El texto fundamental para abordar ... Ordenación general del Misal Romano”. Siempre que se pretende precisar... CURSO DE LITURGIA

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CURSO DE LITURGIA
“El nuevo Misal, su fuerza espiritual, teológica y pastoral”
El texto fundamental para abordar esta temática es, indudablemente, “La
Ordenación general del Misal Romano”. Siempre que se pretende precisar los elementos
de un libro litúrgico es esencial recurrir a las Prenotandas. Allí se encuentra “todo” lo
que sobre ese libro se debe tener en cuenta.
La obra que utilizaremos es la realizada por la Comisión episcopal de Culto de la
Conferencia Episcopal Argentina en el año 1981.
A partir de este texto intentaremos observar y profundizar las novedades del Nuevo
Misal, fruto de la tercera edición típica.
1-La primera parte, llamada Preámbulo, es una rica síntesis doctrinal que fundamental
la Ordenación del Misal. Está dividida en tres grandes títulos que son introducidos por
una cita evangélica (Lc 22,12), que se refiere al relato de la institución de la Eucaristía.
El texto afirma que el Señor “ordenó preparar una sala grande, bien arreglada”. A la luz
del mismo, la Iglesia ha considerado que esta orden le incumbía al ir estableciendo
normas para la celebración de la Eucaristía. De este modo, las normas establecidas por
la reforma del Concilio Vaticano II como el Nuevo Misal de rito romano que se utilizará
de ahora en más, manifiestan esta preocupación, fe y amor a la Eucaristía y testimonian
su tradición continua e ininterrumpida.
a-Testimonio de una fe inalterada
Se precisa que el Vaticano II, siguiendo a Trento, ha proclamado la “naturaleza
sacrificial de la Misa” (SC 47). Enseñanza que se hall expresada en las fórmulas de la
Misa.
Por lo tanto, en el Nuevo Misal, la norma o principio lex orandi-lex credendi, está
evidenciada en el hecho de que la “norma de la oración” de la Iglesia corresponde a su
perenne “norma de fe”. Es decir que, salvo la manera de ofrecer que es diferente, hay
identidad entre el Sacrificio de la Cruz y su renovación sacramental en la Misa que el
Señor Jesús instituyó en la última Cena. Es al mismo tiempo, sacrificio de alabanza, de
acción de gracias, de propiciación y de satisfacción.
Además se reafirma “el admirable misterio de la presencia real del Señor bajo las
especies eucarísticas”, reafirmado también por el Vaticano II (SC 7, 47). Por ello, en la
celebración, el Misterio se destaca no solamente por las palabras-transubstanciación,
sino también por el sentir y la expresión exterior de suma reverencia y adoración que
tiene lugar en la liturgia eucarística.
Un tercer elemento esencial que se destaca es “el de la naturaleza del sacerdocio
ministerial” (propia del presbítero), que ofrece el sacrificio y preside la asamblea, in
personae Christi. Los motivos de tal función se enuncian claramente en el Prefacio de la
Misa Crismal.
En cuarto lugar se precisa “el sacerdocio común de los fieles” puesto a la luz en relación
con el sacerdocio ministerial (PO 2 “su sacrifico espiritual alcanza su consumación en
unión con el sacrificio de Cristo, único mediador, por medio del ministerio de los
presbíteros.
Precisamente aquí (n 5), la ordenación expresa una de las claves de toda celebración
litúrgica: “ser siempre, acción de toda la Iglesia, en la cual cada uno hará todo y sólo lo
que le corresponde, teniendo en cuenta el lugar que ocupa en el Pueblo de Dios”.
Esta precisión, es clave para entender la renovación conciliar ya que, gracias a ella, se
logra prestar mayor atención a aspectos de la celebración, que con el correr de los
siglos, a veces habían sido descuidados.
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b-Manifestación de una tradición ininterrumpida
SC 50 enuncia las normas, según las cuales debía ser revisado el rito de la Misa. Pide,
entre otras cosas, que ciertos ritos fueran restablecidos de acuerdo con la primigenia
norma de los Santos Padres, tomando las palabras de la carta apostólica Quo Primum de
San Pío V, por medio de la cual, en 1570, se promulgó el Misal de Trento. De allí que
en el lapso de cuatro siglos, los misales siguen la misma e idéntica tradición y a la vez,
se comprende hasta qué punto el Nuevo Misal perfecciona al primero con notable
acierto.
El primer Misal, es editado en 1474, que reproduce fielmente el Misal de la época del
Papa Inocencio III. Hoy, el enriquecimiento es posible percibirlo en el Nuevo Misal,
gracias a los innumerables estudios de eruditos que han permitido conocer una cantidad
de oraciones ignoradas hasta ahora y de gran importancia espiritual.
Lasmismas tradiciones de Oriente y Occidente son mucho mejor conocidas ahora.
c-Adaptación a las condiciones actuales
A la luz de lo expuesto, el Nuevo Misal atestigua el principio lex orandi- lex credendi y
a la vez preserva el depósito de la fe legado por los recientes Concilios. Si bien repite
las afirmaciones dogmáticas de Trento, le toca hablar en un momento histórico muy
distinto en el que logra aportar en el campo pastoral, sugerencias y consejos que no
podían haber sido previstos cuatro siglos antes.
Ya en Trento había surgido la propuesta de celebrar la liturgia en la lengua de cada país,
pero frente a las circunstancias que se vivían “reafirmó la doctrina tradicional, según la
cual el Sacrificio Eucarístico es ante todo acción de Cristo y, por consiguiente, su
eficacia propia no se ve afectada por la forma en que los fieles puedan participar en
ella”. (Sesión XXII- DS 1749). Prohibió el uso de la lengua vulgar, pero proscribió a los
pastores suplir esto mediante una catequesis hecha en el momento adecuado. (idem).
-Por estas razones, el Vaticano II, “convocado para adaptar la Iglesia a las necesidades
de su función apostólica en nuestra época, ha escrutado profundamente la naturaleza
didáctica y pastoral de la liturgia” “y ha admitido que el uso de la lengua vernácula e
muy útil para el pueblo en no pocas ocasiones” (SC 33). (para que se comprenda en
mayor plenitud el misterio celebrado).
