La solución paradójica de Habermas a la paradoja de Durkheim, y

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La solución paradójica de Habermas a la paradoja de Durkheim, y las
tareas de la modernización
Santiago Aguiar
Sostiene Habermas que el tema fundamental de la filosofía es la
razón, y que la Sociología, entre las Ciencias Sociales es la que
mejor conecta con la problemática de la racionalidad.
La determinación de los tipos de acción racional, en discusión con
la tradición de la Sociología, en particular con Max W eber, resulta
de primer orden. Por diversos motivos.
Uno de estos motivos, es lo que podría de nominarse una reflexión
en torno a la realidad del siglo XX: el desarrollo de las fuerzas
productivas acentuó la dominación, la alienación, y las diversas
problemáticas que la teoría social formuló, investigó y discutió
desde sus orígenes. Esta acentuación , se debe al carácter del
proceso de racionalización que le es inherente al desarrollo de las
fuerzas productivas.
“El mismo Marcuse parece dudar de que tenga sentido
relativizar la racionalidad de la ciencia y de la técnica
reduciéndola a un ‘proyecto’. En muchos pasajes del Onedimensional Man, la revolución sigue significando sólo un
cambio del marco institucional, que no tocaría a las fuerzas
productivas en tanto tales. Se mantendría, pues, la estructura
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del progreso científico-técnico; lo único que cambiaría serían
los valores rectores. Los nuevos valores serían traducidos a
tareas solucionables técnicamente; lo nuevo sería la dirección
de ese progreso, pero el criterio mismo de racionalidad no
sufriría cambios”1.
Habermas no pretende recaer en la sol ución marcusiana de
rechazo al adelanto tecnológico y científico.
Pero más ambiciosamente aún, busca
“intentar reformular el concepto de racionalización de Max
Weber en un marco de referencia distinto”2.
Para ésto, sostiene Habermas, será necesario dist inguir entre
trabajo
e
interacción,
pues
corresponden
a
distintas
racionalidades.
De este modo, Habermas además se plantea la reformulación del
materialismo histórico:
“también sería menester reformular el marco categorial en el
que
Marx
desarrolló
los
supuestos
fundamentales
del
materialismo histórico. La conexión de fuerzas productivas y
1
2
Habermas Jurgen (1997). Ciencia y Técnica como ideología: p. 64. Tecnos. Madrid.
idem.: p. 66
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relaciones de producción tendría que ser sustituída por la
relación más abstracta de trabajo e interacción”3.
La
distinción
es
de
la
mayor
importancia,
pues
el
trabajo ,
corresponde a la acción racional con arreglo a fines: la acción
instrumental o la elección racional. La primera se orienta por
reglas técnicas, la segunda, de acuerdo a estrategias. Su validez
descansa
en
enunciados
empíricamente
verdaderos
o
analíticamente correctos. La violación de la reglas se manifiesta en
un comportamiento incompetente.
La
interacción
interacción
es
el
ámbito
simbólicamente
intersubjetivamente
de
la
mediada.
vigentes.
Su
acción
Se
comunicativa,
orienta
sentido
se
por
o
normas
objetiv a
en
la
comunicación lingüística cotidiana. Su validez descansa en la
intersubjetividad
del
acuerdo.
La
violación
de
las
reglas
se
manifiesta en un comportamiento desviado.
Distinguidos ya los dos tipos de racionalidades fundamentales,
Habermas sostiene s u irreductibilidad:
“Y sobre este trasfondo queda de sobremanera claro
que hay que mantener bien separados dos conceptos
de racionalización. A nivel de los subsistemas de
acción racional con arreglo a fines, el progreso
3
idem.: p. 100
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científico
y
técnico
ha
obligado
ya
a
una
reorganización de las instituciones y de determinados
ámbitos sociales, y parece estarla exigiendo a mayor
escala todavía. Pero este proceso de despliegue de
las fuerzas productivas sólo podría convertirse en un
potencial
de
liberación
a
condición
de
que
no
sustituya a la racionalización en el otro nivel. La
racionalización a nivel del marco institucional sólo
puede
realizarse
en
el
medio
de
la
interacción
lingüísticamente mediada misma, consiguiendo que la
comunicación se vea libre de las restriccio nes a las
que
está
sometida.
La
discusión
pública
sin
restricciones y sin coacciones, sobre la adecuación y
deseabilidad de los principios y normas orientadores
de
la
acción,
a
la
luz
de
las
condiciones
socioculturales del progreso de los subsistemas de
acción racional con arreglo a fines: una comunicación
de este tipo a todos los niveles de los procesos
políticos,
y
de
los
otra
vez
repolitizados,
de
formación de la voluntad colectiva, es el único medio
en
el
que
es
racionalización” 4.
4
idem.: p. 106
posible
algo
así
como
la
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Esta preocupación que podría pensarse filosófica, conecta con la
Sociología,
preocupada
ante
todo
por
los
problemas
de
la
integración social y la anomia, en el paso de las sociedades
tradicionales a las modernas:
“Su tema son las transformaciones de la integración
social provocadas en el armazón de las sociedades
viejo-europeas por el nacimiento del sistema de los
Estados modernos y por la diferenciación de un
sistema económico que se autorregula por medio del
mercado. La Sociología se convierte par excellence
en una ciencia de la crisis, que se ocupa ante todo
de los aspectos anómicos de la disolución de los
sistemas sociales tradicionales y de la formación de
los modernos” 5.
La distinción entre trabajo e interacción, como sustitución de la concentración
weberiana en la acción racional con arreglo a fines, y en la marxista de la
relación base-superestructura, se dirige a plantearse los problemas –y una
eventual superación- entre integración social y anomia. La “paradoja de
Durkheim”, es posible plantearla como un hilo conductor subyacente a todas
sus preocupaciones.
