1.1 Introducción - MEED Comunicación

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Monografía 3- Estimación del riesgo en el Cáncer de Próstata.
(Del cribado a la prevención y a la estratificación por grupos de
riesgo).
Dr. J. Rubio-Briones y Dr. A. Borque
1. Modelos Pronósticos de Riesgo de Cáncer de
Clasificaciones por grupos de Riesgo tras su diagnóstico.
Próstata
y
1.1 Introducción
En este apartado revisaremos dos aspectos relacionados con las etapas
iniciales del diagnóstico del cáncer de próstata:
 Los modelos pronósticos existentes sobre el riesgo de padecer un
cáncer de próstata.
 Las clasificaciones por grupos de riesgo que se establecen tras el
diagnóstico inicial de un cáncer de próstata.
Nuestro objetivo no es sólo enumerar los distintos modelos pronósticos
existentes, sus variables predictivas consideradas o su método de uso, sino a
su vez establecer los parámetros de análisis crítico que deben regir estos
modelos predictivos para ser evaluados con criterios objetivos.
Es por ello que este apartado desarrollará tres aspectos prácticos:
 Cómo evaluar un modelo predictivo.
 Qué modelos predictivos existen para estimar el riesgo de padecer un
cáncer de próstata.
 Qué modelos clasificatorios existen para pronosticar el riesgo tras un
diagnóstico inicial de cáncer de próstata.
1.2 Evaluación de un modelo predictivo.
1.2.1 Asociación y no causalidad:
Conceptualmente los modelos predictivos se construyen a partir de
identificar una asociación entre unas determinadas variables predictivas y una
variable resultado.
Establecida esa asociación, ésta es ponderada individualmente en
relación a cada una de las variables predictivas, supuestamente
independientes, y sus eventuales categorías, y la conjunción de esos riesgos
independientes en un paciente concreto nos aporta el dato numérico final del
1
riesgo del evento; todo ello tras formulaciones matemáticas más o menos
complejas.
Queda pues establecido que estos modelos se construyen a partir de
evidenciar la asociación entre una variable predictiva y el evento, pero no
inherentemente a una causalidad. Este aspecto aparentemente banal resulta
trascendente pues no siempre es interpretado como tal.
Cuando en un modelo pronóstico a un paciente con un Gleason suma en
la biopsia de 8 ó superior le etiquetamos de un cáncer de próstata de alto
riesgo, resulta tentador establecer una causalidad entre su elevada
indiferenciación tumoral, su voracidad mitótica, su propensión a la invasión
vascular y su final diseminación sistémica y aparición de metástasis que
condiciona ese “alto riesgo”. Hemos inferido pues una relación “causal” entre el
Gleason 8 y su riesgo. Sin embargo los estudios que generan estos modelos
predictivos en ningún momento son estudios experimentales diseñados para
evidenciar esta causalidad, por muy conceptualmente plausible que ésta sea.
Son estudios de asociación, y ello quedará mucho más patente si en lugar de
interpretar la variable Gleason evaluamos la variable antígeno prostático
específico (PSA). En este sentido un PSA superior a 20 ng/mL se “asociará” a
un tumor de alto riesgo pero ¿es el factor causal de ese riesgo?, ¿el PSA es
responsable de su propensión a la diseminación sistémica o es la
consecuencia de un elevado volumen tumoral único o en diferentes implantes
sistémicos?, en éste último caso serán los implantes sistémicos los
responsables de su riesgo y el PSA elevado a consecuencia de ellos se
asociará al riesgo pero no será su “causa”.
Queda pues establecido que estos modelos pronósticos se basan en la
asociación pero no en la causalidad o, mejor dicho, no necesariamente en la
causalidad; pues es innegable que un factor causal influirá en el pronóstico y
quizás hayamos tenido la fortuna de escogerlo en nuestro estudio predictivo,
aunque su diseño no haya evidenciado su relación causal.
1.2.2 Parámetros de evaluación de un modelo pronóstico1.
Básicamente hemos de cuestionar un modelo predictivo a partir de los
siguientes filtros:
 Cuándo el modelo estima una probabilidad de ocurrencia del evento
para un paciente con unas determinadas características, ¿ocurre en la
realidad dicho evento en la misma frecuencia que la probabilidad
estimada?: Calibración.
 ¿Cuándo el modelo asigna probabilidades diferentes de un evento a
distintos sujetos, uno que lo desarrollará y otro que no, realmente estos
2
valores son capaces de distinguir a los sujetos en los que va a ocurrir el
evento de los que no?: Discriminación.
 ¿Tiene una verdadera trascendencia clínica conocer las probabilidades
numéricas de ocurrencia del evento?: Utilidad clínica.
1.2.2.1 Calibración
Coincidencia entre las probabilidades predichas del evento de interés y las
frecuencias reales observadas del mismo2.
Así supongamos un determinado paciente con su edad, PSA y tacto
rectal concretos, éste sujeto se somete a la “estimación” de un modelo
predictivo para conocer su riesgo de biopsia prostática positiva, y ésta “caja
negra” concluye que el sujeto tiene una probabilidad de biopsia positiva del
70%. Un modelo bien calibrado sería aquél en el que tras analizar a todos los
sujetos biopsiados con idénticos parámetros de edad, PSA y tacto rectal de
nuestro paciente, encontrara un cáncer de próstata en el 70% de ellos.
Habitualmente esta medida de la calidad de la predicción se presenta
mediante una gráfica en la que en el eje de abscisas se ubican las
probabilidades predichas y en el de ordenadas las frecuencias observadas
(Figura 1), se ordenan los sujetos en orden creciente por sus probabilidades
predichas, se agrupan en grupos generalmente de igual tamaño, y cada uno de
dichos grupos se representa en la gráfica ubicándolo por la media de las
probabilidades predichas del evento en cada grupo y la frecuencia observada
del mismo. Con ello se traza una recta-curva de calibración que une dichos
puntos y se determinan el punto de intersección con el eje de ordenadas que
equivale a la diferencia entre la media de las probabilidades predichas y la
media de las frecuencias observadas (“a”), y la pendiente de la recta que refleja
la media del efecto de los factores predictivos en el resultado (“b”). [y = a + b1x1
+ b2x2 + … + bixi]
La calibración perfecta es aquélla cuya intersección cobra valor “0” y la
pendiente “1”.
3
Mal calibrado:
Bien calibrado
Frecuencia Observada (Realidad)
Infravalora la realidad
Mal calibrado:
a
Sobrevalora la realidad
Probabilidad Predicha (Modelo predicitivo)
Figura 1: Gráfico de Calibración
1.2.2.2 Discriminación
Probabilidad de clasificación correcta de un par de pacientes en el que uno de
ellos tiene el evento de interés y el otro no2.
En realidad se trata de que supuestos dos pacientes que entran a
nuestra consulta uno de ellos con un cáncer de próstata y otro sin él, si la
capacidad de discriminación de un modelo predictivo es del 70%, ello quiere
decir que aceptando que a cada uno de ellos con sus variables de edad, PSA y
tacto rectal el modelo le asignará una determinada probabilidad de padecer un
cáncer de próstata. El modelo asignará un riesgo mayor de padecer cáncer de
próstata al que realmente lo tiene en el 70% de los casos.
La capacidad de discriminación de un modelo predictivo se puede
analizar con la curva Receiver Operating Characteristic (ROC) y el área bajo la
curva (AUC: Area Under the Curve) para eventos de tipo binario. La estimación
no paramétrica (empírica) de la curva ROC es construida con un eje de abcisas
en el que se ubica la sensibilidad y en el de ordenadas “1 – especificidad”.
Para cada punto de corte de las posibles probabilidades predichas por el
modelo que nos permitiría separar entre eventos y no eventos, se calcula su
sensibilidad y “1 – especificidad”, uniendo luego todos estos puntos y
generando una curva de concavidad inferior, cuyo área por debajo se calcula y
4
esa es el AUC-ROC. Habitualmente se da el valor en tanto por 1 y basta con
multiplicarlo por 100 para obtener la probabilidad porcentual de acierto en la
discriminación (Figura 2).
La situación idílica es una AUC-ROC de 1 (100%) y la nula capacidad de
discriminación equivale a una AUC-ROC del 0,5 (50% de probabilidad de
acierto, que resulta equivalente a lanzar una moneda al aire como modelo
predictivo para nuestro pacientes). Entre el 0,5 ¿0.6? y 0,7 la capacidad
discriminativa empieza a ser aceptable, del 0,7 al 0,8 buena, y por encima del
0,8 excelente.
En el caso de que se trate de series temporales el parámetro de
evaluación de la capacidad de discriminación no será la AUC-ROC sino el
índice de concordancia, c-índex, que se interpreta exactamente igual que el
AUC-ROC.
Figura 2: Curvas ROC y área bajo la curva ROC (AUC-ROC)
5
Una característica fundamental del AUC es que no solo permite conocer
la capacidad de discriminación de un modelo, sino que es parámetro que
permite la comparación de distintos modelos predictivos. Este punto es
fundamental para encontrar nuevos marcadores de tipo biológico o genético
que permitan mejorar los modelos predictivos actuales.
En este sentido, la comparación del AUC no es la única medida para
analizar el aporte de nuevas variables predictoras. El índice de Reclasificación
Neta (NRI: Net Reclassification Index) y el índice de discriminación neta (IDI:
Integrated Discrimination Index) son dos parámetros formulados recientemente
que permiten analizar si una o varias nuevas variables pueden formar mejores
modelos predictivos cuando se adicionan a marcadores que ya tenían buena
capacidad de discriminación.
 Índice de Reclasificación Neta (NRI: Net Reclassification Index)3:
Fracción neta de las reclasificaciones en el sentido correcto mediante la
elección de diferentes modelos.
Cuando tenemos unos grupos de riesgo claramente establecidos para la
ocurrencia de un evento, un parámetro para estimar la mejora de un nuevo
modelo con respecto a otro ya existente, es el cálculo del porcentaje de
pacientes que ha pasado a reclasificar correctamente el nuevo modelo
después de su aplicación con respecto a los que clasificaba de modo adecuado
el modelo anterior. El índice NRI indica el porcentaje de pacientes con evento
que son reclasificados correctamente como de alto riesgo de sufrir dicho evento
para el nuevo modelo frente al anterior modelo predictivo, más el porcentaje de
pacientes sin evento que son reclasificados correctamente por el nuevo modelo
como de bajo riesgo.
Así por ejemplo si al cambiar un determinado modelo por la inclusión de
nuevas variables predictivas, un 5% de los pacientes afectos de cáncer de
próstata pasan a ser reclasificados como tales y un 7% de los no afectados
pasan a ser reclasificados como de bajo riesgo, el NRI de este nuevo punto de
corte es del “5% + 7% = 12%”.
Cuando los grupos de riesgo no están estandarizados se puede calcular
el índice NRI libre de categorías, que lo que plantea es el cálculo del porcentaje
de pacientes con evento que han aumentado su probabilidad de tener un
evento, más el porcentaje de pacientes sin evento que han reducido su
probabilidad de tener dicho evento.
6
Si en lugar de calcular el porcentaje de eventos y no eventos cuya
probabilidad aumenta en la dirección adecuada, calculamos la suma del
aumento de probabilidades neta para eventos más la disminución para no
eventos, tenemos el índice de discriminación neta (IDI: Integrated
Discrimination Index).
1.2.2.3 Utilidad Clínica
Finalmente resta comprobar si un modelo resulta clínicamente útil en
nuestra práctica asistencial, es decir si las predicciones arrojadas por el modelo
predictivo suponen una mejoría en nuestra toma de decisiones sobre los
pacientes. Este concepto pasa indefectiblemente por estimar puntos de corte,
es decir, dado un abanico de predicciones para cada una de las diferentes
combinaciones posibles de las variables predictivas, predicciones que se
ubicarán idealmente en el rango del 1 al 100% de ocurrir el evento, para
establecer el punto de corte óptimo de predicción por encima del cual
considerar a los pacientes como de alto riesgo y por debajo de él de bajo
riesgo.
Así por ejemplo en nuestro modelo predictivo de estimación de padecer
un cáncer de próstata, podemos estimar que tras evaluar edad, PSA y tacto
rectal todos aquellos pacientes con más de un 70% de riesgo de padecer un
cáncer de próstata son en realidad de “alto riesgo” y por tanto subsidiarios de
biopsia prostática y viceversa, éste sería nuestro punto de corte escogido.
Sin embargo es extremadamente complejo estimar el punto de corte
óptimo, pues son muchos los factores que entran en juego: ¿es igual de
trascendente un falso positivo que un falso negativo?, ¿cuál nuestra capacidad
de asunción de diagnósticos?,…
Para evidenciar la utilidad clínica de escoger un determinado punto de
corte sobre cada modelo se consideran habitualmente los siguientes
parámetros:
Esto lo tenemos que rehacer o discutir, tanto el NRI como el IDI son
parámetros sobre la validez del modelo que tienen que ver con la capacidad de
discriminación más que con la utilidad clínica. Ambos parámetros están muy
orientados a un caso claro, que es el estudio de nuevas variables predictivas, y
en concreto, que aportan estas nuevas variables para mejorar un modelo
predictivo. Nos basamos en tener ya un modelo y queremos ver que nos aporta
añadir una o varias nuevas variables predictivas. No deberías meterlo con la
utilidad clínica.
7
 Beneficio Neto4:
Suma ponderada de las clasificaciones positivas verdaderas.
Este parámetro nos da una idea de la utilidad clínica del modelo, intenta
ponderar el efecto de las buenas clasificaciones que aporta el modelo (VP) y el
de las clasificaciones falsas positivas dándoles una ponderación “w”, así el
Beneficio Neto (BN) se computa del siguiente modo: [BN = (VP – w*FP) / N].
o
o
o
o
VP: verdaderos positivos
FP: falsos positivos
N: número total de pacientes
w: ponderación de los falsos positivos: este valor se calcula a partir del
punto de corte escogido en tanto por 1, estableciendo un cociente entre
el daño de tratar a un falso positivo y el beneficio de tratar a los
verdaderos positivos, derivados de aplicar un determinado punto de
corte.