-Ahora, siendo la lengua de cada país un instrumento importante para expresar con
mayor claridad la catequesis del misterio contenido en la celebración, el Vaticano II, ha
instado además a poner en práctica ciertas prescripciones de Trento que no habían
sido obedecidas: homilía en los domingos y días festivos, facultad de intercalar algunas
moniciones en los mismos ritos.
-Pero, sobre todo, “aconsejar la participación más perfecta en la Misa, la cual consiste
en que los fieles después de la comunión del sacerdote reciban el Cuerpo del Señor”
(SC 35,3), que era un deseo de Trento (DS 1747). Permitiendo que a veces se dé la
comunión bajo las dos especies (SC 55).
(Estos tres puntos son de particular interés para el ejercicio del ministerio
diaconal).
-De esta manera, una parte del Nuevo Misal relaciona con mayor claridad las oraciones
de la Iglesia con las necesidades de nuestro tiempo (Misas rituales y para diversas
necesidades) con muchas expresiones tomadas de la antigua tradición y adaptadas a las
circunstancias actuales.
-Otras como oraciones por la Iglesia, los laicos, la santificación del trabajo, la
comunidad de los pueblos y necesidades propias de nuestra época, han sido totalmente
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renovadas tomando las ideas y a menudo hasta los mismos términos de recientes
documentos conciliares.
-Del mismo modo, teniendo en cuenta la situación del mundo actual, vió que no
afectaba a la tradición “la modificación” de ciertas frases de textos tomados de la más
antigua tradición, a fin de que su estilo concordara mejor con el de la teología
contemporánea. Así, se han modificado algunas formas de expresión relativas a la
valoración y uso de los bienes terrenales y otras que ponían de relieve una forma de
penitencia exterior, propia de la Iglesia en otras épocas.
Este es el fruto de los esfuerzos por acercar la liturgia a los fieles, iniciado de modo
particular por el movimiento litúrgico y el celo apostólico de S. Pío X.
Capítulo I
Importancia y dignidad de la celebración eucarística
-Manifiesta el principio fundamental de que la Eucaristía, como acción de Cristo y del
Pueblo de Dios jerárquicamente ordenado es para toda la Iglesia y para cada fiel, el
centro de la vida cristiana. Las otras acciones sagradas y todas las obras de la vida
cristiana están íntimamente relacionadas con ella, de ella proceden y a ella se ordenan
(SC 10)
-En n 2, precisa que “para ello es necesario en grado máximo que la celebración o Cena
del Señor se ordene de tal modo que los ministros y los fieles que participan, cada uno
según su condición, obtengan de ella frutos más abundantes. (Ordenamiento que haga
posible una participación consciente, activa y plena SC 14).
-La celebración de la Eucaristía, como toda la Liturgia se realiza mediante signos
sensibles, por los cuales se alimenta, se robustece y se expresa (SC 10). Por ello, se
tendrá sumo cuidado en “seleccionar y ordenar” aquellas formas y elementos
propuesto por la Iglesia que, atendiendo a la circunstancia de las personas y
lugares, respondan a la participación plena y a la utilidad espiritual de los fieles.
“… estas normas tienen por fin presentar los lineamientos generales
para la adecuada ordenación de la celebración eucarística y exponer
las reglas mediante las cuales has de disponerse cada una de las
formas de celebración”. ( Leer y explicar nota n 11).
Capítulo II
Estructura de la Misa. Sus elementos y partes
I-
Estructura general de la Misa
-Se destaca, juntamente con la ordenación jerárquica de la asamblea, la esencia de la
reunión que consiste en “celebrar el memorial del Señor o Sacrificio eucarístico”.
-La referencia principal es el número 7 de la SC, que refiere la presencia de Cristo
en la celebración.
-La definición importantísima de la renovación conciliar: La Misa consta en cierto
sentido de dos partes Liturgia de la Palabra y Liturgia de la Eucaristía, y otros ritos
que inician y concluyen la celebración.
II-
Diversos elementos de la Misa
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1-Lectura de la Palabra de Dios y su explicación. (Recurrir al texto mismo)
2-Oraciones y otras partes que competen al sacerdote
-La Plegaria eucarística, cumbre de toda la celebración, ocupa el primer lugar entre
las oraciones que corresponden al sacerdote.
-Luego las oraciones: colecta, sobre las ofrendas y la oración después de la
comunión.
Al dirigirlas “en representación de Cristo y en nombre de todo el pueblo santo de
Dios, se llaman pues oraciones presidenciales.
-Corresponde también al sacerdote-presidente el realizar algunas moniciones y
fórmulas de introducción y conclusión, previstas en el rito y, que su naturaleza, no
requiere que se reciten exactamente como están redactadas en el Misal. (Importante
leer la Carta circular sobre las Plegarias eucarísticas, del 27 de abril de 1973 de
la Congregación para el Culto Divino).
-Corresponde además, anunciar la Palabra y dar la bendición final, introducir a los
fieles antes de que comience la celebración, antes de las lecturas, en la Plegaria
eucarística, antes del prefacio; y también concluir toda la acción sagrada, antes de la
despedida.
3-Otras fórmulas de la celebración
Fundamentalmente se refiere a los diálogos entre la asamblea y el celebrante y a las
aclamaciones, que constituyen, por la naturaleza comunitaria de la celebración, ese
grado de participación activa que los fieles han de aportar.
Otras formas que favorecen este espíritu son: el acto penitencial, la profesión de fe,
la oración universal y la oración del Señor.
De las otras, algunas constituyen un rito: Gloria, salmo responsorial, Aleluya,
versículo antes del evangelio, el Santo, Aclamación luego de la consagración y el
canto después de la comunión.
Y otras “acompañan un rito”: canto de entrada, del ofertorio, de la fracción del
pan,de la comunión.
4-Diversos modos de pronunciar los textos. (Recurrir al texto n 18).
