Los sofistas y Sócrates

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INTRODUCCIÓN………………………………………………………….2
PAUTAS PARA LA REALIZACIÓN DEL COMENTARIO DE TEXTO…4
EDAD ANTIGUA…………………………………………………………...10
LOS PRESOCRÁTICOS…………………………………………………12
LOS SOFISTAS Y SÓCRATES……………………………………...…27
PLATÓN……………………………………………………………..….……..37

CONTEXTO……………………………………….……..38

TEORÍA……………………………………………….….39
 TEMA 1 (GNOSEOLOGÍA)(41 a 48, y 55 a 57)
 TEMA 2 (ANTROPOLOGÍA) (58 a 62)
 TEMA 3 (ÉTICA-POLÍTICA)(63 a 73)

TEXTOS 1,2 Y 3 (74, 75 Y 76)

DIBUJOS (77,78,79)
ARISTÓTELES………………………………………………………80

CONTEXTO……………………………………….81

VIDA, OBRA Y EVOLUCIÓN……………………82

TEORÍA……………………………………………87
 TEMA 4 (GNOSEOLOGÍA)( 87 a 89 Y 97,98)
 TEMA 5 (ANTROPOLOGÍA) (96 a 98)
(Breve resumen del hilemorfismo – 91- y acto
potencia-92 y ss)
 TEMA 6 (ÉTICA- POLÍTICA) (99 a 104)

TEXTOS 4,5 Y 6 (105, 106 Y 107)
HELENISMO: CINISMO, EPICUREISMO, ESTOICISMO,
NEOPLATONISMO Y MISTICISMO ………………………………….108
COMPARACIONES ENTRE AUTORES…………………113 a 124
1
INTRODUCCIÓN
A grandes rasgos los temas que vamos a tratar en Filosofía son los
siguientes. (La numeración es de los textos que entran en la prueba de
acceso a la universidad)
La Filosofía antigua. Las principales cuestiones que cabe
considerar son, por ejemplo, el tránsito del mito al logos entre los
presocráticos; los primeros intentos metafísicos de Parménides y Heráclito;
la significación de los filósofos pluralistas; Sócrates y los socráticos
menores; el nacimiento de la "polis" y de la democracia en Atenas, y el
proyecto ético del epicureísmo y el estoicismo, etc.
Platón: El problema del conocimiento(1). El problema del hombre(2).
El problema moral(3).
Aristóteles: El problema del conocimiento(4). El problema del
hombre(5). El problema moral.(6)
La Filosofía Medieval.
Debe contextualizarse la Filosofía medieval mediante los grandes
problemas que se suscitan en torno a la necesidad de poner de acuerdo la
fe, representada por las religiones monoteístas, y la razón, representada,
sobre todo, por las filosofías de Platón y Aristóteles. El platonismo cristiano
tiene su expresión más completa en el pensamiento de San Agustín de
Hipona, en tanto que la síntesis entre cristianismo y filosofía aristotélica
quedó modelada en el de Santo Tomás de Aquino. A partir del siglo XIV se
inicia la crisis de la Escolástica medieval que es consecuencia, por un lado,
de la filosofía de Guillermo de Ockham y, por otro, de los desarrollos
científicos del siglo XIV (Oresme, Buridan, Sajonia).
San Agustín de Hipona: El problema del conocimiento o El problema
del hombre(7).
Santo Tomás de Aquino: La concepción teológica tomista o la
relación razón y fe (8).
La Filosofía Moderna.
El eje fundamental es el nuevo concepto de racionalidad que surge
en los siglos XVI y XVII y se caracteriza por la secularización del
pensamiento, el nacimiento de la ciencia moderna, la búsqueda de una
nueva antropología basada en el sujeto consciente y una nueva forma de
organizar el gobierno basada en la democracia.
2
En este contexto se deben considerar las grandes corrientes
constituidas por el racionalismo y el empirismo, entre cuyos representantes
se pueden mencionar a Descartes, Spinoza, Locke y Hume. A lo largo del
siglo XVIII, o Siglo de las Luces, surgen diferentes formas de interpretar la
Ilustración. En el campo de la filosofía política, adquiere especial relevancia
la fundamentación que realiza Rousseau de la democracia. Por otro lado,
aparece un nuevo racionalismo crítico con Kant, que realizará una síntesis
acabada y completa de los supuestos gnoseológicos y éticos de las
corrientes racionalista y empirista.
Descartes: El problema del conocimiento(9). El problema de la
realidad(10).
(Hume. Breve explicación para entender a Kant)
Kant. El problema del conocimiento(11). El problema moral (12).
Filosofía Contemporánea.
Entre las corrientes filosóficas del siglo XIX se pueden estudiar el
materialismo histórico-dialéctico del marxismo y el vitalismo de Nietzsche,
que suponen una culminación de los problemas de la filosofía y, a la vez,
constituyen un antecedente del pensamiento actual. El marxismo se centra
sobre todo en el análisis de las contradicciones del sistema económico y
político propio del capitalismo industrial. Desde otra perspectiva, el
vitalismo de Nietzsche se ocupa del ocaso de la cultura occidental
dominada por los valores racionalistas de los griegos y los valores morales
del cristianismo.
Marx: El problema del conocimiento histórico(13). El problema del
hombre(14).
Nietzsche: El problema de la realidad(15). El problema del
conocimiento(16). El problema moral(17).
3
PAUTAS PARA LA REALIZACIÓN DEL COMENTARIO DE
TEXTO
1 - RESUMEN DEL TEXTO.
+ Labor previa:
- En casa: Antes de hacer el examen deberemos leer, subrayar y resumir los
textos que nos han sido entregados. No basta con estudiar la teoría sino que debemos
volver una y otra vez a los textos. Se comprenden mejor los textos si antes hemos
entendido bien la teoría. El último repaso será de la teoría y de los textos. Si sólo
estudiamos la teoría perderemos un tiempo muy valioso al realizar el examen.
- En el momento del examen. Un buen resumen presupone una lectura atenta. Es
muy importante no dejarse llevar por la ansiedad y dedicar el tiempo necesario para la
comprensión del texto (Leer las veces que sean necesarias). Este tiempo se reduce
mucho si lo hemos trabajado en casa.
En una primera lectura subrayaremos o apuntaremos al margen las ideas
principales. Posteriormente intentaremos redactar esas ideas principales del texto,
exponiendo el problema que se trata y el modo de argumentar del autor. Muchas veces
la puntuación del texto nos ayuda a encontrar la estructura del texto.
+ La redacción del resumen.
Una vez que hemos encontrado las ideas principales del texto y sabemos lo que
quiere decir el autor y cómo lo dice, debemos redactar el resumen. Desde la
coordinación de la universidad se ha remitido una estructura de carácter formal que
ayuda a expresar bien el contenido de los textos. La estructura es la siguiente:
"En este texto de [autor] perteneciente a su libro [título de la obra] plantea un
problema [ontológico, gnoseológico, antropológico, ético, político] que responde a la
pregunta [forma interrogativa del problema]. Entiende por [primer término a
definir]...... Por [segundo término a definir]..... Y por [tercer término a definir]....
Argumenta que [primer argumento o justificación] y que [más argumentos si los
hubiere]. Para concluir que efectivamente [tesis principal del texto].
Es evidente que en esta estructura se da respuesta conjunta al resumen y a las
definiciones.
Quizás resulte más sencillo separar el resumen de las definiciones. Una opción
puede ser esta:
-RESUMEN:
4
"En este texto de [autor] perteneciente a su libro [título de la obra] plantea un
problema [ontológico, gnoseológico, antropológico, ético, político] que responde a la
pregunta [forma interrogativa del problema]. Argumenta que [primer argumento o
justificación] y que [más argumentos si los hubiere]. Para concluir que
efectivamente [tesis principal del texto].
- DEFINICIONES.
De las palabras subrayadas he elegido para su definición las siguientes:
-(PRIMER TÉRMINO):
-(SEGUNDO TÉRMINO):
-(TERCER TÉRMINO):
- ¿CÓMO CONTESTAR A LAS DEFINICIONES?
En todos los textos encontraremos unas cuantas palabras subrayadas. Es muy
importante elegir aquellas tres que dominamos mejor. Nos tomaremos el tiempo oportuno
para elegir bien.
En la definición deberemos dar, si es posible, (1)el significado ordinario del
término, (2)el significado filosófico general y (3)el uso específico en el autor del texto.
(Este último suele ser imprescindible.). Si se expresan los tres, mejor que mejor. De los
tres el menos importante es el primero.
Una buena definición siempre debe decir qué es lo definido. Una vez que se dice lo
que es, se puede hablar de clases, importancia, finalidad, origen, etc.
Es mejor extenderse (sin pasarse) que quedarse corto.
2.- EXPON LA TEORÍA DE ...
De cada autor hay que explicar aquel aspecto problemático (realidad, conocimiento,
hombre, ética y política) que aparece en el texto.
La redacción del tema en cuestión no se puede hacer si no se ha comentado en una
breve introducción los caracteres generales de la corriente de pensamiento en la que se
incluye el autor. Una vez hecho esto se expondrá el tema, resaltando la importancia que
tiene ese tema en la filosofía del autor y su trascendencia en la filosofía en general.
Si no se tratan aspectos biográficos e históricos del autor, es conveniente que se
comente que más adelante en la pregunta 3 se situará al autor.
3.- CONTEXTO CULTURAL
En esta cuestión podemos hablar de los siguientes temas.
5
1. La biografía del autor y su protagonismo en la época que le tocó vivir. (Si no se
ha hablado de la corriente a la que pertenece y su trascendencia en la filosofía
de su época, este es un buen momento para hacerlo. Si ya se ha comentado en la
cuestión anterior, no hay que volver a decirlo)
2. Los acontecimientos históricos más significativos de la época en que vivió el
autor.
3. Los caracteres más sobresalientes de la cultura de su época (Arte, tecnología,
economía, organización política, religión, etc.).
4. Los rasgos más destacados de la mentalidad de la época del autor.
Es muy importante tener muy claro a qué época pertenece el autor. Si hay algún
tipo de controversia, se dará una respuesta argumentada. Hay autores que pueden estar a
caballo entre dos épocas. Si es así se expondrá con claridad.
Un modo de iniciar la redacción de esta cuestión puede ser la siguiente:
(Autor), (1500-1501), perteneciente a la época de (tal). De este periodo histórico
vamos a destacar los siguientes temas:
-
Sucesos históricos más destacados:
+
+
+
-
Los caracteres más sobresalientes de la cultura de su época en los siguientes
aspectos:
+ Arte:
+ Tecnología:
+ Economía:
+ Política.
+ Religión.
- Para finalizar se puede intentar relacionar lo anterior con la biografía del autor.
¿Cómo influyeron los sucesos históricos y la cultura en el autor?
4.- RELACIÓN
Este apartado del comentario de texto, de acuerdo con lo decidido en la
reunión de coordinación de profesores de historia de la filosofía se restringe en su
formulación para la prueba de acceso a la Universidad a los términos siguientes:
"Relaciona esta doctrina (metafísica, gnoseológica, antropológica, ética o
política) del autor con la doctrina (metafísica, gnoseológica, antropológica,
ética o política) de otro autor como por ejemplo....." .
6
AUTOR
METAFÍSICA
REALIDAD
PLATÓN
ARISTÓTELES
SAN AGUSTÍN
STO TOMÁS
DESCARTES
KANT
MARX
NIETZSCHE
GNOSEOLOGÍA
ANTROPOLOGÍA
CONOCIMIENTO HOMBRE
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
ÉTICA
MORAL
SÍ
SÍ
POLITÍCA
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
SÍ
Los autores están en orden cronológico
En la relación debemos tener en cuenta los siguientes puntos:( EJEMPLO:
Relacionar la teoría del conocimiento de Kant y Descartes, y el texto es de
Kant.)
- Situación histórica de los autores a comparar. Ver cuál es anterior y
cuál es posterior. Esto es muy importante para ver si el autor posterior niega,
completa o supone un cambio radical respecto al filósofo anterior. (En el caso de
Kant, recoge ciertas tesis racionalistas de Descartes y las completa con ideas
empiristas de Hume que le despertó de su sueño dogmático racionalista.)
- Corriente filosófica a la que pertenecen. (Racionalismo de Descartes
con el idealismo trascendental de Kant.)
Se determinarán, si los hubiere, los puntos en común, las diferencias y
aportaciones entre las dos corrientes. Las características generales de cada
corriente vienen muy bien para ver en qué ámbitos se pueden comparar.
- Determinar las variables a comparar. (Por ejemplo, papel de la
experiencia, importancia de la razón, elementos del conocimiento, tipos de
conocimiento, clases de juicios, consideración de la ciencia, límites del
conocimiento, posibilidad de la metafísica como ciencia, fenomenismo,
escepticismo, probabilismo científico. etc.)
La relación será más completa cuantas más variables se consideren en la comparación. Os puede servir como guía
orientativa el cuadro de comparaciones. (PÁGINA WEB DEL INSTITUTO)
- Importancia de los autores en el tema a comparar. (Descartes fue el
precursor de la filosofía moderna y Kant, teniendo muy presente a los racionalistas
y a Hume, determinó con claridad en la Crítica de la Razón Pura qué se puede
conocer.)
Debemos exponer la relevancia histórica y filosófica de los autores en el problema
filosófico que estamos relacionando. Qué punto de vista es el más vigente en la
actualidad.
4. ENSAYO
¿Qué
es un ensayo? Una posible definición: Escrito en le que se expone de un modo
7
claro, fundamentado, razonado y crítico el punto de vista personal sobre un tema
de relevancia filosófica.
¿Cómo elegir el tema? El tema será de libre elección, pero siempre con una
clara vinculación con el texto del examen. Recordad que puede estar relacionado
con uno de los 5 grandes ámbitos que se han dado en el curso: REALIDAD,
CONOCIMIENTO, ANTROPOLOGÍA, ÉTICA Y POLÍTICA.
TEMAS POSIBLES PARA EL ENSAYO. VER ESQUEMAS DE LOS
TEXTOS.
Es importante que tengas claro cuáles son los grandes problemas de la
historia de la filosofía en estos ámbitos. Por ejemplo:
-
Conocimiento científico: posibilidad e importancia.
La existencia de Dios.
¿Es el hombre un ser compuesto de espíritu y materia?
¿Qué es la felicidad?
¿Es la democracia la mejor forma de gobierno?
Si no sabéis qué tema tratar en el ensayo, es conveniente buscar cualquier
excusa en el texto para disertar sobre algún tema que hayáis pensado de modo
sistemático.
Otra opción es relacionar el texto, si se puede, con alguna noticia de
actualidad. (Por ejemplo: La caverna de Platón con los bajos índices de lectura
que nos muestran las noticias; La democracia y la posible ilegalización de
Batasuna; etc.)
A lo largo del curso hemos visto una serie de soluciones, dadas por los
filósofos, a una serie de problemas. ¿Cómo podemos hacer el ensayo a partir de
esto? Posibilidades:
-
Estar de acuerdo con un filósofo en concreto. No basta con exponer
su pensamiento, hay que dar razones por las que te parece la opción más
correcta. Además, si se da el caso, deberás explicar de modo objetivo y
completo los puntos de vista contrarios. Exponer bien las opiniones
contrarias para determinar sus carencias de un modo justificado.
-
Considerar que ninguna solución de la historia de la filosofía es
completamente correcta. Deberás exponer las razones por las que
consideras estas soluciones como incompletas. Puedes intentar
completar una solución con la aportada por otro filósofo. Incluso puedes
dar una solución personal, siempre que esté justificada.
8
-
Relacionar la solución de un filósofo con la actualidad. (Por ejemplo:
Podemos aplicar la descripción que hace Platón de la caverna con la
poca importancia que se da a los conocimientos científicos en la
actualidad. La gente se queda en lo superficial ...)
EN EL ENSAYO NO DEBES:
- EXPONER SIN JUSTIFICAR.
- DAR NADA POR SUPUESTO.
- CRITICAR SIN ARGUMENTOS.
- PRESCINDIR DE LA CLARIDAD.
- HABLAR DE LO QUE NO SE ENTIENDE.
- DESCALIFICAR.
ESTRUCTURA DEL ENSAYO (UNA POSIBILIDAD)
Introducción: En la introducción se debe (1) presentar el tema que se va a
tratar, (2 )dar las razones que os han llevado a elegir ese tema e (3) indicar
cuál va a ser vuestro modo de proceder en el ensayo con un breve
esquema.
A continuación se desarrollan los puntos del esquema. Un posible
esquema general podría ser este:
- Exposición de algunas soluciones de los filósofos del temario.
- Valoración personal y justificada de éstas soluciones.
- Tomando en cuenta la crítica anterior, redactar vuestro punto de vista
personal.
- Resaltar la vigencia o actualidad del problema tratado.
Conclusión: Un modo sencillo de terminar el ensayo es resumir lo esencial de
vuestra argumentación.
9
10
11
LOS PRESOCRÁTICOS. EL
PASO DEL MITO AL LOGOS
12
Dimensión histórica de la Grecia clásica
Contexto geográfico y político de Grecia
EI continente griego es montañoso y muy estéril; solamente algunos
valles, con fácil acceso al mar, son fértiles; tienen malas comunicaciones
en el interior a causa de las montañas.
La población se agrupaba en estos valles formando pequeñas
comunidades aisladas que vivían de la agricultura, y se concentraban en
una ciudad cerca del mar. En cuanto aumentaba la población más que
sus recursos, lo único que podían hacer para poder subsistir los que ya
no «cabían», era dedicarse a la navegación. Así fueron extendiéndose y
fundando colonias en aquellos sitios donde les era más fácil vivir. Estas
fueron las fértiles tierras de Asia menor (Efes, Mileto) y el sur de Italia
(Elea, Crotona, Siracusa).
En lo político, dominaba la aristocracia, una nobleza de terratenientes
que tenía todo el poder económico y político en sus manos. El rey, si lo
había, era sólo una figura decorativa. La gloria y el honor son los más
altos valores de esta sociedad; de tal manera que el ser noble era igual a
ser «bueno», y el ser plebeyo era ser «malo». La fama era intocable y
siempre debían tener éxito sus empresas porque el fracasar era
vergonzoso.
Los griegos no estaban unidos políticamente: vivían en ciudadesestados completamente independientes, como Atenas, Esparta, Corinto,
Samos, Mileto, etc. La ciudad, la «polis», era un eje en la vida de los
griegos: el hombre griego es, ante todo, un ciudadano, sólo concibe su
vida en la ciudad y formando parte de la ciudad, nunca aislado o solo.
Los griegos son un pueblo aventurero e imaginativo, lleno de
curiosidades y de alegría vital.
Situación sociocultural
La influencia de la religión
La religión griega tenía unas características muy particulares: no
contaban con un sacerdocio estable que garantizase y mantuviese una
ortodoxia doctrinal, no había libros sagrados y el pensamiento estaba
libre de dogmas. Únicamente existían los poemas de Homero y Hesíodo,
donde se reflejaban las creencias de los griegos y la interpretación
antropomórfica de sus dioses. Para los griegos eran menos importantes
las creencias que las prácticas del culto.
Junto a estas versiones poéticas de Homero y Hesíodo, aparecen
intentos de interpretaciones alegóricas o racionalistas de los mitos. Los
griegos no tenían ciencia, pero habían creado una amplia mitología con la
que trataban de explicarlo todo. Y a partir del siglo VI se empiezan a
13
desechar los mitos para buscar otro tipo de explicaciones. Así, la
insuficiencia de la religión griega hace posible la aparición de un pensar
distinto: la explicación racional, la filosofía.
La ciencia egipcia y babilónica
Estas culturas son muy anteriores a la filosofía griega;
sin embargo, influyeron mucho en la elaboración de su pensamiento;
provienen del cuarto milenio a. de C. Incluso la India tiene referencias
filosóficas del año 1500 a. de C. Y estas reflexiones tienen su base en el
estado de la Ciencia: eran pensadores que reflexionaban a partir de la
observación de los cuerpos celestes, como el Sol (como objeto de
adoración del hombre primitivo), o bien, la crecida del Nilo, las
cosechas, o el calendario; resumiendo, la ciencia se concretaba en la
astronomía, la agricultura, la medicina, las matemáticas, etc.
Las condiciones socioeconómicas
-
-
La ciudad griega se basa en gran parte sobre el trabajo de los
esclavos; no son maltratados, pero carecen de todos los derechos de los
ciudadanos libres. El trabajo físico está mal considerado, y no se ve con
buenos ojos el dedicarse a una actividad remunerada. Así, el ocio de los
hombres libres se apoya sobre la existencia de los esclavos. Es decir, el
filosofar, propio del «ocio», tiene una base en la estructura
socioeconómica de la ciudad griega.
En el siglo VIII a. de C. hay una crisis social y política que origina
grandes transformaciones sociales y políticas:
- Aumento de la riqueza debido a la expansión de los jonios hacia
otras colonias (el sur de Italia).
- Progresos en la técnica militar: en el mar se sustituyen los veleros
lentos por las trirremes corintias (170 remos en lugar de los 50 de
antes).
Consecuencias: Se va consolidando la «polis», se impone el comercio
con las nuevas colonias y aparece la moneda; los viajes traen consigo
nuevos conocimientos técnicos y geográficos.
Es la época de los tiranos; no significa abuso de poder, sino que éste se
conquista por la fuerza; son, en general, hombres cercanos al pueblo.
Se consolida la Asamblea: en ella reside el poder y está compuesta por los
arcontes, que son los que hacen cumplir las leyes.
Por su sistema político, se pueden distinguir dos ciudades que son
claves en la Historia de Grecia:
Esparta, ciudad aristocrática y guerrera.
Atenas, ciudad democrática.
Dimensión filosófica
Lo que se pregunta es el origen de la Filosofía griega; se trata de
14
saber cómo empezó a expresarse esa conciencia que se tenía entonces
de la Realidad, qué explicación daban de la totalidad, de todo el
Universo.
Y se hacían preguntas por lo que veían, por el sol, los astros, el
día, la noche, etc., y en todo esto buscaban un principio material, a partir
del cual podrían explicar todo lo que se manifiesta en la naturaleza,
incluido el Hombre. Este cuestionarse las cosas es una de las
características que definen al Hombre: su capacidad y necesidad de
interrogarse, de poner en tela de juicio las cosas y a sí mismo. El
resultado es una respuesta, un intento coherente de explicar la realidad,
el Todo, el universo de cosas que suceden a su alrededor.
El paso del mito al «logos»
El origen de la filosofía griega hay que buscarlo en el paso del Mito al
Logos, el paso de la Leyenda a la Razón; de una explicación mítica de la
realidad a una explicación racional de la misma.
El nacimiento de la filosofía griega se produce al preguntarse los
pensadores por lo que están viendo, por el Universo, por la Naturaleza:
sienten curiosidad por saber qué es esa Naturaleza, en qué consiste, cuál es
su origen. Ésta es una pregunta racional, sometida al análisis de la razón, y
no a la autoridad basada en el Mito.
+ Mito es un conjunto de narraciones tradicionales acerca del mundo,
de los hombres, de los dioses, de la sociedad, que pretende ser una
explicación total de la realidad (como los poemas de Homero y Hesíodo).
+ En los mitos, las fuerzas naturales son personificadas y divinizadas
(el fuego, el viento, los huracanes, son dioses que actúan sobre los
acontecimientos), y los sucesos dependen de la voluntad de los dioses.
Estos pensadores griegos se dan cuenta de que los antiguos no dan
razón de lo que dicen, no aportan pruebas, se quedan sólo en elementos
imaginativos o sentimentales, no dan respuesta a los verdaderos problemas
que se plantea el hombre sobre el mundo, sobre las cosas. La explicación de
una tempestad no consiste en decir que el dios Zeus se enfurece, que está
airado con los hombres, que los castiga, etc., o que el buen tiempo es propio
de la diosa de la fertilidad que da buenas cosechas a los campos. Todo esto
es propio del hombre precientífico. El orden natural y los hechos
atmosféricos (el día, la tarde y la noche; o el verano, el otoño, la primavera y
el invierno) no son inteligibles en el lenguaje poético o mítica, requieren una
explicación racional.
La pregunta fundamental (el arjé)
Lo que pretenden resolver es el problema de los orígenes del Mundo, de
15
la naturaleza; quieren dar una respuesta racional que sustituya a la
explicación mítica.
Según el mito, todos los dioses son engendrados, son los dioses los
que hacen el Mundo; entonces, no hay nada eterno, y el origen último de
las cosas, del mundo, queda sin explicar. Para el pensamiento mítico,
todos los sucesos del universo dependen del capricho de los dioses.
Los filósofos buscan el determinar cuál es el principio (arjé) último y
eterno del que todo procede, y del que todo se compone. ¿Cuál es la
naturaleza(physis) de las cosas? ¿Cuál es la realidad permanente y única
que está detrás de lo que se ve, de lo que se percibe, de las impresiones
sensibles?
Los filósofos buscan una interpretación del universo que explique de
verdad la Realidad: tiene que haber un primer principio real (no
imaginativo o poético) de donde provenga todo el mundo y todas las
cosas; porque es claro que del no-ser, de la no-realidad, no puede
proceder el ser, la realidad, el universo.
La explicación racional
Lo racional, lo no-mítico, supone el despojo de los elementos poéticos,
imaginativo-sentimentales, para quedarse con el Logos, con la razón:
¿Cuál es el origen del Universo? Y a esta pregunta, responden con
elementos reales: agua, fuego, aire, tierra. Estos son elementos objetivos,
físicos, naturales, no son religiosos, poéticos o sobrenaturales; aquí no
intervienen los dioses para nada. Algunos de estos elementos pueden ser
el último constitutivo de donde salió el Mundo, las cosas; es el principio
que rige el nacimiento y la desaparición de las cosas (aparece el día, desaparece la noche; viene el verano, ya no existe el invierno, etc.) Y así, se
ve que la Naturaleza está sometida a un orden, a una ley, una razón, que
está dentro de ella misma, no viene de fuera, del capricho de los dioses; el
Mundo es un Cosmos, es algo ordenado y bello, no es un caos. Los
misterios que la naturaleza lleva dentro hay que explicarlos desde ella
misma, y es materia de reflexión de los filósofos.
Las etapas de la filosofía griega
Etapa cosmológica: Presocráticos
Desde el siglo VI a. de C. a primera mitad del siglo v. Tratan de
descubrir la naturaleza(physis) del mundo, el origen esencial que garantice
la unidad y el orden en el mundo.
Etapa antropológica: Sofistas y Sócrates
16
Segunda mitad del siglo V a. de C. Tratan de descubrir la naturaleza
del hombre y de la sociedad.
Etapa ontológica: Platón y Aristóteles
Siglo IV a. de C. Tratan de hacer una síntesis del ser del hombre y del
mundo. Es la etapa cumbre de la filosofía griega.
Etapa ética: Estoicos y epicúreos
Siglo III a. de C. Tratan de los comportamientos humanos. Es la época
de las doctrinas morales.
Resumen
La filosofía empieza cuando se abandona el MITO como explicación
de la realidad y se opta por el LOGOS como explicación racional:
+ Se abandona a Homero y a Hesíodo como pre-científicos: sus
libros no son sagrados, por tanto no hay que aceptarlos dogmáticamente,
y se pueden abandonar sus explicaciones.
+ pesar de todo, algunas veces será peligroso el mero hecho de
dejarlos a un lado, y los filósofos que así lo hagan y prefieran sus
explicaciones racionales, serán condenados por delito de asebeia, es
decir, impiedad.
+ Se dan cuenta de que otros pueblos tienen otros mitos, otras
explicaciones de las cosas. Por tanto no son explicaciones dogmáticas:
son relativas y se pueden criticar.
+ El mito se sustituye por la idea de necesidad: las cosas suceden
porque tienen que suceder, no por capricho de los dioses:
- Debe haber unas leyes constantes: por ejemplo, el agua a
determinadas temperaturas hierve o se solidifica; la actividad de las
cosas se debe a unas leyes
- Debe haber un principio (arjé) que sea el principio ultimo de todo lo
real, del que se compongan las cosas.
ASÍ SE EMPIEZA A FILOSOFAR.
Los presocráticos
(siglo VI a. de C. - mitad del siglo V a.
17
de C.)
Se llaman así porque son los filósofos que aportaron sus modos
de pensar antes de Sócrates, como figura principal de todo este
período.(Con todo es un término convencional porque alguno de los
“presocráticos” son contemporáneos a Sócrates)
La filosofía en este tiempo se desarrolla en las colonias jónicas e
itálicas.
+ Colonias jónicas: situadas en el mar Jónico y Egeo, son los
núcleos de expansión de las ciudades griegas.
+ Colonias itálicas: los eléatas, en torno a las colonias del mar
Adriático y el Tirreno.
Los filósofos jónicos son más empíricos, más apegados a la
experiencia sensible, y con caracteres más materiales. Por el contrario, los
filósofos eléatas son más especulativos, más abstractos, más
espiritualistas.
Estas Colonias tienen independencia total: su unión con las ciudadesestado es puramente espiritual: les une la lengua y la mitología común.
Se plantean fundamentalmente estos problemas:
+ El concepto de naturaleza.
+ La búsqueda del principio (arjé).
+ El problema del conocimiento.
1.
El concepto de naturaleza
A estos filósofos se les conoce por ser más físicos que otra cosa, al
tratar de estudiar y explicar la naturaleza, la physis de las cosas. ¿Cuál es
la esencia, la naturaleza de las cosas (del Hombre, de las cosechas, de
las estaciones, etc.)?
(ESENCIA: LO QUE ES ALGO, LO COMUN A MUCHOS, LO
PERMANENTE)
El término physis viene del verbo griego en infinitivo «fiei», que significa
nacer, crecer, desarrollarse, salir hacia fuera; es decir, indica una fuerza
interna que impulsa a crecer y desarrollarse, no a estancarse, a quedarse
como estaba. ¿En qué consiste esa fuerza que tiene la naturaleza de las
cosas que le hace moverse, cambiar, crecer, mejorar? ¿Cuál es el
principio (arjé) a partir del cual las cosas son lo que son, tienen esa
naturaleza, esa physis?
¿Cuál es la naturaleza de las cosas? es lo mismo que preguntarse
¿cuál es la ley interna que rige las cosas? Tiene que haber, por tanto, una
ley que rija el aparecer y el desaparecer de las cosas, porque el mundo
(cosmos) no es un caos, es un todo ordenado y bello. Y esto a dos
niveles:
 Como totalidad: la totalidad de las cosas está sometida a una ley, a
un orden, un conjunto de leyes que rigen su funcionamiento, que
hacen que la naturaleza se comporte de una forma muy determinada.
 Como individuos: cada cosa que existe en la naturaleza tiene que
18
estar determinada por unas leyes internas a cada realidad, que hace
que cada cosa se comporte de una determinada forma; cada cosa
debe estar regida por una ley interior.
2.
La búsqueda del arjé
Es un problema derivado del anterior: ¿cuál es el principio de donde
provienen todas las cosas? El pensamiento griego es ajeno a la creación
del mundo; por otra parte, se ha liberado de las explicaciones míticas, en
las que aparecen los dioses haciendo y manejando el mundo. Ellos
quieren explicar la realidad que existe a partir de algo (- principio, arjé) que
se puede encontrar dentro de las cosas; es decir, pretenden encontrar el
constitutivo último de todos los seres.
- En esta búsqueda no se han liberado del todo de los elementos
míticos; de ahí que junto a este comienzo o intento del pensar filosófico,
se encuentren restos de las antiguas cosmogonías de los antiguos mitos.
Por tanto, el proceso es lento: se van dando pasos, hay explicación
racional, pero con frecuencia mezclada con elementos míticos; la
naturaleza no procede por saltos, la historia del pensamiento es siempre
evolutiva, nunca se pasa de una postura a otra, de repente. Se va
abandonando la explicación mítica, sustituyéndola por la explicación
racional, aunque no se haga de golpe.
En esta explicación hay dos tendencias:
 monista: hay un único principio que explica todas las cosas, que
muchas veces tiene carácter divino, aunque no deja de ser
completamente material, como en Tales, Anaximandro, Anaxímenes,
Heráclito...
 pluralista: hay una diversidad de principios que se relacionan entre sí;
por ejemplo, en pitagóricos, Empédocles, Anaxágoras, atomistas...
3.
El problema del conocimiento
Es el tema específico de este inicio de la filosofía: el abandono de la
explicación mítica de la realidad y el empleo de la razón como instrumento
para tratar de explicar racionalmente la realidad. Se abandona la
imaginación, la inspiración poética, la emoción, el sentimiento y se busca
la razón para explicar la realidad.
Para responder a estas preguntas, el método que se emplea es el
racional, la razón como medio de explicación de la realidad, no es la
imaginación que nada explica. Pero existen dos modos de conocimiento:
- Los sentidos, que nos ponen en contacto con las realidades sensibles
(el mundo, las cosas, los hombres). Los sentidos nos muestran lo
19
aparente, lo individual, lo material, lo diferente y lo cambiable o
mutable.
- La razón, que va más allá de los sentidos y nos hace llegar a la
esencia, a la verdad de las mismas cosas. Esta facultad nos muestra
lo real, lo universal, lo ideal, lo común y lo permanente o fijo.
Hay una diferencia clara entre lo que percibimos de la naturaleza por
los sentidos, y lo que es esta misma naturaleza captada por la razón. De
aquí que parezca que el auténtico camino del conocimiento sea la razón,
que va más allá de lo observado.
Esto da lugar a dos modos del conocer: el empírico, basado en la
observación de los sentidos, un conocimiento sensible, y otro, el racional,
la reflexión intelectual sobre lo observado; de aquí se seguirán, en la
Historia de la Filosofía, dos teorías del conocimiento que enfrentan a
distintas escuelas a través de los siglos: empirismo y racionalismo, o
realismo e idealismo.
La solución de los jonios
El discurso que hacen estos primeros filósofos no está del todo
deslindado del elemento mítico; la Historia no procede por saltos, sino
gradualmente: quiere esto decir que el paso del mito al logos es lento, es
todo un proceso largo. En este primer pensar rudimentario se mezclan
todavía elementos míticos con factores nítidamente racionales. La
respuesta que dan estos filósofos es más o menos a esta pregunta: ¿Cuál
es el arjé de la physis?
1.
Tales de Mileto (640-550 a. de C.)
Se le considera como uno de los siete sabios de Grecia, por haber
predicho un eclipse de sol que puso fin a la guerra entre los lidios y los
medos (28 mayo 585 a. de C.). Hombre de negocios y de acción,
matemático, astrónomo, filósofo. Es una mezcla de filósofo y científico.
El primer principio es el agua:
- creía que la Tierra está apoyada en el agua, como flotando sobre ella;
- el agua es el alimento de todas las cosas;
- todo animal, todo ser vivo, no puede vivir sin agua;
- las semillas de todas las cosas poseen una naturaleza húmeda;
- en agua se transforman los distintos estados (sólido, gaseoso), o
se convierten otras cosas, como la niebla, la lluvia, las fuentes
subterráneas... En la tierra todo se reduce a agua.
2
Anaximandro (610-545 a. de C.)
20
En su intento de buscar el elemento primordial piensa que no puede ser el
agua porque es uno de los elementos que entran en conflicto. Y llega a
esta conclusión: El principio de todo es el a peirón: es lo indeterminado, lo
inexperimentable. Significa también lo espacialmente indefinido
(cuantitativa y cualitativamente).
En la lucha de los cuatro elementos (caliente, frío, seco y húmedo)
ninguno es infinito, pues los demás dejarían de existir. Tampoco es
ninguno de los otros cuatro elementos materiales, aire, tierra, agua y
fuego, sino alguna naturaleza indeterminable, el a peirón, de donde
provienen todas las cosas y que los engloba a todos.
3.
Anaxímenes (585-528 a. de C.)
Supone un retroceso respecto a Anaximandro; vuelve a fijarse en un
elemento material, no abstracto. Sigue a Tales de Mileto. El primer
principio de todo es el aire; es como el alma del Mundo: el hombre vive
mientras respira y muere cuando deja de respirar. El aire es un dios
engendrado (elemento mítica) infinito e inmenso; compara el aire cósmico
con el alma-aliento vivo. La Tierra es como una gran hoja flotando en el
aire.
4.
La escuela pitagórica
Toma su nombre de Pitágoras, filósofo de la segunda mitad del siglo
VI a. de C. Se le atribuye la tabla de multiplicar y el teorema de Pitágoras:
«El cuadrado construido sobre la hipotenusa de un triángulo rectángulo es
igual a la suma de los cuadrados construidos sobre los otros dos lados».
Pitágoras es la figura más representativa de esta época y además es
famoso por la escuela que funda. Aunque más que una escuela es una
comunidad de carácter ascético-religioso: lo poseían todo en común,
profesaban la transmigración de las almas (políticamente conflictiva
porque el alma de un campesino podía reencarnarse en la de un rey y al
revés). Eran aristócratas y vivían en una total austeridad.
Principio filosófico: el arjé de la naturaleza es el número.
+ Ante todo son matemáticos y su dedicación a las matemáticas
influyó en la explicación de la naturaleza de las cosas.
+ Todas las cosas son explicables por medio de los números: el orden
existente es un conjunto que se explica con números: una unidad es un
punto; dos, una línea; tres, la superficie; cuatro, el volumen; el número
diez es la suma de estos cuatro primeros números.
+ Las cosas, pues, son números: unos puntos forman una línea; varias
líneas forman una superficie; varias superficies combinadas forman un
cuerpo; es decir, puntos, líneas, superficies (números) son las unidades
21
reales que componen todos los cuerpos.
+Por tanto, todos los cuerpos deben ser considerados como
números; a cada cosa, a cada ser, se les puede aplicar un número, y
así toda la naturaleza se compone de números.
+ Así, el principio (arjé) no es algo físicamente material, como los
anteriores filósofos, sino que es algo formal, abstracto: el número.
5.
La solución de Heráclito y Parménides
Heráclito y Parménides han sido presentados en la historia de la filosofía
como autores contrapuestos: Mientras Heráclito defendía los sentidos en
su gnoseología y una realidad dinámica y diferente, Parménides llevó a la
razón hasta sus últimas consecuencias, considerando que la realidad es
única y estática.
5.1.
Heráclito (544-484 a. de C.)
Natural de Éfeso, de familia noble. Rechaza la invitación de Darío para ser
Rey de Éfeso. Es un insatisfecho permanente, disconforme con todas las
opiniones de los demás. Le llamaban «el oscuro».
Su filosofía
+ Para Nietzsche, Heráclito fue el más grande de los primeros
filósofos, porque defendió la importancia de los sentidos en el conocimiento.
Estos son los únicos que pueden captar la realidad tal como es: distinta y
dinámica. No rechaza la razón, pero insiste en la necesidad de los sentidos
para acceder a la verdadera realidad.
La naturaleza es una unidad, pero formada por elementos contrarios
(Madre-hijo: mortal-inmortal; día-noche). Estos elementos contrarios están
unidos, y esa unidad es la que captan los sentidos. Pero la razón nos lleva a
ver la unidad en los contrarios: se trata de esa unidad dialéctica de la que
están hechas todas las cosas.
+
Esta dialéctica hace que todo se mueva. Todo está en continuo
movimiento, en continua transformación: todo fluye (panta rei, es la frase griega).
La fuerza interna de la naturaleza hace que crezca y se desarrolle. Por eso dice
Heráclito: «No se puede uno bañar dos veces en el mismo río. Descendemos y no
descendemos al mismo río, somos y no somos. Los que descienden se sumergen
en aguas siempre distintas en su fluir incesante.»
+
El arjé es el fuego: «las llamas en incesante inquietud de subidas y
bajadas, se enciende y se apaga según medida». ¿Cuál es esa medida?
+
La medida es el Logos. La unidad del cosmos, del mundo se rige por una
ley, que es el Logos, la Razón, que es tanto como Dios; es una ley que todo lo
ordena; así, el mundo no es un caos, no es el producto del azar, sino que todo está
regulado por esta regla, esta ley, este Logos: «Dios es el día y la noche, invierno y
verano, guerra y paz, saciedad y hambre, su Ser cambia como el fuego».
22
En resumen, la naturaleza es dialéctica, pero formando una coherencia
que le hace estar en continuo devenir conforme a una ley que la ordena.
5.2
Parménides (540-470 a. de C.)
Tomó parte activa en su ciudad natal, Elea, componiendo leyes.
Escribió en verso. Su poema más importante es «Peri fiseos» («Sobre la
naturaleza»), compuesto en hexámetros.
Representa un nuevo punto de partida en su filosofar. Se trata de una
de las pocas posiciones metafísicas más radicales que se han dado en la
Historia de la filosofía occidental.
Su filosofía parte de este principio: sólo el ser es y es imposible que no
sea; el no-ser no es, y por tanto no se puede hablar de él.