5
J. Habermas (2001). Teoría de la Acción Comunicativa, t. I: p. 19. Taurus. España
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Durkheim señala las etapas de la diferenciación sistémica y sus
correspondientes formas de integración social (o sistémica más
bien, como distinguirá Habermas). Las sociedades diferenciada s
segmentariamente, y las sociedades diferenciadas funcionalmente.
A
las
primeras
les
corresponde
la
forma
de
la
solidaridad
mecánica, asentada en la conciencia colectiva. A las segundas, les
corresponde las formas de la solidaridad orgánica, asentada en l a
división del trabajo. Las primeras pueden caracterizarse por un
consenso normativa básico. Las segundas, por reglas morales.
En
discusión
con
Spencer,
plantea
el
problema
de
las
orientaciones valorativas de los actores, y que la integración sólo
por el mercado, propia de la división del trabajo, es débil. Que hay
efectos
desintegradores
sustituyen
las
formas
de
la
división
tradicionales
del
trabajo,
que
de
solidaridad
no
con
orientaciones normativas que aseguren la forma orgánica de
solidaridad, producié ndose la anomia (cuya forma más clara es la
hostilidad capital – trabajo), es decir, relaciones entre órganos no
regladas. Habermas encuentra una oposición entre anomia y reglas
morales.
Y es aquí donde reside la “paradoja de Durkheim”: la afirmación
simultánea y paradójica de los efectos desintegradores de la
división del trabajo, así como la dimanación de las reglas morales
de la solidaridad orgánica por la división del trabajo.
Sostiene Habermas tajante que
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“Durkheim no pudo resolver esta paradoja” 6.
El intento de Habermas de resolver esta paradoja, se asienta
fundamentalmente, en dos movimientos teóricos: por un lado, en la
distinción entre trabajo e interacción, y por otro lado, en la
irreductibilidad de los tipos de racionalidad fundamentales; dos
movimientos que parten de aquí y que irá a profundizar.
Fijándose en las etapas de diferenciación sistémica
y en las
formas de integración social, sostiene que sólo son analizables si
se distingue entre integración social e integración sistémica. La
primera refiere al consenso asegurado normativamente, propios de
mecanismos de coordinación de la acción que armonizan entre sí
las orientaciones de la acción de los participantes. La segunda
refiere a la regulación no normativa, propia de los mecanismos que
estabilizan plexos de acción no pretendidos.
Para escapar del idealismo y la metafísica, se plantea el desafío
de demostrar que lo que posibilita las formas de integración social
reside
en
la
específicamente
propia
vida
humano.
No
humana,
que
se
es
más,
trata
de
que
un
es
lo
imperativo
trascendente, algo, lo que sea, venido desde afuera que pudiera
actuar como un moderno deus ex machina .
6
J. Habermas (2003). Teoría de la Acción Comunicativa, t. II: p. 166. Taurus. España
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¿Cuál es el mecanismo -específicamente humano - que posibilitaría
las
formas
de
integración
social,
encaminándose
así
a
un a
solución a la “paradoja de Durkheim”?
Para poder responder a esta pregunta, es necesario hacer un
previo rodeo. Habermas desarrolla una dimensión adicional, a las
dimensiones adicionales con las que se piensa la vida humana. A
la distinción, discutida po r Habermas, en tres mundos de Popper:
el mundo de los objetos físicos, el mundo de los estados de
conciencia,
y
el
mundo
de
los
contenidos
objetivos
de
los
pensamientos, Habermas adicionará una cuarta dimensión: el
mundo de la vida.
Mundo de la vida que, alejados de una visión ontológica tanto
como de una visión cognitivista, se constituye en términos de
teoría de la constitución de la experiencia. Básicamente, se trata
de una tradición cultural compartida por una comunidad que hace
que el mundo de la vida se encuentre ya interpretado 7:
Tal definición básica es complejizada y desarrollada a lo largo de la obra: “podemos
representarnos éste [el mundo de la vida] como un acervo de patrones de interpretación
transmitidos culturalmente y organizados lingüísticamente”, Habermas (2003): p. 176. Después
de deslindar la versión culturalista, y la versión culturalista corregida de mundo de la vida,
señala que “el concepto de mundo de la vida planteado en términos de la teoría de la
comunicación (...) se obtiene por vía de reconstrucción del saber preteórico con que nos
encontramos en los hablantes competentes: desde la perspectiva de los participantes el mundo
de la vida aparece como el contexto, creador de horizonte, de los procesos de entendimiento”.
Y aún así, señala su limitada capacidad teórica para las ciencias sociales, por lo cual “resulta
más idóneo el concepto cotidiano de mundo de la vida, con cuya ayuda los agentes
comunicativos localizan y datan sus emisiones en el espacio social y en el tiempo histórico”
(idem., p. 193)
7
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“Este
mundo
compartido
de
la
constituye
vida
el
intersubjetivamente
trasfondo
de
la
acción
comunicativa” 8.
En la acción comunicativa reside el carácter específicamente
humano
que
es
la
solución
–paradójica
como
veremos -
de
Habermas a la “paradoja de Durkheim”.
Pero antes de mencionar las ya conocidas definiciones de la
acción comunicativa y formular la conexión con la susodicha
paradoja, señalemos que también aquí se asienta el carácter
irreductible de las racionalidades fu ndamentales que sostiene
Habermas:
“La concepción de la sociedad como mundo de la
vida, que es la que más obvia resulta desde la
perspectiva conceptual de la acción orientada al
entendimiento, sólo tiene un alcance limitado para la
teoría de la sociedad. Por eso voy a proponer que
entendamos las sociedades simultáneamente como
sistema y como mundo de la vida. Este concepto dual
de sociedad se acredita en una teoría de la evolución
social, que distingue entre racionalización del mundo
de la vida y aumento d e complejidad de los sistemas
8
Habermas (2001): p. 119
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sociales, con la finalidad de captar debidamente, es
decir, de hacer accesible a un análisis empírico la
conexión que Durkheim tiene a la vista entre formas
de
integración
social
y etapas de
diferenciación
sistémica” 9.
