fundamenta recurso de apelacion - se cite a prestar

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FUNDAMENTA RECURSO DE APELACION - SE CITE A INDAGATORIA A
JULIO
MIGUEL
DE
VIDO
–
SE
CITE
PRESTAR
DECLARACION
TESTIMONIAL A LA TITULAR DEL PODER EJECUTIVO NACIONAL –
MANTIENE RESERVA DE CASACION Y DEL CASO FEDERAL.-
Excma. Cámara:
GREGORIO JORGE DALBON, en representación de la
parte querellante, con domicilio legal constituido en Av. Córdoba 1335, 6º piso
escritorio "B", de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el expediente
Nº 32584, caratulado "Incidente de Apelación en autos Werba, Miguel
s/Descarrilamiento, Naufragio u otro incidente culposo" (Expediente Nº
1710/12/90), ante V.E. me presento y, respetuosamente, expongo:
I.- OBJETO
Que,
vengo
a
fundamentar
el
recurso
de
apelación
interpuesto por mi parte en contra de la resolución dictada con fecha 18 de
octubre del 2012 donde impugné:
a) La calificación legal atribuida a JUAN PABLO SCHIAVI para disponer
su procesamiento.
b)
La calificación legal atribuida a RICARDO RAUL JAIME para
disponer su procesamiento.
c) La calificación legal atribuida a ANTONIO GUILLERMO LUNA para
disponer su procesamiento.
d) La calificación legal atribuida a PEDRO OCHOA ROMERO para
disponer su procesamiento.
e) La falta de mérito dispuesta respecto de ANTONIO CIRIGLIANO.
f)
El sobreseimiento dispuesto respecto de ANTONIO EDUARDO
SICARO.
g)
El
sobreseimiento
dispuesto
respecto
de
MARCOS
ANTONIO
CORDOBA.
h)
El monto del embargo ordenado sobre los bienes y dinero de los
directivos de TBA S.A. y de las empresas vinculadas a la misma por
considerarlo exiguo.
i)
El monto del embargo ordenado sobre los bienes y dinero de JUAN
PABLO SCHIAVI, RICARDO RAUL JAIME, ANTONIO GUILLERMO LUNA y
PEDRO OCHOA ROMERO por
considerarlo exiguo en
base a la
calificación legal por la que corresponde disponer su procesamiento.
II.- HECHOS
Los hechos que conforman la investigación donde fue
dictada la providencia recurrida son los que tuvieron lugar el día 22 de febrero
del 2012, a las 8:30 horas, aproximadamente, oportunidad en la cual, el tren
Nº 3772 perteneciente a la línea Sarmiento, identificado con la chapa Nº 16,
que cumplía el servicio Moreno-Once al comando de su conductor, MARCOS
ANTONIO CORDOBA, al culminar su recorrido e ingresar a la estación Terminal
de Once por la plataforma Nº 2, no pudo ser detenido por el nombrado a causa
de la falta de mantenimiento de los mecanismos de frenado y de la acreditada
e inexcusable negligencia en la que el mismo incurrió al acceder a conducir la
formación,
transportando
a
miles
de
personas,
pese
a
tener
pleno
conocimiento de que dicha irregularidad podía derivar en una tragedia como la
que, finalmente, ocurrió al colisionar la formación contra el sistema de
paragolpes de contención del andén matando a 51 personas y lesionando a
más de 700.
III.- IMPUTACION
La investigación desplegada como consecuencia del evento
descripto dio lugar a que se formulen diversas imputaciones en función del
grado de responsabilidad que correspondía atribuirle a quienes fueron
sindicados como partícipes del mismo.
Una primera imputación fue dirigida en contra de los
directivos de la empresa concesionaria del servicio, Trenes de Buenos Aires
S.A., y del conductor de la formación, Marcos Antonio Córdoba, a quienes
se le endilgó "Integrar un grupo de personas que de manera sistemática y
organizada, detentando el control societario de la ex línea General Sarmiento
participaron en el hecho ocurrido el día 22 de febrero del 2012 consistiendo
dicha participación en la impropia utilización del material rodante, de la
infraestructura concesionada, del personal transferido y de los fondos que el
Estado Nacional puso a su disposición “…para ofrecer un mejor servicio del
transporte público de pasajeros…que sea a su vez eficiente, seguro, confiable y
que proporcione un servicio cuya calidad y frecuencia sea superior a la actual,
niveles de tarifas acordes a niveles de ingreso de la población, nuevas
inversiones en infraestructura, más seguridad y un entorno digno para los
trabajadores del servicio”. (Conf. Art. 1°.I “Declaraciones y Principios” de
las cláusulas del contrato de concesión de suscripto con relación a la
explotación del servicio ferroviario).
Posteriormente, la imputación referida fue ampliada en la
medida en la que se fueron incorporando a la causa nuevas probanzas
vinculadas al hecho investigado, resultando que, en función de las mismas, se
reprochó a los directivos de T.B.A. S.A. "...Haber integrado una asociación
estable en el tiempo...que con el propósito de realizar múltiples conductas
delictivas ha adoptado o participado en la toma de una seria de decisiones
ilegales e ilícitas a sabiendas que su cumplimiento afectaría severamente los
programas de mantenimiento de la infraestructura, del material rodante y el
entrenamiento del personal especializado ( que de por sí constituyen actos de
administración infiel por el uso indebido de fondos públicos por enriquecimiento
personal y del grupo empresario al que pertenece), a partir de contar con el
control societario de Trenes de Buenos Aires S.A....", enumerando la resolución
recurrida una larga serie de actos por los cuales se estima operada la
administración infiel reputada, que totalizarían una suma que supera los U$S
45.000.000
(cuarenta
y
cinco
millones
de
dólares
estadounidenses),
aproximadamente, de forma tal que dicho accionar impropio condujo a la
carencia de inversiones y a la falta de realización del mantenimiento apropiado
propiciando la producción del siniestro investigado.