La razón: el único camino para llegar a la verdad es la razón,
la vía del conocimiento; lo que ofrecen los sentidos son meras
apariencias. Hay una oposición entre el conocimiento sensible y el
racional; desde el conocimiento racional hay que reflexionar sobre la
physis y el arjé.

La unidad: a partir de la única realidad que existe, que es el
Ser, es imposible que exista la pluralidad. No hay más que un solo ser; si
éste fuera agua, por ejemplo, sólo podría haber agua, no podría
transformarse en ninguna otra sustancia. Lo que no existe no ha existido
nunca; lo que existe, ha existido siempre.

Hay un solo ser: una única realidad; si hubiera otro ser, se
distinguirían en algo: ese «algo» es ser, o no es ser; si no es ser, no es
nada; si es ser, se distinguiría de otro ser, y así hasta el infinito. Luego,
sólo existe un ser, una única realidad.

Es eterno, no puede dejar de existir, no tiene principio ni fin;
no puede haber otro ser que lo limitara al principio o al final. Si no fuera
eterno, habría un momento en que no existiera, y es una contradicción un
ser que al mismo tiempo es y no es.

Es inmutable, porque si se moviera debería haber algo en
donde se moviera, y entonces, ya no habría un solo ser; por lo tanto, el
movimiento es imposible.
En conclusión, el ser es uno, único, universal, estático y siempre el mismo.
6.
La solución de los mecanicistas
Estos filósofos tratan de reconciliar los dos extremos:
- La explicación de la naturaleza, el principio (arjé) es una unidad
estática y única, propia de Parménides.
- La otra explicación de la realidad consiste en el principio del
movimiento: el ser es dinámico, de Heráclito.
23
Optan por una postura intermedia: la explicación del mundo es lo
mecánico.
6.1.
Empédocles (492-432 a. de C)
Oriundo de Agrigento (Sicilia). Personaje extraño, de profesiones
diversas: sacerdote, místico, predicador ambulante, político, médico,
poeta... Se dice que la muerte le vino al arrojarse sobre el Etna.
Su pensamiento

Pluralismo: Después de Parménides, ya no se puede explicar
el origen de la naturaleza como un solo elemento, sino que se recurre a la
variedad de elementos. Son cuatro: fuego, tierra, aire y agua; son
elementos materiales, nada abstracto

Mezcla: Todo lo que hay en el ser se ha formado por mezcla y
separación de estos cuatro elementos; al mezclarse forman nuevas
combinaciones; lo que los hombres llaman hacerse y desaparecer, no es
otra cosa que mezclarse y de nuevo separarse; es, pues, el movimiento
mecánico de los cuatro elementos.

Dos fuerzas: Existen dos fuerzas externas que impulsan
a estos movimientos de mezcla y separación: el amor, que lleva a la unión,
a la mezcla; y el odio, que impulsa a la separación. Así se han formado los
períodos de constitución del mundo, según vaya predominando una fuerza
u otra.
6.2
Anaxágoras (500-428 a. de C.)
De familia noble, renuncia a todo para dedicarse a la Filosofía. Es el
primero que introduce la filosofía en Atenas, gobernada entonces por
Pericles, la época del máximo esplendor. Desmitifica la Astronomía: el sol
es una masa incandescente y la luna recibe la luz del sol: no hay
intervención milagrosa en los astros. Por pasar del mito al logos, por ser
un intelectual comprometido con la realidad científica, no imaginativa,.
sufre las consecuencias de una condena a muerte por asebeia (impiedad,
ateísmo).
Su pensamiento
La tesis que defiende sería ésta:
- los principios materiales de las cosas son infinitos;
- la fuerza que les hace moverse es la Mente.

