Como establecer el reino de Dios en nuestras vidas

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Como establecer el reino de Dios en nuestras vidas
1 Corintios 11:3 LBLA
“Pero quiero que sepáis que la cabeza de todo hombre es Cristo, y la cabeza de la mujer es
el hombre, y la cabeza de Cristo es Dios.”
Hoy vamos a hablar de cómo es que David formó un equipo para traer el Reino de Dios.
Cuando entramos a estudiar acerca de lo que es el Reino de Dios, encontramos que la
palabra “reino” significa “gobierno”. Cuando entramos a entender el gobierno de Dios, nos
damos cuenta que tiene un diseño divino, cómo Dios lo trae y es establecido. Hay muchos
pastores que hoy dia están tratando de aprender cómo formar un equipo. Pero nuestra
prioridad principal debe ser establecer el Reino de Dios en la Tierra. Uno de estos días
estaba orando por cosas personales mías, y Dios me regañó y me dijo: “¿Cómo no ves los
propósitos grandes de mi Reino, y me das gracias por esas cosas?”. Nuestro propósito al
formar un equipo debe ser establecer su Reino en la Tierra.
Empezar el gobierno de Dios en la Tierra, de acuerdo al diseño divino, comienza levantando
una cabeza. Dios ha tenido malas experiencias con los comités, una de ellas fue la Torre de
Babel. Si se va a formar un equipo, Dios comienza señalando una cabeza y si lo aplicamos a
Dios mismo, El es un Dios trino. Dios son tres personas distintas con diferentes
personalidades y cualidades, pero están unidos en una unidad y propósito, por lo que son
perfectamente uno. La Palabra dice que alguien puede blasfemar contra el Padre y el Hijo,
pero no contra el Espíritu Santo. Cada uno tiene una función como equipo, y ¿quién es la
deidad del Dios trino? El Padre. Comenzamos entonces conociendo que la cabeza principal
es el Padre. ¿Eso hace a Jesús o al Espíritu Santo menos que el Padre? Claro que no. Dios
comienza siempre estableciendo una cabeza clara y definitiva. Entonces vamos establecer
que todo aquello que tiene dos cabezas es un monstruo.
Todo lo que Dios creó fue con una cabeza, una persona, un hombre. Pero, ¿qué es la cabeza?
Es la que tiene la responsabilidad ejecutiva y final, es una cabeza consultativa que tiene la
decisión final. Cuando Dios va a levantar un equipo, lo primero que hace es levantar una
cabeza clara, definida, pero no autoritaria. Cuando se va de vacaciones la familia, los
adolescentes quieren irse al mar o a jugar; la esposa a la piscina y la cabeza quiere ver
televisión. Pero toma una decisión no en beneficio propia, sino de todos los que están debajo
de él.
En el nuevo testamento habían 22 apóstoles; los 12 del Cordero y la Escritura habla de 10
más, y de éstos uno era la cabeza: Jacob. Y cuando el pueblo estaba debatiendo si tenían que
adorar como los judíos, o seguían siendo gentiles, tomó una decisión final ejecutiva, y fue
levantar el tabernáculo para que vengan todos los hombres judíos o gentiles a adorar a Dios.
Eso es el gobierno, y lo que hizo agradó a todos. Ese es el gobierno que siempre es una
cabeza clara y definitiva, y en cualquier equipo de trabajo tiene que haber una. Dios tuvo
mala experiencia con todos los comités. Cuando Juan escribe a las siete iglesias, y a todas se
dirige al Ángel de cada iglesia. La palabra “ángel” quiere decir “mensajero”.
En el libro de Éxodo, ¿qué es lo que hace Dios? ¿A quién se dirige? A Moisés. Establece una
cabeza, tanto en el negocio, en la iglesia, ese es el principio del Reino. Hay personas que
dicen: “El Reino de Dios se manifiesta en mi iglesia,” pero eso es como ir a una relojería y
tomar algo que no es suyo. Si no tiene esas características, el Reino no está y la característica
es que tiene que haber una cabeza clara, definida, porque si no la hay, viene el desorden. La
otra cualidad donde existe el Reino es el orden.
