La otra vuelta al cole (2013)

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EL MUNDO CANTABRIA. MARTES 3 DE SEPTIEMBRE DE 2013
OPINIÓN
EL MIRADOR
JAVIER
FDEZ. RUBIO
Versales
y versalitas
EL FIS hace agua, pero no se hundirá. El
que fuera el evento señero, junto con la
UIMP, del verano cultural santanderino, que
es decir de la cultura en Santander, ha
recibido el torpedo de sus anteriores
gestores, pero mal que bien ha alcanzado el
resguardo y ahora entrará en dique.
El FIS, junto con la UIMP, han sido durante
décadas los recursos habituales en cualquier
conversación sobre cultura cántabra más allá
de Reinosa. Pero salvo voces contadas, nunca
hubo una crítica real de su gestión (ahora nos
enteramos del caché de intérpretes y
orquestas: por las reclamaciones, que ya es
triste), ni por el alcance mediático
(sorprendentemente vacío en medios
generalistas que no fueran locales), ni por sus
valores artísticos (aquí los epítetos
hiperbólicos y mayestáticos han acompañado
durante décadas al FIS).
Los medios de comunicación regionales,
durante esas mismas décadas, alimentaron al
monstruo, un monstruo que es obra también
de instituciones que no tienen capacidad para
gestionar por sus propios medios grandes
uintanal Diaz. Prohibida su reproducción.
«El futuro está en el Centro Botín
y sobre todo en el delicadísimo
entramado de empresas culturales
de ámbito local y regional»
eventos. De ahí a ceder el timón (y la caja, no
se olvide) a intermediarios y crear un
monstruo voraz e incontralable, con la clap
mediática batiendo palmas, era cuestión de
tiempo. Y que saltara por donde siempre
revienta, por las costuras económicas,
también.
Mientras la UIMP sigue un año más
abonada al bronceado intelectual, ajena
absolutamente al discurrir cotidiano de
Santander (¿cuándo acabará el desfile de
ministros, las ponencias manoseadas y el
espectáculo de ponentes que llegan tarde, con
las manos en los bolsillos, después del bañito),
el FIS ha vivido su momento más crítico.
Tal vez estemos asistiendo a un cambio de
ciclo, a un salto cualitativo de la gestión
cultural en Cantabria. El FIS de Ocejo es el
pasado. El futuro está en el Centro Botín y
sobre todo en el delicadísimo entramado de
empresas culturales de ámbito local y
regional. Quien engarce lo uno y lo otro habrá
dado con la fórmula de la Coca Cola. Grande o
pequeño, la cultura ha de ir en compañía
privada y generar actividad real. Lo demás es
vanidad, es el ego de gente tan crecida que se
atreve a exigirle disculpas al presidente de los
cántabros, como si este fuera el chico de la
tienda de ultramarinos o el bedel del club de
golf. Realmente hay gente que todavía no se
ha enterado de que las cosas cambian.
La versalita es una mayúscula humilde, es
una versal de caja baja, es una princesa de
baja cuna. A mí siempre me ha gustado más
que la versal, que en el fondo no deja de ser
una mayúscula anticuada y con pretensiones.
ELP
MUNDO
CANTABRIA
PRENSA Y MEDIOS DE CANTABRIA
DIRECTOR
FÉLIX VILLALBA ARMENGOD
PRESIDENTE EDITOR
MIGUEL MACHO OSETE
SUBDIRECTOR
ALFONSO RUIZ FUERTES
GERENTE
JAVIER MARURI
REDACTOR JEFE:
JAVIER FERNÁNDEZ RUBIO
DIRECTOR COMERCIAL
JUAN VIGUERA
>TRIBUNA / EDUCACIÓN / JOSÉ QUINTANAL
GEl autor repasa la llegada del curso escolar y teme que lo urgente releve a lo importante
La otra vuelta al cole
ES TANTA la publicidad con la que estos días nos bombardean la vuelta al cole, que
acabamos por creernos su importancia. Se
le confiere prioridad a la compra de los libros, del uniforme, la mochila, el ordenador
o tantas otras cosas que precisamente, estas
campañas consiguen el objetivo de ‘no desviar’ nuestra atención del tema. Sí, lo digo
bien, pues desvían la atención de lo educativo, para hacernos vivir una vuelta que los
propios medios califican de no-traumática.
Un año tras otro, hemos ido descubriendo lo
problemático que puede resultar este cambio para todos..., para los niños, para sus padres, para los maestros... En algunos casos, parece tan fuerte
la tormenta que llega con el
mes de septiembre, que la inundación acaba por cubrirnos hasta la altura del bolsillo. Vamos,
que queramos o no, hay que
suavizar la inmersión escolar,
para salir a flote. Menos mal
que la moderna ciencia psicológica es capaz de echarnos un
capote con el que cubrirnos al
menos la cabeza y así, aguantar
tal chaparrón...