Así, supuesto un punto de corte del 70%, w = 0,7 / (1 - 0,7) = 2,3.
A partir de aquí conocidos los VP, FP y N de nuestro modelo, podremos
calcular el beneficio neto de aplicar el punto de corte del 70%. La interpretación
del resultado (BN) es el porcentaje de pacientes que se beneficiarán de un
tratamiento adecuado al ser correctamente identificados con respecto a la
decisión de tratar a todos con el mismo protocolo.
 Curvas de Decisión5:
Beneficios netos obtenidos según la aplicación de diferentes puntos de corte.
Como la decisión de un determinado punto de corte puede no ser
unánime, Vickers et al5 idearon una representación gráfica en la que ubican en
el eje de abscisas diferentes puntos de corte y en el de ordenadas el beneficio
neto derivado de aplicar cada uno de los diferentes puntos de corte. Es
importante recordar que el valor del AUC nos informa de la capacidad de
discriminación del modelo, pero no nos proporciona un punto de corte a partir
del cual se pueda clasificar a los pacientes como de alto o bajo riesgo. El índice
de Youden es un valor que consigue el mejor punto de corte en cuanto al
equilibrio sensibilidad-especificidad, pero no siempre son igualmente
interesantes la correcta clasificación de ambas categorías. Sin embargo, la
curva de decisión nos permite analizar la ventaja de aplicar el modelo para
distintas separaciones entre pacientes de bajo y alto riesgo. Esto nos
proporciona un catálogo de valores para los cuáles el modelo nos proporciona
una buena separación entre los grupos, de manera que el criterio clínico sobre
el mayor interés en clasificar a un grupo que llamaremos positivo, venga
avalado por la utilidad clínica del modelo cuantificado en su beneficio neto.
8
En estas gráficas se traza también la línea correspondiente al beneficio
neto derivado de tratar a todos los pacientes así como el de no tratar a
ninguno, circunstancia en la que evidentemente el BN será “0”. Así cuando la
línea de BN de nuestro modelo se separe de la de tratar a todos los puntos de
corte correspondientes empezarán a ser dignos de ser tenidos en
consideración, y del mismo modo cuando la línea de BN de nuestro modelo se
cruce con la de “BN = 0” resultado de no tratar a ninguno, los puntos de corte
correspondientes serán intrascendentes (Figura 3).
Estas Curvas de decisión de Vickers permiten comparar diferentes
modelos, podemos analizar para qué puntos de corte obtenemos un mayor
beneficio neto aplicando un modelo u otro, de manera que nos permite
identificar el mejor modelo en cada caso.
Beneficio
neto de tratar/
diagnosticar a todos
Beneficio neto de no tratar/diagnosticar a ninguno
Figura 3: Curva de decisión
Con todo lo expuesto hasta ahora hemos de ser capaces de enjuiciar un
modelo predictivo como para ver si las probabilidades del evento se
corresponden con la frecuencia con la que se observa en la realidad
(calibración), si el modelo asigna más riesgo del evento a quien lo tiene y
menos al que no lo tiene (discriminación), y cuál es el beneficio neto de aplicar
uno u otro punto de corte de la predicción (curvas de decisión).
Resta decir que cuando los modelos predictivos son validados sobre la
muestra con la que fue generado el modelo, suelen tender a cierto “optimismo”
en el cálculo de sus parámetros. Para evitar este sesgo, es conveniente
someter el modelo a una validación interna. Dicha validación supone analizar el
comportamiento del modelo en remuestreos de la base de datos original,
generalmente mediante técnicas de tipo, bootstrapping, y evaluar estos
parámetros. Finalmente en el mejor de los escenarios, el modelo predictivo es
validado en una muestra ajena a la que se usó para su génesis, es lo que se
9
conoce como validación externa y que nos evidencia la verdadera realidad
clínica del modelo.
Veamos a continuación los diferentes modelos predictivos publicados y
cómo se defienden de este enjuiciamiento metodológico.
1.3 Modelos Predictivos del Riesgo de padecer un Cáncer de Próstata6,7:
En la actualidad existen infinidad de modelos predictivos en el entorno
del cáncer de próstata e incluso ya no en la probabilidad de órganoconfinación, progresión bioquímica tras cirugía o radioterapia, o evolución hacia
o después de la quimioterapia, sino específicamente en lo que aquí nos ocupa,
en el riesgo de padecer un cáncer de próstata, bien en primera o en sucesivas
biopsias.
Hemos revisado las publicaciones disponibles en Medline cruzando
“prostate cancer” AND “biopsy” AND “predictive model” OR “nomogram” y a
partir de ello hemos configurado las siguientes dos tablas: en la Tabla 1 se
presentan los diferentes modelos predictivos identificados y las variables
predictivas incluidas en ellos; en la
Tabla 2 presentamos las características de validación de los mismos de
acuerdo a los parámetros anteriormente reseñados.
En esta exhaustiva revisión hemos analizado una treintena de modelos
identificados a través de la base de datos Medline, son muchas las variables
incluidas en los modelos que pudiéramos considerar clásicos al incluir variables
habituales como PSA, tacto rectal, PSA-libre y hallazgos de la ecografía
transrectal, tanto anomalías de imagen como volumetrías de zona transicional y
próstata global que permitan calcular PSAD o PSAD-Zona Transicional,
además de otras muchas (Tabla 1).
No debemos olvidar por otro lado la prometedora aparición de nuevos
marcadores como los pormenorizados en otro capítulo de esta misma
monografía (PCA3, (-2)proPSA/Prostate Health Index, gen de fusión
TMPRSS2-ERG) en avanzado estudio de aplicabilidad clínica y formando parte
de incipientes modelos pronósticos, tanto en forma de nomogramas
procedentes de modelos de regresión logística como dentro de redes
neuronales artificiales. Y otros en estudio como algunas de las restantes 12
kalicreínas hasta ahora identificadas al margen de las 3 inicialmente
identificadas, la citoquina inhibidora de macrófagos (MIC-1), el factor inhibidor
de la migración de macrófagos (MIF), la caveolina 1 (cav-1), la anexina A3
(ANXA3), o marcadores de metilación entre otros. Su inclusión en modelos
predictivos multivariantes ha obtenido prometedoras áreas bajo la curva ROC
10
con incluso valores de 0,89 a expensas de ulteriores validaciones externas y
evaluación del resto de parámetros, calibración y utilidad clínica38.
En definitiva nuestra revisión pretende:
 Detallar los diferentes modelos predictivos de la detección de un cáncer
de próstata mediante biopsia.
 Mostrar las variables incluidas en cada uno de ellos de modo que el
interesado en su aplicación conozca qué modelos son de aplicabilidad
en su medio, en función de la disponibilidad de parámetros predictivos.
 Y pormenorizar los parámetros de validez testados en dichos modelos
de acuerdo al paradigma previamente expuesto, constatando en líneas
generales que son infrecuentes sus validaciones externas así como que:
o El parámetro evaluado más habitualmente es la capacidad de
discriminación en forma del AUC-ROC.
o Algunos modelos describen gráficamente su calibración entre la
probabilidad predictiva de cáncer y la incidencia del mismo.
o Y excepcionalmente algunos, concretamente las más recientes
calculadoras de riesgo, examinan la utilidad clínica del modelo
mediante curvas de decisión
Concluir qué modelo es el mejor de entre todos ellos no es factible en
realidad, pues aún admitiendo que intuitivamente su parámetro de comparación
AUC-ROC es bastante similar entre ellos situando a algunos en la horquilla
superior del rango, lo realmente necesario para dirimir cuál de ellos es el mejor
sería enfrentarlos a una misma serie, idealmente la propia de cada entorno, y
tras ello, analizando el beneficio neto que arrojan las curvas de decisión, poder
conocer el de mayor beneficio neto para determinados puntos de corte. Esta
comparación no se ha hecho en líneas generales y empieza a hacerse en
algunos entornos concretos con las calculadoras de riesgo39.
11
Tabla 1: Modelos predictivos para la estimación de la existencia de cáncer de próstata en la biopsia: variables consideradas.
Modelos /
Variables
Optenberg
et al.8
Bababian
et al.9
Eastham et
al.10
Virtanen et
al.11
Finne et
al.12
Horninger
et al.13
Kalra et
al.14
Garzotto et
al.15
Finne et
al.16
Karakiewicz
et al.17
Porter et
al.18
Suzuki et
al.19
Thompson
et al.20
Chun et
al.21
Nam et al.22
van Vugt et
al.23
PSA
Edad
Tacto
Rectal
○
○
○
○
○
○
○
○
ECO
/
ECOTR
○
○
○
○
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○
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○
○
○
○
○
○
¿Biopsias
previas? /
AP
PSAv
Nº
cilindros
PSAComplex
IPSS /
Síntomas
Vasectomía
CPK
PAP
○
○
○
○
○
Raza
Antecedentes
CaP
○
○
○
○
PSAlibre
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○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
12
O’Dowd et
al.24
LópezCorona et
al.25
Remzi et
al.26
Yamke et
al.27
Chun et
al.28
Walz et
al.29
Snow et
al.30
Carlson et
al.31
Djavan et
al.32
Stephan et
al.33
Porter et
al.34
Matsui et
al.35
Benechi et
al.36
Yanke et
al.37
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
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○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
○
PSA: Antígeno prostático específico; PSAv: Velocidad de PSA; ECO / ECO-TR: hallazgos y medidas de ecografía abdominal o transrectal; CaP: Cáncer de próstata; AP:
Anatomía patológica (PIN de alto grado, ASAP); CPK: Creatín fosfokinasa; PAP: Fosfatasa ácida prostática; IPSS: International Prostate Symptom Score
13
Tabla 2: Modelos predictivos para la estimación de la existencia de cáncer de próstata en la biopsia: características y parámetros de validez.
Validación Interna
Modelos /
Variables
Año
Tipo
N
Optenberg et al.8
1997
Bababian et al.9
Eastham et al.10
Virtanen et al.11
Finne et al.12
Horninger et al.13
1998
1999
1999
2000
2001
Tabla de
probabilidad
Grupos de Riesgo
Nomograma
Red neuronal
Red neuronal
Red neuronal
Kalra et al.14
Garzotto et al.15
Finne et al.16
Karakiewicz et al.17
Porter et al.18
Suzuki et al.19
Thompson et al.20
2003
2003
2004
2005
2005
2006
2006
Chun et al.21
2007
Nam et al.22
2007
van Vugt et al.23
2012
O’Dowd et al.24
López-Corona et
al.25
2000
2003
Red neuronal
Nomograma
Red neuronal
Nomograma
Red neuronal
Nomograma
Calculadora de
riesgo1
Nomograma
Nomograma /
Calculadora de
riesgo2
Calculadora de
riesgo3
Nomograma
Nomograma
Validación Externa
Calibración
Discriminación
633
Gráfico
0,808
Curvas de
Decisión
--
Calibración
Discriminación
Gráfico
0,761
Curvas de
Decisión
--
151
700
212
656
3474
0,945
0,75
0,812
-No disponible
348
1239
1775
6469
3814
824
5519
-Gráfico
--No
disponible
---Gráfico
----
------
------
------
------
0,825
0,73
0,76
0,78
0,72 – 0,76
0,818
0,702 – 0,698
--------
---Gráfico
--Gráfico
---0,69921 - 0,77
0,72 – 0,76
-0,56 – 0,72
------Sí38,39,40,41,42
2900
Gráfico
0,767
--
Gráfico
0,727 – 0.755
--
3108
Gráfico
0,74 – 0,77
--
Gráfico
0,67 – 0,72
Sí42
3624
Gráfico
0,79
Sí
Gráfico
0,77
Sí41
813
343
-Gráfico
0,698
0,70
---
---
---
---
1
Prostate Cancer Prevention Trial Prostate Cancer Risk Calculator (PCPT-RC). http://deb.uthscsa.edu/URORiskCalc/Pages/uroriskcalc.jsp
Sunnybrook nomogram–based prostate cancer risk calculator (SRC). (http://sunnybrook.ca/content/?page=OCC_prostateCalc )
3
European randomized study of screening for prostate cancer - Risk Calculator (ERSP-RC). http://www.prostatecancer-riskcalculator.com/via.html
2
14
Remzi et al.26
Yamke et al.27
Chun et al.28
Walz et al.29
Snow et al.30
Carlson et al.31
2003
2005
2007
2006
1994
1998
Djavan et al.32
Stephan et al.33
Porter et al.34
Matsui et al.35
Benechi et al.36
Yanke et al.37
2002
2002
2002
2004
2006
2006
Red neuronal
Nomograma
Nomograma
Nomograma
Red neuronal
Tabla de
probabilidad
Red neuronal
Red neuronal
Red neuronal
Red neuronal
Red neuronal
Nomograma
820
230
2393
161
1787
3773
-Gráfico
Gráfico
Gráfico
-Gráfico
0,83
0,71
0,757
0,75
0,87
--
-------
--Gráfico
----
--0,743
----
-------
974
1188
319
228
1030
8851
-------
0,876 – 0,913
0,84 – 0,88
0,76
0,793
0,799
0,75
-------
-------
-------
-------
15
1.4 Modelos Pronósticos de Riesgo tras el diagnóstico de un Cáncer de
Próstata:
Tras ser diagnosticado un cáncer de próstata surge el siguiente dilema
en la toma de decisiones, estimar el pronóstico de nuestro paciente, su riesgo
diferenciado en función de las variables predictivas conocidas hasta el
momento.
Al margen de que los marcadores moleculares anteriormente referidos
tienen un interesante y amplio desarrollo en su implicación no solo diagnóstica
sino igualmente pronostica como ya se detalla en otro capítulo de esta misma
monografía, lo cierto es que las clasificaciones predictivas en cáncer de
próstata se estratifican habitualmente en base a tres parámetros muy
concretos: el valor del PSA, el estadio clínico de acuerdo a la clasificación
TNM, y la suma de Gleason de la biopsia.