Asimismo, al resultar acreditado que la producción del
evento también resultaba atribuible al accionar antijurídico de los funcionarios
pertenecientes a las reparticiones estatales que debían haber cumplido con el
deber de controlar el correcto funcionamiento del sistema de frenado de la
formación férrea siniestrada, se formuló imputación contra los mismos
basándose "en que durante la gestión desempeñada por los mismos como
funcionarios del Estado Nacional, con injerencia funcional directa respecto del
transporte ferroviario, no controlaron las condiciones de funcionamiento del
material rodante, de la infraestructura y la aplicación de los fondos públicos
que puso a su disposición el Estado Nacional que posibilitó el hecho del 22 de
febrero del 2012, siendo entre sus funciones se hallaba el control y la
fiscalización del transporte ferroviario de pasajeros, de modo de lograr mayor
seguridad, mejor operación y confiabilidad, para lo cual se encontraban
facultados para controlar el cumplimiento de las normas vigentes, respecto de
las vías e instalaciones fijas, del material rodante, de los materiales y
repuestos correspondientes, así como también de las obras y previsiones que
integraban el plan de inversión del concesionario." (arts. 3 y 9 del Decreto
1388/96 y estatuto de la CNRT).
IV.- PLEXO PROBATORIO
La
prueba
analizada
a
los
fines
de
determinar
la
responsabilidad de los distintos partícipes del hecho investigado ha sido
detalladamente descripta en el punto II de los considerandos del decisorio en
crisis, por lo que considero prudente remitirme a dicha pieza procesal para no
caer en repeticiones innecesarias.
V.- LOS PUNTOS MATERIA DE AGRAVIO
Al momento de motivar la apelación deducida en contra de
la resolución que dictaminó acerca de la situación procesal de aquellos que
fueron imputados en las actuaciones de marras sostuve que los motivos que
conformaban el agravio de esta querella son los que se detallan seguidamente.
V.a.-
La calificación legal atribuida a JUAN PABLO
SCHIAVI
Entiende el resolutorio en crisis que la responsabilidad que
corresponde atribuir a JUAN PABLO SCHIAVI, Secretario de Transporte en
funciones al momento en el que tuvo lugar el hecho investigado, es la que se
encuentra tipificada en el art. 248 del Código Penal de la Nación por violación
de sus deberes de "...Supervisar el control y fiscalización de los servicios de
transporte que se prestan a través de los diferentes modos vinculados al área
de su competencia, asegurando la calidad del servicio y la protección al usuario
en condiciones razonables de economicidad..." (Decreto Nº 1.142/03).
Se arriba a tal afirmación en base a las constancias
incorporadas al proceso, las que demuestran que las funciones a las que se
hace referencia no fueron cumplidas adecuadamente para controlar que la
empresa concesionaria del servicio público ferroviario de transporte de
pasajeros encargada del funcionamiento de la formación siniestrada preste
dicho servicio de acuerdo a mínimos estándares de seguridad.
Se refrenda tal postura remarcando que el funcionario no
tomó las medidas adecuadas tendientes a encausar la prestación de un servicio
que, conforme ha quedado demostrado, comprometía la seguridad de los
usuarios.
En el mismo sentido, y dado a que las probanzas no
permiten sostener lo contrario, se establece que resultan innumerables las
constancias que permiten establecer que los funcionarios investigados tenían
cabal conocimiento de la manera en la que T.B.A. S.A. se encontraba operando
el servicio ferroviario, circunstancia que se prolongó durante años sin que
fuese tomada ninguna medida tendiente a normalizar la prestación del servicio
que hubiera conducido a evitar que se produzca la tragedia que conforma el
objeto de la investigación.
Incluso, el fallo recurrido determina, de manera expresa,
que la falta de control y de adopción de medidas específicas para encausar el
servicio, en las que los funcionarios involucrados incurrieron, tanto los que se
desempeñaban en el cargo al momento de la tragedia como sus antecesores,
posibilitó que las autoridades de T.B.A. S.A. lleven a cargo las maniobras por
las que dichas autoridades han sido encartadas, comprensivas de los delitos de
asociación
ilícita,
defraudación
contra
la
administración
pública
por
administración fraudulenta y descarrilamiento agravado.
Yendo a lo específicamente estimado
respecto de la
conducta asumida por Schiavi, detallada en el punto VIII.2.1 del resolutorio en
crisis, se establece, en primer término que resultan objetivos de la Secretaría
que se encontraba a cargo del incuso "Entender en la elaboración, propuesta y
ejecución
de
la
política
nacional
en
materia
de
transporte
terrestre,
aerocomercial, fluvial y marítimo y actividades portuarias y de las vías
navegables, supervisando su cumplimiento y proponiendo el marco regulatorio
destinado a facilitar su ejecución (...) Entender en el funcionamiento de un
sistema integrado de transporte elaborando las medidas y coordinando las
acciones que permitan el desarrollo de los modos aéreo, terrestre, fluvial y
marítimo, así como del transporte multimodal, en condiciones de eficiencia, de
conformidad con la legislación y la normativa vigente. Promover los estudios y
acciones que tiendan al perfeccionamiento del sistema. (...)
Supervisar el
control y fiscalización de los servicios de transporte que se prestan a través de
los diferentes modos vinculados al área de su competencia, asegurando la
calidad del servicio y la protección al usuario en condiciones razonables de
economicidad." (Decreto 1.143/03).