¿Podrá sostenerse esta distinción, afirmarse la irreductibilidad, y
responder a la “paradoja de Durkheim?
Para ésto, Habermas sostiene que el mecanismo de coordinación
de
las
acciones
–especificamente
humano -
reside
en
el
entendimiento lingüístico.
Retoma teóricamente aquí, como puede apreciarse, la distinción entre trabajo e
interacción, haciendo recaer en esta categoría el peso de la teoría, sepultando
en forma definitiva la categoría de trabajo como base constituyente de la teoría
social y de la vida social.
Y
aquí
es
donde
se
delimita
de
las
anteriores
tradiciones
sociológicas, de la acción parsoniana y su intento de conciliarla
con una teoría de los sistemas, y con la problemática weberiana de
la racionalización, y definir entonces su propia teoría sociológi ca
de la acción:
“Hasta aquí hemos entendido la acción como una
forma
9
de
Habermas (2003): p. 168
habérselas
con
las
situaciones
y
de
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dominarlas.
El
destaca
este
en
concepto
de
habérselas
acción
con
comunicativa
las
situaciones
especialmente dos aspectos: el aspecto teleológico
de realización de fines (o de ejecución de un plan de
acción) y el aspecto comunicativo de interpretación
de la situación y de obtención de un acuerdo. En la
acción comunicativa los participantes persiguen de
común acuerdo sus respectivos planes de acción
sobre la base de una definición común de la situación
(...) A la acción orientada al entendimiento le es
constitutiva la condición de que los participantes
realicen sus propios planes de común acuerdo en una
situación de acción definida en común” 10.
Habermas sin embargo es conciente del riesgo de caer en el
idealismo: la posibilidad de coordinación de la acción, de realizar
sus planes de común acuerdo, ¿reside en algo específicamente
humano, o se trataría de alguna fuerza externa? La pregunta es
decisiva:
“Una teoría de la comunicación elaborada en términos de
pragmática formal en la dirección que acabamos de esbozar
podrá utilizarse para una teoría sociológica de la acción si se
10
Habermas (2003): p. 180
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logra mostrar de qué forma los actos comunicativos, ésto es,
los actos de habla, cumplen la función de coordinar la acción,
contribuyendo así a la estructuración de las interacciones”.
La coordinación de la acción está dada por la acción comunicativa,
reside en la dimensión de la interacción, porque el entendimiento
es
un
proceso
de
obtención
de
un
acuerdo
entre
sujetos
lingüísticamente e interactivamente competentes. Más aún, el
acuerdo alcanzado comunicacionalmente, se diferencia claramente
de
la
mera
coincidencia
fáctica,
porque
es
un
acuerdo
proposicionalmente diferenciado. Más c laramente aún:
“el
entendimiento
es
inmanente
al
lenguaje
humano” 11.
Aquí parece producirse un primer llamado de atención: ¿es
meramente el entendimiento lo propio del lenguaje humano, donde
se
sustenta
la
acción
comunicativa
como
mecanismo
de
coordinación de la acción?
La pregunta no carece de importancia, aquí reside la base de la
solución a la “paradoja de Durkheim”, y con ella la base de su
teoría de la evolución histórica, donde descansa el proceso de
11
Habermas (2001): p. 369
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aprendizaje humano a través del cual se produce l a evolución
histórica hacia la modernidad.
La profundidad y penetración de Habermas no es ciega:
“Más, por otro lado, no toda interacción mediada
lingüísticamente representa un ejemplo de acción
orientada al entendimiento” 12.
Puede ser que el agente busq ue inducir o instrumentalizar.
¿Puede
ésto
afectar
seriamente
la
teoría
de
la
acción
comunicativa, con base en la distinción entre las categorías de
trabajo e interacción, otorgando primacía a esta última?
La respuesta es que sí, definitivamente, porque la evolución
histórica se caracteriza por el movimiento de racionalización, que
para Habermas no es más que el entendimiento:
“Un acuerdo alcanzado comunicativamente tiene que
tener una base racional; es decir, no puede venir
impuesto por ninguna de las pa rtes” 13.
La modernidad se caracteriza por el dominio de otra forma de
racionalidad, la acción comunicativa.
12
13
Habermas (2001): p. 370
Habermas (2001): p. 368
Apuntes de Estudios del Trabajo
Como vemos, la respuesta a esta pregunta es decisiva. La base
teórica de Habermas se sacude enteramente:
“Los ejemplos de esta forma de emplear el lenguaje
orientándose
a
las
consecuencias
[induciendo,
instrumentalizando], parecen desacreditar el acto de
habla
como
modelo
de
acción
orientada
al
entendimiento” 14.
Pero Habermas salvará este primer hiato en su teoría definiendo
que no son aquellos modos de emplear el lenguaje los que
caracterizan su estructura, sino que, por el contrario, en su base
está el modo orientado al entendimiento:
“Esto sólo podría evitarse si lográsemos mostrar que el empleo
del lenguaje orientado al entendimiento, es el modo original”.
Para
ésto,
distinguirá
entre
el
componente
ilocucionario,
locucionario y perlocucionario del lenguaje.
Los dos primeros buscan que el oyente entienda y acepte su
emisión, siendo autosuficiente porque su intención comunicativa se
sigue
del
sign ificado
manifiesto
entonces a la razón comunicativa.