Sobre estos tres parámetros se construyen las clasificaciones de riesgo
que habitualmente manejamos: grupos de riesgo de D’Amico, grupos de riesgo
de la National Cancer Comprehensive Network (NCNN), y los grupos de riesgo
de la Unión Internacional Contra el Cáncer (UICC)-TNM 2010 (Tabla 3).
Estos patrones clasificatorios se caracterizan porque:
a) Son relativamente fáciles de memorizar y por ende cualquier paciente
puede ser inmediatamente clasificado en el grupo correspondiente.
b) Son intuitivos, pues se basan en las variables habituales al uso y en su
coherente estratificación creciente, a mayor grado en cada variable,
mayor gravedad.
c) Se correlacionan en buena medida con el pronóstico.
Pero los modelos pronósticos no sólo se confeccionan como “Grupos de
riesgo” sino que igualmente existen nomogramas, modelos predictivos
multivariantes, relacionados con el pronóstico tras el diagnóstico y tratamiento
de un cáncer de próstata (Tabla 4). Igualmente son potencialmente evaluados
con el paradigma testado en el epígrafe 1 de este capítulo si bien recogiendo el
c-índex en lugar del AUC-ROC para estimar la discriminación del modelo al
tratarse de series temporales.
Al margen de que los grupos pronósticos resulten más intuitivos que los
modelos predictivos multivariantes, lo cierto es que los primeros presentan
algunas limitaciones58 y de hecho existen ya análisis comparativos como el que
Lughezzani et al59 realizaron sobre 1976 pacientes sometidos a prostatectomía
radical y en el que evaluaron la capacidad pronóstica de los grupos de riesgo
de D’Amico44, el índice CAPRA47 y el nomograma de Stephenson48 para
clasificar a los pacientes respecto a la supervivencia libre de recidiva
bioquímica (SLRB):
16
 En esta validación externa el c-índex de los Grupos de Riesgo de
D’Amico fue de un 70,4% frente a un 74,3% y 75,2% del índice CAPRA
y el nomograma de Stephenson.
 D’Amico y CAPRA levemente infraestimaron la realidad en las curvas de
calibración, mientras que el nomograma de Stephenson presentó una
ligera sobrestimación. Todas ellas intrascendentes en general pero sí
interesantes de conocer.
 Sí merece la pena recabar un aspecto práctico que aboga por el uso de
nomogramas o el índice CAPRA frente a la estratificación en Grupos de
Riesgo:
o Los Grupos de Riesgo de D’Amico establecen 3 estratos (Bajo
Riesgo, Riesgo Intermedio y Alto Riesgo). Ello hace que en esta
validación externa sobre 1976 pacientes las SLRB a 3 años sean
del 93%, 72% y 44% respectivamente, y a 5 años 85%, 60% y
30% para cada uno de esos grupos. Es decir que todos y cada
uno de los pacientes son encasillados en una de esas 3
posibilidades sin posibilidad de mayor individualización.
o El índice CAPRA ofrece 10 posibilidades de clasificación, si bien
los autores de esta validación comparativa los reclasificaron en 7
grupos pronósticos, las probabilidades de SLRB a 3 años no se
situaron en el rango anterior del 44 al 93% sino en uno mucho
más amplio e individualizable en 7 posibilidades y que iban del 24
al 91%, y a los 5 años del 8 al 85%.
o Y con el nomograma de Stephenson con 10 grupos posibles de
riesgo agrupados por sus deciles de probabilidad, el rango a 3
años iba del 13 al 94%, y a 5 años del 10 al 94%.
Con todo ello apreciamos que los parámetros de evaluación en esta
validación externa acreditan a estos modelos predictivos en el análisis global
de la serie de 1976 pacientes para predecir SLRB tras prostatectomía, pero
escogido un paciente individualmente, y eso es lo que ocurre en la práctica
clínica diaria, la estratificación de D’Amico para un Alto Riesgo le asignaría una
inconcreta probabilidad de SLRB a 3 años de un 44% en el peor de los
pronósticos mientras que si recurrimos al índice CAPRA o al nomograma de
Stephenson su predicción será mucho más concreta e individualizada y con
ello realista pudiendo llegar a ser de un ínfimo 24 ó 13% respectivamente. Lo
cual es mucho más útil y esclarecedor que el ambiguo y elevado 44% de SLRB
para el grupo de peor pronóstico.
Nuevamente hemos pretendido en este epígrafe recoger los diferentes
modelos pronósticos existentes tras el diagnóstico de cáncer de próstata,
pormenorizando las variables que incluyen como estimadores, y recogiendo
sus parámetros de validez interna y externa a través de su capacidad de
discriminación.
17
Escoger cuál es el mejor de todos ellos nuevamente pasa por el ejercicio
descrito anteriormente:
 Reconocer las variables predictivas a nuestro alcance para escoger los
modelos de nuestro interés.
 Y tras enfrentarlos a una misma serie, idealmente la nuestra, y aplicando
las curvas de decisión, identificar aquél con un mayor beneficio neto
para un determinado punto de corte en el caso de tratarse de modelos
pronósticos tipo nomogramas.
Si se trata de grupos de riesgo tipo D’Amico, NCCN, o UICC-TNM,
recordar que cuanto más simples (D’Amico, 3 escuetos grupos pronósticos)
más fáciles de recordar, pero cuanto “más complejos” y con ello más
posibilidades de estratificación (NCCN-2012, 5 grupos pronósticos; y UICCTNM 2010 igualmente 5 grupos pronósticos pues el grupo II se divide en otros
dos subgrupos IIA y IIB) realmente nuestros pacientes tendrán un grupo
clasificatorio más específico y ajustado y con él un pronóstico más exacto como
reflejaba el ejemplo práctico de Lughezzani et al59.
Tabla 3: Grupos pronósticos en cáncer de próstata.
Bajo Riesgo
Riesgo
Intermedio
Alto Riesgo
Muy Bajo Riesgo
Bajo Riesgo
Riesgo
Intermedio
Alto Riesgo
Muy Alto Riesgo
I
IIA
IIB
Grupos de Riesgo de D’Amico44
cT1c-cT2a
y Gleason < 7 y
PSA < 10 ng/mL.
cT2b
o
Gleason 7
o
PSA: > 10 y < 20 ng/mL.
cT2c
o Gleason > 7 o
PSA > 20 ng/mL.
Grupos de Riesgo NCCN-201245
cT1c y Gleason < 7 y PSA < 10 ng/mL. y < 3 cilindros de biopsia (+) con
< 50% afectado en cada uno y PSAD < 0,15 ng/mL/cc
cT1-cT2a
y
Gleason < 7
y
PSA < 10 ng/mL.
cT2b-cT2c
o
Gleason 7
o
PSA: 10-20 ng/mL.
cT3a
o
Gleason > 7
o
PSA > 20 ng/mL.
o bien 2 ó los tres parámetros del Riesgo Intermedio en un mismo
paciente
cT3b-cT4
o bien 2 ó los tres parámetros del Alto Riesgo en un mismo paciente
Grupos Pronósticos UICC/TNM-201046
T1a-c
N0
M0
PSA < 10
Gleason < 7
T2a
N0
M0
PSA < 10
Gleason < 7
T1-T2a
N0
M0
PSA X
Gleason X
T1a-c
N0
M0
PSA < 20
Gleason = 7
T1a-c
N0
M0
10 < PSA <
Gleason < 7
20
T2a
N0
M0
PSA < 20
Gleason < 8
T2b
N0
M0
PSA < 20
Gleason < 8
T2b
N0
M0
PSA X
Gleason X
T2C
N0
M0
Cualquier
Cualquier
PSA
Gleason
18
III
IV
T1-T2
N0
M0
PSA > 20
T1-T2
N0
M0
T3a-b
N0
M0
T4
N0
M0
Cualquier
T
Cualquier
T
N1
M0
Cualquier
N
M1
Cualquier
PSA
Cualquier
PSA
Cualquier
PSA
Cualquier
PSA
Cualquier
PSA
Cualquier
Gleason
Gleason > 7
Cualquier
Gleason
Cualquier
Gleason
Cualquier
Gleason
Cualquier
Gleason
Tabla 4: Modelos pronósticos tras tratamiento en cáncer de próstata.
Autor
Año
NCCN
TNM-2010
D’Amico et
al.44,†
Cooperberg et
al.47,‡
Stephenson et
al.51
D’Amico et al.49
Walz et al.50
Stephenson et
al.51
Suardi et al.52
Pisansky et al.53
D’Amico et al.44
Kattan et al.56
Estimació
n
N
Variables
Estratificación de Riesgos (independientemente del tratamiento propuesto)
2011 --- Gleason-Bx, Estadio clínico, PSA
2010 --- Gleason-Bx, Estadio clínico, PSA
Predicción preoperatoria de Recidiva Bioquímica
1998 A 3 y 5 años
888 Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA
76%
75,2 – 79%
--
--
--
82%
86%
79 – 81%
77 –
81%
78 - 86%
--
--
1998
2000
-73%
-76%
71%
--
A 3 y 5 años
A 5 años
143
9
197
8
D’Amico et al.49
1998
2001
A 5 años
920
2010
A 9 años
593
1
†
--
66%
A 3 y 5 años
2007
Potters et al.57
---
Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA,
Edad, % de biopsia positiva
2006 A 1 y 10
Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA,
años
Año de intervención, Número de
cilindros positivos y negativos
Predicción postoperatoria de Recidiva Bioquímica
1998 A 2 años
862 Gleason-Bx., Estadio patológico,
PSA, Márgenes quirúrgicos
2009 A 2 años
291 Gleason-Bx., Estadio patológico,
1 PSA, Márgenes quirúrgicos
2005 A 10 años
188 Gleason-Bx., Estadio patológico,
1 PSA, Márgenes quirúrgicos, Año de
intervención
2008 A 5, 10, 15 y
601 Gleason-Bx., Estadio patológico,
20 años
Márgenes quirúrgicos, Tipo de
cirugía, Radioterapia adyuvante
Predicción pre-Radioterapia externa de Recidiva Bioquímica
1997 A 5 años
500 Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA
2005
Zelefsky et al.55
Kattan et al.
---
65,5 –
70,4%
68 – 81%
Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA
Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA,
Hormonoterapia neoadyuvante, Dosis
de radioterapia
A 5 y 10
225 Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA,
años
3 Hormonoterapia neoadyuvante, Dosis
de radioterapia
Predicción pre-Braquiterapia de Recidiva Bioquímica
A 5 años
218 Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA
56
Discriminación
Interna Extern
a
766
104
2
Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA,
Radioterapia externa
Gleason-Bx., Estadio clínico, PSA,
Isótopo, Dosis mínima al 90% de
próstata, Radioterapia externa
--
--
--
61 – 64%
71%
--
“Grupos de Riesgo de D’Amico”; ‡ “Índice CAPRA: Cancer of the Prostate Risk Assessment”
19
1.5 Conclusiones
Tanto en lo que atañe a los modelos predictivos de biopsia positiva como a los
modelos pronósticos tras el diagnóstico de cáncer de próstata:
 Existen múltiples modelos actualmente disponibles en formato de
nomogramas o calculadoras de riesgo disponible on-line.
 Idealmente deberíamos escoger aquéllos que testados en nuestro medio
presenten:
o Una buena capacidad de discriminación.
o Deberemos conocer cuál es su calibración para saber si
sobrestiman o infraestiman la realidad.
o Y el punto de corte discriminatorio entre pacientes a biopsiar o no,
o tratar de uno u otro modo debería escogerse mediante el
beneficio neto obtenido en la curvas de decisión.
 Si no es factible realizar la validación en nuestro medio, una buena
opción sería en atención a la literatura escoger un modelo:
o Cuyas variables predictivas estén disponibles en nuestro medio.
o Y daremos por válidas las validaciones externas (calibración,
discriminación y curvas de decisión / puntos de corte) publicados
por otras series.
20
2.-VIGILANCIA ACTIVA EN CANCER DE PROSTATA
2.1-INTRODUCCIÓN; SOBREDETECCIÓN DE CÁNCER EN LOS PROGRAMAS DE
SCREENING
Sobrediagnosticar un cáncer es determinar que un cáncer no va a causar
muerte ni sintomatología alguna al paciente. ¿Qué urólogo no ha tenido la sensación
de haber fastidiado la vida a una persona física y mentalmente sana, por la noticia de
padecer un cáncer de próstata sabiendo que esto no era así? La respuesta es fácil;
cualquier urólogo que no se dedique a la oncología.
Pero la única certeza de que este cáncer ha sido sobrediagnosticado es cuando
paciente muere sin síntomas por otra causa. Entre el diagnóstico de un cáncer y
muerte del paciente, discurren de forma arbitraria el sobretratamiento,
infravaloración de cáncer clínicamente relevante, y lo que es más importante,
ansiedad y la calidad de vida de nuestros pacientes.
el
la
la
la
La prevalencia de cáncer de próstata (CaP) como enfermedad microscópica en
estudios de autopsia es un hecho conocido desde hace tiempo; como regla
nemotécnica conviene conocer que la posibilidad porcentual aproximada de padecer
CaP microscópico es equivalente a la década de la vida (70% para los de 70-79
años)60, y esta posibilidad se ha estipulado, si se analizarán al completo los órganos
en el estudio autópsico, que sea del 90% para CaP, 99,8% para carcinoma de tiroides
y de 45-90% para cáncer de mama61.
Los estudios aleatorizados de detección precoz o screening son el mejor
ejemplo de sobrediagnóstico. En la figura 1 se representan las tasas de detección de
tumores clínicamente localizados en programas de screening, que es el objetivo de los
mismos. El screening en CaP ha supuesto un descenso en la mortalidad por CaP de
38/100.000 hab. en 1995 a 22/100.000 hab. en 2006 en USA62. A medida que existe
un mayor seguimiento, la reducción de la tasa de mortalidad inicialmente publicada
para el ERSPC va siendo mayor; en la rama sueca del mismo, la tasa absoluta de
reducción de mortalidad por CaP fue de 0,40% (IC 95% 0,17-0,64), pasando de 0,90%
en el grupo control frente a 0,50% en el grupo sujeto a screening63. Pero al margen del
apoyo institucional o no del screening poblacional un hecho evidente es el screening
oportunista que actualmente se está llevando a cabo en España, además del
irrefutable hecho del incremento del diagnóstico progresivo al ir detectándose más y
más gente, por el efecto “llamada” que esto tiene en la población.