En el libro de Éxodo, está saliendo el pueblo de Israel y va a notar desde el capítulo 7 que
Dios levantó a Moisés para sacar a su pueblo, él era la cabeza clara, definitiva. El va a
formar un equipo. En el capítulo 8, 10, en todos se dirige a Moisés. Cuando Dios quiere
hacer cambios en tu ministerio, Él te habla a ti. Cuando quiere hacer un cambio en tu
empresa, también. Cuando te va a levantar para hacer algo, te lo dirá directamente. Hay
algunos que no son cabeza porque Dios nunca los levantó como tal. Una vez que
entendemos eso, hay una cabeza clara y definitiva. Dios dijo: “Yo quiero levantar un equipo
en Guatemala,” y halló una cabeza clara y definitiva. Dios le habló a Moisés y ahora te habla
a ti. Lo que permitas en tu iglesia, le tienes que dar cuenta a Dios por el poco o mucho
crecimiento.
Una vez que entendemos el principio del Reino, del Gobierno de Dios, se establece cuando
hay una cabeza clara. Cuando vas a una iglesia y la mujer está controlando y el hombre está
por otro lado, ahí no hay cabeza. Y ves que no hay Reino porque no hay una cabeza clara.
Una vez que entendemos eso, Dios forma algo que se llama un gobierno con cabeza y
hombros.
Isaías 9:6
Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se
llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
El equipo de Dios es formado por una cabeza puesta por Dios, no por elección. Por eso es
que si Dios te puso como pastor, no hay nada que te pueda botar o remover. La paz y el
gobierno van juntos. Si no hay gobierno, se la pasan peleando como perros y gatos porque
no hay una cabeza clara y definitiva. Hay un monstruo grande caminando. ¿Quiénes son los
hombros? Son aquellos que llevan la carga y desatan la cabeza para que se mueva libremente.
Los hombros son los que llevan la carga de la visión de la iglesia. Es el liderazgo, el
discipular para que la cabeza esté libre para hacer la estrategia. La cabeza no puede estar
cargada, Dios tiene que levantar hombros fuertes. Dios está levantando un liderazgo fuerte
que pueda llevar la visión. Una cabeza clara y definitiva es el hombre que Dios levantó, a
quien le va a formar un equipo que aguante el peso de la visión que le ha dado para que
tenga toda la libertad de ver a dónde va. ¿Cuál es el propósito de los hombros? Son parte del
cuerpo que sostiene y llevan la carga. La carga financiera de la iglesia la debe llevar el
liderazgo. La visión de la iglesia es el liderazgo, porque si el pastor lleva esto, se aumenta su
carga. El pobre bautiza a los vivos, casa, entierra a los muertos, hace todo en la iglesia, y el
resto de la iglesia con los brazos cruzados. ¿Para dónde va? ¿Qué visión tiene la iglesia?
Pero si tiene líderes ancianos que lo apoyen, va a ver la visión que Dios le ha dado. Los
hombros sostienen la carga, levantan la cabeza y la sostienen. Dan libertad a la cabeza para
concentrarse y guiar al pueblo correctamente. Le voy a decir como Dios forma esa cabeza en
tres dimensiones.
1.- En casa, el hombre es la cabeza del hogar. A los dos les dio derecho de gobernar, pero
por asunto de trabajar en equipo, puso al hombre como cabeza. Si los hombros sostienen la
cabeza, ¿qué hace la mujer hablando mal del marido? Los hombros no deshonran la cabeza,
no retan la cabeza, no pelean con la cabeza. Están diseñados para aliviar la carga de la
cabeza. Si caminan bien, el Reino se establece.
¿Con cuántos venció Abraham a cuatro reyes que tenían miles de soldados? Con 318. Esos
eran los hombros de Abraham. Dios levanta un hombre y le conecta un equipo de liderazgo.
En la deidad es lo mismo.
2.- En la iglesia, ¿quiénes son las cabezas? Los Apóstoles y los pastores, las pastoras,
esposas de los pastores son parte de los hombros, ella tiene su ministerio que le ayuda, que
levanta la cabeza, que alivia la carga de la cabeza. En la iglesia universal, la cabeza es Cristo.
En la iglesia local, es el pastor. Los hombros son los ministros, los ancianos. Si le pregunta a
un pastor que le dé ejemplos bíblicos del gobierno de Dios, no le saben contestar. Los
hombros de la iglesia universal, son los apóstoles. Estamos llamados a enseñarle al pueblo y
meterlo en su herencia.
