FUNDAMENTA RECURSO DE APELACION - SE CITE A INDAGATORIA A JULIO MIGUEL DE VIDO – SE CITE PRESTAR DECLARACION TESTIMONIAL A LA TITULAR DEL PODER EJECUTIVO NACIONAL – MANTIENE RESERVA DE CASACION Y DEL CASO FEDERAL.- Excma. Cámara: GREGORIO JORGE DALBON, en representación de la parte querellante, con domicilio legal constituido en Av. Córdoba 1335, 6º piso escritorio "B", de esta Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en el expediente Nº 32584, caratulado "Incidente de Apelación en autos Werba, Miguel s/Descarrilamiento, Naufragio u otro incidente culposo" (Expediente Nº 1710/12/90), ante V.E. me presento y, respetuosamente, expongo: I.- OBJETO Que, vengo a fundamentar el recurso de apelación interpuesto por mi parte en contra de la resolución dictada con fecha 18 de octubre del 2012 donde impugné: a) La calificación legal atribuida a JUAN PABLO SCHIAVI para disponer su procesamiento. b) La calificación legal atribuida a RICARDO RAUL JAIME para disponer su procesamiento. c) La calificación legal atribuida a ANTONIO GUILLERMO LUNA para disponer su procesamiento. d) La calificación legal atribuida a PEDRO OCHOA ROMERO para disponer su procesamiento. e) La falta de mérito dispuesta respecto de ANTONIO CIRIGLIANO. f) El sobreseimiento dispuesto respecto de ANTONIO EDUARDO SICARO. g) El sobreseimiento dispuesto respecto de MARCOS ANTONIO CORDOBA. h) El monto del embargo ordenado sobre los bienes y dinero de los directivos de TBA S.A. y de las empresas vinculadas a la misma por considerarlo exiguo. i) El monto del embargo ordenado sobre los bienes y dinero de JUAN PABLO SCHIAVI, RICARDO RAUL JAIME, ANTONIO GUILLERMO LUNA y PEDRO OCHOA ROMERO por considerarlo exiguo en base a la calificación legal por la que corresponde disponer su procesamiento. II.- HECHOS Los hechos que conforman la investigación donde fue dictada la providencia recurrida son los que tuvieron lugar el día 22 de febrero del 2012, a las 8:30 horas, aproximadamente, oportunidad en la cual, el tren Nº 3772 perteneciente a la línea Sarmiento, identificado con la chapa Nº 16, que cumplía el servicio Moreno-Once al comando de su conductor, MARCOS ANTONIO CORDOBA, al culminar su recorrido e ingresar a la estación Terminal de Once por la plataforma Nº 2, no pudo ser detenido por el nombrado a causa de la falta de mantenimiento de los mecanismos de frenado y de la acreditada e inexcusable negligencia en la que el mismo incurrió al acceder a conducir la formación, transportando a miles de personas, pese a tener pleno conocimiento de que dicha irregularidad podía derivar en una tragedia como la que, finalmente, ocurrió al colisionar la formación contra el sistema de paragolpes de contención del andén matando a 51 personas y lesionando a más de 700. III.- IMPUTACION La investigación desplegada como consecuencia del evento descripto dio lugar a que se formulen diversas imputaciones en función del grado de responsabilidad que correspondía atribuirle a quienes fueron sindicados como partícipes del mismo. Una primera imputación fue dirigida en contra de los directivos de la empresa concesionaria del servicio, Trenes de Buenos Aires S.A., y del conductor de la formación, Marcos Antonio Córdoba, a quienes se le endilgó "Integrar un grupo de personas que de manera sistemática y organizada, detentando el control societario de la ex línea General Sarmiento participaron en el hecho ocurrido el día 22 de febrero del 2012 consistiendo dicha participación en la impropia utilización del material rodante, de la infraestructura concesionada, del personal transferido y de los fondos que el Estado Nacional puso a su disposición “…para ofrecer un mejor servicio del transporte público de pasajeros…que sea a su vez eficiente, seguro, confiable y que proporcione un servicio cuya calidad y frecuencia sea superior a la actual, niveles de tarifas acordes a niveles de ingreso de la población, nuevas inversiones en infraestructura, más seguridad y un entorno digno para los trabajadores del servicio”. (Conf. Art. 1°.I “Declaraciones y Principios” de las cláusulas del contrato de concesión de suscripto con relación a la explotación del servicio ferroviario). Posteriormente, la imputación referida fue ampliada en la medida en la que se fueron incorporando a la causa nuevas probanzas vinculadas al hecho investigado, resultando que, en función de las mismas, se reprochó a los directivos de T.B.A. S.A. "...Haber integrado una asociación estable en el tiempo...que con el propósito de realizar múltiples conductas delictivas ha adoptado o participado en la toma de una seria de decisiones ilegales e ilícitas a sabiendas que su cumplimiento afectaría severamente los programas de mantenimiento de la infraestructura, del material rodante y el entrenamiento del personal especializado ( que de por sí constituyen actos de administración infiel por el uso indebido de fondos públicos por enriquecimiento personal y del grupo empresario al que pertenece), a partir de contar con el control societario de Trenes de Buenos Aires S.A....", enumerando la resolución recurrida una larga serie de actos por los cuales se estima operada la administración infiel reputada, que totalizarían una suma que supera los U$S 45.000.000 (cuarenta y cinco millones de dólares estadounidenses), aproximadamente, de forma tal que dicho accionar impropio condujo a la carencia de inversiones y a la falta de realización del mantenimiento apropiado propiciando la producción del siniestro investigado. Asimismo, al resultar acreditado que la producción del evento también resultaba atribuible al accionar antijurídico