14
Habermas (2001): p. 370
de
lo
dicho.
Corresponden
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Los efectos perlocucionarios, por el contrario, encuentran su
sentido en las intenciones que persigue el actor. Corresponden
entonces a la razón teleológica, o acción racional c on arreglo a
fines.
La coordinación de las acciones, es posible entonces por la acción
orientada al entendimiento, que supone la igualdad -por oposición
a la asimentría-, que está dada por el mundo de la vida y el
carácter de modo original del componente iloucionario del acto de
habla: Dado que la peculiaridad de las perlocuciones es su
carácter asimétrico es que
“este tipo de interacción tampoco resulte apto para
un análisis cuya finalidad es explicar el mecanismo
lingüístico
de
coordinación
de
las
accio nes,
por
medio del efecto de vínculo que ejerce el componente
ilocucionario de los actos de habla. De modo que con
este fin conviene acudir a un tipo de interacción
sobre el que no pesen las asimetrías y restricciones
propias
de
las
interacciones,
perlocuciones.
en
que
todos
A
esta
los
c lase
de
participantes
armonizan entre sí sus planes individuales de acción
y persiguen, por ende, sin reserva alguna, sus fines
Apuntes de Estudios del Trabajo
ilocucionarios,
es
a
la
que
llama
acción
comunicativa” 15.
¿Qué
paso
es
definiciones?
el
que
Ha
ha
dado
logrado
Habermas
sostener
c on
el
estas
carácter
autoexplicativo de la acción racional y el mundo de la vida
en que se basa: no hay ninguna fuerza exterior que la
conforme, sino que es lo específicamente humano, aquello
que permite la coordinación de las acciones.
De este modo, es posible justificar el carácter irreductible
de
las
diferentes
irreductibilidad,
modalidades
sostenida
de
racionalidad.
Esta
sociológicamente,
como
específica de la vida humana, no como fuerza externa, es la
clave
para
respo nder
al
problema
que
dejó
planteado
Durkheim.
Así, entonces, habría hallado una solución sociológica a la
“paradoja
de
Durkheim”,
pues
la
evolución
social
que
permite la dimanación de las reglas morales (es decir, el
predominio de la interacción, de la int ersubjetividad) no
hace necesarios, teóricamente, sus efectos desintegradores:
las
estructuras
del
contingentemente,
15
Habermas (2001): p. 376
mundo
sino
en
de
forma
la
vida
no
orientada,
varían
con
la
Apuntes de Estudios del Trabajo
diferenciación estructural de los componentes del mundo de
la vida –la cultura, la sociedad y la personalidad - :
“
cuanto
más
se
diferencian
los
componentes
estructurales del mundo de la vida y los procesos que
contribuyen a su mantenimiento, tanto más sometidos
quedan los contextos de interacción a las condiciones
de
un
entendimient o
racionalmente
motivado,
es
decir, a las condiciones de la formación de un
consenso que en última instancia se base en la
autoridad del mejor argumento” 16.
Esta condición de posibilidad del entendimiento, permite
conciliar
evolución
social
con
integració n
social.
La
paradoja de Durkheim ha hallado su solución en la teoría de
la acción comunicativa de Habermas.
Sin embargo, nos ha conducido a otro callejón sin salida, y
Habermas ha dado con una solución paradójica a su vez.
Las condiciones de entendimient o no significan carencia de
conflicto. Hay formas modernas de anomia. Pero su solución
está inscrita en la razón comunicativa:
16
Habermas (2003): p. 206
Apuntes de Estudios del Trabajo
“Tal autonomización sólo puede producirse en la
medida en que las coacciones de la reproducción
material dejen de ocultarse tras la máscara de un
acuerdo
normativo
básico
racionalmente
impenetrable, es decir, tras la autoridad de lo santo.
Un mundo de la vida racionalizado en este sentido se
reproduciría en modo alguno en formas exentas de
conflicto, pero los conflictos se presenta rían bajo su
verdadero nombre, ya no quedarían tapados por
convicciones que
no
son
capaces de
resistir la
prueba del discurso. En cualquier caso, ese mundo
de
la
vida
poseería
una
peculiar
transparencia,
porque sólo permitiría situaciones en que los actore s
adultos distinguirían con igual claridad entre acciones
orientadas
al
entendimiento
motivadas
y
éxito
y
que
entre
tomas
de
acciones
orientadas
actitudes
empíricamente
postura
de
afirmación
al
o
negación motivadas racionalmente” 17.
Para ésto, la irreducti bilidad es clave. El entendimiento,
corresponde al mundo de la vida, a la acción comunicativa,
que permitiría esta transparencia. Para ésto, debe ser
irreductible, quedar claramente delimitada, de la acción
17
Habermas (2003): p. 206
Apuntes de Estudios del Trabajo
teleológica, o acción racional con arreglo a fine s. Y así lo
sostiene Habermas:
“El entretejimiento de interacciones de que resulta la
red de la práctica comunicativa cotidiana constituye
el medio a través del que se reproducen la cultura, la
sociedad
y
reproducción
la
persona.
sólo
se
Tales
refieren
a
procesos
las
de
estructuras
simbólicas del mundo de la vida. De ellos hemos de
distinguir el mantenimiento del sustrato material de la
vida. La reproducción material se cumple a través del
medio
de
la
actividad
teleológica
con
que
los
individuos socializad os intervienen en el mundo para
realizar sus fines” 18.
Esta
irreductibilidad,
porque
se
ahora
autoexplica,
es
así
la
fundamentada,
clave
para
posible
entender
la
evolución social, y el paso a la modernidad:
“(...) el paso evolutivo hacia un nuevo contexto
institucional y una nueva forma de integración social.
