ÉTICA EMPRESARIAL La ética es el campo de la filosofía que estudia los sistemas, normas o valores que distinguen entre lo bueno y lo malo, o lo correcto y lo incorrecto. El campo de la ética empresarial se centra en examinar la conducta y la política de la empresa, así como la promoción de una conducta y de una política apropiadas en el contexto de la actividad empresarial, tanto a nivel individual como de la organización. La ética empresarial es una forma de ética aplicada, donde los investigadores y profesionales emplean teorías y principios para resolver los problemas relacionados con la actividad empresarial. Por lo tanto, una cuestión central de la ética empresarial es: “¿De qué forma las empresas determinan cuál es la ética o conducta apropiada para cualquier tarea comercial?”. La ética empresarial abarca todos los niveles de la actividad empresarial, incluidas las obligaciones y responsabilidades de las empresas hacia los clientes, los empleados, otras empresas, los gobiernos nacionales, las instituciones internacionales y el medio ambiente. De la misma forma que muchos elementos presentes en nuestra sociedad son aplicables a la ética como concepto general, en lo que se refiere a la ética empresarial, algunas actividades comerciales se ven afectadas por las convenciones y costumbres sociales, mientras otras se encuentran reguladas por leyes locales, estatales y federales. A estas últimas, en ocasiones se les denomina ética social institucionalizada, lo que incluye leyes que rigen las garantías, seguridad de los productos, contratos, precios, etc. Por otra parte, una serie de empresas y profesionales han contribuido a la institucionalización de la ética empresarial mediante el establecimiento de códigos éticos. Existen muchas teorías y enfoques de la ética empresarial, al igual que acontece con el campo de la ética en general. Normalmente, los profesionales de los negocios y los especialistas en ética exploran el campo de la ética empresarial de tres formas distintas: (1) mediante el estudio de las opiniones (a menudo contradictorias) de filósofos famosos, (2) mediante la identificación de las principales preocupaciones éticas de la actividad empresarial, proponiendo soluciones a las mismas a través de la legislación o de la teoría ética y (3) mediante el examen de casos que puedan arrojar luz sobre los dilemas éticos. El concepto de ética empresarial es relativamente nuevo, puesto que surge como campo de estudio propiamente dicho en la década de los setenta. Aunque numerosos factores han contribuido al creciente interés de la ética empresarial, el cambio en los valores sociales que subyacen en el sistema empresarial ha sido fundamental. Este cambio en los valores estadounidenses se ha caracterizado, en general, por un desplazamiento de la tradición ética judeo-cristiana hacia el pluralismo, el relativismo y la autorealización. El resultado final ha sido una relativización de las normas morales universales y el surgimiento de un especial interés y preocupación en resolver conflictos éticos. Entender la evolución de la moralidad en los Estados Unidos es crucial para el estudio de la ética empresarial. ANTECEDENTES: AUGE Y DECADENCIA DE LA ÉTICA PROTESTANTE Habiéndose creado partir de las ideas de los protestantes Juan Calvino (1509-1564) y Martín Lutero (1483-1546), la ética protestante del trabajo que fue importada desde Europa a América del Norte durante los siglos XVII, XVIII y principios del XIX era un conjunto de creencias que se fundamentaban en el ascetismo laico –la supresión de gratificación en aras del trabajo incesante desde una vocación mundana de acuerdo a la voluntad de Dios-. Esta ética del trabajo hizo hincapié en el trabajo duro, la autosuficiencia, la frugalidad, la planificación racional y la gratificación aplazada que constituyó la base del capitalismo moderno y permitió a las sociedades americanas y europeas acumular capital económico. La ética protestante del trabajo dominó la sociedad blanca americana durante los años 1800. Esta ética contribuyó a la creación y potenciación de una clase burguesa -compuesta por grandes agricultores, industriales y artesanoscuyas principales preocupaciones eran la conformidad social y el materialismo. Al mismo tiempo, una definición mucho más clara del éxito y fracaso se basaba en términos materialistas; esta definición jugaría un papel mucho más importante en la evolución social del mundo occidental. Un factor importante que contribuyó al declive de la ética protestante del trabajo fue la acumulación de riqueza, que poco a poco fue minando la base religiosa de la ética. Los trabajadores fueron aumentando su riqueza, lo que implicó que el consumo se fuese convirtiendo poco a poco en la motivación para trabajar, sustituyendo el fundamento de la ética del trabajo