Oficio: Perfumeria - Parque Patagonia Norte

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Oficio: Perfumeria
(Extraído de la Carpeta Naranja: SILO)
"... Introducción: Perfumería, rito y yoga.
En el esquema general del cuadernillo 8 ubicamos a la perfumería dentro de los
oficios rituales y éstos a su vez conectado a Nuestro Yoga que como sabemos
hace a la energía del hombre.
Viendo esto, podemos preguntarnos: qué relación existe entre perfumes, rito y
energética?.
Demos un rodeo.
Percibimos al mundo a través de los sentidos. Estos sentidos hacen las veces de
receptores de distintas "franjas vibratorias" (por llamarlas de algún modo) del
mundo. Así a un mismo objeto lo podemos percibir por medio de la vista, del
olfato, del oído, del gusto o del tacto.
Así pues, comprendemos que el ojo es capaz de captar determinada franja
vibratoria (la franja de lo visible), que el olfato otra, y así sucesivamente. Aunque
sabemos también que entre franja y franja "captable" existen zonas oscuras o de
silencio para nuestro sistema sensorial.
Encontramos entonces que los sentidos hacen en el hombre las veces de filtros o
intermediarios entre la conciencia y el mundo.
Así: conciencia sentidos mundo
La conciencia da a su vez respuestas compensadoras al estímulo que llega a
través de los sentidos estructurando al objeto "mundo". De este modo si
pudiéramos modificar los sentidos de algún modo modificaríamos ese acto
compensador.
En perfumería no trabajaremos modificando el sentido del olfato pero sí
ampliándolo, ampliando la gama de sensaciones perceptibles. Por otra parte lo
incorporaremos como un sentido tan desarrollado usado como el del oído la vista y
consecuentemente tendremos otro modo de estructurar situaciones (conciencia).
Si el estímulo-fragancia (mundo), lo proporcionamos armónicamente, por
resonancia despertaremos en nosotros esa proporción armónica, aunque no esté
puesta allí (en la resonancia) mi atención al trabajar en el oficio.
Viendo el eneagrama de los sentidos ubicamos aquél que usaremos en
perfumería:
sentidos vista cenestésicos
vibratorios oído táctil s. físicos
olfato gusto
sentidos químicos
Veamos que nos ocurre cuando una determinada fragancia aparece.
Sucede en muchas ocasiones que frente a ella recordamos y más que recordar
casi nos "encontramos" en situaciones vividas en el pasado.
El hecho de decir "nos transporta a situaciones" nos da idea de la acción sintética
que provoca en nosotros.
Esta puesta en situación determinada por las fragancias y lógicamente por medio
del olfato es la que decimos se relaciona con lo ritual. Por su intermedio podemos
crear ámbitos adecuados, tonos energéticos internos adecuados, para provocar
determinadas movilizaciones energéticas.
Por otra parte podemos reconocer tanto en los animales como en el hombre que
olfato y rito juegan un importante papel en las relaciones.
Saltando de plano, pero ya en el del manejo con lo fragante, notaremos como
característica principal su inasibilidad, su capacidad de cambio. En esto podemos
encontrar también similitud con la problemática energética.
En fin, podríamos describir muchas otras relaciones entre perfumería, rito y
Nuestro Yoga, pero seguirían siendo mera teoría. Si queremos comprender esa
relación con seguridad lo lograremos al practicar el Oficio y la Disciplina, aunque
sea en su parte mecánica. Al hacerlo veremos que más que una dependencia o
más que un justo encaje teórico entre ambas, la conexión está dada en el
operador como estructura de "pensamiento" afines o contiguas.
De todos modos tenderemos bien en claro que no es sustantivo en la práctica del
Oficio buscar esas relaciones. Tenemos bien en claro que lo sustantivo en ella
será esto que conocemos como permanencia, pulcritud y tono.
Pulcritud, permanencia y tono.
Veamos entonces que entendemos en perfumería por pulcritud. Por pulcritud
entendemos la desodorización, la limpieza y el orden. Siempre deberemos
desodorizando y por ende limpiando ambientes, tubos, probetas, las propias
manos, etc. Si no lo hacemos arruinamos las fragancias que nos interesan al
mezclarlas con otras. Si no somos ordenados en el sentido de ponerle a cada
substancia su rótulo, al tiempo no sabremos qué es lo que tenemos y qué es lo
que no tenemos.
Así pues, el mismo oficio, la misma materia que trabaja en el oficio exigirá de mí
esa pulcritud.
¿Qué entendemos por permanencia?. Distinguimos dos tipos de permanencia.
Una permanencia táctica, a corto plazo, y otra permanencia estratégica, a largo
plazo.
La permanencia táctica hace a la formulación y al cumplimiento de un plan de
trabajo. Así pues, antes de comenzar un día de trabajo en oficio, formulo mi plan
de trabajo, proyecto qué cosas voy a hacer y de qué modo. No tengo permanencia
cuando me desvío de ese plan. No es tan sustantivo en esto aquello de cumplir
con todos los puntos que me he propuesto. Lo sustantivo aquí es el desvío.
¿Cómo se produce este desvío?. Por alteración del operador.
Cuando me altero y me dejo llevar por aquello que la sustancia, el objeto, me
sugiere, en busca de buenos resultados, entonces me desvío de lo planificado,
entonces no tengo permanencia. ¿Qué debería hacer en este caso? Simplemente
tomar nota sobre la nueva posibilidad y planificarlo otro día.
La permanencia estratégica también tiene que ver con un plan general.
Lógicamente este deberá ser mucho más flexible y amplio. No puedo formularme
un plan estratégico hasta no tener un cierto dominio del oficio, o bien debería
formularme ese punto como plan.
En cuanto a la permanencia como práctica duradera, constante del oficio,
podemos entenderla como entendemos la permanencia en el trabajo de
autoobservación o conciencia de sí. No adquirimos oficios en un "push", tampoco
podemos decir "hago oficios todos los miércoles", se trataría más bien de un tipo
de permanencia acorde con mis propios ciclos y ritmos y acorde con los ciclos y
ritmos propios de la substancia.