Sumado a ello, se puso en resalto que el artículo 8.3 del
contrato de concesión establece que "...La seguridad del servicio y de los
pasajeros es un objetivo del concedente al que debe ayudar el concesionario",
mientras que el artículo 8.4
dispone que "...El servicio público objeto de
concesión será prestado teniendo especialmente en cuenta a su principal
destinatario: EL USUARIO, de modo de satisfacer las necesidades de demanda
detectadas y previsibles, a través de un servicio eficiente y confiable en
condiciones de seguridad y confort...".
Efectuada dicha apreciación el resolutorio recurrido hace
expresa mención a que las constancias correspondientes a los informes
emitidos por la Comisión Nacional de Regulación de Transporte ilustraban
acerca del panorama alarmante de las condiciones de seguridad del servicio
que prestaba T.B.A. S.A. desde, al menos, el año 2009, que exigían al
funcionario la aplicación de medidas tendientes a subsanar las irregularidades
detectadas, acción que jamás fue implementada por el mismo.
También se indicó que la conducta reprochada a Schiavi se
veía avalada por la omisión en la que el mismo había incurrido respecto de la
debida aplicación de las sanciones previstas en los artículos 16 y 18 inciso 5°
del contrato de concesión, que imponían la posibilidad de proceder a la
rescisión del contrato porque las multas aplicadas a la concesionaria, ya en el
año 2010, superaban el 30 % del monto integrado en garantía del contrato.
Asimismo, se reprocha a Schiavi no haber elaborado el
régimen de penalidades previsto en el Decreto N° 2.075/02, hecho que
posibilitó la existencia de un sistema libre de sanciones ante los numerosos y
ostensibles incumplimientos en los que la concesionaria incurrió respecto de los
términos del contrato.
En mérito a ello se advierte que el encausado no adoptó
medida de gestión alguna tendiente a proveer a la seguridad del servicio
entregado en concesión a T.B.A. S.A., siendo ello inexcusable dadas las
numerosas constancias que imponían la adopción de tales medidas.
V.b.- La calificación legal atribuida a RICARDO RAUL
JAIME
Al procederse a analizar la responsabilidad penal que le
compete reprochar a RICARDO RAUL JAIME, el resolutorio recurrido establece
que el mismo prestó funciones en la misma cartera en la que se desempeñó
JUAN PABLO SCHIAVI desde el mayo del año 2003 hasta el mes de junio del
año 2009.
A dicho funcionario se le endilga haber tenido perfecto
conocimiento de las deficiencias que afectaban la seguridad del servicio
entregado en concesión a T.B.A. S.A., ilustrándose ello con el propio informe
elaborado durante su gestión para rescindir los contratos de concesión de las
líneas Roca y Belgrano Sur donde se practicó una evaluación comparativa que
ponía en manifiesto el estado en el cual se prestaba el servicio por parte de la
primera de las nombradas.
El informe referido determinaba que la mayor cantidad de
infracciones cometidas por las concesionarias era atribuible a T.B.A. S.A. y
que, del mismo modo que el indicado en el subacápite que antecede respecto
de su predecesor, imponían a RICARDO RAUL JAIME haber dispuesto, en su
momento, la rescisión del contrato de concesión.
Se avala la postura asumida respecto del encartado a
través de una presentación efectuada por el Frente de Usuarios Desesperados
del Sarmiento ante la Secretaría de Transporte efectuada en el año 2007,
mediante la cual se daba cuenta de la existencia de más de 800 denuncias
realizadas por los usuarios del servicio relativas a las condiciones en las que el
mismo se prestaba.
Ello se ve adunado, a su vez, con los dictámenes emitidos
por la Auditoría General de la Nación que ponían de manifiesto la demora en la
que incurría la autoridad de aplicación respecto de las sanciones que
correspondía imponer a la concesionaria ante las múltiples irregularidades
detectadas, advirtiéndose también que durante la gestión del encartado se
desarrollaban obras a contrario del procedimiento establecido en el contrato de
concesión que redundaban en que las mismas se ejecuten sin el menor control.
Se establece que, a través de dichos mecanismos espurios
quedó evidenciado que el Estado Nacional tuvo que hacerse cargo de reparar
formaciones cuyo mantenimiento correspondía al concesionario, dando cuenta
ello de la mala administración que se hacía respecto de los subsidios
entregados a T.B.A. S.A. al tomar la autoridad de aplicación el financiamiento
de dichas obras.
V.c.- La calificación legal atribuida a ANTONIO
GUILLERMO LUNA
ANTONIO
GUILLERMO
LUNA
ocupaba
el
cargo
de
Subsecretario de Transporte al momento en el que ocurrió la tragedia,
habiendo ejercido dicha función desde el mes de julio del año 2006.
Los deberes de LUNA quedaron establecidos como los de
“…Intervenir en la elaboración, ejecución y control de políticas, planes y
programas referidos al transporte ferroviario, de carga y de pasajeros (…)
Elaborar y proponer políticas sobre permisos y/o concesión de explotación de
los servicios de transporte ferroviario (…) Intervenir en la planificación y
estructuración del transporte ferroviario en el área metropolitana de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires…”., con deberes análogos a los que se encontraban
a cargo de los Secretarios de Transporte en lo atinente a proveer a que dicho
servicio sea prestado en condiciones seguras en función de lo acordado en el
artículo 8.3 del contrato de concesión.
