DESASTRES Y DERECHOS HUMANOS: LECCIONES DESDE EL SALVADOR Por: Dr. Ben Wisner Programa de Estudios Ambientales, Oberlin College, Ohio Vice Presidente de la Iniciativa de Terremotos y Megaciudades (EMI) Vice Presidente, Comisión de Riesgos y Peligro, Unión Internacional de Geógrafos Nuevo Milenio, nuevo año: vieja historia. Un terremoto que sacude a América Central, en el cinturón de fuego del Pacífico, donde se han sentido al menos 17 terremotos de magnitud mayor que 7 desde 1900. Este es el décimo octavo sismo destructor desde 1990. Los daños reportados suenan familiares: 700 muertos, 2000 desaparecidos, miles de viviendas demolidas, los dos quintos de toda la capacidad hospitalaria completamente destruida, la quinta parte de todas las edificaciones escolares sin poder ser utilizada. Grupos internacionales de rescate que llegan con artefactos sofisticados y perros amaestrados para el rescate. Las imágenes de parientes paralizados y agoviados por la tragedia. La oportunidad de tomar una foto de impacto periodisctico: una o dos personas encontradas con vida entre los escombros. En la ciudad de Mexico en 1985, fueron los “niños milagrosos” los que sobrevivieron entre las ruinas de la maternidad. En este caso hubo tambien un “perro milagroso”. Todo esto no es necesario, no es parte de la condición humana el ser aplastado y enterrado bajo un deslizamiento disparado por un terremoto. Los terremotos ocurren. Pero el desastre es sólo producido por la acción o inacción humana. En el caso del barrio de clase media, Las Colinas de Santa Tecla, ubicada justo a la salida de la capital, San Salvador, 400 casas desaparecieron bajo una muralla de escombros producto de una ladera ubicada en la parte superior que colapsó. Es esto “un acto de Dios?” Sólo el año pasado, un grupo de ciudadanos y ambientalistas habían intentado en las cortes detener el desarrollo ilegal en las laderas y riscos altos. El juez dictó sentencia en contra de ellos. Un antiguo planificador salvadoreño señala que muchas veces las restricciones contra la construcción de edificios en zonas de alto riesgo no se cumplen. Los expertos por su lados indican que las pendientes pronunciadas constituidas por suelos de tipo volcánico son inestables. Los Geólogos lo saben. Los planificadores lo saben. No se trata de ciencia ficción. Mi poco modesta propuesta es la de fijar nuestra mirada en un tratado internacional que promueva que los gobiernos alrededor del mundo apliquen soluciones de bajo costo basadas en conocimiento existente para prevenir tales pérdidas trágicas. El conocimiento está ahí. Es posible identificar zonas con alto potencial de deslizamientos. También el conocimiento ingenieril existe y están los códigos de diseño y construcción que contienen provisiones que podrían evitar el colapso de numerosos edificios. Del mismo modo, la Organización Panamericana de la Salud dispone de abundante material relacionado con la protección de los hospitales. No hay porqué haber perdida tanta capacidad de atención en los centros de salud como ocurrió en El Salvador. Acabamos de concluir toda una década de intercambio científico-técnico por mandato de la Década Internacional para la Reducción de Desastres Naturales auspiciada por Naciones Unidas, la misma que permitió establecer sólidas redes de científicos e ingenieros perfectamente capacitados para la definición de estándares. Un nuevo tratado requeriría que miles de expertos desarrollen los requisitos mínimos que al mas bajo costo permitan evitar tan trágicas pérdidas. “Juego de niños o de niñas? No. El nuevo reto es que estos científicos se sienten junto con los abogados, legisladores, expertos en política y establezcan mecanismos para exigir el uso de estos estándares mínimos. En los últimos años, cientos de agencias involucradas en proporcionar ayuda en caso de desastres, tuvieron éxito al llegar a acuerdos sobre “Estándares mínimos y carácter humanitario en la respuesta frente a desastres” . Llegar a acuerdos es una tarea difícil, el diablo está en los detalles, pero científicos y abogados se comen detalles como si fuera su desayuno. Que podria hacerce durante el tiempo en que un tratado se desarrolla? Lo bueno de este proceso es que soluciones visibles de bajo costo se filtran a la sociedad. Grupos de ciudadanos demandan accion de sus governantes, como en elcaso de Turquia cuando era claro que los contratistas no siguieron códigos de construcción y utilizaron materiales de baja calidad. La prevensión de desastres tiene que darse desde las cúpulas administrativas hacia abajo, y desde la ciudadanía hacia arriba. Seguridad total no es un derecho humano. Seguridad en contra de muertes o heridas prevenibles si lo es. La Declaración Universal de los Derechos Humanos no tiene sentido si los seres humanos que deben disfrutar de estos derechos pueden ser ignorados debido a que su propio gobierno se niega a velar por el cumplimiento de los códigos de construcción. La Década de Reducción Internacional de Desastres se terminó. Dejemos que inicie la década de prevensión de desastres como un derecho humano. Tal y como dijo un amigo Filipino, otro país sujeto a desastres naturales, “si podemos remover a un presidente por medios no violentos, entonces podemos asegurar que los códigos se cumplan”