Ejemplificando: Un preparado, una fermentación, por ejemplo, tiene su propio
ciclo, si quiero concluir esa obra tendré que adaptarme a ese ciclo, pero esa
adaptación no es absolutamente determinante, tengo márgenes como para
atenderla en mis momentos propicios, con gusto.
Tampoco es correcto aislarse y encerrarse practicando el oficio. Tal cosa sería
desproporcionada y produciría en uno desequilibrio y desproporción interna.
Se trataría entonces de practicar el oficio con la característica continuidad cíclica
que conocemos, en donde tomo el oficio y luego hago como que lo dejo, como que
lo olvido, pero no lo olvido, vuelvo a tomarlo, y así siguiendo, con soltura.
Pasemos a ver que entendemos por tono.
Por tono entendemos medida y proporción. ¿Qué medimos y qué
proporcionamos?: fragancias.
El mayor enemigo en el caso del tono es la improvisación y el gusto epocal. Medir
y proporcionar exige un cierto esfuercillo. Es más fácil mezclar a ojo y obtener
resultados veloces acordes con el gusto de la época. Si hacemos tal cosa
trabajamos fuera de tono.
Es muy interesante en nuestro caso perfumístico el hecho de contar con un
sentido podríamos decir "en bruto". Es muy interesante, pues, educarlo desde el
comienzo en el trabajo con las proporciones que conocemos.
Al trabajar midiendo y proporcionando, mido y proporciono las fragancias (ya
veremos cómo) y no me ando preocupando por incorporar esa proporción con
actos mentales raros. Mido y proporciono simplemente la substancia. La métrica
interna se desarrolla sola, por añadidura.
__ FRAGANCIAS - ENEAGRAMA DE PERCEPCIONES Y SENSACIONES
Pasemos ahora al tema de las fragancias (SE TRAEN OBJETOS DE DISTINTOS
GÉNEROS DE PERCEPCIONES).
Cuando olemos este pomelo decimos "olor a pomelo". Esto que se me presenta
como "olor a pomelo" es ya un conjunto de fragancias estructuradas en mi
conciencia como "percepción". Vamos a distinguir seis géneros básicos de
percepciones:
aromático etéreo
animal floral
resinoso frutícola
Aunque al comienzo no los distingamos por simple olfato, podemos distinguirlos
por su origen.
(SE DAN EJEMPLOS DE CADA GÉNERO)
En general etéreo=olor a hospital: alcohol, alcanfor, mentol, éter, ozono, etc.
Floral=olor a flores: jazmín, clavel, rosa, etc. Frutícolas=olor a frutas: banana,
naranja, manzana, etc. Resinoso=olor a resinas: incienso, mirra, pino, etc.
Animal=en general los nitrogenados o los olores animalunos: queso, pescado,
ámbar gris quemado, etc. Aromático=olor a especies en general: nuez moscada,
clavo de olor, canela, etc.
Habrán, lógicamente, algunas substancias fragantes que se encuentren entre el
límite entre un género y otro, pero éstas serán excepciones.
Sin embargo parece que con esta primera clasificación no nos basta. Hay algo que
diferencia la fragancia de una naranja de la de una banana o un limón. Eso que las
hace diferentes es estudiado por nosotros en el eneagrama de sensaciones. Cada
género de percepciones tiene un eneagrama de sensaciones.
(M) pungente dulce (E)
(S) amargo agridulce (ES)
(V) graso ácido (I)
__ MUERTE VIDA - CREPÚSCULO LUZ - LAS 2 CATEGORÍAS
Vemos que cada sensación fragante tiene además una "imagen" interna que
permite reconocerla, un correlato de movilización energética física.
Vayamos viendo, con ejemplos:
El dulce se va al pecho.
El ácido a la cabeza.
El graso es untuoso y se asienta en el estómago.
El amargo moviliza ciertas zonas de la mandíbula.
El pungente se queda en la nariz.
El agridulce fluctúa, a veces se va a la nuca, otras al cuello, pero en todo caso
estaría entre la zona de lo dulce y de lo ácido.
Decimos también que cada una de las sensaciones "moviliza" o "activa" un
determinado centro.
Así es evidente que:
El dulce resuena con el centro emotivo (anís, banana, vainilla).
El ácido con el intelectual (limón, acético, flor de azahar, leche cortada).
El graso con el vegetativo (papas fritas, amapolas, malbón, flores asquerosas).
El pungente con la motricidad (amoníaco a los boxeadores, mentol, nuez
moscada, pimienta).
No es tan evidente pero así lo ubicamos:
El amargo resuena en el c. sexual (lavanda, cafés, semilla de manzana).
El agridulce resuena con el centro E.S. (naranja, mandarina, arderial).
En el eneagrama de las sensaciones vemos que la escala externa que hace a la
vibratoriedad va de lo menos vibratil (dulce) a lo más vibratil (ácido), se corta y
retoma, de lo menos vibratil (graso) a lo más vibratil (pungente). Así se oponen o
complementan los más vibrátiles entre sí, los menos y los intermedios.
En cuanto a velocidad de relación al oler, notamos que ácido y pungente provocan
reacciones veloces, dulce y graso se perciben con mayor lentitud (longitud de
trayecto). No podemos entonces confundir intensidad o concentración de una
fragancia con velocidad de reacción. Siempre grasos y dulces serán lentos de
percibir.
Decíamos entonces que cada género de percepciones tiene su eneagrama de
sensaciones. Así habrá un dulce etéreo, otro dulce floral, otro frutícola, etc. Un
agridulce de cada género. En resumen, un eneagrama completo de sensaciones
en cada género de percepciones.
Veamos como trabaja en perfumería y en el caso de las sensaciones este
eneagrama:
3 de dulce + 5 de ácido =agridulce
3 de pungente + 5 de graso= amargo
Esto es todo en cuanto a la producción de un tercero por mezcla de dos.
El sistema de complementarios o de opuestos se va a dar en nuestro caso como
"matado" o "neutralización". Esta neutralización va a equivaler al gris o marrón
(neutros) en el eneagrama de colores.