Respecto de LUNA se tiene por acreditado que el mismo
tuvo perfecto conocimiento de las irregularidades que afectaban la seguridad
del servicio donde, finalmente, ocurrió la tragedia, sin que se advierta que
haya adoptado temperamento alguno, tanto como para que la autoridad de
aplicación disponga medidas regulatorias complementarias como para que se
renegocie el contrato de concesión suscripto con T.B.A. S.A..
También se establece que dados los antecedentes de LUNA
como trabajador ferroviario, el mismo no podía desconocer las graves
irregularidades que afectaban a la línea siniestrada, destacándose que su
descargo no hace más que refrendar dicha circunstancia.
Finalmente se refiere que dado a haberse acreditado que
desde el año 2000 el Estado Nacional transfirió cerca de tres mil quinientos
millones de pesos a favor de T.B.A. S.A., la falta de aplicación de dichos fondos
al mantenimiento de los bienes entregados en concesión conformaba una
situación que se encontraba sujeta al control del encartado, por lo que resulta
inexcusable que el mismo no haya instado el arbitrio de los medios pertinentes
para revertirla.
V.d.- La calificación legal atribuida a PEDRO OCHOA
ROMERO
PEDRO OCHOA ROMERO se desempeñó como interventor de
la Comisión Nacional de Regulación del Transporte desde febrero del año 2004
hasta el mes de diciembre del 2007 fecha en la cual asumió el cargo ANTONIO
SICARO, hallándose sus funciones reguladas por el Decreto 1.388/96,
entendiéndose que se halla acreditado que, durante su gestión, el mismo no
cumplió adecuadamente con su obligación de controlar a la empresa
concesionaria en lo relativo a la seguridad operativa de los bienes entregados
en concesión, ni impulsó la aplicación de sanciones al verse evidenciada dicha
circunstancia, siendo ello avalado por los informes presentados por la Auditoría
General de la Nación.
Se establece que corresponde imputar la concurrencia de la
responsabilidad de OCHOA ROMERO a la tragedia investigada dado a que el
deterioro que presentaban las condiciones de seguridad de la línea ferroviaria
siniestrada se estima como consecuencia de las deficiencias de control
ocurridas durante su gestión.
V.e.- La falta de mérito de ANTONIO CIRIGLIANO
Al llegar a evaluar la situación procesal de ANTONIO
CIRIGLIANO,
asesor
administrativo
financiero
del
gerente
de
administración y finanzas de TBA S.A., el juez a quo señala que el plexo
probatorio reunido no resulta suficiente para establecer, con el grado de
certeza que exige la etapa procesal cursada, su responsabilidad frente a los
hechos enrostrados por lo que se estima prematuro adoptar un temperamento
incriminatorio o disponer su total desvinculación de la investigación, por lo que
decreta su falta de mérito.
Se agrega, en forma genérica, que los elementos colectados
resultan
insuficientes
para
vincularlo
con
las
maniobras
endilgadas,
específicamente en cuanto al manejo de los recursos económicos.
Se reconoce, por un lado, el conocimiento que ANTONIO
CIRIGLIANO, debía poseer con relación a como marchaba la empresa pero por
el otro se presume que el mismo no tuvo una intervención efectiva en la toma
de decisiones o en la aplicación de políticas espurias.
V.f.- El sobreseimiento de ANTONIO EDUARDO
SICARO
Al pasar a evaluarse la situación procesal de ANTONIO
EDUARDO SICARO interventor de la Comisión Nacional de Regulación de
Transporte desde fines del año 2007 hasta agosto del corriente año, se
establece que sus funciones se encontraban enmarcadas de conformidad con lo
reglamentado por el Decreto N° 1.388/96 que, en su artículo 9°, hace expresa
referencia a los objetivos fijados con relación a la seguridad del transporte por
vía férrea disponiendo que la Comisión “…tendrá como objetivo controlar el
cumplimiento de las normas vigentes, respecto de la vía e instalaciones fijas,
del material rodante y de los materiales y repuestos correspondientes, así
como de las obras y provisiones que integran el plan de inversiones del
concesionario. A los efectos de lo indicado en el párrafo precedente tendrá las
siguientes facultades: a) Fiscalizar con intervención de los organismos que en
cada caso correspondan, la adopción por parte de las empresas ferroviarias de
las medidas conducentes a la seguridad de los bienes afectados a la prestación
de los servicios ferroviarios a fin de garantizar su normal prestación y a la
protección de las personas y cosas transportadas. (…) d) Requerir información
a las empresas ferroviarias y efectuar inspecciones -in situ" para determinar el
grado de cumplimiento dado por ellos a las normas relativas a la seguridad en
la operación, en los materiales de vía, material rodante, estructuras y
equipamientos de seguridad incorporados y al mantenimiento de los mismos.
e) Ordenar a las empresas ferroviarias las acciones necesarias para dar
cumplimiento a las normas sobre seguridad ferroviaria, cuando se comprueben
deficiencias u omisiones en su aplicación.
f) Emitir órdenes de emergencia
dirigidas a las empresas ferroviarias. disponiendo medidas de aplicación
inmediata, incluso de ser necesario la interrupción de las operaciones
ferroviarias, cuando compruebe situaciones de peligro que justifiquen dicha
actitud, y emitir ordenes de emergencia que tiendan a evitar dichos riesgos.
g) Llamar la atención, apercibir o imponer multas a todo concesionario bajo su
jurisdicción que no cumpla con las disposiciones relativas a la seguridad o que
no preste la colaboración requerida a una orden de emergencia de conformidad
a
un
procedimiento
que
asegure
al
interesado
el
debido
proceso
administrativo. (…)i) Conducir o encomendar investigaciones técnicas sobre
materias relativas a la seguridad del transporte ferroviario. j) Emitir cuando lo
estime necesario boletines técnicos informativos y recomendaciones relativos a
la seguridad.”.
