¿CÓMO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS

Anuncio
¿CÓMO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS?
Estamos concluyendo esta serie de sermones sobre la Ética Cristiana, donde
estudiamos los Diez Mandamientos en la versión de Éxodo. Estoy seguro que fue
de gran bendición al Señor porque en todo momento fuimos desafiados a cambiar
esquemas y comportamientos que perjudica nuestra vida espiritual.
Ante las problemáticas sociales planteadas a lo largo de los domingos que duró
esta serie, la Palabra de Dios siempre nos dio propuestas de cambio de esa
realidad. Por eso revisamos cada mandamiento desde una óptica contemporánea,
no como una ley seca y fría o religiosa, más bien; un desafío a la actual realidad
pesimista de una sociedad desvalorizada reflejando tres grandes problemáticas:
una ausencia de identidad existencia y la falta de un rumbo para su vida; todo lo
relacionado con el poder, la autoridad y el dinero; y, todas las crisis que tienen que
ver con el sexo.
Recuerda que el objetivo principal de esta serie fue conocer, analizar, asumir y
practicar los principios y valores espirituales revelados por Dios. Ser éticos,
significa, ser responsables ante Dios de todas las relaciones que tenemos que
vivir mientras él nos permita existir en este mundo. Al estudiar los Diez
Mandamientos, no reflexionamos sólo la óptica del A.T. tuvimos que leer desde la
perspectiva de Jesús, porqué él profundizó estos principios en el Sermón del
Monte, por eso es que el Decálogo es vigente para los que quieren agradar a Dios
bajo el Nuevo Pacto.
Actualmente se han escrito gran cantidad de libros sobre ética, se escriben desde
tiempos antiguos. Los pioneros en escribir sobre este tópico fueron los griegos,
aún antes de Aristóteles, los más antiguos los podemos identificar desde
Parménides con la teoría del Ser o no Ser. Pero ninguno de ellos, por muy bueno
que sea, podrá superar los principios éticos revelados por Dios en su Palabra,
porque por medio de ella, él te ha revelado lo que es mejor para ti, ha indicado las
responsabilidades morales que te encargó.
La pregunta de este último domingo de esta serie, ¿Cómo puedes cumplir estas
normas? ¿Qué provisión ha hecho Dios para que cumplas los principios que él
mismo dio para el bien tuyo? Sabes una cosa, Calvino decía con mucha sabiduría
teológica que todo creyente en Cristo experimenta una lucha constante, tiene que
lidiar con tres enemigos: la misma naturaleza humana (carne), el mundo caído y
Satanás que nos asecha cada día. Cada día tienes que librar batallas con estos
tres enemigos de tu fe, no es nada fácil. La razón por la vives estas luchas en tu
vida es porque todavía tenemos una naturaleza pecaminosa, que resiste la
obediencia a Dios. Aunque quieres cumplir las normas éticas de Dios, encuentras
que fallas, sabes, te hace falta una fuerza mayor que haga posible que cumplas la
voluntad de Dios revelada en los Diez Mandamientos.
Ha habido muchas filosofías e idealismos que pretenden ofrecer la solución a este
problema humano. Muchos han confiado en la educación y han creído que si se
educara bien a toda la población, se eliminarían los males de la sociedad. Sin
embargo, la realidad que nos ha tocado vivir en las últimas décadas nos dicen lo
contrario. Hay algo que quiero que comprendas:
Cumplir con la voluntad de Dios no es un esfuerzo intelectual.
Hubo un gran filósofo del s. XVIII que le dio auge a la filosofía racionalista, escribió
un libro llamado “Crítica de la razón pura”, en el cual manifiesta que todo
pensamiento debe ser comprobado sin la especulación o la intuición, es decir, la
metafísica; esta obra provocó que se cuestionara la existencia de Dios.
ANÉCDOTA: su siervo se puso triste y por ellos escribe “Crítica de la razón
práctica” donde combina el racionalismo y el empirismo.
Rechazó todo
conocimiento espiritual y la idea de una ética basada en la voluntad de Dios, por lo
tanto el conocimiento de Dios no es lógicamente posible; intentó encontrar un
conocimiento de Dios por medio de la conciencia moral del ser humano. Por tanto
redujo la ética a principios humanísticos y racionalistas.
Uno de sus seguidores más cercanos es un filósofo Cassirer, se consideraba ateo,
descubrió que Kant planteaba perfectamente las categorías de la ética, pero no
ofreció ninguna manera de cumplir la ética. Decía que Kant era conciente de mal y
perversidad del corazón humano, pero no ofrece una solución que ayude al ser
humano a cumplir con la ética. Pasado un tiempo Cassirer leyó los escritos de
Pablo, se dio cuenta que el apóstol estaba ofreciendo un acercamiento a las
cuestiones morales fundamentales que Kant había dicho. Pero descubrió en Pablo
que el intelecto no era un instrumento adecuado para tratar los asuntos
fundamentales de la vida moral. Hacía falta algo más: una obra y una fuerza
sobrenatural.
Por tanto, Cassirer se convirtió al cristianismo y dijo: “Sólo hay una manera en que
el ser humano puede realizarse plenamente: estregándose por completo a Cristo.