Así el mismo eneagrama nos indica:
3 de graso + 5 de dulce = neutro
3 de ácido + 5 de pungente = neutro
3 de amargo + 3 de agridulce = neutro (por mitades).
Puedo entonces neutralizar un graso mediante un dulce y viceversa. ¿Qué
proporción debo usar? La que me indica el eneagrama. ¿Qué significa 3, 5?. Lo
veremos más adelante.
Todo esto puedo hacerlo siempre dentro de un género de percepciones. Así pues,
si trato de combinar un dulce floral con un ácido resinoso no podré producir un
agridulce. Ambas sensaciones se mantendrán separadas. Esto que
aparentemente es una desventaja, es, en el fondo una gran ventaja. Si quiero
producir un perfume que pegue simultáneamente en el centro E.S. y en el centro
S. (agridulce y amargo) deberé entonces usar dos géneros de percepciones
distintas. Si usara un mismo género de percepciones el agridulce neutralizaría al
amargo (o viceversa). ¿Qué género de percepciones usaría para un caso o para
otro?. Bueno, eso habría que estudiarlo. Como apoyo sabemos que las
percepciones, aromático, animal, resinoso, estarían dentro de la categoría de la
"muerte" o "lo crepuscular" y que las percepciones etéreo, floral y frutícola dentro
de aquella de "la vida" o "la luz".
De todos modos, lo que debería quedarnos claro es que podemos combinar y
neutralizar sensaciones siempre dentro de una misma percepción. Podemos
mantener separadas sensaciones que de otro modo se combinarían o
neutralizarían usando sensaciones de distintos géneros de percepciones. En
general los "toques maestros" suelen usarse con sensaciones de otro género de
percepciones.
En una fragancia completa lograda por nosotros, intervendrán pues sensaciones
no solamente de un género de percepciones.
Nuestro abc, sin embargo seré el trabajo de combinar, proporcionar, neutralizar,
etc., sensaciones dentro de un género de percepciones. Luego podemos empezar
a complicar las cosas, trabajando con géneros. Para eso hay que ser bastante
diestro. Pero, entendiendo el funcionamiento básico de la maquinita no tendremos
dificultades.
Volvamos ahora a nuestras sustancias:
Tenemos aquí un pomelo y un limón. Ambos son frutícolas, ambos ácidos, y no
obstante son diferentes. Parientes pero diferentes. Descubrimos entonces que su
fragancia-sensación no es pura, que ambos tienen fragancias-sensaciones
secundarias y terciarias. En la Naturaleza, prácticamente todas las fragancias son
compuestas. Además de una fragancia primaria (la más intensa) tienen fragancias
secundarias y a veces terciarias o incluso cuaternarias. Así pues al hacer nuestras
combinaciones y compensaciones tendremos que tener en cuenta estos
secundarios y terciarios que agregaremos a la fórmula propuesta y que en algunos
casos aprovecharemos y en otros trataremos de neutralizar.
Más adelante retomaremos esta problemática.
Pasemos a considerar ahora algo que si bien no hace estrictamente al olfato en
cuanto tono (medida y proporción de la fragancia) va a ser el esqueleto básico
sobre el que nos montaremos.
Cómo obtenemos las fragancias que queremos combinar?.
Cómo concentro o cómo separo del pomelo aquello que lo hace fragante?
En qué sustancia hay mayor concentración de fragancia? Etc.etc.
Vayamos por partes.
Técnicas de extracción
Las sustancias con mayor concentración de fragancia en general son los aceites
esenciales y las resinas.
Los aceites esenciales tienen la característica de tener el aspecto de los aceites y
la volatilidad de los alcoholes. Merced a esa volatilidad justamente son tan
fragantes, y merced a lo que tienen de aceites son capaces de acumular, retener,
tal concentración de fragancias.
A muchos aceites esenciales podríamos concentrarlos más aún hasta
transformarlos en especies de cristales (mentol, alcanfor, etc.), o bien podemos
evaporarlos, secarlos, y transformarlos en gomas o resinas ya formadas.
En ciertas zonas de una planta o de una fruta, por ejemplo, existe una mayor
cantidad de aceites esenciales que en otras, esto puedo distinguirlo
sensorialmente.
Las resinas afloran como gomas al practicarse incisiones en la corteza de los
árboles, aparecen mezcladas con las maderas.
Muchas fragancias animales serán extraídas de determinadas glándulas.
De todos modos a estas sustancias que tienen gran concentración de fragancias
las llamaremos, en general, esencias.
Normalmente la cantidad de esencia que extraemos de la materia bruta es
mínima. Así necesitaremos mucha materia prima para extraer cantidades muy
pequeñas pero muy concentradas de esencias.
Si pudiéramos conseguir en el mercado esencias representativas de cada género
de percepciones son su eneagrama completo de sensaciones sería óptimo pero
ocurre que no las conseguimos, o si conseguimos muchas de ellas serían
artificiales, derivadas del benceno (petróleo) con su característica peculiar distinta
a la de una esencia natural.
Así es que debemos saber cómo obtener nuestras propias esencias.
Veamos las técnicas de extracción básicas:
triturado (mortero, licuadora, etc.).
prensado (prensas)
mecánicas extracción napolitana (esponja).
filtrado y decantación (filtros y centrifugadora).
destilación común (serpentín, balón).
destilación rectificación (balón serpentín simple y complejo).
calor infusión.
lixiviación (lixiviador).
enflorado (grasa, vaselina, estearina).
aceite antiguo (aceite, vaselina diluyentes líquida, glicerina).
macerado (alcohol 95º)
(Colorantes, clorofila)
A cada sustancia le corresponderá una técnica ideal de extracción, o bien técnicas
combinadas. Antes de usar cualquiera de estas técnicas, separaremos del animal,
vegetal, etc., las partes que son más fragantes y sobre ellas trabajaremos.
Las técnicas mecánicas utilizan el principio de romper, desmenuzar, la materia
prima seleccionada. Muchas veces se las utiliza como paso previo a la utilización
de las otras técnicas. Para eso nos valemos de principios mecánicos, donde no
interviene ni el calor ni el trabajo químico.