En base a dicho marco regulatorio, el a quo sostiene la
lectura de las constancias incorporadas a la causa en consonancia con el
descargo formulado por el mismo en ocasión de prestar declaración indagatoria
permiten
afirmar
que
ANTONIO
SICARO
cumplió
cabalmente
con
las
obligaciones a su cargo.
Sustenta ello en el dictado de la resolución N° 1770,
efectuado por el imputado a los pocos meses de haber asumido el cargo,
mediante la cual se exigía a los prestadores de servicios ferroviarios la
presentación anual del plan de mantenimiento que se exigiría al año siguiente,
considerándose una falta grave la no ejecución de dichos planes “…a los
efectos de instaurar en la prestación del servicio la previsibilidad necesaria
para garantizar la seguridad de las personas y bienes afectados a la
concesión…”.
También se sostiene que SICARO implementó un sistema de
inspecciones que no había sido practicado en forma previa, extremo que es
estimado como un cambio de paradigma con respecto al control del
concesionario.
Se señalan progresos en la forma de fiscalización y control y
la aplicación de una gran cantidad de multas a la concesionaria como
evidenciantes del debido cumplimiento de las funciones del imputado y, por
consiguiente, en la ausencia de responsabilidad.
Ello se refrenda por informes elevados por la Comisión a la
Secretaría y Subsecretaría de Transporte de la Nación donde se daba cuenta
de graves incumplimientos que afectaban la seguridad y a la falta de
cumplimiento de los planes de mantenimiento presentados.
Además se menciona la aplicación de “medidas regulatorias
adicionales” para que se encause la prestación del servicio dado a que el
sostenido decaimiento del material entregado en concesión ponía en riesgo la
seguridad del servicio.
V.g.- El sobreseimiento de MARCOS ANTONIO
CORDOBA
Al momento de analizar la situación procesal del conductor
de la formación siniestrada, MARCOS ANTONIO CORDOBA, en el punto
VII.1.17
de
la
resolución
recurrida,
se
adopta
desincriminante, disponiéndose su sobreseimiento.
un
temperamento
Se establece que el nombrado cumplía funciones como
conductor de trenes eléctricos desde los dos años anteriores al siniestro
habiéndose desempeñado previamente como pre-conductor de locomotoras
diesel que daban un total de cinco años de labores en favor de T.B.A. S.A..
Para emitir dictamen sobre CORDOBA el a quo se remite al
dictamen obtenido mediante la pericia técnica desarrollada que han dado
cuenta de las deplorables condiciones en las que circulaban los trenes
concedidos que redundaba en que estos tengan, de manera constante,
problemas de tracción y frenos que provocaban continuas suspensiones del
servicio, adunado ello con los testimonios brindados por otros conductores de
trenes eléctricos que fueron citados en la causa.
También se expresa que CORDOBA expuso, al momento de
prestar declaración indagatoria, que la formación siniestrada ya venía con
problemas de frenado que se habían evidenciado en las estaciones de Ramos
mejía, Liniers y Floresta, hallándose esto corroborado por en la filmación
obtenida en esta última estación, donde se observa claramente que la
formación se pasa de la línea de detención, obligándola a retroceder para que
los pasajeros puedan ascender y descender de la misma, reconociéndose esto
como pauta de que, pese a que el imputado no reportó el problema el mismo
ya existía en forma previa al arribo a la estación Once de Septiembre.
También se reconoce que la formación circulaba con el
freno de emergencia denominado “hombre muerto” desactivado justificándose
tal anomalía en que era una práctica habitual entre los conductores,
señalándose que CORDOBA sostuvo que aplicó los frenos de servicio en los
instantes previos a la tragedia al momento de prestar declaración indagatoria.
En cuanto a la velocidad de circulación de la formación en
los momentos previos a emprender la desaceleración necesaria para ingresar a
la estación Once de Septiembre de manera segura, se estima que no puede
achacarse responsabilidad alguna al imputado dado a que el puesto de
comando no contaba con velocímetro por lo que la velocidad debía ser
valorada a “ojo”.
Se adiciona también que ha quedado comprobado que el
imputado no conducía con presencia de alcohol en sangre y fue descartado que
el mismo padezca de epilepsia afirmándose que “NUNCA SE SABRA CON
CERTEZA ABSOLUTA” porque la formación siniestrada recorrió más de
trescientos metros a casi 27 km/h sin frenar reparando en que lo que sí se
sabe es que CORDOBA conducía un tren sobrecargado con un sistema de
frenos que carecía de dos compresores necesarios para asegurar su normal
funcionamiento y que tenía 7 de los ocho vagones asignados a su formación
con un excesivo diferimiento de su mantenimiento.
El
a quo sostiene, literalmente en el fallo recurrido “Este
tribunal que MARCOS CORDOBA no haya cometido algún error en esos críticos
momentos”.
Sin perjuicio de ello, emite dictamen considerando que se han
incorporado a las actuaciones elementos que permiten sostener que el mismo
no es responsable del siniestro investigado.
V.h.- El monto del embargo ordenado sobre los
bienes y dinero de los directivos de TBA S.A. y
de las empresas vinculadas a la misma.
El decisorio recurrido dispone la traba de embargo respecto
de los bienes y dinero de los procesados indicados que, respecto de ellos, sigue
un criterio restrictivo teniendo en cuenta la finalidad del proceso penal,
orientando la afectación de bienes a principios de necesidad y proporcionalidad
para evitar provocar gravámenes irreparables dado el carácter provisional del
auto de mérito.