21
Figura 1.
Tasa de detección de tumores clínicamente localizados
en tumores sometidos a programas de screening
Colorrectal =
39%
Mama =
63%
Cuello uterino
= 55%
Próstata =
90%
Por lo tanto en epidemiología del CaP estamos conjugando un probable
sobrediagnóstico con una reducción de la mortalidad cáncer específica. Y en la
ecuación de esta potencial contradicción radica un sobretratamiento quizá no
necesario para muchos pacientes. Desde el punto de vista de urólogo clínico, las
estrategias para minimizar este sobretratamiento pasan por estudiar más para informar
mejor a nuestros pacientes, involucrándolos en la terapéutica escogida, perfeccionar
nuestras herramientas de clasificación de riesgo del CaP y por último, perfeccionar
nuestras distintas armas y habilidades terapéuticas para disminuir sus efectos
adversos.
Para un paciente, y probablemente también para las autoridades sanitarias de
un país, no es lo mismo que ante el dilema de someterse a screening o no, que se les
informe de que, en caso que tuviera un CaP, el número necesario a tratar para salvar
a un paciente sería de 1263 o de 4864 y sin embargo entre ambas publicaciones hay un
año de diferencia y 5 de seguimiento medio. En cuanto a las herramientas de
clasificación del riesgo de CaP, en otros capítulos de esta monografía se describe el
esperanzador panel de biomarcadores y técnicas radiológicas que esperemos en un
futuro a medio plazo mejoren nuestras actuales posibilidades. Por otro lado, es
inherente al desarrollo tecnológico y al esfuerzo individual de cada profesional que el
perfeccionamiento de nuestras armas y habilidades terapéuticas mejore día a día.
Sin duda, la vigilancia activa (VA), definida como una opción de manejo a
cualquier edad de determinados CaP de riesgo bajo o intermedio, que conlleva un
riguroso seguimiento clínico y patológico (rebiopsias) hasta que determinados criterios
de progresión objetiva aconsejen el tratamiento activo de dicho tumor con intención
curativa, es una alternativa que cada día cobra más relevancia entre los urólogos y
nuestros pacientes (si están bien informados). Pero como desarrollaremos en este
22
capítulo, falta perfeccionar los criterios de selección, los protocolos de seguimiento, los
criterios de progresión y sobre todo conocer los resultados a largo plazo de los
estudios aleatorizados actualmente en marcha para poder establecerse con más
evidencia en nuestro quehacer diario y reducir los problemas del sobretratamiento sin
desperdiciar las ventajas del screening en CaP.
2.2-DEFINICIÓN DE CÁNCER DE PRÓSTATA INDOLENTE O CLÍNICAMENTE
INSIGNIFICANTE; CONSIDERACIONES ANATOMO-PATOLÓGICAS
Es frecuente que la literatura use de forma similar en artículos de VA los
términos de CaP insignificante, CaP indolente o CaP latente; por ello pensamos que
es bueno aclarar ciertos conceptos (figura 2):
-
-
-
-
CaP latente; aquél que no se diagnostica por rutina clínica, que no se
llega a biopsiar pero que el paciente tiene en su próstata y que le
acompaña de forma asintomática, y que se objetiva en series de
autopsia en el estudio anatomopatológico de piezas de
cistoprostatectomías.
CaP mínimo o indolente; aquél que es Gleason ≤3+3 y tiene un
volumen tumoral entre 0,2cc y 0,5cc y es órgano confinado en pieza
de PR
CaP patológicamente insignificante; aquél que es Gleason ≤3+3 y
tiene un volumen tumoral ≤ 0,2cc y es órgano confinado en pieza de
PR
CaP clínicamente insignificante; este término contempla la
definición del CaP indolente en un contexto clínico
En la era PSA, se han comparado 127 CaP latentes con 617 CaP detectados
en programas de screening y operados por PR, objetivándose que los cT1c detectados
por screening eran más frecuentemente multifocales (73% vs 37%), tenían mayor
volumen tumoral de media (0,85cc vs 0,16cc), la mayoría eran extraprostáticos (19%
vs 6%) y menos frecuentemente clínicamente insignificantes (33% vs 81%) que los
detectados en piezas de cistoprostatectomía65. Por lo tanto, esa mayor agresividad de
los tumores detectados por screening frente a los latentes parece derivarse del mayor
volumen tumoral, recalcando la importancia de este concepto en dicha definición. En
otro estudio similar, no se objetivó ninguna relación entre el PSA y el volumen tumoral
ni con la presencia o ausencia de CaP (3,1 vs 1,1ng/ml, p=0,06); pese a que 31
pacientes (53%) con CaP en pieza de cistoprostatectomía eran significativos según
criterios de Stamey, solo uno desarrolló metástasis a un seguimiento medio de 3
años66.
El punto de corte de 0,5cc proviene de un análisis de CaP latente en 139
piezas de cistoprostatectomía de la era prePSA en donde se encontraron 55 CaP,
23
donde se concluyó que los CaP > de 0,5cc correspondían al 8% (11 casos con
volúmenes de 0,5 a 6,1cc) de los latentes detectados que podrían haber sido
diagnosticados con un CaP clínicamente significativo67, sin tener en cuenta ni el
Gleason ni el pT. Con estas mimbres, ese dintel pasó luego a ser criterio definitorio de
CaP insignificante (≤0,2cc) o mínimo (≤0,5cc)68. Recientemente se empieza a
cuestionar el punto de corte de 0,5cc como volumen que marque la significación
clínica de un CaP cuando ésto se ha estudiado en piezas de PR de pacientes
provenientes de programas de screening, donde se ha demostrado que la importancia
del grado y del estadio superan a la del volumen y que por tanto un tumor clínicamente
insignificante puede ser un Gleason 3+3, órgano confinado que llegue a tener
volúmenes de hasta 1,3cc69.
Figura 2. Esquema de los distintos estratos de CaP en una sociedad occidental
CaP significativo
CaPcurabl
e
CaP indolente
Reservorio de CaP latente
CaP detectado por
PSA screening
CaP en autopsias y
CTR en la era PSA
Por todo ello, es de esperar que los actuales nomogramas que cuantifican las
variables clínico-patológicas al diagnóstico con la intención de predecir la detección de
CaP indolente en pieza de prostatectomía (definido por el volumen tumoral) 70,71, puede
que deban ser recalculados dada la controversia con el volumen y su valor pronóstico,
reforzándose el valor pronóstico del Gleason y el estadio patológico en pieza de PR
como endpoints pronósticos con mayor peso.
Otra idea que se ha propuesto en la literatura para evitar el sobretratamiento es
la reclasificación patológica del CaP estableciendo una “lesión indolente de origen
epitelial” (IDLE en inglés)72 de modo similar que la neoplasia epitelial urotelial papilar
de bajo potencial maligno en vejiga, evitando el diagnóstico de “cáncer” de próstata
para determinados CaP Gleason ≤6 de bajo riesgo; sin embargo, y tal como pasa con
el ASAP, ello no evitará el seguimiento clínico exhaustivo y la necesidad de re-biopsia
en un protocolo similar a los de vigilancia activa.
24
La importancia de mejorar los criterios de inclusión de los pacientes candidatos
a VA ha dado pie a que muchos grupos se planteen una rebiopsia temprana más
extensa que la 1ª y una revisión central de la patología por un uropatólogo, por el
riesgo de infragradación (no diagnosticar un patrón de Gleason 4), lo que ha llevado a
descartar hasta un 23-30% de pacientes inicialmente candidatos a VA73-75. De 350
pacientes inicialmente considerados para VA, 112 (32%) fueron excluidos por no
cumplir los criterios tras la biopsia transperineal rutinaria de 24-32 cilindros; de los que
siguieron cumpliéndolos tras ésta, sólo el 2,8% requirieron tratamiento activo a 2 años
de seguimiento (Abs. 759, EUA2012), lo que es un porcentaje muy inferior al de series
de VA clásicas en donde los pacientes se incluyen tras biopsias transrrectales
estándar.
2.3-SELECCIÓN Y MODELOS PREDICTIVOS PARA VIGILANCIA ACTIVA
En la tabla 1 se escenifica la gran variabilidad de criterios clínico-patológicos
utilizados por distintos autores para la inclusión de pacientes en VA, muchas veces
basados en análisis retrospectivos unicéntricos de criterios de buen pronóstico.
Tabla 1. Criterios de inclusión en VIGILANCIA ACTIVA utilizados por distintos
autores73,75-79
Klotz*
Dall´Era
van
den
Berg
van As
RMH
PRIAS
Soloway
J.
Hopkins
Adamy
Gleason≤7
x
-
-
x
x
-
-
-
-
Gleason≤6
x
x
x
x
-
x
x
x
x
x
-
-
-
-
X
-
≤ 33% bx +
(≤20%)
≤50%
afecto
bx
x
x
-
x
-
-
-
x
x
x
-
-
-
x
x
X (≤3)
≤ 2 bx+
x
cT≤T2c
-
x
x
-
-
x
x
-
-
cT≤T2b
-
x
x
-
-
x
x
-
-
cT1c
x
x
x
x
x
x
x
x
x
cT≤T2a
x
x
x
x
x
x
x
-
x
25
PSA ≤10
x
-
x
x
x
x
x
-
PSA≤15
x
-
-
x
x
-
-
-
PSA ≤20
-
-
-
-
-
-
-
-
PSAd < 0,2
-
-
x
-
x
-
x
-
-
-
x
PSAd < 0,15
x
Bx; cilindro, RMH; Royal Marsden Hospital, * Klotz et al incluyen pacientes con Gleason ≤6 y
PSA≤15 y en mayores de 70 años pueden tener Gleason 3+4,
Kattan et al propusieron en 2003 un nomograma para predecir CaP indolente
en pieza de PR que incluía el PSA, cT, el patrón de Gleason 1º y 2º, el volumen
prostático por ecografía, los milímetros de CaP y los milímetros de tejido normal en el
tejido biopsiado70; ese nomograma se validó por Steyerberg et al en 247 pacientes
cT1c-2a del ERSPC tratados con PR con un 49% de incidencia de CaP indolente,
cuando se esperaba encontrar una media de alrededor de 20% (p<0,001); el valor de
las variables individuales fue similar y la capacidad discriminativa de la validación
adecuada (AUC 0,76), por lo que se construyó un nuevo modelo recalibrado del mismo
nomograma con las mismas variables predictoras71. Pese al uso de esas variables y
esos nomogramas, se sabe que aproximadamente nos equivocamos en un 30% de los
casos, lo que correspondería a un 30% de pacientes que se incluirían en programas
de VA con posibilidades de tener un CaP clínicamente significativo.
En nuestro país, el grupo de Vall d´Hebron ha demostrado que a los criterios
que definen un CaP de bajo riesgo, la adicción de la variable volumen prostático
(punto de corte 45cc) y de la presencia de un solo cilindro positivo, la especificidad del
modelo resultante aumentaba a 95,2% manteniendo un VPN de 92,4% para los
pacientes que cumplieron estas características80.
2.4-RESULTADOS ANATOMOPATOLÓGICOS EN PROSTATECTOMÍA RADICAL
EN PACIENTES CANDIDATOS A VIGILANCIA ACTIVA
Siguiendo el hilo de las consideraciones anatomopatológicas y los criterios de
selección desarrollados en los dos apartados anteriores, es interesante reseñar los
resultados anatomopatológicos de las piezas de prostatectomía en pacientes
candidatos a VA.
I) PR que se hicieron como primera opción de tratamiento en pacientes
potencialmente incluibles en protocolos de VA; lógicamente, los estadísticos que
aquí se describan depende de los criterios de inclusión de los distintos protocolos de
VA; si los criterios de inclusión son más restrictivos, las tasas de sobreestadificación y
26
sobregradación en PR son menores que cuando se adoptan criterios más abiertos.
Ello queda reflejado en una revisión de 1161 pacientes biopsiados con 21 cilindros a
los que se hizo PR, donde se analizan distintos protocolos de inclusión en VA
observando un rango de posibles candidatos desde 16% (Jonh Hopkins) a 71%
(MSKCC), y de forma correspondiente, unos rangos de sobregradación desde 38%
(MSKCC) a 50% (UCSF), de sobreestadificación desde 14% (Jonh Hopkins) a 27% (U.
Toronto) y de tumor patológicamente significativo (con los criterios de Epsein) desde
40% (MSKCC) a 53% (UCSF) (Abs.757, EUA 2012). En una revisión de la base de
datos SEARCH de 2062 PR, entre las cuales 398 (19%) eran cT1c-2a, PSA≤10ng/ml,
Gleason≤6 con no más de 1 ó 2 cilindros positivos en una biopsia como mínimo
sextante, 8% mostraron Gleason 4+3, 28% Gleason 3+4, 16% pT3a y 2% pT381.
II) PR que se hicieron dentro del seguimiento de protocolos de VA; en 167
piezas de PR realizadas tras 1,3 años de seguimiento medio en el protocolo PRIAS
(rama holandesa) e inducidas a operarse por progresión patológica en la biopsia
(74%), ansiedad del paciente (13%) y otros motivos (12%), el 80,2% de los CaP fueron
órgano confinados y el resultado anatomopatológico fue desfavorable en el 29,3% de
los casos. Es interesante reseñar que el 85% de los casos de sobreestadificación y/o
sobregradación fue detectado en aquellas PR inducidas por criterios patológicos en la
biopsia protocolaria (Abs. 1087, EUA 2012). Ello refleja el porcentaje de infragradación
de las series publicadas en la literatura, que oscila entre el 21-35%, de enfermedad
extracapsular (10-22%) y de invasión de vesículas seminales (2-4%).