También basados en principios mecánicos separamos substancias gracias a su
distinta densidad, a su distinto grosor, etc., ya sea dejándolas decantar o
acelerando el proceso mediante centrifugado o filtrado.
En las técnicas de calor y en destilaciones en particular trabajamos basándonos
en la volatilidad de los aceites esenciales que después de evaporarse serán
condensados y recatados. Usaremos ciertos vehículos que trabajarán arrastrando
los aceites pero sobre todo por acción del calor, más que por acción química. Al
rectificar aprovechamos las distintas temperaturas de evaporación, los distintos
puntos de condensación de esos vapores, lo que nos permitirá separar dos o más
substancias concentrando, purificando la que nos interese.
Interviene también el calor en las infusiones (ejemplo preparación de té) y en las
lixiviaciones (ejemplo preparación de café). Ambas técnicas son vistas
prácticamente en medicina natural. De todos modos decimos que en nuestro caso
deberán hacerse con sumo cuidado ya que las fragancias con el calor se escapan,
se evaporan.
En las técnicas con diluyentes aprovechamos la propiedad que tienen las grasas y
los aceites de absorber, concentrar las fragancias. En el caso del alcohol éste
diluye y arrastra los aceites esenciales y las resinas.
Veremos prácticamente:
triturado: trituraremos anís estrellado para destilar luego.
prensado: prensaremos cáscaras de limón finamente dotadas. Dejaremos
decantar el líquido obtenido y veremos como se separan los aceites esenciales de
los otros líquidos.
extracción napolitana: sobre una esponja pequeña y muy porosa apretaremos
cáscaras de mandarinas. Al saturarse la esponja la estrujamos, obteniendo unos
líquidos, que al dejarlos decantar, como en el caso del limón, presentan varias
capas. Los aceites sobrenadan.
destilación: ponemos agua en un balón hasta la mitad, colocamos el anís triturado
en bolsitas hechas con gasa evitando que toquen el agua, el balón se coloca
sobre el fuego y con el serpentín refrigerador. Los vapores del agua arrastran los
vapores del aceite esencial del anís y al condensarse serán recogidos en la vasija
florentina, allí los aceites flotarán y el agua se irá al fondo.
La vasija florentina nos permitirá hacer varias destilaciones seguidas sin
necesidad de trasvasamientos.
Al destilar el anís, en vez de ponerlo en bolsitas podríamos mezclarlo directamente
con el agua, pero la calidad de los aceites obtenidos disminuye al ser sometidos a
temperaturas más elevadas.
Infusiones y lixiviaciones: se practican en medicina natural.
enflorado: en una caja chata, que pueda cerrar herméticamente se ponen capas
finas de grasa desodorizada (vaselina, estearina, etc.). Sobre ellas se colocan las
flores de las cuales se quiera obtener la fragancia. Cerrar herméticamente la caja.
Deben cambiarse las flores cada dos o tres días: De este modo la grasa se irá
perfumando cada día más. Mientras más reiteremos la operación mayor
concentración de fragancia obtenemos.
Para obtener luego esa fragancia de la grasa podemos rescatarla con alcohol,
diluimos parte de la grasa perfumada al baño maría, le agregamos alcohol y
batimos. Dejamos enfriar y vemos que la grasa se separa del alcohol rescatamos
entonces el alcohol que arrastró algo de fragancia y para mayor concentración
reiteramos la operación con el mismo alcohol pero con nueva grasa. Si
quisiéramos concentrar aún más la fragancia deberíamos rectificar ese alcohol
mediante destilaciones complejas similares a las que se utilizan en la destilación
del petróleo para obtener nafta, keroseno, gas-oil, etc.
Existen distintos modelos de rectificadores. Algunos más complejos que otros,
unos más específicos que otros. Es interesante investigar el tema ya que a la larga
serán necesarios los pequeños rectificadores en nuestro laboratorio. Entonces
deberá intervenir el vidriero amigo.
Aceite antiguo: en vez de grasa usamos aceite desodorizado (de oliva, ricino, etc.)
Normalmente los aceites desodorizados son los más refinados. En vez de cajas
usamos frascos. Normalmente en los aceites no cambiamos la substancia de la
que queremos obtener fragancia tantas veces como el enflorado (nos
quedaríamos sin aceite al poco tiempo). Vamos a hacer un aceite antiguo de
vainilla en ricino.
Macerado: en las maceraciones usamos alcohol de 95º y la substancia.
Normalmente un macerado está listo a los 15 días, un mes o dos según la
substancia. Se puede entonces reiterar usando el líquido obtenido con una nueva
substancia. Maceraremos en alcohol de caña (alcohol medicinal) cáscaras de
naranja. Trabajaremos en tres equipos. Uno en técnicas mecánicas, otro en las de
calor y otro en las de diluyentes. Luego intercambiaremos experiencias.
Clorofila: (extrae clorofila el primer equipo que se desocupa).
Espinacas machacadas (mortero o licuadora). Se exprimen con muñeca. Al jugo
obtenido se le agrega aproximadamente un 3% de bicarbonato de sodio y un 10%
de alcohol. Se deja decantar o se centrifuga. Se rescata el precipitado (verde) y se
seca en un cristalizador. El polvo obtenido puede ser lavado con agua para
sacarle el exceso de bicarbonato y otras impurezas, nueva decantación y secado
del precipitado. El polvo obtenido puede agregarse al detergente o mezclado con
alcohol usarse vaporizado para desodorizar ambientes, o mezclado con goma
arábiga usarse como panecillos para desodorizar las manos.
Este método de obtención de clorofila es el más simple. Existen otros métodos
complejos (trabajados en alcohol, ácido clorhídrico y éter sulfúrico) por medio de
los cuales se obtiene clorofila más purificada.
Se entiende que la clorofila en el laboratorio de perfumería es casi una
herramienta que usaremos para desodorizar pipetas, ambiente, manos, etc.