5-Importancia del canto.
“Debe darse gran importancia a él en las celebraciones, habida cuenta de la índole
del pueblo y de las posibilidades de cada asamblea. No implica que deba cantarse
siempre los textos destinados a ser cantados”. (Importante leer la instrucción
Musicam sacram, del 5 de marzo de 1967, de la Congregación de Ritos).
6-Gestos y posturas
SC 39 “signo de la comunión y unidad de la asamblea, ya que, fomenta la comunión
de espíritu y sentimiento de los participantes”
-Para ello los fieles deben obedecer a las moniciones que hacen el diácono, el
sacerdote y otros ministros. (Recurrir al n 21 que detalla los momentos de pie,
sentados y de rodillas).
-A los gestos y posturas, se agregan las acciones por las que el sacerdote: se acerca
al altar, se ofrecen los dones y los fieles se acercan a la comunión. Acciones que
convienen sean decorosas, normas establecidas en cada caso.
7-El silencio.
(Musicam sacram n 17). Su naturaleza depende del momento en que se guarde en
cada celebración. Acto penitencial y después de la invitación a orar; después de la
lectura u homilía; después de la comunión.
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III- Las distintas partes de la Misa
A- RITOS INICIALES
Todo lo que precede a la Liturgia de la Palabra: la entrada, el saludo, el acto
penitencial, Señor ten piedad, el Gloria y la oración colecta “tienen carácter de
exordio, introducción, preparación”
Es decir que “tienen como finalidad que los fieles reunidos constituyan una comunidad
y se dispongan a escuchar como conviene la Palabra y celebrar la Eucaristía”.
Entrada: Su finalidad y la del canto (Recurrir nº 26). También qué hacer cuando no hay
canto de entrada.
Saludo al altar y al pueblo congregado: Todos saludan. Sólo el sacerdote y diácono lo
besan.
El saludo del sacerdote y la respuesta “manifiestan, expresan” el misterio de la Iglesia
congregada.
Acto penitencial: Se puede hacer una introducción al mismo. Luego confesión general
y conclusión del sacerdote.
Señor, ten piedad de nosotros:
Gloria a Dios:
Oración colecta: Ella expresa la naturaleza de la celebración. (Se dice una sola oración
colecta)
B- LITURGIA DE LA PALABRA
-La parte principal la constituyen las Lecturas tomadas de la Sagrada Escritura y los
cánticos interleccionales.
-La homilía, profesión de fe y oración universal o de los fieles “la desarrollan y
concluyen”. (Importante aquí cuando celebra un ministro no ordenado. No hay que
hacer homilía como una obligación).
Lecturas bíblicas: No es un oficio presidencial, “sino ministerial”, por lo tanto, de
ordinario conviene que otro sacerdote o el diácono proclame el Evangelio. Si no lo hay,
que lo proclame el que preside.
Cantos interleccionales: El salmista o cantor del salmo proclama sus versos “desde el
ambón o desde otro lugar adecuado”.
Homilía: (SC 52 “es parte de la liturgia, y se la recomienda encarecidamente”. Es
alimento para la vida cristiana. ( Su naturaleza y expresión… Instrucción Inter
Oecumenici, del 26 de setiembre de 1964 n 54). Nº 42 “De ordinario, hará la homilía
el mismo sacerdote celebrante”.
Profesión de fe: Su finalidad es “dar asentimiento y responder a la Palabra de Dios y
recordar la regla de su fe antes de comenzar a celebrar la Eucaristía”
Oración de los fieles: Nº 45 y 46.
C- LITURGIA EUCARÍSTICA
La Iglesia ha ordenado toda la celebración de la liturgia eucarística en estas partes, que
responden a las palabras y a las acciones de Cristo. A saber:
-Preparar los dones que se llevan al altar: pan, vino y agua… los mismo elementos que
Cristo tomó en sus manos.
-La plegaria eucarística en la que se da gracias a Dios por toda la obra de la salvación y
se hace la ofrenda del Cuerpo y de la Sangre de Cristo;
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-Y por la fracción del pan se manifiesta la unidad de los fieles, y por la Comunión los
fieles reciben su Cuerpo y Sangre.
Preparación de los dones: Con ello se inicia la liturgia eucarística. Lo primero que se
realiza es la Preparación del altar (Instrucción Inter Oecumenici, 26 de setiembre
1964 nº 91): se coloca el corporal, purificador, el misal y el cáliz.
Los dones los reciben el sacerdote o el diácono y las coloca sobre el altar.
La colecta no se coloca en la mesa eucarística. Otro lugar conveniente.
Plegaria eucarística: Centro y cumbre de toda la celebración (plegaria de acción de
gracias y de consagración).
Sus partes: Acción de gracias (prefacio); Aclamación (Santo); Epíclesis (invocaciones
especiales para consagrar los dones ofrecidos); Narración de la institución y
consagración (palabras y actos por los que el mismo Cristo actúa); Anámnesis (por
mandato del mismo Cristo la Iglesia realiza el memorial de su Pasión, muerte y
Resurrección): Ofrenda (la Iglesia congregada ofrece al Padre la víctima inmolada y se
ofrece también a sí misma): Intercesiones (que expresa que la Eucaristía se celebra en
comunión de la Iglesia peregrina y la celestial); Doxología final: (se expresa la
glorificación de Dios).
Rito de la comunión: A ella han dispuesto la fracción del pan y los otros ritos
preparatorios.
-Oración del Señor: todos juntos, luego el embolismo el sacerdote y concluye con la
doxología.
-Rito de la Paz:
-Gesto de la fracción del pan: realizado por Cristo en la última Cena, dio el nombre, en
tiempos apostólicos, a toda la acción eucarística.
-Inmixtión:
-Cordero de Dios:
-Preparación privada del sacerdote:
-Muestra a los fieles el pan eucarístico:
-Comunión:
-Silencio Sagrado:
-Oración después de la Comunión: el sacerdote ora e invita a orar para recibir los frutos
del misterio celebrado.
