La sociedad civil en las nuevas formas de gobernabilidad Civil society and new forms of governability José Gpe. Vargas Hernández Centro Universitario del Sur Universidad de Guadalajara Prol. Colón SN Cd. Guzmán, Jalisco, 49000 México Telefax: +52 341 41 25189 E-mail: [email protected] Resumen Este trabajo tiene como objetivo analizar las relaciones existentes entre la sociedad civil y la emergencia de nuevas formas de gobernabilidad en un ambiente de globalización económica. Palabras clave: sociedad civil, nuevas formas de gobernabilidad. Abstract This paper is aimed to analyze the rexisting relatinships between the civil society and the emergence of new forms of governability. Key words: civil society, new forms of gobernability. Introducción El ser humano es un ser eminentemente social, que busca establecer lazos de identidad y amistad con otro. En establecimientos organizacionales, los diversos grupos de personas usan estos lazos para apoyos sociales y para la consecución del trabajo (Mehra, Kilduff y Brass, 1998). La sociedad civil es la forma de autoorganización social más natural y orgánica de todas las formas de organización. La sociedad civil se encuentra según Wolfe (1989) en “familias, comunidades, redes de amistad, conexiones solidarias en los lugares de trabajo, voluntarismo, grupos espontáneos y movimientos”. Como un sistema hegemónico en las naciones del mundo, el capitalismo destruye las formas de organización social y económica diferenciadas que se oponen a su dinámica, para imponer una forma única de organización social y de la producción. Una sociedad civil vigorosa fortalece al gobierno democrático. El Estado se transforma mediante procesos de democratización y por la forma en que la sociedad civil se organiza para garantizar la fundamentación política. 2. Globalización económica y Estado nacional. Los procesos de globalización económica afectan la democratización de las estructuras del Estado. Los procesos de globalización económica son inextricables e interdependientes de las instituciones y los procesos sociales y políticos, como en el caso de las relaciones de los Estados y el Estado-nación. El debate sobre la relación entre la globalización económica y el Estado nacional presenta dos frentes. Un primer frente se enfoca a considerar la gobernabilidad del Estado nación como rebasada por la globalización económica y un segundo frente que sigue considerando que el Estado nación no solo retiene sus funciones reguladoras, sino que continúa siendo el principal promotor del desarrollo y el soporte de las relaciones internacionales de los pueblos. Sin embargo, al menos en los Estados latinoamericanos es muy difícil determinar que los procesos de gobernabilidad como los procesos de democratización sean un efecto de la globalización. A diferencia del trabajo, el capital transnacional no se encuentra regulado, pero actúa sobre aquél mediante arreglos institucionales que lo sujetan al control directo de los Estados nacionales. La participación de los diferentes actores políticos, sociales y los agentes económicos mediante procesos de distribución de poder para solucionar los conflictos de intereses, incide en la formación de los arreglos institucionales. Los arreglos institucionales que limitan el desarrollo de la sociedad son el resultado de los conflictos distributivos del poder para tener acceso a los beneficios de los bienes en propiedad privada o colectiva. De acuerdo con Bardham (2001), “los arreglos institucionales de una sociedad son a menudo el resultado de conflictos distributivos estratégicos entre diferentes grupos sociales, y la desigualdad en la distribución del poder y los recursos puede a veces bloquear el realineamiento de estas instituciones hacia formas conducentes al desarrollo de todos”. Rodrik (1998) demuestra que los costos de los shocks externos se multiplican por los conflictos distributivos generados y disminuye la productividad de los recursos de la sociedad. Así, el Estado nacional no solamente protege sino que también promueve el desarrollo del poder del capital transnacional con el apoyo de las instituciones supranacionales. El Estado nacional se ha convertido en un instrumento de colaboración del desarrollo del capitalismo transnacional. Los gobiernos de los Estados imperialistas transnacionales y las instituciones financieras internacionales de mayor influencia comparten un concepto del desarrollo global y del alivio de la pobreza centrado en la expansión económica sin límites de los mercados abiertos y de la liberalización del comercio. La elite capitalista transnacional requiere de procesos reguladores para estabilizar al sistema capitalista. Las elites económicas que gobiernan en las democracias de mercado realizan campañas intensas para convencer a la ciudadanía mundial en el mito de un poder sin precedentes. La superestructura formada por las instituciones transnacionales diseña las políticas que los Estados nacionales deben implementar. El Estado queda así en cautiverio, atrapado en la red de los intereses de los grupos nacionales dominantes que buscan la transnacionalización de la acumulación de sus capitales, mediante la penetración de las estructuras del poder del capitalismo global. Estructura de redes de la sociedad civil Powell (1990) distinguió la red organizacional de los mercados y las jerarquías. La creciente complejidad en los medios ambientes que enfrentan las organizaciones provocan estructuras internas crecientemente diferenciadas y complejas, tales como las estructuras de redes para compartir diferentes tipos de información, datos, conocimientos y activos, en donde el funcionamiento de cualquier parte de la estructura se entiende en función de las demás. Las redes involucran una inversión en las relaciones, un sentido de beneficio mutuo, un nivel de confianza y un nivel de coordinación. En contraste a las jerarquías, las redes no se mantienen juntas a través de las relaciones de empleo o administradas sobre la base de reglas y rutinas burocráticas. El impacto político de la comunidad como una forma en que la sociedad se organiza para lograr sus fines señala el cambio de una sociedad gobernada por un sistema de democracia representativa a una democracia participativa donde la participación directa de los ciudadanos tiene más relevancia. La evolución de la organización política de la sociedad en comunidades organizadas se orienta para lograr sus fines mediante la práctica de un democracia participativa que apoya al Estado para administrar el interés público. La organización del esfuerzo y el conocimiento de la comunidad representa un potencial significativo para la promoción de su propio desarrollo. En una burocracia, el objetivo es codificar el conocimiento valioso tan rápido como sea posible. Las burocracias convencionales se organizan para reflejar el principio de especialización. En el nuevo enfoque se organiza a las personas más como activos a desarrollarse y recursos estratégicos renovables que como costos a controlar y partes de operación reemplazables. En una economía basada en objetos físicos la organización logra retornos del despliegue de su conocimiento para ofrecer mejores productos. Las rentas económicas pueden ganarse por la empresa que crea nuevo conocimiento y lo mantiene para su propio beneficio en un pseudomonopolio. La estructuración es un proceso de madurez gradual y especificación de papeles, conductas e interacciones de las comunidades organizacionales, cuyas fronteras y patrones de conducta no son siempre del todo fijas, sino que están bajo definición y sujetas a revisión y defensa. .El capital social se distribuye desigualmente en los diferentes grupos socioeconómicos que forman parte de la sociedad civil dependiendo de los niveles de educación e ingreso existentes. El capital social fortalece las relaciones y capacidades de la sociedad civil. La sociedad civil se organiza en forma política fuera del Estado. Es de hecho, un forma de organización de la sociedad que es anti-política, con interese demasiado fragmentados. El concepto prevaleciente de sociedad civil es que es un sistema de asociaciones civiles autorreguladas, descentralizadas y voluntarias, basadas en una vida moral y organizadas en forma autónoma del Estado. El concepto sociedad civil, de acuerdo a Razcón (2002), como medida para contener los sectarismos ideológicos, se volvió “compañero del neoliberalismo en la medida en que se convirtió en la conciencia crítica del nuevo modelo económico, mientras el rechazo a la lucha por el poder se tradujo en fundaciones, organismos no gubernamentales y civiles, basados fundamentalmente en la filantropía. Surgió así la gran estructura de la financiación con nuevos centros de poder, que sí establecieron vínculos concretos con los grupos de acceso al poder político del Estado. El concepto sociedad civil predominante nada tuvo que ver con la idea de Gramsci, pues ése sí se conectaba con los partidos y las vías al poder a fin de construir nuevas hegemonías en la sociedad, para transformarse ella y a las instituciones. Es decir, no es posible transformar una sociedad y el Estado sin una idea o proyecto global sobre la economía, el Estado, las leyes; y la sociedad civil requiere instrumentos propios para organizarse y organizar a todos los estratos de la sociedad”. La función central de las conductas y prácticas asociativas se fundamentan en relaciones interdependientes de confianza mutua, reciprocidad e intercambio en el desarrollo de nuevas formas de ejercicio de derechos ciudadanos que se conquistan a través de luchas políticas y sociales y que definen los derechos civiles que se originan del Estado y cuya burocracia liberal es quien debe garantizarlos además. La jaula de acero de la burocracia está saturada de racionalidades teóricas, formales y prácticas. Se pueden regular la economía y los intercambios partiendo del respeto a los derechos, tanto a los derechos civiles y políticos como a los económicos sociales y culturales. Esta referencia a los derechos fundamentales se vuelve cada día más central en las movilizaciones y las reivindicaciones de los movimientos sociales del mundo. Los diferentes elementos que intervienen en la caracterización de un movimiento social, incluyen: El comportamiento específico de los actores individuales u organizacionales, las relaciones que los vinculan estrecha y recíprocamente, la identificación y solidaridad de los movimientos que aseguran su persistencia aún cuando no tengan activismo. Los movimientos sociales tienen un papel fundamental en las aportaciones de una contestación global mediante el establecimiento de redes transnacionales que, luego de mitigar imaginables querencias etnocéntricas, pueden ofrecer un contrapeso a los procesos de globalización del capitalismo neoliberal. La protesta en los tiempos actuales se caracteriza por una madeja de organizaciones coordinadas en nuevas formas de organización en red que enfatizan los códigos culturales y los roles de identidad de las comunidades Las nuevas formas de protesta, movilización y organización para el cambio social generan una fuerte expectación y atracción en los medios y en la opinión pública, y no es menos el interés que despierta por parte del pensamiento social, tales como el enfoque de los nuevos movimientos sociales (NMS). Lo que caracteriza a los nuevos movimientos sociales, afirma Rodríguez Girart (2002) es precisamente que “sus prácticas de resistencia, de redefinición de la vida política, pública o cotidiana, se estructuran en torno a las condiciones y cartografías por las que el poder actual se vehicula. Vemos que las condiciones para el control y la uniformidad sirven también para constituir nuevas prácticas de libertad, organización y alternativa. Como vemos, o veremos, estas redefiniciones nutren la capilaridad y las transformaciones que experimenta el control y el poder dominante, pero nutren también las formas y posibilidades de la acción colectiva destinada a transformar la vida social”. Los grupos que resisten al proyecto neoliberal se encuentran fragmentados y dispersos tanto en ideología, en política como en organización en redes horizontales, de tal forma que su desunión para formular sus denuncias no representan un reto significativo al poder hegemónico. De acuerdo con el análisis de Razcón (2002), el abandono de la lucha por el poder de quienes mantuvieron la actividad en las comunidades y sus problemas no sólo causó grave daño político e ideológico, sino que estableció de facto una forma de convivencia con los poderes de la globalización: "ustedes son el poder malo del gobierno; nosotros, el poder bueno de lo pequeño". Rechazando "lo político", concebido como sinónimo de perversión, el pensamiento civil en resistencia se refugió en la estrechez de las generalidades, hasta llegar al agotamiento teórico. La teoría de acción colectiva delimita que el capital social formado por redes de reciprocidad, cooperación voluntaria y compromiso, contribuye a la formación de la comunidad. La composición de los nuevos movimientos sociales se presenta en un proceso de amalgamiento de elementos cognitivos y relaciones de poder entre los individuos, grupos y organizaciones que se interrelacionan en estructuras segmentadas y multifacéticas constituir un colectivo. para Las nuevas formas de protesta son instrumentalmente mediáticas que hacen uso de estrategias que exhiben las debilidades y flaquezas de los actores mediante acciones descentralizadas, impulsadas y coordinadas muchas de las veces espontáneamente por los nuevos movimientos sociales. La mediación de las tecnologías de la información y la comunicación en la sociedad contemporánea influye en el desarrollo de los nuevos movimientos sociales mediante la regeneración de las temáticas que constituyen el objeto mismo de la lucha política para ejercer mayores efectos globales desde actividades locales. Las tecnologías de la información y la comunicación contribuyen a afirmar y mantener lazos emocionales y de identificación entre los diferentes actores políticos mediante redes de interacción que legitiman la transmovilización política. Además, facilitan los contactos interactivos entre las diversas redes con heterogéneas enclaves culturales y las movilizan a la acción colectiva. Los nuevos movimientos sociales emergen, se organizan y se desarrollan en función de sus infraestructuras y capacidades para establecer ciertos códigos de comunicación que facilita la acción colectiva mediante una articulación tecnológica que comprime lo local con lo global. De acuerdo a Castells (2000)"La conexión global-local, que es la nueva forma de control y de movilización social en nuestra sociedad." La tecnología de la información y la comunicación articulan y tienden el entramado de la estructura y funciones de las relaciones simbólicas para la organización de los movimientos para la acción colectiva mediante la politización de la vida cotidiana. Los nuevos movimientos sociales tratan de redefinir la historicidad enfrascándose en una lucha cultural para construir identidades colectivas mediante la articulación de nuevos escenarios y nuevos proyectos sin que necesariamente se vinculen a intereses políticos. Las dimensiones espaciales y temporales son modificadas por las tecnologías de la información y la comunicación, lo cual afecta las formas de acción colectiva y por tanto, la configuración de las identidades sociales y comunitarias. Diani (1990) analiza estos efectos en las organizaciones que movilizan recursos de participación, organizaciones que se centran en recursos profesionales y redes transnacionales para concluir que los movimientos sociales deben ser interpretados en sus estructuras de redes y en sus procesos de construcción de identidades sociales, políticas y culturales. Los nuevos movimientos sociales significativos problematizan la identidad y cuestionan nuevos estilos de vida y significados culturales más allá de inquietudes polítias y con énfasis en conocimientos, saberes y códigos culturales de especial importancia para las sociedades actuales (Rodríguez Girart, 2002). De acuerdo a Melucci (2001:166) "La principal idea acerca de los 'nuevos' movimientos sociales está en relación con la necesidad de superar la imagen de los movimientos como actores históricos unificados que desempeñan un papel central en los conflictos estructurales. He subrayado el hecho de que, debido a razones estructurales, la ubicación y los actores implicados en conflictos sociales pueden ser más variables, centrarse más en temas específicos y asumir un papel simbólico frente al resto de la sociedad." Touraine (1991:389) argumenta que un movimiento social, “es una acción colectiva orientada a la implementación de valores culturales centrales contra los intereses e influencias de un enemigo definido en términos de relaciones de poder. Un movimiento social es una combinación de conflictos sociales y de participación cultural." La acción colectiva es una respuesta al problema del individuo en las sociedades postindustriales cuyos recursos simbólicos aumentan el potencial de "individuación", de forma que favorecen la autonomía, la autodefinición, la posibilidad del metaconocimiento y la metacomunicación (Rodríguez Giralt, 2002). Sin embargo, según Melucci (1998:371), "El mismo movimiento por el que estos sistemas sociales distribuyen estos recursos para la individualización sirve de manera simultánea para fortalecer las formas de control y transferirlas a ese nivel básico en el que se da forma al significado y la identidad individual." Rodríguez Giralt (2002) argumenta que las tecnologías de la proximidad tienen un papel activo en la disolución de fronteras, han transformado la práctica, la organización y el discurso de los movimientos sociales contemporáneos, tanto instrumental, organizacional y más profundamente ha dado origen a nuevos modos de relación y de comunicación, que permiten la gestión de conocimientos, la creación de comunidades y el intercambio de significados en otro régimen de relaciones. De acuerdo a Rodríguez Giralt (2002) estos cambios permitirán argumentar que las luchas culturales y sociales contemporáneas, debido en parte al influjo tecnológico, viran su sentido, pasando la política a la cosmopolítica actual la que permite reunir actores muy diversos —incluso ontológicamente— en un mismo escenario, precario y global, donde el intercambio de propiedades, la negociación y las alianzas, por ejemplo entre humanos y no humanos, es moneda común. Los componentes de una estructura de red de intercambio comprenden una red de actores