Colorantes: para la ulterior presentación de las fragancias (en lociones, jabones,
etc.) serán muy útiles. Si queremos podemos obtenerlos nosotros mismos. El
equipo que está desocupado extrae rojo: ponen sándalo rojo en un tubo de
ensayo, agregan alcohol, agitan muy bien, decantan (centrifugan) el alcohol queda
coloreado. De este modo se puede obtener también por ejemplo, amarillo de
azafrán. Debemos exponer a la luz en frascos traslúcidos estos colorantes a fin de
comprobar su perdurabilidad. También tendremos en cuenta que no alteren su
fragancia, por ejemplo la loción a la que lo agregamos.
Conservación: tanto en los enflorados como en los aceites, macerados etc.
deberemos evitar la descomposición de las substancias de origen vegetal o animal
(lo mismo vale para la conservación de las esencias). Para eso usaremos
pequeñas cantidades de ácido bórico que agregamos al preparado (estabilizador).
Trataremos también de evitar la alteración que produce la luz en algunas
fragancias utilizando recipientes oscuros.
Así mismo al guardar esencias o al preparar macerados, etc. llenaremos los
frascos lo más posible, evitando el contacto con el aire, que también altera el
producto. Por supuesto las tapas herméticas son fundamentales.
Resumiendo: Hemos visto prácticamente diversas técnicas de extracción
aplicadas a la obtención de esencias. Hemos extraído además clorofila y un
colorante, cosa que nada tiene que ver con las esencias pero cuya utilidad
comprendemos bien. Todo este sistema de extracción no hace estrictamente al
oficio, cuya médula es la combinación proporcionada de fragancias, pero
evidentemente es el esqueleto sobre el cual nos montaremos. Si no contamos con
las esencias adecuadas nada podemos combinar.
Además de las esencias fragantes necesitaremos un vehículo que las transporte,
veamos esto:
Vehículos: en los vehículos diluiremos, extenderemos en mayor o menor grado
nuestras esencias (cristales, aceites, gomas o resinas). Los vehículos tienen que
tener la capacidad de admitir esencia y de no alterar su fragancia. Así por ejemplo
el agua destilada sería óptima, ya que es inodora, pero ocurre que muchas veces
no admite físicamente a los aceites, no los diluye. El alcohol si diluye las esencias
y muchas resinas, el problema será que tiene su fragancia propia. Trataremos
entonces de escoger el mal menor.
Veamos cuales son los vehículos fundamentales y cómo obtenerlos.
Aguas destiladas, alcoholes, aceites, grasas, maderas.
Agua destilada: suele usarse mucho agregada a alcoholes para rebajarlos el grado
sin enturbiarlos. También en vehículos complejos como cremas, jabones, etc. La
obtendremos destilando el agua común y redestilando dos o tres veces más
(bidestilada o tridestilada).
Alcoholes: es bien conocido para nosotros el alcohol medicinal derivado de la caña
de azúcar. Pero comparémoslo con este alcohol de limón. Veremos que son
distintos. Si quisiéramos preparar una loción cítrica, mi vehículo más apropiado
sería el alcohol de limón al que le agregaríamos las esencias del caso.
Podemos obtener muchos alcoholes que no se consiguen en el mercado. Los
alcoholes resultan de la transformación de los azúcares a lo largo de un proceso
conocido como fermentación. Es muy simple. Así que podemos obtenerlos de
aquellas substancias (en general frutas) que son dulces.
¿Cómo se hizo este alcohol de limón?.
Exprimir limones. El jugo en vasija. Como queremos alcohol fragante al jugo le
agregamos las cáscaras. Como el limón tiene poco azúcar y mucha acidez le
agregamos unas cuantas cucharadas de azúcar común para ayudar al proceso.
Dejamos esto a la temperatura ambiente (20-25ºc). A los dos días veremos que
burbujea y el burbujeo aumentará al tercer día, entonces decidimos que está
fermentado. Cuando el burbujeo disminuye podemos ya empezar a destilar el jugo
(colado). Si lo dejáramos allí podría convertirse en vinagre por su fragancia
característica, a menos que utilizáramos anhídrido sulfuroso (gas bacterizida) para
evitar esa degeneración. De todos modos si somos cuidadosos sin necesidad de
anhídrido comenzando la destilación a tiempo evitaríamos el vinagre.
Entonces destilamos el jugo ya fermentado. Este jugo tiene un porcentaje de
alcohol (10,15,30 % según la fruta) y el resto agua, etc. Deberemos entonces
hacer una destilación con fuego bajo para que los alcoholes, que se evaporan a
menor temperatura suban antes, y por supuesto suspenderemos la destilación
cuando aproximadamente la mitad del jugo se haya evaporado. Conviene hacer
una primera destilación de toda la vasija antes de rectificar lo obtenido.
Al redestilar lo obtenido cuidaremos de tirar la "cabeza" (la primera parte de la
destilación, no mucho) ya que es alcohol metílico y es veneno. El próximo alcohol
será etílico, que es interesante, y la "cola" será la última parte del líquido que
queda en el balón también la tiramos, ya que es práctica antigua. Esta destilación
deberíamos realizarla a baño María evitando que el agua se evapore junto con el
alcohol. Para aumentar la diferencia de puntos de evaporación le agregaremos
previamente sal común, aumentando así la densidad del agua.
Para conocer la densidad del alcohol obtenido usamos el alcohometro.
Con éste sistema podemos obtener alcoholes de unos 75 u 80º.
aceites: el aceite más simple de obtener es el de oliva. Machacamos bien las
aceitunas, dejamos decantar la pasta y el aceite sobrenada. Rescatamos ese
aceite para purificar y desodorizar deberemos filtrar muy bien. Mientras más
refinado, purificado sea un aceite, más desodorizado será. En perfumería usamos
mucho el aceite de ricino (vegetal) que tiene la propiedad de tener una gran
capacidad de acumulación de fragancias.
Grasas: compramos en una carnicería grasa de "pelle". Cortada en trocitos la
derretimos al baño María junto con pedacitos de manzana (ayuda a una primera
desodorización). En caliente la colamos y para desodorizarla aún más la
trabajamos con alcohol (mezclando alcohol cuando está derretida al baño María,
batiendo y dejando enfriar. Al enfriarse tienes el alcohol. (Podemos reiterar con
nuevo alcohol).