de los funcionarios pertenecientes a las reparticiones estatales que debían haber cumplido con el deber de controlar el correcto funcionamiento del sistema de frenado de la formación férrea siniestrada, se formuló imputación contra los mismos basándose "en que durante la gestión desempeñada por los mismos como funcionarios del Estado Nacional, con injerencia funcional directa respecto del transporte ferroviario, no controlaron las condiciones de funcionamiento del material rodante, de la infraestructura y la aplicación de los fondos públicos que puso a su disposición el Estado Nacional que posibilitó el hecho del 22 de febrero del 2012, siendo entre sus funciones se hallaba el control y la fiscalización del transporte ferroviario de pasajeros, de modo de lograr mayor seguridad, mejor operación y confiabilidad, para lo cual se encontraban facultados para controlar el cumplimiento de las normas vigentes, respecto de las vías e instalaciones fijas, del material rodante, de los materiales y repuestos correspondientes, así como también de las obras y previsiones que integraban el plan de inversión del concesionario." (arts. 3 y 9 del Decreto 1388/96 y estatuto de la CNRT). IV.- PLEXO PROBATORIO La prueba analizada a los fines de determinar la responsabilidad de los distintos partícipes del hecho investigado ha sido detalladamente descripta en el punto II de los considerandos del decisorio en crisis, por lo que considero prudente remitirme a dicha pieza procesal para no caer en repeticiones innecesarias. V.- LOS PUNTOS MATERIA DE AGRAVIO Al momento de motivar la apelación deducida en contra de la resolución que dictaminó acerca de la situación procesal de aquellos que fueron imputados en las actuaciones de marras sostuve que los motivos que conformaban el agravio de esta querella son los que se detallan seguidamente. V.a.- La calificación legal atribuida a JUAN PABLO SCHIAVI Entiende el resolutorio en crisis que la responsabilidad que corresponde atribuir a JUAN PABLO SCHIAVI, Secretario de Transporte en funciones al momento en el que tuvo lugar el hecho investigado, es la que se encuentra tipificada en el art. 248 del Código Penal de la Nación por violación de sus deberes de "...Supervisar el control y fiscalización de los servicios de transporte que se prestan a través de los diferentes modos vinculados al área de su competencia, asegurando la calidad del servicio y la protección al usuario en condiciones razonables de economicidad..." (Decreto Nº 1.142/03). Se arriba a tal afirmación en base a las constancias incorporadas al proceso, las que demuestran que las funciones a las que se hace referencia no fueron cumplidas adecuadamente para controlar que la empresa concesionaria del servicio público ferroviario de transporte de pasajeros encargada del funcionamiento de la formación siniestrada preste dicho servicio de acuerdo a mínimos estándares de seguridad. Se refrenda tal postura remarcando que el funcionario no tomó las medidas adecuadas tendientes a encausar la prestación de un servicio que, conforme ha quedado demostrado, comprometía la seguridad de los usuarios. En el mismo sentido, y dado a que las probanzas no permiten sostener lo contrario, se establece que resultan innumerables las constancias que permiten establecer que los funcionarios investigados tenían cabal conocimiento de la manera en la que T.B.A. S.A. se encontraba operando el servicio ferroviario, circunstancia que se prolongó durante años sin que fuese tomada ninguna medida tendiente a normalizar la prestación del servicio que hubiera conducido a evitar que se produzca la tragedia que conforma el objeto de la investigación. Incluso, el fallo recurrido determina, de manera expresa, que la falta de control y de adopción de medidas específicas para encausar el servicio, en las que los funcionarios involucrados incurrieron, tanto los que se desempeñaban en el cargo al momento de la tragedia como sus antecesores, posibilitó que las autoridades de T.B.A. S.A. lleven a cargo las maniobras por las que dichas autoridades han sido encartadas, comprensivas de los delitos de asociación ilícita, defraudación contra la administración pública por administración fraudulenta y descarrilamiento agravado. Yendo a lo específicamente estimado respecto de la conducta asumida por Schiavi, detallada en el punto VIII.2.1 del resolutorio en crisis, se establece, en primer término que resultan objetivos de la Secretaría que se encontraba a cargo del incuso "Entender en la elaboración, propuesta y ejecución de la política nacional en materia de transporte terrestre, aerocomercial, fluvial y marítimo y actividades portuarias y de las vías navegables, supervisando su cumplimiento y proponiendo el marco regulatorio destinado a facilitar su ejecución (...) Entender en el funcionamiento de un sistema integrado de transporte elaborando las medidas y coordinando las acciones que permitan el desarrollo de los modos aéreo, terrestre, fluvial y marítimo, así como del transporte multimodal, en condiciones de eficiencia, de conformidad con la legislación y la normativa vigente. Promover los estudios y acciones que tiendan al perfeccionamiento del sistema. (...) Supervisar el control y fiscalización de los servicios de transporte que se prestan a través de los diferentes modos vinculados al área de su competencia, asegurando la calidad del servicio y la protección al usuario en condiciones razonables de economicidad." (Decreto 1.143/03). Sumado a ello, se puso en resalto que el artículo 8.3 del contrato de concesión establece que "...La seguridad del servicio y de