individuales o colectividades, los recursos valiosos que se distribuyen entre estos actores y sus oportunidades y relaciones de intercambio existentes (Ritzer, 1993). La cosmopolítica asume que los entrecruzamientos entre cualquier tipo de relación humana y cualquier clase de cuerpo, incluso lo no humano, con el apoyo de tecnologías que permiten reunir actores muy diversos en un mismo escenario global en relaciones permanentes e intensas para intercambio de propiedades, la negociación y las alianzas políticas, etc. Al abrir espacios de participación política, los nuevos movimientos sociales trascienden el terreno de la política para situarse en acciones de la cosmopolítica que permiten la elaboración permanente de compromisos que se sitúan en los planos humanos y no humanos. Rodríguez Girart (2002) sentencia que “si algún rasgo caracteriza a los nuevos movimientos sociales es precisamente ése: la continua reformulación de tal relación, y la (re)creación de esos lazos gracias a la contribución de las denominadas TIC”. A través de Latinoamérica se pueden encontrar movimientos a ras de suelo que emergen de los grupos étnicos, comunidades indígenas y los sectores más explotados de la población como el caso de la rebelión indígena de Chiapas y la conciencia étnica del movimiento de Afro-brasileños. Los partidos políticos más controversiales, las organizaciones sindicales y campesinas, los nuevos movimientos sociales en Latinoamérica se han establecido como fuerzas tanto a nivel local como nacional, a pesar de que muchos de estos movimientos tienden a ser clientelistas con relaciones jerárquicas que son una copia del medio ambiente político basado en el patronazgo y el caciquismo. La fragmentación y dispersión ideológica, política y organizativa de los movimientos sociales de resistencia ha provocado una implosión del pragmatismo al interior de los partidos políticos cuyo efectos supeditan la democracia electoral a los intereses y prerrogativas de los grupos de la elite político burocrática que tratan de mantener el poder estatal. La principal causa de la crisis de los partidos políticos es el surgimiento de formas no democráticas de legitimación que los vuelve incapaces de promover los cambios sociales. El sistema de partidos no ha podido sustituir las funcionales del presidencialismo como árbitro para la resolución de conflictos y disputas que surgen entre los diferentes actores con intereses económicos, sociales y políticos. El sistema de partidos políticos entra en crisis y son rebasados por una sociedad civil mas demandante y participativa, y por los medios de comunicación que se asumen como actores políticos para servir de intermediarios en las demandas de la sociedad. El análisis de los nuevos movimientos sociales debe considerar la gran heterogeneidad y diferencias y particularidades de su composición social y sus interacciones en función de elementos contextuales que imprimen dinámicas cambiantes a la lógica del comportamiento social. La perspectiva americana de los nuevos movimientos sociales se centra en las elecciones racionales y el cálculo de costes y beneficios para explicar la acción colectiva con una orientación política, cultural, etc. La corriente europea, pone un marcado énfasis en los procesos de identidad y su preeminencia, poco racional, en toda acción colectiva. De acuerdo a Rodríguez Giralt (2002) ambas aproximaciones ofrecen marcos de interpretación útiles e interesantes de la acción colectiva, pero, lejos de resolver su ambición holística, no han hecho más que multiplicar las paradojas e interrogantes que se ciernen sobre la explicación de la acción colectiva. Muchos de los nuevos movimientos han surgido de los movimientos y partidos viejos, usando las nuevas tácticas y buscando el apoyo de la opinión pública internacional. Algunos de estos nuevos movimientos sociales n solamente mantienen conexiones internacionales con movimientos similares en otros países, son que también mantienen ligas con partidos políticos progresistas, agencias no gubernamentales internacionales y organizaciones religiosas internacionales con quienes desean formar alianzas a fin de promover sus temas específicos así como metas más generales de justicia social, redistribución económica y democratización política. Estas estructuras alternativas y relaciones de poder emergen en oposición a las existentes. Por lo tanto, en muchos de los casos no tienen éxito en la transformación de la naturaleza de las relaciones de poder o no contribuyen como se espera en la construcción de una sociedad más justa, democrática y equitativa. Los movimientos sociales internacionales recientes capaces de combatir los poderes económico-financieros, son los primeros signos del descubrimiento colectivo de la necesidad vital del internacionalismo o, mejor aún, de la internacionalización de los modos de pensamiento y de las formas de acción. Las teorías de movimientos sociales, de procesos de genética organizacional y las actividades emprendedoras que dan origen a nuevas empresas, así como el trabajo empírico de los ecologistas sobre las comunidades organizacionales y estudios de la sociedad y la ley, involucran la introducción de nuevos tipos de actores e intereses, nuevos repertorios de acciones y nuevos arreglos estructurales, interacciones críticas entre las instituciones y los individuos. Son las mismas luchas políticas que en el ámbito del Estado-nación cuestionan la legitimidad de sus gobiernos pero no la legitimidad misma del Estado. Los limites de la legalidad no son los mimos de lo legítimo. Así, un elevado desarrollo económico puede coexistir con un debilitamiento de las relaciones de confianza y cooperación cívica (Grootaert, 1998). Las relaciones de confianza interpersonal, cooperación y compromiso cívico aprendidas en asociaciones crean un capital social que influye en el desarrollo económico y el desempeño democrático de las instituciones. El eslabón perdido entre los ámbitos micro y macro del desarrollo social, sostiene (Lechner, 2000), es “una desventaja a la hora de analizar conjuntamente las relaciones de confianza generalizada y de asociatividad y, por otra parte, las normas de reciprocidad y de compromiso cívico vigentes en la sociedad.” Las relaciones de confianza entre los individuos y el compromiso cívico dependen de las oportunidades y las restricciones que ofrece el contexto histórico-social. La asociatividad y la confianza entre los individuos en una sociedad, como condiciones del capital social están disminuyendo debido en parte a la “destrucción creativa” de los procesos de modernización e indican que están en proceso de transformación. Weber define el espíritu del capitalismo como el conjunto de elementos éticos que inspiran a los empresarios en sus acciones a favor de la acumulación del capital. Así, el capitalismo establece una nueva relación moral de las personas con su trabajo. En el análisis de Hayek, “el empresario trabaja en un contexto de libre competencia, inversiones y precios adecuados al beneficio esperado. El mercado proporciona al empresario información sobre la oferta y la demanda, y las coordina. Los productores, independientes entre sí, reciben indicadores de los consumidores acerca de los bienes que deben producir y a qué precios. Aspiran a vender bienes y prestar servicios de la mejor manera posible, vendiéndolos al precio más barato para atraer clientes. Es la smithiana mano invisible del mercado. El contenido del Estado es sólo garantizar al mercado la posibilidad de ejercer su función sin obstaculizar su trabajo y protegerlo de injerencias ajenas” (Estefanía, 2002). Sin embargo, el desarrollo del capitalismo como sistema económico ha degradado el desarrollo social. Los procesos de destrucción creativa del capitalismo, según Schumpeter, explican con más acierto el desarrollo del capitalismo internacional en su fase superior, la globalización, que la interpretación neoliberal de Hayek de que “el empresario, bajo su responsabilidad, decide qué produce, qué servicios ofrece y cómo lo hace; en la actividad empresarial, es totalmente libre. El consumidor, por su parte, es libre de elegir, de acuerdo con su renta, entre los valores y servicios que le ofrece el empresario” (Estefanía, 2002). La exaltación del individualismo es una característica de los procesos de modernización capitalista que tiene implicaciones en las propuestas de las instituciones democráticas, la familia, etc. Esta perspectiva sociológica predijo correctamente la difusión de las orientaciones occidentales modernas y las formas institucionales para las tierras menos desarrolladas. La escuela sociológica completa vino a enfocarse más tarde en esta difusión global de las formas institucionales del centro avanzado a la periferia del sistema internacional. No menos importante entre estas predicciones fue la expectativa que los factores demográficos responderían a la modernización y que en articular, las tasas de fertilidad declinarían. Los resultados recientes han invalidado estas expectativas. Las teorías de la modernización no predijeron bien otras consecuencias de estos procesos de difusión. La reacción a los errores predictivos al acercamiento de la modernización no surgieron primero de la sociología Norteamericana sino d su contraparte Latinoamericana fuertemente influenciada por la economía política marxista. Con estas raíces teóricas firmemente plantadas en la economía política marxista, los trabajos sobre la dependencia dejó de lado todas las consideraciones de valores e ideas y culpó de la pobreza del Tercer Mundo a las corporaciones multinacionales y sus gobiernos protectores. Desde este pinto de vista alternativo, la modernización fue el venero ideológico del capitalismo occidental cuyas incursiones en el resto del mundo lo mantuvo en un permanente retrazo. El subdesarrollo no fue el pecado de una omisión de países en el margen d la industrialización moderna, sino activamente un proceso viejo e el cual los términos comerciales fueron arreglado en detrimento de los Estados débiles productores de bienes primarios (Portes, 1997). En cada región avanzadas y plurales por igual, del sistema capitalista internacional, los procesos de adelgazamiento industrial, reestructuración y relocalización han sido justificados por la amenaza y demandas de la competencia global. En vez de sostener el crecimiento económico y una mayor igualdad social, la modernización de las sociedades del tercer mundo produjo varias consecuencias negativas no esperadas tales como el prematuro incremento de los estándares de consumo con muy poca relación a los niveles locales de productividad; la bifurcación estandarizada entre las elites capaces de participar en el consumo moderno y masas concientes de ello pero excluidas, presiones migratorias en tanto que los individuos y sus familias buscan ganar acceso a la modernidad moviéndose directamente a los países de donde proviene la modernidad (Portes, 1997). La expansión de los procesos de una globalización mitificada ha contribuido a la exaltación de un nuevo individualismo, el cual según (Giddens, 1999), “está asociado a la disfumación de la tradición y de la costumbre en nuestras vidas, un fenómeno relacionado con el impacto de la globalización entendida de un modo más amplio que la influencia de los mercados La asociatividad de las organizaciones tradicionales formales disminuye mientras se aumenta la participación en asociaciones con objetivos específicos y claros. La asociatividad forma parte de las virtudes de los ciudadanos que participan en la gobernabilidad democrática y limita los excesos populistas, corporativistas y clientelares de los gobiernos. Las políticas dirigidas a desregular los mercados, la privatización y la liberalización el reforzamiento extraordinario de la negociación de un grupo privilegiado de actores colectivos cuyas demandas gana acceso directo a los grupos de más altos del poder político-burocrático gubernamental. La gobernabilidad trasciende los meros problemas de la acción gubernamental para proyectarse como un atributo social con capacidad para delinear y dirigir un proyecto de desarrollo. La gobernabilidad tiene varias dimensiones entre las cuales se cuentan la política, económica, social, cultural, etc., las cuales se presentan en diferentes escalas: local, regional, nacional y global. Por lo tanto, la calidad de la gobernabilidad democrática no solamente está en disparejo con los fundamentos materiales de la ciudadanía sino que estos experimentos democráticos frágiles también están en peligro porque hacen caso omiso de las expectativas y razonables y legítimas de la población, magnificando la fortaleza de la clase dominante como resultado de reforzar el papel de las relaciones de poder no institucionalizadas (Boron, 1995). Es sintomático que la gobernabilidad democrática se construya sobre una estructura de instituciones débiles que no pueden canalizar las demandas de los nuevos movimiento sociales ni concretan acuerdos conforme a un proyecto de desarrollo. Los mecanismos de coordinación y comunicación horizontal con la ciudadanía permiten la creación de un sistema complejo de redes que facilita la participación democrática para la toma de decisiones y para la implementación de las políticas públicas. La toma de decisiones debe realizarse al más cercano nivel de la población involucrada. Los derechos ciudadanos se conquistan a través de las prácticas democráticas que resultan de una redistribución del poder político. Las redes de poder atrapan a los ciudadanos y los somete a la lógica de una esfera de influencias y competencias con altos costos para quienes optan por alternativas diferentes que implican la negación de las telarañas de poder. Ramos (2001) concluye que la red de poder democrático se activa en un proceso cíclico que fluctúa entre la mercantlización y la estatalización, la adhesión y la apatía, la participación y la inhibición”. Los derechos políticos por el régimen político y los derechos sociales por el aparato social del Estado y la sociedad. Tanto el Estado y la sociedad son dos actores sociales que promueven el desarrollo el cual puede ser más justo y equitativo. La sociedad civil se basa en normas de reciprocidad, confianza e intercambio mutuo que tienen lugar dentro de ciertos espacios institucionales y que median la relación entre los hogares y las instituciones que controlan y tienen el poder sobre los recursos económicos, políticos y culturales. Los sistemas institucionales pueden limitar los alcances del crecimiento económico y el desarrollo social. La definición o el concepto de sociedad civil implica recurrir a referencias filosóficas, económicas, políticas, sociales, culturales, históricas, funcionales, etc. Los sistemas políticos tienen como una de sus características la formación de mecanismos de interacción con sus constituyentes. La hegemonía del inmenso poder económico-financiero de las grandes corporaciones transnacionales penetra los sistemas políticos mediante el ejercicio de un poder autoritario que monopoliza los mercados y los controla desde centros estratégicos de decisiones basadas en la lógica de la reproducción y acumulación del capital. El poder económico de las corporaciones se expresa cuando de las 100 mayores economías del mundo, 51 son corporaciones globales y 49 son países. Las ventas combinadas de las 200 corporaciones más grandes, son mayores que las economías combinadas de todos los países, por debajo de la novena economía del mundo y doblan los ingresos de cuatro quintos de la población más pobre de la humanidad, de acuerdo a datos citados por Ortegón Espadas (2000). La dinámica de la nueva composición de la distribución poblacional más orientada a los centros urbanos que a los rurales y el impacto de las políticas económicas neoliberales han dado como resultado el empobrecimiento paulatino de amplios sectores de población urbana que carecen de lo necesario para lograr un nivel de vida digno y que solo viven en niveles de subsistencia. En 1970 el 10% de los ciudadanos más ricos del mundo poseían 19 veces más riqueza que el 10% más pobre. En 1997, esa relación se había incrementado a 27 por 1 y el 1% de la población del mundo tenía los mismos ingresos que el 57% de los más pobres. Sólo 25 millones de ricos estadounidenses (que constituyen el 0.4% de la población planetaria) tenían unos ingresos combinados mayores que los de 2 mil millones de pobres de la tierra en (es decir, el 43% de la población total) Las tecnocracias locales están más estrechamente relacionadas con las redes de las instituciones transnacionales que con las redes de las instituciones nacionales a las que imponen autoritariamente sus decisiones y políticas. Redes globalizadas de las corporaciones transnacionales controlan los espacios globales y reconfiguran las relaciones territoriales. Los procesos de globalización transforman las relaciones entre las corporaciones transnacionales y los Estados nacionales. La fuerte concentración de capitales en las grandes corporaciones transnacionales presiona a los Estados nacionales para alcanzar los máximos beneficios. Por lo tanto, las decisiones democráticas populares tienen poca influencia en las decisiones de los centros nacionales e internacionales de poder y de distribución de recursos. Las corporaciones transnacionales son entidades económicas y políticas que adquieren poderes emanados de las fusiones entre el capital y el Estado para promover sus intereses, mediante la creación de una superestructura transnacional cuyas funciones se orientan a la reproducción del mismo sistema capitalista. El capitalismo transnacional construye un sistema de instituciones que se sobreponen a las estructuras del Estado-nación, exceden sus funciones, facilitan las redes de integración supranacional entre los grupos que pertenecen a un mismo estrato, reconfiguran las fuerzas sociales globales en grupos dominantes y grupos dominados profundizando la división global entre los que se benefician de los procesos de globalización y los que no. Las redes de interrelación entre actores y movimientos con su contexto institucional espacial desempeñan un papel importante en los proceso de transformación social o de protesta, por lo que su formación y acción colectiva crea una identidad pública no sujeta a fronteras de ningún tipo. El capital transnacional tiene la capacidad de poder para disolver su compromiso por el bienestar de la clase trabajadora, la que independientemente de sus delimitaciones territoriales, constituye una reserva para el capitalismo transnacional. Así, en