Así que el intelecto y el esfuerzo humanos no son suficientes para producir la
moralidad que la sociedad humana requiere y mucho menos la santidad que Dios
pide. La única respuesta se encuentra en Cristo, en la reconciliación con Dios.
Cuando Cristo murió en la cruz, algo sucedió; y cuando el ser humano se
reconcilia con Dios por medio de Cristo, algo sucede en él: ya es una nueva
criatura.
Aunque todos somos una nueva criatura, a todos nos cuesta cumplir la ética
bíblica. La Palabra nos proporciona alternativas para poder cumplir con la voluntad
de Dios. Entonces surge la pregunta…
¿Cómo puedo cumplir la voluntad de Dios?
Hay dos cosas que son importantes a considerar: lo que Dios hace en el corazón y
la enseñanza del Nuevo Testamento sobre “cómo” cumplir los requisitos divinos.
No hay recetas mágicas ni sencillas. Toda la Biblia nos enseña lo que Dios quiere
y cómo cumplirlo. La doctrina de Pablo explica muy claramente la manera en que
el creyente en Cristo puede vivir de acuerdo con los principios éticos de la Biblia,
veamos algunos de ellos:
1.
Deja de obedecer a tu carne. El apóstol Pablo en el libro de Romanos nos
enseña claramente que esto es un requisito indispensable para hacer la
voluntad de Dios, dice: De la misma manera, también ustedes
considérense muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo
Jesús. Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su
cuerpo mortal, ni obedezcan a sus malos deseos. Romanos 6:11-12.
Dios reconoce la lucha que tenemos contra el pecado. Pablo dice que si
crees en Cristo estás unido a él en su muerte y su resurrección. Dice que
hemos muerto respecto al pecado, ya hemos muerto con Cristo. Cuando se
abolió la esclavitud en los EE UU, muchos hombres de color,
inmediatamente dejaron de obedecer a sus amos, aunque ellos todavía
querían seguir dominarlos. Nuestro amo era el pecado. Pero ya hemos
muerto al pecado, ya no es nuestro amo, ¡ya no tenemos que obedecerlo!
Pero ¿porqué sentimos que nos domina? Es cierto que todavía el pecado
nos produce miedo; nos arrincona y ejerce poder sobre nosotros. Pero ya
no tenemos que obedecerlo. Estamos libros. Pablo dice que debemos
considerarnos muertos al pecado. Cuando viene la tentación tienes que
decir: “no, ya no es necesario obedecerlo, estoy muerto a eso, y estoy vivo
con Cristo”.
Ahora ve lo que dice Pablo: Yo se que mis deseos egoístas no me
permiten hacer lo bueno, pues aunque quiero hacerlo, no puedo
hacerlo. En vez de lo bueno que quiero hacer, hago lo malo que no
quiero hacer. Romanos 7:18-19. Quién no ha dicho lo mismo cuando
vienen las tentaciones. Pablo continúa diciendo: ¿Quién me librará de este
cuerpo de muerte? Gracias doy a Dios, por Jesucristo Señor Nuestro.
Romanos 8:25.
2. Deja que el Espíritu Santo te mueva. Esto tiene que ver en qué te enfocas
en la vida, si te enfocas en las cosas de tu naturaleza caída o te enfocas en
las cosas espirituales, en las cosas de Dios. Cuando te enfocas en las
cosas de la carne, está obedeciendo a esa naturaleza de pecado que
todavía no es removida por completo. Por eso Pablo te enseña que
debemos ser llenos del Espíritu Santo, es decir, dejar que sea el Espíritu
Santo dirija nuestras vidas: Por lo tanto, los que vivimos unidos a
Jesucristo no seremos castigados. Ahora por estar unidos a él, el
Espíritu Santo nos controla y nos da vida, y nos ha librado del pecado
de la muerte. Sólo en Cristo Jesús puedes ser libre de tus propias
tendencias malas. El Espíritu Santo hace real la victoria que tenemos en
Cristo. La palabra LEY se usa para varios sentidos. La ley es una fuerza o
poder del Espíritu que nos libera del poder del pecado. El Espíritu Santo te
da poder cuando él empieza a controlar tu vida.
3. Deja que el Señor te transforme cada día. En el capítulo 12 de Romanos
nos habla desde el principio, dejar que entre a tu vida. Por lo tanto,
hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que
cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como
sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo
actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente
podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y
perfecta. Romanos 12:1-2. La invitación es a que busques que el Señor te
transforme. La palabra transformación significa, cambio radical de
pensamiento y acción. La idea que antes tenías sobre Dios y la vida,
cambia cuando entras en contacto con la Palabra de Dios, esa es la que
hace sabio al sencillo, es una espada de doble filo, crea crisis en el viejo
hombre para dar lugar a la nueva vida en Cristo. Si realmente quieres
cumplir con la voluntad de Dios, necesitas ser transformado enteramente
del corazón, de la mente de tu voluntad.
Luego entonces, la vida ética en la fe cristiana requiere tres cosas fundamentales
para cumplir con la voluntad de Dios: deja de obedecer tu carne, deja que el
Espíritu Santo te mueva y busca el ser transformado radicalmente en tu corazón,
sólo así caminarás bajo los principios de Dios.
Descargar