En base a ello, describiendo los distintos ítems que
conforman las costas del proceso, aduciendo tomar en cuenta el interés de las
víctimas, contemplando eventuales indemnizaciones civiles y costas, citando
fallos que, aisladamente fijaron montos resarcitorios en concepto de daños y
perjuicios, y evaluando la pena pecuniaria que corresponde imponer por el mal
manejo de los fondos transferidos a la concesionaria por el Estado Nacional, la
resolución apelada dispone la traba de embargo por un monto de $
600.000.000.- (seiscientos millones de pesos).
V.i.- El monto del embargo ordenado sobre los
bienes y dinero de los funcionarios públicos.
Con relación al monto fijado en concepto de embargo
a trabarse sobre los bienes y dinero de aquellos funcionarios públicos que
resultaron encartados en el proceso, la resolución recurrida refiere que el
mismo fue fijado teniendo en cuenta las condiciones de vida de aquellos y las
eventuales costas del proceso.
VI.- LOS AGRAVIOS CAUSADOS
VI.a.- Gravamen relativo al alcance del
procesamiento de los funcionarios públicos.
Uno de los gravámenes que emergen en perjuicio de esta
querella respecto de los puntos enumerados en el acápite anterior es que, tal
como fuera consignado al momento de motivar la apelación, la responsabilidad
de los funcionarios públicos que, hasta el momento se han visto involucrados
en el proceso, no puede quedar restringida a una simple violación de sus
deberes como tales.
Ello debe, categóricamente, ser estimado de tal manera
dado a que ha quedado acabadamente demostrado en la causa que la
consecuencia directa de dicha violación de deberes produjo, en primer lugar,
el descarrilamiento agravado que condujo a la muerte a 51 personas y provocó
lesiones a más de 700, y, en segundo término, la perpetración contribuyó al
armado de una asociación ilícita destinada a administrar fraudulentamente los
fondos suministrados por el Estado Nacional en perjuicio de la administración
pública.
Por lo tanto, mal puede determinarse que los funcionarios
públicos que, hasta ahora, se han visto involucrados en el hecho no sean
considerados partícipes de los delitos reprimidos por los artículos 191 inciso 4°,
210 y 174 inciso 5° del Código Penal de la Nación.
Entiende esta querella que las pruebas incorporadas al
legajo llevan a concluir que los directivos de T.B.A. S.A. jamás pudieron
perpetrar los delitos que se le endilgan sin la necesaria participación de los
funcionarios que han sido encartados en el proceso, por lo que corresponde
que los mismos sean procesados por su innegable participación en dichos
ilícitos.
La falta de control del destino de las millonarias sumas
asignadas por el Estado Nacional a favor de la concesionaria del servicio donde
tuvo lugar el siniestro resulta por demás evidente de que existió una voluntad
arteramente orquestada para que los destinatarios de dichos fondos puedan
realizar a su propio gusto y placer lo que quisieran con los mismos violando de
manera pública y notoria las obligaciones asumidas en el contrato de
concesión.
En virtud de ello considerar que la responsabilidad de los
funcionarios públicos se agota en la simple violación de sus deberes constituye
una falacia que, bajo ningún aspecto, puede ser convalidada por V.E..
Por
tal
motivo,
se
impone
responsabilizar
a
dichos
funcionarios, no sólo por haber violado sus deberes como tales, sino por
encontrarse plenamente acreditado que dicha violación condujo a que se
consume el descarrilamiento fatal que conforma el objeto de la investigación
por haber sido parte de la asociación ilícita que dicha investigación desplegada
permitió descubrir organizada para defraudar a la administración pública.
A
mayor
abundamiento,
debo
señalar
que
la
propia
resolución recurrida ha entendido, en sus considerandos, que existió una
asociación ilícita organizada por los accionistas, directivos y gerentes
actuantes en TBA S.A. que generaron una "cadena de felicidad"
destinada a enriquecer de manera ilícita y espuria a una serie de
empresas vinculada entre sí y pergeñadas alrededor de Sergio Claudio
Cirigliano, Mario Francisco Cirigliano y el Grupo Plaza, destinadas a
maximizar sus ganancias personales más allá de toda avaricia posible.
(Foja 25 de la resolución).
Seguido a ello, la propia resolución reconoce que este
accionar solo fue posible por la inacción parcial de los mecanismos de
control
y
los
funcionarios
que
con
competencia
administrativa
específica en el área de transporte, quienes no sólo no realizaron los
controles que, en tiempo y forma, debían implementar, sino que,
además, cuando estos detectaban alguna anormalidad omitieron
accionar en consecuencia. (Foja 26 de la resolución).
Asimismo, la misma resolución remarcó que los
subsidios utilizados para financiar las cuestiones operativas del
servicio ferroviario entregado en concesión modificaron la base fáctica
del contrato ya que dichos fondos fueron asignados sin ninguna
supervisión especial para que el operador privado, T.B.A. S.A. los
utilizara como si fueran parte de la explotación del servicio.
La resolución también hace expresa referencia a que
ningún funcionario público se percató de introducir las modificaciones
contractuales necesarias para que el concesionario tuviera como
manda contractual que la aplicación de los fondos públicos queden
limitados a una serie de procedimientos que aseguren su aplicación a
los fines de la concesión. (Foja 22 de la resolución).
Finalmente,
el
decisorio
recurrido
establece,
de
manera expresa, que han existido múltiples alarmas que han dado
cuenta de que podía producirse un siniestro como el que conforma el
objeto de la investigación y que las mismas no fueron tomadas en
cuenta ni por la empresa, ni por la mayor parte de las autoridades
estatales encargadas de controlar el transporte ferroviario. (Foja 30
de la resolución).