Apocalipsis 3:7
Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene
la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre:
La llave de David es la adoración según la tradición evangélica. La llave simboliza mucho
más que adoración y autoridad; es una forma pura y santa de gobierno. La llave de David no
era la adoración, sino la forma de gobierno que trajo a Israel en su tiempo y fue con una
cabeza y 36 valientes que le cortaban la cabeza hasta al diablo. ¿Y qué tenía detrás de esta
llave? A David lo puso como el rey modelo de todos los reyes de su tiempo, el dijo que
David era conforme al corazón de Dios. El no buscaba lo suyo, sino lo de otros. ¿Qué hizo a
David tener un corazón conforme al de Dios? La llave nos habla de un cambio permanente e
irreversible, que no se hace para atrás. ¿Cuál es la llave? Dios me dio las siguientes
características:
1.- David tenía una gran pasión y deseo de estar siempre en su Presencia.
Saúl fue rey por 40 años y nunca le interesó traer el arca para adorar a Dios. En cambio,
David apenas subió al trono, lo primero que dijo fue “traigamos el arca, que es el símbolo de
la presencia de Dios”
Dios está levantando gente que ame su Presencia más que cualquier otra cosa; que tengan
pasión por su ella. ¿Quiere ser conforme a David? Me fui a buscar todos lugares en donde
menciona que David tuvo problemas, y encontré que en todas esas ocasiones, consultó a
Jehová.
2.- David tenía un corazón de adorador y lo manifestaba con alabanza, adoración, danza
y cántico.
3.- Tenía una gran pasión de concederle a Dios y a su nombre el más alto honor.
4.- David odiaba la falsa adoración y cualquier otro Dios que no fuera el de él.
5.- La obediencia total de David a Dios.
Hay gente que obedece como Saúl un 95%, pero desobedece 5%. David obedeció 100%.
6.- David tenía un corazón temeroso a Dios, nunca tocó al ungido.
Un día de estos me enfermé, y el Señor me dijo: “El problema es que tú juzgaste el ungido”.
Y me acordé que había dicho algo de un siervo de Dios, que aunque era cierto, ¿quién era yo
para juzgarlo?
7.- Respeto el pacto.
8.- Tenía un corazón listo para arrepentirse.
Aquellos que no les gusta trabajar en equipo, que piensan que van a tomar la ciudad solos,
anoten la segunda ley de la termodinámica que dice: “Cualquier cosa que se deje o se quede
sola, se va a enfriar, va a bajar su velocidad y se va a desintegrar. La segunda ley dice que
cualquier cosa que se deje sola, se enfría, baja su velocidad y por último, se deteriora. Hay
gente hoy trabajando sola, y por eso están fríos, por eso su velocidad a penas se conecta con
alguien.
Salmo 133:1-3 LBLA
“Cántico de ascenso gradual; de David. Mirad cuán bueno y cuán agradable es que los
hermanos habiten juntos en armonía. (2) Es como el óleo precioso sobre la cabeza, el
cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, que desciende hasta el borde de sus
vestiduras. (3) Es como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion;
porque allí mandó el SEÑOR la bendición, la vida para siempre.”
Cuando David escribe este salmo, es el final de su vida. Comenzó como pastor de ovejas,
cada enemigo fue destruido, ahora es rey, todos sus enemigos están pagando impuestos a
Israel, trajo el Reino con un equipo y entonces comienza a escribir este salmo. Sabía que no
lo hubiera podido hacer solo, que necesitaba a esos hombres valientes, que nunca hubiera
sido el rey ni exaltado al Dios de Israel a no ser por esos 36 valientes, los hombros de David.
“Mirad cuán bueno…” Esta palabra en hebreo significa “moralmente correcto”. Es muy
bueno, estar los hermanos juntos. No porque se siente bien, sino porque es moralmente
correcto, no importa si estoy cansado, triste, le pongo una actitud diferente.
“Mira cuán bueno, cuán placentero…” Lo placentero es producto de hacer una decisión no
por los sentimientos, sino porque es lo moralmente correcto. Me voy a alegrar con estos
cinco mil, porque moralmente eso es lo que la Biblia me pide. Cuando haces una decisión de
estar aquí, entonces viene la alegría. No es por los sentimientos, sino porque es lo correcto.