Maderas: conseguimos maderas, como el sándalo rojo, en droguerías o
herboristerías, también podemos usar las maderas de la zona en forma de serrín
que conseguimos en aserraderos. Para desodorizarlas utilizamos el mismo
procedimiento usado en las grasas con alcohol, y reiterando. Así extraeremos de
la madera las resinas que pudiera tener y consecuentemente su fragancia.
Debemos tener en cuenta que usaremos la madera como vehículo en sahumerios
quemados, así que para probar su grado de desodorización habrá que probar
quemando.
Resumiendo: si conseguimos en el mercado las esencias, colorantes, clorofila o
vehículos necesarios los compramos. Si alguno no lo conseguimos lo fabricamos.
Con estos materiales en la mano trabajamos. Tenemos montado ya el esqueleto
básico que nos permitirá trabajar en la parte central del oficio que, como
decíamos, hace a la combinación proporcionada y armónica de las fragancias.
__ EXTENDIDO (Intensidad y volumen).
Volvamos al eneagrama de sensaciones.
Supongamos que queremos obtener un agridulce partiendo de un dulce y un ácido
(3 y 5).
Tenemos esencia de banana y esencia de limón.
Sabemos que hay esencias más concentradas que otras. Esencias que admiten
mayores diluciones que otras. Por ejemplo: si pongo una gota de esencia de
banana en un litro de alcohol, se percibe el olor a bananas, pero si pongo una gota
de limón en otro litro de alcohol no se percibe el olor a limón, se percibe solo el
olor a alcohol. Concluimos entonces, que una gota de esencia de bananas no
tiene la misma intensidad de fragancia que una gota de esencia de limón, no son
equivalentes en cuanto a intensidad de fragancia. No sería correcto entonces para
obtener un agridulce mezclas 3 gotas de es. de banana con 5 gotas de es. de
limón. Tendríamos primero que hacerlas equivalentes (diferencia de intensidad
con relación a volumen).
Este problema de la distinta concentración de fragancias y su equiparación lo
resolveremos por medio del procedimiento que llamamos extendido.
La técnica del extendido nos permitirá, además de conocer qué intensidad de
fragancia tiene una esencia, ponderar cual es la fragancia primaria, cual es la
secundaria y cual es la terciaria con sus correspondientes intensidades.
Veamos primero esta técnica teóricamente.
Para extender una esencia necesitaremos un vehículo. El agua dijimos que tiene
el problema de no admitir los aceites. Podríamos usar aceite de ricino, que
agregaría un olor graso; o bien glicerina (idem.) o bien alcohol 80ºC, que agregaría
un pungente dulce si es de caña. Cada vehículo tendrá su ventaja y su desventaja.
Si usamos aceite o glicerina la densidad nos impedirá hacer mezclas rápidas. Así
es que hoy usaremos alcohol.
Ya trabajando en oficio, a fin de tener esencias comparativamente válidas,
deberemos usar siempre el mismo vehículo.
Supongamos las dos esencias de banana y de limón.
Extendemos:
Banana: Limón:
1/10 dulce 1/10 ácido - amargo - pungente
1/100 dulce 1/100 ácido - amargo - --1/1000 dulce 1/1000 ácido - --1/3000 dulce 1/3000 --1/5000 dulce
1/7000 dulce
Vemos entonces que la última fragancia en desaparecer es el olor primario, la
penúltima es el secundario, la primera (en este caso), el terciario. Vemos que la
esencia de banana es más fuerte, admite una dilución 1/5000 (aprox.) y que la de
limón admite solo 1/1000 (aprox.). Vemos también que podemos ponderar la
intensidad de las fragancias primarias, secundarias y terciarias.
Sabemos ahora cuánto de esencia de banana y cuanto de esencia de limón
tendremos que poner para obtener el agridulce; así:
Dilución que admiten: banana 1/5000 limón 1/1000
Combinación teórica: dulce 3 ácido 5
Combinación real: banana 3ml. limón 25 ml.
Recién ahora combinamos armónicamente fragancias.
Subsistiría el problema de los secundarios y terciários que deberíamos, siguiendo
el mismo sistema, tratar de neutralizar o realzar según la fórmula de perfume que
nos hayamos propuesto.
Al llevar a la práctica esta técnica nos encontraremos con la dificultad de la falta
de desarrollo de nuestro olfato. Además con el problema de la rápida saturación
que tiene este sentido (1,5 minutos). De todos modos, esta dificultad, al principio
nos impedirá distinguir con precisión qué fragancias van desapareciendo, pero
podremos por lo menos medir la intensidad general de la esencia, y definir su
fragancia primaria.
Prácticamente extendemos esencia de lavanda (sintética) en alcohol 80º. En
primer lugar, rebajamos el alcohol 95º agregándole agua destilada y midiendo con
el alcohómetro de Gay Loussac.
Ponemos 1/10 de ml. de esencia en 9/10 de ml. de alcohol. Dilución 1/10.
De la dilución 1/10 tomamos 1/10 de ml. y en otro tubo lo ponemos en 9/10 de
alcohol. Tenemos una dilución 1/100.
De la dilución 1/100 tomamos 1/10 de ml. y la ponemos en otro tubo en 9/10 de
alcohol. Dilución 1/1000. Etc.
Veremos que en un momento dado desaparece la fragancia primaria (amargo) y
prima el dulce y el pungente del alcohol.
Podemos usar varios métodos para oler y comparar. Según sea el método usado
la esencia soportará una dilución mayor o menor.
Ejemplo: si olemos los extendidos en tubitos altos, distinguiremos sólo las
fragancias más intensas. Si olemos en tacitas distinguiremos mejor. Si dejamos
evaporar el alcohol (poniendo una gotita en la dilución sobre un vidrio), soportará
aún mayores extendidos (en este último método deberemos cuidar de poner
siempre la misma cantidad de líquido en una misma extensión, sobre igual
superficie).
Podemos elegir cualquiera de estos métodos, podemos usar el vehículo que mejor
nos parezca, pero para tener escalas comparativas deberemos usar siempre el
mismo método, siempre el mismo vehículo y al extender no estar resfriados.