D) RITO DE CONCLUSIÓN
Consta de: Saludo y bendición del sacerdote y Despedida para que todos retornen a la
vida alabando y bendiciendo a Dios.
Capítulo III
Oficios y Ministerios en la Misa
SC 14, 26: “En la asamblea que se congrega para la Misa, cada uno tiene el derecho
y el deber de aportar su participación de diverso modo, según la diversidad de
órdenes y oficios. (SC 26) “Cada uno hará todo y sólo lo que le corresponde”.
-NºSa presidencia del Obispo y del presbítero
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I- Oficios y ministerios del Orden Sagrado
-NºSa presidencia del Obispo y del presbítero
-Nº 61 Entre los ministros, tiene el primer lugar el diácono, cuyo orden fue tenido en
estima desde el comienzo de la Iglesia. En la Misa tiene, en efecto, partes propias:
Anuncia el Evangelio y a veces predica la Palabra de Dios, guía la oración de los
fieles, asiste al sacerdote, distribuye la Eucaristía y, a veces, indica los gestos y
posiciones de los fieles.
II- Servicios y ministerios especiales
-Nºs 62-64 Las funciones y deberes del Pueblo de Dios
-Nº 65 El “acólito”, que ha sido instituído para el servicio del altar y para ayudar en él al
sacerdote y al diácono. Le compete, de manera especial, preparar el altar y los vasos
sagrados y distribuir la Eucaristía, de la cual es ministro extraordinario.
-Nº 66 El “lector” ha sido instituído para proclamar las lecturas de la S. Escritura,
excepto el Evangelio. También puede proponer las intenciones de la oración universal y
faltando el salmista, recitar el salmo. “Deben ser aptos para el oficio de proclamar y
diligentemente preparados”.
Nº 68 Los otros servicios. (De los cuales el diácono, acólito y lector deben saber guiar,
reunir y preparar. Un poco lo que expresa el nº 69).
Nº 70 “Todos los ministerios inferiores al diaconado, también pueden ser ejercidos por
seglares, aunque no estén instituídos oficialmente.
Muy importante el Nº 73 – leer.
Capítulo IV
Diversas formas de Celebrar la Misa
A partir del Nº 127 se hace referencia a Los ministerios del diácono.
-En general asiste al sacerdote y actúa a su lado.
-En el altar lo ayuda a cubrir y descubrir el cáliz, o a volver las páginas del misal.
-Si no hay otro ministro, desempeña otros oficios, según sea necesario.
a-Precede al sacerdote llevando el Evangeliario. Si no, va a su lado.
b-Deja Evangeliario en el altar y lo besa junto con el sacerdote. Luego asiste al
sacerdote en la imposición e incensación del altar.
c-Va a la sede con el sacerdote y lo asiste cuando es necesario.
d- Bendición del sacerdote para proclamación del Evangelio.
e-En el ofertorio, prepara el altar mientras el sacerdote permanece en la sede. Y lo
asiste cuando recibe los dones del pueblo. Luego le entrega la patena con el pan y
vierte el vino y un poco de agua (con la oración en secreto). Este rito se puede
hacer en la credencia.
f-Durante la plegaria eucarística, permanece cerca del sacerdote, pero un poco
detrás de él, para asistirlo cuando sea necesario (especialmente para disponerle el
Misal).
g-En la doxología, sostiene el cáliz mientras el sacerdote eleva la patena con la
hostia, hasta que se haya realizado la respuesta del pueblo.
h-Según las circunstancias, luego que el sacerdote dijo la oración por la paz, el
diácono invita a la paz.
i-Ayuda al sacerdote en la distribución de la comunión.
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j-Luego de la oración después de la comunión, puede dar los avisos al pueblo.
k- despide al pueblo: Pueden ir en paz
l-Besa el altar junto con el sacerdote y se retira del mismo modo en que entró.
A partir del Nº 142 se habla del ministerio de los acólitos
a-Los ministerios que puede realizar son “de diversa índole” y muchos de ellos
pueden ser simultáneos. Por lo tanto conviene repartirlos “oportunamente” entre
varios, cuidando él de realizar los más importantes.
b-Puede llevar la cruz en la procesión. Luego se ubica en su lugar en el presbiterio.
c-Es importante que ocupe un lugar cerca del altar para ayudar al sacerdote o
diácono en todo lo que sea necesario.
d-Cuando no hay diácono, terminada la oración universal, prepara el altar. Si hace
falta ayuda al sacerdote a recibir los dones. Acompaña en la incensación de las
ofrendas y altar.
e-En calidad de ministro extraordinario de la comunión, puede ayudar al
sacerdote a distribuir la comunión (Carta apostólica Ministeria quaedam, 15 de
agosto de 1972).
f-Ayuda al sacerdote o diácono a purificar y arreglar los vasos sagrados. En
ausencia del diácono, los lleva a la credencia y ahí los purifica y arregla.
A partir del Nº 148 se habla del ministerio del lector
a-Cuando no hay diácono, puede llevar el libro de los Evangelios, caminando
delante del sacerdote. En los otros casos, va con los otros ministros.
b-Ocupa su sitio en el presbiterio, con los demás ministros.
c-Lee desde el ambón las lecturas que preceden al Evangelio. También pude decir
el salmo en ausencia del cantor.
e-Puede enunciar, cuando no hay diácono, las intenciones para la oración universal
f-Cuando no hay canto (entrada y comunión) el lector pronuncia las antífonas a su
debido tiempo.
Capítulo VII
Como se eligen las diversas partes de la Misa
-Al ordenar la Misa, dentro de la amplia facultad de elección que se nos ofrece, “el
sacerdote tendrá en cuenta –más que sus propias preferencias- el bien espiritual de la
asamblea, y en acuerdo con los ministros que de algún modo participan en la
celebración. La armoniosa ordenación y ejecución de los ritos contribuye mucho a
preparar el espíritu de los fieles para participar de la Eucaristía.