los pasajeros es un objetivo del concedente al que debe ayudar el concesionario", mientras que el artículo 8.4 dispone que "...El servicio público objeto de concesión será prestado teniendo especialmente en cuenta a su principal destinatario: EL USUARIO, de modo de satisfacer las necesidades de demanda detectadas y previsibles, a través de un servicio eficiente y confiable en condiciones de seguridad y confort...". Efectuada dicha apreciación el resolutorio recurrido hace expresa mención a que las constancias correspondientes a los informes emitidos por la Comisión Nacional de Regulación de Transporte ilustraban acerca del panorama alarmante de las condiciones de seguridad del servicio que prestaba T.B.A. S.A. desde, al menos, el año 2009, que exigían al funcionario la aplicación de medidas tendientes a subsanar las irregularidades detectadas, acción que jamás fue implementada por el mismo. También se indicó que la conducta reprochada a Schiavi se veía avalada por la omisión en la que el mismo había incurrido respecto de la debida aplicación de las sanciones previstas en los artículos 16 y 18 inciso 5° del contrato de concesión, que imponían la posibilidad de proceder a la rescisión del contrato porque las multas aplicadas a la concesionaria, ya en el año 2010, superaban el 30 % del monto integrado en garantía del contrato. Asimismo, se reprocha a Schiavi no haber elaborado el régimen de penalidades previsto en el Decreto N° 2.075/02, hecho que posibilitó la existencia de un sistema libre de sanciones ante los numerosos y ostensibles incumplimientos en los que la concesionaria incurrió respecto de los términos del contrato. En mérito a ello se advierte que el encausado no adoptó medida de gestión alguna tendiente a proveer a la seguridad del servicio entregado en concesión a T.B.A. S.A., siendo ello inexcusable dadas las numerosas constancias que imponían la adopción de tales medidas. V.b.- La calificación legal atribuida a RICARDO RAUL JAIME Al procederse a analizar la responsabilidad penal que le compete reprochar a RICARDO RAUL JAIME, el resolutorio recurrido establece que el mismo prestó funciones en la misma cartera en la que se desempeñó JUAN PABLO SCHIAVI desde el mayo del año 2003 hasta el mes de junio del año 2009. A dicho funcionario se le endilga haber tenido perfecto conocimiento de las deficiencias que afectaban la seguridad del servicio entregado en concesión a T.B.A. S.A., ilustrándose ello con el propio informe elaborado durante su gestión para rescindir los contratos de concesión de las líneas Roca y Belgrano Sur donde se practicó una evaluación comparativa que ponía en manifiesto el estado en el cual se prestaba el servicio por parte de la primera de las nombradas. El informe referido determinaba que la mayor cantidad de infracciones cometidas por las concesionarias era atribuible a T.B.A. S.A. y que, del mismo modo que el indicado en el subacápite que antecede respecto de su predecesor, imponían a RICARDO RAUL JAIME haber dispuesto, en su momento, la rescisión del contrato de concesión. Se avala la postura asumida respecto del encartado a través de una presentación efectuada por el Frente de Usuarios Desesperados del Sarmiento ante la Secretaría de Transporte efectuada en el año 2007, mediante la cual se daba cuenta de la existencia de más de 800 denuncias realizadas por los usuarios del servicio relativas a las condiciones en las que el mismo se prestaba. Ello se ve adunado, a su vez, con los dictámenes emitidos por la Auditoría General de la Nación que ponían de manifiesto la demora en la que incurría la autoridad de aplicación respecto de las sanciones que correspondía imponer a la concesionaria ante las múltiples irregularidades detectadas, advirtiéndose también que durante la gestión del encartado se desarrollaban obras a contrario del procedimiento establecido en el contrato de concesión que redundaban en que las mismas se ejecuten sin el menor control. Se establece que, a través de dichos mecanismos espurios quedó evidenciado que el Estado Nacional tuvo que hacerse cargo de reparar formaciones cuyo mantenimiento correspondía al concesionario, dando cuenta ello de la mala administración que se hacía respecto de los subsidios entregados a T.B.A. S.A. al tomar la autoridad de aplicación el financiamiento de dichas obras. V.c.- La calificación legal atribuida a ANTONIO GUILLERMO LUNA ANTONIO GUILLERMO LUNA ocupaba el cargo de Subsecretario de Transporte al momento en el que ocurrió la tragedia, habiendo ejercido dicha función desde el mes de julio del año 2006. Los deberes de LUNA quedaron establecidos como los de “…Intervenir en la elaboración, ejecución y control de políticas, planes y programas referidos al transporte ferroviario, de carga y de pasajeros (…) Elaborar y proponer políticas sobre permisos y/o concesión de explotación de los servicios de transporte ferroviario (…) Intervenir en la planificación y estructuración del transporte ferroviario en el área metropolitana de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires…”., con deberes análogos a los que se encontraban a cargo de los Secretarios de Transporte en lo atinente a proveer a que dicho servicio sea prestado en condiciones seguras en función de lo acordado en el artículo 8.3 del contrato de concesión. Respecto de LUNA se tiene por acreditado que el mismo tuvo perfecto conocimiento de las irregularidades que afectaban la seguridad del servicio donde, finalmente, ocurrió la tragedia, sin que se advierta que haya adoptado temperamento alguno, tanto como para que la autoridad de aplicación disponga medidas regulatorias complementarias como para que se renegocie el contrato de concesión suscripto con T.B.A. S.A.. También se establece que dados los antecedentes de LUNA como trabajador ferroviario, el mismo no podía desconocer las graves irregularidades que afectaban a la línea siniestrada, destacándose que su descargo no hace más que refrendar dicha circunstancia. Finalmente se refiere que dado a haberse acreditado que desde el año 2000 el Estado Nacional transfirió cerca de tres mil quinientos millones de pesos a favor de T.B.A. S.A., la falta de aplicación de dichos fondos al mantenimiento de los bienes entregados en concesión conformaba una situación que se encontraba sujeta al control del encartado, por lo que resulta inexcusable que el mismo no haya instado el arbitrio de los medios pertinentes para revertirla. V.d.