Homeomerías: las partículas elementales de que constan las
cosas son como «semillas» (en griego «spermata»), que contienen
24
en esencia lo mismo que ha de producirse; Aristóteles las llamó
homeomerías (omoios=semejante; meros=parte).
Así explica que del no-ser salga el ser: en el hombre, cuando no
tiene pelo, no le podría salir el pelo, porque del no-pelo no puede salir
el pelo; sin embargo, tiene un germen (homeomería) de pelo en su
esencia, del cual, a su tiempo, saldrá el pelo.
 La Mente (nous): esas partículas se encontraban dispersas, mezcladas
anárquicamente, formando un caos; y el paso del caos al cosmos (un mundo
ordenado y bello) se produce por una fuerza exterior y superior, el Nous, la
Inteligencia: es el principio de ordenación del Universo, que introduce el
movimiento y el orden; es infinita, dotada de fuerza propia; a veces se ha
identificado con Dios, no como creador, sino como Arquitecto del Mundo.
6.3.
Demócrito (460-370 a. de C.)
De familia rica, gastó todo su dinero en viajes. Su obra fundamental es
El gran orden del Cosmos. Escribió de todo, aunque solamente se
guardan algunos fragmentos.
Su pensamiento
Explica la realidad a partir de dos principios: lo lleno (el ser) y el vacío
(el no-ser); el vacío es algo real, aunque no sea material. El mundo está
lleno de un número infinito de principios materiales e indivisibles (átomos)
que son todos iguales; así se explica la pluralidad de seres, en contra de
Parménides.
Su tesis sería esta: Los átomos se mueven en el vacío.
+ Átomos: Son magnitudes compactas (en su interior no existe
el vacío); son eternos e infinitos en número, se distinguen unos de
otros por sus formas, tamaño, posición; es una explicación de la
variedad y pluralidad de seres.
+ Movimiento: Se trata de un movimiento eterno, sin cesar, sin
un plan determinado, por azar, por necesidad, automático y
mecánico; es también violento, se mueven mediante presión y
estimulo externo.
+ Vacío: Es un principio material que no ocupa espacio, y es el
lugar donde se efectúan los cambios y es infinito; porque existe el
vacío existe el movimiento y hay pluralidad de seres.
7.
Resumen
25
La Filosofía griega nace de una actitud crítica ante las explicaciones
míticas de la realidad del Universo. Ese pensar crítico consiste en
desmitificar las leyendas de Homero y Hesíodo, principalmente, y aportar
un pensar racional. Se preguntan por el origen (arjé) de las cosas, por la
naturaleza (fisis) de cada cosa, del universo entero.
El método que emplean es la observación y el razonamiento; hacen
más caso de la razón que de los sentidos para llegar a una verdad.
Hay muchas formas de elaboración de este primer pensamiento
filosófico:
- El arjé, el primer principio de donde dimanan todas las cosas, es
único pero diferente:
+ el agua, para Tales de Mileto;
+ el a peirón, según Anaximandro;
+ el aire, según Anaxímenes;
+ el número, para los pitagóricos.
- El arjé es múltiple:
+ fuego – tierra- aire - agua, para Empédocles;
+ homeomerías, según Anaxágoras;
+ los átomos, según Demócrito.
- Otras diferencias:
Según Parménides, el ser es único, estático; el movimiento es
imposible; para Heráclito, el universo es movimiento incesante.
Si para Anaxágoras el Cosmos es producto de una Mente
(nous), Demócrito dirá que es el resultado del azar y de la necesidad.
26
LOS SOFISTAS
Y
SÓCRATES
Los sofistas y Sócrates
Sócrates
Sofistas
Cobran por enseñar, su tares es interesada.
No cobra, la suya es una tarea sagrada que
debe hacerse en beneficio de los demás, y no
en el propio.
Vinculan la elección de los alumnos a su
posición económica.
Vincula la elección de los alumnos a su
disposición intelectual y moral.
Enseñan saberes “útiles”, como la retórica.
Educa la excelencia del carácter.
Son profesores itinerantes, van de ciudad en
ciudad enseñando a los jóvenes el arte de
tener éxito. La filosofía no les interesaba
especialmente ni fundaron ninguna escuela
filosófica.
Prácticamente no salió de Atenas, por donde
iba preguntando y dialogando con sus
discípulos y con quien mostrara interés. Sus
discípulos crearon escuelas filosóficas.
SÓCRATES
SOFISTAS
El conocimiento
es de lo universal
(a través de la definición).
El conocimiento es
de lo relativo.
Utilizan el monólogo
(hablar a otros)...
Utiliza el diálogo
(hablar con otros)...
...dirigido a las emociones para persuadir.
...dirigido a la razón
para buscar la verdad
(que está en el alma).
27
De las colonias, la filosofía se traslada a Atenas. Ya Anaxágoras se
había establecido allí durante el gobierno de Pericles. Pero son los sofistas
y Sócrates los filósofos que representan verdaderamente las
preocupaciones e intereses de la democracia ateniense. Con la fundación
de la Academia por Platón, Atenas se convierte, definitivamente, en la
capital de la filosofía
a) LOS SOFISTAS
1. La nueva situación
Con el triunfo de la democracia, el esplendor económico y cultural, y
la preponderancia política en Grecia -no hay más rival fuerte que la
conservadora y guerrera Esparta-, se crea en Atenas una situación inédita
que plantea nuevos problemas. Según J. Touchard, en su Historia de las
ideas políticas las grandes ideas de la Atenas democrática son: la
democracia (igualdad política, igualdad social y gobierno del pueblo), la
libertad (libertad personal -respecto a toda sujeción a otras personas o
grupos- mediante la ley, pero sujeción a la ley) y la ley. La ley -único
soberano permanente, puesto que las magistraturas son dispersas,
efímeras e incluso se sortean--- centrará la mayor parte de las discusiones.
En la época anterior se consideraba las «leyes no escritas» como de origen
divino (son las tesmoi), frente a las nómoi, leyes humanas, escritas, con
fecha y firma. Ahora, el valor de la ley-fundamento de la democracia y
única barrera frente al individualismo y el afán de poder- será discutido y
examinado a fondo. Los sofístas considerarán las leyes (nómoi) como
puramente convencionales y carentes de valor absoluto (cada pueblo tiene
leyes y usos diversos), contraponiéndolas al carácter universal y
permanente de la naturaleza (physis). Esta contraposición entre la ley
(considerada como una creación convencional, arbitraria y provisional) y
la naturaleza (permanente y común o universal), se convierte en el tema
del momento. Las investigaciones cosmológicas de los primeros filósofos
han pasado de moda. La contraposición se hace entre: ley y exigencias o
necesidades de la naturaleza; hasta los estoicos no se hablará claramente
de que la naturaleza también tiene sus leyes. Además, la discusión
incluirá no sólo la ley civil, sino también la ley moral, y, por otro lado, el
concepto de naturaleza (humana) que se utiliza no está aún bien
determinado.
2. Los llamados «sofistas»
En el hervidero de ideas y polémicas que era Atenas, aparecen los
sofistas, todos ellos extranjeros, enormemente cultos y conocedores -a
través de sus numerosos viajes de las diversas formas de pensar y vivir de
28
los demás griegos Aportan nuevas ideas, que serán acogidas con
entusiasmo por los jóvenes y encontrarán la oposición de los que
mantienen la visión más tradicional. Su influencia será grande, y se
aprecia incluso en autores como Eurípides, Heródoto y Tucídides. La
reacción está representada por Sófocles -fiel a la religiosidad popular- o
Aristófanes. Este último resulta un caso extraño puesto que siendo
acérrimo defensor de la tradición y enemigo de las nuevas ideas, no tiene
inconveniente de burlarse de la religión en sus comedias, En Las nubes se
burla con indudable gracia de los sofistas, a quienes encarna
-equivocadamente, quizá- en Sócrates.
La palabra «sofista» (sophistés) fue, al principio un sinónimo de
«sabio» (sophós), y Heródoto, por ejemplo, la emplea para referirse a
Solón y a Pitágoras. Sólo más tarde adquiriría el sentido peyorativo de
hábil engañador (ya en los diálogos de Platón). Ello muestra hasta qué
punto su personalidad pudo aparecer como ambigua y encontró serias
oposiciones. En la actualidad, los sofistas han encontrado una mejor
comprensión y estima: de hecho fueron los creadores en Atenas de un
movimiento de difusión cultural que ha merecido el nombre de
«Ilustración griega».
Al ser extranjeros en Atenas («metecos»), los sofistas no podían
intervenir directamente en la política de la ciudad. Sin embargo, ellos
formaban a la mayoría de los políticos atenienses Además, y como
consecuencia de sus numerosos viajes, defendieron el ideal del
panhelenismo: la unidad de todos los griegos -representada por su común
lengua-, que debía obligar a mantener la paz y solventar las diferencias
por medios distintos de la guerra.
Su actividad fue muy grande. En primer lugar, fueron educadores –a
sueldo- de la juventud, creando un modelo renovado de enseñanza, más
amplia y más al día. Daban especial importancia a la oratoria y la erística,
enseñando a convencer en la Asamblea pública y ganar pleitos en los
tribunales (donde todavía no había abogados y cada uno debía defenderse
por sí mismo. Además, fueron grandes oradores: sus notables discursos
-Aristófanes se llego a quejar de que los atenienses preferían escucharles
a acudir al teatro- fueron el medio empleado para difundir sus ideas entre
los adultos. Por fin también fueron escritores, pero sus obras se han
perdido y no nos quedan sino algunos escasos fragmentos.
En realidad, los sofistas no formaron «escuela», ni defendieron una
doctrina común. Se pueden encontrar, sin embargo, algunas
coincidencias:
+ Representaron un notable giro filosófico: como consecuencia de las
nuevas necesidades planteadas por la democracia y el hastío provocado
29
por las discusiones -cada vez más sutiles y rebuscadas- acerca de la
physis, los sofistas se centraron en el hombre. Pero su filosofía no fue
especulativa, sino práctica. Se dedicaron a lo que hoy día llamamos
filosofía de la cultura (política, religión, lingüística, sociología y a la
moral.
+ Adoptan, en general, una actitud relativista e incluso escéptica. Su
abandono de la filosofía de la physis así lo demuestra: ¿para qué seguir
discutiendo acerca de tales cuestiones, si jamás llegaremos a conocer la
verdad? Pero también en los problemas del hombre y la sociedad se
muestran relativistas: habían podido comprobar en sus numerosos viajes
que no hay dos pueblos que tengan las mismas leyes ni las mismas
costumbres.
+ No son pensadores sistemáticos, ni buscan principios universales
para operar a partir de ellos de modo deductivo (al modo, por ejemplo, de
Parménides). Proceden más bien de modo inductivo, acumulando datos e
informaciones, de los que derivan conclusiones de carácter práctico. Lo
propio del sofista es el saber universal (polimathía). Cada sofista es «una
enciclopedia» (una similitud más con la Ilustración del siglo XVIII); pero
no una enciclopedia escrita, sino oral.
+ La significación de los sofistas, pues, debió de ser muy notable en
Atenas. Pusieron en tela de juicio la polis en su forma tradicional,
realizando una aguda labor crítica e impulsando nuevas ideas. Pero esas
ideas -y los instrumentos que los sofistas enseñaban: la oratoria y el arte
de la discusión--- se prestaban a todo tipo de manipulaciones por parte de
los espíritus más ambiciosos e individualistas de la época. No es de
extrañar, pues, que la figura del sofista aparezca revestida de una notable
ambigüedad.
Protágoras (aproximadamente, 481-401)
Era natural de Abdera (patria también de Demócrito). Viajó con
frecuencia a Atenas, donde gozó de la confianza de Pericles Su fama fue
muy grande en esta ciudad, pero tuvo que escapar a Sicilia al ser acusado
de ateísmo y blasfemia. En su libro Acerca de los dioses afirmaba que «no
es posible saber si existen, ni cuál es su forma ni su naturaleza. Porque
hay muchos obstáculos para esta investigación: la oscuridad del problema
y la brevedad de la vida».
Postura, pues, agnóstica, y no atea. Pero Protágoras criticaba, además,
los usos y ritos religiosos, y ello debió de ser considerado como peligroso.
La doctrina más conocida de Protágoras es la siguiente: «El hombre
es la medida de todas las cosas; de las que son, en cuanto que son, y de las
30
que no son, en cuanto que no son» (Fr. l). La significación de este
fragmento ha sido ampliamente discutida (ya desde Platón en su diálogo
Protágoras). Lo más probable es que Protágoras defendiera un relativismo
de las cualidades sensibles y de los valores. Téngase en cuenta que los
primeros filósofos consideraban que cualidades como frío, calor, húmedo
y seco eran «cosas» (chrémata), y que lo más seguro es que Protágoras
entendiese aquí «hombre» en sentido colectivo. Así, pues, Protágoras
defendió, sin duda, un relativismo cultural. Cada pueblo posee costumbres
y leyes diversas, y considera que son las mejores. La ley es, por tanto, no
algo basado en la naturaleza, sino «invención» de los legisladores. La ley
(nómos) existe, pues, por convención, no por naturaleza, y es siempre
modificable. Pero la consecuencia que extrae Protágoras de esta doctrina
no es que cualquiera puede contravenir la ley, sino todo lo contrario:
puesto que cualquier otra ley sería también convencional, lo mejor es
mantener --en la medida de lo posible- las leyes que ya se poseen. En el
famoso «mito de Prometeo» que aparece en el diálogo de Platón dedicado
a este sofista, defiende Protágoras el valor de la cultura como aquello que
diferencia al hombre del animal: sólo gracias a ella puede el hombre
subsistir, siendo como es un animal desvalido. Pero además necesita el
sentido de la justicia y la virtud política (sin las cuales la estabilidad de la
ciudad seria imposible).
Gorgias (aproximadamente, 483-375)
Natural de Leontinos (Sicilia), abandonó pronto la filosofía para
dedicarse fundamentalmente a la oratoria, lo cual sería característico de
la sofistica siciliana. Parece ser que Gorgias había sido discípulo del
también siciliano Empédocles, y quizá para defender a su maestro de
los ataques del eleata Zenón escribió un tratado Acerca de la
naturaleza o del no-ente, en el que se afirma, en síntesis, lo siguiente:
Primero, que nada existe; segundo, que si existiera algo, no podría ser
conocido por el hombre, y tercero, que si pudiera ser conocido, no
podría ser comunicado ni explicado a los demás. ¿Nihilismo absoluto
de Gorgias? Es muy posible que el sofista de Sicilia pretendiera más
bien retorcer y llevar al absurdo la filosofía de los eleatas. En efecto,
Gorgias, con gran ingenio, intenta demostrar la no coincidencia entre el
ser, el pensar y la palabra, destruyendo así el principio fundamental del
eleatismo (la identidad entre el ser y el pensar).
En cualquier caso, Gorgias renunció al conocimiento objetivo y dijo
adiós a la filosofía, consagrándose a la oratoria, en la que destacó
extraordinariamente, también como maestro y teórico de la misma.
Partiendo de un relativismo ético, Gorgias considerará que la seducción,
31
la ilusión provocada y el engaño están justificados en la oratoria y en el
teatro: el orador y el actor han de ser maestros de seducción
Otros sofistas
Pródico de Ceos se hizo famoso por su actitud pesimista ante la
vida: una muerte temprana es un regalo de los dioses. Defendió un
relativismo ético, y expuso una teoría psicológica acerca del origen de la
religión: los hombres primitivos veneraron aquello de que dependían sus
vidas: el sol, el agua, el fuego ... ; pero cuando comenzaron a desarrollar
las técnicas, pasaron a adorar a los inventores de las mismas: el inventor
del vino (Dioniso) o de las técnicas del fuego.
Hípias de Elís destacó por lo enciclopédico de sus conocimientos.
Consideró la ley no sólo como convencional, sino como contraria a la
naturaleza,
por lo que reclamaba la autarquía del individuo y la
rebelión contras las leyes, que siempre oprimen a los más débiles. Así,
Hipias se opone a Protágoras: para éste la ley es una consecuencia de la
naturaleza; para Hipias, la ley va contra ella, por lo que se hace
necesario una «vuelta a la naturaleza».
A la muerte de Pericles, las discusiones acerca de la ley y el
derecho se intensificaron notablemente. Algunos defendieron la doctrina
del derecho natural del más fuerte. Según Calicles, por ejemplo, la ley
ha sido dada por los débiles; pero la naturaleza -tanto entre los animales
como entre los hombres--- hace que los fuertes dominen sobre los
débiles: esto es lo justo.
Y según Trasímaco, la justicia consiste en «el beneficio del
más fuerte».
Otros, por el contrario, defendieron el derecho natural del
débil. Así, Licofrón declaró la igualdad natural de todos los hombres,
considerando la aristocracia de nacimiento como algo injustificable;
Alcidamente afirmó que «la naturaleza no ha hecho a nadie esclavo», y
hay indicios de que se inició -quizá alentado por Aspasia, la mujer de
Pericles--- un movimiento de emancipación cultural y política de la
mujer (del que serían indicio las comedias de Aristófanes Lisístrata y La
asamblea de las mujeres)
Por fin, hay que citar a Critias, discípulo de Sócrates y
pariente de Platón, aunque no fue sofista profesional. Tirano nato y
enemigo acérrimo de la democracia, llevó a la práctica la doctrina del
más fuerte. Por otro lado, expuso una teoría acerca del origen de la
religión como «invento de un hombre astuto y prudente» para someter a
los hombres a las leyes por medio del temor.
32
b)
SÓCRATES
Si los sofistas eran extranjeros (metecos), Sócrates (469-399) era
ateniense, Pertenecía a una familia modesta (se dice que su padre era
escultor y su madre comadrona) y nunca quiso dedicarse a la política
ni ambicionó salir de su pobreza.
1. El «problema de Sócrates»
Casi todo lo que se refiere a Sócrates está rodeado de misterio y
sometido a discusión: ¿quién fue realmente?, ¿por qué fue condenado a
muerte?, ¿cuál fue su doctrina? Sócrates nunca escribió nada, y los
testimonios que nos han llegado sobre él son contradictorios. Por un
lado, las burlas de Aristófanes, o la figura un tanto ramplona que
presenta Jenofonte. Por otro lado, la exaltación de Sócrates en los
diálogos de Platón, o los testimonios más comedidos de Aristóteles. Lo
más seguro, quizá, es aceptar el testimonio de Aristóteles y de los
primeros diálogos de Platón.
¿Quién fue Sócrates?
Aunque parece que, en principio, se le podría considerar como un
sofista más --como hace Aristófanes-, la Apología de Sócrates de Platón,
le presenta con rasgos excesivamente divergentes. No escribe libros,
renuncia a la oratoria, no cobra a sus discípulos. Y no presume de
sabiduría. Cierto es que un amigo suyo fue a Delfos a preguntar a la
pitonisa si había algún hombre más sabio que Sócrates, y que la pitonisa
contestó que no. Pero Sócrates interpretó el oráculo de la siguiente
manera: sólo la divinidad es sabia, para nada vale la sabiduría humana, y
el que como él, Sócrates, sabe que «no sabe nada», está más cerca de la
sabiduría que los que -como los sofistas- creen que lo saben todo.
Sócrates es, pues, un hombre que busca la verdad; y a ello se siente
impulsado por la voz de un espíritu (daimon) interior. Así, dedica toda
su actividad a «examinarse a sí mismo y a los demás»acerca del bien del
alma, la justicia y la virtud en general, pensando que «la vida sin tal
género de examen no merece la pena de ser vivida”. Sócrates prefirió
esta actividad filosófica a todas las preocupaciones de sus
contemporáneos: «las ganancias, el gobierno de la casa, el generalato,
los discursos ante el pueblo, todos los cargos públicos, las conjuraciones
y las disensiones que tienen lugar en la ciudad ... . Figura inquietante e
incómoda, se compara a sí mismo con un tábano que aguijonea a los
demás para que no se duerman y presten atención a la virtud.
33
¿Por qué fue condenado a muerte?
La acusación ante el tribunal de los Quinientos fue la siguiente:
«Meleto, hijo de Meleto, del demo de Mithos, contra Sócrates, hijo de
Sofronisco, del demo alopecense. Se acusa a Sócrates por no honrar a
los dioses que honra la ciudad y por introducir dioses (demonios)
extraños; y también por corromper a la juventud. Pena de muerte».
Probablemente, estas acusaciones no constituían el verdadero motivo-del
juicio. Los acusadores esperaban que Sócrates
se
exiliara
voluntariamente antes del proceso, pero no fue así; tampoco pidió
conmutación de la pena. Condenado a beber la cicuta, rehusó la huida
que le hablan preparado sus amigos y discípulos, y pasó sus últimas
horas discutiendo con ellos acerca de la inmortalidad del alma y las
ventajas de morir (cfr. el diálogo platónico Fedón). ¿Por qué fue, pues,
condenado? En Atenas se acababa de restaurar la democracia, y la
ciudad vivía todavía el tremendo trauma de la guerra del Peloponeso
(431-404), las luchas de la oligarquía por hacerse con el poder, y, sobre
todo, el breve y terrorífico gobierno de los Treinta Tiranos (404-403). El
proceso de Sócrates --que no simpatizaba demasiado con la democracia
y que había sido el maestro de Alcibíades y de Critias, el más violento
de los oligarcas- se explica bastante bien en este contexto. Pero, sin
duda, fue un error.
¿Cuál fue su doctrina?
El problema consiste en saber, exactamente, cuáles de las doctrinas
que pone en su boca Platón son verdaderamente socráticas y cuáles son
propias del mismo Platón (Jenofonte, prácticamente, no le atribuye
doctrina alguna, y Aristófanes le atribuye las doctrinas de los sofistas y
algunos presocráticos).
+ Es posible que Sócrates escuchara a Arquelao, discípulo de
Anaxágoras. Su doctrina del espíritu debió llamarle la atención, pero
pronto quedó decepcionado por los planteamientos de los primeros
filósofos y decidió dedicarse a reflexionar sobre sí mismo y sobre la
vida del hombre en la ciudad: «Nada me enseñan la tierra y los
árboles, sino los hombres en la ciudad» (Fedro, 230 d). Realmente, en
aquel momento los problemas éticos eran los más urgentes. Y Sócrates
hizo suya la máxima escrita en el templo de Delfos: «Conócete a ti
mismo».
+ Sócrates entiende la filosofía como una búsqueda colectiva y en
diálogo. Él no pretende poseer ya la verdad, ni poder encontrarla por sí
solo. Cada hombre posee dentro de sí una parte de la verdad, pero debe
descubrirla con la ayuda de los otros. Así se explican las dos partes del
método socrático. La ironía, en primer lugar, es el arte de hacer
34
preguntas tales que hagan descubrir al otro su propia ignorancia: el que
cree saber cae en la cuenta -acorralado por las preguntas de Sócrates- de
que no sabe nada. Entonces comienza un proceso nuevo: la mayéutica
(obstetricia, arte de la comadrona, por alusión al oficio de su madre),
consistente en un arte de hacer preguntas tales que el otro llegue a descubrir la verdad en sí mismo. Sócrates, pues, no comunica doctrina
alguna, ni parece tener doctrina propia: ayuda a los demás y busca con
ellos. Esta búsqueda en común y esta modestia inicial contrastan
fuertemente con el individualismo y autosuficiencia de los sofistas. «Yo
nada sé, y soy estéril; pero puedo servirte de partera, y por eso hago
encantamientos para que des a luz tu idea»(Teeteto, 151 a).
+ Según Aristóteles, «dos cosas se pueden atribuir a Sócrates: los
razonamientos inductivos y la definición de lo universal; y ambas se
refieren al principio de la ciencia» (Metafísica, 13, 4, 1078 b).
Efectivamente, la pregunta fundamental que hace Sócrates es: «¿Qué es
... ?», y espera que el otro le conteste con una definición (de la justicia,
por ejemplo). El método socrático se encamina pues, a la construcción
de definiciones; las cuales deben encerrar la esencia inmutable de la
realidad investigada. De este modo, Sócrates se opone al convencionalismo de los sofistas, e inaugura el camino de la búsqueda de las
esencias. El procedimiento para llegar a la definición verdadera
(finalidad de la mayéutica es inductivo: examen de casos particulares y
ensayo de una generalización que nos dé ya la definición buscada.
Sócrates concentró su búsqueda en tomo a conceptos morales, y,
curiosamente, esa búsqueda -tal y como aparece en los primeros
diálogos de Platón- terminó sin resultado. Así, los diálogos Eutrifón
(sobre la piedad), Cármides (sobre la templanza) y Lisis (sobre la
amistad) terminan en un aparente fracaso.
+ Todo el interés de Sócrates parece, pues, haberse centrado en los
problemas éticos, sobre la esencia de la virtud y la posibilidad de
enseñarla (tema muy debatido en aquel momento por los sofistas). La
doctrina de Sócrates suele ser calificada como un «intelectualismo
ético»: el saber y la virtud coinciden; el que conoce lo recto, actuará
con rectitud, y sólo por ignorancia se hace el mal. Esta doctrina parece
excesivamente optimista y alejada de la realidad (no basta conocer el
bien para practicarlo ... ), y ya fue criticada por Aristóteles, Pero hay que
tener en cuenta que Sócrates defiende también un utilitarismo moral: lo
bueno (moralmente) es lo útil. Todo el mundo busca la felicidad y la
utilidad, y la virtud consiste en discernir qué es lo más útil en cada caso,
Así pues, el saber del que habla Sócrates no es un saber teórico, sino un
saber práctico acerca de lo mejor y más útil en cada caso. Este
saber-virtud puede, evidentemente, ser enseñado y aprendido: no bastan,
pues, las disposiciones naturales para ser (interpretación de Nietzsche)
bueno y virtuoso.
35
2. Las escuelas socráticas
A la muerte de Sócrates (399) sus discípulos se dispersaron y
algunos de ellos fundaron escuelas filosóficas. Ninguna de ellas
representa el genuino pensamiento de Sócrates, sino que desarrollan con
bastante independencia algunos de los temas tratados por el maestro
común, añadiendo numerosos elementos tomados de los sofistas e
incluso de los presocráticos.
La escuela fundada por Platón (la Academia) desarrolla los
aspectos científicos y psicológicos del socratismo. Platón, como
veremos enseguida, elabora su doctrina de las Ideas a partir de la
búsqueda socrática de la definición y el concepto. E, inspirándose
también en el pitagorismo, profundizará notablemente en el tema del
alma. Por supuesto, la Academia es la más importante escuela filosófica
que deriva de Sócrates. Las demás escuelas -llamadas habitualmente
«escuelas socráticas menores” se interesarán principalmente por los
problemas éticos y mostrarán una particular oposición a las doctrinas
platónicas.
Las escuelas más importantes son:
+La escuela de Megara, fundada por Euclides de Megara (t 340).
+La
escuela
cínica,
fundada
quizá
por
Antístenes
(aproximadamente, 445-365).
+La escuela de Cirene, fundada por Arístipo de Cirene (435-360).
36
PLATÓN (427-347)
37
CONTEXTO DE PLATON (427-347)
(Etapa ontológica de la filosofía griega)
1. Atenas en el siglo V. Atenas fue en el siglo V una sociedad democrática abierta al
debate. Las victorias atenienses de Maratón (490) y Salamina (480) con que concluyeron las
dos guerras médicas hicieron que se consolidara la democracia. El poder político se ganaba
con la palabra y para educar a la juventud en el arte de la retórica aparecieron los sofistas. Si
Atenas en los años anteriores al nacimiento de Platón, la Atenas de Pericles, se había
encontrado en la cúspide de su poder y esplendor cultural, sin embargo durante su niñez se
vio empeñada en una durísima lucha contra los espartanos. El niño Platón hubo de
presenciar a los seis años (421) la conclusión de la efímera paz negociada por Nicias y
Plistoanacte; a los doce (415) la prometedora partida de las naves que marchaban a la
conquista de Sicilia; a los catorce (413) la llegada de los enviados que informaron de la
terrible derrota que dio al traste con la expedición. Dos años más tarde conoció la revolución
de los Cuatrocientos y, pasados otros tres años, vio volver triunfalmente al expatriado
Alcibiades, que al año siguiente (407) habría de abandonar para siempre su ciudad natal.
Aquellos años presenciaron la ruina de la democracia ática y el advenimiento de los treinta
oligarcas (404) que siguió a la derrota de Atenas. La oligarquía cayó en el año 403 y vino
otra vez la democracia. Los vencedores se comportaron con relativa benignidad y Platón
estaba ya casi a punto de reconciliarse con el régimen restaurado cuando cayó el terrible
golpe de la condena y muerte de Sócrates, obra de algunos gobernantes demócratas.
2. Sócrates, maestro de Platón. Hacia el año 407 Platón percibió claramente que debía
sacrificar su vocación política (Carta VII) para servir a su vocación filosófica siguiendo a
Sócrates, del que fue durante ocho años fue el mejor discípulo, amigo e interlocutor. Juntos
combatirían a los sofistas en su individualismo -tanto las instituciones políticas como las
normas e ideas morales vigentes en una sociedad son convencionales-, y en su relativismo la verdad o la validez del juicio depende de las condiciones o circunstancias en que es
enunciado, lo mismo que el bien y el mal-. Frente al individualismo y relativismo de los
sofistas, Sócrates y Platón mantuvieron la posibilidad de lograr un conocimiento necesario y
universalmente válido en la definición de los conceptos lograda mediante el diálogo. Frente
al "saber es persuadir" de los sofistas, Sócrates y Platón mantuvieron que "saber es
definir".
3. Los viajes a Siracusa y el pitagorismo. Platón realizó cuatro viajes a Siracusa: en el
388, en el año 367, en el año 362 y en el año 361. Estos viajes son importantes para
contextualizar su pensamiento pues los contactos que Platón mantiene allá con los círculos
pitagóricos supervivientes de la escuela de Pitágoras son decisivos para comprender la
importancia la geometría en su pensamiento y de doctrinas claramente pitagóricas como la
transmigración de las almas, la doctrina de que el alma humana es inmortal, que debe su
inmortalidad a su parentesco especial con el alma universal y divina y que puede tener la
esperanza de regresar a su fuente divina, cuando se haya purificado. En Siracusa intentó aplicar
su sistema político ideal asesorando a Dionisio y fracasó por lo que tuvo muchos problemas.
4. La clase social de los artesanos y la especialización política. La mayoría de los
ciudadanos atenienses se encontraban entre los llamados "demiurgos", artesanos o artistas,
quienes tenían un agudo sentido de la técnica y de los bienes que se derivaban del principio de
especialización. Que en el régimen democrático los cargos fueran electivos o por sorteo
implicaba renunciar a la especialización y por tanto al bien hacer. Platón no se cansaría de
advertir la necesidad de un especial conocimiento -el piloto del barco- para el desempeño de las
funciones públicas.
38
(PLATÓN TEORÍA)
Atenas, durante los siglos V y IV a. C., fue el foco de la civilización
occidental. La Política, las Ciencias y las Artes, tuvieron un desarrollo inusitado
y esplendoroso. También en la Polis, y en esta época, la Filosofía tuvo su centro
álgido. Es el momento de la gran ilustración griega, en el que se consolida
definitivamente el pensamiento racionalista y crítico: los Sofistas (iniciadores de
la reflexión antropológica, y representantes de un movimiento intelectual y
pedagógico defensor de la convencionalidad político-moral y jurídica, y del
relativismo gnoseológico), Sócrates (defensor de la existencia de principios
morales absolutos y de la posibilidad del conocimiento mediante el método
mayéutico), Platón y Aristóteles.
En este contexto histórico-filosófico, Platón, influido por los pitagóricos,
Parménides, Heráclito y los Pluralistas, prosigue la obra iniciada por su maestro,
no deteniéndose exclusivamente en la Ética y en la Política, sino extendiéndose
también su especulación a los campos de la realidad(ontología) y del
conocimiento (gnoseología).
En estos dos últimos ámbitos, la problemática filosófica de la época giraba
en torno a la consideración racional de cuál es el principio último explicativo de
la totalidad de lo real, y que había sido iniciado por los presocráticos. Se
discutía si este principio ("arjé") de la realidad ("physis") es uno o múltiple, si es
abstracto o material, divino o natural, sujeto a movimiento y cambio o estable e
inmóvil..., y venía siendo el objeto máximo de la polémica de monistas frente a
pluralistas y, sobre todo, de Heráclito frente a Parménides.
Pues bien, Platón vino a responder a dicha controversia mediante el
establecimiento de un abismo entre el mundo sensible, o mundo de las cosas
(múltiple, mudable, aparente...), y el mundo inteligible, o mundo de las Ideas
(único, inmóvil, real...), siendo este último, además, el principio ontológico y
gnoseológico del primero. Junto a esta doble realidad con caracteres antitéticos,
Platón se ve obligado a afirmar la existencia de un doble conocimiento (sensitivo
y racional). Es el famoso "dualismo platónico" que se manifestará en todos los
ámbitos de su filosofía, con especiales consecuencias en su concepción del
hombre (antropología). De este modo, Platón realiza la primera síntesis (síntesis
entre Heráclito y Parménides) de la historia de la filosofía.
CONTEXTO HISTORICO-FILOSOFICO: Los problemas de la filosofía
platónica
Platón enlaza con los problemas de los filósofos anteriores y a la vez intenta
39
dar solución a sus planteamientos. El panorama filosófico y el ambiente
intelectual con el que se encuentra Platón y que constituye el punto de arranque
de su pensamiento, está dominado por el escepticismo (Filosofía de la
naturaleza) y el relativismo (Ética y Política) de los Sofistas:
1. EL ESCEPTICISMO ANTE LA FILOSOFÍA DE LA NATURALEZA:
El escepticismo de los Sofistas había hecho mella en la ciencia física, y fue
la causa filosófica profunda del abandono del estudio de la naturaleza de lo real.
Recordemos que los primeros pensadores griegos centraron su especulación
filosófica en la búsqueda del "arjé" en un intento por reducir la pluralidad
cambiante de los seres naturales que pueblan el Universo a una única sustancia
estable o permanente, al tiempo que se intentaba delimitar lo que sea la
verdadera realidad de lo que no lo era. Pero en este ámbito, los filósofos
presocráticos no parecían ponerse de acuerdo, y la filosofía ofrecía el aspecto
desolador de un campo de batalla de doctrinas divergentes e incompatibles
entre sí. Y así:
a) Heráclito había afirmado que la realidad sensible, el mundo del espacio
y del tiempo, está en permanente cambio, en continuo devenir ("Todo fluye,
nada es"). El movimiento ni por un momento deja de producirse, y nada es
idéntico a sí mismo en dos instantes consecutivos. La conclusión inmediata de
esta doctrina era la negación del conocimiento de este mundo, puesto que para
conocer la razón necesita un objeto estable.
b) Parménides, por su parte, había dicho que esa realidad permanente
existe, y que sólo puede ser descubierta por la actividad de la razón al margen
completamente de la actividad de los sentidos: la razón capta lo que es ("EI ser
es y el no ser no es"), la realidad única e inmutable, por lo que la multiplicidad y
el devenir son sólo apariencias de los sentidos. Por tanto, y al igual que en
Heráclito, para Parménides no cabe ciencia del mundo sensible.
La consecuencia directa de esta disparidad de teorías opuestas entre sí fue
la generalización de una actitud intelectual de radical escepticismo y, por
consiguiente, la negación del conocimiento científico de la realidad: no podemos
conocer las cosas como son, sino sus apariencias solamente.
2. EL RELATIVISMO ANTE LA FILOSOFÍA MORAL Y POLITICA:
El relativismo, también de los Sofistas afectaba igualmente a los conceptos
morales y a las leyes e instituciones políticas: firmes en su convicción de que no
40
podemos saber o conocer lo que las cosas realmente son, defendían el carácter
convencional y arbitrario de las normas morales, así como de las leyes e
instituciones políticas. Los Sofistas se amparaban en la falta de unanimidad de
los hombres y de los pueblos respecto de lo que es" justo" e "injusto", "loable" y
"reprensible", "bueno" y "malo", y concluían que las normas morales y las leyes
políticas cambian con el tiempo y las sociedades.
La consecuencia directa de la tesis relativista del convencionalismo éticopolítico era la negación de existencia de principios morales absolutos que
