La ética en la impartición de justicia en el Poder Judicial del Estado de Tabasco. “El bien es ciertamente deseable cuando interesa a un solo individuo, pero es más importante cuando interesa a un pueblo y a un estado, a ello va el tratado de ética, que es de alguna manera, un tratado de política” Aristóteles La presente ponencia se desarrolla mediante el análisis y la sistematización de cinco preguntas realizadas a magistrados, jueces, consejeros, proyectistas, secretarios, que tienen que ver con el quehacer que desempeñan dentro del ámbito de la impartición de justicia en el Poder Judicial del Estado de Tabasco, el método consistió en enviar cinco preguntas abiertas a través de la Internet, por correo electrónico, llamadas telefónicas y entrevistas directas no estructuradas, participaron un total de cuarenta y nueve personas. Y los resultados se presentan a continuación, cabe mencionar que es un trabajo de corte cualitativo que recoge la percepción personal de los encuestados, y que en un afán de conocer aspectos generales de la ética y cómo desarrollan su trabajo respecto de la impartición de justicia en sus respectivos cargos. En el mundo actual, el caos parece que se ha apoderado de nuestra cotidianidad, nos ha menguado y constreñido a espacios cerrados, en un mundo global parece una paradoja lo que estamos viviendo, es incomprensible para muchos que vivamos en la zozobra por ataques terroristas, bloques económicos al bordo del colapso, eventos naturales que devastan poblaciones en distintos puntos del planeta, la alerta sobre el calentamiento global, desastres nucleares, las noticias sobre la lucha por parte del gobierno contra el narcotráfico, todo ello ha dejado a la ciudadanía en medio de saldos negativos para muchos hogares. Cualquier persona atenta al acontecer diario puede constatar la frecuencia con que se invoca la ética en escritos, revistas, intervenciones y demás actividades de la vida intelectual. Las actuaciones de los políticos, las realizaciones del mundo económico, del trabajo, las mismas confrontaciones deportivas y tantas actividades de la vida social son calificadas de éticas o no éticas tan pronto como son objeto de comentario o análisis. De este modo aflora una constante preocupación ética, o más exactamente una demanda de sujeción a normas éticas. Rafael Gómez Pérez refiere que: “toda persona es sensible a la falta de moralidad cuando ella es la víctima”, Thomson por su parte dice: “todo el mundo habla de la falta de ética de los demás”. Muchas cosas debemos analizar para ver el estado en que hemos caído, y otras tantas debemos de advertir y considerar para saber que lo realizado por cada uno de nosotros vale la pena, porque somos personas que tenemos familias y trabajos dignos, y creemos en México, y en la humanidad en su conjunto. En esta sociedad que nos ha tocado vivir, emerge algo que se llama ética y que suele confundirse con la moral, sabemos que la ética como disciplina social, tiene como objetivo la conducta humana en cuanto es merecedora de un juicio de la aprobación o desaprobación comunitaria. Nos impone la normatividad de costumbres, pensamiento y actos que realizamos todos los humanos. Al empezar la idea sobre escribir esta ponencia, surgieron muchas interrogantes en el sentido de mis clases en la universidad, en la especialidad y en mis estudios de posgrado, al mismo tiempo lo expresado líneas arriba es algo que pone en entredicho con muchas cosas dentro del plano académico, y me surge la interrogante sobre ¿qué nos esta pasando como sociedad puesto que día a día vemos desvalorizadas muchas cosas, tendré la percepción equivocada respecto a la ética?, y se me ocurrió hablar con amigos, colaboradores y personal en general sobre la ética en nuestra vida diaria. La preocupación ética quizás implique un lado negativo en cuanto vacilación y duda acerca de los valores vigentes; pero en cambio presenta un lado positivo, en cuanto significa el rechazo a la indiferencia ante la situación, y la convicción de que mediante la reflexión podemos salir del caos actual. La ética es la inspiradora de fondo de la conducta profesional. Es la ética la que inspira los criterios de actuación cuando el profesional se encuentra en situaciones conflictivas o confusas, cuando la línea de conducta a seguir aparece dudosa, la ética ofrece los criterios. Definiendo a la ética bajo el aspecto de sistema se distinguen tres fundamentos o finalidades con que se desarrolla cada uno de ellos: el fundamento puede ser de carácter teleológico (noción de fin), o deontológico (noción de deber) o axiológico (noción de valor por oposición a la noción de bien). Una parte importante de las