-El sacerdote considerará en primer lugar el bien espiritual de los fieles. Y procurará, si
elige la Misa de la feria, o una Memoria facultativa o la Misa de algún santo o por las
diversas necesidades, o una misa votiva: no omitir con frecuencia y sin motivos
suficientes las lecturas asignadas para cada día en el leccionario ferial, ya que la
Iglesia desea vivamente que la Palabra de Dios se prepare con más abundancia
para los fieles (SC 51).
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Elección de las partes de la Misa
-En domingos y fiesta se proponen tres lecturas: Profetas, apóstoles y Evangelio
-La lectura ferial propone para cada día de la semana y durante todo el año, que siempre
son preferibles.
-En casos en los que se incluye algún sacramento o sacramental, o se celebra alguna
circunstancia especial, los leccionarios poseen una selección particular de textos. Esto
es para que los fieles sean llevados a percibir con mayor plenitud el misterio del
que participan y tomen mayor amor a la Palabra de Dios.
-Los Prefacios: con los que se ha enriquecido el Misal Romano, tienen por objeto
explicar, de varios modos, la acción de gracias en la Plegaria eucarística, y proponer
más luminosamente los misterios de la salvación.
-Las Plegarias eucarísticas:
-La primera o Canon Romano (puede ser usado siempre) oportunamente en los días
asignados Apóstoles o santos a los que hace referencia la Plegaria. Estar atentos al
Prefacio.
-La segunda plegaria es más conveniente para los días de semana, por sus notas
particulares (presentar en forma resumida los misterios de la salvación). Aunque tiene
prefacio propio se pueden utilizar otros que tengan esas características: per annum o
comunes.
-La tercera plegaria puede ser dicha con cualquier prefacio. Se prefiere su uso en los
domingos y fiestas.
-La cuarta plegaria “tiene un prefacio fijo y da un compendio más pleno de la historia de
la salvación. Estar atentos a usarla cuando la Misa no tiene prefacio propio.
Capítulo VIII
Misas y oraciones para diversas circunstancias, Misas votivas y Misas de difuntos
Misas y oraciones para diversas circunstancias
-Al ser santificados por los sacramentos y sacramentales casi todos los actos de la vida,
convenía que el Misal proporcionara Misas y oraciones que puedan adaptarse a dichas
circunstancias.
-En ellas generalmente se emplean las lecturas feriales, si se ajustan a la celebración.
-Estas Misas son de tres clases: Misas rituales: relacionadas con algún sacramento o
sacramental; Misas para varias necesidades: en distintas circunstancias o tiempos y;
Misas votivas: relacionadas con los misterios del Señor o en honor de la Virgen María
o de algún santo, que se puedan elegir según la piedad de los fieles.
-Las misas rituales se prohíben los domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua.
Solemnidades. En la octava de Pascua, en la conmemoración de todos lo fieles
difuntos, Miércoles de cenizas y Semana Santa, observando las normas indicadas
en los rituales o en las mismas Misas.
-Los días en que ocurre una Memoria obligatoria o una feria de Adviento hasta el
16 de diciembre, o del tiempo de Navidad desde el 2 de enero, o del tiempo pascual
fuera de la octava de Pascua, son días en que de por sí están prohibidas las son días
en que por sí están prohibidas las misas votivas y por diversas necesidades.
-En las ferias durante el año, se puede celebrar cualquier Misa o decir cualquier
oración para diversas circunstancias, exceptuadas, sin embargo, las Misas rituales.
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Misas de difuntos: La Misa exequias o las otras Misas de difuntos (Nºs 335-341)
PARTES DEL MISAL
PRIMERA PARTE
1-CALENDARIO- Siempre es bueno revisarlos. Sin embargo, generalmente
recurrimos al Calendario litúrgico que nos llega impresos a las Parroquias. El que está
en el Misal, nos sirve para “programar”, ya que uno puede adelantarse al mes siguiente
y tener en cuenta las celebraciones importantes.
Como así también nos sirve para “planificar”. Podemos con el Equipo de Liturgia y los
ministros instituídos “mirar” el año entero.
2-PROPIO DEL TIEMPO- Toda la primera parte de este “libro litúrgico” está
dedicada a las Misas de cada tiempo litúrgico. Allí se encuentran “las oraciones
presidenciales”
a- Tiempo de Adviento- Tenemos los “cuatro domingos” y las Misas diarias del
tiempo.
En los domingos vienen indicadas además las páginas de los prefacios a utilizar. Es
necesario tener en cuenta el “doble movimiento” del Adviento, para que los prefacios
formen unidad con la Palabra de Dios, las oraciones colectas, la homilía y la oración de
los fieles. También hay que tener presente el guión.
Es lo primero que se “marca en el Misal”, porque de allí en adelante somos “orientados”
a la búsqueda de los otros elementos.
A partir del 17 de diciembre, toda la liturgia se centra en la Primera venida del Señor
hecho hombre en Belén. Tanto la Liturgia de las Horas como las oraciones de la Misa
quieren resaltar de modo particular este giro y esta centralidad. De allí que después del
III Domingo, ya nos preparamos para las celebraciones con días fijos. Que tiene
duración hasta el 24 de diciembre en “la Misa matutina” que generalmente se
celebra en los conventos o casas religiosas.
b-Tiempo de Navidad- Están claramente indicadas: la Misa de la vigilia, la Misa de la
noche, la Misas de la aurora y la Misa del día.
Inmediatamente después de la celebración de la Solemnidad del Nacimiento del Señor,
este tiempo tiene “su octava”. Esto es fundamental para comprender la importancia, que
junto a la Pascua, guarda este tiempo.
-i la octava tiene domingo, el Primero se celebra la fiesta de la Sagrada Familia (de lo
contrario es el 30 de diciembre). En esto nos guiamos por el calendario litúrgico. Por
ello es tan importante no “ir al día”, sino planificar las celebraciones de cada tiempo.
-El 1 de enero se celebra “la solemnidad de Santa María Madre de Dios”. Tanto esta
solemnidad como la Fiesta de la Sagrada Familia, tienen indicaciones concretas sobre
los prefacios y también sugerencias sobre las Plegarias eucarísticas que más competen
rezar esos días.