regularan la vida práctica personal y pública.(Relativismo moral)
Frente a la postura escéptica y relativista de los Sofistas reaccionaron
Sócrates y sus seguidores: en efecto, pensaba Sócrates, si cada uno entiende
por "bueno" y por "justo" una cosa distinta; si para cada uno las palabras
"bueno" y "malo", "justo" e "injusto" poseen significaciones distintas, la
comunicación y la posibilidad de entendimiento y convivencia entre los hombres
resultaría imposible: ¿Cómo decidir en una asamblea si una ley es justa o no,
cuando cada uno entiende algo distinto por "justo"?. De ahí que para Sócrates
la tarea más urgente era la de restaurar el valor del lenguaje como vehículo de
significaciones objetivas y válidas para toda la comunidad humana. Era
necesario definir con rigor los conceptos de tal modo que se hiciera posible con
ello el conocimiento de la realidad, así como la comunicación y convivencia
entre los hombres.
Sócrates tenía la convicción de que la conducta práctica (ética y política)
había de basarse en el conocimiento, y además en un conocimiento de valores
absolutos y eternos que no dependieran de las impresiones fluctuantes de los
sentidos, ni del capricho personal, ni de la opinión subjetiva ni colectiva, sino
que fueran idénticos para todos los hombres, todos los pueblos y todas las
edades.
Pues bien, Platón frente a los Sofistas heredó de su maestro la doble
convicción de que: a) existen principios morales absolutos y eternos (y, por
tanto, hay algo estable en la realidad), y b) es posible el conocimiento,
entendiendo por tal un conocimiento objetivo y universalmente válido.
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO (TEMA 1)
En el decenio siguiente a la muerte de Sócrates, Platón pasó una difícil
época de crisis que le hizo dudar acerca de la posibilidad del conocimiento de la
realidad. Pero dos factores principalmente fueron los que le dieron la certeza de
que el saber es posible para el hombre: en primer lugar, el conocimiento
41
matemático (influencia pitagórica) y, en segundo lugar, la ley moral, cuya
inmediata evidencia pudo experimentar con la muerte de Sócrates. Y quiso
demostrarlo teóricamente, y por ello se introdujo de lleno en el problema del
conocimiento preguntándose por su naturaleza (¿Qué es?) y por su objeto.
Como primer objetivo se propuso desmantelar el relativismo gnoseológico de los
Sofistas mostrando su falsedad.
I. CRITICA AL SENSUALISMO SUBJETIVISTA DE PROTAGORAS:
En el "Teeteto" Platón se propone combatir la teoría de Protágoras según la
cual el conocimiento es la mera percepción sensible y su tesis subjetivista de
que lo que a cada cual le parece verdadero eso es la verdad para él.
En contra del pensamiento de los Sofistas, el conocimiento verdadero ha de
cumplir, según Platón, dos requisitos fundamentales:
a) ser objetivo (no meramente subjetivo y basado en la opinión), es decir,
tener por objeto lo que realmente es, que trate de las cosas tal como realmente
son, y
b) ser universal, es decir, que trate sobre lo esencial (lo permanente y
común) de las cosas, abarcando de este modo toda la pluralidad de casos
particulares posibles. La ciencia sólo lo es de lo universal, y éste se expresa en
conceptos.
Es evidente frente al sensualismo subjetivista de Protágoras, que la
percepción sensible (conocimiento sensible) no satisface ninguna de estas dos
exigencias fundamentales. Por tanto, la percepción sensible no merece el
nombre de verdadero conocimiento. Pero es que, además:
1º La percepción no es todo el conocimiento, pues gran parte de lo que los
hombres reconocen como "conocimiento" consiste en verdades que no pueden
ser objetos de la percepción. Por ejemplo, las conclusiones y los razonamientos
de las Matemáticas no se pueden aprehender por los sentidos. Por lo demás, en
esta ciencia tampoco hay opiniones subjetivas que valgan;
2º La percepción sensible no es conocimiento ni siquiera en su propio
ámbito: no puede decirse que sepamos alguna cosa por el simple hecho de
percibirla (una cosa es percibir y otra distinta comprender); es necesario
alcanzar la verdad acerca de ella, por ejemplo, sobre su existencia o
inexistencia, sobre su igualdad o desemejanza, sobre si son hermosas o feas,
buenas o malas... Pero este tipo de verdad sólo se alcanza en la reflexión y no
en la mera sensación. Por ejemplo: la sensación, por sí sola, únicamente puede
mostrarnos una superficie blanca y otra superficie blanca, pero para relacionar
42
ambas y reconocerlas como iguales se necesita la actividad de la mente
3º Por último, el sensualismo subjetivista de Protágoras es insostenible y se
contradice: si es verdad, critica Platón, que el conocimiento es la percepción
sensible y que lo que a cada cual le parece verdadero esa es la verdad para él,
entonces todas las opiniones son igualmente verdaderas y, por consiguiente,
ningún hombre será más sabio que otro. ¿Cómo se permite entonces
Protágoras enseñar a los demás y aceptar un pingüe salario por hacerlo? Por lo
demás, si también se admite que toda verdad es relativa, quien sostenga que la
doctrina de Protágoras es falsa estará afirmando, según Protágoras mismo, la
verdad.
De este modo acaba Platón con la pretensión sofista de que la percepción
sea conocimiento: los sentidos no proporcionan verdadero conocimiento. Y, por
tanto, tampoco los objetos sensibles son objetos propios del conocimiento ni
pueden serlo, ya que las cosas sensibles están en continua transformación y el
conocer sólo puede serlo de lo estable o permanente, es decir, de lo que
realmente es. Y el mundo sensible" propiamente "no es", sino que "deviene".
En resumen: Platón acepta de Protágoras la creencia en la relatividad de los
sentidos y de la percepción sensible, pero no admite el relativismo extendido
también a la razón: al contrario, el verdadero conocimiento, objetivo y universal,
es alcanzable únicamente por la razón (escisión sentidos-razón). Platón acepta
también de Heráclito la tesis de que los objetos sensibles están siempre en
perpetuo cambio y, por ello, no pueden ser los objetos del auténtico
conocimiento; el objeto del verdadero conocimiento ha de ser permanente, esto
es, puramente inteligible (escisión "mundo sensible"-"mundo inteligible").
II.- LOS GRADOS DE CONOCIMIENTO:
Platón, pues, cree firmemente que el hombre puede alcanzar un
conocimiento científico de la realidad, siendo éste un conocimiento objetivo
(sobre lo que las cosas son) y universal (sobre lo esencial y común a la
pluralidad). De otro modo: el verdadero conocimiento, o ciencia, sólo lo es de
esencias universales y éstas se expresan en conceptos universales (por
ejemplo, en la definición: "el hombre es un animal racional", la razón expresa la
esencia del hombre por medio de conceptos universales). Por tanto, el concepto
universal es el que cumple los dos requisitos necesarios para ser objeto del
verdadero conocimiento. Y así, el conocimiento de lo universal será el
conocimiento más elevado, mientras que el "conocimiento” de lo particular será
el grado más bajo del conocer.
43
(Conviene advertir antes de analizar los diversos grados o tipos de
conocimiento que el punto más importante de la doctrina platónica de las Ideas
es la afirmación de que el concepto universal (Bien, Justicia, Belleza, Hombre...)
no es una construcción abstracta de la mente sin contenido objetivo, sino que, al
contrario, a cada concepto universal le corresponde una realidad objetiva, es
decir, una Esencia Universal a la que Platón llama Idea. La Idea, pues, es la
verdadera Esencia universal separada de las cosas.
De acuerdo con su distinción fundamental entre percepción sensible
(sentidos) y razón, Platón distingue dos grandes géneros de conocimiento
racional (Episteme o Ciencia) y conocimiento sensible (Doxa u opinión), que
tienen por objeto dos ámbitos de la realidad totalmente diversos: "mundo
inteligible" y " mundo sensible" respectivamente. Esto lo expone Platón en el
famoso pasaje de la "Alegoría de la Línea" del libro VI de "La República(ver
dibujo C de la página 77)
TIPOS DE OBJETOS
Ideas
Mundo inteligible
GRADOS DE CONOCIMIENTO
Inteligencia o Nous
Ciencia: Dialéctica
Entes matemáticos
Ciencia o episteme
Razón Demostrativa
o Dianoia
Ciencia: Matemáticas
Cosas
Creencia o Pistis
Mundo sensible
Imágenes de las cosas
Opinión o doxa
Imaginación o Eikasia
El desarrollo de la mente humana a lo largo de su camino desde la
ignorancia hasta el conocimiento pleno, atraviesa dos campos principales: el del
conocimiento sensible (Doxa u opinión) y el del conocimiento inteligible
(Episteme o ciencia). Sólo éste es el conocimiento verdadero. La diferencia
entre uno y otro se basa en una diferenciación de sus respectivos objetos: la
Doxa versa sobre las cosas particulares y sus imágenes, mientras que la
Episteme versa sobre los Universales o Ideas.
Por ejemplo: si se pregunta a alguien qué es la Belleza y él, en lugar de
44
definirla certeramente, indica imperfectas encarnaciones de la belleza (un
cuadro, una obra literaria, una pieza musical, un cuerpo, ...), entonces el estado
mental de ese hombre al que se interroga es un estado de Doxa. En cambio si
se posee la noción de Belleza en sí misma, se es capaz de elevarse por encima
de las cosas e imágenes particulares hasta la Esencia universal, hasta la Idea
de Belleza, en comparación con la cual deben ser juzgadas todas las cosas
bellas particulares, entonces el estado de la mente de este hombre es un estado
de Episteme o conocimiento pleno.
Dentro de cada uno de estos dos grandes géneros de conocimiento cabe
distinguir dos grados más en interna dependencia con sus respectivos objetos.
Por tanto, la clasificación queda así:
1.- Conocimiento Sensible (Doxa u Opinión): Es el conocimiento que se
tiene a través de la percepción sensible y, por tanto, su objeto son las
realidades del mundo sensible (lo particular, cambiante, aparente...):
1.1.- Imaginación o Conjetura (Eikasia): Conocimiento que tiene por objeto
sombras e imágenes de la realidad sensible. (Ej: "saber de oídas", por
referencias de otros)
1.2.-Creencia o Fe (Pistis): Conocimiento perceptivo de las cosas sensibles,
es decir, las cosas naturales, los seres vivos, los objetos de arte, . . (Ej. el
anterior de la belleza). Las "ciencias" que corresponden a este nivel son las
Ciencias Naturales y la Física.
2.- Conocimiento Inteligible (Episteme o Ciencia): Es el conocimiento que
se tiene por medio de la Razón y, por tanto, su objeto son las realidades del
mundo inteligible (lo universal, lo permanente, lo objetivo...):
2.1.- Razonamiento o Razón Discursiva (Dianoia): Conocimiento que tiene
por objeto las entidades matemáticas que, aunque son realidades inteligibles, se
concretan en símbolos sensibles. La ciencia que corresponde a este nivel es la
Matemática.
2.2.-Inteligencia Pura o Conocimiento Filosófico (Nous): Conocimiento
que tiene por objeto las realidades puramente inteligibles, esto es, las Esencias
Universales o Ideas. Es la forma suprema de Conocimiento. La ciencia que
corresponde a este nivel es la Dialéctica o Filosofía.
Así pues, en Platón la escisión de la realidad corre pareja a la escisión del
conocimiento, y del mismo modo que hay una graduación del conocimiento, hay
también una jerarquización de la realidad: del mismo modo que las sombras, las
imágenes reflejadas, etc., son copias de las cosas naturales (sensibles), así las
cosas naturales son copias de los entes matemáticos y éstos, a su vez, copias
de las Esencias Universales y Eternas que constituyen el "Mundo de las Ideas".
45
Así todo el conocimiento tiene su cima en el saber de las Ideas: cada uno de
sus grados recibe su valor del grado superior y todos del primero.
Platón ilustró posteriormente su doctrina gnoseológica con el célebre "MITO
DE LA CAVERNA" (Libro VII de la "República", (ver dibujo de la portada de los
apuntes de Platón), de carácter más metafórico, y cuyo tema central es la
Educación concebida como un proceso gradual y ascendente de paso de la Opinión (contemplación del mundo sensible) a la Ciencia o conocimiento pleno
(contemplación del inteligible):
Describe Platón una caverna subterránea que tiene una abertura por la que
penetra la luz. En esta caverna viven unos seres humanos que son como
esclavos, con las piernas y el cuello sujetos por cadenas desde la infancia, de
tal modo que sólo ven el muro del fondo de la gruta y nunca han visto la luz del
sol. Por encima de ellos y a sus espaldas (es decir, entre los prisioneros y la
boca de la caverna), hay una hoguera, y entre ellos y el fuego cruza un camino
elevado y hay un muro bajo, que hace de pantalla. Por el camino elevado pasan
hombres portadores de figuras de animales y otros objetos, de manera que
estas cosas que llevan aparecen por encima del borde del muro o pantalla. Los
prisioneros, de cara al fondo de la cueva, no pueden verse entre ellos ni
tampoco pueden ver los objetos que se transportan a sus espaldas: sólo ven las
sombras de ellos mismos y las de esos objetos, sombras que aparecen
reflejadas en la pared a la que miran. Unicamente ven sombras y oyen voces, y
las toman por la realidad porque desconocen la verdadera realidad. El esclavo
que se liberase y consiguiese salir fuera, por de pronto no podría soportar la luz
del sol; habría de acostumbrarse a mirar las sombras, después las imágenes de
los hombres y de las cosas reflejadas en el agua, en fin, las cosas mismas y
sólo al final podría elevarse a la contemplación de los astros y del sol: sólo
entonces advertirá que precisamente del sol depende todo cuanto existe en el
mundo visible y, por tanto, todas las cosas que él y sus compañeros veían en la
caverna.
Pues bien, la caverna representa el "mundo sensible", y los prisioneros
encadenados a la mayoría de la humanidad, a la muchedumbre de gentes que
permanecen durante toda su vida en un estado de "eikasía", viendo sólo
sombras de la realidad y oyendo únicamente ecos de la verdad. Su opinión
sobre el mundo es de lo más inadecuada, pues está deformada por "sus propias
pasiones y sus prejuicios y por los prejuicios y pasiones de los demás, que les
son transmitidos por el lenguaje y la retórica" (cadenas). Y aunque no se hallan
en mejor situación que la de los niños, se aferran a sus deformadas opiniones
con la tenacidad de los adultos y no tienen ningún deseo de escapar de su
46
prisión. Es más, si de repente se les liberase y se les dijese que contemplaran
las realidades de aquello cuyas sombras habían visto anteriormente, quedarían
cegados por el fulgor de la luz y se figurarían que las sombras eran mucho más
reales que las realidades mismas.
Sin embargo, si uno de los prisioneros logra escapar y se acostumbra poco a
poco a la luz, después de un tiempo será capaz de mirar los objetos concretos y
sensibles, de los que antes sólo había visto las sombras. Este hombre
contempla a sus compañeros al resplandor del fuego (que representa al sol
visible) y se halla en un estado de “pistis", habiéndose convertido desde el
mundo de las sombras e imágenes, que era el de los prejuicios, las pasiones y
los sofismas, al mundo real de las cosas sensibles, aunque todavía no haya
ascendido al mundo de las realidades inteligibles. Pero si persevera y sale de la
cueva a la luz del sol, verá el mundo de los objetos claros e iluminados por el
sol (que representan las realidades inteligibles), y, finalmente, aunque sólo
mediante un esfuerzo, se capacitará para ver el sol mismo, que representa la
Idea de Bien, la Forma Suprema, "la Causa Universal de todas las cosas
buenas y bellas... la fuente de la verdad y de la razón". Se hallará entonces en
un estado de "Nous".
Observa también Platón que si el esclavo que antes ha conseguido liberarse
vuelve al interior de la caverna, sus ojos se hallarán ofuscados por la oscuridad
y será incapaz de discernir bien las sombras, y con esto se hará motivo de risa,
burla y desprecio para sus compañeros, los cuales conferirán los máximos
honores a quienes saben ver las sombras más agudamente. Pero él sabe que la
verdadera realidad está fuera de la caverna, que el verdadero conocimiento no
es el de las sombras, y por esto sentirá compasión por aquellos que se
contentan con tal conocimiento y lo tienen por verdadero. Ahora bien, si tratase
de liberar a algún otro y de guiarle hacia la luz, los prisioneros, que aman la
oscuridad y consideran que las sombras son la verdadera realidad, cogerían a
este osado y lo matarían. (Esta es una alusión a Sócrates, que trató de iluminar
a todos los que quisieron oírle y procuró hacerles comprender la verdad y la
razón, en vez de dejar que quedasen sumidos en las sombras de los prejuicios
y los sofismas).
Esta parábola pone en claro que la "ascensión" de la línea era considerada
por Platón como progreso, aunque tal progreso no es continuo y automático:
requiere esfuerzo y disciplina mental. De ahí su insistencia en la gran
importancia de la Educación por medio de la cual sea conducido gradualmente
el joven a la contemplación de las verdades y de los valores eternos y absolutos
y, de este modo, se libera a la juventud de pasar la vida en el sombrío mundo
47
del error, la falsedad, el prejuicio, las pasiones, la persuasión sofística, la
ceguera para los verdaderos valores, etc. Y tal Educación es de primordial
importancia para quienes han de ser hombres de Estado (políticos y
gobernantes).
La Educación consistirá, por tanto, en llevar al hombre de la consideración
del mundo sensible a la consideración del mundo inteligible, y conducirle hacia
el punto más alto de la Realidad, que es la Idea de Bien. Para preparar al
hombre para la visión del Bien pueden servir las ciencias que tienen por objeto
aquellos aspectos de la realidad que más se avecinan al Bien: 1º la Aritmética,
como arte de cálculo, que permite corregir las apariencias de los sentidos; 2º la
Geometría, como ciencia de entes inmutables; 3º la Astronomía, como ciencia
del movimiento más ordenado y perfecto, el de los cielos; 4º la Música, como
ciencia de la armonía; 5º por último, la Filosofía, como saber de la verdadera
realidad: las Ideas, y especialmente, la Idea de bien. El bien corresponde en el
mundo de las Ideas a lo que es el sol en el mundo sensible. Y así como el sol
hace visibles las cosas mediante su luz, al tiempo que las hace nacer, crecer y
alimentarse, del mismo modo la Idea de Bien hace inteligibles (cognoscibles) los
objetos que constituyen el Mundo de las Ideas, y también les da el ser de que
están dotados. Por esta prevalencia suya, el Bien no es una Idea entre las
demás, sino la Idea suprema, la Causa de las demás Ideas. De otro modo: el
Bien es el fundamento gnoseológico y ontológico de la realidad.
La inspiración fundamental de este pensamiento es, como ya se ha dicho, la
finalidad pedagógica y política de la Filosofía. En vista de esta finalidad, el punto
más alto de la Filosofía no es sin más la contemplación de las Ideas y del Bien
como causa suprema: es la utilización de todos los conocimientos que el filósofo
ha podido adquirir para la fundación de una comunidad justa y feliz. En efecto,
según Platón, forma parte de la educación del filósofo el "Retorno a la Caverna": volver
a la caverna significa poner lo visto a disposición de la comunidad humana, para darse
cuenta él mismo de que aquel mundo, a pesar de ser inferior, es el mundo humano, o
sea "su" mundo, y para obedecer al vínculo de Justicia que la liga a la humanidad.
Dicho de otra manera: la verdad no es sólo conocimiento teórico, sino también, y sobre
todo, un saber práctico: la contemplación de la verdad compromete y exige ser
realizada en uno mismo y en la comunidad humana.
El filósofo, pues, deberá reacostumbrarse a la oscuridad de la caverna; y entonces verá
mejor que los compañeros que quedaron en ella y reconocerá las sombras y las imágenes
por haber visto ya la verdadera realidad. Y sólo así el Estado podrá ser constituido y
gobernado por gente despierta y sabia (los filósofos) y no, como dice Platón en la "Carta
VII", por gente que sueña y que combate entre sí por sombras.
48
TEORIA DE LAS IDEAS (ONTOLOGÍA Y/O METAFÍSICA DE PLATÓN)
Si en la búsqueda del verdadero conocimiento (objetivo y universal) se
encontró Platón con la necesidad de distinguir entre percepción sensible y
razón, ahora, cuando indaga sobre sus respectivos objetos, se verá obligado a
distinguir entre cosas e ideas, es decir, entre "Mundo sensible" y "Mundo de las
Ideas", y así como la preocupación por el verdadero conocimiento le llevó a
afirmar el conocimiento intelectual o racional, así también la preocupación por la
verdadera realidad le transportará al "Mundo de las Ideas".
I.-
LAS IDEAS Y SU MUNDO: EL "KOSMOS NOETOS"
Platón sostuvo que los objetos del verdadero conocimiento, es decir, las
Esencias Universales que pueden ser definidas mediante conceptos, existen,
pero no pueden ser identificadas con las cosas del mundo perceptible ni son
tampoco creaciones de la mente (ver dibujo A de la página 77). Son realidades
que poseen una naturaleza suprasensible, trascendente, y que, por tanto,
existen fuera del espacio y del tiempo, en un mundo ideal ("Kosmos Noetós")
sólo accesible a la razón. Estos objetos puramente inteligibles (la Belleza en sí,
la Justicia, en sí, el Bien en sí, el Hombre en sí, el Triángulo en sí. .) son las
famosas "Ideas" platónicas, llamadas así por una transliteración de la palabra
griega "idea", que Platón le aplicó, y que propiamente significa "modelo" o
"patrón". La traducción correcta sería la de "Forma", "Modelo", "Arquetipo",
"Paradigma", "Ejemplar"..., es decir, algo máximamente perfecto y de lo cual
todo lo demás es copia o imitación (las cosas son a las Ideas lo que las sombras son a las cosas). Así, pues, nuestra palabra "idea" es una traducción
impropia e inadecuada, pues nos sugiere algo que sólo tiene existencia en
nuestra mente y, por tanto, no es real, mientras que para Platón únicamente las
Ideas tienen existencia plena, completa e independiente (tanto de la realidad
sensible como de la mente que las piensa). Las Ideas, pues, son lo
verdaderamente real y más real que las cosas mismas, ya que lo que hay de
realidad en el mundo físico deriva precisamente de las Ideas.
¿Por qué afirma Platón la existencia de las Ideas trascendentes? Platón
estaba convencido de que la verdadera realidad debía poseer las características
del ser parmenídeo (es decir, ser Eterna, Inmóvil, Perfecta, Inmaterial...). Ahora
bien, las cosas del mundo sensible poseen atributos antitéticos (es decir, son
generables y corruptibles, mudables, imperfectas, materiales..., propiamente no
son, sino que devienen). Por tanto, la verdadera realidad no puede estar en las
49
cosas del mundo sensible, es necesario que aquélla se dé en otro mundo, y tal
mundo es el "Mundo de las Ideas".
Veamos un poco más de cerca la naturaleza de las Ideas platónicas:
1.- Las Ideas como Fundamento Ontológico y gnoseológico:
De las Ideas platónicas podemos hacer una doble caracterización:
1º. - Las Ideas son el verdadero objeto de conocimiento y lo que nos permite
conocer las realidades sensibles, es decir, poseen un carácter fundante
respecto al conocimiento intelectual en la medida en que hacen inteligibles las
cosas del mundo sensible. Por ejemplo, para juzgar si dos cosas son iguales,
nos servimos de la Idea de Igualdad, que es el Modelo o Igualdad Perfecta a la
que sólo se adecuan imperfectamente las cosas iguales sensibles. Para juzgar
o conocer lo que es bueno, justo o bello, el criterio lo obtenemos de las Ideas
correspondientes (Bien, Justicia, Belleza), o sea, de las Esencias a las que
corresponden estos conceptos. Por tanto, las Ideas son criterios de valoración,
es decir, Modelos a los que nos remitimos para conocer la realidad sensible. Sin
las Ideas no podríamos conocer la realidad física.
2º. - Las Ideas son la verdadera Realidad y Causa Formal de las cosas
sensibles, es decir, poseen un carácter fundante respecto del mundo sensible
en la medida en que le presta unidad, orden y consistencia. Es decir:
a) las Ideas son realidades permanentes e inmutables, mientras que los
seres del mundo físico se caracterizan por su mutabilidad y corruptibilidad;
b) las Ideas son lo que tienen de común seres de apariencias distintas pero
de la misma esencia: por ejemplo, hombres de razas distintas, culturas diversas,
etc. ,tienen en común que todos participan de una misma esencia, de la Idea de
Hombre. De otro modo: las Ideas son principio de unidad frente a la pluralidad y
dispersión del mundo físico (y así, hay tantas Ideas como especies de cosas
que podemos designar por el mismo nombre);
c) las Ideas son lo que las cosas realmente son (el "qué" de las cosas,
aquello que las hace ser lo que son), frente a los fenómenos aparentes del
mundo físico. Sólo las Ideas son la verdadera realidad.
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El "Mundo de las Ideas" y el mundo físico se reparten respectivamente las
funciones señaladas en el gráfico:
-La unidad
Razón
-Lo Permanente→ Realidad Inteligible
-Lo que es
("Mundo de las
Ideas")
-Lo necesario
Conocimiento
-La Pluralidad
Sentidos
-Lo cambiante
→
Realidad sensible
-Lo que parece ser ("Mundo de las
sombras")
-Lo contingente
Las Ideas, son, pues, las Esencias Universales separadas de las cosas (e
independientes del pensamiento): frente a la pluralidad de seres cambiantes y
aparentes que pueblan el Universo físico, las Ideas son las verdaderas
realidades que prestan unidad y consistencia ontológica (hacen ser a las cosas),
e inteligibilidad gnoseológica (permiten conocer las cosas). Son, por tanto,
causa del ser (fundamento ontológico) y del conocer (fundamento gnoseológico)
de todas las cosas.
2. Jerarquía en el "Mundo de las Ideas"
El conjunto de las Ideas o Esencias Inteligibles constituye el "Mundo
Inteligible" o "Mundo de las Ideas" ("Kosmos Noetós"), es decir, la auténtica
Realidad sólo asequible al filósofo mediante la Intelección pura o "Nous".
Ahora bien, las Ideas no son un aglomerado plural e inconexo de esencias,
sino que constituyen un sistema en el que todas se ensamblan y coordinan en
una gradación jerárquica cuya cúspide ocupa la Idea de Bien, e inmediatamente
por debajo de ella se encuentran las otras dos Ideas propiamente dichas
(Belleza y Justicia), que, en cierta manera, son derivaciones de la primera. Por
último, como grado más bajo de la jerarquía ideal, el "Kosmos Noetós" o ámbito
de los "Eidos":
51
IDEA DE BIEN
IDEA DE BELLEZA
IDEA DE JUSTICIA
EIDOS (IDEAS)
EIDOLA (COSAS FISICAS)
SOMBRAS
Hay, pues, una subordinación dentro de la escala ideal, esto es, Ideas
superiores que sirven de soporte y fundamento a las restantes; sería algo
semejante a una pirámide en cuya cumbre hay una Idea Suprema, la Idea de
las Ideas, de la que dependen las demás: la Idea de Bien es la que da
consistencia (gnoseológica y ontológica) a la Belleza y a la Justicia ya través de
estas últimas, a los Eidos y, por último, a los Eidola del mundo sensible. Es
decir, que del mismo modo que las cosas físicas (Eidola) adquieren consistencia
a partir de sus respectivos Eidos, las Ideas adquieren esta misma consistencia a
partir de la Idea de Bien.
PIatón compara la Idea de Bien, en el 'Mito de la Caverna", a la luz del sol:
la relación que se da entre el sol y los objetos visibles es análoga a la que se da
entre el Bien y los objetos inteligibles (ver dibujo B de la página 77):
1º) Del mismo modo que el sol es causa de la luz que posibilita la
iluminación de los objetos sensibles, y es causa de la visión por cuanto da a los
ojos el poder de verlos, así también el Bien nos visibiliza y hace inteligible el
Mundo de las Ideas, al tiempo que da a la mente el poder de entenderlas;
2º) Del mismo modo que el sol es responsable del nacimiento y crecimiento
en el mundo sensible (es decir, es responsable de toda vida dentro del mundo),
así también el Bien es causa del ser de los objetos del "Mundo Inteligible"
(Ideas). El Bien, pues, es la Causa Suprema (Formal o Ejemplar) de la
Realidad.
Algo semejante cabe decir de las Ideas de Belleza y Justicia, semejante a la
del Bien, pero en ámbitos de la realidad distintos: el mundo físico y el mundo
humano respectivamente:
52
a) Por su derivación y semejanza con la Idea de Bien, la BelIeza baña en luz
y claridad el mundo de las realidades físicas, "y envolviéndolas las hace bellas".
Es la Idea más sensible" (o mejor, posee destellos en el mundo sensible que se
pueden percibir) y, por ello, constituye la puerta de entrada al mundo ideas.
b) La Idea de Justicia ejerce un papel análogo en el mundo humano. Ella
regula las relaciones entre las tres partes del alma individual (concupiscible,
irascible, y racional), las tres clases del cuerpo social (productores, guardianes y
gobernantes), así como las tres virtudes personales y públicas (templanza,
fortaleza y prudencia).
Pues bien: en la contemplación y posesión de las tres Ideas se cifra y
consiste la Sabiduría. Mas conviene tener en cuenta que la verdadera Sabiduría
no es sólo un conglomerado de conocimientos teóricos sobre la realidad sino
que, además y sobre todo, la genuina Sabiduría posee una dimensión práctica:
el conocimiento de la Idea de Bien es el punto de apoyo gracias al cual cobran
sentido nuestras acciones tanto individuales como colectivas, la brújula que
orienta y la luz que da sentido a la vida humana en su dimensión personal y
social.
II- "MUNDO SENSIBLE" y "MUNDO INTELIGIBLE"
De todo lo dicho anteriormente se sigue la escisión de la realidad y la
oposición de dos mundos (sensible e inteligible) con caracteres antitéticos, así
como un distinto modo de valorarlos.
a) Mundo lnteligible (Kosmos Noetos), al que se accede por la razón, y
constituido por una pluralidad de Ideas, es decir, de Esencias o Arquetipos
Inteligibles de las cosas materiales que integran la realidad o mundo sensible.
Tales Ideas son Eternas Inmutables, Perfectas, Inmateriales..., constituyen la
Verdadera Realidad y, por tanto, sólo su conocimiento proporciona Episteme, es
decir, verdad.
El Mundo de las Ideas platónico goza de los caracteres del Ser de
Parménides, si bien se diferencia del filósofo eléata porque en el Mundo
Inteligible platónico no hay Unicidad (aunque sí Unidad), dado que no hay una
sola Idea, sino que éstas son múltiples.
b) Mundo sensible (Kosmos Aisthetos), al que se accede por los sentido, y
constituido por la pluralidad de seres cambiantes y aparentes de la naturaleza
física. Las cosas del mundo sensible tienen propiedades radicalmente opuestas
a las del Mundo Inteligible: son generables y corruptibles, mudables,
53
imperfectas, materiales... No constituyen la verdadera realidad sino sólo
apariencia ("sombra") de realidad y, por tanto, su conocimiento no proporciona
verdad, sino Doxa, esto es, Opinión.
El mundo sensible platónico participa de las propiedades del mundo de
Heráclito.
Platón pone en un primer plano el Mundo de las Ideas y en un segundo
plano el mundo sensible, que será interpretado en función de primero: intenta
dar razón de la realidad sensible a partir de unos Modelos o Arquetipos. Es
decir, sólo se puede llegar a la comprensión de la realidad a través del
conocimiento de las Ideas (principio ontológico y gnoseológico).
Platón es, por consiguiente, tanto desde el punto de vista gnoseológico
(conocimiento) como desde el punto de vista ontológico (realidad), plena y
conscientemente dualista.
La relación entre el Mundo de las Ideas y el mundo sensible la explica Platón
recurriendo a dos conceptos: Imitación y Participación:
1º) Imitación: Cada una de las cosas sensibles es imitación o copia de su
Idea o Esencia correspondiente. La Idea es perfecta; la copia, en cambio, es
imperfecta. En definitiva, el mundo sensible es un mal reflejo ("sombra") del
Mundo ideal.
La doctrina de la Imitación fue mantenida por Platón es sus Diálogos de
madurez ("Fedro", "La República"...), pero planteaba un problema metafísico
serio: la realidad sensible quedaba reducida a pura apariencia, a imagen
falsificada de la realidad. Por ello, recurrió Platón, en su vejez, a un nuevo
concepto para explicar la relación que mantienen los dos ámbitos de la realidad:
2º) Participación: Cada una de las cosas sensibles participa ("toma parte")
de la Esencia Perfecta o Idea correspondiente, que es la que hace que cada
cosa sea lo que es. (Así, algo será bello porque participa o toma parte de la Idea
de Belleza). Ahora bien, esta Esencia se encuentra de forma perfecta y plena en
el Mundo de las Ideas y, por tanto, esa participación nunca puede ser total. De
este modo, los seres del mundo físico son un reflejo imperfecto de las Ideas.
La doctrina de la participación fue defendida por Platón en los Diálogos del
"periodo crítico" ("Parménides", Teeteto"...) y tiene la ventaja, frente a la doctrina
de la Imitación, de que salva el carácter real de las cosas: las cosas son reales,
aunque no tanto como las Ideas. Pero plantea un nuevo problema: si las cosas
perceptibles participan de las Ideas, entonces la unidad de éstas queda rota.
(Estas dificultades que fueron reconocidas y recogidas por Platón en algunos
de sus Diálogos, indican hasta qué punto estaban haciendo mella en el maestro
las críticas que su discípulo Aristóteles realizaba ya en el seno mismo de la
54
Academia).
III.- EL CONOCIMIENTO DE LAS IDEAS: ANAMNESIS, EROS y
BELLEZA. (TEMAS 1 y 2. Esta cuestión hay que incluirla en la teoría del
conocimiento y la antropología platónica)
Para Platón el conocimiento de las Ideas es lo verdaderamente valioso y son
la meta más elevada de todos los anhelos y de todas las acciones de los
hombres. El conocimiento es la actividad que debe realizar todo aquél que
desee optimizar su vida y su trabajo, es decir, aquél que quiera llevar una vida
más plena, perfecta y feliz. Ahora bien, el conocimiento de las Ideas no es algo
que se logra saliendo fuera de sí, sino que la verdad está dentro de uno mismo.
Por tanto, habrá que actualizar ese conocimiento innato e implícito de las Ideas.
Platón cree en la inmortalidad del alma y en la reencarnación: las almas
existen desde siempre, son eternas. Antes de su existencia corporal y terrena,
el alma preexistía junto a los dioses en el "Mundo de las Ideas" contemplando lo
que verdaderamente es, la auténtica esencia de las cosas en su perfección
(Ideas). El lugar propio del alma, pues, es el Mundo de las Ideas, y su actividad
más propia es la contemplación de las mismas. Ahora bien, en un momento
determinado y por diversas circunstancias, se produjo una caída y el alma vino
a parar al mundo de lo sensible y quedó encadenada en un cuerpo.
Pero el alma, al reencarnarse, al unirse al cuerpo, no pierde los
conocimientos adquiridos en su previa existencia ideal, aunque sí quedan
oscurecidos. Por tanto el alma conoce las Ideas desde siempre y las lleva
dentro de sí. Se trata de un conocimiento innato e implícito. Pues bien, el
procedimiento por el cual el hombre se hace consciente de aquello que desde
siempre sabe es el Recuerdo: para conocer la verdad, pues, el hombre debe
recordar lo que ya vio en su existencia previa a la encarnación, es decir, extraer
del fondo del alma lo que allí existe. En esto consiste la doctrina platónica de la
Anamnesis o Reminiscencia.
En síntesis: aprender no es adquirir nuevos conocimientos, sino recordar lo
ya conocido en una existencia anterior. Pero, ¿cómo se hace efectivo este
recuerdo? Por medio, señala Platón, de dos instrumentos: 1º) la Educación (o
mejor, autoeducación), y 2º) la Percepción Sensible. Veamos cada uno de ellos
por separado:
1º) La Educación: es el proceso en el que el maestro no enseña ni instruye,
sino que solamente motiva e interroga al discípulo poniéndole en situación de
un autentico aprendizaje. Y el instrumento adecuado para tal labor es la
Mayéutica, que consiste en ir haciendo al discípulo preguntas graduadas en
55
cuanto a su dificultad hasta que llegue por sí mismo a educir, a "sacar de sí" el
conocimiento que tiene innato e implícito. De otro modo, educar no es enseñar
