Lo bueno del liberalismo económico En mi opinión, la libre iniciativa conduce a la optimización de las capacidades de producción disponibles y asegura, por consiguiente, el crecimiento económico y el bienestar social. Si partimos de la base, de que el liberalismo económico conlleva a la libertad económica o a la libre empresa, a través de la propiedad privada e individual y a la vez queremos un mayor grado de bienestar social, éste (el liberalismo), debe contar en todo momento con una intervención mínima o ajustada del Estado, entre otras razones, por las siguientes: 1. Para crear una sociedad más igualitaria con un aumento progresivo de la prosperidad, tanto empresarial como del bienestar social. 2. Evitar un orden emergente que conduzca a los individuos a su egoísmo particular. 3. Evitar los privilegios de una parte de la sociedad a costa de la otra. Aquí se podrían incluir entre otros temas: la separación del poder económico del político, una equitativa recaudación de impuestos, temas de competencia, control a los gobernantes a través de la justicia para evitar extorsiones, robos, etc. y sobre todo, un férreo control por parte de la autoridad monetaria sobre el poder financiero que es el que puede producir los mayores desastres económicos. 4. En definitiva, evitar la decadencia de un país. Por lo tanto, entiendo que una parte de aquellas teorías de que el liberalismo económico defiende la no intromisión del estado en las relaciones comerciales (como la de eliminar toda regulación sobre la producción, comercio, etc., así como la reducción de los impuestos a su mínima expresión), a la vista de la actual crisis económica que estamos padeciendo, podríamos decir que está obsoleta en el siglo XXI. A veces se suele confundir el Liberalismo Económico con el Capitalismo, que no necesariamente tiene que ser liberal, y que a diferencia de este último (el capitalismo), incluye en sus teorías derechos sociales, tales como la seguridad social, pensiones, subvenciones/ayudas públicas, subsidios de desempleo, etc., en beneficio de la parte más débil de la sociedad. En el liberalismo, la desprotección de los más desfavorecidos, conlleva a los liberales a alegar que resulta perjudicial también para ellos, porque rompe o entorpece el crecimiento y reduce las oportunidades de ascenso y el estímulo a los emprendedores. Por lo tanto, aunque el liberalismo económico tiende a ser identificado con el capitalismo, este no tiene por qué ser necesariamente liberal, ni el liberalismo tiene por qué llevar a un sistema capitalista. Por ello muchas críticas al capitalismo son trasladadas falazmente al liberalismo. En general y para terminar, decir que comparto mi opinión con aquellos pensadores que creen que el intervencionismo económico y el liberalismo social son característicos de la socialdemocracia y el eurocomunismo, mientras que el liberalismo económico y el control social son más característicos del llamado neoliberalismo económico. M. Rodríguez