- La calificación legal atribuida a PEDRO OCHOA ROMERO PEDRO OCHOA ROMERO se desempeñó como interventor de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte desde febrero del año 2004 hasta el mes de diciembre del 2007 fecha en la cual asumió el cargo ANTONIO SICARO, hallándose sus funciones reguladas por el Decreto 1.388/96, entendiéndose que se halla acreditado que, durante su gestión, el mismo no cumplió adecuadamente con su obligación de controlar a la empresa concesionaria en lo relativo a la seguridad operativa de los bienes entregados en concesión, ni impulsó la aplicación de sanciones al verse evidenciada dicha circunstancia, siendo ello avalado por los informes presentados por la Auditoría General de la Nación. Se establece que corresponde imputar la concurrencia de la responsabilidad de OCHOA ROMERO a la tragedia investigada dado a que el deterioro que presentaban las condiciones de seguridad de la línea ferroviaria siniestrada se estima como consecuencia de las deficiencias de control ocurridas durante su gestión. V.e.- La falta de mérito de ANTONIO CIRIGLIANO Al llegar a evaluar la situación procesal de ANTONIO CIRIGLIANO, asesor administrativo financiero del gerente de administración y finanzas de TBA S.A., el juez a quo señala que el plexo probatorio reunido no resulta suficiente para establecer, con el grado de certeza que exige la etapa procesal cursada, su responsabilidad frente a los hechos enrostrados por lo que se estima prematuro adoptar un temperamento incriminatorio o disponer su total desvinculación de la investigación, por lo que decreta su falta de mérito. Se agrega, en forma genérica, que los elementos colectados resultan insuficientes para vincularlo con las maniobras endilgadas, específicamente en cuanto al manejo de los recursos económicos. Se reconoce, por un lado, el conocimiento que ANTONIO CIRIGLIANO, debía poseer con relación a como marchaba la empresa pero por el otro se presume que el mismo no tuvo una intervención efectiva en la toma de decisiones o en la aplicación de políticas espurias. V.f.- El sobreseimiento de ANTONIO EDUARDO SICARO Al pasar a evaluarse la situación procesal de ANTONIO EDUARDO SICARO interventor de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte desde fines del año 2007 hasta agosto del corriente año, se establece que sus funciones se encontraban enmarcadas de conformidad con lo reglamentado por el Decreto N° 1.388/96 que, en su artículo 9°, hace expresa referencia a los objetivos fijados con relación a la seguridad del transporte por vía férrea disponiendo que la Comisión “…tendrá como objetivo controlar el cumplimiento de las normas vigentes, respecto de la vía e instalaciones fijas, del material rodante y de los materiales y repuestos correspondientes, así como de las obras y provisiones que integran el plan de inversiones del concesionario. A los efectos de lo indicado en el párrafo precedente tendrá las siguientes facultades: a) Fiscalizar con intervención de los organismos que en cada caso correspondan, la adopción por parte de las empresas ferroviarias de las medidas conducentes a la seguridad de los bienes afectados a la prestación de los servicios ferroviarios a fin de garantizar su normal prestación y a la protección de las personas y cosas transportadas. (…) d) Requerir información a las empresas ferroviarias y efectuar inspecciones -in situ" para determinar el grado de cumplimiento dado por ellos a las normas relativas a la seguridad en la operación, en los materiales de vía, material rodante, estructuras y equipamientos de seguridad incorporados y al mantenimiento de los mismos. e) Ordenar a las empresas ferroviarias las acciones necesarias para dar cumplimiento a las normas sobre seguridad ferroviaria, cuando se comprueben deficiencias u omisiones en su aplicación. f) Emitir órdenes de emergencia dirigidas a las empresas ferroviarias. disponiendo medidas de aplicación inmediata, incluso de ser necesario la interrupción de las operaciones ferroviarias, cuando compruebe situaciones de peligro que justifiquen dicha actitud, y emitir ordenes de emergencia que tiendan a evitar dichos riesgos. g) Llamar la atención, apercibir o imponer multas a todo concesionario bajo su jurisdicción que no cumpla con las disposiciones relativas a la seguridad o que no preste la colaboración requerida a una orden de emergencia de conformidad a un procedimiento que asegure al interesado el debido proceso administrativo. (…)i) Conducir o encomendar investigaciones técnicas sobre materias relativas a la seguridad del transporte ferroviario. j) Emitir cuando lo estime necesario boletines técnicos informativos y recomendaciones relativos a la seguridad.”