esta coyuntura histórica, más que como una característica propia, el capital transnacional tiene un amplio poder por sobre las clases populares. En la arena económica internacional, las decisiones en las instituciones financieras se toman bajo la influencia directa de la comunidad financiera, los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales quienes buscan obtener mayor independencia de los aparatos democráticos de los estados nacionales. El poder capitalista o hegemón cuenta con los recursos y el poder para imponer como una hegemonía transnacional las reglas del desarrollo del capitalismo global a través de estructuras supranacionales. La transnacionalización de las instituciones económicas, políticas y sociales es un proceso resultante de la transición y transformación de las instituciones nacionales atacadas por la reestructuración continua del sistema de acumulación capitalista bajo el fenómeno de la globalización. La transición de una economía basada en materiales. La difusión de los valores y el proyecto económico dejaron poco espacio a la reconceptualización del desarrollo en términos de éxito en el mercado. La implementación de las políticas de ajuste estructural en los países del tercer mundo ha producido consecuencias inesperadas algunas contrarias a las metas de desarrollo original. Estas tendencias apuntan a las limitaciones del modelo hegemónico actual y a a necesidad de una alternativa teórica. A pesar de que fue promovido por las organizaciones financieras internacionales, y aplicado uniformemente en los países del tercer mundo, el programa neoliberal ha dado resultados dispares. Donde ocurren estos incidentes, quienes apoyan el ajuste neoliberal culpan a su aplicación imperfecta que se requiere de más tiempo para que tenga efectos positivos. Sus justificaciones solo ruegan el cuestionamiento. Si el modelo neoliberal es propiamente aplicado solo donde es exitoso y es impropiamente aplicado donde no lo es, el argumento se convierte en circular. Similarmente, el requerimiento de más tiempo se convierte en abierto hace imposible la falsificación de cualquier predicción. En el caso de México, las agencias financieras internacionales y otros defensores del ajuste estructural estuvieron hablando de su éxito hasta que llegó el momento de la crisis y por tanto revelaron las imperfecciones de su aplicación. El contexto socio-histórico de México, un país grande y complejo, notablemente diferente de Chile en el tiempo de la aplicación neoliberal. Chile basó su poder en mantener la distancia social de la sociedad civil y reprimiendo a la oposición, mientras que en México, el Estado buscó perpetuar su hegemonía abarcando a la sociedad entera a través de redes complejas de patronazgo. El régimen mexicano nación de una acción revolucionaria contra una dictadura aristocrática que puso atención a las demandas de os más necesitados y suavemente cooptó o reprimió a sus disidentes. El desarrollo fue una cuestión de instalar la correcta orientación de valores y normas en las culturas del mundo no occidental así como permitir su gente entrar en la riqueza moderna creando las instituciones económicas y políticas del mundo occidental avanzado. Por eso mismo, el fenómeno de la pobreza es un concepto relativo porque existe en la medida en que también existe riqueza, es decir, el problema realmente a resolver es el de la distribución equitativa de los recursos que polariza y confronta a la sociedades. La transnacionalización del Estado presupone la transnacionalización del capital y de la sociedad civil no sin provocar conflictos en el centramiento del Estado nación o en la dualidad nacional- global. Existen muchas lógicas en la moderna sociedad que compiten y son inconsistentes, pero la presencia y extensión de los conflictos permanece para ser evaluados empíricamente. El Estado nación proporcionó las estructuras necesarias sobre las que el sistema capitalista nacional se desarrolló pero se convirtió en el principal obstáculo para la expansión espacial de una nueva clase capitalista que apoyada en la innovación tecnológica puede operar en todo el globo. La transferencia del poder del capital del Estado-nación al espacio global requiere el diseño de instituciones supranacional para escapar del control de las instituciones locales y nacionales. Esto origina conflictos por las contradicciones propias del sistema capitalista entre los intereses de los agentes económicos globales y los Estadosnación, las cuales se resuelven mediante la toma del Estado como rehén de los agentes capitalistas. En los años sesenta "sólo" 3 dólares llegaban al Norte por cada dólar que tomaba la dirección del Sur; a finales de los noventa, después de treinta años de crecimiento sin precedentes y de una globalización cada vez mayor, la relación se había incrementado a 7 por 1. Los procesos de globalización promovidos por las grandes corporaciones transnacionales defienden sus intereses infiltrando sus decisiones en los gobiernos nacionales y no son receptivos para aceptar modificación de las reglas que imponen a través de las instituciones financieras internacionales. El nuevo marco de la globalización financiera, las instituciones financieras internacionales se han convertido en instrumentos que contribuyen a imponer, a menudo con la complicidad táctica de los Estados imperiales y la resignación de los Estados nacionales, políticas de privatizaciones y de liberalización de los mercados detrás de planes de ajuste estructural. La implantación formal de esta perspectiva en los Estados latinoamericanos fue denominada ajuste estructural y consistió básicamente de siete pasos: la apertura unilateral de los mercados foráneos, privatización extensiva de las empresas del Estado, desregulación de bienes, servicios y mercados laborales, liberalización del mercado de capital, con una privatización extensiva de los fondos de pensiones, ajuste fiscal basado en una reducción drástica de del gasto público, reestructuración y adelgazamiento de los programas sociales apoyados por el Estado con un enfoque d esquemas compensatorios para los grupos más necesitados y el fin de la política industrial y cualquier otra forma de capitalismo de Estado y concentración de la administración macroeconómica (Portes, 1997). La reestructuración de las economías impuesta a los países menos desarrollados, a través de los programas de ajuste estructural, tiene como criterio técnico lograr la eficiencia en sustitución del criterio social, para facilitar los procesos de acumulación y reproducción del capital transnacional. Los procesos de liberalización comercial más que impulsar el crecimiento, incrementa la pobreza al desplazar a trabajadores de empleos poco productivos no a empleos de alta productividad, sino al desempleo, debido a que los programas de ajuste estructural están diseñados para garantizar tasas de interés más altas en los países con condiciones poco favorables para inversión desplazando así los recursos de los sectores ineficientes. Las instituciones nacidas de Bretton Woods, El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, se han ido alejando progresivamente de sus funciones iniciales para convertirse en instrumentos a través de los cuales el mercado financiero internacional impone a los países dependientes y endeudados sus preceptos organizativos: el ajuste estructural. El apoyo para manejar las crisis de la deuda de los países menos desarrollados fue aprovechado por el capitalismo transnacional para imponer el funcionamiento de sus estructuras y exigir el cumplimiento de condiciones. La principal condición impuesta es la reestructuración de las economías mediante programas de corte neoliberal denominados de “ajuste estructural” orientados a reducir la intervención del Estado en la economía, a la privatización de las empresas del sector público y a la liberalización de los flujos comerciales y financieros internacionales a efecto de ir ajustando paulatinamente las economías nacionales a la economía global. El objetivo es estandarizar las políticas económicas y comerciales entre las naciones para facilitar la movilización del capital transnacional La política económica neoliberal es la responsable de que la deuda externa crezca exponencialmente e imposibilite la aplicación de políticas sociales capaces de dinamizar las economías internas de los países más endeudados. Una política económica aplicada contrariamente a la dictada por las instituciones financieras internacionales salvó de las crisis a Malasia en plena crisis, Rusia después de “defauliar” y devaluó su moneda contrariando las prescripciones neoliberales y China que tiene controles de capital, no privatizó muy rápido y obtuvo más inversión extranjera directa que ningún otro país del mundo, fuera de Estados Unidos. De acuerdo a Stiglitz cuando México volvió a poner en marcha su economía no fue el dinero del FMI lo que cambió las cosas. Lo que restableció la economía fue el comercio y el dinero que fue a financiar las exportaciones. el dinero del FMI no va a las empresas. (Seoane y Luzzani, 2002). Las políticas económicas neoliberales aplicadas al sistema mundial capitalista reproducen y profundizan las relaciones desiguales entre los países y entre los diferentes grupos sociales dentro de cada nación. El Tribunal Internacional de los Pueblos sobre la Deuda ha declarado que “las políticas económicas y de ajuste del FMI se mostraron desastrosas para los países que se sometieran a ellas y sirven para aumentar todavía mas la deuda externa y los otros pasivos externos de esos países, forzando una moratoria sin fin de las deudas sociales y ambientales, de las que son acreedores los niños y niñas, los pueblos indígenas, las mujeres y hombres trabajadores de campo y de la ciudad, los negros y negras y la naturaleza”. El Tribunal Internacional de los Pueblos sobre la Deuda sostienen que la deuda externa de los Países del Sur, por haber sido constituida fuera de los marcos legales nacionales e internacionales, y sin consulta a la sociedad, por haber favorecido casi exclusivamente las elites en detrimento de la mayoría de la población, y por herir la soberanía nacional, es ilegítima, injusta e insustentable ética, jurídica y políticamente. La discriminación y la exclusión social son dos fenómenos que demeritan los sistemas democráticos e impiden los procesos de institucionalización democrática. En los procesos de preinstitucionalización, las organizaciones innovan independientemente buscando soluciones técnicas viables a los problemas locales. Las organizaciones legítimas y competitivas tienden a innovar a partir de un estándar y por tanto contribuyen a legitimar los cambios de los adoptadores de las innovaciones. La institucionalización de estándares normas y prácticas dentro de los campos organizacionales tienden a perpetuarse a través de procesos deliberados y políticos. Parsons (1960) distingue los niveles técnico, administrativo e institucional de la organización. El nivel técnico se convierte en el racional que busca una eficiente producción. Las estructuras y formas organizacionales son irracionales o no racionales en su carácter. Los mitos culturales como un producto de la irracionalidad de las masas son el aglutinante necesario para la cohesión social y la unidad nacional. Sin embargo, un lado oscuro en el que la irracionalidad social se convierte en algo más que una profunda negación al servicio de la maldad. El nivel institucional, social o de medio ambiente se enfoca en los procesos de legitimación y significado. Las fuerzas institucionales y racionales son fuentes alternativas de estructuras y conductas no necesariamente en conflicto, sin embargo se reconoce que los procesos institucionales sobrepasan a los racionales mediante el establecimiento de reglas de racionalidad. El concepto de racionalidad es más amplio que el dominio de la racionalidad formal, instrumental, con un propósito, o medio-fin. Los mitos racionalizados tienen diferentes componentes de racionalidad. Los cuatro tipos de racionalidad son: la racionalidad práctica que calcula en forma pragmática los medios para sortear las dificultades, la racionalidad teórica o construcción de conceptos abstractos precisos como la deducción, atribución de causalidad, la formación de significados simbólicos, la racionalidad sustantiva o preferencia por valores últimos, y la racionalidad formal por el cálculo de medios-fines. Los tipos de racionalidad que informan la acción racional son la racionalidad sustantiva que informa la acción valoral-racional y la racionalidad formal que informa la acción racional instrumental. La racionalidad formal informa la acción racional de medios-fines. La racionalidad sustantiva ordena la acción con relación al valor postulado en el pasado, presente o potencial, o agrupamiento de valores donde la conducta se evalúa por sí misma, independientemente de sus prospectos de éxito. El papel de los valores es central al viejo institucionalismo pero el neoinstitucionalismo se orienta más a los procesos cognitivos. El neoinstitucionalismo enfatiza las instituciones que definen el comportamiento de los actores frente a su medio social. El enfoque de la economía institucional sobre el desarrollo se hace desde dos perspectivas teóricas, la teoría de la información imperfecta y el análisis comparativo de los procesos de desarrollo, las cuales fundamentan los arreglos institucionales. La información estratégica que tienen los diferentes actores explica su comportamiento estratégico en la racionalidad del diseño de los arreglos institucionales. El diseño de las instituciones pragmáticas se hace en función de contratos deliberados que tienen como base la teoría de la información imperfecta y los costos de transacción. Las instituciones orgánicas son el resultado impredecible de la evolución gradual de la persecución de intereses individuales. El neoinstitucionalismo económico analiza las fallas de los mecanismos del Estado y sus ineficacias. El Estado, el mercado y la comunidad son mecanismos de coordinación y gobernabilidad imperfectos, que presentan cada uno diferentes ventajas y desventajas, pero que se complementan. La economía neoinstitucional demuestra las deficiencias e incapacidades del Estado como mecanismo de gobernabilidad y coordinación que garanticen los acuerdos y compromisos sobre la propiedad. Las deficiencias institucionales de los mercados financieros bloquearon el desarrollo en algunos países. Es cuestionable en la teoría económica neoinstitucional el hecho de que las instituciones disfuncionales que no alcanzan los niveles óptimos, permanezcan durante mucho tiempo y prolonguen el subdesarrollo, debido a causas fundamentalmente de mecanismos de auto-refuerzo en procesos de dependencia. De acuerdo a la teoría neoinstitucional de la economía, el subdesarrollo es resultado de las fallas del Estado para proveer las estructuras de governance necesarias para garantizar las instituciones que apuntalan el desarrollo de los pueblos. El neoinstitucionalismo recomienda un Estado fuerte pero limitado en sus funciones. Los conceptos de racionalidad sustantiva y de racionalidad práctica informados por las obligaciones sociales y morales son posibles rutas a incorporar el concepto de valores. La adopción de un conjunto de valores distintivos por las organizaciones las identifica y si sus estructuras son cuestionadas, mantener la identidad es una lucha para preservar su conjunto de valores. El impacto de los cambios de la racionalidad en las identidades individual y organizacional es una importante dimensión de la teoría institucional (Townley, 2002). La racionalidad teórica involucra un dominio consciente de la realidad a través de la construcción de conceptos abstractos precisos. La racionalidad práctica guía las acciones en rutinas diarias, provee patrones de acción para los medios de trato con las dificultades prácticas inmediatas. Los medios ambientes son plurales, racionales múltiples legítimos. En la dimensión de racionalidad, las reglas institucionales inventan la racionalidad. La razón práctica (phronesis) como una virtud aristotélica contrasta con la lógica del instrumentalismo, así como la acción racional contrasta con la acción práctica como un argumento constructivista social que toma en cuenta la situación y el contexto que guían la acción y proveen el marco de referencia para la acción razonable. El nuevo institucionalismo atiende a los campos organizacionales como unidades de análisis. Los campos se definen como aquellas organizaciones que en lo agregado, constituyen un área reconocida de la vida institucional. La noción de legitimidad entendida como una fuerza que constriñe a las organizaciones y las presiona a la acción, identifica a las organizaciones aptas para ser las innovadoras y las primeras adoptadoras. El desarrollo científico y tecnológico de los Estados fortalece la legitimidad de sus gobiernos Los factores institucionales que se refieren a las fuentes de coercividad, mimetismo o isomorfismo normativo se relacionan con la legitimidad e involucran responder a las restricciones legales o regulatorias o a la difusión de estándares entre organizaciones similares. Los factores específicos, técnicos o institucionales que afectan la responsabilidad del cambio normativo tienen efectos similares en las organizaciones privadas y públicas. Organizaciones privadas y del mercado son persuadidas por la lógica de le eficiencia económica y las organizaciones públicas y no del mercado por la lógica de la apropiabilidad. La responsabilidad a lógicas diferentes resultan en heterogeneidad de adopción de nuevas prácticas y en la forma en que adoptan. Los factores técnicos e institucionales afectan la responsabilidad institucional. Las fuerzas que generan responsabilidad a las nuevas normas son diferentes en el sector público y el privado. La difusión de las nuevas normas institucionales es lenta y no afecta todas sus partes. Los factores que generan heterogeneidad en las organizaciones que responden al cambio institucional, es la lógica usada para influenciar las organizaciones, la competitividad de los mercados en los que las organizaciones operan y la aplicación generalizada a las organizaciones públicas y privadas que desempeñan la misma tarea para atender a la misma población. Las organizaciones públicas son más responsivas que las privadas a los cambios a los cambios en el medio ambiente normativo, debido a que las organizaciones privadas actúan como organizaciones del mercado y las organizaciones públicas como organizaciones no del mercado. Un elemento