cosas, plasmar conocimientos, sino poner las condiciones para recordar una
verdad ya sabida.
2º) La Percepción Sensible: la percepción de las cosas del mundo sensible
es ocasión (no causa) de que el alma recuerde el conocimiento olvidado. Según
Platón, en el mundo sensible hay reflejos o destellos de la Belleza del Mundo de
las Ideas. Y esta belleza sensible engendra en el alma nostalgia de algo perdido
y, al mismo tiempo, amor, deseo de alcanzar lo que no se posee plenamente, es
decir, lo ideal, ese otro mundo más perfecto que es el Mundo de las ideas.
(Recordemos que la Idea de belleza tiene semejanza con la Idea de Bien: si
ésta ilumina y hace visible el Mundo de las Ideas, la Belleza ilumina y clarifica el
mundo de las realidades físicas, "y envolviéndolas las hace bellas").
Los reflejos de la Belleza que se perciben en el mundo físico son, pues,
ocasión de que el alma recuerde. Es el primer paso, o puerta de entrada al
Mundo de lo perfecto y eterno. La Belleza hace así de mediadora entre el
hombre caído y el mundo ideal; y a su llamada responde el hombre con el Amor
(Eros).
Ahora bien, la Belleza posee grados diversos a los cuales el hombre sólo
puede elevarse sucesivamente a través de un lento camino: en primer lugar, es
la belleza de un cuerpo bello la que atrae y rinde al hombre, después advierte
que la belleza es igual en todos los cuerpos y pasa así a amar y desear toda
belleza corpórea. Pero por encima de ésta hay una belleza del alma; y más
arriba aún, la belleza de las instituciones y de las leyes (morales y políticas),
después la belleza de las ciencias y, en fin, por encima de todo, la Belleza en sí,
que es eterna, superior al devenir y a la muerte, perfecta, siempre igual a sí
misma y fuente de toda otra belleza. Sólo entonces, cuando el alma humana ha
recorrido los grados de esta jerarquía y ha alcanzado la belleza suprema,
consigue ingresar en el mundo de las Ideas.
Por tanto, el Amor que debe engendrar la contemplación de la Belleza es un
amor desprendido de lo sensible o corporal, es decir, un amor puro y basado en
el propio dominio. Es el célebre "amor platónico". No hay, pues, que prendarse
de lo sensible por muy bello que sea, ya que sólo es apariencia que, al tomarla
por la verdadera realidad, encadena y ciega el alma. Unicamente el amor
platónico, que no es sino el amor a la verdad o sabiduría (Filosofía), es la fuerza
que permite romper las cadenas del mundo físico. Entonces el alma comienza a
recordar y ascender al Mundo Ideal.
En resumen : conocer para Platón es recordar una verdad innata e implícita,
56
y en la actualización de dicho recuerdo colaboran la educación y la percepción
sensible. El motor de la búsqueda es el Amor engendrado por la Belleza.
57
ANTROPOLOGIA (TEMA 2)
La concepción del hombre en Platón es muy rica y compleja, y ha tenido un
extraordinaria influencia en la Antropología occidental, especialmente en la
cristiana.
Se trata de una concepción dualista en la que el hombre es concebido como
una especie de unidad formada por dos realidades radicalmente distintas
(cuerpo y alma), unidad difícil de entender: la unión entre cuerpo y alma es, para
Platón, una unión accidental y antinatural.
I.- ORIGEN DEL HOMBRE Y NATURALEZA DEL ALMA:
El origen del hombre lo explica Platón en el "Mito del Carro Alado"("Fedro",
ver dibujo B de la página 78): el alma está representada por un carro tirado por
dos corceles, uno blanco y dócil (que representa las pasiones irascibles) y otro
negro e indócil (que representa las pasiones concupiscibles), y guiado por un
auriga (que representa la razón). Llega un momento de la carrera celeste en
que el alma se despeña y cae desde el Mundo de las Ideas, en este mundo
sensible encarnándose en un cuerpo.
No está claro si Platón habla de tres almas o de tres partes o funciones de
una misma alma. Lo que si queda claro es que el alma en Platón tiene una
naturaleza tripartita:
1º) Alma Irascible (o Animo), fuente de pasiones "nobles" (valor, ira,
esperanza, ambición...) y que no es sino la tendencia a alcanzar lo útil o
beneficioso para el individuo o para la especie y que sólo es asequible
superando alguna dificultad. Platón la simboliza con el caballo blanco y la
localiza en el pecho.
2º) Alma Concupiscible (o Apetito), fuente de las pasiones "innobles"
(como el instinto de conservación y el deseo sensual), y que no es sino la
tendencia que el hombre tiene al bien sensible, Platón la simboliza con el
caballo negro y la localiza en el vientre.
3º) Alma Racional (o Razón), es decir, el pensamiento puro y la
contemplación suprasensible de las Ideas. Es de naturaleza divina y, por tanto,
inmortal, Platón la simboliza con el auriga y la localiza en el cerebro.
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SÍMBOLO
ALMA O FUNCIÓN
CUERPO
Caballo negro
Alma concupiscible
Vientre
Caballo blanco
Alma irascible
Pecho
Auriga
Alma racional
Cerebro
¿Por qué afirma Platón la naturaleza tripartita del alma? Porque advierte la
existencia de conflictos internos en el hombre. Considérense casos de conflicto
mental, como cuando alguien está muy sediento, pero no bebe el agua
disponible porque sabe que está envenenada. Platón arguye que debe haber un
elemento en la mente de la persona que le esté mandando beber y un segundo
que se lo prohíbe; el primero es el Alma Concupiscible o Apetito, y el segundo
es el Alma Racional o Razón. La existencia de un tercer elemento en la mente
se demuestra, piensa Platón, por otros casos de conflicto mental en los que una
persona se siente encolerizada o indignada consigo misma, por ejemplo, en la
historia que cuenta del hombre que sintió un insistente deseo de mirar una pila
de cadáveres y, sin embargo, estaba disgustado consigo mismo por desearlo.
Este tercer elemento que está aquí en conflicto con el Apetito no es la Razón,
sino el Alma Irascible o Ánimo. Razón, Ánimo y Apetito están, pues, presentes
en toda persona, pero según que elemento sea el dominante, tenemos tres
clases de hombres, aquellos cuyo deseo principal es, respectivamente, el
conocimiento, el éxito o las ganancias materiales.
Platón no duda en afirmar que el Alma Racional debe ser el elemento
dominante y el que realice una labor de dominio y control de las restantes partes
del alma. Por ello centra su interés en la investigación del Alma racional.
El horizonte desde el cual ha de comprenderse la doctrina platónica del alma
es precisamente la teoría de las Ideas. La racionalidad del alma se fundamenta
en el conocimiento de las Ideas, y el Mundo de las Ideas es el reino al que el
alma pertenece y al cual se siente impulsada por su propia naturaleza.
El Alma racional no nace ni perece, es inmortal: preexiste al cuerpo y le
sobrevive cuando éste se corrompe. Esto implica que la unión del cuerpo con el
alma no es un estado esencial de aquélla, sino un estado transitorio o
accidental. Más aún, no sólo no es un estado esencial, sino que además puede
ser calificado de antinatural, ya que el lugar natural del alma es el Mundo de las
Ideas, y su actividad más propia y genuina, la contemplación de éstas.
De ahí que, mientras permanece unida al cuerpo, la tarea fundamental del
alma es la de purificarse, es decir, prepararse para la contemplación de las
Ideas. La purificación supone que el alma se encuentra en un estado de
impureza, impureza que proviene de las necesidades y exigencias del cuerpo,
59
que se imponen y oponen tiránicamente a la vocación contemplativa del alma y
la distraen de su actividad más genuina. EI cuerpo es la "cárcel del alma",
porque la encadena en multitud de deseos y necesidades, oscurece el recuerdo
de las Ideas contempladas una vez, y la hace caer en multitud de culpas y
errores, y olvidarse de su verdadero rango.
¿Como desprenderse, entonces, de lo sensible o corporal? Purificándose
mediante el conocimiento de la verdadera realidad (adquisición de la sabiduría)
y mediante la educación de las tendencias naturales (adquisición de las
Virtudes). Al Alma racional, conocedora de las Ideas, le compete la función de
control o gobierno sobre el cuerpo, es decir, sobre las tendencias inferiores y
desordenadas del alma (pasiones irascibles y concupiscibles), al igual que el
auriga guía el "carro alado". (Adviértase que el principal interés de Platón en su
Psicología, es un interés ético; por ello, la Psicología platónica es inseparable
de la Ética y, como se verá, también de la Política).
Resumiendo; Platón traslada su Teoría de las Ideas a la realidad del
hombre, y establece (paralela a la dicotomía entre Mundo Inteligible y mundo
sensible) una dicotomía o escisión entre alma y cuerpo. Y así, lo que la Idea es
a la cosa sensible, lo es el alma respecto del cuerpo.
Esta doctrina platónica hace difícil encontrar una explicación satisfactoria de
la relación y unión del alma con el cuerpo, pero tiene la ventaja de que hace
posible plantear el problema de la inmortalidad del alma.
II- INMORTALIDAD Y TRANSMIGRACION DEL ALMA:
(ver dibujo A de la página 78)
Las diversas pruebas o argumentos que Platón da para demostrar la
inmortalidad del alma se fundamentan, también en su Teoría de las Ideas. Son
tres las que aparecen en el "Fedón", Diálogo dedicado a este problema.
Resumidamente:
1º) Todo conocimiento es recuerdo de las Ideas contempladas. De aquí se
deduce la preexistencia del alma, pero también tiene que darse una
postexistencia, de acuerdo con la Ley Universal del Eterno Retorno: después de
la vida corporal o terrena debe corresponderle al alma una existencia semejante
a la que tuvo antes de esta vida y una actividad idéntica a la que tenía, es decir,
la pura contemplación de las Ideas.
2º) El conocimiento de las Ideas por el alma demuestra el parentesco de
ésta con aquellas: solamente lo semejante puede ser conocido por lo
60
semejante. Puesto que el alma se parece extraordinariamente a lo eterno, que
sólo puede captarse por el pensamiento, es también eterna o imperecedera.
3º) Las cosas son lo que son por su participación de las Ideas, pero una
cosa no puede participar a la vez de dos Ideas contradictorias. El alma participa
de la Idea de vida (puesto que lo que es animado es vida, tiene vida). Por
consiguiente, el alma no puede participar de la Idea de muerte, opuesta a la de
vida.
De esta manera, el pensamiento de Platón une estrechamente el tema de la
inmortalidad del alma con la doctrina de las Ideas. (A estas tres pruebas añadió
Platón posteriormente otras dos más que aparecen en el "Fedro" y en "La
República", dada la importancia que este problema tenía dentro de la totalidad
de su pensamiento).
Platón cree también en la Transmigración de las almas (influencia del
pitagorismo). Lo que le sucede al alma al morir está descrito en diversos
Diálogos, pero especialmente en el famoso "Mito de Er" (Libro X de "La
república"):
Al morir el cuerpo las almas son juzgadas por un Tribunal presidido por
Minos, el mítico rey de Creta. Según el tipo de vida y el grado de purificación
que el alma haya alcanzado en su existencia terrena tendrá una u otra
sentencia: a) las almas cuya purificación haya sido total, marcharán a la Región
de las Ideas eternas, donde serán para siempre felices; b) las almas que hayan
iniciado, pero no completado el proceso purificatorio, serán recompensadas
durante cierto tiempo en los Campos Elíseos, lugar paradisíaco, pero donde no
serán absolutamente felices, como las primeras citadas en la Región de las
Ideas; c) las almas pecadoras, que no han iniciado la purificación, irán al Hades,
región infernal, donde durante cierto tiempo serán castigadas con atroces
sufrimientos, según la naturaleza de sus pecados. Pasado el tiempo marcado
(mil años), las almas que estaban en los Campos Elíseos o en el Hades salen
de allí y comparecen ante un nuevo Tribunal formado por las Tres Parcas (las
diosa griegas que rigen el destino de los hombres); allí cada alma elige una
nueva encarnación o destino libremente.
En el momento de su reencarnación, pues, se invita a las almas a la elección
de una nueva vida. En la encarnación de un nuevo cuerpo se elige un nuevo
género de vida, pero siempre según el grado de virtud que el hombre quiera
para sí. Y he aquí el peligro; la decisión de encarnarse en uno u otro cuerpo, de
llevar uno u otro género de vida, depende de la conducta que el hombre ha
llevado en este mundo, es decir de lo que el hombre, libre y responsablemente,
quiso ser. De otro modo: la vida que el hombre lleva actualmente influye en la
61
elección del destino posterior de su alma: "No es el demonio quien escogerá
vuestra suerte, sino que sois vosotros los que escogeréis vuestro demonio.(..)
La virtud está a disposición de todos; cada cual participará mas o menos de ella
según la estime o la desprecie. Cada uno es responsable del propio destino; la
divinidad no es responsable».
Y así, según se ame más o menos la virtud, Platón establece una jerarquía
en las sucesivas reencarnaciones:
1.- Filósofo
6.-Poetas
2.- Rey o Guerrero
7.- Campesinos o Artesanos
3.- Hombre de Estado
8.- Sofistas o Demagogos
4.- Gimnasta o Médico
9.- Tirano
5.- Sacerdotes
Lo importante es que la razón domine la dimensión irracional del ser humano
(lo irascible y lo concupiscible), y así pueda, en las sucesivas reencarnaciones,
purificarse y llegar a la pura y plena contemplación de las Ideas. Para Platón,
antes o después, todas las se purificarán y regresarán a la región celeste del
mundo Inteligible.
62
ETICA (TEMA 3)
La Ética platónica es "Eudemonista", en el sentido de que está enfocada al
logro del supremo bien del hombre, en cuya posesión consiste la verdadera
felicidad. El bien supremo del hombre es el desarrollo auténtico de su
personalidad como ser racional y moral, el recto cultivo de su alma, el bienestar
general y armonioso de su vida.
Según Platón, la vida del hombre no puede ser una vida fundada sobre el
placer. Una vida tal, que llegaría a excluir hasta la conciencia del placer, es una
vida propia del animal, pero no del hombre. Por otro lado, no puede ser una vida
de pura inteligencia, que sería divina, pero no humana. Por lo tanto, puesto que
el hombre no es sólo espíritu ni sólo cuerpo, ha de ser una "vida mixta" de
placer e inteligencia. Lo importante es determinar la justa proporción en que han
de combinarse los goces intelectuales con los corporales para alcanzar el bien
y, con él, la felicidad.
Pues bien, la felicidad sólo es asequible en este mundo mediante una vida
buena que exige: 1º) el desarrollo intelectual (adquisición de la sabiduría), y 2º)
el desarrollo moral (adquisición de las virtudes):
lº) Adquisición de la Sabiduría: Mediante el cultivo de la Filosofía el
hombre alcanza un cierto conocimiento de las Ideas (Belleza, Justicia y Bien, y
especialmente de esta última): es decir, el secreto de la vida buena o virtuosa
estriba en el conocimiento del Bien Supremo. Dice además Platón, siguiendo a
Sócrates, que quien conoce el bien nunca puede hacer el mal: "nadie obra mal
a sabiendas". Lo que quiere decir Platón en esta sentencia es que nadie hace el
mal en cuanto mal; puede que busque el bien y se haya equivocado, o que en
ese mal que se hace se busque un cierto bien. El mal, propiamente procede de
la ignorancia. Por tanto, la virtud más importante también en el orden ético es la
sabiduría (Virtud= Conocimiento). Es el "Intelectualismo Moral".
2º) Adquisición de las Virtudes: Ahora bien, si la virtud es un saber, y un
saber de Ideas, será necesario dejar el alma en condiciones de contemplarlas.
Para ello es imprescindible la Ascesis o Purificación: el hombre virtuoso es el
que purifica su alma de todas las pasiones y educa al cuerpo y, de este modo,
va preparando progresivamente el alma para el retorno al estado feliz primitivo
de contemplación de las realidades eternas en el Mundo de las ideas.
Por tanto, el objetivo primero y absoluto de la Ética platónica es la Virtud,
que no es sino el medio o instrumento para realizar el bien a través de la
Sabiduría y de la Ascesis. Lo verdaderamente importante, pues, es la
consecución de la virtud mediante el desarrollo intelectual y la purificación.
63
Pero, ¿qué es la virtud? Es un hábito operativo bueno por el cual las
tendencias naturales del hombre se orientan al bien. Es decir, la virtud lo es
siempre de una tendencia natural; recordemos que Platón había distinguido en
el hombre tres tendencias naturales o almas" (concupiscible, irascible y
racional). Pues bien, en consonancia con su Antropología, asigna Platón a cada
tendencia o parte del alma una virtud particular (ver dibujo C de la página 79 ):
1º) Prudencia (o Sabiduría): Es la virtud del Alma Racional, y conforme a la
cual el hombre actúa con razón o conocimiento de causa en sus actos; o sea, el
conocimiento de lo que es verdaderamente bueno para el hombre y de los
medios para alcanzarlo
2º) Fortaleza (o Valentía): Es la virtud del Alma Irascible, y que tiene por
objeto estimular al hombre para vencer las dificultades, y luchar por conseguir lo
que la razón dicta como bueno y justo;
3º) Templanza (o Moderación): Es la virtud del Alma Concupiscible, por la
cual el hombre modera sus apetitos carnales o sensuales.
SIMBOLO
ALMA O FUNCION
CUERPO
Caballo negro
Alma concupiscible
Vientre
Caballo blanco
Alma irascible
Pecho
Auriga
Alma racional
Cerebro
VIRTUD
Templanza
Fortaleza
Prudencia
Por último, en Platón es importantísima también la virtud de la justicia. No se
trata de una virtud particular de alguna tendencia natural o parte del alma, sino,
mas bien, de la armonía resultante del equilibrio perfecto entre las distintas
partes del alma: el hombre virtuoso es, para Platón, aquél que es capaz de
controlar y equilibrar la parte racional del alma (Razón) con la irascible (Animo)
y la concupiscible (Apetito) de su organismo, dando a cada una lo suyo y en el
momento oportuno. ("Justicia"= dar a cada uno lo suyo"). La Justicia, como
virtud personal, garantiza la unidad y eficacia del individuo, y para ello necesita
de las restantes virtudes: un hombre no puede ser justo si no tiene Prudencia,
Fortaleza y Templanza.
(Conviene señalar que, en Platón, la justicia no es sólo una virtud personal,
sino que además posee una dimensión social, sin la cual no existe la verdadera
justicia. La Ética platónica es, así inseparable de la Política.)
64
POLITICA (TEMA 3)
La teoría Política de Platón se desarrolla en estrecha conexión con su
Antropología y su Ética.
Platón y Aristóteles (y, en general, todos los griegos) no consideran nunca la
Política como algo separado e independiente de la Ética. Esta separación entre
Ética y Política (que ha llevado en ocasiones a considerar la moral como algo
relativo a la conciencia y conductas individuales, y la política como algo relativo
a la organización y conductas sociales) es una separación que históricamente
tuvo lugar, con posterioridad, con la aparición del INDIVIDUALISMO moderno
(especialmente con Rousseau). Para Platón no hay una moral para el individuo
y otra para el Estado, sino un sistema de principios y valores morales absolutos
que vale igualmente para todos los hombres y para todos los Estados.
La vida griega era esencialmente una vida comunal, vivida en el seno de la
Ciudad-Estado o Polis. De ahí que para Platón (y luego para Aristóteles), el
hombre no es individuo, por una parte, y ciudadano por otra. El hombre es
esencialmente "Ciudadano", esto es "individuo social" por naturaleza, y
precisamente en el seno de la Polis es donde el hombre se realiza como
hombre y donde, por tanto, se desarrolla intelectual y moralmente.
Frente, pues, a ciertas teorías de origen sofístico que consideraban la
sociedad (así como las leyes e instituciones políticas) como un producto de la
convención, Platón y Aristóteles afirmaron que la sociabilidad es una dimensión
esencial de la naturaleza humana.
1.-EL ESTADO Y LA JUSTICIA
La exposición mas completa y sistemática del pensamiento político de Platón
se encuentra en "La República", obra en la que Platón diseña un Estado ideal
con sus instituciones y funcionamiento peculiares. La obra platónica lleva,
además, como subtítulo "Acerca de la Justicia", y efectivamente, la justicia
constituye el tema central de este Diálogo. ¿Por qué esta preocupación por la
Justicia? Porque sólo determinando las condiciones por las que los hombres y
el Estado son justos es posible todo lo relativo al desarrollo intelectual y moral
del hombre y, en consecuencia, al logro de la felicidad y la salvación de su
alma.
1 -Origen y Organización del Estado:
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El Estado existe para servir a las necesidades de los hombres. Los hombres
no son independientes los unos de los otros, sino que necesitan la ayuda y la
cooperación de los demás en la producción de todo lo que hace falta para la
vida. De ahí que se asocien y se reúnan en un mismo lugar, "y dan a esta
morada común el nombre de Estado". Por tanto, el origen de la sociedad se
asienta sobre: a) La necesidad de gran número de cosas para la vida, b) La no
autosuficiencia del hombre-individuo para conseguirlas. El fin originario de la
sociedad es, pues, un fin económico y de el se sigue el principio de la división y
especialización del trabajo (cada individuo y cada clase social han de
desempeñar solamente una función) según el criterio de la "disposición natural"
(la tarea a realizar dependerá de las dotes o talentos naturales) con el objetivo
de aumentar el rendimiento y eficacia del propio trabajo (la obra de un hombre
será superior en cantidad y calidad si trabaja en una sola ocupación y ésta es la
más adecuada a sus disposiciones naturales).
Pues bien, estas distintas actividades sociales fundadas en las disposiciones
naturales dan lugar a las diversas clases sociales. Son tres (Productores,
Guardianes y Gobernantes), y no son sino el reflejo en la sociedad de las tres
tendencias que constituyen al hombre desde el punto de vista psicológico:
a) Los Productores:
Para que haya Estado se necesita, en primer lugar, una pluralidad de
individuos que atiendan a las necesidades más elementales de la vida humana:
alimento, vivienda y vestido. Esto da lugar, según el principio de la división y
especialización del trabajo, a ciertos oficios u ocupaciones: labrador,
constructor, tejedor; oficios a los que habrá que añadir otros destinados a
proveer a aquellos de materiales y herramientas necesarias (vaqueros, pastores, carpinteros, herreros, etc...) y aún otros más que faciliten el intercambio de
los productos unos con otros (comerciantes, intermediarios, navegantes...).
Queda así constituida una sociedad austera y elemental, en la que se
obtiene la simple satisfacción de las necesidades más básicas. Para promover
un nivel más alto de bienestar y lujo es necesario ampliar significativamente el
número de oficios, dando cabida en la ciudad a toda clase de artes y
ocupaciones (preceptores, cocineros, médicos, pasteleros).
Todos estos oficios constituyen la base económica de la sociedad y el
conjunto de los individuos que los ejercen forman el grupo o clase de los
PRODUCTORES, la clase económicamente productiva. Su misión es ofrecer los
recursos suficientes para satisfacer las necesidades básicas mediante el trabajo
66
productivo (bienes y servicios):
b) Los Guardianes:
Con el aumento de la población, consecuencia del creciente lujo de la
ciudad, el territorio será insuficiente para las necesidades de la misma y tendrán
que ser anexionados algunos territorios de la ciudad vecina (mediante la guerra,
cuyo origen es también económico). Ello implica (según, nuevamente, el
principio de división y especialización del trabajo) la necesidad de una nueva
actividad social y, por tanto, de una nueva clase social: los GUARDIANES del
Estado.
El cometido fundamental y exclusivo de los Guardianes es la defensa de la
ciudad frente a las agresiones externas y los desórdenes y los conflictos
internos, manteniendo así la paz, el orden y la convivencia social. El ejército
deberá ser profesional, y los miembros de este ejercito habrán de ser escogidos
entre aquellos ciudadanos que posean aptitudes para ello: deberán ser
corporalmente fuertes, rápidos y valerosos, pero también algo filósofos, o
amantes de la verdad, en el sentido de que habrán de saber quienes son los
verdaderos amigos y enemigos del Estado.
Si el ejercicio de sus funciones de Guardianes ha de basarse en el
conocimiento, entonces habrán de ser entrenados cuidadosamente y sometidos
a un proceso educativo especial con vistas a la función que deberán
desempeñar. Platón dedica muchas páginas a analizar la educación y el
régimen de vida adecuados a los Guardianes:
El periodo de formación de los ciudadanos capaces de desempeñar
adecuadamente las funciones de Guardianes se extendería desde la infancia
hasta la primera juventud (hasta los veinte años), e incluiría dos disciplinas
fundamentales: la Gimnasia, orientada a desarrollar el cuerpo, y la Música,
dirigida a modelar el alma y el carácter. El objetivo consiste en desarrollar
conjunta y armoniosamente la fogosidad (Gimnasia) y la mansedumbre o
dominio tranquilo de sí mismo (Música), logrando un equilibrio entre dos
aspectos de la naturaleza humana que parecen incompatibles. (Esta mezcla,
dice Platón, se da en los perros jóvenes: se encolerizan y son agresivos con los
extraños, pero aman y son mansos con los que conocen). Tanto la Música como
la Gimnasia son indispensables en la formación de los Guardianes, pues una
educación unilateral en una de estas dos disciplinas acarrearía graves peligros:
la Música sola hace al hombre blando y afeminado, en tanto la Gimnasia sola lo
hace excesivamente rudo y lo aparta de toda formación espiritual. Lo importante
67
es inculcar en los guardianes hábitos de vida sanos y juicios justos, capaces de
resistir todas las tentaciones.
C)Los Gobernantes
Queda aún por establecer un tercer elemento o grupo social dentro de la
estructura de la sociedad: los GOBERNANTES del Estado. Las tareas de
gobierno han de ser asignadas específicamente (según el principio de división y
especialización del trabajo) a un grupo reducido de ciudadanos a los que se
escogerá cuidadosamente entre "los mejores de los Guardianes". De este
modo, la clase de los Guardianes se desdobla en dos grupos: de una parte, el
ejército cuyos miembros son denominados Auxiliares (Guardianes Auxiliares), y
de otra parte, los Gobernantes, pequeño grupo extraído de aquellos y que son
denominados Guardianes Perfectos (Guardianes Gobernantes). Y al igual que
la pertenencia al grupo de los Auxiliares exigía unas dotes y una educación
específicas, también el ingreso en el cuerpo de los Gobernantes exige las
cualidades y la educación adecuadas:
Los futuros gobernantes deberán poseer en grado máximo las condiciones
que se exigen a un verdadero Guardián: las del auténtico guerrero
(corporalmente fuerte, rápido y, sobre todo, valeroso) y las del auténtico filósofo
(dominio del sí, calma serena y un gran deseo de conocer). Es decir, son los
que sobresalen por la fuerza del carácter y por la capacidad intelectual, así
como por su profundo amor a la comunidad, porque saben que el bien propio, lo
mismo que el bien de todo individuo, está unido inseparablemente al bien del
Estado.
(ver dibujo A de la página 79 )
El periodo de formación de aquellos Guardianes que revelen condiciones
para el gobierno de la ciudad abarcaría desde la primera juventud (desde los
veinte años) hasta la madurez (hasta los treinta y cinco años), e incluiría las dos
ciencias decisivas en el conocimiento de la realidad: Matemáticas y Filosofía. La
instrucción matemática en sus distintas ramas (Aritmética, Geometría,
Astronomía y Armonía) durará diez años (desde los veinte hasta los treinta) y
tendrá por objeto ejercitar y desarrollar al máximo el razonamiento puro
(Dianoia) y capacitar para la aprehensión de las realidades inteligibles. Al llegar
a los treinta años, tiene lugar una selección rigurosa de aquellos que están
dotados para el estudio especial de la Dialéctica o Filosofía, como ciencia de la
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verdadera realidad. Esta preparación dura cinco años (hasta los treinta y cinco),
transcurridos los cuales, dice Platón, "se les enviará al interior de la caverna y
se les conferirá algún cargo militar o público" con el fin de que vaya adquiriendo
la necesaria experiencia de la vida y den pruebas de si, cuando les asalten
diversas tentaciones, "se mantienen firmes o flaquean". Este periodo de prueba
en la "Caverna" durará quince años (es decir, hasta los cincuenta), y los que lo
superen serán definitivamente orientados hacia la meta de todo conocimiento:
hacia la comprensión de la idea del Bien.
Habrán llegado, pues, a la época "en la que deben levantar los ojos del alma
hacia la luz Universal, que ilumina todas las cosas, y contemplar el Bien
Absoluto, porque este es el Modelo al que han de atenerse en la ordenación del
Estado y de las vidas de los individuos, así como en la ordenación del resto de
sus propias vidas, haciendo de la Filosofía su ocupación principal; pero cuando
les llega el turno manejan también la política y gobiernan para el bien publico,
no como si hiciesen una gran cosa, sino por necesidad; y una vez que hayan
educado a otros semejantes a ellos y les hayan cedido el puesto para que
gobiernen el Estado, partirán hacia las islas de los Bienaventurados y morarán
allí, y la Ciudad les dedicará monumentos públicos y les rendirá honores y
sacrificios como a semidioses o, en todo caso, como a hombres divinos y
benditos".
La función principal del Gobernante será la vigilancia a fin de que el espíritu
del Estado, encarnación de la justicia, así como sus instituciones se mantengan.
Y también, y sobre todo, la vigilancia sobre la Educación y la formación de
nuevas generaciones.
2.La Realización de la Justicia en el Estado:
De todo lo dicho se sigue que el Estado ideal platónico consta de tres grupos o
clases sociales: los Productores; sobre éstos, los Guardianes Auxiliares; y, por
encima de todos, los Guardianes Gobernantes. Ahora bien, estas tres clases
sociales no so sino el reflejo o expresión en el ámbito de las tres tendencias (o
disposiciones) naturales que constituyen al hombre desde el punto de vista
psicológico, y de las virtudes correspondientes:
69
MITO
PSICOLOGIA
ETICA
POLITICA
SIMBOLO
ALMA
VIRTUD
CLASE SOCIAL
Templanza
Productor
Caballo negro
Alma concupiscible
Caballo blanco
Alma irascible
Fortaleza
Guardián
Auriga
Alma racional
Prudencia
Gobernante
EQUILIBRIO
ETICO
EQUILIBRIO
SOCIAL
EQUILIBRIO
PSIQUICO
JUSTICIA
La Prudencia o Sabiduría del Estado pertenece a la clase de los Guardianes
Gobernantes, porque basta que los gobernantes sean prudentes para que todo
el Estado sea prudente. La Fortaleza del Estado pertenece a la clase de los
Guardianes Auxiliares. La Templanza es virtud común a todas las clases, y
consiste en la conveniente subordinación de los gobernados a los Gobernantes.
¿Y la Justicia? Igual que en el hombre individual se logra la Justicia cuando
cada parte del alma hace únicamente su propia función, la Justicia del Estado
se consigue cuando cada ciudadano se ocupa de la tarea correspondiente (por
"disposición natural") sin interferirse en la de los demás. Y del mismo modo que
la Justicia como virtud personal garantiza la unidad y eficacia del individuo, la
Justicia como virtud social garantiza también la unidad y la fuerza del Estado.
Pero la Justicia no es sólo la unidad del individuo en sí mismo y del Estado en sí
mismo; es, al mismo tiempo, la unidad del individuo y del Estado, esto es, el
acuerdo pleno del individuo con la comunidad.
Tres condiciones más son necesarias para la realización de la justicia en el
Estado, y para impedir la degradación del Poder político y, con él, del Estado
mismo:
lº Eliminación de la propiedad privada (y, en consecuencia, de la riqueza
y de la pobreza), pues el interés y preocupación por ésta imposibilita al hombre
para atender a su misión específica. Con esta medida se intenta erradicar el
egoísmo y la ambición en el alma de los Guardianes y Gobernantes.
Por tanto, las dos clases superiores de los Guardianes y de los
Gobernantes, no deben poseer nada (ni riquezas, ni vivienda, ni mujeres, ni
hijos...) ni recibir ninguna compensación por la clase de los productores. Vivirán
en común y comerán en común, llevando régimen de vida radicalmente austero,
sin comodidades ni lujos.
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Esta eliminación de la propiedad privada no implica una organización
comunista de la sociedad, dado que los Productores no están excluidos de la
propiedad, y los medios de producción y distribución están en manos de los
individuos.
2º Abolición de la familia. Que también es entendida por Platón como una
forma de propiedad privada, esto es, como un foco de individualismo, de
intereses y preocupaciones particulares. La supresión de la vida familiar es
consecuencia directa de la participación de las mujeres en la Vida del estado en
igualdad de condiciones que el hombre y, a pesar de su mayor debilidad física,
es apta para todas las tareas, incluso la guerra.
El derecho a procrear no es libre, sino en tiempos determinados y con la
pareja adecuada: es el Estado el que establece la unión entre los hombres y las
mujeres adecuados con vistas a la procreación de hijos sanos. Estas uniones
son provisionales (unos pocos días), y los hijos fruto de dichas relaciones se
crían y educan por el Estado en instituciones idóneas. El Estado se convierte él
solo en una gran familia.
3º Gobierno de los filósofos (Teoría del "Filósofo-Rey"), porque el filósofo
es el que ha contemplado el Mundo de las Ideas, y es capaz de utilizar esos
conocimientos para la fundación de una comunidad justa y feliz que posibilite el
desarrollo integral de todos los ciudadanos.
Recordemos que el Mundo de las Ideas alberga todo el conjunto de los
principios y valores morales a los que ha de acomodarse la conducta individual
y la organización de la convivencia social. Y como Idea Suprema, la idea del
Bien: al conocimiento del Bien se encamina toda la filosofía y toda la educación
de los Gobernantes-Filósofos. Y es importante subrayar que, para Platón, el
conocimiento del Bien engendra un saber no sólo teórico sino también práctico:
a) TEORICO, porque hace posible la captación del orden y estructura la
realidad, así como su último fundamento;
b) PRACTICO, en cuanto proporciona las normas de toda conducta moral y
política.
Esta identificación de ambos tipos de conocimiento (teórico y práctico) en
que consiste toda genuina Sabiduría, hace que el sabio sea, en Platón, el
llamado a gobernar a toda la comunidad humana para obedecer el vínculo de
Justicia que le une a la misma. Sólo entonces la Justicia queda lograda y
consumada plenamente en el Estado.
En resumen, la realización de la justicia en el Estado exige: a) la división y
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especialización del trabajo según las "disposiciones naturales", b) la educación
de los ciudadanos en correspondencia con las "disposiciones", y con vistas en
la función a desempeñar, c) la abolición de la propiedad privada y de la familia,
y d) el gobierno de los filósofos, de los sabios.
II.- LAS FORMAS DE GOBIERNO
Las formas de gobierno o sistemas políticos posibles que describe Platón en
"La República", son cinco y se suceden según un proceso cíclico:
1º) Monarquía o Aristocracia (de "ARISTOS"=MEJOR). Es la forma mas
perfecta de gobierno, porque es el gobierno de los filósofos, de los sabios: el
mando está ejercido por uno o varios hombres eminentes, los mejores desde el
punto de vista intelectual y moral, y rigen la ciudad conforme a la Prudencia y
con Justicia.
Ahora bien, este régimen es susceptible de degradación cuando el que
gobierna no lo hace por el bien común sino buscando alguna compensación
personal.
2º) Timocracia (de "TIME"=HONOR). Surge por degeneración de la
Aristocracia, cuando los que gobiernan buscan honores. Lo que prevalece en
este régimen son la fogosidad, el deseo de imponerse y ser venerado. Es el