respuestas se dio en sentido de que hay que volver a los clásicos y hacer un recorrido que nos permita contestar a las interrogantes sobre que está pasando en nuestra sociedad. El mundo de los griegos de los siglos VI y V antes de nuestra era, se realizó una explosión intelectual que no hemos vuelto a experimentar, refiere Nolasco Bueno, en el breve espacio de dos siglos, los griegos con Tales de Mileto, Demócrito, Heráclito, Anaxágoras, Pitágoras y Empédocles a la cabeza y seguidos en el clásico por Sócrates, Platón y Aristóteles y los sofistas produjeron en los dominios del arte, la literatura, la ciencia y la filosofía un asombroso caudal de obras maestra que han establecido los patrones generales por los cuales se han guiado todas las corrientes de pensamiento que han concurrido a modelar la cultura occidental hasta nuestros tiempos. Concuerdan algunos entrevistados que cuando hablamos de ética pública, que entre otras cosas significa trabajar con diligencia y honestidad como resultado de la razón, la conciencia, la madurez de juicio, la responsabilidad y el sentido del deber. Es decir que por ética debemos entender según su etimología en la costumbre (ethos), como la ciencia del bien y del mal, que consiste en los fundamentos primeros y causas últimas de la moral, la cual examina problemas como: la libertad, los valores humanos y la esencia de la moralidad (teoría de lo bueno). Entonces las normas jurídicas se convierten en morales, formando un código de ética, y que las características idóneas se alcanzan a través de cultivar las virtudes judiciales, las cuales se encuentran expresadas en el texto el Código de Ética del Servidor Público del Poder judicial del estado de Tabasco, de febrero 2011, el cual ha sido ampliamente difundido y socializado no solamente entre el personal que integran este Poder Judicial sino que en palabras del Dr. Rodolfo Luis Vigo dice: en el Estado de Tabasco he sido testigo reiterado del alto nivel de interés que suscita la ética judicial habiéndolo corroborado en diversas oportunidades y de muchas maneras; por ejemplo, en la masiva convocatoria que despiertan los cursos o conferencias sobre dicha temática, en la generosa participación de los asistentes que se genera a la hora de las preguntas, en haber propuesto el Poder Judicial de México ante la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial a una jueza tabasqueña para el premio al mérito judicial iberoamericano en la edición 2009. En este contexto y cito: lo que representa este código va más allá de la legislación positiva pues cuando el servidor público judicial se conduce con rectitud, dignidad, honestidad e integridad, engendra una mayor credibilidad de la sociedad en el poder judicial, fomentando con esto una cultura de confianza en el trabajo en la impartición de justicia. En consecuencia, este Código de Ética del Servidor Público del Poder Judicial del Estado de Tabasco, es un estatuto que se propone como una guía fundamental para comprometer internamente a todo funcionario judicial a desarrollar sus actividades con la máxima transparencia, con el mayor compromiso en la calidad de éste y con el clima laboral de excelencia en beneficio de los tabasqueños. Con respecto a la decisión y los actos de los individuos sobre su actuación al impartir justicia refieren que: Si se toma en cuenta que las decisiones y actos de un individuo tienen consecuencias para los demás y que a mayor jerarquía de poder y mando, mayor influencia, entonces debemos reconocer que la moral individual, interacciona, influye y condiciona la moral pública. En sentido más amplio, moral pública es aquella cuyas normas se proponen y ordenan para el cumplimiento de todos los miembros de la sociedad, sin desconocer que por encima de esta existen principios morales que por su universalidad son reconocidos para todos los ciudadanos y autoridades, no obstante que no se hayan incorporado a la normatividad positiva, a la dignidad, la tolerancia, la solidaridad. Por otro lado Barberis dice que en el plano académico los estudios jurídicos están viviendo un auténtico giro ético, es decir, los juristas parecen ocuparse cada vez menos de reglas y cada vez más de principios y valores: en resumen, de ética, entendida como el conjunto de todos los valores prácticos (morales, políticos, jurídicos. . .), es decir las decisiones y los actos de los individuos que sin duda en ellos recae el peso de la práctica ética y de la impartición de la justicia. Nos recuerdan algunos en sus respuestas sobre aspectos académicos quizá un poco olvidado, refieren que: La ética es la parte de la antropología filosófica que nos indica el cómo y el por qué de la conducta