III) Estudios comparativos de PR de inicio vs PR diferidas en protocolos
de VA con los mismos criterios iniciales; en un estudio sueco de 2344 PR de inicio
frente a 222 diferidas tras inclusión en un protocolo de VA, los autores encontraron
diferencias en la tasa de sobregradación biopsia-pieza (25% vs 38% respectivamente,
p<0,001), pero no en la tasa de márgenes positivos (33% vs 24%) ni en la extensión
extraprostática (27% vs 25%)82. En la experiencia del John Hopkins, las diferencias
entre pacientes con PR inmediata o tras VA pareados fueron también estadísticamente
significativas en grado (22% vs 44%, p<0,002) y además en porcentaje de enfermedad
extracapsular (16% vs 27%, p=0,023); en su experiencia, cuando la progresión era
dictaminada por la biopsia protocolaria, estas diferencias en grado y pT en pieza de
PR frente a casos pareados inicialmente aún eran mayores (22% vs 76% en grado y
16% vs 36% en pT)83.
2.5-CINÉTICA DEL PSA EN LA MONITORIZACIÓN DE VIGILANCIA ACTIVA
27
Los criterios para suspender la VA y pasar a tratamiento activo son diferentes
según las series publicadas en la literatura (tabla 2). Casi todos los grupos incluyen el
TR, el PSA y biopsias protocolizadas en el esquema de seguimiento, pero la
cronología varía de serie a serie; las biopsias se realizan con un rango de 1 a 4 años
según distintos protocolos. Las Guías Clínicas de la EUA de 2012 no concretan la
cronología del seguimiento, que recomiendan sea anual o bianual, pero sí que los
únicos criterios evidentes de tratamiento activo sean la progresión de grado en las
biopsias de repetición o la decisión del paciente (nivel de evidencia; IIa).
El PSADT y el PSAv, inicialmente usados por muchos grupos como criterio de
posible progresión, ha sido cuestionado recientemente por su baja asociación con los
resultados patológicos de progresión en las biopsias protocolarias de seguimiento. El
PSADT no se asoció a criterios de biopsia de progresión (p=0,83) y el PSAv sólo
mostró una tendencia a dicho evento (p=0,06), por lo que los autores no recomiendan
sustituir la biopsia de repetición por estos parámetros cinéticos del PSA84. En una
revisión de la literatura analizando la capacidad predictiva del PSADT o el PSAv para
progresión en pacientes sin tratamiento activo, no se encontró ningún trabajo que
mostrara información predictiva independiente del PSA total de estos dos parámetros
cinéticos para decidir tratamiento activo85. En la experiencia del Royal Marsden
Hospital, el PSAv no predijo la presencia de histología adversa (Gleason 4+3 o más de
50% de cilindros afectos) (p=0,22), remarcando la necesidad de biopsias de
seguimiento pese al PSAv. Otros autores han observado que un factor determinante
en la progresión es una PSAd > 0,15 al inicio del protocolo de VA86.
Tabla 2. Criterios de PROGRESIÓN objetivos utilizados durante la VIGILANCIA
ACTIVA utilizados por distintos autores, distintos de la decisión propia del paciente
Patel*
J.
Hopkins
RMH
PRIAS
U.
Toronto
Gleason
x
x
x
x
x
PSA
x
-
-
Nº cilindros
-
x
x
x
x
ECOTR
x
-
-
-
-
TR
x
x
x
-
x
PSADT<2
-
-
-
-
-
Obstrucción -
-
-
-
-
x
28
M+
x
-
-
-
-
*Sistema de puntuación usando los 4 parámetros marcados para definir la progresión.
Por lo tanto, el PSA, sus formas moleculares y la cinética del PSA ofrecen
resultados controvertidos para predecir la progresión, y a expensas del estudio más
extenso del comportamiento del proPSA y sus derivados en VA, podemos decir que en
este momento el PSA, sus derivados y sus parámetros cinéticos no obvian la
necesidad de rebiopsias protocolarias ni pueden inducir a biopsias extras con
fiabilidad.
2.6-RESULTADOS DE LA VIGILANCIA ACTIVA
No hay resultados de series de vigilancia activa con un seguimiento medio
mayor a 10 años. Este hecho, tratándose del grupo de tumores de bajo riesgo (la
mayoría) y de riesgo intermedio (aproximadamente 10-15% de los pacientes incluidos)
y el conocimiento de que el CaP de bajo grado al diagnóstico conlleva un riesgo de
muerte por CaP a los 15 años de seguimiento, están detrás de la inmadurez de sus
resultados y de su no inclusión con grados de recomendación A en las Guías Clínicas.
Tabla 3. Resultados de distintas series de VA
Segto
medio
N
Bx
de
repetición
(%)
SL
patología
adversa
(%)
SL
de
tratamiento
activo (%)
RMH
66m
489
5a:87
5a:77
5a: 69
PRIAS
24m
2079
2a: 36
2a: 79
2a: 75
U.
Toronto
82m
450
Dall’
Era
47m
J.
Hopkins
32m
van den
Berg
52m
UCSF
50m
935
652
10 a: 62
5a:59
10a: 41
5a: 63
SLP
SCE
SG
%
%
%
10a:
70
10a:
97.2
10a:
68
54
100
97
54
100
98
68
100
91
5a:
100
5a: 97
Patología adversa; Gleason 4+3 o más de 50% de cilindros afectos, N; número de pacientes,
Bx: biopsia, SL; supervivencia libre, SLP; supervivencia libre de progresión, SCE; supervivencia
29
cáncer específica, SG; supervivencia global, RMH; Royal Marsden Hospital, UCSF; Universidad
de California San Francisco. PRIAS;
La mediana de edad de los pacientes incluidos en series de VA oscila entre 62
y 70 años. En Europa, la serie publicada con mayor seguimiento medio (66 meses) es
la del Royal Marsden Hospital, que incluyó a 91% Gleason 3+3 y a 84% cT1c, con un
PSA medio de 6ng/ml; solo 13% de los pacientes con rebiopsias durante el
seguimiento tuvieron una anatomía patológica desfavorable (Gleason ≥4+3 o > 50%
de cilindros afectos) y de las 27 muertes que ocurrieron durante el seguimiento solo 2
fueron debidas a CaP. Recientemente se han presentado en el Congreso de la EUA
2012 dos series de VA provenientes del ERSPC; en la serie holandesa, con un
seguimiento medio de 6 años incluyeron 439 pacientes, de los cuales 162 (39,6%)
cambiaron a tratamiento activo a una media de 8,2 años; solo un paciente murió por
CaP y otro desarrolló metástasis, con una SLP global a 10 años del 85% (Abs.1095,
EUA2012).
En la serie de Toronto, 159 fueron tratados radicalmente (RT o PR) y de ellos
en 117 se tiene seguimiento por PSA, de los cuales 50,4% presentaron progresión
bioquímica. La SLPBq a 5 años fue de 62% y 43% en pacientes operados y tratados
con RT respectivamente. Estas cifras son más altas que las correspondientes a un
seguimiento medio de 82 meses para series de tratamiento radical de inicio, aunque
supone un 13% de la cohorte general (450 pacientes) incluidos en la serie de Klotz79.
En la serie sueca de PR diferidas tras VA frente a PR de inicio, con seguimiento medio
de 8 años, 0,9% vs 0,7% hombres murieron por CaP respectivamente82.
El estudio de VA actualmente en marcha, multicéntrico y con mayor número de
pacientes incluidos es el PRIAS. La práctica totalidad de pacientes incluidos son
Gleason 3+3 y el 84% cT1c, con un PSA medio de 5.6ng/ml. En el último apartado se
especifican sus principales características. Otro estudio definitivo será el START, que
aleatoriza entre VA y tratamiento activo (Anexo I).
En cuanto al posible manejo médico en VA, recientemente se ha publicado un
ensayo fase III aleatorizado y doble ciego en donde 302 pacientes fueron
aleatorizadoss 1:1 a tomar dutasteride o placebo diario, con biopsias protocolarias a
los 18 meses y 3 años, tras los cuales se objetivó una tasa de progresión de 38% en el
grupo estudio frente a 48% en el grupo placebo (HR 0,62, IC95% 0,43-0,89; p=0,009).
*** VA para pacientes de riesgo intermedio; La VA también ha ofrecido
resultados aceptables en pacientes con CaP encasillados en un grupo intermedio
(PSA 10-20 ng/ml, Gleason score 7, y 3 cilindros positivos); en la rama holandesa del
ERSCP, 65 pacientes de este grupo optaron por VA; la tasa supervivencia libre de
30
tratamiento activo a 10 años fue significativamente inferior (31,9%) comparada a la de
los 280 pacientes de grupo de riesgo bajo incluidos en el mismo protocolo (59,7%)
(p=0,02); sin embargo, la tasa de SCE a 10 años no mostró diferencias
estadísticamente significativas (95% vs 99%, p=0,52) (Abs.1086, EUA2012). De forma
similar, la UCSF ha analizado 90 pacientes incluidos en VA y ha observado que a 4
años de su inclusión, no tuvieron diferencias en SLP frente al grupo de bajo riesgo
(61% vs 54%, p=0,22) o en necesidad de tratamiento activo (35% vs 30%, p=0,88)87.
2.7-NUEVOS BIOMARCADORES; ¿QUÉ APORTAN A LA VIGILANCIA ACTIVA?
El PCA3 se ha testado en una serie de VA, mostrando una tendencia a scores
más altos en aquellos pacientes con progresión en Gleason en las biopsias de
seguimiento (72 vs 50,8; p = 0,08), sin llegar a mostrar su independencia como factor
pronóstico para ello en el multivariado (p = 0,15)88. Sin embargo, los estudios más
recientes y más numerosos parecen apuntar que los niveles de PCA3 score podrían
caracterizar a los tumores en su “perfil de buen pronóstico”, es decir, aquellos con un
bajo volumen tumoral y con características de CaP insignificante, esos que son en
principio candidatos a VA89,90.
En una cohorte prospectiva reciente de pacientes con CaP incluidos en
un programa de VA, los niveles de suero y tejido de pro-PSA al momento del
diagnóstico se asociaron con la necesidad de tratamiento posterior 91. Esto
mismo se pudo comprobar al valorar como predictor de progresión en la biopsia
protocolaria, donde el pro-PSA (HR=1,85, p=0,001, c-índex 0,84) y el índice
PHI (HR=1,04, p<0,0001, c-index 0,85) fueron factores predictivos de
reclasificación patológica92.
Dada la reciente implementación de los protocolos de VA, podríamos
decir que ningún biomarcador se ha estudiado de forma prospectiva hasta la
fecha, pero es cierto que muchos de los ensayos actualmente en marcha sí
que incluyen en su diseño el análisis de distintos biomarcadores y que
próximamente podrían mejorar la selección de pacientes y el seguimiento de
los incluidos en esta alternativa terapéutica.
2.8-RESONANCIA MAGNÉTICA
VIGILANCIA ACTIVA
NUCLEAR
Y
ULTRASONOGRAFÍA
EN
31
Todos sufrimos las limitaciones pronósticas y la mala clasificación del riesgo
del CaP, y a ello no ayuda que la técnica que nos orienta al biopsiar, la ultrasonografía
transrectal en escala de grises, sea prácticamente una técnica ciega para la detección
de cáncer y de las zonas más agresivas de éste93. La RMNmp (multiparamétrica), que
combina secuencias de T2 con imágenes funcionales como la difusión, la aplicación
de contraste y la espectroscopía, ha irrumpido en los últimos 5 años como una
herramienta útil para la localización y caracterización pronóstica de los CaP. Es
importante conocer que se ha descrito una alta concordancia (88%) entre los hallazgos
por RMNmp de CaP de alto grado con los resultados en PR94. Numerosos estudios
publicados recientemente observan altas sensibilidades y VPP (80-90%)95,96 para el
diagnóstico de CaP significativo; se baraja que el objetivo correcto no será
diagnosticar más CaP sino detectar el CaP agresivo. De confirmarse y ser
reproducible está información, además de cambiar nuestra técnica de biopsia, excluiría
a muchos pacientes de VA. Incluso se han presentado recientemente los resultados
del uso al inicio y durante el seguimiento (cada 20 meses) de un protocolo de VA de la
RMNmp, indicando que la presencia inicial de una lesión sospechosa por RMNmp
ofrece una HR de 2,21 (1,4-4,5) de progresión durante el seguimiento frente a los
pacientes en los que la RMNmp inicial fue normal (Abs.1096, EUA2012), lo que de
momento induce a investigar la RMNmp dentro de protocolos de VA para validarse en
series más numerosas y testar la RMNmp como posible competidor a la biopsia
transrectal protocolaria de seguimiento.
Por otro lado, se está investigando profusamente aunar la información dinámica
y pronóstica que aporta la RMNmp con la aplicabilidad de la ultrasonografía transrectal
mediante softwares que permitan la fusión de ambas técnicas. Es posible por tanto
que en un futuro a medio plazo la biopsia directa mediante ecografía transrectal quede
obsoleta y sea dirigida por una técnica de imagen previa (como ocurre en la mayoría
de tumores sólidos de la economía), que podría ser la RMNmp96,97, la ecografía
doppler o con contraste ecográfico o la elastografía97.
En contra del uso extensivo de la RMNmp para el diagnóstico y la
caracterización pronóstica del CaP está en primer lugar su coste y las posibles
limitaciones asistenciales si se masificara. En otro índole más urológico estaría la
posibilidad de no diagnosticar el CaP de bajo volumen y Gleason 3+3, lo que puede
generar debate entre si realmente éste se tiene que diagnosticar o no, pero ¿qué
pasará con el Gleason 3+3 con gran volumen tumoral? Por otro lado, sus detractores
critican las discrepancias entre los estadísticos publicados por grupos de referencia y
la experiencia de cada centro, así como la necesidad de un radiólogo dedicado a ello,
lo que en resumen viene a apuntar su baja reproducibilidad y por tanto lo difícil que
será incluirla en nomogramas diagnósticos o pronósticos. Sin duda, su uso expansivo
requerirá un aprendizaje por los radiólogos y urólogos, una calibración de las
máquinas de RMN actualmente existentes en casi todos los hospitales (1,5T) con
software suficiente para la RMN dinámica (en la que ciertos autores excluyen la
32
necesidad de incorporar la espectrofotometría) y que dicha calibración haga
homologables y por tanto comparables los resultados de unos grupos a otros.