definitorio de las organizaciones del mercado es que su efectividad está directamente determinada por los clientes. La conformidad en el sector privado a las presiones institucionales se determina por las metas organizacionales que dan mayor peso a los estándares técnicos y económicos para medir el desempeño. La institucionalización puede prescribir normativamente ciertas respuestas o adaptaciones a las nuevas condiciones manteniendo el status quo institucional, a pesar de que las organizaciones no se adhieren perpetuamente a las instituciones Las prácticas innovadoras pueden ir más allá hasta alcanzar la semi institucionalización a la institucionalización completa la cual ocurre con la adopción de ideas cognoscitivamente legítimas que al ser aceptadas por generaciones se convierten en patrones de conducta definitivos. Esta legitimidad pragmática se fundamenta en la conexión entre nuevas ideas y los resultados económicos. Los procesos institucionales pueden dar cierta estabilidad a los campos organizacionales, aunque estos siempre están evolucionando y no son estáticos, resolviendo mediante consenso negociado socialmente las diferencias de interpretación. Las prácticas se reproducen mediante procesos regulatorios e interactivos. Por el proceso de desinstitucionalización, las instituciones se debilitan y desaparecen y junto con ellas, las prácticas y mentalidades asociadas, las cuales son sustituidas por otras nuevas. La eficacia de las instituciones en solucionar problemas de las organizaciones más allá de los beneficios funcionales que proporcionan, contribuye a su emergencia y permanencia. No obstante, nuevas prácticas alternativas que representan ventajas críticas introducen nuevas habilidades y aprendizajes capaces de desplazar a las instituciones existente para sustituirlas por otras nuevas. La desinstitucionalización es la erosión o discontinuidad de una práctica o actividad organizacional institucionalizada provocada por presiones funcionales, sociales y políticas que reorientan la tendencia hacia la homegeneidad y convergencia en campos organizacionales. El concepto de campo organizacional representa un nivel intermedio entre la organización y la sociedad y es instrumental a los procesos por los cuales las expectativas y prácticas socialmente construidas se diseminan y reproducen. Los significados compartidos y las creencias colectivas de los campos organizacionales son reforzados por los procesos regulatorios de la agencias gubernamentales las cuales presionan normativamente por conformidad en las comunidades. Para que la comunidad logre la eficiencia como mecanismo de coordinación, se requiere una membresía estable y sujeta a normas y una estructura que sustente la capacidad de poder para sancionar el incumplimiento de los acuerdos. Las estructuras institucionales de las comunidades no siempre son aprovechadas para lograr la eficiencia en una relación más estrecha con la igualdad. La gobernabilidad democrática de las estructuras institucionales de un sistema económico, político y social facilita las reglas formales e informales de las redes de interrelaciones entre diferentes agentes y actores estratégicos necesarias para los procesos de toma de decisiones colectivas y resolución de sus diferencias de intereses. No existe una relación directa entre igualdad y eficiencia porque los pobres carecen de las propiedades necesarias para disparar mecanismos de responsabilidad que controlen el poder del Estado. Los costos de transacción aumentan con la desigualdad en los acuerdos de cooperación. A pesar de las limitaciones burocrático-políticas y su incompatibilidad con los objetivos, el Estado puede intentar alcanzar una mayor igualdad sin menoscabo de la eficiencia. Un campo es un conjunto o comunidad de organizaciones que en forma agregada constituyen un área de la vida institucional mediante patrones de interacción e influencia en sistemas compartidos de significados. El campo organizacional incide en la construcción social de la realidad constituida por la objetivación de intercambios tipificados o categarizados de las organizaciones, los cuales reducen la ambigüedad e incertidumbre. Las presiones políticas resultan de cambios en los intereses y en la distribución del poder que apoya y legitima los arreglos institucionales existentes, como resultado de crisis de desempeño, cambios del medio ambiente y otros factores organizacionales que cuestionan la legitimidad de las instituciones. Los cambios en el poder derivan de la posesión de activos tangibles e insumos de poder derivados de la posesión del conocimiento e información. Las nuevas asimetrías del poder son un reto clave para las nuevas formas organizacionales. La interdependencia cuestiona los supuestos de las ventajas que representan el control de recursos dentro de las fronteras de una organización específica. Poder y rendición de cuentas para su uso fueron puestos por los propietarios para su control por los altos directivos de las organizaciones burocráticas tradicionales, se ha convertido en un asunto más complejo en aquellas organizaciones donde existe una multiplicidad de accionistas y cuya forma de organización es más horizontal. El estudio de la racionalidad facilita el análisis de la estabilidad de los arreglos organizacionales, su inercia, cambio y conflicto. Los ecologistas de la población sugieren que el medio ambiente selecciona a las organizaciones cuyos elementos estructurales proveen los más altos valores de ajuste, enfatizan el proceso competitivo como impulsor del cambio institucional y sugieren además que las organizaciones fundadas con una forma específica combinadas con diferencias en las tasas de sobrevivencia entre organizaciones con diferentes formas producen cambio institucional. La creciente densidad de las organizaciones con una forma conlleva una mayor legitimidad la cual se aprecia en una estadística vital. (Hannan and Freeman, 1989). Las reglas institucionales inventan la racionalidad. El énfasis original de Weber es en analizar el cambio institucional, analizando las dimensiones de la racionalidad, lo que requiere un cambio de énfasis de la acción racional a las formas de racionalidad. Las interpretaciones de las condiciones económicas de los actores son moderadas por una lógica institucional del más amplio medio ambiente que define las normas, valores y creencias que estructuran la cognición de los actores organizacionales y proveen el entendimiento colectivo para formular las decisiones de acuerdo a sus intereses. La racionalización es un proceso que involucra la emancipación de la tradición y que conduce a la diferenciación de la sociedad en distintas actividades y esferas de valor autónomas y con sus propias normas y obligaciones. Los diferentes estratos sociales tienen procesos de racionalización específicos y diferentes grupos sociales pueden responder en formas diversas a los tipos de racionalidad inherentes a los mitos racionalizados. Cada esfera de valor tiene patrones de acción y formas de vida que son definidas como racionales de aquellas otras esferas de vida que se consideran irracionales, lo que determina el concepto de lógica institucional. La lógica institucional determina la importancia de los problemas Cuando la lógica institucional cambia, presiona a las formas organizacionales existentes a modificarse en sus estructuras, las que a su vez afectan la governance. Las nuevas formas organizacionales tratan de responder a la interdependencia, la velocidad, el poder y el desmembramiento. La interdependencia organizacional es el grado en que una organización opera en forma interdependiente con otras organizaciones restringidas por los limites impuestos por las capacidades de procesamiento de la información y la distancia física. El uso de formas de organización modulares se fundamenta en esta interdependencia de organizaciones mediante el uso de alianzas, arreglos de trabajo alternativo, tales como las organizaciones contingentes y contratos de manufacturas. La imagen e identidad de los grupos son parte de los recursos críticos de las organizaciones modulares. Las organizaciones que siguen estrategias generales y las que siguen estrategias de nichos ocupan diferentes recursos ambientales y para dar respuestas innovadoras se forman conexiones interdependientes a otras organizaciones especializadas en otras industrias tales como estructuras de apoyo comunitario. Las organizaciones tienden a usar las formas modulares cuando se incrementa la heterogeneidad del medio ambiente. El nivel de interdependencia que prevalece ahora no tiene precedentes. Los resultados de cualquiera de las partes se relacionan con las acciones y los resultados de otros jugadores, por lo que el cambio de un componente de un sistema interdependiente produce cambios impredecibles en otros. Una mayor velocidad es la característica de todos los aspectos de las funciones de las organizaciones, desde las comunicaciones internas al desarrollo de productos para el intercambio competitivo. La velocidad tiene efectos en el decrecimiento de las imperfecciones del mercado, el incremento de la volatilidad a que deben responder las organizaciones y el decremento de los tiempos de estímulo respuesta involucrados en actividades organizacionales prosaicas. Las formas organizacionales se caracterizan por la identificación y diseminación de las metas colectivas, la regulación de los flujos de recursos organizacionales y la identificación y gobierno de derechos y obligaciones, funciones y papeles de los miembros de la organización. Existe un hueco entre el desarrollo rápido de nuevas formas organizacionales en práctica y la capacidad de las perspectivas existentes en la teoría. Los conceptos de organización postburocrática, postmoderna, la organización postemprendedora y la firma flexible se refieren a nuevos principios organizacionales y expresan los nuevos paradigmas en las formas organizacionales. Otros aspectos específicos de estos paradigmas incluyen el federalismo, la corporación virtual, la corporación reingenierada, la compañía creadora de conocimiento, la organización “ambidexterus”, de alto desempeño o sistemas de trabajo de alto compromiso, la organización híbrida y la “solución transnacional”, etc. La solución transnacional es una visión de una red integrada en la cual el centro corporativo guía los procesos de coordinación y cooperación entre las unidades subsidiarias en un clima de toma de decisiones compartidas, mezcla la jerarquía con la red y retiene la creación del valor en una corporación (Bartlett and Ghoshal, 1998). Cambios en las metas de las organizaciones para responder a la incertidumbre, el enfoque estratégico en el diseño de procesos y estructuras, un énfasis en lo social e interpersonal y una reemergencia de la legitimidad Las presiones sociales se originan en la diferenciación de grupos, la existencia de mentalidades y prácticas divergentes o discordantes, etc. La organización de los mercados bajo procesos de integración económica en el sistema capitalista globalizador, arrastra consigo las necesarias transformaciones de los sistemas político y social, dando lugar a un desplazamiento en los procesos de institucionalización política y social. Los estados nacionales ejercieron su autonomía en la producción y distribución de bienes, enviando los excedentes mediante mecanismos intervencionistas a las instituciones de un Estado-nación caracterizado por un sistema capitalista de producción autártico ligado a los circuitos internacionales del comercio y las finanzas. La sociedad civil se conceptualiza también como una esfera directamente conectada al ámbito del Estado por medio de una red de autoridades administrativas autogobernadas y otros cuerpos cooperativos, pero de carácter anti-político. La autoridad elegida por la ciudadanía tiene la capacidad para coordinar las relaciones inter-agencia. El lugar en el que la sociedad entra en relación con el Estado constituye la sociedad civil, la cual no actúa como un sujeto sino como un espacio o esfera donde expresan y se manifiestan sus instituciones y entidades que la forman. Por lo tanto la sociedad civil no debe ser considerada como un sujeto, sino como una esfera o espacio donde se expresan determinados intereses. El mismo carácter anti-político de la sociedad civil fragmenta los intereses y limita sus aportaciones a la construcción de las instituciones. Los Estados controlan y limitan las prácticas políticas de la sociedad mediante el establecimiento de fronteras, como por ejemplo, la articulación del discurso político. Por lo tanto, los gobiernos locales pueden contribuir a crear las condiciones para que se garantice la confianza entre los diferentes agentes y actores que conciertan las políticas y estrategias del desarrollo. Son los agentes sociales los que realizan los procesos sociales del desarrollo. La sociología del desarrollo se relaciona con los mecanismos que reproducen desigualdad y los medios para eliminarla parecer haber perdido su razón de ser. La perdida del piso en la tierra se debe por el dominio de un acercamiento al desarrollo nacional centrado en el mercado y a la voluntad de los gobiernos para seguir los dictados de la política de las organizaciones internacionales financieras.Así, el lugar en que se efectúan mediaciones y contestaciones entre la sociedad y el Estado y con las macro instituciones del poder económico y cultural, es lo que Rocco (1999) denomina sociedad civil. Estos sitios de mediación son los lugares de la vida diaria, donde los individuos y los grupos entran en contacto mediante normas, fronteras, tradiciones, y redes que definen las relaciones institucionales, etc. Según Honneth (1999), este concepto "sitúa el núcleo civil de una sociedad a igual distancia de la esfera económica y política de la sociedad". La ausencia de una cultura institucional impide el logro de mejores resultados, incluyendo la autonomía. La sociedad civil al ser parte de la superestructura facilita la operabilidad de las relaciones con otras instancias al mismo nivel, como el Estado-aparato y que difieren de las contradicciones que se generan entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Es necesario transformar el marco jurídico en que funcionan las jurisdicciones internacionales con el objeto de permitir a la sociedad civil (ciudadanos y sus asociaciones) actuar ante la justicia en las jurisdicciones nacionales como en el escalón internacional contra los Estados, las empresas o las organizaciones internacionales. El concepto de sociedad civil, del Inglés civil society, tal como lo conceptualizó Adam Ferguson, se refiere a "Todas las instituciones y organizaciones civiles que preceden al Estado, ya que son la condición previa a cualquier resistencia por parte de los ciudadanos, contra la dictadura de la burocracia de partido." En este sentido, Thoreau ha dicho que los hombres reconocen el derecho a la revolución, como el derecho a rechazar la obediencia, lealtad y a resistir un gobierno cuando su tiranía e ineficiencia son insoportables (Honneth, 1999) El término anglosajón de civil society hace referencia más al concepto de sociedad civilizada que al de sociedad natural. El concepto de civil society hace alguna referencia al concepto de societas civiles de Aristóeteles con que se denominaba a la forma de comunidad de la pólis. En el libro II cap. 2 {1261 a} refuta Aristóteles la tesis platónico-socrática de que el Estado o Polis deba ser lo más unitario posible. "La Pólis -dice Aristóteles- no es un unidad de la manera que algunos afirman. Y lo que algunos llaman el mayor bien común en realidad lo destruye", "No hay pues que buscar la unicidad de la sociedad en grado exagerado". Para Aristóteles la familia es la forma social más unitaria, pero no la más autosuficiente. El estado-ciudad es autosuficiente no siendo tan unitario, pues la autosuficiencia es preferible a la unicidad. Todo estado-ciudad que tienda a mayor unicidad tiende a dejar de ser un estado-ciudad para convertirse en una especie de alianza militar. Pues una pólis se caracteriza por una pluralidad de individuos que son diferentes. Así la sociedad civil comprende las “instituciones, entidades, personalidades que representan y manifiestan los intereses de las clases sociales, pero sobretodo de las clases dominadas “mediante la actuación de instituciones e individuos que no pueden representar esos intereses en el Estado (espacio) o sociedad política”. El Estado institucionaliza las relaciones de clases en una configuración de la producción social, aunque las clases sociales y los grupos actúan dentro y fuera de los estados. Los estados como sistemas coercitivos de autoridad son relaciones de clases y prácticas de clase congeladas y operacionalizadas mediante instituciones. Los estados son instrumentos que refuerzan y reproducen las relaciones de clase y las prácticas embebidas en los estados La globalización económica del capital es un fenómeno que implica la transformación de las relaciones de clase y de los estados. Un fatalismo económico es alentado por el discurso mediático-político sobre las necesidades ineluctables de la globalización, el imperio de los mercados financieros con conducción por gobiernos socialdemócratas que, al prolongar la política de los gobiernos conservadores, hacen que ésta aparezca como la única posible. Las estructuras institucionales de los estados-nación pueden persistir en la época de la globalización, pero se modifica la concepción de estructuras. (Robinson, 2000). Las grandes corporaciones requieren de estructuras institucionales de governance que acoten la aplicación de la teoría del principal – agencia y limite los problemas derivados, como en el caso del denominado oportunismo ex post. La sociedad civil “Es un espacio donde las clases y las fracciones de clase, expresan sus intereses a través de diferentes instituciones, organismos e individuos, los cuales se confrontan y resuelven a nivel de la superestructura en una formación social determinada” (Urquiza y Ulloa, 2001). Las clases dominantes cuentan con otras instituciones de la superestructura para expresar y manifestar sus intereses, tales como el Derecho, el Estado, la ideología, etc. En este sentido el concepto de sociedad civil se expande hasta comprender los conceptos de ciudadanía y derechos humanos. Salamon y Anheier, (1997) ven a la sociedad civil como “la plétora de organizaciones privadas, sin fines de lucro y no gubernamentales que han emergido en las décadas recientes en virtualmente cada esquina del mundo para proveer vehículos a través