humana con objeto de que el hombre pueda alcanzar su fin. De manera que la ética puede definirse brevemente así: es la ciencia de la rectitud de los actos humanos. El objeto material de esta ciencia es el acto racional y libre. Algunos ejemplos son: el amar, el adquirir un objeto, el defender lo que es nuestro. El objeto formal es determinar la rectitud del acto humano. Algunos ejemplos son: Amar lícitamente, adquirir algo pero de una manera justa, defender lo nuestro sin ofender a nadie. La ética o filosofía moral es, como cualquiera de los renglones fundamentales de la filosofía, una disciplina, un sistema armónico de verdades y de conclusiones ciertas, fundadas en principios de validez universal, la ética es la ciencia de la rectitud de los actos humanos, es decir, es la ciencia de las leyes ideales de la conducta. Es la ciencia de las leyes ideales para la naturaleza humana. Supone pues, como fundamento obligado, el conocimiento suficiente de lo que es en realidad la naturaleza humana. Es ciencia en las accione humanas, en virtud de lo cual es una ciencia práctica. Que debe justificar por que se han de realizar ciertas acciones. Por tanto, debe justificar el hecho de que el orden moral no es sino sujeción de la persona humana a una disposición superior. Por lo que concierne al conocimiento de la naturaleza humana, dice atinadamente Régis Jolivet: “las leyes de la conducta serán completamente diferentes según que el hombre sea considerado como un simple animal o como un ser dotado de una alma espiritual”. Así pues, el estudio de la ética está supeditado a la concepción que se tenga de la naturaleza humana. Esta concepción de la naturaleza humana no debe olvidar que en el hombre se dan en perfecta conjunción una vida de organismo viviente y sensible y una vida de espíritu inteligente y libre, y que, por ello mismo, esa naturaleza está aureolada de dignidad. Así, la actividad humana deberá estar en función del fin, y éste en función de la doble naturaleza del hombre. La existencia de un superior, Si la actividad moral no es más que un “estar sujeto al mandato de un superior”, es obvio que nada tendría vigencia, que ninguna disposición, por insignificante que fuera, tendría sentido o razón de ser si no se admite previamente la existencia indeclinable e indefectible de un ser superior, llámesele como se quiera, pero necesariamente único en virtud de su misma superioridad. Esto es, simple y sencillamente, determinar el fundamento último de la obligación moral, “que hace del deber no un simple consejo, sino un orden absoluto”. “sólo por ese camino –continúa Régis Jolivet- se impondrá el deber de una manera categórica y sin condiciones. . . Si no existe esta suprema justificación de la obligación moral, el deber podrá aparecer como un consejo de prudencia y de sabiduría, como la fórmula del honor o de la dignidad personal, pero no como un orden propiamente dicho, que se imponga sin réplica ni escapatoria a la conciencia. Al preguntársele a los encuestados sobre cómo consideran que debería ser la impartición de la justicia por parte de los jueces, la presente gráfica nos muestra algunas consideraciones en torno a ello, y que se decidió considerar porque , muchos contestaron que la impartición de justicia corresponde a los jueces por ello el gráfico de abajo, un 63 % dicen que debe ser apegado a las leyes, un 26 % refieren que deben hacerlo con ética profesional, un 9 % consideran que deben ser objetivos e imparciales y un 2 % refieren que debe ser por clase social. Gráfica 1 y 2 Refieren los encuestados que hay que considerar que es importante no confundir los códigos de ética con la ética, ya que el código no es más que un reflejo de todos los principios éticos que se deben a los grandes filósofos, y que no nos podemos quedar solamente con la regla de que el juez debe ser honorable, debe ser independiente e imparcial Además refirieron que respecto a juzgar con justicia, un 90 % que la justicia y la honestidad son valores que deben tener los jueces al llevar a cabo su tarea apegado a ésta, otras características que ven en los jueces se refieren a que deben ser conocedores de leyes y objetivos con un 9 %, refieren que la ética es más exigente que el derecho porque éste es fundamentalmente un castigo, pero sí éticamente te convenzo que el cambio será de mayor valor y trascendencia Como sabemos la ética es importante en la vida de las personas y en el ejercicio profesional, hay una ética del médico, del sacerdote, y hay una ética del abogado y otra del político pero es una sola, claro que esta se va especificando de acuerdo con los deberes profesionales y personales, pero existe una especificación