VOTO CONCURRENTE AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3378

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VOTO
CONCURRENTE
QUE
FORMULA
EL
MINISTRO
SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ EN EL AMPARO DIRECTO
EN REVISIÓN 3378/2012.
En sesión de dieciséis de enero de dos mil trece, la
Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
resolvió el presente amparo directo en revisión en el sentido
confirmar la sentencia recurrida y negar el amparo a la recurrente
**********.
Lo anterior, sobre la base de que contrario a lo afirmado
por la recurrente, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Segundo Circuito, adecuadamente partió del
estudio de la expectativa de derechos y la teoría de los
componentes de la norma para justificar que el artículo Cuarto
Transitorio de la Ley de Seguridad Social del Estado de México y
Municipios vigente a partir del primero de julio de dos mil dos, no
le fue aplicado en forma retroactiva.
Ello en el entendido de que el artículo Cuarto Transitorio
del decreto 277 no modificó ni destruyó el contenido normativo del
diverso Vigésimo Transitorio de la Ley de Seguridad Social para
los Servidores Públicos del Estado de México y Municipios, por lo
que tampoco pudo modificar o destruir en perjuicio de una
persona los derechos que se pudieron adquirir bajo la vigencia de
la ley anterior; de ahí que ese precepto legal no contraviene el
principio de irretroactividad contenido en el artículo 14 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
VOTO CONCURRENTE AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3378/2012
Si bien estoy de acuerdo con esas consideraciones,
disiento de aquellas que se expusieron para declarar inoperante
el agravio mediante el cual la recurrente se duele de que en la
sentencia reclamada, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia
Administrativa del Segundo Circuito, no atendió a diversos
instrumentos internacionales.
En el fallo dicha inoperancia se motiva en dos razones
medulares:
1) Porque los supuestos que invoca la ahora inconforme no
pueden llegar al extremo de llevar al órgano jurisdiccional
a que resuelva de acuerdo a las pretensiones de cada
quejoso; y,
2) En virtud de que los planteamientos de la hoy inconforme
están orientados a tratar de justificar que el Tribunal
Colegiado debió realizar el control de convencionalidad
de la norma reclamada, pero esa no es una cuestión de
constitucionalidad, pues implica solamente confrontar las
normas legales con Tratados Internacionales, que son
ratificados por el Estado Mexicano, en materia de
derechos humanos y no implica ningún análisis o
referencia directa a preceptos de la Constitución.
La última inoperancia se apoya en la tesis aislada
LXXII/2012 de rubro: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. ES
IMPROCEDENTE
SENTENCIA
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DICHO
RECURRIDA
RECURSO
SE
CUANDO
REALIZÓ
EN
LA
CONTROL
DE
VOTO CONCURRENTE AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 3378/2012
CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO O SE ATRIBUYE AL
TRIBUNAL COLEGIADO DE CIRCUITO LA OMISIÓN DE
REALIZARLO”; la cual derivó en la jurisprudencia 2ª./J. 5/2013 de
título: “REVISIÓN EN AMPARO DIRECTO. ES IMPROCEDENTE
DICHO RECURSO CUANDO EN LA SENTENCIA RECURRIDA
SE REALIZÓ EL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX
OFFICIO O SE ATRIBUYE AL TRIBUNAL COLEGIADO DE
CIRCUITO LA OMISIÓN DE REALIZARLO”.
Concretamente estoy en desacuerdo con esta segunda
causa de inoperancia.
Ello ya que sin pasar por alto que la jurisprudencia
mencionada resulta obligatoria de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 192 de la Ley de Amparo, lo cierto es que estimo
que su conclusión resulta contraria a la propia disposición
contenida en el artículo 1º Constitucional y a lo determinado por el
Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al resolver el
expediente Varios 2012/2010 –**********.–.
En aquella ocasión, el Tribunal Pleno determinó que
derivado de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos en el caso ********** , resultan como obligaciones para
el Poder Judicial como parte del Estado Mexicano, entre otras,
que
los
Jueces
deberán
llevar
a
cabo
un
control
de
convencionalidad ex officio en un modelo de control difuso de
constitucionalidad.
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Lo cual quedó plasmado en la tesis aislada P. LXVII/2011,
que a la letra dispone lo siguiente:
Registro No. 160589
Localización:
Décima Época
Instancia: Pleno
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro III, Diciembre de 2011
Página: 535
Tesis: P. LXVII/2011(9a.)