Aunque no lo crean, en cierto
modo es así. El tema resulta tan
importante, que esos ‘expertos’
llegan para ayudarnos a resolver todos estos conflictos internos y así evitan que pueda ser
traumático para los ciudadanos
de a pie y a las empresas que viven de ello, también. Porque los
damnificados somos... ni sé
cuántos. Lo mismo empresarios
que simples ciudadanos. Para
muchos negocios, algunos
grandes pero otros, quizá la
mayoría, pequeños y hasta pequeñitos, familiares, terminar el
mes de septiembre con cierto
equilibrio en su balanza de pagos, supone respirar en ese último trimestre del año (y comer,
y mandar a sus propios hijos al
cole, y vestir y..., en algunos casos, hasta dormir). Para ellos,
esta campaña es la clave de su
subsistencia, les supone llegar a navidad.
Así que no busquen grandes eslóganes que
nos animen, porque un motivo así nos basta; septiembre resulta fundamental para
muchos. Ahora, volvamos a la cuestión escolar y familiar, que es lo que nos ocupa.
Sea como fuere, todos sin excepción, pasamos por el aro, yendo a la compra. Resulta
interminable la lista: boli, rotus, tijeras, sacapuntas, regla.... hay todo un sinfín de cosas necesarias para ir al cole. Incluso, puede ser peor aún, si son los propios niños los
que nos acompañan al centro comercial para realizar el avituallamiento, pues tienen un
conocimiento más detallado de lo inservibles que están los materiales del curso anterior... Vamos, que acabaremos hasta etiquetando mecánicamente los libros que se forrarán con la última tecnología en plásticos,
que no necesita ya cello transparente para
fijar el protector. Y por ende preguntándonos cómo pusimos sobrevivir a los clásicos
rollos de papel de forro, a la goma de milán
y a la cajita de pinturas de madera. Hoy, se
ha dado la vuelta incluso a la historia, en beneficio de una nueva economía escolar que
contribuye a la modernización de la estructura familiar. Y eso que no mencionamos el
pendrive, la caja de folfers o el hub de siete
entradas. Esto último queda para los más
avanzados, los mayores, vamos los que llevan un kit oficial que incorpora móvil-cuatro-ge.
Esta es una vuelta al cole muy diferente. El
problema que vemos en la campaña, que
puntualmente nos llega todos los años a finales del mes de agosto, no es únicamente
de carácter económico. También hay una
vertiente social, quizás la que más debiera
preocupar, no tanta campaña publicitaria...
Podemos desentrañar su contenido valorando el protagonismo que corresponde a cada
uno. Serán únicamente cuatro palabras:
Una. La vuelta al cole, en primer lugar han
de protagonizarla los propios alumnos, los
niños y jóvenes, que están directamente
afectados. El colegio les exige un estilo de
vida, cotidiana, muy diferente al que hayan
venido disfrutando en vacaciones. Han de
disciplinarse los horarios, afinando hasta la
puntualidad; organizar las jornadas, en virtud de sus tareas o responsabilidades que
sea necesario cumplir; considerar la importancia del descanso, los buenos hábitos y la
higiene saludable; y hacer que orden, esfuerzo o compromiso, sean vocablos que se
incorporen con naturalidad. Los ‘mayorcitos’ ya deben ser autónomos en su logro; en
el caso de los alumnos pequeños, el compromiso del cambio radica en sus padres.
Esta sí que es, por encima de las campañas,
los materiales o la ropa, ‘su’ campaña, su
cambio.
Dos. Los padres, porque también ellos
‘vuelven’, no pueden inhibirse de su responsabilidad educadora. Ahora menos que
nunca, el comienzo del curso resulta clave
para sus hijos. Supone un cambio de tal importancia que en ocasiones
acarrea desconcierto, indefensión, desorientación,... Es necesario estar ahí, para acompañarlos, orientar, canalizar, y
ayudar su ‘réentrée’. Y ya de
paso, vendrá muy bien sentar
buenos principios y así disciplinar los hábitos cotidianos y
poner orden en la estructura
familiar. Esto será educar.
Tres. De un modo genérico,
porque trasciende la obligación paterna y materna, esa
responsabilidad educadora
corresponde a todos y cada
uno de los miembros de la familia. A cada uno le pedimos
que asuman su papel, en el
contexto que le corresponda.
Padres, tíos, abuelos, hermanos,... todos, y cada uno, educamos. Es necesario coincidir
en los objetivos, de modo que
todos sumemos con cada
aportación. Nadie puede inhibirse. Cada palabra, cada gesto, cada permiso o cada mandato, el beso o la regañina,
bien hechos, educan. Todos,
todos, todos, tú y yo también.
Nuestra actitud, en cada momento, educa, cada ejemplo
también, el diálogo se construye y la buena educación la
conforman muchos pequeños
detalles, momentos y actitudes.
Y cuatro, no podemos dejar fuera de esta
responsabilidad a la sociedad en general.
La vuelta al Cole, requiere un nuevo respeto social, a los maestros, a la profesión. En
este momento como nunca, las cosas deben estar en su lugar, y entre todos hemos
de conseguir que los conocimientos sean
más importantes que los lápices con los
que se escriben, los libros nos lleven a escudriñar su contenido, que los blogs nos
sorprendan por su originalidad y que, al
fin, las ideas acaben por encima del nivel
social de quienes las sustentan.
El cole, ese cole al que nuestros niños
ahora parece ser que vuelven, alberga
nuestro futuro, y por tanto, es ahora cuando podemos hacer que ese mañana resulte
multicolor. Hagámoslo, entre todos.
José Quintanal Díaz es Pedagogo
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