de los cuales los ciudadanos pueden ejercer iniciativa individual en la persecución privada de los propósitos públicos”. En un concepto más amplio, la sociedad civil comprende a las diversas instituciones sociales, económicas del mercado, la libre asociación de los ciudadanos para debatir, la que tiene que ir acompañada de la libertad de expresión. Una sociedad civil vigorosa fortalece al gobierno democrático. El capital social fortalece las relaciones y capacidades de la sociedad civil. El vínculo social es un recurso del capital social para el desarrollo económico, el cual se presenta en forma neutral para ser aprovechado mediante diferentes estrategias. El capital social es un recurso acumulable que crece si se hace uso o se devalúa si no es renovado. Las instituciones económicas, sociales y políticas son determinantes en las decisiones y procesos sociales. Así, la sociedad civil no es un sujeto en sí misma, sino la esfera en la actúan y realizan sus actividades las instituciones y entidades que la forman. En la sociedad civil se involucran fuerzas que se contraponen en sus intereses irreconciliables, muchas de las veces. Urquiza y Ulloa (2001) hacen una distinción operativa al interior de la sociedad civil entre lo que denomina la “sociedad civil del capital” y la sociedad civil descapitalizada”. El concepto de “sociedad civil del capital” lo expresa como “el conjunto de individuos y organismos privados que controlan el gran capital, y que por tanto, poseen intereses comunes y guardan una mayor afinidad ideológica”, mientras que la “sociedad civil descapitalizada está caracterizada por la no propiedad del capital y por situarse frente a él como una masa asalariada, y por tanto, por asumir o “deber asumir” una posición existencial de lucha contra la explotación y buscar una mayor participación de los beneficios del trabajo que garantice una adecuada sobrevivencia humana”. Distingue Aristóteles entre la homonoia o concordia, el acuerdo que reina entre los ciudadanos y la mera homodoxía o igualdad de pareceres. Pues no se trata de que los ciudadanos opinen lo mismo de cualquier cosa, sino de la misma cosa. La concordia es la amistad de la ciudad. La concordia supone un diálogo o deliberación entre los ciudadanos. Solamente dialogando puedo saber qué intereses nos igualan y nos distinguen y podemos obrar coordinadamente y no cada uno por su cuenta y riesgo, como cuando compramos o vendemos acciones en la bolsa. Esto es comparable al paralelogramo de fuerzas de la física. Si cada uno tira de un cuerpo para un lado distinto, el cuerpo se mueve en una dirección que es distinta de la deseada por cada uno. Ahora bien ese diálogo coordinador de nuestras acciones no es otra cosa que la actividad que estudia Aristóteles en su Retórica. Hablando se entiende la gente, decimos. Pero hablando bien y con entendimiento del otro. La Retórica es el Organon de la acción común, de la política. La Retórica no es tanto el duíscurso de la verdadero cuanto el discurso de lo bueno. Sin embargo, la caracterización dual de la sociedad civil en términos de quien tiene capital y no lo tiene es confusa sino se delimitan los sujetos, las instituciones que representan sus intereses y el espacio o esfera donde resuelven sus conflictos. La dualización de la sociedad es un fenómeno que resulta de los beneficios que reciben los individuos de los procesos de globalización y que genera profundas desigualdades entre los ricos que tienen acceso y los excluidos o marginados que no lo tienen. Las desigualdades económicas y sociales persistentes entre los países del mundo avanzado y muchos países del Tercer mundo colonial y semicolonial... La clase trabajadora urbana, los campesino, los jornaleros rurales los bajos sectores asalariados de la clase media, los miembros del creciente sector informal y las comunidades indígenas son los excluidos o marginados de la arena política. Tomados juntos hay varias clases y sectores que representan entre dos tercios y tres cuartos de la población total, dependiendo del perfil de cada nación latinoamericana. Un análisis crítico de los efectos del capitalismo revela que ha creado extremas desigualdades en la región así como en el mundo entero. La polarización económica resulta de los crecientes procesos de desigualdad que enfrentan términos internacionales y situaciones locales explosivas. La mitad de la población mundial, 3 mil millones de gente viven con un ingreso per cápita anual que promedia $350 dólares. América Latina y el Caribe presentan las mayores disparidades en la distribución del ingreso en donde el 5% de la población más rica concentra un cuarto del ingreso nacional y el 10% de la población más rica contra el 40 % del ingreso, mientras que el 30% de la población más pobre solo tiene el 7.5% del ingreso total. El índice promedio de desigualdad de América Latina fue de 0,52 en coeficiente de Gini con un mínimo de 0.43 para Uruguay y un máximo de 0,59 para Brasil (Klochkovsky, 2001). Así la polarización entre el pobre y el rico se profundiza más aceleradamente. La creciente tasa de desigualdad genera más pobreza e incrementa los niveles de violencia social. De acuerdo a los expertos, la pobreza tiene expresiones, comportamientos y causas diversas, ligadas a una compleja geopolítica, a un modelo económico cuestionado y a los cambios en la demografía, que requieren nuevas explicaciones para impulsar políticas adecuadas (Memoria del Foro Pobreza Ignorada, México, 2002).Las manifestaciones de este avance del capitalismo emergente se enmarcan en la paradoja consistente en que mientras se centra en función de los mecanismos autorreguladores del mercado, por otro lado desencadena reacciones en contrario para contrarrestar y compensar los efectos de los mecanismos perversos del mercado. Visto desde la perspectiva global y a través de los lentes conceptuales de la integración contemporánea en la economía capitalista global, se ha reforzado, sino acentuado esta extrema desigualdad así como las relaciones injustas de subordinación y dominación que mantiene y complementa esta desigualdad. La economía capitalista del mercado tiene un carácter social. La naturaleza de la integración regional en la economía capitalista global ha reforzado las formas extremas de desigualdad e injusticia ampliamente esparcidas que prevalecen en esta parte del mundo. Región es el espacio territorial en el que se materializan las fuerzas mundiales, nacionales, regionales y locales (Ortegón Espadas, 2000). Es en la región donde se materializan los impactos de los agentes transnacionales. Así, su teoría dicotómica de la sociedad civil, intenta establecer “la línea divisoria entre la gran empresa unida a los altos dirigentes del Estado-aparato y la gran mayoría restante, mayoría que encierra potencialidades similares de cara al cambio social.” Bajo el modelo hegemónico neoliberal, los empresarios asaltan al Estado y concentran el poder económico y político. El sistema corporativo de los procesos de globalización promueve una ideología elitista y autoritaria que García Morales (2000) denomina como “totalitarismo empresarial” transnacional. La creación de medios ambientes empresariales data de poco más de un siglo. El programa de la globalización que el empresariado viene promoviendo desde los años Setenta es regresivo, caracterizado por una reducción de la intervención pública, movilidad y flexibilidad de los trabajadores, ayuda pública a la inversión privada mediante asistencia fiscal, reducción de los aportes patronales, etcétera. El neoliberalismo es hábil presentar las exigencias inflexibles de contratos de trabajo leoninos bajo la apariencia de la "flexibilidad". Un análisis crítico de las sutiles estrategias de las reformas de los gobiernos socialdemócratas puede resumirse en el concepto de "flexplotación", para señalar una reducción de las horas de trabajo y una multiplicación de los empleos temporarios y de tiempo parcial. La estructura social de las sociedades contemporáneas experimentó cambios profundos, entre los cuales el más importante es la disminución, en la industria, de los obreros frente a los "operadores", quienes, más ricos en capital cultural, podrán concebir nuevas formas de organización, nuevas armas de lucha y nuevas solidaridades. La organización como una red de mentes distribuidas, en donde la autoridad, el poder, la responsabilidad y los recursos son descentralizados en equipos de unidades semiautónomas que consisten de staff semiautónomo, profesional y conocedor. La coherencia y la motivación son proveídas por una visión y una cultura compartidas. La esencia de la organización virtual es la administración de una actividad orientada por metas de forma que es independiente de los medios de su realización. La organización virtual descansa en los pilares de la producción de información, la estandarización de la interacción y la abstracción de los derechos de propiedad (Mowshowitz, 1994). La escuela de la economía de los derechos de propiedad argumentan que la propiedad común de los bienes genera ineficiencias, pero sin embargo, se puede contra argumentar que la privatización también es ineficiente ya que otorga más poder para negociar a aquellos que adquieren la propiedad privada. Estos propietarios se convierten en dominantes porque obtiene mayores beneficios del disfrute de bienes, sobretodo cuando estos son de carácter público.. La orientación empresarial del Estado que busca la rentabilidad y la calidad total en todos los servicios que ofrece a un mercado de consumidores más que a ciudadanos, asume el bienestar como una función del poder adquisitivo de quien cuenta con los recursos para comprarla. La identidad ciudadana se abandona y quiere ser sustituida por la condición de súbditos imperiales y consumidores-clientes. La creación de medios ambientes empresariales data de poco más de un siglo. Hacia dentro del Estado nación se presenta la lucha de clase para lograr el aseguramiento del acceso a los recursos mediante la conquista del poder. La propuesta para el análisis del cambio institucional es opuesta a la democracia mayoritaria y negociadora como el punto de partida. El cambio global no es uniforme sino híbrido que combina nuevos y viejos elementos en sus formas de opresión y progreso. Las naciones-estados, organizaciones y administradores son actores que responden a los retos de las instituciones existentes. La micropolítica del cambio institucional es el resultado de las interacciones entre diversos actores, actividades y significados. El aprendizaje es el recurso de cambio institucional más fundamental que es limitado por la falta de sistemas confiables de comunicación entre las organizaciones, su indisposición para compartir información y la falta de datos en los requerimientos de la implementación y una práctica eficaz. El cambio institucional modifica el carácter y la integridad de las organizaciones. Su diversidad se deriva de fuentes exógenas, percepciones e interpretaciones que da significado a las instituciones bajo una lógica institucional. Los niveles del cambio institucional van desde lo micro interpersonal y suborganizacional al nivel macro societal y global. Las fuentes de cambio institucional que presionan a las normas o prácticas institucionalizadas son las funcionales, las políticas y las sociales. Las funcionales surgen de problemas percibidos en niveles de desempeño o utilidad asociadas con las prácticas institucionales, ligadas a cambios del medio ambiente, tales como la competencia intensiva por recursos escasos. El sistema de medición del desempeño estratégico es uno de los componentes de la Nueva Administración Pública. Como tipos polares, las democracias con un mínimo de puntos de veto son mayoritarias en carácter, mientras que las democracias de negociación contienen un máximo de puntos de veto. El cambio institucional radical que entra en conflicto con las instituciones existentes se promueve cuando los campos organizacionales son permeables a ideas y modelos de otros campos, cuando estos campos están acoplados con laxitud y caracterizados por disenso ideológico y cuando el cambio es congruente con los valores e intereses de los actores más poderosos. Los puntos de veto son instrumentos institucionales que pueden ser o no usados por los actores políticos, dependiendo de sus estrategias. Puede también ser el caso que los actores políticos pueden elegir que puntos de veto quieren usar (Kaiser, 1997). La sociedad civil conceptualizada como el espacio donde se expresan las mayorías por sí mismas o a través de sus instituciones, es considerarla como una instancia de resolución de conflictos económicos, políticos y sociales, o que bien los trasciende en forma de demandas al espacio estatal. Los conflictos que resultan de la competencia entre las empresas transnacionales y multinacionales trascienden las instituciones de los Estados nacionales porque estos no cuentan con las funciones reguladoras para solventar las diferentes situaciones que emergen de la protección de intereses de los grandes capitales transnacionales altamente especulativos. Los estados-nacionales son unidades jurídicas y geográficas, y a veces unidades culturales. Los conflictos inter Estados tienen su origen en las resistencias que estos tienen a los procesos de globalización orientados a expandir la influencia y el poder de los capitales transnacionales para su propio beneficio. La sociedad ejerce su poder de dominación y de resistencia mediante prácticas de los códigos de información los cuales son impuestos no solamente por el Estado sino también en la ideología, las practicas culturales y las acciones cotidianas . La política de baja intensidad o subpolitics (Beck, 1998) es poco organizada, y se establece a partir de prácticas de consumo. Las redes de resistencia global responden, en su matriz anclados en más profunda, al designio de erradicar muchos de los vicios la izquierda tradicional, al amparo de partidos burocratizados, sindicatos desprovistos de una vocación contestataria y organizaciones no gubernamentales a menudo volcadas en una defensa de bien pagados puestos de trabajo. Las corporaciones transnacionales se expanden globalmente aprovechando las situaciones políticas. Los procesos de globalización han provocado la resistencia activa de muchas comunidades y grupos que anteriormente eran pasivos quienes ven su propia sobrevivencia amenazada por los efectos culturales y económicos asociados con la acelerada integración de sus sociedades en la economía capitalista global. A pesar de que existen abrumadores argumentos contra las realidades y efectos del neoliberalismo y la globalización, afirma Razcón (2002) la crítica carece de implicaciones estratégicas, porque no existe voluntad para construir conceptualmente una sociedad eficiente, real, ante la economía de mercado, la imposición de los intereses trasnacionales, la subordinación y la dependencia, y el belicismo del imperialismos. Por lo tanto, la globalización ha estimulado la movilización política de los grupos y comunidades oprimidas que han estado previamente subordinadas y marginalizadas. Las organizaciones comunitarias locales establecen acuerdos de cooperación que reducen las fricciones por conflictos distributivos pero pueden aumentar los costos fijos de organización para compartir en forma más equitativa los beneficios. La desigualdad obstaculiza el consenso para los cambios de políticas que respondan a la inestabilidad generada por crisis. La sociedad civil del capital puede guiar las acciones y manipular los comportamientos y voluntades de la sociedad civil descapitalizada. El Estado-aparato sigue una política de dualidad, mientras que con la sociedad civil capitalizada entra en procesos de negociación de políticas e intereses y resolución de conflictos, desprecia con trato diferenciado a la sociedad civil no capitalizada la cual es fácilmente manipulable para fines corporativos electorales. La dualización social es un fenómeno que es resultado de las oportunidades de acceso a los beneficios del modelo de desarrollo capitalista que tienen los individuos y que genera profundas desigualdades. La administración del desarrollo debe superar los viejos esquemas y moldes creados en torno a la dicotomía entre un modelo de desarrollo centrado en una economía planificada, propiedad del Estado y una economía centrada en el mercado y en la privatización de los medios de producción. El surgimiento de un modelo de desarrollo híbrido debe administrar en todos los niveles de gobierno, en forma flexible, la coordinación y armonización de los intereses públicos con los privados y los de la comunidad. Los ricos tienen acceso completo a todos los beneficios que el sistema les brinda, mientras que en el otro extremo, los excluidos y marginados carecen de las oportunidades mínimas. Los sectores tradicionalmente excluidos de la acción política resisten los cambios y se expresan en participar para un proceso de refundación de la nueva sociedad. El concepto de sociedad civil como sujeto, asume “roles y representaciones que corresponden a sujetos específicos” (Urquiza y Ulloa, 2001) tales como los partidos políticos, las organizaciones no gubernamentales, etc., toma ventaja de sus posiciones dentro del espacio, para la defensa de sus propios intereses. Si México permitió a las industrias maquiladoras de Estados Unidos en la región de la frontera, someterse a los contratos de los sindicatos de trabajadores mexicanos, estas industrias simplemente se moverían a cualquier otra parte y los procesos de industrialización se pararían. Los países de nueva industrialización están preocupados en formalizarse a sí mismos, en contra de sus competidores así con en contra de sus mismas leyes formales para obtener una ventaja competitiva en su producción relativa a más áreas reguladas de la economía mundial (Castells and Portes, 1989). El incremento notable en los últimos años de las organizaciones sociales y las organizaciones no gubernamentales, consolidan la participación activa de los movimientos de liberación, de derechos humanos y de democratización, en amplios programas de desarrollo económico, político y social. La emergencia de las organizaciones no gubernamentales en los decenios de 1980 y 1990 coinciden con en el mismo momento en que se liquidaba el bloque socialista y la URSS como una respuesta desde la sociedad civil, frente a las aberraciones estatalistas que habían impregnado al grueso de la izquierda. Los movimientos de resistencia global irrumpieron cuando la revolución no gubernamental tampoco cumple sus promesas. Los