EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA EL PASO DEL MITO AL LOGOS

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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
EL PASO DEL MITO AL
LOGOS
EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA: EL PASO DEL MITO AL LOGOS.
A. LA GRECIA PRE-FILOSÓFICA
1. Las condiciones históricas del nacimiento de la filosofía: la caída de Micenas.
Existe un gran acuerdo
entre los especialistas en situar
el nacimiento de la filosofía en
las poleis de Asia Menor sobre
el Siglo VI a.C., concretamente
en la región de Jonia (una
colonia griega) y, concretando
aún más, en la polis de Mileto.
La historia de esta zona
geográfica hunde sus raíces en
la civilización minoica (2500-1450 a. C.), fundada por el legendario rey Minos y
centrada en la isla de Creta. Los restos encontrados nos dan el testimonio de una cultura
pacífica y naturalista. Sus pinturas no representan armas o guerreros, sino jardines,
fiestas u hombres ágiles saltando toros.
Su historia acaba bruscamente debido,
posiblemente, a una terrorífica explosión volcánica hacia el 1.500 a. C.
El marco mítico del rey Minos
A Minos hay que situarlo cronológicamente tres generaciones antes de la guerra de
Troya. Es hijo de Zeus y de Europa1 y hermano de Sarpedón y Ramadantis (el justo). Su
padre putativo es Asterión, el rey de Creta.
A la muerte de Asterión, Minos reclama para sí la totalidad del reinado cretense y para
mostrar que esa es la voluntad de los dioses, les propone una hazaña extraordinario,
imposible de realizar sin el concurso divino. Efectivamente, consigue hacer salir del mar
a un toro excelente, prometiendo a Posidón que lo sacrificaría en su honor. Pero la
1
Zeus vio a Europa (hija de Agenor y Telefasa) cuando estaba jugando con sus compañeras en la playa de
Sidón o de Tiro, donde reinaba su padre. Inflamado de amor por su belleza se metamorfoseó en un toro de
resplandeciente blancura y cuernos semejante a un creciente lunar; con esta forma fue a tumbarse a los
pies de la doncella. Esta, asustada al principio, va cobrando ánimo, acaricia al animal y acaba por sentarse
en su espalda. A pesar de los gritos de Europa, que se aferra a sus cuernos, se adentra en las olas y se alja
de la orilla; de este modo llegan los dos a Creta. En Gortina, Zeus se una a la joven. Después le otorgó
tres presentes: le entregó a Talo, el autómata de bronce que guarda las costas de Creta; un perro que no
deja escapa ninguna presa y una jabalina que siempre acierta el tiro. Además la casó con Asterión.
El toro cuya forma había adoptado Zeus se convirtió en una constelación del Zodiaco.
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
belleza del toro y la conquista del reinado le hacen olvidar el sacrificio y Posidón lo
castiga con una desenfrenada bravura del toro. Será Heracles2 quien acabe con él.
Antes de dar fin a su vida, Pasífae, mujer de Minos, se unirá con el toro y tendrá por
hijo a Asterión (un minotauro). Minos encarga a Dédalo el ateniense la construcción del
Laberinto (quizá sea el palacio de Cnosos encontrado por Evans), donde permanecerá
encerrado el minotauro y a quien le tendrán que sacrificar anualmente a siete atenienses.
Finalmente, Teseo (héroe ático por antonomasia) ofreciéndose voluntario para
inmolarse en el Laberinto, acaba a puñetazos con el minotauro y consigue, con la ayuda
de Ariadna (hija de Minos) que le esperaba al otro lado del ovillo, salir del pasadizo. Se
cuenta que Teseo abandonó a Ariadna en la isla de Naxo, incumpliendo así el acuerdo a
que habían llegado.
A partir del 2.000 a. C. grandes masas de indoeuropeos, principalmente las
tribus de los aqueos, invadieron Grecia. Asimilaron elementos de la cultura nativa preindoeuropea (carios, léleges y pelasgos), más la cultura minoica, pero mantuvieron
muchos rasgos propios (principalmente el idioma, una forma arcaica de griego). De este
encuentro cultural surge la civilización micénica, en esplendor desde el 1600 al 1150 a.
C.
Los micénicos van a ser arrasados por una nueva invasión de otro pueblo
indoeuropeo: los dorios. Una vez destruido su mundo, los descendientes de los
micénicos que sobrevivieron fueron colonizando Jonia. De la cultura micénica no quedo
más que un bello recuerdo y Grecia pasó por una época de oscuridad.
En la segunda mitad del siglo VIII a.C., la Grecia Arcaica era un mosaico de
pequeñas comunidades políticas, las poleis. Sin embargo, a pesar de esta aparente
dispersión, los griegos se sentían diferentes a otros pueblos, se llamaban a sí mismos
hellenoi, pues compartían una misma cultura (lengua, religión, juegos olímpicos…) y
una difusa conciencia de un origen común. Esta será la época del esplendor de los mitos
griegos heredados de Homero (que provenía de la Edad Oscura) y Hesiodo (ya en la
Grecia Arcaica).
2
Heracles es el héroe griego por antonomasia. Hermano de Ificles e hijo de Zeus y Alcmena, que fue
engañada al tomar este la figura de Anfitrión. Su nombre significa “gloria de Hera”, y fue un intento, por
parte de Zeus, de calmar la ira de su hermana y mujer. Por mediación de Hermes, amamantó mientras
dormía a Heracles, ya que su leche otorgaba la inmortalidad. Al despertar lanzó a Heracles y con él salió
despedida la leche que succionaba, formando así la vía Láctea.
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
En el Siglo VI a.C. la Hélade, o mundo griego, ocupaba buena parte de las costas
del Mediterráneo. Jonia, en Asia Menor, era uno de sus centros más activos. Aquí se
habían establecido los antiguos aqueos (huyendo de la arrasada Micenas) y aquí había
“escrito” Homero sus obras. Además, en esta época Grecia sufrió una importante
transformación socio-económica. Antes era un país primordialmente agrícola, pero a
partir de entonces comenzó a desarrollarse cada vez más la industria artesana y el
comercio. Se hizo necesario entonces fundar centros de presentación comercial que,
precisamente surgieron primero en las colonias jónicas. En la polis de Mileto, el centro
económico más importante, Tales será el primer filósofo.
2. La religión: religión pública y religión mistérica.
Se suele dividir la religión de
los griegos en pública y mistérica. La
pública será la practicada por la
mayoría de los ciudadanos y estará
basada fundamentalmente en los
mitos de Homero y Hesiodo (es lo
que
se
conoce
como
mitología
griega). La mistérica surgirá cuando
una serie de personas se sienten
decepcionados por la religión pública
y fundan una serie de sectas donde
practican cultos alternativos al oficial.
