Vivir la vida como vocación

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MONICIÓN DE ENTRADA
La llamada de Dios, la vocación, llega al hombre a lo largo de su existencia, y
Dios se sirve de intermediarios: el Espíritu, la Iglesia, otras personas, el entorno,
para hacernos saber qué es lo que espera de nosotros y dónde podemos
encontrar la felicidad que anhelamos.
La vocación es:
 Una llamada a la VIDA:
En el momento en que Dios me llama por mi nombre comienza, en el seno de mi
madre, mi vida, la existencia de este ser único, irrepetible e irremplazable que soy
yo. Con amor, Dios me abre la puerta de la felicidad. El cuerpo, la sangre, el
espíritu, el corazón, la inteligencia, mi ser entero me llama a la vida.
 Una llamada a la FE:
Por el sacramento del bautismo Dios me capacita para vivir como hijo suyo, me
invita a formar parte de una gran familia que es prolongación del amor de Cristo en
la tierra. Dios me llama a entrar en este Pueblo de Dios que somos todos los
cristianos.
 Una llamada a la MISIÓN:
Hoy y mañana y siempre se sigue repitiendo la palabra de Jesús: “ID AL MUNDO
ENTERO Y PROCLAMAD EL EVANGELIO”. Por eso, acoger la vida y la fe supone
convertirme en testigo de Jesús, y aceptar su llamada a continuar su obra.
En esta eucaristía pedimos a Dios que Él nos ayude responder a su llamada de
amor. Que nuestra vida, nuestra fe y nuestra misión sean reflejo de la voluntad
de Dios para cada uno de nosotros, y que como María, Nuestra Madre, sepamos
repetir: “HÁGASE EN MÍ SEGÚN TU PALABRA.”
PETICIONES
1. Vivir La vida como vocación es dejar actuar a Dios, por eso pedimos por la
Iglesia, para que en todo momento sepa ser dócil al Espíritu y busque siempre
poner en práctica el camino de las bienaventuranzas, estando cerca de los
pobres, los que sufren, los marginados, los perseguidos, y en todo busque el
Reino de Dios... SIENTO TU LLAMADA Y CONFÍO EN TI
2. Vivir la vida como vocación es dejarse interpelar por los problemas
humanos, por ello ponemos en manos de Dios todos los actos de violencia y
todos los caminos que alejan de la paz, para que dé fortaleza a los que sufren
y en nosotros siembre la semilla de la tolerancia, la solidaridad y la concordia...
SIENTO TU LLAMADA Y CONFÍO EN TI.
3. Vivir La vida como vocación es mantenerse en un camino de conversión,
por eso pedimos por los terroristas y los que siembran el miedo y la injusticia,
para que también ellos puedan estar abiertos al cambio y renuncien a la
violencia... SIENTO TU LLAMADA Y CONFÍO EN TI.
4. Vivir la vida como vocación es optar por la felicidad. Pedimos por los
jóvenes que desean entregar su vida por el evangelio y seguir a Jesús más de
cerca, para que María sea estímulo y apoyo, y encuentren la fuerza que
necesitan para ser fieles a su SÍ... SIENTO TU LLAMADA Y CONFÍO EN TI.
Vivir la vida como vocación es vivir la fe cristiana. Pedimos para que todos los
que compartimos esta eucaristía y todos los que formamos el Colegio, sepamos
mantener siempre viva nuestra fe y nos comprometamos a renovar cada mañana
la llamada que Jesús nos sigue dirigiendo... SIENTO TU LLAMADA Y CONFÍO EN
TI.
SALMO:
Gracias, Señor, porque me ayudas a romper mis cadenas.
Me conoces por dentro y por fuera y sabes muy bien todo lo que me ata
Y me impide seguirte por entero, sin condiciones.
Tú quieres habitar en mi corazón.
Has llamado, has entrado y me has dicho: “Conmigo lo puedes todo.”
Algo dentro de mí empieza a cambiar y mi alma
Comienza a revivir al sentir tu presencia.
¡Qué bueno eres conmigo, Señor!
¡Con qué amor me miras!
A pesar de alejarme tantas veces de ti,
Tú no dejas de estar a mi lado.
A veces parece imposible que pueda cambiar,
Pero ahí estás Tú, Señor, rompiendo mis cadenas.
Rompiendo todas las ataduras que me alejan de Ti.
Tu mano poderosa me va cambiando por dentro.
Soy todo tuyo.
Tu brazo poderoso me aleja de lo que me destruye.
Soy todo tuyo.
Tu mirada profunda, llena de amor, me arrastra hacia ti.
Soy todo tuyo.
Aquí estoy, sólo para ti, porque me haces libre de verdad;
Porque me has traspasado el corazón y te he amado,
Porque te he gustado y ardo en deseos de tu amor.
Aquí estoy, sólo para ti, porque eres mi Dios.
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