-Luego el II domingo después de Navidad
-El 6 de enero se celebra “la solemnidad de la Epifanía del Señor”, que en algunos
países se celebra en día domingo.
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-Luego, el Misal nos propone “el Domingo después del 6 de enero, que es “la Fiesta del
Bautismo del Señor” (y que ocupa el lugar del primer domingo del tiempo ordinario)
-Ahora, lo que parece complicado, a veces para algunos, es la disposición que sigue
de las Misas. Sin embargo es una cuestión de Orden. El Misal nos ha propuesto
hasta ahora “toda la fuerza de la Solemnidad de la Navidad y las Fiestas propias
de este tiempo”. Luego de ese orden, nos ubica en “las ferias del tiempo de
Navidad”. Por eso es necesario estar atentos a ello cada día.
c-TIEMPO DE CUARESMA- Aquí sería lo más normal que pasara el Misal “al II
domingo del Tiempo Ordinario”. Pero no lo hace, porque como se nos ha indicado, está
siguiendo los “tiempos litúrgicos” y por lo tanto dando importancia a los tiempos más
fuertes, en orden de celebración según el calendario.
-Miércoles de Ceniza- Tiene una indicación precisa de todas las partes de la celebración,
como así también de los prefacios a utilizar.
-Luego las ferias después del Miércoles. Lo que nos indica ya que hemos iniciado un
tiempo de particular importancia para la vida cristiana.
-Luego se nos proponen los “cinco domingos de Cuaresma con sus respectivas ferias”.
Es un tiempo muy bien elaborado en la Liturgia Romana. (Tengamos en cuenta que el
ciclo más perfeccionado es el “A”, de allí que los prefacios de ese ciclo son propios y
concuerdan con el Evangelio propio de ese domingo). Culmina este tiempo con el
sábado de la quinta semana de Cuaresma.
d-SEMANA SANTA- Si algo debemos tener muy en cuenta en este tiempo a la luz
del Misal, es observar como la Iglesia “reconoce” en él la centralidad de toda la
vida cristiana. De allí que las rúbricas abundan y son muy precisas e iluminadoras.
-Domingo de Ramos de la Pasión del Señor- Tiene completa la Conmemoración de la
Pasión, bendición de Ramos, procesión y la Misa. Quiere mostrarnos “el todo, la
profunda unidad de la celebración”.
-Lunes, Martes y Miércoles de la Semana Santa.
-Jueves de la Semana Santa- MISA DEL SANTO CRISMA- Resalta el hecho de que
tiene incorporadas las oraciones de la bendición de los óleos, las promesas sacerdotales
y el prefacio.
e-EL TRIDUO PASCUAL-Jueves Santo de la Cena del Señor- Una fuerte cantidad de rúbricas que siempre vale
la pena leer con tiempo. Nos muestra también la unidad de la celebración y la indicación
precisa de utilizar la Plegaria eucarística primera o Canon Romano, y el traslado del
Santísimo Sacramento.
-Viernes Santo de la Pasión del Señor- La celebración ordenada en un todo y con
precisas rúbricas que indican con claridad oficio y ministerios.
f- TIEMPO PASCUAL- Indudablemente que es el tiempo más rico.
-La celebración de la Vigilia está precisa y bellamente ordenada. Es necesario
remitirse a las rúbricas y entenderemos toda la ceremonia, que a veces nos parece tan
difícil de comprender y de realizar.
-Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor- La Misa del día. (A la que
deberíamos dedicarle más tiempo y preparación).
-La Octava de Pascua-Con la Misa propia de cada día.
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-Luego los siete domingos del tiempo Pascual con sus ferias respectivas. Culmina el
sábado de la séptima semana con la Misa matutina.
g-DOMINGO DE PENTECOSTÉSSe nos indica la Misa del día. (Sorprende que aún no tengamos una Vigilia de
Pentecostés en el Misal). Es el día en que el Cirio Pascual se saca del presbiterio y se
lleva cerca de la Pila bautismal.
h-TIEMPO ORDINARIO-Está introducido por una página de rúbricas, también claras y precisas que nos indican
el sentido y profundidad del tiempo.
-Los 34 domingos, están ubicados allí, porque durante el año, cada domingo celebramos
la Pascua del Señor. Por lo tanto, toda la intensidad de Semana Santa, el Tiempo
Pascual y Pentecostés, siguen desplegando su riqueza durante todo el año.
i-SOLEMNIDADES DEL SEÑOR DURANTE EL TIEMPO ORDINARIO- Al
principio, parece un poco complicada su ubicación. Pero ahora que hemos seguido su
sentido teológico más profundo podemos ver con mayor facilidad y asombro el orden
del Misal. Estas solemnidades, sabemos de ahora en adelante que están “culminados los
tiempos litúrgicos”, porque son “parte de ellos”.
Así, las Solemnidades de la Santísima Trinidad y el Cuerpo y Sangre del Señor siguen
en orden al domingo de Pentecostés. La del Sagrado Corazón, el viernes inmediato a
este. Y Jesucristo Rey universal, ocupa generalmente el lugar del domingo 34 del
tiempo ordinario.
SEGUNDA PARTE
EL ORDINARIO DE LA MISA
Ahora nos encontramos, propiamente con aquello que nosotros hubiéramos querido
encontrar al principio. ¿Qué nos hubiera faltado? Lo esencial: ubicar el tiempo de los
hombres en el tiempo de Dios, que es el fin de la Liturgia. Santificar el tiempo. Nos
hubieran faltado los tiempos litúrgicos, que nos permiten conocer y celebrar los
misterios del Señor, para poderlos vivir.
1-LOS RITOS INICIALES- Saludo, respuesta, Acto penitencial (con su formulario, y
con la riqueza de tropos para cada tiempo litúrgico y la posibilidad de sustituir el Acto
penitencial por la Bendición y aspersión del agua en los domingos), el Gloria.