a partir de los mismos principios, la disciplina es la misma, es la moral en la vida individual y el contexto social. Algunos elementos que deben regir la ética es en primer lugar la independencia, la cual se fortalece con una correcta formación humana y académica, pues la ignorancia nos podría llevar por opiniones interesadas o buscar ayuda de otros que no tengan las intenciones de justicia. Otro elemento importante es la imparcialidad la cual se refleja en el trato a las partes durante los procesos, el servicio al usuario y en la forma de ponderación de los elementos probatorios en la sentencia. La cortesía es un elemento que nos lleva a la forma de exteriorizar el respeto y consideración a los colegas, a otros miembros de la oficina judicial, a los abogados, a los testigos, a los justiciables y, en general, a todos cuantos se relacionan con la administración de justicia. La responsabilidad implica que el juez debe cumplir oportunamente con sus obligaciones. “Una justicia tardía equivale a una justicia denegada.” La prudencia consiste en que los comportamientos, actitudes y decisiones sean el resultado de un juicio justificado racionalmente, luego de haber meditado y valorado argumentos y contra argumentos disponibles, en el marco del Derecho aplicable. “El juez no puede sobresaltarse, no debe apresurarse, ni intimidarse pero tampoco puede aletargarse”. El desempeño del juez se mide principalmente por resultados estadísticos, sin embargo, no debemos olvidar que la actuación del juez queda reflejada en los usuarios, quienes tienen derechos fundamentales que el juez debe tutelar, entre ellos, el debido proceso de ley. De lo cual quiero significar que el juez no debe descuidar al usuario en la prestación de su servicio judicial y por tanto debe actuar de forma independiente, con imparcialidad, con honestidad, con prudencia, con equidad, con cortesía. En fin, debe aplicar todos los principios éticos. Finalmente el Dr. Manuel Pérez Varela refiere que: Un código de ética no puede ser como un reglamento de un club deportivo, sino debe implicar una obligatoriedad estricta, esta obligación del código podría conllevar sanciones que debería urgirse por un Consejo Superior de la Judicatura. Un código de ética por sí solo no garantiza que se erradiquen la corrupción. Existen muchas leyes en contra de la corrupción en nuestro país, pero si no se aplican, reina la impunidad. Conclusiones 1. Aunque parezca que en el mundo actual el caos se ha apoderado de parte de nuestra cotidianidad, no debemos alentar dichos pensamientos y acciones, lo importante en ello es estar conciente de que contamos con la ética, la cual rige nuestra conducta personal, social y profesional. 2. Es de esperarse que la atención que actualmente se le brinda a la ética en espacios académicos como lo afirma Barberis, logre impactar en la vida de quienes se vienen formando, y debemos dejar al margen la idea de que toda persona sea sensible a la falta de moralidad cuando ella es la víctima, y además dejar a un lado que hablemos de la falta de ética de los demás. 3. En esta sociedad que nos ha tocado vivir, emerge algo que se llama ética y que suele confundirse con la moral, sabemos que la ética como disciplina social, tiene como objetivo la conducta humana en cuanto es merecedora de un juicio de la aprobación o desaprobación comunitaria. Nos impone la normatividad de costumbres, pensamiento y actos que realizamos todos los humanos 4. Los códigos de ética no pueden ser elementos de buenas intenciones debe implicar una obligatoriedad estricta, esta obligación del código podría conllevar sanciones que debería urgirse por un Consejo Superior de la Judicatura. Un código de ética por sí solo no garantiza que se erradiquen la corrupción. Existen muchas leyes en contra de la corrupción en nuestro país, pero si no se aplican, reina la impunidad. Referencias Alvarado, Martín E. Ética. Editorial trillas, México, 1997. Barberis, Mauro. Ética para juristas. Editorial Trotta, Madrid, 2008. Camps, Victoria. Historia de la ética 3. La ética contemporánea. Editorial crítica. México, 2009. Jaime Galván, José de Jesús, comp. Ética y procuración de justicia. Instituto de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Guanajuato, Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Guanajuato. Guanajuato, 2003. Nolasco Bueno, Carlos Raúl. La ética en la impartición de la justicia. Poder Judicial de Nayarit, 1997. Poder Judicial del Estado de Tabasco. Código de Ética del Servidor Público del Poder Judicial del estado de Tabasco. Villahermosa, Tabasco, 2011. Revista Nexo Jurídico. Locus Reguit Actum. 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