. En base a dicho marco regulatorio, el a quo sostiene la lectura de las constancias incorporadas a la causa en consonancia con el descargo formulado por el mismo en ocasión de prestar declaración indagatoria permiten afirmar que ANTONIO SICARO cumplió cabalmente con las obligaciones a su cargo. Sustenta ello en el dictado de la resolución N° 1770, efectuado por el imputado a los pocos meses de haber asumido el cargo, mediante la cual se exigía a los prestadores de servicios ferroviarios la presentación anual del plan de mantenimiento que se exigiría al año siguiente, considerándose una falta grave la no ejecución de dichos planes “…a los efectos de instaurar en la prestación del servicio la previsibilidad necesaria para garantizar la seguridad de las personas y bienes afectados a la concesión…”. También se sostiene que SICARO implementó un sistema de inspecciones que no había sido practicado en forma previa, extremo que es estimado como un cambio de paradigma con respecto al control del concesionario. Se señalan progresos en la forma de fiscalización y control y la aplicación de una gran cantidad de multas a la concesionaria como evidenciantes del debido cumplimiento de las funciones del imputado y, por consiguiente, en la ausencia de responsabilidad. Ello se refrenda por informes elevados por la Comisión a la Secretaría y Subsecretaría de Transporte de la Nación donde se daba cuenta de graves incumplimientos que afectaban la seguridad y a la falta de cumplimiento de los planes de mantenimiento presentados. Además se menciona la aplicación de “medidas regulatorias adicionales” para que se encause la prestación del servicio dado a que el sostenido decaimiento del material entregado en concesión ponía en riesgo la seguridad del servicio. V.g.- El sobreseimiento de MARCOS ANTONIO CORDOBA Al momento de analizar la situación procesal del conductor de la formación siniestrada, MARCOS ANTONIO CORDOBA, en el punto VII.1.17 de la resolución recurrida, se adopta desincriminante, disponiéndose su sobreseimiento. un temperamento Se establece que el nombrado cumplía funciones como conductor de trenes eléctricos desde los dos años anteriores al siniestro habiéndose desempeñado previamente como pre-conductor de locomotoras diesel que daban un total de cinco años de labores en favor de T.B.A. S.A.. Para emitir dictamen sobre CORDOBA el a quo se remite al dictamen obtenido mediante la pericia técnica desarrollada que han dado cuenta de las deplorables condiciones en las que circulaban los trenes concedidos que redundaba en que estos tengan, de manera constante, problemas de tracción y frenos que provocaban continuas suspensiones del servicio, adunado ello con los testimonios brindados por otros conductores de trenes eléctricos que fueron citados en la causa. También se expresa que CORDOBA expuso, al momento de prestar declaración indagatoria, que la formación siniestrada ya venía con problemas de frenado que se habían evidenciado en las estaciones de Ramos mejía, Liniers y Floresta, hallándose esto corroborado por en la filmación obtenida en esta última estación, donde se observa claramente que la formación se pasa de la línea de detención, obligándola a retroceder para que los pasajeros puedan ascender y descender de la misma, reconociéndose esto como pauta de que, pese a que el imputado no reportó el problema el mismo ya existía en forma previa al arribo a la estación Once de Septiembre. También se reconoce que la formación circulaba con el freno de emergencia denominado “hombre muerto” desactivado justificándose tal anomalía en que era una práctica habitual entre los conductores, señalándose que CORDOBA sostuvo que aplicó los frenos de servicio en los instantes previos a la tragedia al momento de prestar declaración indagatoria. En cuanto a la velocidad de circulación de la formación en los momentos previos a emprender la desaceleración necesaria para ingresar a la estación Once de Septiembre de manera segura, se estima que no puede achacarse responsabilidad alguna al imputado dado a que el puesto de comando no contaba con velocímetro por lo que la velocidad debía ser valorada a “ojo”. Se adiciona también que ha quedado comprobado que el imputado no conducía con presencia de alcohol en sangre y fue descartado que el mismo padezca de epilepsia afirmándose que “NUNCA SE SABRA CON CERTEZA ABSOLUTA” porque la formación siniestrada recorrió más de trescientos metros a casi 27 km/h sin frenar reparando en que lo que sí se sabe es que CORDOBA conducía un tren sobrecargado con un sistema de frenos que carecía de dos compresores necesarios para asegurar su normal funcionamiento y que tenía 7 de los ocho vagones asignados a su formación con un excesivo diferimiento de su mantenimiento. El a quo sostiene, literalmente en el fallo recurrido “Este tribunal que MARCOS CORDOBA no haya cometido algún error en esos críticos momentos”. Sin perjuicio de ello, emite dictamen considerando que se han incorporado a las actuaciones elementos que permiten sostener que el mismo no es responsable del siniestro investigado. V.h.- El monto del embargo ordenado sobre los bienes y dinero de los directivos de TBA S.A. y de las empresas vinculadas a la misma. El decisorio recurrido dispone la traba de embargo respecto de los bienes y dinero de los procesados indicados que, respecto de ellos, sigue un criterio restrictivo teniendo en cuenta la finalidad del proceso penal, orientando la afectación de bienes a principios de necesidad y proporcionalidad para evitar provocar gravámenes irreparables dado el carácter provisional del auto de mérito. En base a ello, describiendo los distintos ítems que conforman las costas del proceso, aduciendo tomar en cuenta el interés de las víctimas, contemplando eventuales indemnizaciones civiles y costas, citando fallos que, aisladamente fijaron montos resarcitorios en concepto de daños y perjuicios, y evaluando la pena pecuniaria que corresponde imponer por el mal manejo de los fondos transferidos a la concesionaria por el Estado Nacional, la resolución apelada dispone la traba de embargo por un monto de $ 600.000.000.