2.9-CALIDAD DE VIDA (CV) Y VIGILANCIA ACTIVA
La CV es la razón de ser de la VA, que se plantea para evitar los efectos
secundarios de los distintos tratamientos activos del CaP. Sin embargo, a nadie le
escapa el estrés y la ansiedad de no sentirse tratado que puede generarle a muchos
pacientes. Hay determinados factores que pueden incrementar estas sensaciones al
paciente y que han sido descritos en la literatura como precursores de una peor
calidad de vida en VA; un síndrome ansioso como antecedente en el paciente, un PSA
alto y la percepción que es el urólogo el que “toma la decisión” de incluir al paciente en
VA. Por el contrario, existen situaciones que pueden favorecer una mejor aceptación y
por tanto mejor CV como la presencia de una pareja, el hecho de entrar en el protocolo
5 meses o más después del diagnóstico o entrar por evitar efectos secundarios de los
tratamientos activos (Abs. 758, EUA 2012).
En un artículo donde se invitó a los pacientes en VA a valorar desde distintas
preguntas su decisión de entrar en VA, los enunciados que mejor valoraron fueron: “mi
doctor pensaba que era una alternativa razonable”, “me sentía seguro que podría
seguir curándome si mi CaP progresara” y “había valorado las distintas alternativas y
la VA me parecía la mejor para el CaP que tenía”98. Todas estas son variables a tener
en cuenta cuando se le informa a un paciente que es un posible candidato a VA. Una
recomendación que se hace en varias publicaciones sobre CV en VA es que se
recomiende al paciente vida sana y dieta cardiosaludable; sin tener fundamento alguno
en la biopatología del CaP, hace que el paciente tenga una actitud positiva, se sienta
más involucrado y seguro de su decisión por VA y mejore su CV.
La falta de estudios aleatorizados está detrás de la incredulidad que el urólogo
o el radioterapeuta puede transmitir al paciente y que si éste capta es un factor
peyorativo en cuanto a la aceptabilidad y la CV en VA. Sin embargo, cuando se
analizan con cuestionarios orientados a tabular la ansiedad, van der Bergh et al no
encontraron descensos significativos entre los pacientes en VA99.
En un reciente artículo cuyo objetivo es medir la CV ajustada a la expectativa
de vida en años, se concluye que la VA, para un supuesto de un varón de 65 años con
un CaP de bajo riesgo, es la que más años ofrece (11,02), seguido de la BT (10,5), la
IMRT (10,43) y de la PR (10,23), aunque los autores concluyen que la decisión final
del paciente juega un papel primordial en este análisis100.
33
2.10-RIESGOS DE LOS PROTOCOLOS DE VIGILANCIA ACTIVA
Ya se ha apuntado en otros apartados de este capítulo que, de alguna manera,
los resultados de las distintas series de VA se deben considerar aún inmaduros por los
seguimientos no superiores a 10 años, insuficiente para los CaP que suelen incluir.
Por lo tanto, aunque los datos que va ofreciendo progresivamente la apuntalan cada
vez más como una alternativa válida, la falta de evidencia es el primer dato que el
paciente debería conocer al aceptar incluirse en un protocolo de VA.
Igualmente, la ansiedad de conocer que se tiene un cáncer y que “no se está
tratando activamente” es un hecho que, en series extranjeras la mayoría de ellas
sajonas, hace que entre un 10-20% de pacientes abandone el protocolo. Sin embargo,
echamos de menos datos de otras culturas, como puede ser la nuestra (latina) en
donde la práctica clínica diaria nos enfrenta al rechazo que esta alternativa tiene
inicialmente entre nuestros pacientes.
Por otro lado, los contrarios a la VA argumentan las mayores dificultades
técnicas en la PR por las “múltiples” biopsias realizadas, las cifras de sobregradación y
sobrestadificación y la pérdida de oportunidad de realizar preservación de bandeletas
y mejorar así los resultados funcionales de la PR. En cuanto al peor resultado
anatomopatológico de las piezas, no existen datos concluyentes en cuanto a que ello
conlleve un peor pronóstico de la enfermedad, aunque eso nos lo tendrán que
confirmar los protocolos actualmente en marcha. Referente a la conservación de la
potencia, es verdad que se pueden obtener resultados algo peores si no se pueden
preservar bandeletas, pero el rango etario en el que el tratamiento activo se planteara,
los porcentajes de preservación reales en estos rangos en series de PR inmediatas y
los años en los que el paciente ha seguido disfrutando de su vida sexual serían
factores a ser analizados en un futuro para tener una respuesta objetiva al tema
sexual. Y en cuanto a la ítems como el patrón miccional y/o defecatorio que la VA
preserva frente a los tratamientos activos, está claramente reflejado en múltiples
trabajos que aquella es superior en los índices de CV que ofrece respecto a los
tratamientos activos.
2.11-CONTROVERSIAS EN VIGILANCIA ACTIVA; ¿EN QUÉ
MEJORAR PARA PERFECCIONAR LA VIGILANCIA ACTIVA?
HEMOS
DE
34
Es de esperar que los todos los estudios de VA actualmente en curso despejen
las controversias en selección, seguimiento y criterios de tratamiento activo que se han
ido plasmando en este artículo, pero hemos de recordar que todos ellos arrancan de
criterios clínicopatológicos “clásicos” que a su vez pueden “no dar más de sí” en su
capacidad predictiva. Además, es inherente a la biocronología del CaP y al corto
seguimiento de las series de VA que es necesario un seguimiento medio de más de
10-15 años para conocer los resultados de la VA a largo plazo antes de poder
establecer con total seguridad su implementación a cualquier edad.
Por ello, esperamos que aquellos protocolos que incorporan nuevos
biomarcadores con un objetivo de validar su comportamiento en los protocolos de VA
ofrezcan nuevo poder predictivo y de selección inicial. Igualmente, diferentes técnicas
radiológicas y nuevos abordajes biópsicos tendrán que encontrar su papel para
asegurar la viabilidad de la VA. Pero hasta entonces sería necesario llegar a un
consenso en volumen tumoral (probablemente no es válido el punto de corte de 0,5cc),
grado (probablemente son incluibles en VA los Gleason 3+4) etc… para redefinir el
CaP indolente. Los nomogramas que se deriven de estos estudios deberán
probablemente sumar más de un biomarcador, basarse en muchos más pacientes,
obtenerse de datos más purificados y construirse en modelos predictivos
estadísticamente bien diseñados y con potencia suficiente para disminuir el riesgo de
inclusión de pacientes con posibilidades de morir por CaP en protocolos de VA y
capaces de indicarnos cuándo abandonar la VA para pasar a VA sin necesidad de
biopsia.
Por lo tanto, y a modo de conclusión, creemos que con la experiencia clínica
que existe actualmente, pese a no tener evidencia Ib, que la VA parece una alternativa
segura y probablemente infrautilizada. Hasta que los estudios aleatorizdos
actualmente en marcha den sus resultados con un seguimiento aceptable, debemos
ser estrictos en los criterios de selección para incluir pacientes en VA. Esperemos que
nuevos biomarcadores y nuevas técnicas radiológicas ayuden en la selección,
seguimiento y como marcadores de posible progresión, así como de apoyo tecnológico
a la biopsia prostática para estandarizarla en VA.
35
3.-NUEVOS BIOMARCADORES EN CÁNCER DE PRÓSTATA
3.1-INTRODUCCIÓN
¿Debemos implementar el diagnóstico precoz del cáncer de próstata (CaP)?
¿Cómo podemos disminuir el sobrediagnóstico que actualmente realizamos con este
tumor? ¿Cómo podemos seleccionar a los pacientes que mueren por CaP? ¿Cómo
podemos adecuar el tratamiento a cada paciente de CaP? Demasiadas preguntas a
responder solo con el dedo del urólogo (por experimentado que sea), el antígeno
prostático específico (PSA), que revolucionó hace 20 años el manejo de este tumor
pero que no ha cumplido todas nuestras expectativas, un protocolo defectuoso de
biopsias prostáticas, ciegas en su misma naturaleza y un sistema de gradación, el
índice Gleason, sujeto a una variabilidad en su interpretación del 30% en su intervalo
gris (3+3/3+4/4+3).
El gran número de biomarcadores descritos en la literatura dificulta la revisión
de este tema. El desarrollo de muchos de ellos quedan en su mero “descubrimiento” y
pocos llegan a pasar las 5 fases bien estructuradas que las instituciones sanitarias de
los países desarrollados, de forma parecida al desarrollo de nuevos fármacos, exigen
para uso rutinario de algún biomarcador. En este sentido, y en aras de la practicidad,
de entre los diferentes nuevos biomarcadores que describiremos, centraremos nuestro
análisis en los 4 nuevos biomarcadores que consideramos más inminentes por su
mayor desarrollo y recorrido; el PCA3 score, el Gen de Fusión TMPRSS2-ERG (GF),
las células tumorales circulantes y el proPSA (p2PSA). Añadiremos nuestra propia
experiencia con alguno de ellos y analizaremos qué biomarcadores pueden ayudarnos
en determinadas situaciones clínicas no resueltas con las armas diagnósticas y/o
pronósticas que disponemos hoy por hoy.
3.2-EL BUEN MARCADOR TUMORAL
Un buen marcador de una enfermedad es aquél que inequívocamente etiqueta
a un paciente como portador de la misma (ej; HIV1-2 +). Desgraciadamente, en
oncología, y el CaP es un buen ejemplo, existen pocos marcadores 100% sensibles
/específicos para el diagnóstico de un tumor, pero existen tumores hematológicos
como la leucemia mieloide crónica que se definen por una fusión génica concreta.
Las características ideales de un biomarcador tumoral son: producido solo por
el tumor, fácil de detectar en una muestra poco invasiva, barato y reproducible en
36
clínica diaria, que detecte el tumor diana en un estadio incipiente y curable, que
diferencie el tumor agresivo del indolente, que sea muy específico y que tenga una alta
sensibilidad con una baja tasa de falsos positivos.
3.3-BIOMARCADORES
NUEVOS
CON
EXPANDIDO EN CANCER DE PROSTATA
DESARROLLO
CLINICO
En este apartado desarrollaremos en qué consisten las células tumorales
circulantes (CTC), el PCA3, el gen de fusión TMPRSS2-ERG y el proPSA (p2PSA) y
sus derivados al considerar que estos 4 biomarcadores presentan un desarrollo
científico más prolongado y haberse probado ampliamente en la clínica diaria.
1.- CÉLULAS TUMORALES CIRCULANTES (CTC)
La detección de las células tumorales circulantes (CTC) puede ofrecer información
pronóstica así como servir como monitorización de las terapéuticas aplicadas. Se han
utilizado varias técnicas para su detección; RT-PCR, por actividad telomerasa, por
purificación con anticuerpos que detectan antígenos de superficie de las CTC o por
técnicas de flujo celular con métodos de caracterización inmunofluorescentes o
inmunomagnéticos; actualmente sólo el sistema CellSearch (Veridex, Warren, NJ,
USA) está aceptado para estudiar el CaP.
Su desarrollo ha sido mayoritario en el seguimiento, caracterización y medición de
respuesta en el CaP metastásico y en el CaP resistente a castración (CPRC), dado
que su detección en CaP órgano-confinado es baja (11%) y su papel pronóstico en
éste grupo menos estudiado (Abs. 917 EUA´2012). Las CTCs en pacientes con CPRC
pueden exhibir ciertas características diferenciadoras como la expresión de PSA,
AMARC, amplificación del receptor androgénico, gen de fusión TMPRSS2-ERG etc…
que a su vez podrían ser caracterizables como elementos pronósticos o monitorización
de respuesta101-103.
37
2.- PCA3
El gen DD3PCA3 (PCA3 en la literatura) es un ARN no codificante cuyo gen se sitúa
en el Cr 9q21-22; fue descubierto por Bussemarkers et al en 1999 como un gen
altamente hiperexpresado en CaP estudiando poblaciones de próstata normal, HBP y
CaP de piezas de prostatectomía radical (PR) mediante la técnica de differential
display analisis104. Es órgano específico, como el PSA, pero la gran diferencia con éste
es que su mediana de expresión fue 66 veces mayor en el 95% del tejido de CaP
analizado frente a tejido normal o la HBP en cada paciente, con una hiperexpresión
clara en muestras provenientes de metástasis de CaP. Actualmente comercializado en
el Kit ProgensaTM (Gene Probe, San Diego, CA, USA), dando un índice definido como
la ratio del ARNm-PCA3/ARNm-PSA x 1000, de tal forma que su expresión es
detectada en 30ml de orina recogida tras un TR con 3 expresiones centrípetas por
lóbulo desde el lateral a línea media, y es normalizada por la expresión del ARNm del
PSA (entendido éste como gen estructural de la próstata) como normalizador de la
ecuación.
Sin duda, las características que lo hacen más atractivo para el urólogo son su
independecia del volumen glandular a puntos de corte de 20 o 35105-108, del PSA
sérico105,109, de la edad del paciente y de los fenómenos inflamatorios de la próstata110,
variables todas ellas que tergiversan el PSA, además que el uso de inhibidores de la
5α-reductasa tipo I y II no parecen afectar el score107.
Un meta-análisis que analiza una selección de 14 artículos acerca del PCA3 ofrece
un rango de sensibilidad al test de 46,9-82,3%, de especificidad entre un 56,3-89%, de
valor predictivo positivo (VPP) entre 59,4-97,4% y de valor predictivo negativo (VPN)
entre 87,8-98%, reconociendo unos aceptables índices de validez diagnóstica para el
uso del PCA3 en el diagnóstico de CaP111.