Queda por responder la cuestión de cómo se da este
paso.
18
La
respuesta
Habermas (2003): p. 197
descriptiva
del
materialismo
Apuntes de Estudios del Trabajo
histórico afirma: por medio de conflictos sociales, por
medio de la lucha, de movimientos sociales y de
enfrentamientos políticos (que, cuando se producen
bajo las condiciones de una sociedad de clases, se
pueden
analizar
como
lucha
de
clases).
Pero
únicamente una respuesta analítica puede explicar
por qué da un paso evolutivo una sociedad y cómo es
posible que, bajo ciertas condiciones, las luchas
sociales lleven a una forma nueva de integración
social y, con ello, a un nuevo nivel de desarrollo de
la sociedad. La respuesta que propongo implica que
el
género
solamente
humano
de
en
la
cuanto
dimensión
tal
del
no
aprende
conocimiento
técnicamente valorable –decisivo para la expansión
de las fuerzas productivas -, sino
dimensión
de
la
conciencia
también en la
práctico -
moral
–
fundamental para las estructuras interactivas” 19.
En esta evolución histórica, se pro duce, como ha quedado
señalado,
el
doble
proceso
de
complejización
de
los
sistemas sociales y racionalización del mundo de la vida.
Lo que había sido unido –evolución social e integración
social-,
dando
solución
a
la
“paradoja
de
Durkheim”,
Habermas Jurgen (1981). “La reconstrucción del materialismo histórico”: p. 149. Taurus.
España.
19
Apuntes de Estudios del Trabajo
comienza a desconectarse. Habermas entra a un callejón
sin salida:
“Pues bien, esta tendencia a la generalización de los valores
desata en el plano de la interacción dos tendencias
contrapuestas. Cuanto más progresa la generalización de
motivos y valores, tanto más desligada queda la acción
comunicativa de patrones normativos de comportamiento
concretos y recibidos. Con esta desconexión, la carga de la
integración social se desplaza de manera cada vez más neta
del consenso de base religiosa hacia los procesos lingüísticos
de formación de consenso. Este cambio de polaridad en la
coordinación de la acción, coordinación que en adelante ha de
estribar sobre el mecanismo del entendimiento, hace que cada
vez aparezcan con más puridad las estructuras generales de la
acción orientada al entendimiento. En este aspecto, la
generalización de los valores es una condición necesaria para
el desencantamiento del potencial de racionalidad que la
acción comunicativa comporta. Lo cual es razón bastante para
entender la evolución de la moral y del derecho, de la que la
generalización de los valores depende, como un aspecto de la
racionalización del mundo de la vida.
Más, por otro lado, la emancipación de la acción
comunicativa respecto a orientaciones particulares de
Apuntes de Estudios del Trabajo
valor implica simultánea mente la separación entre
acción
orientada
al
éxito
y
acción
orientada
al
entendimiento. Con la generalización de motivos y
valores queda expedito el camino para la formación
de subsistemas de acción racional con arreglo a
fines. Sólo cuando se diferencian contextos de acción
estratégica
quedar
puede
asentada
la
coordinación
sobre
medios
de
de
la
acción
comunicación
deslingüistizados. Y así, mientras que la moral, ahora
desinstitucionalizada e interiorizada, a la postre sólo
liga ya la regulación de los con flictos de acción a la
idea de desempeño discursivo de pretensiones de
validez normativas, es decir, a los procedimientos y
presupuestos de la argumentación moral, el derecho
coactivo, vaciado de contenidos morales, impone un
aplazamiento de la legitimació n, que posibilita el
control de la acción social a través de medios
sistémicos.
En
desacoplamiento
esta
polarización
de
integración
se
refleja
el
sistémica
e
integración social” 20.
La irreductibilidad de las modalidades fundamentales de
racionalidad, condu cen a Habermas a un callejón sin salida.
20
Habermas (2003): p. 254/255
Apuntes de Estudios del Trabajo
El límite que ha señalado en Marcuse en su visión de la
ciencia como proyecto –y que es que así una forma de
racionalidad no sustituía a la otra -, se reproduce: pues
conviven en Habermas, sólo que en forma de ámbito s
irreductibles.
Es de este modo que puede aparecer la metáfora de la
colonización:
“A
medida
que
las
tendencias
que
aquí
hemos
esbozado se imponen en efecto en las sociedades
modernas desarrolladas, el poder estructural de los
imperativos sistémicos que atenta contra las formas
mismas
de
la
integración
social
ya
no
puede
ocultarse tras el gradiente de racionalidad que se da
entre los ámbitos de acción sacro y profano. La forma
moderna
de
entendimiento
es
demasiado
transparente como para asegurar al poder estructural
nicho alguno por vía de una restricción no percibida
de la comunicación. En esta situación es de esperar
que
la
competencia
entre
formas
de
integración
social y formas de integración sistémica resalte con
más visibilidad que hasta ahora. A la postre, los
mecanismos
sistémicos
acaban
desplazando
las
formas de integración social, incluso en aquellos
Apuntes de Estudios del Trabajo
ámbitos en que la coordinación de la acción en
términos de consenso no tiene sustitución alguna; es
decir, incluso allí donde lo que está en juego es la
reproducción
simbólica
del
mundo
de
la
vida.
Entonces la mediatización del mundo de la vida
adopta la forma de una colonización del mundo de la
vida” 21.
Al sepultar la categoría de trabajo, o reducirla al ámbito
irreductible de la acción teleológica, y otorgar la primacía a
la
interacción,
al
acuerdo
intersubjetivo
como
lo
específicamente humano, Habermas ha entrado entonces,
en un callejón sin salida.