- (seiscientos millones de pesos). V.i.- El monto del embargo ordenado sobre los bienes y dinero de los funcionarios públicos. Con relación al monto fijado en concepto de embargo a trabarse sobre los bienes y dinero de aquellos funcionarios públicos que resultaron encartados en el proceso, la resolución recurrida refiere que el mismo fue fijado teniendo en cuenta las condiciones de vida de aquellos y las eventuales costas del proceso. VI.- LOS AGRAVIOS CAUSADOS VI.a.- Gravamen relativo al alcance del procesamiento de los funcionarios públicos. Uno de los gravámenes que emergen en perjuicio de esta querella respecto de los puntos enumerados en el acápite anterior es que, tal como fuera consignado al momento de motivar la apelación, la responsabilidad de los funcionarios públicos que, hasta el momento se han visto involucrados en el proceso, no puede quedar restringida a una simple violación de sus deberes como tales. Ello debe, categóricamente, ser estimado de tal manera dado a que ha quedado acabadamente demostrado en la causa que la consecuencia directa de dicha violación de deberes produjo, en primer lugar, el descarrilamiento agravado que condujo a la muerte a 51 personas y provocó lesiones a más de 700, y, en segundo término, la perpetración contribuyó al armado de una asociación ilícita destinada a administrar fraudulentamente los fondos suministrados por el Estado Nacional en perjuicio de la administración pública. Por lo tanto, mal puede determinarse que los funcionarios públicos que, hasta ahora, se han visto involucrados en el hecho no sean considerados partícipes de los delitos reprimidos por los artículos 191 inciso 4°, 210 y 174 inciso 5° del Código Penal de la Nación. Entiende esta querella que las pruebas incorporadas al legajo llevan a concluir que los directivos de T.B.A. S.A. jamás pudieron perpetrar los delitos que se le endilgan sin la necesaria participación de los funcionarios que han sido encartados en el proceso, por lo que corresponde que los mismos sean procesados por su innegable participación en dichos ilícitos. La falta de control del destino de las millonarias sumas asignadas por el Estado Nacional a favor de la concesionaria del servicio donde tuvo lugar el siniestro resulta por demás evidente de que existió una voluntad arteramente orquestada para que los destinatarios de dichos fondos puedan realizar a su propio gusto y placer lo que quisieran con los mismos violando de manera pública y notoria las obligaciones asumidas en el contrato de concesión. En virtud de ello considerar que la responsabilidad de los funcionarios públicos se agota en la simple violación de sus deberes constituye una falacia que, bajo ningún aspecto, puede ser convalidada por V.E.. Por tal motivo, se impone responsabilizar a dichos funcionarios, no sólo por haber violado sus deberes como tales, sino por encontrarse plenamente acreditado que dicha violación condujo a que se consume el descarrilamiento fatal que conforma el objeto de la investigación por haber sido parte de la asociación ilícita que dicha investigación desplegada permitió descubrir organizada para defraudar a la administración pública. A mayor abundamiento, debo señalar que la propia resolución recurrida ha entendido, en sus considerandos, que existió una asociación ilícita organizada por los accionistas, directivos y gerentes actuantes en TBA S.A. que generaron una "cadena de felicidad" destinada a enriquecer de manera ilícita y espuria a una serie de empresas vinculada entre sí y pergeñadas alrededor de Sergio Claudio Cirigliano, Mario Francisco Cirigliano y el Grupo Plaza, destinadas a maximizar sus ganancias personales más allá de toda avaricia posible. (Foja 25 de la resolución). Seguido a ello, la propia resolución reconoce que este accionar solo fue posible por la inacción parcial de los mecanismos de control y los funcionarios que con competencia administrativa específica en el área de transporte, quienes no sólo no realizaron los controles que, en tiempo y forma, debían implementar, sino que, además, cuando estos detectaban alguna anormalidad omitieron accionar en consecuencia. (Foja 26 de la resolución). Asimismo, la misma resolución remarcó que los subsidios utilizados para financiar las cuestiones operativas del servicio ferroviario entregado en concesión modificaron la base fáctica del contrato ya que dichos fondos fueron asignados sin ninguna supervisión especial para que el operador privado, T.B.A. S.A. los utilizara como si fueran parte de la explotación del servicio. La resolución también hace expresa referencia a que ningún funcionario público se percató de introducir las modificaciones contractuales necesarias para que el concesionario tuviera como manda contractual que la aplicación de los fondos públicos queden limitados a una serie de procedimientos que aseguren su aplicación a los fines de la concesión. (Foja 22 de la resolución). Finalmente, el decisorio recurrido establece, de manera expresa, que han existido múltiples alarmas que han dado cuenta de que podía producirse un siniestro como el que conforma el objeto de la investigación y que las mismas no fueron tomadas en cuenta ni por la empresa, ni por la mayor parte de las autoridades estatales encargadas de controlar el transporte ferroviario. (Foja 30 de la resolución). Es así que, dada la inexorable concurrencia de las circunstancias que aquí describo, plenamente acreditada con las constancias obrantes en la causa, solicito a V.E. que disponga modificar el procesamiento dispuesto respecto de los funcionarios públicos que, hasta ahora, han resultado procesados, de conformidad con los términos enunciados en el presente acápite. VI.b.