Es
así
que,
dada
la
inexorable
concurrencia
de
las
circunstancias que aquí describo, plenamente acreditada con las constancias
obrantes en la causa, solicito a V.E. que disponga modificar el procesamiento
dispuesto respecto de los funcionarios públicos que, hasta ahora, han resultado
procesados, de conformidad con los términos enunciados en el presente
acápite.
VI.b.- La falta de mérito de ANTONIO CIRIGLIANO
Asimismo, resulta poco menos que sorprendente que dado
el cariz económico en el que se centró la investigación, quien resultaba ser el
asesor administrativo financiero del gerente de administración y
finanzas de TBA S.A. sea considerado como una persona ajena a los manejos
espurios de los fondos asignados a dicha empresa.
En virtud de ello, dado a que lo dispuesto en tal sentido por
el resolutorio recurrido resulta carente de toda lógica, solicito a V.E. que
disponga el procesamiento de ANTONIO CIRIGLIANO por resultar, por demás
obvio, que en el cumplimiento de las funciones que ejercía, su participación en
los delitos por los cuales fueron procesados los demás integrantes de la
sociedad en la que actuaba debe considerarse consumada en base al basto
plexo probatorio incorporado al proceso.
VI.c.- El sobreseimiento de ANTONIO EDUARDO
SICARO
También resulta contrario a toda lógica que se estime que
quien cumplía la función de INTERVENTOR DE LA COMISION NACIONAL DE
REGULACION DE TRANSPORTE desde el año 2009 hasta el momento en el que
ocurrió la tragedia haya sido sobreseído por considerarse que obró dando
cumplimiento a los deberes atinentes a su función.
Tal afirmación contradice las fundadas y concluyentes
consideraciones expuestas en el mismo auto de procesamiento para adoptar
un temperamento incriminatorio respecto de los restantes funcionarios
públicos.
En el sentido expresado, debo remarcar que el propio
decreto 1388/96, en su artículo 8° establece que son funciones de la Comisión
Nacional de Regulación del Transporte para el control del transporte ferroviario
“a) Aplicar y hacer cumplir los contratos de concesión de transporte ferroviario
metropolitano e interurbano de pasajeros y de cargas de acuerdo a lo
establecido en la normativa vigente.
b) Fiscalizar las actividades de las
empresas a cuyo cargo se encuentre la operación de los servicios ferroviarios,
en cuanto al cumplimiento de las obligaciones que surgen de la normativa
aplicable, en los siguientes aspectos: I) La certificación del avance de las obras
y provisiones del Programa de Inversiones y la recepción provisoria y definitiva
de las mismas, interviniendo en el trámite de recepción de los bienes que sean
dados de baja por el concesionario en el curso de la Concesión. II) La ejecución
de los programas de mantenimiento de la infraestructura y del material
rodante. III) La vigilancia y conservación de todos los bienes integrantes de la
concesión según los estándares y criterios convenidos. IV) El cumplimiento de
los contratos en cuanto a la explotación de los bienes afectados a la
concesión… VII) El control de los servicios prestados por los concesionarios de
servicios bajo su jurisdicción a fin de asegurar su ejecución acorde con lo
establecido en los contratos de concesión en lo relativo a la cantidad y calidad
de la oferta, atendiendo las quejas y reclamos de los usuarios. VIII) La
verificación de la efectividad de las garantías de cumplimiento de los contratos
y la vigencia de las pólizas de seguros establecidas en los contratos de
concesión.”
Resulta evidente, a la luz de la basta prueba incorporada al
proceso, que ninguna de las funciones precedentemente enunciadas fue
cumplida por ANTONIO EDUARDO SICARO durante los años en los que
transcurrió gestión, por lo que el esforzado argumento defensista esbozado en
el propio auto de procesamiento que he recurrido debe desestimarse ante tan
clara evidencia incriminatoria.
Por lo tanto, resulta procedente solicitar a V.E. que
disponga el procesamiento de ANTONIO EDUARDO SICARO por la comisión de
los delitos reprimidos por los arts. 174 incisos 5 °, 191 inciso 4 °, 210 y 248
del Código Penal de la Nación.
VI.d.-El sobreseimiento de MARCOS ANTONIO
CORDOBA
Tal como fue expuesto por esta querella oportunamente, no
puede escapar a su asombro que el conductor de la formación siniestrada no
haya sido procesado al encontrarse comprobado que el mismo resulta ser
autor penalmente responsable del delito reprimido por el artículo 191 inciso 4°
del Código Penal de la Nación.
Se encuentra plenamente acreditado en la causa que
Córdoba tenía pleno conocimiento de las graves fallas que habían afectado a la
formación siniestrada durante el viaje que culminó con la tragedia investigada
en la causa.
Sólo basta con observar la filmación obtenida en la estación
Floresta para verificar que el tren falló al frenar siguiendo de largo del andén
destinado para tal fin.
Se encuentra también plenamente acreditado en la causa
que CORDOBA no reportó las graves fallas que afectaba a la formación
siniestrada durante el transcurso de su viaje, para recibir las instrucciones
pertinentes, tal como resulta ser su obligación.
Ha sido concluyentemente comprobado que la formación
siniestrada tenía anulado un dispositivo de freno de emergencia y que
CORDOBA tenía pleno conocimiento de ello.
Debe determinarse que la concurrencia de las circunstancias
descriptas han sido determinantes para que la tragedia se produzca y era ni
más ni menos que CORDOBA la persona que pudo haberlo evitado de haber
obrado diligentemente cumpliendo con su deber de cuidado.