La
religión
fundamentalmente
gran
cantidad
de
pública
era
politeísta:
una
deidades
que
representaban fuerzas naturales a
través de formas humadas idealizadas
(Zeus, del rayo; Eolo, del viento; Efestos, del fuego; etc.). Los dioses son hombre
amplificados e idealizados y, en consecuencia, sólo difieren de los hombres en cantidad
y no en cualidad. Al ser, fundamentalmente, representantes de las fuerzas naturales y no
ser cualitativamente distintos a los hombres, se considera la religión griega como una
forma de naturalismo. Así, lo que esta religión exige del hombre no es un radical
cambio interior, un elevarse por encima de sí mismo, sino, por el contrario, seguir su
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
propia naturaleza. Todo lo que se pide al hombre es que haga en honor a los dioses
aquello que es conforme a la propia naturaleza. Por ello, un tema fundamental en el
pensamiento griego, será la naturaleza.
La religión de los misterios se alejaba de esta visión (si bien se enmarcaba en
su politeísmo general) y se centraba en unas creencias específicas con unos rituales
propios. La religión no oficial más importante fue la representada por los misterios
órficos. El orfismo fue fundado por el poeta Orfeo, del que no tenemos ningún registro
histórico, y basa su importancia en introducir un nuevo esquema de creencias y una
nueva interpretación de la existencia humana. El núcleo de estas creencias puede
centrarse en lo siguiente: en el hombre alberga un principio divino (un demonio o alma)
que se encarna en un cuerpo debido a una culpa originaria. Este demonio no muere con
el cuerpo sino que va reencarnándose buscando su purificación y la plena expiación de
su culpa. Cuando acaba este ciclo de reencarnaciones el alma va a un más allá donde es
premiado. Esta idea de premios y castigos de ultratumba surge cuando el hombre se
enfrenta al absurdo de que en esta vida los virtuosos sufren y los viciosos gozan. Con
esta concepción surge el dualismo que caracterizará gran parte de la historia de la
filosofía y cae en declive el naturalismo de la religión pública, ya que para purificarse,
el hombre ha de renunciar a sus impulsos naturales y dejar en soledad el elemento
divino: hay que desprenderse del cuerpo. Esto tendrá gran influencia en los pitagóricos
y en Platón.
3. Características fundamentales del mito. Homero y Hesiodo.
Los mitos constituyen uno de los primeros intentos del ser humano de hacerse
cargo del mundo que le rodea: explicar y dominar la naturaleza y, también, comprender
quién es el mismo. Este tipo de narraciones ocupó un lugar importante en la evolución
de muchos pueblos, entre ellos el griego, porque les proveyó de sus primeras
descripciones y explicaciones del mundo: de su entorno natural, de los fenómenos
atmosféricos, de las principales culturas o de la vida de ultratumba. Los principales
rasgos que comparten los mitos serán los siguientes:
a)
Recurren a personajes legendarios. Dioses o grandes héroes serán
los
protagonistas
de
los
relatos.
Los
dioses
serán
personificaciones de los fenómenos naturales que pretenden
explicar (antropomorfismo).
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
b)
Ocurren en un pasado remoto prestigioso. El presente es visto
como una época degenerada de una anterior Edad de Oro en el
que ocurrieron todos aquellos grandes eventos
c)
Son relatos imaginativos y fantásticos. Aunque se basan en una
atenta observación de la realidad y de los problemas
fundamentales de la existencia, sus explicaciones no son
racionales porque no se justifican ni se demuestran. Los
fenómenos que se describen no obedecen a leyes precisas y
comprobables, sino a la voluntad caprichosa de los dioses, a
sus disputas y amores. Por lo tanto, la realidad es caótica y
arbitraria, poco ordenada.
d)
El autor es siempre desconocido y colectivo. Los mitos no son fruto
de la creación consciente e intencionada de una persona
concreta a quien se le puedan atribuir, sino que son
consecuencia de una formación lenta, espontánea y popular.
e)
Poseen un carácter tradicional y acrítico. Al ser anónimos y,
además, normalmente no están escritos, se transmiten de padres
a hijos. Los miembros de una cultura reciben los mitos y lo
aceptan, pero no participan activamente en su formación. Los
mitos no se critican ni se modifican, se aceptan y asumen tal y
como vienen dados por la tradición.
El corpus de mitos griegos viene dado fundamentalmente por las obras de dos
autores: Homero y Hesiodo.
Homero: históricamente apenas sabemos nada de él (se duda incluso de
su existencia), pero suponemos que vivió sobre el siglo VIII a. C. y que era
ciego (Homero puede venir de ho me horón, el que no ve). Fue un poeta o
rapsoda al que se le atribuyen los dos grandes poemas épicos griegos: La Iliada
y la Odisea.
a) La Iliada narra los últimos episodios de Troya. París, hijo de Príamo
y príncipe de Troya, rapta a Helena, prometida de Menelao, rey de
Esparta, lo que desata la guerra. Todos los pueblos griegos aúnan sus
fuerzas y se lanzan a la conquista de Troya. Tras diez años de guerra,
mediante la famosa estratagema del caballo, los aqueos conquistan la
ciudad. Los personajes principales serán Aquiles (el mejor guerrero
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
aqueo, ideal del aristoi), Ulises (rey de Ítaca), Héctor (hijo de Príamo
y hermano de Paris, será el mejor troyano), o Agamenón (rey de los
aqueos). En esta obra se verán claramente las características de la
moral agonal (de agon, fueza), propia del ideal aristocrático griego
previo a la revolución socrática del siglo V a.C., representada, sobre
todo, por el personaje de Aquiles. Esta moral entenderá la areté como
habilidad con la espada (si bien también será ya importante la
habilidad con la palabra, representada por Ulises), la búsqueda de la
inmortalidad entendida como la fama o gloria (permanecer en la
memoria de los otros por las hazañas conseguidas), y el linaje o
prestigio familiar (Aquiles será hijo de Tetis y Ulises desciende en
última instancia de Zeus).
b) La Odisea narra la vuelta a casa (Ítaca) de Odiseo (Ulises) una vez
acabada la guerra de Troya. Ulises tardará veinte años en volver a
Ítaca donde su fiel esposa, Penélope, ha de soportar a sus múltiples
pretendientes. Con su astucia (metis), Ulises se enfrentará a todos los
problemas ocasionados por el designio de los dioses.