protestante de realizar el trabajo motivándose únicamente en éste. En las ciudades en crecimiento, el componente religioso, que incluía la frugalidad, fue desechado a favor del consumo manifiesto de una sociedad consumista, en las que las personas comenzaron a producir más de lo que podían consumir y a comercializar sus productos a otras personas para evitar el desperdicio. La ética protestante del trabajo original dio paso a una “ética del éxito”, pero además, otros factores contribuyeron a un cambio en las normas morales en la segunda mitad del siglo XX. La composición demográfica de los Estados Unidos cambió cuando un gran número de los no protestantes emigraron y se unieron a su fuerza de trabajo. Con ellos trajeron diferentes sistemas de valores, enfrentándose a los prejuicios protestantes de la sociedad. Además, muchos estadounidenses se rebelaron contra lo que consideraban la supresión de las normas sociales desarrolladas por el ascetismo protestante. Esas normas fueron sustituidas por las creencias en el individualismo y el relativismo- que sostienen que los valores de cualquier individuo o el grupo son tan buenos como los de cualquier otro-. Como resultado, se creó una corriente social en contra de las normas universales de conducta. Tales creencias fueron desarrolladas desde el punto de vista de la actividad empresarial en relación con la conducta. La nueva moral que influenció la conducta empresarial en los Estados Unidos se caracterizó por poner un especial énfasis en el salario, el estatus, la realización personal, los beneficios adquiridos, la impaciencia, el consumo, y la actitud de que “el fin justifica los medios” (o que es correcto violar la ley para lograr los propios objetivos, siempre y cuando no le descubran a uno). Los defensores de la nueva moral señalan que su resultado ha sido la economía más productiva y los estándares de vida más elevados de la historia mundial. Sus críticos argumentan que la falta de normas morales ha causado estragos en el mundo de los negocios (y en la sociedad), amenazando a largo plazo la estabilidad económica. Citan además el comportamiento empresarial destructivo, como los vertidos ilegales de sustancias peligrosas y las proezas de los financieros corruptos. EL DILEMA ÉTICO Además de las cuestiones éticas que surgen del cambio de las normas y del contraste de las teorías sociales, los dilemas éticos afectan a todos, incluso a los individuos que son honestos y que confían plenamente en su postura moral. Los conflictos que resultan de las decisiones cotidianas en el ámbito empresarial están intrínsecamente influenciados por factores tales como la lealtad. Por ejemplo, en la elección de un curso de acción, las personas deben preguntarse a sí mismas a quien están sirviendo con las decisiones que adoptan: a la sociedad, a su Dios, a ellos mismos, a su familia o a alguna otra entidad. Saúl W. Gellerman, en su ensayo, “¿Por qué “buenos” gerentes adoptan malas decisiones” en el negocio de la ética y en la ética del negocio, identifica cuatro pensamientos comunes que conducen a administradores bien intencionados a un comportamiento empresarial poco ético. Una de las razones que se cita con frecuencia para justificar haber incurrido en una conducta inmoral es que la actividad parecía encajar dentro de los límites de lo moralmente aceptable; es decir, que dado que todo el mundo lo hacía, “realmente” no se podía considerar ilegal o poco ética. Otra de las razones esgrimidas es que el acto no ético se llevó a cabo en interés de la empresa, tal vez incluso que la compañía esperó u ordenó al infractor realizar ese acto, posiblemente bajo amenaza de represalia en caso de no ejecutarlo. Una tercera razón es que el infractor creía encontrarse seguro, por no existir elevadas probabilidades de ser descubierto, porque el riesgo de ello era tan bajo, que era correcto realizar el acto no ético. En cuarto lugar, los actos no éticos se llevan a cabo porque la empresa perdona la conducta, minimiza su impropiedad y asegura la protección para quienes incurren en ella. De hecho, los empleados a menudo se encuentran motivados por la empresa para la que trabajan a involucrarse en comportamientos técnicamente no éticos. Diversos estudios han indicado que la denuncia de irregularidades, o la divulgación de conductas empresariales no éticas está generalmente mal visto por la sociedad americana. La presión de los compañeros de trabajo, directivos e incluso de la sociedad puede hacer que un empleado continúe ejerciendo un comportamiento poco ético, incluso a mayor escala, con la finalidad de ser considerado un miembro de su equipo de trabajo y no ser etiquetado como un chismoso. Fuente: Traducción parcial de la siguiente página web: http://www.referenceforbusiness.com/encyclopedia/Bre-Cap/BusinessEthics.html