Este nudo, ha intentado ser destrabado posteriormente. Un
camino ha sido el intento doble de, por u n lado, subsumir
los
ámbitos
irreductibles
de
las
racionalidad, a aspectos diversos de
modalidades
de
la acción, y por otro
lado, a afirmar el carácter social del trabajo, integrando las
categorías habermasianas de trabajo e interacción:
21
Habermas (2003): p. 279
Apuntes de Estudios del Trabajo
“A juicio nuestro, la propia teoría de la acción
comunicativa nos permitiría demostrar que más que
tipos de acciones distintas, lo que Habermas tematiza
con el término Trabajo
y el término Interacción
constituyen aspectos diversos de la acción, y en
virtud de los cuales l as acciones sociales pueden ser
evaluadas no sólo en términos de su racionalidad con
arreglo a fines. En este sentido es que pensamos que
el sociólogo alemán no parece considerar importante
lo que para Marx era central en la noción de trabajo,
esto es, su carácter social, es decir, el hecho que el
trabajo esté mediado simbólicamente y no responda
sólo
a
una
acción
puramente
instrumental.
Precisamente todo el contenido ético del comunismo
descansa en dicho carácter social del trabajo, tal
como lo esboza Marx en un conocido pasaje acerca
de una futura ‘asociación de hombres libres que
trabajen con medios colectivos de producción y que
desplieguen sus numerosas fuerzas individuales de
trabajo, con plena conciencia de lo que hacen, como
una gran fuerza de trabaj o social’. 22”
Aguilar, Omar (1998). “Trabajo e interacción: la crítica de Habermas a Marx”. Revista de la
Academia n° 3: p. 77-105
22
Apuntes de Estudios del Trabajo
Sin embargo, debemos pasar a la crítica del planteo de
Habermas respecto a la paradoja de Durkheim, y esta
solución
paradójica
de
Habermas:
la
condición
del
despliegue de la acción comunicativa –la generalización de
valores-, es al mismo tiem po catalización de la acción
racional
con
arreglo
a
fines,
que,
considerados
como
ámbitos irreductibles, se desacoplan ésta colonizando a
aquella. Al modo en que para Durkheim la división del
trabajo
es
condición
simultánea
y
paradójica
de
la
integración y desintegración social.
¿Qué
solución
paradojas
de
alternativa
Durkheim
es
y
posible
plantear
Habermas?
a
Reafirmar
las
la
centralidad de la categoría de trabajo –y su forma específica
en la sociedad capitalista - para resolver esta paradoja. Y
para
poder
profundidad
hacerlo,
en
la
es
necesario
categoría
de
explorar
trabajo,
con
mayo r
desde
cuatro
perspectivas diferentes: la primera, afirmar la centralidad de
la categoría de totalidad; la segunda, preguntarse por el
problema de la coordinación de la acción, y la integración
social -en el capitalismo ; la tercera, el esquema teórico que
viene predominando en la Sociología para pensar la realidad
social; la cuarta, el carácter de contradicción, en vez de
paradoja, de la categoría de trabajo.
Apuntes de Estudios del Trabajo
La primera perspe ctiva para explorar la centralidad de la
categoría de trabajo, requiere entenderla desde la categoría
de totalidad. Pero con esto no basta. Es necesario a su vez
entender la categoría de totalidad como la de una unidad
jerárquicamente diferenciada y contra dictoria. Es habitual
referirse a la totalidad de dos modos: un modo vago de
concebirla (todo tiene que ver con todo), o el modo idealista
(como unidad sin más). Por otro lado, es el caso de
Habermas en esta discusión, se rompe la categoría de
totalidad en ámbitos irreductibles. Concebir la categoría de
totalidad
como
unidad
jerárquicamente
diferenciada
y
contradictoria, permite establecer las relaciones internas de
sus elementos. En la vida social, y con relación a las
categorías aquí tratadas, con la cate goría de totalidad, a
diferencia de Habermas que las convierte en irreductibles,
se reconoce la importancia del trabajo y la interacción (el
lenguaje). Y a diferencia del modo vago e idealista, se
establece la primacía originaria, constituyente , del trabajo.
Quien
con
mayor
calidad
y
profundidad
teórica
ha
desarrollado el tema, ha sido Gyorgy Lukacs:
“Ya
hemos
visto
concientemente
que
la
ejecutada
posición
teleológica
produce
un
distanciamiento en el reflejo de la realidad; que con
Apuntes de Estudios del Trabajo
este distanciamiento nac e la relación sujeto -objeto en
el sentido estricto del término. Ambas cosas implican
simultáneamente el surgimiento de una captación
conceptual de los fenómenos reales y su expresión
adecuada
a
través
del
entender
correctamente
lenguaje.
la
Si
gén esis
queremos
de
tales
interrelaciones complejas y enrevesadas tanto en el
surgimiento mismo como en su evolución ulterior,
tenemos que partir del hecho de que, en todos los
casos en que se trata de auténticas transformaciones
del ser, la estructura total del compl ejo en cuestión
es algo primario frente a sus elementos. Estos sólo
pueden ser concebidos a partir de su interacción
dentro del complejo del ser respectivo, mientras que
sería
un
esfuerzo
vano
pretender
reconstruir
intelectualmente el propio complejo del ser a partir de
sus
elementos.