2-LA LITURGIA DE LA PALABRA- Posee de modo detallado cada una de las partes
y oficios que corresponde a cada ministerio. Son rúbricas que generalmente no leemos y
por eso muchas veces improvisamos y nos equivocamos.
-El Credo, dentro de esta Liturgia.
-La Plegaria universal u oración de los fieles con todas las indicaciones y con las
sugerencias de formularios que trae el Misal para las mimas.
3-LITURGIA EUCARÍSTICA- Posee todas las indicaciones de lo que reza en voz
alta y baja quien preside la celebración y también los oficios del diácono y el acólito.
4-PLEGARIA EUCARÍSTICA- Las rúbricas nos introducen y guían sobre la
ubicación de las mismas. Y nos presenta en una página el diálogo introductoria y el
Santo.
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-De allí, quien asiste en el altar, debe saber con anterioridad qué plegaria va a utilizar el
presidente de la Eucaristía, y se mueve según indican los marcadores, que ya trae el
Misal sobre cada plegaria eucarística.
-Por lo tanto, lo que es fundamental para nosotros consiste en tener claro el Orden de los
tiempos litúrgicos y el Orden de las partes de la Misa. De allí, que inmediatamente no
están las plegarias,
5- “sino los prefacios, que formando parte de ella, están seleccionados por tiempo
litúrgico y por excelencia del Misterio a celebrar”.
6-LAS PLEGARIAS EUCARÍSTICAS-Plegaria I o Cánon romano
-Plegaria II, con su prefacio (optativo)
-Plegaria III, sin prefacio, para elegir uno adaptado a la celebración
-Plegaria IV con prefacio propio (no puede ser cambiado)
7-RITO DE LA COMUNIÓN- Padrenuestro y las respuestas y aclamaciones del
pueblo, el rito de la paz, la fracción del pan.
8-RITO DE CONCLUSIÓN- Posee las indicaciones para el tiempo ordinario y el
pascual.
TERCERA PARTE
Culminadas las partes de la Misa, se nos propones Las bendiciones solemnes y
oraciones sobre el pueblo.
-También están distribuidas, en primer lugar por tiempos litúrgicos, Solemnidades,
Fiestas, tiempo ordinario, los apóstoles, santos y la celebración de los difuntos.
-Las oraciones sobre el pueblo son variadas y más libres en su elección.
CUARTA PARTE
PROPIO DE LOS SANTOS
Indicados por los meses del año, se nos indican en las rúbricas (presentadas en la
primera página) las indicaciones a tener en cuenta. Lo más importante es estar atentos,
con el calendario litúrgico, si es una memoria obligatoria o libre, si es una festividad de
la Virgen que tiene incidencia directa en la piedad universal o diocesana.
QUINTA PARTE
MISAS COMUNES
En la primera página hay también una serie de rúbricas que nos orientan en las
características esenciales de las mismas y en aquello que se debe tener en cuenta en su
celebración.
-En primer lugar “Común de la dedicación de una Iglesia” (con la indicación propia de
lo que se va a celebrar).
-El común de la Santísima Virgen María (con selección según los tiempos litúrgicos y
con mucha variedad).
-Común de mártires (también con la indicación en o fuera del tiempo pascual y por uno
o varios mártires)
-Común de pastores (variedad y selección).
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-Común de Doctores de la Iglesia.
-Común de Vírgenes.
-Común de santos y santas (con gran variedad)
SEXTA PARTE
MISAS RITUALES
En la primera página tenemos indicado un índice de las mismas.
-En los sacramentos de la iniciación cristiana
-Para el Orden sagrado
-Por los esposos
-Para la bendición de un Abad o de una Abadesa
-Para la Consagración de Vírgenes
-En la Profesión religiosa
-Para la dedicación de una Iglesia o de un altar
SÉPTIMA PARTE
MISAS Y ORACIONES POR DIVERSAS NECESIDADES
También en la primera página hay un índice más general. En él se nos indican los
ámbitos por los cuales se ora y dentro de ellos se encuentran más detalladas la
necesidades.
-Por la Santa Iglesia
-Por la sociedad civil
-En diversas circunstancias de la vida social
-En algunas necesidades particulares
OCTAVA PARTE
MISAS VOTIVAS
Las oraciones propias de estas Misas poseen una fuerte riqueza espiritual y están
enraizadas en la más rica tradición de la Iglesia. Siempre es necesario tenerlas en cuenta
para, según la piedad de los fieles, sugerir al sacerdote celebrarlas en algunas ocasiones.
NOVENA PARTE
MISAS DE DIFUNTOS
-En las exequias
-En el aniversario
-Diversas conmemoraciones
-Diversas oraciones por los difuntos
-En las exequias de los niños
DÉCIMA PARTE
APÉNDICE
-Las plegarias eucarísticas V a, b, c, d
-Plegarias eucarísticas sobre la Reconciliación I, II
-Plegarias eucarísticas para las Misas con niños I, II, III
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El ministro extraordinario de la Eucaristía
-Ante todo se destaca que es un ministerio y –si bien no instituido- ocupa un lugar muy
importante en el concierto de signos, palabras, movimientos y actitudes que se
desarrollan durante la Acción litúrgica.
-Fue en 1973 cuando los obispos diocesanos fueron autorizados a encargar a los laicos
católicos distribuir la comunión durante la misa y llevarla a los enfermos y moribundos.
(En algunas ocasiones, los ministros de la eucaristía también pueden presidir la
distribución de la comunión en ausencia de un sacerdote).
-Generalmente el nombramiento de un ministro extraordinario de la eucaristía está
limitado a un período de tiempo.
Es bueno profundizar en el principio sobre el que se sostiene este ministerio
extraordinario. El mismo está delineado en el Código de Derecho Canónico de 1983
(canon 230.3), el cual establece que los laicos pueden ejercer el ministerio de la
palabra, presidir oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y distribuir la sagrada
comunión, siempre que la necesidad de la Iglesia lo requiera o que no se disponga de
ministros ordenados.