gobierno de los Guardianes. Al principio, el timócrata desdeña las riquezas, pero
a medida que pasa el tiempo varía su visión sobre las mismas: el honor exige
riquezas.
3º) Oligarquía (de "OLIGOS"=POCOS). Surge por degeneración de la
timocracia cuando los hombres que gobernaban buscando los honores terminan
por volverse amigos de las riquezas. Esta ambición de riquezas hace que éstas
vayan quedando paulatinamente en manos de unos pocos (oligarcas) que
dominan por el terror a una gran multitud de pobres. Es el gobierno de los
Productores, que han llegado a hacerse ricos y poderosos. Se trata en realidad
de dos estados: uno de los ricos y otro de los pobres. La gran masa de gente
pobre espera el momento para echar a los ricos del poder.
4º) Democracia (de "DEMOS"-PUEBLO). Por degeneración de Oligarquía,
surge cuando los pobres ven que los oligarcas no valen y que sólo gobiernan
por debilidad por las riquezas. Entonces, el pueblo extermina a los oligarcas y
72
se apodera del gobierno. Ahora bien, en este régimen impera una libertad
entendida como "hacer cada uno lo que le dé la gana". Además, los cargos por
elección popular recaen en manos de los menos dignos y preparados. Se
carece de una autoridad rígida que gobierne, de tal modo que el desordenamiento de la libertad aboca casi a un estado de anarquía en el que
desaparecen la justicia y el orden.
5º) Tiranía: Surge por la degeneración de la democracia y su afán
desmedido de libertad. En el desorden democrático acaba imponiéndose el más
audaz y violento, que se erige en tirano y acaba suprimiendo totalmente la
libertad. Es el reino de la más completa injusticia, puesto que el tirano, hombre
inmoral, domina la sociedad guiado por las más bajas pasiones. La Tiranía es la
forma más degradada de gobierno.
Pero en un momento dado, la sociedad reacciona, y vuelven al gobierno las
personas rectas y justas, es decir, los sabios. Aparecen de nuevo la Monarquía
o Aristocracia. Por tanto, las cinco formas de gobierno constituyen un proceso
cíclico. (ver dibujo B de la página 79 )
(En su última obra, "Las Leyes", Platón atenúa su idealismo o utopismo
político, y se atiene mas a la realidad. Destacan tres cambios fundamentales:
a) El Estado no ha de estar al capricho del Gobernante, aunque éste sea
filósofo, sino que ha de gobernar de acuerdo a una ley que está por encima de
él;
b) Se permite la propiedad privada y desaparece el "comunismo de
mujeres", siendo obligatorio casarse;
c) Propone una forma de gobierno mixta entre la Monarquía y la
Democracia. El poder lo detentan "37 Guardianes de la Ley", elegidos por voto
popular y universal.)
73
COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA (1)
- Por consiguiente, el método dialéctico es el único que marcha, cancelando los
supuestos, hasta el principio mismo, a fin de consolidarse allí. Y dicho método empuja poco
a poco al ojo del alma, cuando está sumergido realmente en el fango de la ignorancia, y lo
eleva a las alturas, utilizando como asistentes y auxiliares para esta conversión a las artes que
hemos descrito. A éstas muchas veces las hemos llamado 'ciencias', por costumbre, pero
habría que darles un nombre más claro que el de 'opinión' pero más oscuro que el de 'ciencia'.
En lo dicho anteriormente lo hemos diferenciado como 'pensamiento discursivo', pero no es
cosa de disputar acerca del nombre en materias tales como las que se presentan a examen.
- No, en efecto.
- Entonces estaremos satisfechos, como antes, con llamar a la primera parte 'ciencia', a
la segunda 'pensamiento discursivo', a la tercera 'creencia' y a la cuarta 'conjetura', y estas dos
últimas en conjunto 'opinión', mientras que a las dos primeras en conjunto 'inteligencia', la
opinión referida al devenir y la inteligencia a la esencia. Y lo que es la esencia respecto del
devenir lo es la inteligencia respecto de la opinión; y lo que es la ciencia respecto de la
creencia lo es el pensamiento discursivo respecto a la conjetura. En cuanto a la proporción
entre sí y a la división en dos de cada uno de los ámbitos correspondientes, o sea, lo opinable
y lo inteligible, dejémoslo, Glaucón, para que no tengamos que vérnoslas con discursos
mucho más largos que los pronunciados anteriormente.
Platón, República, 532b-535a, Traducción de Conrado Eggers Lan, Editorial Gredos,
Madrid, 2000.
CUESTIONES
1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados.
2. Expón la teoría platónica del conocimiento.
3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Platón
4. Relaciona la teoría platónica del conocimiento con otro planteamiento gnoseológico
que conozcas como, por ejemplo, el de los sofistas, Sócrates, Aristóteles, S. Agustín,
Descartes, Kant o Nietzsche.
5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar
para tu concepción del conocimiento.
74
COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA (2)
Míralo también con el enfoque siguiente: siempre que estén en un mismo
organismo alma y cuerpo, al uno le prescribe la naturaleza que sea esclavo y esté sometido, y
a la otra mandar y ser dueña. Y según esto, de nuevo ¿cuál de ellos te parece semejante a lo
divino y cual a lo mortal? ¿O no te parece que lo divino es lo que está naturalmente
capacitado para mandar y ejercer de guía, mientras que lo mortal lo está para ser guiado y
hacer de siervo?
Me lo parece, desde luego.
Entonces, ¿a cual de los dos se parece el alma?
Está claro, Sócrates, que el alma a lo divino y el cuerpo a lo mortal.
Examina, pues, Cebes, -dijo-, si de todo lo dicho se nos deduce esto: que el alma es
lo más semejante a lo divino, inmortal, inteligible, uniforme, indisoluble y que está siempre
idéntico consigo mismo, mientras qué a su vez, el cuerpo es lo más semejante a lo humano,
mortal, multiforme, irracional, soluble y que nunca está idéntico a sí mismo. ¿podemos decir
alguna otra cosa en contra de esto, querido Cebes, por lo que no sea así?
No podemos.
Entonces, ¿qué? Si las cosas se presentan así, ¿no le conviene al cuerpo disolverse
pronto, y al alma, en cambio, ser por completo indisoluble o muy próxima a ello?
Pues ¿cómo no?
Platón, Fedón, 79b-81a, Traducción de Carlos García Gual, Editorial Gredos, Madrid,
2000.
CUESTIONES
1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados.
2. Expón la teoría platónica sobre el hombre.
3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Platón
4. Relaciona la teoría platónica del hombre con otro planteamiento antropológico que
conozcas como, por ejemplo, el de Aristóteles, S. Agustín Descartes, Nieztsche, Kant, Marx.
5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar
para tu concepción del hombre.
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COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA (3)
- Contábamos entonces, Glaucón, con una cierta imagen de la justicia, que nos ha sido de
provecho para tener por recto que quien es por naturaleza fabricante de calzado no haga otra
cosa que fabricar calzado, y que el carpintero no haga otra cosa que obras de carpintería, y
así con los demás de esa índole.
- Es claro.
- Y la justicia era en realidad, según parece, algo de esta índole, mas no respecto del quehacer
exterior de lo suyo, sino respecto del quehacer interno, que es el que verdaderamente
concierne a sí mismo y a lo suyo, al no permitir a las especies que hay dentro del alma hacer
lo ajeno ni interferir una en las tareas de la otra. Tal hombre ha de disponer bien lo que es
suyo propio, en sentido estricto, y se autogobernará, poniéndose en orden a sí mismo con
amor y armonizando sus tres especies simplemente como los tres términos de la escala
musical: el más bajo, el más alto y el medio. Y si llega a haber otros términos intermedios,
los unirá a todos; y se generará así, a partir de la multiplicidad, la unidad absoluta, moderada
y armónica. Quien obre en tales condiciones, ya sea en la adquisición de riquezas o en el
cuidado del cuerpo, ya en los asuntos del Estado o en las transacciones privadas, en todos
estos casos tendrá por justa y bella –y así la denominará- la acción que preserve este estado
de alma y coadyuve a su producción, y por sabia la ciencia que supervise dicha acción. Por el
contrario, considerará injusta la acción que disuelva dicho estado anímico y llamará
‘ignorante’ a la opinión que la haya presidido.
- En todo sentido dices la verdad.
- O sea, si afirmáramos que hemos descubierto al hombre justo y al Estado justo y lo que es
la justicia que se encuentra en ellos, no pensaríamos erróneamente.
- No, ¡por Zeus!
- ¿Lo afirmaremos, entonces?
- Lo afirmaremos.
Platón, República, 441 c – 444 a. Traducción de Conrado Eggers Lan, Editorial Gredos,
Madrid, 2000.
CUESTIONES
1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados.
2. Expón la teoría moral platónica.
3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Platón.
4. Relaciona la teoría moral platónica con otro planteamiento ético que conozcas
como, por ejemplo, el de Sócrates los sofistas, Aristóteles o Nietzsche.
5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar
para tu concepción de la moral.
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ARISTÓTELES
(384-322)
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CONTEXTO DE ARISTÓTELES (384-322)
1. El interés por la medicina: una mente empírica. Aristóteles nació en Estagira el
año 384 a. de C. Era hijo de Nicómaco, del clan de los Asclepiades, médico de la corte real
de Amitas II de Macedonia. Su infancia está claramente influida por la profesión paterna. Es
razonable relacionar el interés de Aristóteles por la ciencia física, y sobre todo por la
biología con su descendencia de una familia de médicos (W. D. Ross). Aristóteles es el
ejemplo de un hombre de ciencia, de orientación no matemática (Platón), sino empírica. En
toda su obra se ve siempre una orientación científica que arranca del estudio de lo real para,
mediante su clasificación y estudio, elevarse a conclusiones generales. Su mentalidad puede
calificarse como empírica y su filosofía realismo del sentido común (W. K. C. Guthrie).
2. El interés por la biología: una mente teleológica. La observación del movimiento
de los seres naturales –un pájaro que recoge una rama para construir un nido, una bellota
que crece para ser una encina que deja semillas para perpetuar la especie, el sol y la lluvia
que realizan acciones para hacer crecer las plantas, el albañil que construye una casa para
que un ciudadano tenga un refugio para ellos y para sus propiedades- llevó a Aristóteles a
considerar la naturaleza como si cumpliera una finalidad o finalidades y a buscar una
explicación de la misma en términos de finalidad (causa final).
3. "Amigo de Platón, pero más amigo de la verdad". A los 18 años Aristóteles fue a
Atenas y entró en la Academia de Platón. Aristóteles al llegar a la Academia era un
adolescente, un meteco de Macedonia, que entra deslumbrado en las clases de Platón. Este
era un vigoroso anciano de 60 años con una personalidad arrolladora. Aristóteles no fue sólo
su discípulo, sino también su colega. Pero a partir de su diálogo Sobre la filosofía,
Aristóteles rompió con la filosofía de su maestro. En su enfrentamiento tuvo gran influencia
su personalidad, muy distinta de la de Platón. Platón era más artista, más poeta; Aristóteles
más realista. Por otra parte, Aristóteles con sus tratados tendía al sistema, no así Platón con
sus diálogos. Aristóteles hizo descender la filosofía del cielo a la tierra, infundiéndole dosis
enormes de sentido común, eliminando los apriorismos precipitados, las huellas de las
antiguas teologías y los dogmatismos. Aristóteles rechazó la dialéctica platónica como
método de conocimiento sustituyéndola por un nuevo instrumento (órganon), la lógica.
4. El Liceo o Peripato, primera Universidad. En un bosque consagrado a Apolo Lycius y a
las Musas de Atenas Aristóteles fundó el Liceo. Por las mañanas, dando grandes paseos (de
ahí proviene el nombre de peripatéticos con que se conocía a los miembros del Liceo)
discutía con sus alumnos las cuestiones filosóficas más complicadas, de lógica, física,
matemáticas, etc.. (enseñanzas acromáticas). Por la tarde exponía a un público menos selecto
sus enseñanzas exotéricas-retóricas, política, etc. El deseo de contar con lo dado por el
pasado histórico hacía que Aristóteles recopilara al comienzo de sus obras las opiniones de
sus antecesores sobre el tema tratado. Así, por ejemplo, el libro alfa de la Metafísica es el
primer libro de historia de la filosofía y antes de la elaborar su propia teoría política recopiló
158 constituciones de Estados de su tiempo. Lograr ampliar los datos del problema llevó a
Aristóteles a reunir en el Liceo una gran biblioteca, mapas, y una variada colección de
objetos para sus lecciones de historia natural. Alejandro Magno, su discípulo, dio órdenes de
que le llevaran a su antiguo maestro cuantos animales o plantas raras se encontraran en los
territorios extranjeros que quedaban bajo su imperio. Teofrasto se ocupó de los estudios de
botánica y de recoger las opiniones referentes a la física y Eudemo de Rodas inició la historia
de las matemáticas
81
ARISTÓTELES
El punto de partida de Aristóteles, por educación médico o biólogo, y por temperamento realista, es el
mundo o realidad sensible, y en este sentido enlaza con la tradición de los jonios (Tales, Anaximandro,
Anaxímenes...) y de los pluralistas (Demócrito, Leucipo, Empédocles...).
El pensamiento de Aristóteles arranca de una crítica radical de la doctrina platónica de las Ideas, al
advertir lo innecesario de la duplicación de la realidad en Ideas y cosas. Si queremos dar verdadera razón de
las cosas del mundo sensible, es necesario que las esencias universales y permanentes se encuentren en las
cosas mismas y no en un mundo aparte. Pero si las esencias (objeto del conocimiento inteligible) están
involucradas en las cosas del mundo sensible (objeto de nuestra experiencia ordinaria), es preciso olvidarse de
la dialéctica platónica que desde las Ideas interpretaba las cosas, para acomodarse más a la realidad y
proceder a la inversa, es decir, explicar metafísicamente las Ideas desde las cosas. Aristóteles, pues, parte de la
realidad concreta de cada ser.
Este es el abismo radical que separa el aristotelismo del platonismo: Platón procede de “arriba a
abajo” (deductivamente); Aristóteles de “abajo a arriba” (inductivamente). Platón es “idealista”; Aristóteles,
“realista”.
Con Aristóteles, el mundo sensible comienza a revalorizarse, perdiendo el desprestigio que había
tenido para muchos filósofos, y adquiriendo caracteres de autenticidad y racionalidad como alojamiento de la
realidad inteligible. Y así, la filosofía dejará de ser noesis o intelección pura de las Ideas, y adquirirá el rango
de explicación universal de los seres en cuanto tales por sus causas.
VIDA, OBRA Y EVOLUCIÓN
“Nos han llegado las obras de Platón destinadas al público, es decir, sus «diálogos», pero no
su enseñanza en el interior de la Academia. En el caso de Aristóteles sucede exactamente lo contrario:
sus llamadas obras «exotéricas» -la mayoría de las cuales son también diálogos- dirigidas al público
«exterior» se han perdido, y no quedan sino algunos fragmentos; en cambio nos han llegado una gran
parte de sus obras «esotéricas», es decir, sus cursos en el «interior» del Liceo. Aristóteles murió en
322 y estos cursos sólo fueron publicados en el año 60 a.C siendo bastante probable que hasta
entonces permanecieran en gran parte desconocidos. Se da así la gran paradoja de que el Aristóteles
que nosotros conocemos no es el que conocieron sus contemporáneos.
La conservación y transmisión de los escritos aristotélicos está rodeada de acontecimientos
sólo parcialmente creíbles. En todo caso, fue Andrónico de Rodas el que hizo la recopilación final
que nos ha llegado (60 a.C., aproximadamente). Andrónico debió de encontrarse con una gran masa
de materiales dispersos, pequeños tratados destinados a los alumnos del Liceo y apuntes de clase.
Agrupó esos materiales y los publicó en el siguiente orden:
- Lógica (llamada Organon, es decir, «instrumento»): Categorías, Sobre la interpretación,
Analíticos, Tópicos, Refutaciones sofisticas.
- Tratados físicos (sobre la naturaleza): Física (ocho tratados), Sobre el cielo, Sobre la
generación y corrupción, Meteorológicos, Sobre el alma, Historia de los animales, Sobre las
partes de los animales, etc,
- Metafísica (catorce tratados acerca de lo que Aristóteles llamó «Filosofía primera», y que
Andrónico situó a continuación de los tratados de física; de ahí su nombre: metá tá physiká).
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- Tratados de ética (Ética a Eudemo, Ética a Nicómaco, Gran Moral) y política (Política).
- Retórica y Poética (esta última, incompleta).
Esta ordenación corresponde bastante exactamente a la división de la ciencia hecha por el
mismo Aristóteles:
- ciencias teóricas: matemáticas, física, teología;
- ciencias prácticas: ética, política, economía;
- ciencias poéticas: retórica, poética, medicina, etc.
La recopilación de Andrónico condujo a esta conclusión: no sólo Aristóteles fue un pensador
sistemático, sino que también estaba en posesión de su pensamiento definitivo; su obra es totalmente
coherente, transmite una filosofía acabada y parece escrita «de un solo tirón». Platón fue un pensador
en continua evolución que se contradice y corrige continuamente, que únicamente esboza reflexiones;
Aristóteles, en cambio, nos ha transmitido un monumento conceptual perfecto que se substrae al
tiempo y a la historia; por eso merece ser llamado «el filósofo» por antonomasia. Todos los
intérpretes antiguos, medievales y modernos trabajaron sobre esta hipótesis. Pero en 1923 Werner
Jaeger demostró que no era así: los fragmentos de las obras «exotéricas» muestran que Aristóteles
pasó primero por un período platónico y que sólo lentamente fue creando su propio pensamiento;
además, la recopilación de Andrónico de Rodas ha agrupado -incluso bajo un mismo título- tratados
que son de épocas distintas y revelan diversidades de contenido. Gracias a las investigaciones de
Jaeger ha cambiado radicalmente la manera de comprender a Aristóteles: también él, como Platón,
vivió en una búsqueda permanente, y en sus escritos es posible rastrear la evolución de un
pensamiento siempre abierto y que nunca dice la última palabra.
1. Primer período: La Academia platónica (367-347)
Aristóteles nació en Estagira (actualmente, Stavros), en la península de Calcídica, en 384/3.
Estagira era entonces una colonia griega. Aristóteles era hijo de Nicómaco, médico del rey Amyntas
II de Macedonia, Quedó huérfano muy pronto, y cuando tenía diecisiete años su tutor lo envió a
estudiar a Atenas, a la Academia de Platón, donde permaneció veinte años. Esta prolongadísima
estancia junto a Platón marcará su vida y su pensamiento, que girará siempre en torno a los problemas
planteados por su maestro. A su ingreso, la Academia estaba dominada por las discusiones en torno al
tema de las Ideas y por un interés científico y metodológico cada vez mayor. Parece ser que
Aristóteles no heredó de su maestro el interés por las matemáticas, pero sí la pasión por los problemas
metafísicos.
De esta época datan seguramente las obras exotéricas de Aristóteles (de las que sólo nos
quedan fragmentos), la mayoría de las cuales son diálogos al estilo platónico. Eudemo, es un escrito
en memoria de este joven platónico que murió en la invasión de Sicilia por Dión. Muy
adecuadamente, el diálogo trata acerca de la inmortalidad del alma entera, la cual es concebida como
una substancia inmaterial independiente del cuerpo. El Protréptico adopta el estilo epistolar y es una
exhortación a la filosofía dirigida a Temisón, gobernante de Chipre, muy en la línea de las actividades
políticas de la Academia; es, efectivamente, una guía filosófica para príncipes, los cuales han de
inspirarse en la contemplación de las Ideas. Quizá es también de esta época -aunque Jaeger lo coloca
en el segundo período- el diálogo Sobre la Filosofía. En él emprende Aristóteles una crítica directa de
la teoría de las Ideas (lo cual no le impedía seguir considerándose como «platónico» y continuar en la
Academia) y defiende una religión astral (que ya aparece en las Leyes de Platón). En este momento,
pues, según Aristóteles, la contemplación de las Ideas es substituida por la contemplación de los
dioses-astros. Es muy significativa en este sentido la reelaboración que hace en Sobre la filosofa del
mito de la caverna:
«Si hubiera unos hombres que hubiesen vivido siempre bajo la tierra, en buenas y brillantes
habitaciones, adornadas con estatuas y pinturas y pertrechadas de todas las cosas poseídas
83
en abundancia por aquellos a quienes se considera felices; y si, no obstante, jamás hubiesen
salido a la superficie de la tierra, pero hubiesen oído por testimonios y referencias que hay
una cierta divina presencia y poder; y si en cierto momento se abrieran las gargantas de la
tierra, y pudieran ellos escapar de aquellos ocultos lugares y llegar a estas regiones que
habitamos, al ver de pronto la tierra y el mar y el cielo, al saber la magnitud de las nubes y
el poder de los vientos, al mirar el sol y reconocer su tamaño y belleza y la eficacia con que
causa el día esparciendo su luz por el cielo entero sembrado y adornado de estrellas, y la
variedad de las luces de la luna, ya creciendo, ya menguando, y las salidas y puestas de
todos ellos y sus trayectorias reiteradas e inmutables por toda la eternidad, cuando viesen
esto, pensarían en el acto que hay dioses y que estas cosas son las poderosas obras de ellos»
(Fr. 12).
2. Segundo período: Transición y viajes (347-335)
En 347 muere Platón y Aristóteles abandona la Academia, acompañado de Jenócrates. No son
claras las razones de este abandono. Pudo estar motivado por las discrepancias con el sucesor de
Platón en la dirección de la Academía, su sobrino Espeusipo, quien acentuó las tendencias
pitagorizantes de la escuela platónica e identificó las Ideas con los números matemáticos. Aristóteles
y Jenócrates marcharon a Assos, en la Jonia, donde fundaron una escuela filosófica que debió ser
considerada por ellos mismos como la verdadera depositaria de la herencia platónica. Tres años más
tarde la escuela se trasladó a Mitilene, en la isla de Lesbos, por invitación de Teofrasto (quien se
convertirá en el mejor colaborador y luego sucesor de Aristóteles). En estos cinco años de Assos y
Mitilene, Aristóteles, en plena madurez intelectual (37-42 años), comienza la elaboración y redacción
de sus cursos (obras «esotéricas»).
En 343/2 Filipo de Macedonia llama a Aristóteles para que se haga cargo de la educación de
su hijo Alejandro (356-323), que entonces tenía trece años. En 340 Alejandro es nombrado regente de
Macedonia por la ausencia de su padre, Filipo. Aristóteles queda entonces libre de su tutoría,
consigue la reconstrucción de Estagira -destruida años atrás por los macedonios-, elabora su nueva
constitución y permanece allí hasta su regreso a Atenas.
Ésta es, para Aristóteles, una época enormemente creativa, aunque ya no escribirá más libros
destinados al público (obras «exotéricas»): toda su actividad se realiza en el interior de su escuela y se
traduce en la redacción de sus primeros cursos Escribe gran parte de sus tratados de Lógica, la Física,
la Ética a Eudemo (o mejor, Ética eudemiana, puesto que fue publicada por Eudemo de Rodas, a
quien se le atribuyó incluso la misma redacción, hasta que Jaeger demostró que era, en realidad, la
«primera Ética» de Aristóteles), parte de la Política y, al menos, parte de la Metafísica. Desde luego,
no existe acuerdo entre los críticos acerca de qué cursos de Aristóteles pertenecen a esta época. En
cualquier caso, el pensamiento de nuestro filósofo experimentó una evolución permanente. Pero
todavía en este momento se sigue considerando Aristóteles como «platónico». Así, en los cursos más
antiguos de la Metafísica (lo que Jaeger llama la «Metafísica original» o la «primera Metafísica»),
cuando Aristóteles critica la teoría de las Ideas todavía sigue diciendo: «nosotros, los platónicos». Por
ejemplo:
«Ninguno de los argumentos dialécticos de que nos servimos para demostrar la existencia de
las Ideas es evidente. Algunos de ellos no conducen a una conclusión necesaria, y otros
establecen la existencia de Ideas de cosas que, según la opinión de nosotros, los platónicos,
no pueden tenerlas» (Metafísica I, 990 b 8). (En cambio, en el libro XIII habla de «los
platónicos» ya en tercera persona.)
3. Tercer periodo: Atenas. El Liceo (334-322)
En 336 muere asesinado Filipo y le sucede su hijo Alejandro, quien en 335 termina de
someter y pacificar Grecia. Aristóteles aprovecha la ocasión para volver a Atenas. Al frente de la
Academia se encontraba en aquel momento Jenócrates -el antiguo compañero de Aristóteles-, quien
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acentúa la tendencia pitagorizante y la decadencia de la escuela platónica. Por ello, Aristóteles rompe
definitivamente con la Academia y abre su propia escuela, el Liceo (llamado así por su cercanía a un
gimnasio dedicado a Apolo Licio). La escuela aristotélica será conocida con el nombre de «El
Peripato» (de peripatos, «paseo»), y sus discípulos serán llamados «peripatéticos», quizá por la
costumbre de dar las clases paseando.
En 323 muere Alejandro y en Atenas estalla la agitación antimacedónica, por lo que Aristóteles se
siente en peligro y decide refugiarse en Calcis, en la isla de Eubea, patria de su madre. Allí morirá
poco después, lejos de sus discípulos Teofrasto le sucederá al frente del Liceo. De hecho, Aristóteles
fue acusado de «macedonismo» no sin razón. Además de haber sido tutor de Alejandro, era íntimo
amigo de su regente Antípater. Sin embargo, sus relaciones con Alejandro no fueron siempre
cordiales: Aristóteles no compartía las aspiraciones universalistas de Alejandro y hubiera preferido
que los persas fueran considerados como esclavos en lugar de ser asimilados a los griegos.
La orientación de los trabajos de Aristóteles en este tercer período está sometida a polémica.
Parece seguro que en esta época escribió la segunda ética, es decir, la Ética a Nicómaco (o, mejor,
«Ética nicomáquea», editada por su hijo Nicómaco); también el Sobre el alma y el resto de los libros
de la Política, la Poética y la Retórica. Pero, según algunos, abandonó ya definitivamente los temas
metafísicos para dedicarse exclusivamente a las investigaciones científicas. Tal es la opinión, entre
otros, de Jaeger -para quien todos los libros de la Metafísica, distribuidos en tres grupos, que
representan tres momentos distintos de la evolución de su pensamiento, corresponden al período de
Assos y Mitilene- y también de Farrington. Según otros, los libros más recientes de la Metafisica
corresponden al período de Atenas, por lo cual habría que decir que Aristóteles supo conjugar en este
último momento las especulaciones metafísicas y las investigaciones empíricas.
Sea lo que fuere, frente a la orientación de la Academia -cada vez más consagrada a
especulaciones abstractas acerca de las Ideas concebidas como números matemático-, el Liceo se
parece mucho más a una Universidad moderna dedicada a la investigación científica. Bajo la
dirección de Aristóteles, sus discípulos se consagraron en cuerpo y alma a reunir datos y
observaciones sobre los temas más diversos. La investigación histórica dio como resultado una
recopilación de 158 constituciones de ciudades griegas, una lista de los vencedores de los juegos
píticos, estudios sobre las costumbres de los bárbaros, investigaciones filológicas y sobre la historia
de la literatura griega. Teofrasto se encargó de escribir una historia de la filosofía, Eudemo, la
historia de las matemáticas, y Menón, la historia de la medicina.
Pero lo más notable es, quizá, los estudios sobre «historia natural» o biología, en los que,
junto a errores evidentes, se encuentran observaciones y descripciones casi insuperables. Tanto que
Darwin escribió: «Linneo y Cuvier son mis dioses, pero son unos niños comparados con el viejo
Aristóteles». El principio que rige estos estudios aparece en La generación de los animales (en
relación con el estudio de las abejas):
«Los hechos no han sido todavía observados de modo satisfactorio; si alguna vez lo son, se
debe dar más crédito a la observación que a las teorías, y a las teorías únicamente si están
confirmadas por hechos observados».
Un trabajo de este tipo nos parece actualmente absolutamente valioso, pero para los griegos
del siglo IV -acostumbrados únicamente al juego verbal y a la especulación abstracta- la observación
de los animales debía resultar inútil y despreciable. Por eso escribe Aristóteles en la introducción a
Sobre las partes de los animales:
«Unas cosas son ingeneradas, imperecederas y eternas, mientras que hay otras que están
sujetas a generación y declinación. Las primeras son excelentes sin comparación y divinas,
pero menos accesibles al conocimiento [...] mientras que de las plantas y animales
perecederos tenemos abundante información, viviendo como vivimos entre ellos, y pueden
recogerse muchos datos relativos a sus variadas clases, sólo con que estemos dispuestos a
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tomarnos el trabajo necesario [...] No debemos retroceder con infantil aversión ante el
examen de los más humildes animales. Todo reino de la naturaleza es maravilloso; y como
Heráclito, cuando los extranjeros que venían a visitarle le encontraron calentándose al
hogar de la cocina y vacilaban en entrar, les invitó a pasar sin temor, diciendo, según se
refiere, que las divinidades estaban presentes incluso en aquella cocina, así nosotros
debemos aventurarnos al estudio de toda clase de animales sin disgusto, pues cada uno y
todos nos revelarán algo natural y algo bello. Ausencia de azar y dirección de todo hacia un
fin se encuentran en las obras de la naturaleza en el más alto grado, y el término resultante
de sus generaciones y combinaciones es una forma de la belleza» (Part. ,4n. 1, 5, 644 b 22).
En conclusión, puede decirse que el proyecto aristotélico es de carácter fundamentalmente
científico. Platón partió de motivaciones morales y políticas; pero Aristóteles -que era un meteco en
Atenas (por lo que no podía participar directamente en la vida política) y que había ingresado en la
Academia en el momento en que la teoría de las Ideas estaba sometida a fuerte crítica estuvo
dominado por intereses más bien teóricos:
a) Resolver las deficiencias de la teoría de las Ideas: para ello creará una filosofía que, en
general, se ha considerado como nueva y como contrapuesta a la de Platón, pero que probablemente
el mismo Aristóteles concibió como el perfeccionamiento definitivo del platonismo (frente a las
versiones matematizantes de Espeusipo y Jenócrates, los sucesores inmediatos de Platón al frente de
la Academia).
b) Desarrollar, con una metodología apropiada (la observación), la ciencia empírica,
continuando así la tradición científica de los filósofos jonios (una corriente de este tipo debía existir
ya en la Academia, especialmente desde la incorporación a la misma de Eudoxo de Knido, notable
geográfo y astrónomo).
No es necesario suponer que Aristóteles fue al principio un teórico de la metafísica y que en
su última etapa se dedicó exclusivamente a la ciencia empírica. Parece más bien bastante probable
que hasta el final de su vida considerara como perfectamente compatibles ambas tareas.”
César Tejedor Campomanes, Historia de la Filosofía en su marco cultural
86
TEMA 4
TEORÍA DE LA CIENCIA
1. TIPOS DE CONOCIMIENTO
“Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber”, dice Aristóteles. Ahora bien,
hay diferentes grados de saber. Aristóteles distingue tres formas de conocimiento:
a) Experiencia (Empireia): Conocimiento de las cosas concretas en sus características
particulares. Nos enseña el “qué” de las cosas, pero no el “porqué”. Por ejemplo, por
experiencia sabemos que el fuego es caliente, pero no sabemos por qué es caliente.
Ligada a la experiencia, aunque en cierto modo superior a ella, sin alcanzar, sin embargo, el
grado de conocimiento científico, se halla el Arte o Técnica (Tékne): es un saber de los
medios para realizar algo. Se dirige también a las cosas concretas o singulares (y por eso es
inseparable de la experiencia), pero actúa de acuerdo con normas generales o universales.
Sabe ya lo que es la cosa, pero ignora todavía el porqué. Por ejemplo, por el conocimiento
técnico sabemos utilizar el fuego, pero seguimos ignorando por qué es caliente.
b) Ciencia (Episteme): Conocimiento de las cosas por sus causas y principios. Es, pues, un
saber demostrativo de las cosas.
Por ciencia conocemos por qué las cosas son lo que son. Ahora bien, en toda demostración
debe haber principios en los que la demostración se apoya, y conclusiones a las que la
demostración llega. La demostración, pues, supone la existencia de principios indemostrables.
Y si la ciencia es un saber demostrativo, versará sobre las conclusiones, no sobre los
principios.
c) Inteligencia y/o Sabiduría (Nous): Es, precisamente, ese saber de los principios, que no
los da la experiencia ni los demuestra la ciencia. Pues bien, este es el tipo de conocimiento
que Aristóteles señala para la Metafísica.
Pero antes de entrar en la caracterización definitiva de la Metafísica, habrá que ver la
clasificación aristotélica de las ciencias y las diferencias entre ellas.
2. CLASIFICACIÓN DE LAS CIENCIAS
Aristóteles recibió del platonismo tanto la noción y características del conocimiento científico
como el criterio de clasificación de las distintas ciencias. La ciencia, el conocimiento científico, posee
una serie de caracteres específicos que la distinguen de otras formas inferiores de conocimiento,
especialmente de la mera percepción sensible (recordemos en este punto la polémica de Platón con
los Sofistas).
Para Platón, y posteriormente para Aristóteles, el conocimiento científico debería ser:
- Objetivo, es decir, un conocimiento de lo auténticamente real, y no de los rasgos
accidentales de lo real;
87
- Causal, es decir, un conocimiento por causas, pues no basta con saber que algo sucede o es
de cierta manera, sino que ha de explicarse por qué es o sucede de ese modo;
- Universal y Necesario: el objeto de la ciencia es el universal. La ciencia no versa sobre lo
particular como tal, porque un caso no hace ciencia. No hay más ciencia que la que versa
sobre lo universal.
Recordemos que todo ello había llevado también a Platón a afirmar la existencia del mundo
de las Ideas y que la ciencia sólo podía serlo de las Ideas o Esencias Universales. Del mundo físico
(seres mudables y, por eso, menos reales) no cabe ciencia sino un conocimiento de rango inferior
(Doxa u opinión).
Aristóteles retuvo esta concepción de la ciencia, pero rechazó la doctrina de las Ideas, es
decir, la tesis platónica de las esencias universales separadas de las cosas. Las esencias universales y
permanentes, para Aristóteles, están en las sustancias del mundo físico. Por eso, la ciencia será el
conocimiento de las sustancias físicas (lo auténticamente real) por sus causas: es decir, qué son y por
qué son dichas sustancias. Hay ciencia, pues, de las cosas de experiencia, del mundo sensible.
Aristóteles clasifica las ciencias en tres géneros: Teoréticas (tienen por objeto el simple
conocer), Prácticas (tienen por objeto las acciones humanas: Política, Ética y Economía) y Poiéticas
(tienen por objeto la producción de cosas; son las Artes: Poética y Retórica).
Las ciencias Teoréticas son divididas por Aristóteles en tres especies, atendiendo al grado de
inteligibilidad o abstracción de sus respectivos objetos. Y así:
- Física (primer grado de abstracción): Estudio de las cualidades sensibles de los cuerpos,
independientemente de sus caracteres singulares.
- Matemáticas (segundo grado de abstracción): Estudio de la cantidad (aritmética y