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Hesiodo nació en Ascra (cerca de Tebas) hacia la segunda mitad del siglo VIII a.
C. Pudo ser contemporáneo de Homero e incluso rival suyo en certámenes
poéticos. Sus obras fundamentales son La Teogonía (donde explica el origen del
universo y las primeras generaciones de dioses), El escudo de Heracles (donde
narra la expedición de Heracles para batirse con Cicno, hijo de Ares) y Los
trabajos y los días (donde muestra su fascinante visión de las edades del
hombre).
La explicación del origen del universo y la primera generación de dioses de la
mitología griega (según Hesiodo) viene a ser la siguiente: Urano engendró a los
Titanes (Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Tea, Rea, Temis, Mnemósine,
Febe, Tetis, Crono) en la Madre Tierra (Gea) después de haber arrojado a sus
hijos rebeldes, los Cíclopes (gigantes con un solo ojo) y los Hecatónquiros (seres
con cien brazos y cincuenta cabezas), al Tártaro, un lugar tenebroso en el mundo
subterráneo que está tan lejos de la tierra como ésta del cielo. Un yunque que
cayera en él tardaría nueve días en tocar fondo. En venganza3, la Madre Tierra
convenció a los Titanes para que atacaran a su padre, y así lo hicieron,
encabezados por Crono, el más joven de los siete, al que ella armó con una hoz
de pedernal. Sorprendieron a Urano mientras dormía, y con la hoz de pedernal,
el despiadado Crono lo castró sujetando sus genitales con la mano izquierda (que
desde entonces se considera la mano del mal agüero) para arrojarlos después al
mar, junto con la hoz, en el cabo Drépano. Pero algunas gotas de sangre que
salieron de la herida fueron a caer en la Madre Tierra, que parió a las tres
Erinias, furias que vengan los crímenes de parricidio, llamadas, Alecto, Tisífone
y Mégera. De esta sangre también nacieron las ninfas del fresno (tres Furias con
un humor más festivo), llamadas Melíades.
Los Titanes entonces liberaron a los Cíclopes del Tártaro y pusieron la soberanía
de la Tierra en manos de Crono.
Sin embargo, en cuanto Crono se sintió amo absoluto de todo, desterró
nuevamente a los Cíclopes al Tártaro junto con los hombres de cien manos, y
tomando a su hermana Rea como esposa, gobernó en Élide.
Hesíodo señala en la Teogonía que la causa de la venganza era que: “los hijos más terribles, estaban
irritados con su padre desde siempre. Y cada vez que alguno de ellos estaba a punto de nacer, Urano los
retenía a todos ocultos en el seno de Gea sin dejarles salir a la luz y se gozaba cínicamente con su
malvada acción.”
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Crono se casó con su hermana Rea, a la que está consagrado el roble. Pero la
Madre Tierra y su moribundo padre Urano profetizaron que uno de sus hijos le
destronaría. Por tanto, cada año engullía a los hijos que Rea daba a luz: primero
a Hestia (diosa del fuego, que da calor al hogar), luego a Deméter (diosa de la
agricultura) y Hera (diosa del nacimiento y del matrimonio), después a Hades
(dios de ultratumba) y Posidón (dios del mar).
Rea estaba furiosa. Dio a luz a Zeus, su tercer hijo varón, en plena noche en el
monte Liqueo de Arcadia, donde ninguna criatura proyecta su sombra, y,
habiéndolo bañado en las aguas del rio Neda, se lo entregó a la Madre Tierra.
Ésta lo llevo a Licto, en Creta, y lo ocultó en la cueva de Dicte, en el monte
Egeo […]
En torno a la cuna dorada del niño Zeus, que estaba colgada de un árbol para que
Crono no lo encontrara ni en la tierra, ni en el cielo ni en el mar, permanecían los
Curetes armados, hijos de Rea. Se golpeaban las lanzas contra los escudos y
gritaban para amortiguar el llanto del niño, por temor a que Crono pudiera oírle
desde la distancia, pues Rea había envuelto una piedra en pañales y se la había
dado a Crono en el monte Taumacio de Arcadia, haciéndole creer que lo que se
iba a tragar era el recién nacido Zeus […]
Zeus alcanzó la edad viril entre los pastores de Ida, ocupando otra cueva aparte.
Luego buscó por todas partes a Metis la Titánide, que vivía junto a la corriente
del océano. Siguiendo su consejo fue a buscar a su madre Rea y le pidió que le
nombrara copero de Crono. Rea le ayudó de buen grado en su tarea de venganza,
proporcionándole la poción emética que Metis le había dicho a Zeus que
mezclara con la bebida enmelada de Crono. Éste, después de un buen trago,
vomitó primero la piedra, y luego a los hermanos y hermanas mayores de Zeus.
Salieron todos ilesos y, en señal de gratitud, le pidieron que le condujera en la
guerra contra los Titanes, que habían elegido al gigante Atlante como caudillo
(hijo de Jápeto y hermano de Prometeo, Epimeteo y Menecio), pues Crono ya no
tenía edad para esas lides.
La guerra duró diez años, pero al fin la Madre Tierra profetizó la victoria a su
nieto Zeus a condición de que tomara como aliados a aquellos que Crono había
desterrado al Tártaro. Así pues, Zeus se acercó en secreto a Campe, la vieja
carcelera del Tártaro, la mató, tomó las llaves y, tras liberar a los Cíclopes y a
los Gigantes de Cien Manos, los fortaleció dándoles comidas y bebidas divinas.
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Los Cíclopes le dieron inmediatamente el rayo como arma ofensiva, a Hades le
entregaron un yelmo que le tornaba invisible y a Posidón un tridente. Después
que los tres hermanos hubieron celebrado un consejo de guerra, Hades entró sin
ser visto en la morada de Crono para robarle sus armas; y mientras Posidón le
amenazaba con el tridente para distraer su atención, Zeus le derribó con el rayo.
Entonces los tres Gigantes de las Cien Manos alzaron rocas y las lanzaron contra
los restantes Titanes, y un grito súbito de la cabra Pan los puso en fuga. Los
dioses salieron en su persecución. Crono y todos los Titanes derrotados, excepto
Atlante, fueron desterrados a una isla británica en el lejano oeste (algunos dicen
que fueron confinados en el Tártaro) y se encuentran allí custodiados por los
Gigantes de Cien Manos. Nunca más volvieron a perturbar la Hélade. Atlante, su
caudillo guerrero, recibió un castigo ejemplar, siendo obligado a cargar el cielo
sobre sus hombros. Sin embargo, las Titánides fueron perdonadas, por
consideración a Metis y Rea.