Tesis Aislada
Materia(s): Constitucional
“CONTROL DE CONVENCIONALIDAD EX OFFICIO EN
UN
MODELO
DE
CONTROL
DIFUSO
DE
CONSTITUCIONALIDAD. De conformidad con lo
previsto en el artículo 1º. de la Constitución Política de
los Estados Unidos Mexicanos, todas las autoridades
del país, dentro del ámbito de sus competencias, se
encuentran obligadas a velar no sólo por los derechos
humanos contenidos en la Constitución Federal, sino
también por aquellos contenidos en los instrumentos
internacionales celebrados por el Estado Mexicano,
adoptando la interpretación más favorable al derecho
humano de que se trate, lo que se conoce en la
doctrina como principio pro persona. Estos mandatos
contenidos en el artículo 1o. constitucional, reformado
mediante Decreto publicado en el Diario Oficial de la
Federación de 10 de junio de 2011, deben interpretarse
junto con lo establecido por el diverso 133 para
determinar el marco dentro del que debe realizarse el
control de convencionalidad ex officio en materia de
derechos humanos a cargo del Poder Judicial, el que
deberá adecuarse al modelo de control de
constitucionalidad existente en nuestro país. Es en la
función jurisdiccional, como está indicado en la última
parte del artículo 133 en relación con el artículo 1o.
constitucionales, en donde los jueces están obligados
a preferir los derechos humanos contenidos en la
Constitución y en los tratados internacionales, aun a
pesar de las disposiciones en contrario que se
encuentren en cualquier norma inferior. Si bien los
jueces no pueden hacer una declaración general sobre
la invalidez o expulsar del orden jurídico las normas
que consideren contrarias a los derechos humanos
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contenidos en la Constitución y en los tratados (como
sí sucede en las vías de control directas establecidas
expresamente en los artículos 103, 105 y 107 de la
Constitución), sí están obligados a dejar de aplicar las
normas inferiores dando preferencia a las contenidas
en la Constitución y en los tratados en la materia”.
Varios 912/2010. 14 de julio de 2011. Mayoría de siete
votos; votaron en contra: Sergio Salvador Aguirre
Anguiano, Jorge Mario Pardo Rebolledo con salvedades y
Luis María Aguilar Morales con salvedades. Ausente y
Ponente: Margarita Beatriz Luna Ramos. Encargado del
engrose: José Ramón Cossío Díaz. Secretarios: Raúl
Manuel Mejía Garza y Laura Patricia Rojas Zamudio.
Este criterio debe interpretarse en el sentido de que si bien
por una parte enfatiza en un primer plano en cuanto a velar por
los derechos humanos a partir del principio pro persona, en su
segunda parte dispone que el artículo 1º Constitucional debe
interpretarse conjuntamente con el diverso numeral 133 para
determinar el marco dentro del que se realizara el control de
convencionalidad ex officio en materia de derechos humanos a
cargo del Poder Judicial, el cual lo adecuara al modelo de control
de constitucionalidad que existe en nuestra nación; de ahí que me
parece que existe una obligación derivada de la Carta Magna
para realizar un control de convencionalidad ex officio y, por ende,
representa un tema de constitucionalidad del que puede conocer
esta Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En esa tesitura, ante la existencia de una obligación
constitucional instaurada para los órganos jurisdiccionales en
tratándose de la protección de derechos humanos, el desacató de
ella trasciende directamente en una violación de nuestra Carta
Federal, que debe ser atendida por este Alto Tribunal, a efecto de
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otorgar a los gobernados la protección que se pretende alcanzar
con el mandato constitucional previsto en su artículo 1º.
Esto es, la exigencia de todas las autoridades del país,
dentro del ámbito de sus competencias, a velar no sólo por los
derechos humanos contenidos en la Constitución Federal, sino
también
por
aquellos
contenidos
en
los
instrumentos
internacionales celebrados por el Estado Mexicano, deriva de un
mandato constitucional y, por ende, su observancia por parte de
las autoridades jurisdiccionales, conlleva a un tema que a mi
parecer sí tiene que ver con una cuestión de constitucionalidad,
pues en el caso de que exista una disposición contenida en un
instrumento internacional –del que sea parte el Estado Mexicano–
que salvaguarde un derecho del gobernado que no es protegido
por la legislación local, entonces se puede causar un perjuicio en
contra de ese gobernado, a raíz de que la autoridad que conoció
de su conflicto haya pasado por alto la disposición expresa
contenida en el artículo 1º de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos y la obligación impuesta por esta
Suprema Corte al fallar el expediente Varios 912/2010.
Por lo que en caso de que el gobernado aduzca la omisión
por parte del órgano jurisdiccional de proteger sus derechos a la
luz de un instrumentos internacional pactado por el Estado
Mexicano, donde se proteja un derecho humano que la legislación
local no está salvaguardando correctamente o lo hace en menor
grado, este Alto Tribunal puede analizar si dicha autoridad faltó a
la obligación impuesto en el artículo 1º Constitucional, ya que de
haber sido así y desatender en esta instancia esa omisión,
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estaríamos obstaculizando de alguna forma la óptima protección
de sus derechos humanos de los gobernados.
Derivado de lo anterior, si bien concuerdo con el sentido del
presente fallo, no así con todas sus consideraciones.
MINISTRO
SERGIO A. VALLS HERNÁNDEZ
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