geométrica) como tal, independientemente de las cualidades sensibles.
- Filosofía Primera o Metafísica (tercer grado de abstracción): Estudio del ser en cuanto ser,
al margen de sus determinaciones particulares. La Metafísica es la ciencia de todos los seres
en cuanto que son; y esto es lo que la diferencia del resto de las ciencias: todas las ciencias
particulares aíslan una esfera especial de la realidad, del ser, y consideran las características
del ser dentro de ese ámbito determinado. Por ejemplo, la Biología considera al ser o realidad
en cuanto viviente, la matemática bajo el aspecto de la cantidad, la Física bajo el aspecto de la
cualidad... La Metafísica, en cambio, es la ciencia de todos los seres (totalidad de lo real) en
cuanto que son.
Y si a la Metafísica le compete, como hemos visto, el tercer tipo de conocimiento
(Inteligencia de los primeros principios indemostrables), podemos concluir ya que la
Metafísica es la ciencia de todos los seres por sus últimas causas y sus primeros principios.
Proporciona, por ello, el conocimiento más universal (abarca la totalidad de lo real), y es
también la ciencia más abstracta, porque es la que más se aleja de los sentidos. No obstante,
tiene que partir necesariamente de la experiencia sensible para alcanzar el conocimiento
científico.
Cabe, pues, decir (frente a Platón) que hay ciencia de las cosas de experiencia, del mundo
sensible. Hay una estrecha conexión entre ciencia y experiencia, del mismo modo que el
conocimiento intelectual está en estrecha conexión y absoluta dependencia respecto al conocimiento
sensible. Incluso la ciencia más elevada, la Metafísica, debe partir de la experiencia sensible (mundo
de las cosas), y no será tanto un saber de lo suprasensible (como pensaba Platón), cuanto una ciencia
de los primeros principios y causas supremas de la realidad.
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Por último, la Lógica, que no es catalogada por Aristóteles como una nueva ciencia, o una
ciencia más, sino más bien como el Organon, es decir, el instrumento de investigación y
procedimiento común a todas ellas.
LA METAFÍSICA
1. LAS CATEGORÍAS Y LA ANALOGÍA DEL SER
Hemos visto que la Metafísica es la ciencia que estudia el ser en cuanto ser (o el ente en
cuanto ente) al margen de sus determinaciones particulares.
Ahora bien, “el ente se dice de muchas maneras” (Metafísica 1003 a). Se trata de una de las
afirmaciones más importantes y decisivas de la filosofía aristotélica, pues en ella se resume su
doctrina sobre la multiplicidad de sentidos del término “ente”. “Ente” es el participio presente del
verbo “ser” y significa: lo que tiene ser, lo que participa del ser (“lo que es”). Para mostrar la
multiplicidad de los sentidos de este término, Aristóteles parte del análisis del lenguaje, para acabar
haciendo un análisis ontológico.
El verbo categoreo significa predicar. Predicar (categoreo) es atribuir un predicado a un
sujeto mediante la cópula verbal es. El predicado es lo que se atribuye a un sujeto. El tipo de
predicación es el modo como el predicado determina y se refiere a un sujeto. No es lo mismo
determinar y referirse a algo (sujeto) como “casa” que como “verde” o como “de dos metros”. Son
predicados distintos. Pues bien, a los distintos tipos de predicación Aristóteles los denomina
categorías.
Pero Aristóteles no se mueve en un plano meramente lingüístico en lo referente a las
categorías. El plano lingüístico es mero punto de partida para llevar a cabo un análisis ontológico, es
decir, un análisis del ser o realidad. En efecto, predicar no es sólo atribuir un predicado a un sujeto,
sino también poner de manifiesto algo como algo, decir algo de algo o de alguien, es expresar algo
que “es”: perro, casa, verde, grande, de dos metros... El análisis del lenguaje saca a la luz aspectos
relativos al ser de las cosas. Por ello, los distintos tipos de predicación son, para Aristóteles, distintos
tipos de ser, diversos modos de ser algo (no es lo mismo ser casa, que ser blanco, que ser mayor).
Así, las categorías no son sólo distintos tipos de predicación (diversos modos de decir de algo que es),
sino también y principalmente, distintos tipos de ser. En resumen, las categorías son los distintos tipos
de predicación que se fundamentan en los diversos modos de ser. Habrá tantas categorías como
modos de ser.
El ser se dice de muchas maneras. Y así, se dice que son:
-
Sustancia (“hombre”)(Forma sustancial, esencia o forma esencial)
ACCIDENTES (Formas sensibles)
Cantidad (“de dos metros”)
Cualidad (“blanco”)
Relación (“mayor”)
Lugar (“en el Liceo”)
Tiempo (“el año pasado”)
Situación (“está sentado”)
Haber (“tiene zapatos”)
Obrar (“quema”)
Padecer (“es quemado”)
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Hay, pues, varios sentidos del ser, varios modos de ser algo. Por eso se dice que el ser de
Aristóteles es análogo, mientras que en Parménides es unívoco.
¿De qué categoría, de qué sentido del ser se ocupa especialmente la Metafísica? De la
sustancia que es la categoría primaria, ya que todas las cosas son, o sustancias, o afecciones de
sustancia (accidentes). La categoría de sustancia no es una categoría más, o como otra cualquiera,
sino que es la categoría primordial, es decir, el modo de ser básico, primario y fundamental. Todas las
demás categorías, todos los demás modos de ser, guardan con ella una relación esencial, pues para
que algo pueda ser verde, grande, mayor..., es necesario que antes sea caballo, casa, río...
2. TEORÍA DE LA SUSTANCIA Y CRÍTICA A PLATÓN
Aristóteles llega a la noción de sustancia (Ousía o Entidad) por dos caminos diversos, pero
convergentes:
- Predicación (análisis del lenguaje): La sustancia es el sujeto último de predicación, es
decir, aquello de lo que se predican todos sus caracteres y no es predicable de nada. En la
oración Sócrates es hombre, el individuo concreto mismo (Sócrates) es lo que Aristóteles
entiende por sustancia.
- Entidad (análisis ontológico): La sustancia es el sujeto último de inhesión de aquellas
propiedades no susceptibles de existir de un modo separado y autónomo (accidentes). Por
ejemplo, la propiedad verde no puede ser un sujeto real, sino que tiene que haber un sujeto
que la soporte. El verde es siempre verde-de, y el de es la sustancia.
Un rasgo fundamental de la sustancia es su separabilidad y determinación (por ejemplo, el
hombre es algo perfectamente separable de cualquier otro animal, y cada hombre es separable de
cualquier otro hombre; cada sustancia es algo perfectamente concreto y determinado, distinto de
cualquier otra sustancia). Sustancia es, pues, aquello que puede existir de modo separado, frente a los
accidentes, que no tienen esa capacidad de existir de modo separado, sino que necesitan ser
soportados y sostenidos por la sustancia. El accidente es lo que está en el sujeto e inhiere en él. La
sustancia es un ens in se (ser en sí) y el accidente es un ens in alio (ser en otro).
Ahora bien, Aristóteles distingue entre sustancia primera y sustancia segunda:
-
Sustancia primera: Lo que hemos visto, la sustancia entendida como sujeto individual y
concreto (Sócrates, este árbol, esta mesa...), la realidad individual.
-
Sustancia segunda: No es una nueva sustancia, sino un momento peculiar de la sustancia
primera, el momento de la universalidad (lo universal: no esta mesa, sino LA mesa, no
este hombre, sino EL hombre). Son las especies y los géneros: por ejemplo, la especie
hombre a la que pertenece todo hombre concreto, y el género animal, al que pertenece la
especie hombre junto con otras especies. No existe separadamente de la sustancia
primera, sino únicamente en ella.
Pero el ser, la sustancia, se explica y define desde la sustancia primera y desde la sustancia
segunda, a la vez; tiene explicación desde lo particular y desde lo universal: el ser de Sócrates se
explica desde su particularidad o sustancia primera (él mismo, como sujeto individual y concreto) y
desde su universalidad o sustancia segunda (su esencia, la esencia humana). Sólo así puedo decir que
Sócrates es hombre. Esta distinción es puramente mental, pues en la realidad no se dan
separadamente la sustancia primera de la sustancia segunda. La sustancia es, así, el universal
concreto. Lo universal (el género o la especie) no tiene existencia separada de lo particular, como
pensaba Platón.
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Es la sustancia segunda justamente lo que Platón denominaba Eidos (esencia o Idea): el Eidos
era para Platón, la verdadera y auténtica sustancia. Las especies universales poseen una realidad en sí
que no se reduce a los individuos singularmente existentes, y en tal sentido son sustancia separadas.
Ahora bien, tales sustancias separadas son imposibles según Aristóteles. En calidad de
especies habrían de ser universales; pero es imposible que lo universal sea sustancia, porque mientras
lo universal es común a muchas cosas, la sustancia es propia de un ser individual y no pertenece a
ningún otro. Si en Sócrates, que es sustancia, hubiese otra sustancia (hombre o ser viviente),
tendríamos un ser compuesto de varias sustancias, lo cual es imposible.
La crítica de Aristóteles a Platón versa fundamentalmente sobre cuatro puntos:
-
Platón ha duplicado inútilmente la realidad en dos mundos: las Ideas no son más que una
vana reduplicación de las cosas visibles. ¿De qué sirve suponer, como hace Platón, la
existencia de una multitud de cosas, si no podemos explicar la primera multitud?
-
Las Ideas son inútiles porque no contribuyen a nada a hacer comprender la realidad del
mundo. Las Ideas son incapaces de explicar el movimiento, no pueden ser causa de él: las
Ideas son Inmutables, y las cosas de este mundo, si fueran copias de las Ideas, deberían
ser también inmóviles; pero si se mueven, como de hecho ocurre, ¿de dónde les proviene
ese movimiento? No parece que pueda provenir de la Idea, porque la Idea no es principio
de acción, sino sólo Modelo. La Idea es tan sólo causa formal, pero no causa eficiente.
-
Argumento del Tercer Hombre: Si a cada multiplicidad de cosas semejantes debe
corresponder una Idea, la regla debe aplicarse cuando nos referimos al hombre sensible y
a la Idea de Hombre; a estos dos términos, puesto que son semejantes, debe corresponder
otra Idea (un tercer hombre), y entre esta Idea, y la Idea de hombre y el hombre sensible,
otra Idea; y así hasta el infinito.
-
En fin, y este es el argumento más importante de Aristóteles, y que enlaza con la teoría de
la sustancia: es imposible que la sustancia exista separadamente de aquello de lo que es
sustancia. ¿Cómo es posible que unos objetos que existen aparte de los sensibles puedan
contener la esencia de esos objetos sensibles? Y en cualquier caso, ¿cuál es la relación
entre ambos?
a) La Ideas no pueden ser causa de las cosas, porque de ellas no proceden las cosas
si no interviene para crearlas un principio activo (“nada llega a ser sin una causa
eficiente”)
b) Imitación y Participación son, según Aristóteles, “palabras vacías y metáforas
poéticas”.
3. EL HILEMORFISMO: (BREVE EXPLICACIÓN PARA LA GNOSEOLOGÍA Y LA
ANTROPOLOGÍA)
Para Aristóteles, por tanto, las cosas son compuestos de sustancias y accidentes. Ahora bien,
toda entidad o sustancia natural contiene en sí misma un doble principio constitutivo de su ser, los
cuales son inmanentes (intrínsecos o inherentes) a la sustancia. Estos principios son: a) la Materia
(Hylé) y b) la Forma (Morfhé). Es la teoría hilemórfica o hilemorfismo.
Materia y Forma son dos co-principios que constituyen un todo sustancial, un ser (por
ejemplo, la estatua de David de Miguel Ángel es un todo, un compuesto de materia-mármol y de
forma-David). No se trata de la suma de dos elementos yuxtapuestos, sino que es una totalidad, una
sustancia, un ser.
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Ni la forma ni la materia solas constituyen por separado un ser, sino que éste es el compuesto
de ambos principios. En el caso de las sustancias corporales son inseparables: no pueden existir por
separado, independientemente la una de la otra, sino unidas: o se dan juntas o no se dan.
A) Materia: Nunca puede existir por sí sola, sino siempre unida a otro co-principio sustancial
que es la forma. En al materia cabe distinguir entre la materia segunda y la materia primera o
prima:
- Materia segunda: Es la materia corpórea concreta (madera, mármol, piedra...)
- Materia primera: Es el sustrato básico e informe de toda materia corpórea. Es un principio
de indeterminación (no es ningún ser particular), esencialmente potencial (puede ser, es en
potencia cualquier ente o sustancia), que debe recibir la forma para poder existir y llegar a ser
algo. Puede llegar a ser cualquier cosa según la forma que reciba.
B) Forma Sustancial (Eidos, Esencia, Sustancia segunda): Es un principio de determinación,
o determinante, que hace que la materia primera (algo indeterminado) pase a ser algo
determinado (un ser particular y concreto). Es, asimismo, un principio activo (frente a la
materia que es pasiva o potencial), que organiza la materia, la estructura y le da sus
propiedades y su energía y capacidad de obrar por sí misma (en las sustancias naturales se
identifica con su naturaleza, entendida como principio de actividades y operaciones propias
del ser natural). La forma sustancial es, pues, algo intrínseco a la realidad: Platón, en cambio,
pretendía que las Ideas fueran la Forma de las cosas, pero separadas, alejadas y externas, es
decir, trascendentes y suprasensibles.
Materia primera y Forma sustancial son dos causas intrínsecas de la sustancia, es decir, dos
principios o factores necesarios para dar razón de ella. De todos modos, Aristóteles da prioridad a la
forma sustancial sobre la materia: ella es la esencia del individuo, y sólo ella es definible y
cognoscible. El individuo es, de suyo, indefinible, y la materia primera es incognoscible. La forma es
común a toda la especie (y por eso preexiste al individuo), y lo que individualiza es la materia.
4. PHYSIS: Movimiento, Potencia, Acto y Causalidad
La Física es para Aristóteles el estudio de la Physis o Naturaleza. El sentido originario de
Physis en la filosofía griega, y que no se pierde en Aristóteles, es el de “salir a la luz”, “brotar”,
“surgir”...
La naturaleza es dinámica, es decir, implica movimiento y actividad, pero movimiento y
actividad intrínsecos y propios del ser natural. Este rasgo es importantísimo porque marca la
separación radical entre los seres naturales y los seres artificiales o artefactos: una silla, en cuanto tal
silla, no posee propiedades físicas aparte de las que le corresponden en virtud de los materiales de que
está hecha. Parafraseando a Aristóteles, supongamos que sembramos sillas de pino. Nada crecerá, por
supuesto. Pero suponiendo que algo creciera, no crecerían sillas sino pinos: éstos poseen una
actividad intrínseca y propia que una silla (ente artificial) no posee. (Precisamente por esta actividad
intrínseca y propia que caracteriza a la naturaleza, el Universo no puede ser concebido por los griegos
según el modelo de una máquina, sino más bien según el modo de un organismo viviente).
El término naturaleza, como el término esencia, viene a significar lo que las cosas son, es
decir, un modo de ser permanente y constante. Existe, sin embargo, una importante diferencia
resultante del carácter dinámico de la naturaleza: la esencia es la manera de ser permanente de las
cosas por oposición a sus aspectos variables y cambiantes; la naturaleza es ese mismo modo de ser
permanente, pero en cuanto que determina un cierto tipo de actividades u operaciones propias, es
decir, en cuanto principio del movimiento y del cambio. La naturaleza es lo permanente, pero en
cuanto explica los cambios; es lo que realmente son las cosas, pero en cuanto fundamento de lo que
parecen ser; es el principio de unidad, pero capaz de generar la pluralidad.
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Preguntar por la naturaleza es preguntar por lo que las cosas son para, a partir de ello, explicar
sus movimientos y procesos.
La naturaleza es principio de operaciones y cambios: es esa región de cosas (seres naturales
por oposición a los artificiales) que tienen por sí mismas el principio de su propio movimiento (la
posibilidad de cambiar y la energeia o dinamis para ello).
Así, el movimiento es, para Aristóteles, una propiedad esencial de toda sustancia natural.
Pues bien, la Física aristotélica es la ciencia que estudia los principios del movimiento de las
sustancias naturales.
Aristóteles recoge de los jonios y de los pluralistas un viejo problema que estaba sin resolver:
el problema del movimiento. Para Heráclito la realidad estaba en continuo devenir (“Todo fluye,
nada es”): el movimiento sería el tránsito continuo del ser al no ser. Parménides, por el contrario,
aparecía como defensor de un monismo estático en el que el movimiento era imposible. Es más, con
Zenón de Elea el movimiento se convierte en una aporía irresoluble desde el punto de vista racional.
Platón tampoco había avanzado nada en la solución del problema: la Ideas o Esencias Universales no
pueden ser la naturaleza de las cosas, es decir, no pueden ser el principio de actividades intrínsecas y
propias de las cosas porque están fuera de ellas.
Según Aristóteles, el problema del movimiento ha sido mal planteado: Tanto Parménides
como Heráclito se habían fijado en el movimiento de la realidad, en lugar de fijarse en la realidad que
cambia, es decir, en la sustancia natural dotada del principio del movimiento y del cambio
(posibilidad de cambiar y la fuerza interna o dinamis para hacerlo). El movimiento es constitutivo
esencial de los seres naturales. La realidad es, para Aristóteles, cambiante, y no por ello menos real.
Para explicar el movimiento, Aristóteles comienza su Física con una crítica a Parménides,
para quien el movimiento equivaldría al paso del no-ser al ser. Y es aquí donde Aristóteles introduce
una notable diferencia. Tomemos un ejemplo sencillo: una piedra NO ES un árbol, una semilla NO
ES tampoco un árbol, pero entre ambos casos hay diferencias importantes: la piedra no es ni puede
convertirse en árbol (tiene una imposibilidad total de llegar a ser otra cosa de lo que es); la semilla no
lo es, pero puede llegar a serlo (tiene la posibilidad de cambiar, y la fuerza o dinamis para ello).
Hay, pues, dos maneras de NO-SER algo: un no-ser absoluto (ni se es ni se puede
llegar a ser) y un no-ser relativo (no se es, pero se puede llegar a ser). A este no-ser relativo,
intermedio entre el ser y el no-ser absoluto, es a lo que Aristóteles llama ser en potencia (ser que
tiene la capacidad inmanente de llegar a ser otra cosa de lo que actualmente es: la semilla es árbol en
potencia). Por contra, lo que actualmente es, se halla en acto, es un ser en acto (el árbol es árbol en
acto, actual o efectivamente). (BREVE EXPLICACIÓN PARA LA ANTROPOLOGÍA)
El acto es anterior a la potencia: la potencia dice relación al acto y el acto significa
perfección o consumación.
Potencia (capacidad para) y acto (realización plena de una capacidad) permiten explicar el
movimiento. Este se define como el tránsito de la potencia al acto, es decir, como la actualización de
ciertas potencialidades inmanentes que poseen ciertos seres naturales. El movimiento no es ni
potencia ni acto, sino tránsito, y sólo existe mientras se está pasando de la potencia al acto.
Los seres de la naturaleza son compuestos de potencia y acto: son o existen en la medida en
que están en acto; cambian, se transforman, en la medida en que están en potencia. Aristóteles
también piensa en un ser que sea Acto Puro, sin mezcla alguna de potencialidad, al que llama
Motor Inmóvil y que identifica con Dios.
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El movimiento es llegar a ser. Pero “ser”, como ya sabemos, se dice de muchas maneras; por
tanto, “llegar a ser” se dirá también de muchas maneras. Habrá, pues, tantos tipos de movimientos
como modos de ser.
Así, Aristóteles clasifica el cambio o movimiento en dos géneros supremos:
a) Cambio Sustancial o modificación del ser de algo, y que puede ser de dos tipos:
- Generación de una sustancia nueva;
- Corrupción o destrucción de una sustancia existente.
b) Cambio Accidental, en el que no se modifica el ser de algo, o la sustancia, sino que ésta
sufre modificaciones en aspectos no esenciales de su ser, es decir, sufre modificaciones
accidentales. Hay tres tipos de movimientos accidentales:
- Cuantitativo, o aumento o disminución de tamaño;
- Cualitativo, o alteración de la cualidad;
- Local, o locativo, o traslación en el espacio.
En todo cambio (sea del tipo que sea, sustancial o accidental) hay siempre “algo que
permanece” a través del cambio, y hay también “algo que desaparece” así como “algo que
aparece” en lugar de esto último. Supongamos, por ejemplo, agua que pasa del estado de liquidez al
estado de solidez al descender la temperatura; lo que permanece a través del cambio será el agua; lo
que desaparece en el proceso es un estado del agua, su estado de liquidez; lo que aparece, en fin, en
lugar de esto último es un nuevo estado, el estado de solidez en este caso.
Tratándose del movimiento o cambio accidental (como en el caso del ejemplo anterior) lo
que permanece a través del cambio son las sustancias naturales; lo que desaparece son ciertos
caracteres accidentales para aparecer otros que no estaban.
Ahora bien, ¿qué es lo que ocurre cuando se produce un cambio sustancial?¿Qué es lo que
permanece? No, desde luego, la sustancia, ya que el cambio sustancial es su generación o corrupción.
El cambio sustancial consistirá en perder la forma sustancial (o esencia) que se tenía, para adquirir
una forma sustancial o esencia nueva. Lo que permanece es un sustrato o materia prima. La materia
primera no tiene de por sí determinación alguna, es indeterminada, no es ningún ser en particular y
precisamente porque NO ES en acto ningún ser particular, puede ser (es decir, ES en potencia)
cualquier ente o sustancia natural si recibe una forma sustancial.
En consecuencia, privación de forma, forma final y materia primera son los tres elementos
que intervienen en el cambio sustancial
Pero, ¿qué hace que las sustancias cambien? ¿Cuáles son las causas del cambio?
Entramos así de lleno en la doctrina aristotélica de la causalidad. La ciencia es para
Aristóteles la explicación de las cosas por sus últimas causas (recordemos que la Metafísica es el
estudio de la sustancia por sus últimas causas).
Aristóteles entiende por causa todos aquellos factores que son necesarios para explicar un
proceso cualquiera, es decir, todos aquellos principios que hacen inteligible el “porqué” de cualquier
proceso o movimiento de llegar a ser, lo que explica por qué son o existen las sustancias.
Según esta teoría son cuatro las causas que intervienen en la realización (y, por tanto, en la
explicación) de todo proceso o movimiento de llegar a ser:
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- Materia o causa material: Principio indeterminado y potencial que puede llegar a ser
cualquier cosa.
- Forma o causa formal: Principio de determinación, y activo, que hace que la materia
indeterminada pase a ser algo determinado. Es la esencia, o lo que hace que una cosa sea esa
cosa.
- Agente o causa eficiente: Aquello de donde procede el primer principio del cambio. Lo que
hace que se pase de una forma a otra.
- Fin o causa final: El “para qué” final que, influyendo en el agente, da sentido a todo proceso
de cambio.
Ejemplo: La estatua del David de Miguel Ángel.
- Causa material: el mármol (materia segunda);
- Causa formal: la forma humana de David;
- Causa eficiente: el escultor (Miguel Ángel);
- Causa final: lo que mueve al agente a obrar (creación de belleza, prestigio,
dinero...)
Según Aristóteles, los jonios se preocuparon sólo de la causa material, mientras que Platón
sólo distinguió dos: la material y la formal. Pero esta última estaba fuera de las cosas, y por ello no
podía explicar satisfactoriamente la realidad.
La última causa, la causa final, es muy importante en Aristóteles. El modelo aristotélico de
naturaleza es un modelo teleológico: los procesos naturales están presididos por una finalidad que los
orienta o dirige. Esta finalidad a la que tienden los seres naturales es interna a ellos mismos
(inmanente), a saber, su propia perfección o actualización plena de potencialidades. En los procesos
naturales, causa formal, eficiente y final coinciden.
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TEMA 5
PSICOLOGÍA (ANTROPOLOGIÁ)
1. EL ALMA EN “DE ANIMA”
El tratamiento del alma en Aristóteles carece de las fuertes connotaciones religiosas y morales
del planteamiento platónico. En Aristóteles es, de nuevo, el médico o biólogo (no el hombre religioso
o moral) el que se pregunta por el alma.
Si para Platón el alma era el principio de conocimiento racional, y su actividad más propia y
genuina la contemplación de las Ideas inteligibles, para Aristóteles el alma es fundamentalmente el
principio vital, el principio de vida, es decir, aquello en virtud de lo cual un ser vivo está vivo y
realiza todas aquellas funciones y operaciones que le son propias frente a los seres inertes. El alma es
lo que vivifica al cuerpo: “... es aquello por lo que vivimos, sentimos y razonamos primaria y
radicalmente”.
Utilizando los conceptos básicos de su filosofía (ES NECESARIO EXPLICAR EL
HILEMORFISMO Y LA TEORÍA DEL MOVIMIENTO= ACTO- POTENCIA), Aristóteles
define el alma como forma sustancial del cuerpo (que es materia) y como acto o actualización (un
organismo posee potencialmente la vida, es decir, es una potencia viviente; al alma, así, hace que el
organismo sea actualmente viviente).
En la medida en que el alma es forma y acto de un organismo o cuerpo natural organizado, la
unión de cuerpo y alma se explica sin especiales dificultades: no se trata ya, como afirma Platón, de
una unión accidental ni antinatural, sino de una unión perfectamente natural y esencial, puesto que
alma y cuerpo (forma y materia) constituyen una única sustancia natural: el viviente. Y entre los
vivientes, el hombre aparece como un compuesto sustancial de cuerpo y alma: el alma ya no es la
viajera que va de cuerpo en cuerpo para cumplir su destino, sino que está ligada a éste como la vista
al ojo. Ahora bien, si cuerpo y alma marchan juntos en unión sustancial, cuerpo y alma también nacen
y mueren juntos (¿qué sentido puede tener un alma separada del cuerpo si su única función es hacer
que éste viva?).
Desde el aristotelismo resulta muy difícil afirmar la inmortalidad del alma, y de ahí las
dificultades de su teoría para ser asimilada plenamente por el cristianismo. De todos modos, y aunque
Aristóteles no es tan claro como Platón en este punto, deja abierta la posibilidad de que ciertas partes
del alma puedan existir de modo separado.
Aristóteles distingue tres tipos de almas en correspondencia con los tres tipos de seres
vivientes:
-
Alma Vegetativa, es decir, la potencia o función nutritiva y reproductiva, propia de todos
los seres vivientes, empezando por las plantas;
Alma Sensitiva, es decir, la sensibilidad, el deseo y el movimiento, y que es propia de los
animales y del hombre. Es un nivel superior al anterior en la jerarquía de los vivientes;
Alma racional o Intelectiva, propia y exclusiva del hombre que tiene la capacidad de
entender (intelección) y de querer (volición).
Cada alma superior posee las virtualidades o potencias o funciones de las almas inferiores, y
no a la inversa. Así, el hombre, además de sus potencias intelectuales posee las propias de los
animales y las estrictamente vegetativas. Pero cada ser vivo posee un alma única, no varias almas o
partes de almas. En este sentido, Aristóteles es continuista.
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Pues bien, el estudio de las distintas funciones vitales o anímicas, y su mutua dependencia,
permitirá a Aristóteles estudiar el conocimiento humano como resultado de la colaboración entre
sentidos y razón, entre el conocimiento o facultad sensitiva y el conocimiento o facultad intelectiva,
resolviendo así el otro viejo problema de la contradicción entre experiencia sensible y conocimiento
racional planteado por Heráclito y Parménides, y que Platón tampoco había podido resolver.
2. CONOCIMIENTO Y ABSTRACCIÓN
Según Aristóteles, hay ciencia o conocimiento racional de las cosas de experiencia, del
mundo sensible. Es más, todo nuestro conocimiento comienza por la experiencia: como Aristóteles no
admite la preexistencia del alma, explica el conocimiento a partir de los datos que proporciona la
percepción sensible: “Nada hay en el entendimiento que antes no haya pasado por los sentidos”. El
entendimiento humano forma sus conceptos universales a partir de los datos suministrados por la
percepción sensible.
Ahora bien, nuestros sentidos nos ponen en contacto con objetos individuales (Sócrates), en
tanto que los conceptos se caracterizan por ser universales (Hombre). ¿Cómo pasar, entonces, de las
representaciones sensibles, siempre particulares, a las representaciones intelectuales o conceptos
universales? Este es exactamente el problema de la abstracción, o universalización de las
representaciones sensibles particulares.
Pues bien, Aristóteles elabora toda su teoría del conocimiento(TEMA 4) y de la abstracción
recurriendo, de nuevo, a los conceptos básicos de su filosofía: materia-forma y potencia-acto.
Lo que caracteriza a las facultades cognoscitivas (tanto sensitivas como intelectivas) es su
capacidad para captar las formas de los objetos (forma sensible y forma sustancial o esencia,
respectivamente) sin la materia de los mismos. Además, tales facultades cognoscitivas son meras
capacidades o potencias que necesitan de algo que actualice su ejercicio, pues nada pasa de la
potencia al acto si no es en virtud de algo que ya esté previamente en acto:
- La Sensación es la facultad de recibir las formas sensibles (accidentes de la sustancia: color,
olor, sonido...) sin la materia (no es la piedra misma la que está en el ojo cuando la vemos,
sino sólo su forma). La forma sensible existe unida físicamente con la materia en la sustancia
concreta, pero en la sensación acontece un proceso de desmaterialización por la que el sentido
capta la forma sensible sin la materia.
Además, antes de sentir, la sensación es potencia, capacidad de sentir, que necesita de algo
que actualice su ejercicio: este “algo” es la forma sensible de las cosas (color, olor, sonido...).
Cuando esto ocurre, la sensación en acto coincide con la forma sensible en acto (por ejemplo,
coinciden el oír el sonido con el sonido mismo).
Ahora bien, la sensación no capta qué son las cosas (esencia o forma sustancial). Esto es obra
del intelecto:
- Por la Intelección, en cambio, somos capaces de conocer la forma sustancial o esencia
universal de una cosa. Aunque se trata de una función anímica distinta de la sensación,
Aristóteles considera que entre el sentir y el inteligir existe una cierta semejanza o analogía
estructural: del mismo modo que lo sensible influye o afecta a la sensación, lo inteligible
influye o afecta, aunque de distinta manera, al intelecto: “inteligir consiste en padecer cierto
influjo bajo la acción de lo inteligible”.
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El pensamiento recibe la forma sustancial como la sensación recibe la forma sensible. Por
eso, el intelecto no tiene que poseer ninguna forma positiva propia, porque ello le impediría
asimilarse completamente a su objeto; su única naturaleza consiste en ser pura capacidad o
potencialidad: “el entendimiento es como una tablilla rasa en la que nada hay escrito”. El
entendimiento no es nada antes de inteligir, y por eso es en potencia todas las cosas: “el alma
es en cierto modo todas las cosas”. Sólo así está en condiciones de recibir todas las formas
sustanciales e identificarse con ellas en al acto mismo de la intelección. Por la misma razón,
el pensamiento tiene que ser enteramente independiente del cuerpo (“sin mezcla”); si no,
poseería alguna cualidad particular antes de pensar actualmente y quedaría incapacitado para
conocerlo todo (estos rasgos permiten también distinguir la intelección de la sensación).
Pues bien, a este intelecto es al que Aristóteles llama Intelecto paciente, pasivo o potencial, y
lo asemeja a la causa material: es como una materia plástica indeterminada que puede llegar a
ser todas las cosas, conocer todas las formas sustanciales.
Pero, ¿cómo lo hace?¿Cómo pasa el intelecto paciente de la potencia (de conocer) al acto (de
conocer)? Tendrá que ser por la intervención de algo que ya esté en acto, pues nada pasa de la
potencia al acto si no es por la mediación de algo previamente en acto. ¿Y qué es eso que ya
está en acto y permite tal transición del intelecto? No es, desde luego, la influencia de la
forma sensible. Es, más bien, el influjo de la forma sustancial.
Pero resulta que la forma sustancial está sólo en potencia, es decir, contenida potencialmente
en la forma sensible. ¿Qué será, entonces, aquello que actualice la forma sustancial para que
ésta, a su vez, actualice el intelecto potencial y pueda conocer? En este punto, Aristóteles
recurre a un nuevo elemento: el Intelecto agente o activo.
Conclusión: El conocimiento aristotélico es un proceso de abstracción de lo sensible a
lo inteligible. Todo conocimiento tiene su origen en la experiencia. La mente es una
tabla rasa que potencialmente es todo lo que se puede conocer.
98
TEMA 6
ÉTICA
BIEN, FELICIDAD Y VIRTUD
Aristóteles clasifica las ciencias en tres géneros: teoréticas (que tienen por objeto el simple
conocer: matemáticas, física y metafísica), prácticas (que tienen por objeto las acciones humanas:
política, ética y economía) y poiéticas (que tienen por objeto la producción de cosas: artes poéticas y
retóricas).
La ética es una reflexión práctica encaminada a la acción, es decir, es la ciencia que tiene por
objeto el comportamiento humano a la luz de la razón y considerando ese comportamiento a partir de
los principios del bien y del mal.
Ahora bien, la ciencia práctica suprema es, para Aristóteles, la Política, de la cual la Ética no
es más que una rama: la ética aristotélica es social y su política es ética. Aristóteles, al igual que
Platón, y en general todos los griegos, no consideraron nunca estas disciplinas como separadas e
independientes: la vida griega era esencialmente una vida comunal, vivida en el seno de la CiudadEstado o Polis. De ahí que para Platón y Aristóteles, el hombre no es un individuo por una parte y
ciudadano por otra. El hombre es ciudadano (“animal social por naturaleza”), y en el seno de la
Ciudad-Estado o Polis es donde se realiza como hombre y donde, por tanto, adquiere las virtudes
éticas.
Al conjunto de Ética y Filosofía Política lo llama Aristóteles Filosofía Moral.
1. EL BIEN
Recordad las cuatro causas aristotélicas: eficiente, formal , material y final.
La ética de Aristóteles es claramente teleológica o finalista. Considera la acción no en cuanto
buena en sí misma (frente a Platón) sin tener en cuenta ningún otro aspecto, sino en cuanto que
conduce al bien del hombre. El bien constituye el fin de toda acción humana (bien y fin coinciden).
Todo ser tiende a aquello que es un bien, o al menos lo cree, para él. De ahí que será buena toda
aquella acción que conduzca al bien o fin del hombre; y toda acción que se oponga o se desvíe del fin
del hombre será una acción mala.
Para Aristóteles, el “bien es aquello a lo que tienden todas las cosas”. Pero se opone a Platón
al afirmar que el bien en sí (Idea de Bien) no existe: el Bien, como toda Idea platónica, no existe al
margen de sus manifestaciones particulares, y en caso de existir sería impracticable.
Además se dan muchos bienes particulares que son perseguidos por los hombres (placer,
riquezas, honor...), pero que propiamente no son buscados por sí mismos sino que se subordinan a