Se
arribaría,
de
esa
manera,
a
problemas aparentes, como el espantoso ejemplo
escolástico en que se pregunta si la gallina existió –
ontológicamente - antes que el huevo. Esta pregunta
podría hoy concebirse casi como un mero ch iste;
pero habría que reflexionar acerca de que la pregunta
sobre si la palabra ha surgido a partir del concepto o
viceversa, no se encuentra para nada más cerca de
Apuntes de Estudios del Trabajo
la realidad, es decir, no es más racional. Pues
palabra
y
concepto,
lenguaje
y
pensamiento
conceptual, conforman elementos interdependientes
del complejo: tanto el ser social como aquellos sólo
pueden ser concebidos de acuerdo con su verdadera
esencia, en el contexto de un análisis ontológico de
dicho
ser,
por
medio
del
conocimiento
de
las
funciones reales que ellos cumplen dentro de este
complejo. Naturalmente que, en todo sistema tal de
interrelaciones dentro de un complejo del ser, hay –
tal como ocurre en toda interrelación - un factor
dominante.
Este
carácter
surge
en
una
relación
puramente ontológica, independientemente de toda
jerarquía de valor: en tales interrelaciones, o bien los
momentos
individuales
recíprocamente
–como
en
pueden
condicionarse
el
ya
caso
citado
de
palabra y concepto, donde ninguno de los dos puede
estar
presente
sin
el
otro-,
o
bien
surge
un
condicionamiento tal que un factor constituye
la
condición para la gestación del otro, y esta relación
es irreversible. Así se relaciona el trabajo con los
factores
del
complejo
llamado
ser
social.
Una
derivación genética del lenguaj e o del pensamiento
conceptual a partir del trabajo es sin más imposible,
Apuntes de Estudios del Trabajo
ya que la consumación del proceso de trabajo le
presenta al sujeto que lo ejecuta exigencias que sólo
pueden ser cumplidas simultáneamente a través de la
transformación de las capaci dades y posibilidades
psicofísicas en cuanto al lenguaje y al pensamiento
conceptual presentes hasta entonces; mientras que
estas disposiciones no podrían ser concebidas, por
un
lado,
ontológicamente
en
sí
mismas
sin
las
exigencias laborales precedentes, n i, por otro, en
cuanto
condiciones
que
originan
el
proceso
de
trabajo. Es evidente por naturaleza que, una vez que
las
necesidades
surgimiento
del
del
trabajo
lenguaje
han
y
el
impulsado
el
pensamiento
conceptual, la evolución de estos tiene que mostrar
una interrelación ininterrumpida, indisoluble, y el
hecho de que el trabajo también constituye de ahí en
más el factor dominante, no anula la permanencia de
tales
interrelaciones,
sino
que
las
refuerza
e
intensifica. De esto se sigue necesariamente que
dentro de un complejo tal, debe tener lugar una
influencia ininterrumpida del trabajo sobre el lenguaje
y el pensamiento conceptual y viceversa - Sólo una
concepción tal de la génesis ontológica como un
complejo concretamente estructurado, puede aclarar
Apuntes de Estudios del Trabajo
también el hecho de que esa génesis es un salto (del
ser orgánico al ser social) y, al mismo tiempo, un
proceso prolongado que duró milenios” 23.
La
segunda
perspectiva,
plantea
ya
directamente
el
problema de la coordinación de la acción, de la integración
social,
en
el
capitalismo .
Se
puede
afirmar
que
la
especificidad de las relaciones sociales en el capitalismo,
que se estructuran y constituyen en la producción –por
medio
del
trabajo -
que
las
hace
posible,
es
su
naturalización.
“En realidad, el carácter de
valo r de los productos
del trabajo sólo se consolida al f uncionar como
magnitudes de valor. Estas cambian constantemente,
sin
que
en
ello
intervengan
la
voluntad,
el
conocimiento previo, ni los actos de las personas
entre
quienes
se
realiza
el
cambio.
Su
propi o
movimiento social cobra a sus ojos la forma de un
movimiento de cosas bajo cuyo control están, en vez
de ser ellos quienes las controlan. Y hace falta que la
producción de mercancías se desarrolle en toda su
integridad, para que de la propia experiencia nazca la
23
Gyorgy Lukacs (2004). Ontología del ser social. El Trabajo: p. 105/106. Ediciones
Herramienta. Argentina
Apuntes de Estudios del Trabajo
conciencia científica de que los trabajos privados que
se realizan independientemente los unos de los otros,
aunque guarden entre sí y en todos sus aspectos una
relación de mutua interdependencia, como eslabones
elementales que son de la división social del trabajo,
pueden reducirse constantemente a su grado de
proporción
social,
porque
en
las
proporciones
fortuitas y sin cesar oscilantes de cambio de sus
productos
reguladora
se
impone
del
siempre
tiempo
de
como
trabajo
ley
natural
socialmente
necesario para su producción, al modo como se
impone la ley de gravedad cuando se le cae a uno la
casa encima” 24.
Es por medio de este mecanismo -específico del capitalismo
y la modernidad -: la naturalización de la vida social en el
capitalismo,
que
coordinación
de
se
la
reconfi gura
acción
y
el
la
problema
integración
de
la
social,
otorgándole su carácter específico. Pues no se trata de
agentes externos (que cumplen un importante papel, como
el de la coerción y la hegemonía, en las representaciones
del Estado y la sociedad civil, por ejemplo en Gramsci; la
reducción psicológica de la internalización; etc), sino de las
24
Karl Marx (1973). El Capital, t. I: p. 40. Fondo de Cultura Económica. México.
Apuntes de Estudios del Trabajo
relaciones sociales mismas, tal como se dan en forma
concreta en el capitalismo, que es la sociedad que la
Sociología debe estudiar. Por lo mismo, establecer este
carácter específico ha de ser la tarea de la Sociología para
contribuir a comprender y actuar en la realidad que le toca
vivir.
Es desde aquí mismo que se puede dar paso a la solución
teórica y real, de la paradoja de Durkheim y Habermas. Pero
antes se requiere un paso previo.