La necesidad de un punto de corte para su manejo clínico hizo que tras valorar
varios, se adoptara inicialmente un score de 35 como punto de corte por ofrecer éste
el mejor equilibro entre sensibilidad y especificidad. Sin embargo, no está claro aún el
punto de corte que ofrece más rentabilidad al test; si el objetivo es detectar más
tumores, nuestra propia experiencia nos muestra que un punto de corte de 20
incrementa la sensibilidad del test 10 puntos, a costa de una pérdida de 13 puntos en
especificidad108. Dado que el objetivo es detectar más tumores clínicamente
significativos, y éstos son raros por debajo de 35, la mayor rentabilidad diagnóstica de
este punto junto al escaso porcentaje de tumores clínicamente significativos que se
escapan al mismo, ha hecho que se acepte 35 como punto de corte de PCA3,
apuntando que lo más informativo es entender el PCA3 score como variable
continua107,112.
38
3.- GEN DE FUSION TMPRSS2-ERG:
En 2005 se descubrió el método bioinformático COPA (Cancer Outlier Profile
Analysis) que permite descubrir genes que se sobreexpresan en un subconjunto de los
casos de un determinado cáncer. Los genes ERG (21q22.3) y ETV1 (7p21.2) fueron
los que presentaron un mayor perfil de outliers para el CaP. Ambos genes son factores
de transcripción de la familia ETS (E26) relacionados con la proliferación celular. Los
investigadores formularon la hipótesis de que la sobreexpresión de ERG y ETV1 podía
deberse a una fusión génica implicando a estos factores de transcripción y mediante la
técnica de amplificación rápida de extremos de ADNc (RLM-RACE) determinaron que
el gen TMPRSS2 (21q22.2) estaba fusionado en posición 5´ de estos miembros de la
familia ETS en CaP113, lo cual constituyó la demostración de un proceso de fusión
génica como precursor de la oncogénesis también en un tumor sólido como el CaP114.
TMPRSS2 se sitúa en 21q22.3 y codifica una proteína transmembrana que
funciona como un receptor, está regulada por andrógenos y se expresa en tejido
prostático principalmente. Su activación se ha relacionado potencialmente con el
proceso de metastatización y su sobreexpresión se vincula a la presencia de
andrógenos, ya que en la región promotora del gen existe un elemento de respuesta a
dichas hormonas. Por su parte, ERG (21q22.2) genera una proteína nuclear que se
une al ADN y actúa como factor de transcripción. Su expresión es común en el tracto
génitourinario y en CaP, ERG se sobrexpresa en un 85% de los casos. Un porcentaje
significativo de la familia ETS están envueltos en procesos de invasividad y
metastatización. La fusión de TMPRSS2 y ERG suele producirse por deleción
intersticial y en menor medida por translocación recíproca. Dicha fusión produce la
activación androgénica del factor de transcripción, poniéndolo bajo el control
transcripcional del elemento de respuesta a andrógenos situado en la región
promotora de TMPRSS2. La sobreexpresión de ERG interfiere con el normal
funcionamiento de la maquinaria celular como la ruta Wnt, la reprogramación
epigenética, las vías de muerte celular y la vía PI3K, por lo que se puede intuir la
importancia que la misma tenga en la patogénesis del CaP114.
Actualmente hay publicadas casi 20 fusiones implicando a ERG, otras dos
implicando a ETV4 115 y otra a ETV5 todas con TMPRSS2 en posición 5´. La fusión no
se da jamás en próstata benigna; el gen de fusión TMPRSS2-ERG presenta una
frecuencia aproximada del 50% en CaP lo que da idea de su potencial como
biomarcador, dada que su especificidad es muy alta116.
Recientemente se ha desarrollado un método de detección en orina del ARN
del gen de fusión, siguiendo la metodología utilizada para el desarrollo del PCA3 (TMA
o transcription-mediated amplification), igualmente normalizado al ARN del PSA
generando un score TMPRSS2-ERG. Este score ha demostrado una concordancia
con la presencia del GF detectado por FISH en los cilindros de biopsia del 92%,
validando por tanto el TMA117. La detección del GF en orina ofrece tasas de 90% de
39
especificidad para la detección de CaP118. Actualmente está en fase de investigación y
no hay ningún kit disponible comerciamente.
4.- Isoforma del PSAl [_2]proPSA (p2PSA) y sus derivados como el
porcentaje de p2PSA / PSA libre y el Prostate Health Index (PHI):
Recientemente se han descrito distintas formas moleculares del PSAl,
precursores inactivos que se expresan diferencialmente en HBP como el PSA-benigno
y el PSA-intacto, o el proPSA, que se expresa más en CaP. En concreto, una de las
isoformas del proPSA, la -2proPSA se ha erigido como un potencial biomarcador al
comprobarse su mayor concentración en tejido canceroso comparadas a otras
isoformas119. El desarrollo clínico de este nuevo biomarcador ha permitido integrarlo en
un modelo matemático junto al PSAt y al PSAl para generar el Beckman Coulter
prostate health index, más conocido como índice PHI, y que es otra de las variables
que incluyen todos los estudios publicados recientemente valorando este biomarcador.
En su manejo clínico, hay que tener en cuenta posibles factores que afectan la
determinación de este biomarcador: hormonoterapia, alteraciones proteinograma,
hemofilia y politransfusiones entre otros. Sin embargo, la raza o la edad no parecen
marcar diferencias en sus valores120. En la actualidad se ha desarrollado un kit
automatizado para la detección del -2proPSA en suero y está pendiente de valorarse
por las agencias europea y americana para su aprobación como uso generalizado.
3.4-BIOMARCADORES QUE PUEDAN MEJORAR EL SCREENING DE CAP
a) PCA3; este biomarcador se ha testado, con un punto de corte de 10,
independientemente del valor del PSA, y precisamente para compararse con el PSA,
en un contexto de test de primera línea de screening. El PCA3 tuvo una sensibilidad y
un VPP ligeramente mejores que el PSA para detectar CaP, apuntando la posibilidad
de mejorar la detección de CaP agresivo por debajo de 3ng/dl de PSA121. Sin
embargo, su precio y la dependencia de un laboratorio de Biología Molecular para su
detección son potenciales hándicaps a su aplicación en este contexto.
40
3.5-BIOMARCADORES IMPLICADOS EN MEJORAR EL DIAGNÓSTICO EN
1ª BIOPSIA
a) PCA3 score; en un estudio multicéntrico sobre 516 pacientes con PSA 2,510 ng/ml, con punto de corte de PCA3=35 se hubieran podido ahorrar 60% de biopsias
dejando de detectar 11% de CaP Gleason ≥7; si el punto de corte de PCA3 hubiera
sido 20 dichos porcentajes serían 40% y 2%122. El desarrollo clínico del marcador ha
hecho que llegue a incorporarse como factor pronóstico independiente en varios
nomogramas dirigidos a cuantificar la posibilidad de una biopsia positiva, mejorando la
capacidad predictiva de los modelos previos sin su concurso112,123. La comparación
bioestadística de los diferentes nomogramas que incluyen el PCA3 permite
recomendar el de Chun et al en el escenario de 1ª biopsia, que usa el punto de corte
de PCA3=17, edad, PSA, TR, volumen prostático y si se han biopsiado o no
previamente como variables y el nomograma que combina el PCA3 con la calculadora
del PCPT123 para la 2ª biopsia124. En la Tabla 1 exponemos diferentes estudios que
analizan el PCAe3 con un número de más de 400 pacientes.
Tabla 1. Estadísticos del PCA3 en series con más de 400 pacientes analizados
Autor/año
n
%CaP
AUC
S (%)
E (%)
VPP
(%)
VPN
(%)
Van Gils/2007125
534
33
0.66
65
66
48
80
Ankerst/2008123
443
27.8
0.67
63
60
38
81
Deras/2008106
570
36.1
0.69
54
74
58
74
Haese/2008105
463
27.6
0.66
47
72
39
78
Chun/2009112
809
39.1
0.68
81
45
49
79
Auprich/2010126
621
41.1
-
88
45
53
84
Roobol/2010121
721
16.9
0.64
68
56
24
90
Rubio-Briones/2011108
474
34
0.67
85
33
39
81
n= nº de pacientes, AUC; área bajo la curva, S: sensibilidad, E; especificidad, VPP; valor
predictivo positivo; VPN; valor predictivo negativo
Por lo tanto, el uso del PCA3 score proporciona una tasa de ahorro de biopsias
entre el 40 y el 67% según la literatura105,122,127, en concreto del 48,9% en nuestra
propia experiencia combinándolo con el PSA y el TR108.
41
Sin embargo, el uso expandido del PCA3 ha mostrado claramente que no puede
ser considerado como la panacea y ser utilizado como marcador único, dado que se
detecta en HGPIN128,129, en algún CaP por debajo de 35 y ocasionalmente en algún
caso con PCA3>100 no se detecta CaP121; es por tanto primordial reseñar que la
capacidad predictiva del PCA3 se ve incrementada cuando se complementa con el
valor del PSA y el TR106 o cuando se añaden nuevos biomarcadores, como se
explicará más adelante.
b) p2PSA e índice PHI;
En varios estudios retrospectivos, muchas veces usando sueros archivados, el
p2PSA y sus derivados demostraron una mejor precisión que el PSAt y el cociente
PSAl/t para detectar CaP en 1ª biopsia130-132. Se ha valorado su utilidad como
marcador en varios rangos de PSA, observando que con PSA entre 2-10ng/ml, el
p2PSA ofrecía los mejores estadísticos para la detección de CaP frente al PSA y el
cociente PSAl/t131,133. De forma prospectiva, dos estudios en pacientes con PSAt entre
2,5-10 ng/ml han reproducido esos resultados. En primer lugar, un estudio en 2034
hombres en un entorno de screening, el %p2PSA y el índice PHI mostraron las AUC
más elevadas (0,76 y 0,77 respectivamente) y en el caso del índice PHI triplicando y
duplicando la especificidad frente al PSAt y al PSAl respectivamente a una sensibilidad
del 88,5%130. El segundo estudio, usando un protocolo de 18-22 cilindros en biopsia de
inicio (que no es considerado estándar), los autores encuentran que para una
especificidad de 90%, la sensibilidad de PHI (42,9%) y %p2PSA (38,8%) mejoraban
las del %PSAl/t (20%) y la del PSAd (26,5%). La precisión del modelo basal para
detección de CaP mejoraba en +11% con el PHI y en +10% con el %p2PSA
(p<0,001)134.
c) Gen de fusión;
La incorporación del score combinado de TMPRSS2:ERG+PCA3 a la calculadora
del PCPT de riesgo de CaP produjo un beneficio claro al incrementar del 15 al 90% la
probabilidad de encontrar CaP en la biopsia y aumentando el AUC de la calculadora
(0,66) a 0,75117.
42
3.6-BIOMARCADORES IMPLICADOS EN MEJORAR EL DIAGNÓSTICO DE
BIOPSIAS DE REPETICIÓN
a)
PCA3 score;
Inicialmente los distintos estudios siguieron el cut-off de 35 para valorar el
PCA3 en biopsia de repetición; entre 463 pacientes con biopsia previa negativa, Haese
et al encontraron 39% de biopsias de repetición positivas si el PCA3>35 frente a 22%
con PCA3<35105.
En el Congreso EAU de 2012 se presentaron los potenciales predictivos de
ahorro de biopsias y los porcentajes de no detección de CaP Gleason <7 y de CaP
Gleason ≥7 si a los 1024 hombres de la rama placebo del estudio REDUCE (con una
biopsia previa negativa, PSA 2,5-10 ng/dl y con biopsias de repetición por protocolo a
los 2 y 4 años) se les hubiera tenido en cuenta el PCA3 que se hizo paralelamente de
forma experimental; con un cut-off 20, el 52% de las biopsias se hubieran podido
ahorrar, dejando de diagnosticar en las que no se hubieron realizado 49 casos (9,1%)
de CaP Gleason < 7 y 7 casos (1,3%) de CaP Gleason ≥7107. En base a éste y otros
estudios, recientemente la FDA ha aprobado su uso en esta indicación con un punto
de corte de 25, remarcando su alto valor predictivo negativo (90%; IC95% = 86,593,1), con una sensibilidad de 77,5%, una especificidad de 57,1% y un valor predictivo
positivo de 33,6%.
El análisis de los resultados del PCA3 referido al número de biopsias previas
realizadas en nuestra propia experiencia objetiva que el PCA3 ofrece sus mejores
resultados estadísticos en biopsia inicial o en la 1ª biopsia de repetición, siendo
superado por otros marcadores como el %PSAl/t a partir de la 2ª biopsia de
repetición108; esta misma observación ha sido objetivada en los mismos términos por
otros autores135. Sin embargo, otros autores han obtenido resultados estadísticos
similares para el PCA3 independientemente de si la biopsia de repetición era la 1ª o la
2ª 105.
b)
Gen de fusión;
Son varias ya las evidencias de la reproducibilidad de la detección del gen de
fusión en orina por TMA respecto a su presencia detectada por FISH o RT-PCR en
pieza de PR; este hecho es importante, puesto que la presencia del gen de fusión en
orina y la no detección de CaP en la biopsia empieza a plantearse como una
indicación clara de rebiopsia temprana pues dada la alta especificidad de este
biomarcador, el CaP “está pero no se ha detectado”, lo que sabemos ocurre en más
del 40% de las biopsias que realizamos siguiendo el esquema de 10-12 cilindros
estándar. La heterogenicidad de la fusión TMPRSS2-ERG, en el contexto de su uso
como biomarcador en orina, estaría detrás de un test positivo para la fusión y la
detección de un CaP negativo para la fusión.
43
3.7-BIOMARCADORES CON VALOR PRONÓSTICO EN CAP
a) PCA3 score; existen controversias en la literatura entre los autores que han
validado este marcador con fines pronósticos. En la tabla 2 resumimos las distintas
variables patológicas clásicamente relacionadas con el pronóstico del CaP y la
expresión del PCA3.