En los documentos de la Iglesia, el término “extraordinario” significa “fuera de lo
ordinario”, siendo lo ordinario el caso de un sacerdote o un diácono. En cuanto laico, es
algo “fuera de lo ordinario” que usted distribuya la comunión a otras personas, con lo
cual se convierte en ministro extraordinario de la eucaristía.
Pero “extraordinario” puede, además, significar “excepcional” “notable”. Este
significado calza también perfectamente. Como voluntario para distribuir la comunión
durante las misas, “usted se pone al servicio de la fe de la comunidad”. Voluntario que
está preparado para llevar la comunión a los enfermos, a los moribundos, a toda
persona que por cualquier razón viva confinada en su casa, usted –entonces- es una
persona muy notable.
Esto tiene consecuencias importantes para nuestro servicio:
1-En primer lugar el ministro es un servidor del mundo de los enfermos. Es su primer
objetivo y debe llegar a ser su gran misión en el ministerio. Hoy uno contempla las
comunidades eclesiales y descubre que no son muchos los que se dedican con empeño a
esta tarea. Son los brazos del servicio eclesial extendidos en una caridad constante para
llegar con Jesús Sacramentado a los que más sufren. Es allí donde lo extraordinario del
ministerio se torna riqueza para toda la comunidad. Es en la visita, en la oración con y
por los enfermos donde un capital inmenso de gracia llega a la vida comunitaria toda.
Es la presencia de este servicio que la Iglesia confía a los fieles laicos en un mundo
donde ella siempre ha puesto especial atención, “el mundo del dolor, del sufrimiento
humano”. El ministro es “Notable” cuando sabe que es de los pocos que llegan a la vida
de tantos hombres y mujeres confinados en la soledad, en su ancianidad. Allí va Jesús
en el servicio de ustedes a ser consuelo y Vida abundante para aquellos que a los ojos
del mundo ya no producen.
2-Además es voluntario para distribuir la comunión en las celebraciones eucarísticas.
Como he dicho más adelante “allí el ministro se pone al servicio de la fe de la
comunidad”. Y esta debe ser la clave movilizadora de nuestras actitudes. Ponerse al
frente es estar en la vidriera para que todos nos vean...y desde allí también –muchas
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veces- nos juzgan. Para muchos serán una elite muy especial que rodea no sólo al
sacerdote, sino que son como patrones de la Iglesia.
Es allí donde debemos revisar una y otra vez los modos, las actitudes, “los gestos”
nuestros dentro de la celebración. Este es un tema que hay que revisar una y otra vez,
para que nuestro servicio –más allá de las críticas- sea verdaderamente a la fe de la
comunidad.
3-Un punto más a iluminar es que el ministerio es extraordinario. Ya lo hemos visto al
revisar las indicaciones del Misal Romano. Esto quiere decir que son muchos los fieles
de la parroquia que pueden ofrecer ese servicio. No hay ministros vitalicios, con cargo
adquirido a perpetuidad.
Por esta razón, el párroco solicita al Obispo el nombramiento de los mismos, que se
otorga por un determinado tiempo. Así, en la vida comunitaria se va expresando lo
gratuito y desinteresado del servicio evangélico.
Ningún ministro debe sentirse ofendido de que no se lo vuelva a nombrar después de
uno o dos períodos. No es una exclusión, sino lo propio de este ministerio, que ofrece la
hermosa posibilidad de ejercerlo a muchos otros miembros de la comunidad.
El gran desafío...conformar un equipo de liturgia
En el momento de ser designados como ministros nos invade a todos una gran emoción
y gratitud. El deseo de ejercer el ministerio nos da un impulso fuerte. Pero –como tantas
cosas- vamos perdiendo el entusiasmo cuando nos “damos cuenta que el ministerio
exige horarios, tiempos, preparación, formación”.
Hay comunidades que logran armar un “organigrama” donde los ministros tienen fijadas
las celebraciones en las que participan y la obligación de buscar a quien los reemplace
en casos de no poder asistir.
Pero no es ese el ideal a lograr, sino el compromiso en ser parte, en conformar el
Equipo de liturgia parroquial. ¡Claro...formar un equipo implica dejar espacios,
dialogar y –sobre todo- renunciar a espacios de poder que algunos toman por cuenta
propia y culmina siendo una atomización de pequeños grupos de personas que
responden a un mismo fin...pero con caciques distintos.
Un Equipo de Liturgia parroquial debe convertirse en la fuente de reflexión y
organización de las celebraciones. Allí los ministros ocupan un lugar “realmente
extraordinario”. El servicio no se puede restringir “a disponer en la credencia los
elementos para cada celebración”, dando vueltas en la sacristía como ocupantes únicos
de ese horario. El Equipo de Liturgia implica un aprendizaje lento y rico en el que todos
sus integrantes van disponiendo la celebración con diligencia y armonía. Para ello ha
sido necesario prepararse.
En ese Equipo deben estar representados todos los ministerios litúrgicos: diácono,
acólito, lector, ministros extraordinarios de la comunión, miembros de la comunidad
que deseen integrarlo. “Allí propiamente comienza el ejercicio de la caridad, que luego,
en la celebración ejercemos dando la comunión”.
¿Qué precisas tareas le implican a un Equipo de Liturgia?
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La preparación de la “completa celebración litúrgica”. No es una parte en la que
yo intervengo sin saber nada de lo demás. Eso nos permitirá tener una visión
total de aquellas cosas que a lo largo de la Acción litúrgica haya necesidad de
intervenir o nos hagan falta.
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-
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La sistemática revisión de los elementos litúrgicos. Aquello que debe ser
limpiado, lo que debe comprarse, lo que hay que lavar, etc. El estado de los
ornamentos y –sobre todo- de los libros litúrgicos.
La organización mensual de servicio a las celebraciones litúrgicas.
La preparación y reflexión anticipada de las grandes fiestas, solemnidades o
celebraciones especiales.
Los ministros –en particular- revisarán la lista de los enfermos que se visitan, los
que se han agregado y a los que ya no se va.
Un tema “muy especial” lo ocupan los guiones de la Misa. (referencia)
La formación litúrgica
La evaluación constante de la tarea.
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