Si queremos extender resinas para sahumerios usamos como vehículo la madera
desodorizada. Extendemos un gramo de resina en 9 gramos de madera,
mezclamos muy bien en el mortero y continuamos con el mismo procedimiento.
Probamos quemando.
Uno de los trabajos básicos de perfumería será el de contar con las esencias
(líquidas o sólidas) representativas de todas las sensaciones de todos los géneros
de percepciones (o de la mayor cantidad posible).
Cada una de esas esencias, debería tener su cartelito indicando qué extendido
admite su fragancia primaria, su secundaria y su terciaria.
Así, como método de trabajo, cada vez que obtenemos una esencia, conviene
extenderla y rotularla. De este modo vamos aprendiendo a trabajar con esto de la
medida.
Debemos saber que muchas esencias muy concentradas son repulsivas, pero
debidamente extendidas cambian y son muy útiles. No desechemos entonces
nada sin antes haberlo extendido.
Entendemos pues, que al querer producir un perfume complejo, si tenemos
nuestras esencias debidamente extendidas (estudiadas) las combinaciones serán
matemáticas.
Pasemos a ver ahora, cómo presentamos nuestras fragancias.
Este tema se conoce como tratamientos y presentación.
_ TRATAMIENTOS: Aguas, Lociones, Extractos.
Los extractos son los perfumes líquidos más intensos, los más fuertes. Serían
para nosotros prácticamente combinaciones de aceites esenciales. En ocasiones
van diluidos en muy poquito alcohol o en vaselina líquida.
Las lociones ya son esencias diluidas en mayor proporción de alcohol, 80, 70, o
60º según sea. En el caso de la lavanda que hemos extendido correspondería a
una dilución aproximadamente 1/200.
Las aguas aún son más extendidas con menor grado alcohólico, en el caso de la
lavanda correspondería a una dilución 1/700 (aprox.).
Ya sea que presentemos nuestras fragancias como extractos, lociones o aguas,
deberemos proporcionarlas armónicamente (en el caso de un perfume simple
usando 8 de la fragancia primaria, 5 de la secundaria y 3 de la terciaria, en el caso
de uno complejo combinado, además de las sensaciones, armónicamente también
los géneros de percepciones).
Aquí interviene también el "toque maestro", que en general es un toque (pequeña
cantidad) que se agrega de otro género de percepciones y que "elevará" el
perfume, lo "bajará" o le hará realzar un aspecto según sea.
En los tres casos, deberemos "añejar" el perfume. Deberemos dejarlo estacionar
durante un buen tiempo para que las fragancias mezcladas formen un solo cuerpo,
esto lo podemos acelerar batiendo, revolviendo. También ayudamos este proceso
mediante el "redondeo" que lo damos con una pequeña cantidad de glicerina
líquida.
Además del "toque maestro" y del "redondeo" deberemos "fijar" las fragancias.
Al fijar los perfumes impedimos que las fragancias se volatilicen rápidamente al
ponerse en contacto con el aire. Fijamos con sustancias tales como el almizcle, el
ámbar gris, estoraque, etc. Debemos preparar los fijadores en forma de tinturas y
luego agregarlas al perfume tanto cuanto la fragancia propia del fijador no altere la
del perfume (en el límite).
Tintura: Una tintura es una solución saturada de una sustancia generalmente en
alcohol.
Pomadas, cremas, ungüentos, bálsamos: Para nosotros ésta es una escala de
vehículos complejos cuya preparación hace más bien a la cosmética. Un bálsamo
es prácticamente un aceite al que agregamos nuestras fragancias (es bastante
usado en medicina), un ungüento es un aceite al que se le ha agregado manteca
de cacao o vaselina, etc., la crema ya es más espesa y además, de consistencia
cremosa (daremos una fórmula para tener una idea) y una pomada ya es muy
dura. Evidentemente esta es una escala de densidades.
Crema base:
Agua destilada 60 cm3
Glicerina 31º 15 cm3
Carbonato de potasio 1 cm3
Estearina 10 cm3
Esencias y colorante.
Al baño maría se pone todo (menos las esencias y el colorante) y se bate durante
20 minutos con varilla de vidrio o madera. Si queremos ponerle como esencia
mentol deberemos agregarlo batiendo cuando todavía está caliente, para que los
cristales puedan disolverse. Las otras esencias y colorantes se agregan en frío.
Jabones: Su preparación también es tema de la cosmética. De todos modos
podemos encontrar infinidad de recetas para su preparación. Explicamos entonces
los principios generales: para la fabricación de los jabones interviene básicamente
la grasa (en ocasiones también aceite de almendra, oliva, coco, etc.) que se
transforma en jabón al agregarle hidróxido de sodio e hidróxido de potasio según
sea el tipo de jabón. En las recetas de jabón está indicado que grado baumé
deberá tener la lejía (la solución de hidróxido en agua destilada), podemos saberlo
usando el pesa lejía (muy parecido al alcohómetro) y agregando más agua o más
hidróxido según sea hasta obtener el grado requerido.
Sahumerios: Entendemos por sahumerios no sólo aquellas presentaciones que se
queman sino en general aquellas que se usan en ambientes, que usan como
vehículo el aire, a diferencia de aquellas de uso personal.
Desde el punto de vista de lo ritual, los sahumerios serán para nosotros
sumamente interesantes.
Papel de Armenia: Se sumerge un papel absorbente (secante) en la combinación
de esencias líquidas que nos interesa. Conviene dejarlo sumergido unos días. Una
vez seco se lo fija con tintura fijadora. Este papel no se quema, se lo expone en un
lugar tibio. El papel despide entonces suavemente la fragancia.
Piel de Rusia: Se sumerge una gamuza en el perfume ya complejo dejándola allí
durante algunos meses. Luego se la deja secar fijándola repetidas veces con
tintura fijadora (de almizcle, estoraque, etc.), previo secado. Esta piel se expone a
temperatura ambiente y va despidiendo suavemente su fragancia. Dura años.