esfuerzos para organizar y unir los sectores marginados con el propósito de representar sus intereses en los centro de poder del Estado han resultado en ser políticamente difícil y muy peligroso. Además de la reacción violenta de los militares y los grupos paramilitares de la derecha. La movilización política de estos sectores ha sido obstruida por las formas tradicionales de cooptación tales como el patronazgo, el clientelismo y el corporativismo que las elites políticas ha usado efectivamente en la mayoría de los casos para subordinar y dividir a los sectores de la población. En las últimas décadas, las organizaciones sociales han adoptado diversas formas, sin fines de lucro, arreglos que separan las jerarquías administrativas de las técnicas bajo un conjunto de procesos postindustriales, con mayor flexibilización de fronteras que permiten formaciones corporativas. Las organizaciones no del mercado son aquellas cuyos resultados no son evaluados en los mercados externos a las organizaciones por medio de transacciones voluntarias, usan tecnologías para producir resultados que son difíciles de evaluar y su éxito descansa en la habilidad para satisfacer criterios de evaluación determinados socialmente por lo que busca legitimarse a través de la conformidad con prácticas organizacionales. La organización corporativa examina los determinantes económicos que modifican la forma unitaria a la forma multidimensional en las grandes organizaciones, la cual se desarrolla en las industrias de producción masiva debido a las innovaciones tecnológicas que hacen posible la estandarización y las economías de escala para atender los mercados masivos. Las dos teorías apuntalan las interacciones estratégicas como el fundamento para el equilibrio múltiple de las instituciones, cuyos resultados no adscriben valores de óptimo. El crecimiento se presenta en una interrelación inestable entre las economías de escala y la especialización con los costos de transacción. El aprovechamiento de las economías de escala a partir de innovaciones tecnológicas y especialización requiere del diseño de complejas estructuras de arreglos institucionales que faciliten las interrelaciones y negociaciones de los diferentes actores y absorban los niveles de incertidumbre. Con el objeto de asegurar el respeto a los derechos y la consideración de los derechos económicos, sociales y culturales en la regulación de las economías nacionales y mundial, se debe admitir la sumisión a la justicia de los derechos económicos, sociales y culturales. Los foros se convierten en lugares simbólicos porque se manifiestan y se expresan los diferentes movimientos en contrapoder, en convergencia o en resistencia, con articulaciones desde las mismas bases. La izquierda y las fuerzas progresivas en Latinoamérica se han debilitado y desorientado por los mayores desarrollos globales, tales como los movimientos revolucionarios, así como sus propias fallas para desarrollar una estrategia efectiva que movilice a la población contra el proyecto neoliberal de los regímenes civiles de centro derecha en la región. La mayoría de los partidos y movimientos progresistas en Latinoamérica reconocen que están seriamente lesionados por sus fracasos para ofrecer una alternativa efectiva al opresor proyecto neoliberal y como resultado establecen un diálogo internacional dirigido a desarrollar una nueva identidad y una estrategia para la nueva era. Sin embargo, las fuerzas progresivas políticas pueden cambiar el desarrollo de los acontecimientos en dirección de una mayor democracia política, mejorar los estándares de vida y justicia social si pueden formular una estrategia efectiva que les permita tener éxito para movilizar a la mayoría de la población en esta dirección. Los contrapoderes son “lazos, experiencias alternativas, solidaridad que se crea entre la gente. Los contrapoderes son las múltiples instancias en las que se desarrolla la política…son los contrapoderes que plantean los interrogantes fundamentales sobre el mundo que está construyendo el capitalismo. En el seno de los contrapoderes se van elaborando las nuevas resistencias, nuevas exigencias, nuevas prácticas políticas, nuevas formas de lucha y de vida. El impulso vital y la creatividad están en los contrapoderes”, (Proceso, 2001). La multiplicidad de los movimientos sociales es su fortaleza y lo que más teme el proyecto de la ideología única hegemónica del capitalismo. Por primera vez el mundo parece convergir hacia una ideología común del desarrollo, que promete riqueza cada vez mayor para todos, en todas partes. La sociedad civil como espacio debe contener a las instituciones, organismos e individuos que representan los intereses de las clases sociales. Las instituciones sociales tienen diferentes formas organizativas que van desde aquellas fundamentales que representan intereses económico y sociales, hasta aquellas que representan al conocimiento, la información y la ideología. Las instituciones sociales, económicas y políticas determinan las decisiones y los procesos sociales. La sociedad civil compendia un grupo heterogéneo de individuos y colectividades cuya característica común es que no forman parte del Estado, y que son capaces de movilizarse como actores políticos para la defensa de sus intereses y para la promoción de cambios económicos, sociales, políticos, culturales, etc. Las dimensiones del cambio económico, político y social mundial son determinadas por la reestructuración del capitalismo globalizador. El término globalización adquirió a mediados del decenio de 1990 un eco mediático en el magma del nuevo orden internacional aireado en 1991 que permitió arrinconar la imagen negativa que arrastra el capitalismo. Administrar el cambio es la administración dinámica (Dowbor, 2001) de un proceso permanente de ajuste de segmentos diferentes de reproducción social. El cambio tecnológico requiere de una administración dinámica capaz de ajustarse a nuevas situaciones. Una condición para alcanzar el desarrollo es administrar nuestros recursos en una forma más racional. Las representaciones colectivas de la realidad de los individuos inciden en los anhelos de cambio. Al cambiar el orden de la vida social debido a los impactos de la globalización en las diferenciaciones en las estructuras sociales, también se modifican las estructuras culturales y sociales. Las nuevas estructuras sociales incrustadas en los circuitos globales, tienen intereses de acumulación capitalista en un escenario y espacio mayor que las simples demarcaciones territoriales nacionales en donde surgieron, bajo la protección del Estado nación. La conceptualización materialista histórica del Estado como una relación social insertada en estructuras sociales que adoptan formas institucionales diferentes Por sí mismas, las empresas transnacionales no tienen las estructuras ni el poder que si tienen los Estados nacionales para transformar las estructuras políticas, económicas y sociales que facilitan la libre circulación y los movimientos financieros, así como los flujos comerciales internacionales. En esta forma, se filtran a través de las percepciones del medio ambiente de los actores políticos. Los actores políticos estratégicos, así como los económicos y los sociales aprovechan las estructuras de poder para ejercer influencia sobre los procesos de toma de decisiones que les favorezcan sus propios intereses. Al aumentar el tamaño de la agencia en las estructuras burocráticas, con controles jerárquicos, la autoridad se distorsiona. Las formas burocráticas familiares incluyen el control jerárquico y las relaciones de autoridad, fronteras relativamente fijas y autoridad de arriba hacia abajo.Las ilusiones acerca de los bajos costos de cooperación pueden prevalecer. Los grandes actores pueden iniciar acción y subsidiar otros participantes. Se tienen que considerar los factores contextuales como variables que intervienen, las cuales engrandecen o disminuyen el rango de alternativas que los actores políticos piensan están disponibles para las situaciones de la toma de decisiones. Este compendio heterogéneo de componentes que actúan en la esfera de la sociedad civil, de acuerdo a Murillo Castaño (2000), constituye un “modelo que valora la pluralidad y el respeto a las diferencias, culturales, étnicas y religiosas. Un modelo que aprecia y respeta la existencia de diferencias (sic) expresiones de acción colectiva, tendientes a la articulación y a la representación de intereses...un modelo que propugna por el fortalecimiento y la progresión de la democracia como el régimen político acorde con el logro de la justicia social sin importar que esta se da en los Estados de Derecho a secas o en los estados Sociales de Derecho”. La acción colectiva puede eliminar las restricciones y deficiencias del “dilema del prisionero si se acuerdan metas en conjunto por todos los miembros de una comunidad. Los costos de la acción colectiva de quienes resisten el cambio institucional, como en el caso de los dictadores, no les resulta racional emprenderlo. A menos que los ganadores del cambio compensen a los perdedores bajo la situación potencialmente Pareto superior, las instituciones ineficientes tienden a permanecer para mantener el desequilibrio asimétrico de los conflictos distributivos. Si los conflictos distributivos inciden en la disfuncionalidad de las instituciones, a su vez también inciden en los costos de la acción colectiva. La fragmentación y expansión de las demandas sociales exigidas a través de la acción colectiva a gobiernos limitados por instituciones, autoridad y recursos, es el problema argumentado en el trabajo de Crozier, Hungtington y Watanuki (1975). Los conflictos distributivos obstaculizan la descentralización de la gobernabilidad. A escala local, las disfuncionalidades institucionales pueden ser mayores por la falta de coordinación con la burocracia del Estado y la carencia de sensibilidad para detectar las necesidades comunitarias para administrar programas de desarrollo. El funcionamiento de la democracia depende en buena medida en la construcción del capital social. Actualmente se plantea como problema la pérdida de la confianza en las instituciones y en el liderazgo (Pahrr y Putnam, 2000) Las disfunciones de la democracia deslegitiman la autoridad, sobrecargan y desequilibran la acción gubernamental, fragmentan los partidos políticos y estimulan el “parroquialismo nacionalista” e inciden en la falta de gobierno y puntualizan la necesidad de governance o gobernanza (Prats, 2001) para lograr la gobernabilidad. En la nueva economía institucional, los aspectos políticos limitan los beneficios del comercio, como en las situaciones específicas de negociaciones asimétricas debido a que prevalecen intereses creados que originan conflictos distributivos. La acción colectiva causa el cambio institucional a partir de la coordinación de esfuerzos que originan los diferentes movimientos sociales, cuyos costos son elevados si no se eliminan los problemas de oportunismo de los costos o free rider y compartir los beneficios de la negociación. La acción colectiva tiene que ser estimulada por las instituciones que facilitan las actividades y relaciones de las personas. Los grandes actores pueden iniciar acción y subsidiar otros participantes. La acción colectiva y la cohesión comunitaria dependen más de lazos interpersonales débiles que de lazos interpersonales fuertes los cuales incrementan la cohesión de quien es parte del grupo y la exclusión de quien no lo es.El pobre confrontó al rico con un problema de acción colectiva: cómo crear arreglos colectivos para controlar los efectos externos de la pobreza, al mismo tiempo que prevenir que otros ricos obtengan ganancias de sus acciones sin contribuir, (De Swaan Abram, 1997) El desarrollo actual de la sociedad civil ha sido motivo de diversos análisis. Según Bruyn (1999), los conservadores la denominan el “sector voluntario”. Los filósofos la ven como la ”esfera pública” de la sociedad evolucionando dentro de una esfera privada de la misma sociedad, aunque algunas de las redes de acción social constituyen parte de esta “esfera pública” por su forma y contenido de la vida social. Los movimientos sociales tienen una producción colectiva de códigos y valores, símbolos, discursos y significados culturales como sistemas de interpretación y acción de la realidad que mediante prácticas cognitivas ( Jamson y Eyerman 1991) generan conocimiento. Por sobre el comportamiento instrumental, los significados y conceptos son articulados en la acción social simbólica que tiene lugar en redes, donde se establecen y reproducen los vínculos de solidaridad y comunidad. Las redes sociales por donde se transfieren los flujos de la información y el conocimiento constituyen el capital social que articula diferentes recursos, mejora “la eficiencia adaptativa de la estructura económica” y consolida mecanismos de concertación social, por lo que en tales ocasiones “el capital aparece más nítidamente como “fuerza productiva” (Lechner, 2000). Las redes sociales horizontales que enlazan individuos con niveles similares de poder y status, generan mayor confianza y reciprocidad que las redes sociales verticales. Las redes sociales facilitan la difusión de prácticas y estructuras institucionalizadas pero el impacto de estas redes sociales difieren entre las esferas públicas y privadas. Las redes sociales facilitan las interacciones directas para formar aglomeramientos de individuos o clanes que delimitan cambios en los sistemas de controles. En la forma de organización en clanes los procesos de socialización contribuyen a lograr la congruencia de los objetivos y logra ventajas sobre las organizaciones burocráticas o las relaciones de mercado en casos en que se eleva la evaluación del desempeño y baja la incongruencia de los objetivos (Ouchi, 1980). De acuerdo a Redding (1990) las redes sociales de relaciones directas o clanes de empresarios del Sudeste Asiático crearon sistemas dependientes del control patrimonial. Los tipos de acción social de Weber son el afectivo basado en la emoción, el tradicional basado en el hábito, el valoral-racional (wertrational) basado en valores, y la racionalidad medio-fin basada en el cálculo. La acción social es racional basada en ideas y elección consciente, categorizada por Weber las racionalidades afectivas y tradicional como cerca de la frontera que denominó como acción orientada, (Weber, 1978:25) mientras que la racional valoral y la acción racional medios-fines son más reflectivas o autoconscientes. Un aspecto relevante de todo programa de gobierno es que este tenga por objeto la promoción de un mayor acceso de la población a los bienes culturales, educativos e informativos. Esenciales a la democracia son las posibilidades que tiene la población para tener acceso al conocimiento y el respeto a su derecho a la información que garantizan una participación efectiva.El capital social es un recurso acumulable que crece si se hace uso o se devalúa si no es renovado. Sin embargo, las formas voluntarias privadas están limitando las responsabilidades públicas de los Estados-nación por el bienestar de sus ciudadanos. El concepto de bienestar está determinado por el cómo el ser humano, sujeto de bienestar, se encuentra, cuya preocupación debe centrarse en indicadores más con base en los fines que consigue y de los que está en disposición de hacerlo, que en los medios del bienestar como los indicadores. El concepto utilitarista o bienestarista de bienestar se centra en los medios, mientras que el concepto centrado en los fines del bienestar humano está referido a en las realizaciones individuales a partir del ejercicio de la propia libertad, por lo que la realización de los fines como indicadores del bienestar humano depende de la voluntad o agencia personal. Equiza (2001) señala como bases de las críticas al utilitarismo, la identificación errónea de bienestar con utilidad en la elección, felicidad y satisfacción del deseo, considera que la ordenación por suma es trivial, no elimina la cuestión de la desigualdad y no incorpora las diferencias de partida y agencia entre las personas. El bienestar considerado como conducta de elección incorpora más elementos que la búsqueda y satisfacción del bienestar. Los teóricos culturales la ven como “la resolución de tensiones entre los principios opuestos en la modernidad” como por ejemplo: individual contra comunidad, público contra privado, con orientación hacia la sociedad postmoderna. Muchos de los habitantes de la región viven bajo condiciones que pueden ser descritas como modernidad desigual más que postmodernidad, Esta tendencia y otras son las causantes de lo que Wagner (1996) denomina el final de la modernidad organizada. La revolución cultural alentada por los movimientos sociales del 68, radicalmente cuestionan los fundamentos de la cultura occidentalizada, centrada en el individualismo y la racionalidad, porque destruyen el tejido social. Cuando los movimientos populares nacionales son fuertes, estos trascienden en un internacionalismo solidario. Los movimientos populares anteriores a la década de los setenta del siglo pasado se articulaban con la lógica revolucionaria cuyo objetivo era la toma del poder. Una subjetividad en contra del sistema capitalista emerge y se instala ideológicamente en los movimientos populares aunque liberada de un programa político radical que denota la ausencia de un modelo coherente desde la izquierda misma, pero siempre bajo un mismo denominador, la búsqueda de mejores condiciones de vida. Muchos de los miembros progresistas de la intelligensia han asumido en los años recientes una posición política relativamente moderada, dando por resultado un distanciamiento de las clases populares y se acomodan a la ideología ortodoxa neoliberal prevaleciente. Muchos de los partidos y movimientos políticos que eran de izquierda, han asumido un perfil bajo en la escena política. Otras organizaciones de izquierda han caído en desarreglo ideológico considerable. La importancia de estos movimientos radica la apertura a la búsqueda de nuevas oportunidades, alternativas, formación de redes solidarias, creación de espacios de contrapoder, etc., como parte de procesos necesarios para la liberación de los pueblos. La nueva radicalidad ya no tiene como objetivo la toma del poder porque en la nueva lógica el poder para liberar y modificar estructuras sociales radica en la misma base y no en la impotencia de la cúspide. Thoreau ha dicho que todos los hombres reconocen el derecho a la revolución, como el derecho a