Verso 7 “… es como el óleo sobre la cabeza…” Y si no tiene cabeza, ¿dónde va a derramar
Dios la unción? Dios está buscando una cabeza que El apuntó, señaló. Cuando se juntan la
cabeza y los hombros, entonces derrama la potencia de la unción. Pero es de la cabeza para
abajo. Hoy en el cuerpo de Cristo, hemos perdido el concepto del Reino de Dios y creemos
que la unción viene de abajo para arriba. Si tú, mujer, hablas mal de tu cabeza, la bendición
no llega a tu cabeza. ¿Sobre quién cae? El reconocer la cabeza es una condición para que la
unción fluya y llegue a los hombros, al liderazgo y luego a tus hijos. Muchas cosas no han
llegado a tus hijos, a tu mujer, porque has sido cabezón. La unción no viene a la cabeza por
ser cabeza, sino porque está en orden, está sujeta debajo de otra cabeza. Cuando ese hombre
está sujeto, viviendo a Dios, a Cristo, a su pastor y reconoce la cabeza, entonces lo que cayó
sobre la cabeza le cae a él y sus hijos terminan siendo liberados porque la unción llegó hasta
allá. Yo no voy donde a mí me toleran, sino donde me celebran, porque pierdo mi tiempo
cuando esa unción me cae y hay un cabezón escuchando.
La unción cae sobre la cabeza, viene por el orden, no por la cabeza; aunque fluya la cabeza,
dependen del orden. La unción comienza por la cabeza y luego, los hombros. Dios busca una
cabeza sujeta, que la reconozcan. Hoy pensaba: ¿Se darán cuenta estas personas el hombre
que Dios les ha dado por cabeza? Como le vemos la carne al pastor, los defectos, tendemos a
no reconocerlo como debemos, pero es tu cabeza porque Dios lo puso. Si te sometes a esa
cabeza, la bendición vendrá. El trabajo de la mujer no es aplastar a su marido, sino meterse
en oración, sacarlo adelante porque esa mujer son los hombros. Dentro de lo que es la cabeza,
los hombros, las vestiduras, hay tramos en los que el “chorro” no continúa. Tengo hijos
espirituales que no crecieron conmigo, pero les trasladé mi ADN y ahora tienen una iglesia
grande, pero tengo otros que los tuve desde el principio, no han hecho nada. Si está debajo
de un pastor poderoso, debería estarse moviendo en la misma unción. ¿Por qué tu pastor está
con una gloria grande y a ti no te llega? ¿Por qué vienes a Ensanchar y sigues con el mismo
problema? Dios lo bendice y levanta, pero a usted no le llega. El chorro que está sobre mí
ahora no te llega porque estás cuestionando todo.
Una vez que la cabeza esté bien definida, entonces los hombros o el liderazgo tenemos que
hacer dos cosas:
1. Reconocer la cabeza. Eso significa: “Tú eres mi autoridad y yo te debo a ti obediencia,
eres el hombre que Dios ha puesto en mi vida para meterme en tu herencia y te voy a
obedecer”. Reconocer que es el hombre que Dios puso para guiar su vida y llevarlo a donde
El quiere. La autoridad de un líder tiene que ser reconocida y recibida, entonces hay vida y
gozo en ella, pero nunca impuesta. La gente con corazón davídico, nunca impone su
autoridad.
2. Recibir la cabeza. Esto significa recibirle de dos formas: Al hombre de Dios como su
mensajero, y recibir su mensaje como la Palabra de Dios. Si esos dos ingredientes no están
en función, nunca te llega la unción. Por eso es que pasan los tiempos, los días y hay gente
que viene a los congresos y ¿saben lo que quieren? Que el pastor tenga una varita, los
regrese a su ciudad y todo esté bien, sin trabajo, sumisión y obediencia. Hay gente que
quiere el beneficio del ministerio, pero no quiere obedecer, no quiere pagar el precio que esa
cabeza ha pagado. Reconocerlo y recibirlo como el hombre o la mujer de Dios, y el mensaje
que tiene como el mensaje de Dios para mi vida. Si no lo recibes así, la unción nunca te llega.
Mateo 10:40
“El que a vosotros recibe, a mí me recibe; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió”
Los beneficios de esa cabeza no han llegado porque no la hemos reconocido, no la hemos
recibido. Cuando nosotros reconocemos al hombre que Dios ha puesto sobre nosotros,
recibimos todos los beneficios de ese ministerio. Cuando me invitan a algun lugar me
reciben de diferentes maneras, para algunos soy realmente su pastor, para otros soy su
maestro, para otros solo soy el pastor de la iglesia donde me congrego, y cada uno recibe la
recompensa conforme a como me recibió. Yo vengo a edificarlos, no a dar una charla. Usted
ya tiene un fundamento, estoy aquí edificando sobre ese diseño, poniendo ladrillo y mezcla.
