EL AMOR DE VOLUNTAD

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EL AMOR DE VOLUNTAD
por
Isidoro Tapia
QUÉ ES
La Voluntad es una función intelectual, es el apetito de la inteligencia o apetito racional (Tomas
de Aquino). Lo suyo propio es querer lo bueno. Es la inclinación racional del bien, siendo el
bien aquello que nos conviene. Desarrolla una doble actuación: el deseo racional y la actuación
para conseguirlo. Con estas premisas nos damos cuenta cuan importante es la Voluntad en la
configuración del “nosotros”.
La Voluntad necesita siempre conocer los bienes que ha de procurar, esto lo realiza a través del
Entendimiento y la Inteligencia. Para vivir las bondades de lo que es el Amor Matrimonial
necesita descubrirlo y profundizar, en este camino, por dicha vía.
No obstante, a pesar del uso de esta vía, al ser el amor matrimonial un estado, en la vida de la
persona, en constante desarrollo y evolución, este puede seguir trayectorias diferentes, dentro de
su propio matrimonio, y en diferentes épocas de su vida. Y a esta misma regla están sujetos
todos los matrimonios.
Cuando el amor matrimonial es humano e integro sabemos que entones el corazón se pone al
servició de la voluntad. Pero esto no pasa porque la sensualidad, las apetencias, los afectos y
tendencias del uno por el otro desaparezcan o rígidamente se controlen, no. Aquí es donde la
voluntad actúa más controlando adecuadamente lo sensitivo
La donación es total, integra, (el amor matrimonial humano, total e integro ya está explicado
con anterioridad en los apartados de Amor Conyugal y en Matrimonio), pero la voluntad sabe
dirigir la nave sensitiva, pasional sexual a buen puerto en ese amor matrimonial.
Es cuando se comprenden el significado de la expresión de castidad matrimonial como
aceptación gozosa de la sexualidad.
Cuando este amor matrimonial se vive así, es cuando el ser de cada uno que eran biografía por
separado se convierte en una única “cobiografia”. Es cuando podemos apreciar y decir que el
matrimonio se configura en un “nosotros”.
El llegar a este punto, exige responsabilidad y compromiso, actúa lo que me gusta llamar “el
amor de voluntad”, que sigue siendo todo amor, pasión, entrega y donación pero amablemente
llevado por la voluntad.
Es un barco que puede navegar a mucha velocidad pero tiene un buen timón y frenada
adecuada.
Es mucho más que una mera convivencia. Es mucho más profundo que vivir en comunidad de
“equilibrios comprometidos y equilibrantes”. También es muchísimo mas de “vivir junto a mi
amor”. No es tampoco una cuestión de cantidades, cualidades o calidades en la donación mutua.
El matrimonio es una institución humana, de derecho natural, que implica que dos se dan del
todo y para siempre. Hay una obligación moral de "querer querer" para siempre, que ambos
aceptan. Aquí aparece el AMOR DE VOLUNTAD.
Todo lo que tiene, son, entregan y reciben los dos cónyuges, es decir todo aquello que ambos
podrían decirse: “esto es todo lo nuestro”, bueno pues “eso”, todo lo que ambos ponen en
común en ese momento de “todo lo mío y todo lo tuyo”, deja de serlo, para convertirse
fundiéndose y renaciendo, desde ahora, como lo “nuestro”.
Es algo nuevo en el amor matrimonial que no existía hasta entonces.
Aunque debemos reconocer, y la experiencia de las relaciones personales lo demuestra, que en
las realidades humanas, la mezcla de inteligencia-voluntad-sentimientos es mucho más
compleja y variada, para analizar, como para exponerlo en estas pocas líneas.
La lógica en ocasiones nos dice,( pero quizás más la experiencia humana es más ilustrativa), que
cuando se mira a largo plazo, y no se decide por razones de inmediatez (dolor, desesperanza,
convivencia insoportable, depresión, etc.), la probabilidad de solución es más acequible,
(argumento puramente lógico) está más a tu favor, que el tirar la toalla.
El bien de las personas en una familia (cónyuges e hijos) es tan importante, que teniendo en
cuenta lo largo que es la vida, hay que decidir con clara perspectiva y generosidad.....porque si
sale bien, habrá merecido la pena, y si sale mal, la tranquilidad moral que te queda no es
comparable con la decisión fácil de tirar la toalla a la primera.
Creo que el Amor de Voluntad, llevado al limite, y por necesidades de un bien mas superior, y
dentro del matrimonio, puede actuar en la persona en contra de sus propios deseos mas íntimos
y sublimes, en aras de salvar y proteger aquello que sea lo mejor para el colectivo familiar que
este matrimonio haya creado. Actuar así es actuar con amor de Voluntad.
Una voluntad inteligente, por Amor, y en bien de los demás, puede ir en contra de sus propios
deseos y querencias afectivas, cuando uno es rechazado. Y a pesar del sufrimiento personal, que
esta acción le represente, disfrutar con el bien conseguido por y para los demás que integran esa
familia..
Verdaderamente sin la gran cooperación de la Voluntad no podríamos llegar a este estado
sublime del amor humano e integro del “nosotros”.
Se entiende la expresión y definición de Javier Hervada: El uno ama al otro no como a sí
mismo, sino con el amor de sí mismo a sí mismo.