B. EL PASO DEL MITO AL LOGOS
1. Características fundamentales del logos.
La filosofía surge como un tipo de conocimiento distinto y, en muchos sentidos,
opuesto al mito, en torno al siglo VI a.C. con los pensadores de la escuela de Mileto.
Por esa razón, el origen de la filosofía suele caracterizarse con la expresión el paso del
mito al logos. La palabra logos significa en griego razón, discurso, palabra; es decir, el
paso del mito al logos va a suponer el paso progresivo de unas explicaciones de la
realidad de tipo mítico a otras de tipo racional. Veamos las características
fundamentales del nuevo pensamiento racional:
a) No recurre a personajes legendarios. La razón o logos, intenta explicar
la realidad a partir de la observación directa de lo que ocurre,
buscando en ella principios y causas naturales. Las explicaciones se
hacen entonces menos antropomórficas (el rayo ya no es un dios, sino
un fenómeno natural que obedecerá a causas naturales) En general, los
primeros filósofos van a mantener un cierto escepticismo hacia los
dioses.
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
b) Se centra en el presente. Para explicar lo que ocurre no hace falta irse a
un pasado remoto lleno de dioses y héroes. Hay que observar la
realidad aquí y ahora y explicarle desde este mismo presente.
c) Las explicaciones requieren justificación racional. Las descripciones
de la realidad no se aceptan sin más, sino que se intentan dar razones,
justificar racionalmente el por qué. Parten de la observación e intentan
explicarla racionalmente. La realidad se hace entonces ordenada,
sujeta a leyes y principios y no ya sujeta a los caprichos y vicisitudes
de la vida de los dioses.
d) El autor es conocido e individual: la filosofía no es anónima ni creada
popularmente por la tradición. Cada filósofo será conocido por sus
propias teorías. Así hablaremos de la filosofía de Platón o de Kant.
e) Es crítico con la tradición. La filosofía no va a aceptar nada sin un
previo análisis crítico. El logos va a dudar de todo aquello que no sea
racional y como el mito esencialmente no lo es, será muy crítica con el
mito. Autores como Jenófanes serán muy críticos con la religión
pública.
2. Los físicos jonios: el logos teórico.
Los primeros desarrollos filosóficos parecen haber surgido a principios del siglo VII
a.C., en Jonia, en la costa oeste del Asia Menor (la actual Turquía, justo al otro lado del
mar Egeo desde la Grecia continental). Más concretamente hizo aparición en la ciudad
de Mileto, en la costa sur de Jonia, de la mano de TALES, ANAXIMANDRO y
ANAXÍMENES, extendiéndose posteriormente por todo el territorio.
Mientras la misma Grecia se hallaba en un estado de caos y de relativa barbarie,
a consecuencia de las invasiones dorias del siglo XI a.C., que hundieron la antigua
cultura egea, Jonia conservó el espíritu de la civilización anterior. Fue en Jonia donde
se originó la nueva civilización griega. Jonia, donde la vieja sangre y el espíritu egeos
perduraron más. Enseñó a la nueva Grecia, le dio las monedas acuñadas y las letras, el
arte y la poesía, y sus marinos, quitándoles la primacía a los fenicios, llevaron su nueva
cultura hasta los que entonces pasaban por ser los confines de la tierra.
La filosofía nació allí con el carácter de una actividad ociosa, es decir, no
impulsada por las necesidades de tipo práctico, sino ocupada tan sólo de la verdad:
como un modo de saber que sólo pretende saber.
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Para
entender
bien
la
transformación del espíritu griego
será útil pasar de lo accesorio o
meramente
fundamental,
descriptivo
de
modo
a
lo
que
podamos formarnos primero una
imagen mental del impacto sociocultural
que
debieron
causar
aquellas nuevas formas de vida.
Para a continuación entender las
profundas motivaciones que hacían de la vida de aquellos hombres algo verdaderamente
nuevo.
Lo que salta claramente a la vista en la figura de los primeros filósofos –que no
se atribuyeron, naturalmente, a sí mismos este nombre platónico- es su peculiar actitud
espiritual: su consagración incondicional al conocimiento, al estudio y la profundización
del ser por sí mismo. Esta actitud pareció a los griegos posteriores, y aun a los
contemporáneos, algo completamente paradójico, pero suscitó al mismo tiempo, su más
alta admiración. La sosegada indiferencia de aquellos investigadores por las cosas que
parecían importantes al resto de los hombres, como el dinero, el honor, e incluso la casa
y la familia; su aparente ceguera para sus propios intereses y su indiferencia ante las
emociones de la plaza pública, dieron lugar a las conocidas anécdotas relativas a la
actitud espiritual de aquellos pensadores que, recogidas especialmente por la Academia
platónica y por la escuela peripatética, fueron puestas como ejemplo y modelo de la
vida teorética, considerada por Platón como la verdadera praxis de los filósofos. En
estas anécdotas el hombre es el gran extravagante, algo misterioso, pero digno de
estima, que se levanta por encima de la sociedad de los hombres, o se separa
deliberadamente de ella para consagrarse a los estudios. Es ingenuo como un niño, torpe
y poco práctico y existe fuera de las condiciones del espacio y el tiempo. El sabio
TALES, abstraído por la observación de algún fenómeno celeste, cae en un pozo, y su
criada, natural de Tracia, se burla de él porque quiere saber las cosas del cielo y no ve lo
que hay bajo sus pies. PITÁGORAS, al serle preguntado por qué vive, responde: Para
considerar el cielo y las estrellas. ANAXÁGORAS, acusado de no cuidar de su familia ni
de su patria, señala con la mano hacia el cielo y dice: Allí está mi patria. Común a todos
es esta incomprensible consagración al conocimiento del cosmos, a la “meteorología”,
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
como se decía todavía entonces en un sentido más amplio y más profundo, es decir, a la
ciencia de las cosas de lo alto.
Lo que no saltaba tan
claramente a la vista, y sin embargo
constituía el verdadero manantial
de la filosofía, era la novedosísima
consideración
del
fundamento
como asistencia intrínseca ejercida
en la propia realidad, ello fijó la
indagación de un modo preciso.
