FICHA JURISPRUDENCIA Acción por daño ambiental – relación de causalidad en la responsabilidad ambiental - responsabilidad extracontractual Corte de Apelaciones de Copiapó Descriptores Tribunal Rol 557-2006 Fecha 05/03/2008 Resumen del Fallo Partes Héctor Vallejo con Compañía Minera San Esteban Primera S.A. Derechos Involucrados/ legislación aplicable Art. 52 Ley 19.300. Descripción del caso /conflicto Héctor Vallejo demanda que la empresa minera San Sebastián Primera S.A. tiene una planta de tratamiento de minerales y dos tranques de relave que dañan y contaminan su predio , especialmente sus parrones y frutos. Esto como consecuencia directa del polvillo o material particulado de alto contenido mineral que la minera genera el que se deposita por la acción del viento y por el arrastre del material depositado por los mismos vientos en las laderas de los cerros y conducidos a sus predios por aguas lluvias. La demandada Compañía Minera recurre de protección en contra de la sentencia primera instancia que resuelve a favor de Héctor Vallejo. Indicar considerandos relevantes Quinto: La Corte indica que las acciones intentadas por la parte demandante,”en cuanto tienden a la reparación de daños materiales y morales causados por el daño ambiental que se le atribuye a la demandada requieren, a falta de norma expresa en contrario, la comprobación de los elementos generales en materia de responsabilidad extracontractual, a saber: acción u omisión voluntaria, culpa, daño y relación de causalidad entre la acción y el daño causado“. Sexto: La Corte asumiendo como cierto el hecho que los predios de los demandantes presentan daño por la presencia de material contaminante, especialmente sobre los parrones y sus frutos como lo razona el fallo de primera instancia, estima que lo que corresponde es determinar si dicho daño puede ser atribuido a una acción u omisión de la empresa demandada. Décimo: En lo que se refiere al nexo causal del daño, la Corte hace presente que ambas partes presentaron testigos expertos quienes basándose en estudios por ellos realizados se refirieron a la fuente del daño existente en el predio de los demandados. Luego agrega que ”como ya se adelantó, tratándose de los testigos de la actora, en lo que se refiere al informe de análisis químico, ratificado en autos por dos químico laboratoristas, el mismo, si bien es categórico en afirmar como fuente del material particulado sedimentable existente en el predio de los demandantes a la empresa demandada, presenta la contradicción que, en estrados, una de ellas indicó que sólo era inequívoco respecto de su proveniencia de faenas mineras mas no una en particular, al tiempo que el otro testigo, lo afirmó, con alta probabilidad mas no de modo certero y con el reproche de que asume una dirección del viento determinada sin basarse en un estudio específico del sector (...)” En este sentido dispone que ”de las discrepancias entre testigos de una y otra, debe resolverse a favor de los testigos de la demandada en la medida que, apareciendo mejor instruidos de los hechos, no existe reproche alguno que efectuarle a su veracidad e imparcialidad”. Undécimo: La Corte establece que” la prueba pericial rendida en el juicio resulta categórica a la hora de negar la causalidad requerida para acceder a la demanda”. Duodécimo: De los tres peritajes, la Corte sostiene que nos es posible establecer con certeza que la fuente contaminante de los predios de los actores sea la actividad minera desarrollada por la demandada. Luego, “no sólo ha faltado prueba que demuestre el vínculo causal de la actividad de la demandada con el daño experimentado por los actores, sino que, además, la prueba rendida en el juicio, tanto por la demandada como la prueba pericial independiente de las partes, permiten desechar dicha vinculación. Así, no habiéndose acreditado la vinculación causal, elemento ineludible de la responsabilidad extracontractual demandada, sólo cabe desechar la demanda. No escapa a estos sentenciadores que, en materia de vínculo causal, en casos sobre responsabilidad ambiental su dilucidación trae aparejado graves dificultades e, incluso, siguiendo a la doctrina más autorizada, podría sostenerse una atenuación en la exigencia de certeza plena respecto del punto. “Así, este tema crucial de la responsabilidad ambiental no está resuelto por la ley. El régimen general de responsabilidad civil permite recurrir a la norma del artículo 2329, que establece una presunción general de responsabilidad por el hecho propio respecto de daños que, atendida su naturaleza, pueden ser atribuidos en principio a terceros. Esta inferencia puede entenderse efectuada implícitamente por la norma del artículo 52 de la Ley. (Se refiere a la Ley Nº 19.300) De este modo, a la manera de la ley alemana, cuando existen indicios claros y consistentes de que el daño se debió a la actividad de una cierta industria, se extiende el principio res ipsa loquitur, dejad que las cosas hablen por sí mismas, al terreno de la causalidad. (Enrique Barros Bourie, Tratado de Responsabilidad Extracontractual, páginas 807 y 808 Editorial Jurídica de Chile, Primera edición, Junio de 2007). Sin embargo, como se vio, en autos ni siquiera existen los indicios claros y consistentes que podrían bastar para afirmar el vínculo causal y, por el contrario, la prueba producida en el juicio permite, de forma precisa y consistente, descartarlo“. Resultado del Fallo Otras Observaciones La Corte declara que se revoca la sentencia por cuanto en la parte resolutiva se dio lugar a la acción por daño a la agricultura impetrada y en su lugar se declara que se rechaza la misma en todas sus partes. Asimismo, revoca el referido fallo por cuanto en hizo lugar, parcialmente, a la demanda de indemnización de perjuicios planteada por los demandantes, declarando en su lugar que se rechaza dicha acción.