“Sobrevivir no es vivir” Domingo 4 b de cuaresma P. Clemente Sobrado C.P. 22 de Marzo de 2009. Acabo de buscar en Internet algo sobre las expectativas de la vida hoy. Es cierto que hoy son mayores que hace un siglo. Esto es evidente. Pareciera que en los países desarrollados el promedio de vida para los varones es de 73 años y 80 para las mujeres. Pero sigo leyendo y uno no sabe si es realidad o es fantasía. Según los demógrafos estamos tocando el techo en cuanto a la esperanza de vida. Pero no faltan quienes se preguntan si el límite de la vida son los 120 o los 200 años. Y tampoco faltan optimistas que afirman que el límite infranqueable pudiera llegar a los 500 años. Aunque los científicos se muestran un tanto escépticos, por mucho que se pretenda modificar el organismo bistec- nológicamente. Y hasta me he encontrado con algún atrevido que cree que para el año 2075 habremos cruzado la puerta de la inmortalidad. ¡Bueno yo no lo veré, mejor dicho ya no más allá de la ciencia, pero que no estaré aquí para verlo! queremos creerlo. Y no queremos creerlo sencillamente porque el que Dicen que de sueños también se vive. nos la prometió no era ningún científico Pero mi experiencia de me dice que de renombre, candidato al Premio todo esto que se llama avance de la Novel, sino un gran creyente, Jesús. Y biotecnología está superado desde además, Jesús no la anuncia como hace ya como dos mil años. posible ni para más tarde. Nos habla de algo que ya existe en nosotros desde El Evangelio de hoy nos habla, no de ahora. El vino al mundo para que posibilidades, sino de realidades ya tengamos vida y una vida abundante concretas. Hace dos mil años que el ya. Evangelio se atrevió a decir que Dios nos envió a su Hijo único “para que Y que incluso no necesitamos ni tengamos vida eterna”. Y no nos dice siquiera esperar a la muerte como “para que algún día tengan la vida muchos siguen creyendo. Creen que eterna”, sino para que la tengan ya primero vivimos esta vida terrena y ahora. luego, cuando muramos, recién comencemos a vivir la “otra vida de Dos mil años que tenemos la promesa verdad”, como si la muerte fuese un de Dios de esa vida inmortal que término después del cual debamos algunos pretenden lograr para el año tomar un nuevo vuelo y un nuevo 2075. El Evangelio nos dice que Jesús avión. Algo nuevo y distinto. vino al mundo para regalarnos la vida inmortal, la vida eterna. Sin embargo, La fe camina delante de la ciencia, por confieso que me da pena el que más que la gente siga teniendo más fe muchos, incluso creyentes, siguen en la ciencia que en la fe misma. Para esperando en los avances de la ello envió Dios al mundo a su Hijo, ciencia, cuando en realidad ya somos aunque esto nos asombre y nos dueños de realidades que están mucho parezca un imposible. Tú y yo llevamos 1 dentro de nosotros esa vida que no acabará nunca y se llama vida eterna, porque es la participación en la misma vida de Dios. Por eso, me da pena cuando te encuentras con alguien, con un amigo, o simplemente con un cualquiera que se te cruza en el camino y le preguntas: ¿y cómo vas? La respuesta más frecuente suele ser: “Pues, tirando”. Tirando de la carreta de la vida, tirando de la vida, por no decir “tirando la vida”. Porque no vivir a fondo la vida es tirar la vida. Gente que sencillamente que quisiera prolongar los años, pero que en realidad, no vive sino que sobre vive. “Y sobrevivir” no podemos llamarlo “vivir”. Porque la vida es alegría, es gozo, es plenitud de vida”. Es la vida la que nos lleva gozosos por el camino de los años, mientras que “sobrevivir” es arrastrar la vida como se arrastra un fardo de cosas pesadas e inútiles. Me gusta la reflexión que hace Pagola: “Es triste que los creyentes de hoy no seamos capaces de descubrir y experimentar nuestra fe como fuente de vida auténtica. No estamos convencidos de que creer en Jesús es “tener vida eterna”, es decir, comenzar a vivir ya desde ahora algo nuevo y definitivo que no está sujeto a la decadencia y a la muerte. Hemos olvidado a ese Dios cercano a cada hombre concreto, que anima y sostiene nuestra vida y que nos llama y nos urge desde ahora a una vida más plena y más libre. Y, sin embargo, ser creyente es sentirse llamado a vivir con mayor plenitud, descubriendo desde nuestra adhesión a Cristo, nuevas posibilidades, nuevas fuerzas y nuevo horizonte en nuestro vivir diario”. Está bien que la ciencia siga ayudándonos a prolongar unos añitos más en este mundo. Pero mejor si damos mayor importancia a lo que Dios puede hacer en nosotros a través de su Hijo Jesús: “para que todo el que crea en él tenga vida eterna”. Oración Señor: Tú eres la vida y nos has hecho partícipes de tu propia vida. Pero nos has regalado una vida no para que simplemente existamos sino para que la vivamos. Danos el don de la fe en Ti, para que desde ya podamos vivir esa vida eterna que tú nos has dado. Para ello, danos la alegría de vivir. Danos el gozo de vivir. Pero que vivamos no una vida desde la superficie sino que la vivamos a fondo, con sentido y en plenitud. Porque, ¿de qué nos vale vivir muchos años sin sentido? Clemente Sobrado C. P. www.iglesiaquecamina.com (Si este mensaje te ha dicho algo, compártelo con tus amistades) 2