Los presocráticos repiensan la
forma mítica de considerar la
realidad y se dicen: ¿cómo va a
estar el fundamento o principio de
las cosas que ahora existen en un
pasado?; ¿cómo se puede pensar
que lo que hace que algo sea real no
sea él mismo ya real, sino que lo
fue?; el pasado es “lo que ya no es”
y el futuro es “lo que todavía no es”, pero entonces, en rigor, ni el pasado ni el futuro
son. ¿Cómo entonces el no-ser va a ser fundamento y origen del ser? Véase lo decisivo
de su concepción del tiempo: en el mito, “lo que ya no es” es; ¿se puede decir un
absurdo más grande? esto es para nuestros amigos una pura contradicción, locura
desatada. Ellos piensan: sólo el presente es. Y de pronto el mundo se les ilumina: ¡se ha
hecho la luz, el fundamento de las cosas está en las cosas! El fundamento no es
independiente de lo fundado y viceversa. Un objeto pasado o futuro no es objeto en
absoluto. Los objetos sólo lo son en presente, por ejemplo: la lluvia llueve. A esta
indisoluble unidad de verbo y nombre, sin la que es imposible pensar nada real, es a
lo que habitualmente se denomina physis. Aquello que se busca es, sin embargo, la
arché (que significa principio). Así pues, la physis es el modo de considerar el principio
(el principio es principio, no por ser una cosa material, sino por fundar el aparecer de la
cosa).
La determinación de la arché aparece con nitidez en el comienzo de esta nueva
modalidad sapiencial. Se trata de un pensar concentrado, que sabe de antemano dónde
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
ha de buscarse el fundamento, por más que sea recóndito o difícil de identificar. La
dificultad no se debe a que el fundamento esté colocado en el pasado (mito), sino que es
cuestión de profundidad. El fundamento está, en todo caso, en el fondo: el fundamento
es fondo, pero lo es ahora, ya.
La filosofía o cosmología jonia es pues, principalmente, un intento de aclarar en
qué consiste el principio de todas las cosas o dicho de otro modo, en qué consiste ser.
El saber qué elemento eligió cada filósofo como arché no importa tanto cuanto el hecho
mismo de que tuvieron en común esta idea.
1) La escuela de Mileto, denominada así por proceder TALES, ANAXIMANDRO y
ANAXÍMENES (siglo VI a.C.) de esta ciudad de la costa sur de Jonia, propusieron una
explicación monista, es decir, defendieron la existencia de un único principio de toda la
realidad.
TALES propuso como sustancia primordial el agua. Naturalmente el significado
no es el mismo que para un moderno. ARISTÓTELES, refiriéndose a TALES, nos da una
pista al remitirnos a la humedad y a la relación de ella con “germinación” y
“crecimiento”. Así pues, podría ponerse en relación con el “nacer, crecer, brotar, surgir,
llegar a ser”.
También se le atribuye el haber dicho que “todo está lleno de dioses”. El “dios”
es el carácter de lo inquietante, de lo que no se deja remitir a un modelo explicativo.
Podría ser entendido como que cada cosa alberga en sí el principio de su realidad.
ANAXIMANDRO habría caracterizado la arché como ápeiron, que significa lo
indeterminado, lo que no tiene límite. Para un griego, límite es “ser” mientras que la
ausencia de límite es “no ser”. Límite es figura, configuración, por lo tanto, ser algo. De
los fragmentos con que contamos cobran especial importancia las siguientes sentencias:
“las cosas dan díke a partir de la adikía” y “las cosas dan pago unas a otras”. La palabra
díke significa ensamble; adikía, por el contrario, desunión, predominio. Con la noción
de adikía o predominio nos dice ANAXIMANDRO que cualquier cosa consiste en sí
misma a condición de no consistir en otra. La mesa es mesa a condición de no ser silla,
es decir, desde esa unilateralidad. Pero a continuación añade ANAXIMANDRO que,
siguiendo con nuestro ejemplo, la mesa es mesa por “lo mismo” que la silla es silla.
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
2) PITÁGORAS4 nació en Samos en el año 570 a.C. PITÁGORAS hace una curiosa
observación acerca del alma, al señalar que su ser sólo tiene lugar en no-ser. Como
todos sabemos, el destino de las almas es el Hades, que entendido como a-idés
(invisibles) es el estatuto de la no-presencia. Sólo en la no-presencia ha tenido ya lugar
“el final de todo asunto y negocio” y por lo tanto sólo ahí el hombre tiene ya figura,
presencia, límite, es decir, ser. Esto, es obvio, conduce a la inmortalidad del alma.
En cuanto a la arché de lo real, PITÁGORAS la identifica con el número
(entendiendo por tal, no algo cuantitativo sino cualitativo). Los números pueden añadir
forma, figura, presencia, a lo que de suyo no tiene límite. Así, por ejemplo, entiende
PITÁGORAS que el que “dos” sea la alteridad y “tres” el cierre pone en marcha la
identificación de “impar”/”par” con “límite”/”ausencia de límite”, donde límite es ser y
ausencia de límite no-ser. El uno se identifica con la contraposición misma de
par/impar.
3) HERÁCLITO de Efeso (550-480 a.C., aprox.) es el primer filósofo que
introduce el término de la lengua común physis con un significado específico para la
arché. En efecto, todo lo señalado hasta ahora se hace explícito a través del significado
que da HERÁCLITO al término. Así, la presencia, aspecto, figura, configuración, aparece
como inseparable del crecimiento, brotar, romper, surgir, salir a la luz. Lo nominal es
inseparable de lo verbal.
HERÁCLITO propone como arché el fuego (bien entendido, una vez más, que no
se está refiriendo al fuego material). Nos dice que “en cada caso vivir” consiste para el
fuego en un cierto “encenderse y apagarse”. Ciertamente, el fuego es un estar entregado
a lo contrario. Sólo hay fuego en cuanto hay un cierto no haber sido penetrado todavía
por el fuego, y, cuando el fuego ya lo ha penetrado todo, entonces de nuevo está todo
apagado. El fuego se extingue en la entrega; es un cierto cesar en la consumación. Se
trata de entender que en la plenitud de la entrega del fuego a la tierra hay un cierto
pasar. Dicho más claramente, aunque haya como se ha señalado, una indisoluble unión
de nombre y verbo (en presente), el presente se extingue continuamente, consiste en un
cierto “encenderse y apagarse”, y con ello también cambian los nombres. En el remitirse
del fuego a la tierra, tienen lugar las cosas “ahora esto, ahora aquello, ahora lo otro”, el
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PITÁGORAS DE SAMOS fue también un pensador jónico, a pesar de que su acción se desarrollo en la Italia
meridional. Su tipo espiritual es tan difícil de determinar como su personalidad histórica. Su figura
tradicional ha cambiado con la evolución de la cultura griega. Así nos ha sido presentado como
descubridor científico, como educador, como fundador de una orden o de una religión y como taumaturgo
(realizador de actos extraordinarios).