Por
lo
tanto,
no
cabe
otra
cosa
que
revocar
el
sobreseimiento dispuesto respecto del conductor de la formación siniestrada
decretando su procesamiento por ser autor penalmente responsable del delito
reprimido por el artículo 191 inciso 4° del Código Penal de la Nación.
VI.e.- Monto de los embargos
Finalmente, debe asimismo, estimarse que el monto de los
embargos dispuestos sobre el patrimonio de los encartados resulta exiguo a la
luz de lo que establece el artículo 518 del C.P.P.N..
Ello debe, indefectiblemente, considerarse de tal manera
porque la suma de $ 600.000.000 (seiscientos millones de pesos) no resulta
suficiente para garantizar la pena pecuniaria, la indemnización civil y las costas
del proceso.
En el sentido expuesto resulta útil poner en resalto que, tal
como ha quedado acreditado en la causa, T.B.A. S.A. manejó, de manera
espuria, una suma superior a los $ 3.000.000.000 (tres mil millones de pesos),
representando, por lo tanto, la suma fijada para disponer la traba de embargo
sobre los bienes y el patrimonio de los encartados sólo una fracción de dicha
suma.
Consecuentemente, solicito a V.E. que disponga aumentar
la suma por la que procede disponer la traba de embargo de los procesados en
una suma equivalente a la que le fue transferida a la concesionaria en
concepto de subsidios, dado a que resulta razonable estimar que la misma será
suficiente para garantizar la pena pecuniaria, la indemnización civil y las costas
del proceso, dad a la enorme magnitud de la tragedia.
Asimismo, dado a que, de conformidad con lo expuesto en
el presente libelo, la calificación legal por la que debe prosperar el
procesamiento de los funcionarios públicos involucrados en el hecho no debe
diferir de aquella por la que resultaron procesados los directivos de T.B.A. S.A.
solicito a V.E. que se fije el mismo monto de embargo respecto del patrimonio
de aquellos.
VII.- SOLICITA INDAGATORIA DE JULIO MIGUEL DE
VIDO
Dado a que resulta notoria y manifiesta la responsabilidad
que
corresponde
atribuir
a
quien
ejercía
funciones
como
Ministro
de
Planificación Federal durante el transcurso de los años en los que se
desarrollaron las innumerables irregularidades por las que han sido y deben
continuar procesados los funcionarios que se encontraban ejerciendo funciones
bajo su supervisión cargo en el marco de la presente causa, puesto que así
lleva a concluir la basta prueba incorporada al proceso, estimo prudente apelar
al altísimo criterio de V.E. requerir que ordene al a quo que disponga la
citación a indagatoria de JULIO MIGUEL DE VIDO en orden a la comisión de los
delitos reprimidos por los artículos 174 inciso 5°, 191 inciso 4°, 210 y 248 del
Código Penal de la Nación, conforme fue solicitado por esta querella en
múltiples oportunidades siendo ignorado por el magistrado que entiende en la
causa.
A los fines aquí solicitados me remito a las precisiones
detalladas en los puntos que anteceden respecto de la debida y necesaria
participación de los funcionarios públicos en los delitos cuya comisión ha
quedado acreditada en la causa a los fines de no caer en reiteraciones
innecesarias.
VIII.-
SE CITE A PRESTAR DECLARACION
TESTIMONIAL
Del mismo modo, dado a que los resultados de la
investigación desplegada en la causa han desenmascarado una maniobra de
magnitudes
inimaginables
e
insospechadas,
poniendo
al
descubierto
mecanismos a través de los cuales multimillonarias sumas transferidas por el
Estado Nacional durante años, que debían haber sido utilizadas para que la
empresa concesionaria mejore la infraestructura del servicio ferroviario que le
fue
entregado
en
concesión,
fueron,
en
realidad,
utilizadas
para
el
enriquecimiento ilícito de los directivos de dicha empresa ante la absoluta
pasividad de los funcionarios públicos que tenían la obligación de controlar que
ello no suceda, apelo al alto criterio de V.E. para requerir que disponga el
arbitrio de los medios necesarios para citar la titular del Poder Ejecutivo
Nacional, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, para que explique:
a) Porqué los funcionarios a su cargo no controlaron el
destino de más de $ 3.000.000.000 (Tres mil millones de pesos) transferidos
por el Estado Nacional a favor de T.B.A. S.A. desde el año 2000 hasta la fecha
en la que se le retiró concesión, y
b) Cómo es que, dada la magnitud de la maniobra
descubierta, los funcionarios a su cargo no efectuaron denuncia alguna con
relación a la utilización de los fondos transferidos para fines distintos a los que
se había convenido en el contrato de concesión.
IX.-
MANTIENE RESERVA DE CASACION Y DEL CASO
FEDERAL
Ante el hipotético caso de que las resoluciones que se
dicten como consecuencia de la interposición del presente recurso importen
incurrir en supuestos que habiliten la interposición de recurso de casación o
extraordinario federal, formulo expresa reserva de interponer los mismos en
base a las normas habilitan su interposición.
X.- PETITORIO
En mérito a lo expuesto, a V.E. solicito:
1.- Tener por fundamentada la apelación deducida por esta
querella en lo que resulta materia de agravio.
2.-
Oportunamente, haga lugar al recurso de apelación
interpuesto en los términos solicitados en el punto VI del presente libelo.
3.- Ordene la citación a indagatoria de JULIO MIGUEL DE
VIDO.
4.-
Disponga citar a prestar declaración testimonial a la
titular del Poder Ejecutivo Nacional.
5.- Se tengan presentes las reservas de casación y del caso
federal formuladas en el punto IX.
Proveer de conformidad,
SERA JUSTICIA.-
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