- La falta de mérito de ANTONIO CIRIGLIANO Asimismo, resulta poco menos que sorprendente que dado el cariz económico en el que se centró la investigación, quien resultaba ser el asesor administrativo financiero del gerente de administración y finanzas de TBA S.A. sea considerado como una persona ajena a los manejos espurios de los fondos asignados a dicha empresa. En virtud de ello, dado a que lo dispuesto en tal sentido por el resolutorio recurrido resulta carente de toda lógica, solicito a V.E. que disponga el procesamiento de ANTONIO CIRIGLIANO por resultar, por demás obvio, que en el cumplimiento de las funciones que ejercía, su participación en los delitos por los cuales fueron procesados los demás integrantes de la sociedad en la que actuaba debe considerarse consumada en base al basto plexo probatorio incorporado al proceso. VI.c.- El sobreseimiento de ANTONIO EDUARDO SICARO También resulta contrario a toda lógica que se estime que quien cumplía la función de INTERVENTOR DE LA COMISION NACIONAL DE REGULACION DE TRANSPORTE desde el año 2009 hasta el momento en el que ocurrió la tragedia haya sido sobreseído por considerarse que obró dando cumplimiento a los deberes atinentes a su función. Tal afirmación contradice las fundadas y concluyentes consideraciones expuestas en el mismo auto de procesamiento para adoptar un temperamento incriminatorio respecto de los restantes funcionarios públicos. En el sentido expresado, debo remarcar que el propio decreto 1388/96, en su artículo 8° establece que son funciones de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte para el control del transporte ferroviario “a) Aplicar y hacer cumplir los contratos de concesión de transporte ferroviario metropolitano e interurbano de pasajeros y de cargas de acuerdo a lo establecido en la normativa vigente. b) Fiscalizar las actividades de las empresas a cuyo cargo se encuentre la operación de los servicios ferroviarios, en cuanto al cumplimiento de las obligaciones que surgen de la normativa aplicable, en los siguientes aspectos: I) La certificación del avance de las obras y provisiones del Programa de Inversiones y la recepción provisoria y definitiva de las mismas, interviniendo en el trámite de recepción de los bienes que sean dados de baja por el concesionario en el curso de la Concesión. II) La ejecución de los programas de mantenimiento de la infraestructura y del material rodante. III) La vigilancia y conservación de todos los bienes integrantes de la concesión según los estándares y criterios convenidos. IV) El cumplimiento de los contratos en cuanto a la explotación de los bienes afectados a la concesión… VII) El control de los servicios prestados por los concesionarios de servicios bajo su jurisdicción a fin de asegurar su ejecución acorde con lo establecido en los contratos de concesión en lo relativo a la cantidad y calidad de la oferta, atendiendo las quejas y reclamos de los usuarios. VIII) La verificación de la efectividad de las garantías de cumplimiento de los contratos y la vigencia de las pólizas de seguros establecidas en los contratos de concesión.” Resulta evidente, a la luz de la basta prueba incorporada al proceso, que ninguna de las funciones precedentemente enunciadas fue cumplida por ANTONIO EDUARDO SICARO durante los años en los que transcurrió gestión, por lo que el esforzado argumento defensista esbozado en el propio auto de procesamiento que he recurrido debe desestimarse ante tan clara evidencia incriminatoria. Por lo tanto, resulta procedente solicitar a V.E. que disponga el procesamiento de ANTONIO EDUARDO SICARO por la comisión de los delitos reprimidos por los arts. 174 incisos 5 °, 191 inciso 4 °, 210 y 248 del Código Penal de la Nación. VI.d.-El sobreseimiento de MARCOS ANTONIO CORDOBA Tal como fue expuesto por esta querella oportunamente, no puede escapar a su asombro que el conductor de la formación siniestrada no haya sido procesado al encontrarse comprobado que el mismo resulta ser autor penalmente responsable del delito reprimido por el artículo 191 inciso 4° del Código Penal de la Nación. Se encuentra plenamente acreditado en la causa que Córdoba tenía pleno conocimiento de las graves fallas que habían afectado a la formación siniestrada durante el viaje que culminó con la tragedia investigada en la causa. Sólo basta con observar la filmación obtenida en la estación Floresta para verificar que el tren falló al frenar siguiendo de largo del andén destinado para tal fin. Se encuentra también plenamente acreditado en la causa que CORDOBA no reportó las graves fallas que afectaba a la formación siniestrada durante el transcurso de su viaje, para recibir las instrucciones pertinentes, tal como resulta ser su obligación. Ha sido concluyentemente comprobado que la formación siniestrada tenía anulado un dispositivo de freno de emergencia y que CORDOBA tenía pleno conocimiento de ello. Debe determinarse que la concurrencia de las circunstancias descriptas han sido determinantes para que la tragedia se produzca y era ni más ni menos que CORDOBA la persona que pudo haberlo evitado de haber obrado diligentemente cumpliendo con su deber de cuidado. Por lo tanto, no cabe otra cosa que revocar el sobreseimiento dispuesto respecto del conductor de la formación siniestrada decretando su procesamiento por ser autor penalmente responsable del delito reprimido por el artículo 191 inciso 4° del Código Penal de la Nación. VI.e.