Tabla 2. Relación de la expresión de PCA3 con distintas variables patológicas
pronósticas en pieza de prostatectomía radical, expresándola como relación
estadísticamente significativa (SI) o no estadísticamente significativa (NO)
score
pT≥3
Ref / Año
n
CaP insignificante
Volumen Tm
Gleason
≥7
Whitman / 2008136
72
SI
SI
NO
SI
Nakanishi/ 2008137
83
SI
SI
SI
NO
Hessels / 2010138
70
NO
NO
NO
NO
Liss / 2011139
100
NO
No valorado
NO
NO
Auprich / 2011140
305/160*
SI
SI
SI
NO
Vlaeminck-Guillem /
2011141
102
No valorado
SI
NO
NO
van Poppel/ 2011142
175
No valorado
No valorado
SI
SI
Ploussard / 201190
106
SI
SI
NO
NO
Serie IVO / 2012**
68
No valorado
SI
NO
NO
Durand / 2012143
160
No valorado
SI
SI
SI
*Solo 160 tenían el volumen tumoral calculado por planimetría computarizada. ** Resultados no publicados
Se ha publicado que la adicción del PCA3 score puede mejorar los modelos
predictivos de bajo volumen tumoral (+ 2,4-5,5%) y de CaP insignificante (+3-3,9%),
mientras que no mejora la capacidad predictiva de enfermedad extracapsular o
invasión de vesículas seminales140; la tendencia más consistente en la literatura es
que el valor del PCA3, incluso con valores de score entre 20 y 35, se relacione con
tumores de bajo volumen y con CaP insignificantes en pieza, por lo que su papel
podría ser en un futuro caracterizar aquellos CaP candidatos a protocolos de vigilancia
activa116,140,90, si bien su valor en el seguimiento de los pacientes incluidos en esos
protocolos también es controvertido actualmente90,144.
44
De la tabla 2 se deduce que el bajo número de pacientes analizados puede estar
detrás de las controversias en el valor pronóstico del PCA3; sin duda el valor
pronóstico de este biomarcador merece un análisis con un mayor número de pacientes
y examinarle además como variable pronóstica independiente en estudios
multivariados frente a las variables ya conocidas.
b) Isoforma del PSA [_2]proPSA (p2PSA) y sus derivados como el porcentaje
de p2PSA / PSA libre (%p2PSA; [(p2PSA pg/ml) / (free PSA ng/ml _ 1000)] _ 100)n
y el Prostate Health Index (PHI; [p2PSA / free PSA] _HtPSA) (Beckman Coulter;
Brea, CA, USA)
La relación entre el p2PSA y sus derivados con el Gleason de la biopsia ofrece
resultados controvertidos en la literatura; existen grupos que demuestran una relación
significativa120,131,133 frente a grupos que no la observan132. En un análisis de 350 PR,
otro grupo demuestra en el análisis multivariable que la inclusión de %p2PSA o PHI
mejoraba la precisión de un modelo basal estándar de 2,4% al 6% para la predicción
de factores patológicos de mal pronóstico en el análisis de la pieza145.
c) Gen de Fusión;
Las implicaciones pronósticas de TMPRSS2:ERG generaron inicialmente
controversia debido probablemente a la heterogeneidad de las series de casos
analizadas y a las distintas técnicas usadas en su determinación (FISH, RT-PCR y
otras).
En un estudio de 521 PR se relacionó la presencia del gen de fusion con
Gleason <7, pero no con el estadio ni con el pronóstico146 y de forma similar otros
autores con 214 casos seguidos durante más de 12 años no observaron que la fusión
en sí marcara un pronóstico diferente147. Nuestra propia experiencia en pacientes
operados con PR sin hormonoterapia es que la fusión en sí no marca diferencias en
SLPBq ni SLP, aunque si se dicotomizan los pacientes en función de la presencia o
ausencia de la fusión, se obtienen paneles de factores clínico-patológicos diferentes148.
Sin embargo, sí que se objetivan diferencias en expresión génica en función de la
presencia o ausencia de la fusión, lo que también ha sido observado por otros
grupos90 (Abs. 428 EUA´2012), y esta diferente expresión de copias de ERG sí que
podría marcar diferencias pronósticas149.
Por el contrario, un estudio sueco de CaP sometido a observación, objetivó que
la presencia de la fusión se asociaba a una mayor mortalidad por CaP150. Otros
autores han apuntado una variante genética de la fusión, denominada 2+Edel y
caracterizada por la duplicación de la fusión TMPRSS-ERG junto a la deleción
45
intersticial de las secuencias 5´de ERG, que ha sido relacionada de forma
independiente con una peor supervivencia. Mehra et al, en una serie de CPRC
metastático demostró que todas las metástasis portadoras de la fusión se asociaban a
la variable 2+Edel151. Dado el potencial pronóstico de conocer el mecanismo de la
fusión, y dado que esto se podría caracterizar por FISH en biopsia, ello podría añadir
valor pronóstico a la misma.
Más recientemente, la validación del score del gen de fusión como marcador en
orina de forma pre-terapéutica (donde realmente el pronóstico es más importante de
determinar) se ha objetivado que sí que está relacionado estadísticamente con el
Gleason tanto de la biopsia como de las PR ulteriores, así como con la presencia en
pieza de CaP significativo, demostrando que la estratificación de los CaP detectados
según el score combinado de PCA3+Gen de fusión ofrece claramente información
pronóstica117. En otro reciente estudio multicéntrico sobre 443 hombres, el score del
gen de fusión en orina también se mostró relacionado con el Gleason en biopsia y con
el estadio patológico (Abs. 913 EUA´2012).
3.8-PANELES DE MÚLTIPLES BIOMARCADORES
En nuestra opinión, uno de los principales beneficios que ha supuesto la
irrupción del PCA3 como arma diagnóstica en el quehacer del urólogo, con sus
virtudes y sus limitaciones, ha sido que la comunidad urológica ha renacido a la
necesidad de mejorar la capacidad predictiva y pronóstica del PSA, que en su día
revolucionó nuestra especialidad. Sin embargo, la alta prevalencia del CaP, su
heterogenicidad y las distintas vías moleculares potencialmente implicadas en su
patogénesis hacen que sea improbable que un único marcador molecular tenga una
sensibilidad y especificidad suficientemente altas para considerarlo perfecto. Ello ha
dado pie a que en los últimos 4 años hayan empezado a publicarse combinaciones de
múltiples marcadores séricos y/o en orina que sumados, aumentan la ratio
sensibilidad/especificidad para el diagnóstico de CaP. En la tabla 3 se muestra los
paneles múltiples de marcadores que, asociados al PCA3, aumentan el AUC de éste.
Tabla 3. Paneles de biomarcadores múltiples que, asociados al PCA3 score, aumentan el AUC
de éste usado de forma aislada para el diagnóstico de CaP
Autor/año
n
Además de PCA3;
AUC PCA3
AUC modelo
Laxman/2008152
257
GOLPH2 / SPINK1 / Gen
de fusión
0,662
0,758
Rigau/2010153
154
PSMA / PSGR
0,60
0,74
Tomlins/2011117
1312
PSA / Gen de fusión /
PCPT risk calculator
-
0,75
Salami/2011156
45
Gen de fusión / PSA
0,65
0,88
46
Jamaspishvili/2011155
176
AMACR / MSMB / TRPM8
0,671
0,771
Cao/2011156
131
Gen
de
fusión/
AnexineA3/Sarcosine/PSA
0,733
0,856
Se han descrito modelos predictivos para indicar la biopsia basado en paneles
de biomarcadores múltiples; por ejemplo, Salami et al, en un estudio piloto, proponen
dicotomizar los pacientes candidatos a biopsias según un PSA mayor o menor de 10
ng/ml, y en cada grupo indicar o no la biopsia según la presencia de PCA3 +/- gen de
fusión detectados en orina, pudiendose ahorrar hasta 67% de las biopsias
innecesarias con solo un 15% de biopsias falsas negativas156.
También existen descritos paneles múltiples de biomarcadores en orina que no
incluyen el PCA3, como el descrito por Nguyen et al para 4 variedades de fusión de los
genes TMPRSS2-ERG, y que dada la alta especificidad del gen de fusión, podría ser
útil para la indicación de biopsia de repetición157.
3.9-CONCLUSIONES
El PSA, que en su día supuso una revolución en el manejo del CaP y que ha
cambiado la historia natural de este tumor, también es el responsable del
sobrediagnóstico, y lo que es peor, el sobretratamiento de muchos de nuestros
pacientes. Pese a la implementación de protocolos de vigilancia activa, ello no elimina
la ansiedad ni el gasto sanitario que ello conlleva.
La principal aportación de la comercialización y aceptación del PCA3 como
nuevo biomarcador, con sus ventajas y sus inconvenientes, ha sido generar un
renacer en el interés de la comunidad urológica por el refinamiento diagnóstico y la
caracterización pronóstica del CaP. Consideramos que tanto el GF como las isoformas
del PSAl estarán comercializadas en un futuro próximo y que probablemente las CTCs
encuentren su sitio en la caracterización y seguimiento de las terapéuticas para el
CPRC.
Pero sin duda el uso combinado de los distintos marcadores en orina y suero
en paneles de biomarcadores múltiples será, junto a la caracterización radiológica del
CaP, el escenario que marcará el diagnóstico y el perfil pronóstico del CaP en un
futuro a medio y largo plazo, obviando biopsias innecesarias y disminuyendo la tasa de
sobrediagnóstico y sobretratamiento.
47
Anexo I; ESTUDIOS EN MARCHA EN VIGILANCIA ACTIVA
En este apartado referimos los distintos estudios internacionales sobre
Vigilancia Activa en Cáncer de Próstata que ofrece la página clinicaltrials.gov y
que actualmente están recrutando pacientes;
-
-
-
-
-
-
-
-
Prostate Active Surveillance Study (PASS); Observacional,
monocéntrico (U. Washinton). n= 1000 pacientes hasta 2018.
START (Surveillance Therapy Against Radical Treatment). Estudio
fase III, multicéntrico, internacional. Pacientes con Gleason≤6, PSA≤10,
cT1b-2b y una expectativa de vida >10 años se aleatorizarán entre
vigilancia activa o tratamiento activo a elegir por el paciente. n=2130
PRIAS (Prostate Cancer Research Internacional); Es un estudio
prospectivo observacional. Multicéntrico, internacional. Objetivo; validar
la VA como opción terapéutica en CaP de bajo riesgo y limitar así el
sobretratamiento. Su hipótesis es que menos del 5% de hombres
incluidos en VA desarrollen progresión ósea a lo largo de su vida. Su
objetivo 1º es el mantenimiento en el protocolo de VA. Objetivos
secundarios son la progresión clínica evidenciada por metástasis óseas
por rastreo óseo, el número de hombres que requieran tratamiento
activo, el comportamiento del PSA a lo largo del protocolo y la
mortalidad cáncer específica.
TOOKAD; Efficacy and Safety Study of TOOKAD® Soluble for
Localised Prostate Cancer Compared to Active Surveillance.
(PCM301). Fase III, aleatorizado. Objetivo 1º; tasa de respuesta al
Tookad frente a vigilancia activa
Outcome Assessment of an Active Surveillance Program for Low
Risk Prostate Cancer: An Observational Study. Observacional.
Monocéntrico (St Joseph Hospital, Orange). n=500, abierto hasta 2019.
Objetivo 1º; tasa de tratamiento activo
Active Surveillance in Prostate Cancer. Observacional. Monocéntrico
(MD Anderson=. n=1000, abierto hasta 2020. Objetivo 1º; tasa de
progresión a 5 años en enfermos asintomáticos
Biological Investigations in Active Surveillance (BIAS) IGAR 2008 I
19 in Prostate Cancer Using High Field MRI (3 Tesla), PET, and
Biomarkers. Alberta Health Services. Intervencionista. No aleatorizado.
Estudio de eficacia; RMNmp, PET-Colina y Reordenamiento Génico.
n=20
Diet in Altering Disease Progression in Patients With Prostate
Cancer on Active Surveillance
Dutasteride in Treating Patients With Prostate Cancer . Fase II, doble
ciego, en pacientes con CaP en VA. Objetivo 1º; ver el cambio en
volumen tumoral por RMN al inicio y a los 6m.
Active Surveillance Magnetic Resonance Imaging Study (ASIST).
Multicéntrico, prospectivo, aleatorizados Fase III para saber si la RMN
48
puede mejorar la selección de pacientes para VA a través de una mejor
detección de CaP signficativo . n=250, acaba 2014.
ABREVIATURAS
AMARC: α-metilacil-coracemasa
ASAP: atypical small acinar proliferation
AUC: área bajo la curva
BT: braquiterapia
CaP: cáncer de próstata
CPRC: cáncer de próstata resistente a la castración
Cr: cromosoma
CTC: células tumorales circulantes
CV: calidad de vida
FISH: hibridación in situ con fluorescencia
GF: gen de fusión TMPRSS2-ERG
HBP: hipertrofia benigna de la próstata
IDLE: indolent lesions of epithelial origin
IMRT: radioterapia de intensidad modulada
MSKCC: Memorial Sloan Kattering Cancer Center
PCA3: score PCA3 (ARN del gen PCA3)
PCPT: prostate cancer prevention trial
PR: prostatectomía radical
proPSA: p2PSA
PSA: antígeno prostático específico
PSADT: PSA doubling time o tiempo de doblaje del PSA
PSAv: velocidad del PSA
RMNmp: resonancia nuclear magnética multiparamétrica
RT: radioterapia
49
RT-PCR: PCR por transcripción reversa
SLP: supervivencia libre de progresión
SLPBq: supervivencia libre de progression bioquímica
TMA: transcription-mediated amplification
TR: tacto rectal
UCSF: Universidad de California San Francisco
VA: vigilancia activa
VPN: valor predictivo negativo
VPP: valor predictivo positivo
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