Y también estando de acuerdo con Pedro Juan Viladrich: llegando a ser una única unidad de
vida y por vida.
QUÉ NO ES
Creo que sería arduo exponer lo que no es el Amor de Voluntad, para evitar entrar en una
variada casuística. Creo es mas fácil exponer una situación extrema de un matrimonio, como
ejemplo de falta de amor, para entender, por reducción y eliminación lo que es y lo que no es.
Un matrimonio pasa por muchas etapas. Y no es infrecuente, que durante una temporada, en que
uno sienta que el otro no le ama. O que definitivamente, incluso, que uno de ellos diga
abiertamente: no sentir nada por el otro, estar decepcionado, perder la ilusión, incluso no
soportar su presencia. Querer separarse.
¿Qué debe uno hacer en estos casos?.
Conocer y haber aprendido, practicándolo, antes de llegar a esta situación, lo que es el AMOR
DE VOLUNTAD.
Cargarse de esperanza: esperar a que sea una mala temporada, que solo se solucionará si uno
sigue amando contra toda esperanza.
Actuar así es amar con dolor: amar sin ser correspondido, esperando que dure poco esta
situación. Amor heroico. Amor totalmente desnudo de todo interés. Amor sin esperanza y sin
contraprestación.
En definitiva solo te queda la voluntad para perseverar y tener paciencia. Esperar tiempos
mejores, pero seguir en la brecha.
Actuar así es actuar con Amor de Voluntad.
Si ese cónyuge es capaz de hacer esto, crecerá como persona, madurará en su amor. Y es posible
que su forma de actuar, por Amor, haga recapacitar a la otra persona , y que la situación pueda
cambiar a mejor. Esto es AMOR DE VOLUNTAD
Claro, esto es el "debe de hacer" o también el “querer querer”. A eso se comprometió al casarse
(...en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de la vida...). Si
es capaz de perseverar, lo lógico es que el otro cónyuge acabe respondiendo, pero no hay
garantía.
Es una de estas situaciones, (y sobre todo, en un ámbito de humanismo cristiano), es cuando y
donde uno puede entender mejor las palabras evangélicas de (cuando habla de la santidad): “por
vuestras propias fuerzas, es imposible. Pero conmigo todo lo podéis”. ¡Tiene uno que buscar las
fuerzas, cuando uno no lo tiene, de donde sea, para tratar de conseguir tocar el corazón del otro.
La lógica de todo el tema es el siguiente: si no se hace esto, la ruptura será automática. Si lo
hace, la ruptura puede no producirse. ... pero si aun así no hay resultados, nadie le podrá echar
en cara que el no haber hecho todo lo posible por rehacer ka situación..
El conocimiento y practica de la existencia del AMOR DE VOLUNTAD hubiera paliado y
quizás evitado las situaciones y consecuencias mas abajo expuesta.
Cuando uno de los cónyuges dice al otro que deja de quererle, no podríamos encontrar en los
dos siguientes casos:
A) “Deseo quererte, y cada vez más, pero si no me ayudas, si no te dejas, por mas que lo
intento no consigo nada. Lo intentaré pero mi paciencia no es ilimitada, y llagará un momento
que dejaré reintentarlo, porque tú estás incumpliendo tu trato conmigo. y no te puedo obligar a
quererme.
Por tanto, tú incumples el querer continuar y no yo., Lo he intentado repetidas veces, no me
considero culpable, he puesto todo de mi parte, pero tu no cooperas por solucionar esta
situación que nos separa cada vez más”.
B) Soy consciente de que no me quieres, pero aunque me siento liberado de quererte después de
varios intentos, DECIDO libremente seguir queriéndote, por varios motivos: en la esperanza de
que mi amor acabe haciendo mella en ti y después de tu bache, volvamos a empezar, o por un
bien superior a mí mismo como puede ser el bien de los hijos, o porque llevo mi compromiso
hasta el final (a pesar de que mi propia felicidad esta aparentemente rota...)
Estos podrían ser dos ejemplos, en el mejor y más optimo de los casos, de la situación de una
pareja al borde de la ruptura.
Creo que este segundo caso (B) es "lo que debe ser", con independencia de cualquier
consideración religiosa.
En este caso es donde la persona esta actuando con el Amor de Voluntad.
.Creo que estos argumentos están al alcance de una persona medianamente madura, y si no los
sigue no es porque no sean lógicos, sino porque "no tiene fuerzas" donde agarrarse, es decir no
ha cultivado a lo largo de su vida.
Puede que hasta desconozcan su práctica, por su inmadurez emocional, de virtudes tales como:
la fortaleza, la paciencia, la magnanimidad, la generosidad...que por otra parte son virtudes que
no triunfan a corto plazo, si el de enfrente no las practica, o al menos entiende su significado
también.
Los fracasos nacen en el nivel emocional, no en el racional-lógico. De ahí la importancia de que
uno sea maduro emocionalmente para comprometerse para siempre.
Creo verdaderamente, que cuando existe un fin de trascendencia superior, por encima de
cualquier logro humano, en la vida personal de cualquier individuo, que funciona en su parte
espiritual y que contesta a las preguntas de ¿Quién soy? y ¿A dónde voy?, el Amor de Voluntad,
puede costar, pero se es feliz actuando así, sino no hay mas remedio que practicarlo hasta el
limite.
Octubre 2007
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