Tengo un amigo, que su padre ha sido muy usado por Dios. Y uno de sus hijos, el que
supuestamente va a agarrar el manto, nada que ver. Dije: “Señor, este es el hombre que debía
tener el manto”, y Dios me dijo: “No, porque no reconoce ni recibe a su padre”. El ve los
defectos de su cabeza y se le olvida que es el ungido de Dios. Si el David de la ciudad no se
reconoce, no va a empujar para tomar control y ser la cabeza, porque el corazón de David no
es promocionarse a sí mismo, sino buscar el bien de otros. A David, primero lo reconoció su
tribu, luego lo ungieron en Hebrón y por último, si Dios ya había dicho que era él escogido,
pero el esperó 17 años, porque no buscaba promocionarse. El Espíritu Santo hoy dia “esta
levantando davides”, pero no será porque usted empuje, sino porque la gente lo reconozca.
Hay muchos que están llamados a ser llamados “Davides”, pero antes que eso suceda,
automáticamente entran en pacto. Nosotros somos los que reconocemos. Dios es el que
señala, y nosotros lo reconocemos. Dios quiere traer su Reino, pero necesita levantar un
hombre como David, apasionado con su presencia, que lo adore, que tenga temor de Dios,
que no busque promocionarse a sí mismo.
Muchas veces nos relacionamos con otros pastores los cuales ni te hacen caso, te barren, te
tienen en poco, incluso vamos a los retiros de pastores pero voy porque es moralmente
correcto, algunos me reconocen y otros no, pero nunca voy a imponer. Cuando usted
voluntariamente se somete a su marido, encuentra gozo; pero si su marido quiere aplastarla,
usted no se va a someter. ¿Habrá personas aquí que han estado retando, cuestionando su
cabeza? Por eso, la unción no viene. ¿Habrá personas con un corazón davídico? Tu negocio
tiene un propósito principal, y es establecer el Reino de Dios.
Hebreos 3:4-5 LBLA
“Porque toda casa es hecha por alguno, pero el que hace todas las cosas es Dios. (5) Y
Moisés fue fiel en toda la casa de Dios como siervo, para testimonio de lo que se iba a
decir más tarde;…..”
Toda casa es edificada por alguien y toda casa tiene una cabeza. No podemos violar el
principio de la cabeza. En esta iglesia, el pastor Jose de Jesus es la cabeza y nadie puede
venir a cambiar las cosas; si lo hace así, es porque es un ladrón. Si nosotros queremos hacer
las cosas por otro lado, somos ladrones. Vamos a traer el Reino de Dios; si somos hombros,
le vamos a levantar a esa cabeza que Dios ha puesto. Vamos hacer la decisión de reconocer
la cabeza que Dios nos ha dado. Aquí en Aguascalientes estamos como iglesia y esto va al
mismo principio que le acabo de enseñar. Los miembros o las ovejas que son más
bendecidas están son las que me reconocen y me reciben. Si no reconoce su cabeza y la
recibe como tal, esa es la unción que tendrá.
El apóstol Pablo estuvo tres años y medio en Corinto y tres semanas en Macedonia; sin
embargo, los masedónicos inundaron toda Asia con el evangelio de los Corintios. Y a los
masedónicos tres semanas; los corintos se quedaron bebés y nunca impactaron su región
porque nunca recibieron a Pablo como apóstol. Cuando Pablo dice “yo los parí”. Así hay
hijos espirituales ahora, cuando ya tienen unción, dicen “yo ya me puedo ir solo”, y se te
olvida que si te desconectas de la cabeza, te enfrías, bajas tu velocidad y te deterioras. Entras
a esa iglesia y está seca, porque no hay honra a la cabeza. El les dio la vida, pero nunca lo
reconocieron. A mucha gente no le llega la unción, porque nunca ha honrado esa cabeza.
Hay muchos que hablan de boca, pero no la han honrado; cuando lo hagas, vas a ver cómo
comienza a tocar a tus hijos, tu ciudad.
Este es el principio del Reino, Dios está levantando gente con corazón davídico para
establecer su Reino. ¿Cuáles eran las características de esos 36 valientes? Cómo los formó
David, cómo les hizo preguntas y en cada una hay una profundidad tremenda. Una de ellas
es: ¿Has venido en paz? La paz es estar tranquilo, no significa el final de hostilidades. Para
Dios Shalom, no es tener tranquilidad, pero es el final de la hostilidad. Con nuestra
desobediencia rompimos la relación con Dios, pero con su sangre, no solo rompió la
enemistad que teníamos, sino que nos dio una relación de amistad con Dios.
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