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
“fluir”, el “agua”. Así pues, HERÁCLITO es el gran filosofo del devenir, del cambiar, y
por eso nos dirá que jamás nos bañaremos dos veces en el mismo río.
4) Con PARMÉNIDES de Elea (Italia 515-440 a.C., aprox.) la unidad nominalverbal se acentúa porque se acude al verbo “es”. PARMÉNIDES señala que “lo ente es”, lo
ente es lo siendo, las cosas, esta, aquella y la otra cosa. El “es” de la fórmula “ente es”,
sin embargo, significa “ser”, “que ser es”, “que acontece ser”. Tenemos pues, dos
significados en la expresión: por una parte la pluralidad de cosas: esto, aquello, lo otro,
etc., por otra, aquello que es uno y lo mismo para todo, que acontece ser.
3. Ethos y polis: el logos práctico
El logos teórico se nos ha mostrado como razón, ley o medida que rige toda la actividad
intelectual. Al analizar la índole del logos comprendemos que esas leyes no proceden
del capricho o de la voluntad de los hombres, sino que naturalmente subyacen como
requisitos del pensar. Son leyes naturales, contrapuestas a las convencionales.
¿Existe un logos práctico natural? ¿Existen leyes naturales de la convivencia? Convivir
es naturalmente, algo más que coincidir en el espacio y el tiempo. La unidad espiritual a
que aludimos con la convivencia se plasma en la cultura y tiene como elemento
indispensable el lenguaje (sin lenguaje o comunicación no hay convivencia). La
convivencia es tanto mejor cuanto mayor es la comunicación. La comunicación
admite grados: hay signos que entenderían todos los seres humanos independientemente
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
de su idioma, pero parece indudable que es el desarrollo del lenguaje y su carácter
comunitario lo que permite la comunicación y la convivencia. El desarrollo de espacios
físicos que fomenten la palabra será imprescindible para el pueblo griego.
Elementos de la polis
a) Ágora, imprescindible en el desarrollo de la ciudad como ente corporativo.
Hay dos tipos fundamentales: uno de tipo administrativo y reunión del
pueblo en solemnidades y otro como lugar de comercio y negocio.
b) Stoa: pórtico cubierto, suele levantarse cerca de lugares de recreo público
como gimnasios y teatros.
c) Gimnasio y palestra: lugares de ejercicio físico y escuela de lucha.
d) Buleuterio y eclesiasterio: edificios públicos para reuniones políticas.
e) El teatro. Los dos géneros cultivados en el teatro griego eran la tragedia, en
la que se relataban leyendas o hechos históricos, y la comedia, en la que se
ridiculizaban las costumbres y los personajes notables de la época. Entre los
autores de tragedias se destacaron: Euripides, Esquilo y Sófocles, y en la
comedia se destacaron Cretino y Aristófanes.
El otro elemento a que debemos aludir al hablar de logos práctico (razón, ley, medida,
orden) es el de derecho. El derecho es un cierto poder moral (no físico ni intelectual)
por el que cada uno recibe lo que es justo. En función de qué consideremos que merece
cada individuo y cada estamento social, obtendremos diversos sistemas políticos:
monarquía, aristocracia, timocracia/democracia, oligarquía, tiranía.
Organización política: la polis
Frente a los grandes estados orientales, cuyas dimensiones territoriales exigen un
poder coactivo, que suprime la libertad del individuo, el griego se organiza en ciudades
estado. Las guerras médicas, entre persas y griegos, son un enfrentamiento entre dos
concepciones políticas antagónicas, una confrontación entre subditos y ciudadanos. En
la organización primitiva, la koiné (aldea), se mantenía el régimen gentilicio, el grupo
de familias unidas por un tronco común. Las sucesivas invasiones de pueblos que entran
en la península helénica obligan a buscar una organización más amplia, la polis, que se
antepone a los intereses de los genos, los grupos familiares.
Tres funciones influyen en el emplazamiento y estructura de la polis:
a)
Militar: se elige el lugar más fácil de defender, la acrópolis, fortaleza,
que repite la fórmula de Micenas.
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
b)
Económica: se busca un emplazamiento próximo al mar o a caminos
naturales. En Atenas, el ágora desplazó a la acrópolis como centro de
la vida urbana, cuando la complejidad de los intercambios comerciales
exigió una ubicación en un lugar menos agreste que la colina sagrada.
c)
Estética: el marco natural ha de satisfacer unos ideales de belleza.
Ideal político griego: la democracia
Una serie de hombres públicos relevantes, Solón, Efialte, Clístenes, Pericles, se
esfuerzan en configurar para Atenas un régimen político basado en la igualdad y el
gobierno del pueblo. Los griegos se enorgullecen de someterse a un orden, no a un
hombre. La ley aglutina la ciudad más hondamente que la tierra, el comercio o la
religión. Heráclito dirá: “el pueblo debe combatir por la ley como por la muralla de la
ciudad”. Algunos pensadores consideran la norma objetiva (ley) como una invención y
un don de los dioses. Frente a la concepción aristocrática de que existen hombres con
talento político innato, PROTÁGORAS defiende la idea de que cada hombre tiene una
parcela de sentido cívico perfeccionable por la experiencia. En consecuencia, el
ciudadano tiene el deber de colaborar en los asuntos públicos, como expresa PERICLES
en la emotiva Oración fúnebre por los muertos en la guerra del Peloponeso: “pues
somos los únicos que consideramos no hombre pacífico sino inútil al que nada participa
en ella” (la cosa pública), “fue por una ciudad así por la que murieron ellos”.
El funcionamiento de la democracia ateniense se basaba en tres instituciones:
La Asamblea o Ekklesia tenía el mayor poder. En ella se trataban los asuntos
más importantes de la polis, se aprobaban las leyes se decidía sobre la guerra y la paz.
Formada sólo por los ciudadanos (varones mayores de 21 años, hijos de padre y
madre atenienses). Se reunían al menos cuatro veces al mes, y en ella, los ciudadanos
podían expresar su opinión. Al finalizar, se votaba a mano alzada y se proclamaba el
resultado.
La Boulé o Consejo de los Quinientos preparaba las leyes y asuntos que se
trataban en la Asamblea, y controlaban su funcionamiento y el trabajo de los
magistrados. Constaba de 500 miembros, elegidos cada año por sorteo.
Los magistrados ejecutaban las decisiones de la Asamblea. Eran 9 arcontes,
responsables de los asuntos civiles y militares, y 10 estrategas o jefes de ejército. Los
elegía en parte la suerte y en parte la Asamblea.