La tercera perspectiva plantea este paso previo, que sólo
quedará mencionado. Es necesario pasar del esquema
teórico que ha pasado a predomina en la Sociología, el
esquema alter-ego, a un esquema basado en el anális is de
clase que las relaciones sociales de producción en el
capitalismo –por medio del trabajo - constituyen, dando lugar
a
las
clases
sociales.
¿Significa
que
se
suprime
al
individuo, y su carácter de agente, su capacidad de acción?.
No, significa sí que l e imprime su sello, determinándolo:
“(...) los agentes principales de este sistema de producción,
el capitalista y el obrero asalariado, no son como tales, más
que encarnaciones, personificaciones del capital y el trabajo
asalariado, determinados caracte res sociales que el proceso
Apuntes de Estudios del Trabajo
social de producción imprime a los individuos, producto de
estas determinadas relaciones sociales de producción” 25.
Habiendo dejada mencionada esta importante cuestión, se
puede dar paso a la cuarta perspectiva en esta exploraci ón
sobre la categoría del trabajo, que permite llegar a una
solución alternativa a la paradoja de Durkheim y Habermas:
porque la realidad del problema de la coordinación de la
acción
y
la
integración
social
–aquí:
en
la
sociedad
capitalista - que es planteada en forma paradójica –es decir:
como
problemas
paralelos,
sin
solución
posible:
sus
condiciones de posibilidad plantean al mismo tiempo las de
la
desintegración
social,
encuentran
solución
en
una
categoría que por si misma naturaleza es, no paradójica,
sino
que contradictoria: la categoría de trabajo en la
sociedad capitalista.
La categoría de trabajo, y su forma concreta en la sociedad
de clases capitalista, el trabajo asalariado, contiene (para
utilizar la terminología de Habermas), la inmanencia de la
contradicción, no la irreductibilidad, entre la posibilidad del
entendimiento y la asimetría.
La resolución de la contradicción, implica que la evolución
no
25
reside
en
el
paso
a
un
creciente
entendimiento
Karl Marx (1973). El Capital, t. III: p. 812. Fondo de Cultura Económica. México
Apuntes de Estudios del Trabajo
comunicativo que se encuentra ante un callejón sin salida al
eludir por definición (que no implica, como queda dicho,
ceguera,
sino
que
se
obvia
en
la
irreductibilidad)
la
contradicción constitutiva de la sociedad de clases sólo
aprehensible con la categoría de trabajo. Elusión que se
produce
inclusive
al
sostener
la
necesidad
de
la
repolitización, pues su base en la acción comunicativa
reproduce al nivel de la política el callejón sin salida al que
ha arribado Habermas.
La centralidad de la categoría de trabajo conduce a reponer
el problema de la evoluc ión y el proceso de la modernidad
en el nivel del enfrentamiento de intereses entre clases
sociales, la lucha de clases:
“el desarrollo es el resultado de la interacción de
grupos y clases sociales que tienen un modo de
relación que les es propio y, por t anto, intereses y
valores
distintos,
cuya
oposición,
conciliación
o
superación da vida al sistema socioeconómico. La
estructura social y política se va modificando en la
medida que distintas clases y grupos sociales logran
imponer sus intereses, su fuerza y su dominación al
conjunto de la sociedad” 26.
26
Cardoso y Faletto (1992). Desarrollo y dependencia. Siglo XXI Editores. México
Apuntes de Estudios del Trabajo
La caracterización de estos intereses enfrentados, y el tipo
de sociedad que les corresponda, es lo que permite bregar
por
uno
u
transparencia
otro,
y
es
necesaria
aquí
para
donde
resolver
puede
la
residir
la
“paradoja
de
Durkheim”. Pues la transparencia de Habermas conduce a
un ámbito de la acción racional que se encuentra colonizado
reponiendo la “paradoja de Durkheim”:
“A nosotros esas cuestiones se nos plantean en la forma de si
la racionalización del mundo de la vida no se torna paradójica
con el tránsito a la sociedad moderna: el mundo de la vida
racionalizado posibilita la aparición y aumento de subsistemas
cuyos imperativos autonomizados reobran destructivamente
sobre ese mismo mundo de la vida”27.
Los desarrollos histórico- concretos de los diversos intentos de imponer
intereses distintos de diferentes clases o sectores de clases, pueden
ser materia de otro estudio. Aquí baste consignar que –siendo todo
esto considerado desde un punto de vista teórico-, desde la perspectiva
de la categoría del trabajo, y su forma histórico concreta en la sociedad
de clases capitalista, el trabajo asalariado, es posible replantearse el
problema de la evolución social y la resolución de las contradicciones
27
Habermas (2003): p. 263
Apuntes de Estudios del Trabajo
características de la vida social, mientras que desde la perspectiva de
la acción comunicativa se termina en un callejón sin salida que
reproduce –como pudimos ver aquí- la “paradoja de Durkheim”.
La categoría de trabajo, entendida desde las cuatro perspectivas aquí
planteadas, integra tres importantes problemas que atañen a la teoría
sociológica en general, y al enfoque de Habermas en particular: la
categoría de totalidad como alternativa teórica a la atención en ámbitos
irreductibles de racionalidad (y/o sistemas, subsistemas y funciones); la
especificación de la naturalización de la vida social en la sociedad
capitalista como alternativa teórica para entender el problema de la
coordinación de la acción y la integración social (con las explicaciones
del giro lingüístico y las más propias de la tradición funcionalista); el
enfoque de las clases como alternativa teórica a la primacía del
esquema alter-ego. Por último, la categoría de contradicción como
alternativa a la de paradoja, y su forma práctica, la lucha de clases,
como categoría teórica que permite comprender la forma de solución
histórica-concreta para la resolución de los problemas centrales que
afectan la vida social, su estructura y su evolución.
10 de mayo de 2008
Apuntes de Estudios del Trabajo
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