otros como medio. No son, pues, fines perfectos. Aristóteles piensa que debe existir un bien supremo,
el mayor bien al que puede aspirar el hombre en esta vida, y que será, por tanto, el fin perfecto y
último del hombre, entendiendo por tal fin aquél que se desea y busca por sí mismo y nunca como
medio para otra cosa. Pues bien, el fin último de todos los seres humanos es la felicidad: el hombre
busca la felicidad por sí misma y no como medio para la consecución de otra cosa.
Si el fin de la vida es la felicidad, ésta será también el bien supremo del hombre: así, serán
buenas todas aquellas acciones que tienden a buscar la felicidad, y malas todas aquellas otras que
obstaculicen o desvíen al hombre en el logro de dicha felicidad.
La Ética aristotélica es eudemonista (Eudeimonía= Felicidad), pues cifra el bien y el fin
último de la vida humana en la felicidad.
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El problema que ahora se le plantea a Aristóteles es determinar en qué consiste la felicidad. Y
para ello se vuelve al estudio de la naturaleza humana.
2. LA FELICIDAD
Cada ser es feliz realizando la actividad que le es propia y natural, es decir, la felicidad
consiste en el cumplimiento más perfecto de las exigencias de la propia naturaleza. Ahora bien, ¿cuál
es la actividad más propia y natural del hombre, la más acorde con su naturaleza? No pueden serlo,
desde luego, las funciones vegetativas (reproducción y nutrición), puesto que también son comunes a
los animales y a las plantas; tampoco las funciones sensitivas (sensibilidad, deseo y movimiento), ya
que son compartidas con los animales. Por tanto, la actividad o función más propia del hombre,
aquélla que se corresponde más adecuadamente a la naturaleza de éste, es la actividad intelectual. La
forma más elevada y perfecta de felicidad será, pues, la actividad contemplativa propia del alma
racional.
Pero Aristóteles sabe (Platón ya lo había subrayado) que el hombre no es sólo razón o
entendimiento. Una vida dedicada sólo a la contemplación sería posible si el hombre no tuviera
necesidades corporales, problemas económicos, interferencias sociales... Este ideal de felicidad y
perfección es una aspiración irrealizable para la inmensa mayoría de los hombres, y aun aquellos que
puedan dedicarse a la contemplación solamente pueden hacerlo durante escasos periodos de tiempo a
lo largo de su vida. El hombre no puede alcanzar esa felicidad absoluta propia de Dios, sino que ha de
contentarse con una felicidad limitada. El logro de esa forma rebajada de felicidad exige la posesión
de las virtudes morales para regular las tendencias propias a través de la razón, así como la posesión
de ciertos bienes corporales (salud, etc...) y exteriores (medios económicos, etc...).
La Ética aristotélica es, pues, una ética naturalista, pues parte del análisis de la psicología
humana: el hombre en su comportamiento debe atenerse a sus tendencias naturales manteniendo una
actitud de equilibrio y armonía racional, y llevarlas a su fin o plenitud.
3. LA VIRTUD
La actividad racional debe dirigir y regular todos los actos de la vida humana, y en esto
consiste la virtud. Hemos señalado que la posesión de virtudes es una de las condiciones de la
felicidad humana, y por ello Aristóteles define también la felicidad humana como “una actividad del
alma racional conforme a la virtud”. Si no hay virtud, si el alma racional no regula la conducta
humana, no puede haber felicidad.
Pero, ¿qué es la virtud?
En primer lugar, la virtud es un hábito, entendiendo por hábito una disposición estable,
adquirida por la práctica o entrenamiento, a obrar de una determinada manera. La virtud no se origina
en nosotros por naturaleza, no es innata, ni espontánea, sino que requiere el esfuerzo de la voluntad y
el ejercicio práctico de las mismas virtudes. La virtud no es un acto aislado y puntual (“una
golondrina no hace verano”), sino un modo de ser estable y permanente, una segunda naturaleza.
En segundo lugar, la virtud es un hábito voluntario y libre que implica deliberación y
elección, es decir, el hombre la elige conscientemente. De ello se sigue que la virtud y el vicio están
en nuestro poder y que el intelectualismo moral de Sócrates y de Platón es falso. Para estos dos
pensadores la virtud era una forma de conocimiento (saber teórico = saber práctico), razón por la cual
nadie podía obrar el mal a sabiendas (el mal es fruto de la ignorancia). Aristóteles, por su parte,
advierte que no basta conocer el bien para practicarlo, pues hay hombres que saben qué es el bien y,
100
sin embargo, no actúan de acuerdo con ese saber. Para practicar el bien es necesario, además del
conocimiento, la virtud que se adquiere con la práctica y que lleva al hombre a actuar buenamente.
Ahora bien, dice también Aristóteles que ese término medio en que consiste la virtud no
puede fijarse matemáticamente como una media aritmética entre dos extremos opuestos (no es un
término medio en sí mismo considerado), sino que puede ser establecido por el buen juicio de un
hombre prudente de acuerdo con la razón y la experiencia. Así, el término medio es relativo a cada
uno de nosotros:
Aristóteles suele poner el ejemplo de Milón, un atleta del siglo VI a.C. que comía una ración
diaria de más de 8 kilos de carne, otros tantos de pan y unos 10 litros de vino; evidentemente,
a un atleta principiante no se le puede dar de comer lo mismo. Lo que para uno es mucho
para otro es poco, y hay que saber buscar ese término medio relativo a cada persona según
la recta razón y con el tacto o prudencia del hombre experimentado.
De este modo el alma racional impone orden en las tendencias naturales por medio de la
virtud y el hombre puede alcanzar la felicidad.
Aristóteles distingue dos géneros de virtudes:
-
Virtudes Dianoéticas o intelectuales, que perfeccionan la inteligencia. A su vez, distingue
entre el aspecto teórico del entendimiento, donde sitúa como virtudes principales la
ciencia (episteme) y la filosofía (sophia), y el aspecto práctico del mismo, al que asigna la
prudencia (phrónesis) y el arte (tékne).
-
Virtudes Éticas o morales, que perfeccionan lo no racional del alma, como la fortaleza, la
templanza y la justicia. A su vez, dentro de esta última diferencia entre la justicia
conmutativa, justicia de lo igual por lo igual, que debe regular las operaciones
comerciales y, en general, las relaciones de los ciudadanos entre sí; la distributiva, que
debe regular el reparto de bienes, derechos y obligaciones entre los miembros de la
sociedad; la judicial, que debe regir la aplicación de las sanciones por los jueces; y la
legal, que regula las relaciones de los ciudadanos con el cuerpo social y que consiste en
cumplir las leyes. Finalmente, la justicia tiene para Aristóteles un rigor matemático,
exacto, basado en la equidad (epieíkeia): “a cada uno según su derecho”.
POLÍTICA
La máxima contribución de Aristóteles al pensamiento político ha consistido precisamente en
su insistencia de que la naturaleza humana es esencialmente social. Frente a ciertas teorías de origen
sofístico que consideraban a la sociedad como un producto de la convención, Aristóteles afirma que
la sociabilidad es un rasgo o dimensión esencial de la naturaleza humana: “el Estado (o Polis, ciudadestado) es algo producido por la naturaleza, y el hombre es por naturaleza un animal político (zoon
politikon)”.
Esta tendencia a vivir en sociedad deriva de otra más primaria, a saber, de la tendencia a la
perfección o felicidad (adquisición de las virtudes intelectuales y morales), y que el hombre sólo
puede conseguirlas en sociedad. El Estado tiene, pues, una dimensión finalista, existe para un fin: la
consecución del bien supremo del hombre.
101
Una vez más se pone de manifiesto la concepción teleológica de la naturaleza que preside
todo el pensamiento de Aristóteles, pues la afirmación de que el hombre es naturalmente social
equivale a la afirmación de que el hombre tiende por naturaleza a la vida en comunidad.
Si el hombre es un ser social por naturaleza, la polis o el estado es también algo natural.
Ahora bien, la formación o constitución de la Polis es la culminación de un desarrollo de las
asociaciones humanas con una serie de etapas previas: casa (o familia), aldea y ciudad (estado o
polis):
a) La Familia: Según Aristóteles hay dos instintos primarios que llevan a los hombres a
asociarse entre sí: a) el instinto de reproducción (hombre-mujer), y b) el instinto de
conservación, que reúne a los hombres para prestarse ayuda mutua (amo-esclavo). Pues
bien, la familia, a la que Aristóteles llama casa, es la comunidad primitiva, natural, que
surge para cubrir las necesidades básicas y cotidianas de los hombres. Está constituida
por los miembros de la familia con vínculos de sangre (marido, mujer e hijos), juntamente
con los esclavos y ciertas posesiones (animales de labranza y campos). La familia es
también la unidad económica básica.
b) La Aldea: Surge del agrupamiento de varias familias por las ventajas que el número de
personas lleva consigo respecto de la seguridad personal y de la división del trabajo. En la
aldea, expansión también natural de la familia, se busca y se procura ya algo más que la
satisfacción de las necesidades cotidianas de subsistencia.
c) La Ciudad: De la unión de varias aldeas surge el estado, una comunidad mayor, y fin al
que por naturaleza tienden todos los agrupamientos humanos. Se caracteriza por:
o
Autarquía o autosuficiencia, pues al contrario que la familia y la aldea, la ciudad
es lo suficientemente grande para bastarse a sí misma;
o
Surge como la familia y la aldea para asegurarse la vida y satisfacer las
necesidades básicas, pero –y este es un rasgo muy importante en Aristótelessubsiste para satisfacer otro deseo: el de vivir bien. En este punto Aristóteles
vuelve, nuevamente, a criticar a Platón, quien al definir el origen de la sociedad
por la división del trabajo y el intercambio de bienes, tuvo el error de indicar sólo
las condiciones materiales y no la verdadera naturaleza, es decir, la causa final de
la sociedad: la sociedad para Aristóteles no sirve sólo para vivir, sino también, y
sobre todo, para vivir bien. Este vivir bien comprende para Aristóteles dos cosas:
- Actividad y desarrollo moral. El estado, más que la familia y la aldea, es el
campo más adecuado para la actividad moral porque ofrece una mayor variedad
de situaciones y relaciones en las que pueden ejercitarse las virtudes morales.
- Actividad y desarrollo intelectual. El estado ofrece también mayor campo para
la actividad intelectual, pues cada espíritu es más plenamente estimulado por el
contacto con otros espíritus.
La adquisición, pues, de las virtudes éticas y dianoéticas que conllevan la perfección y la
felicidad humanas, sólo es posible en el seno de la polis. La auténtica tarea del estado será crear las
condiciones para que se dé esa vida buena y perfecta. He aquí otra diferencia con Platón: mientras
éste había diseñado las condiciones para un estado ideal justo, Aristóteles elaboró los fundamentos
para un estado feliz, es decir, un estado que garantizase el uso perfecto de las virtudes, tanto morales
como intelectuales.
En cualquier caso, tanto Platón como Aristóteles coinciden en:
102
-
identificar hombre bueno o virtuoso con el buen ciudadano, pues el hombre sólo se
moraliza en el seno de la sociedad;
-
resaltar la enorme importancia de la educación y considerarla como tarea propia del
estado. Según Aristóteles, la educación ha de empezar por el cuerpo, ya que éste y sus
apetencias se desarrollan antes que el alma y sus facultades; pero al cuerpo ha de
educársele con miras al alma, y a los apetitos con miras a la razón. Así, pues, la
educación es, ante todo y sobre todo, una educación moral.
Resumiendo:
-
-
El hombre es un ser social por naturaleza.
El estado hunde sus raíces en la naturaleza humana.
La naturaleza o esencia del estado (“qué es”) hay que buscarla no tanto en sus orígenes
(condiciones materiales para sobrevivir) como en su destino o fin (para qué). La
naturaleza coincide con el fin, pues éste no es sino la actualización plena de la
naturaleza.
El estado es el lugar donde se alcanza la perfección y felicidad del hombre.
En cuanto a los grupos humanos que configuran el estado o ciudad, Aristóteles habla de tres
clases sociales: esclavos; artesanos y labradores; guerreros, magistrados y sacerdotes.
a) Esclavos: Aristóteles considera la esclavitud como algo dado por naturaleza, pues por
naturaleza unos son libres y otros son esclavos, y la esclavitud para estos es algo justo y
conveniente. El esclavo es un “instrumento vivo” que no tiene más voluntad que la de su
amo. Carecen, junto a las mujeres y los niños, de los derechos de ciudadano.
b) Artesanos y labradores: Son igualmente necesarios, pero carecen también de los
derechos de ciudadanía por su falta de ocio o de tiempo libre –que les impide dedicarse a
las actividades de la ciudad- y porque, según Aristóteles, el trabajo manual rebaja el alma
y la torna inepta para alcanzar la virtud.
c) Guerreros: Son hombres libres y ciudadanos en el pleno sentido. Estos serán guerreros
durante su juventud, gobernantes o magistrados en su edad madura y sacerdotes en la
ancianidad.
Aristóteles define al ciudadano como aquel hombre al que corresponde el derecho de tomar
parte en la asamblea (Magistratura) y en la administración de la justicia. Y la ciudad es el lugar donde
se ejercen las funciones militares, administrativas y judiciales.
En cuanto a los tipos de constituciones o formas de gobierno, Aristóteles distingue varios
modelos y los clasifica en dos grandes grupos según el interés que persigan:
a) Formas de gobierno rectas o justas –buscan el bien común-:
-
Monarquía, o gobierno de uno solo.
Aristocracia, o gobierno de los mejores.
Politeia (república).
b) Formas de gobierno desviadas o injustas –buscan el propio interés-:
103
-
Tiranía, o desviación de la monarquía.
Oligarquía, o desviación de la aristocracia.
Demagogia -gobierno de los pobres-, o desviación de la politeia.
La mejor forma de gobierno para Aristóteles es la formada por ciudadanos de clase media –se
trata del famoso término medio de su ética aplicado a la política-, porque, a su parecer, la clase media
es la más estable, pues tanto los ricos como los pobres se inclinan a confiar en ella más que en
ninguna otra, de tal modo que la clase media no ha de temer ninguna coalición en contra suya.
104
COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA (4)
"Establezcamos que las disposiciones por las cuales el alma posee la verdad cuando
afirma o niega algo son cinco, a saber, el arte, la ciencia, la prudencia, la sabiduría y el
intelecto; pues uno puede engañarse con la suposición y con la opinión.
Qué es la ciencia, es evidente a partir de ahí -si hemos de hablar con precisión y no
dejarnos guiar por semejanzas-: todos creemos que las cosas que conocemos no pueden ser
de otra manera; pues las cosas que pueden ser de otra manera, cuando están fuera de nuestra
observación, se nos escapa si existen o no. Por consiguiente, lo que es objeto de ciencia es
necesario. Luego es eterno, ya que todo lo que es absolutamente necesario es eterno, y lo
eterno es ingénito e indestructible. Además, toda ciencia parece ser enseñable, y todo objeto
de conocimiento, capaz de ser aprendido. Y todas las enseñanzas parten de lo ya conocido,
como decíamos también en los Analíticos, unas por inducción y otras por silogismo. La
inducción es principio, incluso, de lo universal, mientras que el silogismo parte de lo
universal. De ahí que haya principios de los que parte el silogismo que no se alcanzan
mediante el silogismo, sino que se obtienen por inducción. Por consiguiente, la ciencia es un
modo de ser demostrativo y a esto pueden añadirse las otras circunstancias dadas en los
Analíticos; en efecto, cuando uno está convencido de algo y le son conocidos sus principios,
sabe científicamente; pues si no los conoce mejor que la conclusión, tendrá ciencia sólo por
accidente. Sea, pues, especificada de esta manera la ciencia.
Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1139b 15- 1141b 5. Traducción de Julio Pallí Bonet,
Editorial Gredos, Madrid, 1985.
CUESTIONES
1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados.
2. Expón la teoría aristotélica sobre el conocimiento.
3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Aristóteles.
4. Relaciona la doctrina aristotélica sobre el conocimiento con otro planteamiento
gnoseológico que conozcas como, por ejemplo, el de Platón, S. Agustín, Descartes, , Kant,
Marx o Nietzsche.
5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar
para tu concepción del conocimiento.
105
COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA(5)
En efecto: dado que, como ya hemos dicho, la entidad se entiende de tres maneras -bien
como forma, bien como materia, bien como el compuesto de ambas y que, por lo demás, la
materia es potencia mientras que la forma es entelequia y puesto que, en fin, el compuesto de
ambas es el ser animado, el cuerpo no constituye la entelequia del alma, sino que, al
contrario, ésta constituye la entelequia de un cuerpo. Precisamente por esto están en lo cierto
cuantos opinan que el alma ni se da sin un cuerpo ni es en sí misma un cuerpo. Cuerpo,
desde luego, no es, pero sí, algo del cuerpo, y de ahí que se dé un cuerpo y, más
precisamente, en un determinado tipo de cuerpo: no como nuestros predecesores que la
endosaban en un cuerpo sin preocuparse de matizar en absoluto en qué cuerpo y de qué
cualidad, a pesar de que ninguna observación muestra que cualquier cosa al azar pueda
recibir al azar cualquier cosa. Resulta ser así, además, por definición: pues en cada caso la
entelequia se produce en el sujeto que está en potencia y, por tanto, en la materia adecuada.
Así pues, de todo esto se deduce con evidencia que el alma es entelequia y forma de aquel
sujeto que tiene la posibilidad de convertirse en un ser de tal tipo.
Aristóteles, Acerca del alma, 413a 20-414a 25. Traducción de Tomás Calvo Martínez.
Editorial Gredos, Madrid, 1978.
CUESTIONES
1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados.
2. Expón la teoría aristotélica sobre el hombre.
3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Aristóteles.
4. Relaciona la doctrina aristotélica sobre el hombre con otro planteamiento
antropológico que conozcas como, por ejemplo, el de Platón, S. Agustín, Descartes, Kant,
Marx o Nietzsche.
5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar
para tu concepción del hombre.
106
COMENTARIO DE TEXTO DE FILOSOFÍA(6)
Decir que la felicidad es lo mejor parece ser algo unánimemente reconocido, pero, con
todo, es deseable exponer aún con más claridad lo que es. Acaso se conseguiría esto, si se
lograra captar la función del hombre. En efecto, como en el caso de un flautista, de un
escultor y de todo artesano, y en general de los que realizan alguna función o actividad
parece que lo bueno y el bien están en la función, así también ocurre, sin duda, en el caso del
hombre, si hay alguna función que les es propia. ¿Acaso existen funciones y actividades
propias del carpintero, del zapatero, pero ninguna del hombre, sino que éste es por naturaleza
inactivo? ¿O no es mejor admitir que así como parece que hay alguna función propia del ojo
y de la mano y del pie, y en general de cada uno de los miembros, así también pertenecería al
hombre alguna función aparte de éstas? ¿Y cuál, precisamente, será esta función? El vivir,
en efecto, parece también común a las plantas, y aquí buscamos lo propio. Debemos, pues,
dejar de lado la vida de la nutrición y crecimiento, Seguiría después la sensitiva, pero parece
que también ésta es común al caballo, al buey y a todos los animales. Resta, pues, cierta
actividad propia del ente que tiene razón. Pero aquél, por una parte, obedece a la razón, y por
otra, la posee y piensa. Y como esta vida racional tiene dos significados, hay que tomarla en
sentido activo, pues parece que primordialmente se dice en esta acepción. Si, entonces, la
función propia del hombre es una actividad del alma según la razón, o que implica la razón, y
si, por otra parte, decimos que esta función es específicamente propia del hombre y del
hombre bueno, como el tocar la cítara es propio de un citarista, y así en todo, añadiéndose a
la obra la excelencia queda la virtud (pues es propio de un citarista tocar la cítara y del bien
citarista tocarla bien), siendo esto así, decimos que la función del hombre es una cierta vida,
y ésta es una actividad del alma y unas acciones razonables, y la del hombre bueno estas
mismas cosas bien y hermosamente, y cada uno se realiza bien según su propia virtud; y si
esto es así, resulta que el bien del hombre es una actividad del alma de acuerdo con la virtud,
y si las virtudes son varias, de acuerdo con la mejor y más perfecta, y además en una vida
entera. Porque una golondrina no hace verano, ni un solo día, y así tampoco ni un solo día ni
un instante (bastan) para hacer venturoso y feliz."
Aristóteles, Ética a Nicómaco, 1097 a 10- 1098 a 20. Traducción de Julio Pallí Bonet.
Editorial Gredos, Madrid, 1985.
CUESTIONES
1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados.
2. Expón la ética aristotélica.
3. Describe brevemente el contexto cultural en que vivió Aristóteles.
4. Relaciona la doctrina moral aristotélica con otro planteamiento ético que conozcas
como, por ejemplo, el de Platón, Santo Tomás, Kant, Marx, Nietzsche.
5. Escribe un breve ensayo sobre algún problema que el texto te haya dado que pensar
para tu concepción de la moral
107
HELENISMO
108
Desde Aristóteles, a finales del siglo IV a. de C., hasta los principios de la Edad
Media, alrededor del año 400 d. de C.
Aristóteles murió en el año 322 a. de C., grandes cambios políticos, conquista de
Alejandro Magno (356-323). Aristóteles fue profesor del joven Alejandro. Con sus muchas
batallas unió la civilización griega con Egipto y todo el Oriente hasta la India. Este periodo
que duró unos 300 años, se suele llamar el Helenismo (De hellein, hablar en griego). Con
“helenismo” se entiende tanto la época como la cultura predominantemente griega que
dominaba en los tres reinos helenísticos: Macedonia, Siria y Egipto.
A partir del año 50 a. de C. aproximadamente, Roma fue conquistando uno por uno
todos los reinos Helenos, y comenzó a imponerse la cultura romana y la lengua latina desde
España por el oeste, adentrándose mucho en Asia por el este. Comienza la época romana, o la
Antigüedad tardía.
RELIGIÓN, FILOSOFÍA Y CIENCIA
Ahora las distintas culturas se mezclan en un crisol de ideas religiosas, filosóficas y
científicas.
Surgieron varias nuevas religiones que recogían dioses e ideas de algunas de las
antiguas naciones. Esto se llama sincretismo, o mezcla de religiones.
Esa parte de la Antigüedad estaba, en términos generales, caracterizada por la duda
religiosa, la desintegración religiosa y el pesimismo. “El mundo está viejo”, se decía.
Una característica común de las nuevas religiones del helenismo era que solían tener
una teoría, a menudo secreta, sobre como las personas podían salvarse de la muerte. Además,
de una serie de ritos para alcanzar un alma inmortal y una vida eterna.
Pero también la filosofía se movía cada vez más hacia la salvación y el consuelo.
De esta manera se borraron los límites entre religión y filosofía.
En general podemos decir que la filosofía helenística era poco original.
La filosofía helenística continuó trabajando en ideas y planteamientos tratados por
Sócrates, Platón y Aristóteles. Intentaban buscar la manera más digna y mejor de vivir y de
morir para los seres humanos. Es decir, se trataba de la ética. ¿En qué consiste la verdadera
felicidad y cómo la podemos conseguir?
LOS CÍNICOS
La filosofía cínica, fundada por Antístenes en Atenas alrededor del año 400 a. de C.
Había sido alumno de Sócrates.
Los cínicos enseñaron que la verdadera felicidad no depende de cosas externas tales
como el lujo, el poder político o la buena salud. La verdadera felicidad no consiste en
depender de esas cosas tan fortuitas y vulnerables, y precisamente porque no depende de esas
cosas puede ser lograda por todo el mundo. Además no puede perderse cuando ya se ha
conseguido.
El más famoso de los cínicos fue Diógenes, discípulo de Antístenes. Se decía de él
que habitaba en un tonel y que no poseía más bienes que una capa, un bastón y una bolsa de
pan.
Los cínicos opinaban que el ser humano no tenía que preocuparse por su salud. Ni
siquiera el sufrimiento y la muerte debían dar lugar a la preocupación. De la misma manera
tampoco debían preocuparse por el sufrimiento de los demás.
109
LOS ESTOICOS
Los cínicos tuvieron importancia para la filosofía estoica, que nació en Atenas
alrededor del año 300 a. de C. Su fundador fue Zenón, que se unió a los cínicos después de
un naufragio. El nombre “estoico” viene de la palabra griega para pórtico (stoa).
Como Heráclito, los estoicos opinaban que todos los seres humanos formaban parte
de la misma razón universal o “logos”. Pensaban que cada ser humano es como un mundo en
miniatura, un “microcosmos”, que a su vez reflejo de “macrocosmos”.
Esto condujo a la idea de que existe un derecho universal, el llamado “derecho
natural”. Debido a que el derecho natural se basa en la eterna razón del ser humano y del
universo, no cambia según el lugar o el tiempo. En este punto tomaron partido por Sócrates y
contra los sofistas.
El derecho natural es aplicable a todo el mundo, también a los esclavos.
De la misma manera que los estoicos borraron la diferencia entre el individuo y el
universo, y también rechazaron la idea de un antagonismo entre espíritu y materia. Según
ellos solo hay una naturaleza. Esto se llama monismo (contrario, por ejemplo, al claro
“dualismo” o bipartición de la realidad de Platón).
Los estoicos eran “cosmopolitas”. Señalaban como muy importante la comunidad de
la humanidad, se interesaron por la política y varios de ellos fueron hombres de Estado en
activo, por ejemplo el emperador romano Marco Aurelio (121-180 d. de C.). Cicerón fue
quién formuló el concepto de humanismo, es decir esa idea que coloca el individuo en el
centro. El estoico Séneca (4 a. de C.-65 d. de C.) dijo unos años más tarde que “el ser
humano es para el ser humano algo sagrado”.
Los estoicos subrayaron además que todos los procesos naturales, tales como la
enfermedad y la muerte, siguen las inquebrantables leyes de la naturaleza. Por tanto, el ser
humano ha de conciliarse con su destino. Nada ocurre fortuitamente, decían. Todo ocurre por
necesidad y entonces sirve de poco quejarse cuando el destino llama a la puerta. El ser
humano también debe reaccionar con tranquilidad ante las circunstancias felices de la vida;
en esta idea se nota el parentesco con los cínicos, que decían que todas las cosas externas les
eran indiferentes. Incluso hoy en día hablamos de una “tranquilidad estoica” cuando una
persona no se deja llevar por sus sentimientos.
LOS EPICÚREOS
A Sócrates le interesaba ver cómo los seres humanos podían vivir una vida feliz.
Tanto los cínicos como los estoicos le interpretaron en el sentido de que el ser humano
debería librarse de todo lujo material. Pero Sócrates también tenía un alumno, que se llamaba
Aristipo, que se pensaba que la meta de la vida debería ser conseguir el máximo placer
sensual. “El mayor bien es el deseo”, dijo, “el mayor mal es el dolor”. De esta manera, quiso
desarrollar un arte de vivir que consistía en evitar toda clase de dolor. (La meta de los cínicos
y estoicos era aguantar toda clase de dolor, lo cual es muy diferente a centrar todos los
esfuerzos en evitar el dolor.)
Epicuro (341-270 a. de C.) fundó alrededor del año 300 una escuela filosófica en
Atenas (la escuela de los epicúreos). Desarrolló la ética del placer de Aristipo y la combinó
con la teoría atomista de Demócrito.
Se dice que los epicúreos se reunían en un jardín, razón por la cual se les llamaba “los
filósofos del jardín”. Se dice que sobre la entrada al jardín colgaba una inscripción con las
palabras “Forastero, aquí estarás bien. Aquí el placer es el bien primero”.
Epicuro decía que era importante que el resultado placentero de una acción fuera
evaluada siempre con sus posibles efectos secundarios (Empacho)
110
Epicuro también decía que un resultado placentero a corto plazo tiene que evaluarse
frente a la posibilidad de un placer mayor, más duradero o más intenso a más largo plazo
(Hacer deporte). Al contrario que los animales, los seres humanos tienen la posibilidad de
planificar su vida. Tienen la capacidad de realizar un “cálculo de placeres”.
No obstante, Epicuro señaló que el “placer” no tenía que ser necesariamente un placer
sensual, también pertenecen a esta categoría valores tales como la amistad y la
contemplación del arte. Condiciones previas para poder disfrutar de la vida eran los viejos
ideales griegos tales como el autodominio, la moderación y el sosiego, pues hay que frenar el
deseo. De esta manera también la calma nos ayudará a soportar el dolor.
Personas con angustia religiosa buscaban a menudo ayuda en el jardín de Epicuro. En
este aspecto la teoría atomista de Demócrito fue un recurso contra la religión y la
superstición. Para vivir una vida feliz es muy importante superar el miedo a la muerte. Para
esta cuestión, Epicuro se apoyó en la formulación de Demócrito de los “átomos del alma”.
“La muerte no nos concierne”, dijo Epicuro, así de simple. ”Pues, mientras existimos ,
la muerte no está presente. Y cuando llega la muerte nosotros ya no existimos.”
El mismo Epicuro resumió su filosofía liberadora en lo que llamó las “cuatro hierbas
curativas”:
A los dioses no hay que temerlos. La muerte no es algo de lo que haya que
preocuparse. Es fácil conseguir lo bueno. Lo terrible es fácil de soportar.
No constituía ninguna novedad en la cultura griega comparar la misión de la filosofía
con el arte médico. Aquí nos encontramos con la idea de que el ser humano se tiene que
equipar con un “botiquín de filosofía” que contenga cuatro medicinas importantes.
Al contrario que los estoicos, los epicúreos muestran poco interés por la política y la
vida social. “¡Vive en secreto!”, aconsejaba Epicuro. Quizás pudiéramos comparar su
“jardín” con las comunas de nuestro tiempo. También en estos días hay mucha gente que ha
buscado un refugio dentro de la gran sociedad.
Después de Epicuro muchos epicúreos evolucionan en dirección a una obsesión por el
placer. La consigna fue: “Vive el momento”. La palabra “epicúreo” se utiliza hoy en el
sentido despectivo de vividor.
EL NEOPLATONISMO
La corriente filosófica más destacable de la Antigüedad estaba inspirada, sobre todo,
en la teoría de las Ideas. Neoplatonismo.
El neoplatónico más importante fue Plotino (205-270 d. de C.), que estudió filosofía
en Alejandría, pero que luego se fue a vivir a Roma. Plotino se llevo a Roma una teoría sobre
la salvación que se convertiría en una seria competidora del cristianismo, cuando este
empezara a dejarse notar. Sin embargo, el neoplatonismo también ejercería una fuerte
influencia sobre la teología cristiana.
Platón distinguía entre el mundo de los sentidos y el mundo de las Ideas,
introduciendo así una clara distinción entre el alma y el cuerpo del ser humano. El ser
humano es, según él, un ser dual. Nuestro cuerpo consta de tierra y polvo como todo lo
demás perteneciente al mundo de los sentidos, pero también tenemos un alma inmortal.
Plotino pensaba que el mundo estaba en tensión entre dos polos. En un extremo se
encuentra la luz divina, que él llama “Uno”. Otras veces la llama “Dios”. En el otro extremo
está la oscuridad total, adonde no llega nada de la luz del Uno. Ahora bien, el punto clave de
Plotino es que esta oscuridad, en realidad, no tiene existencia alguna. Se trata simplemente de
una ausencia de luz, es algo que no es. Lo único que existe es Dios o el Uno; y de la misma
manera que una fuente de luz se va perdiendo gradualmente en la oscuridad, existe en algún
sitio un límite donde ya no llegan los rayos de luz divina.
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Según Plotino el alma está iluminada por la luz del Uno, y la materia es la oscuridad,
que en realidad no tiene existencia alguna. Pero también las formas de la naturaleza tienen un
débil resplandor del Uno.
La realidad es una hoguera donde lo que arde es Dios, y la oscuridad de fuera es la
materia fría de la que están hechos los seres humanos y los animales. Más cerca de Dios
están las ideas eternas, que son las formas originarias de todas las criaturas. Ante todo, es el
alma del ser humano lo que es una “chispa de la hoguera”, pero también por todas partes en
la naturaleza brilla algo de la luz divina. La vemos en todos los seres vivos, más lejos del
Dios vivo está la tierra, el agua y la piedra.
Pero donde más cerca de Dios podemos estar es nuestra propia alma. Solo allí
podemos unirnos con el gran misterio de la vida. En muy raros momentos podemos incluso
llegar a sentir que nosotros mismos somos el misterio divino.
Las metáforas utilizadas por Plotino recuerdan al mito de la caverna de Platón.
Cuando más nos acercamos a la entrada de la caverna, más nos acercaremos a todo aquello
de lo que procede lo que existe. Pero al contrario de la clara bipartición de Platón de la
realidad, las ideas de Plotino están caracterizadas por la unidad. Todo es Uno, porque todo es
Dios. Incluso las sombras al fondo de la caverna tienen un tenue resplandor del Uno.
Alguna vez en su vida Plotino tuvo la experiencia de ver su alma fundirse con Dios. A
eso lo solemos llamar una experiencia mística.
MISTICISMO
La idea es que lo que habitualmente llamamos “yo” no es nuestro verdadero yo.
Durante brevísimos momentos podemos llegar a sentirnos fundidos con un yo mayor, por
algunos místicos llamado “Dios”, por otros “alma universal”, “naturaleza universal” o
“universo”. En el momento de la fusión, el místico tiene la sensación de “perderse a sí
mismo”, cuando se mezcla con el mar. Te pierdes a ti mismo en la forma que tiene en ese
momento, pero al mismo tiempo comprendes que en realidad eras algo mucho más grande.
Tú eres todo el universo; tú eres el alma universal, tú eres Dios. Tu verdadero yo, es según
los místicos una especie de fuego maravilloso que arde eternamente.
A veces el místico tiene que recorrer “el camino de la purificación y de la
iluminación” en el encuentro con Dios. Este camino consiste en una vida sencilla y diversas
técnicas de meditación. De repente el místico ha alcanzado la meta, y él o ella exclama: “Soy
Dios” o “Soy Tú”.
En el misticismo occidental, es decir dentro del judaísmo, cristianismo e Islam, el
místico subraya que el Dios con el que se encuentran es un Dios personal. Aunque Dios está
presente en la naturaleza y en el alma del ser humano, al mismo tiempo está también muy por
encima del mundo. En el misticismo oriental, es decir dentro del hinduismo, budismo y
religión china, es más habitual subrayar el encuentro entre el místico y Dios, o “alma
universal”, como una fusión total. “Yo soy el alma universal”, diría este místico, o “yo soy
Dios”. Porque Dios no solamente está presente en el mundo, es que no está en ninguna otra
parte.
Una persona que ha contribuido a traer las ideas del hinduismo a Occidente, el swami
Vivekananda.
Una experiencia mística también puede tener importancia para la ética. “Debes amar a
tu prójimo como a ti mismo, porque tú eres tu prójimo. Es ilusión hacerte creer que tu
prójimo es algo diferente a ti mismo”.
Personas modernas que no pertenecen a ninguna religión han tenido de repente lo que
llaman “conciencia cósmica” o “ sensación oceánica”. Han tenido la sensación de haber sido
arrancados del tiempo y han visto el mundo “bajo el prisma de la eternidad”.
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FILOSOFÍA II
2º BACHILLERATO
FILOSOFÍA
ANTIGUA
1ª EVALUACIÓN
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