Clases sociales de Atenas
En la sociedad ateniense existieron tres grupos sociales:
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Los ciudadanos. Sólo ellos tenían derecho a participar en la vida política.
Los metecos o extranjeros trabajaban como artesanos y comerciantes. Pagaban
impuestos y formaban parte del ejército, pero tenían limitados los derechos políticos.
Los esclavos trabajaban en el campo, las minas y las canteras, o en el servicio
domestico y carecían de derechos. El origen de la esclavitud era muy variado: deudas,
guerra, condena judicial, etc.
Todas las manifestaciones culturales de Grecia están presididas por una
preocupación por el hombre. Se trata de una cultura antropocéntrica, como define la
famosa sentencia de PROTÁGORAS: “el hombre es la medida de todas las cosas” o la
de MENANDRO: “nada es más amable que el hombre cuando es hombre”.
A diferencia de la cultura egipcia, todos los edificios deben estar proporcionados
a la escala del hombre. Estos edificios no se entienden como entes aislados, sino como
parte de un conjunto.
En resumen, el constructor griego estudia la escala, la dimensión comunitaria del
edificio, su funcionalidad, la relación con la topografía, etc.
La búsqueda de la armonía visual les obliga a alejarse de la medida matemática
y a jugar con la óptica. Estas modificaciones no responden a ninguna necesidad
funcional ni estructural sino al elevado idealismo de unas construcciones que desean
responder a las severas exigencias del espíritu humano y corregir las perturbaciones que
los efectos ópticos introducen.
Mientras el templo y teatro transmiten las aspiraciones de la colectividad la casa
traduce dimensiones del individuo. La vida doméstica gravitaba en torno al peristilo,
un patio con columnas al que se asomaban las habitaciones y que equivalía en el
ámbito familiar al ágora urbana.
Los escultores plasmaron en la figura humana sus concepciones de belleza física
y equilibrio espiritual. La belleza concebida como medida, proporción entre las partes,
anatomía armoniosa, idealización del cuerpo humano, alcanza su plenitud.
La expresión intenta exteriorizar los sentimientos, fusionando la vertiente
espiritual del hombre y su fachada física. También plasman el dinamismo.
4. La democracia griega.
Durante los siglos XII-IX a. C. se da en Grecia la llamada “Edad Oscura”. Cae la
monarquía micénica y con su caída se da una época de retroceso económico y cultural.
El poder va a estar en manos de la clase aristocrática, las leyes no van a estar escritas y,
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
por lo tanto, únicamente obedecerán al capricho del aristoi de turno. Estos abusos de la
nobleza van a traer graves conflictos entre genos (clanes) y entre los mismos
aristócratas y el pueblo llano (demos). Van a surgir las figuras de los sabios
reformadores (Sólon, Clístenes, Pericles): hombres que escribirán los primeros códigos
de leyes dando cada vez más poderes al demos en detrimento de los privilegios
aristocráticos. Llega un momento (siglos VI-IV a.C.) en que los aristócratas pierden el
poder: surge el primer sistema democrático de la historia.
Ya sabemos que a partir
de la caída de Micenas surgen las
poleis como unidades políticas
independientes. Esta autonomía
va a favorecer su unidad interna
y la necesidad de “ponerse de
acuerdo”. Sin un monarca ni un
aristócrata que les dijera qué es
lo que tenían que hacer, surge la
necesidad de hablar, discutir,
argumentar qué era lo mejor para
su polis. Del mismo modo, las
poleis costeras y las colonias se
enriquecen
mediante
el
comercio. Pero el comercio no
las hace solamente más ricas,
sino que abre sus mentalidades.
El hecho de relacionarse con otros pueblos les hace comprender que existen muchas
otras formas de ver la realidad y no sólo la suya. Esto los hace más dialogantes y
tolerantes con otras formas de pensar. Surge cierto relativismo cultural muy beneficioso
para un sistema democrático.
En Atenas, la democracia (demos: pueblo y kratos: poder) hacia residir su poder
en la asamblea (ekklesia) formada por todos los ciudadanos libres mayores de 21 años
(exceptuando mujeres, esclavos y extranjeros) que se reunían en el ágora una vez cada
nueve días a debatir sobre todos los asuntos de la polis (se estima que la ekklesia pudo
llegar a estar formada por unas 20.000 personas) y votaban las resoluciones. Otra
institución en la democracia ateniense será el consejo (boulé) formado por 500
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
miembros elegidos por sorteo que se reunían diariamente y se encargaban de preparar
los proyectos de ley para su presentación en la asamblea. Una de las características más
importantes de la democracia griega es que era directa y no representativa. Cada
ciudadano libre hablaba por sí mismo y votaba cada decisión. En nuestra actual
democracia representativa cada ciudadano es representado por otro que habla y decide
por él. Lo único que decidimos en la representativa es quién nos representará, quién
hablará y decidirá por nosotros.
5. Sócrates y los sofistas.
En el conjunto de la cultura Griega, con su siempre presente ideal de formación
humana, hallamos en la sofística el momento cultural en que este ideal se hace
plenamente consciente. Hacia el siglo V a. C., en tiempo de Sófocles, se inicia un
movimiento espiritual de incalculable importancia para la posteridad: es el origen de la
educación en el sentido estricto de la palabra: la paideia.
Los sofistas o maestros de sabiduría, como los llamaban sus contemporáneos y pronto
se designaron a sí mismos, se ofrecían a enseñar la virtud política –elevando su
aptitud intelectual y oratoria, que en las nuevas condiciones del siglo V era lo decisivoa cambio de dinero.
Los pocos conocimientos que tenemos de ellos proceden principalmente de sus
adversarios. Representan, como tantas veces se ha dicho, la Ilustración de la Grecia
clásica y, por tanto, la desmitificación de la vida griega, la crítica atrevida de las
costumbres y las creencias, y la secularización. Son la manifestación (también una de
sus causas) de una situación espiritual inédita en la que los atenienses habían dejado de
creer en sus tradiciones, en sus dioses y en su pasado.
En la obra de los sofistas es el hombre el que va a ocupar el centro de todas las cosas.
No hay ninguna verdad, ningún principio superior, ningún absoluto por encima del
hombre, ninguna medida objetiva a la que éste deba ajustarse, nada ante lo que el
hombre esté obligado a inclinarse.
Son auténticos maestros de la retórica, que enseñan a la juventud deseosa de éxitos
políticos a desenvolverse en el ágora, la asamblea o los tribunales. La vida intelectual
tomaba para ellos el cariz de una competición deportiva en la que el aplauso del público
tenía la última palabra.