rechazar la obediencia y la lealtad y a resistir un gobierno cuando su tiranía e ineficiencia son insoportables. De hecho, la imposición de los valores de la cultura occidental ha provocado muchas disfuncionalidades en los pueblos colonizados. Las grandes corporaciones transnacionales socavan la soberanía y autonomía de los pueblos colonizados o recolonizados, para una toma de decisiones independiente en la regulación de su propia economía. Estas corporaciones limitan la capacidad de los Estados para regular sus propias economías y para tomar sus propias decisiones. Por lo tanto, los Estados recolonizados, “actúan para servir los intereses de capitalistas extranjeros…Sin un estado (recolonizado) fuerte los objetivos imperialistas estarían en peligro. La fuerza se mide en este contexto por la capacidad de los actores del estado y las instituciones para llevar a cabo importantes cambios estructurales y asegurar su establización contra la mayoría de movimientos sociales populares, sindicatos y partidos políticos” Petras (2001d). La estrategia orientada a limitar o reducir las funciones del Estado está enfocada a desviar la acción de los movimientos sociales hacia su integración a las organizaciones no gubernamentales, a efecto de poder controlarlas desde la misma estructura del poder del Estado. Las actividades de estas organizaciones no representan peligro ni riesgo alguno para las estructuras del poder de las elites económico-políticas, ni para el Estado nación, para las instituciones financieras internacionales, para los Estados imperialistas y para las corporaciones transnacionales. La elite económico-política y sus agentes realizan campañas para legitimar la ideología neoliberal del capitalismo transnacional que promueve el libre mercado. Las instituciones financieras internacionales que actúan como agentes de la elite económico política, redefinieron el desarrollo en los ochentas como “una participación exitosa en el mercado mundial” que incluye una política de amplia liberalización (Robinson, 2000), basado en la “rearticulación de cada país a los mercados mundiales a través de la introducción de nuevas actividades económicas ligadas a la acumulación capitalista”. Los países que se someten al programa de ajuste estructural aceptan la construcción de instituciones afines a los intereses del capitalismo transnacional. El avance de las grandes corporaciones transnacionales y de las elites políticas transnacionales ocurre en contradicciones entre los intereses de los grupos dominantes hegemónicos en la transversalidad ascendente de lo nacional a lo transnacional. El surgimiento de elites político-burocráticas con una formación gerencialista, bajo un Estado transnacional, que se orientan al control y el poder en las decisiones para la formulación e implantación de políticas económicas globales, garantiza el avance de los procesos de reproducción del sistema capitalista y la acumulación del capital y contribuye a la formación de clases. La integración de los grupos dominantes de las naciones se realiza mediante estrategias de formación de redes transnacionales que facilitan los flujos e intercambios que requiere el sistema capitalista globalizador. Los procesos de globalización dan lugar a la creación de redes del mercado integrada por las relaciones de las elites capitalistas transnacionales que se movilizan desde arriba y a redes de contrapoderes y resistencia transnacional que se moviliza desde dentro y desde abajo, mediante mecanismos de alianzas y asociaciones, para contrarrestar los alcances de la otra. En parte, las políticas económicas nacionales son ajustadas a las presiones de las elites capitalistas nacionales integradas a las redes del capitalismo transnacional, más que a las presiones externas de las instituciones globales. El Estado transnacional crecientemente desarrolla mecanismos militares para la ejecución de la política económica, pero ha sido incapaz de regular los flujos de capitales especulativos que generan incertidumbre e inestabilidad al propio sistema capitalista. A pesar de las tendencias neoliberales que limitan las funciones y actividades del Estado, su participación sigue siendo fuerte para regular los procesos económicos. En las sociedades fuertes administra la mitad del producto social, racionalizando sus actividades como la manera más efectiva apara elevar la productividad social. De acuerdo al análisis de Dowbor (2001), segmentos sustanciales de la sociedad han empezado a pensar en términos de un “pequeño y eficiente Estado”, para justificar los procesos caóticos de privatización, posponiendo el problema esencial de a quien y cómo debe servir el Estado. El principal punto en la acción no es cortar partes del gobierno sino hacerlas trabajar mejor y con otros fines. El Estado neo-colonial es activo, regulador e intervencionista al igual que el Estado de Bienestar o el Estado populista, pero sus actividades, reglas e intervenciones se orientan a servir los intereses del capital extranjero y de la clase capitalista transnacional (Petras, 2001d). La crisis del Estado de Bienestar puso en evidencia la necesidad de reinventar la ciudadanía y el gobierno. Así, la función principal del nuevo Estado regulador es mantener la estabilidad de los mercados financieros para proteger los movimientos especulativos de los capitales de la volatilidad de los mercados emergentes, mediante la movilización de recursos financieros de otras fuentes, pero principalmente los provenientes de mayores cargas impositivas a contribuyentes con ingresos bajos. El desmantelamiento de la economía social del modelo del estado de Bienestar, el nuevo modelo de Estado neoliberal se torna intervencionista y regulador para proteger los grandes intereses hegemónicos de las grandes corporaciones transnacionales y sus aliados los Estados imperiales, siempre contando con el apoyo sumiso de las elites gobernantes locales. Si se mira al Estado neoliberal como una continuidad del Estado Benefactor, se legitima la nueva correlación de fuerzas sociales que surge de las transformaciones del capitalismo y se establecen la estructura y la infraestructura para la creación de Estado transnacional. Además, los Estados neoliberales ejecutan las políticas económicas, monetarias, fiscales, etc., proporcionan la estabilidad y control político social mediante el establecimiento de un sistema represivo cuando el aparato ideológico falla. La retórica de los neoliberales acerca del papel limitado del Estado en la Economía lo redirige lejos de servir a las necesidades de los sectores populares de la población en beneficio de los intereses de las clases sociales altas. Uno de los elementos más impresionantes de la escena política contemporánea es la alta responsabilidad de los gobiernos a la satisfacción de las necesidades de la mayoría de la población a pesar de los mecanismos formales de la política democrática que se establece en la región latinoamericana. Es esencial que la democracia y la transparencia estén igualmente organizadas a nivel popular en los niveles locales afectados por las intervenciones de las Instituciones Financieras Internacionales. La información hacia las sociedades locales debe ser sistemática. Las intervenciones de las Instituciones Financieras Internacionales deben ser objeto de debate y de la intervención parlamentaria nacional. Esto significa poner en tela de juicio el actual sistema de condicionalidades contrarias a la idea de cooperación como también al restablecimiento del equilibrio entre los desiguales vínculos existentes entre países ricos y países en desarrollo. Los procesos de "Globalización" han perdido el rumbo teórico. Los supuestos beneficios de un mercado global justo y eficiente se basan en nociones fundamentales de la teoría del "equilibrio competitivo general", pero tal como ha señalado el profesor británico Paul Ormerod, "...el equilibrio competitivo exigiría la observancia de unos requisitos que nadie cumple, de tal manera que si tales conceptos todavía persisten se debe a los intereses de la profesión económica y a los lazos existentes entre la ideología política dominante y las conclusiones empíricas de la teoría del equilibrio general". La existencia de un sistema imperialista tiene sentido en la medida que se comprende la importancia que tienen las actividades de los Estados imperialistas que siguen los dictados de los capitales transnacionales para la apertura de nuevos mercados. La globalización es “una oscura mancha que se viene extendiendo al interior de la economía mundial y comienza a dominar el escenario y éste es el espacio productivo ganado por la gran corporación . De modo que lo que se indica como “globalización” no es otra cosa que la cutícula externa de una inmensa internacionalización concentradora del capital que tiene su sujeto activo en la Corporación Transnacional (García Morales, 2001). La economía-mundo capitalista es un sistema que “incluye una desigualdad jerárquica de distribución basada en la concentración de ciertos tipos de producción (producción relativamente monopolizada, y por lo tanto de alta rentabilidad), en ciertas zonas limitadas” de acuerdo a Wallerstein (1998), y que además “pasan a ser sedes de la mayor acumulación de capital…que permite en reforzamiento de las estructuras estatales, que a su vez buscan garantizar la supervivencia de los monopolios”. Las decisiones político-económicas permean la economía mundo. Los Estados imperiales apoyan directamente a las instituciones financieras internacionales porque les sirven como instrumentos de penetración y control en los Estados neocoloniales, los que a su vez se alinean conforme a los lineamientos requeridos para convertirse en los garantes de la defensa de los intereses de los capitales transnacionales. La nueva estructura neocolonial del Estado se organiza para la transferencia de valores y recursos a las metrópolis donde se ubican las grandes corporaciones transnacionales, las cuales buscan lograr mayores eficiencias en sus economías de escala y de alcance mediante un nuevo sistema de organización laboral que ha entrado en una etapa de especialización colonial como base de la creación de ventajas competitivas. Las estructuras supranacionales de las instituciones financieras internacionales apoyan a las grandes corporaciones transnacionales mediante el poder de influencia que tienen en los gobiernos nacionales para formular políticas públicas de corte neocolonialista que concentra los capitales en los grandes centros corporativos. Esta relación estrecha de apoyo contribuye a desarrollar una clase transnacional hegemónica que reproduce y acumula el capital mediante el control en el ámbito internacional de los procesos de producción, distribución y consumo. La internacionalización de los mercados tiene una tendencia globalizadora que estandariza y homogeneiza patrones de consumo, comportamientos, comunicaciones y sistemas de producción y organización. Las estructuras burocrático administrativas de los Estados nacionales delimitan el ejercicio de la autoridad política y económica transnacional en el sistema emergente global. que reproduce las relaciones de la clase capitalista transnacionalizada. La dinámica de cambio que incorpora las organizaciones establecidas y emergentes y los procesos de poder que involucran una contención transgresora y una autoridad intitucionalizada dentro de la política prescrita. El prestigio de la organización es importante para impulsar los cambios en cualquier campo organizacional. Los procesos transnacionales involucran múltiples organizaciones o poblaciones de organizaciones en industrias y sociedades. Una nueva clase transnacional se forma en un proceso de acumulación del capital que redefine sus relaciones con el Estado-nación. Así, “la fragmentación y descentralización global del proceso de producción redefine la acumulación del capital y las clases en relación con el Estado-nación” (Robinson, 2000). La fragmentación de los procesos de producción global redefinen la acumulación del capital en relación al Estado, el cual realiza la función de mediación entre las relaciones del capital con las clases sociales. Las instituciones financieras internacionales son parte de las extensiones de las redes formadas por los Estados imperialistas para mantener la supremacía política y económica sobre los Estados neocoloniales, los cuales se subordinan a sus dictados, siguen el modelo de corte neoliberal y se convierten en los actores más dinámicos a favor del proyecto hegemónico. Son las empresas transnacionales y multinacionales las que configuran el actual poder que tienen los Estados imperialistas, las cuales derivan a sus comparsas, las instituciones financieras internacionales a efecto de controlar los flujos de la economía internacional y mundial, dotadas con suficiente poder para evaluar sancionar el comportamiento económico de los Estados nacionales mediante premios a ganadores y castigos a perdedores, los que finalmente afectan los niveles de vida de los ciudadanos. Contrariamente a la retórica de los empresarios y la clase capitalista transnacional, el Estado seguirá desempeñando un rol importante que requieren el fortalecimiento de sus funciones de regulación, cuya finalidad es eliminar los riesgos que pueden atentar contra sus inversiones y garantizar la reproducción y el acrecentamiento de sus capitales. La regulación mundial no puede ser definida únicamente en términos institucionales: las cuestiones de derecho tienen su importancia. Es necesario que las Instituciones Financieras Internacionales se sometan al derecho internacional, especialmente a los protocolos y a los acuerdos que han suscripto la mayoría de los Estados miembros. El Estado sigue siendo un actor de la globalidad y de la economía política mundial importante, cuyas funciones son relevantes para la promoción y el control de la estructura hegemónica del sistema capitalista imperial. Los analistas y teóricos de los procesos de globalización se equivocan cuando sentencian la muerte prematura del Estado nación, cuando en realidad se aprecia fuertes procesos de transformación de sus funciones en la economía política mundial. De hecho, el elemento central del concepto de sociedad civil es la práctica que tiene como base una actividad asociacionista y que tiene lugar fuera de la esfera de influencia de las funciones del Estado y fuera de las estructuras formales de las organizaciones e instituciones oficialistas. El vínculo social es un recurso del capital social para el desarrollo económico, el cual se presenta en forma neutral para ser aprovechado mediante diferentes estrategias. El capital social es un recurso acumulable que crece si se hace uso o se devalúa si no es renovado. El capital social fortalece las relaciones y capacidades de la sociedad civil. La sociedad civil se organiza en forma autónoma al Estado, pero no como un sujeto sino un espacio o esfera donde se expresan intereses. Sin embargo, tanto la sociedad civil como el Estado son actores sociales del desarrollo. La sociedad civil es evolutiva, pasa por procesos de transformación, hasta llegar a desarrollarse en redes formales e informales de individuos voluntarios. La facilidad de acceso que tienen los individuos a las redes formales e informales para la consecución de sus objetivos, se posibilita por lo que ofrecen los contactos con estas mismas redes, en los términos de recursos instrumentales, tales como el apoyo y el consejo relacionado con las actividades, y por los recursos emocionales como la amistad. La sociedad civil se enfoca al entendimiento y a los diferentes modos conscientes y a las prácticas de la naturaleza comunitaria de las culturas y prácticas diarias de los ciudadanos, sus valores y creencias, etc., fuera de las instituciones del Estado y en donde las instituciones y entidades que la forman desarrollan sus actividades y funciones. Las instituciones consideradas como organizaciones que hacen infusiones de valores, desplazan sus metas y se transforman a sí mismas a partir de sus misiones para adaptarse al medio ambiente, resolver problemas de lucha de poder e incrementar la eficiencia. De acuerdo a Selznick (1949, 1957), los valores institucionales y sus prácticas son precarios y sujetos a desplazamiento cuando son mal definidos, confusos o en conflicto, lo requerimientos técnicos están en conflicto con su mantenimiento, las organizaciones tienen crisis financieras o demandas por eficiencia, en dependencia de constituyentes que no los apoyan, las organizaciones carecen de legitimidad y reconocimiento, disentimientos en la política interna, las elites que los protegen carecen de autonomía, poder o compromiso. Las formas de organización comunitarias pueden ser menos efectivas en sociedades modernas, multiculturales, con mayor desigualdad económica. Una erosión de las creencias colectivas sólo se explica en la medida en que se fragmentan los fundamentos políticos, religiosos, culturales, etc. Para resolver este problema, la composición homogénea de la sociedad como característica del Estado nacional es suplido por una concepción de Estado que acepta una sociedad más plural y multicultural. De acuerdo con Robinson (2000), un rasgo clave de la globalización es la subrogación del Estado nacional como el principio organizador del capitalismo que perpetuamente rehace el mundo en nuevas configuraciones en donde los espacios transnacionales suplantan a los nacionales. En todo caso, es, como sostiene Bruyn (1999), un orden basado en normas sociales, contratos, costumbres, tradiciones, reglas, convencionalismos, etc. En situaciones de amistad, las personas tienen la tendencia a interactuar preferentemente con quienes son sus similares, en situaciones caracterizadas como de homofilia, formando redes informales de apoyo. La sociedad civil constituye una red de individuos privados unidos por sus relaciones legales (contrato social) y se concibe su esfera como una comunidad de valores compartidos basada en las múltiples asociaciones de los ciudadanos (Honneth, 1999). El nivel de comunidad de la organización se está orientando más hacia procesos de democracia participativa que modifican las relaciones de la dicotomía entre lo público y lo privado. Una sociedad civil vigorosa fortalece al gobierno democrático. Los ciudadanos como sujetos de derechos y obligaciones actúan en forma individual o colectiva, ya sea con personalidad propia o como una forma organizativa. El capital social fortalece las relaciones y capacidades de la sociedad civil. Sin embargo, cuando existen presiones exclusionarias de grupos mayoritarios, la formación de redes informales basadas en procesos de formación de amistad de los individuos que comparten las mismas características distintivas, sustenta las bases para su propia identificación social. De acuerdo con esta teoría de la distintividad (McGuirre, 1984), los miembros numéricamente sub representados en los grupos mayoritarios, exhiben tendencias más fuertes para la manifestación expresiva de su segregación (Mehra and Brass, 1998), la cual también puede convertirse en el instrumento para la defensa de sus intereses y la consecución de sus propios objetivos. Por qué algunas redes son más efectivas que otras, es un tema que está siendo investigado y cuestionado por los teóricos (Provan and Sebastian, 1998) La sociedad del conocimiento se fundamenta en la flexibilidad de los flujos que proporcionan las redes locales, nacionales y globales. Más que los puntos de vista de las organizaciones como estructuras estables diseñadas para absorber la incertidumbre, las nuevas organizaciones se construyen en la flexibilidad y la capacidad para manejar cambio constante, por lo que es importante lograr la alineación de los componentes organizacionales para preservar la flexibilidad y construir sistemas que se enfrenten con esta paradoja. La eficiencia e innovación, el control de operación global y local, al visión centralizada y la autonomía descentralizada, etc. En las organizaciones de la sociedad civil descansa un potencial de cambio económico, político y social. La sociedad local y regional es uno de los principales actores del desarrollo que puede ser más justo, equilibrado y equitativo. La formación social es la evolución diferencial de las sociedades, en su marco propio y en su relación con las fuerzas externas, de acuerdo con Santos (1996), en donde la organización local de la sociedad y del espacio, reproduce el orden internacional. Las acciones y las formas operativas de una sociedad civil pueden abrir, profundizar y ampliar los procesos de cambio para la institucionalización de una cultura democrática sustentada en un código de principios democráticos. La cultura política, sostiene Orozco (2001) “hace referencia a aquel sistema de creencias, actitudes y prácticas que posee una población sobre el mundo que le rodea. Una cultura política democrática cree en ciertos valores que propician la equidad, la participación, la tolerancia, el sentido de igualdad política, la confianza social y la solidaridad”. El surgimiento de nuevas culturas políticas bajo el concepto de “Nueva Política”, implica que los actores sociales y políticos adquieren nuevos símbolos y medios para dar lugar a nuevas formas de identidad ciudadana y de participación política. Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación instrumentalizan la comunicación política y transforman la práctica. La implantación de un sistema democrático liberal requiere de cultura política e instituciones El desarrollo supera el enfoque de provisión de bienes y competencias individuales y se orienta a los procesos de institucionalización que garanticen el ejercicio de la conducta de elección de elementos que van más allá de la simple búsqueda y satisfacción del bienestar. El cuestionado sistema de méritos en la función pública constituye una forma moderna de la institucionalización orientada por una economía de libre mercado, se fundamenta en los bienes económicos, bienes jurídicos y funciones sociales. Las fuerzas del libre mercado no resuelven por sí solas los problemas sociales. A mayor complejidad de las relaciones de poder entre los diferentes agentes y actores económicos y políticos, la sociedad civil tiende a ser más democrática. En la sociedad civil, los ciudadanos tienen las posibilidades de ejercitar su libertad y en los términos de igualdad de oportunidades. El impacto que tiene la sociedad civil para resolver los grandes problemas contemporáneos de una sociedad más democrática, todavía está por verse. Las organizaciones voluntarias y el voluntarismo parecen ser los elementos centrales de la sociedad civil de acuerdo con Decaer y Van den Broque (1998) Estos autores proponen la “voluntariedad como el principio guía de la sociedad civil y las asociaciones como sus actores colectivos dominantes. Las redes de actores individuales y colectivos “representan un nexo sobresaliente en la relación entre las personas y los sistemas funcionales” (Lechner, 2000). El capital social fortalece las relaciones y capacidades de la sociedad civil. Un prerrequisito de participación en la sociedad civil es la entrega: la voluntad para sostenerse a sí mismo en un curso de acción y tomar responsabilidades.” El hecho que las organizaciones privadas sean voluntarias para proporcionar servicios limitados a la ciudadanía, atenta contra la función y la responsabilidad pública que tiene el Estado para proporcionar esos servicios, buscando el bienestar general de la ciudadanía. Es la sociedad civil la que instituye la función pública mediante la creación de un arreglo constitucional. El sistema de mérito está estrechamente vinculado con el desarrollo del capital social en base en la confianza entre los individuos que aprovecha de las ventajas del desarrollo tecnológico. Por lo tanto, el sistema de mérito se fundamenta en la confianza y proporciona seguridad jurídica para lograr una mayor eficiencia en el mercado. El sistema de méritos en la función pública neutraliza la presión de actores político-administrativos y de los diferentes grupos de interés. El arreglo institucional del sistema de méritos que sustituyó al patronazgo político fue impulsado cuando las coaliciones políticas son la respuesta al cambiante entorno competitivo de las condiciones de una economía de mercado. Los diferentes arreglos institucionales que dan soporte a los diferentes sistemas de patronazgo o confianza política y el de méritos están orientados por la acción colectiva para la resolución de problemas. Pero ambos sistemas que fundamentan la confianza política y el mérito deben combinarse en un arreglo institucional que responda a las interrelaciones entre los requerimientos de los aparatos político-burocrático-administrativos. El sistema de méritos en la función pública se caracteriza por los requerimientos para la obtención de nombramientos mediante la presentación de exámenes, restringir la movilidad y la exigencia de la neutralidad en asuntos políticos, bajo el aseguramiento de un cuerpo regulatorio independiente (Prats; 2001).El sistema de patronazgo facilita la manipulación y el control socio-político y burocrático. Así, los proyectos económicos y políticos nacionales deben estar suficientemente apoyados y respaldados por la voluntariedad entre las fuerzas sociales y políticas. Esto a través de consensos que inician con las disposiciones para buscar los acuerdos, para establecer las estrategias de negociación y para materializarlos en resultados que beneficien a todos los actores sociales (Latapí Sarre, 1998) La negociación, más que la voluntad general, es el instrumento complementario para resolver las diferencias en cualquier sistema democrático. El Estado es el principal actor social que debe impulsar un desarrollo equilibrado y equitativo entre las diferentes regiones. La toma de decisiones idealmente toma forma a través del debate y los argumentos constituyen el medio de intercambio. El grado del poder que ejercitan los agentes de participación popular, tales como las organizaciones voluntarias y los movimientos populares en los procesos de toma de decisiones, puede ser interpretado políticamente, como un instrumento para el “apoderamiento” (empowerment) de los estratos socioeconómicos de más bajo nivel. Las bases socioculturales facilitan el desarrollo del capital social y su recuperación resulta de la combinación de cambios estructurales y estrategias deliberadas de los agentes económicos y actores políticos y sociales. Bajo un acercamiento pragmático (Schönwälder, 1997) de la participación popular en los procesos de descentralización de los gobiernos locales, vista como una herramienta de las políticas del Estado, las organizaciones voluntarias locales representan un papel importante en el éxito de programas de descentralización para la provisión de los bienes públicos. Los procesos de descentralización se orientan a transferir recursos del sector público central a los gobiernos locales y de conformidad con sus características propias debe permitírseles administrarse sus recursos con mayor flexibilidad en sus mecanismos financieros. Los procesos de democratización y privatización de los servicios públicos constituyen el punto central de la descentralización de funciones de los gobiernos locales, los cuales deben de convertirse en los principales catalizadores de las fuerzas sociales de las comunidades, involucradas en el logro de los objetivos a corto, mediano y largo plazo. Las relaciones inversas o trade offs de la delegación de autoridad a la burocracia central para suministrar servicios públicos en función de los objetivos y la relación costo-eficiencia del gasto público, es uno de los problemas que obstaculizan la gobernabilidad descentralizada en relación con los conflictos distributivos. Para Linklater (1998), en las comunidades políticas surgen las luchas por la transformación que dan lugar a la inclusión o a la exclusión, debido a que los grupos dominantes privan a ciudadanos de sus derechos legales y políticos, porque los grupos menos privilegiados lo son debido a que sus derechos legales y políticos por sí mismos no mejoran su situación si no se acompañan de una mejor distribución de la riqueza y el poder y finalmente, y porque se preservan las diferencias culturales entre los ciudadanos. La inviabilidad e incapacidad de los gobiernos municipales para alcanzar y mantener la gobernabilidad puede ser alcanzada mediante el desarrollo de redes voluntarias e informales de solidaridad en programas de participación local, de tal forma que se mantenga un equilibrio entre gobernantes y gobernados TIPOS DE REDES DE GOVERNANCE Medios y Tecnologías (Estado de las Fines (Estado de las preferencias sobre los resultados creencias en la posibles y esperados) relación de causalidad Incertidumbre Incertidumbre Consenso Controversia 1. inspiración/ 2. colegial- 3. Colegial- mercado: consensual: competitiva/colegi transformación del Búsqueda del al de mediación: liderazgo o de la consenso y la Representación de estructura para colaboración expertos y actores permitir que las políticos decisiones relevantes, reglas emerjan de decisión formales. Certidumbre 4. Colegial- 5.Jerárquica: 6. Colegial- consensual: Decisión competitiva/Colegi Técnicas de programada y al de mediación: “brainstroming”, mediante uso de Representación de Delphi y grupo autoridad formal. actores políticos nominal. clave, reglas de decisión formales. Controversia 7. Adversarial: 8. Adjudicativa: 9. Indeterminada: Promoción y reglas formales de La estructura debe defensa argumentación y ser percibida multipartidistas, decisión, con el como legítima. No con juicios juicio es convniente el desinteresados de desinteresado de uso de la jerarquía una tercera parte; ni la estructura una tercera parte. preocupación por para facilitar la incluir representación. representación de actores políticos clave y expertos Fuente: Hult y Walcott (1989:101) La sociedad del conocimiento se fundamenta en la flexibilidad de los flujos que proporcionan las redes locales, nacionales y globales Las capacidades centrales de las organizaciones dependen del conocimiento tácito que contienen e inseparable de la tecnología de las organizaciones que constituyen la ventaja competitiva desde la perspectiva basada en los recursos que no son imitables o transferibles y que por lo tanto no pueden adquirirse en los mercados. Este acercamiento se asocia con la teoría evolucionista de la firma. Las organizaciones acumulan y almacenan conocimientos que afectan su tecnología de producción, lo que es considerado como un capital no medible distinto de los conceptos de capital humano o físico del modelo de crecimiento estándar y denominado como capital del conocimiento de la organización. Este capital de la organización es un capital específico de la empresa producido, implícito e intrínseco a la misma organización, adquirido mediante un aprendizaje de “hacer” endógeno. Mucho del incremento del ritmo del cambio tecnológico después de la Revolución de tecnologías viene implícitamente representadas, de tal forma que este incremento ocurre ya que hay un aprendizaje sustancial de estas nuevas tecnologías representadas. Dada la rapidez del ritmo del cambio técnico anterior a la tecnología de la información, parece posible que las organizaciones no tenían tanto conocimiento construido acerca de las tecnologías implícitamente representada al inicio de esta revolución como lo tuvieron al inicio de la Segunda Revolución Industrial (Atkeson y Kehoe, 2001). Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) son vistas como nuevas formas de organización social y como procesos de transformación y cambio económico, político, social, cultural, etc., mediante la formación de comunidades u organizaciones de protesta y la emergencia de movimientos con nuevas inquietudes y reivindicaciones. En las diferentes formas de organización social, la mediación tecnológica juega un papel crucial en las funciones de los movimientos. Siguiendo a Melucci (1996:84) "Hoy en día, a medida que estamos cada vez más tratando con movimientos que no pueden referirse a ninguna condición social específica, la cuestión de cómo un colectivo deviene eso se ha vuelto más prominente." Los "nuevos movimientos sociales" emergen organizadamente con el soporte de las tecnologías con un enfoque transformador de las condiciones de desequilibrio estructural y disfuncionalidad en las propias sociedades más avanzadas y globalizadas. Los nuevos movimientos sociales actúan como fuerzas que resisten las presiones sistémicas que empujan hacia la conformidad, reivindican nuevos espacios de autorrealización y construcción de significados generadores de códigos culturales alternativos a los dominantes, construyen nuevas identidades colectivas con nuevos procesos de acción. Según Casquette, (1998) y Riechmann, (1994) explican la emergencia de los nuevos movimientos sociales politizan la vida cotidiana de los ciudadanos que rechazan la dicotomía público/privado y la subordinación de la esfera sociocultural respecto de la política. Por su parte, Melucci (1996:101) sostiene que la emergencia es diferencial como resultado de la transición de una sociedad industrial a una sociedad "compleja" o de la información, debido a que al incrementarse los aparatos de control y de manipulación, provocan reacción contra la “definición heterónoma de la identidad; surgen demandas de reapropiación a través de las cuales los individuos reclaman la vuelta de su derecho a ser ellos mismos." El mayor cambio en la tecnología de la información es desmembrar el desempeño de la propiedad de los activos. En el tiempo, la construcción del conocimiento en organizaciones específicas, conocido como capital de la organización es particularmente importante en el sector manufacturero.Las estrategias de descentralización que han perseguido varios gobiernos han sido motivadas por darle un mayor poder a la gente. En el caso de la provisión de bienes públicos por particulares, éstos persiguen utilidades más que acciones meramente caritativas. Aparte de movilizar recursos locales, estas organizaciones voluntarias se constituyen en intermediarias entre el Estado y la población, proveyendo invaluable información acerca de las comunidades-meta y permitiendo a los tomadores de decisiones enfocar mejor sus políticas. La participación de las asociaciones en la sociedad civil representa un potencial democrático que une los movimientos populares al sistema político, estabilizando y fortaleciendo sus instituciones. Según Orozco (2001), la participación política ciudadana se refiere el grado en que se involucra individuo y de la sociedad en señalar pautas o agendas de acción social y política que afectan sus intereses”. De acuerdo a la investigación de la organización World Audit (2001), en las sociedades existe una relación directa entre la participación política y la corrupción. Por lo tanto en aquellas sociedades donde la participación política es baja, los niveles de corrupción son altos y a la inversa, la corrupción es baja en los países donde la participación política es alta. Así la participación política es un factor que facilita el desarrollo democrático de las sociedades. Los elementos de la participación política que garantizan su existencia son, de acuerdo a Orozco (2001), la inclusión social y política, la cultura política, la educación y opinión informada del ciudadano, el contacto con ideas y disfrute de libertad, la calidad de vida, el buen gobierno y una sociedad activa y organizada. El buen gobierno propicia beneficios que facilitan la participación ciudadana, mantienen la estabilidad política, garantizan la transparencia y la existencia de un estado de derecho que crea confianza entre los ciudadanos (Orozco, 2001). Las demandas de aquellos movimientos progresistas se establecen para lograr la ampliación y profundización de los procesos democráticos y para luchar en contra de sistemas de explotación económica, social y política. Miguel Benasayag (Proceso, 2000) sentencia que “La dinámica actual de las luchas contra el neoliberalismo es subversiva precisamente porque se desarrolla a partir de las multiplicidades. Y mientras más múltiple sea, más subversiva.” A mayor complejidad existente entre las relaciones de poder existentes entre los diferentes actores y agentes económicos y políticos, existen más posibilidades de que la sociedad civil se democratice. Junto con estos pasos económicos formales el neoliberalismo también trajo consigo cambios socio-culturales en forma más difusa pero también importantes: la reevaluación de las utilidades capitalistas como deseables y congruentes con los intereses nacionales, una devaluación concomitante del trabajo organizado e industria protegida como paraísos de rentas y eficiencias económicas, el apoyo de la inversión foránea como necesaria para el crecimiento sostenido, la renovada fe en el mercado con efectos de “derrame” para la redención de la desigualdad social y la reorientación de las fuentes de orgullo nacional de la resistencia a la hegemonía extranjera y hacia la inserción de los más habilidosos en los círculos del comercio global.