- Monto de los embargos Finalmente, debe asimismo, estimarse que el monto de los embargos dispuestos sobre el patrimonio de los encartados resulta exiguo a la luz de lo que establece el artículo 518 del C.P.P.N.. Ello debe, indefectiblemente, considerarse de tal manera porque la suma de $ 600.000.000 (seiscientos millones de pesos) no resulta suficiente para garantizar la pena pecuniaria, la indemnización civil y las costas del proceso. En el sentido expuesto resulta útil poner en resalto que, tal como ha quedado acreditado en la causa, T.B.A. S.A. manejó, de manera espuria, una suma superior a los $ 3.000.000.000 (tres mil millones de pesos), representando, por lo tanto, la suma fijada para disponer la traba de embargo sobre los bienes y el patrimonio de los encartados sólo una fracción de dicha suma. Consecuentemente, solicito a V.E. que disponga aumentar la suma por la que procede disponer la traba de embargo de los procesados en una suma equivalente a la que le fue transferida a la concesionaria en concepto de subsidios, dado a que resulta razonable estimar que la misma será suficiente para garantizar la pena pecuniaria, la indemnización civil y las costas del proceso, dad a la enorme magnitud de la tragedia. Asimismo, dado a que, de conformidad con lo expuesto en el presente libelo, la calificación legal por la que debe prosperar el procesamiento de los funcionarios públicos involucrados en el hecho no debe diferir de aquella por la que resultaron procesados los directivos de T.B.A. S.A. solicito a V.E. que se fije el mismo monto de embargo respecto del patrimonio de aquellos. VII.- SOLICITA INDAGATORIA DE JULIO MIGUEL DE VIDO Dado a que resulta notoria y manifiesta la responsabilidad que corresponde atribuir a quien ejercía funciones como Ministro de Planificación Federal durante el transcurso de los años en los que se desarrollaron las innumerables irregularidades por las que han sido y deben continuar procesados los funcionarios que se encontraban ejerciendo funciones bajo su supervisión cargo en el marco de la presente causa, puesto que así lleva a concluir la basta prueba incorporada al proceso, estimo prudente apelar al altísimo criterio de V.E. requerir que ordene al a quo que disponga la citación a indagatoria de JULIO MIGUEL DE VIDO en orden a la comisión de los delitos reprimidos por los artículos 174 inciso 5°, 191 inciso 4°, 210 y 248 del Código Penal de la Nación, conforme fue solicitado por esta querella en múltiples oportunidades siendo ignorado por el magistrado que entiende en la causa. A los fines aquí solicitados me remito a las precisiones detalladas en los puntos que anteceden respecto de la debida y necesaria participación de los funcionarios públicos en los delitos cuya comisión ha quedado acreditada en la causa a los fines de no caer en reiteraciones innecesarias. VIII.- SE CITE A PRESTAR DECLARACION TESTIMONIAL Del mismo modo, dado a que los resultados de la investigación desplegada en la causa han desenmascarado una maniobra de magnitudes inimaginables e insospechadas, poniendo al descubierto mecanismos a través de los cuales multimillonarias sumas transferidas por el Estado Nacional durante años, que debían haber sido utilizadas para que la empresa concesionaria mejore la infraestructura del servicio ferroviario que le fue entregado en concesión, fueron, en realidad, utilizadas para el enriquecimiento ilícito de los directivos de dicha empresa ante la absoluta pasividad de los funcionarios públicos que tenían la obligación de controlar que ello no suceda, apelo al alto criterio de V.E. para requerir que disponga el arbitrio de los medios necesarios para citar la titular del Poder Ejecutivo Nacional, Dra. Cristina Fernández de Kirchner, para que explique: a) Porqué los funcionarios a su cargo no controlaron el destino de más de $ 3.000.000.000 (Tres mil millones de pesos) transferidos por el Estado Nacional a favor de T.B.A. S.A. desde el año 2000 hasta la fecha en la que se le retiró concesión, y b) Cómo es que, dada la magnitud de la maniobra descubierta, los funcionarios a su cargo no efectuaron denuncia alguna con relación a la utilización de los fondos transferidos para fines distintos a los que se había convenido en el contrato de concesión. IX.- MANTIENE RESERVA DE CASACION Y DEL CASO FEDERAL Ante el hipotético caso de que las resoluciones que se dicten como consecuencia de la interposición del presente recurso importen incurrir en supuestos que habiliten la interposición de recurso de casación o extraordinario federal, formulo expresa reserva de interponer los mismos en base a las normas habilitan su interposición. X.- PETITORIO En mérito a lo expuesto, a V.E. solicito: 1.- Tener por fundamentada la apelación deducida por esta querella en lo que resulta materia de agravio. 2.- Oportunamente, haga lugar al recurso de apelación interpuesto en los términos solicitados en el punto VI del presente libelo. 3.- Ordene la citación a indagatoria de JULIO MIGUEL DE VIDO. 4.- Disponga citar a prestar declaración testimonial a la titular del Poder Ejecutivo Nacional. 5.- Se tengan presentes las reservas de casación y del caso federal formuladas en el punto IX. Proveer de conformidad, SERA JUSTICIA.-