El más famoso de los sofistas es PROTÁGORAS DE ABDERA (480-415). Se dice que fue
fundador de la gramática. El fragmento más significativo de su pensamiento es: “el
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son, y de las que no
son en tanto que no son”. Ahora bien, si el hombre es la medida de las cosas, las cosas
no tienen medida objetiva. Si el hombre es la medida o ley de las cosas, no hay leyes
naturales. Se trata de la disputa entre las nociones de physis y nomos (naturaleza y
convención).
El otro gran sofista es Gorgias, que define su arte como arte oratorio y afirma que esta
dispuesto a formar en tal arte a todos lo que lo deseen. Se vanagloriaba de haber
contestado a cuantas cuestiones se le habían propuesto, ofreciéndose después a verificar
lo argumentado. Forma parte de la primera generación de sofistas junto con Protágoras
con quien compartió el presupuesto básico de su filosofía: el relativismo y el
escepticismo. Nos movemos en el mundo de la mera opinión, siendo la verdad para
cada uno de nosotros aquello que nos persuade como tal. La retórica es la técnica de la
persuasión, y el sofista, el maestro de la opinión.
Recogió la temática de la Filosofía eleática concluyendo que nada existe. Se encuentran
en una de sus obras, Sobre la Naturaleza o el No Ser, tres célebres tesis, muy
conocidas y difíciles de entender:
1. No existe realidad alguna.
2. Si algo existiera, no lo conoceríamos.
3. Aún en el caso de que pudiéramos conocer algo, no podríamos comunicarlo a
los demás.
El relativismo de Protágoras pasa a ser en Gorgias escepticismo, al declarar falsas
todas las opiniones (puesto que ninguna opinión puede ser contrastatada con la
realidad).
En este ambiente surge, con el derrumbe de las tradiciones, la contraposición physisnomos, lo natural y lo convencional, y lo que se descubre fruto de la convención se
considera relativo, mudable, arbitrario, perecedero. Todo el orden de las cosas humanas
aparece como mudable y contingente. Surge así el problema en torno a la ley natural y
la pura arbitrariedad de la ley positiva.
Cabe destacar la postura de CALICLES, para el que la justicia natural ordena el
sometimiento de los débiles a los fuertes, mientra que la justicia legal, es considerada
como barrera puesta por los débiles, para someter a los fuertes.
Frente a todo el movimiento sofista se alza SÓCRATES, principal interlocutor de las
obras platónicas y creador de un movimiento cultural que haría del pensamiento heleno,
el fundamento mismo de todo occidente y de la racionalidad. Hijo de SOFRONISCO y
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
FENARETA, nació en el año 470 a. C. Fue en tres ocasiones a la guerra, donde parece que
dio muestras de gran valor y dominio de sí. Se casó con la proverbial JANTIPA, casi tan
famosa como él; esta mujer ruidosa y vulgar, hostigaba continuamente a SÓCRATES
exigiéndole que trabajara. Quizá es cierto que un día llegó a arrojarle un cubo de agua
sucia cuando el maestro se hallaba en plena conversación filosófica. SÓCRATES era
pobre y, sin embargo, no necesitaba nada. Se contaba que, ante la puerta de una tienda
repleta de objetos, exclamó: “¡Cuánto es lo que necesitan los atenienses!”. ARISTÓTELES
lo presenta descalzo. Vivía como un holgazán, dedicado por completo a la conversación
con los conciudadanos. Cualquiera podía, de repente y sin desearlo, convertirse en su
interlocutor. Parsimonioso, regordete, feo, entabla conversación con el general y el
zapatero, con el estadista y el arriero.
La mayéutica: “Sé comprensivo conmigo, querido amigo; me gusta aprender, y el
campo y los árboles no quieren enseñarme nada, pero sí los hombres de la ciudad”.
(Platón, Fedro).
El diálogo socrático tiene dos momentos. En primer lugar –ironía socrática-, mediante
una serie de preguntas hábilmente dirigidas, pone de manifiesto la superficialidad e
inconsistencia de las ideas dominantes. Quiere evidenciar la ignorancia, pues es el
primer paso hacia el auténtico saber: el deseo de saber como paso obligado hacia la
sabiduría verdadera. Así cobra valor la sentencia del oráculo en Delfos: “Sócrates es el
más sabio de los mortales” al saber de su ignorancia: “Sólo sé que no sé nada”.
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EL ORIGEN DE LA FILOSOFÍA
Cabe pensar que bajo este aspecto se formula una de las grandes discrepancias entre los
sofistas y Sócrates. La virtud no se puede enseñar porque no es conocimiento objetivo
sino reconocimiento de la ignorancia. La virtud no es sabiduría sino filosofía.
El segundo momento del diálogo es la mayéutica, arte que dice haber aprendido de su
madre que fue comadrona. Sócrates finge actuar únicamente como partero, incapaz de
pensar por sí mismo y por propia cuenta. Sin embargo, el interlocutor acabará por
confesar que ha dicho más cosas de las que creía saber. Ha vuelto a encontrar lo que ya
sabía: conocer es recordar la verdad que llevaba dentro.
El concepto universal y el Bien: para Sócrates, más allá de los entes particulares
sensorialmente, se encuentra el universal concebido por la mente, el concepto, que ya no
depende de la percepción de los hombres, sino que es una y es verdadera en sí, aunque
los hombres la desconozcan o la ignoren.
En segundo lugar, Sócrates buscaba el Bien en sí mismo. En el orden moral se eleva
desde lo meramente deseado hacia lo deseable como tal, aquello que es bueno en sí y
por sí.
(Pondré un ejemplo que aclare la objetividad con que Sócrates se enfrenta a los
universales y al Bien: algunas culturas indias (los calatias) practican el canibalismo de
sus progenitores al morir estos; para un griego del s. VIII, eso sería algo horrible, pues
lo adecuado es quemar a los muertos. Aparentemente es muy distinto lo que hacen, pero
en el fondo es lo mismo, ya que ambos intentan rendir respeto a sus padres. De hecho el
escándalo nace en ambos porque creen que el otro no les está rindiendo el respeto
merecido. De todo ello se desprende que tras las aparentes diferencias se encuentran los
universales).
El intelectualismo moral: para Sócrates, el mal es un cálculo erróneo de aquel que
busca el bien. El bien es lo amable, por tanto, dirigirnos hacia aquello que por
definición se odia, es tanto como no haberlo reconocido como malo. En definitiva,
nadie hace el mal a sabiendas.
CONCLUSIÓN: Somos hijos de los griegos, y si queremos entendernos, los
tendremos que entender a ellos.
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