:
Dra. Catalina Castro Llerena
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