Conos y varillas: Generalmente las sustancias fragantes que usamos en estos
casos son las resinas. Podemos no obstante usar madera perfumada previamente
y otros elementos como pétalos de rosa secos, o semillas de manzana secas y
trituradas por ejemplo.
Para armar conos y varillas tendremos que respetar ciertas proporciones de
algunos elementos que permitirán la combustión y la aglutinación de los
elementos. Para la combustión usaremos clorato de potasio o nitrato de potasio
mezclados con carbón. Para aglutinar usaremos goma arábiga con agua.
El 10% del total del material a usar deberá ser de combustible (7% de carbón y 3%
de clorato de potasio) (si usamos nitrato de potasio, que es más débil que el
clorato, la proporción deberá ser mayor). A su vez, por lo menos el 40% del total
deberá ser de madera que también, además de servir como vehículo, será útil
como combustible.
Para aglutinar todo, prepararemos con goma arábiga y agua una especie de
engrudo liviano. Lo agregamos de a poco y vamos amasando la mezcla como
para formar conos o varillas. A las varillas podemos hacerlas con "alma" de
madera (con un palito dentro de la masa), esto ayudará aún más a su combustión.
Muñecas: Son bolsitas de lienzo que en ocasiones contienen alhucema, pétalos
de rosa secos, piedra pómez pulverizada y perfumada, etc. Suelen usarse en
roperos. (cosas de viejas).
Cirios: Los mejores están hechos con cera de abejas, podemos también a esa
cera agregarle parafina en distintas proporciones. Para hacerlos, derretimos la
cera o la mezcla de cera y parafina, le agregamos las esencias que nos interesan
(aceites esenciales o tinturas de resinas) y un colorante que puede diluirse en
grasa (óleo por ejemplo). En caliente vertimos esto en un molde donde
previamente hemos fijado (con una gotita de cera) un pavilo (piola).
Podemos hacer cirios con distintas etapas de perfumes y distintas etapas de
colores, con distintas formas según sea el molde, etc.
Sales (de baño): Existen distintos tipos de sales. Debemos cuidar que no sean
dañinas para la piel. La sal de baño más primitiva está hecha con sal gruesa
común que se rocía con esencias y colores.
Colorantes y desodorizantes: En cuanto a colorantes hemos comentado ya cómo
extraerlos. El color tendrá una gran influencia psicológica en la presentación de la
fragancia. En general la fragancia primaria del perfume coincide con los colores
que usamos en el eneagrama: dulce: rosado (rojo); ácido: amarillo, etc.
Como desodorizante, hemos visto la preparación más simple de clorofila. (ojo, no
como desodorante). Si saliera al mercado un buen desodorizante que no actuara
"disimulando", es decir "tapando" con olores agradables otros desagradables, sino
que actuara en efecto absorbiendo, haciendo desaparecer fragancias, sería para
nosotros muy útil.
__ PRESENTACIÓN: Como sabemos que el olfato no está muy desarrollado en el
hombre, lógicamente influirá la presentación de los productos. El mismo extracto
presentado en un frasquito hermoso es más "agradable" que uno presentado en
un frasquito asqueroso. El volumen del envase será correspondiente a la
intensidad de la fragancia, así: extractos en frasquitos chicos, lociones en frascos
medianos y aguas en frascos de litro.
Como trabajo práctico vamos a dividirnos en tres equipos. Uno preparará una
loción con la paleta de esencias artificiales que tenemos. A esa loción la trabajarán
combinando las esencias según fórmula que se entrepongan (2-5 por ej.) y
considerando que todas tienen la misma extensión posible. Conviene proponerse
la fórmula solo con un primario y un secundario a los que darán proporción áurea
5 y 3 respectivamente. Usarán una dilución 1/300. La redondearán, la darán el
toque maestro y luego la fijarán y colorearán.
Otro equipo trabajará en la fabricación de una piel de Rusia, salteando el paso del
añejamiento. Deberán preparar tinturas de resinas a fin de combinar las fragancias
previa proposición de fórmula. Luego de sumergida la gamuza la fijarán con tintura
de almizcle saturada en alcohol al baño maría y puesta en caliente sobre la piel
con pincel.
El tercer equipo fabricará conos y varillas. Deberán proponerse una fórmula previo
estudio de las resinas y otros elementos con que se cuenta en el laboratorio.
Además de combinar fragancias según fórmula, deberán preparar y proporcionar
la mezcla además para que sea combustible y aglutinarla con goma arábiga.
Secaremos los conos y varillas en la mufla (horno donde la temperatura no supera
los 100º impidiendo que las sustancias se quemen).
Para realizar la fórmula propuesta, la proporción que deberemos poner de
primario, secundario y terciario será siempre áurea, por ejemplo, nos proponemos
un ácido (primario) -amargo (secundario) -graso (terciario). Deberemos poner 8 de
ácido, 5 de amargo y 3 de graso (siempre hablando de intensidad de fragancia, no
de volumen de sustancias).
__ RESUMEN: Hemos visto como se conecta teóricamente perfumería con N.
Yoga. Esto se hace más claro cuando practiquemos la disciplina.
Hemos visto como armar la estructura básica necesaria para entrar de lleno en el
Oficio (técnicas de extracción de esencias y vehículos), como nivelar las
intensidades de las distintas esencias mediante el extendido, cómo podemos
combinar y neutralizar sensaciones de un género de percepciones, cómo ampliar y
profundizar un perfume usando diversos géneros de percepciones y finalmente
cómo tratar y presentar las fragancias.
Por supuesto, hemos trabajado como no deberíamos trabajar. Es decir, hemos
trabajado sin tono, con poca pulcritud y con permanencia relativa ya que nuestro
objetivo ha sido más bien estudiar de un modo teórico-práctico este oficio.
Vemos que para desarrollar este oficio, no necesitamos un laboratorio especial.
Nos basta un placard donde tenemos nuestras herramientas y sustancias y la
cocina que montamos y desmontamos rápidamente como laboratorio. Como lugar
de "prueba" de fragancias, para extendidos, etc., puede servirnos cualquier otra
habitación. El instrumental no es tan complicado y podemos irlo consiguiendo de a
poco.
Eso es todo...
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