Cómo ayudar a morir con dignidad

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Cómo ayudar a morir con dignidad
Profesor Robert Twycross: especialista inglés en cuidados paliativos
Es posible ofrecer alivio a los dolores y síntomas de los moribundos, además de
contenerlos psicológica y espiritualmente
· En Gran Bretaña funcionan 250 centros de atención a enfermos terminales
· La especialización médica se orienta más a curar que a aliviar
· Es mejor que el paciente muera en su casa
El profesor Robert Twycross, director del Centro Internacional de Cuidados Paliativos de la
Universidad de Oxford, Inglaterra, se especializa en ayudar a las personas que padecen
enfermedades terminales a morir con dignidad.
El médico inglés, que trabaja hace 30 años en el tema, fue invitado a la Argentina por la
Asociación Pallium.
La Nación dialogó con el doctor Twycross luego de una de sus clases.
-¿Qué implican los cuidados paliativos?
-Cuidar más allá de curar. Aunque en algunos pacientes esto implica un tiempo prolongado,
para la mayor parte de los enfermos en etapa terminal son semanas o pocos meses. Por eso
también pueden ser definidos como cuidados de confort para la persona muriente. Sé que en la
Argentina hay 30 o 40 grupos que los ofrecen, pero la mayoría sólo trabajan en hospitales. El
cuidado domiciliario no está desarrollado.
-¿Es mejor de ese modo?
-Está demostrado que la mayor parte las personas al final de su vida prefieren realmente estar
en su casa, con sus afectos, y no en una sala de hospital. Pero no siempre es posible.
-¿Cómo son en su país los cuidados paliativos?
-En el Reino Unido existen desde hace unos 40 años, como reacción a la especialización
extrema de muchos servicios. Hace 60 o 100 años, la cura era poco frecuente. Luego, algunos
médicos que en ciertas especialidades pudieron curar más, se concentraron en la cura y
perdieron la habilidad de aliviar. Los cuidados paliativos implican restaurar esa visión holística
de la medicina que dice: curar a veces, aliviar a menudo, cuidar siempre.
-¿Los pacientes terminales reciben en Gran Bretaña estos cuidados, cubiertos por el
sistema de salud?
-Nunca afirmaré que el sistema de salud es perfecto, pero hemos desarrollado un sistema
nacional de cuidados paliativos y el servicio público lo mantiene. Tenemos 250 unidades con
pacientes internados y cuidado domiciliario operando desde estos centros y en forma
independiente. Por cada enfermo internado hay 10 cuidados en sus casas. Pero además, la
especialidad está extendida a nivel académico. Hay profesores, cursos de entrenamiento. Y los
estudiantes de medicina tienen la obligación de conocer las necesidades del moribundo antes
de que se reciban.
-¿Cuál es el enfoque de la tarea?
-Las características de los cuidados paliativos son el partnership o trabajo conjunto entre los
médicos, enfermeros y otros miembros del equipo de salud, el paciente y su familia. El
partnership representa una actitud diferente de la que probablemente tiene el médico
tradicional, con su acercamiento más autoritario. La tarea se basa en un equipo
multiprofesional: médicos de distintas especialidades, enfermero, psicólogo, ministro de fe,
terapeuta físico, nutricionista. No todo paciente necesita a todos, pero hay un equipo, entonces
los profesionales están disponibles. Cuando se habla del alivio no es sólo de los síntomas
físicos, pero es muy difícil ocuparse de los aspectos espirituales y psicológicos si no se alivian
los síntomas físicos, como el dolor.
-¿Puede evitarse que el paciente llegue hasta su morada final inconsciente por los
calmantes y sin posibilidad de comunicarse?
-Si hay entrenamiento, en la inmensa mayoría de los pacientes se puede lograr ese objetivo:
que permanezcan libres de dolor y otros síntomas molestos, pero lúcidos.
-La morfina y otros opioides, ¿son peligrosos?
-Muchos de los que sienten dolor la necesitan, no todos. Lejos de lo que se cree, es uno de los
fármacos más seguros si la administran profesionales entrenados.
-El paciente, ¿debe saber la verdad sobre su situación?
-En líneas generales, cuanto más honesta es la comunicación, más saludable, y esto implica la
posibilidad de hablar de temas difíciles. Muchas veces los familiares no saben qué es mejor.
Por eso suelen consultar a los equipos de cuidados paliativos.
-A veces se dice: "No le digas la verdad, va a sufrir más..."
-Partimos de una premisa falsa: no le digas la verdad como si el paciente no lo supiera... El
secreto está en cómo podemos compartir esa verdad. En la gran mayoría de los casos, el
paciente siempre sabe. Y si bien algunos utilizan un mecanismo psicológico de negación, luego
pasarán a una etapa de mayor aceptación. Ahí está la tarea del equipo para que estas etapas
puedan ser vivenciadas.
-¿Qué piensa de la eutanasia?
-Hace más de 30 años que trabajo en cuidados paliativos y hay un tema en el que me
mantengo firme: la completa oposición a la eutanasia. Estoy convencido de que la mejor
respuesta al sufrimiento en el final de la vida no es la eutanasia. Los cuidados paliativos, en
cambio, establecen un balance entre la afirmación y defensa de la vida (es un movimiento en
favor de la vida), pero al mismo tiempo ayudan a la aceptación de la muerte como una realidad
inevitable.
Por Gabriela Navarra
De la Redacción de LA NACION
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